Los Kichwa de Leguízamo – Tras las claves de los Runas del Antisuyu (página 2)
Enviado por Juancarlos Gamboa Martinez
1. ¿POR QUÉ KICHWA Y NO INGA?
ALGUNAS NOTAS PARA EL DEBATE
Por:
JUANCARLOS GAMBOA MARTÍNEZ
Definitivamente puede decirse que en el municipio de Leguízamo (Putumayo) no hay presencia de comunidades que pertenezcan étnicamente al pueblo Inga. Más bien, hay que decirlo de una vez, las comunidades conocidas durante mucho tiempo con el equivocado etnónimo de Inga son en realidad comunidades que hacen parte del pueblo Kichwa amazónico.
La reciente utilización del etnónimo Kichwa, en reemplazo del nombre Inga, no es producto de ninguna veleidad intelectual ni de ningún artificio academicista. Contrariamente, el cambio de etnónimo se inscribe dentro del proceso de reconstrucción étnica y revitalización cultural que actualmente el pueblo Kichwa está adelantando.
De otro lado, la pertinencia de este cambio obedece a la constatación de varios elementos, entre los que se pueden mencionar, a guisa de ejemplo, los siguientes:
I
A lado y lado del río Putumayo y trascendiendo las arbitrarias fronteras estatales de Colombia, Perú y Ecuador, existe una continuidad cultural expresada a través de la presencia histórica de diversas comunidades indígenas amazónicas que tienen en común el hablar o haber hablado el runa shimi y el haber soportado procesos históricos similares.
II
En Ecuador las comunidades indígenas amazónicas hablantes del runa shimi se reivindican explícitamente pertenecientes al pueblo Kichwa. Por su parte en Perú estas mismas comunidades indígenas se autodenominan Kechua. El cambio en la escritura del etnónimo de un país a otro obedece simplemente a que en Ecuador se ha asumido el alfabeto trivocálico del runa shimi, en tanto que en Perú se viene posicionando el alfabeto pentavocálico de esta misma lengua. No sobra anotar que ni en Ecuador ni en Perú estas comunidades runa shimi hablantes utilizan el etnónimo de Inga. Aquí cabe precisar que en Ecuador si bien existen varios pueblos andinos –Natawela (localizado en la provincia de Imbabura), Salasaca (ubicado en la provincia de Tungurahua) y Saraguro (que vive en la provincia de Loja)– que siendo mitimaes podrían ser llamados con propiedad como Inga, ellos mismos no acuden a este etnónimo para autoidentificarse. De allí que pueda decirse con seguridad que en Ecuador, ningún pueblo indígena runa shimi hablante, ni andino ni amazónico, se autoidentifica como Inga.
III
Según las indagaciones y pesquisas históricas que se realizaron dentro del contexto del proyecto titulado "Plan para la Recuperación Colectiva de la Historia y la Cultura de los Pueblos Indígenas de Leguízamo", que se ejecutó en Leguízamo (Putumayo) entre noviembre de 2002 y mayo de 2003, la gran mayoría de comunidades hablantes, en el pasado o en el presente del runa shimi, ubican sus orígenes ancestrales en la amazonía ecuatoriana, principalmente en las cuencas de los ríos Napo y Aguarico y sus afluentes. Precisamente en esta región del Ecuador se evidencia hoy por hoy una significativa presencia de comunidades del pueblo Kichwa. Según datos preliminares que se han obtenido, las migraciones de los Kichwa amazónicos desde Ecuador con destino a Colombia se efectuaron entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX con el propósito de huir de la esclavitud a que estaban siendo sometidos por buscadores de oro y escapando de las dramáticas condiciones de explotación de que eran víctimas por empresarios cultivadores de arroz.
IV
Antes de la llegada de los invasores europeos, el área de la Amazonía de la que venimos tratando, estaba ocupada por un sinnúmero de pueblos indígenas tribales que tenían idiomas y tradiciones culturales diferentes. Para la actual área cultural Kichwa de la Amazonía de la que se está haciendo referencia, se encontraban pueblos como los Quijos, Sumacos, Sabelas, Yumbos, Indios del Napo, Canelos, Lamas, Tabacosa, Suchinchi, Pandule y Panyaso. Como se sabe, el proceso de dominación hispánica llevó a la extinción física y cultural de muchos de estos pueblos indígenas amazónicos, mientras que otros pueblos indígenas sufrieron transformaciones culturales significativas. Debido a que el runa shimi se fue constituyendo en la lengua yeral de la región, paulatinamente muchos de estos pueblos fueron incorporando esta lengua, hasta perder la propia y por complejos procesos de etnogénesis derivaron en las actuales comunidades amazónicas que se reivindican como Kichwa.
V
La identificación de estas comunidades indígenas amazónicas como pertenecientes al pueblo Kichwa obedece fundamentalmente a que hablan un idioma en común, el runa shimi y que son fruto de procesos de etnogénesis muy complejos. De ahí que, aunque provengan de tradiciones culturales diferentes, estas comunidades amazónicas lograron configurar con el transcurso de los siglos una identidad étnica diferenciada, la denominada Kichwa, a partir del hecho de hablar el runa shimi.
Al respecto, en la Amazonía son muchos los pueblos indígenas, con estructuras tribales, dispersas y descentralizadas, que ante el impacto de la todavía reciente historia del contacto desigual con la llamada sociedad mayoritaria se han visto precisados a reconfigurar sus identidades étnicas y culturales para dotarse de una identidad que trascendiendo diferencias tribales, los homogenice como pueblo.
Justamente uno de los problemas más evidentes sobre el particular ha sido el de dotarse de un nombre que los unifique internamente pero que a la vez los distinga de otros pueblos. Es así como muchas comunidades indígenas amazónicas encontraron la posibilidad de tejer la trama y la urdimbre de su identidad cultural a partir de los elementos que los identificaba, en este caso el idioma compartido.
VI
El sustrato cultural más antiguo de la mayoría de comunidades Kichwa que viven en Leguízamo, es el pueblo Quijos, que hacía parte de la familia lingüística Shillipanu, quién escenificó en la época colonial importantes rebeliones y levantamientos de grandes proporciones, como el protagonizado por el legendario Jumandi en el año de 1578. Este pueblo Quijos debido a las transformaciones culturales que soportó durante la colonia desapareció como entidad étnica y cultural diferenciada y como resultado de un proceso de etnogénesis dio paso a las comunidades runa shimi hablantes que hoy en día se encuentran en la frontera colombo-ecuatoriana.
Alrededor del etnónimo de Kichwa estas comunidades indígenas amazónicas, en un proceso de larga duración, pudieron entonces reinventar una identidad cultural propia armada a partir de sus ancestrales tradiciones culturales y de las incorporaciones que hicieron de la cultura de otros pueblos indígenas mayoritarios.
VII
Si bien el pueblo Inga habla también una variante del runa shimi, tiene un origen y una trayectoria histórica marcadamente diferente al del pueblo Kichwa amazónico. Los Inga son, por decirlo de alguna manera, descendientes directos de los Incas, en tanto que los Kichwa amazónicos, como se ha dicho, tienen una identidad étnica construida de muchas partes. Los Inga que tienen su origen en Cuzco, centro ritual y político administrativo del Tawaintisuyu, desempeñaron el papel de mitimaes y, por consiguiente, tuvieron la responsabilidad de trasladarse a las periferias y áreas marginales del territorio del Incario para contribuir con la expansión de la civilización de los Incas. Puede decirse, entonces, que muchos de estos Inga fueron los encargados de asimilar culturalmente e incorporar políticamente al Incario a muchos pueblos indígenas, entre ellos varios de los amazónicos.
VIII
Pese a que en Colombia el centro de dispersión de los Inga es el Valle de Sibundoy en el Alto Putumayo –que ha sido definido como corredor de transición entre los ecosistemas de montaña y de selva– puede decirse que los Inga, pese a que han incorporado elementos culturales propios de la Amazonía como la utilización de la ayawaska, tienen una cosmovisión que se puede caracterizar como estructuralmente andina. De otro lado, el runa shimi que hablan es similar al hablado por los Incas pasados y por muchas comunidades andinas contemporáneas de Ecuador y de Perú.
En cambio las comunidades Kichwa de las que venimos hablando tienen una cultura netamente amazónica y el runa shimi que hablan lo aprendieron por dos vías. Por contactos frecuentes y sostenidos con los Incas ubicados en Los Andes y a través de la imposición de este idioma por parte de los misioneros que lo usaron como lengua franca para la catequización y evangelización. Al respecto la acción misionera de los jesuitas, sobre todo del P. Cueva que, hacia mediados del siglo XVII, crea en el Napo y Archidona una "escuela para intérpretes", permite que el runa shimi se consolide definitivamente en la Amazonía.
IX
Sin entrar en muchos detalles, también hay que anotar que para varios pueblos indígenas amazónicos el Incario significó hasta cierto punto una forma de dominación y asimilación cultural –por su puesto de un orden radicalmente distinto al de los invasores europeos– lo que explica que, sobre todo en Perú y en menor medida en Ecuador, aún hoy en día se presenten tensiones y contradicciones entre el pueblo Kichwa y/o Kechua andino y los pueblos amazónicos, sean runa shimi hablantes o no. En ese contexto, y para hacer un símil, no sería muy adecuado pretender asimilar a las comunidades dominadas y sometidas por el Incario, con el Incario mismo.
X
En Ecuador, que es el referente más cercano como quiera que la inmensa mayoría de comunidades runa shimi hablantes de Leguízamo sitúan sus orígenes en la Amazonía de ese país, se habla de nacionalidad Kichwa y bajo esa categoría incorporan a todos los pueblos runa shimi hablantes. De ahí que la nacionalidad Kichwa se configure a partir de doce pueblos andinos y el pueblo Kichwa amazónico. En el hipotético caso que los Inga vivieran en Ecuador, si bien serían considerados como parte de la nacionalidad Kichwa, serían referenciados como un pueblo andino y no como un pueblo amazónico.
XI
La confusión de etnónimos tiene su origen en que los nombres de Kichwa o Kechua hacen alusión más a una familia lingüística que al nombre propio de un pueblo determinado y específico. Entonces, si se tratara de generar homogeneidad e identidad en las distintas comunidades runa shimi hablantes de Sudamérica, no se debería seguir hablando de pueblo Kolla (Chile y Argentina), Kechua (Perú y Bolivia), Kichwa (Ecuador), Inga (o Ingano) y Yanacona (Colombia), sino simplemente empoderar y posicionar el etnónimo de pueblo Runa, que en runa shimi significa gente, para abarcarlos a todos. Sin embargo, los diferentes procesos históricos y culturales, sumados a los variados contextos nacionales, han llevado a que en la práctica se configuren realidades socioculturales muy diferentes, hasta el punto que se han denominado con distintos nombres, en una tendencia que, al parecer, no se reversará.
XII
Vistas así las cosas podría argumentarse legítimamente que en Colombia tanto las comunidades Inga (o Inganas), como las Kichwa e inclusive las Yanacona deberían ser estimadas como parte de un solo pueblo, el pueblo Runa; pero los procesos históricos y las actuales realidades sociales y culturales que presentan estas comunidades, han determinado que se configuren en Colombia tres pueblos diferentes y, por el momento, las tendencias son contrarias a la idea de buscar una homogeneidad pankichwa, bajo el etnónimo de Runa. Todo indica que la idea del etnónimo unificatorio de Runa para identificar a los pueblos indígenas runa shimi hablantes no tiene hoy por hoy mucha acogida entre los pueblos concernidos.
XIII
De todas maneras debe quedar claro que la intención con la utilización del etnónimo Kichwa para las comunidades runa shimi hablantes de Leguízamo y del departamento del Amazonas, donde también existen comunidades Kichwa, no es la de generar división al interior del pueblo Inga, pues como se ha visto con meridiana claridad estas comunidades no pueden ser consideradas verdaderamente como parte de este pueblo. Más bien el propósito es coadyuvar a que estas comunidades indígenas que tienen muy debilitado y frágil su patrimonio cultural e intelectual encuentren su referente identificatorio donde lo tienen que buscar: en las comunidades Kichwa amazónicas.
De otro lado consideramos que para los proyectos de futuro del pueblo Inga también es provechoso conocer que las comunidades runa shimi localizadas en el curso bajo del río Putumayo, no son Inga sino que tienen otra identidad y otro etnónimo para autoidentificarse que expresa de manera más acertada su tradición histórica y su situación cultural.
XIV
A todas luces nos parece que no es conveniente para el pueblo Inga que comunidades amazónicas runa shimi hablantes –en el pasado o en el presente– y con orígenes y tradiciones históricos diferentes, se reivindiquen como parte integral de este pueblo, sin realmente serlo. Es claro que al pueblo Inga también le interesa saber con certeza el número de comunidades indígenas que lo componen. Entonces, una mayor claridad sobre el origen histórico y la identidad cultural de estos pueblos indígenas, tanto del Inga como del Kichwa, será sumamente beneficioso para sus propios procesos de revitalización cultural y recomposición étnica.
XV
No sobra agregar que la autoidentificación de Kichwa que se han dado estas comunidades va en la perspectiva de: i) contribuir a la visibilización del pueblo Kichwa, ii) coadyuvar al proceso de afirmación de su conciencia étnica y de sus valores nacionalitarios, iii) apoyar su proceso de reconstrucción étnica y de revitalización cultural, iv) construir redes de intercambio cultural, social y político con las comunidades Kichwa de Ecuador, v) generar alianzas constructivas con las comunidades de la misma etnia localizadas al otro lado del río Putumayo, y vi) posibilitar espacios para la formulación e implementación de su Plan de Vida.
XVI
Como puede apreciarse el reemplazo de un etnónimo por otro no se basó exclusivamente en el análisis de los apellidos, aunque desde luego si se tuvieron en cuenta patrones de parentesco y filiación sino que, como se ha dicho, partió de un análisis histórico que aún está en marcha y que pretende aportar al proceso de reconstrucción étnica y revitalización cultural de estas comunidades indígenas amazónicas.
2. DISTRIBUCIÓN APROXIMADA DE LAS COMUNIDADES DEL PUEBLO KICHWA AMAZÓNICO EN ECUADOR, PERÚ Y COLOMBIA*
Las comunidades Kichwa amazónicas conforman un inmenso complejo cultural que abarca diferentes zonas de la Amazonía ecuatoriana, peruana y colombiana.
Dada la amplitud geográfica que ocupan las comunidades Kichwa amazónicas, sumado a la presencia de algunas diferencias culturales y dialectales originadas por procesos históricos específicos, puede decirse que el pueblo Kichwa amazónico se divide en los siguientes grupos:
ALTO NAPO
1. Alto Napo: Las comunidades Kichwa de este grupo se distribuyen a lo largo de las siguientes cuencas fluviales:
1.1. Río Maspa y sus tributarios: el Cosanga, y el San Francisco hasta su desembocadura en el Coca.
1.2. Río Tena y sus tributarios: el Jondache, Hollín, Misahuallí, Lauchán y Pindo.
1.3. Río Napo en su parte superior: Hasta le puerto del mismo nombre, especialmente sus afluentes: Verde Yacu, Anzu y Arajuno.
NAPO MEDIO Y CURARAY
2. Napo Medio y Curaray: Las concentraciones de estas comunidades están dispuestas de esta manera:
2.1. Por la vía de la carretera desde el kilómetro 33 de la carretera a Lago Agrio hasta la Coca y la variante hasta San Carlos en el río Napo, se asientan más o menos los siguientes grupos: Huataraco en el río Coca, San Pablo y San José del Coca.
2.2. Por vía fluvial se localizan sobre los ríos Napo, Coca, Payamino, Tiputini y Aguarico, y sus principales afluentes.
BAJO NAPO
3. Bajo Napo: Las comunidades se han localizado en las dos márgenes del río y en sus principales afluentes. Los asentamientos humanos no son sino la prolongación de sus vecinos, principalmente en: Mangua, Sucusari, Miraño, Mazán, Humán Urdu, Yana Yacu, Tagsha Curaray, Puca Barranca, Huiririna, Atum Curaray, Santa María, Aguarico y Fortaleza.
BOCAS DEL TIGRE
4. Bocas del Tigre: Desembocadura del Tigre sobre el Amazonas: Entre las principales comunidades se pueden citar, las siguientes: Shiringo Cocha, Pamba, Cocha Yacumama, Atunca Cocha, Chanca Cocha y quebrada Tigrillo.
CANELOS DE BOBONAZA
5. Canelos del Bobonaza: La localización de las comunidades es, más o menos, la siguiente:
5.1. Río Bobonaza: Se localizan en las márgenes del río Pindo, que es un afluente del Pastaza; en las cabeceras del Bobonaza, sobre todo en el río Rotuno están los Pacayacus; mucho más abajo, en el mismo Rotuno, pero en la confluencia con el Bobonaza se encuentran los Sarayacu y Bobera, en el sector de la parroquia Montalvo, cerca de la frontera con el Perú.
5.2. Algunas comunidades Kichwa se ubican dispersas sobre la margen izquierda del río Pastaza y sobre las márgenes de los ríos Corrientes, Tigre, Chambira, y Nanay, al igual que sobre la margen derecha del río Napo.
SANTARROSINOS DE MADRE DE DIOS
6. Santarrosinos de Madre de Dios: Río Muinanu, afluente del Tahuamanu hay presencia de comunidades Kichwa llevadas por los caucheros desde Santa Rosa (Ecuador).
LAMAS O LAMISTAS
7. Lamas o Lamistas: El río Huallaga, en su parte baja, constituye el punto de referencia de los Lamistas, ubicados en el centro del triángulo que forman los pueblos de Tarapoto, Moyabamba y Yurimaguas. El actual área de asentamiento corresponde al departamento peruano de San Martín en su provincia de Lamas, por donde corren los afluentes del Huallaga, Mayo, Sisa, Shanusi y Caimarache. Viven los Lamas formado pequeños poblados, entre los que se pueden citar: Shanus, San Roque de Cumbaza, Tabalosos, Roque Pinto, Recodo, San Antonio, Pelejo, Shanoa, Zapatero, Rumisapa, Cotacachi, Cunumbuqui, San Martín, Banda, Shapaja, Sisa, Santa Rosa, etc.
BAJO PUTUMAYO
8. Bajo Putumayo: Alrededor del municipio de Leguízamo, en el Putumayo, se localizan las siguientes comunidades: Alto Napo Runa, Calarcá, Bajo Remanso, La Perecera, La Apaya, Puerto Rico, Cecilia Cocha, Puerto Nariño, La Quebradita, Puerto Puntales y en el Casco Urbano de Leguízamo. Bajando el curso del río Putumayo, ya en jurisdicción del departamento del Amazonas, se localizan diversas comunidades del pueblo Kichwa provenientes, en su gran mayoría, de la Amazonía peruana.
3. LAS VOCES DE NUESTROS MAYORES*
LOS TRES ESPACIOS DE UN COSMOS DIVERSO
Los antiguos Kichwa han enseñado que el cosmos está compuesto por tres espacios. El primero es el Janan, que es el mundo espiritual; el segundo es el Kay Pacha, que es la naturaleza en la que se vive, es el lugar donde viven los seres humanos y, el tercero, es el Uku Pacha, que es el mundo de adentro. Hay seres de la naturaleza que están tanto dentro del Uku Pacha, como del Kay Pacha. También existe el Jawa Pacha, en donde están los espíritus como los astros y las deidades.
Todos los seres vivos, animales y plantas son amigos y hermanos, son seres iguales a los humanos. Algunas plantas y animales no las ha dado Dios para que los seres humanos se alimenten de ellos. Para ser recíprocos los seres humanos estamos obligados a cuidar a las plantas y los animales. A las plantas no se las debe dañar sin motivo, siempre que se las quiebre debe ser para algo. Igual con los animales. A estos no se les debe matar por matar, sino que se los debe sacrificar únicamente para servirnos de ellos.
Hay que cuidar al kipa que es el tierno, el niño o niña; es el presente, el tiempo que va a venir. Los que estamos ahora, en el presente, tenemos que dejar estructurado bien al kipa. Se deben, entonces, conservar a los animales y a las plantas para que las generaciones que vienen puedan al menos conocerlos y servirse de ellos.
¿CÓMO SALIERON LOS ÑAWPA RUNA?: ACERCA DE NUESTROS ORÍGENES
Al principio no había sol ni había día. Vivíamos en la oscuridad. Cuando amanecía era como noche de luna. En los tiempos de oscuridad ya estaba el Dios Yaya.
Para que nosotros existiéramos Dios, nuestro Padre Creador, de la tierra hizo la gente. De greda hizo a los Runa. De aquel tiempo hasta ahora nos hemos multiplicado. Nuestro Padre Creador agarró tierra, modeló un ser humano de tierra, parado lo hizo y le sopló en la corona: "¡ju! ¡ju!". Cuando sopló le dio pensamiento. El humano estaba vivo, caminaba y hablaba.
Había también un supay (demonio). El supay agarró tierra y dijo: "Yo también voy a hacer mi gente". Pero le salió wangana. Muchas veces el supay intentó hacer a Runa, pero no podía. Hacía sachavaca, zaino y toda clase de animales únicamente.
Dios Yaya de tierra hizo un Runa. La figura la dejó tapada con algodón en un pate. Después dijo al niño: "Ahora abre el pate". El niño abrió y vio que había una cantidad de seres humanos, pequeños pero vivos, todos con sentido que hablaban y caminaban. Así fue como nuestro Padre Creador hizo a los Runa.
Los supay vieron como hizo Dios a su gente. "!Ahora nosotros podemos también hacer a nuestra gente! De la misma manera tenemos que hacerlo", pensaron los supay. Uno de ellos dijo: "Si Yaya los hace, yo también puedo. Yo, ¿quién soy yo?", y diciendo esto hizo bolitas de tierra y las tapó con un pate.
Cuando lo abrió, salieron víboras. Bastantes. No tenía poder de hacer gente. Otro supay empezó diciendo lo mismo: "¿Quién soy yo?". Yaya le dijo: "Tú tampoco vas a poder". Insistió el supay: "!Yo seguro hago gente!". Entonces encerró sus bolas de greda. Al poco rato mandó a abrir y salieron puros grillos saltando. Otro supay modeló tierra, dejó tapado con pate. Al abrir salieron puros sapos. Bastantes. No pudiendo dejó ahí.
Así los supay se convencieron de que no podían y dijeron: "Él hace lo que quiere, nosotros no tenemos ese poder". Y abandonaron el lugar.
SABIDURÍA DE LOS ANTIGUOS SOBRE LA SIEMBRA Y LOS CULTIVOS
Al sembrar cualquier producto no se debe comer el gusano de la palma, porque los gusanos no dejarán que se desarrollen los cultivos y se comerán las hojas o el tallo.
No se debe comer el mono llamado perico ligero pues las plantas se cuelgan.
El día martes era especial en la cultura Kichwa: En este día se hacían distintos trabajos, menos el de la siembra porque las plantas no cargan.
Para sembrar la yuca, antiguamente se pintaban las puntas de los canutos de la yuca con achiote, antes de sembrar. Las mujeres también se pintaban la cara con el achiote, haciéndose diferentes figuras en el rostro.
En la limpieza de la yuca no se invita a otras personas porque puede ir alguna mujer que esté menstruando y puede afectar los cultivos.
Para tener buena producción, los cultivos se deben proteger de ciertos insectos que se asientan como inquilinos y que se pegan sobre todo en las flores, para luego afectar a las hojas.
La limpieza de la yuca se la hace tres veces: cuando está pequeña, a los dos o tres meses. Hay que tener mucho cuidado en la primera limpieza. Ésta la debe hacer la mamá especialmente. No debe llevar niños ni niñas, porque sólo al tocarlas, se dañan las pequeñas plantas. La segunda se hace cuando está a la altura de un hombre, y la tercera, cuando está en flor. Con esa limpieza queda hasta la cosecha.
Cuando se siembra yuca no hay que barrer la casa, porque la yuca se pondrá como la escoba: delgada.
No hay que bañarse con jabón después de sembrar la yuca, porque se hará babosa y dura y no se cocinará bien.
La yuca se siembra cuando la luna esté llena, cuando está bajo, porque así la yuca no crece mucho y carga bastante.
Si se siembra la yuca cuando la luna está alta, "killa chawpi puncha", la yuca crece muy alta y no carga mucho.
Hay que cuidar la chagra del venado y del conejo porque se comen mucho las hojas. Hay que poner las trampas también para las ratas que se comen las hojas y los tallos.
Cuando el cultivo es pequeño se utiliza el sumo del barbasco: se lo mezcla con agua y luego con una pluma de ave se rocían las plantas.
En la siembra del maíz no se bebe licor porque las hojas se marchitan o amarillean antes de que lleguen a florecer. No hay que comer enlatados porque se mueren las plantas.
Cuando se siembra fríjol, no se debe coger candela porque la planta se amarilla, se quema y no carga. Se debe estar lejos de la candela, unos tres días. Debe cocinar una persona distinta a la que ha sembrado.
Desde el momento que se siembra hasta que se forma la semilla, no se debe comer el chonta kuru (gusano de la palma), porque los gusanos terminarán comiéndose el fruto.
Cuando la mujer está en período de menstruación, no debe ingresar a la chagra porque los frutos pueden podrirse.
No se debe beber licores por cuanto las plantas pueden marchitarse. No se debe desyerbar la chagra durante el florecimiento porque las flores se caerían y no darían frutos.
Soñar viendo trampas o uno estar enredado en ellas significa que no se debe bajar a la chagra a trabajar.
Soñar con culebras significa que alguna persona envidiosa va a aparecer en la casa durante el día.
Soñar con barbasco es una señal de alerta para no salir a trabajar, por cuanto la culebra puede picar y matar. Puede también significar la llegada de alguna peste.
Soñar con loros y anzuelos significa que se debe tener sumo cuidado porque hay peligro y pueden aparecer culebras.
SABIDURÍA DE LOS ANTIGUOS SOBRE LA CACERÍA
Como preparación para la caza se hace un baño con chiri wayusa, eso atrae a los animales de cacería y los de pesca. Este es un lavado externo.
Para que salgan los malos espíritus de la persona, se le da de beber el agua o el zumo de tsikta, con eso se hace vomitar y se puede ir de cacería. Este es un lavado interno.
Para ir de cacería se escoge un día que no llueva. Los abuelos decían que cuando en la noche se ha tenido un buen sueño, se debe ir de cacería.
Cuando se sueña que se está cargando un tronco de madera, significa que se vendrá cargando un animal grande. Puede ser una guanta, una guangana, un zaino.
Soñar que se está en una boda con mucha gente invitada, significa que se ha de encontrar huangana. Soñar que se labra un remo, significa que se va a encontrar zaino en la cacería.
Si comes de espaldas a cazar no vayas. Al que huesos arroja, la caza le huye, dice un tradicional refrán Kichwa que nos trae muchas enseñanzas.
SABIDURÍA DE LOS ANTIGUOS KICHWA SOBRE LA PESCA
No hay que botar basura ni jugar con la red o la atarraya. Si un niño o niña juega con la atarraya, al momento de comer pescado se atragantará con las espinas. Los mayores castigan a los niños o niñas cuando tocan la red o la atarraya. Se castigan con ortiga o se les pone ají en el ojo. Las mujeres tampoco deben tocar las dos piezas.
Cuando están pescando con barbasco, las mujeres que están embarazadas no tienen que acercarse o peor meterse al río, ya que los peces no morirán. Porque la mujer embarazada está con su hijo que respira en el vientre como en el agua, entonces los peces no mueren asfixiados. Las mujeres embarazadas tienen que quedarse lejos, viendo solamente.
Si se sospecha que una mujer está embarazada, se le hace cargar, a ella y a su marido, unas cuatro o cinco piedritas blancas. De esta manera ya pueden entrar al río.
A una mujer embarazada se le deja entrar de últimas a que pueda pescar o el marido desde lejos, con una ishinga, recoge los pescados desde la orilla.
Cuando se pesca con anzuelo hay que ir sin comer porque de lo contrario, se dice, los peces ya están llenos y no muerden los anzuelos. Es bueno ir pelando la yuca. Si sale blanca es que se va a tener una buena pesca.
Si se pesca con atarraya es bueno caminar despacio e ir silenciosos, porque el bocachico escucha.
Cuando se templa la red para que se seque, no se bota la basura por encima de la red, porque los peces también saltarán por encima de la red.
ALGUNAS TRADICIONES RECUPERADAS SOBRE EL NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS DE VIDA
Cerca del día del parto se avisa a la comadrona para que ella prepare un cuarto privado. Allí se cuelga una soga para que se apoye la mujer y pueda pujar para dar a luz. Se preparan medicinas naturales como la raspadura de la uña del Yacen, y se da de beber en los momentos de los dolores del parto. También se puede dar de beber la raspadura de la Puya de Raya. Se refriega la barriga con manteca de boa.
Un secreto que tienen cuando la mujer no puede pujar es que se toma una pluma de gallina, se hace una cruz en la barriga y, en seguida, se le mete en la boca, para que sople y ayude a pujar.
Luego de nacido el niño o niña, la comadrona amarra el ombligo con el hilo de una palma o pita. Los pañales y la faja para envolver al bebé se hacen con la cáscara de palo lanchama que se la cocina y machaca. Se envuelve al bebé para que no crezca con defectos físicos. La madre da el seno hasta los tres años y si se embaraza en seguida, sólo hasta el cuarto mes, pues puede enfermarse.
La madre es muy hábil para cuidar a su hijo. Lo carga a su espalda, le hace dormir en la hamaca. Para evitar las enfermedades no se separa de él, peor dejarlo sólo.
Las enfermedades más frecuentes de los bebés son la diarrea, el mal viento y las fiebres. Para prevenir las enfermedades se prepara medicina natural de la siguiente manera:
Se cocina cáscara de guayaba, bejuco de monte, yawati, kaspi, tutapisku sillu, y se da de beber para evitar la diarrea. Para vómitos y fiebre se aplica la ropa sudada o de trabajo, con ella se limpia al niño o niña para evitar su enfermedad.
Para que se cure bien, se acude donde el médico tradicional o donde una abuela que tenga poder de curar a los niños y a las niñas.
Para prevenir las enfermedades de los niños y de las niñas, se les prohíbe sacarlos por las tardes cuando hacen fuertes vientos o por las noches. Tampoco se deben llevar los niños o niñas a los velorios, porque empiezan a llorar por las noches y pueden morir.
El padre también se cuida. Dentro de los cinco días después del parto no debe realizar trabajos pesados. Igualmente le está prohibido ir de cacería. Tampoco debe comer carne de monte, como monos y animales fuertes, porque el niño o niña pueden crecer con defectos físicos o psicológicos.
Después del parto, la madre tiene que guardar cinco días de dieta: No debe comer yuca, porque al bebé puede salirle la holanda en la boca. Su bebida debe ser colada de plátano verde.
Se preparan medicinas naturales, por ejemplo, se cocina la cáscara de pitun cara y se le da de beber. Se envuelve la ceniza en una hoja y se le pone en el vientre a la madre, para que baje toda la sangre y de esta manera pueda volver a dormir con su marido. La madre se alimenta de la caza, la pesca, la chicha y, por las madrugadas, se acostumbra a tomar wayusa. De esta manera se conserva la salud.
Luego del parto la mujer debe ayunar de ciertas carnes y pescados, según prescripción del médico tradicional o de los ancianos de la familia, para proteger al hijo que está amamantando.
Mujer que ayuno no guarda, dientes podridos amamanta, dice una máxima muy conocida entre los Kichwa.
La mujer Kichwa nunca se cuida para no tener hijos, sino que tiene hasta que "Dios le dé". Se prefieren a los hijos varones. A veces, algunas mujeres se preocupan de parir sólo hijos varones y ruegan a la comadrona para que les dé alguna medicina natural. Por ejemplo, se rallan seis pepas de aguacate y, al día siguiente, se le da de tomar en ayunas a la mujer interesada de dos a cuatro veces.
Cuando una mujer no quiere tener más niños o niñas, acude a donde el médico tradicional para que le sobe la cintura. Después de esto, él le prepara un vaso de tabaco. Eso se toma en ayunas dos veces y así nunca más se pueden tener hijos.
Cuando nace un hijo varón, el padre festeja invitando a sus amigos con fuerte chicha durante dos días. El padre levanta a su hijo en dirección del sol pidiendo que sea valiente y fuerte en su vida diaria. Esto se realiza en presencia de las abuelas para que ellas sean testigos de este compromiso.
EDUCACIÓN ENDÓGENA PARA LA PERVIVENCIA
La educación de los niños y niñas Kichwa empieza desde su hogar. Los padres y madres enseñan a sus hijos e hijas. Una de las primeras enseñanzas es la de respetar a los mayores. Si no se cumplen los mandatos de los padres y madres, se los castiga con fuete o se les sopla ají en los ojos.
Antiguamente se prohibía al niño varón jugar con las niñas. Cuando llegaban visitas, los niños y niñas desaparecían de la vista. Tenían que permanecer ocultos hasta que la visita se fuera. A los niños y niñas nunca se les hace participar de las fiestas. Sobre todo a las niñas porque si se ve una niña bonita, enseguida se hace el pedido para ser nuera.
Se tenía, antiguamente, miedo de enviar a los hijos varones a la escuela. Se creía que podían llevárselos para la guerra. De otro lado, no había interés en educar a las mujeres en las escuelas. Bastaba que ellas supieran realizar las labores propias de la cultura.
A partir de los cinco años, el padre enseña a su hijo varón a orientarse en la selva y a hacer tejidos para utensilios de la caza. El padre le enseña los tipos de materiales que le pueden servir. También le enseña a cazar y a pescar. Desde esta edad los niños comienzan a acompañar a su padre en jornadas de cacería y pesca.
A las niñas, les enseña la madre desde los cuatro años. Se levantan a las tres de la mañana para preparar la wayusa y la chicha para brindarla a los mayores. Luego van a la chagra, antes que salga el sol. Allí se le enseña a sembrar yuca, frutas comestibles, plátano, etc.
Los papás enseñan a los hijos que no se debe mostrar con el dedo al arco iris porque podría podrirse. Enseñan que el sol y la luna son sagrados y que la lluvia fuerte o el trueno son castigos por no obedecer a las personas mayores y de mayor sabiduría.
Antiguamente los abuelos eran los encargados de castigar a los niños. Todos los lunes se reunían los hijos a dormir en la casa del padre para que ponga ají en el ojo. El abuelo primero aconsejaba, hacía una lista de las faltas y luego se llevaba a los niños a bañarse y a gritar a las montañas y así bien parados en la correntada, dentro del agua, viendo a la montaña, se le gritaba que les diera fuerza y que les haga más fértiles.
Se decía que cuando se ponía ají en el ojo, el tigre no se acercaba sino que huía. Cuando alguien es atacado por el tigre, no debe mostrarle la espalda, sino siempre darle la cara y el tigre al ver el ají en el ojo, no ataca.
A las niñas siempre las abuelitas, les ponen ají en los ojos para que sean trabajadoras y cumplidas.
Cuando los niños o niñas sueñan, cuentan a sus padres y madres sus sueños para que los interpreten. Por ejemplo, soñar que le están sacando la dentadura de la mandíbula superior significa que el niño o niña se va a enfermar.
Las enfermedades que más padecen los niños y niñas son el mal viento y el mal de ojo. Para curarlos se acude a donde los médicos tradicionales o donde alguna abuela que tenga conocimiento y poder, para que limpien al niño o niña y tengan de esta manera buena salud.
Para la recreación de los niños se realizan trampas, flechas, bodoqueras. Se recolectan hojas de maíz seco y se realiza una especie de pelota para jugar.
Está prohibido que los niños y niñas canten, porque se pensaba que los supay podrían aparecer y llevárselos. Solamente los mayores podían cantar. Pero los niños y niñas siempre imitaban el silbido de los pájaros, en ausencia de sus padres y madres.
Cuando los niños y niñas crecen, a partir de los doce años en adelante no se acostumbra ya a castigarlos, porque ya los muchachos y muchachas conocen sus deberes y obligaciones.
Las muchachas no pueden andar libremente, sobre todo los padres son celosos y las cuidan mucho. Está limitado el roce social de las muchachas con los muchachos. No se deja que vayan solos. Si van solos se les castiga con fuete.
¿CÓMO ERAN NUESTROS RITUALES MATRIMONIALES?
A partir de los catorce años se considera una edad apropiada para contraer matrimonio. Antiguamente era común que el padre y la madre se encargaran de buscar la esposa para su hijo. Actualmente los jóvenes se casan según su parecer y esta decisión poco depende de los padres y madres.
Anteriormente, cuando los padres y las madres buscaban las esposas para sus hijos, se seguía todo el proceso ritual tradicional para llegar al matrimonio: el pedido, el reconocimiento a todos los familiares más cercanos, la paktachina o acuerdo y la boda.
Cuando una pareja se había ido a vivir junta, se hacía un acto de petición al papá y a los hermanos; luego se hacía la boda donde participaban todos los familiares de los recién casados, los compadres y las autoridades propias.
El pedido consistía, antiguamente, en que el hijo de la familia manifestaba su deseo de casarse. Para ello su padre y madre buscaban una joven que les simpatizara. Todo ello sucedía sin que los dos jóvenes se dieran por enterados.
Luego se reunían los familiares del novio para ir a la casa de la novia. Cuando los futuros consuegros estaban en la casa se saludaban con estas palabras: "Shuk bendito, alabado sacramento, kan makakpi, can piñakpipash kaypi tiyarisha yallinkapakmi shamushkani hawyalla".
Estas palabras las pronunciaba el padrino de rodillas. Así mismo el papá intervenía luego diciendo: "Ari hawlla ñukapak churimantami kikin kurushta hapachinkapakmi shamushkani kanpak ushushita ñuka kachun tukunkawan ñuka churiman kuwapai rukulla".
Si no era aceptado, lo cual era normal en las primeras instancias, el muchacho insistía por medio de sus padres o padrino, hasta conseguir sus propósitos. Entonces, bajaba él mismo a visitar a su futura esposa y al padre y madre de ella, llevando una buena cantidad de aguardiente, en señal de respeto y agradecimiento.
Después de la pedida, el padrino junto al suegro y el novio se ponían de acuerdo y se realizaba la paktachina.
Para la paktachina o el acuerdo, todos los familiares del novio se acercaban a la casa de la novia y así también la novia invitaba a todos sus familiares.
En esta fiesta se ponían de acuerdo los padres y madres de la pareja sobre la fecha de la boda. Por lo general, el padre de la novia pedía las siguientes cosas: carne de monte, pollo, cola, cerveza, trago, etc.
El día de la boda todos los parientes y amigos del novio eran los encargados de arreglar todo lo concerniente al acto social. Debían buscar a los pifaneros, tamboreros y violinistas para que cantaran en la reunión de familias del novio, así como también en la boda
El novio esperaba la llegada de la novia en su casa. Una vez que le informan que la novia lo está esperando, salía a su encuentro. Los padrinos con los tambores brindaban chicha a los familiares de la novia. En ese instante los padrinos del novio le vestían con la saya, shalina, huallca mullu y zarcillos. El pelo lo adornaban con muchas binchas. El pelo iba suelto y se cubría la cara con una tela roja o floreada.
Al mismo tiempo, los abuelos, los familiares y los padrinos daban consejos a la novia. Luego hacían bailar a los novios. Mientras bailaban daban la comida típica a todos los invitados, tendiendo en el suelo hojas de plátano. Allí se ponía la carne, la yuca, el lukru de carne con yuca cocinada.
Al papá y a la mamá, lo mismo que a los padrinos, se les daba bastante carne. Después se bailaba tradicionalmente, cargando los abuelos o los padrinos de la novia, monos. La mamá de la novia no la entregaba en ese momento al novio sino que se la llevaba a su casa.
Los músicos tocaban el chaki pitina y se seguía bebiendo unas cuantas horas. Cuando se da por concluida la fiesta, la madre de la novia muy apenada y triste recogía las pertenencias de su hija y las colocaba en una sirga o canasta. Las entregaba al padrino para que las llevara a la casa del marido de su hija. De esta manera terminaba un matrimonio tradicional al interior de una comunidad Kichwa.
CONCEPTOS TRADICIONALES ACERCA DE LA VEJEZ Y LA MUERTE
A las personas de edad se les tiene un enorme respeto, pues ellas aconsejan a los jóvenes. Muchas veces los abuelos y abuelas son los encargados de castigar a los niños, niñas y jóvenes y de enseñarles a tener una buena chagra y a realizar los oficios tradicionales.
Antiguamente, cuando una persona se volvía anciana, se la abandonaba, se le dejaba que pasara sola y cuando ya estaba muy vieja se consideraba que no moría sino que el espíritu seguía viviendo y no querían que el cuerpo siguiera, entonces se le abandonaba.
Cuando ya no puede caminar se le deja y se le dice que la naturaleza le ayudará, que le dará energía para que siga sobreviviendo y que pasará algún tiempo para que se acabe el cuerpo.
Anteriormente cuando moría una persona se le enterraba debajo de la casa. Se creía que había que tener el cuerpo cercano después de la muerte, porque de lo contrario habría un abandono total.
Después del entierro la familia abandonaba la casa. Salían a otro lugar entre ocho y treinta días como máximo. Después la familia se reunía para hacer la despedida del alma, para enviarla al lugar a donde debería ir. Para ello se hacía una especie de fiesta.
Para organizar esa fiesta se iban de cacería y se hacía chicha en abundancia. Igualmente se conseguía suficiente ortiga. Posteriormente todo se llevaba a la casa donde se iba a efectuar la fiesta. En todos los lugares por donde pasó el finado se iban dejando alimentos como chicha y carne de monte para que se sirviera por última vez. De la misma manera se le dejaba las herramientas que en vida había utilizado. Esta fiesta duraba toda la noche y llegaba hasta la madrugada, cuando todos los asistentes se levantaban y se distribuían por los caminos de llegada a la casa a espantar el alma con gritos y empellones entre ellos. Simultáneamente y con el propósito de limpiar la casa se ortigaba por todas partes. Todo ello hacía que el alma del difunto se fuera de la casa. Posteriormente los familiares comían y tomaban chicha en la casa, con lo que quedaba lista para que pudiera volverse a habitar.
Para enterrar se ponía el cadáver en una especie de tablas de chonta o guadúa. Se envolvía el cadáver en eso y ahí se le enterraba. Las cosas de uso personal del muerto, como ropa, herramientas viejas, etc., se las colocaba a su lado.
Cuando algún médico tradicional quería, podía hacer volver esa alma, la cual venía a hacer maldades a sus familiares. Entonces, se debía contratar a otro médico tradicional para que la hiciera retornar a su lugar.
Antiguamente se creía que las almas de los muertos apoyaban y ayudaban a las personas cuando se encontraban en la oscuridad o enfrentadas a peligros y riesgos. Para ello las personas necesitadas tenían que llamarlas, dando golpes en la tierra, para que aparecieran y vinieran en su ayuda.
Las aves anuncian cuando alguien se va a morir. Por ejemplo, aves buenas llorando cerca de la casa es signo que alguien va a morir en la familia.
Cualquier animal que sea arisco y se asome por la casa, anuncia que algo va a suceder. Cuando entran culebras a la casa, se dice también que alguien va a morir.
Cuando una guatusa viene a sentarse al lado de la casa, no se la mata sino que se espanta, porque si se le da muerte, se está matando el alma de la persona que va a morir.
Cuando una persona se sueña que se está sacando un diente o una muela, ello es signo de que alguien en la familia va a morir.
Cuando se sueña constantemente a los familiares muertos, es augurio que viene alguna enfermedad y luego la muerte.
El alma va a vivir al Jahua Pacha. Ahí se queda. Hay ciertas personas que han adquirido otro tipo de poderes de la naturaleza y vuelven a vivir transformándose en otro ser vivo. Por lo general se reencarna en el tigre.
Anteriormente era frecuente que el adulto de conocimiento cuando estaba ya muy mayor, pedía que se lo enterrara en una parte determinada y luego, cuando ya habían pasado algunos días, hacía un hueco y se iba a lo profundo de la selva donde se convertía en tigre.
Es frecuente todavía que cuando se entierra a una persona, los deudos, allegados y conocidos, sólo se refieran a ella en sus cosas positivas y buenas. En ese sentido, no es conveniente acordarse de las cosas negativas que la persona hizo en vida.
VIVIENDA TRADICIONAL SANA Y SOSTENIBLE
La casa tradicional de los Kichwa se hacía de forma ya sea redonda u ovalada. Se construía directamente en el suelo y se le ponía techo de palma. Estas viviendas eran totalmente cerradas con paredes de chonta.
Si el eje de la casa estaba orientado de Este a Oeste, la parte Este correspondía a la mujer y la Oeste era para el hombre. El lado del hombre se llamaba hatun wasi. Para la construcción de su vivienda se utilizaba pambil de chonta, hojas de palma, yarina y lisan.
La casa tradicional era de un diseño arquitectónico que venía de tiempos antiguos. Para construir una casa se necesitaban ciertas maderas finas y pajas toquillas que duraban mucho tiempo. Para ello se requería escoger según las temporadas y utilizando la minga o cambio de mano se hacía la obra.
Una casa tradicional bien construida podía llegar a durar hasta veinticinco años, en un ambiente siempre fresco, saludable y sin peligro de enfermedades como las que se derivan de los techos de zinc.
YACHAG: HOMBRE DE CONOCIMIENTO Y AYAWASKA: PLANTA DE PODER
Un buen yachag o médico tradicional cura a los enfermos y también puede hacer mal a las personas inamistosas o agresivas con él. Los yachag son los tomadores de ayawaska o yagé. Si un yachag se quiere comer a una persona se convierte en tigre. Para tragarse a una persona se convierte en boa.
Los yachag a veces son buenos y a veces son malos. Si no hay cacería, principia a tomar ayawaska para atraer animales cerca de la casa, para que la gente los cace con mayor facilidad.
Para ser un yachag primero hay que sacar la corteza del árbol de choncho. Pueden ser aprendices del yachag los jóvenes varones entre los quince y los dieciséis años. Para ello debe traer y cocinar una olla de barro de cuarenta y a las cuatro de la mañana, tomar y tomar hasta llenarse el estómago, para después vomitar todo lo que ha ingerido. Terminadas diez ollas de esas, en diez días, se cambia por otra planta para vomitar igualmente diez ollas de cuarenta. Solamente se puede tomar colada de plátano verde, no maduro, y nada de carnes. Solamente puede comer perdiz y, por último, puede vomitar hojas de ayawaska. Ya son como treinta ollas y luego se prepara ayawaska para tomar, para ser yachag, para tener visiones. Así puede tomar como veinte ollas.
Una vez a la semana puede tomar ayawaska. Ahí, si es buen aprendiz, es suficiente. Si no es buen aprendiz, puede durar hasta seis meses sin aprender nada. El que está estudiando para yachag que no hace daño a la gente tiene que hacer prueba y tiene castigo. Para ello da el poder y puede asustar con visiones malas. Si no llora será un buen yachag, pero si grita y llora ya no va a aprender más.
Después de recibir ese castigo no puede comer la comida que no es buena. Si es casado no puede dormir con su mujer. Debe estar seis meses lejos de su mujer. La mujer que está menstruando no puede preparar la comida para esa persona, porque ya es delicado. Así se aprende a ser un buen yachag. Los padres y madres influyen para que los hijos aprendan el arte y la ciencia de la ayawaska.
La planta de ayawaska es cultivada en la selva en un lugar un tanto cercano a la casa donde vive el yachag. El yachag suele tener algunos hombres experimentados en el oficio de ayudar a preparar la ceremonia. Sus esposas no deben estar ni embarazadas ni menstruando al momento de iniciar la preparación.
El encargado de recoger el bejuco, lo corta en pedazos, lo lava y lo raspa. Esto es para disminuir el amargo de la bebida. Luego haciendo pedazos pequeños los coloca en un mortero y lo machaca con un pilón. Lo pasa por un cedazo y lo vierte en una olla expresamente destinada para ello.
Esta bebida puede tomarse cruda, pero generalmente se la cocina. La cocción dura un día. Durante la tarde, vísperas de la ceremonia, los que van a participar en ella ayunan y toman bebidas vomitivas para purificarse. No pueden participar en la ceremonia los hombres cuyas esposas están embarazadas o menstruando.
La ceremonia se realiza en una casa seleccionada y generalmente apartada de la comunidad. En la ceremonia, el yachag canta sobre la olla que contiene la bebida sagrada y agita un ramo de hojas perfumadas encima, para purificarla. Los participantes se acuestan cada uno en una hamaca.
El yachag toma la ayawaska, luego sopla el incienso para espantar a los malos espíritus, canta y agita las hojas. Luego cada persona participante en la ceremonia se arrodilla ante el yachag y éste le da a beber una pequeña copa de ayawaska. El yachag canta e imita a la flauta para llamar a los espíritus. Luego sale de la casa.
Después de una hora aproximadamente, vuelve a repetir las tomas de ayawaska hasta que después de unas seis veces o más se quedan todos acostados en las hamacas y sus espíritus comienzan a viajar por la selva y a comunicarse con las deidades superiores.
EPÍLOGO: BREVES LECCIONES DE ÉTICA
"Mikushka washa pankata mana chaillapi sakina, may warmiwa sirikushcapi tupai tukushunmi" . (Hojas de comida no olvidarás porque te sorprenderán).
El anterior refrán se refiere a que para cualquiera dejar las hojas sucias después de comer es muestra de descuido y ello produce vergüenza. Quien se descuida en lo primero también se descuidará en lo segundo, que no es el ser sorprendido en cualquier cosa, sino cuando se cogido en flagrancia con la mujer de otro. Se compara la vergüenza de la suciedad con esta otra vergüenza de tipo social.
"Takishpa mikuk wawata, awlakuna munankuna". (Al que come cantando, viejas le quieren).
"Mana takuishpa mikuna, rukuyashpa jatun mamawa sacarina tukun". (Quien come en silencio hallará compañía).
"Mikuna maniata mana tsitachina, ullapa, kikin amuras ajwasyarinka". (La olla no dejarás rebosar si quieres engordar). Dedicado a las mujeres descuidadas. Cuando la olla se rebosa se pierde la parte más nutritiva de los alimentos. Además de ello, el marido quedará castigado a no cazar.
4. ¿QUIÉNES SOMOS LOS KICHWA?
APRENDIENDO DE NUESTRAS COMUNIDADES HERMANAS DEL OTRO LADO DEL RÍO*
INTRODUCCIÓN
A las comunidades amazónicas del pueblo Kichwa se les ha conocido equivocadamente, desde tiempos coloniales, como Quijos, Alamas, Yumbos y hasta como Aucas o salvajes, definiciones que rechazan por ser discriminatorias y racistas y defienden su derecho a autodenominarse como Runas que significa gente, persona.
El idioma del pueblo Kichwa de la Amazonía es el runa shimi o lengua de la gente, perteneciente a la familia lingüística Kichwa pero, que en esta región adquiere características lingüísticas propias y diferentes al Kichwa de la región andina, del cual es posiblemente originario.
El Kichwa tiene una amplia área de influencia en la región amazónica, pero no por ello constituye una lengua homogénea, sino que se expresa una rica diversidad dialectal con características propias.
Como segunda lengua las comunidades Kichwa amazónicas hablan castellano, que lo emplean para la relación con la sociedad blanco-mestiza, pero además en algunas comunidades se hablan también otros idiomas indígenas, dada la interrelación que mantienen con otros pueblos indígenas amazónicos.
Una problemática socio-lingüística que actualmente enfrentan las comunidades Kichwa amazónicas, es la pérdida del uso del runa shimi como consecuencia de los procesos de colonización a los que han estado sometidas históricamente y que actualmente es alimentado por el modelo educativo formal, abiertamente diglósico y transicional, así como por la influencia de los medios de información masiva.
CARACTERÍSTICAS ECOLÓGICAS
El hábitat en que se asienta el pueblo Kichwa corresponde al de bosque húmedo tropical (B.H.T.), ecosistema complejo y delicadamente equilibrado que se caracteriza por poseer tierras relativamente pobres, luz solar candente y lluvias excesivas en los que se puede encontrar una vegetación exuberante y una rica diversidad de flora y fauna animal. Una característica de este ecosistema es su fragilidad, de ahí que el balance natural o equilibrio ecológico se rompe fácilmente, cuando no existe un uso racional de los recursos para la subsistencia; esta racionalidad los Kichwa la han sabido mantener y preservar por siglos, pero ha sido violentamente alterada por la expansión de la frontera extractivista.
En el ecosistema de selva húmeda tropical se observa un claro contraste entre el hábitat en que se asientan aquellos que ocupan el área nuclear, que tiene una orientación claramente selvícola, frente a aquellos que ocupan áreas periféricas de las zonas bajas, cuya orientación se centra en torno a un medio ambiente eminentemente fluvial.
Este contraste se expresa claramente en la estructura de los suelos: los que se encuentran cerca de la cordillera oriental de los Andes, disponen de suelos compuestos de cenizas volcánicas, ricos en nitrógeno y fósforo y con PH neutral, que determinan su alta calidad para la agricultura, por ello el huerto lo mantienen cerca de la casa y lo cultivan por un período de hasta diez años; los que se encuentran en la llanura amazónica, son pobres, por lo que las chacras son explotadas durante dos o tres años.
LOS ORÍGENES
No existe aún total claridad respecto a sus orígenes. Algunos investigadores sostienen como hipótesis, un origen preincásico ya que los pueblos amazónicos mantenían relaciones comerciales y culturales con indígenas andinos y con los Chinchay del Perú, para las que empleaban el Kichwa como lengua. Otros plantean que podrían tener descendencia Inkásica, cuando se asentaron en su actual territorio, en su proceso de expansión al Este de los Andes. Finalmente hay quienes manifiestan que su origen es resultante de las migraciones y desplazamientos de poblaciones Kichwa de los Andes en épocas coloniales, favorecido por el proceso de generalización del runa shimi como lengua implementado por los misioneros jesuitas.
De ello se deriva que los actuales Runas, Kichwa Amazónicos, son el resultado de un antiguo, complejo y paulatino proceso de relaciones interétnicas con los ancestrales habitantes de la región e inclusive Kichwa de los Andes. Hoy se experimenta una expansión del proceso de kichwización en la Amazonía, para el cual han utilizado como estrategias la migración voluntaria o forzada y las relaciones matrimoniales con los otros pueblos.
Los Incas no pudieron conquistar la Amazonía, no así los españoles a quienes obsesionaba descubrir el "País de la Canela" y sus míticas riquezas; en 1541, Gonzalo Díaz de Pineda entra a la Amazonía con miles de indígenas andinos. Con la fundación de Baeza, Ávila, Archidona, Tena y la Gobernación de los Quijos, Sumaco y de la Canela, se inicia el proceso de administración colonial, que los somete a una brutal explotación a través de doctrinas, reducciones, del sistema tributario y de la explotación de los recursos del caucho, frente a lo cual respondieron con las rebeliones de 1552 -1567 y 1579. Los jesuitas entraron al Tena y Archidona en el siglo XVII y contribuyeron al proceso de kichwización de la región.
Como consecuencia de su acelerada articulación a la economía de mercado se ven obligados a adoptar la ganadería como nueva estrategia productiva de sobrevivencia; la selva se transforma en grandes haciendas ganaderas lo que provoca deforestación intensiva, degradación ecológica, reducción del territorio, alteración de sus actividades tradicionales de subsistencia, transformación de la estructura organizativa de los muntum y cambios en su identidad y su cultura.
A pesar de los continuos intentos de asimilación y desestructuración de su cultura desde tiempos coloniales hasta el presente, los Runas Amazónicos, lejos de asimilarse o extinguirse, se han mantenido. Por el contrario, el proceso de kichwización se extendió por otros espacios de la región amazónica, maduró la conciencia de la necesidad de luchar por la reafirmación y revitalización de su identidad y su cultura, abriendo un proceso de etnogénesis que los ha llevado a reivindicar su derecho a autoreconocerce como pueblo Kichwa.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
La familia Kichwa de la Amazonía está conformada por grupos de familias extensas o ampliadas llamadas Ayllus, que mantienen relaciones de cooperación y de intercambio de bienes y servicios, materiales y símbolo a través de redes de parentesco.
La familia ha sido tradicionalmente el centro para la socialización, mediante la tradición oral, es decir la transmisión de costumbres y tradiciones de la cultura, de generación en generación. De igual manera, a través de la transmisión práctica se socializa el conocimiento necesario para sus actividades de subsistencia, técnicas de agricultura, pesca, caza, trabajo de cestería, cerámica, medicina tradicional, etc.
El proceso de socialización formal se lo realiza a través del sistema de educación formal. Los Kichwa de la Amazonía en un mayor porcentaje estudian en escuelas y colegios laicos.
PARENTESCO
El sistema de parentesco de los Kichwa tiene que ver con el tipo de interacciones establecidas con otros pueblos. Los Kichwa que descienden de los Quijos tienen un sistema más parecido a los Kichwa de los Andes.
La norma culturalmente establecida con relación al número de cónyuges es la monogamia.
En cuanto al tipo de alianza, los matrimonios exógamos (fuera del grupo) con otros pueblos indígenas es una práctica ancestral entre los Kichwa Amazónicos y ha sido la estrategia que les ha permitido extenderse por toda la Amazonía, a través de un proceso de kichwización muy marcado.
Está permitido además el matrimonio bilateral entre primos cruzados. La residencia es patrilocal, es decir, la esposa se traslada a vivir en la casa de los padres del esposo y es considerada parte de esa familia. Se acostumbra un período de prueba en el que el novio debe trabajar en la casa de su futuro suegro por un corto tiempo; una vez contraído el matrimonio la regla patrilocal se cumple.
Tienen un sistema bilateral de descendencia, que considera tanto la patrilinearidad o sea la línea del padre, como la matrilinearidad, o la línea de la madre.
Emplean una terminología de parentesco tomando términos tanto del runa shimi como del castellano y no se encuentra que existan diferencias en los distintos dialectos, para referirse a los parientes más próximos: padre/madre, hermano/hermana, hijo/hija, como tampoco para esposo o kari, o esposa o warmi; cuando se emplea el termino kari se antepone el nombre de la esposa, así: María Kari, que significaría el esposo de María.
En su terminología se utilizan términos para designar la cronología en la descendencia: rucu que quiere decir mayor y quipa menor, por ejemplo quipa pani significa hermana menor.
Existe, en cambio, diferencia en la terminología que se emplea para referirse a los parientes resultados de las alianzas matrimoniales, como suegros yernos, cuñados, tíos políticos, sobrinos, primos, etc.
En cuanto al parentesco ritual, este opera al interior de las familias para afirmar los lazos de parentesco, especialmente para ocasiones como el corte de uñas o el corte de pelo; mientras que en el espacio interétnico, se escogen compadres y padrinos para matrimonios o bautizos.
ORGANIZACIÓN SOCIOPOLÍTICA
La base de la estructura socio-política del pueblo Kichwa es la familia. La unidad de grupos de parentesco constituye el ayllu que es el máximo segmento territorial y que conforman a su vez clanes territoriales, que son sistemas de descendencia desde un antepasado totémico, generalmente un animal sagrado como el puma o el jaguar, adscritos alrededor de un tronco de parentesco fuertemente unido y con lazos ancestrales con sus chamanes fundadores. Hoy, esos lazos de parentesco se identifican con un apellido.
Tradicionalmente estuvieron organizados en el muntum, que es un grupo residencial basado en el parentesco. Entre los miembros de los distintos muntum realizaban intercambios de bienes, servicios y conocimientos, así como procesos de ayuda mutua con la expresión de formas de reciprocidad equilibrada. Cada muntum tenía un yachag como autoridad política y ritual
A consecuencia de la adopción de la ganadería como nueva estrategia productiva, de la cada vez mayor influencia de la sociedad nacional y de la acción más directa del Estado, se produce hacia los años ochenta un cambio notable en la estructura organizativa sociopolítica, que los lleva a adoptar la figura de los Cabildos.
SISTEMAS DE CONTROL SOCIAL
El Cabildo es la forma institucional que rige legalmente a las comunidades. La directiva del Cabildo es nombrada cada año en una Asamblea General y es una instancia colectiva de autogobierno.
La Asamblea General es la máxima autoridad de las comunidades y está integrada por todos los miembros que pertenecen a ellas; se reúne convocada por el Gobernador.
Al interior de las unidades familiares la toma de decisiones se la realiza conjuntamente entre el esposo y la esposa, igualmente la organización del trabajo.
A nivel comunitario y de las organizaciones el trabajo se organiza por medio de asambleas y se lo ejecuta a través de mingas. Por lo general, la toma de decisiones se hace por consenso.
RELACIONES INTERÉTNICAS E IDENTIDAD.
Los Kichwa se definen a sí mismos como Runas (personas, seres humanos) y si bien su proceso de constitución es resultante de intensas y continuas relaciones interétnicas, mantienen una serie de elementos que les permiten diferenciarse, incluso al interior de los propios Kichwa; así: algunas comunidades Kichwa expresan una dualidad étnica que se manifiesta en dos conceptos identitarios opuestos, el de Ali Runa o del buen indio cristiano, frente al de Sacha Runa o habitante de la selva.
En cambio, para otras comunidades Kichwa autodefinidas también como Runas, concepto que marca su adscripción y pertenencia al mismo espacio identitario intraétnico, les sirve también para expresar una clara identidad diferenciada frente a los otros pueblos indígenas no Kichwa.
La identidad Kichwa se presenta como un múltiple sistema de contrastes, por un lado una identidad común cuya adscripción y pertenencia está en el espacio estrictamente intraétnico solo de los Runas. Por otro, una identidad que está más allá de las divisiones étnicas locales; el concepto Runapura define un conjunto de pueblos indígenas Kichwa con quienes afianza relaciones a través de lazos de parentesco, resultantes de las alianzas matrimoniales que establecen.
La distancia que se expresa en las relaciones interétnicas que establecen con los "otros", no indígenas y con los blanco-mestizos, especialmente los europeos, se la hace a través de los conceptos de Auca y de Ahuallacta, términos que definen a los foráneos con quienes casi nunca contraen matrimonio y mantienen cautelosas y a veces conflictivas relaciones interétnicas. En caso de producirse una alianza matrimonial entre un Runa con un Auca o un Ahuallacta, estos deberán mostrar su predisposición a convertirse en Runas, adoptando el runa shimi como lengua y las demás costumbres y normas propias de su cultura.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
El pueblo Kichwa de la Amazonía es un pueblo con una economía de transición al mercado, parte de sus productos son destinados al consumo dentro de su familia y el excedente lo destinan a la venta en el mercado.
Sus prácticas tradicionales de subsistencia han sido la caza, la pesca, la recolección y la agricultura intensiva; últimamente han incorporado como nuevas actividades la ganadería que está provocando alteraciones profundas tanto en el ecosistema como en los contenidos de su cultura.
Caza
La caza es una actividad productiva tradicional de las más características de este pueblo; su realización está regulada por los contenidos de su cosmovisión, que es la determinante en la relación del Runa con la selva, Sacha; así el Sacha Runa u hombre de la selva que va de cacería, está sujeto a una serie de restricciones, prohibiciones y ritualidades, cuyo cumplimiento garantizan la efectividad de la caza.
Entre los animales que cazan podemos encontrar: mono, lanudo, capuchino y araña; paca; agouti, capibara, ardilla, osos hormiguero, armadillo, nutria de río, pecarí, venado; entre las aves: pájaros, tucanes, guacamayos, aracarí, codorniz, iguana, entre otros.
Debido a la influencia externa esta actividad se ha modificado notablemente, por lo que se va perdiendo el uso de la pucuna o bodoquera y de dardos envenenados con curare, que han sido sustituidos por la escopeta y la carabina, introducidas por los colonos.
Pesca
Es otra de las importantes actividades tradicionales de subsistencia; la pesca la realizan utilizando lanza, trampas, cerco de cañas, sedales, redes y el barbasco; últimamente por la influencia de los colonos han incorporado la pesca con anzuelo y el uso de dinamita
Recolección
Es una actividad que complementa los recursos necesarios para la subsistencia; recolectan diversas frutas, tienen preferencia por una llamada chunda que es un fruto muy rico en vitamina A y proteínas, además frutos de la chonta y de otros tipos de palma. Recolectan también huevos de tortuga, de pájaros y consumen huevos de gallina que están en sus casas; además de varios tipos de insectos y un tipo de hormigas comestibles.
Agricultura
Practican la horticultura para el trabajo de sus Purinas o huertas en la selva, mediante el sistema de agricultura itinerante de roza y quema. La chagra que está en sus casas es trabajada con el sistema de cultivos asociados, es común encontrar una diversidad muy grande de cultivos y diferentes especies de un mismo género.
Entre los productos más importantes destinados al autoconsumo tenemos: yuca, plátano, maíz, cacao, lulo, palmito, piscicidas, uvilla, ñame, camote, papaya, aguacate, pacai, guabas, maní de monte, pan de árbol; actualmente siembran productos destinados prioritariamente al mercado como algodón, café y cacao.
La huerta constituye la unidad productiva central; existe diferencia en relación a la ubicación de la misma, así, las chagras, son huertos aledaños a sus casas y las Purinas son parcelas abiertas en la selva.
La productividad de la huerta dependerá de la calidad de los suelos acorde a la zona ecológica que ocupan; así, las huertas que disponen de suelos compuestos de cenizas volcánicas, ricos en nitrógeno y fósforo y con HP neutral, son suelos excelentes para la agricultura, por lo que duran hasta diez años; mientras que en las zonas con suelos pobres, las chagras apenas duran solo unos dos o tres años y deben ser abandonadas.
Tan importante es la huerta, no solo para la reproducción económica de los Kichwa, sino para su reproducción social y cultural, por ello, antes de construir la casa, lo primero que hacen es preparar el terreno que va a servir de huerta. El primer producto en sembrar es la yuca, por ser la base de su alimentación diaria. El cuidado de la huerta está sujeto a normas rituales y simbólicas que forman parte de su cosmovisión y cuyos principios deben ser respetados estrictamente.
Ganadería
En la actualidad la ganadería es la base de su estrategia productiva para la articulación al mercado.
Se dedican a la crianza de ganado vacuno, caballar y en menor escala animales domésticos, gallinas, patos y pavos, que están destinados al autoconsumo y también al mercado local.
Artesanías
El trabajo cerámico es una de sus actividades artesanales más importantes. Su producción está destinada fundamentalmente al autoconsumo. Trabajan también cestería para consumo interno. Últimamente están dedicados al trabajo de talla de balsa.
ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO
Generalmente los hombres se dedican a la caza; al trabajo de agricultura en la selva y en las Purinas, en las que trabajan en la siembra de plátano, maíz, lulo y otras especies; al corte y quema del bosque; además la construcción de sus casas, sus canoas y herramientas de trabajo. La pesca y la recolección son tareas compartidas con las mujeres.
La cerámica es tarea exclusiva de las mujeres, según lo que determina la tradición mítica, que sostiene que esta actividad fue enseñada por Nunghui a las mujeres; son ella las que se encargan además de los cuidados de los niños y las niñas, de la casa y de la huerta, siembran y cosechan yuca, tubérculos y demás productos de la chagra; son responsables de preparar la chicha y los alimentos; del trabajo de cestería. Actualmente la talla en madera es igualmente compartida por hombres y mujeres.
Entre los Runas Amazónicos, la reciprocidad y la redistribución son las matrices culturales que regulan las relaciones de cooperación y de intercambio de bienes y servicios al interior de las familias y las comunidades. El trabajo comunitario está regido por formas de reciprocidad balanceada, se trabaja mediante el pago simbólico de igual trabajo, randi randi, que obtienen cuando lo solicitan a un familiar o miembro de la comunidad; solicitar la ayuda de otro establece un compromiso que solo puede ser devuelto mediante un trabajo que sea similar y en los momentos en que los otros lo pidan. A nivel comunitario, la minga regula el trabajo colectivo intra e intercomunitarios.
Las ocasiones festivas y rituales son las que se aprovechan para la redistribución de bienes, generalmente lo obtenido en la cacería o en el cultivo de la huerta. La fiesta de la Jista es la más importante para la redistribución de recursos materiales y simbólicos entre los Runas y los no Runas, es decir en el espacio intraétnico, pero también interétnico.
COSMOVISIÓN O SISTEMA DE REPRESENTACIONES
En relación a sus representaciones de lo temporal, reconocen la existencia de diferentes tiempos: El Unai o tiempo mítico en el que se originaron las respuestas culturales y las conductas sociales. El Callari Uras corresponde al tiempo de la historia, que se refiere a los primeros Runas y sus relaciones con otros pueblos. Y el Cunan Uras es el tiempo actual que se remonta hasta donde puede alcanzar la memoria.
En cuanto a sus representaciones sobre el espacio, la selva (Sacha), constituye su espacio sagrado en el que habitan infinidad de espíritus, Supais, que actúan en interacción continua con los seres humanos; son los guardianes y protectores de los seres humanos y sus bienes pero también pueden provocar daño o enfermedades. Existe un contraste simbólico entre bosque y agua, que determinan un sistema de dominio sobre el espacio de la naturaleza, así la gente pertenece al bosque, Sacha Runa, pero depende para sobrevivir del agua, por eso debe establecer buenas relaciones con los espíritus y las gentes del agua Yacu Supai Runa, de los que Amarun, la boa, la anaconda, es su manifestación más poderosa.
El manejo de la selva está regido por un invariable sentido direccional bipolar, el eje este-oeste, está en dirección a la salida del Indi, el sol, que aparece río arriba y desciende hasta ponerse en la tarde y eliminar el mundo subterráneo de la oscuridad, al otro día volverá a iluminar la selva y la vida seguirá germinando para los Runas. La hora del crepúsculo es cuando aparece Amasanga, el espíritu mayor de la selva, que se mete en un árbol para esperar el nacimiento del día.
En cuanto a las representaciones sobre la realidad el mundo natural es percibido como el mundo falso, de las apariencias; mientras que el sobrenatural es el mundo verdadero. Entre los dos existe una íntima interrelación, lo que ocurre en una dimensión de la realidad, tiene necesariamente consecuencias en la otra.
La fuerza que anima el mundo y todo lo existente, es el samai; todos los seres humanos, las plantas, los animales, el agua, el viento, el fuego, la tierra, están animados por esta fuerza; los humanos pueden separarse de ella en los sueños, cuando ingiere la ayawaska, si pierde el conocimiento o enferma de espanto; y la pierde definitivamente con la muerte.
Si bien, la influencia religiosa ha introducido elementos cristianos a su cosmovisión, nociones como cielo, infierno, diablo, alma, han sido claramente reinterpretados. Para los Kichwa no es posible entender que el aya o alma pueda quemarse en el infierno. Los seres humanos tienen dos almas: una que se va a la tierra sin mal y otra que se queda vagando en la selva; se cree que los ancianos tenían la capacidad de enviar su alma, aya, al interior de las lagunas o a las montañas después de su muerte. Los diablos no tienen tanto poder como en el cristianismo, para los Kichwa los seres humanos tienen mayor poder que el diablo, por ello puede llegar a engañarlo e incluso a matarlo, como le sucedió al "diablo volador", referido en sus relatos míticos.
Igualmente las representaciones sobre la vida y la muerte difieren de las del cristianismo. Cuando un ser humano muere como consecuencia de haber caído al fondo de una laguna o si ha sido atravesado por un rayo, el alma cambia de morada, se eleva al firmamento y alcanza la inmortalidad; el aya tiene la capacidad de reencarnarse en algún animal como el jaguar negro, el jatun yana puma o huagra puma, la manifestación de reencarnación animal más poderosa.
Cada grupo familiar tiene un banco o chamán que es el intermediador entre el mundo de los seres humanos y el mundo de los espíritus; puede manejar las fuerzas de la naturaleza cuando toma el huanduc o guanto y la ayawaska, plantas sagradas que hacen posible el encuentro con el poder de los supais
SISTEMA MÍTICO
Los mitos siguen siendo para los Runas Amazónicos la base de la explicación del orden del mundo, de la naturaleza y del orden social. Sus mitos hacen referencia a la selva, como el territorio de los Muntun o de los primeros seres humanos. Explican el origen sagrado de sus pautas culturales, como las actividades tradicionales para su subsistencia; cumpliendo en ese sentido la función de reguladores ecológicos. Esta relación con lo ecológico lo expresan a través de la acción de sus tres espíritus más importantes: Amasanga, Nunghui y Sunhui.
Amasanga espíritu masculino, es el más poderoso de la selva, dueño de las almas y de quien depende la continuidad masculina, pues mientras Amasanga viva y los hongos crezcan en rocas y árboles, los Kichwa podrán preservar su saber y su existencia en el futuro.
Nunghui espíritu femenino, es la dueña de la tierra, de los cultivos y quien provee los alimentos que son fecundados en su vientre; es además, la dueña de la arcilla; ella es quien trae la abundancia a la tierra y enseña a trabajar la chagra y la alfarería a las mujeres; de Nunghui depende la continuidad femenina, pues la cultura de los Kichwa vivirá mientras exista el aya, alma de la roca y de la arcilla colorante.
Sungui es el amo de los espíritus del agua, controla el poder de los ríos y las lluvias, viste con los colores del arco iris, que es el que sostiene al cielo; la personificación animal de Sungui es la anaconda Amarun la diosa de los ríos que atraviesa toda la selva, uniendo simbólicamente los dominios de Amasanga y de Nunghui.
En tiempos primordiales estos espíritus hicieron un pacto por el cual cada uno respeta sus respectivos dominios; así: la lluvia pertenece a Sungui; el trueno y el relámpago rayu a Amasanga quien controla el clima, vigila el dominio del agua y llega a la tierra para producir el lodo y barro en el lecho de los ríos, que es entregado por Nunghui a las mujeres; la lluvia será quien fecunde el vientre de la tierra, para que puedan germinar los frutos en la huerta. Este pacto es inviolable, se respeta, como lo hacen la anaconda y el jaguar.
Su principal animal mítico es el jaguar, el tigre, al que los mellizos Quillor y Ducero, los luceros del alba y el crepúsculo, encerraron en medio de las montañas para que no siga devorando a la gente; por ello ruge enfurecido trayendo truenos y relámpagos, provocando las crecidas de los ríos y obscureciendo el día, cuando extraños invaden sus dominios.
Un motivo siempre presente en su mitología, es la referencia a los brujos y su poder para causar el mal y las enfermedades, los brujos son quienes envían la muerte, está, no responde a causas naturales, sino que es provocada por las flechas invisibles enviadas por los brujos.
El mito, no solo explica los tiempos primordiales, sino que construye sentido para la interpretación de las nuevas realidades contemporáneas históricas y sociales que vive el Runa. Así, con la entrada de las petroleras se reinventa una tradición mítica, que busca explicar la nueva amenaza que enfrenta el pueblo y la cultura Kichwa. Un ejemplo de ello, es la creación del "mito de la boa plateada" que cuenta, que ya mucho antes, los ancianos profetizaron, que llegaría un día, en que la selva seria violada por los espíritus malignos de gigantes con cuerpo de hierro, que los blancos traerían una gigantesca boa plateada, que se extendería por toda la selva, de cuyo vientre saldría una sangre negra que iría matando la vida de la madre tierra. Para los codiciosos blancos, eso significaría riqueza y poder, mientras que para los Sacha Runas y demás gente de la selva, solo miseria, destrucción y muerte.
Sus creencias regulan todas sus actividades cotidianas; así, en relación a la caza, se cree que encontrarse con una anaconda en plena cacería, es signo de mal presagio; si el cazador come, bebe agua, o tiene relaciones sexuales durante la cacería, se cree que tendrá mala suerte y las presas no podrán ser atrapadas. Es señal de mala suerte matar a cualquier tipo de culebras, felinos, sapos, pájaros carpinteros y aves.
Los sueños son muy importantes en su sistema de creencias y juegan un papel determinante en esta cultura, pues funcionan como guías para ordenar su vida diaria y productiva; todas las madrugadas los esposos hablan de sus sueños, para ordenar según lo que ellos les anuncien, las actividades diarias o futuras. Existen una serie de tabúes en relación a los sueños; si se sueña con la boa, no habrá buena cacería y no se deben ir al río, pues podrían encontrarse con ella; no se puede perseguir al animal soñado, pues puede traer desgracias; si el cazador sueña en mujeres desnudas, o si hace el amor con ellas, es un signo que asegura buena suerte en la cacería. Los hombres al fumar y aspirar tabaco buscan traer en los sueños a los espíritus de los animales que habitan en la selva.
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