- Introducción
- Reflexiones sobre la globalización
- El entorno internacional
- Globalización y conocimiento
- Universidad y globalización
- El mundo de la pobreza
- Conclusiones
- Recomendaciones
Introducción
La globalización se ha convertido en tema obligado de análisis y discusión, tanto en los foros políticos y empresariales como en el ámbito académico. Pese a ser tan difundido el concepto, no existe consenso sobre los alcances que ha tenido el proceso globalizador a escala planetaria, sino que más bien se presenta una verdadera confrontación de ideas, unas tratando de justificar el statu quo internacional, bajo el supuesto de que todos los países tienen las mismas oportunidades, al tiempo que otras rechazan cualquier posibilidad de inserción ventajosa en la actual división internacional del trabajo.
La globalización se ha convertido en una especie de pretexto para justificar las desigualdades entre los diferentes grupos de países dentro de la actual división internacional del trabajo y, si bien es cierto que los cambios tecnológicos ocurridos en las últimas décadas ofrecen nuevas oportunidades de mejorar la situación de las naciones atrasadas en el contexto internacional, ésta tiende a depender cada vez más de la estrategia transnacional de acumulación a escala mundial.
Por otro lado, se tiene que la pobreza es tan antigua como el género humano; es el polo opuesto de la riqueza. A lo largo de la historia la confrontación de intereses entre pobres y ricos ha provocado toda clase de acontecimientos que, pese a los avances en favor de los menos favorecidos, no han logrado modificar sustancialmente la situación de desigualdad en que vive la mayor parte de la población mundial.
La relación entre globalización y pobreza, tomada como punto de partida para el análisis de la problemática socioeconómica a escala mundial, permite comprender mejor las grandes contradicciones por las que atraviesa la etapa actual del modelo de desarrollo económico y social, sustentado en el mercado como único regulador de las relaciones de producción.
Una de estas contradicciones es que pese a los impresionantes avances en el campo científico y tecnológico, sus beneficios son para una pequeña parte de la población, residente en los países más desarrollados, al tiempo que por lo menos la cuarta parte de la humanidad sobrevive en condiciones de pobreza y miseria.
El presente trabajo se plantea algunas ideas, con el ánimo no tanto de dar respuestas acabadas, sino más bien despertar el interés sobre el tema y promover el debate correspondiente.
CAPÍTULO I
Reflexiones sobre la globalización
1.1. Definiendo la Globalización
Existen múltiples interpretaciones del concepto "globalización", todas ellas enmarcadas dentro de parámetros ideológicos y políticos, unos más o menos rígidos, otros más o menos eclécticos. En si la Globalización es la causa de la integración de las diversas sociedades internacionales en un único mercado capitalista mundial. Existen rasgos comunes a todas las interpretaciones, existen factores y actores que intervienen en el proceso del desarrollo mundial, siendo estos de índole económica, social, política, ambiental, cultural, geográfica, etc.
1.1.1. Los defensores de la Globalización
Los defensores de la globalización desarrollaron una serie de argumentos que están a favor de que ésta no es mas que la profundización de la interdependencia económica, cultural y política de todos los países del mundo. El incremento inusitado del comercio mundial de bienes y servicios, así como del flujo de capitales, gracias, al avance de los medios de transporte, así como al uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación son unos de estos argumentos los que han hecho posible una mayor integración de los países, mediante el uso de recursos apoyados en las tecnologías satelitales y, especialmente, de la Internet, la red de redes mundial. Han sido de tal importancia que algunos autores coinciden con que han provocado el surgimiento de una especie de "nuevo continente sin tierra", en el cual las fronteras convencionales prácticamente desaparecen, dando lugar a la aparición de una "nueva economía".
Para los defensores de la globalización ésta se presenta como un fenómeno históricamente irreversible, al cual deben sumarse todos los países, si no quieren perder el tren del desarrollo. El único bien que le quedara a un países será su población con sus capacidades y destrezas. Por lo que "la principal misión política de una nación consistirá en manejarse con las fuerzas centrífugas de la economía mundial que romperán las ataduras que mantienen unidos a los ciudadanos concediendo cada vez más prosperidad a los más capacitados y diestros, mientras los menos competentes quedarán relegados a un más bajo nivel de vida"(REICH, 1993: 13). Para quien en el futuro "no existirán productos ni tecnologías nacionales, ni siquiera industrias nacionales.
Soros considera que "el sistema capitalista puede compararse con un imperio cuya cobertura es más global que la de cualquier imperio anterior. Gobierna toda una civilización y, como en otros imperios, quienes están por fuera de sus murallas son considerados bárbaros. Este imperio es casi invisible, pues carece de una estructura formal, y la mayoría de sus súbditos supuestamente "no saben que están sometidos a él", aunque su poder hace que quienes le pertenecen no puedan fácilmente abandonarlo. (SOROS, 1999:135)
Para Nayyar la mundialización "puede entenderse simplemente como la organización y la expansión de las actividades económicas a través de las fronteras nacionales como un proceso relacionado con una creciente apertura económica, una creciente interdependencia económica y una mayor integración económica de la economía mundial"(NAYYAR, 2000: 7).
Mario Vargas Llosa, quien considera que lejos de destruir las culturas nacionales, la globalización genera oportunidades para su desarrollo e internacionalización. Donde una de las grandes ventajas de la globalización, es que ella logra extender de manera radical las posibilidades de que cada ciudadano de este planeta interconectado -la patria de todos- construya su propia identidad cultural, de acuerdo a sus preferencias y motivaciones íntimas y mediante acciones voluntariamente decididas. Desde un punto de vista cultural.
La globalización se presenta como el proceso en el cual se da una integración y complementariedad de los aspectos financiero, comercial, productivo y tecnológico, nunca antes visto. Esto produce la sensación de que "la economía mundial ya no es una sumatoria de economías nacionales, sino una gran red de relaciones con una dinámica autónoma"(WOLOVICK, 1993).
Las estadísticas aparentemente también corroboran la validez del argumento en favor de la globalización. De acuerdo con la OMC, entre 1948 y 1998 el comercio mundial de mercancías se multiplicó por 18 veces, a un promedio del 6% anual, especialmente las exportaciones de manufacturas que aumentaron en 43 veces. La producción mundial de las mismas se multiplicó por 8 veces, a un promedio anual del 4,2%.
Para los defensores del libre comercio este trae beneficios a los países menos desarrollados, pues al aumentar las importaciones se obliga a las empresas nacionales a disciplinarse "forzándolas a ajustar los precios a los costos marginales y reduciendo así las distorsiones creadas por el poder monopolístico". Al mismo tiempo "la liberalización comercial puede incrementar permanentemente la productividad las empresas pues éstas obtienen bienes capital modernos e insumos intermedios de alta calidad a precios más bajos" y finalmente "la productividad de las empresas aumenta cuando éstas entran en contacto con clientes internacionales exigentes y con las "prácticas óptimas" de sus competidores externos. Además, las empresas nacionales pueden beneficiarse si tienen la oportunidad de rediseñar los productos de empresas extranjeras.
1.1.2. Los detractores de la Globalización
Para algunos de los que están en contra de la globalización como criterio para definir la etapa actual del desarrollo mundial, ésta no es más que una nueva forma de colonialismo, puesto que en el fondo lo que se ha hecho es reemplazar viejas formas de sometimiento, por otras más sofisticadas, impidiendo superar la distribución desigual del poder y la riqueza en el mundo.
Según el SELA, la globalización se presenta como una ideología que "enaltece el fundamentalismo del mercado, exalta la libertad de comercio, impulsa el flujo libre de los factores de la producción.
Desde la orilla de la sociología se critica el enfoque reduccionista de la globalización a tan solo los fenómenos económicos y tecnológicos, en el cual no se tiene en cuenta el papel de los actores sociales.(MATO, 2001).
Otro crítico de la globalización afirma que "más que un término (la Globalización), es una obscura mancha que se viene extendiendo al interior de la economía mundial y comienza a dominar el escenario y éste es el espacio productivo ganado por la gran corporación. (GARCÍA M, 2001)
Para Samir Amín, uno de los más radicales críticos del capitalismo en general, y del capitalismo global, en particular, "el capitalismo real es necesariamente polarizador a escala global, y el desarrollo desigual que genera se ha convertido en la contradicción más violenta y creciente que no puede ser superada según la lógica del capitalismo"(AMIN, 2001).
En general, las fuerzas políticas que lideran los cambios mundiales en la actualidad cuestionan seriamente los alcances del enfoque neolibeal, sustento teórico de la globalización, en la solución de los problemas que aquejan a la humanidad.
Las posiciones antiglobalización se manifiestan no solo en los escritos, sino que también se han traducido en acciones concretas de protesta calle- jera, y no precisamente en los países en desarrollo, sino en el mismo corazón del capital financiero, como han sido los casos de Seattle en Esta- dos Unidos y de varias ciudades europeas.
1.1.3. La nueva vieja Globalización
Para una serie de autores el fenómeno de la globalización no es algo nuevo y a lo largo de la historia se han dado momentos de mayor o menor globalización, desde la época del Renacimiento. De esta manera, todo parece indicar que el fenómeno de la globalización tiene sus raíces en los comienzos mismos del sistema capitalista; no obstante, sus características en la actualidad son cualitativamente distintas a las observadas antes de la segunda guerra mundial en el siglo XX, así su esencia en principio siga siendo el expansionismo, el sometimiento y la explotación.
1.2. La Realidad de la Globalización
1.2.1. Reconceptualización
Globalización no es lo mismo que homogeneización. Al tiempo que operan tendencias hacia la integración de las economías mundiales, a la destrucción de las fronteras económicas nacionales, a la conformación de un mercado mundial y de una "aldea global", también se consolidan procesos de conformación de megabloques comerciales de carácter regional y se profundizan las desigualdades entre un puñado de superpotencias tecnológicamente más desarrolladas y el resto de países del mundo.
De hecho, el enfoque de la llamada globalización no es más que el pretexto para justificar la expansión planetaria del capital transnacional, sobre la base de una nueva división internacional del trabajo, en la cual la vieja especialización de los países en la producción completa de bienes similares, es reemplazada por la especialización en la producción de partes y componentes que son utilizados para el ensamblaje final del producto en un tercer país.
Para entender mejor hasta donde la globalización integra o desintegra a los diferentes grupos de países en el contexto mundial de la economía, es necesario examinar con detenimiento la situación de la división internacional del trabajo en la actualidad.
1.2.2. La Nueva División Internacional del Trabajo
Lo que se desprende del análisis de las tendencias mundiales de la producción, la inversión, el comercio, el flujo de capitales y de información, es que nos encontramos frente a una mayor profundización de la división internacional del trabajo, con nuevas formas de integración interregional e intra-regional, intersectorial e intra-sectorial. Las formas más avanzadas de integración se dan al interior de la Unión Europea, y en menor medida dentro del Nafta y en el bloque asiático. Estos procesos son liderados tanto por los gobiernos como por las empresas. En cuanto a los flujos intra- sectoriales, según Petit y Soete, estos son de dos tipos: "aquellos que son el resultado de la diferenciación de los productos (una creciente mezcla internacional de marcas) y aquellos que parten de una especialización cualitativa entre los países asociados para la producción de un determina- do producto".
De acuerdo con Di Filippo, en la actualidad "el comercio intersectorial de manufacturas por productos primarios ya no define esencialmente el relacionamiento económico entre centros y periferias.
En realidad, esta tendencia se da fundamentalmente al interior de la división transnacional del trabajo y no en la estructura de los inter- cambios comerciales de los países menos desarrollados, los cuales, en su gran mayoría, continúan dependiendo de la exportación de bienes primarios para poder tener presencia en los mercados internacionales, en condiciones desventajosas.
Más allá de los cambios cuantitativos en la estructura de la economía mundial, lo que realmente caracteriza a la actual etapa del desarrollo son los cambios cualitativos, iniciados a partir de la década del cincuenta, más conocida como la época dorada, en el siglo XX. Es allí donde se origina la fuente principal de supremacía de las economías más desarrolladas sobre el resto del mundo. Por eso la principal ventaja de esas economías se ubica en el campo del conocimiento, materializado en los más importantes adelantos tecnológicos del momento y en el alto valor agregado tecnológico contenido en los bienes y servicios que producen y comercian.
De otro lado, al tiempo que avanza el proceso de concentración del cono- cimiento y del capital mundiales en un puñado de potencias, en los países, especialmente en los menos desarrollados, se reproduce constantemente la economía informal, ante la incapacidad de la economía convencional de generar los puestos de trabajo necesarios. Cientos de miles de personas, carentes de garantías laborales, con ingresos mínimos e integrados indirectamente al capital transnacional y a la llamada economía subterránea, sobreviven en la jungla del capitalismo salvaje. A estos grupos socia- les la globalización les llega por la puerta de atrás, a través de los representantes de las compañías extranjeras y de toda una constelación de distribuidores que tienen en los informales una fuente inagotable de fuerza de trabajo supremamente barata.
1.2.3 El Estado–nación frente a la Globalización
Una de las implicaciones de la profundización de la división internacional del trabajo, sustento material de la globalización, es la pérdida relativa de autonomía de los Estados nacionales en el manejo los grandes problemas económicos, políticos, ambientales, entre otros. Precisamente, la globalización de los grandes problemas como los conflictos regionales por la delimitación de las fronteras geopolíticas, o por el control de los recursos naturales y los mercados; la creciente contaminación del medio ambiente y sus secuelas como la destrucción de la capa de ozono y el consecuente cambio climático; la propagación de enfermedades como el Sida; el re- surgir del terrorismo mundial; el desborde del sistema financiero, imposible de controlar por un solo país; el control del enorme potencial nuclear, que amenaza con desaparecer al planeta; el problema del narcotráfico mundial; el problema de la pobreza extrema y tantos otros, han hecho necesaria la creación de organizaciones de carácter transnacional, tales como las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y un sinnúmero de ONGs, como Amnistía Internacional, Greenpeace, etc.
1.3. Los Países en Desarrollo frente a la Globalización
1.3.1. Características de la Actual Inserción
Uno de los rasgos característicos de la actual división internacional de trabajo es que a medida que los países menos desarrollados se insertan en el torrente de los flujos financieros, mercantiles y de conocimiento a escala mundial, sus economías se vuelven cada vez más vulnerables.
Esto se debe entre otros factores a las "asimetrías básicas en las estructuras financieras y en el funcionamiento macroeconómico, en particular en la profundidad del desarrollo financiero y en el grado de autonomía macroeconómica de los países.
Las posibles oportunidades que ofrece la globalización a los países menos desarrollados se ven truncadas por "el carácter incompleto y asimétrico del actual proceso de liberalización de los mercados", lo cual obedece a que "los países industrializados mantienen una alta protección a los productos agrícolas y a los bienes industriales intensivos en mano de obra y, especialmente, en que no existe libertad para la movilidad de mano de obra, especialmente de mano de obra no calificada.
Si bien es cierto que esquema de inserción utiliza algunos insumos y recursos locales, el valor agregado doméstico es mínimo y el proceso tecnológico, así como los mercados son controlados por las empresas extranjeras. De esta manera, los sectores claves de la industria local se desarrollan no de acuerdo con las necesidades de cada país o región en desarrollo, sino en concordancia con la estrategia global del capital transnacional.
1.3.2. La respuesta Regional y Local
Los partidarios de la globalización ven como única alternativa al lento crecimiento en los países en desarrollo la apertura a la competencia externa, no sin antes introducir ajustes económicos y sociales de carácter regresivo, incluyendo el desmantelamiento del sector estatal de la economía y el recorte en importantes renglones del gasto social.
Como lo demuestra la experiencia, ni la apertura indiscriminada a los mercados externos, ni el proteccionismo incondicional de las economías nacionales permiten alcanzar mayor competitividad con bienestar social. Las nuevas tecnologías de información y comunicación ofrecen oportunidades de inserción comparativa- mente más ventajosa que antes.
Igualmente hay que desactivar la corrupción que impide al Estado cumplir con su papel regulador, evitando que la "racionalidad" del mercado profundice las desigualdades sociales. En última instancia, solo el esfuerzo mancomunado de los países menos desarrollados, sobre la base de movilizar todo su potencial socioeconómico y político, puede contribuir a modificar su situación en la actual división internacional del trabajo.
La respuesta regional y local
El debate sobre el papel de lo local y lo regional frente al avance incontenible de la globalización no es nuevo y en nuestro medio son ya conocidos los diferentes enfoques que, de una u otra forma, tratan de explicar la situación des- igual de nuestros países en la división internacional del trabajo, como es el caso de la teoría de la dependencia.
Sin embargo, tanto los enfoques excluyentes frente al problema de la asimetría en las relaciones con las superpotencias mundiales, como los procesos prácticos de integración, no han hecho más que corroborar una realidad: la integración de las economías débiles al mecanismo de reproducción ampliada del capital transnacional, por la vía del intercambio de bienes primarios y fuerza de trabajo baratos por bienes manufacturados con alto contenido tecnológico, se ha traducido en un mayor fortalecimiento de los factores que condicionan inexorablemente cualquier avance en las fuerzas productivas, entre ellas las nuevas tecnologías, a la estrategia global del mismo.
CAPÍTULO II
El entorno internacional
2.1. Particularidades de la actual división internacional del trabajo
2.1.1. Antecedentes
La iniciación de pequeñas naciones al sistema productivo y transformación económica se llevó a cabo a finales del siglo XIX tomaron la delantera en su especialización como productores de bienes manufacturados, al tiempo que la mayor parte del mundo debió conformarse con su papel de abastecedores de bienes primarios de origen agropecuario y minero.
Se definieron luego dos polos opuestos. Por un lado el mundo desarrollado, conformado por un puñado de potencias industrializadas, lideradas por los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania y por el otro, el resto de naciones, parte de las cuales apenas empezaba a participar en calidad de países independientes, mientras que las restantes continuaban siendo sometidas al yugo colonial del primer grupo.
Tras la segunda guerra mundial el mundo se dividió en dos grandes campos: el socialista y el capitalista, con sus dos superpotencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Se inicia una congestionada lucha entre los dos súper bloques por la hegemonía económica, política y militar en el mundo, más conocida como la época de la "guerra fría".
A finales de la década del ochenta del siglo XX el mundo presenciaba estupefacto cómo empezaba a desmoronarse el sistema socialista con la caída del muro de Berlín, símbolo del otrora poderoso bloque. Lo que siguió después fue una reacción en cadena que culminó con la desaparición de la Unión Soviética, bastión del Socialismo a escala mundial.
Con la desaparición del bloque socialista, la superioridad absoluta en la división internacional del trabajo de nuevo retornó al pequeño grupo de países capitalistas desarrollados, los cuales se disputan, como antes, los mercados y las fuentes de materias primas en el resto del mundo. No obstante, los cambios ocurridos en las últimas décadas en la estructura económica mundial, han modificado, si no sustancialmente, por lo menos las formas en que intervienen los diferentes países y regiones en la especialización productiva, los flujos comerciales, financieras y tecnológicas, dentro de la actual división internacional del trabajo.
2.2. La revolución tecnológica
La actual división del trabajo se caracteriza por depender cada vez más de los avances tecnológicos en el campo de la biotecnología, la genética, la electrónica, la informática, las comunicaciones, y otros campos del saber.
A lo largo de la historia las innovaciones tecnológicas han provocado cambios cualitativos de gran envergadura en la estructura socioeconómica de los países. Muy diferente ha sido el mundo después de la Revolución Industrial del siglo XVIII en Inglaterra, gracias a la permanente innovación tecnológica; al punto que ésta última se constituye en condición indispensable para el progreso económico y social. No obstante, no todos los países se han beneficiado por igual de los adelantos tecnológicos, pues estos últimos han contribuido a profundizar las desigualdades entre las naciones; a intensificar el desarrollo desigual de la economía a escala mundial; a aumentar la brecha entre países ricos y pobres. Es más, la lucha entre las potencias industrializadas por el control de las fuentes de materias primas y de los mercados, ha tenido en las innovaciones tecnológicas una de sus principales armas, utilizadas muchas veces con fines destructivos, como es el caso de las guerras mundiales y regionales, o del deterioro del medio ambiente. Esta enorme capacidad de autodestrucción tiende a sofisticarse cada vez más.
Los avances tecnológicos de las últimas décadas han producido una verdadera revolución en los campos de la producción, la prestación de servicios, la educación, las comunicaciones y las relaciones interpersonales, así como también en la forma como se organizan y dirigen los procesos.
La introducción de nuevas tecnologías permite el diseño de nuevos productos y procesos, reduciendo la cantidad de componentes electromecánicos; suprimiendo algunas etapas de la transformación; disminuyendo costos laborales, el tiempo de utilización de la maquinaria y economizando materiales.
Un fenómeno asociado al avance tecnológico es la creciente economía de energía. En el mundo cada vez se produce más con menos energía. Después de la crisis del petróleo en 1974, los países desarrollados, mediante la conservación y la eficiencia, lograron reducir el consumo de energía en un veinte por ciento, equivalente a mil millones de toneladas de petróleo al año, igual a la producción total de Estados Unidos y Europa Occidental.
La nueva tendencia a la reducción del consumo de energía en general y de energía tradicional, en particular, está reforzada por el uso de nuevas fuentes como la energía nuclear y la fotovoltaica (solar). Esta última puede llegar a ser la fuente más importante de energía en el siglo XXI.
Otro campo donde ha tenido lugar una verdadera revolución tecnológica es el de las comunicaciones. Los canales de transmisión de información se han perfeccionado gracias a los avances de la telemática, a la aparición de las llamadas autopistas de la información, que facilitan cada vez más el acceso al conocimiento, no importa donde se encuentre: en bibliotecas famosas, en los bancos de datos de importantes centros de investigación, en los grandes museos o en los archivos personales de los usuarios del sistema.
El mundo de los negocios tiende a integrarse en forma acelerada al ciberespacio, donde los conceptos de tiempo y espacio se han modificado radicalmente, haciendo más ágil la comunicación entre los participantes.
El comercio, la banca, los servicios y el entretenimiento tienden a virtual izarse a través de Internet en forma relativamente acelerada Se habla de una nueva economía, de la economía digital, o la cibereconomía. El pasó de la economía tangible a la "economía intangible", ha modificado radicalmente la tradicional forma de hacer negocios, constituyéndose en uno de los principales soportes del auge económico de los Estados Unidos en los últimos años, así como el indicado para el aumento de la productividad en ese país.
La revolución tecnológica en las comunicaciones está cambiando el concepto de trabajo en la oficina por el nuevo concepto de trabajo a distancia o teletrabajo, a través de la Red Digital de Servicios Integrados (RDSI) que permite conectar a los empleados con su empresa desde su domicilio. el impacto del cambio tecnológico en el mercado laboral.
Al tiempo que aumenta el desempleo en los sectores tradicionales de la economía que han sido sometidos a reestructuraciones técnicas, se incrementa la oferta de nuevos empleos en actividades asociadas con las nuevas tecnologías. Los empleos del futuro estarán ligados a conceptos como organizar y gerenciar, aconsejar y asesorar, investigar y desarrollar, educar y concientizar, proteger el medio ambiente y aplicar eficientemente las normas del derecho. La fuerza de trabajo del futuro será altamente calificada.
2.3. La estructura económica mundial
2.3.1. Producción
La estructura mundial se caracteriza por la desigualdad, el desarrollo desigual entre dos polos opuestos: los países más desarrollados y las naciones en desarrollo. Algunos enfoques, como el del Fondo Monetario Internacional, le auguran a las naciones en desarrollo un mayor protagonismo en el contexto económico mundial.
Partiendo del supuesto que cuando en los países en desarrollo se utilizan tipos de cambio para convertir el PIB en moneda local a dólares, se subestima el valor de su producción en comparación con la de los países ricos, el FMI adoptó las llamadas paridades de poder adquisitivo (PPA), las cuales tienen en cuenta las diferencias en los niveles de precios al convertir el PIB a dólares. para el año 2020 de las 15 principales economías, nueve corresponderán a los que hoy en día se denominan países en desarrollo, incluidos China, India, Taiwán, Brasil, México y Rusia.
2.3.2. Comercio
En el comercio internacional es tal vez donde con mayor transparencia se reflejan los cambios experimentados en la estructura económica de los países. En un escenario de mayor transnacionalización del proceso productivo y profundización de la división internacional del trabajo, el comercio intra-industrial ha venido ganando cada vez mayor terreno, bajo el comando de las corporaciones transnacionales. Como en el caso de la producción, la mayor participación en el comercio mundial corresponde a los países más desarrollados.
El principal componente de las exportaciones mundiales son manufacturas. La mayor participación en las exportaciones manufactureras corresponde a los países desarrollados. Pero más que cuantitativas, las diferencias entre el grupo de los más desarrollados y las naciones en desarrollo son de tipo cualitativo; no sólo porque los primeros dominan el mercado de productos químicos, maquinaria y transporte, manufacturas de metal, equipos electrónicos y otras manufacturas, sino porque además el valor agregado tecnológico involucrado en las mercancías exportadas por los primeros es muy superior a su similar de los países atrasados.
2.3.3. Servicios
Una de las tendencias del comercio mundial en la actualidad es la creciente participación de los servicios, entre los que se destacan aquellos que incorporan un mayor componente tecnológico como las telecomunicaciones, los seguros, la banca, servicios al inversionista, construcción e ingeniería, consultorías, procesamiento y reparación, publicidad y mercadeo.
Estos servicios son los de mayor impacto en la economía y en su mayor parte son insumos intermedios. Además, muchos de estos servicios circulan al interior de las empresas transnacionales a través del comercio intrafirma, asegurándoles una mayor ventaja competitiva. El acceso a los servicios modernos es una condición indispensable para competir en el campo internacional.
Con el monopolio de los países desarrollados sobre el comercio de los servicios y las restricciones que sobre el mismo tratan de imponer, la situación de los países en desarrollo dentro del contexto internacional, por este concepto, tiende a empeorar.
2.3.4. Orientación geográfica
La mayor parte del comercio mundial se realiza entre el grupo de países más desarrollados y una clara tendencia es el fortalecimiento de los flujos de mercancías al interior de los mismos, a diferencia de los países en desarrollo que destinan la mayor parte de sus exportaciones a los mercados de las naciones desarrolladas, aunque se observa una tendencia hacia el fortalecimiento de los intercambios entre los mismos, en gran parte debido a la creciente importancia de los mercados de Asia meridional y Oriental.
2.3.5. Flujo de capitales
Uno de los indicadores de la grieta que separa a la mayoría de las naciones del planeta del pequeño grupo de países desarrollados, es la desigual distribución de los recursos financieros. La exportación de capitales por parte de las potencias financieras es uno de los principales instrumentos de sometimiento económico, político, militar e ideológico de los países pobres. Además, la especulación financiera internacional se constituye en un factor de permanente perturbación de la economía mundial.
La IED (los flujos totales de inversión extranjera directa) desempeña un papel decisivo en la orientación estructural de las economías en desarrollo.
Dependiendo de la capacidad de asimilación de las nuevas tecnologías transferidas por las empresas transnacionales, los países en desarrollo pueden superar la primera etapa de industrialización sustitutiva (durante la cual se desarrolla fundamentalmente la industria liviana y las inversiones extranjeras se orientan más a la explotación de los recursos naturales y de mano de obra barata), pasar a la segunda(durante la cual se da un uso más intensivo de capital y la industria se orienta más a la producción de bienes de consumo duradero y bienes intermedios, en un comienzo para satisfacer la demanda interna y posteriormente, para vender en los mercados externos) y con mucha dificultad llegar a la tercera, caracterizada por la innovación tecnológica y a la cual pocos países en desarrollo han ingresado.
En esta última etapa, como anota Mortimore, "la tecnología se convierte en el elemento primordial de la capacidad competitiva de los bienes de capital (máquinas herramientas) y de las actividades con uso intensivo de investigación y desarrollo tecnológico (como la fabricación de computadores y semiconductores)"
El elemento operacional de este esquema, según el autor, "es el proceso de aprendizaje asociado con el desarrollo tecnológico, que comienza con la transferencia de la tecnología extranjera original y pasa por etapas de asimilación, absorción, adaptación, institucionalización, generación e innovación, hasta que la tecnología original (o una versión mejorada de ésta) es nuevamente transferida, esta vez por el país receptor, hacia una economía de menor adelanto tecnológico relativo". Varios países en desarrollo, especialmente los recientemente industrializados del Sudeste Asiático, han mostrado bastante eficiencia en dicho proceso.
El elemento más parasitario del capital extranjero es el capital de préstamo que ha convertido en deudores crónicos a muchos países del planeta.
Los países más endeudados, esta tiende a aumentar sus efectos desequilibrantes y por tanto continúa siendo uno de los principales factores que impiden una mejor posición de estos en la actual división internacional del trabajo, pues parte importante de los recursos que deberían invertirse en la transformación de sus economías, deben destinarse al servicio de la deuda, especialmente al pago de intereses. Pero el problema de la deuda externa implica no sólo hipotecar el desarrollo de los países atrasados, sino además perder parte de la de por sí menguada soberanía. Las famosas "recomendaciones" del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, no son otras cosas que la permanente injerencia de las potencias industrializadas en el manejo de la política económica y social de los países en desarrollo, con el único fin de adecuar sus estructuras a los cambiantes requerimientos del capital financiero internacional. Condicionamientos como la reducción del gasto público, incluido el gasto social; la eliminación de subsidios al consumo de alimentos, combustible y transporte; el congelamiento de los salarios para restringir la demanda; la devaluación de la moneda; la privatización de las empresas estatales y en general la reducción del tamaño del Estado; la creación de una infraestructura y un clima político adecuados a los intereses de los inversionistas extranjeros, y muchos más, son ya un asunto rutinario en las relaciones entre los países en desarrollo altamente endeudados y las potencias industriales y financieras del mundo desarrollado.
2.3.6. Globalización y megabloques
Semblante característico de la actual división internacional del trabajo es la presencia claramente definida de dos estilos: la globalización de la economía y la consolidación de los llamados mega bloques comerciales. En la actualidad el sistema mundial de la economía, entendido como una totalidad, tiende a integrar a todas sus partes componentes, lo hace de tal forma que las viejas desigualdades entre los países al interior de la división internacional del trabajo, lejos de desaparecer, tienden a acentuarse, aunque en un estadio superior del desarrollo.
No existe consenso sobre el papel de los megos bloques comerciales en el futuro escenario de la economía mundial. Para muchos, la tendencia a la conformación de estas agrupaciones regionales puede obstaculizar aún más el libre flujo de mercancías y de conocimiento entre las naciones, debido al aumento del proteccionismo de cada bloque frente a terceros países o regiones. Para otros, en cambio, este tipo de agrupaciones son una primera etapa en la creación de un sistema comercial multilateral más eficaz, pues es mucho más fácil concertar entre bloques, o bilateralmente, que a escala mundial.
Lo cierto de todo esto es que el esquema bipolar: socialismo versus capitalismo, prácticamente se diluyó y en su lugar apareció un escenario multicolor, en el cual las potencias industrial y tecnológicamente desarrolladas seguirán luchando por repartirse entre sí el resto del mundo.
2.4. Las grandes contradicciones de la actualidad
2.4.1. La pobreza
El crecimiento de la producción mundial y los significativos avances tecnológicos, las desigualdades económicas y sociales no solo persisten sino que tienden a ser más graves. Millones de personas sobreviven en la pobreza absoluta.
Una de las principales causas de la pobreza según el citado documento es la lentitud del desarrollo económico. Igualmente " la pobreza persiste, en parte porque los beneficios del crecimiento no se distribuyen de manera equitativa y en parte porque la mala gestión pública disminuye el efecto que el crecimiento podría producir en la pobreza".
Asociados al problema de la pobreza persiste el problema alimentario y el suministro de servicios públicos básicos a amplios núcleos de población rural y urbana de menores ingresos.
2.4.2. El deterioro del medio ambiente
La pobreza y la falta de oportunidades de trabajo se han convertido en factor de permanente presión sobre el medio ambiente.
La ampliación innecesaria de la frontera agrícola, debido a la inadecuada distribución de la propiedad territorial, ha aumentado alarmantemente el proceso de deforestación y desertificación; el manejo inadecuado de recursos naturales como la tierra y las fuentes de agua, han ido erosionando los suelos y agotando las fuentes hídricas, provocando el aumento en los costos de producción agropecuaria y encareciendo el suministro de agua potable.
Por su parte, la industrialización contaminante, principalmente en los países más ricos, y el acelerado proceso urbanizador, han incrementado la emisión de gases, los cuales han ido destruyendo la capa de ozono del planeta, provocando serios desajustes en el comportamiento del clima, lo que a su vez ha provocado el aumento de desastres naturales, altamente costosos en términos económicos y sociales. Este proceso ha estado asociado al modelo consumista de desarrollo, liderado por los países tecnológicamente más desarrollados.
Como resultado, la tierra, especialmente las regiones más pobres, tiende a convertirse en un enorme basurero, donde son depositados los desechos de las naciones excesivas.
2.5. Conocimiento y desarrollo
La generación de conocimientos es costosa y se concentra en los países más desarrollados; sin embargo, existe la posibilidad de que las naciones en desarrollo los adquieran en otros países los desarrollen por sí mismas.
El principal reto para los países menos desarrollado es la adopción, adaptación y creación de conocimientos orientados a solucionar los problemas del atraso socioeconómico y elevar la competitividad de sus economías. En este sentido la educación superior está llamada a desempeñar un papel de primer orden en este proceso, toda vez que su razón de ser es no sólo transferir sino fundamentalmente generar nuevos conocimientos. "El conocimiento -generado principalmente desde espacios académicos- y la innovación tecnológico-productiva son fundamentales para alcanzar un nuevo estadio de desarrollo económico, de productividad y de competitividad. Lograr una mejor integración entre los programas de educación superior y los de ciencia y tecnología, tanto en investigación como en transferencia de conocimientos, requerirá reorganizar estructuras académicas y de investigación científica en todas las áreas y niveles y quebrar el aislamiento y el fraccionamiento que actualmente existe.
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