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Jerónimo, Cosío Villegas y Carlos Fuentes (página 2)


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Aunque nos duela mucho, dice Jerónimo, los USA se han convertido desde 1835 en el Kleenex de México, sin el cual, el gobierno no puede vivir.

Santa Ana inició la forma de gobernar que sigue vigente hasta la fecha: gastar más de lo que se tiene. Y los "amigables" gringos, siempre tenían y tienen "el dólar listo para ayudar". Además, no sabemos por que artes o artilugios, Santa Ana reconoció una deuda externa bastante considerable (sin duda contraída anteriormente por España y/o por Iturbide).

Así, que la Presidencia de México, siempre tiene, ha tenido y tendrá, dos problemas: una deuda externa "enorme" y un gasto mucho más alto que los ingresos. Esos ya son parte integrante "de la silla presidencial". Además, están otros problemas que van modificándose conforme se hacen o dejan de hacer las labores de gobierno y se cumplen o dejan de cumplir, diversos objetivos y prioridades de cada Jefe del Ejecutivo.

En la época de Santa Ana, dice Jerónimo, hubo dos grupos principales que competían por el poder: los liberales y los conservadores. Los liberales, tenían como modelo ¿que creen? el sistema político de los USA, los conservadores, tenían el control del Ejército, y de algunos miembros importantes de la industria y el comercio. Pero los que tenían "la ‘gran’ lana" en el país eran "los curas" y los gringos. El mismo Santa Ana recurría alternativamente a cualquiera de los dos por "apoyo", y hasta la época de la Reforma, la Iglesia tenía, desgraciadamente, mucho poder económico e ideológico, abusando de su posición, escudándose en la religión del pueblo, manipulando a la gente con fines totalmente ajenos a su elevada vocación.

Por una u otra razón, el caos pronto se "enseñoreó" del territorio. La minería virtualmente "se acabó", la agricultura declinó, el comercio y la industria fueron agobiadas por tarifas, impuestos, derechos, desleal competencia del exterior, bandidaje y una incipiente violencia política, que con la complicidad de los encargados de aplicar las leyes, fue creciendo como "bola de nieve".

La Independencia de Texas en 1836 ( 2 de marzo ) que terminó en 1845 con la Anexión ( muy "forzada" por cierto ) de Texas a los Estados de la Unión, desencadenó una serie de "movimientos políticos" ( allá y aquí, dicho sea a favor de algunos –muy poquitos-, ciudadanos gringos que comprendían la injusticia de la posición de su gobierno), lo que no impidió que el descontento y problemas internacionales culminaran con la llamada Guerra México-.Norteamericana, cuyo resultado neto fue la intervención militar comandada por Zachary Taylor, la perdida de gran parte del territorio, los episodios heroicos de Chapultepec, Churubusco y Contreras y la firma de los Tratados de Guadalupe-Hidalgo en 1848.

Jerónimo quiere resaltar, que entre otras cosas, esos infames tratados reconocen la cesión de California y Nuevo México, y el reconocimiento a la soberanía de USA sobre el territorio de Texas, a cambio de miserables 15 millones de dólares, y además, no contentos con la humillación, "patrióticamente", un poquito después, en 1853, se recurre de nuevo a la venta de lo que hoy es Arizona y Nuevo México, por otros 10 milloncejos.

Para 1855, un brillante grupo de liberales, dirigidos por Comonfort, Ocampo y Juárez, obligan a Santa Ana fuera del poder, pero al encontrarse con una nación (y un gobierno ) empobrecido, se les ocurre la idea de que la Iglesia "venda" sus propiedades y se vuelve a caer en un conflicto civil armado ( Guerra de Reforma) se "tocan" nervios muy sensibles y se establecen las condiciones para lo que después sería la Guerra Cristera.

Como se empezaba a hacer costumbre, las ideas estaban muy lejos de la realidad, porque en este caso, los campesinos no tenían "con qué" comprar las tierras que el gobierno ponía disponibles.

Aunque el ingreso del gobierno Juarista más o menos se recuperó, la mayor parte de ese ingreso se fue a sufragar los costos de la Guerra de Reforma y no benefició en nada a la ciudadanía., pues además, y para variar, el gobierno "estaba corto de feria", y el mismo Juárez andaba en "el carruaje" con todo y archivos y sin dinero, llevando las presidencia de un lado para otro. Los "de la oposición", que en esa época eran los conservadores, no estuvieron de acuerdo con muchas cosas del gobierno "liberal" ( la Constitución de 1857, la política anti-religiosa, entre ellas) y buscaron "ayuda" en Europa, dando lugar a la Intervención Francesa, con el infortunado Maximiliano y todo ese embrollo. Se empezaba a "gestar" un descontento social y a notarse una muy marcada mala distribución de la riqueza y la tendencia al "abuso" del poder, sin que el gobierno se diera cuenta o hiciera nada para remediarlo.

(aprovechando el tema, Jerónimo quisiera saber porqué se le denominó Benemérito a Juárez, quien lo ‘propuso’ y como fue que los mexicanos ‘aceptaron’ esa denominación; no porque le importe sino porque la ‘idea’ tiene toda la traza de ser extranjera, a ningún mexicano se le ocurriría la peregrina idea de nombras alguien Benemérito de la Uropas).

Los liberales cometieron muchos errores, pero, "hicieron" muchas cosas, (no como ahora), y los que se pueden llamar aciertos fueron , principalmente, la destrucción del inmenso poder del ejército, de la iglesia y de otros elementos ("conservadores"), y con el capítulo nebuloso de Maximiliano, y la inflexible actitud de Juárez al respecto, iniciaron un sentido "nacionalista" desconocido hasta entonces. Y afortunadamente para el país, Juárez se murió, porque iba para dictador volando.

Los sucesores de Juárez vacilaban, dando "bandazos" de uno a otro tema, sin "dar una", "apagando incendios" hasta que surge en 1876 Porfirio Díaz que gobernó hasta 1911 (Jerónimo quiere que por favor noten el énfasis que pone en la palabra gobernó, pues en su opinión hasta Díaz Ordaz, ningún otro presidente ha gobernado, sino ha reaccionado ante las circunstancias, lo que es muy diferente)

Aunque a muchos no les guste, durante le época de Don Porfirio, México emergió como un nuevo México, se estableció un orden, se instauró un gobierno. Terminó la guerra civil y eventualmente, hasta los bandidos desaparecieron del panorama. Se profesionalizó al ejército. Se volvió hacia Europa en busca de apoyo y cultura, (tal vez, para algunos pueda considerarse como error que no acudió a los USA, pues los consideraba un peligroso vecino y un "ventajoso" aliado). Inversiones extranjeras de Europa empezaron a fluir al país y de alguno que otro gringo que "se subieron al carro". Los resultados fueron impresionantes: las exportaciones y el ingreso nacional crecieron, se construyeron nuevas carreteras, líneas férreas y telegráficas cruzaban el territorio nacional. Nuevas industrias iniciaban operaciones. Se revivió la minería, y se crearon campos petrolíferos en Veracruz y sus alrededores. La cultura francesa positivista se puso de moda en México, (Jerónimo no sabe si eso fue bueno o malo, pero de cualquier forma "ampliaba el horizonte"). El periodismo floreció y las "mejores plumas" escribían en los diarios de la Capital.

Para alcanzar esto, Don Porfirio gobernó con mano dura (pero gobernó), y en su estilo de gobierno llevó los gérmenes de su propia destrucción. Su continuismo en el poder, fue un mal necesario para lograr la continuidad en las obras y las acciones de gobierno (así lo reconoció él mismo, años después en Paris). Desconocía los problemas del campo pues siempre fue militar y no se ocupó de los campesinos.

Poco a poco se creó un resentimiento hacia "los nuevos ricos", porque la mayoría de la población rural seguía empobrecida y sin vías de salida como no fuera " ir a trabajar" para los latifundista o para las empresas extranjeras que los explotaban aduciendo su falta de conocimientos, y se hablaba de "entreguismo a los capitales" y a los " extranjeros". Se empezó a "sentir" una dominación de la "plutocracia" y el poder del dinero llevaba aparejado el poder político, y la "posición" social. Empezó a desarrollarse una "clase media", pues los "pobres" tenían hacia donde "ir" gradualmente. Lástima que solo había oportunidades en las ciudades. El campo empezó a rezagarse.

Una nueva generación de jóvenes políticamente ambiciosos, resentía los 30 y tantos años de permanencia en el poder de Don Porfirio, y ese fue el detonador de una nueva inconformidad: la permanencia en el poder, la reelección., y nótese, no, repetimos no, el bienestar de la mayoría de la población. Ese bienestar sería, tal vez, una consecuencia, no fue un objetivo.

Madero, un joven de familia acomodada, de ocupación farmacéutico, espiritista e iluso visionario, tenía el tiempo, los recursos, los contactos y demás elementos para organizar un movimiento político efectivo y disputar el poder a Don Porfirio. Empero, mal aconsejado por los espíritus y algunos de sus ‘seguidores’, aceptó el apoyo de los USA que veían con mucho recelo los éxitos del régimen porfirista, despreciaban a don Porfirio (primero por "ser indio", segundo por ser exitoso), aunque su pretexto y "fachada" fue que no les gustaba para nada la "falta de democracia" en el país. Madero, inició su campaña bajo el lema Sufragio Efectivo, No Reelección. Don Porfirio "arregló" los resultados de la elección y Madero "se levantó en armas" y ahí –se dice- se inició la mal llamada revolución mexicana, con los gringos una vez más, metidos en donde no tenían nada que hacer.

Jerónimo quiere aclarar en este momento, que nunca ha estado de acuerdo con que al movimiento opositor de Madero y a lo que siguió después, se le denomine Revolución Mexicana, pues, en su opinión, (muy respetable como la de los que opinan en contrario), fue una "revuelta" que tenía simplemente la finalidad de "quitar" a Díaz del poder. Y lo que siguió después, fue una serie de disputas personales por el mismo objetivo: ocupar la Presidencia, acompañadas de la "justificación ideológica {los que lograban fabricar una} o el pretexto" de la búsqueda de mejores condiciones de vida para la mayoría.

Madero, en opinión de Jerónimo, puede ser calificado como un "moderado" que no buscó muchas reformas sociales ni cambios drásticos, quería una continuidad en las obras, no en la persona y tenía una visión social diferente a la de Don Porfirio, aunque nunca comprendió en su totalidad las necesidades de las comunidades campesinas, de las que, además, estaba muy lejos por ser terrateniente. Tampoco entendió las necesidades de la población urbana, pues no estuvo en contacto con ellas, más que a través de sus discursos de campaña.

Fue considerado por sus propios compañeros como una persona "débil", como un gobernante indeciso y sin coherencia, un visionario, soñador y fantasioso, poco práctico, y su debilidad le creó enemigos y dividió "las fuerzas revolucionarias"…..aunque no les guste esta explicación a ochos modernos ‘politólogos’. De sus propias filas, surgió un general, Victoriano Huerta, que encabezó el movimiento en contra de Madero, terminándolo con brutales asesinatos. Jerónimo se pregunta ¿en donde estaban los Rambos de aquel tiempo, protectores y vengadores?

Y ahí empezó el desorden, Madero fue asesinado, Orozco, Carranza, Zapata, Villa, Obregón, etc., cada quien "hizo su luchita", cada quien tenía sus partidarios, sus simpatizantes, sus seguidores y una "bola" de gente que veleidosamente, andaba con el que le quedaba mas próximo, o llegaba primero a las poblaciones y "rancherías". Además, muchos de los pobladores, se escondían por temor a los asaltos, despojos, violaciones y la muy repudiada "leva". Que no nos cuenten que fue un movimiento organizado y muy digno.

Los caudillos, muy "listos", cada uno por su lado, hábilmente, "negociaban" con el gobierno de los USA para en primer lugar, obtener armas y dinero para "hacer su patrimonio" y si alcanzaba, pagar a sus tropas, y en segundo lugar para obtener su apoyo en su "lucha" contra el usurpador Huerta, o contra cualquier otro que fuera su "enemigo". Para los USA fue muy fácil, "proteger" a todos (o casi todos, pues ya había ayudado a Madero y "congelado" inexplicablemente a Flores Magón) y a cambio de quien sabe que ofrecimientos y concesiones, tenía "observadores" en todos los campos y con todos los rijosos, y les proporcionaba armas y municiones ( algunas de deshecho) pero que de todas maneras, resultaban mas amenazantes que picos, palas y palos o piedras con los que atemorizaban a quien se cruzara en su camino. (John Reed fue quizá el más conocido de esos "observadores", (a lo mejor, por los "cuernotes" que le ponía su "peregrina" vieja).

Los rijosos no buscaron una justificación ideológica para "su movimiento", pero no faltó quien se la ofreciera y el que no pregonaba "tierra, libertad, o cualquier otro ‘slogan" apoyado por campesinos desposeídos o sin propiedad, se amparaba en el "constitucionalismo", con soldados descontentos y ansiosos de poder, y otros "slogans" parecidos o semejantes., en los que hasta ex bandidos muy conocidos forman "su ejercito" y se lanzan "a la bola". Y se viene un desorden tal, que todo el país se conmociona.

Al fin de cuentas, en 1915, los USA, por quien sabe que razón, "reconocen" a Carranza como Jefe de un gobierno "de hecho" (no de derecho) pero no por eso, la lucha deja de existir. Zapata continúa en sus correrías, hasta que es traicionado y asesinado en 1919. Villa, negocia un "perdón y amnistía" y se retira a trabajar un ranchito en Parral, hasta que también es asesinado en 1920. Y así poco a pocos van "muriendo" los revoltosos originales… o los van acabando.

Carranza, primer jefe constitucionalista, mientras tanto, convoca a un Congreso en 1917, y reforma la Constitución de 1854, elaborando una nueva, la muy modificada pero vigente hasta ahora., y dicho sea de paso, muy ‘repudiada’ y atacada en su tiempo por la cantidad de ‘errores’ y fallas que tenía y sigue teniendo. Obregón, nada contento por quien sabe que oscuras razones, organiza un "golpe" militar y depone a Carranza ocupando su lugar como Presidente. Carranza "andaba huyendo" cuando en Tlaxcalantongo es arteramente asesinado.

Obregón a su vez, poco más tarde, es baleado en La Bombilla, restaurante de la Ciudad de México.

Luego vienen Plutarco Elías Calles, Portes Gil, Ortiz Rubio, Rodríguez, Cárdenas, y Ávila Camacho como militares emanados de las "filas revolucionarias" organizados por Calles en el Partido de la Revolución Mexicana que actualmente es el PRI, y que tiene entre otros, el mérito de haber colocado en la silla presidencial a sus candidatos, aunque se cuestionen casi todos los procesos electorales hasta hoy.

Jerónimo insiste en lo impropio del nombre de Revolución, pues por lo que el sabe y lo que cree, fue una serie sucesiva y simultánea de pleitos entre generales, caciques, caudillos y personajes de la época que estaban o se sentían agraviados por algo, que tal vez nunca se aclaró, pero que les dio el pretexto para "levantarse en armas" a ver que "lograban", con la mira bien puesta "en la silla".

Jerónimo se apoya en el hecho que en 1929, Calles llama a los pleitosos y los unifica en un solo Partido político. Su intención es evidente: dejen de pelearse entre sí, dejen de combatir unos a otros, vamos a compartir, vamos a distribuir entre nosotros. El pastel (representado por "la silla", el congreso y demás instituciones republicanas) es nuestro, vamos a repartirlo entre nosotros. Esto, entre otras cosas, representa una minoría que "manejará" los intereses de la mayoría, obteniendo múltiples beneficios en el proceso, logre los objetivos o no.

Prepotentemente, se "apropian" de los colores de la bandera, prepotentemente, sienten y actúan, como si el país fuera de ellos, y lo que es peor como si ellos únicamente, fueran el País. Jerónimo aclara que aunque puede ser que en aquel momento el país estuviera "dominado y controlado" por ellos, eso no los convierte en propietarios, ni les da derecho a actuar como tales.

Desafortunadamente, esa actitud prepotente, esa arrogancia de" ganador" los hace torpes, los ha convertido en miopes que no ven más allá de la nube de incienso en que se han colocado a si mismos, seguidos por la "bola de lambiscones" que siempre acompaña al que gana (aunque sea para recoger migajas o recibir una ‘gorrita’ o tamales fríos).

Desde su concepción y su nacimiento, el partido oficial ha llevado consigo los gérmenes de su propia destrucción : la prepotencia, el abuso del poder, la impunidad, la corrupción, la actitud equivocada y últimamente, se ha desarrollado, inconteniblemente, otro, la manipulación culpable de la información.

Volviendo a los de los revoltosos, Jerónimo insiste en que no hubo ni unidad ni congruencia, que jamás nadie siquiera intentó darla, hasta que los "oficialistas" pagados por el mismo gobierno, buscaron otorgarle una fundamentación ideológica y hasta "crearon" institutos de estudio y centros culturales para hacer creer que la llamada por ellos Revolución Mexicana, fue un movimiento organizado, congruente, fundamentado en principios sociales de equidad y justicia. Cuando a lo mucho fue una serie de reclamos, justos, cierto es, pero no pasaban de ‘reclamos’ ideológicamente muy ‘respetables’.

El movimiento iniciado por el joven terrateniente farmacéutico espiritista, tuvo un solo propósito central: quitar del poder a Don Porfirio. Se revistió de un propósito secundario con carácter dual: establecer el sufragio efectivo (lo que no logró y aun no se ha logrado) y establecer el principio de la No reelección (que si se logró, aunque a medias, pues se ‘pasó’ de la dictadura de una persona por la dictadura de un partido y hasta se podría decir de un ‘sistema’).

O sea, su éxito fue: hacer que Don Porfirio renunciara y establecer la No Reelección como ‘principio constitucional’, pero por ese logro desencadenó una violencia sin paralelo en nuestra historia.

Inicia una época terrible de destrucción, no es capaz de convertir el triunfo en época de construcción, de resarcimiento. Acabó con el porfirismo, es cierto, pero, y es un gran pero, con la ayuda de USA que, repetimos, inexplicablemente le dio su apoyo, a cambio sin duda, de ventajas, para Jerónimo y muchos de nosotros, desconocidas, y que continua la trágica historia de nuestras relaciones con ellos, en las que siempre, como País, hemos "salido perdiendo", aunque el gobierno en turno y algunos grupos y/o individuos, se hayan beneficiado momentáneamente.

De los sucesores, Calles y Cárdenas destruyen el latifundio, pero así como Madero no construyó la democracia, éstos tampoco construyeron una nueva agricultura, y al despojar a los terratenientes, inician el éxodo de dinero al extranjero por la falta de confianza en el gobierno y como consecuencia de "arbitrariedades legalizadas".

Lo de la No reelección, como principio es saludable, aunque no tanto, pues su aplicación, o al menos, como lo han aplicado, ha evitado la continuidad necesaria a muchas obras, y ha propiciado una torpe "planeación" a corto plazo, insuficiente para proyectos trascendentes. En la práctica, lo que realmente ha pasado, repetimos, es que sustituyeron la permanencia dominante de una persona por la permanencia prolongada de un partido, con lo que tampoco lograron "dar continuidad "a los programas, pues cada sexenio, "el que llega", quiere "dejar su huella", y/o se ve obligado a enmendar y corregir los errores de su predecesor, o, de plano, decide hacer otra cosa.

Parece haber una irresistible fascinación por alcanzar el "reconocimiento oficial" haciendo que calles, avenidas, mercados y edificios, "sedes" de organizaciones raras y desconocidas, y hasta jardincitos perdidos en medio de la jungla de asfalto lleven el nombre de nuestros ex – gobernantes, o de los "mártires de la patria".

Continuamos… hasta la fecha, ha estado presente el negro fantasma del Sufragio Efectivo. Desde sus orígenes, y luego con Vasconcelos, y Almazán, por citar dos de los más conocidos, hasta las mismas elecciones de Salinas y Zedillo, se ha dudado de la legitimidad de casi todos los procesos electorales. Para el ciudadano común y corriente, el proceso electoral nunca ha sido claro, aun no es transparente, no se ha alcanzado el Sufragio Efectivo aún.

Por lo mismo, Jerónimo dice que estarán ustedes de acuerdo que, como quiera que se le llame, ese período de nuestra historia fue un período extremadamente violento, de gran violencia y destrucción y pocas obras y beneficio para la ‘población’. Acabó con toda una generación de hombres y mujeres, destruyó las instituciones, combatió a las clases adineradas, hizo languidecer hasta su casi extinción a la minería, los transportes, la ganadería, y la industria azucarera, despedazó al periodismo, aniquiló a los maestros, creó un enorme hueco de riqueza y una desconfianza externa, atroz y profunda, hacia todo lo que "huela a mexicano", y una encubierta desconfianza interna hacia el gobierno. Aún no podemos reponernos de todo ese daño.

Después, vino un período de relativa calma a nivel nacional (más no regional, como los que hemos vivido y el que estamos viviendo) en que se terminó con el presidencialismo militar y se inició la era de los pri-gobernantes "civiles", que, sin embargo, siguieron con las mismas políticas y tácticas establecidas por sus antecesores.

Entre otras cosas, es por esa herencia que no hemos podido superarnos, y el porque otras naciones ven a México como una nave sin rumbo desde 1910. México ha estado en crisis desde que a los espíritus que aconsejaban a Don Panchito se les ocurrió la idea de "estar cansados" de don Porfirio. Y los pocos períodos en que la crisis no es evidente, han sido eso, precisamente eso, períodos en donde la crisis no es evidente, no períodos en donde no ha habido crisis.

Cuando la "familia revolucionaria" estaba "de moda", estaba vigente, tenía autoridad moral y política. Sus errores y fallas no se hacían públicas, se ocultaban o simplemente, se ignoraban… se fue incubando una impunidad peligrosa y engañosa. En esas épocas, cuando el gobierno tenía cierto prestigio y reconocimiento, no era tan importante la "apertura democrática", ni se pensaba que la oposición pudiera mejorar lo existente, y con la despreocupación del ciudadano por la cuestión política, "cobijado" por una situación económica mas o menos aceptable, importaba muy poco lo que hacía o dejaba de hacer el gobierno.

Es más, si algún cambio se "sentía" necesario, se confiaba, se esperaba, que ese cambio proviniera del mismo gobierno, pues la "oposición" como tal, no era más que un nombre representado por algunos idealistas sin contar con apoyo suficiente ni en afiliación, ni mucho menos en las urnas, controladas y manipuladas por el mismo partido oficial.

El cambio, era una ilusa expectativa, reflejo de una ciudadanía ingenua e ignorante, y además, mal informada, manipulada, que hoy está pagando muy cara su despreocupación por las "cosas cívicas" que afectan a la nación, y su "dejadez" ha permitido que los gobernantes no gobiernen adecuadamente y que el país siga siendo "saqueado" por mexicanos y extranjeros día tras día.

Como ya se mencionó anteriormente, el sistema surgido de las luchas de principio de este siglo llevaba en si mismo el germen de su propia destrucción, en donde merece destacarse la manipulación de la información (por cierto, único tema que los 4 precandidatos no han "tocado" preocupados mayormente, por atacarse unos a otros) En tiempos de Juárez, por ejemplo, y para que no digan que Jerónimo es Porfirista, había en la ciudad de México unos 60 o 70 periódicos, que influían la opinión del ciudadano, ya que en esas épocas, sí leía, y no se estaba embrutecido por la tele.

Al caer Don Porfi, los nuevos gobernantes sólo dan cabida a 2 o 3 periódicos y alguna que otra revistilla, con una represión brutal a cualquiera que tuviera el atrevimiento de escribir algo en contra de los "intereses sagrados del gobierno.", aunque fuera a favor de los más sagrados intereses de la nación. El Pri-gobierno se fue creyendo su propia invención de ser México, pronto, a "todo precio" obtuvo el "control" de los medios de información.

Los periódicos, de ser instrumentos doctrinarios, esto es, que podían educar, instruir y formar opinión, (impartir doctrina), se convierten, siguiendo el ejemplo gringo, en "armadores de notas informativas", como lo son hasta la fecha, con algunas excepciones. Ese aparente simple cambio, destruye la naturaleza auténtica del periodismo y lo hace comercial e informativo, barato e insulso, sin sentido ni misión, incluso, sin identidad.

Por favor, nos dice Jerónimo, no entremos en la discusión de las virtudes y defectos de los periódicos mexicanos pues es evidente que hay bastantes más que 3, y solo ellos saben cual ha sido su "lucha" por lograr su continuidad, sólo apuntemos el hecho que hoy día, la gente "se entera" de las cosas más por la tele que por otro medio, y hay muy poca opinión o análisis serio, porque los "medios" no se quieren comprometer a un punto de vista "contrario" al gobierno. Claro está que en la tele tampoco se hace y por eso hay un gran vacío cultural y una desinformación generalizada que conviene perfectamente a las estrategias del pri-gobierno. Un ciudadano inculto y desinformado, no puede exigir sus derechos, ni puede ejercer sus obligaciones.

Según Jerónimo, sólo algunas revistas tienen algo de opinión y hasta parecen independientes, pero, eso, como dice la gorda, es otra historia. De los demás medios, ni hablamos por que sería cosa de nunca acabar, y además, porque alguna virtud deben tener.

Para Jerónimo está muy claro que el País ya le quedó grande al gobierno, ya le quedó enorme al PRI, este partido, ya no es REPRESENTATIVO, ha dejado de ser POPULAR (en los dos sentidos, como representante del pueblo y en el sentido de los aceptados y "glorificados" por el mismo pueblo, como "suyos", como dotados de "popularidad").

Veámoslo en sólo dos grandes sectores (pero no los mismos en que el Pri divide). El sector agrario, el ambiente agrícola o dicho sin eufemismos, el campo, además de seguir teniendo problemas jurídicos muy graves, sufre un abandono ocupacional más dañino aún. Hectárea tras hectárea sin trabajar. Miles y miles de hectáreas sobre-trabajadas y con pobrísima producción.

¿ para que han servido las Secretarías de Agricultura, Recursos Hidráulicos, de la Reforma Agraria, organismos diversos, empresas descentralizadas, paraestatales, Banrurales, fideicomisos, comisiones, Conasupos y demás "oficinas" encargadas "del campo" Real y verdaderamente, todas esas "entelequias" sólo han tenido una utilidad : proporcionar al gobierno números y cifras con los que llenar los aburridísimos, solemnes y confusos Informes anuales que forman parte de las actividades públicas del Presidente.

Y si algo han logrado, es dar a algunos campesinos la pequeña satisfacción de ser propietarios de unas "tierritas" El "adorno" de entregar certificados de inafectabilidad o títulos de propiedad es, ha sido y será, otra parte muy importante de las actividades públicas del presidente. Y si se suma la cantidad de tierras que se han "entregado" , Jerónimo está seguro, se apreciará que se ha entregado tres veces el territorio nacional. (que bueno que no ha habido un desocupado que, por curiosidad, haya hecho la suma exacta de hectáreas repartidas).

Con la falta de visión y de imaginación característica, se ha quedado la "cosa agraria", en la aplicación automática del supuesto que dice que el campesino-propietario ganará más que el campesino-asalariado Ser dueño, no tiene nada que ver con ser eficiente. La propiedad no conduce necesariamente a la eficiencia.

Sólo se perciben paliativos, y muy débiles a las situaciones agrarias, no soluciones. Hace falta más creatividad, técnica, recursos, apoyo real, no promesas. Y para acabarla de "amolar" no hay ni honestidad ni perseverancia, y el "gobierno" tiene tierras "a pasto" en las que nadie hace nada.

Jamás se debieron haber construido carreteras para fines turísticos (otra utopía muy costosa de administraciones "visionarias", que pusieron los centros turísticos fuera del alcance económico de los mexicanos) sin antes haber comunicado adecuadamente a las comunidades agrarias. Primero debe estar la generación de riqueza, que el "arrancar" la misma al desprevenido turista.

Si se les dio tierras a los campesinos, se les debió haber dado los elementos para trabajarlas. La tierra sola no produce. Lo que se les ha dado, además de papeles y documentos inútiles que no se pueden comer, es el pretexto para emigrar a USA deslumbrados por la falsa esperanza de la también mal llamada "tierra de oportunidad" a buscar lo que su propio país y "su gobierno" no le ha podido, no digamos dar, sino ofrecer.

Como por no dejar, a la "pasadita", crean un abandono del campo que al gobierno no parece importarle, ocupadísimo en resolver problemas internacionales con la "migra" tanto por el trato a nuestros paisanos como por las broncas de los "ilegales".

Otro sector, es el denominado sector obrero, en donde la cosa tiene caracteres todavía más "gachos". Cierto es que cuando empezó Don Panchito con sus cosas, ni incluyó a los obreros en su rollo (a pesar de haber vivido los problemas de Cananea y Rio Blanco). La cuestión obrera, fue incorporada más tarde al movimiento envolvente que destrozaba todo lo que tocaba, en seguimiento a la táctica o estrategia de beneficiar a minorías, hacerlas privilegiadas, repartir "canonjías", otorgar "favores" etc., a cambio del voto de sus agremiados., y el "agachismo" de las agrupaciones.

Obviamente que los "patrones" fueron inmediatamente catalogados como enemigos de la Revolución y los obreros "cariñosamente" acogidos en su seno, pues representaban seres explotados por las fuerzas capitalistas, y a algún genio totonaca se le ocurrió (o le "soplaron" ) llamarlos "derecha", mientras que a los trabajadores, se le agrupó como "izquierda". Los "patrones" o la "derecha" también tienen su historia, pero como supuestamente es un ente diferente y separado del gobierno, nos ocuparemos de ella en otro escrito.

En la medida que México, lentamente, se fue incorporando al mundo industrializado, con una visión muy corta y tal vez afectada por una miopía crónica, se fueron conformando las cuestiones obreras en torno a una irresponsable legislación laboral, parcial al 300 porciento a las causas obreras, olvidándose, como ya se estaba haciendo costumbre, del superior bien de la comunidad. El pri-gobierno empezaba a "sacar las uñas" favoreciendo minorías ‘favorables al gobierno’ y olvidándose del superior interés de la nación.

Todo por unos cuantos votos, sin darse cuenta que con esas "acciones políticas" iba perdiendo poco a poco, inexorablemente, la representatividad que lo soportaba como institución, como partido., que le daba fuerza y razón de existir.

No se va a entrar al tema de conocer que han dado los obreros al gobierno, ni que ha dado este a los obreros, sólo pasaremos a decir, que los obreros se convirtieron en protegidos del gobierno, con razón o sin ella, y que los lideres obreros fueron adquiriendo una estatura que muy pronto rebasó al mismo gobierno. ¿No es así Quina?

La creciente industria nacional, impulsada por un proteccionismo de bastante corto alcance, surge con problemas de fondo, primero por la necesidad de capital y tecnología extranjera ( porque no había ni lo uno, ni la otra), segundo por la falta de un marco jurídico completo y adecuado a las circunstancias del momento y con visión de futuro, que garantizara la inversión de los que se arriesgaban a traer su capital a México (con los antecedentes de las atrocidades ocurridas a los mexicanos y a los extranjeros entre 1910 y 1925).

Al gobierno le pareció fácil intervenir para "garantizar" la redituabilidad del capital invertido, siendo "socio" de las empresas, (y premiando a sus seguidores con "puestos" de importancia y alta retribución, y colocándolos en posiciones "de poder" para el beneficio propio y el de sus "compañeros" o miembros del club exclusivo) con lo que, con un "plumazo legislativo", se convirtió en lo que había combatido : en propietario y/ó dirigente empresarial (se hizo una especie de alianza o mezcla híbrida de gobierno-iniciativa privada, con la iniciativa privada propiamente dicha, soportada confusamente por las juntas de conspiración y arguendaje, las profecos y fonacotes).

Empezó a ser parte y juez, empezó a estar al mismo tiempo en los dos lados de la mesa y además, como observador, con lo que propició una corrupción administrativa que parece no tener fin, aunque lo más grave del asunto, en la opinión de Jerónimo, es que el gobierno aprendió a usar la legislación no sólo para fines políticos sino para fines económicos, ya que no tenía que "rendir" cuentas a nadie, sólo dar Informes.

Aprendizaje que nos llevaría a la necesidad de "rescates" costosísimos para el país, pues los muy "burros", ni siquiera aprendieron bien.

En ningún País, el Ejecutivo tiene tanto poder. En ningún país el Ejecutivo tiene tan pocas restricciones. En ningún país se modifican leyes y reglamentos con la frecuencia que se hace en México (incluyendo la Constitución, la que, como dato meramente informativo, ha "sufrido" hasta 1985, más de 300 reformas). En ningún país, las leyes y reglamentos en vigor tienen tantas "lagunas" y fallas, como en México. En ningún país, las leyes se convierten en obsoletas con la rapidez que lo hacen en México.

Suponemos que es a eso a lo que se refieren cuando el pri-gobierno dice y se repite, interminablemente, que "somos un país de derecho". (Aunque, por supuesto, podemos estar equivocados).

Si a estos aspectos agrarios y laborales, le aumentamos la terquedad del gobierno en convertirse en empresario y en propietario de todo, seguramente porque leyó que alguna republiquita bananera se transformó en ex bananera cuando el gobierno estatizó la propiedad, o por alguna mala traducción de escritos o manifiestos comunistas, la cosa se pone peor, perdón, quisimos decir, se puso peor.

Al pri-gobierno, orgullosamente emanado de la Revolución, le vestía mucho ser propietario y estar en ambos lados al mismo tiempo, además de que "aseguraba" el material básico para sus informes : cifras, números, gráficas, estadísticas" etc., y tenía acceso a "lanita fresca", a dinero recién entrado, que siempre le hace falta por andar gastando más de lo que recibe.

La onda es, que se volvió propietario y complicó extraordinariamente las cosas para si mismo y para los demás, al surgir los inevitables conflictos operacionales con sus "empresas" de Estado, paraestatales, descentralizadas, organismos gubernamentales, Pemex, C.F.E., Ferrocarriles, Conasupo, Fertimex, UNAM, etc., etc., y anexas, que "arrastran" a la economía y a la sociedad en cada conflicto que tienen No debería extrañarnos que sean improductivas y que hasta reporten "perdidas". El gobierno nunca ha sido buen administrador de empresas, ni es su misión u objetivo.

Los objetivos "sociales" de las empresa, y repetimos, enfatizamos, insistimos, de las empresas, sólo se logran si se cumplen los objetivos económicos. Esto es muy, pero muy, diferente a los objetivos del gobierno. Si el gobierno, por una razón o por otra, se "mete" o está "a cargo" de una empresa, su responsabilidad es el éxito económico de esa empresa, no andar con subsidios y demás argucias, para "mantenerla a flote", y quedar bien "con Los Pinos".

Como un ejemplo muy ilustrativo de esto, por andar metido en esas ondas, el pri-gobierno, cosa insólita, da marcha atrás en una decisión importante y decide reprivatizar los bancos que poquito antes, con gran trueno y fanfarrias, había estatizado. La privatización bancaria se hace mal, a la carrera, sin buena organización, casi como en Tianguis, se venden al que dé más, o como fue, al que ofrece más, aunque no tenga para darlo. Y así, se deshace de la banca, deshace la banca, y crea otro monstruo de Frankestein, que el ciudadano tendrá que aplacar en los próximos años, y para acabarla de fastidiar, da a los gringos otro pretexto para meter sus narices en donde no les llaman, y en donde no debería estar.

Empero, el gobierno se "allega" "dinero fresco" que le ayuda a reducir su carencia de recursos, porque aunque los cansemos con tanto repetir lo mismo, sigue gastando más de lo que tiene, no aprende y no quiere reducir sus gastos.

Con esa terquedad prepotente, sigue empecinado en buscar a toda costa más ingresos, recurriendo a la trilladísima elevación constante de impuestos, derechos, aportaciones, trámites, tarifas y los demás elementos de que puede disponer (o que inventa para el efecto) sin darse por enterado que la ciudadanía, no "tiene" de donde "sacar" para sufragar todos esos pagos que se le imponen, máxime, si es evidente, que se originan por problemas internos de la operación misma de la maquinaria gubernamental, ineficiente, mal planeada, peor administrada, corrupta, etc., y no "por necesidades" de la nación.

Cuando el concepto de la "familia revolucionara" tenía validez, cuando el pri.gobierno tenía autoridad moral y política, cuando tenía, inclusive, prestigio, nadie pensaba en el cambio, nadie creía necesario cambiar, sino seguir, aunque fuera lentamente, hacia el rumbo indicado, ( que se creía correcto) y cuándo el país, poco a poco, siguiendo una inercia de "dizque" tradicionalismo, llegó a la necesidad del cambio, la sacudida fue mayúscula. Como decíamos anteriormente, el País, rebasó al gobierno. Y muchos, al "sentir" la necesidad del cambio, necesidad inminente o lejana, pensaban que sería el propio gobierno el que nos llevaría, gradualmente a los cambios.

Incluso la personalidad dinámica, carismática, audaz, de Carlangas, nos hizo pensar que íbamos en el camino adecuado, pero el "error" de diciembre, el lodo y otras porquerías que surgieron como consecuencia de eso, reveló nuestra vulnerabilidad y lo equivocado del "modelo" económico (y político) seguido hasta la fecha, y nos hizo enfrentar la "cruda realidad", sin la venda institucional en los ojos.

Ahoy como dicen por a’i, ya las cosas han cambiado a tal grado que el pri-gobierno ya no es ni lo que era, ni lo que debe ser. Está "desgastado", ya no es representativo. Los logros que se tuvieron en el pasado, además de que se cuestionan, se han visto minimizados por las circunstancias actuales.

La corrupción, la impunidad, la pérdida de credibilidad, han superado con mucho, los límites de lo que es posible para el ciudadano soportar.

Ya no se cree al gobierno, ni lo que dice, ni mucho menos lo que promete. Ya no se cree en el gobierno. Así de simple, así de trágico. El Pri – gobierno, no supo mantener su autoridad moral.

Nada que "huela a oficial" es bien visto. Muchas cosas se hacen porque se tienen que hacer, pero se hacen con recelo, con desconfianza, con "agravio", y desgraciadamente, buscando un escape, una salida, un engaño, una forma de posponerla o de evitarla, o de plano, se desafía abiertamente y se incumple.

A nuestros gobernantes se les olvidaron los intereses superiores de la nación, en la persecución y búsqueda de sus intereses individuales o grupales.

En la búsqueda de apoyos electorales, en el exceso de protagonismo político, se privilegiaron minorías olvidándose de las mayorías y en algunos casos, hasta perjudicándoles. El gobierno se dedicó a hacer política, a ampliarse, a justificarse, a defenderse, no a gobernar.

No escucharon al pueblo, despreciaron al ciudadano que decían y dicen representar. Sorprendidos por la capacidad "de aguante" del mexicano, abusaron y volvieron a abusar, siguieron abusando, hasta que llegaron al límite del cual no podrán pasar. Han "des-oído" voces de protesta, han tratado de "minimizar" la crítica, han reprimido, han maniatado. Han "negociado" los problemas, han pospuesto las soluciones. No han tenido ni siquiera, la humildad del análisis objetivo.

Para el año 2,000 ese es el tamaño de la bronca. Sea por el PRI (lo que dudamos) u otro partido político, el cambio es más que necesario, es indispensable. Las circunstancias mundiales han cambiado tanto y tan rápido que nos han superado. México mismo ha cambiado tanto y tan rápido, que ha superado al gobierno. Así de fácil.

El planeta y las naciones que lo habitamos, hemos cambiado tanto en tan poco tiempo que México no puede quedar aislado del pomposamente llamado"concierto de las naciones"., en el que ocuparemos el lugar a que se haga merecedor por el esfuerzo conjunto de los mexicanos ( con o sin Pri, con o sin "gobierno").

Cierto es que a nuestros vecinos no les conviene un México fuerte y desarrollado, porque nuestra dependencia del dólar sería menor, y porque con suerte, mucho trabajo y una nueva actitud nacional, se va a lograr salir de ella, y además, porque ellos ya no las tienen todas consigo. Tienen larga "cola" que les andan pisando, problemas internos erosionantes, algunos de los cuales pueden ser progresivos y hasta mortales, y externamente, andan metidos en tantos rollos en donde nadie les llama que no los pueden manejar adecuadamente. Pero todo eso es irrelevante, México debe hacer lo que a México conviene, guste o no en USA.

Ahora bien, ya encarrerados, Jerónimo advierte que al igual que al PRI, a los USA les debe "poder mucho" la posibilidad de perder lo que se tiene. Unos el poder político, otros el poder económico. ¡Aguas! No es bronca menor.

Carlos Fuentes, menciona que conocemos y queremos dar los pasos para un transitar a la democracia, pero para eso se requieren muchas cosas y además, se requiere un líder. Y ahí, parece estar otra de las fallas de nuestros partidos políticos. La falta de líderes. Del PRI, ni nos extraña, pues su líder es, ha sido y será el presidente en turno, tenga o no, cualidades de líder, simplemente, porque está en Los Pinos, y el mismo sistema, opaca y niega cualquier "posible" hasta que recibe el "dedazo" (o la nueva forma que está cocinándose).

En ese momento, se convierte en "el hombre" , el genio que nadie conocía, escritor excelso, poeta, campesino y dramaturgo, carismático negociador y politólogo con gran experiencia, historiador emérito y graduado en Nigeria, Zimbawe y Barbados (en sólo tres años), de impecable "carrera" y experiencia en el "servicio público", la perfecta solución, el candidato ideal… muy parecido a las antiguas "virgencitas" que se "guardaban" para su noche de bodas.

En los otros partidos ha habido líderes, pero por una u otra cosa, o no han trascendido, o no han vivido lo suficiente para trascender.

En el momento actual (agosto de 1999) los partidos político mexicanos están en una mini-crisis (tal vez a propósito) por la aparente falta de unidad tanto en los principios que los sustentan, como en el líder que los conduzca. De una manera u otra, se pondrán de acuerdo internamente (o imitando el "dedazo") y saldrán a la luz los elegidos para el proceso electoral del 2,000.

Entonces, suponemos, porque no se ha dado, será el momento en que se establezcan con claridad y transparencia las acciones concretas que se van a seguir para cumplir las promesas de campaña.

Jerónimo nos dice, que por alguna parte leyó que Enrique Krauze, La Poniatoska (o algo parecido ) o Lorenzo Meyer escribió que el PRI estaba estructurado como la Mafia siciliana, con las reglas típicas de las sociedades secretas, fidelidad ciega e incondicional, férrea disciplina , coerción inmediata y brutal, extrema vigilancia y supervisión estrecha, el capo es intocable, el capo saliente debe guardar silencio, el entrante no debe atacar a los anteriores, las "desviaciones" son severamente castigadas, se establece una especie de monarquía hereditaria, sólo los miembros, y de éstos, sólo los elegidos, pueden llegar a ser capo’s, etc., reglas que con la debida distancia, y sin pretender comparaciones o buscar similitudes artificiosas, "suenan" muy cerca de lo que se dice o "se sabe " de la organización interna del PRI.

Jerónimo lo menciona, porque en el PRI, ha habido algunos "rompimientos" de reglas, escritas o no, que muestran con claridad la falta de unidad actual en el "partidazo", y como ejemplo, señala las declaraciones de los pre candidatos en donde además, de tirar pedradas a los otros tres, cada uno "embarra" al partido y a los regimenes anteriores con sus declaraciones, y aún más, porque Echeverría, ya ex presidente, fue el primero en "tirarle con todo " a Carlangas y su incómodo hermanito, y siguiendo su ejemplo, muchos otros personajes de anteriores administraciones, ahora descuidando " sus puestos", por la búsqueda de "su acomodo" en el próximo sexenio, andan haciendo lo mismo : aventar tierra a diestra y siniestra, embarrando a las anteriores administraciones, y al partido, en casi todas sus declaraciones.

¿Es eso, unidad?… esas acciones, ¿demuestran un partido unido, fuerte, seguro de si mismo? Para nada.

Tampoco se puede decir que esa "desunión" es nueva o reciente. Bastaría con revisar, sin profundizar mayormente, en los listados de afiliados a los demás partidos políticos para darse cuenta que están "llenos" de ex priistas, que, por convicción (?), o por simple "acomodo" ahora, "militan" en la oposición.

Independientemente de que las mencionadas reglas sean o no aplicables, existan o no, si se puede apreciar que "costumbres" o "hábitos" priistas seguidos anteriormente y conocidos por todos, no han sido seguidos por los actuales militantes, y eso no es solamente una evolución, sino que representa una división en la coherencia partidista, en la estructura monolítica que caracterizó al Pri de los buenos tiempos, pues si bien no se aprueba el ataque personal como motivo de campaña, la crítica a los actos de anteriores administraciones no se ha dado en el contexto de una admisión de errores, o de un pronunciamiento para "corregirlos" o para no repetirlos, sino que ha sido un "avienta piedras" a ver "a quien le tocan", con lo que las pre campañas están al nivel más bajo que nunca hayan tenido, con escasa o poca calidad, nulo comportamiento ético y respeto, de gusto muy debatible, y definitivamente, muy, pero muy por debajo de lo que se está buscando.

Señores. Por favor… Se trata de la Presidencia de la República, no de ver quien dice más leperadas, quien hace más "gracejadas" o quien resulta más alburero.

Hasta ahora, todos los precandidatos del PRI, y también los candidatos de la oposición, hablan de la corrupción, de la inseguridad, del empobrecimiento, del desempleo, etc., todos usan temas comunes, aunque lo manifiestan de diferentes formas, desde el vulgar y majadero, hasta el sofisticado, pero ninguno, nos ha sorprendido, ni con un tema "nuevo", ni nos ha hablado de algo que no vivamos y conozcamos cotidianamente.

Nos han "llenado" de publicidad, alguna "dizque" ingeniosa, otra francamente denigrante aún para el mismo candidato. Casi todas "con retrato" y con "slogan" publicitariamente huecos, o frasecitas insulsas, vacías, sin significado, intrascendentes, uniformemente mediocres, sin mensaje, sin motivación

Ninguno, tampoco, ha presentado programa específico, su plan de gobierno, o su como diablos le llamen, en donde esté establecido, por escrito, en vivo y a todo color, QUE va a hacer, COMO lo va a hacer, CUANTO va a costar, en que FECHAS, etc. etc., etc., para que la gente pueda analizar las diferentes propuestas y votar conscientemente, libremente, con cierto grado de convencimiento, por aquel que PAREZCA responder mejor a las expectativas de la ciudadanía.

Parece ser, que ya se les olvidó, que han sido muchos y en muchas formas los que han prometido "combatir" esos aspectos. Combatir… no es ganar. No basta con combatir. No se requiere que nos digan que van a combatir. Eso es infantil. Lo que se requiere es que digan cómo van a ganar. (No con la ayudadita de mi manager o la Virgencita.). Defínanse… por favor.

Coincidimos con las palabras de línea dura expresadas por Salinas de Gortari en respuesta a un cuestionamiento: "no hay más ruta que la nuestra", dijo. Esa debe ser la cosa. Firmeza, seguridad, ruta concreta, pero no a lo tarugo… se debe crear la ruta, diseñarla específicamente para nuestras necesidades, no andar haciendo adaptaciones, ni copias de modelitos bananeros, o variaciones al modelo que ya probó su ineficacia.

Como se decía anteriormente, hace falta imaginación, audacia, conocimiento, identidad (no nacionalismo recalcitrante y absurdo) para "crear" un México nuevo, el México que vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos. ¿Tenemos el patriotismo, la audacia, el compromiso, los conocimientos, la actitud y la determinación suficientes pata hacer ese México que queremos? ¿Estamos dispuestos a más sacrificios y a enfrentar problemas graves dentro y fuera del país, para lograr enderezar el rumbo?

La cosa, dice Jerónimo, es que estamos seguros que sí. Pero hasta ahora, nadie ha presentado el modelo alternativo diferente, que corrija errores, etc., sólo se han "esbozado" variaciones al actual. ¡Agua!

¡Aguas! porque siempre se termina gastando más de lo que se tiene y hay una deuda externa considerable que tiene que ser pagada y levantar esa pesada loza a las futuras generaciones, y también hay una deuda interna, de la que poco se habla pero que ahí está ( n poco "agazapada" pero que en cualquier momento saldrá a fastidiar a los ciudadanos ). Aguas, porque cada día hay más mexicanos que NECESITAN llevar a sus casas "lo suficiente" para una vida digna y gozar del prometido bienestar que nunca ha estado a su verdadero alcance, ni se le ha proporcionado el "sistema" adecuado para lograrlo con el trabajo cotidiano.

¡Aguas!, sí, aguas, porque no tenemos un capitalismo fuerte, porque no tenemos una democracia establecida y funcionando, porque no tenemos una población contenta, económicamente segura políticamente conforme. ¡Aguas! porque se han descuidado los aspectos humanos y sociales de la economía y de la política, porque se ha centrado la atención y la actividad en la macroeconomía y las necesidades del Estado, y no en la microeconomía y las necesidades del ciudadano.

¡Aguas! porque nuestro sistema político y económico, está erosionado y tiene muchas fallas y lagunas jurídicas. Porque nuestra "división de poderes sólo es una entelequia de papel que no funciona en la realidad. Porque el gobierno ha funcionado y funciona por encima, por abajo y a cualquier lado de la Constitución.

¡Aguas! porque no se han creado y establecido reservas para contingencias petroleras, para movimientos bursátiles, para desempleo, para temblores e inundaciones, y finalmente ¡Aguas! Porque a muchos se les ha olvidado que EL GOBIERNO NO ES MEXICO, el ciudadano ES México.

Y para terminar, Jerónimo quisiera ofrecer una disculpa si en alguno de los párrafos anteriores, cita textualmente sin indicarlo a cualquiera de los escritores que dieron pié a estas líneas, pero, si así es, fue totalmente involuntario de parte de Jerónimo y obedece simplemente, a que su inconsciente lo traicionó al no encontrar una forma mejor o diferente de decirlo o no contar con el vocabulario adecuado., y sin embargo, Jerónimo quiere aprovechar esta ocasión, para ponerse a sus órdenes y recibir comentarios y sugerencias en Internet : Windows Live/Spaces/ Jerónimo, el Ciudadano.

{Y que conste que para cuando se escribió esto, el tal AMLO ni siquiera figuraba en el panorama nacional}.

Notas técnicas: Páginas 13. Palabras 8,938. Caracteres 55,266. Párrafos 136. Líneas 725.

 

 

 

Autor:

Javier Torres Landa

Partes: 1, 2
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