Las instituciones constitucionales propias de un sistema representativo, de monarquía parlamentaria como el que regía en Italia, fueron formalmente mantenidas. Pero, en la práctica la mayoría parlamentaria era totalmente obsecuente al Gobierno, y aún así los legisladores disidentes debieron enfrentar la intimación y amenazas, en algunos casos plenamente concretadas en los hechos.
En diciembre de 1922 Mussolini creó el Gran Consejo Fascista, órgano totalmente sometido a su voluntad que pretendía reunir la representación de todo el sistema político, y que fuera institucionalizado en 1928.
La ineficiencia atribuída al desprestigiado sistema de gobierno parlamentario y al sistema de partidos políticos como instrumento electoral, determinó el surgimiento de una doctrina de representación de los diversos componentes de la sociedad en los órganos de gobierno, a partir de sus actividades e intereses económicos, el sistema corporativo.
Se sustentaba en que el pluralismo democrático y la existencia de diversos partidos políticos sólo servía para fomentar el divisionismo y debilitar a la sociedad y al Estado; y, que el engrandecimiento de la Nación no podía admitir disidencias políticas sino una gran unanimidad nacional expresada en el Partido Fascista. Los diversos sectores que componen la sociedad eran los de la producción y el trabajo; y en consecuencia, ellos debían ser los que designaran de su seno a los gobernantes.
Como consecuencia, el pluralismo partidario fue eliminado, estableciéndose en 1927 un sistema de partido único — obviamente el Partido Fascista — al mismo tiempo que un sistema de "gobierno directo", invocado como una forma superior de "democracia", determinaba que la ciudadanía expresara sus decisiones sobre aquellas cuestiones sobre las que se considerara pertinente requerirlo, mediante plebiscitos en que obviamente se votaría dicotomicamente por SI o por NO a las propuestas consultadas.
El Rey continuó ocupando el trono; pero mientras por una parte el Senado que nombraba al Rey fue despojado de todas sus atribuciones. Poor otro lado el Gabinete ministerial se tornó igualmente inoperante al asumir Mussolini todos los Ministerios. Asimismo, el Parlamento delegó al Gobierno la potestad de sustituir las Leyes por Decretos, eliminando así las principales garantías liberales de los derechos y libertades individuales, civiles y políticas.
Si bien la Cámara de Diputados fue mantenida hasta su final desaparición por ley del 14 de diciembre de 1934, ya en 1928 se modificó de una manera fundamental el procedimiento de su integración. El sistema corporativo — que estableció el encuadramiento universal de trabajadores y de todos los agentes económicos en sindicatos y organizaciones de colegios profesionales — asignó a los sindicatos designar 800 candidatos a las bancas parlamentarias; a los que se adicionaban 200 designados por los colegios profesionales. Entre los 1.000 candidatos, el Gran Consejo Fascista procedía a seleccionar 400, cuya designación se sometía a plebiscito. A partir de 1939, la Cámara de Diputados fue sustituída por una "Cámara de los Fascios y Corporaciones", órgano de facultades puramente consultivas integrado por la reunión del Gran Consejo Fascista y del Consejo de las Corporaciones, respectivamente órganos directivos del Partido Fascista y de las Corporaciones económicas.
Correlativamente, la concepción corporativa determinó la estructuración de todos los agentes productivos en un sistema de colegios profesionales que encuadraba a la totalidad de los trabajadores dependientes en lo que se ha denominado sindicatos verticales, eliminando la libertad y pluralidad de la sindicalización voluntaria y el derecho de huelga, y estableciendo organizaciones de afiliación obligatoria, sea por rama de actividad o por distribución regional, culminadas en una central nacional. Por su parte, también las empresas debieron incorporarse en organizaciones similares, con una paralela estructuración jeráquica encabezada por una central nacional.
El sistema apuntaba a reglamentar todos los temas relativos a las condiciones de trabajo y producción en forma sumamente detallada y estricta, creando una vasta trama de convenios colectivos de trabajo, surgidos de las deliberaciones conjuntas de los sindicatos de trabajadores y de empresas que la ley hacía obligatorios para todas las organizaciones productivas comprendidas en su ámbito.
Se desarrolló concomitantemente una gran exaltación personal de Mussolini, quien adopto en 1924 el título de Il Duce rememorando la figura del Gran Dux de la República Veneciana, y de quien por todos los medios se realizaba una permanente propaganda laudatoria.
El encuadramiento político de los ciudadanos por su afiliación al Partido fué de hecho obligatorio; así como se crearon organizaciones juveniles y aún infantiles con fines de adoctrinamiento político en las que todos debían participar.
El carácter corporativo, que pretende sustituir la representatividad en la integración de los órganos del Estado de las diversas y plurales concepciones políticas expresadas en los diversos partidos y corrientes de opinión — que se ven eliminadas en favor de una concepción única sustentada oficialmente por el Estado a través del partido también único — por una emanación de las organizaciones corporativas, que reproducen la estructura de las unidades productivas e económicas sistematizadas por sus diversas ramas de actividad y una red jerarquizada hasta culminar en una gran organización nacional, en la que quedan encuadrados absolutamente todos los individuos, y reguladas de manera rígida todas sus condiciones de actividad productiva"
CARACTERISTICAS DEL REGIMEN
En realidad, el fascismo italiano no surgió a partir de una concepción ideológica — es decir, de una doctrina sistemática de carácter político, económico o social — sino como un movimiento esencialmente político cuyo contenido inicial parece mucho más crítico que sustantivo. Sus concepciones políticas se presentan inicialmente más como referidas a aquello a lo que se opone, que a lo que postula.
Desde ese punto de vista, el fascismo resulta ser esencialmente antiliberal, antiparlamentario y antimarxista; a pesar de que, aún en un análisis primario son sumamente evidentes las equivalencias entre el régimen y la ideología fascista y los regímenes marxistas que han existido històricamente.
La obtención del gobierno, y la consiguiente necesidad de adoptar en él un curso de acción, ha llevado a que con posterioridad surgieran esfuerzos de estructuración intelectual de una doctrina fascista; procurando revestir sus acciones con una justificación racional sistemática. Acción que, paradojicamente, fue cumplida ulteriormente por expositores mayormente no italianos; tales como Sorel, Nietzche, y Wilfredo Pareto.
La ideología fascista se centralizó en la exaltación del poder del Estado, y su intervención profunda, absoluta y total en todos los aspectos de la vida económica, cultural, educativa y por supuesto política de la sociedad italiana, exigiendo una total sumisión de todos sus componentes a una disciplina de índole colectiva en la que desaparece el individuo como valor ético y como centro de la estructura política.
El Estado, es concebido como valor y poder supremo, que tiene la misión de concretar en realidad el ideal fascista centrado en un modelo humano volcado a un accionar exclusivamente orientado al servicio de los superiores objetivos de grandeza del Estado, por lo que todo sacrificio debe ser hecho por los individuos. Esto es la esencia del principio transpersonalista típico de la concepción totalitaria. La fòrmula màgica fascista es "Todo en el Estado, nada fuera del Estado y nada contra el Estado"
Como consecuencia de ello, los rasgos típicos del fascismo como régimen de gobierno, pueden enunciarse más que nada a partir del análisis de sus realidades políticas e institucionales; al mismo tiempo que en gran medida ellos se corresponden con aquellos elementos que generalmente se enuncian como distintivos de los regímenes de gobierno totalitario en general.
No resulta muy plausible sostener que en realidad el fascismo realizó una suerte de invención de esos elementos; sino que, por el contrario, ellos resultan ser la consecuencia natural de las concepciones políticas básicas que sustentara, y de allí la tan visible coincidencia con los rasgos de los sistemas totalitarios de origen marxista, en cuanto a pesar de presentarse ambos como directamente contrapuestos, en realidad tienen una concepción política absolutamente afín.
Por lo tanto, los rasgos políticos e institucionales del fascismo italiano guardan un alto grado de correspondencia con los que se asignan en forma genérica a los sistema de gobierno totalitarios:
El carácter antiliberal se resume en la concepción totalitaria del Estado, conforme al cual asume todos los poderes y atribuciones; en tanto que en la concepción liberal las personas gozan primariamente de libertad y a ellas les corresponde dar vida a todas las manifestaciones de la existencia de la sociedad (principalmente en el ámbito económico, productivo y cultural), mientras que el Estado es considerado como organización cuyos poderes están estrictamente limitados a los que le han sido expresamente otorgados por la Constitución, y sus acciones han de ser en todo caso subsidiarias de aquellas que las personas que componen la sociedad no puedan cumplir, y que resulte indispensable realizar.
El carácter antiparlamentario se expresa en el repudio de la representación electoral en base a partidos políticos plurales, sustituídos por un partido único; cuya finalidad primordial es encuadrar a los ciudadanos en forma rígida, impidiendo toda posibilidad de disidencia. Esto conduce, naturalmente, a la supresión de la libertad política y de la diversidad de partidos políticos de integración libre y volontaria, y a su sustitución por un partido único o en todo caso absolutamente predominante, que genera la nominación de todos los funcionarios de los diversos cargos de gobierno. De modo que, aunque formalmente puedan subsistir eventualmente algunos otros partidos, su existencia es totalmente inoperante, ya que, aunque puedan existir procesos electorales formales, en definitiva no hacen sino convalidar lo ya elegido dentro del partido oficial, y generalmente por mayorías abrumadoras.
El carácter corporativo, que pretende sustituir la representatividad en la integración de los órganos del Estado de las diversas y plurales concepciones políticas expresadas en los diversos partidos y corrientes de opinión — que se ven eliminadas en favor de una concepción única sustentada oficialmente por el Estado a través del partido también único — por una emanación de las organizaciones corporativas, que reproducen la estructura de las unidades productivas económicas sistematizadas por sus diversas ramas de actividad y una red jerarquizada hasta culminar en una gran organización nacional, en la cual quedan encuadrados absolutamente todos los individuos y reguladas de manera rígida todas sus condiciones de actividad productiva.
Del fascismo italiano se desprendieron otras versiones que se asentaron en la Europa como replica. Fueron Portugal, Espana, Alemania, y aùn en Latinoamèrica donde se implantaron regìmenes totalitarios de corte fascista.
En PORTUGAL, bajo el gobierno de Antonio de Oliveira se implantò el corporativismo, creando El Estado Novo, con economìa planificada y corporativo, copia del fascismo del Duce, que proscribio los derechos de los trabajadores y suprimio los sindicatos. Se anade que el corporativismo es una forma de gobierno.
Ajena a los principios democràticos propone que la corporaciòn sea la ùnica organizaciòn unitaria de las fuerzas productivas a quienes representa, por lo que siendo los intereses de la produccion intereses del Estado, ellas estàn reconocidas por la ley como Organos del Estado" Comprendido en otras palabras significaba que el Estado portuguès no estaba integrado por personas sino por corporaciones, originando que la representaciòn polìtica no recayere en las persona sino en las corporaciones como representantes de los grupos de poder. A este tipo de organizacion los fascistas lo denominaron "democracia vertical " o "democracia orgànica"
En ALEMANIA surgiò el nazionalsocialismo (nazismo) con Adolf Hitler y su Partido Obrero Nacional Socialista Alemàn que escribiera en la historia las paginas mas oscuras de cuanto un hombre puede sojuzgar a todo un pueblo para ponerlo a sus pies e implantar una politica doctrinaria basada en el nacionalisimo extremo, en la superioridad racial, en el antisemitismo entre otros puntos de los 25 que constaron como producto de la Primera Asamblea del Partido Hitleriano celebrada en 1920 y arrasara con toda una civilizaciòn como la judìa que vio a sus hombres, mujeres y ninos sucumbir en los campos de concentraciòn en un numero de 6 millones, y ser a la vez, causante de una mortandad estimada en 80 millones de personas, fruto de la horrenda segunda guerra mundial, a mas de la destrucciòn material de casi toda la Europa. Fue el producto de la megalomania colectiva.
En ESPANA surgio el Falangismo, version del fascismo italiano y nazismo aleman de los cuales se nutriò avidamente. Su exponente politico maximo fue el Generalìsimo Francisco Franco quien recopilara su fundamentaciòn polìtica en los 26 Puntos de la Falange Espanola Tradicionalsita.
Espana se convirtiò en un estado nacionalsindicalista, del que se sirviò como instrumento totalitario al servicio de la integridad patria, y mediante la creaciòn de sindicatos corporativos verticales por ramas de producciòn. Aboliò partidos politico y todo cuanto se opusiera a los caros intereses de la patria espanola, un recalcitrante nazionalismo que arrasò Espana con su Guerra Civil. Entronizò en Espana una especie de gobierno teocràtico donde la religiòn catòlica jugaba un papel preponderante en las relaciones de poder , y de hecho es que en la etapa franquiista se denominò como un estado nacionalcatolicismo por la vinculaciòn de la Iglesia Catòlica al control de la vida social y politica de los ibèricos.
El populismo en el escenario político ecuatoriano
Tan antigua como el Ecuador es la historia del populismo en nuestro paìs originado en una interminable lista de necesidades insatisfechas de su gente y persistentes como demagógicas promesas incumplidas de ciertos líderes que se beneficiaron de la ingenuidad política de la colectividad para aprovecharse en provecho de la oligarquía criolla o del grupo económico o grupo detentador del poder de turno
Los políticos que ha gobernado el paìs lo han hecho manteniendo posiciones populistas, logrando la ascensiòn al poder con el producto del fraude electoral instituìdo por décadas, resultado de procesos electorales en los que utilizaron la promesa y el engaño para ganar comicios y alcanzar beneficios del gobierno. En sus discursos el lìder populista y el caudillo utiliza una imagen moralizante con frases mesiánicas, insultos y agravios al opositor, prejuicios sobre posibles situaciones de amenazas a la supervivencia de los regímenes "democráticos",, tanto de origen interno como externo, promesas que nunca se cumplirían e intervenciones públicas masivas en las principales plazas de las ciudades ecuatorianas e inyectadas con una alta dosis de descarga emocional.
Sentado ya en el sillòn presidencial el caudillo actùa por sobre las clases e instituciones del Estado oligárquico de tal manera que los poderes legislativo y judicial se subordinen a su poder personal como poder ejecutivo, aprovechándose de su liderazgo personalizado y "carismático". Entre el gobernante y los gobernados se ha originado un canal muy fluido en la comunicación, de tal forma que el discurso populista está elegantemente retocado de magistral retòrica, exacerbante como "patriòtica" fatuidad y maniqueísmo que se blande en la defensa de una u otra posición, del bien o del mal, de la injusticia y la equidad, sin lugar a términos medios, irremediablemente.
El populismo instaurado en el poder dimana clientelismo paternalista que le da réditos para sustentar y mantener un alto nivel de aceptación entre las masas populares.
El populismo es de tal forma que ve enemigos donde no existen. Si no tiene enemigos los inventa y hace que la chusma vea en ellos al chivo expiatorio endosàndoles sus propios erroresl. Por ello han sido sus enemigos natos las universidades, los grupos ètnicos, los sociales, las posiciones de los medios de comunicaciòn, para quienes pide el ladeo oprobioso, la expulsión, la cárcel, el rechazo social y político y a quienes muy comunmente se refiere con el insulto, el apodo y muchas de las veces se los sataniza.
El lenguaje populista es intensamente retórico que basa en el discurso especulativo y de prejuicios. Asì fueron las intervenciones de JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA en las que predominò su carisma y el don del insulto procaz pero elegante a sus opositores; fue Velasco Ibarra quien en 1934 inauguró una nueva forma de política electoral tomando como grupos de apoyo social a los más pobres. Es así como se recuerda que en sus cinco administraciones incrementó desmedidamente la burocracia de empleados públicos como consecuencia de su política clientelar, el velasquismo, para el pago de votos y como palanca fundamental para mantenerse en el poder.
Por su parte Concentración de Fuerzas Populares –CFP– de CARLOS GUEVARA MORENO en 1949,, (posteriormente ASSAD BUCARAM) considerado como el primer partido populista del Ecuador. Organizò las masas populares mediante la institucionalizaciòn de comités y centrales electorales cefepistas, con campañas masivas de afiliación y sobre todo dudosos como engañosos slóganes de la "Fuerza del cambio".
Otro de los populismos que tiene vigencia hasta la actualidad es el de ABDALA BUCARAM que ha logrado mantenerse latente porque el caudillo aún vive, y persiste la presión bajo diferentes formas, para su retorno.
Dadas sus propias características el populismo en el Ecuador jamàs trabajó por la transformación revolucionaria de la sociedad ya que el nivel más alto al que llegó fue el discurso demagógico, la movilización y el permanente peregrinar por calles, plazas y carreteras. Por ello es que se puso de moda en algunas campañas electorales la consabida frase "caminamos por los polvorientos y tortuosos caminos de la democracia". Recordamos la imagen de Abdala Bucaram en los tablados que se levantaban por todos los pueblos del paìs en sus recorridos "artìsticos" de canto y baile con el respaldo de un prestigioso grupo musical de renombre continental. En esos quehaceresn se mezclaba con el populacho llegando a enquistarse en sus corazones para dar rienda suelta a su slogan publicitario " el loco que ama"
Los gobiernos populistas en el Ecuador como todos los populismos en el mundo se caracterizaron por tener vigencia mientras las masas contaban con la presencia carismática del líder o caudillo y que una vez que este se marchaba, luego de ser depuesto, se desperdigaban y desmovilizaban de manera asombrosa. En el país, esto ocurrió en todas las administraciones de Velasco Ibarra, y en la de Abdala. Bucaram a tal punto que sus despedidas al exilio eran en absoluta orfandad de "chusma" y con muy pocos de sus íntimos allegados. Pasaba el tiempo y de manera cìclica se reiniciaba la campana desde el lugar de exilio, donde se explotaba su imagen y condiciòn personal de pobreza, desamparo y soledad. El pueblo nuevamente lo requerìa en su seno.
El populismo en el Ecuador ha utilizado los mismos mecanismos políticos: estilos, discursos, contacto con las masas, movilización popular, organización, reclutamiento con afiliaciones y el pago de favores ampliando el espectro burocrático; estimo que el peor mal que ha causado las administraciones populistas es el crecimiento infundado e innecesario de empleados pùblicos constituìdos como una carga demasiado pesada y monopòlica para las arcas fiscales y con poco o ningùn rendimiento en favor de las clases sociales ecuatorianas.
El constitucionalismo
.Fuè en la antiguedad cuando Aristòteles concibiò la idea de un conjunto de normas fundamentales, a partir de las cuales "deben ordenarse las autoridades pùblicas, especialmente aquella que està sobre todas las demàs: la autoridad soberana"
Serà en la Espana medieval de los siglos XI y XII en la Carta Magna de Juan Sin Tierra en donde se enuncian conceptos y principios que podrìan constituirse en basamento de la novel corriente constitucionalista. Varias ciudades espanolas entre el 1020 y 1120 emitieron enunciados referentes a las libertades del hombre que posteriormente se incorporarìan al derecho constitucional.
Constituye un documento muy importante el llamado Ordenamiento de Leòn, en el cual se consagran derechos y libertades que ya en esa època se consideraban inviolables, y garantizaba ciertas libertades y derechos, como aquel referido a la propiedad ajena, a la distribuciòn de la justicia y el castigo para el juez que no haya cumplido el mandato. La supremacìa constitucional y la protecciòn de las garantìas individuales se esbozaron en los fueros de Aragòn, donde el rey estaba sujeto al fuero que se ubicaba sobre la autoridad real.
Històricamente reviste importancia notable el constitucionalismo en Inglaterra, es decir sus inicios, que pueden remontarse al "Acuerdo Con El Pueblo " Agreement of the People" que fue elaborado por el Consejo de Guerra de Oliverio Cronwell, durante la revoluciòn puritana de 1642 en contra del rey Carlos I que querìa despojar al parlamento de sus derechos, hecho que ocasionò una feroz guerra interna. Una vez que el rey derrotado huyò de Londres, Cronwell puso en consideraciòn de la Càmara de los Comunes el Acuerdo pero sin lograr resultado alguno.
La intenciòn del Agreement of the People era el establecimiento de un gobierno republicano, para lo que , la primera acciòn, era limitar los poderes del Parlamento a fin de viabilizar los derechos del pueblo. Fue en 1653 cuando el gobierno de O. Cronwell promulgò el Instrument of Government catalogado como el unico documento (Constituciòn) escrito de la legislaciòn inglesa. El gobierno de Cronwell instaurò un gobierno republicano.
Otras declaraciones e instrumentos se han constituìdo en los orìgenes del constitucionalismo, como el Bill Of Rights de 1689 que no fue sino la declaraciòn democràtica de los derechos humanos, complementado en Suecia con la codificaciòn de materias pertenecientes al derecho pùblico.
Posteriormente con la Declaraciòn de Independencia de la EE.UU. y el cambio acaecido en la Francia de finales del s. XVIII, se logrò delimitar la acciòn del Estado a travès del poder pùblico otorgando a los hombres la tan ansiada libertad que nunca la tuvieron durante los regìmenes autoritarios de las monarquìas europeas.
Las consecuencias y aplicaciones de todo este movimiento pro constitucionalista se resumen en lo que podrìamos denominar la clave del constitucionalismo que no son sino 5 principios que le dan sustento.
Se logra la sumisiòn del Estado al ordenamiento jurìdico, es decir el Estado se somete al Derecho dando como resultado la apariciòn del Estado de Derecho. Desparace el poder omnìmodo del Estado que queda enmarcado por disposiciones jurìdicas que senalan muy claramente su campo de acciòn, sus derechos, facultades y obligaciones frente al orden constituìdo
Se consagra la soberanìa popular como principio constitucional. El cambio sustitutivo de la fòrmula anterior de soberano -. patrimonio real, se cambia por el principio de soberanìa – atributo de la colectividad
El pueblo ya no està sometido al arbitrio del monarca sino a un cuerpo normativo fruto de la voluntad del mismo pueblo que pone sus reglas para permitir la perfecta y armònica convivencia social
El poder pùblico ya no es el poder omnìmodo monarcal. El poder resta limitado permitiendo la apariciòn de la libre accion de las personas, reconocièndole sus derechos y frente al cual el Estado es incompetente para irrupcionar en ese campo.
El principio relacionado con la justicia , referido como règimen de seguridad jurìdica o la certeza de la recta administraciòn de la ley para los ciudadanos.
Un hecho històrico muy particular del constitucionalismo es que no avanzò paulatinamente como otras corrientes del pensamiento, sino que por el accionar polìtico de Europa, particularmente en Francia, sufriò no solamente un efecto paralizador sino que mas bien retrocediò en sus conquistas; el constitucionalismo retrocediò hacia la desconstitucionalizaciòn o lo que es igual a que el Derecho tuvo que someterse a la accion del òrgano pùblico, el Estado, como producto de la restauraciòn monàrquica post revolucionaria de 1789.
Este estado de cosas para el derecho constitucional prevaleciò hasta la segunda guerra mundial, època en la que comienza a convalidarse hasta llegar a 1945 cuando las naciones libres suscribieron el acta constitutiva de las Naciones Unidas. Un hecho trascendental constituyò durante este lapso de belicismo mundial la suscripciòn de la Carta del Atlàntico por parte de los representantes de las potencias libres en conflicto contra el eje italo-germano-japonès. F.D.Roosevelt y S. Winston Churchill el 14 de agosto de 1941 en alta mar fueron los suscriptores de este importante documento del constitucionalismo mundial, cuando Europa era vìctima de las corrientes fascistas y nacional-socialistas de Hitler, Mussolini, Franco y otros, que como regla erigieron al Estado como el òrgano supremo y absoluto para el cual se debìa ejecutar todo,, nada fuera de el y todo dentro de el, un cìrculo vicioso del que el hombre jamàs habrìa podido librarse, por carecer de derechos, de la seguridad jurìdica y estar sometido a la esclavitud del poder omnìmodo del Estado, de no ser por el efecto de la guerra.
Autor:
Ab. Pablo Racines Penaherrera
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