- Del regionalismo, la adaptación o adopción de refranes
- "Variantes". Diferentes refranes con igual o casi igual significado
- La función entimemática de algunos refranes
- Psicoanálisis, folklore y refranes
- Envidia y refranes
- Refranes y sentido del humor
- Dichos, exclamaciones y frases proverbiales
- Refranes, cultura y evolución
- Los refranes como un "jugar" con las palabras
- Refranes, figurabilidad y simbolización
- Rango contextual paremiológico y "lengua materna"
- A propósito de la agresividad y la adolescencia
- El refrán es el argumento popular
- De las tópicas del hablar
- Bibliografía
La sabiduría clama por las calles,
por las plazas alza su voz
Proverbios 1:20
Llama en las esquinas de las calles concurridas,
Proverbios 1:21
Aún cuando: Cada uno es su propio burro.
En "Psicología de las masas y análisis del yo", Freud, (1921), observando que a las masas también se les deben grandes cosas como el altruismo, puntualiza: "Con relación al rendimiento intelectual, es un hecho que las grandes conquistas del pensamiento descubrimientos y solución de problemas sólo son posibles por el individuo que trabaja solitario. Pero también el alma de las masas es capaz de geniales creaciones espirituales, como lo prueban, el lenguaje y además las canciones tradicionales, el folklore, etc." En diferentes latitudes y culturas, la gente crea refranes y proverbios. Muchos de ellos, tienen significados muy parecidos, incluso iguales. En su obra más reciente "Los refranes del hablar mexicano del siglo XX" Herón Pérez Martínez (2002) dice: "… los refranes propiamente no tienen patria, ni requieren pasaporte para, al transitar por las culturas, quedarse donde son bien acogidos y, por ende, donde sus servicios en el hablar son necesarios: de hecho, una buena parte de los refranes tienen su equivalente en otras lenguas y culturas…". Llama la atención el hecho de que Herón Pérez los considera "necesarios". En ese sentido, coincidimos aunque por diferentes razones; para él son:
Una especie de "universales de la palabra hablada". [Que]…No se dejan… atrapar en los estrechos espacios de una artesanía local… los refranes del hablar mexicano forman parte de su acervo de puntos de apoyo argumentativos, especie de reductos de seguridad que conservan las verdades y cosas a que atenerse cuando uno habla. […] en los refranes florece lo más brillante de los mecanismos expresivos de una lengua [cursiva agregada] y de los simbolismos de una cultura: son, en efecto, expresión tanto del genio de la lengua como de la manera peculiar en que un pueblo ha construido su arte verbal. (Pérez, 2002)
Desde una perspectiva analítica, son una necesidad porque lo que no se habla, potencia la actuación impulsiva, y si se reprime, "retorna" desde lo inconsciente o encuentra vía de manifestación en el cuerpo a través de enfermedad; es decir, padecimientos físicos, pues "Lo que no se habla se pudre".
Del regionalismo, la adaptación o adopción de refranes
Más que "viajar" y ser "acogidos" por los diferentes pueblos y culturas como opina Pérez, parece que son reflexiones que coinciden; construcciones producto de la reflexión, que son necesarias para la "metabolización" de emociones y se valen de experiencias que se han convertido en "bagaje de la humanidad", parecen un claro ejemplo del fenómeno propuesto por Jung bajo el concepto de "sincronicidad" (Jung, 1935) que son, coincidencia de ideas en diferentes lugares y culturas, inducida por circunstancias parecidas o análogas para quienes las emiten o conciben, desde su condición de ser provocadoras de inquietud o algún otro tipo de emoción. No hay un estudio específico que pudiera otorgarle origen a los refranes. De hecho, hemos escuchado en varias ocasiones que alguien argumenta basándose en "… un viejo proverbio chino…". Y sorprende que, casi por lo regular, hay otro proverbio, español o mexicano que es equiparable. Sin embargo, los hay también regionales y muy específicos, como en: "Pulgas, frailes y miseria, Morelia", el cual alude al aire campirano con sus crías de animales "pulgosos"; una religiosidad "monjil" que caracteriza esa parte del bajío, y que, por alguna razón, el pueblo denuncia y asocia con pobreza. Para Herón Pérez, cuando un determinado "… pueblo hace suyos refranes del acervo universal, los reviste por ello mismo de la agudeza de su genio verbal y de la apropiación simbolizante de su universo. Los refranes… se adaptan a las necesidades expresivas y… a los recursos simbólicos de la sociedad que los cobija" (Pérez, 2002) De acuerdo con este investigador, los refranes informan de los procesos de mestizaje a través del entretejimiento de contenidos lingüísticos. De tal manera que es posible observar ciertas "transformaciones", por adopción, a partir de refranes de comunidades rurales españolas, los cuales son "ajustadas" en base a elementos de cercanía o parecido con nuestra cultura. Desde esa perspectiva, y por vía del proceso de su adaptación, pasan a ser de la cultura que los emplea: "… los refranes… adaptados al hablar mexicano serían "refranes mexicanos". (Pérez, 2002) Pero: "Sin embargo, por la misma razón lo serían los refranes [literalmente] adoptados: refranes,… provenientes de cualquier cultura, a lomos de cualquier cosa, se refieren a cosas de nuestra realidad ya en sentido literal, ya metafóricamente". (Pérez, 2002) Y es que, como se pretende probar, son simbolizaciones cuya intención es contrarrestar, en su aspecto traumático, experiencias de la naturaleza humana que han causado un impacto emocional de difícil metabolización, como lo puede ser el desengaño por una infidelidad: "Mujer y demonio" ó "Todos los hombres son iguales". Ambas expresiones se afanan en justificar que la "falla" está en el otro, así se evade la propia responsabilidad y se preserva neuróticamente la autoestima. Herón Pérez también opina que los "refranes del hablar mexicano" satisfacen la necesidad de argumentación en el hablar popular, pues constituyen el: "… argumentar de la gente común y corriente en su comunicación diaria". Por eso es que predomina en su forma oral, "… aunque no descarta la textualidad escrita… [Es un] hablar paremiológico". Y agrega que "… la textualidad oral es el ambiente natural donde nacen, crecen y funcionan los refranes". (Pérez, 2002)
"Variantes". Diferentes refranes con igual o casi igual significado
Varios refranes, tienen versiones diferentes, las cuales, no obstante, conservan el sentido. Por ejemplo: "Jalan más dos tetas que cien carretas" y "Jalan más dos chiches que una yunta de bueyes", significan lo mismo; a saber, que un hombre enamorado o "enculado", como también se dice a nivel popular, se olvida de sus obligaciones, y hasta de su nombre. Pérez propone en estos casos: "Hemos llamado –variante- simplemente a una versión diferente de la expresada en el texto principal o texto base". Pero podríamos agregar que esas variaciones reflejan que cierto olvido de los textos originales, llevan al sujeto a echar mano de vivencias personales al respecto; subsana los "olvidos" con su propia experiencia. Continúa Herón diciendo: "… una variante es una formulación ligeramente diferente de la versión de referencia. Empero, a veces esa formulación es tan distinta que de hecho se trata de un refrán diferente o con el mismo sentido paremiológico, o con los mismos referentes, o, en fin, sobre el mismo asunto". Para eso, cuando hay varias versiones sobre lo mismo, Pérez propone el concepto de "versiones afines". Por ejemplo: "No es lo mismo Juan Domínguez, que no me chingues", el cual se deriva o es variante de "Una cosa es la amistad, y otra Juan Domínguez" y "No es lo mismo huele a traste, que atrás te huele", en ambos casos, al interlocutor se le dice que está queriendo abusar, "Pasarse de vivo" o "pasarse de lanza". Sin embargo en "No es lo mismo en la calle de Zaragoza, que Sara goza en la calle", se observan significados diferentes; por lo menos lleva una ofensa de mayor peso implícita. Como ocurre cuando alguien quiere "Chamaquear" o sacar una ventaja evidente sobre otro y el interpelado le dice: "A ver hazle así, -y mueve la cabeza como negando, el aludido pregunta que para qué y le contestan- pa´ver si traes aretes". O sea, "si fueras mujer, a lo mejor". Las "versiones afines" admiten la posibilidad, "sin cambiar mucho la terminología, de que, en efecto, se trate de refranes, en este caso del tipo "retruécano", distintos o sobre el mismo asunto o con el mismo sentido paremiológico que, en todo caso, forman,… un mismo cuerpo textual. Todo ello hace que el aparato de variantes y versiones afines sea tan importante como el texto base". De manera que: "Ni –variante- ni –versiones afines- indican, pues, ningún rasgo de secundariedad textual… (Pérez, 2002) Por "sentido" vamos a entender, de acuerdo con Coseriu (1992), "el contenido específico del texto" que se refiere a la realidad extralingüística, expresando, al mismo tiempo, actitudes, opiniones o intenciones del que habla. (Mencionado por Pérez, 2002)
La función entimemática de algunos refranes
En otros refranes del tipo "Los perros ladran, luego entonces, vamos pasando", que Cervantes pone en boca de Don Quijote o en la frase "Pienso, luego existo" de Descartes, "… su función discursiva dominante dentro del discurso hablado es o bien la entimemática o bien la función de exemplum". En donde "entimemática", de "Entimema m. (del gr. enthumêma, significa reflexión), desde la perspectiva filosófica es un Silogismo reducido a dos proposiciones [pues el silogismo consta de tres elementos: dos premisas y una conclusión]: la antecedente y la consiguiente". (Larousse, 1992)
Refranes que Pérez ha denominado "exclamativos" corresponden a los "dichos", en los cuales "… predomina la función discursiva del ornato" como por ejemplo: "De chiquito, hasta el burro era bonito" o la variante: "De chiquito hasta el diablo era bonito", pero que, evidentemente es más claro en: "¡Ay Chihuahua cuánto apache!, ¡cuántos indios con huarache!", el cual resalta, justamente, por ornamentado. Para Herón Pérez:
Los refranes son verdades del hablar popular… [cursiva agregada] el valor más importante de estos textos para una cultura es el discursivo: sirven de puntos de acuerdo en el argumentar cotidiano, para que no haya necesidad de ponerlo en tela de juicio todo. […] expresan viejos tópicos retóricos que hoy constituyen uno de los elementos más profundamente arraigados en la conciencia discursiva de un pueblo como el mexicano. […] por ello se propone como una contribución al estudio de la cultura mexicana. [Cursiva agregada] (Pérez, 2002)
La muy deseable expectativa de tener una escuela psicoanalítica mexicana propiamente tal, invita a profundizar en la investigación de las particularidades de nuestra forma de hablar, y, al mismo tiempo, dice mucho de la forma de reflexionar, cualitativa y cuantitativamente hablando. Continúa Herón como sigue:
La incipiente teoría paremiológica… propone qué es un refrán, su índole textual y discursiva, las formas que ha adoptado en las tradiciones hispánicas, cómo funciona en el seno de una cultura, cómo desempeña su fuerza argumentativa, y cosas así. … esta primera etapa de la Paremiología no es ajena a los trabajos que por la misma época se realizan en el mundo del folklore. (Pérez, 2002)
Psicoanálisis, folklore y refranes
Arthur Ramos (1940; mencionado por Carvalho-Neto, 1968) en "O negro brasileiro. Etnografía religiosa", comenta que "… se observan relaciones entre el folklore y el Psicoanálisis desde los hermeneutas griegos". Y que "El descubrimiento del simbolismo onírico, [que logró Freud en 1900], permitió…" demostrar "… el verdadero significado de la analogía entre el sueño y el mito".
Por su parte Carvalho-Neto (1956) en "Folklore y Psicoanálisis" observa que "… el paso decisivo fue dado por las teorías antropológicas del siglo XIX, teorías que encontraron explicación para la existencia de ciertos fenómenos folklóricos a través del estudio de la psique humana".
Más adelante Ramos, parafraseando al Freud de 1900, al referirse al simbolismo, dice: "El sueño utiliza imágenes simbólicas, […] determinadas representaciones que se ponen en lugar de otras ideas inconscientes, que precisan así ser interpretadas. Pero esos símbolos no pertenecen exclusivamente al soñador. Son una especie de patrimonio inconsciente colectivo, [cursiva agregada] que se puede verificar en el psiquismo popular, en los mitos, en las leyendas, en los proverbios, etc. El simbolismo es…, en la mayor parte de los casos, filogenético; pertenece a la enorme experiencia de las generaciones" (Ramos, 1940; mencionado por Carvalho-Neto, 1956) Textualmente, Freud dice: "Este simbolismo no pertenece al sueño exclusivamente; es una representación inconsciente, especialmente del pueblo, mostrándose en el folklore, en los mitos, leyendas, modismos, proverbios [cursiva agregada] y en las anécdotas habituales de un pueblo, de una manera más comprensible que en el sueño".
En "Introducción al Psicoanálisis", Freud (1916-1918) observa que el "conocimiento" de la significación de los símbolos, de lo cual el mismo soñador no se percata, procede "… de diversas fuentes, de los cuentos y de los mitos, farsas y dichos, [cursiva agregada], del folklore, es decir, del estudio de las costumbres, usos, proverbios [cursiva agregada] y canciones populares, del lenguaje poético y del lenguaje común. Por todas partes se encuentra el mismo simbolismo; en muchas ocasiones lo comprendemos sin la mayor dificultad. Cuando comparamos esas fuentes unas con otras, encontramos tantos paralelos con el simbolismo de los sueños, que nuestra interpretación se torna más firme". (Freud, 1916-1918)
Pero, nuevamente con Herón Pérez, más adelante observa:
Desde la década de los veinte en el siglo XX, ha dado comienzo la actividad paremiológica mexicana a lomos de un fervor nacionalista que se construye tanto a partir del primer centenario de la Independencia de México como del complejo proceso que fue la Revolución mexicana. De él nacen y eso lo documentan trabajos como los… de Luis M. Rivera, J. Trinidad Laris, Darío Rubio, Francisco J. Santamaría, José Pérez, Gregorio López y Fuentes, Agustín Yáñez, Joaquín Antonio Peñalosa, y otros con similares propósitos… Estos refraneros de la primera hora no sólo nos han aportado un caudal de refranes del hablar mexicano, con su imaginería y sus valores, sino que a la par que nos descubren la riqueza del acervo nos muestran muy bien el surgimiento del interés, un grande interés (sic), por el refrán y sus funciones en el hablar, aunque ese interés haya sido desahogado de manera empírica y artesanal: es el nacimiento de la Paremiología mexicana del siglo XX. […] constituyó el primer núcleo de un corpus de refranes, presentes de una manera u otra en el hablar mexicano del siglo XX en su argumentar cotidiano, que apareció sucesivamente en Por el refranero mexicano (1988) y en el… Refrán viejo nunca miente (1995)… A ello sigue un segundo tercio de Paremiología mexicana tranquila: trabajos híbridos que ya bucean en la Paremiología hispánica, ya, buscan coincidencias con una Paremiología mundial, ya, en fin, continúan los impulsos del mexicanismo paremiológico de comienzos de siglo. El tercer tercio del siglo XX coincidió con un interés internacional, especialmente del mundo hispánico, por los refranes: empezaron a proliferar los libros de refranes, las ediciones de los viejos refraneros y,… las revistas internacionales sobre Paremiología [Estudio o tratado de los refranes], principalmente las "ciberrevistas". En todo ello tuvo que ver la magna explosión que fue el interés en el mundo de las humanidades por el lenguaje y la textualidad con disciplinas como la lingüística, la teoría literaria, la semiótica, la pragmática, la estilística, la hermenéutica, la retórica o la teoría del discurso. Ello creó un espacio de espíritu de la época, en cuyo ambiente flotaba un universal interés por lo textual que hizo que,… el interés por los refranes prendiera de una manera más sistemática y,… científica en varias partes del mundo: hoy son varios los esfuerzos que ya se han hecho en las paremiologías hispánicas. […] El contacto,… con el trabajo de un grupo de paremiólogos españoles, franceses y norteamericanos no sólo nos dio una idea de la fuerza que había cobrado la Paremiología, sino también de sus esfuerzos, intereses y grado de avance. (Pérez, 2002)
El Psicoanálisis no puede ser la excepción. De hecho, creo que en la práctica terapéutica, la mayoría hemos empleado alguna vez refranes y chistes auxiliando las interpretaciones. Acaso no nos habíamos ocupado de evaluar sus bondades intrínsecas. Tratándose de un recurso popular, cotidiano, para argumentar, altamente aceptado por la gente "común", significa la posibilidad de poder utilizarlo, técnicamente, para analizar, por ejemplo, las resistencias y estimular el insight.
Por su parte, Herón Pérez define:
"Refranes" llamamos aquí al genero de los textos sentenciosos que se insertan en el discurso para argumentar en él y que son definibles, formalmente, como expresiones aforísticas, concisas, agudas, endurecidas por el uso, breves e incisivas, de buen arte por lo bien acuñadas; semánticamente, como cápsulas situacionales y pequeñas dosis de saber; culturalmente, como que andan de boca en boca, que son transmitidas generacionalmente y aprendidas juntamente con la lengua; y, en fin, estructuralmente, como compuestos emblemáticos que hacen de veces de lema en un emblema cuya figura está constituida por una constelación de situaciones en que cada uno de ellos es capaz de brotar de manera espontánea en cuanto alguna de esas situaciones se presenta. De entre todas las propiedades formales que tienen los refranes,… su más importante rasgo distintivo es,… de índole discursiva, y se refiere a la función entimemática u otra que el habla de una cultura les asigna en el argumentar cotidiano. […] he aquí un corpus modelo [sólo algunos de los que propone Pérez]:
A nadie le amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca.
Al jacal viejo no le faltan goteras.
Al que no ha usado huaraches, las correas le sacan sangre.
Con pendejos ni a bañarse, porque hasta el jabón se pierde.
En manos de pendejos, ni la pólvora arde.
El tiempo cura al enfermo, no el ungüento que le embarran.
Hombre dormido, culo perdido.
Más calienta pierna de varón que diez kilos de carbón.
Más vale atole con risas que chocolate con lágrimas.
Para amores que se alejan busca amores que se acerquen.
Pídele a Dios y a los santos y echa estiércol a tus campos.
Se hace pesado el muerto cuando siente que lo cargan.
Una cosa es la amistad y otra cosa es Juan Domínguez.
Unos nacen para santos y otros pa´ ser carbón.
Hay veces que un ocotito provoca una quemazón. [Tomados de "Los refranes del hablar mexicano del siglo XX" de Herón Pérez Martínez que publicó El Colegio de Michoacán, (2002), para CONACULTA. Las cursivas son agregadas]
A la vejez viruelas.
Agua pasada no mueve molinos.
Antes que te cases mira lo que haces.
Cuando Dios da, hasta costales te presta.
El diablo harto de carne, se metió de fraile.
Muy claros algunos en su significado, hay otros refranes que no lo son tanto. Porque utilizan recursos muy parecidos a los del sueño: ambigüedad, conversión por lo contrario, condensación, proyección de "malos sentimientos", etc. Como cuando se afirma, en sentido irónico, una supuesta "conveniencia" respecto de algo más bien negativo, o inmerecido: "A cada puerco le llega su San Martín". La suerte de alguien provocó la envidia del inventor del refrán. Salvo mejor interpretación, parece significar que el premio o un golpe de suerte de uno, es una desgracia para otro: el puerco porque lo van a guisar. Es como decirle al "suertudo", ambiguamente y de mala gana, "a todos les llega su hora". Proyecta la envidia del que lo aplica. La ambigüedad, pues quien lo escucha se puede sentir llamado puerco, proyecta el deseo inconsciente. Es decir, deja abierta la posibilidad de que sea interpretado así. En la canción del "Tío Alberto" de Serrat, hay un verso que dice:
"Que suerte tienes, cochino,
En el final del camino,
Te esperó la sombra fresca;
De una piel dulce de veinte años
Dónde olvidar los desengaños,
De diez lustros de amor
Tío Alberto"
Resulta evidente que el que cuestiona al "Tío Alberto" está envidioso de que, a sus cincuenta años, una chica de veinte se hubiera enamorado de él. Razón, más que suficiente, para llamarlo "cochino". Todos estos refranes hacen la función argumentativa de un entimema:
Modelo de argumentación abreviado,… del que sólo se propone al interlocutor la premisa mayor -una proposición universalizante- de un silogismo dejándole la responsabilidad tanto de aplicarla a la situación –es decir, de introducir el término medio-, como de sacar la conclusión que, en el caso de los refranes, ya está indicada por la segunda parte del refrán. [ hay] otros tipos de expresiones paremiológicas… [Como] los giros, modismos frases hechas y dichos del habla popular mexicana que, aunque empleados en alguna de las funciones paremiológicas ya argumentativas, ya de ornato, no desempeñan la función argumentativa plena del discurso popular que es la entimemática. (Pérez, 2002)
Por ejemplo: "Si la chiche no llena mano, no es chiche es grano", parece un chiste, quizás variante de: "Si la mano no la cubre, no es chiche es ubre" se copia, en efecto, la forma entimemática del refrán pero no la función, el sentido del argumento es, más bien, una broma, puede ser válido sólo metafóricamente y para aquellos que les gustan las mujeres de senos grandes, que no a todos, dado que "De todo hay en esta viña del Señor". Es decir, por pequeño que sea un seno no se lo podría confundir con un grano; de ahí la cercanía entre los chistes y los refranes. Pero también el hecho, de que muchos refranes resulten chistosos como ocurre con el refrán del cual deriva.
Para Herón Pérez:
Los giros del habla popular mexicana como [los que empiezan con] "de que": "de que dice esta mula es mi macho" (DMS 745); "estar de", en expresiones como "estar de fierro malo" (DMS 1172b),… "estar de manteles largos" (DMS 693b), "estar de mírame y no me toques",… (DMS 693b),… son más frecuentes los modismos. […] Con el… Diccionario de María Moliner [1984], llamamos aquí giro a "cada una de ciertas maneras peculiares de un idioma de construir determinadas expresiones; por ejemplo, con un infinitivo, en frases como . El giro verbal se diferencia del modismo en que no es una expresión invariable construida con elementos fijos, sino una manera de construir aplicable a múltiples casos". [Cursivas agregadas] Para Luis Alonso Schökel [1977], el sabio traductor moderno de la Biblia al español en el siglo XX, los giros son modos de decir las cosas, rápidos y expresivos, atajos verbales efectivos y expresivos, que sólo al hablante nativo de una lengua le es posible dar con ellos. Por ejemplo: las simples negaciones coordinadas "no fui al cine ni estuve en Guadalajara" pueden expresarse más eficazmente mediante una gradación del tipo "ni fui al cine y ni siquiera estuve en Guadalajara". [Con la misma intención acá se usa el "A mí no me embarres" o "Yo no fui a la masa"] Giro verbal mexicano recogido por Santamaría es el "nomás" de, por ejemplo, "No ha todos les está el puro, nomás a los hocicones" (DMS 897b) o bien de la célebre cuarteta paremiológica:
"Cuando yo tenía dinero,
Me llamaban don Tomás;
Ahora que no lo tengo,
Me dicen Tomás nomás"
(DMS 318a) [Cursivas agregadas]
De este tipo hay,… giros léxicos como "nomás" o "barájamela", y giros sintácticos como "Ni tanto (que queme al santo) ni tanto (que no lo alumbre)" o la construcción "al son de", como en el verso "no importa que el bronce gima al son de la campanada", recogido, luego de Santamaría, en varios refraneros. Este verso, que funciona a veces como refrán exclamativo, forma parte de la letrilla, dice Santamaría, de Vasconcelos, "El Negrito Poeta", y que decía así:
¡Qué importa que el bronce gima
al son de la campanada,
si una lengua desatada
hasta las piedras lastima!
(DSM 1165a) [Cursivas agregadas]
Un giro léxico registrado por Santamaría es,… la estructura de le indirecto redundante construida con le seguido de objeto indirecto léxico como en el célebre verso paremiológico "no le digas nada a Lola", que Santamaría recoge y del que cita la popular octava de su procedencia:
Nube blanca y nacarada,
por el espacio tan sola,
si no vas muy ocupada
cuéntale mi amor a Lola.
Pero si vas ocupada
por el espacio tan sola
vete mucho a la chingada,
no le digas nada a Lola
(DSM 666a) [Cursivas agregadas]
Con el Diccionario de Moliner [1984], entendemos por modismo una locución,… una "expresión pluriverbal de forma fija que se inserta en el lenguaje como una pieza única". […] expresiones fijas,… susceptibles de desempeñar funciones ya de adverbios, como "del tingo al tango", "sin oficio ni beneficio", " a manos llenas", "sin ton ni son" o "a pie juntillas"; ya de adjetivos, como "mírame y no me toques"; ya de proposiciones, como "a favor de", "en aras de", si bien en el Diccionario de mejicanismos de Santamaría abundan los modismos como "a palos", "a dos carrillos", "a dos puyas".
[Y también] abundan las frases hechas.
Según María Moliner, "frase hecha" es:
[Una]… expresión preformada que se intercala corrientemente en el habla, sin introducir en ella ninguna variación, o, a lo más, las que impone la inflexión de algún elemento de ella; como "estar agua al cuello, ahí me las den todas" o "¡gracias a Dios!". (Moliner, 1984. Mencionada por Pérez, 2002)
Dichos, exclamaciones y frases proverbiales
O sea, los modismos son oraciones completas, los giros no; asimismo, se diferencia de la "frase proverbial" en que no encierra una sentencia, más bien son descriptivos. Veamos algunos ejemplos de los varios que propone Pérez:
Echarle mocos al atole
Espantar a uno con el petate del muerto (DMS 505a)
Estar uno como rifle (DMS 1179b)
Estar hecho un chichicuilote (DMS 378b)
Estar como atole de enfermo (DMS 95b) (Pérez, 2002) [Aquí hay también un chiste implícito: el atole de enfermo está pálido e insípido, a fuerza de ser de masa y sin azúcar. Cursivas agregadas]
Las frases proverbiales resultan excelentes para, en su oportunidad, hacer interpretaciones empáticas de los estados de ánimo, con la ventaja de que, a su vez, estimulan la reflexión al servicio de la integración de los afectos, sus causas y las reacciones impulsivas.
[Retomando al Dr. Pérez] […] puede considerarse a Santamaría como uno de los paremiólogos mexicanos aunque sea sólo por el hecho de la importante colección de dichos y refranes que logra reunir. […] sin embargo, hay que distinguir unos de los otros. […] quizás sea hora de introducir la categoría de "dicho" como distinta de la de "refrán", y designar con ella las expresiones gnómicas floridas cuya función discursiva no es la entimemática, sino la muy retórica función de ornato, la función didáctico-argumentativa del exemplum o alguna otra. Se trata de expresiones paremiológicas generalmente construidas sobre un verbo flexionable y, por tanto, adaptable a las circunstancias de la concordancia verbal. Del corpus de refranes recogido por Santamaría, consideramos dichos, que no refranes, los siguientes: [Menciono sólo algunos]
¡Ay, Chihuahua, cuánto apache!,… ¡cuánta vieja de huarache!, ¡Qué Chihuahua…! (DMS 382b)
¡Ay, qué suerte tan chaparra! / ¿Hasta cuándo crecerá? / Vámosle poniendo zancos, / A ver qué pasitos da (copla popular) (DMS 358b) [Probablemente a partir de este dicho, confeccionó Héctor Suárez aquella rutina en la cual salía "Hasta las chanclas" de droga diciendo: "Qué pasitos con tremendos zapatotes"]
¡Ay, reata, no te revientes, que es el último jalón! (DMS 921a) (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
Estrictamente hablando, los dichos son textos gnómicos que se identifican prácticamente, con los que hemos llamado en otra parte "refranes exclamativos". […] estos dichos… prefieren, en general, otros mecanismos discursivos y tienen una función preferentemente ornamental. Empero, hay… dichos exclamativos dotados de una estructura emblemática que tienen una función prevalentemente didáctica y funcionan discursivamente como exempla: "¿A quién le dan pan que llore?". [Cursiva agregada] Por lo tanto, los dichos exclamativos son, unas veces, ornato puro; otras, un adorno cuyas funciones semióticas dentro del discurso se atienen a otros códigos, se pegan al discurso mayor en el que funcionan ya a partir de imágenes propias de la cultura popular, ya por medio de recursos acústicos. […] este tipo de refranes son de tipo acústico y corresponden a la concepción del "sonido estupendo" [cursivas agregadas], muy propia del espíritu barroco que impregna, por vocación, la cultura mexicana, los hay que descansan en un sistema de figuración emblemática, son connativos desde el punto de vista de la enunciación por vías distintas de la exclamatividad pura, por ejemplo mediante la connación interrogativa. [… los] "dichos": son, en efecto, refranes de bajo rango fincados ya en su carácter de sonido estupendo, ya en el de su figuratividad visual. En todo caso documentan un habla, un estilo y una manera de argumentar propios de la paremiología ranchera, como se ve tanto en el corpus de Agustín Yáñez, como en el de Rubio y, luego, en el de Santamaría. He aquí algunos ejemplos: [Menciono sólo algunos de los que propone Pérez]
Con cuidado que aquí hay lumbre, no se vayan a quemar.
Con tiento, santos varones, que el Cristo está apolillado.
Ánimas que salga el sol, pa´saber cómo amanece.
¡Ah qué moler de criaturas, parecen personas grandes!
Ache, huarache, huache, / ay, víboras chirrioneras, / a que no me pican ora / que traigo mis chaparreras. (Pérez, 2002) [Aquí se observan neologismos o palabras sin sentido ("huache", en algunos lugares de Michoacán se les dice así a los niños), las cuales, sin embargo, después se les da un significado convencional. Las cursivas son agregadas]
Es decir, en la mayoría de los dichos se puede observar la influencia del entorno, y de ciertas actividades afines a las condiciones que imperan. En la ciudad, sobrepoblada y con viviendas tipo "palomar", se ajustan los dichos, o se crean variantes para referir lo mismo: ¡Ah, cómo chilla el niño!, que deriva de: ¡Ah cómo rechina esa puerta, si hasta parece carpintería!
Los dichos exclamativos, como los interrogativos,… comparten la connatividad y el carácter acústico. Son,… refranes tonales en la medida en que descansan en una entonación ascendente o descendente, pero normalmente alta. El ataque [frente o principio] es generalmente alto, la coda [la parte final, brillante o musical] tiende a descender. Están constituidos ya por exclamaciones, ya por interrogaciones, cuyo valor discursivo, en español, es de índole estrictamente tonal. En español no existen marcas sintácticas ni de la exclamatividad ni, comúnmente, de la interrogatividad: sus rasgos radican más bien en la enunciación y expresan, semánticamente, estados espirituales del hablante. Frases que,… desde el punto de vista sintáctico pueden ser tenidas como sentencias, exclamativas o interrogativas, desde el punto de vista pragmático en la medida en que al enunciarse son susceptibles de adoptar una línea melódica exclamativa o interrogativa ya sea ascendente, descendente u ondulada.
Si exclamaciones y preguntas paremiológicas tienen más finalidad semántica que la de indicar un estado de ánimo, sintácticamente pueden estar montadas sobre una interjección, y por lo mismo ser asumidas como tales. En español cualquier frase puede convertirse en exclamativa o interrogativa según el tipo de entonación que se le de, aunque tengamos marcas morfológicas tanto de la exclamación como de la interrogación en los respectivos pronombres exclamativos e interrogativos "qué", "cómo", "cuándo" o "cuánto". "Cuán" es una marca pronominal sólo exclamativa. En este sentido, tanto las exclamaciones como las interrogaciones paremiológicas o tienen un carácter sintácticamente interjectivo o, en todo caso, son expresiones formales de una connación.
Si bien, estrictamente hablando, la exclamatividad es un rasgo más propio de los textos orales, también en la escritura hay signos para indicar tanto el carácter exclamativo como el interrogativo de los textos, al margen de la estructura sintáctica, por una parte, y por otra, en muchos aspectos aparece la primariedad del discurso hablado sobre el escrito imponiéndole marcas que rebasan los niveles léxico, sintáctico y discursivo;… Exclamatividad se opone a enunciación reflexiva. Hay,… textos catalogables como exclamativos en el sentido en que son susceptibles de una enunciación exclamativa, y los hay más propios de una enunciación reflexiva como:
"Hay tiempos de acometer y tiempos de retirar: tiempos de gastar un peso y otros de gastar un real". Forma parte de la competencia lingüística del hablante nativo percibir este tipo de categorizaciones. (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
Quizás los que más útiles nos pueden resultar para inducir la reflexión que demanda el insight a la hora de integrar o complementar una interpretación, sean, precisamente, este tipo de enunciaciones reflexivas, en contraste con las que se prestan más para atacar las resistencias como: "No hay que revolver el agua hasta que se enturbie" o el simple "No le saques". Freud dijo que no se trataba de "Salir corriendo cuando aparecían los fantasmas", y podríamos complementar con: "No te espantes con el petate del muerto". O cuando es a uno a quien quieren asustar y agregándole un toque humorístico, con el: "Asústame panteón".
[Para Herón Pérez] Una tarea que aguarda a la paremiología es,… un inventario exhaustivo de las funciones discursivas de los textos gnómicos [sentenciosos] y de las maneras como las realizan. Textos de esta índole,… no cumplen en el discurso la función de un entimema. Los llamamos, por ello, "dichos", y son del tipo de:
A ver a una boda y a divertirse a un fandango. [De hoy y de por acá:
"A ver al cine y a divertirse al teatro".]
Al pasito entre las piedras porque el macho no está herrado. [De hoy:
"Despacio chofer que no traes animales".]
Ahora llueve en el palmar o nos lleva la tiznada. [Contemporánea:
"Ahora o la bebes o la derramas".]
Ahora tejones, porque no hay liebres. [Más común hoy día:
"O te aclimatas o te aclimueres".]
Ahora que entierran de oquis, vámonos muriendo todos. [Que equivale a:
"Dadas, hasta puñaladas" o "Aprovechen que no es pastel… de harina y huevo"] es decir, diario]
(Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
Tanto los dichos como los refranes tienen la particularidad de ir cambiando con el desarrollo cultural y tecnológico (cosa que no ocurrió, por ejemplo, con muchas de las canciones infantiles de Cri Cri, pasaron de moda, pues ya no describen la realidad actual: antes veíamos "el comal y la olla por todas partes") conservando sus funciones argumentativa y entimemática, respectivamente.
Regresando con Herón Pérez:
Los dichos exclamativos,… deben ser estudiados desde el punto de vista de su paremiologicidad y determinar los rasgos paremiológicos que ostentan: formales, discursivo-argumentativos o pragmáticos. […] el tipo de textos gnómicos ["dichos"]… invitan a formar una escala de paremiologicidad en función de una serie de rasgos paremiológicos distintivos fincados en una teoría paremiológica que parta de la realidad textual -["Despacio chofer que no traes animales"]- y del estudio cuidadoso de las funciones discursivas de los diferentes tipos y subtipos textuales. […] los dichos exclamativos son un subtipo de los refranes connativos,… que están estructurados bajo el supuesto enunciativo de una interlocución como la exclamación o la interrogación, por ejemplo. […] hay varios subtipos de dichos exclamativos: unos que sólo son exclamativos por la enunciación, otros que están dotados de ciertos rasgos morfosintácticos de exclamatividad y otros, en fin, cuyo carácter connativo sólo aparece como una valencia que es susceptible de funcionar discursivamente. A los dominantemente refranes connativos preferimos llamarles… "dichos" que… abundan en el refranero mexicano y,… en el de Santamaría:
A mi no me tiznan curas, ni en miércoles de ceniza.
A darle, que es mole de olla.
Se me hace chiquito el mar para hacer un buche de agua. [Una variante:
"Se me hace chico el mar pa´aventarme un buche".]
A mi no me cantan ranas; a cantar a la laguna.
¿A dónde ha de ir el buey que no are? [Una variante:
"¿A dónde vas que valgas más?".] [Cursivas agregadas]
Los dichos forman parte importante del hablar popular mexicano y son un rasgo del gusto por el sonido estupendo que tanto distinguió al barroco. (Pérez, 2002)
Los refranes como un "jugar" con las palabras
De alguna manera, es como jugar, base de la creatividad, con la palabra sin que se diluya la función, y, según su contenido, resulta evidente el tipo de energía mental que, preferentemente, drena. Por ejemplo, la agresión en: "Con razón me huele a mierda, si la traigo en los zapatos"; libido, nostalgia y depresión en: "Ojos que te vieron ir, ¿cuándo te verán volver?, y, no obstante, con un matiz placentero, que resulta del montante implícito de descarga. En ciertas circunstancias, cualquiera de ellos puede funcionar como un chiste, dependiendo de cómo se lleven los involucrados y también del momento u oportunidad.
En el acervo de refranes mexicanos, dice Herón Pérez, encontramos:
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