- Los principales problemas en la construcción e investigación en ciencia politica
- Modos originarios y derivativos de la apropiación territorial por los Estados
- La forma de gobierno llamada República
- Métodos directos de participación popular, referéndum y plebiscito
- Los principales rasgos de la cultura ecuatoriana
- El fascismo y sus versiones
- El populismo en el escenario político ecuatoriano
- El constitucionalismo
Los principales problemas en la construcción e investigación en ciencia politica
Se sabe que la comunicación es el medio fundamental para el establecimiento de la interrelación personal o colectiva, la que permite al ser humano hacer partícipe de lo que sabe o tiene. o creer saber que tiene.
Desde los albores de la humanidad, cuando el hombre inició a comunicarse con sus congéneres desarrolló mecanismos y destrezas que le permitieron entenderse con los demás. Había nacido el lenguaje, sea a través de la palabra o de signos manifestaciones que hicieron posible la relación interpersonal.
Conforme avanza el desarrollo de la humanidad surgen características que se van sistematizando, organizando para lograr un todo armónico, inteligible a todos o a unos pocos; surge entonces el lenguaje especializado que ocupa aquellos casilleros que el hombre había creado en su constante e infatigable búsqueda del conocimiento.
Posteriormente nace la ciencia, con sus métodos, sus características que las diferenciaban de las otras y dándole particular configuración en su concepción y desarrollo. Había nacido al lenguaje especializado, el vocabulario propio que le otorgaba identidad y diferencia al mismo tiempo. Dentro del campo científico nació la medicina, la biología, la astronomía y tantas otras, iguales entre si consideradas como la expresión humana de más alto nivel, pero diferentes en su estructura, sistematización, métodos empleados y sobre todo con un lenguaje o vocabulario propios, que su utilización entrañaba conocimiento y comprensión de la materia tratada.
De la misma manera las ciencias sociales, como la politología , comenzó con lenguaje propio, especializado y conceptual, capaz de transmitir los conceptos, las ideas, el método y sus resultados. Es decir adoptar toda la armadura que lo porte a la distinción y consideración científica, empeño nada fácil para una naciente ciencia pero que al fin lo ha logrado y continúa aún creciendo paralelamente a los problemas del ser humano en su interrelación con la sociedad y el Estado.
Debemos añadir que las ciencias sociales no han alcanzado el rigor y la universalidad de las ciencias físico-matemáticas. Es por ello, que en el seno de las ciencias sociales, se debe luchar contra el aislamiento, incorporando todo lo válido y útil en una gama de conocimientos propios y dinámicos, lo que permitirá un verdadero desarrollo de las ciencias sociales, de manera particular la Ciencia Política, puestas al servicio de un proyecto universal; planteándose entonces, la necesidad de generar y apoyar acciones que tiendan a estimular el desarrollo de un conocimiento social propio y científico. El informe de investigación representa el resultado final del largo proceso de investigación. Su articulación estructural constituye ser el modo de como los investigadores ordenan, clasifican y presentan los datos. Cualquiera que sea el tipo de investigación, la presentación de los resultados se hace con base a normas que permiten estructurar de una manera lógica la forma y el contenido de la exposición teórica. La experiencia que se tiene en investigación para esta área, demuestra que existe una limitante sobre la obtención de modelos o guías que le permitan presentar los resultados que se han recogido en una investigación; algunas corrientes teóricas que fundamentan los métodos tradicionales de la investigación social, así como se exploran algunos métodos no tan comúnmente usados y sus fundamentos.
El debate epistemológico acerca de estas divergencias en la selección de estrategias para la investigación social, tiene su motivación en cuatro puntos básicos:
a.- La búsqueda de métodos de investigación que satisfagan los objetivos de tales trabajos. (La relevancia de los datos para la comprensión del problema).
b.- El bosquejo de la coherencia de los métodos y procedimientos utilizados en la investigación con las acciones subsiguientes. (Ej.: participación no solamente en el planeamiento, la ejecución o la evaluación, sino en todas las fases, inclusive la investigación).
c.- La opción de dar mayor importancia al sujeto en la investigación y, en lo posible, convertir esta en un acto educativo propiamente dicho. (¿Quién investiga la realidad de quién?).
d.- El propósito de informar con precisión, tanto en lo que se refiere a la validez como a la confiabilidad de los datos obtenidos. (El problema de la conversión de fenómenos y procesos cualitativos en datos cuantitativos acerca de conceptos abstractos).
La ciencia polìtica no ha podido conducirse aùn sola, ella como las otras ciencias sociales han debido ir de la mano con la sociologìa como la ciencia madre que estudia las sociedades humanas, en la que han debido sumergirse las fundamentaciones teòrico- politicas para obtener los resulltados particulares a travès del mètodo lo que permite diferenciar entre el resultado obtenido frente a aquello que es considerado como una expresion de lo material (fenòmeno) y lo que es esencialmente explicable a la luz de la realidad conocida como empìrica.
La ciencia como tal, para ser considerada asì, necesita someter sus tesis a un profundo estudio y observaciòn a los procesos lògicos del conocimiento, es decir los mètodos, de cuya ejercitaciòn se obtiene los resultados capaces de presentar como existentes, legibles e inteligibles todo ese bagaje de experiencias que constituyen los hechos sometidos a la observaciòn.
Contrariamente a los senalado el el pàrrafo anterior existe la observaciòn inmediata de los hechos, lo que es conocido como Empirismo, que no es sino el resultado de la investigaciòn aplicada, cuyos resultados son superiores a lo que hasta ahora habìa desarrollado la investigaciòn bàsica. Los empìricos cuentan con los avances tecnològicos que les ha permitido formar grandes data base o bancos informàticos de datos dando poca o ninguna importancia a la teorìa, que antes se habìa constituìdo en el marco referencial de la investigaciòn.
Este proceso ha originado la desapariciòn del conocimiento verdadero presentàndonos una visiòn de la cual nada conocemos, o solo hemos escuchado hablar someramente. Creer que se conoce a profundidad los fenòmenos cuando apenas se ha escuchado hablar de ellos.
Otro problema que surge en la construcciòn e investigaciòn es el llamado conocimiento pragmàtico con ausencia de la visiòn de los fenòmenos que se presentan de muy diversa forma e indistintamente. La consideraciòn que hace de los objetos es homogènea, dàndonos una idea imprecisa y utilizando mayor cantidad de palabras para expresar esa idea, sabiendo que la ciencia como tal va hacia la reducciòn de calificativos para adjetivar una idea, un sustantivo
En el trabajo del investigador para construir teorìas parte de hechos bàsicos y el sometimiento de los mismos al proceso de observaciòn. Por ejemplo el mètodo comparativo considera como un proceso analìtico central de la ciencia polìtica. Se dice que la comparacion es el instrumento apropiado en situaciones en las que en nùmero de casos bajo estudio es demasiado pequeno para permitir la utilizacion del anàlisis estadìstico. La comparaciòn se presenta como una estrategia analìtica con fines, no solo descriptivos, sino tambièn explicativos. Un procedimiento encaminado a poner la hipòtesis a prueba, evaluando requisitos de diseno para desplegar una comparaciòn exitosa; se presentan estrategias clàsicas, introduce anàlisis de mecanismos causales complejos y la utilizacion de tipologìas con el fin de seleccionar casos cruciales e importantes.
Se decìa que para la construccion de teorìas se partìa inicialmente de los conceptos precedentes sometidos a observaciòn, lo que nos permite formular una hipotesis,que no serìa sino proposiciones de respuesta del objeto frente al problema que se planteò. Para contar con la validez de ella debemos confrontarla con los hechos observados, procedimiento que a su vez nos arroja nuevos resultados o nuevos conceptos que confrontados con los hechos deben otorgarnos validez, caso contrario retornaremos a la teorìa para formular otras, como nuevas hipòtesis.
Finalmente, se debe senalar que en el proceso de construcciòn de teorìas debe contarse con condiciones primarias o bàsicas, a saber:
Conocimiento previo de las teorìas sobre el objeto, y
Que en la problematica teòrica se ubique al objeto para someterlo a un examen total de todos los aspectos que resultaren de la realidad observada.
Modos originarios y derivativos de la apropiación territorial por los Estados
La forma de gobierno llamada República
Si se define al Estado como el conjunto de instituciones, que ejercen el poder soberano en un territorio establecido entre límites definidos, es necesaria la existencia de una autoridad, que gobierne, porque no se puede concebir un Estado sin un estrato que lo guìe, lo dirija y encamine hacia los objetivos que el tiene frente a sus asociados, es decir al pueblo.
En la antigüedad se debatiò sobre la manera de clasificar las formas de gobierno, y es tradicional la clasificación aristotélica sin dejar de reconocer la existencia de otras maneras de hacerlo, sobre todo, las modernas.
Aristóteles distinguió las formas puras, en las que agrupó a aquellas que tenían en cuenta el bien comùn y dentro de ellas, las subclasificó por el número de miembros que las componían. Así dentro de las formas puras, ubicó a la Monarquía (gobierno de uno solo) a la Aristocracia (gobierno de pocos miembros, calificados como los mejores) y la Democracia (gobierno de muchos o de la mayoría).
A las formas puras, contrapuso las impuras, que no son sino las deformaciones de las anteriores. Así entre ellas, estableció a la Tiranía (deformación de la monarquía, donde el único gobernante abusa de su poder) la Oligarquía (cuando en una aristocracia el grupo gobernante, atiende a sus propios intereses en lugar del bien común) y la Demagogia (deformación de la democracia). Es aquella forma en la que el gobernante, para congraciarse con el pueblo, donde reside el poder, lo halaga con ciertas prebendas y ofrendas, convirtièndole en una masa obediente y servil, donde no se toma en cuenta màs que las ambiciones personales del gobernante.. En esta forma la mayoría, que según Aristóteles son los pobres, inmensa mayorìa, deja de lado los derechos de la minoría, de los ricos, que son menos, imponiendo su autoridad absolutista sobre ellos
Considerarando cada forma pura en particular, expresamos que la Monarquía posee un solo gobernante, que es el monarca o rey, obviamente acompañado por un conjunto de funcionarios que lo ayudan a desempeñar su función de gobierno, pero el rey es el único responsable en la toma de decisiones de gobierno, de acuerdo a las leyes, y ejecutando el bien comùn.
Dentro de la clasificaciòn de las monarquìas, pueden estas ser electivas, cuando el rey saliente elige su sucesor, como acontecìa con las monarquías romanas; o, hereditarias, cuando a la muerte del rey le sucedìa su descendiente, en el caso de los faraones egipcios..
La Aristocracia es definida como el gobierno en el que el poder es detentado por los mejores, los más capacitados y virtuosos de la comunidad.
La Democracia es el gobierno del pueblo, que en la época aristotélica era ejercida en forma de democracia directa , tomando las decisiones más importantes el pueblo (los ciudadanos atenienses, varones y libres) reunidos en la plaza pública.
A partir de la Revoluciòn Francesa, surgió la forma llamada Democracia, en la que se considera que el es el pueblo quien ejerce el poder, a través de sus representantes. Es el gobierno de la vigencia de los derechos y de la libertad, con el límite del respeto a las leyes.
Aristóteles escogiò una forma no enumerada, que reunìa las características combinadas de Democracia y Aristocracia. A esta forma la llamò "Politeia", cuya traducción es Constitución, que fue interpretada como República; es decir la concepciòn aristotèlica considera a la Repùblica como forma de gobierno y no forma de estado
La República, etimològicamente res= cosa; publicum= pùblico, es decir la cosa pùblica, implica participación popular ante el grupo de gobernantes sabios e ilustrados. El pueblo es informado de los asuntos de gobierno, e interviene en él aportando información útil según la formación de cada uno.
Montesquieu, en su obra "El Espíritu de las Leyes" distinguió tres formas de gobierno, entre ellas la República, donde todo el pueblo o una parte de él ejerce la soberanía, agregando como una característica fundamental de la República la existencia y división de poderes, evitando que ninguno detente el mando supremo, y sea controlado por los demás.
Actualmente la mayoría de los autores reconoce dos formas de gobierno, partiendo de la concepciòn de Montesquieu, : la Monarquìa y la Repùblica. La Monarquìa, como se manifesto, es la titularidad del poder sin lìmite de tiempo ni de otra autoridad paralela, en la que no existe ningùn tipo de responsabilidad polìtica. En los tiempos actuales persisten algunas monarquìas especialmente en Europa, pero con otras caracterìsticas que difieren de la concepcion antìgua, ellas persisten conjuntamente con los parlamentos, un jefe de gobierno, consejo de ministros etc.. El rey reina pero no gobierna, podrìa decirse de las monarquìas que aùn esiste.
La Repùblica implica un conjunto de caracterìsticas: divisiòn de poderes, electividad, representatividad, alternabilidad y responsabilidad, elementos que no se encuentran en las otras formas de gobierno brevemente explicadas.
La divisiòn de poderes, fruto del movimento constitucionalista post revoluciòn, ideò la divisiòn de poderes para evitar la concentraciòn en un solo grupo que podrìa desembocar en el despotismo. Esta divisiòn de poderes se estableciò para evitar la corrupciòn porque la concentraciòn de poder corroe, lo habìa dicho Lord J. Acton en su obra "Ensayos de libertad y poder". Era necesaria la desconcentracion y la imposicion de medidas restrictivas al poder, que habiendo nacido con la època de los enciclopedistas madurò y se perpetuò en la redacciòn de las Constituciones norteamericana y francesa en el s-XVIII.
La divisiòn de poderes como esencia consustancial a la Repùblica no es un invento de la revoluciòn francesa. Històricamente fue en la Antiguedad cuando pensadores como Aristòteles. Polibio y Ciceròn tocaron el tema de la libertad y los derechos y las formas de gobernar a los pueblos con especial dedicaciòn. Todos coincidieron en la existencia de formas de gobierno individualizando funciones que todo legislador debe precautelar- decìa Aristòteles- cuidando la libertad, como expresaba Marco Tulio Ciceròn . La divisiòn de poderes conceptuada en esa època naturalmente difiere de la moderna sencillamente por las caracterìsticas de la sociedad de entonces comparada con la actual.
John Locke, inglès, es considerado como el precursos de la teorìa de la divisòn de poderes, al establecer nitidamente las diferencia entre las funciones legislativas y ejecutivas. Pero no fue hasta la apariciòn de Montesquieu el establecimiento formal de su famosa teorìa tripartita de los poderes cuya concreciòn jurìdica se viò plasmada en la Constituciòn de los Estado Unidos en 1787
La Repùblica mantiene en si el principio del fraccionamiento de la autoridad pùblica de tal forma que ningùn poder o funciòn tiene prevalencia sobre las demàs. Existe subordinaciòn jurìdica inmersa en la estructura normativa del Estado.
Métodos directos de participación popular, referéndum y plebiscito
Los principales rasgos de la cultura ecuatoriana
Rasgos de subcultura y contracultura en Ecuador.
Se ha manifestado que la cultura es "… la síntesis dinámica, en el plano de la conciencia individual o colectiva, de la realidad histórica, material y espiritual, de una sociedad o de un grupo humano, tanto de las relaciones existentes entre el hombre y la naturaleza, como entre los hombres y entre categorías sociales.
Las manifestaciones culturales son las diversas formas por las cuales se expresa, de manera individual o colectiva, esta síntesis, en cada etapa de la evolución de la sociedad o grupo humano en cuestión" Es decir todo ese conjunto de valores, manifestaciones de un pueblo en sus diversas aspecto, sean de orden religioso, mìtico, costumbrista, de organizaciòn social, familiar, tribal etc. en un determinado espacio de tiempo y lugar. La cultura constituirìa el producto social. La civilizaciòn, segùn Spengler, es la forma mas alta y madura de la cultura, dirìamos aquella que ha alcanzado un alto grado de desarrollo de sus manifestaciones primigenias, es decir ha alcanzado un nivel respetable de progreso, incluyèndose en esta conceptualizaciòn la irrupciòn del hombre en campos como la filosofìa y en todas las manifestaciones de su espìritu que le han permitido descollar en las artes, en las ciencias, ubicàndolo en un sitial prominente respecto a los demàs.
Ahora bien aplicando este concepto de cultura y civilizaciòn al Ecuador deberìamos remontarnos a los orìgenes, cuando lo que hoy es nuestra patria era territorio vìrgen poblado por los indìgenas repartidos a lo largo y ancho de lo que actualmente es el territorio nacional en el que sobresalieron determinadas tribus por haber alcanzado cierto grado de civilizaciòn.
Juan de Velasco en su historia del "Reyno de Quito" nos da a conocer las costumbres de esos pueblos autòctonos, sus costumbres,, tradiciones, sus guerras internas y que el autor en un enfervorizado afàn de relievar la figura del indìgena llegò a ubicarle dentro de un reino que jamàs existiò; quizà la explicaciòn se deba a su misiòn evangelizadora como sacerdote que fue, mas històricamente se dice que exagerò en su concepciòn y visiòn antropològica y social que hizo de estos grupos sociales.
Ello no menoscaba la importancia que cualquier grupo de aquella època tuvo para si mismo y para la cimentaciòn de nuestra historia cultural. De allì se destaca la presencia de culturas reconocidas cientìficamente como la Valdivia, en la costa, y muy anterior a la de los otavalos, canaris y saraguros en la sierra, verdaderos exponentes culturales que demuestran, contrariamente al pensamiento de Thomas Mann al manifestar que, cuando los espanoles llegaron a estas tierras no encontraron civilizaciòn sino una cultura de bàrbaros. Es su punto de vista subjetivo y europeo, porque considero que aquello que fue bueno para los indìgenas por què debìa ser bueno tambièn para los conquistadores, y no al revès ?
En fin, con todo el proceso de mestizaje que se diò a partir de s. XVI naciò otra cultura, ahora si con pinceladas europeas, modelada a gusto y paciencia de guerreros y evangelizadores españoles y portugueses destruyendo las evidencias de los pueblos sometidos, que perdurarìan a travès de la leyenda y de los mitos, e imponiendo la verdad absoluta (al modo europeo) como medio de gobierno, de explotaciòn en todos los àmbitos, y aùn de la salvaciòn de sus almas. La conquista empezò a fructificar, y loos anhelos conquistadores se afianzaron en suelo americano.
Asì transcurrirà el periodo colonial hasta entrado el siglo XIX en el que se habla de la independencia, de la libertad de los pueblos indoamericanos que deseaban su autodeterminaciòn polìtica, econòmica y aùn social de la metròpoli europea. No serà sino en el primer cuarto de siglo en que se sella la independencia y se pasa a formar parte de la Grancolombia hasta el 13 de mayo de 1830 que se produce la escisiòn y toma cuerpo autonomamente el Ecuador que conocemos hasta el dìa de hoy.
Muy brevemente he esbozado el origen de nuestra actual organizaciòn politica llamada Ecuador, y que en su seno ha debido soportar todos los problemas de una naciente sociedad polìticamente organizada en un nuevo Estado, tarea nada facil en la que se ha matizado lo social, econòmico, polìtico y religioso en una amalgama novedosa que bien podrìamos llamarla ecuatorianidad, adjetivaciòn muy propia caracterizada por el crisol de su etnias, que no son pocas, del influjo, del telurismo del cual habla Spengler, que en el caso ecuatoriano se demuestra muy profusamente las diferencias existentes entre el pacìfico, sosegado y melancolico hombre de la sierra frente al extrovertido habitante del litoral, en tèrminos generales, todos con sus amores y pasiones diferentes frente a sus debilidades y falencias particulares.
Hablar de contracultura, o de cultura a la contra, es para referirnos a aquellas expresiones culturales que de algún modo se enfrentan, explícita o implícitamente, a las corrientes culturales hegemónicas. Esto se puede entender en dos sentidos:
1.- Desde un punto de vista histórico, y ciñéndonos de momento sólo al caso ecuatoriano , la contracultura sería una constante histórica que emerge de vez en cuando con más o menos fuerza, planteando unas formas de entender la vida distintas a las hegemónicas en un sistema social en el que hemos vivido con tranquilidad y sin sobresaltos, ya sea claramente a la contra, ya sea al margen del mismo sistema, lo que no presupone nada acerca de que posteriormente, por lo menos algunos de sus elementos, pueden llegar a formar parte de discursos hegemónicos en aquella misma sociedad. Estas posiciones, que suelen expresarlas siempre unos grupos minoritarios podemos suponer que, en muchos casos, forman parte de corrientes socio-culturales más profundas.
En el plano polìtico cultural encontramos aquellos movimientos que reivindican la lucha del indigenismo ecuatoriano como en Mexico y tambièn en Bolivia donde sus culturas han acabado sometidas a la cultura europea. En nuestro caso ha tenido un desperatr muy profundo y fuerte este movimiento aunque adolezca de unidad y organizaciòn sistemàtica.
2. La otra acepción del término está más delimitada sociohistóricamente, y se refiere a un determinado conjunto de prácticas sociales, políticas e ideológicas que surgen, iniciada la década de los sesenta del siglo veinte, en los Estados Unidos de Norteamérica y que posteriormente se extenderán por diversos sectores juveniles del mundo industrializado, principalmente, hasta destruirse integrarse en el seno de las respectivas formaciones sociales de distintas maneras específicas, a partir de las condiciones de cada caso. Hablamos pues, para echar mano de etiquetas más o menos conocidas, de los "jipis" y demás "frikis" que, a su vez, formaron parte de un heterogéneo movimiento político-cultural antiautoritario que sacudió la sociedad norteamericana en la década de los sesenta a los setenta. Será, en este sentido más restringido de contracultura "hippie", que en el caso de nuestro paìs no se diò jamàs por el simple hecho de que esta corriente,a mas de la moda, usos y costumbres no llegò a planos mayores de inserciòn masiva y total en la sociedad ecuatoriana
Antes de entrar en ello, todavía algunas cuestiones generales. ¿Qué relaciones preconizamos entre las contraculturas y las culturas populares? ¿Por qué nos referimos (casi) siempre a culturas juveniles cuando hablamos de culturas a la contra? Y, claro, ¿qué entendemos por culturas juveniles?
Las culturas juveniles se refieren a la manera en que las experiencias sociales de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de estilos de vida distintivos, localizados fundamentalmente en el tiempo libre, o en espacios intersticiales de la vida institucional".
Se plantea que en nuestras sociedades contemporáneas, independientemente de sus contenidos, muchas de estas culturas juveniles cumplen una función como de "antena" pues evidencian, poniéndolas en primer plano, las principales contradicciones de la sociedad en el momento histórico en que les ha tocado vivir y que pueden afectarles directamente. Es por ello que acostumbran a tener una vida muy efímera, ya que pronto son destruidas o integradas en el seno de la sociedad global. Y a pesar de que algunos elementos de estas culturas juveniles puedan continuar siendo signos de contradicción importantes en sus respectivas sociedades, una de las principales formas de distorsionar lo que aquéllas significan ha sido a través de su integración en el consumo, una vez descodificadas de su contexto original, consiguiendo así que las necesidades que podían expresar quedaran enmascaradas. Es por ello que, más allá de este devenir, en muchas ocasiones identificamos culturas juveniles con culturas a la contra.
No serà sino en la segunda mitad del s. XIX en la que podemos observar la gènesis e indicios de la subcultura en nuestro paìs, como producto importado y de la cual se apoderaràn los grupos juveniles; hablamos de la "cultura" hippie en los setentas y de los techno en los noventa, acompanadas con el consumo de ciertas drogas que se presentaràn abiertamente como la nueva cultura juvenil.
Posteriormente han aparecido movimientos juveniles que rayan con la delincuencia, es decir podrìan considerarse como grupos de contracultura por su agresiòn a los valores de la cultura dominante, como es el caso de los Latin Kings, todos pertenecientes al "underground" con raìces europeas y norteamericanas, y como los adeptos de la cultura "punk" que a mas de sus peculiar estilo de vida, mùsica, costumbres, moda (imitaciòn por excelencia) no han trascendido en la vida del ecuatoriano en general. Son grupos aislados que comunmente protestan contra el stablishment a travès del rock, el heavy metal y otras manifestaciones musicales muy propias del gènero extravagante.
Menciòn especial podrìa considerarse como subcultura y aùn contracultura los movimientos polìticos subversivos que minùsculamente aparecieron el paìs en el ultimo cuarto del s. pasado (A.V.C.) demolidos dràstica, feroz y salvajemente por el gobierno de Febres Cordero. màximo exponente de la derecha gobernante en aquella època
Si al movimiento indìgena, enfocado desde la mirilla hegemònica en la que a vivido el Ecuador desde sus inicios, se lo observa fundamentado, con cierta organizaciòn social, y polìtica podrìamos decir que es el unico movimiento que puede considerarse subcultura considerado "como sistema de ideas, valores, costumbres, creencias y comportamientos discrepantes de la cultura oficial sostenido por un grupo dentro de la sociedad.". (R.Borja) y que ha logrado reconocimiento oficial a travès de la Constituciòn Polìtica y que en los ùltimos dìas ha dado un gran dolor de cabeza a los gobernantes ecuatorianos por la aplicaciòn constitucional de la mal interpretada justiicia indìgena.
Del resto de manifestaciones considero no haber fundamentaciòn para hablar de subcultura o contracultura desde la òptica hegemònica a la que estamos habituados,
El fascismo y sus versiones
Fascismo, etimológicamente proviene del latín fasces, conjunto de varas que portaban los lictores , funcionarios de la república romana y luego del imperio, quienes ejercìan labores policiales; de la cual sobresalía un hacha que simbolizaba el poder del Estado de que estaba investido.
Este nombre adoptò el règimen polìtico totalitario establecido en Italia a partir del nombramiento de Benito Mussolini como Primer Ministro (1922-1945), en las postrimerìas de la Segunda Guerra Mundial, con la invasiòn de Italia por parte de las Fuerzas Aliadas.
El règimen fascista se caracerizò por el populismo, nacionalismo, contrario al socialismo y liberalismo.
La historia polìtica de Italia ha sido muy conflicitva tanto interna como externamente. La constitución unificada del Estado nacional italiano, ocurrió de manera tardía respecto del resto de los Estados europeos. Habiendo sido Roma antigua — a partir de la República y luego con el Imperio — la cuna de la civilización jurídica y política de Europa Occidental, y asimismo principal centro de origen del Renacimiento postmedieval, a la salida del feudalismo la península italiana se encontró sujeta a sucesivas etapas de estructuración política que fragmentaron el gobierno de su territorio.
Convertida Roma en el centro geográfico de la Iglesia Católica Apostólica, fue asimismo el punto focal del dominio territorial eclesiástico de sus territorios aledaños, los Estados Pontificios.
Por otra parte, sobre todo algunas ciudades del norte italiano — como Venecia, Génova, Florencia y otras — tuvieron durante la parte final de la Edad Media y principios del Renacimiento un importante desarrollo económico y político autónomo. Estas ciudades fueron centro de poder de sucesivos gobernantes; y, hacia el final de la Edad Media luchaban constantemente por el predominio en el norte italiano, tanto entre sí como con los Estados Pontificios dando lugar a una multitud de ducados, señorías y repúblicas casi siempre dominadas por familias poderosas, como los Medici y los Borgia y otras.
La división política de Italia había culminado en la existencia de cinco Estados, cuyos centros fueron Venecia, Milán, Florencia, Roma y Nápoles, ninguno de los cuales tenía la capacidad de imponerse a los otros.
Durante el Siglo XVI, el norte de Italia es escenario de continuas guerras en el marco de las contiendas dinásticas entre Francisco I de Francia y Carlos V de España, en las que se insertaban numerosas rivalidades familiares entre los propios italianos; lo que llevó en definitiva a un amplio predominio español en casi todas las ciudades importantes y sus zonas de influencia.
Solamente lograron mantenerse independientes el Ducado de Saboya en el Piamonte — de donde surgiera la "casa de Saboya" como familia dinástica italiana — y la República de Venecia; en tanto que otras ciudades, como Génova bajo el gobierno de Andrea Doria, gozaron de cierta autonomía bajo el protectorado español, y Florencia y los Estados Pontificios atravesaban una época turbulenta bajo la influencia de la familia de los Borgia.
En el siglo XVII, la historia política italiana estuvo pautada por las contiendas entre las dinastías monárquicas europeas de los Borbones y los Habsburgo. En el año 1700, al fallecimiento del Rey Carlos II de España sin dejar hijos, fue reconocido como sucesor Felipe de Borbón, nieto del Rey Luis XVI de Francia; hecho que no fue aceptado por la dinastía austríaca de los Habsburgo.
En las guerras consiguientes el Imperio Austríaco procuró desplazar a los borbones franco-españoles. El Duque de Saboya, Víctor Manuel I, consideró oportuno aliarse con los austríacos a fin de eliminar el dominio borbón que circundaba el Piamonte y obstaba sus objetivos de expansión. La guerra terminó con la derrota de los borbones y el Tratado de Utrech de 1713, en el cual Víctor Manuel asumió el título de Rey recibiendo los territorios de Sicilia, quedando Nápoles bajo el poder austríaco aunque fueron desalojados por los borbones en 1734.
A pesar de la continuidad de las rivalidades dinásticas, la situación política en Italia se estabilizó relativamente luego de la Paz de Aquisgrán de 1748; a partir de la cual aunque el territorio italiano siguió dividido entre varios estados, los respectivos gobiernos lograron cierta consolidación.
Producida la Revolución Francesa y las ulteriores campañas militares de Napoléon Bonaparte, gran parte del territorio italiano, aliado con el Imperio Austríaco, quedó bajo el dominio francés, hasta la derrota final del Imperio Napoleónico en la batalla de Waterloo.
Una vez más el comienzo del ciclo histórico moderno, en este caso de Italia, tiene su punto de partida en los procesos cumplidos a partir del año 1815 y del Congreso de Viena. A fines de 1801, en el Congreso de Lyon convocado por Napoleon, fue creada en Italia la República Cisalpina, regida por una Constitución muy similar a la de la República Francesa. Como su Presidente, fue elegido Napoléon Bonaparte.
Las condiciones establecidas en el Tratado de Paz de Versailles, no resultaron satisfactorias para el gobierno italiano. La disolución del Imperio Austro-Húngaro, si bien significó adjudicar a Italia los territorios que consideraban dentro de sus fronteras naturales, en la zona de los Alpes — El Trentino y la Venezia Giulia — asignó al nuevo Estado de Yugoeslavia, constituído en base a la antigua Serbia que fue considerada aliada de las potencias triunfadoras, los territorios adriáticos del Fiume y Dalmacia, en que una parte importante de la población era de origen italiano.
Esos territorios no habían sido reivindicados por Italia en el pacto celebrado en Londres en 1915 que precedió a su entrada en la guerra; y, aunque el Presidente Wilson de los EE.UU. apoyó las pretensiones italianas, los serbios objetaron fuertemente que se les adjudicara la Dalmacia. En setiembre de 1919, un contingente militar regular italiano, comandado por el célebre literato Gabriele d"Annunzio, ocupó la ciudad de Fiume; pero el gobierno italiano entabló negociaciones que condujeron al Tratado de Rapallo, en que se convino en asignar a Trieste la condición de Estado independiente.
Italia había participado en la Primer Guerra Mundial en el bando de los Aliados, junto a Inglaterra, Francia. Rusia.
Inicialmente declarada neutral, las acciones bélicas italianas en la guerra se habían concentrado esencialmente contra el Imperio Austro-Húngaro, procurando recuperar el territorio que Italia consideraba "irredento" de la zona limítrofe del Imperio con el Véneto, en la costa norte del Adriático, el Trentino, el Brennero y la Venezia Giulia. Inicialmente contenidos por los austro-húngaros en la batalla de Caporetto, a fines de 1917; finalmente los italianos se impusieron en la batalla de Vittorio Véneto en octubre de 1918.
La Revolución soviética en Rusia, y los consiguientes movimientos de agitación política internacional impulsados desde la U.R.S.S., como la fundación de la Internacional Comunista, produjo un gran incremento de los movimientos ideológicos marxistas; y el surgimiento abierto de organizaciones que postulaban la toma violenta del poder, para implantar "la dictadura del proletariado". De otra forma, en Francia, el surgimiento de los llamados "Frentes populares" fue una táctica electoral de los socialistas y marxistas de unirse para obtener el poder por vía electoral; apuntando a que, al igual que ocurriera en la U.R.S.S., finalmente los comunistas se hicieran por el poder absoluto.
La destrucción causada por la guerra, generó en la Europa de post-guerra una situación en que buena parte de su población afrontaba condiciones económicas muy difíciles de sobrellevar que trajo aparejado el consiguiente descontento político. A ello se unieron factores de decepción nacionalista, derivados de la derrota en Alemania, como de la insatisfacción por lo obtenido en la guerra en Italia.
La radicalización de las posiciones políticas de grandes masas de población determinó que, al lado de las agitaciones invocadamente revolucionarias de tendencia socialista y marxista, surgieran corrientes en las que se mezclaran los impulsos nacionalistas matizados de convicciones religiosas — que el marxismo despreciaba — con afirmaciones de la necesidad de que el Estado adquiriera un poder suficiente para controlar los desórdenes sociales.
En ese clima, surgió en Italia el Partido Fascista; un nuevo partido político, en el cual Benito Mussolini apareció como caudillo; cuya prédica no se caracterizaba por sustentar propuestas racionales muy concretas en cuanto a orientaciones de gobierno, sino por invocaciones generales y emocionales, hacia el nacionalismo
El Partido Nacional-Fascista fue fundado el 7 de noviembre de 1921 siguiendo en buena medida las pràcticas de los militantes y los cuadros, aplicadas por las organizaciones politicas marxistas – inspiradas en las concepciones de acciòn polìtica postuladas por Lenin y Trotsky en la Rusia pre-revolucionaria – el nuevo partido Fascista Italiano estableciò una fuerza de milicianos, las milicias voluntarias para la Seguridad Nacional, inicialmente destinada a servir de fuerza de protecciòn y seguridad de sus lideres y de sus reuniones partidarias.
A menudo integradas por ex-soldados veteranos de los ejèrcitos de la Gran Guerra, esta fuerza de milicianos adoptò un uniforme cuasi militar, el cual incluìa guarniciones y calzado de cuero negro similar al de los soldados, y una camisa de color negro que originò el mote de los "camisas negras" o tambièn como los "camisas pardas"
Estructurados según el esquema militar de las antiguas legiones romanas a partir de la "escuadra" como unidad básica, los camisas negras comenzaron a desfilar en formación militar por las calles de las ciudades, o circular por ellas montados en camiones para dirigirse a las concentraciones políticas; haciendo ominosas demostraciones de poder que a menudo comprendían la abierta ostentación de cachiporras y aún de armas de fuego.
Desde un punto de vista político, el Partido Fascista fue adquiriendo creciente peso electoral. Presentándose como un partido directamente opuesto a las tendencias que promovían el desorden social y al desprestigiado sistema parlamentario que no lograba impedirlo, logró atraer la adhesión de vastos sectores de la sociedad, como campesinos y sectores empresarios, tanto artesanales y comerciales como industriales. Por un lado, se presentaba como portavoz de la unidad italiana de la modernización y engrandecimiento de la Nación; por otro , captaba la adhesión de los trabajadores apoyando la legislación por la limitación a 8 horas de la jornada laboral (que era una iniciativa impulsada a nivel internacional por todas las concepciones políticas), y lograba el apoyo del sector militar en cuanto reclutaba numerosos veteranos de la guerra y propiciaba la acción directa.
En las elecciones parlamentarias de 1921 Mussolini consiguió ser electo Diputado. A partir de allí apoyándose en la acción directa de sus milicias y en las movilizaciones de masas que promovía, el Partido Nacional Fascista logró incidir en las actividades del gobierno, reclamando persistentemente el nombramiento de su líder, Mussolini, en calidad de Jefe del Gobierno.
El 28 de octubre de 1922 — menos de un año de la fundación del partido fascista — Mussolini efectuo una gran demostración de fuerza política, mediante la realización de una gran manifestación pública llamada "la marcha sobre Roma" en la cual los fascistas, que contaban con indudable apoyo entre la población italiana — que rechazaba la agitación revolucionaria de las organizaciones políticas procomunistas que invocaban a la U.R.S.S. como modelo — movilizaron una enorme multitud que convergió sobre Roma desde toda la península italiana. Al día siguiente, el 29 de octubre de 1922, el Rey Víctor Manuel III nombró a Mussolini como Jefe del Gobierno. Se confiaba en que un gobierno fuertemente ejecutivo, pondría fin al ambiente de grave alteración del orden público existente.
Inicialmente, el régimen fascista no se presentó con los caracteres totalitarios que terminaría por asumir. Estrictamente, el fascismo no se fundaba en una ideología estructurada y sistémica, por lo cual sus rasgos políticos totalitarios fueron esencialmente resultantes de la praxis política; a la cual se adicionaron ulteriormente algunos desarrollos ideológicos.
Incorporado al gobierno a través de un "golpe de mano" populista, el Partido Fascista no contaba con una fuerza parlamentaria decisiva. Sin embargo, antes de las elecciones generales de 1924, un Parlamento en el que había solamente 35 diputados fascistas, aprobó — en base a conferir al Gobierno un respaldo parlamentario que proveyera estabilidad política — por una mayoría de 308 contra 107 votos, una nueva ley electoral que asignaba al partido que lograra 35% de los votos, la mayoría absoluta de los dos tercios de miembros del Parlamento, quedando el resto a distribuirse proporcionalmente entre los restantes partidos.
En base a esta ley, el Partido Fascista, que obtuvo una indudable mayoría con 5 millones de votos en la elección de 1924, dispuso de 355 bancas parlamentarias, quedando 150 para los restantes partidos que totalizaron 2,5 millones de votos.
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