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El lavado de activos en el financiamiento de las campañas electorales Colombianas (página 4)


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  • Pero ambos objetivos pueden ocasionar problemas si se llevan demasiado lejos, según Johnston. "La primera puede volver insensibles a los burócratas, y eximirlos de toda responsabilidad y la segunda puede recargar a los organismos con requerimientos de transparencia que acaban por distraer al personal y a los recursos de sus verdaderas misiones." (Johnston, 2.000, p.32)

    La buena política, continúa el autor, (2000, p.30) contribuye a preservar importantes valores pero también encierra diversas paradojas:

    Y Es abierta y competitiva, pero produce resultados decisivos.

    Y Involucra una cuota de interés propio, pero se desarrolla dentro de un marco normativo.

    Y Ofrece a los ciudadanos varias alternativas, pero no tantas como para que los mandatos se fragmenten.

    Y Moviliza a amplios sectores de la sociedad pero no le confiere a ninguno de ellos el poder total

    Y Les otorga a los ganadores un poder real de gobierno, pero los considera responsables de sus actos.

    La buena política no es sólo política libre de corrupción sino que trata de un proceso que permite a la gente tener voz en las decisiones que afectan su vida, aumenta la vitalidad de la sociedad civil y ayuda a los más débiles. Es un equilibrio entre vitalidad y orden.

    • La responsabilidad política.

    Es lo que los anglosajones llaman accountability. Existen diversos niveles de responsabilidad en lo que hace a las acciones políticas. Hay una responsabilidad

    personal por los propios actos; hay una responsabilidad institucional, si esa persona encarna o forma parte integrante de una institución; hay una responsabilidad legal si esos actos violan normas legales y hay una responsabilidad política, que es la que tiene todo actor político respecto de todo lo que ocurre en su área de poder directo, aunque no haya intervenido directamente en ello. Es una responsabilidad que se ubica generalmente debajo de la cúspide del poder y arriba de las estructuras de ejecución. Solo en casos muy graves afecta a la cúspide porque el sistema privilegia la estabilidad del mando supremo y descarga, en lo posible, la responsabilidad política sobre las primeras líneas de las jerarquías de implementación. La ejecución de la responsabilidad política, en caso de error, generalmente se asume mediante la renuncia al cargo, y puede tener consecuencias sobre la carrera política posterior. La responsabilidad tiene dos caras: una cara intersubjetiva, que es la obligación del representante frente a sus electores por sus actos como tal; y otra cara funcional, en cuanto se supone que quien acepta postularse como representante está en condiciones de ofrecer un adecuado nivel de prestación en términos de eficiencia y capacidad; es decir, una conducta "responsable", confiada en último término a su "ciencia y conciencia". 11

    Cuando no existen o son inoperantes los mecanismos que permiten indagar sobre la responsabilidad política de los funcionarios, la sensación que queda es la de que no hay un interés real en el ejercicio del control político y se suele ver en la rama judicial la única opción para que los funcionarios respondan por sus actuaciones. 12

    • (D. Fisichella – 1990)

    • No todas las actuaciones de los servidores públicos generan sanciones desde el punto de vista jurídico, y si los controles políticos son inoperantes, se genera al interior de la sociedad, la sensación de corrupción e impunidad. Así, por ejemplo, cuando el Presidente de la República opta por extraditar a personas que tienen pendientes procesos en Colombia, está tomando la decisión de que ellos sean juzgados primero en Estados Unidos y luego en nuestro país; si se considera que lo correcto hubiera sido que esas personas fueran juzgadas inicialmente en Colombia y luego en el exterior, la actitud del Presidente se puede cuestionar sólo desde el punto de vista político.

      edu.redLos parlamentarios que no cumplan correctamente con sus funciones o que no acaten los lineamientos trazados por el grupo político al que pertenecen, deben ser también objeto de un control político. El hecho de que la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara no haya mostrado buenos resultados, de que las mociones de censura contra los ministros no hayan llegado hasta sus últimas consecuencias, o el ausentismo de muchos congresistas han creado una sensación generalizada de inoperancia o falta de efectividad en los controles políticos. Por eso resulta especialmente importante que los mecanismos existentes para ejercer control político demuestren un buen funcionamiento ante la opinión pública y que se creen otros que generen en la comunidad la sensación de que sí existe una responsabilidad política.

      • Reyes Alvarado Yesid, Responsabilidad política y responsabilidad jurídica,2008

      • Debe, sin embargo expresarse que para que funcione correctamente la responsabilidad política, se requiere de partidos sólidos, con arraigo en el electorado, para que puedan presentarse como alternativas unos de otros. Además la competencia debe ser leal y transparente. Estas son condiciones tan exigentes, que el simple ejercicio de la responsabilidad no alcanza para impedir la influencia indebida del dinero en la política.

        • Solidez de los partidos políticos.

        Los partidos políticos son organizaciones que se agrupan bajo determinadas doctrinas, cuya finalidad es proponer ideas al Estado con el fin de solucionar las necesidades de la población y propender por un mejor nivel de vida. Para que estos planteamientos sean válidos deben poder aplicarse a toda la sociedad, así como también la reivindicación de derechos deberá incluirlos a todos.

        Necesitan, para cumplir sus propósitos, unos dirigentes que sepan canalizar las necesidades de su pueblo, sin abusar del poder que en un momento pudieran ostentar. Su origen se remonta a la lucha por el poder. Esta los enfrenta haciendo necesarias la división y la lucha. Las opiniones individuales al interior de los partidos se unen a las del grupo, pues sólo de esta manera podrán tener la fuerza necesaria para influir en la sociedad y en la vida pública.

        José Páez Warton nos refiere que "Un segundo rol de los partidos políticos es precisamente organizar. Inicialmente atraer a sus filas a todos los que tienen intereses más o menos comunes a fin de organizarlos y luego orientar su conducta política, lo que implica, un proceso de adoctrinamiento". (Páez Warton citado en Rodríguez Alegre)

        Max Weber tiene conceptos más radicales en la medida en que expresa que los afiliados deben someterse a intenciones y directrices del grupo que los encabeza, y tiene como objetivo ocupar cargos en el gobierno a través de un proceso electoral, contra organizaciones similares

        Los partidos se orientan hacia una clientela de electores actuales o potenciales aunque la presencia de un electorado "flotante" sustancial puede variar según el sistema. El Partido y su clientela, e incluso sus miembros, en cierto sentido se utilizan mutuamente en beneficio de todos; esto contribuye al carácter abierto y multifaccionario de la mayor parte de los partidos. Por otra parte, algunos partidos muy unidos, como los totalitarios de izquierda o de derecha, suprimen las banderías." (Weber citado en Rodríguez Alegre)

        Los partidos, en todo caso, y de acuerdo a lo expresado por Iván Rodríguez Alegre en su artículo "De cómo los

        Partidos Políticos acabaron siendo meras oficinas de clientelaje o cómo el clientelaje arrimó a los Partidos a reducirse a él", deben reclutar miembros afines y generar programas de gobierno para satisfacer las demandas sociales y definir lo que en política se llama ideología.

        El sistema de los partidos políticos es vital, es un organismo pensante y vivo que va a articular el pensar nacional y está en la capacidad de interpretar y sugerir mejoras adicionales en la política. Manuel Alcántara afirma que,

        El funcionamiento de un sistema político democrático requiere de unos partidos políticos sólidos, estables y representativos, capaces de interrelacionarse en una arena política altamente conflictiva y cambiante de acuerdo a un conjunto de reglas más o menos compartidas por todos ellos. Este ideal, difícil de conseguir incluso en aquellas democracias más consolidadas, resulta en la actualidad un reto en los procesos latinoamericanos de consolidación democrática. (Alcántara Manuel, 1999, p.117)

        Los partidos políticos latinoamericanos están en la necesidad de entrar en un proceso de reconstrucción organizativa e ideológica, luego de sufrir las consecuencias de su propia inoperancia y de gobiernos neoliberales con un claro matiz autoritario. Esta reorganización está pasando por reconocer los errores cometidos en la década pasada, como los casos de corrupción, que hicieron que la sociedad les perdiera la fe y se dirigiera a los nuevos partidos independientes.

        • Oposición vigorosa y transparente.

        La oposición es un elemento básico de la democracia, refleja el pluralismo, la tolerancia y la libertad de expresión que la caracterizan. Gira en torno a las decisiones gubernamentales y se basa en convicciones diferentes a las del partido que detenta el poder. Su propósito es presentar a la sociedad críticas y propuestas con el fin de convertirse en alternativa de gobierno. (Guarín Rafael, p.139)

        La Constitución garantiza los siguientes derechos a los partidos políticos de oposición:

        • Réplica en los mismos medios de comunicación

        • Los partidos y movimientos minoritarios con personería jurídica tendrán derecho a participar en las mesas directivas de los cuerpos colegiados.

        El Congreso es en Colombia el escenario de la oposición política. Su control sobre el Ejecutivo resulta necesario para que la oposición pueda cumplir con su función crítica. Sin embargo el Legislativo por la atomización y fragmentación de los partidos políticos, y por su falta de disciplina y cohesión, no ha podido cumplir eficazmente con esta tarea. Adicionalmente la inexistencia de plenas garantías a la oposición hace fallido su intento.

        La reforma al Congreso Colombiano debe contemplar:

        – Acceso a la información gubernamental.

        – Mecanismos de control (mociones de censura y observación y comisiones de investigación)

        – Papel fundamental en los organismos de investigación.

        – Régimen de bancada

        – Sesiones plenarias semanales para el control político

        – Delegación legislativa automática.13

        • Control político efectivo.

        Uno de los fundamentos básicos del principio democrático es la separación de poderes que evite, en primer lugar, que el poder quede en unas solas manos, pero una vez dividido ese poder, es necesario que los que queden con la capacidad de gobernar, legislar o juzgar tengan a su disposición mecanismos de control eficaces.

        13 Guarín Rafael, Colombia: democracia incompleta introducción a la oposición política.

        El proceso de control político del Congreso del cual hablé en el punto anterior, no es un ejercicio de simple crítica o revisión legal. Este es un ejercicio de deliberación, donde los argumentos técnicos y políticos deben mezclarse con honestidad y con reglas de juego claras para permitir que las partes, cuestionantes y cuestionadas, se escuchen. El objetivo del control político no debe centrarse en que haya un ganador y un perdedor sino que debe tratarse de hacer un análisis de un tema, de una decisión, de un proceso. El control político es la evaluación crítica y política del desempeño de un funcionario o la validez de las estrategias del Gobierno.

        El reto del control político en el Congreso es el de respetar la premisa de "reglas claras, resultados inciertos". La transparencia en las reglas, la no manipulación del debate, la prioridad del argumento sobre los ataques, la crítica institucional y no la personal son condiciones necesarias para garantizar debates democráticos que permitan que surjan soluciones, conclusiones y propuestas que sean coherentes con el interés público y no con los de individuos o particulares.

        Para que se garantice un adecuado ejercicio del control político se requieren condiciones externas que tienen que ver con las estructuras institucionales que garanticen la división de poderes, establezcan competencias de las entidades para ejercer el control y además, la existencia de normas jurídicas que definen los procesos y tipos de decisiones que cada funcionario o entidad debe y puede tomar.14

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