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El programa La Venganza Será Terrible marco un antes y un después en el medio radiofónico


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Elección del tema
  3. Metodología de trabajo
  4. La radio
  5. Historia de la radio en la Argentina
  6. Radioteatro
  7. Humor en radio
  8. Los programas más destacados del humor
  9. Protagonistas del humor en la radio argentina
  10. Entrevistas
  11. Conclusión

Introducción

Cualquier persona que lea este trabajo, va a poder conocer la evolución de la radio. a su vez mi trabajo se abocara principalmente al programa radial:

La venganza será terrible es un programa que se caracteriza por tener un formato único en la programación actual de amplitud y frecuencia modulada. Este programa se distingue del resto por varios motivos:

  • Es un programa que no se realiza en un estudio de radio; se lleva a cabo en un teatro y con público presente todas las noches.

  • Es un programa que no tiene una producción avasalladora, la improvisación es el elemento más utilizado por los conductores de este programa.

  • Está conducido por Alejandro Dolina, uno de los personajes más singulares del medio.

Creo que este programa es digno de ser investigado y analizado, ya que es un formato único en el cual conviven en armonía conceptos tan dispares como la cultura, el conocimiento histórico y filosófico, la música, la literatura y el humor absurdo y popular.

Elección del tema

Elegí este programa porque admiro a Alejandro Dolina; y pretendo a su vez analizar el efecto que provoca en la gente su ciclo radial "La venganza será terrible", ya que se mantiene vigente desde hace más de veinte años. Investigare antecedentes históricos (en radio y televisión) y tratare de demostrar lo innovador que ha sido este programa en el radial, destacado por la complejidad de las temáticas que allí son tratadas de un modo muy peculiar.

OBJETIVOS GENERALES

  • Analizar a Alejandro Dolina y su formato radial. Como es culturalmente y artísticamente en la radio (su realización).

  • Análisis profundo en la historia de formatos radiales semejantes.

  • Como convive lo popular, lo artístico, lo cultural y humorístico en un solo programa. Averiguar si es posible.

  • Análisis sobre diversas opiniones de especialistas.

Metodología de trabajo

DESARROLLO DEL TEMA

La radio

La radio consiste en la emisión y recepción del sonido a través de ondas electromagnéticas; este es el mecanismo que permite el funcionamiento de la tan popular radio de nuestro hogar y automóvil.

Al igual que con muchos inventos, es difícil señalar quién inventó la radio. Este aparato electrónico, al igual que muchos, se desarrolló con aportes de diversos científicos y técnicos, que entregaron su grano de arena para que se lograra construir.

Pero para investigar y determinar, quién inventó la radio, primero debemos hablar sobre las ondas electromagnéticas. Estas ondas, son las que permiten, que la voz y el sonido, viajen por el aire y se trasladen desde una fuente emisora, hasta una base receptora.

Estas ondas electromagnéticas, fueron investigadas por primera vez, por un científico británico, a fines del siglo XIX. Estamos hablando de James Clerk Maxwell.

Estos trabajos fueron, pocos años después, confirmadas por Rudolf Hertz. Quién vio en ellas, algo aún más grande. Estas ondas electromagnéticas, podían ser reformuladas, con lo que se lograba una ecuación de onda. Es así, como se llega a la conclusión, que estas ondas electromagnéticas, viajan a una gran velocidad, con lo cual se da paso a poder transmitir sonido, por medio de ellas. Ya que con aquella velocidad, se podría transmitir sonidos a distancias lejanas, sin tener problemas de tiempo en cuanto a la recepción de los mismos.

Los pasos dados por Hertz y Maxwell, cimentaron lo que después sería la radio. Sin sus investigaciones, no hubiera sido posible, en su época, el haber logrado transmitir frecuencias radiales. Es por lo mismo, que decimos que es difícil señalar quién inventó la radio. Ya que son varias las personas quienes ayudaron en su desarrollo.

Más complejo se vuelve el escenario, con el devenir de los años. Ya que luego de las investigaciones de Hertz y Maxwell, a los pocos años, tres personas diferentes, en distintos países, lograron transmitir ondas radiales.

Estamos hablando de Alexander Popov en Rusia. Nicolás Tesla en los Estados Unidos y Guillermo Marconi, en el Reino Unido. Quien fue el primero en patentar la radio como tal. Aparte, que no demoró mucho, en comenzar a comercializarla. Claro que en ciertos países europeos, fue rechaza la patente adquirida por Marconi, ya que era conocido que el ruso Popov, había desarrollado anteriormente, un emisor y receptor de ondas radiales.

Alexander Popov por su parte, logró en 1896, transmitir el primer mensaje en Rusia, entre dos edificios de la Universidad de San Petersburgo.

Por su parte, Marconi comenzaba con la comercialización de los receptores radiales. Abrió una fábrica para ello, en el Reino Unido.

Nicolás Telsa, logró antes que los otros precursores, transmitir un mensaje y que este fuera captado por un receptor. Telsa intentó patentar su creación en los Estados Unidos, aparte de varios adelantos que fue desarrollando, pero una vez otorgada, al poco tiempo fue retirada. Esto, ya que se le entregó a Marconi, debido a ciertas influencias que él poseía en aquellas tierras de América del Norte.

Como se puede ver, es casi imposible mencionar, quién realmente inventó la radio, ya que fue un esfuerzo múltiple, aunque no coordinado. Son diversas las personas que ayudaron a que se desarrollara la radio. Uno de los medios de comunicación, más creíbles o confiables, para las personas de la mayoría de los países del globo. Asimismo, la radio continúa siendo una fuente de compañía invaluable, tanto para las personas en su hogar, como en el trabajo.

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Guigielmo Marconi

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Primera radio

A este descubrimiento le siguió un desarrollo tremendo el cual se produjo a trabes de grandes invenciones como la válvula termoiónica, la modulación, y el transistor. Para llegar a los espectaculares resultados existentes en nuestros días.

El receptor de radio se fue haciendo cada día más eficiente a medida que progresaban las válvulas. En primer lugar se alimentaban con acumuladores de corriente, después con electricidad. Mas tarde se fue reduciendo el tamaño de los receptores y trasmisores, a medida que ha ido evolucionando los transistores y los circuitos integrados y smd. Hasta llegar a la actualidad en que podemos observar una evolución tremenda con múltiples aplicaciones e innovaciones como el sistema rds y vía satélite.

Aparición de la Radio

La aparición de este medio de comunicación es una sucesión de descubrimientos que comenzaron a finales del siglo XIX.

Se tiene noción de que la primera comunicación telegráfica inalámbrica sucedió un 14 de mayo de 1897 entre las poblaciones de Laverck Point y la isla Fratholm en el canal de Bristol que se hallan separadas por una distancia de unos 5 kilómetros. El autor de ese fantástico descubrimiento fue Gugliermo Marconi, un físico italiano.

De esa primera comunicación le continuaron una seguidilla de avances tecnológicos que poco a poco fueron mejorando la calidad de las comunicaciones y también la cantidad.

El primer gran empujón que recibió fue durante el desarrollo de la I Guerra Mundial (28 de julio de 1914 – 1918). He aquí una gran utilidad que se le dio a este medio de comunicación: los fines bélicos.

Durante ese período los radioaficionados lograron hazañas tan grandes como el primer contacto radial trasatlántico (1921).

El papel que jugo la radio en la II Guerra Mundial (1939 – 1945) fue también muy importante y fue allí donde recibió muchísimo aporte militar para logra un desempeño mejor al alcanzado en esa época. Se utilizó como medio alternativo de comunicación ante la destrucción de las vías férreas, telegráficas y de los caminos disponibles.

Historia de la radio en la Argentina

Los Comienzos La mayoría de los estudiosos del tema coinciden en que, si bien en 1920 el invento de Guglielmo Marconi era ya en Estados Unidos y en Europa una herramienta usual de la radiotelefonía (comunicación interpersonal con fines privados o bélicos), le cabe a la Argentina el rol de pionera en la radiodifusión. Fueron el médico Enrique Telémaco Susini, junto a otros tres estudiantes: Miguel Mujica, César J. Guerrico y Luis Romero Carranza quienes el 27 de agosto, tras cumplir la hazaña de convertir a la radio en un incipiente medio de comunicación masivo, se ganaron el histórico apodo de "Los locos de la azotea". A través de la transmisión en vivo desde el Teatro Coliseo de la ópera Parsifal de Richard Wagner, nacían Radio Argentina –la primera emisora del país– y un público conformado por apenas unos cincuenta radioaficionados. Ya en esa primera década de su historia, la radio ofrecía de manera incipiente los géneros y formatos que la habrían de caracterizar posteriormente. En 1921, la transmisión de música clásica se convertía en un hecho de frecuencia casi diaria. Al año siguiente, la noticia cotidiana ganaba espacio con la transmisión en vivo de la asunción de Marcelo T. de Alvear como presidente de la República. En septiembre de 1923 entraba el boxeo, con la célebre "pelea del siglo" entre Luis Ángel Firpo (a) El Torito de las Pampas y Jack Dempsey desde el Polo Grounds de Nueva York y en octubre del año siguiente lo hacía el fútbol, con un partido disputado por uruguayos y argentinos. Alrededor de esa fecha también – algunos estudiosos señalan que un poco antes– se ponían al aire los primeros reclames (el galicismo denominaba así a los avisos publicitarios). Hacia el final de la década nacía el radioteatro, cultor inicial de la vertiente criollista y nativista de delgado hilo argumental, centrado en canciones y payadas. El origen se atribuye hoy a Francisco Mastandrea con La caricia del lobo, éxito que continuará Andrés González Pulido con su conjunto Chispazos de tradición y que luego concretará expresiones más rigurosas con dramas históricos y escenas nativas de Arsenio Mármol y Héctor P. Blomberg.

A la pionera Radio Argentina, se sumarían en breve: Radio Cultura, Radio Sud América, LOU Radio Brusa (hoy Excelsior), Radio Libertad (hoy Mitre), Radio Casa América, Radio Grand Splendid (hoy Splendid) y Radio Nacional (luego Belgrano). En 1924 surgía en Rosario "la primera emisora cerealista del país", mientras se producía una de las innovaciones tecnológicas más radicales: la introducción de los parlantes, modificando sustancialmente las condiciones de escucha. El aparato receptor se ganaba así un lugar importante en el hogar, reuniendo a su alrededor a la familia entera. En tres años, el número de aparatos había crecido de manera sorprendente y surgían ya los primeros conflictos que llevaron a reglamentar la frecuencia de emisión entre 1925 y 1929. Los años 30 acentuarán esta tendencia a la expansión. Al éxito de Splendid y Belgrano se suma Radio El Mundo en 1935 con un edificio monumental de siete estudios y dos auditorios, mientras el empresario Jaime Yankelevich crea desde Belgrano las primeras transmisiones en cadena. Las revistas especializadas: La canción moderna y Radiolandia dan cuenta de este auge. A la vez el radioteatro amplía su temática extrayendo asuntos de la producción folletinesca, donde abundaban huérfanos, madres solteras, grandes villanos y amores imposibles pero eternos. Por su parte, hacia fines de la década, el deporte había consolidado su audiencia y Alfredo Aróstegui ponía al aire El Relato Olímpico, en tanto que Tito Martínez Delbox creaba Gran Pensión El campeonato que mantendría su vigencia por más de diez años. Las voces de Horacio Belbo y Ricardo Lorenzo "Borocotó" con sus relatos de fútbol y boxeo atrapaban a la audiencia de entonces. El público se segmentaba de acuerdo con la edad, el sexo y la extracción social. Crecía por entonces el género infantil, mientras se posicionan las historias policiales y la comedia breve para el gusto adulto. En 1937 inició sus transmisiones Radio del Estado desde el entrepiso del Palacio de Correos y Telégrafos y sin emitir publicidad comercial. Ante la demanda de un aporte mayor a la cultura, llevó adelante un proyecto innovador para la época: la "Escuela de aire", que permitía la escucha de programas elaborados por el Ministerio de Educación en todos los establecimientos públicos del país. 

Su Notable Crecimiento 

Hacia 1940 la radiofonía argentina ya había alcanzado un importante desarrollo económico y un impacto comunicativo incomparable. La campaña electoral de 1946 tuvo a la radio como escenario de difusión de las ideas políticas, convirtiéndose en herramienta de propaganda y de construcción de la opinión pública, no siempre bien vista por todos. El radioteatro continuaba ganando adeptos, en especial por parte del público femenino que seguía fielmente las voces y peripecias sentimentales de Oscar Casco, Hilda Bernard, Susy Kent, Rosa Rosen, Eduardo Rudy, Jorge Salcedo o Julia Sandoval, con guiones de Abel Santa Cruz, Nené Cascallar y María del Carmen Martínez Paiva. En 1940 debuta Niní Marshall con Cándida y Catita, iniciadoras de una extensa lista de personajes que se tornarían inolvidables. Tres años más tarde la Dirección Nacional de Radiodifusión prohibirá sus actuaciones por considerar que "tergiversaban el correcto idioma". Niní volverá a la radio en 1954. A propósito del humor, en 1944 salía al aire por primera vez Felipe, el célebre personaje de Luis Sandrini, que tendría una vigencia ininterrumpida de veintitrés años, secundado por Juan Carlos Thorry, Tincho Zabala o Magacha Gutiérrez, entre otros. Diversas figuras protagonistas de la risa fueron también Pepe Arias, el dúo Buono–Striano, Juan Carlos Mareco (a) Pinocho y Pepe Iglesias (a) El Zorro. 

Los programas musicales continuaron siendo un número fuerte, aunque volcados por entonces hacia géneros más populares que la música clásica. Las orquestas típicas, las de jazz, los solistas de moda y hasta el recitador eran los ingredientes esenciales de un buen show radiofónico. Son además años de crecimiento del folklore. Antonio Tormo, que en 1937 integraba La tropilla de Huachi Pampa, imponía el gusto mayoritario en su programa El Fogón de los Arrieros.  Enrique Santos Discépolo, en tanto, con su personaje Mordisquito se convertía en un emblema incuestionable de la época, a través del diálogo imaginario con ese personaje que no reconocía las conquistas sociales del peronismo. El ciclo, de gran éxito, se vio interrumpido con la muerte del autor ya concluida esta década en la que el Estado Nacional había recuperado todas las licencias de manos privadas y extendido la creación de nuevas emisoras en el interior del país. 

Los años 50 corrieron paralelos al nacimiento de la TV, que sería con el andar del tiempo y antes de conformar cada medio su público, su principal competidora. Así fue como Radio Belgrano pasó a ser LR3 Radio Belgrano Televisión. La muerte de Evita dejó testimonios en la radiodifusión. Durante los 16 días siguientes no se escuchó más que música sacra y se impuso la costumbre de evocar la hora del deceso con la expresión: "Son las 20.25, hora en que Eva Perón pasó a la inmortalidad." En octubre de 1953 el Parlamento promulgó la Ley 14.241, la primera en el campo de la radiodifusión sancionada con el Congreso en funcionamiento. Esta década centró su atención en la programación familiar. Los Pérez García será uno de los productos de mayor audiencia del horario nocturno y conservará ese lugar de prestigio durante muchos años. La clase media argentina aprendió así a "ver" sus propios conflictos cotidianos a través de la radio y le entregó su fidelidad. La audición de Jabón Federal por Radio Belgrano, se centró también en esta franja de público, alcanzando el primer lugar en la preferencia de los oyentes. La música de entonces se focalizó en el folklore (con propuestas como El Rancho 'e la Cambicha) y fundamentalmente en el tango, que consagraba a intérpretes populares como Alberto Castillo. Alejandro Romay, por su parte, animaba Lluvia de estrellas, el que a su vez competía con Una cita con el tango y Mundo de tango. Los programas cómicos, que ya habían consolidado un camino en décadas anteriores, se impusieron con holgura. Son los años de Los cinco grandes del buen humor (con Rafael Pato Carret, Jorge Luz, Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol y Guillermo Rico), de La Revista Dislocada de Delfor Discasolo y Aldo Cammarota en Radio Argentina (el primer programa donde la publicidad se integraba al clima risueño y chispeante de la audición). 

Tres grandes que enriquecen nuestra historia radial 

Arturo Berenguer Carisomo 

Leopoldo Marechal 

J. Carlos Paz 

Radioteatro

El radioteatro argentino

Cuando a comienzos de 1929 una audición de música campera conducida por Roberto Torres y Francisco Mastandrea parecía agotarse, este último, inspirado en las novelas por entregas tan en boga en aquella época, crea "La caricia del lobo", "una novela radial, la primera obra radiofónica que no concluiría en un solo día o en el espacio de una audición"

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Hasta ese momento se habían difundido programas unitarios de teatro radial y programas como el ya mencionado de Mastandrea, denominados en la época "revistas radioteatrales", en los que se combinaban números de música y canciones folklóricas con la representación de breves escenas o "sketchs" de ambiente campero. Los que le siguen toman la temática y la estructura del folletín y el drama gauchesco.

En la programación radial de 1933 había cuatro compañías radioteatrales, dos años más tarde se produce una explosión del género que sólo se interrumpirá con el arribo de la televisión y que se manifiesta en la creación de nuevas compañías; en la diversificación temática del género, de acuerdo a exigencias de un público cada vez más amplio y heterogéneo, y en la incorporación de autores para cubrir la demande de adaptaciones y novelas originales. En la búsqueda de temas y fórmulas de segura repercusión, la radio se nutre de la novela popular, fuente aprovechada ya por otros medios como el cine y la historieta. Con una variedad tal que mezcla novelas de capa y espada, de aventuras, policiales e históricas con la novela sentimental o "rosa" que terminara imponiéndose en la década siguiente. Pero el género se diversificó todavía más. Habrá un radioteatro infantil; un radioteatro familiar y costumbrista; un radioteatro dirigido a un público de clase media predominantemente femenino que gustaba de las historias de amor con final feliz y finalmente la línea gauchesca.

Algunos éxitos radioteatrales llegaron prácticamente a paralizar la vida en las ciudades, preocupando a los comerciantes.

La gente participaba…

El radioteatro fue uno de los fenómenos culturales más importante de nuestro pueblo. Así lo demuestra la participación activa del público en sus historias. La correspondencia, los correos de lectores, la presencia del público en las emisoras eran moneda corriente por aquellos tiempos. Pero el acercamiento no se limitaba a la experiencia radial

La modificación tecnológica más importante se sitúa en 1956, con la llegada a la Argentina de las primeras radios portátiles a transistores, hecho que volvería a modificar las condiciones de escucha. Así el aparato receptor se desplazaría con el oyente, fortaleciendo las condiciones de fidelidad, ya sea a una emisora o a una voz en particular. A partir de 1957, con la nueva reglamentación de la radiodifusión, el medio entró en un terreno complejo. La censura y el cuidado de los contenidos en los programas se convirtieron en una práctica frecuente. 

La década del '60 en adelante 

Al comenzar la década del 60, ya se han registrado cambios sustanciales. En primer término, los elencos estables y las orquestas exclusivas de las emisoras son absorbidos por la televisión, que además ha ganado la batalla por la ficción folletinesca. Los programas en vivo tienden a menguar; la información y la música se convierten en protagonistas del discurso radiofónico. El medio se posiciona cómodamente en el horario matutino, franja a la que recurre una audiencia ávida de obtener noticias recientes de primera mano. En cuanto a la estética, se impone un código más informal y cómplice, en el que destacan Fontana Show, La Gallina Verde, El Diablo Cabo y a partir de 1967 Rapidísimo de Héctor Larrea, un clásico de largo aliento. También en el espectro informativo cabe citar el alto impacto de Ariel Delgado desde Radio Colonia en Uruguay. Su clásica frase: "Hay más informaciones para este boletín" puso en vilo en más de una ocasión a la audiencia argentina, que se las ingeniaba para sortear la censura militar impuesta por la dictadura de Onganía. En el género musical triunfaron propuestas como La Cabalgata Musical Gillette que puso al aire por primera vez una canción de los Beatles, por entonces denominados "Los escarabajos". El sector juvenil se inclinó también por propuestas como Música en el Aire o Escalera a la fama, en tanto que el repertorio folklórico encontró en Argentinísima de Julio Márbiz o El mundo de la guitarra de Antonio Carrizo vehículos notables para su propia difusión. 

La información deportiva ganó con nuevas voces y figuras, entre las que cabe mencionar a Andrés Rouco y Lisandro González Longhi con Carburando, Carlos Legnani con Campeones en el camino y la dupla Oscar Gañete Blasco – Pérez Trigas con Emoción en las rutas. La gran innovación de los años 70 es la aparición de las emisoras de frecuencia modulada, más conocidas como FM. Su irrupción divide el espectro radiofónico, estableciendo la dicotomía: AM–información/ FM– música, antítesis que irá desapareciendo con el paso del tiempo. En 1972, a partir de la promulgación de la Ley Nacional de Telecomunicaciones, se crea el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), que pasa a depender al año siguiente de la Secretaría de Prensa de la Presidencia. Un sensible cambio de estilo se produce en las figuras de locución: los tonos bajos, sugerentes y casi susurrantes cautivan la escucha nocturna que la FM recupera para la radio, disputándole público joven a la televisión. Es la consagración de Nora Perlé, Betty Elizalde, Nucha Amengual y Graciela Mancuso, figuras femeninas a las que se suma el estilo pausado de Omar Cerasuolo o de Juan Alberto Badía.  La noche gana con programas como Modart en la noche, Imagínate, Las 7 lunas o La noche con amigos. Desde la perspectiva informativa general a los nombres de Cacho Fontana y Antonio Carrizo se suman los de Víctor Sueiro, Julio Lagos, Mario Mactas y el más innovador de la década: Hugo Guerrero Martinheitz, (a) El Peruano Parlanchín, con su original El show del minuto. La dictadura militar a partir de 1976 impuso su control sobre los medios de comunicación y la censura se instauró también en la radio. Listas negras, nombres prohibidos, asuntos eludidos y músicos cuya obra no podía ser difundida, se convirtieron en prácticas habituales. Nuevamente Ariel Delgado desde el vecino Uruguay les permitió a los argentinos saber qué estaba ocurriendo en su propio país. En medio de tanto silencio, una figura como la de José María Muñoz, (a) El relator de América, que había cambiado en las décadas anteriores el estilo de las transmisiones deportivas con un sello profesional y único, borraba con el codo lo escrito con la mano. En el marco del Mundial de Fútbol 78, durante la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, asumió una actitud harto complaciente con la dictadura, postura que reafirmaría en el mundial juvenil 79.  En 1980 se aprobó el Decreto/Ley 22.285 sobre radiodifusión, que –entre otras cosas– extendía las licencias a quince años con prórroga de diez más, convertía al COMFER en un ente autárquico e integraba al mismo tres miembros de las Fuerzas Armadas y dos representantes de las empresas privadas. 

Los últimos tiempos 

El retorno a la democracia trajo nuevos aires a la radio, que adoptó un carácter más frontal, con información al instante y un amplio lugar para la opinión y el debate. En este espacio se convirtieron en clásicos: Magdalena Ruiz Guiñazú, Santo Biasatti, Román Lejtman, Nelson Castro, Alfredo Leuco, Diego Bonadeo y el siempre recordado Néstor Ibarra. Algunos programas de entonces se convertirían en emblemáticos de esa época, por el alto nivel de ideas, de producción o de creatividad: Sin Anestesia de Eduardo Aliverti, Sueños de una noche de Belgrano con Jorge Dorio y Martín Caparrós, Ciudadanas de Ana María Muchnik o Historias en estudio de José M. Pasquini Durán señalan algunos de los hitos más altos alcanzados por la radio entre 1984 y 1985. También el humor volvió a ocupar un lugar destacado en el aire. A partir de 1987 Alejandro Dolina convocó a una audiencia creciente con Demasiado tarde para lágrimas, combinando risa y desenfado con la profunda reflexión humanista. En el deporte el brillo recayó sobre Víctor Hugo Morales, que primero en Radio Mitre y luego en Continental, marcaría un estilo de relato signado por una cultura general hasta el momento poco frecuente en el periodismo deportivo. Los 90 se vieron en la encrucijada de un doble movimiento, signado por las direcciones encontradas entre la mega concentración de las empresas periodísticas, con la administración de varios medios a su cargo, y la proliferación de los micro–medios: radios de baja potencia de alcance local y comunitario. En esa tensión proliferarían también las FM que renovaron la estética radial, destacándose, entre otras: Rock and Pop, FM 100, Horizonte, Feeling y Aspen. Crecieron asimismo las denominadas "radios de segmento", es decir, aquellas con un público muy sectorizado, como por ejemplo: FM Tango o FM Clásica. Nuevas voces: Lalo Mir, Elizabeth Vernacci, Mario Pergolini, Boby Flores, Marcela Feudale, Ari Paluch, se ganaron su lugar a fuerza de personalidad, carácter e innovación. Hoy la radio ocupa un espacio por derecho propio. Ya no se plantea competir con la televisión porque supo conquistar un sitio imprescindible en la vida cotidiana: ritmo informativo, walkman o escucha en el auto, acompañamiento, diversión, actualidad. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han abierto también otros canales a través de Internet y hacen posible que un programa emitido en una localidad de nuestro país pueda ser escuchado con calidad y alta fidelidad en otros lugares del mundo. 

Humor en radio

HISTORIA DEL HUMOR EN RADIO

En la década del ´20 con la necesidad de "romper la monotonía del bailable", se introduce el monólogo, nombre genérico que se aplicaba como síntesis del repertorio hablado. Consistente en un SOLILOQUIO protagonizado por un actor, el cual a través de una improvisación o un libreto, en general de autoría propia, efectuaba narraciones de diversa índole, muchas veces encarnando un personaje creado por él mismo.

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RADIO VS TV

 La televisión despojo en los hogares un poco al lugar que ocupaba la radio, en la misma se abandonaron los programas en vivo y los radioteatros, la radio se quedo con el horario matutino y la televisión con el nocturno.

Nace Minguito Tinguitella, de la mano de Juan Carlos Altavista.

 Radio El Mundo, nace el programa "El Fontana show", programa de información, vértigo, desacartonamiento, espontaneidad e improvisación, Fernando Salas participaba del programa en la realización de chistes cortos que caracterizaron al programa. Treinta chistes por día.

Las Radios queda reducidas tras desaparecer los radioteatros y los programas con públicos, los estudios tenían generalmente 3 metros por 4. Comienzan a surgir los Disc Jockey.

En 1969 Nace "Claves para bajar de la cama" un nuevo humor llevado por Castello, Salas, Bedrune y Dolina.  En este año nace radio Continental, que anteriormente se la denominaba Radio Porteña.

En 1974 el estado obliga a las radios a pasar el 75 por ciento de la música de carácter nacional.

 El programa "Rapidísimo", conducido por Héctor Larrea en Radio Rivadavia, incorporó por primera vez el humor a principios de los "80. El hasta entonces pacato Larrea tardó un mes en tirar la chancleta: no faltaron entonces chistes picantes, comentarios irónicos y el doble sentido en las mañanas de Rivadavia. Por allí pasaron Luis Landriscina, Víctor Harriague, Juan Carlos Mesa, Juan Carlos Altavista con"Minguito", Mario Sánchez. Jorge Marchetti sentencia: "El humor de radio tiene música".

Con la llegada de la democracia en 1983, las ganas de reírse volvieron a aparecer también en la radio. La noticia se volvía central en las mañanas, el humor había perdido sus programas especiales y se mezclaba en los vericuetos de lo cotidiano en formato de clips. "De elencos humorísticos se pasó a dúos humorísticos y con esto el humor se zafó

En el programa "En ayunas", con Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg, se escuchaban noticias como ésta: "Dato de penúltimo momento, Israel teme una matanza en el Líbano. Argentina teme una libanización en La Matanza".

 Años más tarde, "Demasiado tarde para lágrimas" y "La venganza será terrible", de Alejandro Dolina, comenzaban a reírse de las revistas del corazón.

El Trío Laurel también marcaba una época.

 Con el nacimiento de las FM…

La primera emisión de Frecuencias Moduladas fue en 1970, pero sin continuidad.

Nace la Rock and Pop.

1987 nace, en Rock and Pop, un programa llamado VanGkok

1989 Mario Pergolini acapara el 78% de la audiencia nocturna con su ciclo "Malas Companias" por la Rock and Pop.

Desde mediados de los "90, cuando la primavera menemista llegó a su final, la premisa radiofónica fue mejor reír que llorar. Los personajes de "Animal de Radio" de Lalo Mir en la Rock & Pop, como Rafael Orestes Porelorti, el dúo Saborido y Quiroga y sus canciones sobre las valijas de Amira y el dúo Rubio y Rottemberg después, ambos en Radio Mitre, establecían las críticas de actualidad y el humor político. Los sketches se denominaban, por ejemplo, "Monasterio de Economía" con Domingo F. Cavallo.

Eduardo Aliverti reflexiona: "Si uno repasa la historia de la radioen general y la historia del humor en radio, llegará a la conclusión de que el humor concentró en gran medida a todos los grandes".

David Rotemberg y Luis Rubio, "El humor es pasar silbando por un cementerio de noche". Estos dos personajes del humor son parte esencial de las mañana de radio

 La radio cumple 70 años

Las emisoras toman una nueva configuración. Sus propietarios son a la vez dueños de medios gráficos o televisivos. Surgen los multimedia.

Cómo hacer reír con tan sólo un micrófono

 Estas décadas detallan cómo es eso de reírse con la radio. Con el humor, la simpatía se coló en decenas de hogares, se subió a los colectivos y caminó por la calle: la risa fue, entonces, una compañía cotidiana. Primero en los radioteatros y más tarde en los noticieros, el humor acompañó momentos trascendentes de la historia radiofónica y en definitiva en la historia del país.

 Así aparecen personajes que van desde el mítico Delfor y su "Revista Dislocada", el dúo Buono-Striano en sus albores, Juan Carlos Thorry junto a la inigualable Niní Marshall, el Minguito de Juan Carlos Altavista, el "Fontana Show" entre los más lejanos, y Rubio y Rottemberg en Radio Mitre, o Rafael Orestes Porelorti (Fernando Peña) en la Rock & Pop, entre los más cercanos en el tiempo.

 Hay dos aspectos de la radio con los que la tele no pudo competir nunca: la información y el humor.

"El mundo no puede vivir sin humor, ni se supone que lo haga jamás", dice Fernando Peña.

Los programas más destacados del humor

'EL FONTANA SHOW': con Cacho Fontana, por Radio EL MUNDO.

'LA REVISTA DISLOCADA': UN PROGRAMA QUE HIZO HISTORIA.

DURANTE MÁS DE 20 AÑOS, FUE UNO DE LOS CICLOS HUMORÍSTICOS DE MAYOR CONVOCATORIA.

 "La Revista Dislocada", conducida por Delfor. Roberto Di Chiara, coleccionista del mundo de la radio y amigo de Delfor, recuerda: "Fue el único programa en que se paraba el país para escucharlo. De hecho las otras radios suspendían su transmisión y se acoplaban a la transmisión de El Mundo".

Creada en 1954, durante años, "La revista dislocada" lideró la audiencia radial los domingos al mediodía. Fue una "compañera" más de la familia argentina. Luego, pasó a la televisión y el éxito, lejos de mermar, siguió siendo contundente. Cuarenta años después, su hacedor, Delfor Amaranto Dicásolo —popularmente conocido como Delfor— decidió volver con su mítico programa en el que intenta reinventar un humor "sin malas palabras", como él mismo dice, orgullos de ese objetivo.

Tras residir varias décadas en Perú y México, países donde se refugió luego de que la dictadura de Agustín Lanusse lo prohibiera en 1973, Delfor es un tipo que le gana al tiempo —"a lo sumo me dan 65"— y a pesar de los kilos de más aún conserva la mueca de picardía y el tradicional bigote finito que siempre lo caracterizó.

"Tuve varias ofertas para hacer ''La revista dislocada'' en radio, pero no me convencían", dice Délfor. Hasta que fue convocado por Radio Nacional y eso lo alegró, ya que sus programas siempre fueron con público y la emisora le brindaba el espléndido auditorio de Maipú 555.

Sobre la creación de sus personajes, Delfor los define como "salidos de la calle", aunque sabe que muchos de sus dichos y muletillas fueron adquiridos por el público como "no me pisen la víbora", que era un personaje que vendía pelapapas en Avenida de Mayo con un reptil medio muerto al cuello.

CULTURA POPULAR:

Uno de los aportes más duraderos que "La revista dislocada" hizo a la llamada cultura popular el calificativo de "gorilas", surgido del tema musical "Deben se lo gorila, deben se..", compuesto por Delfor y Aldo Cammarota. En la actualidad, ese término se usa en numerosos países latinoamericanos para designar a todo aquello considerado antipopular.

 Délfor Amaranto Dicasolo Pologna, oriundo de Chivilcoy, hijo de inmigrantes italianos, apenas terminada la escuela secundaria llegó a la Capital con sus dibujos, sus caricaturas y una voz capaz de realizar infinidad de sonidos e imitaciones. Estos talentos naturales lo acercaron al mundo del espectáculo; así transitó escenarios barriales y teatrales (en el varieté formó un dúo con Rafael Carret) hasta llegar a la radio, donde se hizo conocido por sus imitaciones de figuras populares de la época. Participó en "La matiné de Juan Manuel", junto a Juan cito Monti y Guillermo Iglesias; "Club de barrio"; "La cruzada del buen humor"; "Un alto en la huella" y "El show de Délfor" entre otros.

 "«La revista dislocada se inició con el primer elenco en 1952, en Radio Argentina, los domingos, de 12.30 a 13.30 y, en el 54, se trasladó a Splendid. En 1959 comenzó la carrera en TV, en Canal 7 y luego en el 13. El éxito se prolonga hasta 1973, cuando fue prohibido por el gobierno de Alejandro Agustín Lanusse."

La fórmula de este suceso humorístico:

Fundamentalmente radicaba en que todo lo que se decía estaba guionado, nada quedaba librado al azar. Y luego se incorporó el humor político. La base era el talento y el ingenio de cada uno de los integrantes, que se comportaban con gran responsabilidad

ELENCOS:

Alberto Locatti, Héctor Ferreira, Beto Cabrera, Iván Grey, Mengueche, Héctor Serafino, Mario Durán, Héctor Pasquali, Jorge Marchesini, Angel Bazo, Eduardo Almirón, Anita Almada, Nelly Beltrán, Calígula, Carlos Balá, Jorge Porcel, Raúl Rossi (el mejor actor en todo sentido), Tristán Díaz Ocampo, Vicente La Russa, Isabel Lainer. Un buen día faltó un guitarrista y Beto Cabrera trajo a Mario Sánchez, que resultó ser tan buen músico como humorista. La orquesta la dirigía Santos Lipesker y entre sus integrantes figuraban Lalo Schifrin, Horacio Malvicino, Roberto Grela y los hermanos Marafiotti. El maestro Ernesto Catalán estaba a cargo del sonido y efectos especiales.

 Trabajar con público en la sala:

A los tres meses de estar en el aire, "La revista dislocada" se convirtió en un suceso de audiencia. El público cortaba el tránsito en Uruguay al 1200, donde estaba Splendid. Parte de esa multitud ingresaba en la sala y el resto se quedaba en la puerta esperando. Esa presentación dominical tenía una previa, la reunión de ensayo general, los viernes y los domingos, una hora antes del ensayo final, con música. Lógicamente todos vestidos de traje, siempre impecables, frente a los micrófonos de pie.

 'RAPIDISIMO':

Al principio duraba media hora, de 9 a 9.30. Fue un momento en que sólo había música "nueva ola" y se dio la reaparición y la revalorización de géneros absorbidos con fruición y abandonados de golpe como el tango, el folklore, el buen internacional y algo de jazz potable.

De lunes a viernes de 10 a 13, por Radio Rivadavia (AM 630), conduce su creador, Héctor Larrea. Este auténtico referente de la radio lleva 40 años de trayectoria y 34 interrumpidos en el liderazgo de este programa que lo encuentra nuevamente en la emisora donde alcanzó sus momentos de mayor repercusión y popularidad: Radio Rivadavia.

Partes: 1, 2
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