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Democracia: Antecedentes y matices contemporáneos (Perú)

Enviado por edgardo calle


Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. La democracia como historia
  3. La democracia
  4. Matices de la democracia
  5. El referéndum como democracia deliberativa en el Perú
  6. Aportes de dos grandes pensadores de la democracia contemporánea
  7. Los precursores de la democracia liberal
  8. Democracia formal y social
  9. La Revolución Francesa y la representación
  10. El sistema de restricción censitaria del voto
  11. El Referéndum
  12. Componentes de la democracia
  13. Teorías de la democracia
  14. Las concepciones denominadas clásicas de la democracia
  15. La democracia contemporánea
  16. Crisis de la democracia
  17. Nociones de democracia
  18. Elementos esenciales de la democracia
  19. Diferencia entre la democracia antigua y la moderna
  20. Conclusiones
  21. Bibliografía

Introducción

Este trabajo es recopilado de varis libros, referentes a la democracia ya que es unos de los temas que atravesó nuestro país y que hasta la fecha no se ha perfilado adecuadamente especialmente que en nuestro país fue fundado bajo la forma de gobierno de la república; mas no, bajo la forma de gobierno de la democracia.

La democracia logro un maravilloso desarrollo cultural y una gran prosperidad económica y aquí a diferencia de dos coyunturas como la de roma que bajo la forma de gobierno de la república termino en una catástrofe política, económica y social. Y es por esto el estudio y primacía directa que tiene el estudio de la democracia. Y es por eso que más de 50 años nuestro país que fue gobernado por caudillos y la cual se estableció la república que es negación de la democracia en nuestro país. Pero aun así se ha venido realizando la democracia moderna que nace con ese fin de adecuarla nuevos temas de manejo político a una adecuación distinta a la democracia directa.

La democracia real no está a la altura de lo que debería ser la democracia, por la falta de participación de gran parte de los ciudadanos en los asuntos públicos, y por su apatía, indiferencia, cuando no desconfianza, hacia lo político. Se ha diseñado desde lo político un tipo de ciudadano objeto, al que sólo se consulta cada cuatro años en las elecciones, atiborrándolos de promesas que se quedan sin cumplir.

Esto es una prueba del fracaso de algunos regímenes democráticos que no han sabido o no han querido alcanzar un tipo de ciudadano informado, responsable, participativo e interesado en los asuntos públicos.

De ahí, que en algunos países exista un tipo de gobierno dictatorial, elegido por la población pero dictatorial en todos los demás sentidos. Todo porque el ciudadano no está informado, y de esa manera es fácil manipularle.

El objetivo de este trabajo es saber qué es la democracia en su más literal definición, y qué democracias hay y cómo debe elegir el pueblo a sus representantes.

La democracia como historia

Si habláramos de la familia, la religión o la violencia, podríamos decir que nacieron con el ser humano. Este no es el caso de la democracia. El origen del poder no fue democrático, sino despótico.

"Democracia" es una palabra compuesta por dos voces griegas: DEMOS, "PUEBLO" Y KRATOS, "PODER u GOBIERNO" la describió, JUAN JACABO ROUSSEAU, gran teórico de la democracia antigua. Etimológicamente hablando, la democracia es el poder del pueblo. Pero los griegos, que también inventaron el teatro, la filosofía y la historia (la historia secular, libre de la acción divina; si incluimos a Dios en ella, el invento de la historia correspondió, en Occidente, al pueblo judío), no se encontraron de golpe con la democracia. La fueron elaborados trabajosamente, a lo largo de un siglo y medio.

Dos excursiones etimológicas permiten sostener esta afirmación. La primera de ellas nos invita a recordar que el verbo etimología de "poder", significa "capacidad de hacer algo" y que sólo después una de sus ramificaciones se habría aplicado al poder político en cuanto "capacidad de lograr que los demás hagan algo". La expresión más antigua de "poder" es poti, "jefe", y sólo a partir de esta significación política la palabra "poder" se habría trasladado a la capacidad genérica de hacer algo: poder moverse, hablar, amar, trabajar.

Esta segunda avenida etimológica también apunta al sentido originario del poder político en cuanta autoridad absoluta de un jefe. Lo primero que hubo en el peregrinar del hombre sobre la tierra fueron bandas errantes tan presionadas por los desafíos de la naturaleza y de otras bandas que sólo pudieron sobrevivir bajo el mando despótico de un jefe guerrero. Como en el caso del padrillo y su manada, el primer elemento político que existió entre los seres humanos fue el poder del jefe. A este déspota primordial lo secundaban y eventualmente lo sucedían unos pocos, una primitiva corte de colaboradores.

Sin embargo la significación etimológica del término es mucho más compleja. El término «DEMOS» parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos la población estaba integrada también por los metecos, esclavos y las mujeres). Los nobles; los demiurgos eran los artesanos; y los GEOMOROS; eran los campesinos. Estos dos últimos grupos, «en creciente oposición a la nobleza, formaron el demos». Textualmente entonces, «democracia» significa «gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del mismo expresamente a los ilotas (esclavos) y a los nobles.

De ahí que, de las formas de gobierno que conocemos, sólo dos contengan en su seno la palabra arkhos: la monarquía y la oligarquía. Oligoi significa "pocos". Eran pocos los que rodeaban y sucedían al jefe. en las demás formas de gobierno como "aristocracia", "democracia", "autocracia" y hasta "burocracia", la palabra arkhos fue reemplazada por la palabra kratos que también significa en griego "poder", pero no necesariamente el poder originario, ancestral, sino más bien un poder construido, sobreviniente, en cierta forma artificial.

En tanto la monarquía y la oligarquía son las manifestaciones originarias del poder político y nacieron junto con la condición humana al igual que la religión, la familia y la violencia, las diversas gracias podrían haber sido inventos ulteriores como el fuego, la rueda, la agricultura. De algunos de estos inventos no tenemos registro porque ocurrieron en la prehistoria. De otros,

Sabemos exactamente cuándo y cómo surgieron. Entre ellos, la democracia.

La democracia

La democracia fue inventada en la Grecia clásica (500-250 A.D.C.). Pero los griegos, que también inventaron el teatro, la filosofía y la historia (la historia secular, libre de la acción divina; si incluimos a dios en ella, el invento de la historia correspondió, en occidente, al pueblo judío), no se encontraron de golpe con la democracia. La fueron elaborando trabajosamente, a lo largo de un siglo y medio.

Hoy en día cabe distinguir dos sentidos en los que se emplea la palabra democracia: uno procedimental y otro estructural.

En cuanto a la primera acepción, el término refiere a una forma de votación por medio de la cual se toman decisiones colectivas para la elección de gobernantes.

en base a la segunda acepción, democracia describe unas cualidades particulares que una sociedad debe de cumplir, como la participación popular, la libertad, la igualdad, o el derecho de las minorías, para considerarse democrática desde el punto de vista procedimental la democracia es simplemente la forma de gobierno en la que los conductores del estado son electos por mayoría en votaciones. Este carácter es fundamental y determina todas las demás características de la democracia como sistema de gobierno.

Los demócratas modernos insisten que "verdadera democracia" el poder del estado está limitado por una constitución, está divido entre entes autónomos (la entelequia de la "división de poderes") que se balancean y vigilan los unos a los otros y las minorías ven respetados sus derechos por las mayorías. Estos elementos supuestamente garantizan que sólo bajo un gobierno democrático el hombre puede ser verdaderamente libre. Tanto así que la palabra "libertad" y la palabra "democracia" son sinónimos para todos los efectos prácticos en el discurso político.

Esta es una de las falacias más grandes de la humanidad. En democracia, una mayoría puede reescribir las reglas delineadas en la constitución, abolir la separación de poderes y violar los derechos de la minoría. El mero hecho de la superioridad numérica le otorga "legitimidad" y la habilita para establecer una tiranía mayoritaria.

De hecho, a la mayoría ni siquiera le hace falta cambiar la constitución para destruir los derechos y la libertad de las minorías en un sistema democrático. Basta con "interpretarla" de la forma más amplia posible. y como los entes que en una democracia supuestamente están encargados de mantener en línea al gobierno también forman parte del estado y, en consecuencia, son dirigidos directa o indirectamente por la mayoría, cualquier intento de hacer cumplir una interpretación más estricta de la constitución está destinado al fracaso.

Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad general.

En sentido estricto la democracia es una forma de gobierno, de organización del estado, en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad al representante. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

JUAN JACABO ROUSSEAU, consideraba que la democracia solo puede ser directa y que la soberanía no puede ser representada por la misma razón que no puede ser enajenada consiste en la voluntad general y la voluntad general no se representa y es por eso que para Juan Jacobo Rousseau, los diputas del pueblo no pueden ser representantes solo son comisionados no puede legislar mientras no se reafirmada por el pueblo como el referéndum.

La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno, en tres tipos básicos: 

  • MONARQUÍA , es el gobierno de uno solo (gobierno de uno) .

  • ARISTOCRACIA, de una minoría que se considera integrada por los mejores (gobierno de pocos) .

  • DEMOCRACIA, es el gobernó del pueblo para el pueblo como lo refiere según la definición de HABRÁN LINKON (gobierno de la multitud para platón y "de los más").

Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo.

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. por último, hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios.

de todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho sobre todo desde finales del ,SIGLO XVIII, con la sucesiva introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el SIGLO XX.

Hoy en día, las democracias existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre. SIMÓN BOLÍVAR: "sólo la democracia… es susceptible de una absoluta libertad, libertad que se define como el poder que tiene cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido por la ley".

Matices de la democracia

3.1.- DEMOCRACIA DIRECTA, REPRESENTATIVA O PARTICIPATIVA (DELIBERATIVA): 

3.1.1.-DEMOCRACIA DIRECTA.- se dice que hay democracia directa cuando el conjunto de los miembros de una comunidad concurre personalmente a tomar las decisiones políticas. Ese era el sistema que imperaba en la antigua Atenas. Aunque no es cierto que a ella concurriera la mayor parte de los habitantes de esa ciudad-estado, sí es verdad que a dicha asamblea podían asistir todos los que quisieran.

Vale la pena resaltar que un régimen no es democrático porque el mismo lo pregone o por las aparentes formalidades que lo cubran, sino por la esencia, es decir, por las diversas posibilidades de participación que caracterizan a la democracia y por el respeto a las decisiones que de allí resulten; algunas veces se hacen pasar por democráticos regímenes cerrados o autoritarios que de ello tienen muy poco. Al respecto BOBBIO advierte: "Existen democracias más sólidas o menos sólidas, más vulnerables o menos vulnerables; hay diversos grados de aproximación al modelo ideal, pero aún la más alejada del modelo no puede ser de ninguna manera confundida con un estado autocrático y mucho menos con uno totalitarista"

El pueblo reunido en asamblea, delibera y toma las decisiones, sancionando leyes. Esta es sin duda la forma más perfecta de democracia, y para algunos autores, la única. Según Bobbio, para Rousseau "la soberanía no puede ser representada", es más, este autor llegó a afirmar que "no ha existido ni existirá jamás verdadera democracia" ya que para esto se requiere una serie de condiciones difíciles de cumplir: I) un Estado muy pequeño, II) una gran sencillez de costumbres, III) mucha igualdad en los rangos y en las fortunas y IV) poco o ningún lujo. Bobbio; también nos recuerda la conclusión de Rousseau: "si hubiera un pueblo de dioses, se gobernaría democráticamente. Un gobierno tan perfecto no conviene a los hombres" dejando a un lado esta discusión y para concretarnos en la democracia directa, digamos que en ella el pueblo autónomamente toma las decisiones sobre los asuntos que lo afectan, el denominado constituyente primario es quien decide directamente -sin intermediación- lo que se debe hacer. Si se hiciere aplicación de esta democracia como única forma de gobierno en un estado, no quedaría más alternativa que darle la razón a Rousseau. Ahora bien, si lo que se pretende es identificar y analizar en qué espacios sería pertinente tener prácticas de democracia directa, podría ser en organizaciones sociales, municipios y pequeñas comunidades en las cuales las decisiones sobre hechos de interés colectivo.

3.2.- DEMOCRACIA SEMIINDIRECTA O REPRESENTATIVA: El propio BOBBIO señala que "en términos generales la expresión democracia representativa quiere decir que las deliberaciones colectivas, las deliberaciones que involucran a toda la colectividad, no son tomadas directamente por quienes forman parte de ella, sino por personas elegidas para este fin". El ejercicio de la democracia de representación consiste en delegar en una persona o en un grupo de ellas la toma de decisiones. Los ciudadanos no ejercen directamente su derecho a decidir sino que por medio del voto hacen que sus intereses se representen en los gobernantes.

Parte de la interpretación errada de la democracia de representación, radica en entenderla como un acto puntual en el tiempo, es decir, que democracia representativa es votar y nada más, mientras que una lectura más a fondo de esta práctica nos enseña que en la democracia de representación se designa un delegado, un portavoz, pero que esto no exime al pueblo de el pueblo se limita a elegir representantes para que estos deliberen y tomen las decisiones.

Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia semidirectas, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la democracia semidirectas el pueblo se expresa directamente en ciertas circunstancias particulares, básicamente a través de tres mecanismos:

3.3.- LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.

El eje central de la democracia participativa es la organización ciudadana, es decir, la capacidad que tenga la ciudadanía para juntarse y organizarse de acuerdo con sus intereses o aspiraciones. En ese orden de ideas, la democracia de participación supera la toma de decisión y la delegación por el voto y reemplaza las actuaciones individuales por la acción colectiva entorno a intereses del mismo tipo.

Participar es ante todo involucrarse, tomar parte, en este sentido; SARTORI establece la diferencia entre el ejercicio del voto y el verdadero alcance de la participación, "Votar es votar y basta; no es bastante para calificarlo de tomar parte, que es involucramiento y empeño activo".

Así mismo, "la democracia participativa permite constantemente la intervención de las ciudadanas y ciudadanos en los asuntos públicos. Esto quiere decir que tiene una frecuencia de participación superior a la representativa, que es sólo con el voto, pero no tan complicada como la directa, que es la asamblea permanente". CLAUDE LEFORT señala que la participación "implica el sentimiento de los ciudadanos de estar vinculados en el juego político, de ser tomados en cuenta en el debate político, y no el sentimiento de esperar pasivamente las medidas favorables a su destino".

Si bien es cierto que la Constitución de 1993 abrió un espacio importante a la democracia participativa, es preciso reconocer que esta forma de democracia apenas si está asomándose en el umbral del régimen político ; su consolidación es lenta y difícil, no podemos olvidar que por más de ciento cincuenta años han imperado prácticas centralistas y representativas cuya modificación o eliminación requiere esfuerzos y acciones que van más allá de los cambios constitucionales y legales, ya que estas prácticas están ligadas a los intereses de las clases que ostentan el poder político y económico en el país.

Pretendido minimizar el voto popular y su dependencia de la titularidad del poder popular, independizándose a su vez de todo control real, los que han auspiciado este tipo de inventos. En realidad, se pretendía democracia económica en las fábricas, pero se restaba posibilidad de decisión política en la colectividad. Se decía fomentar la democracia en los pequeños núcleos sociales, pero se negaba la democracia en el estado, se alegaba que se buscaba una participación en todas las decisiones del quehacer político, pero se impedía que la ciudadanía participara en las grandes disyuntivas.

La historia ha demostrado que la democracia sin apellidos es un paso importante que ha de custodiarse contra pretendidos avances que la han desfigurado y, utilizando la magia del término democracia y pretendiendo que se profundizaba en su contenido, le han quitado lo esencial. Todos los logros se pueden adquirir como consecuencia de la democracia política. A través de sus métodos se puede lograr la mejor disposición en la rama social o económica. No es necesario que se cancele aquella para que se insinúe esta.

3.4.- LA DEMOCRACIA MODERNA.-

Deja entonces al pueblo las grandes decisiones y establece un sistema de representación para que, en su nombre, un equipo de personas que él designa en una asamblea, o en un acto que hace sus veces como es la votación general, adopte otras decisiones o realice otros nombramientos de autoridades y gobierne la comunidad.

Los elegidos de acuerdo a las normas democráticas representan al pueblo en las tareas de gobierno (las autoridades del poder ejecutivo) u de los gobiernos lo cales y regionales en el debate mismo (los parlamentarios) u de las (sesiones municipales y regionales). Los designados por quienes recibieron el encargo de hacerlo como consecuencia de la primera elección, representan también al pueblo en las distintas funciones que se les encomienda desempeñar.

Es el caso de los jueces que son normalmente nombrados por procedimientos en los que intervienen los miembros de los poderes elegidos, o el defensor del pueblo, que es designado por el congreso. Lo son también los miembros de los organismos electorales que a su vez son designados por quienes tampoco fueron elegidos, sino designados a su vez.

Pero hay que reparar que la representación del pueblo en la democracia moderna no significa el cumplimiento inexorable de la voluntad de la mayoría. La voluntad del pueblo, que es más que la mayoría contingente, es la que se expresa en las competencias y en los límites constitucionales, es la que se expresa en las cartas de derechos y en los principios de protección de la persona que consagra el sistema.

La democracia es un sistema en que, porque el gobierno lo ejercen seres humanos y se gobierna a seres humanos, se le acuerda un lugar importante a la razón, porque esta es la característica que hace especialmente diferente a la persona del resto del mundo animado. Esta razón tiene su lugar en la estructura del gobierno, y así como hay encargados de llevar adelante la voz de los más, (y estos son los órganos denominados políticos del poder ejecutivo y legislativo), hay encargados de cuidar que la razón presida los actos de todos.

De este modo nació la democracia moderna basada en la libertad la igual y la fraternidad, la liberta es que los hombre necesitan para vencer las arbitrariedades que comenten los gobierno y poder defender su soberanía de su país del exterior del interior y así quede en manos de sus representantes y no en manos de extranjeros, este obligo a los individuos de lo normado.

El referéndum como democracia deliberativa en el Perú

La democracia directa denominamos en el Perú es el referéndum, que adquiere vigencia plena en la constitución de 1993, junto con otras instituciones de participación popular directa, como la iniciativa popular en la formación de las leyes, la revocatoria de autoridades, remoción de funcionarios públicos y rendimiento de cuentas. La revocación se aplica a los alcaldes, regidores, presidentes regionales, jueces de paz y, presumiblemente si es que la ley lo establece, a los jueces de primera instancia, pero esto no afecta a los congresistas. Existen normativas que regulan la participación y control ciudadanos y sobre las consultas populares como la ley 26592, modificatoria de la ley de derechos de participación y con ciudadano y la ley 26300. Estas dos últimas leyes fueron inconstitucionales. A nivel de participación vecinal.

5.- PERFÍL HISTÓRICO DE LA DEMOCRACIA Y LO ELECTORAL EN EL PERÚ.

Con la restauración de la elección constitucional de nuestros gobernantes, ha regresado, el debate sobre la democracia y las elecciones. En esta polémica han reaparecido los defensores de la democracia representativa que, en resumen sostienen que lo democrático viene ocurriendo en el Perú desde 1980.

Nosotros consideramos equivocada esta opinión: La democracia representativa tiene poco de democracia porque restringe la participación del pueblo en la tarea política nacional y en las grandes decisiones, las que son endosadas totalmente a los gobernantes elegidos y por todo el periodo de su mandato. La democracia representativa lleva, así, a una peligrosa autonomía del representante elegido, lo aleja del pueblo y finalmente debilita la vigencia del sistema en su conjunto. Sin embargo, consideramos también que con transformaciones sustantivas del sistema político, la democracia puede existir y desarrollarse en el Perú.

5.1.- SÍNTESIS.

Frente al tema de la democracia y lo electoral, la historia nos enseña muchas cosas que intentaremos resumir en los siguientes postulados:

PRIMERO: no es posible que exista democracia en ausencia del voto popular. En otras palabras, el voto popular es necesario para lo democrático.

SEGUNDO: puede existir y ejercitarse el voto popular, inclusive para elegir a los gobernantes, sin que exista democracia, porque democracia no es equivalente a elecciones.

TERCERO: la conclusión de los dos puntos anteriores es que la democracia, para existir, requiere no solo elecciones, sino también de otros mecanismos que expresan la voluntad política del pueblo y la hagan cumplir por quienes nos gobiernan.

Aportes de dos grandes pensadores de la democracia contemporánea

Los dos grandes fundadores de la democracia contemporánea, Rousseau, era monarquista y Montesquieu nunca se definió, pero se inclinaba notoriamente hacia la monarquía y no hacia la república democrática. Esta anotación es particularmente importante para nosotros, porque, a no dudarlo, Montesquieu echa una de las bases fundamentales de la democracia contemporánea al abogar por la división del poder del Estado (que en ese entonces detentaba centralizadamente el monarca) entre un órgano ejecutivo, uno legislativo y otro judicial; y Rousseau sienta la otra al establecer la predominancia de la voluntad general que es la voluntad de todos y la de cada uno de los ciudadanos que conviven bajo "el pacto social", siendo el gobierno un simple mandatario sujeto a renovación, sin restricción alguna, por sus electores.

Los precursores de la democracia liberal

7.1.- DEMOCRACIA Y CLASE.

En cuanto se centra la atención en la relación entre democracia y clase, el registro histórico entra en una pauta nueva. Por supuesto, no es ninguna novedad señalar que en la tradición general occidental de pensamiento político, desde platón y Aristóteles hasta los siglos XVIII y XIX, la democracia se definía, si es que se pensaba en ella, como el gobierno de los pobres, los ignorantes y los incompetentes, a expensas de las clases ociosas, civilizadas y ricas. La democracia, vista desde los estrados superiores de sociedades divididas en clases, significaba la dominación de una clase, la dominación de la clase equivocada era una amenaza de clase, tan incomparable con una sociedad liberal, como con una sociedad jerárquica. La tradición occidental general hasta los siglos XVIII y XIX, era, por tanto, la democrática o antidemocrática.

Pero, de hecho, en todo ese lapso de más de dos mil años si que hubo repetidas visiones democráticas, defensores de la democracia e incluso algunos aspectos de democracia en la práctica (aunque éstas últimas nunca abarcaron a toda una comunidad política). Cuando observemos esas visiones y teorías democráticas, veremos que tienen algo en común, que las separa claramente de la democracia liberal, de los siglos XIX y XX. Es que todas dependían de una sociedad no dividida en clases, o se hacía que se adaptaran a ella. No resulta exagerado decir que para la mayoría de ellas la democracia, era una sociedad sin clases o de una sola clase, y no meramente un mecanismo político que adaptar a una sociedad de ese tipo. Esos modelos, esas visiones anteriores de la democracia eran reacciones contra las sociedades divididas en clases de sus épocas respectivas. En consecuencia, sería correcto calificarlos de utópicos.

El concepto de democracia liberal no resultó posible hasta que los teóricos – al principio unos cuantos, y después la mayoría de los teóricos liberales- encontraron motivos para creer que la norma de "un hombre, un voto" no sería peligrosa para la propiedad, ni para el mantenimiento de sociedades divididas en clases. Los primeros pensadores sistemáticos que lo dedujeron fueron Bentham y James mil, a principios del siglo XIX, basaron su conclusión en una mescla de dos cosas: la primera, la deducción a partir de su modelo de hombre (que asimilaba a todos los hombres a un modelo de burgués maximizador, de lo cual se desprendía que todos ellos estaban interesados en mantener el carácter sacrosanto de la propiedad), y la segunda, su observación de la deferencia habitual de las clases bajas ante las altas.

Por eso se entiende que la divisoria entre la democracia utópica y la democracia liberal llega con el siglo XIX. A eso se debe que califique a las teorías anteriores al siglo XIX de precursoras de la democracia liberal, en lugar de tratar, por ejemplo, a Rousseau o a Jefferson, o a cualquiera de los teóricos puritanos del siglo XVII, como si formaran parte de la tradición democrática liberal " clásica". Ello no significa que los teóricos del sigo XX olviden o descarten los conceptos anteriores al siglo XIX. Por el contrario, no es infrecuente el recurso a los conceptos más antiguos y la utilización de éstos, especialmente por los exponentes del sigo XX de lo que se llamaría modelo numero dos pero esto no le ha servido de mucho a esos exponentes, pues en general no han advertido que las hipótesis de clase de las teorías anteriores no eran compatibles con las suyas.

He dicho que quienes presentaban modelos o visiones de la democracia favorables a ella antes del siglo XIX se proponían adaptarla a sociedades sin clases o predominantemente de una clase, o convertirla en una sociedad así. Antes de contemplar el historial del siglo XIX convendrá exponer de forma más específica en qué sentido se utiliza el término de "clases" en este contexto.

Aquí se entiende la clase en términos de propiedad: se entiende que una clase está formada por quienes tienen las mismas relaciones de propiedad o no propiedad de tierras productivas y/ o capital. Hay un concepto algo más flexible de clase, definida en su forma más sencilla en términos de ricos y pobres, o ricos medios y pobres, que ocupa un lugar destacado en la teoría política de todos los tiempos, aunque en las teorías más antiguas (como la de Aristóteles) el criterio de clase era solo implícitamente la posesión de propiedad productiva. Sin embargo la opinión de que la clase, definida al menos implícitamente en términos de propiedad productiva, era un criterio importante de diferentes formas de gobierno, e incluso un determinante importante de las formas de gobierno que podían existir, era una opinión que sostenían Aristóteles, Maquiavelo, los republicanos ingleses del siglo XVII y los federalistas estadounidenses, mucho antes de que Marx hallara el motor de la historia en la lucha de clases.

Algunos de los teóricos no democráticos que atribuyeron a la clase un lugar central en sus análisis (por ejemplo, Harrington) les preocupaba mucho las distinciones entre clases que no se basaban en la propiedad o no propiedad, sino en diferentes tipos de relaciones de propiedad, como feudales y no feudales. Pero los teóricos demócratas generalmente estuvieron atentos a una distinción más sencilla: la existencia entre las sociedades de dos clases, las sociedades de una clase y sociedades sin clases. Así, algunos de los utópicos más antiguos (al igual que los comunistas actuales) han contemplado una sociedad sin ninguna propiedad individual de tierras productivas ni de capital, o sea sin clases por propiedad, a la que podríamos calificar de sociedad sin clases. Diferente de esta es la idea de una sociedad en la que existe propiedad individual de tierras productivas y de capital, y en la que todos poseen, o pueden poseer, esa propiedad, la que todos podríamos calificar de sociedad de una sola clase. Por último, existe la sociedad en la que existe propiedad individual de tierras productivas y de capital en la que no todos, sino solo un grupo poseen esa propiedad esa es la sociedad dividida en clases.

Es posible que esta distinción entre "sin clases" y "de una sola clase" parezca un tanto arbitraria: las dos sociedades, o las visiones de la sociedad, a las que doy esos nombres podrían recibir correctamente cualquiera de ellos. Pero como las dos sociedades son bastante diferente, hacen falta dos términos diferentes para describirlas, y lo que más se ajusta al uso moderno es aplicar el término de "sin clases" a una sociedad en la que no existe propiedad privada de tierra productivas ni de capital, y "de una clase" a una sociedad en la que todo el mundo posee o puede poseer esos recursos productivos.

7.2.- LAS TEORÍAS PREVIAS AL SIGO XIX COMO PRECURSORAS.

7.2.1.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA ANTES DEL SIGLO XIX.

Contemplemos ahora el historial de la teoría democrática antes del siglo XIX. En el mundo antiguo existieron, como se sabe, varias democracias natales que efectivamente funcionaban, la más destacable de las cuales fue LA ATENAS, celebrada por Pericles. Pero no hay constancia de ninguna teoría importante justificativa, o siquiera analítica, de la democracia que haya sobrevivido de aquella época. Podemos suponer que de haber habido una teoría de ese tipo, diría que la base necesaria para la democracia sería una ciudadanía formada sobre todo por personas no dependientes del empleo por cuenta ajena; al memos eso correspondería bastante bien a la realidad, en la medida en que la conocemos, de la ciudad – Estado ateniense en su período democrático, al que se ha calificado de democracia con propiedad privada. No sabemos si ese requisito que equivale al de una ciudadanía de una sola clase, estaba incorporado en un modelo teórico; no puede caber sino una suposición razonable de que lo estaba.

7.2.2.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA EN LA EDAD MEDIA.

En la edad media no se espera encontrar y no se encuentra, ninguna teoría de la democracia, ni ninguna exigencia de derecho democrático de voto; los levantamientos populares que estallaban de vez en cuando no tienen nada que ver con el voto democrático, porque en aquella época el poder no solía residir en órganos electivos. Donde imperaba el feudalismo, el poder dependía de la posición social, fuese heredada o adquirida por fuerza de las armas. Ningún movimiento popular, por enfurecido que fuese, se iba imaginar que podría lograr sus objetivos si conseguía el voto. Y en las naciones y en las Ciudades – Estados independientes de la baja edad media tampoco se podía obtener el poder por esa vía. Cuando se levantaban las voces y se levantaban rebeliones contra el orden social de la b aja edad media, como ocurrió en la Jacquerie de París (1358), el levantamiento de los Ciompi de Florencia (1378) y la revuelta de los campesinos de Inglaterra (1381), lo que se exigía era una nivelación de las posiciones sociales, y a veces una nivelación de la propiedad, y no una estructura política democrática. O bien se aspiraba a una sociedad comunista sin clases, como indica lo que pretendía John Ball, conocido por su papel en la revuelta de los campesinos: "Las cosas no pueden ir bien en Inglaterra y jamás irán bien, hasta que toda propiedad se común, y hasta que no haya siervos ni caballeros y todos seamos iguales", o bien a una sociedad nivelada en que todos pudieran tener propiedades. No hay constancia de que ninguno de esos movimientos produjera una teoría sistemática, ni de que embozara una estructura política democrática.

7.2.3.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Por estos siglos encontramos ya algunas teorías democráticas explícitas. Aparecen entonces en Inglaterra dos corrientes democráticas. Una de ella tiene una base de sociedad sin clases, y la otra una base de sociedad de una sola clase. Las utopía democráticas de esos siglos, las más conocidas de las cuales son la utopía de Moro (1516) y la ley de la libertad de Winstanley (1652), se referían a sociedades sin clases. Se preveía que sustituyeran a las sociedades divididas en clases: sus autores las construyeron para denunciar todos los sistemas de poder basados en la clase. Al concluir que la base de la opresión y la explotación de clase es la institución de la propiedad privada, sustituyeron esta por la propiedad en común y el trabajo comunitario. Estas primeras visiones modernas de la democracia eran visiones de una sociedad fundamentalmente igual y no opresiva, además de ser fórmulas para un sistema de gobierno. Una sociedad así tenía que ser sin clases, y para que fuera sin clases tenía que desaparecer la propiedad privada.

La otra corriente democrática del siglo XVII, en la medida en la que fluía por canales políticos y no simplemente el religiosos, también guarda relación con las clases. En aquel siglo, el puritanismo ingles estaba lleno de ideas democráticas. Aunque estas se veían generadas por las controversias acerca del gobierno de la iglesia, y de hecho no se llevaron a la práctica más que en esa esfera (y, de forma muy breve, en el ejército), sí que sugirieron ideas acerca del gobierno civil, especialmente en el período de las guerras civiles y del Commonwealth. Pero, salvo para utópicos radicales tan extremistas como Winstanley, los grupos y los movimientos cuyo pensamiento político se puede considerar derivado del puritanismo democrático no eran democráticos en el terreno político. No llegaron a exigir la plena soberanía popular ni un derecho de voto plenamente democrático.

Los presbiterianos y los independientes insistían en que hubiera un requisito de propiedad para el derecho de voto. En cuanto a la postura de otro movimiento político importante, el de los niveladores, que durante unos años después de las guerras civiles fue muy fuerte, hay alguna controversia. Los niveladores se proponían excluir a todos os asalariados y los méndigos (más de la mitad de los varones adultos) del derecho de voto. Pero algunos historiadores han aducido, en respuesta, que los niveladores, en sus distintos escritos y discursos no habían alcanzado la unanimidad a este respecto, y que algunos de ellos eran demócratas cabales. Si se admite esto como posible interpretación de las declaraciones de algunos de los niveladores, habremos de preguntar que en estructura de clases en opinión de cualquiera de los niveladores democráticos sería coherente con, o requerida por la democracia que pretendían. La respuesta es clara, todos los niveladores se oponían decididamente a las diferenciad de clases que veían en su derredor, que permitían a una clase de terratenientes y hombres adinerados dominar y explotar a los hombres de escasas propiedades (e incluso reducirlos a hombres sin propiedades) algunos de los panfletos más vehementes de los niveladores se hablaba de una conspiración de clases de los ricos y los de alta condición, y se pretendía sofocarla. El ideal de todos los niveladores era una sociedad en que todos los hombres tuvieran propiedades suficientes para trabajar como productores independientes, y en la que ninguno tuviera propiedades del tipo o de la cuantía que les permitieran en una clase explotadora.

7.2.4.- LA TEORÍA DEMOCRÁTICA DEL SIGLO XVIII.

Nos encontramos con algunas teorías importantes- no muchas-a las que se suele calificar, y con toda razón, de democráticas. Podemos tomar como principales exponentes dieciochescos de la democracia a Rousseau y Jefferson: sus ideas democráticas han sido más influyentes, han llegado más a nuestro tiempo, la de ninguno de sus contemporáneos. Pese a lo mucho que deferían las actitudes de Rousseau y Jefferson en otros respectos, ambos querían una sociedad en la que todos tuvieran, o pudieran tener, una propiedad suficiente para trabajar en ella o con ella, una sociedad de productores independientes (campesinos o labradores y artesanos), no una sociedad dividida en, por una parte, asalariados dependientes y, por otra, propietarios de tierras y de capital de los que dependieran los primeros.

La actitud de Rousseau es clara: la propiedad privada es un derecho individual sagrado. Pero no es sagrada más que la propiedad moderada del pequeño propietario que la trabaja. Un derecho ilimitado a la propiedad, aducía Rousseau vigorosamente, en su discurso sobre los orígenes de la desigualdad (1755), era la fuente y el medio de que continuaran la explotación y la falta de libertad; lo único justificable moralmente era un derecho limitado. Volvió a afirmar esta posición en el contrato social (1762). La primera propiedad, la propiedad en el sentido de producir los medios de la vida, era la propiedad d una parcela de tierra, el derecho del primer ocupante, estaba limitado por dos condiciones: "que solo se ocupe de el [el terreno] la cantidad que se necesita para subsistir; [y] que se tome posición de él no mediante una vana ceremonia, sino por el trabajo y el cultivo". De manera que Rousseau encontró una base en el derecho natural para su insistencia en la limitación de la propiedad.

Había otro motivo para que Rousseau necesitara esa limitación del derecho a la propiedad, y también lo explicitó: ese derecho limitado era el único compatible con la soberanía de la voluntad general. Una sociedad verdaderamente democrática, una sociedad regida por la voluntad general, requiere tal igualdad en la propiedad que "ningún ciudadano sea lo bastante opulento para poder comprar a otro, y ninguno lo bastante pobre para ser constreñido a venderse a otro". Según parece, la mención de la compra y la venta de personas no se refiere a la esclavitud, pues el principio se establece como norma permanente aplicable a los ciudadanos, es decir, a los hombres libres. Es de suponer pues, que se trata de una prohibición de la compra y la venta del trabajo asalariado libre. Además, "las leyes son siempre útiles a los que poseen y perjudiciales a los que no tienen nada, de donde se sigue que el Estado social solo es ventajoso a los hombres en tanto que todos tienen algo y ninguno de ellos tiene nada en demasía".

Partes: 1, 2, 3
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