Descargar

Una vida dedicada a la Educación. La historia de la vida de un Maestro

Enviado por Richard Oliva Guevara


Partes: 1, 2, 3

  1. Mi primera infancia
  2. Mi Adolescencia
  3. Mi juventud
  4. Muerte de Jorge Roca Pereira (Tinaja)
  5. Mi lucha por mejorar la Pedagogía Nacional
  6. Mis experiencias pedagógicas
  7. Mis estudios municipales
  8. Autobiografías

Pedí a mi padre el Dr. Húbert Oliva Salvatierra que me permita hacerle una entrevista donde me relatara su vida. Me aceptó gustoso. Este es el resultado.

Nací –me dijo- en Santa Cruz el 28 de julio de 1928. Fueron mis padres, don Filandro Oliva Suárez y la Sra. Benedicta Salvatierra Román.

Mi primera infancia

Después de haber sido bautizado en la iglesia de San Andrés fui llevado por mis padres a la hacienda ganadera y agrícola que habían formado en la localidad de Buen Retiro (aproximadamente veinte leguas de la ciudad cruceña). Fuí el segundo hijo de una familia de seis que procreó el matrimonio: Oliva Salvatierra, con los nombres de Neisa, Húbert, Róger, Norah, Iver y Carlos. Crecí mirando el manejo de ganado vacuno, caballar, porcino.

Mi segunda infancia

-El profesor Oliva nos cuenta-, que su papá le enseñó a montar caballos de carrera, afición que había heredado su padre y sus antepasados y que lo llevaba a criar ejemplares de "media sangre", con sementales traídos de la República Argentina. Uno de sus caballos de carrera se hizo famoso; ganó en las fiestas domingueras que se organizaban en diversos lugares, tales como: San José, Flores, San Ignacio, Caranda, "La loma de corral falso". "La Loma del Ambaibo" (hacienda que compró Patiño para la crianza de caballos de raza Argentina).

-Luego continuó- en todos estos lugares, ubicados en tres provincias: Ichilo (Buena Vista); Sarah (Portachuelo), Santistevan (Montero) ganó en velocidad, hasta que la fama le impidió nuevas competiciones.

Durante mi segunda infancia ingresé a un curso, que correspondía al Kindergarten moderno, pero que, por entonces, se denominaba "Preparatorio". Allí fue mi maestro un ilustre autodidacta pedagogo, nombrado Juan Villafuerte.

¿Cómo recuerda a este su preceptor? –Le pregunté-

Era un hombre que nos trataba con ternura. Nos enseñaba jugando, proponía en competencia la realización de los trabajos; esto es, que los que terminaban primero formaban un grupo para jugar y los últimos formaban otro. Terminado el trabajo, ambos (dos grupos) entraban en un juego de gimnasia que consistía en dominarse en una lucha cuerpo a cuerpo.

-El profesor Villafuerte nos enseñaba a leer y escribir, luego manualidades, especialmente hojalatería y ebanistería con instrumentos que él había comprado y eran de su propiedad: fuelle, cautel, soldadura; banco de carpintería, serrucho, escoplo, azuela, etc. Con estas herramientas nos enseñaba a construir utensilios: copas, tarros, marmitas o calderas, etc., en hojalatería; en cambio, en abanastería, con madera de un aserradero cercano, nos dirigía para fabricar juguetes: bicubicos, volantines, la estructura de una vivienda en miniatura, etc.

Corriendo el año 1936, -me informó- mi padre don Filandro Oliva ayudó a un compañero de estudios suyo, a realizar su política a la diputación por la provincia Ichilo, se trataba de don Virgilio Serrate Ibañez, al que le encargó que tramitara la fundación de la primera escuela unitaria en el modesto pueblito que se fue formando con el nombre de Buen Retiro.

El nuevo representante de la Provincia, cumplió fielmente con su promesa y se fundó: primero la Escuela Unitaria, luego se cambió a tres cursos: primero, segundo y tercero de instrucción primaria,

La escuela Preparatoria del profesor Villafuerte desapareció con profunda nostalgia para nosotros: unos veinte infantes que asistimos a ella y recibimos el trato cariñoso de nuestro maestro don Juan Villafuerte; pero ya nos había motivado para el estudio y el trabajo manual.

Mi niñez o tercera infancia.-continuó-

En la nueva escuela fundada en Buen Retiro, comprensión en el cantón San Carlos de la provincia Ichilo, donde llegó a trabajar un entusiasta joven de familia distinguida de la ciudad de Santa Cruz. Se trataba del bachiller Oscar Saucedo Ribera de quien admiramos su sabiduría. Le fue entregado el Tercer Grado de Instrucción Primaria, al que ingresó con mucho entusiasmo.

A este curso ingresé con la admiración de escuchar a nuestro maestro quién nos inició en el estudio de las matemáticas (las cuatro operaciones y las regla de tres simple), de la botánica, zoología y la Historia Nacional.

Por él conocí en las guerras de la independencia, por primera vez, la personalidad del genio de Bolívar, su epopeya y su muerte, decepcionado en Santa Martha. Su exclamación doliente y desesperada: ¡ He arado en el mar ! y su última proclama, que es bueno recordar: "Colombianos: si mi muerte contribuye a que cesen los Partidos y se consolide la unión; yo bajaré tranquilo al sepulcro".

Resulta pues, que mi profesor don Oscar Saucedo Ribera, me había designado para que yo lea una alucución en presencia de los padres de familia que debían reunirse con motivo de celebrarse los festejos del 6 de agosto de 1938 y para el efecto había escrito una biografía de Bolivar que concluía con la proclama citada. No sé cómo me desempeñé; pero el público me aplaudió –comentó-.

Las motivaciones diarias de mi profesor –me dijo- me llevaron a solicitarle a mi mamá que le pidiera a su hermano el ilustre maestro normalista don Francisco Salvatierra Román ("don Panchito" como lo llamaban cariñosamente sus colegas), por entonces, Inspector Departamental de Educación, que me mandara revistas que ya no utilizaban sus hijos.

Mi entrañable madre que anhelaba para nosotros (sus hijos) una educación mejorada me pidió que hiciera una carta para él y que ella acompañaría a la suya. Así ocurrió, y a la vuelta del correo, mi incomparable tío me envió una colección de la revista "Billiken" dirigida por el brillante maestro uruguayo, Constancio C. Vigil. Desde el momento que las recibí –me relató, con indisimulada emoción- comencé a leerlas. Fue quizá, su contenido pedagógico, empapada del alma del niño, el que me motivó a encauzar mi vida hacia la educación pública.- me afirmó- A pesar de que desciendo de una familia de educadores por la línea de mi madre.

Aquí, -permíteme hijo, hacer una digresión-. Te decía que desciendo de educadores. Voy a relatarte entonces, la vida de alguno de ellos: mi abuelo materno nombrado Francisco María Salvatierra, fue colaborador del más eficiente reformador de la educación pública cruceña. Se trata del eminente pedagogo argentino, el profesor, Bernabé A. Sosa, allá por los años de la primera década del siglo XX, contratado a iniciativa del Ministerio de Educación del Presidente Montes Dr. Juan Misael Saracho (año 1909).

Los hijos del maestro Francisco María Salvatierra, siguieron su ejemplo, entre los más destacados, merecen citarse, el profesor Victor Salvatierra Román que desempeñó los cargos de maestro de Geografía Universal en el Colegio Nacional "Florida", luego fue Rector de este colegio, y después, desempeñó la Cátedra de Derecho Romano en la Universidad "Gabriel René Moreno" donde ejerció, por tres veces, el cargo de Rector Interino. El último hijo de mi abuelo materno, que llevaba su nombre: Francisco María Salvatierra Román (hijo) estudió en la Escuela Nacional de Maestros de Sucre, donde llegó a "lomo de mula". Desempeño los cargos Director de la Escuela Modelo "Rafael Peña" (escuela No 1 en la reforma dirigida por don Bernabé A. Sosa), luego se desempeñó como Director Departamental de Educación. Fue designado enseguida, como Jefe del Distrito Escolar del Parapetí (con asiento en Camiri), también fue Jefe del Distrito Escolar de Vallegrande y en igual cargo en el Distrito Escolar de la Provincia "German Busch" (con asiento en Puerto Suárez). Fue pues, pionero de los principios de la Escuela Activa.[1]

Y aunque es difícil hijo mío, relatar la historia de uno mismo, no puedo dejar de referirme a la contribución de mi madre, la Señora Benedicta Salvatierra de Oliva, a la educación. Mi madre –querido hijo- primero fue maestra en la Escuela "Juan Lorenzo Campero" de la localidad de Buen Retiro. Luego Directora. Se jubiló con 35 años de servicio. Se puede decir que fue co-fundadora de esa escuela que hoy consta de ciclo secundario (años de la década de los cuarenta).

Su hermano, Serapio Salvatierra Román, fue Director de una Escuela en Buena Vista (Provincia Ichilo), y Director de una Escuela de la comunidad de Guarayos hasta su jubilación. Su hermana Angélica Salvatierra Román fue profesora de Idiomas en una Escuela de Niñas de la ciudad de Santa Cruz, hasta alcanzar su jubilación.

Mis hermanos: Neisa, Róger y Norah Oliva Salvatierra fueron también maestros. Norah se jubiló con 25 años de docencia. También sus hijas son maestras. Como puedes ver, querido hijo, tenemos una larga tradición en esta noble labor que compartimos.

En fin, volviendo al relato de la historia de mi vida puedo afirmarte que tengo una larga tradición de maestro. Primero, me inicié como interino, luego y después de mis estudios en la Escuela Nacional de Maestros de Sucre, lo hice como profesional.

Mi padre, don Filandro Oliva Suárez, era descendiente de una de las familias de hacendados de la Provincia Ichilo; cuyos dueños fueron, don Lino Oliva y don Benicio Oliva (este último, mi abuelo paterno). Un latifundio de pampas con centenares de cabezas de ganado vacuno y equino, se extendía entre la Provincia Ichilo, Sara y Santa Rosa y cuyos propietarios eran las personas ya citadas. Mi padre contribuyó a la mantención del Ejército boliviano en la Guerra del Chaco con ganado vacuno, caballar y cereales (arroz y maíz).

Mi Niñez o Tercera Infancia

Terminado mis estudios en la Escuela de Buen Retiro que sólo contaba, entonces, hasta el tercer curso, viajé a la ciudad de Santa Cruz, veinte leguas a lomo de caballo, acompañado de un "mozo" y continué mis estudios en la Escuela N° 4 que llevaba el nombre de un pedagogo, el profesor Angel Chávez Ruíz. Fueron mis maestros los profesores José Zelaya, Artidoro Barbery y nuevamente el meritorio profesor Zelaya, que fue ascendido a maestro del 6° Curso.

Mi Adolescencia.-

A la conclusión de mi Instrucción Primaria ingresé al colegio más memorable que tenía la ciudad de Santa Cruz, el Colegio Nacional "Florida", que fue fundado en la presidencia de Andrés de Santa Cruz, cuya primera estrofa de su himno, todavía resuena en mi recuerdo:

"Templo de la luz y del saber

Casa solariega, y viejo lar.

Donde siempre hallamos con placer,

De la ciencia y de la patria, altar"

Eran mis profesores: Gerardo Torrez, de Aritmética, Aníbal Rojas Palma, de Matemáticas, Ricardo Palma, de Ciencias Naturales, Sigfrido Villarroel, de Castellano, Ignacio Salvatierra, de Química, José Descarpontriz, de Dibujo y el profesor Eduardo Velasco Franco, como Director del Colegio.

Por este colegio pasaron generaciones de cruceños que después hicieron historia: los hermanos Barbery, Edmundo Roca Arredondo que después se mataron por disputas en el M.N.R., el Dr. Melchor Pinto Parada, Presidente del Comité Cívico, Dr. Luis Sandoval Morón, que fue Jefe del Comando Departamental del M.N.R., Adolfo Román (hijo) que inició las luchas cívicas en Santa Cruz, Virgilio Vega, fundador de la Central Obrera Departamental y Diputado Nacional que redactó el proyecto de interpretación del Artículo 104 del Código del Artículo 104 del Codigo del petróleo, cuya ley interpretativa fue promulgado por Rubén Julio Castro como Presidente del Congreso y ante la negativa del Presidente Dr. Hernán Siles Zuazo; y, por fin numerosas generaciones de célebres cruceños pasaron por sus aulas.

Un maestro cruceño escribió una lista de hombres de la élite cruceña pero, ¡qué ingrato¡ olvidó de su profesión. No citó a célebres maestros, con mucha razón les ha dicho que la profesión del maestro es "la berucienta de la sociedad. Hagámosle justicia citando requiera unos cuantos.

Son pioneros de la educación cruceña: Pacuto Molina Mostajo, Mario Mojica Montaño, Felipe Leonor Ribera, Gustavo Parada, Rómulo Gómez, Rafael Peña, Neftalí Sandoval, Nicomedes Antelo, Victor Salvatierra Román, Eduardo Velasco Franco, Reinerio Gutiérrez, Manuel José Justiniano, Romeno Antunez, Ruendo Rosado y otros.

En la educación primaria no puedo dejar de citar al Profesor Avelino Peredo, Ricardo Zuna, Francisco Salvatierra Román, Humberto Ibañez Soruco, Angel Chávez Gutierrez, Mario Sandoval Saavedra, Mario Ibáñez López.

Los reformadores.

No podemos olvidar a los reformadores: Prof. Bernabé a Sosa (de origen argentino que se enamoró de Santa Cruz y se casó con la señorita Petrona Suarez), el Prof. Francisco María Salvatierra, Felipe Leonor Ribera, Pidado Román.

Estos y muchos otros son los mentores de la cruceñidad y los que formaron a los cruceños que han construido la ciudad de los Cañeros: la ciudad de Santa Cruz en que vivimos como en un jardín de las delicias.

Mi juventud.-

Egresé de bachiller el año 1948 y me inicié como novel profesor de primaria en una escuela unitaria de una hacienda ganadera de propiedad del señor Luis Añez Escalante (1949). Al año siguiente, me trasladaron a Camiri donde fui designado profesor del tercer curso de la Escuela "Gral. Germán Busch". Estando como profesor interino en esa escuela, tuve la noticia de que el Instituto de Investigaciones Pedagógicas de Sucre, mandaría una comisión pedagógica para recibir exámenes a los profesores interinos. Yo me preparé para rendir el examen y cuando llegó la comisión me presenté con otros maestros a rendir la prueba en 1950.

No recuerdo cuánto tardaron en llegar los resultados, pero el hecho fue que llegaron y mi nombre se hallaba en la cabeza de los aprobados, debiendo viajar a Sucre para cursar estudios pedagógicos en la Escuela Nacional de Maestros "Gran Mariscal de Ayacucho", en uso de una beca que sólo alcanzaba para comer. Escribí a mis padres comunicándoles la noticia y ellos respondieron que me ayudarían con lo que faltara. Desde 1950 hasta 1954, inclusive, cursé cuatro años de entrenamiento pedagógico. Asistíamos a clases de mañana y tarde y desde el tercer curso llevamos junto a la teoría pedagógica, la práctica en el Colegio "Hernando Siles"; en cumplimiento del aforismo de que: la teoría sin práctica es utopía y la práctica sin teoría es rutina. ¡Cuánta gratitud debo a esta escuela formadora de maestros!.

El año 1954 dí examen de grado y práctica pedagógicas y egresé. Habiendo llevado la bandera de mi sección, en mérito de las notas de mi aprovechamiento.

Con mi título en Provisión Nacional de Maestro me presenté ante la Jefa del Distrito Escolar, Sra. Natalia Callaú, que me pidió, como condición que me inscriba en una Federación de Maestros "Demócratas". Yo me negué, manifestándole que había estudiado para profesionalizarme y que eso me era suficiente documento que me liberaba de condiciones políticas. Desde ese incidente entré en la lista negra: de los maestros, cuyo delito era defender la educación científica, laica y verdaderamente democrática. Después me enteré que los denominados "demócratas" eran pues maestros falangistas (fascistas) y "emenerristas" y que en todas las asambleas hacían "mayorías" controlados bajo la amenaza del perder el cargo; eran pues maestros políticos interinos e improvisados. Con lo que se infirió grave daño a la Instrucción Primaria en Santa Cruz. ¡Cuán pesado fue este lastre para la educación de los cruceños!.

El año 1955 participamos en una fórmula de transacción encabezada por Oscar Céspedes Azogue, Guísela Braun Sciaron, Mario Ibañez Lopez y yo, en la cartera de vinculación sindical. Victoriosa nuestra fórmula fuí delegado a los ampliados de la Central Obrera Departamental presidida; entonces, por el dirigente Petrolero Tomás Cabrera, que fue llamado a La Paz, para ingresar a la Federación Nacional de Petroleros, habiendo quedado a cargo de la Central Obrera Departamental el representante de los constructores Hormando Suárez Solano. Eran los años de la encarnizada lucha política entre el Movimiento Nacionalista Revolucionario (M.N.R.) y Falange Socialista Boliviana (F.S.B.). El M.N.R., por entonces, era el partido político más fuerte de la historia nacional. Había derrotado al Ejército en tres días de lucha en la insurrección popular del 9 de abril de 1952, con el apoyo de don Juan Lechín Oquendo, Secretario General de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (F.S.T.M.B.), quien dirigió las acciones; trayendo en FF.CC. a los mineros de Milluni y la Chojlla, quienes tomaron por asalto el arsenal de "Coiconi" y se armaron. Por su parte la "Falange" había ganado a su favor a la clase media de La Paz y todas las ciudades del país, pero no tenía apoyo de obreros y campesinos. En las elecciones de 1956, Falange se dio cuenta que por la vía electoral no tenía esperanzas de llegar al Poder; entonces se decidió tomar la vía del Golpe. Y desde 1957, inició una oposición violenta: asimiló la ideología del fascismo, de la fuerza y la violencia.

La insurrección popular del 9 de abril de 1952

Esta parte se encuentra atrás

Yo fui designado por la Federación de Maestros para asistir a los ampliados de la C.O.D. Cumplí esa misión ayudando a los trabajadores a exigir que se mostraran los Seguros Sociales en Santa Cruz. Fui nombrado para integrar una Comisión negociadora que viajó a La Paz a exigir a los directivos de la Caja Nacional de Seguridad Social (C.N.S.S.). La Comisión no tuvo éxito y a nuestro regreso organizamos un paro general. Esta medida fue todo un éxito y los altos dirigentes de la institución aseguradora dispusieron la instalación de los seguros.

La segunda reivindicación de Santa Cruz en la que participó la Central Obrera Departamental fue en las luchas cívicas demandando la construcción de los servicios básicos de la ciudad. En estas luchas me tocó a mí jugar el modesto papel de haber llevado a la Universidad Gabriel René Moreno (U.A.G.R.M.) la idea de la organización de la Unión Juvenil Cruceñista, pero como ente cívico que movilizaron al pueblo y no como organismo violento social en que la Falange la transformó en 1958.

¿Cómo surgieron los orígenes de la Unión Juvenil?.

El año 1957, llegó a la C.O.D., una invitación cursada por el Comité Pro Santa Cruz para conformar un Comité Pro Comitenario de la fundación de nuestra ciudad (fundada el 26 de febrero de 1…

La C.O.D. no designó un representante para que asista. Nos reunimos en el Club Social "24 de Septiembre".

La misma que fue presidida por el Dr. Melchor Pinto Parada que había sucedido en la Presidencia al industrial azucarero don Ramón Darío Gutierrez que a su vez había sucedido al Dr. Guillermo Wende. Todos pensadores de la élite cruceña.

A la reunión asistieron los representantes de la Universidad, Dr. Rosurando Sanabria Fernández, por los ferroviarios, Lorgio Serrate Ribera, por los Tansportistas N. N. Rodríguez; por la Central Obrera Departamental, mi persona; y, por la FUL, Fausto Mecarano Sandoval. El presidente del Comité informó que en esa reunión se debía haber conformado el Comité por IV Centenario; pero por motivo de la poca asistencia al convocar a una nueva reunión. Con lo que suspendió la reunión.

Yo me dirigí al "Café Norte" de propiedad de Lorgio Chávez y que quedaba a una cuadra hacia el Oeste de la esquina del Club 24 de Septiembre. En este café se reunían gringos con ideas progresistas. Llegado al citado local me ubique junto a dos amigos; Jorge (Gordo) Ibañez y Lorgio Vaca Marchetty, los que preguntaron de donde venía – Yo les informé todo lo tratado en la reunión.

Jorge Ibañez me hiso la siguiente reflexión: a todos los cruceños nos interesa que esta ciudad cuente con los servicios básicos: alcantarillado, agua potable y pavimento; pero –me dijo- un Comité de viejos me temo que no tengan éxito y nos va a encontrar la pcho de IV Centenario, tal como estamos. "¿Por qué no le llevas la idea de organizar a las juventudes, universitarias, de secundaria y obreras, para que movilicen al pueblo y se les pone pie a los viejos del Comité?". Al falangista de Fausto Medrano le va interesar la idea.- "No importa- que se aproveche Falange porque al final se van a enfrentar a las empresas petroleras imperialistas que no cumplen con la ley Busch de 1938 que establece que deben dejar una participación del 11% para los departamentos productores de petróleo como regalías independientemente del impuesto que deben pagar al Estado; porque el Código Davenport y Chuster – para engañar a nuestro país sólo reconoce las regalías que las paga al Estado.

A mi me interesó la idea y le agradecí a mi amigo. Tomé mi café y luego cambiamos de tema. Al día siguiente se la propuse al dirigente de la FUL, Fausto Medrano Sandoval, quien mostró mucho interés y me pidió si yo podía ayudarle.- Yo le acepté.

Medrano convocó a Asamblea. Primero a la Facultad de Derecho donde yo cursaba el segundo nivel. Comenzado el acto informó del proyecto y luego me cedió la palabra y yo expliqué que la finalidad que se buscaba era movilizar al pueblo cruceño para que haga suya la idea de contar con los servicios de cuya falencia adolecía la nuestra. Inmediatamente después intervino un militante falangista llamado Felipe Castro Parada expresando que él se oponía porque lo que querían "los comunistas" era destruir el Comité Pro Santa Cruz. Luego le explicamos que nosotros no eramos "comunistas" y que lo que proponíamos era más bien fortalecer al Comité. Castro abandonó la sala, cruzó la Plaza 24 de Septiembre que dividía el edificio central de la Universidad y la casa del Dr. Melchor Pinto; a los pocos minutos llegó el Dr. Pinto j…. porque había el graderío rápidamente, y nos dijo "Muchachos qué están haciendo", ¿por qué quieren organizar otro comité? –Doctor- les repusimos- pase, tome asiento que le vamos a informar que nada de eso ocurre aquí. Le explicamos y entendió. Luego nos dijo –"Disculpen si he sido mal informado". – Los dejo deliberar, sigan adelante.

El Asamblea de Derecho aprobó el proyecto y resolvió convocar para el día siguiente a una reunión más amplia para nombrar un Comité Ad – Oc. (octubre del año 1957). Al día siguiente se designó un Comité Ad – Oc organizador presidido por el Dr. Carlos Valverde Barbery, Toto Gomez y "Pitungo" Landivar, quienes organizaron realmente a la juventud cruceña; pero muy pronto se convirtió en "grupo de choque" del Comité Pro Santa Cruz con muchos afectos, por Falange. Lo que hizo que nos retiráramos llegado el año 1958, las elecciones convocadas por Valverde fueron ganadas por el ex capitán José Gil Reyes militante de la falange.

Muerte de Jorge Roca Pereira (Tinaja).-

A fines de octubre de 1957, me tocó también ser testigo de un hecho doloroso. Aconteció que el gobierno dictó un Decreto estado de sitio desde el día 20 de octubre de 1957 y las instituciones cívicas de Santa Cruz interpretaron la medida como destinada a asaltar los justos reclamos cívicos, por lo que respondió con la realización de un Cabildo Abierto, el mismo que se realizó e hicieron uso de la palabra numerosas personalidades. La C.O.D. delegó a mi persona para que la represente. Así lo hice, en pocas palabras que fueron gravadas, como todos los demás discursos, dije, más o menos, lo siguiente: "Nuestro pueblo vive una paradoja, pues mientras de su suelo surge el petróleo que beneficia a las empresas petroleras norteamericanas, los cruceños nos debatimos entre los arenales de sus calles y sin sus más elementales servicios de luz, agua potable, alcantarillado y pavimento y todavía se nos priva de la libertad para reclamarlos. Tenemos derecho al 11% de regalías del petróleo que se extrae de nuestro subsuelo". Recuerdo todavía como el Dr. Pinto me jalaba de atrás el saco para que no me extienda o pierda la coherencia.

El cabildo decretó paro general de 48 horas, que comenzó a las 0 horas de día 31 de octubre de 1957. Ese día a las 10 de la mañana estuvimos sentados con Lorgio Vaca Marchetty en uno de los banquillos de la plaza frente al edificio del Club 24 de Septiembre, cuando, se nos acercan un compañero de secundaria en el Colegio Nacional, acompañado de otros, y me decarrira como el Correo no ha parado (quedaba al frente) –Verdad, le respondimos, vamos a decirle que paren. En efecto, nos acercamos y le manifestamos que estábamos en paro, que ordene el cierre. Así lo hizo el administrador; y nosotros nos retiramos.

Los cinco que ya éramos nos dirigimos frente a la Muvia realidad que funcionaba donde hoy queda la Casa de la Cultura.

No se veía funcionamiento alguno, pero pasados unos minutos entraron en fila india unos diez milicianos con sus armas y se dirigieron a sus oficinas que tenían en el interior.

Roca nos dice – vamos a sacarlos. No.- Dijimos nosotros, están armados.- No sean cobardes, hay que hacer cumplir el paro!. Luego nos animamos y entramos por el pasaje central y corriendo íbamos a llegar al cruce de otro pasaje transversal, salió un agente y saltó por encima de nuestras cabezas, una ráfaga de Pistani que hizo vibrar el piso. Nosotros retrocedimos. Yo me oculté en el quicio de una puerta. Luego volvimos al intento, a lo que salió un miliciano y nos amenazó con un fusil. Jorge Roca Pereira se lo agarró y comenzó un forcejeo, a lo que salió nuevamente el de la Pistani y nos soltó una nueva ráfaga mayor. Roca, soltó el forcejeo y dio la espalda para escapar, a lo que recibió un balazo en la espalda que salió por el pecho abriéndole un enorme boquete que en pocos segundos se desangró solo dio una media vuelta para quedar de espalda. Cayó en dirección donde yo había encontrado el quicio de la puerta, como tengo dicho, como mi refugio.

Tendido sobre el lago de su sangre, lo arrastramos hasta la puerta de la calle. Una muchacha de apellido Cronembolt, se quitó su enagua, la empapó de sangre e improvisó una bandera con la que dio vuelta a la plaza gritando –¡Han matado a un cruceño!. Los otros subieron a las torres de la catedral y repicaron las campanas. En el tiempo de media hora la plaza estaba llena y el pueblo rodeó la manzana.

Los agentes al Control Político que habían abandonado sus armas y buscaron por donde escapar, pero donde caían en la calle opuesta los denunciaban y eran apresados. Todos señalaban a uno de apellido Páres o Rojas. No estoy seguro.

A Jorge Roca se le organizó una "Capilla Ardiente" en la propia Municipalidad donde había caído. Yo estuve en el velatorio hasta la madrugada, luego me retiré. Cuando volví al día siguiente supe que el indicado homicida había recibido un balazo en la cabeza y que en el Hospital se hallaba en estado de "coma". Luego murió.

Presencié también la muerte de Gumercindo Coronado.

Con motivo del homicidio de Jorge Roca Pereira, la Unión Juvenil Cruceñista y su homóloga femenina presidida por la abogada Elfy Albrech exigieron al gobierno el retiro de la fuerza de revocación, llámese Control Político y Comando Departamental del M.N.R. de la ciudad de Santa Cruz, por el peligro que representaban para la población cruceña. El Comité Cívico Femenino se declaró en huelga de hambre y la Unión Juvenil Cruceñista liderizada por el Dr. Carlos Valverde Barbery se armó con los artefactos que pudo (fusiles, escopetas, sabones y numerosas armas cortas) y salió con dirección a la pampa del Parí, a los "mangales" donde tenía su cuartel general el Comando Departamental del M.N.R., comandado por el abogado Luis Sandoval. Detrás de la columna armada, nos enfilamos numerosos jóvenes que no llevábamos armamento alguno.

Ya en el escenario de la pampa de "El Parí", comenzó la balacera de ambos balacera de ambos bandos, de manera que avanzamos tendidos al suelo y "a la rastra", protegidos para no ser vistos detrás de pequeños islotes de un arbusto llamado "espino blanco" que se hallaban cubiertos de una planta trepadora que se la conoce como "balsamina". Detrás de cada islote unas pequeñas columnas de desarmado: así iba Gumercindo Coronado, yo y algunos. A Gumercindo se le ocurrió cruzar de un "mogote" a otro y cayó atravesado de costado a costado, pero por la ubicación del corazón, cayó muerto en forma instantánea.

Para recogerlo esperamos que tiña la noche y cese la balacera, llevado a la casa del Dr. Pinto que quedaba en la esquina de la plaza frente a la Catedral, él lo examinó y dijo que estaba muerto.

De esta manera, fui testigo de los dos muertos que se produjeron en los primeros días de las luchas cívicas.

El golpe de Falange en Santa Cruz.- El 14 de abril de año 1959 Falange preparó sus mejores cuadros para dar un golpe que aseguraban llevaría el Poder a Oscar Unzaga de la Vega, ya se hallaba comprometida la Pobeía de todas las ciudades y algunas guarniciones militares. Era el cumpleaños de Oscar Unzaga y sus partidarios pensaban hacerle ese regalo; ponerlo en el Palacio.

La Célula "O" de Santa Cruz cumplió parcialmente con el Plan; fue tomada íntegramente; pero en La Paz había ocurrido lo contrario, en la toma del cuartel Sucre fueron acribillados a balazos la columna que se dirigió hacia este cuartel, después de haber escuchado una misa en la parroquia de San Francisco. ( )[2]

Oscar Unzaga y su acompañante hallado –según fuentes oficiales se habían suicidado en el baño de la calle "barecaja" Nº 188. En las otras ciudades no hubieron pronunciamientos de ninguna naturaleza.

El gobierno del Dr. Hernan Síles Zuazo mandó regimientos armados y campesinos de la localidad de "Ucuriña" en una operación punitiva. A los pocos días de la retoma de la ciudad de Santa Cruz, llegó la aciaga noticia de que cuatro falangistas que se hallaban ocultos en una hacienda de Terebinto habían sido asesinados por los campesinos que llegaron comandados por militares.

Mi nuevo destino en la ciudad de La Paz.- Después de nuestras luchas en la Central Obrera Departamental en la instalación de los seguros sociales en Santa Cruz, los trabajadores de varias federaciones y sindicatos nos eligieron dirigentes de Seguridad en Santa Cruz.

Eramos los principales dirigentes: Lorgio Vaca Marchetty por la C.O.D. y este humilde servidor (Húbert Oliva Salvatierra) por la Federación de Maestros.

En estas condiciones se realizó en 1959, el II Congreso de Seguridad Social convocado por la Federación Nacional de Trabajadores de Seguridad Social (FENSEGURAL) liderada por entonces por Enrique López Huillas y Jaime Crespo Mendizábal. Después de tres días de deliberaciones y concluidas las deliberaciones, los trabajadores de Seguridad Social del país, nos eligieron a los dos representantes de Santa Cruz, el primero, como Secretario General y el segundo de Relaciones, por lo que al tener la RENSEGURAL se de en La Paz, debíamos trasladarnos a esa ciudad.

Por esta razón a pocos días del golpe fallido de Falange yo viajé a La Paz. Allá se nos improvisó una habitación en la Sede Local de los choferes, una cuadra más arriba de la fábrica SAID (barrio fabril). El dirigente Secretario de Conflictos; Luis López Osinaga, consiguió que nos darán alimentación temporal en el Instituto Maternológico "18 de Mayo".

De manera que nuestra primera obra que realizamos fue conseguir que la sede de la FENSEGURAL se sibugue en un edificio de propiedad de la Caja Nacional de Seguridad Social ubicado en la calle "Janacocha" No. 428, en su planta baja, donde organizamos un comedor para veinte personas, y, luego, fuimos consiguiendo la desocupación de algunas habitaciones del primer piso donde instalamos sala de huéspedes en forma gratuita. En el comedor se pagaba por buena comida un peso boliviano.

Sin embargo, olvidaba yo narrarte uno de los acontecimientos más amargos de mi vida. Ocurrió que a pocas semanas de mi llegada a La Paz, en la madrugada del 1º. de julio de 1959, fui sorprendido por una patrulla, de más o menos, quince milicianos que irrumpieron en la habitación en que dormía en el barrio fabril, denominado "Pura Pura" y con órdenes violentas me obligaron a incorporarme, vestirme y darme por detenido sin ninguna orden judicial ni justificativo alguno.

Yo tenía una mesa llena de libros que fue rebatida hoja por hoja donde había guardado un pequeño carnet que me lo conocía como uno de los fundadores de la "Unión Juvenil Cruceñista", institución odiada por los políticos del M.N.R., puesto después de la gestión de Carlos Valverde había sido coartada por la Falange Socialista Boliviana, al haber ganado las elecciones el ex – capital del antiguo Colegio Militar desmovilizado el 9 de abril de 1952, José Gil Reyes. Este personaje era connotado militante de Falange; de manera que el documento encontrado entre mis libros hacia presuponer que yo era un emisario de este Partido.

Después de una búsqueda infructuosa de armamento y quizá otro documento, clareando el día, me sacaron; afuera estaban parqueados tres jeep "Toyota" largos que eran los que usaban de Control Político, todos estaban con las llantas bajas; pues habían comenzado a llegar los choferes de la Caja y los trabajadores de la fábrica SAID y posiblemente ellos habían realizado la operación. Bajamos unas cuadras y luego llegó refuerzo, llamado por "Huoqui Toqui".

Fui conducido a los comedores de Control Político que quedaba frente al edificio de la Corte Superior del Distrito. Pasé todo el día en ese inmueble internado en que los trabajadores de la Caja hicieron saber que yo había sido detenido arbitrariamente con lo que algunas amistades mías me hicieron llegar un colchon y dos frazadas.

La noche siguiente, en horas de la madrugada fui entrevistado con palabras sagaces por Luis Gayan Contador y N.N. Arce, ambos de conducta terrorista por sus hazañas de torturas.

Sus primeras preguntas fueron que se me había comprobado ser miembro informante de la Falange y que en esa calidad que hacía yo en La Paz? Se me insistía de que yo había sido mandado por el Sr. Melchor Pinto para organizar un nuevo Comité u organización adicta a este dirigente. Se me preguntaba, con graves amenazas, donde se hallaba oculto Lorgio Serrate….. que como falangista y dirigente de la Federación de Ferroviarios había sido designado dirigente de la C.O.B.

Varias noches fui sacado a declarar y casi con las mismas preguntas. Mis respuestas fueron siempre las mismas: que yo era dirigente de los maestros, de los trabajadores de Seguridad Social, Representante Nacional de estas últimas ante la Central Obrera Boliviana, que jamás había pertenecido al Partido de la Falange, que mi ideología era de izquierda, pero que no pertenecía a ningún partido Político, que me había trasladado a La Paz en cumplimiento de un mandato del II Congreso de los trabajadores del Seguro en escala nacional, y, por último, que no conocía el paradero de Lorgio Serrate.

Del Control Político fue trasladado al Panóstico Nacional que queda al lado naciente de la plaza Sucre de la ciudad de La Paz y ahí permanecí hasta la noche del 15 de julio de 1959 con que una vez, por alto Parlante, llamó mi nombre indicando que saque mis pilchas porque se "había dispuesto mi libertad". Eran como las nueve de la noche; yo resolví dejar mis trastos en las oficinas de salida. ¡Si se perdían no me importaba!. Pensaba donde ir. Hasta que resolví dirigirme donde vivía la hermana de un compañero de Federación a quien debo tantos favores que nunca he podido retribuírselos. Así terminó la odisea de mi apresamiento.

La continuación de mis estudios de leyes en la Universidad Mayor de San Andres.- Inmediatamente después de este desgraciado acontecimiento volví a Santa Cruz y saqué todas mis notas que tenía hasta el vencimiento del Tercer Curso. Con ellas pedí al Rectorado la convalidación de ellas y mi inscripción al Cuarto Curso. Felizmente el señor Rector, entonces el Dr. Carlos Terrazas Torrez había encargado a la Secretaria que me pidiera que yo me entrevistara con él. En efecto, así ocurrió. Me recibió en su despacho y después de los saludos de rigor, me dijo lo siguiente:

Lo he hecho venir para esta entrevista porque convicción que algunas universidades del país no enseñan algunas disciplinas del Derecho, tales como Derecho Civil, Derecho Internacional Privado, Derecho Administrativo y Derecho Político; por esta razón no le he convalidado las materias indicadas, debiendo Ud. igualarlas en las Mesas Receptoras que funcionaran dentro de dos meses. Y era mi deseo que Ud. no vaya a pensar que por regionalismo yo le ponía esta condición. Yo le acepté y le agradecí pidiéndole que se me indique dónde podía conseguir los copiados. El Rector llamó a la Secretaría y le ordenó que me indique el lugar donde quedaba el departamento de Policopiados. Le volví a agradecer, nos despedimos y nos volvimos a ver en el acto del examen de Derecho Civil del que formaba parte del Tribunal. Vencí los exámenes indicados y me incorporé al Cuarto Curso, habiendo continuado hasta el vencimiento del Plan de Estudios y mi egreso. (Años 1959, 1960,1961).

Volvía a Santa Cruz, preparé una tesis con el Título de EL PROBLEMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN BOLIVIA, para optar al título de LICENCIADO EN DERECHO. La hipótesis que sostuve en la Tesis indicada postulaba que siendo la Seguridad Social una reforma socialista no podía preparar en el sistema capitalista cuya ley fundamental es la producción y reproducción ampliada de ganancias. Por consiguiente, terminaría tragada por el sistema. La tesis contenía numerosos casos de negociados escandalosos, y, por último, una deuda astronómica del Estado Capitalista que era imposible honrar, con más la deuda del aporte patronal, la seguridad social estaba al borde de la quiebra. Nuestra Seguridad Social de entonces, se hallaba fundada en el denominado sistema de reparto.

Con el título de licenciado pedí a la Corte Superior del Distrito se me fije día y hora para rendir el examen de abogado y doctor en Derecho, fecha que me fue fijada el año de 1962. Este examen me fue aprobado con mención Honrosa. En la recepción que ofrecí en el Círculo de Amigos Ramón Hurtado Moreno e hizo uso de la palabra el catedrático de reconocida oratoria Dr. Leonor Ribera Arteaga y, mi persona, agradeciendo a mi familia, a los catedráticos meritorios y al Tribunal que nos acompañaba.

Pedí toda mi documentación y una vez en mi poder viajé de nuevo a la ciudad de La Paz donde tramité mi título en Provisión Nacional de abogado que llevó todavía la forma del Dr. Víctor Paz Estensoro.

Abrí un modesto buffete frente a la puerta costanera del Edificio de la Corte Superior del Distrito, sobre la calle "Yanacocha" No. 428. Ahí ejercí mi profesión de abogado durante más de 10 años, luchando contra una desleal competencia fundada en la envidia, que son lo dice José Fraganisios: Yacen designados en un círculo de piedra cenicievita, son todos junto aun parecían lívido, como sus caras llorosas, cubiertas por cilicios formando un panorama de comentarios vivientes".()[3]

Mis luchas sindicales en la Central Obrera Boliviana (C.O.B.).- Corría el tiempo en el líder sindical, don Juan Lechín Oquendo acariciaba la idea de llegar al Palacio de Gobierno como Presidente de la República (era la época de los años sesenta). Dicen que para cerrar el paso a este mismo cargo, al preclaro dirigente emenerrista Dr. Walter Guevara Arce, gran teisión político que preparó un Plan de Gobierno para lo que él llamó la Revolución Nacional, contestó la Tesis de Pulacayo del memorable político Guillermo Lora y criticó la ingenuidad de Hugo Banzer Suárez, con dos célebres libros: La tesis de Ayopaya y "El abrazo de Charaña", se realizó un contubernio entre Paz, Siles y Lechín, donde se resolvió llevar a Lechín a la Vicepresidencia de la República.

Partes: 1, 2, 3
Página siguiente