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Revelado de huellas lofoscópicas en papel (página 6)


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CAPÍTULO V

FACTOR DE SOPORTE Y REACTIVOS, SOLUCIONES E INSTRUMENTOS

EN LA PRUEBA LOFOSCÓPICA

5.1. El papel

Dentro del trabajo criminalístico es de suma importancia conocer los diversos tipos de soportes que existen, pero en especial en este caso, por el tipo de investigación que se lleva a cabo, sólo nos referiremos al papel como uno de los soportes más empleados, donde por la importancia que reviste, es muy frecuente encontrar huellas latentes sobre él. Al hablar de lofoscopía y por el titulo del presente capítulo, se verá la relación directa que hay entre ésta, el soporte y los distintos métodos existentes para el revelado de huellas latentes, igualmente mencionaremos las características fisicoquímicas de algunos de los diversos reactivos utilizados para el revelado de huellas latentes sobre papel.

El papel, es un "material en forma de hojas delgadas que se fabrica entretejiendo fibras de celulosa vegetal. El papel se emplea para la escritura y la impresión, para el embalaje y el empaquetado, y para numerosos fines especializados que van desde la filtración de precipitados en disoluciones hasta la fabricación de determinados materiales de construcción. El papel es un material básico para la civilización del siglo XXI, y el desarrollo de maquinaria para su producción a gran escala ha sido, en gran medida, responsable del aumento en los niveles de alfabetización y educación en todo el mundo."

5.1.1. Antecedentes históricos

Ahora bien, al conocer la definición de lo que es el papel, se mencionarán algunos de los aspectos históricos del mismo, por lo cual tenemos que, según la tradición, el primero en fabricar papel, en el año 105, fue Cai Lun (o Tsai-Lun), un eunuco de la corte Han oriental del emperador chino Hedi (o Ho TI). El material empleado fue probablemente corteza de morera, y el papel se fabrico con un molde de tiras de bambú. "El papel más antiguo conservado se fabricó con trapos alrededor del año 150. Durante unos 500 años, el arte de la fabricación de papel estuvo limitado a China; en el año 610 se introdujo en Japón, y alrededor del 750 en Asia central. El papel apareció en Egipto alrededor del año 800, pero no se fabricó allí hasta el año 900."

El empleo del papel fue introducido en Europa por los árabes, y la fábrica de papel se estableció en España alrededor del año 1150. "A lo largo de los siglos siguientes, la técnica se extendió a la mayoría de los países europeos. La introducción de la imprenta de tipos móviles a mediados del siglo XV abarató enormemente la impresión de libros y supuso un gran estímulo para la fabricación de papel."

El proceso básico de la fabricación de papel no ha cambiado a lo largo de más de 2.000 años, e implica dos etapas: trocear la materia prima en agua para formar una suspensión de fibras individuales y formar láminas de fibras entrelazadas extendiendo dicha suspensión sobre una superficie porosa adecuada que pueda filtrar el agua sobrante.

En la fabricación manual del papel, la materia prima (paja, hojas, corteza, trapos u otros materiales fibrosos) se coloca en una tina o batea y se golpea con un mazo pesado para separar las fibras. Durante la primera parte de la operación, el material se lava con agua limpia para eliminar las impurezas, pero cuando las fibras se han troceado lo suficiente, se mantienen en suspensión sin cambiar el agua de la tina. En ese momento, el material líquido, llamado pasta primaria, está listo para fabricar el papel. La principal herramienta del papelero es el molde, una tela metálica reforzada con mallas cuadradas o rectangulares. El molde se coloca en un bastidor móvil de madera, y el papelero sumerge el molde y el bastidor en una tina llena de esta pasta. Cuando los saca, la superficie del molde queda cubierta por una delgada película de pasta primaria. El molde se agita en todos los sentidos, lo que produce dos efectos: distribuye de forma uniforme la mezcla sobre su superficie y hace que las fibras adyacentes se entrelacen, proporcionando así resistencia a la hoja. Mientras se agita el molde, gran parte del agua de la mezcla se filtra a través de la tela metálica. A continuación se deja descansar el molde, con la hoja de papel mojado, hasta que ésta tiene suficiente cohesión para poder retirarse del bastidor.

Una vez retirado el bastidor del molde, se da la vuelta a este último y se deposita con suavidad la hoja de papel sobre una capa de fieltro. Después se coloca otro fieltro sobre la hoja, se vuelve a poner una hoja encima y así sucesivamente. Cuando se han colocado unas cuantas hojas de papel alternadas con fieltros, la pila de hojas se sitúa en una prensa hidráulica y se somete a una gran presión, con lo que se expulsa la mayor parte del agua que queda en el papel. A continuación, las hojas de papel se separan de los fieltros, se apilan y se prensan. El proceso de prensado se repite varias veces, variando el orden y la posición relativa de las hojas. Este proceso se denomina intercambio, y su repetición mejora la superficie del papel terminado. La etapa final de la fabricación del papel es el secado. El papel se cuelga de una cuerda en grupos de cuatro o cinco hojas en un secadero especial hasta que la humedad se evapora casi por completo.

Los papeles que vayan a emplearse para escribir o imprimir exigen un tratamiento adicional después del secado, porque de lo contrario absorberían la tinta, y el texto y las imágenes quedarían borrosas. El tratamiento consiste en conferirle aspecto al papel sumergiéndolo en una disolución de cola animal, secar el papel aprestado y prensar las hojas entre láminas de metal o de cartón liso. La intensidad del prensado determinan la textura de la superficie del papel. Los papeles de textura rugosa se prensan ligeramente durante un período relativamente corto, mientras que los de superficie lisa se prensan con más fuerza y durante más tiempo.

Aunque los procedimientos esenciales de la fabricación mecanizada de papel son los mismos que los de la fabricación manual, el proceso mecánico es bastante más complicado. La primera etapa es la preparación de la materia prima. Los materiales más usados hoy día son los trapos de algodón o lino y la pulpa de madera. En la actualidad, más del 95% del papel se fabrica con celulosa de madera. Para los papeles más usados, como el papel prensa empleado en los periódicos, se utiliza sólo pulpa de madera triturada; para productos de más calidad se emplea pulpa de madera química, o una mezcla de pulpa y fibra de trapos, y para los papeles de calidad se utiliza sólo fibra de trapos.

Los trapos empleados para la fabricación de papel se limpian mecánicamente para quitarles el polvo y otras materias extrañas. Tras esta limpieza, se cuecen en una gran caldera giratoria a presión, donde se hierven con cal durante varias horas. La cal se combina con las grasas y otras impurezas de los trapos para formar jabones insolubles, que se pueden eliminar más tarde mediante un aclarado, y al mismo tiempo reduce cualquier tinte de los trapos a compuestos incoloros. A continuación, los trapos se transfieran a una máquina denominada pila desfibradora, una cuba larga dividida longitudinalmente de forma que haya un canal continuo alrededor de la misma. En una mitad de la pila hay un cilindro horizontal con cuchillas que gira rápidamente; la base curva de la pila también está equipada con cuchillas. La mezcla de trapos y agua pasa entre el cilindro y la base, y los trapos quedan reducidos a fibras, en la otra mitad de la pila, un cilindro hueco de lavado cubierto con una fina tela metálica recoge el agua de la pila y deja atrás los trapos y fibras. A medida que la muda de trapos y agua va fluyendo alrededor de la pila desfibradora, la suciedad se elimina y los trapos se van macerando hasta que acaban separados en fibras individuales. A continuación, la pasta primaria se pasa por una o más desfibradoras secundarias para trocear aún más las fibras. En ese momento se añaden los colorantes, las sustancias para aprestarlo, como la colofonia o la cola, y los materiales de relleno, como sulfato de caldo o caolín, que aumentan el peso y la consistencia del papel terminado.

"La preparación de la madera para la fabricación de papel se efectúa de dos formas diferentes. En el proceso de trituración, los bloques de madera se aprietan contra una muela abrasiva giratoria que va arrancando fibras. Las fibras obtenidas son cortas y sólo se emplean para producir papel prensa barato o para mudadas con otro tipo de fibras de madera en la fabricación de papel de alta calidad. En los procesos de tipo químico, las astillas de madera se tratan con disolventes que eliminan la materia resinosa y la lignina y dejan fibras puras de celulosa. El proceso químico más antiguo fue introducido en 1851, y emplea una disolución de soda cáustica (hidróxido de sodio) como disolvente. La madera se cuece o digiere en esta solución en una caldera a presión. Las fibras producidas con este proceso no son muy resistentes, pero se utilizan mezcladas con otras fibras de madera. Un proceso empleado con frecuencia en la actualidad utiliza como disolvente sulfato de sodio o de magnesio."

"Los papeles especiales se someten a tratamientos adicionales. El papel súper satinado es sometido a un proceso posterior de satinado a alta presión entre rodillos metálicos y otros rodillos cubiertos de papel. El papel estucado, como el empleado para la reproducción fototipográfica de calidad, se apresta con arcilla o cola y se satina."

"Desde 1995 se fábrica papel con fibras de nylon, dacrón y orlón, y con mezclas de estas fibras y pulpa de madera. Este tipo de papel se produce con las máquinas habituales de fabricación de papel y puede tener una gran variedad de aspectos y características, desde el papel brillante parecido al normal hasta materiales que parecen tejidos. Las características únicas de los papeles de fibra sintética hacen que tengan muchas aplicaciones para las que el papel corriente no resulta adecuado, en particular como aislantes eléctricos, filtros para aparatos de aire acondicionado, cintas magnéticas para grabación de sonido, tejidos para calzados o entretelas de prendas de vestir."

"El aumento de la demanda de papel para la vida cotidiana ha multiplicado la posibilidad de utilizar papel de desecho y cartón como pasta de papel; con ello se consigue un gran ahorro de energía en el proceso de fabricación de la pasta primaria y la ventaja de no tener que utilizar madera de los bosques. Las técnicas de reciclaje han evolucionado con mucha rapidez: desde la II Guerra Mundial, y los dos sistemas principales de recuperación se aplican sobre papel impreso, que incluye el lavatorio de la tinta, y sobre papel de envoltorio y cartón, de mayor rugosidad y porosidad y con ausencia de grabados."

Debemos mencionar que aunque ya se haya hablado del papel, haremos un paréntesis para poder establecer las diferentes clases de Papel Bond existentes en el mercado; por qué esto? porque la toma de las muestras de las huellas lofoscópicas de ésta investigación fueron hechas sobre este tipo de papel.

Así tenemos el papel bond premier 20 libras 75 gramos/m2, el cual tiene como características "una excelente textura, soporte, además de un precio accesible, el cual se presenta en tamaño estándar o medida especial sobre medida." Tenemos el papel bond de precisión, 20 libras 75 gramos/m2, este tipo de papel se caracteriza por "tener una textura lisa de doble calandrado con una blancura superior, se presenta en tamaño estándar o medida especial sobre pedido." Finalmente tenemos papel bond "prime white" 20 libras 75 gramos/m2, sus características son que tienen el más alto grado de blancura, es extra liso y de alta resistencia, se maneja hoja estándar o especial sobre pedido.

Al hablar de papel, no se debe olvidar que tanto el espesor, la densidad aparente y el volumen, también forman parte de las características propias del mismo. Así tenemos que el espesor, llamado también calibre se define como la distancia perpendicular que existe entre las dos caras del papel bajo condiciones específicas, su valor se expresa en milímetros, micras y puntos que son milésimas de pulgada.

Normalmente se determina el espesor del papel para comprobar si corresponde al valor solicitado al comprarlo, sin embargo resulta mucho más interesante comprobar la uniformidad del espesor en diferentes puntos de una hoja y de una hoja a otra de una misma partida, si se tiene en cuenta la forma en que se fabrica la hoja de papel durante su fabricación se puede comprender que su superficie no es perfectamente plana y que puede presentar irregularidades que afectan directamente al espesor.

La uniformidad del espesor varía según el tipo y el grado de acabado del papel, por ejemplo, los papeles marquilla que se emplean para dibujo, tienen la superficie áspera, tienen una uniformidad más bien deficiente en su espesor de un punto a otro, o bien entre diferentes hojas, conforme van siendo más lisos los papeles, la uniformidad de su calibre va siendo mayor, hasta llegar a los papeles súper calandrados y los recubrimientos en los que la uniformidad del espesor debe ser alta.

Otro punto importante es también que no es lo mismo papel que cartón, ya que el espesor del papel depende de su peso base, sin embargo, papeles del mismo gramaje pueden tener diferente espesor, dependiendo de su composición fibrosa, la refinación que se le haya dado a la pasta, la compresión a la que haya sido sometida la hoja durante el proceso de fabricación, tanto en el prensado como en el calandrado y la porosidad. El contenido de humedad de la hoja también puede afectar su espesor. Esta variación en el espesor para un peso base dado, corresponde a una variación en la densidad aparente de la hoja de papel que es una de sus propiedades fundamentales más importantes.

El espesor es una propiedad muy importante desde el punto de vista de la transformación y el uso final del papel, su importancia se debe a que al variar el espesor, el manejo del papel en las máquinas se dificulta; además se ven afectadas en este caso todas lo propiedades físicas y eléctricas del papel, pudiendo provocar problemas en su uso.

La densidad del papel es probablemente el problema fundamental más importante; esta propiedad nos proporciona información sobre la estructura de la hoja y está relacionada con la mayoría de las propiedades del papel, especialmente porosidad, rigidez, dureza y resistencia, aunque de hecho influye en todas las propiedades ópticas y físicas excepto el peso base, también afecta la absorción y la facilidad para ser impreso.

Mientras que el peso especifico o volumen, es recíproco de la densidad, o sea el volumen en cm3 de un gramo de papel, en algunos casos se acostumbra utilizar volumen cuando se trata de papeles voluminosos, pero puede considerarse un equivalente de la densidad aparente y lo que influye en que una se aplica también a la otra.

La densidad aparente del papel se ve afectada por muchos factores, que se pueden dividir así: Los factores que afectan el número de uniones entre fibras, entre éstos son importantes el diámetro y la flexibilidad de las fibras, el grado de refinación, el prensado a la hoja húmeda y la cantidad de hemicelulosas; la presencia de materiales que llenan los vados en la hoja, los principales son: cargas, colorantes y almidón.

5.1.2. Cronología de la historia del papel

  • 300 A.C. En China, se escribía sobre una superficie de residuos de seda.
  • 100 A.C. Probablemente en China, se produce el papel.
  • 105 D.C. En China, Tsai-Lun, desarrolla un método para elaborar papel.
  • 300 Producción de papel en Asia Central.
  • 500 Producción de papel en Corea.
  • 610 Producción de papel en Japón.
  • 650 Producción de papel en Nepal.
  • 794 Producción de papel en Bagdad, Irak.
  • 850 La fabricación del papel se extendió de China a Nepal y la India.
  • 900 Producción de papel en el Cairo, Egipto.
  • 1036 Producción de papel en Córdoba, España.
  • 1100 La fabricación de papel se extendió de Bagdad a El Cairo.
  • 1144 Producción de papel en Xatvia, España.
  • 1189 Producción de papel en Hérault, Francia.
  • 1260 Fabriano, produce papel en Italia.
  • 1388 Producción de papel en Augsburg, Alemania.
  • 1390 Producción de papel en Nuremberg, Alemania.
  • 1400 Producción de papel en Marly, Suiza.
  • 1411 Producción de papel en Portugal.
  • 1428 Producción de papel en Gennap, Holanda.
  • 1443 Producción de papel en el taller Allenwinden, en Basle, Suiza.
  • 1490 Jhon Tate, produce papel en Hertfordshire, Inglaterra.
  • 1491 Producción de papel en Polonia.
  • 1499 Producción de papel en Bohemia.
  • 1532 Producción de papel en Motala, Suecia.
  • 1536 Producción de papel en Bavaria.
  • 1540 Producción de papel en Dinamarca.
  • 1546 Producción de papel en Rumania.
  • 1558 John Spilman, elabora papel en Dartford, Kent.
  • 1565 Producción de papel en Rusia.
  • 1570 Sten Bille, produce papel en Dinamarca.
  • 1590 Producción de papel en Darly, Escocia.
  • 1610 Producción de papel en Wookeyhole, Inglaterra.
  • 1620 La familia Romani establece un taller en Capellades, España.
  • 1690 William Rittenhouse, produce papel en Germanstown, USA.
  • 1693 Producción de papel en Lessebo, Suecia.
  • 1698 Producción de papel en Oslo, Noruega.
  • 1706 Producción de papel en Wales.
  • 1726 William Bradford, produce papel en New Jersey, USA.
  • 1802 Producción de papel en Québec, Canadá.
  • 1818 En Finlandia, se establece el taller de papel, Tervakoski.
  • 1900 Producción papel en Florida, USA.

5.1.3. El calandrado

La densidad del papel o cartón es su peso por unidad de volumen, se calcula dividiendo el peso basado en gramos por centímetro cuadrado entre el espesor en micras. Es más correcto utilizar el término densidad aparente, debido a que se incluye en el volumen el aire que existe en el papel atrapado entre las fibras.

Algunos valores normales de densidad aparente del papel en gramos por centímetro cúbico van de 0.5 en papeles voluminosos hasta 0.75 para papeles con alto número de uniones (más comprimidos) como el bond, algunos papeles como el couché y el glassine, tienen densidades de 1.0 gramos por centímetro cúbico o mayores. La celulosa tiene una densidad de 1.5 lo que indica que la mayoría de los papeles no recubiertos, contienen más del 50% de aire.

Una vez que hemos visto lo que es el papel, su origen, forma de manufacturarse y tipos de papel, procederemos a ver cual es la relación que guarda con la impresión de dactilogramas, quirogramas y pelmatogramas latentes y los diferentes reactivos que existen para poder hacer a estas visibles al ojo humano.

Retomando algunos aspectos anteriormente vistos recordemos que las huellas dactilares, palmares y plantares son, hasta hoy irrefutables identificadores de las personas, resulta realmente difícil que quién ha estado en un lugar pueda borrar por completo los rastros que su presencia ha dejado.

El delito perfecto (muy a pesar de los avances técnicos empleados por la delincuencia) sólo existe en la medida en que subsisten la imperfección en los métodos investigativos y la falta de elementos apropiados para revelar las pruebas indiciarias. Dentro de la técnica policial revelar huellas lofoscópicas constituye una prueba definitoria o irrebatible de la presencia del delincuente en la escena de un delito determinado.

Las pericias de identidad preparadas con base a ellas, que se fundamentan en principios científicos irreversibles, hacen plena prueba de sus conclusiones. Muchos fallos judiciales, la doctrina y la jurisprudencia, lo demuestran con frecuencia alentadora.

Se puede hallar restos papilares visibles y/o latentes, los primeros los observarán, como es lógico a simple vista en el caso que el delincuente hubiera manchado sus manos o pies con sangre, pintura, grasa, o cualquier otro colorante o sustancia arcillosa que permita dejar sus huellas en ella.

Los rastros latentes son producidos por las glándulas sudoríparas y sebáceas al excretar su contenido por los poros, de manera tal que se reproducirá fielmente el dibujo papilar en la zona que se haya apoyado.

Las huellas visibles se transportarán al laboratorio, si el o los objetos que las contienen, no pudieran transportarse, se procederá al fotografiado directo, para su posterior revelado por el técnico apropiado, se debe practicar en primer lugar un minucioso examen de la escena del crimen, tratando de reconstruir el camino seguido por el delincuente de principio a fin. Para ello se valdrá de las constancias sumarias o del relato de la victima, pero más que nada de las deducciones que su propia observación le aconseje al perito.

No debemos olvidar, que por más acucioso e inteligente que sea el delincuente, siempre tendrá un momento de distracción en el cual dejará estampada su personalidad física.

Como ya hemos visto, las huellas lofoscópicas son las que resultan del contado del pulpejo de los dedos, las palmas de las manos o plantas de los pies con la superficie de un objeto, cualquiera que sea y dependiendo de la presión que se lleve a cabo sobre esta superficie, de la naturaleza del cuerpo tocado, y de los materiales o substancias colorantes impregnados sobre la piel, se tienen los siguientes tipos de rastros:

Rastros Latentes: El revelado, fotografía y recolección de huellas lofoscópicas en el lugar de los hechos, donde se cometieron actos presuntamente delictivos, forman parte de una identificación lofoscópica, cuyo objetivo es revelar las huellas latentes, con el fin de hacerlas visibles, de manera que se les pueda conservar y comparar, ya que este tipo de rastros son aquellos que son producidos por la secreción natural de los poros de la piel y que a simple vista no se observan. Con el objeto de hacer visibles estos indicios se utilizan diversos reactivos y soluciones químicas que más adelante se detallarán. Cuando una huella es visible a simple vista, hay que fotografiarla antes de cualquier intento para su traslado al laboratorio. Este tipo de huellas pueden encontrarse sobre objetos tales corno: superficies lisas, pulimentadas, vidrio, madera barnizada, madera laqueada, papel, metales, plásticos, etc., y para su revelado se requiere de algún reactivo.

Rastros Bajorrelieve: Este tipo de rastros se encuentran en materias blandas, endurecidas o ambas, pero por la secreción emanada de los poros se resaltan las eminencias papilares, pudiendo estudiarse en estas las salientes de las crestas, y sus depresiones con facilidad. Este tipo de rastros se encuentran, por ejemplo sobre bloques de cemento, yeso, lodo, arena, no requiriendo de ningún reactivo para su estudio, ya que las salientes pueden apreciarse a simple vista, y con la ventaja de que al secar estos materiales, queden impresas definitivamente, si al imprimir la huella estos materiales se encontraban frescos.

Impresiones Visibles: Estas impresiones son visibles cuando la piel se encontraba impregnada de substancias colorantes, o cuando la superficie tocada, estaba recién pintada, o barnizada, y que por dichas circunstancias se observa el dibujo papilar, y debido a la multitud de detalles que integran el dibujo, es conveniente reactivarlos para un mejor estudio. Este tipo de rastros se encuentran en superficies tales como: papel, madera, metal, vidrio, cuero, piel humana, etc., llevando a cabo la impresión con sustancias colorantes, ya sean sólidas, o liquidas, tales como sangre, pintura, tinta, etc.

Tenemos así que para el revelado de huellas latentes existen dos métodos básicos o principales: físico y químico, respectivamente. Los primeros se caracterizan porque en su mayoría son reveladores que se presentan en polvo; mientras que los segundos se dividen en líquidos y gaseosos, aunque hay que recordar que no son los únicos, ya que por ejemplo el revelado a partir de técnica láser, por sus características, no coincide en ninguno de los dos métodos antes mencionados.

5.2. Reactivos y soluciones para revelado lofoscópico

5.2.1. Reveladores físicos pulverulentos

Como ya se expuso, el sudor al ser secretado contiene agua y otras sustancias. El agua tiene por resultado que se aproveche la utilización de ciertos polvos, principalmente hidrofilillos, en el revelado de huellas latentes lofoscópicas.

Tenemos así que dentro de los primeros esbozos del revelado de huellas latentes, los técnicos o personas encargadas de realizar tal trabajo, se veían en la necesidad de preparar sus propios polvos reveladores. Esta técnica tenía varios inconvenientes, ya que esos polvos eran utilizados indistintamente para el revelado de todo tipo de huellas. Con el paso del tiempo la práctica, la necesidad y el desarrollo de nuevos productos, fueron los indicadores o detonantes para utilizar diferentes polvos para cada caso en particular, puesto que éstos fueron haciéndose selectivos y especializándose para ciertos materiales y/o soportes de huellas lofoscópicas.

Dentro del incipiente uso de polvos para revelar huellas latentes sobre superficies claras, fue muy usado para este fin el polvo negro de humo y el carbón molido muy fino; para las superficies oscuras el polvo de grafito y ceniza de tabaco, entre los principales.

A medida que las técnicas de revelado fueron progresando, se perfeccionaron los reactivos para el revelado de huellas latentes. Los comercios dedicados a la venta de objetos utilizados en los servicios policíacos y de identificación forense fueron ofreciendo a la venta diferentes tipos de polvos, en variados colores, muchos de ellos excelentes reveladores.

a.) Negro de humo

Desarrollado en 1936, el polvo original Negro de humo (Lightning Black) es conocido por su color negro-carbón y por su propiedad de adherirse a la huella latente, pero no al fondo de la superficie. Es un polvo pesado que no flota en el aire y no ensucia al técnico así como a la impresión. El polvo negro de humo es recomendado para la mayoría de situaciones de revelado de huellas, su aplicación puede realizarse con una brocha de fibra de vidrio o una brocha de pelo de camello. Este polvo negro ha sido el polvo de elección por parte de muchos técnicos en huellas latentes y lofoscopistas por más de sesenta años.

Este polvo es muy sensible al contacto por lo cual debe manejarse cuidadosamente debe usarse seco y libre de partículas oleosas, las cuales al reactivar huellas formarán manchas compactas que inutilizaran la huella; también se caracteriza por ser volátil y ennegrecer demasiado los fondos, por lo que para su uso se recomienda mezclarlo con tres partes de cuarzo pulverizado y cuatro partes de licopodio, que le darán consistencia, produciendo el contraste deseado sobre blancos o claros sin producir demasiado color que impida que pueda apreciarse el rastro sobre superficies claras o blancas tales como: vidrio, metal, papel, madera, etc.

Figura: Polvo negro de humo.

b.) Polvos blancos

El polvo Blanco (Lightning White) es útil cuando se desea tener un gran contraste sobre una superficie oscura. Se debe usar siempre la misma brocha de fibra de vidrio en la aplicación del polvo blanco para evitar la contaminación de ésta con otros polvos de colores. Se aplica el polvo Blanco sobre la superficie y se levantan las huellas del mismo modo que se haría con el polvo negro. Sin embargo, cuando se levanta una huella revelada con cinta (tape transparente) o con un acetato, se debe utilizar una tarjeta o acetato con fondo negro.

Los polvos en color blanco son útiles para hacer revelados sobre fondos negros o cristales; "un buen polvo blanco se puede preparar con dos onzas de plomo blanco, y media onza de polvo de yeso francés." Es muy importante tener siempre en cuenta que el plomo puede producir envenenamiento al ser absorbido por el organismo. Comercialmente no se fabrican polvos que contengan una base de plomo debido a su peligrosidad. Tampoco están siendo preparados comercialmente polvos que contengan mercurio, ya que este metal se vaporiza a la temperatura ambiental, resultando altamente tóxico.

Figura: Polvo blanco.

c.) Sangre de drago

Se cuenta también para revelar huellas latentes con un polvo sumamente útil, el cual recibe el nombre de "Sangre de Drago" o "Rojo de Drago"; éste se obtiene de la resina de un árbol que se pulveriza muy finamente; su uso no se limita exclusivamente al especto del revelado lofoscópico, pues es utilizado también en la manufactura del grabado del zinc. Una de las grandes ventajas que representa el utilizar sangre de drago es que, al aplicarle calor una vez que se ha revelado alguna huella lofoscópica latente, se tendrá su conservación por mucho tiempo.

Figura: Polvo sangre de drago.

d.) Polvos fluorescentes

Cuando se presentan huellas latentes sobre fondo multicolor, tales como marquillas, portadas de revistas, etcétera, lo indicado es utilizar un polvo fluorescente. Su aplicación es idéntica a los polvos convencionales y posteriormente de polvoreados los objetos, se llevan a un cuarto oscuro exponiéndose a luz ultravioleta. En caso de existir huellas, estas fluorescen al someterse a este tipo de luz y puede ser fotografiada en la oscuridad. Una de sus ventajas es que los colores del fondo no aparecerán en la fotografía.

Figura: Polvos fluorescentes.

e.) Polvos magnéticos

Los Polvos Magnéticos para huellas latentes son similar en apariencia a los polvos normales, pero contienen un metal por lo que se adhieren a un imán. Cuando se introduce un aplicador magnético dentro del frasco de polvo, este se congrega en la punta del aplicador y toma la forma de una "brocha". Cuando se termina de aplicar el polvo, se sostiene el aplicador encima del frasco y con un pequeño jalón en la parte alta del aplicador se alza el imán, dejando caer el polvo en el frasco. Por esta razón se gasta una pequeña cantidad de polvo en cada aplicación.

El frasco de boca ancha evita el derramamiento de polvo al momento de guardar grandes cantidades del mismo acumuladas en forma de pelotas en la punta del aplicador magnético. Se recomienda la aplicación de polvo magnético sobre superficies de papel, papel brillante (tales como portadas de revistas), pañuelos desechables, madera áspera o pulida, piel, plásticos, vidrio, y caucho. Trabaja excepcionalmente bien sobre cubiertas de plástico después que han sido tratadas con cianoacrilato. Este tipo de polvos contienen diminutas fracciones imantadas que se aplican con un pincel igualmente imantado.

Figura: Polvos magnéticos.

El descubrimiento de la brocha o aplicador de polvos magnéticos se le atribuye a Herbert L. MacDonefi; se considera un medio efectivo para el revelado de huellas latentes sobre papel, vidrio, plástico y superficies en general no metálicas.

Figura: Pinceles, aplicadores o brochas para polvos magnéticos.

Los polvos magnéticos son un revelador apropiado para superficies rugosas y porosas, siempre que reúna las condiciones mínimas de limpieza. Los colores  que suelen utilizarse son el "plata" para lugares oscuros, el "gris" para áreas coloreadas ligeramente, el "negro" en dos tonos (negro para sitios de cuero y plástico y negro azabache para papel), "especial oro" para zonas de aluminio o cuero y color "especial blanco" empleado en los mismos soportes que el carbonato de plomo.

Entre las ventajas de este revelador están que apenas deja residuos alrededor de la huella revelada. Son reactivos  limpios en contraposición a uno de los alternativos: el "Negro de Marfil".  En algunas superficies metálicas proporcionan resultados óptimos (a pesar del  problema, más teórico que real, que representa la atracción imán-metal).  Uno de sus inconvenientes es su ineficacia en el revelado de huellas producidas con cierta antigüedad (salvo en el caso de soportes metálicos o bien de  porcelana), otro inconveniente es que su aplicación se dificulta en soportes verticales.

El costo, en caso de  utilizarlos como revelador preferente, sería muy elevado debido al alto precio de los polvos propiamente dichos (no del ingenio mecánico que permite su aplicación), y ello en base a que, si bien en teoría deberían ser recuperados en su mayor parte, en la práctica la pérdida que su aplicación origina es importante.

f.) Otros reactivos con presentación en forma de polvo

Hay además de los antes descritos, una cantidad importante de polvos que han sido ensayados y utilizados en el pasado, así como productos nuevos con gran éxito técnico, entre los que destacan los siguientes: Antraceno (polvo fluorescente), Rojo Sudán, Ceniza, Negro marfil, Azul de metileno, Bermellón, Bióxido de manganeso, Oxido de plomo, Oxido rojo de mercurio, Oxido de cobalto, Minio, Grafito, Sulfato de calcio, Calomel, Yeso, Óxido férrico, Polvo de oro, Kaolín, Carbonato de plomo, Sulfato de plomo, Licopodio, Carbonato de magnesio, Nitrato de mercurio, Óxido de magnesio, Potasio, Óxido cúprico, Talco, Sulfuro, Óxido de zinc, Betún de Judea, Cloruro de plata, Dióxido de titanio, Pardo bismark, Ácido pardo, Fucsia, Cerusa, Vesubina, etcétera.

Figura: Reactivos pulverulentos.

Cabe aclarar que en la lista anterior sólo se mencionaron algunos de los más conocidos reactivos, existiendo una cantidad sorprendente de componentes en polvo para su uso en lofoscopía. Para la aplicación de polvos en el revelado de huellas latentes, se usan con muy buenos resultados las brochas de pelo de camello, con cerdas de dos a tres pulgadas de largo. No es recomendable el uso de brochas con cerdas cortas ya que se corre el riesgo de alterar o inutilizar la huella.

5.2.2. Aplicadores de reactivos en polvo

a.) Brocha de fibra de vidrio

Esta brocha se distingue por no contener fibras gruesas ni aceites naturales, se suaviza con el uso, y es mucho más resistente al desgaste que otras brochas. La brocha de fibra de vidrio fue desarrollada en todo el mundo para la aplicación de los polvos utilizados en la investigación de huellas latentes. Las características excepcionales de la brocha son su larga vida, su capacidad para tomar y retener grandes cantidades de polvo y el hecho de que las puntas de los filamentos se hacen más suaves con el uso.

Figura: Brocha de fibra de vidrio.

b.) Brocha de pelo de camello

En vez de utilizar una brocha de fibra de vidrio para la aplicación de polvos, algunos expertos o peritos prefieren las brochas de pelo de camello. Las brochas de pelo de camello pueden emplearse para la aplicación de polvos (no magnéticos) de todos los colores.

Figura: Brocha de pelo de camello.

c.) Otras brochas

También existen brochas fabricadas con pelo de caballo, con plumas de diferentes aves y hasta de fibras de cristal; sin embargo, los mejores resultados en la aplicación de polvos para el revelado de huellas latentes se han obtenido con brochas de pelo de camello.

Figura: Brocha de pelo de caballo.

Figura: Brochas de plumas de aves.

d.) Técnica para polvorear huellas latentes

Hay diversas formas de revelado lofoscópico pero pueden aplicarse de la siguiente manera:

  • Introduciendo la brocha en el depósito del polvo.
  • Regando polvo sobre la superficie.
  • Utilizando un atomizador.
  • Usando un rociador.
  • Utilizando una pequeña jeringuilla.

Al polvorear una superficie donde se presume que existe una huella latente es necesario tener muy presente que debe ser aplicado el polvo escasamente y en forma muy ligera. Si se aplica mucho polvo los surcos papilares se llenaran del mismo y, por lo tanto, habrá un cúmulo el cual hará que la huella no este bien revelada o se presente borrosa. Cuando se pasa una brocha con polvos sobre las huellas, las partículas se adhieren a los lugares húmedos; de esta forma, solamente los dibujos formados por las crestas aparecen separados, contrastando con el color del fondo.

Para obtener buenos resultados, es importante que, tan pronto comiencen a aparecer los dibujos de las crestas, se hagan los movimientos de la brocha siguiendo el sentido de los sistemas crestales.

También se pueden obtener buenos resultados, cuando el objeto es pequeño y puede ser movido con facilidad, regando polvo ligeramente sobre la parte que se supone tiene la huella y moviendo en todas direcciones el objeto, lo que hace que el polvo corra libremente sobre toda la superficie. Cuando comiencen a aparecer los dibujos, el movimiento se mantendrá solamente lo suficiente para que acaben de aparecer las crestas papilares, y que estén suficientemente claras para poder ser utilizadas. Una vez logrado esto, se remueve el polvo excedente colocando el objeto hacía abajo. Muchas veces las huellas reveladas en esta forma aparecen mucho mejor que las reveladas con brocha.

Figura: Revelado lofoscópico

5.2.3. Reveladores químicos

Indudablemente que los reveladores químicos tienen ventajas sobre los reveladores físicos; no deterioran el dibujo de las crestas, como ocurre algunas veces con los reveladores pulverulentos, por el contrario, la mayoría de las ocasiones da más detalles, nitidez y contraste, siendo importante cuando se tiene un fragmento pequeño de huella latente en donde es muy necesario el poder apreciar claramente la estructura y dibujos de las crestas y los poros.

a.) Revelador químico gaseoso: vapores de yodo

Entre los reveladores gaseosos tenemos, como el más importante de todos el yodo. Este es uno de los procedimientos más usados y recomendado para su uso en documentos y soportes de papel, ya que tiene la ventaja de no manchar ni dañar el soporte donde se localizan las impresiones; su principal desventaja es que desaparecen rápidamente las impresiones, por lo cual se deben fijar fotográficamente en forma casi inmediata, existiendo la opción de repetir la técnica varias veces.

"El yodo es un sólido cristalino gris oscuro a temperatura ambiente, pero cuando se calienta se convierte en un gas color violeta. Es un halógeno por tanto soluble en los disolventes orgánicos y en menor medida en agua. Forma soluciones coloreadas cuando se disuelve en líquidos como el alcohol etílico o tetracloruro de carbono. Todos los halógenos son venenosos y corrosivos por lo que es requiere un manejo especial, puesto que ataca a la mayoría de las sustancias".

Figura: Reveladores de yodo en cristales.

El yodo, dentro de la tabla periódica de elementos químicos su símbolo es la "I" mientras que su número atómico es el 53".

Es conveniente recalcar la alta toxicidad de los vapores de yodo, por lo que hay que tomar todas las precauciones necesarias, como trabajar en lugares bien ventilados y/o dentro de la campana de extracción de olores, para evitar accidentes. Sí las huellas que se pretenden revelar se encuentran sobre cartón o madera sin pintar o papel muy poroso, con frecuencia los peritos tienden a utilizar el rociado de vapores químicos. Se trata de elementos que, expuestos al calor, tienen la particularidad de producir vapores que penetran en las superficies y son absorbidos por los aceites provenientes de la piel. Dentro de este tipo de técnicas se pueden citar a las cámaras o fumigadores en base a vapores de yodo. Estos cristales, sometidos al calor, producen violentas emanaciones que pueden contenerse en una cámara en la que se depositen los papeles, cartones u objetos donde se pretenda revelar huellas, o rociarse sobre las mismas mediante una pistola especial.

Con cualquiera de los métodos los vapores de yodo al mezclarse con los aceites de la piel, revelerán los trazos de una huella lofoscópica de color café amarillento, que sólo será visible en tanto duren las emanaciones, por lo que resulta necesario fotografiarlas inmediatamente.

Esta técnica tiene como desventaja importante que los vapores son muy corrosivos para los equipos metálicos y tóxicos para el personal técnico que los aplica, por lo que su manipulación debe ser bastante cuidadosa.

Cabe destacar además que no resulta efectivo para huellas antiguas, hablando de tiempo en meses y años, siendo una mejor alternativa el uso de la ninhidrina.

Los vapores de yodo son específicamente recomendables, para superficies grasosas; los reveladores en polvo en estos casos, tienden a adherirse indiscriminadamente, llenando los espacios entre crestas y hasta sobre las mismas crestas, inutilizando las huellas para su posterior estudio.

Como se ha mencionado las imágenes producidas por los vapores de yodo no son permanentes, por lo tanto, es necesario tener lista la cámara fotográfica y en posición, con el objeto de que la exposición fotográfica sea tomada lo más rápidamente posible, siendo el momento ideal cuando la imagen aparece en su más alto contraste.

Un método efectivo y rápido de examinar fragmentos de papel puede ser hecho con el procedimiento del yodo; se han logrado hacer revelados sobre fondos de cobres brillantes que pudiera ser imposible con otros procedimientos.

Para utilizar los vapores de yodo con la finalidad de revelar huellas latentes podemos emplear dos diferentes sistemas: Para objetos pequeños portátiles, tales como cartas, documentos, etcétera, se puede usar una cámara de vapores de yodo; ésta consiste en una cámara de madera, teniendo en su frente un cristal móvil y de un tamaño no mayor de 25" x 15". Esta cámara deberá tener en su base una abertura circular donde se colocará un crisol en el que se depositarán los cristales de yodo. La cámara deberá colocarse dentro de la campana de extracción del laboratorio; los documentos deberán colocarse suspendidos por lo menos a seis pulgadas del crisol y el cristal del frente deberá estar cerrado, los vapores de yodo harán el revelado de las huellas, apareciendo los dibujos papilares de un color café oscuro, si se quiere acelerar el proceso se dará un poco de calor al crisol pero esto no es tan satisfactorio, debido a que los vapores saldrán en mayor proporción, lo que daría como resultado huellas latentes muy gruesas y posiblemente dañadas.

Debido a que las imágenes producidas por los vapores de yodo no son permanentes y con el fin de resolver ésta situación, se emplean con bastante éxito las hojas de transferencias de plata. Tienen la ventaja de que son flexibles; y pueden ser usadas en diferentes superficies. Para hacer una transferencia, primeramente la huella latente es sometida a los vapores de yodo, hasta obtener el máximo contraste, siendo el momento en que la hoja de plata se aplica directamente sobre la huella revelada, sosteniéndola en el lugar firmemente hasta lograr la transferencia, lo que ocurre generalmente en poco tiempo. El yodo de la impresión reacciona inmediatamente con la plata del disco o de la lámina, efectuándose entonces su revelado mediante la exposición de la lamina a la luz de una bombilla o del día, obscureciéndose poco a poco hasta ser completamente visible. Una precaución a tomar es que los discos deberán estar bien pulidos cada vez que sean usados; debe tomarse en cuenta que la imagen de la impresión en el disco aparece invertida, lo que deberá corregirse en su estudio.

Cuando se han utilizado los vapores de yodo para revelar huellas latentes sobre papel y éste tiene una cantidad considerable de almidón en su encolado, es posible fijar las huellas pasando el papel momentáneamente a través de una corriente de vapor. La reacción entre el yodo en la huella y el almidón del papel dará una coloración azul profundo que persistirá por algún tiempo.

En ocasiones puede ser necesario conservar la huella original sin el uso de la fotografía o de la hoja de plata para transferir, para este propósito varios autores recomiendan el uso de una solución cuya fórmula es como sigue: Cloruro de calcio, 1/2 onza; bromuro de potasio, 50 gramos; y agua, 4 onzas. Una vez rociada esta solución sobre la huella revelada previamente con vapores de yodo la fijará permanentemente. La solución puede durar varias semanas en buenas condiciones, pero es más aconsejable usarla fresca y en pequeñas cantidades, auxiliándose de un atomizador que facilita su aplicación evitando dificultades.

Cuando se trabaja con huellas sobre superficies de papeles que contienen escritos o grafías, hay que tener cuidado de no producir encimaduras ni escurrimientos de tintas. Es muy aconsejable el preparar una máscara de papel grueso o cartulina con una pequeña abertura, lo suficientemente amplia para exponer solamente la huella que va a ser fijada. De esta manera la solución será pulverizada solamente sobre la huella y deberá usarse poca cantidad de la solución si hay posibilidad de dañar la grafía del documento.

También se ha recomendado usar, para fijar una huella revelada con yodo, la aplicación con una brocha de una solución al 10% de ácido tánico. Este procedimiento se caracteriza por no ser tan efectivo como es la aplicación de la solución de cloruro de calcio y bromuro de potasio.

Otra técnica para fijar huellas reveladas consiste en la aplicación, con un pulverizador, de un compuesto de goma arábiga, alumbre y formaldehído, aunque ésta técnica hoy en día se considera obsoleta por su baja eficacia y eficiencia.

b.) Vapores de cianoacrilato

Dentro de los diversos reactivos que se utilizan en lofoscopía, se tiene el cianoacrilato, siendo una técnica bastante utilizada en la actualidad. Esta sustancia fue descubierta en 1982 por los examinadores de huellas dactilares latentes del "U.S. Army Criminal Investigation Laboratory en Japón (Laboratorio de Investigación Criminalística del Ejército de los Estados Unidos con base en Japón) y el Bureau of Alcohol, Tobacco and Fire Arms (Oficina para el Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco y Armas de Fuego); los vapores de este reactivo se aplican particularmente cuando se intentan revelar rastros de huellas lofoscópicas latentes en objetos tales como bolsas de plástico, papel plastificado, láminas de aluminio, celofán, goma, bandas de goma, armas de fuego, entre los principales. También se recomienda su uso para la búsqueda de huellas lofoscópicas en piel humana, en aquellos casos de violación, homicidios por estrangulación, por mencionar algunos.

El cianoacrilato es una sustancia química proveniente del pegamento superglue, que se adhiere a los restos aceitosos emitidos por la sudoración de la piel, endureciéndose y fijando el dibujo de las crestas papilares; este efecto se incrementa en la medida que se condensan más partículas. Es importante, para que el efecto se produzca, que la muestra a examinar se coloque dentro de una cámara hermética que contenga los vapores liberados por el pegamento.

Una de las características más importantes de éste reactivo, es que al reaccionar con los aminoácidos que provienen de la transpiración, los plastificará, dando como resultado la fijación de todos los detalles de las crestas y surcos interpapilares de la huella en forma permanente.

Es importante mencionar que después de la fijación de la huella dactilar con éste reactivo se debe de hacer la elección de un polvo que contraste con el soporte en donde se encuentre dicho indicio.

En conclusión, podemos decir que los cianoacrilatos, son adhesivos simples y de gran fuerza que se curan rápidamente a temperatura ambiente para formar resinas termoplásticas. Existen diferentes formulaciones del cianoacrilato, tanto en viscosidad, tiempo de curado; así como también tiene diferentes propiedades de fuerza y resistencia térmica. "Su fijación se da en segundos, siendo permanente ya a las 24 horas."

Figura: Cianoacrilato.

c.) Nitrato de plata

Otra técnica para el revelado de huellas latentes es la aplicación de nitrato de plata; se usa con el objeto de producir una reacción entre el nitrato de plata y las sales que son excretadas en el sudor de la piel; por lo tanto, cuando una impresión se deja en forma latente, el agua del sudor se evapora quedando un deposito de cloruro de sodio, que al hacerlo reaccionar con la solución del nitrato de plata se transforma produciendo nitrato de sodio y cloruro de plata. Se trata de un reactivo con base en nitrato de plata con Fe2+ y Fe3+ y dos detergentes.

La solución del nitrato de plata deberá aplicarse en una concentración del 3%, bajo el siguiente procedimiento:

  • Esparcir y embeber perfectamente el documento u objeto en la solución de nitrato de plata, dejándolo secar en un cuarto oscuro.
  • Cuando el papel u objeto esté seco se expone a la luz solar o a una fuente de luz solar o a una fuente de luz artificial rica en rayos ultravioleta, hasta que las huellas se hayan oscurecido lo suficiente.
  • Ya obtenidas las imágenes lo suficientemente oscurecidas, nítidas y contrastadas, se procederá a fotografiarías. Para conservar éstas huellas reveladas, se deberá colocar el papel u objeto entre dos hojas de papel negro y guardado en una caja carente de luz.

Si no se encontraran huellas en un documento de papel y se deseara restaurar el mismo, se podrá hacer esto sumergiendo el documento en una solución de cloruro de mercurio. La reacción que se produce es color blanca y puede ser removida solamente con agua. Desde luego, esto puede ser detectado en el encolado del papel y algunas veces en la grafía o escritura. Lo anteriormente descrito puede ser especialmente útil cuando se decide intentar otra técnica para el revelado de huellas latentes.

Debe tenerse en cuenta que el "nitrato de plata elimina restos de aceites y aminoácidos, lo que limita la posterior aplicación de ninhidrina para la búsqueda de huellas latentes; por lo tanto, en un examen sistemático de las muestras, la aplicación del nitrato de plata debe ser posterior a la aplicación de la ninhidrina."

Una vez que las huellas han sido reveladas, se fijarán con el objeto de proporcionarles la protección y duración adecuadas; para ello se aplicará una capa de barniz transparente, rociado finamente sobre la huella revelada y su soporte; una vez que ha secado esta primera capa, se aplicarán las necesarias para su protección.

El nitrato de plata también es útil en superficies porosas y ofrece resultados satisfactorios al ser utilizado sobre superficies húmedas o superficies que han sido previamente humedecidas (donde todos los elementos solubles en agua han sido removidos).

Figura: Nitrato de Plata

d.) Ninhidrina

Otro buen reactivo para el revelado de huellas latentes sobre superficies como el papel es el empleo de ninhidrina o hidrato de tricetohidrindeno, que es una sustancia conocida por su reacción con los aminoácidos, descubierta en el año de 1954. Este químico fue también usado primariamente en superficies porosas. Tiene la reputación de revelar huellas antiguas (15 años). La Ninhidrina es un químico que reacciona con los aminoácidos hallados en la transpiración y forma un producto azul-violeta que es conocido como púrpura de Ruhemann. Es un polvo que necesita ser disuelto en un solvente y luego puede aplicarse sobre el papel. El revelado ocurre después de unas horas o puede ser acelerado incrementando la temperatura y humedad mediante la utilización del horno de convección. Utilizando especiales combinaciones de solventes puede ser utilizado para aplicaciones específicas, por ejemplo, para evitar que el solvente disuelva la tinta de un documento.

En el mercado suele hallarse disponible en viales con solución concentrada lista para usar y solución premezclada con base de metanol o acetona.  Los viales contienen una cantidad pre-medida de ninhidrina que se mezcla con 1 litro de solvente, dándole la concentración de solución exacta que se necesita para trabajar.

La ninhidrina o hidrato de tricetohidrindeno, como ya se mencionó, reacciona con los aminoácidos provenientes de la transpiración de la piel revelando impresiones lofoscópicas en un período de reacción que oscila de una o cinco horas, pero si se aplica calor, puede acelerarse el proceso hasta en menos de diez minutos.

"La reacción de la ninhidrina cuantifica la reacción de los aminoácidos del grupo alfa amino. La ninhidrina reacciona rápidamente con el grupo amino, lo oxida y libera amonio el cual se condensa con la ninhidrina reducida, y con otra molécula de ninhidrina libre, para producir un aducto púrpura."

En la técnica de revelado se usará la ninhidrina en una solución con alcohol etílico o acetona (Ninhidrina 0.5 gramos, en 10 ml. de acetona), aplicándose con un atomizador, lo cual hará que aparezca una fina neblina que permita embeber en forma completa y uniforme el documento; posteriormente se deja a luz solar, o bien se puede acelerar el proceso aplicándolo calor, a través de una fuente productora del mismo como puede ser una plancha u horno de convección, teniendo especial cuidado en no dañar (quemar) el objeto de estudio.

Si se utiliza la técnica de revelado por luz solar, es recomendable esperar varios días, con el fin de obtener mejores resultados; las huellas van a adquirir con el transcurso del tiempo una profunda sombra rosa.

Se debe evitar toda contaminación con las huellas dactilares del perito, aún cuando el papel esté ya seco, pues se corre el riesgo de que aparezcan nuevas huellas lofoscópicas reveladas; por lo anterior es imprescindible que siempre se haga uso de guantes de látex para la protección de las manos.

Cuando se aplica la técnica de ninhidrina en unión de otros reactivos, tales como vapores de yodo o nitrato de plata, el uso de la ninhidrina limita el subsiguiente revelado con vapores de yodo, pero aparentemente no decrece la sensibilidad de las huellas latentes al uso del nitrato de plata. La ninhidrina también puede utilizarse en su presentación en cristales.

Es importante mencionar que las huellas dactilares frescas, responden mejor al reactivo del nitrato de plata, mientras que las huellas antiguas lo hacen al reactivo de la ninhidrina.

El mecanismo de reacción se da de la siguiente manera:

  • Los aminoácidos al contado con la ninhidrina producen una reacción colorida.
  • El alfa aminoácido, es hidrolizado para formar el alfa-ceto-ácido el cual se descarboxila bajo condiciones de reacción.
  • El aminoácido, produce la reacción con cantidades equimoleculares de ninhidrina reducida y oxidada, para formar un compuesto azul púrpura, el cual es proporcional a la cantidad de aminoácidos presentes.

Figura: Ninhidrina.

e.) Negro de amido (amido black)

También conocido como azul naftol negro, este tipo de reactivo es de uso muy reciente; tenemos así que el azul naftol negro es básicamente un tinte de proteínas de sangre. Puede usarse para reforzar o desarrollar impresiones latentes que estén contaminadas con sangre, e incluso en aquellos casos en donde se sospeche la existencia de huellas latentes cubiertas por sangre y que sean completamente inobservables al ojo humano; su uso preferentemente se basa al papel, a la tela o bien a la madera. Ya en el laboratorio se prepara a partir de dos soluciones:

  1. Se prepara una solución con 2 gramos de azul naftol negro + 100 ml. de ácido acético. Se afora a 1000 ml. con metanol.

  2. Solución A: Amido Black
  3. Solución B: Para lavado

100 ml. de ácido acético + 900 ml de metanol.

Para la realización de este tipo de técnica, la muestra lofoscópica debe estar impregnada con sangre, la cual esté contenida en un soporte de papel, tela o madera, una vez que se tiene, se aplica la solución A, es decir el negro de amido o azul naftol negro, el cual se tiene en un recipiente que cuenta con aspersor, se lava la muestra, hasta empezar a notar la presencia del lofoscograma, una vez que se es conseguido el propósito, se fija con la solución B (ésta se aplica igual que la solución anterior), por un periodo aproximado de 5 minutos, una vez terminado el procedimiento se lava al chorro de agua corriente por cinco minutos y finalmente se toma su registro fotográfico.

Numerosos métodos de teñido son usados para revelar o realzar huellas latentes contaminadas con sangre. Estos métodos dependen de la capacidad del reactivo para teñir los componentes proteicos de la sangre para formar una impresión más visible. Entre estos métodos se encuentran el Negro de amido, Leuco-cristal violeta, Azul de Coomassie, y fucsina ácida. El Negro de amido ha sido usado asimismo para revelar y realzar impresiones de zapatos y neumáticos.

Figura: Negro de amido.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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