Los días seguían cayendo, como las hojas secas de los árboles a causa del viento, convirtiéndose éstos, en la semana que pasó, y luego en el mes pasado, en camino a convertirse en el año anterior… Un día domingo, llegó Sant, más temprano que de costumbre, a la casa de Ambrosio, y encontrándolo durmiendo, le grito desde la ventana _ ¡AJAAA! ¡Te encontré durmiendo!, y eso que tú me dices, que después de las cinco de la mañana no puedes dormir más y tienes que levantarte ¡Y mira!, son casi las siete de la mañana _ _¡Que bolas tienes tú! Le responde el negrito, sobresaltado y estrujándose los ojos _ ¡Venirme a despertar a esta hora; es que anoche me fui a dar serenatas con un compañero de trabajo, y después que esas mujeres nos abrieron la puerta, no querían dejarnos venir; que si tócame esta, que si cántame esta otra, y así nos dieron las tres y media de la mañana _ Luego de abrirle la puerta a su sobrino, Ambrosio se hizo el aseo personal, y mientras se ponía un pantalón recortado a las rodillas, de esos que siempre usaba cuando se encontraba en casa, le dice a Sant _ ¡De todas maneras menos mal que me despertaste, porque sino paso de largo hasta las nueve o diez de la mañana y no iba a ir a oír misa _ _ ¡A ti si te preocupa eso de oír misa! _ Le dice Sant, notándosele algo alterado la voz _ No sé qué beneficio te trae comportarte como una vieja beata ¡Que yo sepa!, las tres veces que te robaron en la casa de mi abuela, estabas en misa de ocho, y cuando tú querida familia te sacó de la casa de mi abuela, también estabas en misa de ocho ¡Si yo te quiero mandar a matar!, sólo tengo que decir: "espérenlo el domingo a las ocho de la mañana, en el trayecto de la casa a la Iglesia;" ¡Y la verdá que eso me estraña de ti!, un hombre tan corrio como tú, y que siempre me dice: "el hombre no debe andar silbando por los caminos, porque si lo quieren cazar, lo reconocen por el silbido o por el ruido que siempre hace"; ¡Es decir!, que las veces que te han jodio, es por estar haciendo precisamente , lo que me recomiendas no hacer _ Bueno _ Dice el Negrito, con resignación _ Será la voluntá de Dios que me jodan mientras estoy en su casa _ _ ¡Pero tío!_ Le replica Sant, algo alterado aún _ ¡Cómo que la voluntá de Dios! ¿Tú crees que un padre amoroso y misericordioso, tal como describe al Dios Todopoderoso la Biblia, va a permitir que un hijo suyo, que se porta bien, que no le hace daño a nadie, que es de buen corazón, que le cree, le obedece y que se acuerda de visitarlo religiosamente todos los domingos; lleve tanta vaina como tú? ¡Yo creo más bien que es la voluntá del Diablo!, como cuando tuvo perreao al fiel Job _ _ Si tú lo dices _ Dice Ambrosio, con fastidio _ Pero de todas maneras y pase lo que pase, yo seguiré yendo a misa de ocho todos los domingos, porque así me enseñó mamá, y no voy a romper su tradición _ _ ¡Eso es! ¡Precisamente! _ Le interrumpe Sant, con brusquedad _ Dijiste la palabra clave ¡Tradición!, mera tradición, una de las causas del desconocimiento de la verdá y de que la gente esté sumida en la innorancia, tal como lo verifica nuestro Señor Jesús el Cristo, en Marcos, capítulo siete, versículo ocho y trece; en Mateo, capítulo quince versículo tres o en la carta a los Colesenses, capítulo dos versículo ocho ¡Y así!, hay muchos pasajes de la Biblia, en los que Jesús, se refiere a las personas que se dejan llevar por la tradición, y no por la palabra escrita de "Jehova" nuestro Dios Padre _ A lo que le dice el Negrito _ Pero es que ustedes los evangélicos leen en otra Biblia _ _¡Mira tío! _ Le dice Sant, molesto _ ¡Primero que nada!, no ofendas mi inteligencia llamándome Evangélico; siempre te he dicho que yo soy un estudiante empedernido de la Biblia, porque tengo más de veinte años estudiándola; desde que tenía trece años aproximadamente, a ese libro lo he analizado e investigado en profundidá y ya lo he leído de pico a cola en cuatro oportunidades, y estoy en este momento, por la número cinco, y cada vez que lo leo, lo hago muy concienzudamente ¡O sea!, ya yo me considero un teólogo autodidacta; es por eso, que cuando te hablo de Las Sagradas Escrituras, te hablo con toda propiedá de lo que hay en ellas, y sé cuando es verdá y sé cuando es mentira, cuanto se dice de la palabra de Dios; por eso te pido por favor, no vuelvas a ofender mi inteligencia llamándome Evangélico; si tú me llamaras Testigo de Jehová, te lo aceptaría ¡Porque aunque no lo soy!, ya que no tengo el suficiente guáramo para serlo, me identifico con ellos, puesto que en mis largos estudios e investigaciones de las religiones, he comprobado que ellos son los únicos, dentro de su capacidá como seres humanos imperfectos y pecadores; que tratan de cumplir de la mejor manera posible, todos los preceptos de Jehová Dios y su hijo Jesús el Cristo; que están escritos en La Santa Palabra; y con respecto a lo otro que tu dices, de leer en otra Biblia, te voy a explicar de una forma sencilla, para que me entiendas; la Biblia está formada por sesenta y seis libros, escritos por cuarenta personas diferentes, entre ellos varios profetas, pastores, escribas, un recaudador de impuestos, varios pescadores, un médico, etcétera, y fue escrita durante un periodo de dieciséis siglos ¡Mil seiscientos años!; todos estos escritores fueron guiados por el Dios Todopoderoso, mediante su fuerza activa, el espiritu santo. Un Dios de orden ¡Más no de desorden!, no podía ¡Bajo ningún concepto!, dejar varias palabras escritas, para que cada quien escoja la que mejor le convenga; y yo he comprobado eso; todas las versiones de la Biblia ¡Pero todas!, ya sea las que utilizan los católicos, ya sea las que utilizan los testigos de "Jehová ", ya sea las que utilizan los evangélicos, ecétera, dicen lo mismo, contienen el mismo mensaje; pueden tener algunas diferencias en la forma de escribir o traducir algunas palabras a los diferentes idiomas,o sea, que pueden variar de forma, mas no así de fondo ¡En resumen!, un solo Dios: "Jehová", un solo mediador entre Él y nosotros: su hijo Jesús el Cristo ¡Y una sola palabra, un solo mensaje, un solo mandato!, escrito en las "Sagradas Escrituras", en la" Biblia", en la "Santa Palabra" o en "Las Santas Escrituras" ¡Como tú quieras llamarlas_ El Negrito, pensativo y rascándose el mentón, le dice _La verdá que es muy interesante todo lo que dices, pero por más que me insistas ¡Porque cada vez que tienes oportunidá lo haces! no me vas hacer cambiar; así me enseñaron mis padres desde muy pequeño y así voy a seguir, ¡A ver si pongo a penar a mis viejos! Por cambiar lo que ellos me enseñaron; yo a ellos siempre les prendo sus velas y les pido que me ayuden en todo momento_ _ Pero mira tío_ Le dice Sant, muy sosegado _No es cuestión de cambiar o no , es cuestión de que aprendas, de que te dés cuenta que vives en la innorancia, y es que sinceramente, a veces me sacas de quicio con esas beaterías, un hombre tan inteligente como tú ¡Para qué tienes esa Biblia ahí? ¡Leela! Leela para que te enteres de muchas cosas, y te dés cuenta, de cómo has vivido engañado ¡Dígame esa estupidez que acabas de decir! ¿Tú crees que si las personas después que mueren tuvieran algún poder sobre los vivos, mi abuelo y mi abuela ¡Que te quisieron tanto!, fueran permitido que te pasaran todas las vainas malas que te han pasado últimamente ; que lo que has llevado es coñazo y coñazo?, lo menos que hubiesen hecho es darte los caballos ganadores, o un numero de lotería para que te hicieras millonario, o por lo menos avisarte cuándo te va a pasar algo malo, para que evites que te pase ¡Pero ni eso!, y es que la Biblia lo dice clarito em Eclesiastés, capítulo nueve, versículos diez, cinco y seis, o en Génesis, capítulo tres versículo diecinueve; el muerto, muerto está, ese no siente ni padece, ni puede hacer nada_ A lo que dice Ambrosio, dudando un poco _La verdá que tienes razón, ya deberían haberme ayudado un poco, sobre todo papá, que era tan correcto y justo en sus cosas, pero bueno, sus razones tendrán ¡Y no sigas insistiendo!_ _¡No no! ¡Ja ja ja!_ Dice Sant, sonriente _Es que dijiste algo, que me trajo a la memoria algo que quería preguntarte desde hace tiempo. ¿Tú no sabes por qué mi abuelo, siendo tan estricto, no le puso su nombre a ninguno de ustedes? _Respondiéndole él, socarronamente _¡Ahí si es verdá que estás bien pelao!, porque todos nosotros, llevamos por segundo nombre, el de papá; yo me llamo Ambrosio Emiliano ¡Y vamos a dejar la habladera!, porque tengo que montar las judías para el almuerzo; tú me las vigilas mientras yo voy a misa y vengo, si quieres me vas pelando los ajos, para llegar aliñandolas ¡Esas bichas son blanditicas!, ahí hay huevos , queso, mantequilla y harina; para que te prepares el desayuno y me guardes a mí_ Ambrosio se fue a misa, luego de lavar los porotos y montarlos, y su sobrino Sant, se quedó pensando y sonriendo con satisfacción _Ese tío mío es testarudo, pero poco a poco lo voy hacer entrar en razón, ya por lo menos no se pone bravo como antes; que apenas le tocaba el tema, se alteraba y me decía: "Ya vas a empezar con tu gueboná, si sigues me arrecho y me voy pal coño"; ahora no; ahora oye con más interés mis enseñanzas; y ya dejó de visitar a brujos, espiritistas y toda esa clase de bichos, porque le comprobé con la Biblia, y ya está seguro que es la verdá, que el espiristimo, la astrología, la adivinación ¡Y todo eso!, lo controla Satanás el Diablo_ Sant se entretuvo por un buen rato en la cocina; peló los ajos, hizo desayuno y comió, pensando en que llegara la hora de saborear apetitosamente, el plato preferido de él y su tío, como lo era las judías o porotos negros; luego se puso a entrepitear entre las cosas de Ambrosio; mientras se preguntaba, si éste ya tenía el papeleo listo, en donde lo nombraba su único sobreviviente, y se extrañó mucho, de encontrar entre los papeles de su tío, una fotografía reciente de Méry Cleofe, y la misma estaba dedicada en su parte de atrás, leyéndose lo siguiente: "Para mi papá con cariño,de su hija que lo quiere", y con una fecha de casi tres meses atrás ; este hallazgo lo hizo sospechar que Ambrosio se había puesto encontacto nuevamente con su hija, y comenzó a sentir una sensación de molestia en su pecho, pensando y preguntándose, por qué su tío no le había comentado nada al respecto. En esto cavilaba, cuando de repente, recordó haber visto muy seguido por la urbanización a la hija mayor del Negrito, relacionando esto, con lo que acababa de encontrar en las pertenencias de Ambrosio; y cuando su tío regresó de misa, entre un comentario y otro, Sant le pregunta, sin mostrar interés alguno_ Mira tío ¿Y desde cuándo no ves a Méry Cleofe?_ Respondiéndole éste, tratando de mostrar tranquilidad, pero sin haber podido acultar un pequeño sobresalto _Más nunca he visto a esa muergana ¡Ni siquiera cuando me estaba muriendo se le ocurrió preguntar por mí! , y ella se enteró ¡Estoy seguro de eso! ¡Y a ti te costa todo eso! ¡Por qué me lo preguntas?_ _Bueno Le responde Sant, con el mismo desinterés _ Es que la semana pasada iba yo en el autobús, y la vi cerca de aquí, y ya con esta van tres veces que la veo este año por estos lados_ A lo que le responde Ambrosio, notándosele un dejo de nerviosismo en la voz _ Debe ser que como está preñada otra vez, y una de sus cuñadas trabaja en el ambulatorio de aquí cerca_ Con esos conocimientos que expresó Ambrosio respecto a su hija Méry Cleofe ¡Sobre todo el de la preñez!, a Sant se le afirmó más en su mente, lo que estaba sospechando, y pensó, con molestia _Bueno, lo que me queda es averiguar, qué tipo de relación hay entre ellos , si es casualidad, o si es de recociliación_ Y repentinamente, le pregunta al Negrito _¡Y mira tío! ¿Ya tú estás adelantando el papeleo de que me hablaste_ Respondiéndole Ambrosio, en un tono de disculpa _Bueno, la verdá es que estoy esperando cumplir los sesenta años para arreglar todos esos papeles de una vez_ _La verdá que es una buena idea_ Dice Sant, con tranquilidad, pero sin poder ocultar un dejo de impaciencia _Pero recuerda eso que yo siempre digo, que el único requisito indispensable para morir es estar vivo, y deberías ir adelantando algunas diligencias, como la del montepio por ejemplo _Tienes razón sobrino, la verdá es esa, pero es que me falta tan poco para cumplir los sesenta ¡Menos de dos años!_ _ Sí, pero en ese tiempo pueden pasar muchas cosas, y deberías aprovechar que te puedes movilizar por tus propios medios, para ir adelantando todo lo relacionado con el asunto ¡Mira que yo te conozco!, y tú no pones de tu parte para cuidar tu salú, cada vez que vas al médico te dicen lo mismo: "Señor Ortiz, si quiere vivir muchos años, no debe comer azúcar ¡Sal!, lo menos posible ¡Los aliños!, olvídelos, sobre todo el comino ¡Ahora!, si se quiere morir lo más pronto posible, coma todo lo que quiera ¡Sobre todo grasa!"; y cosas así por el estilo ¡Pero tú ni bola que le paras!_ _¡Bueno! ¿Y qué quieres tú?_ Le responde Ambrosio, jocosamente _ ¡Tú has comido bastante lo que yo cocino!, tú mismo me has dicho, que ni tu abuela ni tu mamá me dan por los pies cocinando ¡Que los mejores quinchonchos con tropezones y paticas de cochino y las mejores judías negras que te has comido!, son las que yo cocino, ¿Te gustaría, que cuando yo te invite a comer; saborearas una comida simple y sin aliños? ¡No! ¿Verdá que no?, bueno, ponte tú en mi lugar; yo que soy una persona que le gusta comer bastante y sabroso; que me siento bien y a gusto comiendo; no puedo someterme a ese martirio ¡Y te lo digo sinceramente!, si con la comida también voy a llevar vaina, y no voy a poder disfrutarla a mis anchas, prefiero morirme de una buena vez ¡No mijo!, yo he llevado mucha vaina en esta vida por cuenta de los demás, para venir ahora a causarme sufrimiento por mi propia mano ¡Bueno! ¡Eso sería el colmo de los colmos!, no digo yo, eso no es conmigo ¡Que va oh!_ _Bueno_ Le dice Sant, como resignado _Si así tú lo quieres, porque tú sabes muy bien, que la grasa te hace daño, y que el exceso de sal y azúcar te pueden volver abrir los huecos que te curé la otra vez, porque a ti te diasnosticaron que eres pre_diabético_ _¡Te lo vuelvo a repetir!, si se me quita el único placer que tengo ¡Aparte del de tocar guitarra y cantar!, me muero, porque quitarme el placer de comer a mi gusto, es igualito que me quiten el placer de tocar mi guitarra y cantar, y yo sin esas cosas no vivo ¡Además de tantos coñazos que he llevado en la vida! ¡Tampoco voy a poder comer! ¡No señor! ¡Ni a balazos! ¡Bueno! ¡Ni siquiera cuando me dio la Buba dejé de comer! ¡Y eso que casi no podía abrir la boca!_ ¿Y cómo fue eso?_ Le pregunta Sant, con curiosidad, a lo que le responde Ambrosio, complaciente _Bueno, esa fue una enfermedá que llamaban "El mal de la Buba" y a casi todos nos agarró cuando viviamos en la parcela ¡Y para variar!, a mi fue que me pegó con más fuerza_ _ ¿Y cuéntame tío? ¿Cómo fue lo de esa enfermedá? Le respregunta el sobrino al Negrito, y éste le sigue diciendo _Bueno esa enfermedá es como unos huequitos oscuros que le salen a uno en la piel, y se la van comiendo poco a poco, y se trasforman en unas llagas de carne viva ¡Y son bien feas y jediondas esas bichas! ¡Me da grima nada más de acordarme!, mira como se me puso el cuero ¡Fíjate!, que si no fuera porque mamá se esmeró cuidándome, yo fuera pasado el páramo ¡Mira!, en este lado de la boca me quedó el recuerdo, ese era un gueco, que si abría la boca me dolía, y si la cerraba también, y me quedó así, mira, en este lado de la boca casi no tengo labios ¡Y mírame las piernas, todas esas manchas negras, son las señales de haber pasado la Buba¡ ¡Tu papá también las tiene! , me recuerdo que la Buba lo mancó bien feo ¡Y pensándolo bien chico!, hasta será por eso, que cada vez que me hago un examen de sangre, me salen ese poco de cruces, y los doctores no saben la causa ¡O no les da la gana de decírmela_ _¡Coño tío!_ Dice Sant, como sorprendido _A ti si te pasan vainas. ¡Y hablando de otra cosa tío! ¿La gente te pagó los reales?_ _¿Qué reales, qué gente?_ Pregunta Ambrosio, sonprendido; a lo que le responde su sobrino _¿Cuáles reales van a ser?, los reales de la herencia de la casa ¡Aay mijo! Le dice el Negrito, con decepción _¿Qué coño me van a estar pagando?, ya ni sé desde cuando estoy yendo a que se los abogados, y siempre me salen con lo mismo ¡Ya hasta me dejé de ir todas las semanas!, ahora voy una vez al mes y cuando me acuerdo_ _¡A mí eso me huele a jujú!_ Dice Sant, irónicamente _ Quién sabe si se pusieron de acuerdo para joderte, ¡Como siempre!, menos mal que a ti eso no te sorprendería, porque si tu familia ¡Tu propia sangre!, te ha tratado como te ha tratado y te ha echado las vainas que te ha echado ¡Qué queda para los demás, que no son un coño tuyo. ¡Y bueno tío! ¿Qué pasa con las judías? ¡Tengo hambre!_ _¡Ya va chico!_ Dice Ambrosio, sorprendido por el cambio en el hilo de la conversación, y la pregunta inesperada que le hizo Sant ¡Hay que esperar que esté el arroz! ¡Nos vamos a echar una atracá de "Cualquiércosa"! ¡Qué ni te cuento!, vamos aprovechar que se puede ahorita, porque va llegar el momento que no se va poder comer ¡Tu a vaina sube!, cada quien hace lo que le da la gana, y no hay gobierno que les ponga preparo; aquí desde que cayó la dictadura no hay gobierno__¿Y por qué dices eso tío? _Le pregunta Sant, al Negrito, mostrando bastante interés en el asunto. A lo que le responde Ambrosio, con mucha seguridad _¡Porque esa es la verdá pues! En ese tiempo se sentía que había gobierno; todo el mundo trabajaba ¡Fíjate que el que faltaba al trabajo lo iban a buscar a la casa!, igual que hacían con los estudiantes; para averiguar por qué no había ido; también se comía bien y bastante; la gente se divertía sanamente ¡Corrupción! ¡Corruptos?, en ese tiempo no se conocían esas palabras, uno se podía quedar dumiendo en la calle o en una plaza, con los bolsillos full de real ¡Y nadien se atrevía acercársete! ¡Y si era la policía o la Protección Nacional, la que te llevaba por sospechoso o por borracho! , cuando te echaban para la calle, todo lo tuyo ¡Todo lo que llevabas encíma! , te lo entregaban completico ¡Sin que te faltara ni un centavo de peso! ¡Y las contrucciones que mandó hacer Mi General! ¡Esas si fueron unas vainas bien hechas!, ¡ Ahí están todavía¡ ¡Túneles, carreteras, autopistas, edificios! ¡Bueno pues! ¡Y líbrese Dios que se perdiera un peso!, o que no la entregaran hecha, para el día que Mi General decía que tenía que estar lista, porque iban presu e bola. ¡Si es verdá!, y no lo voy a negar, que en ese tiempo metían presa a la gente y la perseguían y hasta las mataban, pero era al que se metía en política, esos fueron los que llevaron bastante vaina; pero nosotros no ¡Y eso que éramos bastante! , solamente yo estuve preso, y eso por el problema del cañaveral; pero todo el que se ponía hablar paja en contra del gobierno, lo perseguían ¡Y si lo agarraban, bueno pues! ¡Y si era edecu con más razón!, recuerdo que Mi General decía: "Donde quiera que vean un edecu o sepan en dónde hay uno ¡Me lo desaparecen!, porque esos son los que van a echar a perder este país", ¡Y tenía mucha razón Mi General!, porque esos educus son los principales culpables de lo que está pasando en este país ¡Lástima que Mi General no manda! ¡Porque sino! ¡Aay Dios mío!_ Sant, pensativo, como analizando todo lo dicho por su tío, dice _La verdá que tú puedes hablar con esa propiedá, por que tú has vivido las dos formas de gobierno y puedes comparar; en cambio yo solamente he vivido en este sistema, y del otro sólo tengo referencias ¡Bastantes por cierto!, porque tú me las has suministrado; pero te puedo decir: que a mi particularmente, me gusta el sistema bajo el cual estamos viviendo ¡Pero quiero que me entiendas bien!, me gusta como sistema en sí, en su concepción, pero te doy la razón , no funciona todo lo bien que debería funcionar ¡Lo que si no entiendo!, y he estado por preguntártelo desde hace tiempo; por pedirte que me lo aclares; porque siempre que hablas de este tema, yo siento que te contradices; y es que tú defiendes mucho el periodo de gobierno de tu General; pero como tú mismo me lo has dicho; tu General fue uno de los que participó en aquella, ¡Y que revolución!, que como tú mismo lo has dicho, ¡Y así se ha comprobado en el presente¡, fue la que sacó a la Nación del buen camino por donde venía, y la desvió hacia el precipicio en que se encuentra en este momento, y que también destruyó el futuro promisor, que estaba sentando sus bases en ese periodo contitucional, para que este país fuera hoy en día, lo mejor de este continente_ A lo que dice el Negrito, notándosele un dejo de molestia _Primero que nada déjame decirte , que eso que han venido llamando revolución algunos de los que participaron en esa porquería; no fue más que una compiración peorra, que no pasó se ser una vulgar escaramuza de poca monta; ideada por unos fulanos avariciosos y malintencionados, integrantes de un partiducho recien fundado y recien legalizado por el Presidente de la República, en esos días; acompañados de algunos oficiales de bajo rango de las Fuerzas Armadas; lo único que pasó fue: que los montoneros estaban bañados de leche ese día, y corrieron con la suerte, de que tanto el Presidente de la República, como la gran mayoría de la gente buena que lo acompañaba, lo apoyaba y respaldaba; sin saber lo que les esperaba allí, inocentemente se dirigieron a la Casa de Gobierno, para ver en qué podían ayudar al Presidente ; ¡Pero resultó ser chico!, que ésta había sido tomada por los montoneros, y habían convertido dicha casa, en una especie de trampa caza bobos, y quedaron todos atrapados allí; y a todo esto se unió: que el Presidente de la República , no quiso ensangrentar al país con una guerra civil; lo que lo llevó a entregarle el gobierno a estos miserables, sin que se disparara un solo tiro allí,¡Pero sino es por lo lechoso que estaban los montoneros! no fuera pasado nada grave, y estuvieramos ahorita, hablando de todas las cosas buenas que ayudó a conseguir ese gobierno, y de lo felices y contentos que estuvieramos viviendo; disfrutando de lo que pudo haber sido y no fue ¡Porque en ese gobierno! ¡Sí se estaban haciendo las cosas bien hechas! Había una verdadera democracia; se estaba viviendo bien; se estaban colocando las bases sólidas para el bienestar futuro de la Patria; había una verdadera libertá y justicia ¡Y una de las pruebas de esto fue¡, que el partiducho que acabó con todo eso que se estaba haciendo en ese momento, lo habían acabado legalizar en ese periodo contitucional ¡O sea! , que le pagaron al Presidente de la República ¡A esa bella persona!, con la compiración y la vulgar escaramuza. ¡Lo que pasó después fue! , que Mi General se dio cuenta de la mala plaga que eran los edecus, y de que éstos sólo buscaban su propio beneficio personal, económico y político; sin importarles para nada la Patria, y que sólo los habían utilizado a ellos ¡Y los seguían utilizando para sus fines! ; Y la prueba palpable de estas ambiciones y de lo que ellos querían; es que estos señores ya llevan más de treinta años en el Congreso de la Republica, sin querer darle paso a más nadie; ¡Lo cierto fue chico!, que Mi General descubrió la clase de bichos que eran sus aliados y de lo que estos buscaban; y los desechó definitivamente; pero ya el mal estaba hecho y avanzado, y estos mismos bichos de Emancipación Derechista, fueron los que lo tumbaron a él_ _Pero tú me hablaste de un señor que era el candidato de la alianza ¡Y que todos! ¡Incluyendo al partido Emancipación Derechista!, y también al Partido Comunitario; estaban de acuerdo con él para la continuidá del progreso y el bienestar de la Patria_ _Bueno sí_ Dice el Negrito, como desilusionado _Pero esa fue una de las cosas malas que sucedieron, para que pasara lo que pasó; ya que este señor se enfermó gravemente y quedó incapacitado ¡Y ahí comenzaron las luchas e intrigas mezquinas de los que ambicionaban el poder!_ ¡Ahora sí te entiendo claramente ¡. ¡Pero volviendo a lo que estabamos hablando primero!, como te estaba diciendo; aunque yo defiendo el sistema democrático bajo el cual vivimos, no puedo dejar de darte la razón en muchas de las cosas que tú has venido diciendo; de las cosas malas de este sistema; porque no es posible por ejemplo: que los profesores cada vez que quieren, dejan a los muchachos sin clases; los médicos, cuando mejor les parece, nos dejan sin servicios de salú. Las roscas, cuando se les antoja , nos dejan sin alimentos o insumos , ¡Y los del trasporte ni se diga!, cada vez que les da la perra gana, nos dejan a pie! ¡Y nadie los mete en cintura! ¡Y yo me pregunto! ¿Si las rutas son del gobierno, y el gobierno es el que autoriza o da las concesiones para esplotarlas, por qué no se las quita y se las da a otros, que sí estén dispuestos a seguir los lineamientos del contrato suscrito o acordado; sin estar perjudicando al pueblo, porque el pueblo es el gobierno supuestamente? ¡Y así se puede hacer con muchos gremios!, ¡Porque vamos a estar claros!, aunque si en verdá no vivimos bajo una dictadura , para mí lo que estamos viviendo es mucho peor, porque estamos viviendo bajo varias dictaduras, representadas por los distintos gremios , asociaciones, sindicatos, federaciones, etcétera. Lo que pasa también es: que la gente no sabe ni aprende a elegir a los que los van a gobernar o a dirigir, no eligen a sus representantes por su capacidá y por lo que puedan hacer para el beneficio de ellos: ¡Sino que tú los oyes! , " Aquél es bonito, aquél es viejo, aquél me cae mal. Aquél es simpático, aquél es echador de broma" ¡Pero no los oyes diciendo!, " La verdá que aquél me cae mal, pero es el que sabe y tiene la capacidá para hacer el trabajo" o "Ese está algo viejo, pero es el que conoce el trabajo" ¡Y asi por el estilo! Tenemos que comenzar a enseñar a la gente a ser analítica, enseñarlos a razonar, a pensar; ¡Sacarlos de la innorancia!, para que dejen de ser unos adolecentes mentales, sumidos en el facilismo, el populimo y en el paternalismo; esperando siempre un mesías que les arregle la vida. Hay que enseñarles todas estas cosas y hacérselas ver, para que a la hora de elegir a sus representantes, con una mente adulta; no estén pensando en papá que los siga cobijando sino en un delegado o comisionado, que como mandatario a su servicio, lleve a cabo planes, proyectos, políticos, leyes, etcetera, ideadas por los que lo eligieron. ¡Hay que sacarlos del astencionismo! ¡Que dejen el astencionismo a un lado y participen!, porque a los malos gobernadores les encanta que la gente se astenga y no participe , para así mantenerse en el poder con sus pocos seguidores que los apoyan_ En esto, lo interrumpe Ambrosio, diciéndole muy serio_ ¡Tú sabes lo que pasa también, que aquí se han ido acabando los hombres con guáramo, que tengan las bolas bien puestas para enfrentar las cosas con coraje ¡Sin Miedo!, como mi primo Raimundo ¡No exactamente como hacía él las cosas!, pero sí con sus bolas por lo menos ¡Porque ese si era verdá que las tenía bien puestas!, aunque exageraba algunas veces., pero era de a palante_ _¡Y quién era ese tío?_ Pregunta Sant, curiosamente, y el Negrito le responde_ Mi primo Raimundo; tú lo debes de haber conocido cuando estabas pequeño; él venía algunas de las fiestas que se hancían en la cas . Cuando él estaba bien borracho, le daba por sacarse del bolsillo una navaja picu e loro que nunca le faltaba, y decía: "No se vayan a meter conmigo, que Lolita me está cuidando"__ ¡Aaah ya sé tío! ¡Ya me acuerdo! ¡Y a mí me daba un miedo cuando sacaba esa bicha! ¿Y qué pasó con él?, sigueme contando__ Bueno, ése fue el único revolucionario que tuvo la familia. Pero era un revolucionario loco; ¡Ese por quítame esta pajita, se levantaba en armas con diez o veinte hombres, y atacaba una hacienda o un pueblo; ¡Fíjate que una vez!, porque el dueño de una hacienda no les pagó completo a unos peones, entre los que se encontraba un hermano de él; atacó la hacienda y la quemó ¡Ese no veía para atrás para darle un machetazo a cualquiera!; una vez iba por una carretera con un arreo de mulas, porque su trabajo era el de arriero; y un carajo que iba en un carro lo gritó diciéndole: "Coño e madre, apártate del camino con esos animales", y él, con toda la tranquilidá del mundo, se llegó hasta el carro del tipo, desenvainó la punta que cargaba en la silla, se bajó de su mula, se la enterró varias veces al tipo, se volvió a montar en su mula y siguió su camino, como que sino hubiera pasado nada; él nunca supo si lo mató o no, lo cierto fue , que como seis meses después, lo velaron y le dieron dos tiros ¡Y de vaina no pasó el páramo esa vez! ¿Y cómo es eso de que lo velarón tío?_ _ Bueno , que lo estuvieron esperando en un sitio por donde él siempre pasaba, y cuando lo hizo, lo dispararon. ¡Bueno bueno!, vamos a meterle a la papa, que ya está lista Luego de que hubieron comido y estando reposando la comida, Sant le dice a Ambrosio _ El jueve vi a Margarito, el compinche de Ramón ¡Borracho como siempre!, yo creía que se había muerto, porque tenía tiempo que no lo veía__Y no le preguntaste_ Le dice el Negrito, sonriendo con sarcasmo_ ¿Qué desde cuándo no la hacían correr?_ _¡Preguntarle! ¿Yo?, tú sabes que yo no trato a esa gente tío ¿Y por qué lo hicistes correr? Bueno, tú sabes que ese perro, en los días del peo de la venta de la casa, yo venía por el barrio en mi bicicleta y empezó a burlarse de mí, gritándome a todo gañote "¡Coño Ambrosio!, y que le vendiste la casa a la viejita y la dejastes en la calle!", con la misma solté la bicicleta, y me le pegué atrás con el apureño en la mano ¡Y se me salvó! Porque brincó una cerca y yo había dejado la bicicleta sola, pero me hizo coger una arrechera ese muérgano, que si lo agarro, bueno pues _¡Y hablando de bicicleta!_ Dice Sant, como sobresaltado, por haber recordado algo _Yo he estado pensando y analizando, que eso de andar en bicicleta todo el tiempo, te ha ayudado a darle fortaleza a las piernas, porque no se te han enfermado más ¿No crees tú?_ _A lo mejor hasta tienes razón, porque fíjate en el viejito de la esquina, el señor Francisco; desde que yo lo conozco, lo he visto andando en bicicleta ¡Y míralo!, con sus noventa y pico de años y la energía que tiene __ Bueno tío, yo me voy, tengo juego de sosbol ahora en la tarde, y tengo que pasar por la casa a buscar el uniforme y el guante; la bendición _Dios te bendiga. ¡Ay!, se me olvidaba decirte algo importante: es que ya tengo vista una parcela por Turemo, y esta semana sé si la voy a comprar o no; y quiero que tú vengas el viernes por la noche para acá, para que te enteres de si hice el negocio o no, y para que sepas en dónde es y me ayudes a mudarme el sábado o el domingo_ _¡Okey tío!, quedamos así entonces, nos vemos el viernes en la noche, la bendición_ _¡Dios te bendiga y te proteja!_ _ ¡Igualmente!_. El viernes señalado, Ambrosio se levantó en la mañanita, y se dirigió, a uno de los barrios ubicados en la jurisdicción de Turemo, llamado "El Samán del Diecinueve"; que era en donde estaba ubicada la parcela que iba a comprar, y cuando se bajó del autobús en dicho barrio; sintió un leve mareo, al cual no le hizo el menor caso, y echó a andar, pero no había caminado ni veinte metros, cuando de repente, perdiendo todas sus fuerzas y sin coordinar movimientos, cayó al suelo, y al intentar levantarse, no lo lograba y volvía a caer; en ese predicamento se encontraba el Negrito, cuando unos malandros, que pasaban por allí aprovechando las condiciones en que se encontraba Ambrosio, la emprendieron a patadas en su contra, para luego comenzar a despojarlo de todos sus pertenencias y cuando los antisociales, le encontraron los treinta mil pesos que cargaba para hacer el negocio, gritaron de alegría, y uno de ellos dijo _¡Nos sacamos la lotería con el viejito este!_ Le quitaron todo; la camisa, los zapatos; y decía uno de los malandros_ ¡Ahorita que lo mato con su propio cuchillo! ¡Y bonito ques tel condenaaao! _ A lo que dice otro _Nooo paana! ¡Pa queé?_ Y para terminar, la volvieron a emprender a patadas y a golpes en contra del Negrito, a pesar de que éste les suplicaba dolorosamente _Ayúdenme muchachos por favor, por caridá se los pido, ayúdenme, no me dejen aquí_ El Negrito, en la vorágine de sus pensamientos, no tenía conocimiento pleno de lo que le pasaba, ni se daba cuenta a ciencia cierta de lo que le habían hecho, ya que la baja de azúcar que le había atacado lo hacía perder la conciencia y recuperarla, de una manera intermitente; en eso, sintió un horrible dolor en el cerebro, que lo hizo golpearse muy fuerte contra la acera, perdiendo el sentido inmediatamente, y los malandros, al oír el grito que dio Ambrosio, antes de desmayarse, voltearon con indiferencia y siguieron su camino, mientras se reían y se daban golpecitos y se empujaban, celebrando la fechoría que acababan de cometer. Al recuperar el sentido el Negrito; unos treinta y cinco minutos después; no sabía quién era, ni dónde estaba; y la gente que lo vio cuando estaba desmayado, y la que lo veía ahora que estaba recuperando el sentido; lo hacían con indiferencia y no le prestaban ayuda, ya que su estado era deplorable; sin camisa ni zapatos y todo sucio; lo que hacía que la gente pensara, que era un borrachito o que era un nuevo loco, al cual las autoridades habían soltado en el barrio. Como pudo, el Negrito se incorporó, y comenzó a andar, sosteniéndose de las cercas de alambre y de las paredes de las casas; Ambrosio iba caminando poco a poco, mientras miraba a la gente, tristemente; e instintivamente , cada vez que alguien le pasaba cerca, estiraba uno de sus brazos, como pidiéndo ayuda, ya que no gesticulaba palabra alguna, y de algunos porches de viviendas o negocios comerciales, a los que intentaba entrar, como para pedir ayuda con su triste mirada, lo echaban a empellones y lo insultaban con todo tipo de improperios, ¡Y en uno de esos momentos!; habiendo recuperado la lucidez por unos segundos, alcanzó a decir trabajosamente, mientras entraba en una ferretería _Aaayúdenme, denme agua por favor_ Y uno de los dueños del negocio, le respondió con desprecio, mientras agarraba una manguera que surtía agua a alta presión _¡Fuera de aquí loco el corajo! ¡Abre ahí José!_ Al mandato de su jefe, el dependiente abrió el grifo, y el chorro de agua, dio de lleno en el pecho del Negrito, haciéndolo retroceder fuera de la ferretería, al mismo tiempo que caía al suelo estrepitosamente; Ambrosio fue arrastrado por el piso, a causa de la fuerza del agua , la cual lo hizo chocar con la acera del otro lado de la calle; y una vez allí, penosamente, logró incorporarse de nuevo, pero ya había perdido la lucidez nuevamente, y continuó vagando por las inmediaciones, sin rumbo fijo, como en el limbo; y cuando ya la lúgubre tarde, tenía bastante tiempo de haberse despedido de la no menos triste mañana; El Negrito, vencido por el hambre, la sed, el maltrato y el cansancio; cayó pesadamente y boca arriba, en la acera; su lucidez iba y venía intermitentemente, y sólo alcanzaba a pronunciar en un leve murmullo, haciendo pequeños intervalos de tiempo, cual triste melodía descorazonante _Aagua aagua, aagua_ Haciendo que aflorara la sangre, a las pequeñas fisuras que se le habían formado en los hinchados y agrietados labios. Y ya cuando la melancólica tarde, estaba dispuesta a rendirse, triste y resignadamente, en los brazos de la indecifrable y tenebrosa noche; Ambrosio se quedó inmóvil y sin gesticular, ni pronunciar palabra alguna, mostrando estar vivo, sólo por la débil e insonora respiración. Páty, una señora vecina de Méry Cleofe, quien creyó reconocerlo cuando deambulaba por el barrio, fue a la casa de ésta y le dijo ¡Mira mija!. Yo no sé, pero esta tarde yo andaba por el otro lado del barrio, y vi a un señor muy parecido a tu papá, pero andaba como un loco, sin camisa y sin zapatos y todo sucio, pero no tenía cara de loco, más bien me pareció que estaba como enfermo ¡No estoy segura!, pero creo que le vi la boca como la tiene tú papá_ Y Méry Cleofe, en un tono temeroso, dice ¡Ay Dios mío! ¿Será mi papá? ¡Dios mío! ¡Pero si hoy es viernes!, él me dijo que después que viera la parcela que iba a comprar, se venía a pasar el día aquí ¡Ay Dios mío!, tengo un presentimiento ¡Es él! ¡Tiene que ser él!, tan peligroso que es este barrio, a lo mejor lo asaltarón, lo golpearon ¡LURDE, LURDE! _ Gritó repentinamente Méry Cleofe, llamando a su vecina de al lado y en lo que ésta acudió al llamado, le dijo con desesperación _ ¡Ay manita! ¡Hazme un favorcito sí! Quédate un momento con los niños, que voy a ir con Páty a buscar a mi papá, que parece que está enfermo, y anda por ahí en el barrio y no ha llegado a la casa. Anda Páty, llévame a donde lo viste_ Y después de haber recorrido gran parte de la comunidad, e indagado aquí y allá, lo encontraron en el mismo sitio, en el cual había caído casi cuatro horas atrás. Méry Cleofe, al verlo, sintió un nudo en la garganta y como que se le paralizaba el corazón, y creyendo que estaba muerto, comenzó a llorar, mientras que al mismo tiempo decía_ ¡Yo no lo quería así! ¡Yo no lo quería así! ¡Papaaá! ¡Perdóname todas las cosas malas que te hice! ¡Papaaá perdoón! _ Y mientras por su mente desfilaban instantaneamente infinidad de recuerdos, se arrodilló para llorar sobre el pecho del Negrito , y al hacerlo, sintió que éste se movía, lo que la hizo gritar _ ¡PAPÁ PAPÁ! ¡Páty está vivo! ¡Ayúdame a levantarlo Páty!_ En eso , pasaba por allí un vehículo, y comenzaron a gritar por ayuda, éste se detuvo, y el conductor del mismo, las ayudó y los llevó hasta la casa de Méry Cleofe, y una vez allí, ésta le pidió a Páty, que le hiciera el favor de localizarle un taxi lo más pronto posible; mientras tanto,entre ella y Jesús, el cual ya había llegado a la casa; le quitaron a Ambrosio el pantalon, el cual estaba destrozado, y el interior, que al igual que el pantalón; estaba hediondo a orine. Lo bañaron y lo vistieron, para luego trasladarlo inmediatamente al "Instituto de Seguridad Social". El Negrito, en su vorágine mental, aunada a la debilidad corpórea que sufría, no sabía nada de sí mismo, dejando que su desmadejado cuerpo, fuese manipulado libremente por su hija y por su yerno, ya que prácticamente, se encontraba bajo los efectos de una inconsciencia activa. Una vez que llegaron a uno de los hopitales del Instituto de Seguridad Social", le fue negado el ingreso a Ambrosio en el mismo, alegaron que le estaban negando la atención, por carecer de los papeles reglamentarios, por lo que tuvieron que trasladarlo al "Hospital Central de Caracuay" , en donde, después de indagar todos los pormenores del caso, lo ingresaron, ubicándolo en la sala de observaciones de la emergencia, habiéndole sido colocada, según el tratamiento indicado por el médico internista; su respectiva botella de fluidoterápico. Y sin haber probado alimento en todo el día, El Negrito siguió resistiendo… Por otro lado, Sant, quien había estado esperando a Ambrosio en la casa de éste, desde las seis de la tarde de ese mismo día, tal. Y como lo habían acordado el día domingo próximo pasado; comenzaba a preocuparse, ya que eran casi las nueve de la noche, y su tío no aparecía. Al llegarse las nueve de la noche. Sant decidió marcharse a su casa, pensando en volver al día siguiente, a las primeras horas de la mañana, para hablar con él. El joven se marchó, pensando con preocupación, que su tío no era de los que olvidaban un compromiso o una cita, y que por alguna fuerza mayor, no había llegado a su casa; pero ni siquiera le pasaba por la mente, que su tío podía haber pasado tan horrendo día, como el que efectivamente estaba pasando. Al día siguiente, volvió a la casa del Negrito, y al llegar a ésta, inmediatamente se dio cuenta, que éste no había venido a dormir, y se dirigió a la vivienda del casero, para hablar con éste, y al llegar a la misma, dijo _Buenos días Oswaldo ¡Cómo está la vaina?_ _¡Entonces Sant! ¿Cómo está todo? ¡Quieres café!_ _ ¡Como no!, si es tu gusto, ¿No le diste el mensaje a mi tío anoche?_ _¡No chico!, la verdá que no se lo di. Nosotros nos acostamos como a la sonce y él no había llegado ¿No está ahí durmiendo?_ _ ¡No! , no amaneció en la casa, ¿Desde cuándo no lo ves?_ _¡Pues te diré chico!, que no lo veo desde ayer como a las seis de la mañana, que estuvimos bebiendo café juntos ¡Y hasta nos reímos bastante!, con la vaina que le pasó antier noche _¿Y qué fue lo que le pasó?_ _¡Bueno chico!, que el jueves en la noche estuvimos jugando dominó aquí en el patio; y cuando Millán , al que él le dice el Tigre; se fue a ir para su casa, él le ofreció la cola en la bicicleta de reparto, porque como él recibía guardia esa noche y tenía que pasar por ahí. ¡Y se fueron!, y cuando iban llegando a la casa, Millán y que intentó lanzarse de la bicibleta antes que se parara ¡Y perdieron el equilibrio y se cayeron!, ¡Y bueno chico!, eso y que sonó durísimo, y Millán y que fue el más se aporreó, porque a él no le pasó casi un coño _ ¡Ja Ja Ja!, que bolas. ¡Y mira Oswaldo! ¿No te dijo para dónde iba?, o ¿Qué iba hacer ayer? ¡Algo!, no sé_ _¡Bueno chico!, él me dijo que iba para Turemo, y que a ver una parcela que iba a comprar ¡Y se llevó los reales y todo! ¡Que regresaba temprano me dijo! ¡Y la verdá que me estraña chico!, que no haya regresado todavía_ _Bueno Oswaldo, gracias , yo me voy a ir, pero de todas maneras yo vuelvo a pasar por aquí a la tardecita, después que termine de hacer unas diligencias que tengo que hacer en el centro_ Y así lo hizo Sant, ya que a eso de las cuatro y media de la tarde de ese mismo día, regresó a la casa del Negrito, y al enterarse de que Ambrosio no había aparecido aún, se preocupó mucho más de lo que había estado hasta ese momento, comenzando a pensar seriamente, que a su tío le tenía que haber pasado algo muy grave, e inmediatamente comenzó a búscarlo en los sitios posibles, iniciando su busqueda por la jefatura de policía. Eran como las ocho y media de la noche, cuando lo localizó en el "Hospital Central de Caracuay", y cuando lo vio postrado sobre la cama hospitalaria los ojos se le inundaron, a causa de las pululantes lágrimas que querían brotar de ellos, cosa que lograron, cuando Sant, abrazando a su tío, le pedia la bendición y le preguntaba con preocupación _¡Qué pasó tío? ¡Cómo estás? ¡Qué haces aquí?_ _ Y el Negrito, con una ronca y tristona voz, le responde débilmente, con otra sarta de preguntas _¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? ¿En dónde estoy? _Y Sant, muy extrañado de la actitud de su tío, le dice, con la mente llenas de incógnitas_ Tío, estás en el "Hospital Central de Caracuay" ¡Qué te pasa?_ A lo que le responde Ambrosio, todavía con la mente nublada y el el mismo tono de voz_ No se, estoy como en la luna, tengo la cabeza ida, yo sé que salí para "El Samán del Diecinueve", en donde iba a comprar la parcela que te dije, de repente siento que me dan golpes, tengo hambre y se, y me veo sin camisa y sin zapatos; en una ferretería pido agua y me pegan una manguera y me tumban, unas mujeres que hablan y gritan y de repente estoy aquí hablando contigo_ Y dice Sant, muy preocupado ¡Entonces no recuerdas nada? ¿No sabes qué te pasó? _ _ Bueno Dice el Negrito, con preocupación_ ¡La verdá que no sé qué fue lo que me pasó! ¡Date cuenta!, que no sé ni qué día es hoy; me dormito, y me despierto con la sensación de que el tiempo no ha pasado, y ni recuerdo en dónde estoy, únicamente recuerdo que me bajé del autobús y me sentí un poquito mareado, y no le paré y caminé un ratico, y perdí las fuerzas y me caí; y de ahí palante: pura confusión _ A lo que le dice Sant, aún más preocupado_ Bueno tío, hoy es sábado, y son más de las nueve de la noche; lo que quiere decir entonces: que has perdido de tu mente, dos días de tu vida ¿Y dime una cosa? ¿Tampoco recuerdas si llegaste al Hospital, ayer o hoy?_ _ No mijo, no recuerdo nada_ _Bueno, de todas formas voy a ver cómo hago para sacarte de aquí, para llevarte al "Intituto de Seguridá Social "_ Sant, se dirigió al star de enfermeras, y al llegar allí le pregunta a la enfermera de guardia, de una manera muy amable _Señorita enfermera por favor _ _ ¿Sí? ¿Dígame?_ _ Mi nombre es Santiago Ortiz, mucho gusto; yo soy trabajador del "Intituto de Seguridá Social"; mire, aquél paciente de la última cama es mi tío, y yo quiero saber: ¿Cómo es que él está aquí? ¿Quién lo trajo? Etcétera ¿Y cómo hago yo para llevármelo para el "Intituto de Seguridá Social"?, porque él es afiliado a la Intitución _ Y la profesional de la enfermería, sonriéndole con amabilidad, le responde _Bueno joven, según el informe que aparece aquí, en su historia clínica, dice lo siguiente: que las personas que lo trajeron ayer noche, lo encontraron tirado en la calle, semidesnudo y completamente sucio, y que después que lo asearon, lo trasladaron al Intituto de Seguridá, pero como no tenía documentación de afiliación, lo trajeron para acá, y aquí se le diagnosticó una baja severa de azúcar y aporreos y traumatismos generalizados en todo el cuerpo_ _ Muchas gracias señorita ¿Y cómo hago para llevárlo para el Hospital de la Seguridá Social? , que es en donde debe estar por derecho_ _ ¡Aah!, muy fácil, el médico de guardia, le elabora en una quince_ treinta, un informe del diagnóstico y del tratamiento, y le hace una orden de traslado, y usté se lo puede llevar cuando quiera_ Sant, algo más tranquilo, le dice a la enfermera _ Está bien señorita, vaya haciéndome eso, mientras yo voy a buscar los papeles de mi tío_ _Está bien joven, no se preocupe_ Algo más tarde, llegó Sant nuevamente, al "Hospital Central de Caracuay"; y al llegar al lado de su tío, le dice, con un dejo de ironía _¡Que bolas!, toda una vida pagándole al Intituto de Seguridá Social, y el día que lo necesitas con más urgencia, te echan de él a patadas, por no llevar encima un pedazo de papel que lo pruebe. Vamos para vestirte para llevarte para allá_ _ Mira Sant_ Le dice el Negrito, en tono de tristeza _Está bien, pero primero yo quiero pasar por la casa_ A lo que Sant le dice, poniéndole carácter_ ¡No señor! ¡Eso sí que no!, usté es un paciente, y lo único que va hacer es cambiar de cama, así que se va olvidando de eso_ Y al terminar de abrocharle la camisa, Sant le dice a su tío _¡Quédeseme quieto ahí!, que voy a contratar el taxi para que nos lleve, ya vengo_ Al regresar de contratar el taxi, se encontró: con que Méry Cleofe y Jesús, se encontraban al lado de la cama de Ambrosio, no quedándole más remedio que saludarles, haciéndolo con frialdad _Buenas_ _ Hola ¿Cómo te enterastes_ Le pregunta Méry Cleofe, mostrando interés en saberlo, y Sant le responde, en el mismo tono anterior _Bueno, porque habíamos quedado en encontrarnos ayer en la tarde, y como no apareció y tampoco lo encontré en la casa hoy, me preocupé y empecé a buscarlo, hasta que lo encontre aquí_ _ ¿Y lo vas a sacar de aquí?_ Vuelve a preguntar Méry Cleofe; respondiéndole Sant _ Sí, lo voy a llevar para el Hospital de la Boyera, que es en donde yo trabajo_ Procedieron a salir del "Hospital Central de Caracuay", para trasladar al Negrito Ambrosio Ortiz, hacia uno de los hopitales del "Instituto de Seguridad Social". Una vez en el taxi, Méry Cleofe comenzó a contarle a su primo Sant, todo los pormenores de lo sucedido a su padre: de cómo lo había encontrado, de qué sucedío después; y le decía _¡Menos mal que por casualidá!, esa señora andaba por esos lados visitando a su hijo ¡Y prácticamente lo salvo!, el pedazo que le quitó la Buba en la boca, porque esa señora sólo lo había visto una sola vez, en una reunión de productos Tupergüel que yo hice en la casa hace como un mes, y ellos estuvieron conversando _ Y Sant, mientras escuchaba a Méry Cleofe, pensaba y pensaba, adolorido, por estársele confirmando lo que sospechaba _ ¡Tío tío!, me engañaste, traicionaste mi confianza, mis sentimientos, hiciste conmigo, lo mismo que siempre han hecho contigo ¿Qué te costaba decirme la verdá?, decirme que tus sentimientos , que tu corazón, que el amor; había podido más y le habían ganado al odio y al resquemor, y habían debilitado tu carácter; ¡Es verdá!, al principio me hubiera molestado mucho, pero luego te hubiera entendido y comprendido, por que yo sé a ciencia cierta, que el amor es un sentimiento tan fuerte como el odio, y alguno tiene que ganarle al otro ¡Pero el engaño tío! ¡El engaño es lo que no soporto!; tú te has sentido muchas veces, en la misma forma en que me estoy sintiendo yo en este momento ¡Y habiéndolo sentido en carne propia!, me lo haces a mí ¡A mí, tío! Sinceramente me cuesta creerlo_ Sant, queriendo indagar más, aprovecha que su prima se queda callada por un momento, para preguntarle como quien no quiere la cosa _ Y dime una cosa ¿Tu sabes desde cuándo estaba buscando mi tío esa parcela por ahí?_ A lo que Méry Cleofe le responde, con mucha seguridad _ Hace como siete meses más o menos ¡Y eso que yo vivo diciéndole! Que ese lado del barrio es muy peligroso ¡Pero él está empeñado!, en comprar cerca de donde yo vivo, aunque siempre le digo que si va a comprar, que compre en un barrio mejor ¡Pero tú sabes como es él de terco!, cuando se empeña en una vaina , no hay quien lo saque de ahí ¡Y mira lo que le pasó!, por poco y lo matan ¡De vaina le dejaron las medias y los pantalones!_ Cuando llegaron al Hospital del "Instituto de Seguridad Social" , ubicado en la Boyera, jurisdicción de distrito Palo Blanco; Sant le expuso el caso de su tío, al médico internista que se encontraba de guardia en ese momento, en el área de emergencia de dicho Hospital; y también, a algunas enfermeras compañeras de trabajo de él. Luego de que el Negrito fue auscultado y examinado minuciosamente, lo ingresaron al centro hospitalario en cuestión . Al día siguiente , domingo muy temprano, Sant llegó de nuevo al Hospital de la Boyera, entrando por los lados de las emergencias, y allí le informaron, que su familiar lo habían subido al área de hospitalización, y se dirigió a allá inmediatamente. El Negrito al verlo, sin dejarlo saludar ni pedirle la bendición siquiera, le dijo como asustado y en forma desesperada _ ¡Sant , Sant! ¡Sácame de aquí! ¡Yo me quiero ir de aquí! ¡No me ido! ¡Porque estoy desnudo! ¡Sácame de aquí rápido! _Y Sant, le pregunta, intrigado y preocupado _¿Qué te pasa tío? ¿Por qué estás así? , cálmate, tranquilo, ¡Cuéntame anda! ¿Qué fue lo que te pasó?_ _ ¡No pude dormir! ¡No dormí nada!_ Le responde Ambrosio, con nerviosismo _¡Ahí! ¡Frente la cama! Estaban un poco de palos bricando ¡Saltaban y bailaban! ¡Y los dirigía una bruja negra con ojos rayaos! _ _¿Estás seguro tío?_ _ ¡Claro que estoy seguro! ¡Segurísimo! ¡La bruja a veces se me montaba en la cama, y me quería pegar con uno de los palos_ _ ¡Noo hombre tío!_ Le dice Sant, haciendo un gesto con los brazos, como dándole poca importancia a lo que decía su tío _ ¡Tú lo que tuviste fue un sueño! , una pesadilla solamente_ Pero el Negrito le responde furioso _ ¡Sueño nada! ¡Pesadilla nada! ¡Yo estoy seguro de lo que estoy diciendo! ¡Bien seguro! ¡Porque la bruja ojos rayaos me brincaba encima y se me ponía arriba del pecho y me quería molder y en la mano tenía un palo para dame con él_ _ ¡Ay Dios mío!_ penso Sant, con tristeza _¿Será que para completar, mi tío se me va a volver loco también?_ Y le dijo preocupado _ ¡Espérame aquí tío!, voy a ver qué tratamiento tienes, y a ver si te puedes ir ahora ¡Mira que tienes colocada una subclavia!, y eso es delicado ¡Ya vengo!_ Sant, se dirigió al star de enfermeras, y al ver a Mayora, enseguida la relacionó con las visiones de su tío Ambrosio,, ya que éste, toda su vida, le había tenido idea a los negros de pelo claro y los ojos rayados de amarillo, ya que según el Negrito, estos eran de mala sangre; los palos brincando y bailando, eran los copetes de las camas, los cuales tenían formas de arcos con tubos verticales, y la bruja, era la enfermera Frances Mayora, cuando ésta se le acercaba a inyectarlo, a tomarle la temperatura o a tomarle la tensión. El joven, viéndola, y con una sonrisa en flor, le dice calmadamente _Buenos días Mayora ¿Cómo estás?_ _ ¡Hola Ortiz! ¿Cómo te ha ido? ¡¿Y qué haces tú por aquí tan temprano?! , tú trabajas es en la tarde _ _ Sí, pero es que anoche traje a mi tío para acá, y quiero saber sobre él_ _ ¿Y quién es? ¡Cómo se llama?_ _ Ambrosi Ortiz, él está en la dos, cama cinco_ _ ¡Aaah! ¿Ese señor es familia tuya! ¡Ambrosio Ortiz, claro, el apellido! ¡Con razón me sonaba familiar!. ¡Pues mira mi amor!, ese paciente lo declaramos hostil ¡Está de siquiatra!, cada vez que le ibamos a tomar la tensión o la temperatura, o lo ibamos a inyectar, empezaba a dar manotazos y a gritarnos y decía: "¡Déjenme! ¡Déjenme! ¡Ustedes a mí no me van a joder! ¡Váyanse pal carajo! ¡Déjenme quieto!"; y cosas así por el estilo. ¡Mira!, aquí me rajuño, y aquí me dejó un morado_ Sant, preocupado, le dice, en un tono melancólico _Mira mi amor, yo te voy a contar más o menos, por todo lo que ha pasado mi tío en estos días, y también lo que me acaba de contar cuando llegué_ Cuando Sant terminó de contarle a la enfermera, ésta dijo, comprensivamente y mostrando tristeza es sus ojos _¡Aay, pobrecito!, con razón está así, que uno no le puede decir nada porque se enfurece, y está tan desesperado por irse _ A lo que dice Sant _Mira cariño ¿Y habrá algún problema para llevármelo_ _Bueno, aparte de la subclavia, yo creo que no; vamos a esperar que se desocupe la doctora María Zenaida, para ver si ella te lo da de alta o te firma la orden de traslado ¡Aaah mira¡, ahí viene_ _ ¡Señor Ortiz, caramba! ¿Cómo está usté?_ _Yo bien, vivo y con salú ¿Y usté?_ _Bien bien ¡ ¿Y esa rareza, usté por piso? ¡Aaah ya sé! ¡No me diga! ¡Ortiz! ¡Usté es familiar del paciente problema?_ _ ¡Sí, doctora!_ La interrumpe la enfermera, en un tono condescendiente _ Pero déjeme decirle algo, porque por eso es que uno no debe juzgar a priori, sin conocer los antecedentes del caso o por lo menos tener una idea de ellos; fíjece lo que pasa _ Y luego de que Frances terminó de contarle a la doctora María Zenaida; ésta dijo, apenada y con tristeza _ Como son las cosas; y uno dice ¡Estoy mal! ¡Estoy empavada, teniendo buena salú, y comiendo y bebiendo; caminando, viendo y oyendo, mientras que hay otros que sí están mal de verdá verdá_ _¡Bueno doctora!_ Dice Sant, contento de que Frances y María Zenaida hayan comprendido el estado y la actitud de su tío Ambrosio _Mi tío está empeñado en irse ¡Y yo lo conozco!, ese es terco como un sapo tratando de traspasar una paré ; y si usté me puede hacer el favor de firmarme el traslado__¿Y adónde lo vas a llevar?_ _Bueno, él quiere que lo lleve para el "Hospital Carballo Torres"_ _ ¡Aaah bueno! ¡Así sí!, y téngale cuidado con esa subclavia, allá lo único que tienen que hacer: es conectarlo_ Ya en el camino al "Hospital del Instituto de Seguridad Social", ubicado cerca del terminal de la ciudad y de nombre "Doctor Miguel José Carballo Torres"; Sant le decía al Negrito, poniéndole carácter _ ¡Bueno tío, tienes que definirte, no podemos seguir en este peo, para acá y para allá, y tú así como estás tienes que estar hospitalizado por ley, en la Boyera ibas a estar muy bien, porque ahí yo tengo mi gente, pero como te pusiste con eso_ _Mire mijo _ Le dice Ambrosio, como apenado _Ya yo me siento bien; llévame para la casa; primero que nada quiero echarme un baño, afeitarme, y después veremos_ Sant, al oír las palabras del Negrito, pensó con lástima _¡Dígame eso!, este señor que está tan pendiente de la limpieza, y que es tan místico con eso del aseo personal; ¿Cómo se sentirá de verdá en este momento? ¡Me imagino que muy mal!, porque no se baña desde el viernes o desde el jueves creo_ Cuando llegaron a la casa, Ambrosio le dice a Sant _Anda y dile a Oswaldo que me mande las copias de las llaves de las piezas_ Sant, luego de perdirle las llaves a Oswaldo, le dice, en tono de súplica _Anda para que me ayudes a convencer a mi tío para que se hospitalice, porque él está muy mal, pero está empeñado en que se siente bien_ _¡Okey chico! ¡Ta bien!, ahorita voy para allá_ En eso, vieron cuando Méry Cleofe y Jesús, pasaron hacia las piezas del Negrito; y Sant le pregunta a Oswaldo, sin mostrar ningún interés _ Y mira Oswaldo ¿Esa gente que va ahí, ha venido para acá otras veces?_ _¡Sí chico!, como tres o cuatro veces ¡Esa no es la hija de Ambrosio y su esposo pues? ¡Qué te pasa chico? ¿Por qué lo preguntas?_ _¡No, por nada!, curiosidá solamente _Le responde Sant., sin poder ocultar un dejo de disgusto, mientras que con amargura, pensaba _Definitivamente tío, no te mantuviste firme; flaqueazte ¡Pero eso te lo perdono!, porque eres una persona de buen corazón ¡Pero el engaño tío!, el engaño es lo que no te puedo perdonar, yo no merezco que me hayas engañado, te abri mi corazón, te di toda mi confianza, para que tú también tuvieras confianza en mí ¡Pero no lo hiciste!, no confiastes en mí; yo me hubiera puesto en tú lugar y te hubiera entendido, porque la carne es débil ¡Pero bueno!, qué se va hacer _Y saliendo de su ensimismamiento, se dirigió de nuevo a su interlocutor _Okey Oswaldo, voy a abrir la puerta para que mi tío se siente y descanse, y para que se bañe, está desesperado por bañarse _Luego de los saludos de rigor, Sant abrió la puerta, y dijo, muy serio _Te voy a meter agua en unos tobos, para que te bañes sentado en una silla, porque parado te puedes caer _Y mientras el Negrito Ambrosio Ortiz, se bañaba, ayudado por su hija y su yerno; Sant, comenzó a seleccionar entre los papeles de su tío, todos los de propiedad de los aparatos eléctricos: como los de la nevera, de los televisores, de los ventiladores, de la cocina, de las bicicletas… También tomó quince mil pesos de la cajita en donde Ambrosio guardaba su dinero, y los puso con los papeles en cuestión; dobló todo esto y se los introdujo al bolsillo, mientras Méry Cleofe y Jesús, lo observaban con atención y curiosidad. Ambrosio, terminó de bañarse y se estaba secando, cuando llegó Oswaldo, diciendo sonriente _Buenos días, ¡Ambrosio! ¿Cómo está la vaina chico? ¿Cómo sigues? ¡Que buena vaina vale!_ _ ¿Qué más Oswaldo?, tranquilo vale, que no ha pasado nada, porque después de este baño, quedé como nuevo_ Y Oswaldo le dice, jocosamente _Mira chico, lo que me mandaste a buscar para la Capital no te lo conseguí … ¡Embuste chico! ¡No pongas esa cara! ¡Que sí te lo conseguí! ¡Aquí está!, no te lo entregué el viernes en la noche, porque… ¡Bueno!, ya sabemos lo que pasó, y no te había visto hasta ahora _ Y le hizo entrega de un cheque, por la cantidad de cuarenta y cinco mil pesos. El Negrito lo tomó en sus manos, y después de leerlo, se lo entregó a Sant, mientras decía con jocosidad _Toma Sant; gracias Oswaldo, te lo agradezco mucho vale ¡Menos mal que no me lo habías entregado, ¡ Porque sino bueno pues!, eso era para completar los reales para pagar la parcela ¡Pero bueno!, ya veré como los vuelvo a completar_ Sant tomó el cheque y lo introdujo al bolsillo en el que tenía todos los demás papeles y el dinero; mientras le decía a su prima Méry Cleofe, con mucha serenidad _ Mira Méry Cleofe, mi tío se empeñó en venirse de allá en donde lo dejamos anoche; para él y para mí, era mucho mejor que se quedara en el Hospital de la Boyera, porque yo trabajo ahí, y personalmente me iba a encargar de que lo atendieran bien ¡Pero bueno! ¡Qué podemos hacer?, ya conocemos como es él; traten ustedes de convencerlo, porque él tiene que estar hospitalizado ¡Sobre todo por esa aguja que tiene metida en el cuello!_ En eso, interviene Oswaldo, dirigiéndose al Negrito, en un tono conciliador _ Sí chico, tu sobrino tiene razón, tienes que hospitalizarte. ¡Porque chico!, yo no te veo muy bien que digamos, y esa puya que tienes clavada allí, está en un sitio muy peligroso chico, y se puede complicar la vaina_ En eso, Eva, la esposa de Oswaldo, lo llamó a la casa, y éste, luego de despedirse, atendió al llamado; y Sant, mirado a su tío con tristeza ,dice con ronca voz _ Miren, yo tengo que irme en este momento, porque tengo algo muy importante que hacer_ Y mirando fíjamente a Méry Cleofe, se lleva las manos a los bolsillos, y continuó diciendo muy calmadamente _Aquí tienes las llaves de las piezas, y toma esto también , esos son todos los papeles de propiedad de los corotos de mi tío y de las bicicletas, ahí también hay quince mil pesos en efectivo y el cheque de cuarenta y cinco mil pesos ¿Cuenta los reales!: por si acaso. Toma todo eso, encárguense ustedes de todo; guarden bien esos papeles y esos reales ¡Y les repito!, convénzanlo de que se hospitalice ¡Y no lo vayan abandonar por favor!, se los pido de corazón. Ahí está la referencia y la orden de traslado para el Carballo Torres_ Sant, deja de ver a Méry Cleofe, y dirigiéndose a su tío, le dice , con tristeza y con los ojos vidriosos, a causa de las lágrimas pugnantes por salir _La bendición tío , y que todo te salga bien _Y el Negrito Ambrosio, le responde con debil voz y una instintiva mirada de desamparo, pero sin imaginarse a consciencia, cómo y de qué forma se despedía su sobrino Santiago Ortiz _Que Dios me lo bendiga mijo, y que me le vaya bien _ Sant, quien casi no podía aguantar el llanto, dio media vuelta y se marchó rápidamente, antes de que lo vieran llorar, a causa de una mezcla de dolor,amargura, tristeza; porque presentía muy en su interior , que ésta era la última vez que le pediría la bendición a su tío Ambrosio, y que también ésta sería, la última vez que éste se la contestaría. Y mientras que gruesas y brillantes lágrimas rodaban por sus mejillas; pensanba, como para disculparse con su tío y a la vez para consolarse a sí mismo _Bueno, me alegro de que haya quedado en manos de su hija; a pesar de lo mal que me siento, no puedo dejar de alegrarme por él, porque va estar cerca de la hija que él crió y cuidó con esmero y con amor; ¡La hija que él amó! ¡Y ama! ¡Sangre de su sangre!, me alegro por él, porque por fin va a tener una verdadera familia; una familia que lo va a cuidar y a querer; va a estar junto a su hija, junto a sus nietos y junto a su yerno. Ellos van a tener más tiempo de atenderlo que yo. ¡Ojalá que a sus nietos no los influencie la mala fama que le inventaron a su abuelo!, como siempre influenció al resto de la familia Ortiz-Aponte _ Pero no sabía Sant, lo lejos que estaba de la realidad; porque si bien es cierto, que Méry Cleofe y Jesús convencieron al Negrito,para que se hospitalizara; lo dejaron allí , en el "Hospital Miguel José Carballo Torres", y no portaron más por el lugar, y uno de sus compañeros de habitación, le pregunta intrigado, en una oportunidad _¿Y usté como que no tiene familia compañero? _ Y el Negrito, muy sentido por la tristeza, y con los ojos vidriosos, le responde con débil voz _ No , no tengo a nadie, el único familiar que tengo, no sé qué le ha pasado., y estoy preocupado, porque tengo más de quince días que no lo veo. Pero le voy a decir una cosa ,llegó un momento, en que tuve la esperanza de que iba a tener familia ¡Pero no fue así!¡Menos mal que tengo mi trabajo y cuento con el Intituto de Seguridá Social! ¡Aunque no es muy buena la atención!, pero remedia_ _¡Estoy de acuerdo con usté compañero!_ Le responde con enojo, el compañero de habitación _La Seguridad Social en este país no quiere servir ¡Y no es por la Intitución en sí!, sino por los corruptos que la manejan; La Seguridá Social debería funcionar como en otros países, que a uno lo atienden en cualquier clínica u hospital privado o del Estado, y le suministran las medicinas en cualquier farmacia particular, presentando únicamente el carné de afiliado, y estas clinicas, hospitales y farmacias, se encargan después de cobrarle las facturas a las oficinas de la Intitución… ¿Qué le parece compañero?_ A lo que el Negrito le responde, con escepticismo _La verdá que me parece una idea muy buena, pero lamentablemente es muy difícil que se realice aquí ¡Porque ya usté lo dijo compañero!, hay mucha corrupción, hay muchos interéses, tanto de particulares, como de sindicaleros y politiqueros baratos y corruptos; y a nosotros lo que nos queda es soñar en que las cosas van a mejorar, y mientras tanto: irla agarrando a como la vayan soltando_
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