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Prevención de la violencia intrafamiliar (página 2)

Enviado por JESUS MARTINEZ


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2) Maltrato emocional o psicológico: Se trata del hostigamiento verbal habitual por medio de insultos, críticas o descréditos, ridiculizaciones. También aquí se toma en cuenta la indiferencia; rechazo implícito o explícito, como también aterrorizar a los niños, niñas o adolescentes. No hay que olvidar que ser testigo de violencia entre los padres constituye también una forma de maltrato emocional.

3) Negligencia: se refiere a la falta de protección y cuidado mínimo por parte de quienes tienen el deber de hacerlo. Existe negligencia cuando los responsables del cuidado y educación de los niños, niñas y adolescentes no atienden ni satisfacen sus necesidades básicas, sean físicas, sociales, psicológicas e intelectuales.

4) Abandono: En el contexto legal se entiende como abandono cuando se deja sólo a un niño/a en un lugar solitario, vía pública o en recinto hospitalario, también cuando los progenitores otorgan voluntariamente la cesión para adopción.

5) Abuso sexual: Es un delito de Agresión Sexual en cualquiera de sus formas: contra niños, niñas y adolescentes, incluyendo violación, el estupro, el abuso sexual (propio, impropio y/o agravado) sodomía, y exposición a niños/as a actos de significación sexual y pornografía infantil.

Violencia en la pareja o violencia conyugal:

La violencia en la pareja o violencia conyugal, surge como una de las modalidades más frecuentes y relevantes entre las categorías de la violencia intrafamiliar, siendo la violencia masculina contra la mujer en la relación de pareja, la más habitual. Esta es entendida como "toda forma de maltrato o abuso sea físico, psicológico-emocional, sexual o económico que tiene lugar en la pareja sin importar la forma del vínculo. Se trata de prácticas abusivas ejercidas por una persona con quien la mujer tiene o tuvo una relación afectiva o de pareja" (Duque, 1990, p. 11).

Las principales manifestaciones de violencia de pareja o violencia conyugal

1) Abuso Psicológico o emocional: Conducta u omisión que tiene por objeto causar temor e intimidación y controlar la conducta, sentimientos y pensamientos de la persona que está siendo agredida. Incluye manifestaciones como la degradación psicológica, la humillación verbal, la continua amenaza de abandono, la amenaza de agresión física, la reclusión en el hogar, entre otros.

2) Abuso Físico: Acto ejercido por una persona que está en relación de poder con respecto a otra, la cual inflige o intenta infligir daño no accidental, por medio del uso de la fuerza física o algún tipo de objeto u arma, que pueda provocar o no lesiones externas, internas o ambas. Entre las conductas posibles de identificar se encuentran: empujones, cachetadas, golpes con puños, golpes de pie, quemaduras, golpes con objetos, heridas con arma blanca o de fuego, estrangulamiento.

3) Abuso Sexual: Comprende todo acto en el que una persona en relación de poder y por medio de la fuerza física, coerción o intimidación psicológica, obliga a otra a que ejecute un acto sexual contra su voluntad, o que participe en interacciones sexuales que propician su victimización y de la que el ofensor intenta obtener gratificación. Incluye obligar o forzar a la persona a tener relaciones sexuales, exponer u obligar a actividades sexuales no deseadas, manipular a través de la sexualidad, controlar y ridiculizar al otro en su sexualidad.

4) Abuso Financiero y/o Patrimonial: Impedir o limitar la participación de las mujeres en el trabajo remunerado, el acceso a la información de bienes materiales, el manejo del dinero y recursos económicos. Usar el dinero para manipular, negarse al pago de obligaciones tales como pensiones alimenticias u otras a que la pareja esté obligada. Disponer del dinero que gana la mujer, endeudarla, negarse a trabajar y /o asignar un salario menor por trabajos de igual valor en un mismo lugar.

Maltrato hacia Adulto/as Mayores:

Internacionalmente se ha definido que adulto o adulta mayor es toda persona que ha cumplido 60 años, sin diferencia entre hombres y mujeres. Este criterio fue definido por las Naciones Unidas y asumido por el estado chileno, establecido en la ley 19.828 que creó el Servicio Nacional del Adulto Mayor. Por maltrato, a Personas Mayores se entiende las acciones u omisiones que dañan al adulto mayor tanto en lo físico, psíquico, e incluso en lo patrimonial; que violenta el respeto a su persona y dignidad o que lesiona sus derechos (Senama, 2007)

Este maltrato en la familia se da cuando uno de los miembros de ésta es el perpetrador y su principal cuidador. Los malos tratos domésticos se suelen ocultar y no son fáciles de detectar y no son denunciados en la gran mayoría de los casos siendo los más comunes el maltrato psicológico, negligencia, abandono y abuso patrimonial.

Tipos de Violencia a Personas Mayores:

1) Maltrato físico: Uso de la fuerza física en contra de un/a adulto/a mayor que daña su integridad corporal; puede provocar dolor, lesión y/o discapacidad temporal o permanente y en casos extremos la muerte. Algunas manifestaciones son los empujones, zamarreos, cachetadas, golpes con objetos, quemaduras, uso inapropiado de medicación por la fuerza.

2) Maltrato psicológico: Acciones que producen angustia, pena, estrés, sentimientos de inseguridad, baja autoestima y/o agreden la identidad, dignidad y respeto de la autonomía de una persona mayor. Incluye críticas, ridiculización, insultos, indiferencia, rechazo, descrédito.

3) Abuso sexual: Cualquier acción de carácter, significación o connotación sexual con una persona mayor sin su consentimiento empleando la fuerza, amenaza o engaño, aprovechándose de su deterioro físico o psíquico. Puede manifestarse en forma abierta o encubierta mediante gestos, palabras, insinuaciones, caricias, tocaciones, exhibición de genitales o violación.

4) Abuso patrimonial: Mal uso, explotación o apropiación de los bienes de la persona mayor por parte de terceros, sin consentimiento o con consentimiento viciado, fraude o estafa, engaño o robo de su dinero o patrimonio. Puede implicar actos ilegales, como firma de documentos, donaciones, testamentos, apropiación de la jubilación o pensión como también de bienes muebles e inmuebles.

5) Negligencia: Es el incumplimiento por deserción o fracaso de las funciones propias del cuidado para satisfacer las necesidades vitales de una persona mayor, como higiene, vestido, administración de medicamentos y cuidados médicos.

Ciclo de la violencia intrafamiliar

Uno de los descubrimientos más sorprendentes que se han observado al investigar fenómenos de violencia intrafamiliar, ha sido sin duda el ciclo de la violencia intrafamiliar. El entender éste ciclo permitirá saber cómo evitar éstos incidentes violentos y permitirá entender por qué la mujer, el hombre o el niño se convierten en víctimas, cómo caen en el aprendizaje de la conducta de la indefensión y por qué la mayoría no intenta escapar a éste proceso. Este ciclo tiene tres fases que varían tanto en duración como en intensidad para un mismo binomio (esposo-esposa; madre-hijo; hijo-padre; etc.)

Acumulación de tensión: Durante ésta fase se producen golpes menores. Usualmente se intenta calmar al compañero(a) a través de conductas que antes le han resultado exitosas; el receptor se torna cariñosa(o) y complaciente evitando entrometerse en asuntos personales del agresor. El razonamiento del receptor, es que si espera un tiempo, la situación cambiará y la conducta de su compañero(a) mejorará. Este razonamiento, desafortunadamente, no produce ninguna mejoría; solo pospone la segunda fase del ciclo: el incidente agudo de golpes.

Explosión: A medida que se incrementan los incidentes de menor violencia, la tensión entre ambos va en aumento hasta llegar a un instante donde éstos ya no pueden ser controlados. Una vez que se ha llegado al punto de total falta de control, se abre el espacio de la siguiente fase: Explosión (Crisis). Esta fase está caracterizada por la descarga incontrolable de las tensiones que fueron aumentando en la primera fase. La falta de control y la profunda destructividad que lo caracteriza, marca una diferencia con la anterior. Esto no quiere decir que los incidentes previos no fuesen serios o profundamente injustos, pero no tenían el carácter de violencia extrema y sin control que caracteriza la segunda fase.

De alguna manera (haber bebido de más ó haber trabajado mucho), también lo acepta el receptor, sintiendo que el periodo de inevitabilidad se acerca y que no puede tolerar más su terror, su rabia y su ansiedad. Sabe también que a la fase aguda, le sigue una tercera fase de calma: la de luna de miel. Esta segunda fase del ciclo es la más breve dura de 2 a 24 hrs. aproximadamente, no siendo predecible ni controlable.

Luna de miel: El fin de la fase 2 y la entrada en la fase 3 es algo deseado por el generador y el receptor de la violencia. Caracterizando a la fase 3 por el arrepentimiento y la demostración de afecto del generador. Este sabe que ha ido demasiado lejos e intenta reparar lo hecho. La tensión acumulada en la primera fase y disipada en la segunda, desaparece comportándose de manera encantadora y constantemente cariñosa.

El generador se disculpa por su proceder en las fases previas y expresa su arrepentimiento al receptor de la violencia, se siente culpable de su comportamiento, pide perdón y asegura que no volverá a ocurrir, realmente confía en su capacidad de control. La pareja que vive una relación de violencia logran convertirse a la larga, en una pareja simbiótica, cada uno depende tanto del otro, que cuando uno intenta alejarse, ambos se sienten drásticamente afectados por la separación. Los dos logran creer y hacer creer a los demás que juntos podrán alcanzar un mundo mejor para ambos. La sensación de sobre dependencia y sobre confianza del uno al otro, es obvia en esta fase del ciclo.

Prevención de la violencia

Es claro que la cultura patriarcal es una de las principales causales de la violencia intrafamiliar. La misma se basa en la dominación, en el impulso por someter, en función de la jerarquía que la misma representa o ha establecido como fenómeno cultural. Lo peor pareciera ser su inconciencia de su propia naturaleza opresora, productora de situaciones de violencia y que persiste en oprimir al otro.

Hubo que esperar el siglo xx para que las sociedades y los Estados pudieran observar y concluir que la prevención de la violencia intrafamiliar era un asunto de máximo interés y atención por parte de las instituciones estatales y la sociedad en su conjunto; en consecuencia se configuraron, a partir de este punto histórico, políticas de carácter asistencial y de corte educativo.

CONCEPTO DE PREVENCION DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Prevención Se refiere a actuar anticipadamente ante la posibilidad de la ocurrencia de problemas específicos asociados a la inminente amenaza de vulneración de derechos. Es adelantarse a la ocurrencia del fenómeno que queremos evitar, con acciones y estrategias que faciliten un cambio en una determinada dirección. En relación a la violencia intrafamiliar, la prevención está destinada a detectar casos tempranamente y derivarlos, en caso de requerir de una atención específica, no abordable por quienes realizan la intervención preventiva.

La prevención es entendida como toda estrategia de intervención social orientada a evitar un comportamiento que se considera nocivo antes de que ocurra. Supone la presencia de un riesgo y su enfoque depende de la manera como se caracterice. Se pueden distinguir varios tipos de prevención según la cobertura de las estrategias utilizadas: universal, focalizada, selectiva.

La prevención de la violencia exige caracterizar unos factores de riesgo, una determinada relación entre éstos y la amenaza y una vulnerabilidad entendida como la probabilidad de padecer o ejecutar hechos violentos. De la misma forma, los factores protectores que reducen la vulnerabilidad y disminuyen o anulan el riesgo y la amenaza. Así la prevención, de acuerdo con la a 49ª Asamblea Mundial de la Salud es una prioridad de salud pública, en virtud que en su resolución WHA49.25 declara que la violencia es un importante problema de salud pública en todo el mundo.

PREVENCION DE LA VIF MEDIANTE LA OBSERVACIÓN DE SIGNOS EN DETERMINADAS ETAPAS DE LARELACIÓN DE PAREJA.

En el noviazgo

Últimamente son frecuentes las noticias de mujeres heridas o golpeadas, inclusive muertas, por sus esposos. Las que han buscado ayuda han reconocido que desde la época de sus noviazgos aparecían detalles que al pasarlos por alto no les permitieron darse cuenta de lo que vendría después. Cuando alguien se enamora suele ver todo "color de rosa". La figura de la otra persona aparece ante sus ojos como perfecta. Si se le ve algún pequeño defecto, inmediatamente se busca una justificación o se le mira como un asunto pasajero.

El excesivo control de las acciones del otro

Si él, por ejemplo, llama constantemente al trabajo o a la casa para saber qué está haciendo ella, se toma como un signo de amor y de preocupación hacia la mujer amada. Si se enoja porque llegamos 10 minutos tarde a la cita, lo atribuimos a un exceso de responsabilidad y puntualidad.

Muchas veces no es hasta que se ha establecido el matrimonio que comenzamos a darnos cuenta quién es realmente la persona que tenemos al lado y nuestra primera sensación es la de habernos casado con un extraño al que hay que dar cuenta de todo, cumplir horarios severamente estrictos y que socava poco a poco nuestra capacidad de decidir y autoestima.

Algunas frases comunes a las que generalmente no prestamos atención son: ¿a dónde vas?, ¿con quién?, ¿por qué?, ¿vas con esa ropa tan provocativa?, ¿a qué hora regresas?, ¿lo saben tus padres? ¿esa amiga yo la conozco?, ¿dónde vive? Y otras que nos parecen puro interés amatorio pero que luego se convierten en motivos de gran ansiedad por si casualidad la hora que dijimos se va a extender o si hubo improvisaciones de último momento que luego él no va a comprender y les va a otorgar otros significados.

El afecto para ellos no es compartible

La primera etapa pudiera decirse que transcurre fundamentalmente en ese tipo de control posesivo. Es importante observar cómo reaccionan ante el amor que podemos sentir hacia otras personas. A ellos les molesta en demasía el cariño hacia familiares, amigos e hijos. Los celos de este tipo prácticamente aparecen en todos los hombres violentos. Es por eso que el nacimiento de los hijos desemboca muchas veces en episodios violentos. Ellos sienten que ya no tienen todo el cariño, que el bebé se lleva la mayor parte, que están desatendidos y por lo general, son incapaces de manejar adecuadamente la situación.

Desean todo nuestro tiempo, pensamientos y devociones para estar seguros de nuestro afecto. Por lo general son personas con baja autoestima que necesitan constantemente una reafirmación de nuestros sentimientos.

¿Conociste bien a su familia de origen?

Es muy importante conocer a la familia del futuro esposo y cómo transcurrió su infancia. Los hombres violentos en su mayoría proceden de hogares donde eran comunes las discusiones, insultos, desvalorizaciones, roturas de objetos, golpes, etc. No todas las personas que tuvieron un hogar así son violentas, pero existen muchas posibilidades de que repitan el modelo familiar cuando establezcan sus propias familias.

La violencia no siempre tiene que ver con los golpes. Las descalificaciones, desvalorizaciones e insultos son síntomas que indican la presencia del fenómeno.

Frases comunes son: "Así no se hace eso", "Déjame a mí que tú no sabes", "Eres muy lenta", "Cállate, no seas tarada", "¿qué decís?, si de esto tú no sabes", etc.

El dinero, otro aspecto de la violencia

Otras formas de violencia tienen que ver con lo económico. En estos casos, el hombre mantiene el control del dinero, supervisa en qué cosa se gastó algo por mínimo que sea y la mujer tiene que pedir, a veces, hasta para compras muy pequeñas, como leche, bizcochos, etc. Cualquier tipo de manifestación de violencia puede convertirse en otra. A medida que avanza la relación, de los insultos se puede pasar a romper objetos, de eso a los golpes y si no hay una detención del problema se puede llegar hasta la muerte

PRINCIPIOS DE LA PREVENCION

1-Modificar patrones culturales que actualmente rigen las relaciones de poder entre hombres y mujeres, y de las personas adultas con niños, niñas y adolescentes, especialmente en el ámbito de la familia.

2-promover nuevas formas de convivencia, en la familia, pareja y comunidad.

3-promover mecanismos de resolución pacífica de conflictos, en la familia, pareja y comunidad.

TIPOS DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

PREVENCIÓN PRIMARIA. Un proceso que informa, motiva y ayuda a la población a adoptar y mantener formas no violentas de resolución de conflictos familiares, proporciona modelos de funcionamiento familiares más democráticos y proponga los cambios en los contextos de riesgos necesarios para facilitar esos objetivos, dirigiendo la formación profesional y la investigación en esa misma dirección.

Es una tentativa de reducir la tasa de incidencia de un determinado problema en la población, atacando las causas identificadas del mismo, antes que éste pueda llegar a producirse. El objetivo es reducir la probabilidad de aparición del problema. Los esfuerzos, por lo tanto, se dirigen tanto a transformar el entorno de riesgo como a reforzar la habilidad del individuo para afrontarlo.

PREVENCIÓN SECUNDARIA. Sensibilización de los recursos profesionales y los agentes comunitarios (educadores, profesionales de la salud, religiosos, policía, agentes judiciales) para que comprendan el problema e instrumenten respuestas no victimizadoras. Es un intento de reducir la tasa de prevalencia (es decir, el número de casos existentes) de un determinado problema. Los esfuerzos se dirigen a asegurar una identificación precoz del problema y una intervención rápida y eficaz.

PREVENCIÓN TERCIARIA. Asegurar los recursos asistenciales para una adecuada respuesta médica, psicológica, social y legal a la población afectada por el problema. Incluye medida de protección a las víctimas y programas especializados en la atención de las víctimas. Tiene como objetivo reducir los efectos o las secuelas de un determinado problema, tratando de evitar las recidivas. Los esfuerzos se dirigen a proveer programas de recuperación y reeducación para quienes han sido afectados por el problema.

Conclusión

La prevención es la mejor estrategia para solucionar y ayudar a un apropiado manejo de los conflictos familiares. Las acciones y políticas preventivas lograrán una apropiada sensibilización de distintos grupos sociales tales como: las iglesias, los organismos policiales, la sociedad toda y los distintos miembros del grupo familiar. Esto permitirá que los niveles de concienciación se eleven y en consecuencia no se vea con indiferencia, aceptación o algo normal los episodios de violencia familiar.

Por otro lado, con políticas preventivas se garantiza que el estado y sus instituciones; así como, la sociedad coloquen sus recursos en esta dirección y exista un mayor número de esfuerzos para combatir y eliminar la violencia intrafamiliar en cualquiera de sus manifestaciones. Esto sería un elemento indispensable para lograr conquistar el derecho humano fundamental que tienen las mujeres a una vida libre de violencia, así como los y las niños y niñas, los y las adolescentes y en general todos los miembros de la familia.

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Autor:

Msc. Jesus Martinez

LICENCIADO EN EDUCACIÓN MENCIÓN CIENCIAS SOCIALES. ESTUDIANTE DEL ÚLTIMO AÑO DE DERECHO.

 

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