Cierto que Jesús no fue un ratón de biblioteca que se dedicase a estudiar los múltiples rollos de Qumrán con sus variadas exégesis bíblicas. Su contacto con las Escrituras fue sobre todo a través de la lectura pública y la predicación. Por eso hay que saber cuáles eran las tradiciones interpretativas y homiléticas de la época. ¿Habrá que tener en cuenta también los apócrifos del Antiguo Testamento y algunos de los escritos de Qumrán en cuanto que reflejan ideas muy diseminadas en aquella época? ¿Habrá que estudiar los Targumim o la primera literatura rabínica con los tremendos problemas de fechación que esto supone?
Por otra parte, ¿en qué medida hay que presuponer que Jesús tuvo contacto con el judaísmo helenizado de Séforis, cuyas excavaciones han dado tanto que hablar en la última época! ¿Hay que imaginar a un Jesús imbuido de la cultura griega del teatro de Séforis? ¿Habrá más bien que aceptar la visión evangélica de un Jesús que evita las grandes ciudades griegas?
Hay que plantearse también la validez de la tesis del Jesus Seminar que han subrayado el trasfondo pagano grecorromano de Jesús, subrayando las semejanzas con los filósofos cínicos ambulantes, y dando marcha atrás en la progresiva judaización de Jesús típica de la tercera búsqueda.[35]
El verdadero alcance de la influencia helenística sobre Jesús es discutible. Determinados parecidos externos con formas culturales de filósofos itinerantes pueden ser puramente casuales y las fuentes que poseemos indican más bien que los influjos culturales y religiosos que modelaron a Jesús provenían más bien del mundo judío palestino.
Por eso el gran mérito de la tercera búsqueda es haber puesto de relieve que el Verbo encarnado se ha encarnado en una carne judía, y no en una naturaleza humana abstracta o universal. Sin verdadero judaísmo, no hay verdadera humanidad en Jesús.
9.- Mejor conocimiento del judaísmo palestino en el que vivió Jesús
No ha podido dejar de influir en esta investigación los sorprendentes éxitos de la arqueología en Israel durante los últimos decenios, que han desenterrado ciudades enteras, descubriendo así el marco en el que se desarrolló la vida de Jesús. Pensemos en las excavaciones de Séforis, Nazaret, Cesarea marítima, Cafarnaúm, Betsaida, Beisán.
La literatura apócrifa intertestamentaria ha sido enriquecida con nuevos libros cuya naturaleza judía o cristiana no ha sido aún plenamente elucidada. Pensemos por ejemplo en el Testamento de los Doce Patriarcas o las Odas de Salomón.[36] Junto con estas nuevas fuentes, los descubrimientos de Qumrán nos han dado una visión mucho más pluralista del medio judío en el que vivió Jesús, lo cual ha contribuido a hacer saltar algunos estereotipos que identificaban judaísmo con rabinismo.
Se da en la tercera búsqueda un claro intento de contrarrestar las caricaturas del judaísmo, del rabinismo y del fariseísmo, que han sido tradicionales en la exégesis cristiana, especialmente entre los protestantes alemanes que han venido a hacer equivaler rabinismo con catolicismo, para atacar a ambos de un solo plumazo. El mayor problema será situar a Jesús dentro del abigarrado mundo del judaísmo del siglo I. Como dice Meier, es un cliché repetido que Jesús fue un judío, lo importante es establecer qué clase de judío fue, y en cuál de los distintos grupos judíos habría que clasificarlo.[37]
Especialmente los estudios de Qumrán iluminan mucho no tanto la persona de Jesús como su entorno religioso, y en ocasiones hay paralelos notables entre ambos, y algunos textos qumránicos han servido para aclarar algunos puntos oscuros de dichos evangélicos.[38]
10.- Diferencias notables en las conclusiones a las que llegan
Pese a las características citadas, que confieren rasgos comunes a los investigadores de la tercera etapa, hay que reconocer que existen diferencias notables, sobre todo a nivel de las conclusiones que extraen de sus investigaciones. Unos subrayan lo escatológico y otros lo sapiencial. Unos subrayan lo individual y otros lo social.
J. J. Bartolomé cita a J. Bowman en un párrafo muy denso de bibliografía, en el que se recogen todas las distintas imágenes de Jesús que se han ido esbozando en los últimos 40 años. En el fondo podemos apreciar el alto grado de proyección de los propios valores que hay en estos estudios que pretenden ser objetivos. Como ironizaba Manson, "Por sus vidas de Jesús les conoceréis".[39]
Mientras que E. P. Sanders y J. P. Meier subrayan la dimensión escatológica del mensaje y la vida de Jesús (Jesús, profeta escatológico y no reformador social), J. D. Crossan y R. A. Horsley subrayan la dimensión social y presentan a un Jesús promotor de una profunda revolución social (Jesús, profeta social y no escatológico).
Las diferencias se deben ante todo a la metodología elegida, al valor relativo que se da a las distintas fuentes y a la forma misma de publicar los resultados obtenidos. A este respecto conviene aquí citar, por la notoriedad pública que ha adquirido, al colectivo de estudiosos norteamericanos que forman el "Jesus Seminar".[40] Precisamente por esa notoriedad, se corre el riesgo de extender a toda la "Third Quest" su metodología y los resultados de su investigación, que el número citado de la revista "TIME" califica de provocativos y hasta iconoclastas.
b) El "Jesus Seminar"
El "Jesus Seminar" se constituyó en 1.985 y está formado por algo más de 70 biblistas e historiadores, entre ellos los más conocidos son R. W. Funk, que funciona como punto de referencia del grupo, M. J. Borg y J. D. Crossan (ver bibliografía). Al margen de cualquier confesionalidad, intentan determinar la autenticidad histórica de los dichos de Jesús. Para ello se intercambian constantemente los resultados de sus investigaciones. Dos veces al año, algunos de ellos se reúnen y, tras discusiones previas, proceden a votar sobre la historicidad de los dichos de Jesús, considerados aisladamente.
El procedimiento que siguen resulta cuando menos curioso: introducen en un cubo unos abalorios o cuentas de plástico de colores diversos. Cada color expresa el valor histórico distinto que se le concede al dicho que se somete a consideración. Los abalorios son de cuatro colores: rojo, rosa, gris y negro. Introducir el abalorio rojo significa afirmar que el dicho atribuido a Jesús es indudablemente suyo ("That"s Jesus"); el rosa, que Jesús probablemente dijo algo así ( "Sure sounds like Jesus"); el gris, que Jesús no dijo exactamente eso, pero que las ideas contenidas en el dicho son suyas ("Well, maybe"); el negro, por fin, que Jesús no dijo eso y que el dicho en cuestión representa la perspectiva o el contenido de una tradición tardía o diferente ("There"s been some mistake").
Curiosamente al final de las votaciones se llega a una mezcla de los veredictos de todos, buscando un color de consenso. Pero podría darse el caso de que el color final sea rosa sin que necesariamente ni uno solo de los votantes hayan escogido este color. Basta que muchos hayan elegido el rojo, y otros el negro o el gris.
El "Jesus Seminar" ha publicado en 1993 una obra -"The Five Gospels"[41] (los cinco evangelios)- que ha causado un fuerte impacto en el mundo creyente norteamericano. En ella se presenta una traducción de los cuatro Evangelios canónicos junto con la del Evangelio de Tomás, apócrifo, y se recoge el resultado final de las investigaciones del grupo. Según ellas, solamente el 18% de las palabras puestas por los Evangelios en labios de Jesús pueden haber sido pronunciadas por él. Al Evangelio de Juan no se le concede fiabilidad histórica y sólo un dicho de Marcos ha merecido el abalorio rojo. De todo el Sermón de la Montaña de Mateo sólo las expresiones "Nuestro padre" y "Amad a vuestros enemigos", junto con otros cuatro breves dichos, pueden considerarse palabras auténticamente pronunciadas por Jesús.
Según ellos, los Documentos más fiables para reconstruir los dichos de Jesús son la fuente Q y el Evangelio apócrifo de Tomás, siempre críticamente analizados. Al conceder valor prioritario a las parábolas y a los proverbios de Jesús, el "Jesus Seminar" nos presenta a un Jesús sabio, cuyo estilo de vida desinstalado y marginal recuerda al de los filósofos cínicos, solidarizado con los "don nadie", preocupado por el cambio social histórico y del que están ausentes los aspectos escatológicos y apocalípticos.
El Jesús Seminar ha suscitado una gran controversia y son muchos los estudiosos que no están de acuerdo ni con los presupuestos, ni con los métodos ni con los resultados. Una crítica acerba de se puede encontrar en el libro The Real Jesus.[42] De una forma más sintética se puede leer una crítica parecida en un escrito de Wright.[43]
Las principales objeciones de Wright a la obra del Jesus Seminar se resumen en tres puntos:
(1) Se ha partido de una imagen preconcebida de Jesús como filósofo itinerante, y a partir de ese presupuesto se dictaminan como auténticos sólo aquellos dichos de Jesús que cuadran con la imagen previa asumida. Así no encajarían con esta imagen las citas de la Escritura, los aforismos en primera persona, los exorcismos, la adopción de discípulos y seguidores, o las predicciones de la pasión.
(2) Se ha eliminado cualquier dicho que pueda tener un sabor apocalíptico o escatológico. Según ellos fue la primitiva Iglesia la que reinterpretó escatológicamente dichos de Jesús que no tenían este alcance. De este modo se está alienando a Jesús de su contexto del siglo I en el que el género apocalíptico era comúnmente usado como un conjunto de metáforas para expresar los deseos de liberación social, política y teológica.
(3) Asumen como principio que los únicos dichos originales de Jesús son los aforismos breves y aislados. Cualquier tipo de narración más compleja o de parábola o discurso serían elaboraciones posteriores de la primera comunidad. Olvidan así que en la tradición oral priman las narraciones y las parábolas. Es sólo más tarde cuando algunos dichos se aíslan para ser transmitidos independientemente.
Se puede leer una defensa frente a estas críticas de los detractores del Jesus Seminar en Una crítica de la obra de Ben Witherington III puede leerse en Robert J. Miller, "Can the Historical Jesus be Made Safe for Orthodoxy? A Critique of The Jesus Quest by Ben Witherington III", JHC 4 (1997)120-137; el mismo artìculo aparece en Internet:
virtualreligion.net/forum/reaction.html
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Notas al tema 1
TEMA 2.-
Seguiremos el esquema de J. P. Meier ("Criterios: ¿Cómo decidimos qué es lo que proviene de Jesús?", en Un judío marginal, vol. 1, 183-209).
I.- LOS PROBLEMAS EN LA EVALUACIÓN DE LOS DATOS HISTÓRICOS
Para poder evaluar la relación que hay entre el Jesús histórico y el judaísmo de su época, necesitamos poder precisar cuáles son los rasgos característicos de Jesús, y cuáles son los rasgos característicos del judaísmo de su época. Ambos estudios están llenos de dificultades, porque las fuentes para el conocimiento de Jesús y del judaísmo de final del segundo templo no son inmediatamente fiables.
En ambos casos, como veremos, muchas de las fuentes no son contemporáneas, sino que han sido redactadas más tarde, a la luz de desarrollos doctrinales posteriores que han influido en el modo cómo se nos describe tanto a Jesús como al judaísmo.
El tiempo que media entre los hechos históricos recogidos y el momento en que se han redactado las fuentes, ha sido un tiempo enormemente creativo, en el que las comunidades y las doctrinas han evolucionado a una gran rapidez. Esto es verdadero tanto de la primitiva comunidad cristiana como del rabinismo de Yavne.
¿Cómo distinguir entre lo que tiene origen en Jesús y lo que procede de la tradición oral de la Iglesia primitiva, o de lo que es producto de la labor redaccional de los evangelistas? ¿Cómo distinguir lo que procede de tradiciones judías anteriores y lo que es producto de la elaboración creativa de los primeros rabinos?
Comparemos por ejemplo Gálatas 3,28 y una de las primeras bendiciones de la mañana en el Sidur de oración judío. Dice Pablo: "Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer". Dice la oración rabínica a la que nos referimos: "Bendito seas, Adonai, Dios nuestro, rey del universo, porque no me has hecho pagano, […] porque no me has hecho esclavo, […] porque no me has hecho mujer".
El parecido y el contraste son impresionantes. ¿Se puede establecer una relación de causalidad? ¿Se puede decir que Pablo estaba refutando el espíritu que se hace presente en dicha oración? Para eso habría que demostrar primero que la bendición del Sidur ya existía en la época de Pablo. En caso contrario, bien pusiese suceder que no es Pablo quien refuta al Sidur, sino el Sidur el que refuta a Pablo.
Ahora bien el problema, como veremos es que no es nada fácil fechar las tradiciones rabínicas, con lo cual cualquier conclusión es siempre incierta.
Pongamos un segundo ejemplo que analizaremos más detenidamente en su momento. A la hora de ver la relación de Jesús con la Torah, tendremos que estudiar si Jesús violó de hecho la Torah en alguna ocasión. Los fariseos acusaron a Jesús de violar la Ley por no lavarse las manos antes de comer. ¿Realmente contravenía Jesús la Ley al omitir esta ablución? ¿Se trataba simplemente de una quaestio disputata en aquella época, o se trataba de un precepto claramente obligatorio para todos los judíos? ¿Lo que estaba en juego era la hermenéutica de la Ley o la validez de la Ley?
Los evangelios están escritos cuando ya el cristianismo había roto con el judaísmo, y bien pudo suceder que se están retroproyectando a la época de Jesús mismo determinadas rupturas que sólo tuvieron lugar mucho después. Se puede estar poniendo en labios de Jesús determinado tipos de afirmaciones que la Iglesia sólo llego a formular mucho después. A propósito de las disputas sobre la pureza, Marcos nos trae el logion de Jesús: "Todo lo que de fuera entra en el hombre, no puede contaminarlo, pues no entra en su corazón, sino en el vientre, y va a parar al excusado" (Mc 7,19). Seguidamente el evangelista hace una interpretación de este dicho: "Así declaraba puros todos los alimentos". Podemos preguntarnos si de hecho Jesús declaró puros todos los alimentos de una forma inequívoca, si esto es lo que los discípulos habían entendido en su momento, o si esta conclusión por más legítima que sea no es directamente atribuible al Jesús histórico.
Será necesario retrotraernos lo más posible a las fuentes más antiguas, en que dichos y hechos de Jesús no hayan sido sometidos todavía a remodelaciones o reinterpretaciones a la luz de los sucesos posteriores. Esto nos llevará a un cuidadoso estudio de la historia de la redacción de cada uno de los evangelios, sobre todo de Mateo y de Lucas, algunas de cuyas fuentes conocemos. Más difícil es en el caso de Marcos y Juan cuyas fuentes nos son más desconocidas, pero aún así, en muchos casos es posible distinguir entre lo que es redaccional y lo que es tradicional en los textos. La historia de las formas nos permitirá ir más allá de las primeras fuentes escritas, para conjeturar el tenor de los textos en la etapa previa de la tradición oral.
En el caso de los evangelios trataremos de buscar concordancias en documentos que ciertamente proceden de fuentes diversas, tanto de otros dichos evangélicos no dependientes, como de otros textos del Nuevo Testamento independientes de los evangelios y anteriores a ellos, como pueden ser las cartas de Pablo.
Tanto para el judaísmo como para Jesús, será importante cotejar las fuentes internas, con las externas, es decir las fuentes redactadas por personas ajenas al grupo en cuestión y por tanto supuestamente imparciales.
Daremos un valor muy especial a los documentos de Qumrán, que se han escrito antes del tiempo fundacional del cristianismo o del judaísmo rabínico, y por tanto no han podido sufrir ningún influjo por parte de ellos, ni han podido ser posteriormente editados o manipulados por unos u otros.
Pero antes de entrar en este análisis, buscaremos unos principios objetivos que nos ayuden a evaluar el material. Ya en la "New Quest" empezaron a formularse explícitamente dichos criterios, que, como hemos visto, han sido posteriormente revisados y matizados en la "Third Quest". Se trata simplemente de criterios aproximativos, y por eso René Latourelle nos dice que no confundamos criterios con pruebas.
II.- LOS CRITERIOS DE HISTORICIDAD
A partir de la New Quest se ha intentado formular con precisión los criterios generales que ayudan a dilucidar la autenticidad de los dichos y hechos de Jesús. Algunos de estos criterios han sido sometidos a discusión, y se han ido aquilatando. Como resultado de ello se ha ido arrumbando algunos cuya validez no ha podido comprobarse.
Los criterios se pueden usar de una forma positiva o negativa. De forma positiva se usan cuando demuestran que un determinado dato es auténtico. Por ejemplo, una actitud de Jesús que rompe con lo habitual en el judaísmo anterior a él y con la comunidad cristiana primera, debe remontarse a Jesús mismo. En cambio los criterios usados negativamente son los que demuestran que un determinado dato no puede ser auténtico. Estos criterios son más universales. En el caso citado un uso negativo del criterio (rechazable) sería afirmar que lo que no encaje con el judaísmo ni con la comunidad primitiva no puede remontarse a Jesús mismo.
En cualquier caso los criterios deben exigir un mínimo, y al mismo tiempo no exigir demasiado. Si no exigieran el mínimo requerido, podrían dejar colar como auténticos hechos o dichos que no tienen por qué serlo. En cambio si exigiesen demasiado, podrían tildar de inauténticos a datos que no tienen por qué serlo. Por dar un ejemplo, diríamos que el criterio de múltiple atestación exige que al menos dos fuentes independientes den testimonio de un mismo hecho. Si bastase con una sola fuente, o con varias fuentes dependientes una de la otra, el criterio sería insuficiente. Si exigiese que al menos fueran tres o cuatro fuentes independientes, sería un criterio excesivo.
a) Criterios primarios
1.- Criterio de dificultad (Schillebeeckx) o de "contradicción" (Mayer).
Se centra en acciones o dichos de Jesús que hubieran podido chocar o crear dificultades a la Iglesia primitiva, o debilitarla en las disputas con los ponentes. El material embarazoso sobre Jesús habría ido siendo suprimido o suavizado en etapas posteriores. Es altamente improbable que la Iglesia se esforzase en crear algo que le iba a resultar embarazoso.
El mejor ejemplo es el bautismo de Jesús. Marcos introduce el hecho. Mateo, siente la necesidad de dar una interpretación apologética en el diálogo de Juan y Jesús. Lucas no dice expresamente que Juan bautizase a Jesús, y nos ha contado ya antes la prisión de Juan. Juan hace referencia a la teofanía, pero no la relaciona con el bautismo, y de hecho no nos narra el bautismo. Asistimos a un progresivo escamoteo del tema.
Un caso similar es la afirmación de Jesús de que no conoce el día ni la hora finales (Mc 13,32) Algunos manuscritos griegos eliminan "ni el Hijo". Lucas no recoge el dicho.
Por otra parte, el hecho de que este material embarazoso no haya sido suprimido del todo, es la mejor prueba de que la transmisión de la tradición no se sentía libre para añadir o quitar libremente los recuerdos sobre Jesús. Podríamos añadir datos como la traición de Judas o las negaciones de Pedro.
Pero este criterio tiene sus limitaciones
a) Los casos difíciles bien definidos no abundan en la tradición evangélica
b) lo que nosotros podemos juzgar embarazoso, quizás no lo fue para la Iglesia primitiva. ¿Es embarazoso el grito de Jesús en la cruz citando el salmo 22? El grito de desamparo no encaja en Lucas y Juan, y por ello lo han sustituido, pero la alusión al salmo del justo doliente ofrece una interpretación teológica del relato. Los salmos de lamentación recogen estas quejas. Además a la luz del resto del salmo no citado, la frase no suena tan desesperada. Esta cita del salmo pudo haber sido una interpretación teológica no histórica, lo mismo que la de Lucas o la de Juan.
2.- Criterio de discontinuidad (disimilitud; irreductibilidad dual)
Se centra en las palabras o actitudes de Jesús que no pueden derivarse del judaísmo de su época ni coinciden con el medio y la teología de la Iglesia primitiva posterior.
Pensemos por ejemplo en la radical prohibición del juramento, rechazo del ayuno voluntario, total prohibición del divorcio…
Según los Evangelios Jesús se dirige al Padre con la expresión aramea "Abbá" y utiliza la expresión: "amen lego", "en verdad os digo". Ahora bien, según J. Jeremias, "en ninguna parte en la literatura de las oraciones del antiguo judaísmo se encuentra esa invocación a Dios como Abbá [= padre, con el matiz de papá], ni en las oraciones litúrgicas ni en las particulares". Eso significa que nos encontramos aquí con una inequívoca característica de la manera única como el mismo Jesús se expresaba, de su ipsissima vox. Lo mismo podría decirse del uso del "amén".
Por las mismas razones, las expresiones "venid detrás de mí", "os haré pescadores de hombres" (Mc 1,16-20) son auténticas de Jesús; en el judaísmo era el discípulo quien elegía a su maestro, y no al revés, como hace Jesús con autoridad. Esta discontinuidad muestra la autenticidad y originalidad de esta llamada. Por otra parte, está también en discontinuidad con el ambiente de la Iglesia primitiva, porque "seguir a Jesús" no tiene sentido sin referencia al Jesús terrestre ni se usa para expresar la fe en Cristo.
Vale también para expresiones que están en pugna con la práctica de la primitiva Iglesia como "no toméis el camino de los gentiles ni entréis en la ciudad de los samaritanos" (Mt 10,5).
Sobre este criterio, usado de forma positiva, hay acuerdo unánime: si se demuestra que un dicho o hecho del evangelio no proviene ni del judaísmo ni de la Iglesia primitiva, necesariamente tiene que provenir de Jesús mismo. Hasta Bultmann o Käsemann están de acuerdo.
Se aplica mejor este criterio al contenido de los dichos que a su fraseología (wording). Para N. Perrin es el criterio fundamental. Recientemente este criterio ha sido sometido a crítica.[44]
Theissen analiza las objeciones posibles a este criterio de desemejanza. Según él implica una dogmática encubierta y un prejuicio que lleva a la distorsión de la historia; favorece la aparición de una imagen antijudía de Jesús y además sus postulados no son verificables.
Morna Hooker se queja de que en realidad no poseemos un buen conocimiento del judaísmo del siglo I, o de los orígenes cristianos, como para poder evaluar lo que enlaza o deja de enlazar con ellos. Quizás Hooker exagere demasiado. Sí poseemos un cierto conocimiento del judaísmo del siglo I gracias a Josefo, Filón, Qumrán y el NT. Pero también hay que reconocer con ella que para que este criterio fuera totalmente válido requeriría un conocimiento del judaísmo y de los orígenes cristianos mayor del que desgraciadamente poseemos. Por eso el uso más aceptable de este criterio es el uso positivo. Puede valer para aceptar aquellos dichos que no encajan en el judaísmo o en la primitiva comunidad. En cambio el uso negativo es más problemático y no hay por qué rechazar a priori los que sí encajan.
Otra objeción es que este criterio acaba ofreciéndonos una caricatura de Jesús, al divorciarlo del judaísmo que influyó en él y de la Iglesia primitiva que lo veneró y transmitió. Si Jesús hubiera sido totalmente discontinuo, habría resultado incomprensible. Nadie es totalmente incomprensible.[45]
Imaginemos que Lutero hubiese expuesto sus enseñanzas oralmente, y luego sus discípulos las hubiesen puesto por escrito. Si excluyéramos de Lutero todo lo que tuviera paralelos con los autores medievales anteriores a él, o con los teólogos luteranos de finales del XVI o del XVII, ¿qué quedaría de Lutero?
Centrarse en las peculiaridades de Jesús, lleva a subrayar lo llamativo, pero acaso periférico en su mensaje. La unicidad de Jesús es un concepto escurridizo. Hablemos mejor de lo "característico", de lo "insólito".
Theissen considera que este criterio fue típico de la etapa segunda, la de la "nueva pregunta", y debe ser cambiado en la Third Quest, que tanto insiste en el judaísmo de Jesús. Sanders llega a afirmar que Jesús no pudo haber declarado puros todos los alimentos, porque esto sería demasiado revolucionario para su época. Por eso algunos han llegado incluso a dar la vuelta al principio. Theissen habla más bien del criterio de plausibilidad histórica, que admite la inserción de Jesús en su contexto judío y su influencia en el cristianismo primitivo
Theissen exige lo contrario de lo que exigía el antiguo criterio de desemejanza. Jesús sólo pudo haber hecho y dicho lo que un judío carismático del siglo I hubiera podido decir y hacer. No se niega que pudiera haber entrado en conflicto con su entorno, ya que el judaísmo de la época está lleno de judíos carismáticos conflictivos; pero su crítica ha de ser contextualmente viable.
Se puede decir lo mismo acerca de la discontinuidad de Jesús con la primitiva Iglesia. Desde el principio hay en la comunidad la conciencia de una tradición que tiene que ser transmitida. Existe un ministerio importantísimo de "enseñantes". Como dice Dunn, ¿qué otra cosa iban a enseñar estos enseñantes, sino la tradición acerca de Jesús?[46]
Por ello, debemos suponer que los desarrollos de la primera comunidad estuvieron muy influenciados por el fenómeno de Jesús, y por los recuerdos de lo que había dicho y hecho. A priori postulamos una plausibilidad contextual. Con lo cual podemos formular con Theissen lo que se ha dado en llamar "contexto de plausibilidad histórica": "Lo que es plausible en el contexto judío y permite comprender la génesis del cristianismo primitivo, puede ser histórico".[47] En cambio, cualquier imagen de Jesús que sea radicalmente contraria al contexto de la primera comunidad, es rechazable. Una vez más este criterio se puede usar mejor como criterio positivo que como criterio negativo.
3.- Criterio de testimonio múltiple
Dichos que estén atestiguados en más de una fuente literaria independiente: Marcos, Q, Pablo, Juan, tradición mateana especial, tradición lucana especial. A las fuentes canónicas habría que añadir las fuentes apócrifas que han sido muy valoradas por algunos de los estudiosos de la tercera búsqueda.
Datos atestiguados en más de una forma o género literario. Distinguimos básicamente entre hechos y dichos de Jesús. Entre los géneros literarios relativos a los hechos están los relatos de controversia, relatos de milagros, sumarios, Entre los géneros literarios de los dichos están las parábolas, las profecías, los aforismos, las bienaventuranzas, los ayes, los pronunciamientos introducidos por Amén, las consignas dadas en imperativo, las sentencias sapienciales.
Veamos algunos ejemplos: las palabras de Jesús sobre el pan y el vino en la última cena, la prohibición del divorcio, la profecía sobre la destrucción del templo. Para McArthur éste era un indicador infalible de historicidad, y había que darle prioridad.
En cualquier caso ni todo lo que tiene una atestación múltiple es auténtico, ni todo lo que sólo está atestiguado en una fuente es inauténtico. Este criterio tendrá que se siempre utilizado en conjunción con los demás.
Por eso, algunos como G. Petzke[48]están menos entusiasmados con este criterio. Afirman además que no es posible saber con certeza qué fuentes son independientes entre sí. Teóricamente este criterio ofrece dos puntos débiles:
a) Está demasiado ligado al análisis de las fuentes escritas, pero no tiene en cuenta la problemática de la Historia de las Formas y la tradición oral anterior.
b) Un dato puede gozar de atestación múltiple por haber sido de gran importancia en la comunidad cristiana primitiva y haber influido en todos los cauces de la tradición. En consecuencia, con este sólo criterio nos remontamos a los estratos más antiguos de la tradición presinóptica, pero no necesariamente al nivel histórico de Jesús. Como dice C. Evans, la atestación múltiple no es necesariamente prueba de historicidad, sino sólo de antigüedad.[49] En casos aislados no es a priori imposible que un dicho de Jesús fuera inventado en los primeros tiempos de la comunidad cristiana y se difundiera enseguida en las distintas corrientes de tradición.
Una variante es la que expone Sanders que busca los puntos de vista comunes a amigos y enemigos. Es interesante ver a Jesús a través de los ojos de sus oponentes. Los Evangelios se basan en la "propaganda", y la tendencia (en este caso, por una buena causa). Sabremos más acerca de Jesús y su impacto -o falta de él- si conocemos lo que pensaban sus enemigos. Aquello en que coinciden amigos y enemigos es presumiblemente material seguro y fiable. Dos facetas de su actividad y mensaje destacan como confirmadas por esta prueba:
a) amigos y enemigos aceptaron que Jesús realizó milagros, especialmente de curación.
b) también coincidieron en que Jesús anunció el "reino de Dios".
Con estos criterios o pruebas, que ya utilizó en su libro Jesus and Judaism, escribe E. P. Sanders su libro: "La figura histórica de Jesús", que con rigor científico expone una narración de fácil lectura.[50]
Lo curioso es que incluso para Crossan, tan amigo de valorar las fuentes no canónicas, todo el material que está atestiguado en varias fuentes se encuentra de hecho al menos en una de las fuentes canónicas. Dicho de otra manera, no hay ningún material con testimonio múltiple que no aparezca al menos en una de las fuentes canónicas. Lo cual viene a sugerir que todo el material evangélico creíble deriva últimamente de los evangelios canónicos.
4.- Criterio de coherencia
Sólo puede entrar en juego después de haber aislado cierta cantidad de material histórico mediante la aplicación de criterios anteriores. Favorece la verosimilitud de dichos o hechos que encajen con lo que ya sabemos de Jesús.
Es menos probatorio que los anteriores. Los primeros cristianos, conectados con el espíritu de Jesús, pudieron inventar hechos o dichos que encajasen con la imagen que tenían ya de él.
Como nos dice Evans, este criterio es más aplicable a los hechos que a los dichos de Jesús. Los dichos fueron pronunciados en un cierto contexto que hoy es difícil de recomponer, y por ello resulta más difícil interpretar qué querían decir exactamente en el contexto original de Jesús. Por eso los dichos se prestan mucho más a la manipulación subjetiva del exegeta. En cambio los hechos, aunque requieran siempre de una cierta interpretación, son más objetivos. Una vez establecidos algunos hechos básicos, como el bautismo de Jesús, el hecho de haber sido un predicador galileo itinerante y un sanador, o que reunió un grupo de discípulos, o que fue crucificado por las autoridades romanas, puede ser utilizado este retrato robot como criterio primario para determinar que otros hechos y dichos encajan dentro de esta figura.[51]
El establecimiento de una serie de hechos bien probados puede ayudar a ampliar las bases de datos. Pero hay que tener mucho cuidado con hacer un uso negativo de este criterio para excluir hechos o dichos que no encajen con lo ya conocido sobre Jesús. ¿Quién decide lo que es congruente y lo que no lo es? Una cosa es que no nos parezcan congruentes a nosotros y otra que no le parecieran congruentes a Jesús.
El pensamiento semítico se recreaba con las paradojas, que no responden a nuestra lógica occidental aristotélica. Además Jesús era un predicador popular con destreza oratoria que se dirigía a públicos diversos. No tiene nada de extraño que usase lenguajes diversos para cada público. No esperemos una presentación sistemática como la que se encuentra en un tratado teológico. Tampoco las cartas auténticas de Pablo están exentas de paradojas.
De ahí que carezca de sentido tratar de excluir las dimensiones escatológica y sapiencial del discurso de Jesús. Jesús pudo haber hablado sobre el reino como presente y futuro a la vez, o pudo haber profetizado una venida del reino y una venida del Hijo del hombre.
5.- Criterio de rechazo y ejecución
Difiere de los anteriores. No nos dice si un hecho concreto o un dicho son auténticos. Nos hace valorar el hecho de que Jesús fue rechazado y condenado a muerte a manos de funcionarios judíos y romanos, y postula que debió haber algo en su doctrina y en su praxis que den razón de esta animosidad. El Jesús que emerja de nuestro estudio histórico tiene que ser "un Jesús crucificable". "Un poetrasto informal que se pasara el tiempo pronunciando parábolas y cuentos japoneses, un esteta literario que se opusiera a los movimientos del siglo I o un Jesús blandengue que simplemente invitase a la gente a contemplar los lirios del campo, no habría supuesto una amenaza para nadie, como tampoco son una amenaza los profesores de universidad que crean esa imagen de él".[52]
Evans usa este criterio en contra del Jesus Seminar que pintan un tipo de Jesús sapiencial tal que no se ve qué razones pudo haber para crucificarle ni de parte de los romanos, ni de parte de los judíos.
b) Criterios secundarios o dudosos
1.- Criterio de huellas de arameo
Es utilizado por J. Jeremias. Se trata de huellas de vocabulario, gramática, sintaxis, ritmo y rima; facilidad para retrotraducir al arameo.
Este criterio adolece de serios problemas. Muchos de los discípulos primeros eran arameoparlantes. Ellos también hubieron podido crear logia de trasfondo arameo. ¿Cómo distinguir entre un dicho de trasfondo arameo de Jesús en el año 29, y otro inventado por un discípulo arameo hablante en el año 33? En la Iglesia de Jerusalén ya se utilizaba también el griego desde un principio entre los discípulos helenistas. La traducción al griego no es un hecho posterior, sino que tuvo lugar ya desde el principio de la tradición.
La facilidad de retrotraducción no implica que un dicho griego arameizante sea más auténtico que otro de sabor griego más clásico. La diferencia entre ambos puede estar simplemente en la calidad del traductor.
Además los cristianos helenistas conocían muy bien los Setenta, tan semitizantes, y pudieron haber inventado dichos en un griego semitizantes, que no tenían por qué tener un Vorlage arameo. Este puede ser el caso del evangelio de Lucas.
Además muchas de las formas que llamamos semitizantes eran ya patrimonio de la koiné, es decir, de la lengua que se hablaba en los niveles menos cultos de la población.
Jeremias trata de describir un estilo personalísimo en el arameo de Jesús, en su ritmo, aliteración, asonancia, pasiva divina… Pero este argumento encierra el peligro de circularidad. Además si el estilo de Jesús era tan personalísimo, esto indica que no resultaría difícil de copiar por discípulos posteriores.
2.- Criterio del ambiente palestino
Serían más verosímiles los dichos que encajen en costumbres, creencias, procedimientos judiciales, prácticas comerciales y agrícolas, o condiciones sociales y políticas que existían en Palestina en la época de Jesús.
Negativamente este criterio excluiría los dichos de Jesús que reflejasen condiciones que no coincidieran con las de Palestina, o no coincidieran con las de la época de Jesús. Esta versión negativa es más útil. Los dichos que demuestra preocupación por la dilación de la parusía, por la misión de la Iglesia entre los gentiles, o por normas eclesiales de dirección y disciplina son creaciones postpascuales.
Este criterio fue muy utilizado por Bultmann, pero le falló su conocimiento de las verdaderas condiciones de Palestina en la época de Jesús. Los descubrimientos de Qumrán mostraron que la Palestina de Jesús era mucho más aparecida a las condiciones del Jesús evangélico de lo que Bultmann pensaba.
El criterio positivo no es tan útil, porque las condiciones de Palestina no cambiaron tanto desde la época de Jesús hasta la época de la formación de las tradiciones sobre él.
3.- Criterio de viveza narrativa
Algunos tienen a interpretar el colorido narrativo de Marcos a recuerdos del Jesús histórico, y en concreto a la predicación de Pedro. Así por ejemplo V. Taylor.[53] Pero todo narrador puede conferir viveza a su relato, por más ahistórico que sea. Taylor insiste en datos pintorescos que no sirven a ningún fin en el relato, mientras que en otro caso narra los hechos con un gran laconismo. La viveza del relato por tanto no se puede achacar a la creatividad redaccional del evangelista, porque entonces estaría siempre presente. Se trataría en estos casos, según Taylor de fidelidad a una tradición que incluía esos detalles.
4.- Criterio de las tendencias evolutivas de la tradición sinóptica
Muy discutible para Meier. Bultmann pretendía conocer las leyes seguidas por la tradición sinóptica en su evolución, y detectar así lo que era primitivo de lo que era tardío. Tendencia a hacer los detalles más concretos, a añadir nombres propios, convertir en discurso indirecto citas textuales, eliminar palabras arameas.
En realidad no se puede afirmar que existan leyes fijas, y aunque pudiésemos formularlas, serían verificables en la etapa postmarcana de Lucas y Mateo, pero no en la etapa premarcana de Marcos.
El único uso básico de este criterio que admite Meier es el tratar de excluir los rasgos que estén muy impregnados del vocabulario, estilo y teología que se han detectado como característicos de cada evangelista. Porter hace notar cómo las dinámicas de cambio no son lineares, y no van siempre de lo simple a lo complejo. Sanders ha probado que la tradición se mueve en direcciones opuestas.[54]
5.- Criterio de presunción histórica
¿Dónde cae el peso de la prueba, el onus probandi? ¿Del lado crítico que niega la historicidad o del crítico que la afirma? En este punto hay actitudes irreductibles. El escoger una u otra no es debido a actitudes científicas, sino a actitudes extracientíficas.
Muchos pretenden que "in dubio pro traditione". Meier con Marxsen y Mayer, está más bien entre los que creen que el peso de la prueba debe recaer en el que trate de probar algo. Pero no necesariamente hay que pronunciarse por "histórico" o "no histórico". Queda una tercera papeleta: Non liquet.
c) Conclusiones
El uso de criterios tiene más de arte que de ciencia, y requiere sensibilidad para el caso individual en vez de una aplicación mecánica. Habrá que evaluar los casos en que la aplicación de distintos criterios contrapuestos apunta en una misma dirección.
Los investigadores no han podido resistir la tentación de resumir aquellos rasgos de mayor verosimilitud histórica en una especie de retrato robot hecho con los datos avalados por la aplicación de uno o más criterios.
Dichos retratos robots no siempre coinciden. Algunos autores tienden a ser maximalistas o minimalistas. La opción por una u otra actitud probablemente no tiene nada que ver con el rigor histórico, sino con los aprioris ideológicos, psicológicos, culturales y aun comerciales de los distintos exegetas.
Expondremos como botón de muestra dos de estos retratos robots, el de McArthur y el de Fuller.
Para McArthur[55]éstos son los elementos que están presentes en todas las ramas de la tradición sinóptica: Proclamación del reino, presencia de los discípulos en torno a Jesús, los milagros de curaciones en general y los exorcismos, un vínculo con el Bautista, el uso de parábolas, la preocupación por los rechazados, especialmente recaudadores de impuestos y pecadores; una ética radical; el énfasis en el mandamiento del amor; la exhortación a practicar el perdón; las disputas sobre la observancia del sábado y otras prácticas legales; dichos acerca del Hijo del hombre, la expresión "En verdad".
Otros diversos autores han extractado diversas listas, no coincidentes de los elementos que son atribuibles al Jesús histórico. Para Fuller esta es la síntesis de la tradición auténtica de Jesús, según el resumen del artículo citado de Vargas Machuca.[56]
I. Narrativa
1) Bautismo de Jesús: (Mc 1,9)
2) Ministerio galileo: Mc 1,14. Es redaccional, pero se confirma por la ubicación en Galilea de muchos incidentes de las perícopas.
3) Crisis del ministerio galileo:
a) multiplicación de los panes (Mc 6,30ss/ 8,1ss / Jn 6,15). Reconocemos aquí un núcleo histórico, que no es fácil de recuperar;
b) despedida de la multitud, que intentaba hacer a Jesús un jefe político (Mc 6,45 / Mc 8,9 / Jn 6,15);
c) "Confesión" de Pedro (que originariamente expresaba su sintonía con la multitud) (Mc 8,29. 32-33)
4) Camino a Jerusalén. Los pasajes que lo narran son redaccionales, especialmente la sección del viaje en Lc. Pero el cambio de escenario se indica en el dicho auténtico de Lc 13,32s, en la situación de importantes escenas en Jerusalén, e independientemente por Juan.
5) El "desafío" en Jerusalén. La entrada "triunfal" (Mc 11,1ss; Jn 12,12ss). El relato marcano está recubierto por la interpretación mesiánica, pero contiene un núcleo auténtico. La "purificación" del templo (Mc 11,11. 15-19; Jn 2,13ss)
6) El relato de la Pasión, en cuanto al esquema subyacente a las tres tradiciones de la pasión (Mc, Lc, Jn), sometidas a la prueba histórico-tradicional:
a) Última Cena de Jesús con sus discípulos (Mc 14,17-18 / Lc 22,14 / Jn 13,2. cf. 1Cor 11,23)
b) Retiro al Monte de los Olivos (Mc 14,26 / Lc 22,39a. Cf. Jn 18,1)
c) Traición y arresto: Mc 14,43-49 / Lc 22,47ss / Jn 18,2ss).
d) Huida de los discípulos (Mc 14,50. Cf. Jn 18,8).
e) Interrogatorio ante el Sumo Sacerdote (Mc 14,58 / Lc 22,54 / Jn 18,24). Del título de la cruz se puede deducir que en este interrogatorio las autoridades judías decidieron entregar a Jesús a los Romanos para que lo ejecutaran como pretendiente mesiánico.
f) Proceso ante Pilato (Mc 15,1 / Lc 23,1 / Jn 18,28). Del título de la cruz se puede deducir que Pilato condenó a Jesús como revolucionario político.
g) Crucifixión en el Gólgota (Mc 15,22.24-25 / Lc 23,33 / Jn 19,17).
h) Título de la cruz (Mc 15,26 / Lc 23,38 / Jn 19,19).
i) Sepultura (Mc 15,26 / Lc 23,53 / Jn 19,42. Cf. 1Cor 15,4).
II. Palabras de Jesús
1) Mensaje escatológico: El reino de Dios
a) futuro, pero inminente (Lc 11,2d Q?; Lc 22,18 / Mc 14,25; Lc 17,21); Mc 1,15 es redaccional, pero un buen sumario de la actividad de Jesús (cf. Mt 10,7 Q?)
b) el juicio venidero: Mt 5,21s; Mt 7,1s Q; Mc 12,40; Lc 11,31s Q
c) La promesa de la futura entrada o exclusión del reino: Mc 10,15.23; Mt 5,20; Mc 9,43ss. Heredar: Mc 10,17
d) La venida del Hijo del Hombre: Lc 12,8s Q; Mt 24,44 Q; Lc 17,22-24.26 Q. 30 Q
e) ¡Estad preparados!: Mc 13,33ss; Mt 24,45ss Q; Lc 12,35ss; Lc 17,34-37 Q.
f) La presencia proléptica del reino futuro: Lc 6,20ss Q (La Bienaventuranzas; Lc 11,20 Q; Lc 17,21; Mc 4,3-8 (el sembrador); Mc 4,31s (grano de mostaza); Mt 13,33 (levadura); Mt 13,24-30 (la cizaña); Lc 12,54-56 Q? (los signos del tiempo). Gozo por su presencia: Mt 6,16-18; Mc 2,19a. Perdón escatológico: Mc 2,5; Mt 18,23-34; Lc 7,47s
2) La exigencia de una obediencia radical: Mt 5,21-48 (las antítesis); Mt 6,19-24 (obediencia total); Mc 10,5-9 / Mt 5,32 (prohibición del divorcio); Mc 12,30s (síntesis de la Ley); Lc 10,30ss (buen samaritano); Mt 25,31ss (ovejas y cabritos).
3) Enseñanza acerca de Dios: Lc 11,2 Q? (Abbá) (cf. Mc 14,36); cercanía de su cuidado providencial, Mt 6,25-34 Q; Dios responde a la oración con fe; Lc 17,6 Q; Mc 9,23; Mc 11,22s; Lc 11,9-13 Q; Lc 11,2ss Mt 6,9ss (Padrenuestro).
III. Actividad de Jesús
1) Curaciones y exorcismos como signos de la proléptica presencia del reino: Mc 3,27; Lc 7,22 Q; Lc 10,23 Q; Lc 10,18; Lc 11,20 Q.
2) Comidas escatológicas con los marginados: Lc 15,4ss Q (oveja perdida); Lc 15,8ss (moneda perdida); Lc 15,11ss (hijo pródigo); Lc 14,16-24, cf. Mt 22,2ss (gran banquete); Mt 21,28ss (los dos hijos); Lc 18,9-14 (fariseo y publicano). También Mc 2,13-17; Mt 11,19 Q; Lc 14,7-14; Lc 13,28s Q.
3) Llamada al seguimiento-discipulado: Mc 1,16ss; 2,14; Lc 5,1ss (Sígueme); Lc 14, 28-33 (condiciones del discipulado); Lc 17,33 (Q?); Mc 9,33-37; Mc 10,21; Mt 5,29s; Lc 9,57-60 (Q); Lc 9,62 (exigencia de una decisión radical); cf. Mt 13,44-46 (el tesoro escondido y la perla). Recompensa del discípulo: Mc 10,22s; Lc 12,8s; Mt 6,19-21 Q.
IV. Destino de Jesús
1) La comprensión de su muerte como el desenlace de su enseñanza y actividad escatológicas (Lc 13,31-33)
2) Su desafío a las autoridades de Jerusalén: Mc 11,1ss (entrada en Jerusalén); Mc 11,11.15-19 (actuación en el templo)
3) Su muerte como culminación del rechazo de Israel a la Palabra de Dios: Lc 13,34s Q; Lc 11,49ss Q. cf. Mc 12,11ss (parábola de la viña, si es auténtica)
4) Su muerte como preludio de la venida final del reino: Mc 14,25 Lc 22,15-18.
Síntesis de la tradición auténtica de Jesús
"Jesús de Nazaret surgió del círculo del Bautista y comenzó un ministerio independiente después de la muerte del Bautista. Este ministerio estaba centrado en un mensaje, que como el del Bautista, se formulaba en términos apocalípticos, pero que a diferencia del mensaje de Juan del juicio inminente, destacaba más bien el lado positivo de la inminente salvación. Esta salvación escatológica estaba muy cerca, tan cerca que ya estaba irrumpiendo anticipadamente en la persona, palabras y hechos del mismo Jesús. Y afirmaba la presencia proléptica en Jesús de la futura salvación escatológica. Aceptar el mensaje de Jesús era alcanzar la propia aceptación entre los elegidos en la venida final del reino de Dios con la aparición del Hijo del Hombre. Subordinada al mensaje escatológico de Jesús estaba su afirmación de la exigencia de una radical obediencia a Dios, que se supone posible para aquellos que han aceptado el mensaje. Jesús afirma la autoridad última de su palabra frente a la Torah y su interpretación en la tradición rabínica. Subordinado también al mensaje escatológico de Jesús estaba su enseñanza sobre Dios como Abbá, íntimamente cercano, y su cuidado providencial.
Unida a las palabras de Jesús iba su conducta. Comió con los que eran proscritos por el estándar de la Torah y lo interpretó como una celebración anticipada del banquete escatológico. Llamó a hombres para que lo siguieran como la personificación de la presencia proléptica del reino escatológico, y aquellos que lo seguían participaban prolépticamente de la salvación. Realizó exorcismos y curaciones, que interpretó como actuaciones prolépticas del reinado de Dios escatológico.
El desenlace de su actividad en Galilea fue el destino final de Jesús. Subió a Jerusalén para proclamar su mensaje escatológico en el corazón del judaísmo, plenamente consciente de que ello implicaba su propia pasión y muerte. Interpretó su propia muerte como parte del proceso por el que vendrá el reinado escatológico de Dios. Fue arrestado, investigado por las autoridades judías y denunciado al poder romano ocupante como un revolucionario zelote (lo que implicaba un malentendido del mensaje escatológico de Jesús) y como pretendiente mesiánico; y fue ejecutado por los romanos como un supuesto "Rey de los Judíos".[57]
Bibliografía sobre criterios de historicidad
Muy interesante el estudio histórico que hace A. Vargas Machuca, "La investigación actual sobre el Jesús histórico", Estudios Eclesiásticos 2002.
Ver también un tratamiento sistemático en R. Latourelle, A Jesús el Cristo por los Evangelios, Ed. Sígueme, Salamanca, 1.982. Más breve el de G. Theissen, El Jesús histórico, p. 139-148.
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TEMA 3.-
En este tema pasaremos revista a las fuentes para el estudio del Jesús histórico que proceden de la literatura no cristiana. Son testimonios a los que no se les puede acusar de intención apologética o de influjos teológicos. En este sentido tienen un valor grande de contraste.
Desgraciadamente es muy poco lo que sabemos de Jesús por estas fuentes, pero lo poco que sabemos viene a confirmar los datos sustanciales contenidos en la literatura cristiana.
I.- ¿EXISTIÓ JESÚS DE NAZARET?
a) Estado de la cuestión
La inmensa mayoría de los investigadores, creyentes o no creyentes afirman sin lugar a dudas su existencia histórica.
No ha faltado nunca una opinión en contra de dicha existencia, que se ha considerado como corriente marginal y estrambótica, tratada sólo en notas a pie de página.
La falta de valor que recibe en los escritos científicos se compensa con el valor sensacionalista que le dan los suplementos dominicales.
b) ¿Quiénes niegan su existencia?
Algunos deístas del XVIII, aunque Voltaire siempre aceptó la existencia de Jesús.
En el XIX sobresale Bruno Bauer, maestro de Marx. Según él, ni los evangelios ni las cartas de Pablo tienen valor histórico. El cristianismo tiene su origen en un mito como el de Mitra u Osiris.
En el siglo XX, recoge el banderín A. Drews que orquestó una campaña contra la historicidad de Jesús, y contra el Cristianismo. Uno de sus libros ha sido reimpreso en inglés recientemente. El más persistente ha sido G. A. Wells.
Para Wells, Jesús es una figura mítica que arranca del misticismo de Pablo. Rechaza la validez de todas las referencias a Jesús en las fuentes externas, y pretende que las fuentes cristianas no tienen ninguna validez histórica.
Un buen tratamiento sintético del tema se puede encontrar en Van Voorst, Jesus outside the New Testament, p. 6-17.
II.- FLAVIO JOSEFO (93 d. C.)
a) Presentación
Historiador judío (37 a 110 d. C.)
Su nombre fue Josef ben Matatías, y nació en una familia noble de sacerdotes.
Tomó parte activa en la revuelta contra Roma, en la que fue hecho preso.
Después de ser liberado por Vespasiano, viajó a Roma, donde convertido en adulador de los romanos, escribió sus importantes obras historiográficas en griego.
Sus obras principales son, "Las Guerras de los judíos" (75-80 d. C.), "Antigüedades judías (91-94)" "Autobiografía", "Vida de Apión".
Fue muy copiado y traducido por los cristianos por la rica información que tiene sobre el mundo del Nuevo Testamento.
Es especialmente interesante un texto de las "Antigüedades judías" 18,3.3, que se conoce como "Testimonium flavianum".
b) Textos relacionados con el NT
1.- Texto sobre Juan Bautista: Antigüedades 18,5.2
Algunos judíos creyeron que el ejército de Herodes había perecido por ira de Dios, sufriendo el condigno castigo por haber muerto a Juan, llamado el Bautista. Herodes lo hizo matar, a pesar de ser un hombre justo que predicaba la fe y la virtud, incitando a vivir con justicia mutua y con piedad hacia Dios para así poder recibir el bautismo- Era con esa condición que Dios consideraba agradable el bautismo; se servían de él no para hacer se perdonar ciertas faltas, sino para purificar el cuerpo con tal que previamente el alma hubiera sido purificada por la rectitud.
Hombres de todos los lados se habían reunido con él, pues se entusiasmaban al oírlo hablar. Sin embargo, Herodes, temeroso de que su gran autoridad indujera a sus súbditos a rebelarse, pues el pueblo parecía estar dispuesto a seguir sus consejos, consideró más seguro, antes de que surgiera alguna novedad, quitarlo de en medio, de lo contrario quizá tendría que arrepentirse más tarde si se produjera alguna conjura.
Es así como por estas sospechas de Herodes fue encarcelado y enviado a la fortaleza de Maqueronte, de la que hemos hablado antes, y allí fue muerto. Los judíos crían que en venganza de su muerte fue derrotado el ejército de Herodes, queriendo Dios castigarlo.
2.- Texto sobre Santiago, hermano de Jesús: Antigüedades Judaicas 20, 9.1
En Ant 20.9.1 Josefo nos narra la muerte de Santiago, el hermano del Señor:
Habiendo pensado esta clase de persona (Ananus el sumo sacerdote) que disponía de una ocasión favorable, porque Festo había muerto y Albino estaba aún de camino, convocó una reunión de jueces y llevó ante ella al hermano de Jesús, llamado Cristo, de nombre Santiago y a algunos otros, y les acusó de transgredir la Ley y los hizo apedrear.
3- Texto de la traducción eslava: Guerras 2,9.2; 5,5.2; 5,5.4;
Hay una larga interpolación que sólo aparece en una antigua traducción eslava de las "Guerras de los judíos". 2,9.2. Hay otras menores en 5,5.2; 5,5.4; 6,5.4.
Se trata de un resumen de textos evangélicos torpemente amañado.
Salvo autores como Eisler y Williamson, los críticos rechazan unánimemente la autenticidad de dicha cita.
4.- Texto sobre Jesús conocido como "Testimonium Flavianum":
Entre corchetes las posibles interpolaciones. Ant. Jud. 18, 3.3
En aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, [si verdaderamente se le puede llamar hombre]. Porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego. [Él era el Mesías].
Y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros lo condenó a la cruz, los que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo. Porque él se les apareció al tercer día vivo otra vez otra vez, tal como los divinos profetas habían hablado de estas y otras innumerables cosas maravillosas acerca de él].
Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido.
Veamos el mismo texto, suprimidas las interpolaciones:
En aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego.
Y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros lo condenó a la cruz, los que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo.
Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido.
En 1971 Shlomo Pines publicó una versión del Testimonium contenida en la Historia Universal de Agapio, una obra en árabe de un cristiano del siglo X.[58] Según algunos el texto, despojado de los elementos más laudatorios, se parece a lo que llamamos el texto "neutral". Lo reproduciremos, poniendo entre corchetes los paralelos o adiciones del texto neutral:
En aquel tiempo apareció un hombre sabio, llamado Jesús. Su conducta fue buena y tuvo fama de virtuoso [=porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad].
Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego se hicieron sus discípulos. Y cuando Pilato lo condenó a la cruz, [a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros] sus discípulos no abandonaron el discipulado [=los que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo].
Contaban que se les había aparecido tres días después de su resurrección y que estaba vivo. Según eso él era quizás el Mesías sobre quien los profetas habían contado [estas y otras mil] maravillas. [Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido].
Esta versión es importante entre otras cosas porque omite el dato de la versión griega, según la cual Pilato condenó a Jesús "a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros". Algunos judíos contemporáneos, que quieren exonerar a los judíos de entonces de toda implicación, se aferran a esta omisión de Agapio, para decir que puede representar el texto original de Josefo, y que la culpabilización de las autoridades judías es una interpolación cristiana.[59] De hecho el dato de Josefo sería la afirmación más antigua de una fuente no cristiana en que se atribuye a los judíos la iniciativa en la muerte de Jesús. Otros autores han atribuido la omisión de Agapio a su costumbre habitual de abreviar su fuente, y no ven en ello indicio ninguno de que el texto griego esté interpolado.[60]
III.- FUENTES DE LA LITERATURA CLÁSICA
a) Plinio: Cristo el adorado (112 d. C.)
1.- Presentación de Plinio
Se trata de Plinio el joven: Gaius Plinius Caecilius Secundus, sobrino de Plinio el Viejo
Fue procónsul en Bitinia del 111 al 113.
Se nos conservan de él 10 libros de cartas.
La cita que nos interesa está en el libro 10. Se trata de un libro póstumo. En la carta 96 de dicho libro, escribe al emperador Trajano a propósito de los cristianos que le son denunciados. Esta carta se suele fechar en el año 112 d. C.
La política seguida por Plinio era no buscarlos, pero condenarlos si eran denunciados
Señala que los cristianos veneran a Cristo como a un "dios".
2.- El texto en cuestión
Decidí dejar marcharse a los que negasen haber sido cristianos, cuando repitieron conmigo una fórmula invocando a los dioses e hicieron la ofrenda de vino e incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden mía había sido traída al tribunal junto con las imágenes de los dioses, y cuando renegaron de Cristo (Christo male dicere).
Otras gentes cuyos nombres me fueron comunicados por delatores dijeron primero que eran cristianos y luego lo negaron. Dijeron que habían dejado de ser cristianos dos o tres años antes, y algunos más de veinte. Todos ellos adoraron tu imagen y las imágenes de los dioses lo mismo que los otros y renegaron de Cristo.
Mantenían que la sustancia de su culpa consistía sólo en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de la aurora en un día determinado y haber cantado antifonalmente un himno a Cristo como a un dios Carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem. Hacían voto también no de crímenes, sino de guardarse del robo, la violencia y el adulterio, de no romper ninguna promesa, y de no retener un depósito cuando se lo reclamen.
3.- Evaluación del texto
La carta es auténtica y el texto no está interpolado.
Menciona tres veces el nombre de Cristo.
Maldecir el nombre de Cristo [maledicere Christo] y adorar a los dioses es la forma de probar que uno no es cristiano.
Cantar a Cristo como a dios, significa la adoración de alguien que se presentó como hombre. Testimonia el hecho de que Jesús fue un hombre real, no un mito, pero que recibía culto por parte de sus seguidores como si fuera un dios.
Esta carta contiene el testimonio más antiguo sobre el culto cristiano y viene así a confirmar textos del Nuevo Testamento.
Trajano contestó confirmando el curso de acción de Plinio (carta 97). Le dice que no busque a los cristianos, pero que, cuando se les acuse, deben ser castigados a menos que se retracten.
b) Tácito: Cristo el ejecutado (116 d. C.)
1.- Presentación de Tácito
Historiador romano (56 a 118 d. C)
Su primera gran obra fueron los 12 libros de Historias, que cubren los años 69-96 d. C. de la historia de Roma, la época de los Flavios.
Su última gran obra fueron Los Anales, escritos hacia el año 116 d. C.
Los Anales son un conjunto de 16 libros que cubren la historia de Roma desde el 14 al 68 d. C.
Hay importantes lagunas en el texto que se nos conserva. Una importante laguna va desde el año 29 al 32. Es allí donde quizá pudo haber tratado Tácito de Jesús de Nazaret; desgraciadamente esta parte del texto no se nos conserva.
Pero hay una nota retrospectiva, al hablar sobre Nerón, en la que se menciona a "Cristo" (Anales libro 15, cap. 44). Este texto está encuadrado en la descripción del incendio de Roma (caps. 28-45), dilucidando quién fue el principal responsable, sin llegar a emitir un juicio cierto sobre el tema, pero informa de la sospecha generalizada de que había sido el propio emperador. Fue para acallar este rumor por lo que Nerón inició la persecución de los "crestianos".
2.- El texto en cuestión
Para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las torturas más refinadas a aquellos a los que el vulgo llamaba "crestianos", [un grupo] odiado por sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo, quien bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo, no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo.
3.- Evaluación crítica del texto
Se trata de un pasaje auténtico según la inmensa mayoría de los estudiosos, aunque no han faltado algunos raros historiadores que hayan pensado que todo Tácito era una falsificación renacentista (P. Hochart) o que el capítulo 44 era una interpolación (J. Rougé).
El pasaje está bien encuadrado en su contexto, y está atestiguado por Sulpicio Severo en su Crónica (2,29) del siglo V. El latín es muy característico de Tácito.
Hay una variante textual que dice "chrestianoi" (Códice segundo de Médicis del siglo XI) que es lectio difficilior.
El hecho de llamar a Pilato "procurador" es un anacronismo. Hasta el año 41 el título era "prefecto", tal como aparece en la inscripción de Cesarea.
Los cristianos aparecen como culto oriental reciente, despreciable, en crecimiento.
Contiene tres datos importantes sobre Jesús que vienen a reforzar los evangelios:
-Fecha de su muerte (26-36 d. C.)
-Modo de su muerte: ejecutado por los romanos
-El movimiento resurgió tras su muerte
Fuentes de Tácito: ¿Josefo? ¿Plinio?
c) Suetonio: Cresto el instigador (120 d. C.)
1.- Presentación de Suetonio
Gaius Suetonius Tranquillus (70-140 d. C.).
La posible referencia a Jesús se encuentra en su libro De vita Caesarum (ca. 120 d. C.).
Este libro consiste en una narración de las vidas de los 12 primeros emperadores romanos.
El libro V está dedicado al emperador Claudio.
Al mencionar la expulsión de los judíos de Roma, que tuvo lugar en tiempos de Claudio, contiene una cita en que se habla de un tal "Chrestus".
La cita se encuentra en V, 25.4. Para la mayor parte de los investigadores no se trata de una interpolación cristiana tardía.
Existe una variante de Paulo Orosio: "Christus". La critica textual favorece masivamente el texto de Chrestus, que es además lectio difficilior.
¿Se trata de Christus, o de un cierto Chrestus?
2.- Texto de Suetonio
Judaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expulit
[Claudio] Expulsó de Roma a los judíos que andaban siempre organizando tumultos por instigación de un tal Chrestus
Podemos cotejar la información con la de Hechos 18,2:
[Áquila y Priscila] acababan de llegar [a Corinto] desde Italia por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma.
3.- Posibles interpretaciones
Posibilidad A:
Chrestus es "Cristo". Suetonio está mal informado sobre los detalles.
Esta es la interpretación casi unánime de todos los historiadores. Ver en concreto A. N. Wilson, Paul, the Mind of the Apostle, Norton, Londres 1997.
Posibilidad B
Chrestus es un agitador judío desconocido contemporáneo de Claudio.
Esta posibilidad ha sido mantenida por Slingerland, S. Benko, France y Mottershead entre otros. Para ellos, Chrestus es un nombre bien conocido en Roma, y Suetonio no pudo haberlo confundido con Christus, porque en otro lugar habla de los christiani.
4.- Motivos a favor de la identificación de Chrestos con Jesús
El nombre de Chrestus, que era común entre los paganos, no está atestiguado ni una sola vez entre judíos.
De hecho nos consta que era frecuente entre los paganos confundir los nombres de Christus y Chrestus.
Debido al itacismo, Christus y Chrestus (con eta) sonarían igual en griego, y se prestarían más fácilmente a confusión. El códice Sinaítico deletrea Christiani con eta en las tres ocurrencias de este nombre en el NT. Hay una inscripción en una tumba en que aparece la palabra Christiani deletreada una vez con eta y otra con épsilon.
Además, el tal agitador Chrestus nos es absolutamente desconocido en las fuentes clásicas que han historiado la ciudad de Roma con mucho detalle.
En caso de que realmente el nombre se refiera a Jesús, sería claro que la fuente de Suetonio no sería una fuente cristiana, con lo cual nos encontraríamos aquí con un testimonio independiente.
d) Luciano: Cristo el sofista (165 d. C.)
1.- Presentación de Luciano de Samosata
Satirista griego (115 a 200 d. C).
Escribió más de 80 0bras.
En La muerte de Peregrino satiriza a los cristianos como crédulos e ignorantes.
Peregrino era un filósofo cínico que se hizo cristiano y después volvió al paganismo.
Los cristianos hicieron a Peregrino su patrón, sólo inferior al hombre de Palestina.
2.- El texto en cuestión
"Consideraron a Peregrino un dios, un legislador y le escogieron como patrón , sólo inferior al hombre de Palestina que fue crucificado por haber introducido esta nueva forma de iniciación". "Su primer legislador les convenció de que eran inmortales y que serían todos hermanos si negaban los dioses griegos y daban culto al sofista crucificado, viviendo según sus leyes".
3.- Evaluación del texto
Luciano nunca menciona a Jesús por su nombre o por su título de "Cristo", pero al igual que los otros escritores clásicos, sabe que el sofista a quienes los cristianos adoran es un hombre de Palestina que fue crucificado, y que fue el iniciador de esa religión. Dada la generalidad con que habla Luciano no tiene sentido preguntarse cuál fue la fuente concreta de su información. Se limita a recoger algo que estaba en el ambiente de su tiempo.
e) Otros autores
1.- Mara bar Sarapión: Jesús, Rey judío sabio
Existe una carta de Mara en siríaco a su hijo el año 73 d. C. Se nos conserva en único manuscrito del s. VII.
Mara, oriundo de Samosata, no era cristiano, pero se refiere a Jesús como "el sabio rey de los judíos" cuya muerte Dios vengó, y cuyas "nuevas leyes" continúan.
Mara critica a todos los pueblos que asesinaron a sus sabios: Los griegos a Sócrates; los de Samos, a Pitágoras; los judíos a su rey sabio. Todos fueron castigados por ello. Mara atribuye el exilio judíos al hecho de que los judíos asesinaran a su rey sabio. Las nuevas leyes que él había establecido se refieren probablemente a la doctrina cristiana.
No menciona a Jesús por su nombre, pero difícilmente puede referirse a otro personaje diverso.
La carta ha sido fechada en distintas décadas. Mientras que para algunos es de la segunda mitad del siglo I, para otros puede ser de la segunda mitad del s. II.
En esta fecha tan temprana culpa a los judíos más bien que a los romanos de la muerte de Jesús.
2.- Celso: Jesús el Mago
Celso escribió hacia 175 d. C un ataque contra los cristianos titulado "Doctrina verdadera".
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