- Introducción
- Antecedentes Históricos
- Fin de la Guerra Fría
- Las Transformaciones en los 90. Las IED como la vía más probable para hacer frente a la crisis
- Anexos
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
El siguiente análisis está dirigido a los factores fundamentales, que lograron la sobrevivencia de la experiencia cubana, en un medio mundial crecientemente dominado por el avance de las ideas y las prácticas neoliberales de la expansión capitalista.
Todas las evidencias externas apuntaban a que Cuba, al igual que el resto de las naciones que formaban el bloque de estados socialistas, también caería bajo el peso arrollador de las fuerzas del Capitalismo. En la actualidad se comprueba que tales pronósticos no se cumplieron. Cuba se había asentado en el tratamiento ventajoso de los vínculos económicos y financieros externos, y como la historia así lo revela quedaban eliminadas las condiciones externas en las que se había insertado la economía Cubana.
El mayor impulso estuvo dirigido a realizar una apertura económica externa que permitiera captar en el menor plazo posible, recursos financieros externos que habían sido reducidos a niveles mínimos. Como consecuencia, la apertura económica fue decisiva para reactivar la economía y enfrentar la nueva realidad mundial de globalización económica e insertarse en ella.
Parte de la caída de cuba se debía a que Existía una completa dependencia norteamericana, la cual controlaba la industria exportadora fundamental. La energía eléctrica, parte de la industria lechera, el abastecimiento de combustible y, en medida importante, el crédito bancario. Una economía totalmente abierta, una mono exportación azucarera que alcanzaba el 80 % del total de las exportaciones, y una concentración geográfica de las exportaciones e importaciones, dependiendo el 60 % de las primeras y del 75 al 80 % de las segundas del mercado de Estados Unidos.
CAPÍTULO I
Se lleva a cabo una descripción generalizada de los hechos que conllevan al quiebre de las relaciones con Estados Unidos y a la vinculación con la URSS y así tener una idea concreta de la posición en la que se encuentra Cuba para enfrentar la difícil situación, a comienzos de la década del 90, ante la caída del Muro de Berlín.
El punto de partida. La situación económica y social al triunfo de la Revolución
El panorama nacional en 1959 puede definirse con los siguientes rasgos:
Completa dependencia norteamericana, la cual controlaba la industria exportadora. La energía eléctrica, parte de la industria lechera, el abastecimiento de combustible y el crédito bancario.
Estructura económica predominantemente agrícola, la más importante Industria, el azúcar, era una producción primaria agrícola y el resto era un volumen poco significativo.
Una economía agrícola extensiva, latitudinaria, tanto en las propiedades de las compañías extranjeras como en las de una minoría opulenta cubana.
Desempleo y un subempleo permanentes y masivos en proporción muy superior al de otros países de América latina.
Una economía totalmente abierta, una monoexportación azucarera que alcanzaba casi el total de las exportaciones.
La industria azucarera, había apoyado en la expansión del mercado norteamericano desde las últimas décadas ya que en ese país dominaba dicha producción.
En 1952, se dio pie a una política económica que respondía a los intereses norteamericanos de evitar la crisis y acentuar su dominación sobre la economía cubana. La política económica planteaba la expansión del gasto público, en el que el mercado público carecía y si esto seguía se generaría el incremento de las inversiones norteamericanas no azucareras, que sería un elemento compensatorio de la crisis recurrente en el sector azucarero.
El modelo de desarrollo a partir de 1959. Ruptura de las relaciones con Estados Unidos, comienzo de la vinculación con la URSS
Con el triunfo de la Revolución cubana, los objetivos pautados como estrategia de desarrollo económico y social de Cuba, en donde se resumen los principales problemas a erradicar como el de la tierra, el de la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación, la salud del pueblo. Todos estos puntos, junto con la conquista de las libertades públicas, se convierten en la esencia de la política económica y social del país, comenzando así un período de grandes transformaciones y cambios que tuvo como primer objetivo hacer desaparecer las bases de la economía capitalista y neocolonial.
En 1959 se introdujo una política económica aplicada que género cambios de gran importancia. La nacionalización de los principales medios de producción del país altero fondo del régimen de la propiedad; el gobierno comenzó a asumir un papel destacado en la actividad productiva, se deterioraron los mecanismos del mercado en la regulación de la economía.
Ante los importantes cambios introducidos, donde se busca edificar una nación libre de ataduras de la dominación extranjera, surgen contradicciones con el imperialismo norteamericano y sus aliados, lo cual aceleró el proceso de diversificación de los mercados externos del país que se había emprendido como parte de una política económica independiente. Lo más importante es el inicio de los vínculos económicos con la URSS y otros países socialistas.
El 24 de Junio de 1960, Eisenhower solicitó al Congreso el poder discrecional para cortar la cuota de importación de azúcar y el 6 de Julio de 1960 cortó la cuota azucarera de Cuba y canceló 700 mil toneladas pendientes de la cuota de 1960, privando así a la Isla de su principal fuente de ingresos por exportaciones.
Ante la aprobación de la Ley Azucarera aprobada por el Congreso norteamericano, la reacción cubana no se hizo esperar. Fidel anunció el 6 de agosto la nacionalización de las grandes empresas norteamericanas en el país. La medida contra las propiedades norteamericanas en Cuba fue una respuesta a la agresión económica de Estados Unidos.
La Revolución Cubana comenzó por afectar aspectos esenciales de las relaciones de dependencia que el país mantenía con Estados Unidos, y, desde ese momento, fue casi unánime el rechazo entre los círculos gobernantes a la posibilidad de cambios, aunque fuesen reformas que no transformasen de manera definitiva los vínculos de dominación.
Por otro lado, tal actitud era consecuencia lógica de la estrecha línea de dependencia de Cuba hacia Estados Unidos, asentada en la monoproducción azucarera y el monopolio comercial, que habían hecho de la Isla, tradicionalmente, un indisputado coto de acción del capital financiero norteamericano.
Por eso, en la medida en que los pasos sucesivos del Gobierno Revolucionario tendieron a demostrar su firme voluntad de permanecer fiel a los intereses populares, de no ceder ante las presiones norteamericanas, y de no atemorizarse ante la posibilidad de anudar lazos con el campo socialista encabezado por la URSS, la política de Estados Unidos fijó como objetivo el derrocamiento de la Revolución, siendo el objetivo principal de la política norteamericana en América Latina evitar una nueva Cuba.
Esta primera etapa culmina con la abierta guerra económica desatada por Estados Unidos contra Cuba, lo cual aceleró el proceso de diversificación de los mercados externos del país que se había emprendido como parte de una política económica independiente.
Vinculación estrecha con la URSS
El giro cubano, de su relación con Estados Unidos hacia la URSS, en cuanto a relaciones comerciales y ayuda económica, se aceleró con dos acontecimientos: la crisis de los misiles, que produjo la interrupción de todos los vuelos norteamericanos a Cuba, y la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de expulsar a Cuba, la cual es oficialmente proclamada el 3 de febrero de 1962, manteniéndose ininterrumpidamente hasta la actualidad, iniciándose con ello su gradual aislamiento hemisférico occidental.
La plena independencia económica respecto de Estados Unidos se logró al precio de ampliar la dependencia con la URSS. A partir de allí, los objetivos económicos estratégicos, buscaron crear condiciones para aprovechar la estructura económica heredada del modelo capitalista periférico y utilizarla como pivote del desarrollo económico, propiciando la creación de la infraestructura indispensable y proporcionando los medios de acumulación necesarios para la ulterior industrialización del país. El sector agropecuario, en especial la producción azucarera, sería el pivote del desarrollo económico del país.
La estrategia de desarrollo se sustentaba en la idea de que el fuerte empujón al resto de la economía vendría dado por la inyección de recursos que recibiría la agricultura y la industria azucarera, lo cual permitiría el volumen de ingresos necesarios, vía exportaciones de azúcar, y conduciría a la expansión de otros sectores, que a la vez de servir de apoyo a ese desarrollo azucarero, ampliarían la base industrial del país. Sin embargo, en términos generales puede decirse que los objetivos económicos fundamentales de la estrategia de desarrollo entre 1965 y 1970, sólo lograron cumplirse parcialmente. Si bien la estrategia posibilitó un período de auge económico hasta 1968, a partir de esa fecha se producen desequilibrios importantes y un descenso de la eficiencia. Esto motivó un análisis crítico de la actividad económica del país, con lo cual se crearon las condiciones para rectificar los errores cometidos. El elemento fundamental en el logro de la estrategia planteada, era el continuado ascenso de los lazos económicos con los países del CAME, que a partir de 1972, adquirieron un carácter superior, pues trascendían los vínculos comerciales o de cooperación y se convertían en vínculos integracionistas.
El significado económico de esas relaciones puede resumirse en los siguientes aspectos.
Mercados amplios y estables para los principales rubros de exportación cubana y para nuevas producciones.
Volúmenes crecientes de suministros importados, con considerable estabilidad en los abastecimientos de combustibles, materias primas, maquinarias, equipos y bienes de consumo, asegurados por períodos de cinco o más años.
Una relación de precios de intercambio superior a la del mercado mundial, en virtud de los precios acordados para las principales exportaciones cubanas. Se calcula que en la década del 80 ello significó ingresos superiores en algo más del 50% de los que se hubieran obtenido con los precios del mercado mundial.
Financiamientos para el desarrollo y para equilibrar la balanza de pagos, otorgados en condiciones muy favorables, pagaderas a largo plazo y con bajos tipos de interés.
Desarrollo de ramas de la economía inexistentes al triunfo de la Revolución y creación de las bases para desarrollos futuros más complejos. Esto se logró mediante el aporte de financiamiento, suministros corrientes, asistencia técnica y calificación de especialistas y técnicos cubanos.
El intercambio comercial con estos países llegó a representar entre el 80-85 % del total realizado por el país. Todo esto permitía contrarrestar los efectos del bloqueo norteamericanos para el desarrollo económico cubano.
Resultados Económicos de las Políticas Implementadas
Crecimiento promedio anual del PIB: 3,1% en todo el período; 2% entre 1959 y 1970; 8% entre 1971 y 1975; 5% entre 1976 y 1980; 8,5% entre 1981 y 1985; no crecimiento entre 1986 y 1989.
Cambio estructural al interior de la industria: disminuye el peso de la industria azucarera: Cambios en la relación entre PIB y sector externo
1. Se mantiene la proporción Exportaciones/PIB
2. Se incrementa la proporción Importaciones/PIB
3. Se genera un saldo negativo crónico en el balance comercial
Avances en la agricultura
1. Se duplican las tierras incorporadas al cultivo: de 2 millones de hectáreas bajo cultivo en 1958 se pasa a 4,4 millones en 1989
2. Mejoramiento sustancial de las condiciones de vida en el medio rural
3. Humanización del trabajo en el sector agropecuario: mecanización y quimización de las Labores.
4. Creación de más de 40 centros de investigación
Avances en la industria
1. Mayor integración agroindustrial que la presente en 1959: incremento del procesamiento industrial de materias primas agropecuarias tales como leche, carnes, hortalizas, frutas y arroz)
2. Establecimiento de una industria básica de fertilizantes
3. Ampliación de las industrias abastecedoras de bienes y servicios técnicos a la agricultura: producción y mantenimiento de la maquinaria agrícola, aviación agrícola, etc.
4. Incremento de la capacidad de molida de la industria azucarera en 12 millones de arrobas por día.
5. Fomento de la industria de derivados de la caña de azúcar.
6. Creación de la base energética nacional.
7. Creación de la industria de construcción de maquinaria y equipos.
8. Ampliación de la capacidad de producción de acero.
9. Organización de la base nacional de proyectos industriales.
10. Creación del complejo farmacéutico-biotecnológico.
Avances en la esfera social
1. Esperanza de vida superior a los 70 años
2. Mortalidad infantil se ubica alrededor de 11 por cada 1000 nacidos vivos
3. Pleno empleo
4. Desarrollo de la espiritualidad: arte, ciencia, conciencia política
Consideraciones finales
Finalmente, y en síntesis, de acuerdo a las medidas tomadas por los dirigentes cubanos durante todo este período, podemos afirmar que la política exterior cubana ha seguido la siguiente directriz para aumentar su espacio político en estos años:
A inicios de los ´60, difundir un internacionalismo proletario, consolidando la revolución socialista, la cual está relacionada con el concepto anti-imperialismo, con la obligación de ayudar a sus pares ideológicos en otros países a capturar y consolidar sus revoluciones.
Desde una perspectiva fidelista, dicha solidaridad se traslada inevitablemente hacia un compromiso paralelo con el antiimperialismo, desde el momento en que las pretensiones hegemónicas de naciones como Estados Unidos son vistas como uno de los principales obstáculos al cambio revolucionario.
En la conexión con Rusia y Europa del Este: La Habana vio una clara unión para contrabalancear la inmensa presión que Washington ejercía sobre la revolución en un esfuerzo por aislarla y por último destruirla. En efecto, el gobierno de Castro estaba bajo presión norteamericana tanto en lo militar como en lo económico. En ambas áreas estaba desapareciendo rápidamente el espacio operativo que se requería para proteger sus intereses y quizá incluso asegurar su supervivencia. Así, dado que el bloque soviético representaba una alternativa a las conexiones económicas cubanas, y que era además una fuente de asistencia para su seguridad, el pragmatismo y los principios ideológicos sugirieron un giro hacia el Este.
Normalizar las relaciones Sur – Sur: a través de contactos Estado a Estado y a través de una línea más moderada, estableciendo relaciones diplomáticas con varios países latinoamericanos.
Apertura a Europa Occidental y Canadá: han servido tradicionalmente como los principales puntos de acceso de la Revolución a los sectores de mercado altamente desarrollados de la economía global. Estas puertas de salida son vitales para Cuba. A pesar de su compromiso con el modelo socialista, Cuba, nunca mostró inclinaciones serias a retirarse enteramente del mercado mundial dominado por el capitalismo.
A finales de la década tiene lugar el derrumbe del bloque socialista y la consiguiente finalización de "Guerra Fría" y bipolarismo, con lo que se da inicio a una nueva etapa en la estrategia del desarrollo y en la política económica del país.
CAPITULO II
Derrumbe del bloque socialista.
A partir de 1960, Cuba obtuvo resultados económicos importantes, influyendo en ello los vínculos que se mantenían con el desaparecido campo socialista y la ex URSS en particular. El sólo hecho de que el 81 % de las exportaciones cubanas se orientaban al bloque socialista, de los que a su vez provenía el 85% de las importaciones en 1989, puede ilustrar esa influencia. El desarrollo alcanzado por la economía cubana hasta mediados de la década de los 80, con un crecimiento promedio anual en el período 1975-1985 superior al 7% estaba basado fundamentalmente en un modelo de tipo extensivo que se apoyaba en esas relaciones con el campo socialista.
Las relaciones con los países ex – socialistas contribuyeron al desarrollo cubano, en especial, a través de inversiones, programas y proyectos de desarrollo que requerían cuantiosos recursos, muchos de los cuales quedaron interrumpidos. El intercambio comercial con esos países se basaba en precios preferenciales dada la condición de país subdesarrollado de Cuba, y un intercambio comercial relativamente estable y mutuamente beneficioso.
La terminación de la Guerra Fría y la disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) trastocaron de golpe las circunstancias políticas externas y el patrón de desarrollo de Cuba. A diferencia de la historia de los países de Europa Oriental o de la antigua Unión Soviética, los cambios no se sustentaron en procesos internos llevados a cabo en el campo económico o político, sino que se impusieron por el impacto principal de factores exógenos.
En los primeros años del 90, Cuba sufrió varios shocks masivos; la economía cubana, en su conjunto, se encogió drásticamente entre el 35 y el 50%. Antes de 1991, la URSS, se llevaba el 63% del azúcar cubana, 73% de su níquel, 95% de sus cítricos y el 100% de sus exportaciones eléctricas. A su vez, Cuba recibía de la URSS, el 90% de su maquinaria y otros equipamientos y el 98% de su combustible. En menos de 4 años, Cuba perdió 80 % de su capacidad de intercambio.
Como si esto fuera poco, EEUU se movió con velocidad para hacer más fuerte su embargo. En 1992, la Ley Torricelli entra en vigencia, empeorando así la situación de Cuba, al impedir a otros países comerciar con la Isla.
En cuanto al punto de vista militar, las fuerzas armadas cubanas, no escaparon al impacto. Cuba se vio impedida para conseguir armas y equipamiento para sus bases militares. Ni Moscú ni otros países de Europa del Este, tuvieron interés en ayudar a Cuba y enemistarse con EEUU. Así, las fuerzas armadas, quedaron reducidas a la mitad de lo que fueron en 1989.
Un aspecto importante para comprender el proceso de transformaciones que tiene lugar a partir de entonces, es que a lo largo del proceso revolucionario, se formaron valores políticos y morales en la población que les dan cohesión en torno al proyecto socialista y capacidad de resistencia organizadamente frente a las dificultades.
Situación interna al inicio de la crisis y las alternativas ante el cambio.
Todas las evidencias internas y externas apuntaban a que Cuba, al igual que el resto de las Naciones que formaban el bloque de estados socialistas, también caería bajo el peso arrollador de las fuerzas del capitalismo.
Cierto es que durante años existió una coincidencia de intereses sobre un amplio círculo de temas entre el proyecto revolucionario cubano y las naciones del bloque oriental. Pero, al propio tiempo esas relaciones, que no siempre fueron concurrentes, se hicieron más estrechas en la medida en que crecía el aislamiento, las agresiones y amenazas a la Isla, imponiéndose imperativos de subsistencia y necesidades económicas, más que razones de comunidad histórica, cultural o de cercanía geográfica; lo que determinó la adhesión formal de Cuba al sistema económico de esas naciones.
El sostenimiento, durante los últimos cuarenta años, del liderazgo y de un amplio consenso popular de una mayoría de la población en torno a una parte fundamental de los iniciadores de la guerra de liberación, es también un factor distintivo en el caso cubano, en relación con las experiencias de los anteriores países socialistas europeos.
Todas estas razones, algunas de las cuales pudieran parecer sutiles, podrían explicar también por qué, a diferencia del extinto bloque socialista europeo, la disyuntiva esencial interna a lo largo de las últimas cuatro décadas ha sido, principalmente, la viabilidad o no del proyecto cubano desde un punto de vista económico; no existiendo serios problemas en cuanto a fundamentación y apoyo popular de intereses de grupos nacionales o de legitimidad política.
Estas circunstancias son las que, en última instancia, han respaldado la razón de ser de las peculiaridades del sistema cubano en el contexto del resto de los países latinoamericanos y caribeños y, en sentido más general, en el conjunto de las naciones del todavía llamado "Tercer Mundo".
Por este motivo, cuando se produjo la extinción del bloque soviético la alternativa cubana fue únicamente resistir frente a dos posibles escenario:
1) Una agresión militar a gran escala por parte de los Estados Unidos contra Cuba, aprovechando la oportunidad de la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista europeo, lo cual hubiera resultado catastrófico.
2) La destrucción interna del sistema cubano por asfixia económica, ante la paralización casi total de los suministros que recibía la Isla.
Por tanto, las acciones que se tomaron en aquel momento se orientaron a reducir la probabilidad de ocurrencia de cualquiera de estos dos posibles escenarios fatales, teniendo en cuenta que para el país los márgenes de maniobra eran muy reducidos dada, la velocidad con que se habían desencadenado los acontecimientos que condujeron a la instauración de un mundo prácticamente unipolar en lo político y militar, así como también, por la profunda crisis económica a la que se precipitó Cuba en el transcurso de unos pocos meses.
Para estos propósitos resultaban claves tres piezas estratégicas, las cuales se encontraban a su vez estrechamente interrelacionadas, y que, de tener éxito, podrían sacar al país de la muy difícil situación en que se encontraba. Estas direcciones estratégicas eran:
a) Lograr detener la abrupta caída de la economía e iniciar un proceso de recuperación económica.
b) Adecuar la vida económica y social cubana a las nuevas condiciones, facilitando un proceso de apertura en que no se perdiera el control político de ese proceso, sin prescindir a la vez de los objetivos básicos que habían inspirado el modelo cubano hasta ese momento.
c) Movilizar la solidaridad internacional, bajo sus múltiples formas, en torno al proyecto cubano.
Cambios en la Política exterior cubana.
Para poder superar el aislamiento político y hacer frente al colapso económico, el régimen cubano tuvo que adaptarse al nuevo orden internacional. Para ello se vio forzado, además de las reformas internas, a reorientar su política exterior, presentándose ante sus nuevos interlocutores con otra imagen.
La estrategia ha sido exitosa, y a lo largo de los dos últimos lustros, las declaraciones en contra del embargo por un creciente número de Estados, el rechazo de la ley Helms-Burton, el reconocimiento de muchos países con los que no existían relaciones diplomáticas, así como el estrechamiento de los vínculos económicos y comerciales con diferentes áreas geográficas, posibilitaron apoyos políticos internacionales claves para su recuperación.
En los 90 se redefinieron objetivos, prioridades, métodos y actores institucionales de la política exterior. Muestra de ello ha sido la reforma de la estructura de las fuerzas armadas. "Sin que la seguridad pierda importancia, las Fuerzas Armadas Republicanas (FAR) han sido insertadas dentro de la industria del país, esto significa que el comercio y actividades relacionadas con el mismo, son manejadas por militares u oficiales de las fuerzas armadas. De esta manera, estas empresas se benefician de la disciplina, habilidades organizativas y capacitación militar"
La iniciativa cubana fue correspondida con un aumento de presión por parte de Washington sobre Cuba. "El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció una serie de medidas cuyo objetivo es debilitar al régimen de Fidel Castro. Entre los anuncios se destacan las nuevas restricciones a los ciudadanos norteamericanos de viajar a la isla y un aumento de los visados entregados cada año a los cubanos"( )"aumentaremos el número de nuevos cubanos inmigrantes a los cuales daremos la bienvenida cada año, dijo Bush.
También, explico que se tomarán medidas para asistir a los cubanos que abandonen la isla con rumbo a las costas estadounidenses"( )"tendremos como blancos a aquellos que viajen a Cuba ilegalmente a través de terceros países y aquellos que navegan a Cuba en embarcaciones privadas en violación del embargo"( )"se creará una comisión que planificará la transición en Cuba para el feliz día que el régimen de Castro no exista más y la democracia llegue a la isla. Esta comisión estará co-dirigida por Colin Powel y Mel Martínez (Secretario de Vivienda)
Ésta decisión, es una muestra más, de la política intransigente y poco innovadora que tiene EE.UU. para con Cuba.
Consideraciones finales
El deterioro económico fue el punto neurálgico interno que hubiese podido desencadenar una crisis política ante una posible desarticulación total del sistema económico. Al propio tiempo, para comenzar un proceso de recuperación, se imponía realizar profundos cambios en el modus operandi de la economía en relación con los patrones anteriores; transformaciones éstas que podían ser calificadas genéricamente como un proceso de apertura o de reformas económicas, las cuales tenían que ser iniciadas bajo condiciones de muchas limitaciones de recursos y desequilibrios importantes que ya existían.
Es importante observar, como el gobierno cubano, a realiza un gran esfuerzo en cambiar su imagen a nivel internacional y así tener más adeptos a su postura.
Por su parte, la solidaridad externa -considerada aquí en su más amplia acepción- devenía en prerrequisito y, a su vez, en resultado acrecentado, en la medida que se demostrara la voluntad de resistencia y las posibilidades de recuperación interna del país. Se reduciría con esto la probabilidad de éxito de los serios esfuerzos que, también desde el exterior, se hacían por destruir el sistema socialista cubano.
CAPITULO III
Las Transformaciones en los 90. Las IED como la vía más probable para hacer frente a la crisis
Período Especial en Tiempos de Paz.
Entre 1990 y 1993 comienza un proceso de reformas, caracterizado como un proceso de ajuste, administración de la crisis y de apertura externa. Se adoptó un programa de emergencia nacional denominado, Período Especial en Tiempos de Paz, cuya finalidad principal fue la de tratar de administrar de forma racional la crisis, así como reducir y distribuir los costos sociales, adecuar la economía interna a las nuevas realidades y establecer las bases para un desarrollo futuro.
La estrategia planteada al inicio de la crisis fue la de preservar el proyecto socialista haciendo las adecuaciones necesarias a las nuevas condiciones externas que debían enfrentarse. Esto significaba:
Distribuir lo más equitativamente posible el impacto de la crisis en la sociedad, de manera que el costo social fuera el menor posible.
Crear rápidamente condiciones para la reinserción en la economía mundial.
Entre las medidas de mayor significación que se aplicaron en el contexto de este proceso de ajuste se destacaron las siguientes:
Medidas de ajuste radical de las posibilidades de consumo de la población y del funcionamiento del aparato productivo a las disponibilidades reales de recursos.
Priorización de los programas alimentarios, turismo y de las industrias biotecnológicas y farmacéutica.
Descentralización en la toma de decisiones del aparato importador y exportador, búsqueda de nuevos mercados y el establecimiento de formas alternativas de acuerdos, así como la potenciación de la inversión extranjera.
El mayor impulso estuvo dirigido a realizar una apertura externa, que permitiera captar en el menor plazo posible, los recursos externos que se limitaron a niveles mínimos. Esta apertura económica, fue decisiva para reactivar la economía y enfrentar la realidad de la economía mundial e insertarse en ella.
El Gobierno cubano entendió que, con una economía abierta y en un contexto internacional marcado por la pérdida de sus antiguos socios políticos y económicos y por el recrudecimiento del embargo, la única forma de acceder a tecnología, mercados y capitales era la de abrirse al mundo. La necesidad de salir de la penuria económica le arrastró a la diversificación de sus relaciones comerciales y a la búsqueda de inversores extranjeros.
Cuba enfrentó un proceso de transformaciones y de reestructuración económica que ha sido muy complejo, y en algunos casos no acabados, que se concreta en un sinnúmero de medidas de política económica instrumentadas en el período. No obstante, hay que reconocer que en este proceso de transformaciones, se ha intentado mantener, por sobre todas las cosas, la estabilidad social y el control político en el contexto de las transformaciones económicas efectuadas.
La etapa 1990-1993 logró los objetivos de administrar la difícil situación económica que tenía el país, pero no logró crear los mecanismos de reactivación económica, ya que las medidas tomadas apelaban a resortes morales, a esfuerzos colectivos, entre otros elementos; en ellas se destacó el plan de alimentación, pero seguía existiendo un déficit de recursos materiales y financieros especialmente externos.
Los problemas asociados al financiamiento externo de la economía cubana se han convertido en una tarea de primer orden ante la imposibilidad de generar los niveles de ahorro interno necesarios para el crecimiento y desarrollo.
El financiamiento externo se ha considerado tradicionalmente un complemento importante del ahorro interno para aumentar la inversión y estimular el crecimiento económico sostenido, pero son conocidas las restricciones que ha tenido la isla para obtener capitales, sumado a la poca diversificación de sus exportaciones.
Crecimiento, Financiamiento y Tecnología.
Los países en desarrollo tienen generalmente recursos abundantes de talento, capacidad de producción de su propia población, recursos naturales, entre otros. La transformación de estos recursos en instrumentos efectivos de desarrollo exige en primer lugar un incremento constante de su utilidad económica potencial mediante las inversiones: inversiones en conocimientos especializados y en recursos humanos e inversiones en capacidad física de producción (es el caso de Cuba y otros países que invirtieron mucho en recursos humanos), eso exige que el potencial que se capte sea plenamente canalizado mediante una distribución efectiva.
Es evidente que la fuente principal de los recursos financieros para el desarrollo es el propio ahorro de los países, no obstante se necesita siempre en la etapa de despegue e incluso en la consolidación, de recursos adicionales en forma de capitales, tecnologías o mercados ya sean por mecanismos bilaterales o multilaterales. Buscarlos ha sido una tarea de las autoridades gubernamentales cubanas en el corto y mediano plazo.
La IED ha jugado un papel destacado en la contribución a la financiación del desarrollo, en muchos países, sobre todo en países asiáticos con resultados alentadores, y en algunos países latinoamericanos. Pero no basta con que el país receptor introduzca mejoras en su política de inversiones extranjeras para que la IED juegue un papel más importante en la financiación del desarrollo, sino que se debe hacer un esfuerzo nacional para recuperar el crecimiento y la viabilidad financiera.
La Inversión extranjera en Cuba
En los 90"s comienza en Cuba un proceso de reinserción en el mercado internacional para el que la isla no contaba con ventajas aparentes después de más de 30 años de virtual ausencia del mismo, siendo un aspecto importante de esa apertura económica las Asociaciones Económicas con el Capital Extranjero (AECE).
Desde febrero de 1982 se adoptó en Cuba una regulación para la Inversión Extranjera a través del Decreto-Ley 50, sin embargo, su promoción se produjo fundamentalmente desde fines de la década pasada.
Podríamos definir tres momentos por los cuales han transitado las Asociaciones Económicas con el Capital Extranjero (AECE); el primero abarcó desde el surgimiento de la primera asociación hasta septiembre de 1991. El segundo momento importante es a partir de junio de 1993, donde el proceso de apertura se profundiza, derivado del recrudecimiento de la crisis económica. Las asociaciones tienen como prioridad la reactivación del crecimiento económico, o sea, son empresas con resultados a más largo plazo. El tercer momento comienza en septiembre de 1994, donde surge la nueva ola de empresas mixtas, principalmente en los servicios, la construcción de viviendas, inmobiliarias, telecomunicaciones y se permiten negocios en todas las ramas productivas del país.
Medidas adoptadas que acompañan y ayudan a la atracción IED
Una vez seleccionado el camino a seguir, es decir, considerar a la IED como el camino más viable para la obtención de recursos financieros y por ende la tecnología capaz de mejorar de forma competitiva el tejido industrial, evitar el colapso económico del país y las consecuencias político sociales de dicho colapso, el gobierno cubano se vio en la obligación de adoptar una serie de medidas de urgencia que acompañaron a cumplir con el principal objetivo económico.
Un análisis de las transformaciones atendiendo a su contenido permite hacer la siguiente agrupación:
(A) - Transformaciones en la política económica externa:
Apertura a la inversión extranjera con el objeto de estimular la entrada de recursos financieros y de nueva tecnología. En tal sentido, en 1992, se produjo una reforma a la Constitución por medio de la cual se reconocen los derechos de propiedad de empresas con capital extranjero; en 1994 se aprueba una Ley de Minas, que autoriza el otorgamiento de concesiones para la explotación minera de compañías extranjeras; en 1995 se aprueba una nueva Ley de Inversión Extranjera que permite la participación del capital extranjero en casi todas las actividades económicas del país (Ley 77 de septiembre de 1995 – Anexo 1),
Las características principales de la Ley 77 de Inversiones Extranjeras (Anexo 1) de 1995 representan, sin lugar a dudas, un importante avance en la flexibilización del régimen anterior, como puede apreciarse enseguida:
1) Se reconocen tres formas legales de inversión extranjera: empresas mixtas, contratos de asociación económica internacional y empresas de capital totalmente extranjero.
2) La nueva ley incorpora un glosario moderno de términos que precisa los conceptos más importantes vinculados con el proceso de inversión en la isla, que incluso facilita la participación de cubanos residentes en el exterior.
3) Se otorgan amplias garantías a la repatriación de utilidades y a la protección de la inversión foránea.
4) Se abre la participación de capital foráneo a todos los sectores de la isla, exceptuando a las instituciones armadas, los servicios de salud y educación a la población cubana.
5) Se alienta el desarrollo de zonas francas y parques industriales con la participación de capitales externos, a fin de estimular las exportaciones y el comercio internacional.
6) Se autoriza a los inversores extranjeros a adquirir la propiedad u otros derechos reales sobre bienes inmuebles situados en el territorio nacional.
7) Se añaden medidas destinadas a proteger la ecología en todos los proyectos de inversión.
8) Se estipula un plazo máximo de 60 días para dar respuesta a las propuestas de inversión presentadas por los inversionistas extranjeros y de 30 días para inscribirse en los registros, una vez aprobadas.
9) Se establece la posibilidad de otorgar estímulos fiscales y aduaneros a las empresas del exterior.
(B) – Transformaciones en la política económica interna:
Estas transformaciones comprendieron un conjunto de medidas en el ámbito macroeconómico, encaminadas a restituir los equilibrios internos fundamentales, que se habían alterado a partir de las restricciones por el lado de la oferta, en tanto que las retribuciones prácticamente no se afectaron. Ello determinó un elevado monto de dinero en circulación sin una contrapartida material. Por otra parte existía un mercado sumergido de elevadas proporciones, estimado en 1993 y hasta mediados de 1994 en magnitud de valor superior a la del mercado estatal. En función de lo anterior, se adoptó la decisión de:
Autorizar la tenencia y circulación de divisas por la población, con el objetivo de captar esos recursos externos y de comenzar a ordenar los desequilibrios formados
Comenzar un proceso de saneamiento financiero interno
Reactivar e impulsar las fuerzas productivas a través de una Reorganización del sector agropecuario
Se dio inicio en 1996 a un proceso de redimensionamiento empresarial, en busca de mayor eficiencia y competitividad en las empresas estatales. Paralelamente con este proceso tuvo lugar una reestructuración del empleo, que puede incluir la reubicación de la fuerza de trabajo, su recalificación, o cambio de contenido en función de las transformaciones que tengan lugar en la empresa.
(C)- Transformaciones institucionales y organizativas:
En julio de 1992 la Asamblea Nacional aprobó importantes cambios en la Constitución, que en el orden económico facilitarían las transformaciones ulteriores. Posteriormente, produjo un conjunto de cambios que comprenden:
Reorganización de los organismos de la administración central del Estado
Reestructuración del sistema bancario
Fortalecimiento del control económico, mediante el establecimiento de mecanismos de control gubernamental, la creación de una Oficina Nacional de Auditoría, y una mayor exigencia en la contabilidad y las estadísticas. Asimismo, se han introducido métodos modernos de dirección y se ha elevado considerablemente el uso de la informática en la gestión y el control.
Programa de Perfeccionamiento Empresarial
De esta forma, a partir de 1990 en Cuba se llevó a cabo lo que podría ser considerado como la "primera generación" de aperturas y reformas económicas, las cuales se realizaron manteniendo el marco de referencia del proyecto socialista cubano, sin que haya tenido lugar un proceso de privatización de empresas estatales, como el que se ha producido en la mayoría (por no decir en la totalidad) del resto de la región latinoamericana y caribeña.
Condiciones que ofrece Cuba para la atracción de IED.
Los principales factores que ofrece Cuba para propiciar el fomento de los contactos con el capital extranjero han sido:
– La legislación vigente.
– La infraestructura industrial.
– La posición geográfica, en una zona de potencial dinamismo económico.
– La infraestructura material y humana.
– El factor humano con una fuerza de trabajo altamente escolarizada.
– Los indicadores de salud de la población.
– Alto potencial turístico, cercano a un gran emisor de turistas como Estados Unidos.
– Ciertas dotaciones de recursos materiales naturales específicamente mineros.
Si se examina el perfil de las ventajas comparativas que ofrece Cuba al inversionista extranjero, se aprecia que los aspectos favorables más significativos son los beneficios financieros, los de carácter social y determinadas ventajas comparativas específicas: recursos naturales para el turismo, tecnologías médicas, capacidades industriales, mercado cautivo, etc.
Dificultades en la economía cubana que frenan a las IED: Ley Torricelli
(1992) y Ley Helms-Burton (1996)
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