Desarrollo
EL Modernismo es una tendencia literaria que surge en Hispanoamérica a finales del siglo XIX. En la mayoría de la s ocasiones se le define al modernismo como una expresión extranjerizante y afrancesada, siendo a todas luces, este análisis extremadamente parcial y limitado, aunque es probado y evidente que las obras de Julián del Casal y Darío- altos exponentes del movimiento– estaban muy influenciadas por escritores franceses como Gaurier, Baudelaire, Leconte de Lisell y otros. El propio Rubén Darío proclama el afrancesamiento de su obra, no como limitación, sino como un acierto.
EL modernismo se puede ubicar dentro de una situación política, social y económica plena de inestabilidad, producida por perturbaciones políticas y crisis económicas, cuadro predominante en Hispanoamérica.
La realidad de las letras hispanoamericana en estos años no era la mejor, ni siquiera lo más aceptable que pudiera desearse. El romanticismo que había visto pasar ya lo mejor de su etapa creadora, se debatía por sobrevivir bajo formas extremas y repetidas, de ahí que el modernismo fue una tendencia que surge como búsqueda desesperada a una salida urgente de aquel caos decadente, y que como lo definiera Max Enríquez Ureña, no fue más que una lírica de exquisiteces con acento francés e inclinación por las innovaciones formales: métricas y estróficas, y que, por su interés prendido en los hallazgos expresivos, centra, embrida sus temas en el individualismo, el preciosismo y la sensualidad.
En España, en los años que van de 1870- 1890, a la par de un desarrollo en la novela y el cuento, con figuras eminentes como Galdós y Alarcón, entre otros, se produce una decadencia en la poesía, derivada esencialmente de una cadencia cultural nacida de un retraso social de siglos.
En un artículo en 1880 Martí se detiene en la realidad cultural de España y señaladamente en su pobreza lírica, al hacer referencia a los españoles del momento y de su retraso social dice: ´¨Desde que el mundo entero razona y la fábrica de vapor ocupan los lugares de numerosos arsenales, ellos deben razonar con el mundo, trabajar en las fábricas y buscarse sitio entre los que piensan como Herber Espencer, se quejan como Heine, dudan como Byron y desprecian como Leopordi. Con sus manos españolas deben denir las cuerdas de la lira humana.
En este criterio martiano encontramos una de las más sorprendente aproximaciones de nuestro héroe nacional: la de comprender que el retraso de la lírica española no procede del mayor o menor talento de un creador sino de no haberse resuelto en el suelo peninsular cuestiones económicas y sociales de primordial magnitud. En otra ocasión Martí señalaría:
´´Las esparcidas y humeantes ruinas de la vieja sociedad todavía no se han transformado en los nuevos elementos de la época democrática. La poesía de la naturaleza no puede mover solo los corazones de una sociedad que tiene empeñada las amargas cuestiones en los más oscuros campos de la batalla. Dos gigantes, el pasado y el porvenir, lidian actualmente. La tierra de Don Pedro y Felipe cantará verdadaderamente poesía el día en que una nueva sociedad se asicute´´.
SI esta sociedad, no se ha asentado todavía en España, ¿Qué frutos podían recogerse en los días del Modernismo?
Frente a todo esta debacle de la lírica española está el gran florecimiento de las letras francesas, donde se palpa a cada paso una extraordinaria vitalidad renovedora .Se enmarcan en esta etapa el parnasianismo, el simbolismo y el decadentismo, fundamentalmente con escritores destacados como: Leconte Delish, Laforque, Vaudelaire, Gautier y otros.
Este panorama se refleja claramente en América y en sus búsquedas literarias de una ruta propia. Desde los años 1850 el positivismo va penetrando en los intelectuales hispanoamericanos, situación que va caracterizar filosóficamente los fínales del siglo XIX.
En el modernismo pueden encontrarse reflejadas toda una serie de tendencias fundamentalmente francesas que señalamos anteriormente como el parnasianismo , el simbolismo y otras como el realismo , el naturalismo, el impresionismo, incluyendo el romanticismo, ahora bien ,es justo señalar que en esta misma búsqueda estética que tiende a la evasión , refleja una cruda realidad, oculta en la mampara de la belleza.
Toda obra de arte es expresión de la realidad objetiva circundante, y la estética del modernismo, la búsqueda de la perfección formal, de la renovación en la expresión poética, el rompimiento con el retoricismo, la utilización de efectos de color , símbolos, de elegancia plástica, denotan una situación político social chocante y desgarradora, frete a la cual estos escritores americanos fueron políticamente testigos vacilantes e indecisos, la evasión ante la vida fue un único compromiso social. No hay dudas de que los poetas hispanoamericanos, pertrechados de magníficos dotes, no podían encontrar en lo español maestría. Obedecieron a un impulso de universalidad y actualización mal atendido y nació una poesía de superior calidad formal, pero venida de las manquedades de la lírica francesa. Es por eso que Martí teniendo estos resultados advierte a los escritores latinoamericanos sobre la inconveniencia de mirar hacia París y defiende a los líricos de nuestra América de caer bajo el dominio de los poetas madrileños.
Martí y el pensamiento modernista
"Modernismo" es la palabra tomada de los simbolistas y elegida por Darío para designar la fructífera tendencia. Se ha dicho que el Modernismo representa la inquietud de una época: el final del siglo XIX, el cambio histórico que se refleja en el arte, la religión. Pero el Modernismo literario, más allá de ese contexto cierto, aportará un cambio definitivo en el manejo expresivo del idioma. Se ha señalado que el Modernismo concreta el sueño de los escritores románticos: diseñar un lenguaje típicamente latinoamericano, reconocido por los mismos españoles. A veces defendido y otras combatido, el Modernismo es la base sobre la que se desarrollará la literatura hispanoamericana del siglo XIX.
Su vida ha estado signada por la temprana y constante lucha por la libertad de su patria y los valores morales. Sufrió castigos y destierros, por lo que vivió en España y viajó a Europa. Residió temporariamente en países de América latina y se radicó después en Estados Unidos, donde continuó su trabajo por la resistencia. Murió combatiendo por su amada isla, en 1895.A su vida generosa y heroica suma el mérito de ser uno de los escritores más grandes del continente. Crea un estilo nuevo e inicia, junto con otros, esa voluntad de renovación e independencia verbal que es el Modernismo. Su estética se basa sobre la creencia en un arte bienhechor. El artista debe ser útil a los hombres. El arte es concebido como un instrumento que puede expresar las emociones humanas y mejorar la sociedad. Martí escribe porque cree que la escritura es el mejor puñal. Ese puñal que es su verso deviene en flor: posee la fuerza de transmitir lo inefable del alma y las aspiraciones y sentimientos del hombre americano. Su estilo sencillo: Su escritura es fragmentaria, a causa de su azarosa existencia. En vida, casi no publicó. Sus obras de crítica aparecieron en periódicos (La Nación).Martí fue un escritor muy original, pero sin rebuscamientos ni excentricidad. En toda su prosa las ideas tienen vigor y dinamismo. Aparece una abundancia de ritmos, reforzada por brillantes metáforas, riqueza de vocabulario, y diversidad de recursos de estilo.
La obra poética: Sus libros de poesía son: Ismaelillo (dedicado a su hijo, que presenta imágenes reveladoras de una nueva sensibilidad), Versos sencillos, Versos libres, Flores del destierro y otros poemas aparecidos en la revista La edad de oro, que él fundó.
La poesía de Martí está llena de gracia y armonía visual y sonora. En el prólogo a Versos sencillos anuncia: "Amo la sencillez y creo la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sencillas".
Unida a esta prédica de la naturalidad se desarrolla una conciencia social, la cual que se manifiesta en una constante preocupación por los problemas de América. Su conciencia americanista, que contrasta con la extranjerizante de muchos de sus contemporáneos, le hace emitir juicios severos contra los escritores que solo prestan atención a la moda y modelos foráneos, desatendiendo así la originalidad, las realidades y características propias de sus países. Para Martí, el pueblo es un elemento clave en la elaboración poética y cuenta tanto como el poeta mismo, porque allí encuentra este la fuente de su inspiración, como dijera Roggiano en sus frases ya usadas que la poesía es a la vez obra del bardo y del pueblo que la inspira… La poesía es durable cuando es obra de todos. Tan autores son de ella los que la comprenden como los que la hacen. Paradigma este que asume Martí buscando establecer un diálogo con el pueblo. En su poesía manifiesta el compromiso adquirido con los desposeídos. Así lo manifiesta en el poema III de Versos Sencillos: "con los pobres de la tierra/ quiero yo mi suerte echar". La poesía natural que propone está basada en su conciencia de lo americano, en la expresión y utilización de los elementos que componen toda la naturaleza americana y en la sencillez con que debe elaborarse para que el mensaje llegue al pueblo. Las letras no son un mero fin de producción de belleza formal, sino que se usan con el intento de expresar en lengua hermosa ideas profundas y durables. Así, el arte, la poesía no es una mera contemplación, sino cierta inmanencia de actividad transformadora que tiene por fin un mejoramiento de la realidad; la literatura debe encaminarse hacia el bien del prójimo. Para Martí, la poesía, la obra de arte en general, debía tener una clara función social y caminar de acuerdo a la sociedad. Martí tiene un concepto evangélico del poeta en cuanto hombre, a quien presenta como un místico del deber y como un mártir de su propio destino.
Como premisa fundamental, es imprescindible considerar la certeza de que Martí no fue precursor de una literatura que, supuestamente, después de él llevarían a su culminación otros escritores hispanoamericanos. En lugar de ello, En vez de esa condición de mero anunciador de lo que maduraría más tarde, debemos reconocer en martí su carácter de iniciador, de fundador, no solo desde el punto de vista político, sino también literario.
Los modernistas vivieron presos en la cárcel de la sensualidad, algunos creyeron que habían conquistado la libertad, ya que nada los ataba a una norma tradicional ni a una consecuencia política. Su caso probó el error de acudir a las apariencias y no a las realidades.
Cuando en el año 1888 es publicado le libro Azul de Rubén Darío, es dada por oficial esta tendencia-el modernismo en el mundo literario. Y a en esa época Martí sentía y expresa la necesidad de buscar novedosas estructuras en nuestra incipiente literatura Se repite aquí la certeza de un hombre que logra hallar una solución adecuada y apropiada a los problemas de América, ante una situación tan deformante y desesperada ya que para Martí una renovación poética parte íntegramente de una revolución social, de un cambio radica de esencias.
Martí no pudo escapar de las influencias europeas, conoció la bestia agradable de la evasión sensual, pero en el primer caso logra subir por encima de esas influencias y encontrar las formas de integrarlas a nuestras condiciones depurando así su estilo, en el segundo caso Martí supo domar esa bestia. Él siempre abogó por el total conocimiento de todas las literaturas, como la vía más efectiva para librarse de la preponderancia de una de ellas, lucha contra los modernistas iníciales, critica a Casal y se manifiesta contrario al maridaje con la literatura francesa.
Por esto en su obra Dieciocho ensayos martianos Juan Marinello plantea: ´´Ningún modernista levantó un dedo para prevenir a los poetas americanos sobre las manquedades de los francés dominante- lo que hubiera sido negarse a sí mismo y en esto Martí levantó, siempre, las manos.´´
Martí es el polo positivo , el ejemplo aún vivo que arrastra consigo una heroica tradición americana deseosa de conocer todas las culturas, para no depender de ninguna , en posibilidades de enfrentarse a modelos ajenos y tomar de ellos los aspectos valiosos sin necesidad de subyugarse a ellos. Firme para no ceder lo intransferible y leal para ofrecer con belleza, realidad y eficacia, la angustia sedienta de nuestras tierras.
Nuestro Héroe Nacional no fundamenta su estatura artística, encaminando su obra por modelos ajenos, por lo tanto tiene absoluta libertad para valorar esos modelos, para advertir y alertar a los literatos de nuestra América sobre el veneno de su seguimiento y para realizar. Extrayendo por positivo de esos modelos una gran obra propia, original y rica.
Mientras los modernistas encabezados por Rubén Darío forman una vanguardia decorativa, pero infiel, Martí culmina una posición americana que viene del fondo de nuestra independencia y se encamina hacia nuestro futuro.
Los libros de poesías publicados en 1882 y 1891, Ismaelillo y Versos sencillos son una clara representación de una revolución de las expresiones poéticas. En estos libros lo fresco radica en la expresión general, las imágenes formalmente sencillas con muestra de fehaciente sensibilidad.
Y yo besaba
Sus pies pequeños
¡Dos pies que caben
En un solo beso!
(Mi caballero, Ismaelillo).
Si ves un monte de espumas,
Es mi monte lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
(V Versos sencillos).
En la obra poética de José Martí pueden encontrarse en muchas ocasiones elementos expresivos que también están presentes en el Modernismo, como: armonía verbal, refinamiento, uso de sinestesias, efectos brillantes a través de l uso de la policromía:
En un ave de dos alas
Bogo por el cielo azul.
Un ala del ave es negra,
Otra de oro Caribú.
(VII Versos Sencillos).
Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.
(IX Versos sencillos)
Súbito, de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
(X Versos Sencillos)
Yo no puedo olvidar nunca
La mañanita de otoño
En que le salió un retoño
A la pobre rama trunca.
(XII Versos sencillos)
Pero en la obra martiana la utilización de estos elementos es la directamente relacionada con la realidad, para él vida y poesía confluían en un solo haz luminoso. Entre Martí y Los modernistas existe una diferencia abismal en cuanto a concepciones que tienen sobre el símbolo plástico. Los símbolos modernistas (el símbolo es útil para expresar en una palabra lo inexpresable .Los símbolos preferidos del Modernismo son el color azul y el cisne .El azul representa lo celeste y el ensueño .El cisne es el poeta, la elegancia y el encanto mágico. También el pavo real, flor de Liz, el cisne, la princesa) tienen siempre finalidad plástica, de belleza melancólica y sensual, lo predominante es la conmovida intimidad personal, la evocación, la percepción sensorial y las palabras solo dan brillo y color a las frases:
¡Cuántos cisnes jugando en la laguna!
¡Qué azules brincan las traviesas olas!
En el sereno ambiente ¡cuanta luna!
Más las ¡qué tristes y solas!
(La serenata de Schubert- Manuel Gutiérrez Nájera)
Aún puedes casar la olorosa
Rosa y el lis
Y hay mirtos para tu orgullosa
Cabeza gris.
(Poema de otoño. Rubén Darío.)
Adorable jardín que una reina italiana
Adorada por Francia con su flor de lis,
Llenó de hechizo eglógico y de virtud pagana,
Para adornar el dulce regazo de París.
(En el Luxemburgo. Rubén Darío)
El símbolo modernista implica dos directrices claves, la primera, evitar deliberadamente el nombrar de manera directa, la segunda, la expresión indirecta de algo inagotable e imposible de describir.
En martí el símbolo es otra cosa, es belleza, fuerza, concepto, primeramente es imprescindible destacar que los símbolos martianos están llenos de contenido profundos. Martí utilizaba una misma palabra para expresar variados significados: por ejemplo con símbolos como el oro, utilizado para expresar un concepto vil, muy cerca a veces del dinero, usándolo para significar erróneamente una virtud superior, comparándolo con el sol o con algo muy valioso:
De batallantes:
Brillen cascos plumados
Como brillasen
Sobre montes de oro.
(Tábanos ficros, Ismaelillo)
Con el sol que era oro puro
Y en el alma más de un sol.
(XII versos sencillos)
En la obra martiana los símbolos no son solamente expresiones brillantes ,indefinidas a veces, sino, que son armas que pueden expresar también rebeldía, violencia, fuerza:
Caballo de batalla!
Arnés brillante ¡caña fina ¡ Linchados
Los belfos nuevos, como olor de gloria
Canta la tropa y los fusiles limpia…
(Caballo de batalla ¡fragmento y poesías en la obra)
Dame el yugo ¡oh mi madre ,de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.
(Yugo y estrella, versos libres)
En la prosa martiana están presentes los más altos vuelos poéticos que puedan encontrarse en la literatura hispanoamericana, su ritmo, síntesis, belleza formal y profundidad conceptual van unidos de forma armónica.
Para Martí lo poético no se limitaba solo al verso sino que se extendía a toda la creación artística y en su obra la distinción prosa-verso pierde todo sentido, ejemplo de esto son las palabras con que introduce cada libro suyo de versos, su Ismaelillo expresa:
´´ Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te siento, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Amando he cesado, de verte en una forma, he cesado de pintarte. Esos riachuelos han pasado por mi corazón! Lleguen al tuyo!
En las palabras que introduce Veros Sencillos dice:
´´…Me echó el médico al monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos. A veces ruge el mar y revienta la ola, en la noche negra, contra las rocas ensangrentadas del castillo: a veces susurra la abeja merodeando, entre las flores.´´
En la introducción de Versos libres, que él titula, Mis versos señala:
´´…Amo las sonoridades difíciles, el verso escultórico, vibrante como la porcelana, volador como un ave , ardiente y arrollador como una lengua de lava. El verso ha de ser cono una espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria de un guerrero que va camino al cielo y al envainarla en el sol, rompe sus alas.´´
En estos ejemplos puede apreciarse el sentido vigoroso, versátil, inusual de su prosa, contrastando con las formas gastadas de su época, esto constituyó una revolución literaria en Hispanoamérica.
Conclusiones
Por todo lo dicho queda bien claro que no solo es Martí diferente al modernismo sino que lo supera y lo supera por la suprema razón de ser un hombre de entraña política, en el más ancho sentido, no solo por luchar en pro de la libertad de su país y de haber muerto en combate, sino porque comprende e interpreta la situación cultural Hispanoamericana con un profundo sentido histórico y porque advierte y combate contra el gran peligro que se avecina: el imperialismo yanqui. Martí tiene un concepto político de la lengua: mantiene que esta debe acoger los elementos fecundos sin denuncia de su básica estructura, al fin de que sea vehículo de unidad y de lucha para los pueblos de Hispanoamérica. Como los modernistas no escuchan esa ley Martí los enfrenta.
Se ha dicho mucho que el modernismo no es un movimiento como Darío lo llamó, ni una escuela, sino una época, y a Martí correspondió iniciar esta época que aún vivimos, la historia contemporánea de nuestra América, en sus combates, en sus ideas, en sus letras. Se trata de de una época que se abrió alrededor de 1880 y que para conjunto de América Latina no se ha cerrado aún: la época del imperialismo yanqui y de la liberación.
Bibliografía
1. Anuario del centro de estudios martianos, H4, 1981.´´ cuál es la literatura que inicia Martí´¨-Roberto Fernández Retamar.pag.26-50.
2. Augier, Ángel. "Notas sobre el proceso de creación poética en Martí Anuario L/L: 13-34. –
3. Dieciocho ensayos martianos- Juan Marinello. Editora política, La habana, 1980.´´ Sobre el modernismo, polémica y definición ´´, PAG.146-189.
4. Henríquez Ureña, Max. Breve historia del modernismo. México: Fondo de cultura económica, 1954.
5. Introducción a Martí- Roberto Fernández Retamar. Centro de estudios martianos, 1978, La Habana.´´ El caso del modernismo´´- PAG.186-196.
6. Llanos, Díaz Elmer. La poética modernista de José martí. Universidad Nacional "Pedro Ruiz Gallo" – Lambayeque
7. Martí, José- Obras Completas. Editora Nacional de Cuba, La Habana,1984
Autor:
Lic. Ivania García Viamonte
Dr. Ignacio González Carballé
Curso: 2009 -2010.
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