Al hacer un recorrido por el pensamiento político universal encontramos figuras que han brindado su legado político en diversas épocas y en distintos contextos. Por citar algunos debemos mencionar a Marx, Engels, Lenin, y Martí, entre otros, que con su teoría práctica y estratégica lograron poner el papel de las sociedades dónde les correspondió erigir sus trincheras de ideas, sirviendo de ejemplo histórico en todos los tiempos. Por la vigencia mantenida de sus pensamientos, las generaciones posteriores han podido continuar esa herencia política que les sirvió de experiencia y de herramientas para luchar por una sociedad cualitativamente superior.
En la actualidad aunque ha variado el escenario histórico, el ideario enarbolado por estos pensadores continua en pie de lucha en diversas personalidades que no sólo han hecho suyos los principios esgrimidos por los clásicos, sino, que lo han enriquecido con el aporte diario de su accionar práctico.
Los ideólogos burgueses y sus seguidores han mantenido la teoría del papel decisivo de algunas personalidades en la historia, sin pretender absolutizar este rol, el marxismo atribuye la fuerza transformadora a las grandes masas, las cuales como es lógico son conducidas por figuras que reúnen en si la visión de cientos de hombres, a pesar de ello, es digno reconocer que la historia ha contado con hombres que han contribuido con su dedicación y talento a propiciar cambios, que aceleraron el acercamiento de los hombres en el disfrute de los derechos que le son atribuidos en las soberanas constituciones de algunos estados, que dicen ser paradigmas en tales materias.
Al indagar en los orígenes del pensamiento cubano es preciso recurrir a la labor realizada por nuestros padres fundadores que abonaron con su esfuerzo transformador el proceso de formación y desarrollo de nuestra nacionalidad.
El paso del hombre como ser viviente por la faz de la tierra es muy corto, pero el pensamiento que se ha ido acumulando a través de diferentes de generaciones perdura, por lo tanto, es importante para desarrollar nuestra singularidad tener en cuenta el pensamiento precedente que puede constituir una guía catalizadora en el alcance de nuestros objetivos.
En nuestro proceso se produjo una imbricación entre el pensamiento marxista leninista, las enseñanzas de la Revolución Rusa y el enorme caudal que constituye el pensamiento martiano, recordemos cuando Martí expresó que debemos tener en cuenta las características de nuestro continente, pero sin olvidar las particularidades propias fiel a este postulado Fidel Castro digno receptor y transformador de la realidad cubana en la segunda mitad del siglo XX, encarnó el espíritu de un pueblo y junto a él contribuyó con su clarividencia a romper las cadenas imperiales.
Nuestro pueblo desde la revolución del 30, y sobre todo en la lucha contra la dictadura batistiana encontró en la personalidad de Carlos Rafael Rodríguez un cubano digno, que colocó sus excepcionales capacidades al servicio de la labor transformadora de la revolución.
Después del triunfo concentró su esfuerzo en la lucha por la preservación y consolidación del proceso. Sus aportes constituyeron los cimientos de la estructura en la formación de ese carácter socialista proclamado por la dirección más alta del Gobierno Cubano. Sus conocimientos sobre el aparato estatal se hicieron muy amplios, el dominio de la estrategia le permitió aportar decisiones que sirvieron de base a los acuerdos sobre el proceso de nacionalización como parte de la ofensiva revolucionaria.
El trabajo de Carlos Rafael estuvo enfilado hacia las polémicas surgidas en las diferentes ramas de la económica, la política y la filosofía en el proceso revolucionario cubano, no tanto reflejadas en aportes renovadores, sino en la persistencia de llevarle a cada individuo una ideología planificada. En otras palabras armar a cada trabajador de los argumentos necesarios para defender la obra creadora de la revolución. Su trabajo intenso permitió dirigir la Revolución hacia diferentes ángulos, pero teniendo como antecedente la consulta popular, democratizando las líneas a seguir, elementos que constituyen las premisas fundamentales en su pensamiento.
Carlos Rafael no fue solo un estudioso y divulgador de la obra de los clásicos del marxismo, fue un constante previsor de los peligros que provienen del norte revuelto y brutal, y señalaba constantemente la imperiosa necesidad de penetrar en la esencia imperial del imperio, para conocer su posible accionar y con ello disminuir los efectos de sus actos vandálicos, y por consiguiente el estudio de este sistema constituye un valioso arsenal en la lucha por su eliminación.
Al igual que Marx consideraba que en el proceso de construcción de la sociedad socialista era indispensable la toma de posesión por parte de la sociedad de los instrumentos y medios fundamentales de producción, considerando que el socialismo le permite al hombre liberarse de las trabas económicas y sociales y descargar todas sus potencialidades en función del terreno productivo y científico.
El marxismo nos dice Carlos Rafael:… fue la primera teoría en advertir la naturaleza esencialmente clasista de todo estado en cualquier fase histórica, desde la esclavitud hasta el socialismo, pasando por el feudalismo y el capitalismo.[1]
Era necesario destruir las bases del antiguo poder reaccionario; tesis que mantuvo presente en todo momento. Expresaba que el dominio del poder político no es suficiente para afianzar una Revolución. En Cuba hacía falta un gobierno independiente y revolucionario, se necesitaba una decisión de libertad y de soberanía nacional acompañadas de transformaciones económicas, políticas y sociales, argumento defendido y planteado por Carlos Rafael durante el transcurso de su carrera política.
Tuvo la oportunidad de ganarse la confianza de grandes hombres con talento, que hicieron todo lo que estaba en sus manos por darle a la sociedad el papel que merecía. Carlos Rafael lo aprendió y lo supo enseñar, expresado en una modesta genialidad, cumpliendo de esta manera con su país, la obra de su vida.
Su gran experiencia en problemas de la economía socialista y la planificación sirvieron a la Revolución Cubana como importante sustento para todo el diseño de las relaciones mercantiles y los primeros programas de colaboración con otros pueblos del mundo.
-La historia de la ciencia de la economía política no sólo sigue el complejo camino de las relaciones económicas que se desarrollan en cada país y en cada región, sino que reflejan también las políticas económicas que conscientemente desde el poder se han llevado a cabo.
Fue Carlos Rafael Rodríguez el pionero de nuestros economistas en plantear el desarrollo como un proceso tendente a incrementar el bienestar de la comunidad, mediante el establecimiento de actividades económicas y socioculturales utilizando de forma racional y sostenible los propios recursos humanos y materiales.
Mientras que prestigiosos economistas consideran el desarrollo encerrado en parámetros económicos, avalados por cifras que sobrepasaban datos anteriores, para Carlos Rafael, el desarrollo sólo es real cuando va más allá de los limites económicos y se inserta en el aumento del goce espiritual del individuo como ser social, en otras palabras cuando su manifestación práctica es puesta en función de esa mayoría responsable de su existencia y no en función de una minoría que lo recibe.
Para Carlos Rafael "El desarrollo tiene que ser doble: en la conciencia y en las formas de distribución". [2]
A este eminente económico le corresponde el mérito de haber sido uno de los primeros en establecer las diferencias entre crecimiento económico y desarrollo.
El precisaba que no siempre el aumento de la productividad, del consumo, y del ingreso significaba desarrollo, recordemos que la economía cubana de los primeros años de la Republica creció, pero lo hizo en los sectores que fueron potencializados por los inversionistas extranjeros, lo cual fue cimiento de la deformación estructural que sufrió la Cuba colonial, cuyos efectos siguen actualmente latentes en buena medida.
Por eso abogó por el desarrollo de cierto nivel de industrialización, que posibilite un crecimiento simultáneo en las diferentes ramas productivas que tengan como finalidad alcanzar determinados parámetros que sean expresión fehaciente del desarrollo económico.
Al abordar el camino que debe seguir la economía cubana planteaba: … tiene que apostar por la inclusión de variables estratégicas que mermen nuestra dependencia a los altibajos de los precios en el mercado mundial, lo cual se revertirá en la disminución de la compra de diferentes productos, permitiendo contar con los recursos financieros necesarios para aumentar nuestra capacidad de compra y como consecuencia directa el aumento del bienestar popular.Con gran claridad argumentó que existen diferencias entre las crisis estructurales y las crisis cíclicas de superproducción, ambas se relacionan estrechamente; pues de un modo u otro constituyen formas de solución a las desproporciones de la economía capitalista.
Lo interesante entre estas diferentes formas de manifestarse las crisis radica en que las de superproducción tienen por lo general una manifestación más reiterada en los marcos nacionales, mientras que las crisis estructurales tienen su base de operaciones en otros países que han sido victimas del saqueo de sus recursos, sin tener en cuenta, que ello conlleva a deformar dichas economías y a la vez generan una dependencia a la procedencia de los capitales invertidos en dicho territorio y por si fuese poco, frenan el desarrollo de la pequeña burguesía nacional.
Carlos Rafael Rodríguez valoró positivamente los estudios y publicaciones de la CEPAL. Si bien se trataba de autores reformistas, al menos reflejaban intereses distintos a los de los Estados Unidos, al plantearse transformaciones que aspiraban a un desarrollo con independencia para América Latina. Al mismo tiempo, les alertaba que los caminos reformistas conducirían, más tarde o más temprano, al camino socialista.
Sus planteamientos no constituyen una postulación por el modelo socialista del desarrollo, sólo aclara que la realización de una verdadera revolución en América Latina, encontrará que su marcha los conducirá de modo inevitable hacia transformaciones cada vez más profundas. Pero para obtener un simple desarrollo con independencia, como el que se postula por CEPAL, será necesario acometerlo mediante un proceso de auténtica revolución popular. No hay otra alternativa.
Siendo un fiel conocedor del pensamiento más avanzado de la región reconoce que las ideas bolivarianas y martianas siguen siendo hoy la mejor fortaleza para negociar con el Norte. Carlos Rafael lo expresó así: Si América Latina quiere negociar con éxito, tendrá que hacerse una potencia negociadora. (…) El día en que América Latina unida deje de ser un instrumento dócil de la política internacional de Estados Unidos, recupere su independencia y hable en pie de igualdad con las potencias económicas con las que tiene que negociar el porvenir del comercio externo crecerá… [3]
El día de esa unidad de Nuestra América está comenzando. Pareciera que hoy Bolívar y Martí observaran iniciarse ese día con la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).Un mérito muy especial de Carlos Rafael Rodríguez, como el de la generalidad de los más auténticos marxistas cubanos, ha sido su raíz profundamente martiana, que es casi como decir bolivariana.
Ante nuestra América se abre una nueva etapa que recoge las aspiraciones de grandes visionarios que dedicaron su vida a luchar por eliminar nuestras diferencias, en este aspecto debemos centrar nuestros esfuerzos, en potenciar nuestros elementos comunes y no en aceptar discriminaciones regionales o geopolíticas que provienen del norte.
Existen innumerables trabajos que reflejan con gran nitidez, la agudeza del pensamiento de Carlos Rafael Rodríguez, recordemos sus criterios al conmemorarse el centenario de Montoro, líder de los autonomistas:…Según estos ideólogos, los autonomistas habían basado su oposición a la independencia en el criterio de que Cuba no estaba preparada para ejercer las funciones de un gobierno propio y era necesario un período de preparación bajo la tutela de España y dentro de los marcos autonómicos, antes de que pudiera pensarse en la separación definitiva…
Según estas tesis, Martí erró al plantearse una independencia a destiempo que dejó a la larga un balance histórico perjudicial. Por esa vía se trataba de convencer a los cubanos de que todos sus males presentes- desde la corrupción administrativa hasta los golpes militares- tenían su origen en una independencia prematura. Carlos Rafael Rodríguez denunció que en el fondo de estas argumentos estaba la postura reaccionaria y clasista de la burguesía cubana, la cual había renunciado a defender el interés nacional cubano y expresaba: "… lo que fracasó no fue el ideal independentista, sí Cuba hoy sufre de diferentes males sociales, las causas están en el imperialismo yanqui, que desde temprano nos ambicionó y nos consideró como un pueblo incapaz de gobernase por si mismo, lo que nos privó de gozar de un gobierno autóctono, erigido sobre la base de nuestros propios representantes y sin tutela extranjera."[4]
En su pensamiento coexisten el desarrollo alcanzado por las anteriores generaciones y el aporte realizado a la luz de la modernidad.
Al analizar las revoluciones liberadoras, no les aplica el marsometro utilizado en la época del Manifiesto Comunista, por considerar diferentes las condiciones históricas, en este documento al valorar el papel de las diferentes clases sociales, plantea… la pequeña burguesía estaba llamada a aliarse a la gran burguesía y darle la espalda al proletariado. En nuestra geografía la pequeña burguesía asume una dualidad histórica, mientras una parte se vincula al sector dominante, el resto comprende el papel que le corresponde y une su suerte con la de los desposeídos, como vía posible de alcanzar la emancipación nacional y ver materializadas sus aspiraciones como clase que aspira al progreso social.
Por ello, desde los comienzos de nuestro proceso revolucionario encontramos que son las zonas de la pequeña burguesía urbana las que empiezan a mostrar el pensamiento independentista más radical.
El proceso libertario iniciado con la revolución de 1868, empezó siendo la obra de terratenientes liberales y de burgueses incipientes, se fue transformando, por el mecanismo mismo de la lucha, en una revolución popular en la medida en que la burguesía perdía el ímpetu ante la derrota que se hacía inminente, y la revolución comenzó a radicalizarse, al contar con elementos que provenían de los sectores más humildes, los cuales asumieron el liderazgo político, al que otras clases sociales renunciaron al no poder ir mas allá de su condición social y por haber perdido la perspectiva en el triunfo, estos hombres representados en la figura de Antonio Maceo, encarnaron el espíritu de un pueblo y reflejaron en sus aspiraciones el clamor popular y convirtieron en un santuario el respeto a los caídos, esta finalidad salvó las contiendas venideras del lastre capitulador del Zanjón y encontró en el ideario martiano y en la diversidad de sus facetas, todo el acervo cultural y patriótico capaz de movilizar a un pueblo en la lucha por su independencia.
La concepción materialista de la historia aportada por Marx y Engels permite tomar en consideración toda la complejidad de los fenómenos de la cultura, así como el carácter contradictorio de su esencia y manifestaciones.
Carlos Rafael planteaba que todo lo que nos acerque a la cultura nos aproxima a la justicia y a la inversa, todo lo que nos aleje de la primera nos distanciará de la segunda, comprendiendo que el núcleo más fuerte de la cultura comprende tres aspectos esenciales: el lenguaje, la ética y el derecho. Las formas para promover su materialización se refieren, esencialmente a la educación y a la política culta.
Al abordar las particularidades de la cultura cubana plantea que su fuerza se deriva de que nació, creció y desarrollo a favor de la justicia, entendida esta en su acepción mas universal, y ello ha permitido a la revolución cubana mantener una estrecha unidad y relación fluida entre la dirección política y los intelectuales y artistas, lo cual constituye una experiencia a tomar en cuenta para los procesos de cambios sociales, como los que tienen lugar en América Latina.
En el VII Congreso de la UNEAC el director del programa martiano, Armando Hart Dávalos, al reflexionar sobre arte y justicia enfatizó sobre "la necesidad de articular, con la pericia y sensibilidad de orfebres, la cultura y la política concebida por martí como un arte. No perdamos esa oportunidad". [5]
El pensamiento integral de Carlos Rafael Rodríguez al referirse al folclor latinoamericano expresaba:
". Encontrar la identidad real bajo las aparentes diferencias y contradicciones y encontrar la sustancial diversidad bajo la aparente identidad es la más delicada, poco comprendida y sin embargo esencial condición del crítico de las ideas y de lo histórico del desarrollo". [6]
Carlos Rafael plantea que la historiografía cubana hasta cierto punto ha reiterado quizás en exceso la citas de los clásicos, lo que nos ha llevado a realizar análisis de nuestros procesos independentistas y de sus iniciadores absolutizando los factores económicos y sus consecuencias y por consiguiente relegando a otro plano factores ideológicos y morales.
El anterior planteamiento constituye un instrumento abarcador para analizar las causas de los movimientos independentistas ,pues permite acercarnos a sus causas con un enfoque más amplio, más dialéctico, no podemos ceñir el movimiento revolucionario de 1868 a factores meramente económicos, el sentido de pertenencia ,el crecimiento del patriotismo y la lucha por ser libres tanto en lo político, como en lo natural, eran aspiraciones propias de un pueblo que había soportado por siglos el yugo de la metrópoli española.
Según Carlos Rafael Rodríguez "… La génesis de nuestra lucha por la independencia es mucho más profunda y reside en las relaciones políticas y de propiedad entre la metrópolis española y los propietarios cubanos". [7]
Consideraba imprescindible estudiar la ideología de los pueblos detenidamente para poder penetrar en el legado dejado por diferentes culturas y para ello indicaba la necesidad de utilizar las dos vías, escribir la actividad dentro de la historia como ente participante, lo que permite asimilar los hechos ocurridos de acuerdo a su visión y argumentos, y la óptica del que escribe de acuerdo a la subjetividad del testimoniante,en tal sentido, se hace necesario presentar la continuidad histórica que ha tenido el pensamiento cubano después del año 1959. La Revolución Cubana significó, entre muchas cosas importantes y trascendentes, la promesa de dignidad, el reencuentro con nuestras raíces y, sobre todo, independencia, pero también significó lucha ideológica.
Después del triunfo de La Revolución Cubana se abrió un periodo que ha sido insuficientemente investigado por las Ciencias Sociales y la literatura sobre esta etapa es escasa.
Algunos intelectuales de filiación pequeño-burguesa no interpretaron con claridad el rumbo que seguiría el proceso y consideraban que la revolución podía ahogar su libertad creadora. En la manifestación de este fenómeno hubo posiciones asumidas con honestidad y otros que utilizaron el momento histórico para hacerles el juego al imperio, al referirse a este malintencionado propósito de aquéllos que al decir de Carlos Rafael Rodríguez "convertían al Evangelio en un instrumento de combate reaccionario".[8]
En esta coyuntura tras múltiples reuniones donde participó Carlos Rafael, se elaboró el cuerpo direccional de la revolución en política cultural, lo cual culminó con el esclarecedor discurso de Fidel: "Palabras a los intelectuales".
Este hombre de ciencia y de economía al abordar la situación de nuestro país desde el punto de vista cultural, consideraba que los directivos de este sector debían tener mucho cuidado porque se corría el riesgo, que sus gustos se convirtieran o se impusieran como gustos nacionales. Lo cual sería la expresión del criterio de un reducido número de intelectuales que iría en detrimento de la calidad de los espectáculos, la finalidad sería la estrecha unidad entre los criterios defendidos por una mayoría con el respeto a los elementos técnicos que no desvirtúen el contenido a transmitir.
Consideraba que no era necesario perseguir determinada manifestación de la pintura o el contenido de una composición, la historia de otros países demuestra lo perjudicial que resulta aplicar una censura mecánica, lo importante es preparar al pueblo para que pudiese comprender el significado de ellas, incluso de las conceptualizadas como abstractas
Al realizar un análisis de los efectos del stalinismo, consideró que su manifestación fue más allá de las fronteras nacionales y hubo grandes talentos y movimientos artísticos que sufrieron sus consecuencias.
Su predica preventiva alertaba que los movimientos políticos por lo general son permeados por la repetición mecánica de diferentes leyes que jugaron un papel importante en un momento determinado, siendo necesario pasarlas previamente por el filtro de la modernidad y de las particularidades de cada país o región.
Una de las mayores contribuciones de Carlos Rafael fue plantear la necesidad de unificar las fuerzas para cumplimentar determinadas aspiraciones, sabiendo de antemano los elementos comunes que tiene cada fuerza , pero a la vez ,no pasar por alto las diferencias, las cuales en un momento determinado, impedirán la realización de futuras acciones.
Las ideas planteadas por este eminente profesor cobran una enorme vigencia en la actualidad en el proceso de Universalización de la Enseñanza, pues su modo de concebir al estudiante universitario concuerda con la finalidad de nuestro ministerio al iniciar tan acometedor proyecto educacional, un ejemplo que pone de manifiesto lo anteriormente planteado fue lo reflejado en su obra " Letra con Filo" cuando precisó: (…) El alumno universitario al que tenemos que aspirar es aquel que comienza a orientarse por sí mismo, que no cree en lo que le dicen que debe creer sino en lo que pasa a formar parte de sus convicciones por un proceso de asimilación de nuestros principios y nuestras ideas. [9]
Conclusiones
Cuentan quienes lo conocieron que era Carlos Rafael un gran orador, agradable, poseedor de una cultura enciclopédica. Tenía una alta visión de la responsabilidad, un profundo concepto del deber y siempre mostró valentía para defender sus criterios
Carlos Rafael Rodríguez devino uno de los revolucionarios más sobresalientes de la Cuba contemporánea. Se puso al servicio de la construcción del socialismo en nuestra patria y enriqueció la doctrina teórica del desarrollo de los países del Tercer mundo, por lo que el estudio de su obra constituye un imperativo para cualquier especialista contemporáneo que aspire a sistematizar los conocimientos económicos del mundo actual.
Su vida entregada completamente a la causa revolucionaria y el legado de su pensamiento a las nuevas generaciones lo hacen uno de los más importantes pensadores del siglo XX en nuestro país. Sus reflexiones a partir de la praxis revolucionaria del primer estado socialista de América y su empeño porque todo revolucionario conociera a profundidad las entrañas del imperialismo, para a partir de ellas poder combatirlas, son elementos importantes para todos los estudiosos del pensamiento revolucionario cubano.
Si otros han escrito con la finalidad de ocupar un lugar para la historia entre teóricos o críticos, no fue el caso de Carlos Rafael, quien concibe a su obra como un proceso inacabado y a al vez expresión de las necesidades de un momento determinado, ante el déficit de herramientas teóricas que señalaran el curso a seguir.
Olivia Miranda una investigadora de su obra plantea: "Carlos Rafael Rodríguez no nos ha dejado una obra que pueda incluirse en los marcos académicos, y que – su principal aporte sin duda es abrir caminos a posteriores estudios especializados desde la perspectiva del marxismo"… [10]
En este digno hijo de la Perla del Sur, encontramos una comprensión real del rol a desempañar por la juventud, la cual constituye la fuerza transformadora en la lucha por la realización de las conquistas sociales.
En una entrevista que concedió para el periódico Juventud Rebelde señalo: …a la juventud le corresponde la tarea transformadora, no le entregamos un socialismo hecho, le entregamos un socialismo por hacer.
Su pensamiento es un canto al optimismo, al considerar que la capacidad de soñar del hombre es ilimitada, cuando el hombre deja de soñar deja de vivir
Para este destacado político y autodidacta, el hombre no puede asumir una oposición pasiva anta los mandamientos terrenales, lo que te es negado por voluntad de otros, debes alcanzarlo mediante, tu esfuerzo y sacrificio, los cuales te permitirán, no solo cumplimentar tus aspiraciones, sino además, comprender cual es la esencia de los problemas y encaminar tus pasos hacia su eliminación
…Salvador Bueno al referirse a la integralidad de Carlos Rafael como pensador escribió: en las diferentes formas que manifestó su talento no utilizaba ambigüedades. En ese empeño aprendió la eficacia del adjetivo imprescindible, de la frase que no diera pie a equívocos poco recomendables. Armado eso sí, de una cultura que hoy nos pide que alcancemos, aprendió muy pronto que debía disponer de todo un mosaico de posibilidades expresivas y un atesorado conocimiento de diversas disciplinas…
Razón tuvo Pedro Martínez Pírez, galardonado con el Premio Nacional de Periodismo, cuando expresó: la interpretación de Carlos Rafael sobre la historia, específicamente de la etapa republicana resulta imprescindible y calificó de indispensables sus ensayos al respecto; además precisó que su pensamiento económico miró más al futuro que al presente.
En su obra como eminente pensador encontramos su extraordinario comprometimiento con el pueblo, pero a la vez, fue capaz de valorar el potencial transformador de esta fuerza con gran certeza, ejemplo de ello fueron sus palabras en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, al plantear: "Nunca ha sido posible ponerle compuertas a las decisiones de los pueblos".
Estudiando la historia real de las ideas de nuestros grandes hombres, podremos encontrar caminos de cohesión, articulación y acciones conjuntas a favor de la liberación humana.
Estamos obligados por mandato de la historia a preservar la memoria histórica de nuestros pueblos y a transmitir ese legado a las nuevas generaciones.
Bibliografía
1– Serrano Álvarez Víctor • La Habana Un hombre de buena tinta y de letra con filo.
2- Las bases del desarrollo económico de Cuba/ Rodríguez. Carlos R. Economía y desarrollo. (La Habana): 56, Mar – Abr 1980. –15- 28 p. Alfonso, Rita.
3-Molina Molina Ernesto: El economista Carlos Rafael Rodríguez4- González Pacheco Caridad María Dra. Centro de Estudios Martianos
-Rescate del pensamiento cubano del siglo XIX 11 de Agosto 2007.
5-Artículo publicado por Armando Hart Dávalos en Revista Bohemia Nº 11 de Abril de 2008.
6- Rodríguez Rafael Carlos. Concepciones sobre cultura e ideología en su obra Letra con Filo.
7-"El marxismo y la historia de Cuba", en Letra con filo, T. 3, pp. 36-37.
8- Rodríguez Rafael Carlos. "Discurso pronunciado en el IV Congreso de la UNEAC, en Suplemento de "La Gaceta de Cuba". Edición Especial, La
Habana, marzo de 1988, pp 6
9- Rodríguez Rafael Carlos en su obra Letra con Filo Tomo 2.
10- Miranda Olivia en su Articulo: Carlos Rafael Rodríguez: marxismo y tradición nacional. Instituto de Filosofía de CubaAño: 1996 .
Autor:
Camilo Torres Ramos