Perspectiva martiana en la comprensión histórica y social de Estados Unidos
Enviado por Yoander Nápoles Zaldívar
José Martí vivió casi quince años en los Estados Unidos, precisamente en el periodo que coincide con el arribo de este país a la fase Imperialista. La sociedad norteamericana fue analizada desde todos los puntos de vista en sus conocidas Crónicas Norteamericanas, en su labor como periodista y en obras de oratoria; atendiendo a factores históricos y sociales, el Apóstol de Cuba fundamentaría y completaría su visión de los Estados Unidos. Conocer las peculiaridades que definieron constantemente su obra, en pos del discurso de la alerta es una necesidad histórica para el conocimiento de la obra martiana. Las peculiares raíces históricas y sociales son determinantes a la hora de establecer nexos y diferencias con la América Hispana.
José Martí, es el más universal de todos los cubanos y vivió durante casi quince años en los Estados Unidos. La larga procesión a la cual el destino le deparó por el hecho tan sencillo de ser un hombre para el mundo y de todos los tiempos tiene como punto crucial el análisis de su vida y obra martiana el arribo a la nación del norte procedente de El Havre, ciudad del noroeste de Francia. Es precisamente en fecha tan temprana como el 3 de enero de 1880 su llegada a la urbe neoyorquina, próximo a cumplir 27 años de edad.
Desde los primeros momentos entabla relaciones con importantes personalidades y patriotas que en años posteriores serían decisivas para la materialización de una emigración cohesionada, unida y dispuesta a los máximos sacrificios en aras de lograr la independencia de Cuba. Tal es el caso de su inmediata adhesión al Comité Revolucionario Cubano que cargaba en aquellos momentos con la colosal obra de dirigir la Guerra Chiquita, otorgándosele el día 9 del propio mes por decisión unánime el derecho de ser escuchado por los veteranos de la Guerra Grande.
El 24 de enero de 1880 pronuncia su primer discurso en Steck Hall, portador de un análisis profundo de la pasada contienda e introducción paulatina de una prosa que enciende y aviva los corazones fraguados en 10 años de lucha que veían como deber y reclamo de la Patria: la independencia de Cuba. Al partir el 26 de marzo de 1880 el General Calixto García en expedición hacia Cuba confía la dirección del Comité Revolucionario a José Martí en calidad de presidente interino, cargo que desempeña hasta que asume dicha responsabilidad José Francisco Lamadriz.
El año 1881 significaría materializar su decisión de probar suerte en Caracas, la Jerusalén de los americanos. Su labor periodística se centra en el magisterio y la publicación de la Revista Venezolana, 32 páginas de su puño y letra y si bien expone ideas que constituyen una manifestación de renovación literaria en Hispanoamérica, es también una dedicatoria a su entrañable amigo Cecilio Acosta, razón por la cual el entonces presidente de Venezuela decreta su expulsión del país.
De regreso en Nueva York publicaciones como La Opinión Nacional, de Caracas; La Nación, de Buenos Aires y posteriormente La América, El Partido Liberal de México, y La República de Honduras piden sus escritos solicitándole los más diversos temas y los matices más abarcadores. Esta faceta de periodista incansable e incontenible es unida a la de diplomático al asumir funciones de cónsul interino de la República Oriental del Uruguay (mayo de 1884 y 1887), de Argentina en 1890 y 6 días más tarde de Paraguay.
Transcendentales son las entrevistas entre los Generales Máximo Gómez, Antonio Maceo y el joven José Martí. El análisis del Plan Gómez-Maceo, unido a la falta de preparación y evidente anticipo de sus hermanos de lucha conllevan a que Martí rehúse participar en dicho plan. Ante el artículo ¿Queremos a Cuba? aparecido en la tirada del The Manufacturer, de Filadelfia del 16 de marzo de 1889 en el que de una manera abierta se insulta y ofende a Cuba escribe y publica días más tarde en The Evening Post la contundente respuesta: "Vindicación de Cuba". No podía quedar ofendida la dignidad del pueblo cubano.
La ternura conjugada con el ingenio en 1889 rinde frutos en 4 números de La Edad de Oro, dedicados a los niños y a la formación de estos como hombres y mujeres de bien. El primer año de la última década del siglo XIX marca la publicación del ensayo Nuestra América, en la Revista Ilustrada de Nueva York, que por el profundo contenido latinoamericano y hermosa prosa, reedita el periódico El Partido Liberal de México, treinta días más tarde.
La creación de un partido capaz de conducir y aunar esfuerzos en la causa común de lograr la independencia de Cuba es el nuevo reto, exaltando con los discursos esta imperiosa necesidad histórica, se destaca el ofrecido en el Liceo Cubano de Tampa el 26 de noviembre de 1891, en el que convoca a todos sus compatriotas a que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre y Los Pinos Nuevos, como mensaje de aliento y cohesión entre los veteranos y las jóvenes generaciones.
El 14 de marzo aparece el primer número del Periódico Patria, un soldado más en la lucha y el 10 de abril de 1892 queda proclamada la constitución del Partido Revolucionario Cubano. El fracaso del Plan de la Fernandina coloca el estallido revolucionario en una precaria situación, la cual fue un obstáculo franqueable por el ímpetu personal de José Martí.
El 29 de enero de 1895, José Martí, como Delegado del Partido Revolucionario Cubano, firma junto al General José María (Mayía) Rodríguez en representación del General en Jefe Máximo Gómez y el Comandante Enrique Collazo, quien da fe de la conformidad de los patriotas de la Isla, la Orden de Alzamiento la que cursa a Juan Gualberto Gómez, representante del Partido Revolucionario Cubano en Cuba. El 30 de enero parte de Nueva York en el vapor Athos, rumbo a República Dominicana para encontrarse con el Generalísimo.
El prolongado contacto de Martí con la sociedad norteamericana de fines del siglo XIX, el profundo conocimiento de la historia norteamericana, de sus destacados generales y figuras históricas le posibilitó una comprensión cabal y hasta cierto punto inigualable de la verdad sobre los Estados Unidos, de la cotidianidad, de los valores sobre los que se sustentaban los pilares sociales y de la transformación económica hacia el Imperialismo.
El análisis constante de las circunstancias histórico-sociales en que vive el Apóstol le permiten definir que "… en otros tiempos distintos a los de hoy, los Estados Unidos significaban libertad" (1). Recuerda que "La libertad que triunfa es como él, señorial y sectaria, de puño de encaje y dosel de terciopelo, más de la localidad que de la humanidad, una libertad que bambolea, egoísta e injusta, sobre los hombros de una raza esclava, que antes de un siglo echa en tierra las andas de una sacudida". (2)
No dejamos de mencionar que desde finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX el panorama bélico se intensifica, por las sucesivas contiendas, múltiples territorios se incorporarían a la Unión, y las llamadas guerras de anexión pasarían a formar parte de su política de expansión. Por ejemplo, Texas, Nueva México, California, ocupadas por intervención, catalogándose como un robo significativo de una gran parte del vecino territorio mexicano. (3)
Las consideraciones del Maestro son muy precisas al mencionar que: "Los Estados Unidos que nacieron de padres que emigraron de su patria por exceso de amor a la libertad, y austeridad en la virtud, se inclinan a mancillar esa valiosa herencia, compeliendo a pueblos menores a que existan para el provecho y acomodamiento de la Unión Americana". (4)
El Apóstol consideraba que de virtudes y defectos son capaces por igual latinos y sajones, con desarrollo de prospectos sociales, muy distintos en todos los aspectos de la vida en la sociedad, diferencia esencial entre la América de Lincoln y la de Juárez y nuestros males totalmente diferentes a los de América Anglosajona. (5)
Al arribar Martí a esta nación, inmediatamente se asombra, primeramente con el desarrollo científico y tecnológico alcanzado, siendo innegable que se encontraba a la cabeza de las naciones de esta área y le asombra su sistema político "democrático", que para alguien nacido en una colonia: bajo un régimen tiránico y despótico, atados a una decadente nación europea como lo era España, la posibilidad de elegir en sufragio a los representantes en el gobierno, era digno de un reconocimiento. Razón por la cual, dicho sistema político era tan envidiado. Sus palabras halagadoras a los principales políticos, y hombres ilustres no se hacen esperar, así como las palabras duras de crítica, elegantes siempre, en medida de sus errores. Ejemplo es el General Sheridan, su magnífico artículo sobre Ulises S. Grant, Lincoln, James G. Blaine, entre otros.
Incluso fue portador de la admiración de los cubanos por la historia de las luchas y éxitos del pueblo norteamericano, lo que identifica con el amor a la patria de Lincoln (el legado positivo de esa gran nación), manifestándolo en artículos disímiles sobre economía e historia. Pero alerta sobre los peligros que encierra su política hegemónica, agresiva y expansionista, con "el temor a la patria de Cutting". (6)
Su extraordinario e imprescindible papel de mediador cultural entre una cultura que no conoce la importancia de la heterogeneidad en nuestros pueblos de América y de la idealización sobre las virtudes del norte se concentra en exponer la verdad sobre Estados Unidos en las publicaciones de la América de Juárez y refutar las mentiras sobre nuestros pueblos en la nación de Lincoln. (5,6)
Avizorando que algo tan común en aquel entonces era buscar la solución a los problemas, que solo concernían a las naciones latinoamericanas, en el propio Estados Unidos. ¿Por qué? Nadie debe facilitarle a ningún vecino, y mucho menos a uno tan poderoso las probabilidades de encontrarnos una debilidad que pueda ser usada en nuestra contra.
Si consideramos que como bien afirma Martí al referirse a los gobiernos bienaventurados del cono sur ( ) que ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América?, ( ) jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas (7). Como para no prever el desarrollo de acontecimientos futuros. Prever es la cualidad fundamental en el gobierno y constitución de los pueblos. Gobernar no es más que prever. (8) La vocación expansionista lleva al ilustre desterrado cubano, prácticamente desde su inclusión en la sociedad norteamericana al discurso de la alerta (9) como consideran varios estudiosos del tema.
Su crónica "Coney Island" aparecida en La Pluma de Bogotá en diciembre de 1881, es un portal a la duradera lucha ideológica y que precisamente Martí estaba observando su inicio. Prácticamente solo, tenía que dejar en cada artículo más que palabras. Las primeras líneas del texto mencionado anteriormente reafirman el enorme desarrollo económico y social encabezado por los Estados Unidos, pero presupone la advertencia sobre el sentimiento de superioridad gestado en esa nación, que conduce a la soberbia. Todo soberbio cree que la tierra fue hecha para servirle de pedestal, y mira culpando de inferioridad a todos los que lo rodean, pensando que el mundo está para servirle. En las crónicas de la década de 1880 junto al progresivo aumento de su labor periodística se detallan los análisis de los más diversos temas: la familia, elecciones, ambiciones, entre otros capítulos de la historia norteamericana vista por los ojos de un elocuente periodista y político como él.
La familia es la célula fundamental de la sociedad, la institución básica, y su proyección educativa afecta no solo a la descendencia, sino a la propia sociedad en su conjunto y compromete el futuro de un país. La educación infantil estaba por completo desatendida. De sus funestos resultados sobre los futuros hombres del mañana, se refiere al llevar la verdad que ( ) gustan más de pelotas y pistolas que de libros, porque las maestras no les enseñan de modo que el estudio los ocupe y enamore (10) como reflejo del cruel distanciamiento de las capas sociales. De los padres capta la lesión desmedida por lo material y el dinero, donde predice que el lujo más que grato, pudre. Con la imposibilidad de entender otras cosas que no fueran los intereses y la búsqueda de poder, sustentado en ganancias y la compra y alquiler de los deseos y la prostitución de los sentimientos inclusive en las mujeres.
Hombre tan correcto como Martí lanzando esta ardiente crítica contra la mujer parece increíble, mas ese tipo de mujer era diferente, esa sociedad estaba sobre pilares diferentes y en pleno reproche de los valores autóctonos, (…) la abuela entonada, la matrona fría, la granítica doncella ( ) cuya faz ni se ilumina ni se adelgaza con las consagraciones de las novias. Modelos de trajes son las recién casadas. (11) Con los "ojos de sed", ganas de escalar socialmente y llegar a la cima, no importa cómo y la soledad característica de esta; hace que sea un enorme campo de pelea por la fortuna y una estúpida forma de jugar a ser grandes, ( ) Un día es un perro que viene de regalo en los brazos del amo ganancioso; ( ) otros, los días de pérdida, el perro viene dentro del amo. (12)
Los derrochadores y corruptos, políticos deshumanizados del ámbito público, que temen ensuciarse y sudar cuando su votantes necesitan a su representante, no se interesan y solo cuando hay razón de sudar y ensuciarse previo día de elecciones lo hacen con desmanes y creen ocultar la verdad del rostro y actitud siendo hombres y humanos un solo día. ¡Imposible!
En crónicas como "Noche de Blaine" Martí no se detiene en estúpidas critiquillas, defiende la honradez como una de las cualidades de los políticos, y duro rompe el velo de las acciones teatrales de este individuo. James G. Blaine es uno de los muchos diablos sin escrúpulos de la manada de politiqueros. La Conferencia Panamericana en 1889 cree que Blaine les presenta el verdadero rostro de aquel que fuese el país anfitrión: los Estados Unidos, que los convida a seguir sus huellas, luego de la refinada procesión a través de ferias, ciudades lujosas y demás orgullos nacionales. La otra cara de la moneda norteamericana no se revela y confunde o atrae a sus disimuladas exigencias en pregones a los asistentes enviados por las repúblicas de la América Hispana. (5, 8)
En discurso pronunciado el 30 de noviembre de 1889 en Hardman Hall, Nueva York, en pleno desarrollo de la Conferencia Panamericana, hace Martí un espléndido homenaje a uno de los poetas cubanos por el cual sentía gran admiración: José María Heredia, pero no se limitó al contexto del tema del discurso, utilizó sus dotes de extraordinario y oportuno orador para captar al auditorio y rescatar a delegados participantes en la Conferencia, como es el caso del delegado venezolano Nicanor Bolet Peraza, del cual Martí consideraba que era un fiel partidario de Blaine. Luego los hechos le demostraron lo contrario. Hace en todo el discurso un llamamiento a los incautos que creyesen en las promesas americanas y cayeran en la trampa engañosa del deslumbramiento en viajes y banquetes. Llama también a la dignidad de Latinoamérica, frente al ostentoso vecino, codicioso y avaro.
Creo conveniente reproducir fragmentos llenos de ferviente pasión y admiración por el cantor del Niágara, que a la vez tienen mucho de compromiso y de responsabilidad otorgada por las naciones a sus delegados:
Danos, oh padre, virtud suficiente para que nos lloren las mujeres de nuestro tiempo, como te lloraron a ti las mujeres del tuyo; o haznos perecer en uno de los cataclismos que tu amabas, si no hemos de saber ser dignos de ti. (13)
A grandes rasgos esta es la sociedad norteamericana que estaría por muchos años en contacto con nuestro Martí, y si pensamos, nada se puede esperar de pueblos con estos pilares, la base débil y falta de valores e idiosincrasia propia del régimen económico social que avistaba impaciente en los Estados Unidos. Sobre los que pesaría una economía Imperialista, que repercute en la sociedad y engendra gérmenes propios e imposibles de disimular para aquellos que quieran ver más allá de las apariencias, sin comportarse como frívolos y contentarse con las impresiones; que así como las entrañas suelen ser muy diversas.
Orgullosos los cubanos de que alguien con el temple de Martí naciera en la bienaventurada tierra de Cuba. En sus días en Venezuela, a raíz de la publicación de la Revista Venezolana, el periodista Adriano Páez, sin conocerlo, dijo de Martí calificando sus atrevidos e intrépidos artículos:
Pero, ¿quién es Don José Martí? Entendemos que es de origen catalán y que los huracanes revolucionarios lo han arrojado a las playas venezolanas. Si diera un salto a Colombia ¡cuál sería nuestro contento! Lo recibiríamos al ruido de las campanas y hasta con descargas de cañón. (14)
Posiblemente uno de los momentos donde ha sido más útil y necesaria la obra de José Martí, como faro y guía para todos los cubanos y para los hijos de Latinoamérica, es el presente en el que vivimos. Las condiciones actuales donde se ha avanzado en la integración regional, presuponen el agotamiento de los mecanismos utilizados por el Imperialismo Norteamericano para mantener en posición de vasallos a nuestros pueblos de América.
La enajenación de América, la ruptura violenta de gobiernos, las guerras de anexión y sometimiento, donde las economías débiles sucumben ante el poderío de la americana, los métodos de chantaje, expropiación, sometimiento y agresión directa e indirecta, tanto en el plano material, como psicológico y social forman parte de la política exterior de los Estados Unidos.
Ser un hombre de estos tiempos presupone tomar una actitud frente a los sucesos internacionales, valorándolos como realmente ocurren y buscando su verdadero objetivo. La reapertura de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos es y debe ser ese motivo más que debemos encontrar para adentrarnos en la obra martiana, en sus valores, en sus análisis, en su estructura y en su prédica porque Cuba y el mundo requiere entender la magnitud del pensamiento martiano para que ayude a las grandes aspiraciones libertarias de hoy. José Martí siempre estará velando por la Cuba nueva y la Latinoamérica más comprometida con su historia, impulsadas por su voluntad, porque nunca excederá la admiración de nuestro pueblo y su nombre será motivo de constante alabanza.
Centro de Estudios Martianos. Obras Completas Vol.22. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975: p. 68.
Martí Pérez JJ. Madre América. En: Obras Completas. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975.
Colectivo de Autores. Martí en la Universidad Vol.4. La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 2007.
Martí Pérez JJ. Francia. En: Obras Completas Vol.4. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 355.
Vázquez Pérez M. La vigilia perpetua, Martí en Nueva York. Ciudad de La Habana: Editorial Ala y Raíz; 2010.
Martí Pérez JJ. Correspondencia, Nueva York, 2 de agosto de 1886. En: Obras Completas Vol.7. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 39.
Martí Pérez JJ. En: Revista Ilustrada. Nueva York: 10 de enero de 1891.
Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América En: Vitier Bolaños C. Cuadernos Martianos: preuniversitario Vol.3. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 2008.
Vázquez Pérez M. La vigilia perpetua. Martí en Nueva York. Ciudad de La Habana: Editorial Ala y Raíz; 2010: p. 18-19.
Martí Pérez JJ. Cartas de Martí. Un domingo de junio. En: Obras Completas Vol.10. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 60.
Martí Pérez JJ. Cartas de Martí, La Nación, Buenos Aires, 13 de junio de 1885. En: Obras Completas Vol.10. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 229 – 230
Martí Pérez JJ. Un domingo de junio. Obras Completas Vol.11. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 63-64.
Centro de Estudios Martiano. Obras completas Vol. 5. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1975. p. 175-176.
Páez A. ¿Quién es Don José Martí? Obras Publicadas. p 58.
Biografía del autor:
Nombre y apellidos: Yoander Nápoles Zaldívar
Fecha de Nacimiento: 14 de marzo de 1995
Lugar de Nacimiento: Banes, provincia Holguín, Cuba
Estudios culminados: Nivel Medio Superior, graduado de Bachiller en Ciencias y Letras.
Estudios actuales: Estudiante de Medicina, 2do Año de la carrera.
Datos del Trabajo:
Cuba, Holguín, 27 de enero de 2016.
Autor:
Yoander Nápoles Zaldívar