Pero con la aparición de sociedades más complejas, de masa, con mayor diferenciación, la democracia directa presenta una imposibilidad objetiva. Por tanto, el proceso de surgimiento de estas nuevas sociedades fue acompañado por modificaciones en la teoría de la democracia, en la que se incorporarán los mecanismos de la representación y la dimensión vertical, esto es, la constitución de autoridad.
La democracia empieza a ser pensada como representativa frente a la imposibilidad del autogobierno. En el concepto de democracia moderna a diferencia de los antiguos se incorpora el tema de la división entre la titularidad y el ejercicio del poder, el principio de la mayoría, el constitucionalismo y la representación política. Se habla entonces de democracia representativa, régimen que acompaña la conformación de un estado liberal-constitucional. Si bien el término liberalismo y su derivado liberal, son de cuño relativamente reciente, autores como, LOCKE, MONTESQUIEU, MADISON, HAMILTON, CONSTANT, pasando por TOCQUEVILLE Y STUART MILL, podrían considerarse liberales en tanto han hablado de un estado controlado, liberal, constitucional. TOCQUEVILLE, por su parte, adiciona el concepto de democracia social al incorporar la idea igualdad. Equipara libertad e igualdad: con la democratización se supone una sociedad que implica que sus miembros son socialmente iguales, es decir una sociedad caracterizada por la igualdad de condiciones.
Si bien existen diversos matices, según el tratamiento que de este tema hacen diferentes autores, podríamos decir que la concepción moderna de democracia, la democracia liberal, hace referencia a un sistema político basado en el poder popular en el sentido que la titularidad del poder pertenece al demos, mientras que el ejercicio es confiado a representantes periódicamente elegidos por el pueblo. Por consiguiente, el ejercicio el poder popular se resuelve en gran medida en el poder electoral. Por otra parte, la teoría clásica de la democracia liberal presupone que la existencia de un mercado y de libertades individuales en el aspecto económico es condición para que exista democracia política; esto es, que exista un país y un mercado con fronteras.
Para esta tradición democrática liberal, el individuo es un sujeto fundante. En su calidad de ciudadano, es un sujeto político que hace conocer su voluntad para que esta sea parte de la voluntad gobernante. Al menos, delibera con el resto de los individuos en igualdad de condiciones para lograr decisiones legítimas (HELD, 1990). esta tensión entre el individuo y "los otros", hacen de la democracia un cuerpo bicéfalo que contiene en sí misma las libertades del individuo y la soberanía de un pueblo como un todo, aun cuando esto signifique resignar libertades -y por lo tanto intereses- individuales en pos del bien común ,(STRASSER, 2000). Libertad, igualdad, individuo, comunidad, ciudadano estado: en la tensión entre estos polos se dirime la historia contemporánea de la democracia.
A lo largo de esta historia, varios son los modelos de democracia discutidos a partir de la conformación de sociedades complejas, de masas, con economía de mercado, donde la democracia debe ser pensada en su forma representativa. Nos referiremos brevemente a algunos de estos modelos, aquellos que han primado en el debate contemporáneo: el modelo competitivo elitista, el modelo pluralista y la democracia participativa.
SCHUMPETER, define a la democracia como "un método para llegar a decisiones políticas, en el que los individuos adquieren el poder de decidir por medio de una lucha de competencias por el voto del pueblo" (SCHUMPETER, 1964). La democracia se reduce, entonces, a un método electivo mediante el cual el pueblo elige un gobierno, eligiendo un líder. SCHUMPETER, colocará el acento en los líderes inversamente a la teoría clásica que lo pone en el pueblo- que se proponen y compiten por el libre voto.
El pueblo deja de existir como un conjunto de ciudadanos racionales, interesados en la cosa pública; ahora está compuesto por personas que sólo son racionales en los asuntos en los que tienen responsabilidad directa. La esfera de la política está alejada de sus responsabilidades directas y en ésta actuarán irracionalmente con excepción de los líderes, quienes son los actores racionales.
El votante no es un maximizador de beneficios ni un votante racional sino un consumidor irracional, manipulado por la propaganda. Es el liderazgo el que despierta, organiza y estimula a los grupos y sus intereses. La democracia, según esta perspectiva, queda reducida a la competencia por el liderazgo, donde los líderes se constituyen en el nuevo eje del proceso político.
Los representados, salvo cuando tienen la posibilidad de votar, no cuentan con otra instancia de participación. Su conocida definición señala que "el método democrático es aquel mecanismo institucional para llegar a decisiones políticas en las que algunas personas adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto popular".
ROBERT DAHL, es el autor más representativo de la teoría pluralista de la democracia. Postula que la democracia es un ideal imposible de realizar en la práctica, por lo que debemos descartar el término de democracias "reales". Lo que existe son "prácticas reales" o "poliarquías", es decir, combinaciones de liderazgos con control de los no líderes sobre los líderes, regímenes cuyos actos presentan una correspondencia con los deseos de muchos de sus ciudadanos durante un largo período de tiempo.
Las poliarquías se dan en sociedades pluralistas, lo que presupone el reconocimiento de la dispersión en el poder, la presencia de ciudadanos con distintos intereses con posibilidad de agruparse libremente, la existencia de grupos de interés libre, competitivo. Los protagonistas, en este caso, más que los líderes son los grupos de interés, donde los no líderes controlan a los líderes.
Una tercera visión la constituyen los teóricos que, críticos del elitismo y el realismo político, ponen el acento en la participación como valor central capaz de contrarrestar la tendencia "oligárquica" del sistema político. BACHRACH, MACPHERSON Y PATEMAN afirman que la poca participación y la desigualdad social están íntimamente unidas: para que haya una sociedad más equitativa es necesario un sistema político más participativo. Rescatan la dimensión de la democracia que hace referencia a la participación de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones.
La democracia no sería entonces sólo un método: posee una dimensión ética, implica una dimensión amplia de lo político que abarca no sólo las instituciones representativas gubernamentales sino aquellos espacios en los que se toman decisiones que afectan los valores sociales. A juicio de, MACPHERSON, por ejemplo, la democracia participativa puede ser calificada como un sistema piramidal, con la democracia directa en la base y la democracia delegada en los niveles por encima de ella (MACPHERSON, 1991).
Crisis de la democracia
Los teóricos liberales proporcionan una definición que está en las antipodas de la defendida por los clásicos de esta materia desde el mismo, SIGLO XVI. En lugar de atender a sus relaciones con la violencia y a la dialéctica amigo/enemigo prefieren prestar atención al modo como los individuos ejercen su libertad en el marco del sistema democrático compitiendo y aunando sus voluntades a través de distintas clases de asociaciones. esta traslación del individualismo económico al ámbito político se ha reforzado con la idea de que, del mismo modo que en los mercados económicos la convergencia de ofertantes y demandantes logra una correcta asignación de los recursos existentes, los procesos electorales dan lugar a un mercado político en el que concurren ofertantes y demandantes de proyectos políticos y votos que de un modo espontáneo protagonizan una correcta administración de la voluntad general.
pues bien, un primer factor de crisis, más exactamente de contradicción insoluble del sistema democrático, nos lo encontramos en el teorema de, ARROW (1994: 87-111) acerca de la imposibilidad de elegir por mayoría una función de bienestar social que afecte a más de dos alternativas o preferencias pues, en tal caso, la solución sólo puede ser impuesta.
Quiere esto decir que es imposible pasar de las preferencias individuales a las colectivas de un modo democrático. No es este un factor de crisis en términos de legitimidad del sistema democrático sino una contradicción interna que impide al sistema ser efectivamente democrática pues demuestra que las decisiones, como sospechara la teoría política clásica, siempre se han realizado de un modo autoritario o jerárquico.
Otro factor de crisis, derivado de los efectos perversos del modo jerárquico y no democrático de hacer política, es la ley de hierro de la oligarquía, enunciada por MICHELS tras analizar lo sucedido en su época con él, SPD ALEMÁN, pero que afecta en realidad a cualquier partido de masas y, en general, a cualquier gran organización, (VON BEYME, 1995: 190). esta ley sugiere que el crecimiento de los partidos y organizaciones hace necesaria la formación de especialistas o la profesionalización de políticos que, con el tiempo, se convertirán en engranajes clave, crearán zonas propias de influencia y pasarán a hacer depender el partido o la organización, no de las bases o de los principio ideológicos fundacionales, sino de sus intereses personales. Más aún, las elites de cada partido tenderán a relacionarse entre ellas, a compartir intereses ajenos a los de las bases y a los del ideario del partido y, en consecuencia, a favorecer la oligarquizarían del régimen parlamentario mismo.
pero no sólo eso, si hacemos caso a, VON BEYME (1995), esta oligarquizarían de la política que corroe como una metástasis fatal el sistema político se ha extendido a la sociedad civil facilitando la colonización de centros neurálgicos tales como las universidades, los medios de comunicación -que practicarán un "periodismo complaciente"-, las empresas públicas, los altos cargos de la administración, permitiendo la aparición de la corrupción y acelerando el desencanto y desideologización de las bases.
Es difícil localizar el subconjunto de la clase política responsable de la oligarquización. No obstante, es de suponer que en el núcleo duro deben estar algunos de los políticos con presencia más continua en el parlamento o en los puestos de más alta responsabilidad de la administración. En este sentido, un estudio de, BAENA DEL ALCÁZAR, (1999) sobre las élites y los "conjuntos de poder" en el franquismo, la transición democrática y la época socialista dan alguna pista.
Por último, volviendo a las causas estructurales de la implosión política, no conviene olvidar el mayor impacto que la crisis de legitimidad tiene en los sindicatos, reconocidos como parte importante del sistema al institucionalizarse la cuestión social. Del mismo modo que los partidos políticos, pueden hacer oídos sordos a las alarmantes tasas de abstención. Sin embargo, no pueden hacer lo mismo con el importante descenso de la afiliación que padecen.
Les afecta más este hecho que a los partidos políticos pues su poder no depende sólo de la estima que puedan despertar entre los asalariados sino, sobre todo, del poder e influencia que le proporcionen sus masas de afiliados, pues de su número dependerá la efectividad en actos de presión, como la convocatoria de huelgas, y el poder para hacer valer y reconocer sus demandas.
Nociones de democracia
Es necesario desarrollar criterios para transculturales de democracia. no hay democracia: hay procesos de democratización y principios alternativos, culturales, que permiten a los campesinos, mujeres, hombres, comunidades indígenas y negras, tener autoestima para hacer los productores de modelos democráticos incluyentes. Propone una democracia entendida como cambio en la relaciones de poder, por forma de autoridad compartida.
La democracia representativa requiere ser compartida, la democracia en nuestro contexto es de baja intensidad porque vive entre despotismo sociales y políticos, por ello se hace necesario democratizar la democracia.
Para desarrollar la democracia y lograr democracia de alta intensidad es necesario articular la democracia local, nacional y global, sobre todo en la toma de decisiones políticas.
Elementos esenciales de la democracia
Unas de las grandes conquistas de nuestro tiempo residen en que el propio concepto de desarrollo, se convirtió en inseparable de la democracia. Ya no se piensa en el desarrollo como el mero crecimiento de la renta nacional, ni tampoco como simple elevación del nivel material de los ciudadanos.
Este significado humano más profundo el proceso por el cual los pueblos se desarrollan pasa ser visto como gradual ampliación de las garantías de los derechos fundamentales y como profundización del ejercicio de la ciudadanía.
Para usar la expresión muy pertinente, se habla de "desarrollo como libertad", y es necesario las nociones de un avance.
por un lado, superan el liberalismo, insensible que apegado a los valores abstracto de una democracia meramente formal, cerraba los ojos sobre el hecho de que el atraso y el subdesarrollo no se refleja solamente en los niveles de renta o de bienestar, sino que tiene efectos sobre la propia vida democrática y el beneficio de la ciudadanía.
Por otra parte queda relegados al "cubo de basuras de la historia", la propuestas de cortes economicistas de izquierda o derecha, en las libertades democráticas, un complemento súper flúor; el desarrollo incorpora por lo tanto a la democracia como uno de sus elementos.
Diferencia entre la democracia antigua y la moderna
Bien sabemos que la idea de democracia tiene su origen en el mundo griego clásico y que tiene el sentido literal de "poder del pueblo". La experiencia de las democracias antiguas fue relativamente breve. ARISTÓTELES, clasificó a la democracia entre las formas desviadas de gobierno, tomando en cuenta principalmente que era un gobierno del pueblo cuyos intereses no correspondían al bien común, sino únicamente al de las clases bajas. A partir de entonces la palabra democracia se convirtió durante dos mil años en una palabra negativa y, según GIOVANNI SARTORI, "durante milenios el régimen político óptimo se denominó república y no democracia".
Los constituyentes de los estados unidos eran de esta opinión. En el "FEDERALIST" se habla siempre de república representativa, y nunca de democracia (salvo para condenarla). Incluso la revolución francesa se refiere al ideal republicano, y solo, ROBESPIERRE, en 1794, utilizó democracia en sentido elogioso, asegurando así la mala reputación de la palabra durante otro medio siglo. ¿Cómo es que de un plumazo, a partir de la segunda mitad del, SIGLO XIX en adelante, la palabra adquiere un nuevo auge y poco a poco adquiere un significado positivo? la respuesta es que la democracia de los modernos, la democracia que practicamos hoy, ya no es la de los antiguos".
Las discusiones sobre el asunto de la democracia y su aplicación concreta han sido largas y han consumido mucha tinta y energías, y todavía falta mucho por discutir. Lo cierto es que para muchos la democracia sigue siendo un valor digno de ser alcanzado y por lo tanto definido en un concepto lo suficientemente abierto (quizá en esto radique su dificultad) para que nadie llegue a imponerla, lo que la convertiría en democráticamente indeseable.
La idea de la democracia implica también aceptar el valor del individuo, así como la fe de que la historia puede moverse y se mueve, en cierta medida al menos, mediante la voluntad de las personas; de que no hay destino irrevocable y que como dice el mismo ROUSSEAU…"un poco de agitación vigoriza las almas y lo que realmente hace prosperar a la especie humana es menos la paz que la libertad". La democracia moderna, como gobierno de la mayoría de la población, comenzaron a aparecer en la segunda mitad del, SIGLO XIX junto con el sufragio universal, luego de la abolición generalizada de la esclavitud y la sanción de constituciones que reconocían los derechos humanos. Los elementos claves de una democracia moderna son: una constitución que define los derechos y los deberes básicos de los ciudadanos, las funciones del estado y los procedimientos de decisiones en la política.
La separación de poderes entre el parlamento, el gobierno y los tribunales. Los derechos iguales (la abolición de la esclavitud y de los privilegios).
El derecho igual de voto una persona, un voto).
La democracia moderna evolucionó en Europa y Norteamérica como una reacción en el abuso del poder por reyes y duques. Este proceso duro cien años e incluso revoluciones, guerras civiles y períodos de la anarquía en la mayoría de los países. Las revoluciones casi siempre llevaron a la anarquía en vez de la libertad. Al contrario las evoluciones lenta durante una generación o más, establecieron sistemas políticos estables.
Conclusiones
La democracia, es el aquel sistema de gobierno, en el cual la soberanía del poder reside y está sustentada, en pueblo. Es éste, por medio de elecciones directas o indirectas, quien elige las principales autoridades del país. Asimismo, es el pueblo, quien puede cambiar o ratificar a estas mismas autoridades, en las siguientes elecciones populares. Por este motivo los griegos hablaban de la democracia, como el gobierno del pueblo; de hecho este es su significado literal.
Es así, como se puede conformar una democracia directa, donde el pueblo es quien toma todas las decisiones ejecutivas y legislativas, o la democracia representativa, donde el pueblo por medio de votación popular escoge las autoridades que representarán a la ciudadanía, en la toma de decisiones.
Hoy en día, la gran mayoría de los sistemas democráticos, funcionan por medio de la representación; podemos imaginar lo complicado que sería de otra manera, con la población actual de los países.
Dentro de la democracia, quienes tienen el beneplácito, para ostentar los cargos públicos, son los integrantes de los poderes políticos. Es así, como los partidos políticos, son quienes potencian y fortalecen a la democracia. Por medio de su actuar y la alimentación de participantes, quienes escogerán por medio de las distintas elecciones, los cargos de los poderes ejecutivos y legislativos, en la mayoría de las naciones democráticas. Aun cuando, en algunas de ellas, la ciudadanía, también puede escoger a ciertos integrantes del poder judicial.
Es así, como la separación de los poderes del Estado, es uno de los pilares fundamentales de toda democracia. Cada uno de ellos es independiente y existe un control constante de uno sobre el otro. Aquello redunda en un control sobre el actuar de los mismos y evitar casos de corrupción o ilegalidades de los mismos; lamentablemente, en algunos casos estos poderes se coluden y la corrupción se hace generalizada, como aún vemos en algunos países, sobre todo en aquellos que se encuentran en vías de desarrollo.
Con respecto a la historia de la democracia, esta se remonta a la antigua Grecia. Ya que para el año 1500, antes de Cristo, nace este sistema de gobierno, por medio de la creación de la Asamblea del Pueblo, dentro de las polis o ciudades helénicas.
Esto se da, gracias al reducido tamaño de las polis, con lo cual, la población al mismo tiempo era pequeña. Es así, como todos los ciudadanos hombres libres, podían participar de la Asamblea. De aquella manera, cada uno de ellos, de manera alternada, podía ocupar uno de los puestos burocráticos de esta asamblea. Por lo mismo, que este sistema de gobierno, no era representativo, sino que se actuaba, por medio de democracia directa. Frente a cada una de las decisiones, la mayoría votante, era la que decidía sobre las distintas materias.
Es así, como en la actualidad, la democracia representativa, es el sistema más utilizado en el mundo, para dirigir los designios de las naciones. Es por tanto, que la democracia se considera, como el sistema de gobierno menos perjudicial, para el manejo de los asuntos de Estado, frente a los otros sistemas que han existido o se han diseñado.
Dentro de toda democracia que se afane de serlo, debe de existir una carta magna o Constitución. La cual será la ley madre, por la cual todas las leyes de la nación, se deberán normar y subordinar.
Dentro de toda Constitución, se establecerán las normas por las cuales se elegirán a las autoridades del país, y cómo estas deben de actuar, frente a sus cargos.
Bibliografía
TOCQUEVILLE, Alexis de. La democracia en América (1835). México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1996 (segunda ed.).
http://curso material/Trabajos/Democracia/Irene%20Web/concepto.htm
Autor:
Edgardo Calle
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |