Un argumento más sofisticado se encuentra en Erickson quien afirma que la salvación de los gentiles no sería muy distinta a la salvación de los judíos antes de Cristo. Los Judíos no pudieron creer en Cristo, pero sí pudieron reconocer que no se iban a salvar por su propia justicia sino por la misericordia de Dios, y efectivamente se salvaron. De la misma manera los gentiles que reconocen su incapacidad de agradar a un Dios santo y se echan sobre la misericordia de Dios, se pueden salvar. En ambos casos la persona se salva, anticipadamente, por la obra de Cristo.[55]
Cada lector decidirá si el argumento de Ericsson o de Pache le parece persuasivo. En todo caso debemos apreciar que los dos autores se esfuerzan por mantener el concepto de una salvación en Cristo. Los argumentos que presentan este razonamiento por lo general ven allí una base de esperanza de que algunos se salven. La frase que usan es cierta. Dios efectivamente juzgará a los gentiles de acuerdo a su propia conciencia (Rom.2:13-16). Pero no hay en esto ninguna base para esperanza, ya que el contexto inmediato en Romanos nos dice que ninguno es justo (Rom.3:10) y que todos los hombres pecan y por ello sufren la muerte (Rom.5:12). El argumento de la salvación por conciencia nos presentaría además con el problema teológico de unas personas que no necesitan la obra redentora de Cristo.
No pude encontrar estudios que trataran de la diferencia en juicio y castigo que se indica en la Escritura para aquellos que no conocieron la voluntad de Dios (Luc.12:47, 48), o de la gravedad proporcional en no creer en Cristo, habiéndolo conocido, frente a la incredulidad antes de la venida de Cristo (Luc.10:13,14 Mt.11:20-24). Tampoco pude encontrar un estudio que profundizara en el tema del "pasar por alto los pecados pasados" (Rom.3:25) que figura en Hech.14:16 y 17:30, juntamente con el tema que el juicio se da a partir de y en la persona de Cristo (Ju.3:19). Aún en el contexto de Rom.1, el juicio que se anuncia en 1:18 parece ser un juicio que se manifiesta a partir del Evangelio, como lo indica el paralelismo entre los vss.17 y 18. Así como las palabras de Jesús resultan para unos palabras de vida eterna ( Ju.6:68) y para otros palabras de juicio (Ju.12:48), así el Evangelio resulta para algunos la promesa de una justicia de Dios por fe (Rom. 1:17) y para otros el anuncio de la ira de Dios (Rom. 1:18).
Razón y Revelación
Dentro del ámbito de la revelación general debemos decir una palabra sobre el lugar que ocupa la razón en esta revelación. Nuestras observaciones aquí tienen vigencia también en el campo de la revelación especial, pero se precisan con mayor urgencia en el campo de la revelación general.
Es obvio que en la revelación general la razón juega un papel importante. Las cosas invisibles de Dios son "entendidas" a partir de las cosas hechas (Rom.1:20). Se trata aparentemente de una inferencia lógica. Uno de los teólogos citados en Heppe dice que "la religión fluye de la misma naturaleza de Dios y del hombre; así que la religión es una consecuencia necesaria y natural de la rezón "[56]
La Teología Natural
Es con base en esta función tan importante de la razón en la apropiación de la revelación de Dios que los teólogos, a partir de la Edad Media, han desarrollado una teología natural que corresponde a la revelación natural.
Por un lado los teólogos escolásticos, especialmente a partir de Anselmo de Canterbury, vieron la posibilidad de comprobar los dogmas de la iglesia con la ayuda de la razón[57]por otro, vieron que había ciertas verdades en la Escritura que la razón podía alcanzar por sí sola.[58] Este intento se vio no sólo en el escolasticismo medieval sino también en el escolasticismo protestante después de la Reforma.
Tomás de Aquino afirmó que se podía demostrar, sin recurrir a la Biblia, que Dios existía, que el alma del hombre era inmortal y que la iglesia católica tenía origen sobrenatural.[59] Así es que surgen las famosas pruebas por la existencia de Dios.
Ya antes de Tomás, Anselmo había presentado una prueba ontológica por la existencia de Dios (Un ser perfecto que tiene existencia es más perfecto que un ser perfecto apenas imaginado. Dios es, por definición el ser más perfecto, el ser "del cual no se puede pensar nada mayor". Por lo tanto Dios debe tener existencia). Entre las pruebas de Tomás podemos mencionar la prueba del Primer Motor o de la Causa Primera (Todas las cosas en este universo son causadas por otras cosas y a la vez causan otras cosas. Esta cadena de causa-efecto debe tener algún principio en una causa no-causada que es Dios.),
la prueba cosmológica (Todas las cosas de este universo son contingentes, es decir que podían no existir. Una cosa contingente no lleva la razón de su propia existencia en sí misma. Debe existir algún ser absoluto, no contingente, que es la explicación de toda existencia contingente. Este ser es Dios), la prueba de la perfección (Las perfecciones y virtudes en este mundo no son completamente perfectos sino que apuntan hacia una perfección completa. Esta perfección completa es Dios.) y la prueba teleológica (Aún las cosas exánimes – sin vida – muestran tener algún propósito. Este propósito no puede venir de ellas mismas, sino que tiene que venir de un arquitecto, un diseñador que ha puesto el propósito. Este arquitecto es Dios).
En Tomás y en los escolásticos posteriores encontramos pautas concretas del proceso por medio del cual se puede desarrollar una teología natural. Adquirimos un conocimiento natural de Dios por medio de:
Los escolásticos del siglo 16 y 17 consideraban que era posible con base en la sola razón concluir:
que Dios existe,
que debemos adorarle,
que debemos vivir una vida recta,
que el alma es inmortal,
que hay una recompensa justa tanto para el malo como para el bueno.[60]
Los deístas ingleses a partir de Herbert de Cherbury, vieron en estos 5 puntos la suma de la religión natural, que era, según ellos, la única religión necesaria.[61] Donde Tomás vio la razón como un medio para afirmar ciertas verdades con respecto a Dios, los deístas han llegado a la conclusión que la razón nos brinda todo el conocimiento de Dios que necesitamos.
Los límites de la Razón. Investigar
En la historia de la filosofía la teología natural ha sufrido sus contratiempos.[62] Los argumentos por la existencia de Dios se siguieron puliendo y perfeccionando hasta el tiempo de Leibniz, pero Kant demostró los problemas lógicos que había en cada una de estas pruebas.
Más serias aún son los cuestionamientos teológicos que se han dado con respecto a la teología natural. Algunos de estos son obvios. ¿Hasta qué punto el dios que surge de las pruebas por la existencia de Dios corresponde al Dios de la Biblia? ¿El Dios vivo, personal que se ha dado a conocer en Jesucristo, se deja identificar con las descripciones estériles de "un ser del cual no se puede pensar nada mayor", un Primer Motor, un ser absoluto, un arquitecto? ¿Al demostrar la existencia de dios de las pruebas, hemos demostrado la existencia del Dios de la Biblia?
Erickson[63]profundiza en cuanto a las presuposiciones de la teología natural e identifica las siguientes. La teología natural presupone:
la realidad objetiva de la revelación general,
la integridad de la persona, y especialmente de la razón de aquel que recibe esta revelación,
la coincidencia entre la mente humana y la creación, y
la validez de las leyes de la lógica.
En cuanto al primer punto no hay debate. Ya hemos mostrado que la Biblia afirma una manifestación objetiva de Dios en la creación, una manifestación que está allí, aún si nadie la reconoce.[64]
El segundo punto es clave. Según hemos demostrado en otra parte[65]Tomás de Aquino reconoce que la caída del hombre ha debilitado su capacidad racional, pero en la práctica, afirma la integridad de la razón humana. A este punto volveremos en un momento.
El tercer y el cuarto punto van juntos. Todo nuestro pensar y hablar presupone las leyes de la lógica pero es cuestionable si la realidad necesariamente corresponde a estas leyes. La relación entre lo real y lo racional no es transparente. Durante la Edad Media hubo una reacción por parte de Duns Escoto y por parte de los nominalistas que cuestionaba el optimismo racionalista de Tomás de Aquino. En el caso del hombre mismo estamos muy conscientes que nuestra vida y nuestras acciones no corresponden a lo racional, sino que son afectadas también por los sentimientos y la voluntad.
En esto está nuestro cuestionamiento más profundo de la teología natural. La Biblia nos muestra que el hombre es afectado en forma integral por la caída y el pecado. Por no glorificar ni dar gracias a Dios, el hombre se envanece en sus razonamientos y su necio corazón es entenebrecido. Profesando ser sabio se hace necio (Rom. 1:21, 22). Dios ha enloquecido la sabiduría del mundo (1Cor.1:19,20). El mundo no conoce a Dios por la sabiduría (1 Cor.1:21). El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura (1Cor.2:14). Es por esto que el hombre necesita una renovación del entendimiento (Rom.12:2 Ef.4:23) y necesita llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2Cor.10:5). Por causa del pecado el hombre no puede captar la revelación de Dios[66]sin el beneficio de las Escrituras[67]y de la iluminación[68]
Aunque no todos descartan sin más la posibilidad de algún tipo de teología natural[69]parece que sí debemos reconocer algunas limitaciones concretas que se le imponen a la razón con respecto a la revelación[70]
No podemos afirmar que la razón es un principio independiente de conocimiento para nosotros conocer a Dios. El principio fundamental es la revelación misma. No por nuestra razón autónoma, sino por la revelación podemos conocer a Dios.
El concepto bíblico del hombre no separa la razón de la voluntad.[71] Mientras la voluntad no se someta a Dios la razón no puede conocerlo.
Nuestra razón, por la corrupción del pecado, no puede ser norma para la fe.
Los misterios de la fe, aunque no son repugnantes a la razón en el sentido de contradecirla, si superan la razón.
Nuestra fe descansa no en lo que entendemos por la razón, sin en lo que Dios afirma.
Packer resume esto al decir que la razón no representa una autoridad independiente para conocer a Dios. El cristiano no admite que la razón puede juzgar si la Escritura es correcta, sino que la Escritura debe juzgar si la razón es correcta.[72]
La Razón Sierva e Instrumento
Es obvio que en nuestras observaciones en cuanto a la razón hemos pasado más allá de la revelación general. La pregunta en cuento al rol de a razón no se puede limitar sino que tiene que mirar también su rol con respecto a la revelación especial. En la medida que nuestra reflexión y teología son labores racionales, suscitan la pregunta si la razón es un criterio o un principio independiente frente a la revelación o no.
Con nuestras observaciones arriba no queremos demeritar la razón del todo. Como dice un teólogo[73]"la fe no destruye la razón sino que la estimula, no la enreda sino que la dirige, no ciega la mente sino que la ilumina". Dice Packer:
La parte de la razón es actuar como sierva de la Palabra escrita, buscando, en dependencia del Espíritu, interpretar la Escritura en forma escritural, correlacionar su enseñanza y discernir su aplicación a todas las partes de la vida[74]
La escritura misma nos muestra que la razón tiene un papel a jugar en percibir cosas reveladas (Mt.13:51), en comprobar verdades reveladas (Hech.17:11), en explicarlas (Neh.8:8) en aprobarlas (distinguiéndolas de conceptos falsos) (Fil.1:9,10), y en refutar objeciones ("en ninguna manera" Rom.6:2 7:13 9:14 etc).[75] En estas cosas observamos que la razón no funciona como principio o criterio de conocimiento sino como instrumento al servicio de la fe, y se entiende que es el mismo Espíritu Santo que guía el uso correcto de la razón[76]
Varios teólogos enfatizan que la razón es parte del hombre integral que Cristo vino a redimir[77]y que nuestra meta por lo tanto debe ser sustraer la razón como el resto del hombre al dominio del pecado y del error (2 Cor.10:5).[78] Así como no puede haber fe sin pensamiento, así, para el cristiano, no debe haber pensar sin fe. A la luz de Mc.12:30 todo el pensamiento debe rendirle homenaje a Dios.[79]
Si miramos la caída original del hombre en Gén.3 como el intento del hombre por hacerse autónomo (al dudar de lo que Dios había dicho y al buscar tener el mismo conocimiento de Dios)[80] apreciamos la importancia para el hombre regenerado someter su razón a la revelación de Dios.
Los teólogos dan conceptos distintos en cuanto al ámbito de esta razón sierva e instrumento de la fe. En Heppe[81]encontramos unos conceptos que todavía incluyen elementos de teología. Se justifica el uso de la razón en la teología:
porque comprueba que Dios es autor de la revelación,
expone la armonía lógica o la racionalidad de la revelación,
desarrolla las conclusiones lógicas que se pueden sacar de ella, y
usa el conocimiento natural, histórico, lingüístico, etc.
Packer ve la función de la razón en tres áreas:
en recibir la fe[82]
en aplicar la fe[83]
en comunicar la fe[84]
El primero implica que no tiene derecho a juzgar o criticar la revelación de Dios. Su función es el estudio objetivo de la revelación de acuerdo a su carácter de revelación de Dios.
El segundo incluye aplicar la revelación a todas las áreas de la vida y por tanto reflexionar en cuanto a un cosmovisión cristiana: "Debemos, por lo tanto, escudriñar la Escritura en forma constante para encontrar los acercamientos que nos indica o los problemas suscitados en los estudios seculares, – historia, ciencia natural, filosofía, sicología y los demás – y para encontrar cómo hemos de mirar lo que tales estudios enseñan a la luz de la verdad escrita de Dios."[85]
La tarea de comunicación implica que evangelizamos a los hombres reconociendo que tienen capacidad intelectual y que testificar implica razonar. La comunicación también incluye la tarea de traducir el Evangelio al lenguaje del hombre de hoy.
Podemos concluir esta sección indicando que los problemas se dan con la razón cuando se la mira como fuente y autoridad independiente en materia de revelación. La forma correcta de mirar la razón con respecto a la revelación es como instrumento en nuestra comprensión del Evangelio, un instrumento que necesita de la Escritura y de la iluminación del Espíritu Santo.
Significado e Implicaciones de la Revelación General
La implicación más evidente de la revelación general es que el hombre no tiene excusa delante de Dios (Rom.1:20 2:1). Aunque el hombre no responde en la forma debida a esta revelación, ella es tan evidente que el hombre merece condenación por no reconocer al Dios que se manifiesta.
En forma más positiva, se ha sugerido que la revelación general prepara al hombre a recibir el Evangelio de la gracia, que incluso produce un anhelo pro la salvación en el hombre que presta atención a esta revelación general.[86]
Claro que para l creyente que mira la creación y la historia por los "lentes "de la Escritura, se da el gozo de ver a Dios en todas las cosas creadas y en todas las cosas que ocurren.[87] El mismo Dios que se ha revelado en Jesucristo ha dejado huellas en la naturaleza y la historia.[88]
En forma más amplia podemos observar que:
la revelación general de alguna manera forma la base de las diferentes religiones paganas.[89] (Bavinck sugiere una base de la religión pagana no sólo en la revelación general sino también en elementos muy antiguos de tradición.[90]) Podemos reconocer elementos de verdad en las religiones justamente por lo que han captado de esta revelación (o de tradiciones pre-abrahámicas)[91]. La doctrina de la gracia común nos permite ver a Dios como fuente de todo lo que hay hermoso y bueno en el mundo pagano.[92]
La revelación general nos brinda un punto de contacto con el no-creyente.[93] Es una base firme sobre la cual podemos encontrarnos con el no-creyenete.[94] Bavinck diría incluso que es esta revelación general, la obra de Dios en la naturaleza y la historia, la que mantiene unidos a los hombres.[95]
El teólogo Barth ha ido tan lejos en su rechazo de la teología natural que rechaza la revelación general por completo y niega la existencia de un punto de contacto.[96] Por lo que hemos dicho ya, es obvio que la Biblia misma nos da pie para hablar de una revelación general. Pero a la vez es propio reconocer que resulta cada vez más difícil en nuestro mundo naturalista o materialista reconocer un punto de contacto con el incrédulo.
La revelación general provee un eslabón entre la naturaleza y gracia, entre creación y re-creación, entre el reino de la naturaleza y el reino de Dios [97]El mismo Dios de la gracia es el Dios creador. El mismo Logos que nos redimió es la luz que ilumina a todos los hombres. No podemos hacer una división absoluta entre el mundo y el reino de Dios, porque es el mismo Dios que en ambos se manifiesta. Hay aquí una afirmación de la bondad de la creación y de la soberanía universal de Dios, que a menudo hace falta en nuestras perspectivas ultramundanas.
Con esto concluimos nuestra discusión sobre la revelación general que Dios ha dado en la creación, en la historia y en la conciencia moral del hombre. Es una revelación verdadera que no resulta adecuada para el hombre. Más bien es una revelación que muestra la necesidad de una revelación especial.
Revelación Especial
Hemos visto que Dios no se manifiesta sólo por las obras de la naturaleza, sino que se ha revelado también de una manera especial en ciertos hechos de la Historia, los que culminan en la obra y persona de Jesucristo. Pre-cisamente, uno de los títulos más expresivos que se dan a Cristo es «el Verbo», la Palabra. En efecto, Cristo es la Palabra de Dios encarnada. Y de la misma manera que la palabra es el medio por el cual expresamos nuestros pensamientos, así Cristo es el medio por el cual Dios nos ha revelado sus pensamientos divinos. «A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer» (Juan 1:18).
De todo ello hemos deducido que hay una Revelación General de Dios, a través de las obras de la Creación, y otra Revelación Especial, más particular, por medio de intervenciones y mensajes directos de Dios al hombre. Pero, surge la pregunta: ¿cómo podemos nosotros llegar a conocer tal Revelación? Si Dios habló en el pasado de diversas maneras y en varias ocasiones, ¿cómo puedo yo oír su voz hoy?
Y, sobre todo, ¿qué conocimiento tendríamos nosotros de esta Palabra encarnada, de la Revelación de Dios en su Hijo, si no hubiera quedado registrada de algún modo que la hiciera permanente?
Revelación especial y palabra escrita
La respuesta a nuestros interrogantes es la Biblia. En sus páginas tenemos el testimonio de que Dios no sólo obró en la Historia mediante intervenciones especiales, sino que su Providencia buscó a aquellos que, guiados por el Espíritu Santo, pusieran por escrito el relato de los hechos de Dios y su interpretación divinamente inspirada.
Del mismo modo que no basta que la huella de Dios se vislumbrara en la Creación, y precisábamos una Re-velación más perfecta, así tampoco esta manifestación directa del Señor, revelándose más claramente por sus acciones extraordinarias en la Historia, sería de ninguna utilidad si no hubiera quedado registrada en las páginas de un Libro. Este libro es la Biblia.
El mismo Brunner, uno de los más destacados repre-sentantes de la Neo-Ortodoxia, se ve obligado a admitir que «sin la Biblia no sabríamos nada de Cristo, de quien precisamente nos viene el nombre de cristianos. La fe cristiana es la fe en Cristo, y sólo en la Biblia podemos entrar en relación con El para escuchar sus palabras. La fe cristiana es una fe bíblica».[98]
El que la Revelación Especial de Dios se conserve mediante la Escritura es algo lógico y de sentido común. El propósito de la escritura es precisamente el de dar forma permanente a la de otro modo fugaz expresión ver-bal. En lo escrito el discurso toma como una existencia propia, libre de las limitaciones del tiempo y del espacio.
Escribe Calvino: «Si consideramos la mutabilidad de la mente humana, cuán fácilmente cae en el olvido de Dios, cuán grande es su propensión a errores de toda clase, cuán violenta es su pasión por la constante fabricación de re-ligiones nuevas y falsas, será fácil percibir la necesidad de que la doctrina celestial quedara escrita, a fin de que no se perdiera en el olvido, se evaporara en el error o se corrompiera por la presunción de los hombres» (Calvino, Inst. I, cap. VI).
En otras palabras: «El hombre, en estado de inocencia, conversaba con Dios y aprendía la voluntad divina. Pero cuando el hombre pecó se produjo una ruptura entre el hombre y Dios de efectos definidamente terribles. El hom-bre necesita un nuevo tipo de Revelación por dos razo-nes: 1.a, está en pecado y necesita una revelación de gracia: 2.a, el hombre en pecado corrompe la Revelación de modo que tiene necesidad de una Revelación incorrup-tible para poder tener un conocimiento verdadero de Dios y de la voluntad divina. La Escritura, como revelación externa, se hizo necesaria a causa del pecado del hom-bre. Esta Revelación tiene que venirnos «de fuera», de manera externa y no interna y subjetivamente, ya que una Revelación externa es la única que puede neutralizar las tendencias corruptoras de la naturaleza humana. Así que la Escritura es la voz de Dios en un mundo de peca-do. Siendo un Libro es objetivo; por ser la Palabra de Dios tiene autoridad absoluta. En último término, el hom-bre piensa y obra o bien sometiéndose a la autoridad de Dios o a la del hombre. Y toda filosofía, fuera de la Biblia, es autoridad humana. La Biblia es, pues, para el cristiano la autoridad final, absoluta e infalible.»[99]
Examinemos ahora los hechos de la Escritura tal como los hallamos en la misma Biblia:
En el A.T.
En la antigua dispensación, la transmisión de la plena verdad revelada no se efectúa por el mero recuerdo, o tradición. La Revelación se transmite mediante libros di-vinamente inspirados.
Se le promete a Israel que, después de Moisés, el Se-ñor levantará profetas que, como el Caudillo que los sacó de Egipto, hablarán en el nombre de Dios (Deut. 13:15, 18). Ahora bien, la profecía se da como don, como carisma, no como algo vinculado a una institución, ni siquiera la sacerdotal (pese a haber escogido el Señor a Israel como vaso de su Revelación Especial y haber designado a la tribu de Leví para el sacerdocio).
El profeta daba sus mensajes al pueblo, pero de éstos los únicos que han quedado como Revelación Especial ga-rantizada de Dios son los que se han preservado en forma escrita. Para todo hebreo, el mensaje de sus profetas en el pasado sólo podía llegar a él por la Escritura. Esto era obvio porque la infalibilidad del mensaje profético iba ligada a la persona del profeta en tanto que profeta, pero no al recuerdo que del mismo pudieran tener los oyentes.
Una Revelación preservada por tradición oral hubiera requerido una de dos: o el Señor inspiraba a todos los creyentes para recordar «infaliblemente» la tradición con-cerniente a su Revelación, o bien daba este «don» a una institución. Pero ninguna de las dos cosas se dieron en Israel. La Palabra de Dios que, en ciertos momentos de su Historia, llegaba hasta Israel quedaba vinculada a la Es-critura. Así, la Palabra de Dios por antonomasia era la Palabra registrada en los Sagrados Libros.
Cierto que, sobre todo a partir del período intertesta-mentario, se introdujo la tradición de los escribas y fari-seos que pretendía ser una fuente de revelación igual que la conservada en las Escrituras. Pero esto fue una desvia-ción. Y Cristo expresó muy claramente su opinión sobre el particular. Negó de manera enfática que la tradición fuese Palabra de Dios. Acusó a la tradición de invalidar, de anular, la misma Palabra reveladora (Mateo 15:3). El vino para que se cumpliese la Escritura, no la tradición.
En el N.T.
No es, pues, de extrañar que la norma que sirvió para el Antiguo Testamento sirva igualmente para el Nuevo.
Cuando el apóstol Pedro ve cercanos sus últimos días, se preocupa de que la enseñanza apostólica sea preser-vada. Y para ello piensa en la Escritura. Las palabras que de él tenemos en su 2P.(1:12-15; 3:2-15) muestran cómo era consciente de que ellos, los apóstoles, en tanto que apóstoles, eran depositarios de la verdad revelada. Eran los testigos vivos del Cristo vivo.
Juan, el último de los apóstoles en dejar el tabernácu-lo terrestre, siente asimismo la gran necesidad de que la Revelación de Cristo se conserve de manera escrita. A la luz de los tres evangelios sinópticos procura escribir otro evangelio que complete a aquéllos y así el pueblo cristiano pueda tener una más acabada información acer-ca de su Redentor. Y, luego, es el Señor mismo quien le ordena ponga por escrito las palabras de la última reve-lación del Apocalipsis (1:19).
Del mismo modo que Cristo es la Revelación final, com-pleta y perfecta, de Dios a los hombres, así también los escritos apostólicos cierran completamente el canon de los libros inspirados. Es un hecho reconocido por todo lec-tor imparcial del Nuevo Testamento que el apostolado era intransferible. Porque el apostolado y la Revelación de Je-sucristo van íntimamente unidos: aquél es el testimonio de ésta. Y la verdad es que después del período apostó-lico no ha habido más Revelación especial. La misma Igle-sia Romana, que pretende la «sucesión» apostólica en su jerarquía, se ve obligada a confesar y reconocer que la Revelación «quedó completa con los apóstoles».[100]
Así, no quedaba otro medio más eficaz para preservar el mensaje de Dios en Cristo que la escritura. Por esto dice, con razón, Calvino: «Es solamente en las Escrituras que al Señor le ha placido preservar su verdad en memo-ria perpetua….» (Calvino, Inst. I, cap. VII.)
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo fueron recibidos por el pueblo de Dios como Palabra divina. Aun-que el tema del canon de las Escrituras será tratado en otro lugar, conviene sin embargo hacer notar ya ahora que los libros de la Biblia se impusieron por sí mismos como Palabra inspirada de Dios y que no deben a ninguna Sinagoga, ni concilio, el que fueran aceptados como tal. No hubo ninguna acción por parte de la Iglesia que deter-minase cuáles eran los libros divinamente inspirados y cuáles no. Lo único que la Iglesia hizo fue reconocer, aceptar la existencia de los libros de la Escritura por el propio peso de ellos mismos. Esto es en sí una fuerte prue-ba de su genuinidad y autenticidad.
Cuando en el siglo iv el Concilio de Nicea (325) se reu-nió para tratar sobre la crisis arriana, tanto Atanasio como Arrio apelaron a la Escritura como a un cuerpo de doctrina infalible que estaba fuera de toda discusión. Y así también cuando el Tercer Concilio de Cartago (397), más tarde, aconsejó a las iglesias que no leyeran en el templo otros libros que los canónicos, no hizo más que reconocer formalmente el hecho aceptado por toda la Cris-tiandad acerca de la Biblia. A finales del siglo n, la Biblia contenía esencialmente los mismos libros que tenemos hoy y eran considerados con el mismo respeto que tenemos por ellos los cristianos en la actualidad.
Formas de la revelación
La realidad de una revelación de parte de Dios se apo-ya en la misma naturaleza y carácter del hombre -creado a semejanza de Dios (Génesis 1:27) y a su imagen– y lla-mado a tener comunión con su Creador.
1. Dios habló al hombre en su estado original per-fecto:
a. Antes de la caída (Génesis 1:28-30; 2:16-25).
b. Después de la caída (Génesis 3:9).
2. Dios habló a las naciones, esporádicamente
a. De una manera general (Isaías 33:3; 34: 1-2).
b. De manera más concreta (Daniel 2 y 4).
3. Dios fue conocido en Israel de manera especial
a. Habló a los patriarcas (Génesis 6:13; 7:1; 8:15; 9:1 y 12:1-3, etc.).
b. Habló a Moisés (Exodo 3 y 4; 20; 31:18, etc.).
c. Habló a los profetas (Isaías 6; Jeremías 1 y 2, etcétera).
d. Habló definitivamente por medio de su Hijo y de sus apóstoles (Hebreos 1:1-4; 1.a Tesal. 2:13; 1P 3:14-15).
El hecho de la revelación
Según enseña Hebreos 1:1-4, Dios comunicó su revela-ción especial de diversas formas, pero convirtió a Israel en el vehículo de esta revelación (Romanos 3:1-2).
Entre las diversas formas de la comunicación especial de Dios, destaquemos las siguientes:
Teofanías
Teofanías, o manifestaciones visibles aunque más o menos verdades de la Divinidad:
En medio de fuego y nubes (Exodo 3:2; 33:9; Salmo 78:14; 99:7).
En medio de vientos impetuosos (Job 38:1; Sal-mo 18:10-16).
En el silbo apacible y delicado (1.a Reyes 19:12).
Por medio del llamado «Angel de Jehová» (no «un ángel», sino «el Angel de Jehová), la segun-da Persona de la Trinidad (Génesis 16:13 y 31:11).
Comunicaciones directas
Comunicaciones directas
Así habló a Moisés (Deuteronomio 5:4) particu-larmente.
Por la operación interior del Espíritu Santo en los corazones y las mentes de los profetas (1.a Pedro 1:11).
Por sueños y visiones y también por el miste-rioso Urim y Tummim (Números 12:6; 27:21; Isaías 6).
En el N. Testamento, Jesucristo es el Maestro divino que revela la voluntad del Padre y por su Espíritu los apóstoles se convierten en órganos de la revelación posterior y final (Juan 14:26; 1.a Corintios 2:12-13).
Milagros
Berkhof dice atinadamente: «Los milagros narrados en la Biblia no debieran ser nunca considerados como meras maravillas para llenar de asombro a los hombres, sino como partes esenciales de la revelación de Dios. Son manifestaciones de un poder divino especial y de la pre-sencia de Dios de un modo particular. En muchos casos son símbolos de verdades espirituales, de la venida del Reino de Dios y del poder divino para la redención. El mayor de los milagros fue la venida del Hijo de Dios en forma humana. Es en Cristo que la creación entera es restablecida y restaurada a su belleza original» (1.a Timo-teo 3:16; Apoc. 21:5).
Los milagros constituyen las credenciales divinas, obra-das por Dios para confirmar toda nueva comunicación divina a la Humanidad. Así los milagros y la revelación van juntos. Las grandes épocas de los milagros en la Bi-blia -el tiempo de Moisés, el de los profetas y el de la primera y la segunda venida de Cristo- corren paralelas a las grandes épocas de la revelación especial. Los mila-gros servían para corroborar las nuevas verdades y ce-saban cuando estas verdades eran ya cosa admitida.
Palabra de Dios
Dentro del contexto de la revelación especial es propio preguntar en cuanto al significado del término "Palabra de Dios".
A partir del escolasticismo protestante se ha llegado a identificar prácticamente la Palabra de Dios en la Escritura.[101] Esto refleja la práctica de la mayoría de nuestras iglesias evangélicas. En la teología reformada más antigua se mantenía una distinción entre palabra de Dios y Escritura. Así para Calvino la palabra de Dios se refiere en primer lugar a lo que Dios había hablado, como también a la persona de Jesucristo, la palabra encarnada.
Estos últimos dos se refieren ambos, en última instancia, a la escritura.[102]
Teólogos reformados más recientes, como Bavink, han criticado fuertemente la identificación exclusiva de la palabra de Dios con la escritura.[103] Se advierte a la vez el peligro de enfatizar la disyunción entre escritura y palabra de Dios, que ha llevado a varios teólogos modernos a un menosprecio de la Palabra escrita a favor de una revelación no registrada.[104] Tal menosprecio es imposible para Bavinck ya que con la Escritura cae también toda la revelación incluyendo la persona de Cristo.[105] No tenemos otro acceso a la revelación de Dios que culmina en Jesucristo sino por la Escritura.
Para Bavinck la "enscripturación" de la Palabra es la continuación de su encarnación.[106] Pero reconoce[107]que el término "Palabra de Dios" se usa para hablar de la palabra creadora de Dios (Gén. 1:3 Sal. 33.6 etc.), de la revelación especial a los profetas (Jer. 2:1 Ez. 1:3 Os. 1:1), de las palabras de Dios, es decir sus mandamientos y ordenanzas (Ex. 9:20, 21 Juec. 3:20, etc.), del Evangelio (Luc. 5:1 Ju. 3:34 Hech. 8:25 etc.) y, de pronto, alguna vez de la ley escrita (Sal. 119.10.s.). De hecho no encontramos casi referencia a la escritura como Palabra de Dios, pero se reconoce como palabra de Dios en el sentido de que tiene el Espíritu Santo como auctor primarius, el autor principal.[108] Cristo mismo es la palabra de Dios por excelencia. El es a la vez quien revela y es revelación. Ningún elemento de la revelación puede desligarse de él. Es porque él es el Logos, que se puede hablar de revelación.[109]
INSPIRACION DE LAS ESCRITURAS
La revelación y la inspiración de las Sagradas Escrituras son el fundamento sobre el cual descansa toda la estructura de la teología cristiana.
La Revelación es el acto en que Dios da a conocer las cosas que el hombre no puede descubrir por su propia cuenta.
La Inspiración es la influencia divina sobre hombres elegidos por Dios para comunicar esa revelación.
La acción ejercitada por medio del Espíritu Santo sobre los escritores de los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, a fin de que proclamaran y escribieran en forma exacta y auténtica el mensaje de Dios.
La inspiración comunica y preserva lo que Dios revela. Por ejemplo las visiones de San Juan que se en cuentran en Apocalipsis, fueron dadas por revelación pero Juan las registra en su libro por inspiración.
También por inspiración Dios ilumina el significado de hechos históricos y capacita al escritor para registrar correctamente esta interpretación divina.
Toda la Biblia es conocida como la revelación de Dios, pero no todo su contenido es una revelación divina. Pero si todo lo que contiene la Biblia, está registrado por inspiración, bajo la supervisión del Espíritu Santo.
Por ejemplo, Dios guió a Salomón a incluir en su libro de Eclesiastés, sabiduría fatalista y secular sin una revelación especial. Lo que escribe no fue revelado pero sí inspirado. Otro ejemplo lo tenemos en los "amigos" de Job, que hablaron cosas no reveladas, pero sí están incluidos como pasajes inspirados por Dios. Hay relatos históricos incluidos por inspiración divina que se conocieron como resulta dos de la observación o de investigación.
En las Sagradas Escrituras hay distintos grados de revelación pero no de inspiración. Por ejemplo el libro de Romanos es mucho más elevado y sublime que el libro de Levítico, sin embargo toda la Biblia es inspirada por igual, cada palabra, frase, relato, profecía, etc. son tal como Dios vio conveniente que fuesen incluidos.
2 Timoteo 3:16 " la Escritura es por Dios…"
El término "inspirado por Dios" (griego, zeopneustos) significa literalmente "soplado por Dios" o "alentado por Dios", indicando que las Sagradas Escrituras son producto de su aliento creativo. En las escrituras se hace referencia a: la creación del universo, la creación del hombre y a la producción de los Escritos Sagrados, todo como inspiración o aliento de Dios!
Job 33:4 "El espíritu de Dios me hizo, Y el del Omnipotente me dio vida."
Génesis 2:7 " Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y en su nariz de vida, y fue el hombre un ser ."
2 Timoteo 3:16 " la es redargüir, para corregir, para instruir en justicia."
Prueba de inspiración
En todo el libro, las Sagradas Escrituras afirman su inspiración de parte de Dios. Los escritores del Antiguo Testamento lo atestiguan, Jesucristo lo afirma y el testimonio de los apóstoles acerca de la autoridad divina de la Biblia es indiscutible.
1. Escritores del Antiguo Testamento
Exodo 4:21 "Y dijo a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto… "
Isaías 40:5 "Y se la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la de Jehová ha hablado."
Ezequiel 2:7 "Les hablarás, pues, mis , escuchen o dejen de escuchar…" Ezequiel 23.32 "Así ha Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz… " Amós "Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si Jehová el Señor, ¿quién no
profetizará?"
2. Jesucristo
Juan 10:35 "… (y la Escritura no puede ser )."
Mateo 5:17 "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para ."
Mateo 8:16-17 "Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17para que se
lo dicho por el profeta , cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias."
Lucas 4:18-21 "El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimi dos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20Y enrollando el , lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21Y comenzó a decirles: Hoy se ha esta delante de vosotros."
3. Los Apóstoles
Hechos 1:16 "Varones hermanos, era necesario que se la Escritura en que el Espíritu Santo antes por de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús."
Romanos 15:4 "Porque las cosas que se escribieron , para nuestra enseñanza se
____________, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza."
2 Corintios 3:14-16 "Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando el pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará."
Dios había preservado en forma incorruptible y permanentemente las revelaciones proféticas del Antiguo Testamento. Así Jesucristo preparó a sus discípulos para que escribiesen el Nuevo Testamento.
Juan 14:26 "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os todas las cosas, y os todo lo que yo os he dicho."
Juan 16:13 "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os a toda la verdad; porque no por su propia cuenta, sino que todo lo que oyere, y os hará las cosas que habrán de venir."
Los apóstoles guiados por el Espíritu Santo iban a ser testigos de Cristo y sus interpretes auto- rizados para registrar la revelación final para toda la humanidad en todas las naciones hasta el fin del mundo.
1 Pedro 1:12 "A éstos se les que no para sí mismos, sino para nosotros, adminis traban las cosas que ahora os son por los que os han el evan gelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles."
1 Corintios 2:11-13 "Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que lo que Dios nos ha , 13lo cual también , no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual."
Mateo 28:19-20 "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 que guarden todas las cosas que os he ; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
Juan 17:20 "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la de ."
Evidencias de la inspiración
Las evidencias de la inspiración de las Sagradas Escrituras son numerosas y absolutamente convincentes. Mencionaremos algunas de ellas para asegurar que su autor primordial es el Espíritu Santo y que los escritores humanos fueron impulsados y guiados por él.
El Espíritu Santo actuó, posibilitando la escritura de la Biblia desde un principio hasta el final. De la misma forma, la transición y conservación de los escritos se produjo de forma sobrenatural.
1. Las Escrituras mismas lo afirman
En la sección anterior de esta lección hemos demostrado como el Antiguo Testamento reclama para si que es un mensaje de Dios.
Jesucristo mismo reconoció y dio crédito de la autoridad divina y el Nuevo Testamento es apoya do por la autoridad de los apóstoles.
2. La supervivencia de las Escrituras
Jeremías 36:27-32 "Y vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: 28Vuelve a tomar otro rollo, y en él las palabras que estaban en el primer rollo que Joacim rey de Judá. 29Y dirás a Joacim rey de Judá: Así ha dicho Jehová: Tú este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo: De cierto vendrá el rey de Babilonia, y destruirá esta tierra… 31Y castigaré… 32Y tomó Jeremías rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que en el fuego Joacim rey de Judá…"
1 Perdo 1:25 "Mas la palabra del Señor para . Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada."
No ha habido otro libro que haya enfrentado tanto antagonismo como la Biblia. Se le llama "el libro indestructible". Por más de 3000 años, estos escritos más antiguos han sobrevivido.
Así como en los tiempos antiguos y modernos, ha sido atacado por reyes y gobernantes que han intentado su destrucción. Ha sido destruido, mutilado, pero aun permanece, crece y es leído por más personas, en más idiomas y naciones que nunca. Dios no permite que deje de existir.
La preservación se ha visto también en su transmisión, ninguna doctrina ha sido alterada por errores o comentarios de los copistas. Es asombrosa la exactitud del texto del Antiguo Testamento.
Los antiguos rabinos llevaban registros de todas las letras, sílabas, palabras y líneas de ellos y habían personas (escribas) que se ocupaban exclusivamente en guardar y copiar escrupulosamente las Sagradas Escrituras.
Durante la ocupación de Israel por los Sirios, Antíoco Epífanes en el siglo II a.C. se esforzó para destruir toda copia de los Santos Escritos.
El emperador Romano, Diocleciano en el año 303 d.C. decretó la muerte de todos los cristianos y la destrucción de todos los Sagrados Escritos.
Centenares de miles de creyentes fueron ejecutados y miles de manuscritos fueron destruidos. Sin embargo, la Biblia sobrevivió y pronto volvió a multiplicarse.
Ataques contra la Biblia siguen siendo publicados sin cesar en todas partes, en periódicos, revis- tas, monografías, libros y enciclopedias.
Las universidades más prestigiosas del mundo, instituciones seculares y religiosas continúan su ataque frontal por medio de la crítica radical.
La supervivencia de la Biblia atestigua de la inspiración divina. Dios mismo la ha preservado!
3. La unidad de la Biblia
La Biblia contiene libros y fue escrita por aproximadamente ____ autores en un período de 1600 años. Su contenido presenta una norma de moralidad, un plan de salvación y un sistema de doctrina que demuestran que su autor intelectual es uno, el Espíritu Santo. En toda ella encontramos una armonía asombrosa, sin contradicción, ni errores ni conflictos.
La influencia de la Biblia en el mundo
No hay otro libro que haya tenido tanta influencia para bien en el mundo como la Biblia. Ha transformado la vida de individuos, matrimonios, familias y de naciones enteras.
Las doctrinas bíblicas han inspirado la más alta moralidad, amor al prójimo, elevadas leyes de países civilizados y la fundación de hospitales, orfanatos, colegios, universidades, etc.
5. Cumplimiento de Profecías
No hay otro libro que tenga la autoridad en la palabra profética como la Biblia. Cientos de profecías escritas en las Sagradas Escrituras se han cumplido literalmente y ello muchas veces siglos después.
Esto no es así con el Corán, escritos del budismo y confucianismo o las profecías de Nostradamus, etc.
6. La arqueología
El reconocido arqueólogo W. A. Albright, afirma que los descubrimientos arqueológicos confirman de una manera notable lo que relata la Biblia. En su libro "From the Stone Age to Christianity", (Desde la edad de la piedra hasta el cristianismo) dice: "Referente a Israel, defiendo la historicidad sustancial de la tradición patriarca (Génesis 11-50)… Reconozco que el pacto fue no solamente tan antiguo como había pensado, sino que fue mucho más persuasivo en su influencia de lo que me había imaginado…"
7. La experiencia cristiana
Cada día miles de personas experimentan la presencia de Dios y su Poder para vivir una nueva vida moral y espiritual. Ellos sienten que al recibir a Cristo tienen paz y la seguridad de que están reconciliados con Dios.
2 Corintios 5:17 "De modo que si alguno está en Cristo, criatura es; las cosas pasaron; he aquí todas son hechas ."
Dios es una realidad, él da poder para vencer tentaciones, sobrellevar aflicciones y vivir en armonía con el prójimo.
Romanos 8:16 "El Espíritu mismo da a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios."
Santiago 4:7 " pues a Dios; al diablo, y de vosotros."
Otra evidencia contundente de que la Biblia es la palabra de Dios, se encuentra en las respuestas del Señor a las oraciones de los que confían en él.
Jeremías 33:3 "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."
Mateo 7:7-8 "Pedid, y se os ; buscad, y ; llamad, y se os . 8Porque todo aquel que , recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá."
Mateo 21:22 "Y lo que en oración, creyendo, lo ."
FORMACION DE LA BIBLIA
El tiempo de escribirse la Biblia fue de unos 1600 años, comenzando con Moisés hasta San Juan. El proceso de la formación de la Biblia incluyó la estricta selección, redacción, resumen, compaginación y sus divisiones.
Los idiomas que se usaron en las Sagradas Escrituras fueron:
1. Hebreo
Es el idioma que perteneció a Israel desde el inicio de su historia.
El "hebreo" recibió su nombre o de: Heber, el antepasado de Abraham (Génesis 10:21, 24-25; 11:15; 12:6) o del significado de Hebreo, que quiere decir "Cruzar" o "Pasar". Abram el Hebreo (Génesis 14:13; Josué 24:2-3), el hombre que "cruzó" o "el hombre del otro lado" del río Eufrates. El Hebreo pertenece a la familia de los idiomas semíticos: el hebreo, arameo, fenicio, árabe, asirio, etíope y algunos otros dialectos de menos importancia.
El Hebreo tiene la particularidad de escribirse de derecha a izquierda y todas las letras de su alfabeto son consonantes. Este es el idioma original usado en la mayor parte del Antiguo Testamento.
2. Arameo
Recibió su nombre de Aram, uno de los 5 hijos de Sem (Génesis 10:22). Este era el idioma de los colonos que fueron puestos en Samaria después del cautiverio del reino de Israel y también era el idioma de Babilonia donde fue llevado Judá. Debido a esta influencia el idioma hebreo fue desapareciendo y el arameo lo iba reemplazando hasta que en el siglo I a.C. había llegado a ser el idioma común de los judíos y muy probable que Jesús mismo lo usó.
El hebreo seguía como el idioma de los sacerdotes, de los estudiosos y de la literatura religiosa.
Hay solamente 4 pasajes cortos en el Antiguo Testamento que fueron escritos en el Arameo: Esdras
4:8-6:18; 7:12-26; Jeremías 10:11 y Daniel 2:4; 7:28.
3. Griego
Fue el idioma original del Nuevo Testamento.
El idioma Griego puede ser clasificado en dos divisiones: antiguo y moderno y el antiguo en dosdivisiones: clásico y común (llamado también alejandrino, macedónico o helenístico).
El griego clásico tenía como cuatro dialectos de los cuales el "Ático" fue el más importante. Debido a las conquistas de Alejandro Magno, el ático llegó a ser el griego más usado por los pueblos. Cuando el imperio Romano llegó a tener dominio mundial, no fue el "latín" que llegó a ser el idioma universal, sino que se mantuvo el griego. Por lo tanto desde la India hasta el Atlántico, el idioma griego fue entendido y leído por los pueblos.
Fue en este griego, el griego de los pueblos, que la versión de los setenta (Septuaginta) fue traducida (del hebreo) y todo el Nuevo Testamento fue escrito.
La obra misionera de la iglesia del primer siglo se realizó en este idioma popular de la época.
El período de los mil seiscientos años que abarcó el proceso de la formación de la Biblia se puede dividir en tres períodos: período paleo-testamentario, inter-testamentario y neo-testamentario.
Periodo paleo-testamentario
El Antiguo Testamento fue escrito en un período de unos XI siglos.
Este es el período más extenso de los tres, tiempo necesario para escribir todo su contenido.
1. Libros escritos por Moisés
Se estima que el primer libro que se escribió fue el de Job. La tradición Judía y también los Padres de la Iglesia, se lo atribuyen a Moisés, aunque algunos sostienen que fue escrito por el mismo Job.
Los primeros cinco libros de la Biblia (Pentateuco) fueron confeccionados por Moisés. Los sacerdotes fueron responsables de guardar y conservar estos escritos.
Deuteronomio17:18 "Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del que está al cuidado de los levitas."
Todos los escritos de Moisés fueron compilados en un solo libro cuando murió y se le llamó el libro de la ley. Josué 1:8 "Nunca se apartará de tu boca este de la , sino que de día y de noche en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces prosperar tu camino, y todo te bien."
2. Escritos de Josué/Jueces
A Josué se le atribuye el libro que lleva su nombre. De la época de los jueces no hay total seguridad de su tiempo, ya que se desconoce si los jueces se sucedieron de modo cronológico, o si parte de ellos existieron en la misma época.
3. Época de los Reyes
Este período transcurrió durante las monarquías. En esta época se destacan dos etapas, el reino unido y el reino dividido.
En el comienzo de esta época el profeta Samuel escribió el libro de Jueces y luego el libro de Rut. La historia del profeta Elí hasta el rey Saúl, Samuel escribió el libro de las Crónicas (1 Crónicas 29:29). La última etapa del reinado de Saúl, de David y Salomón fue registrada también en crónicas por los profetas Natán, Gad, Ahías e Iddo (2 Crónicas 9:29).
Cuando el rey David y otros músicos talentosos iniciaron el registro del libro de los Salmos, el rey Salomón comenzaba a escribir los Proverbios. Esta época se conoció como el siglo de oro de las letras hebreas. En este tiempo surgieron también los escritos titulados Cantar de los Cantares y Eclesiastés, ambos compuestos por Salomón.
Las crónicas de los reyes de Judá y las crónicas de los reyes de Israel nos da indicio de la división que se produjo en el reino (1 Reyes 14:29; 15:31). Los diferentes videntes que escribieron las historias de los reyes fueron: Semanas, Iddo, Jehú, y otros (2 Crónicas 12:15, 20:34, 33:19).
En el tiempo de los reyes Uzías y Jeroboam II, surgieron los libros de los profetas Jonás, Joel, Amós, Oseas, Miqueas e Isaías.
En tiempo del rey Ezequías se agregaron proverbios a la colección (Proverbios 25:1). Otros profetas escribieron sus libros durante esta época: Nahum, Habacuc, Sofonías, y el profeta
Abdías muy probable en este tiempo, aunque no se puede determinar con exactitud la fecha de su escrito. En días del rey Joacim, Jeremías comenzó a registrar sus profecías.
4. Época del Cautiverio
El primer escritor durante este tiempo fue Ezequiel, quien transcribió las visiones que Dios le dio. Las circunstancias que rodearon los tristes hechos de la destrucción de Jerusalén, llevaron a Jeremías a escribir el libro de Lamentaciones. Posiblemente en este período, durante el reinado de Belsasar, Daniel escribe su libro.
5. Época de la Restauración
Pasados los 70 años de cautiverio del pueblo de Dios, se restaura el culto público en Jerusalén, con la restauración de dicha ciudad y su templo. Transcurridos unos 10 años, Hageo y Zacarías escriben sus profecías.
Cincuenta años más tarde, Mardoqueo, según se supone, escribió el libro de Ester.
Setenta y cinco años desde la restauración, surge el sacerdote Esdras, quien aportó gran colaboración en el proceso de formación de las Escrituras. Revisó y corrigió manuscritos. A él se le atribuyen los libros de Samuel y el de Crónicas, además de escribir el libro de Esdras.
En el año 430 a.C. fueron escritos los libros de Nehemías y Malaquías, último libro del A. Testamento.
A continuación escriba de memoria los 39 libros del período Paleo-Testamentario en el orden en que aparecen en su Biblia:
Historia: (17) Génesis, É , L , N , D , Josué, J , R , 1 y 2 de S , 1 y 2 de R , 1 y 2 de C _________, Esdras, N y E .
Poesía: (5) Job, S , P , E y C de los C .
Profetas: (17) Isaías, J , L , E y D .
Oseas, J , A , Abdías, J , M ,
N , H , Sofonías, H , Z y M .
Periodo inter-testamentario
Este período comenzó aproximadamente en el año 430 a.C. y finaliza en días de Juan el Bautista, el precursor de Cristo, al comenzar a predicar en el año 26 o 28 d.C.
Mateo 3:1-3 "En aquellos días vino el predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha . 3Pues éste es aquel de quien habló el profeta , cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas."
Se conocen estos IV siglos como los años de silencio, en cuanto a profecías, ningún profeta se levantó para escribir. Pero fue durante este período de transición, en el que se realizaron tareas importantes para la formación de la Biblia:
1. En el año 400 a.C. aproximadamente, un consejo de judíos eruditos, reconoció y determinó guardar los libros que constituían las Escrituras.
2. El Antiguo Testamento fue traducido al griego por 70 eruditos hebreos, posiblemente entre los años 280-150 a.C. conocida comúnmente hoy como la Septuaginta.
3. Durante este tiempo fueron apartados y escritos algunos de los libros apócrifos. Estos libros no fueron inspirados por Dios, pero brindan información histórica y literaria. Más adelante estudiaremos estos libros en más detalles.
Periodo neo-testamentario
Este período comenzó con Juan el Bautista en el año 26-28 d.C. y se extiende hasta el último escritor, San Juan. Estos escritos todos se realizaron en el primer siglo de la era cristiana.
Dividiremos este período en 4 partes:
1. Antes del año 30 d.C. Durante este período ministró Juan el Bautista y Jesús, pero ningún libro fue escrito.
2. Entre los años 30 – 50 d.C. Hasta este período el Antiguo Testamento era toda la escritura que los cristianos usaron. Se estima que Mateo escribió su evangelio, dirigido a los judíos principalmente y que Santiago el herma- no de Jesús escribe su epístola poco tiempo después.
3. Entre los años 50 – 70 d.C. Fue Pablo el que escribió más durante este tiempo. Muchos relatos comenzaron a escribirse acerca de la vida de Jesús, en este período. Lucas 1:1 "Puesto que ya muchos han tratado de poner en la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas…"
Los evangelios de Marcos y Lucas fueron escritos por sus respectivos autores.
En cuanto a las cartas de Pablo, se cree que el orden cronológico de sus escritos fue de la siguiente forma:
a. Antes de su encarcelamiento: Tesaloniceses (50 d.C.), Gálatas, Romanos, Corintios (55-56 d.C.).
b. Preso en Roma: Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón (60-61 d.C.), 1 Timoteo, Tito (64 d.C.).
c. Antes de ser ejecutado: 2 Timoteo (66-67 d.C.).
El libro de Hebreos, de autor desconocido fue escrito antes del año 70 d.C.
También aparecieron las dos cartas de Pedro (62-68 d.C.), junto con los escritos de Pablo.
4. Entre los años 70 – 100 d.C. Este período abarca entre la muerte de dos grandes escritores, Pablo y Juan. Judas escribe su epístola entre el año 70-80 d.C.
Juan escribe en primer término su evangelio (85 d.C.). Posteriormente el escribe las 3 epístolas (90 d.C.), y para finalizar con el Canon de la Biblia, Juan escribe el último libro, Apocalipsis (antes del año 95 d.C.).
Ahora con todos los libros acumulados, la tarea que quedó fue la de coordinar y estructurar la Biblia hasta lograr su formación actual.
CIRCULACION DE LA BIBLIA
Dios se hace conocer y se revela a Si mismo para la salvación del ser humano. Esta revelación, es por medio del registro que Dios nos ha dejado, las Sagradas Escrituras.
En esta lección estudiaremos como nos ha llegado la Biblia, desde sus manuscritos originales hasta su formato actual.
Manuscritos
Un manuscrito Bíblico es una copia escrita a mano en los idiomas originales, en hebreo o griego. Estos manuscritos se copiaban en letras mayúsculas (Uncial), o en letras minúsculas o cursivas (Minúsculo) y eran copiados sobre un rollo (Códice) o en pergaminos.
Una vez que se halla descubierto un manuscrito hay que hacerse la siguiente pregunta:
¿Es genuino? Si fue escrito por el autor o los autores cuyos nombres llevan, la fecha que se refiere y si contiene la información dada originalmente por sus escritores.
¿Es auténtico? Si esa información o ese contenido es verídico.
¿Es espúreo? Si no se puede comprobar su autor.
¿Es corrompido? Si su contenido ha sido cambiado.
¿Es creíble? Si son fidedignas las copias al original.
¿Es íntegro? Si su contenido es auténtico y no ha sido cambiado.
El cuidado extremo en la preparación y en la preservación de los manuscritos del Antiguo Testamento se lo debemos en su mayoría a los escribas judíos. El pergamino tenía que ser hecho de las pieles de animales limpios, preparado solo por Judíos, las hojas unidas por cordones hechos de piel de animales limpios. Cada columna debía de tener no menos de 48 y no más de 60 renglones. El escriba tenía que trazar primero los renglones, y si tres palabras se escribían fuera de renglón el manuscrito no tenía valor alguno.
La tinta, debía ser negra, preparada por una receta especial. El escritor no podía escribir una sola palabra de su propia memoria, sino que tenía que poner delante una copia auténtica y debía pronunciar cada palabra en voz alta antes de escribirla. Debía limpiar la pluma con mucha reverencia antes de escribir el nombre de Dios y antes de escribir el nombre de Jehová, tenía que bañarse todo el cuerpo, para que no fuese contaminado aquel Nombre pavoroso.
Debía observar reglas muy estrictas acerca de la forma de las letras, los espacios entre las letras, palabras y párrafos. Cada palabra y letra fueron contadas y una revisión cuidadosa hecha de cada rollo no más de 30 días después de su escritura. Un error hallado condenaba la hoja y si se encontraban tres errores, todo el rollo era desechado. Cerca de 2000 manuscritos del Antiguo Testamento se conocen, pero pocos son completos.
Los manuscritos del Nuevo Testamento fueron copiados con mucho cuidado por los cristianos del primer siglo. Más adelante los monjes fueron los que copiaban y los guardaban escondidos durante los tiempos de persecución. Hay unos 4000 manuscritos del Nuevo Testamento registrados.
El número de estos manuscritos sigue creciendo a medida que nuevas excavaciones arqueológi- cas los siguen descubriendo.
Debido a todo el cuidado en preservar las Sagradas Escrituras, podemos tener plena confianza de que Dios ha guardado su Palabra durante todos estos siglos.
Versiones
Aquí hay que hacer una distinción entre, una copia de los "Manuscritos" en su idioma original (hebreo, arameo y griego) y las diferentes "Versiones" de la Biblia, que tomaron el manuscrito en idioma original y lo tradujeron a otros idiomas.
1. Versión de los LXX
La versión de los LXX (Septuaginta), probablemente es la primera traducción hecha y es una versión del Antiguo Testamento (Canon Hebreo) traducido al griego en Alejandría, Egipto, (280 a 180 a.C.). La versión original no existe y el manuscrito más antiguo de la versión de los LXX que tenemos ahora es del año 350 d.C.
El Canon Hebreo, fue traducido al griego dos siglos antes de Cristo, prueba de que ya existía entonces y que el Canon del Antiguo Testamento había sido cerrado. Los judíos que vivían en Egipto y otros países necesitaban y consiguieron una traducción de sus Libros Sagrados en el idioma conocido por todo el mundo de aquel entonces.
En el plan de Dios esto era una preparación para la circulación después, del Nuevo Testamento en el mismo idioma griego.
Cristo y sus apóstoles citaban pasajes de la versión de los LXX.
2. Versión Siríaca
En cuanto a toda la Biblia, es probable que la primera traducción del hebreo del Antiguo Testa- mento y del griego del Nuevo Testamento haya sido la versión Siríaca (150 d.C.).
3. La Vulgata
Otra versión antigua de la Biblia es la "Vulgata", nombre que significa común o corriente, hecha por Jerónimo (400 d.C.). Es una traducción del hebreo original del Antiguo Testamento al latín. El Nuevo Testamento lo revisó y corrigió de varias versiones latinas ya existentes.
La Vulgata fue la versión usada por la iglesia de Europa y África hasta el tiempo de la Reforma, cuando se comenzaron a traducir y usar versiones en sus propios idiomas.
4. Versiones en Inglés (se mencionan algunas)
a. (1383) – Versión de Juan Wycliffe
Conocido como el primer protestante, predicó por muchos años proclamando las verdades Bíblicas y protestando en contra de los errores de Roma que gobernaban entonces la iglesia en Inglaterra. Muy pocos sabían leer el latín y Wycliffe luchaba por el derecho de que cada hombre leyera la Biblia por si mismo, y él resolvió dar a los ingleses una versión en su propio idioma. Bajo mucha persecución, arrestos y vituperio, Wycliffe tradujo la Vulgata al Inglés.
Un escriba tardaba unos 10 meses para hacer una copia a mano, completa de la Biblia, era un trabajo lento y muy laborioso.
b. (1537) – Guillermo Tyndale
Era un hombre de Dios, "de quien el mundo no era digno…" (Hebreos 11:38). Tyndale no hallando reposo en su país natal de Inglaterra, en 1524 es desterrado por su fe y sus esfuerzos a dar la Biblia a la gente común, huye a Alemania y a otros países libres de Europa.
Este es el tiempo cuando la imprenta es inventada por Gutenberg, en Alemania (1450).
Esto fue una ayuda grandiosa en la dispersión de la Palabra de Dios.
La edición de Guillermo Tyndale, del Nuevo Testamento griego original al inglés, fue impresa en Alemania en el año 1525.
Seguía estudiando y traduciendo la Biblia en secreto, mientras sus Nuevos Testamentos eran impresos. Se estima que más de 18,000 ejemplares fueron contrabandeados a Inglaterra por los mercantes. Los obispos tenían a soldados inspeccionanlo los barcos que llegaban a todos los puertos de Inglaterra y fueron hallados cientos de ejemplares del Nuevo Testamento, los cuales eran quemados públicamente en la plaza de Londres. Pero los libros cada vez eran más preciados, comerciantes evangélicos los seguían vendiendo y el pueblo estaba ansioso de conseguir su propia copia. Los mismos obispos iban a Alemania para comprar Nuevos Testamentos a altos precios, y luego los quemaban, pero el mismo dinero le ayudaba a Tyndale a imprimir mayores cantidades.
Tyndale completó una versión del Pentateuco del Hebreo en 1530 y siguió traduciendo los demás libros del Antiguo Testamento hasta su martirio en 1536, dejando a su amigo Juan
Rogers para completar la obra.
Los romanos buscaron a Tyndale por años, mientras él huía de un país a otro. Al fin fue arrestado y fue quemado en la plaza de Amberes. Aun durante los meses de su encarcelamiento, seguía traduciendo el Antiguo Testamento.
La Biblia entera fue impresa en inglés en 1537, pero a causa del odio y persecución de las autoridades al solo nombre de "Tyndale", fue publicado bajo el nombre de "Tomas Mateo"
(Mathew Henry) y es así que fue conocida en Inglaterra como la "Biblia de Mateo".
Fue esta versión de Tyndale que fue revisada en 1611 y hasta hoy sigue siendo la Biblia más amada por los lectores del idioma Inglés.
c. (1611) – Versión Autorizada
Esta es una traducción de los manuscritos originales por 47 eruditos ingleses bajo los auspicios del rey Jacobo I.
d. (1885) – Versión Revisada
Esta es una revisión de la "Versión Autorizada". hecha por dos comisiones, una en Inglaterra y otra en EUA. El Nuevo Testamento fue publicado en 1881 y el Antiguo Testamento en 1885.
e. (1952) – Versión Revisada Normalizada (Standard)
Esta revisión se hizo en los Estados Unidos y fue publicada en el año 1952.
5. Versiones en Español (se mencionan algunas)
a. (1260) – Biblia Alfonsina
Traducida al español de la "Vulgata" latina, por orden del rey Alfonso X (el Sabio) de
Castilla, España.
b. (1478) – Biblia de Ferrer
Versión del latín al Valenciano, publicada en Valencia.
c. (1527) – Biblia de Quiroga.
Traducción de la Vulgata Latina. Obsequiado por el Cardenal Quiroga al rey Felipe II.
d. (1569) – Biblia del Oso.
Es la primera Biblia completa traducida al español de los textos originales del he breo, arameo y griego. Preparados por Casiodoro de Reina. Para el Nuevo Testamento usó la tercera edición griega de Erasmo.
e. (1602) – Revisión a la Biblia del Oso, por Cipriano de Valera
El Nuevo Testamento lo publicó en Londres y toda la Biblia en Amsterdam, Holanda. Otras revisiones importantes en la traducción de Reina-Valera: 1862, 1909, 1960.
f. (1793) – Biblia de Felipe Scio de San Miguel.
Traducción de la Vulgata Latina por orden del rey Carlos III. Publicada en Valencia, España, en 16 tomos.
g. (1822) – Biblia de Félix Torres de Amat y José Miguel Petisco.
Traducción hecha de la Vulgata con el apoyo del rey Fernando VII.
h. (1893) – Biblia, Versión Moderna.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |