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Tratado de libre comercio un mecanismo económico no equivalente para los países subdesarrollados


  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografías

RESUMEN

El Tratado de Libre Comercio busca como mecanismo ofrecer una alternativa para las naciones al integrarlas en acuerdos económicos comerciales, bridándoles la posibilidad del intercambio de productos que pudiera ser beneficiosos para todas las partes. En cambio el resultado es un comercio desigual que sólo brinda ventajas para los países desarrollados, conduciendo a las poblaciones de países subdesarrollados a la desesperación y el desaliento. El trabajo busca conocer los problemas fundamentales que enfrentan las naciones subdesarrolladas al integrarse al Tratado de Libre Comercio, lo cual los deja en situación poco ventajosa y los conduce a un comercio no equivalente.

Palabras claves: Comercio internacional, Desarrollo, Subdesarrollo, Ley del valor, Integración regional, Intercambio, Mercados

Introducción

El comercio internacional constituye una de las esferas más antiguas de las relaciones entre los países y es a su vez una forma de expansión económica de los países desarrollados sobre los países subdesarrollados. El Tratado de Libre Comercio  acuerdo económico, cuyo nombre original es North American Free Trade Agreement (NAFTA), constituye un mecanismo que permite el libre cambio y a su vez un canal a través del cual, el capital monopolista desarrollado obtiene alimentos y materias primas baratas y, al mismo tiempo, comercializa allí sus caros productos industriales.

El surgimiento y desarrollo de estos mecanismos económicos de comercio mundial demuestra que el liberalismo ha prevalecido sobre el marxismo, no se debe olvidar que este último nació con el bloque socialista de Europa del este y Cuba, denominado Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), en el prevalecía el intercambio comercial y la cooperación entre las naciones, permitiéndoles un desarrollo armónico y sostenible que les dio como resultado un reconocimiento de países de segundo mundo, debido al desarrollo industrial, económico y social que llegaron a alcanzar. Pero la expansión global del comercio internacional, los negocios, la exportación de capitales y el intercambio de divisas ha sustentado en gran parte el argumento liberal sobre los beneficios que supone el libre comercio y los mercados abiertos.

El gran reto de la política mundial actual es aceptar un mundo dividido por muchas razones, por un lado, los bloques comerciales América latina y el Caribe, Europa con Estados Unidos y Asia, que buscan una integración regional entre las distintas economías nacionales, por otro lado, la interdependencia entre países ricos y pobres que se ha convertido en un impedimento mundial, generando un creciente aislamiento de los países desarrollados con relación al resto del mundo, proliferando la xenofobia contra los inmigrantes en Europa y violentos movimientos islámicos antioccidentales en Asia y el norte de África. La estabilidad de la economía global se languidece.

Objetivo general

Determinar cuáles son los problemas fundamentales que enfrentan las naciones subdesarrolladas al integrarse al Tratado de Libre Comercio, lo cual los deja en situación poco ventajosa y los conduce a un intercambio desigual.

Desarrollo

El Tratado de Libre Comercio (TLC) es un mecanismo económico de comercio internacional, que establece la supresión gradual de aranceles, y de otras barreras al libre cambio, en la mayoría de los productos fabricados o vendidos en América del Norte, así como la eliminación de barreras a la inversión internacional y la protección de los derechos de propiedad intelectual en dicho país.

En este comercio internacional ocurre el intercambio de bienes y servicios entre países. Los bienes pueden definirse como productos finales, productos intermedios necesarios para la producción de los finales o materias primas y productos agrícolas. El comercio internacional permite a un país especializarse en la producción de los bienes que fabrica de forma más eficiente y con menores costos.

Se sustenta sobre bases teórica aportadas por economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo, los cuales planteaban el principio de la ventaja absoluta y comparativa surgida a partir de la especialización productiva, o sea, un país que comercia en el mercado mundial debe especializarse en producir aquellos bienes que produce con menos costos que el resto de los países, o sea, con mayor productividad.

Sobre estas bases teóricas se mueve la producción agrícola latinoamericana y fueron introducidas por las empresas transnacionales, las cuales impusieron una reorientación en supuesta correspondencia con la teoría de las ventajas comparativas, a partir de la cual los países deberían producir aquellos productos para los cuales poseen las mayores ventajas e importar todos los demás.

Ahora, este mecanismo económico de comercio internacional que ha proliferado en los últimos tiempos tiene algunos desajustes, en primer lugar el carácter asimétrico de la circulación de mercancías. Según Románova (2013), cuando se analiza la importación y exportación de productos agropecuarios entre países desarrollados y América Latina. Los países del norte importan de América Latina productos que responden solo a un segmento poblacional como el café, cacao, frutas tropicales, verduras, flores, etc. En cambio América latina todavía no ha podido diversificar la estructura de su agricultura, los países del norte les venden productos alimenticios básicos de amplio consumo popular como el arroz, el trigo, el maíz, los aceites así como materias primas para algunas ramas de la industria como madera en tabla, etc. Esto, coloca a América latina en situación de dependencia de los mercados del norte. La dependencia externa impide el desarrollo integral de la agricultura latinoamericana y limita la posibilidad de lograr la autosuficiencia alimentaría.

Otro elemento que está presente en las relaciones comerciales en el libre mercado son las grandes diferencias tecnológicas, motivada por los avances científicos técnicos, donde se declara una supremacía por parte de los países del norte sobre América Latina y hace que éstos dominen en los mercados, obteniendo así en sus manos nuevas palancas de presión comercial. De esta manera estos países determinan quiénes serán sus compradores de equipos y maquinarias, quiénes serán los suministradores de materias primas, los árbitros, etc.

Esa posición dominante puede observarse sobre diferentes ámbitos, tales como: los suministros de materias primas, las ventas de los productos y los mecanismos contractuales jurídicos.

Sobre los suministros de materias primas las naciones desarrolladas crean condiciones que conducen a una reducción del precio de los productos (materias primas) que producen las empresas de estos países y así obtener de ellos grandes ganancias. Algunos países de la región ocupan posiciones bastante sólidas como proveedores de materias primas para industrias de países desarrollados. Por ejemplo Venezuela y Brasil son fuertes en el comercio de un mineral como es el hierro, México y Perú suministran grandes cantidades de plata, Bolivia y Chile son suministradores de metales no ferrosos y concentrados, Cuba suministra cobalto y níquel, Venezuela, Brasil, Ecuador, Colombia, México y Argentina son grandes productores de petróleo, etc.

Esta presión comercial va más allá de los suministros, orientándose también a la esfera de la venta de productos, los cuales son lanzados por las transnacionales con una inmediatez total, con un alto grado de actualización o innovación, provocando la subutilización de las capacidades productivas y por ende el estancamiento en las ventas de la industria de los países de la región. Por ejemplo, los países desarrollados venden en América Latina ferrocarriles, aviones, camiones, automóviles, bus para el turismo, piezas, mientras la industria automovilística de varios países de la región no logra obtener salida para sus productos en el mercado, o sea, son productos que en la actualidad se producen en América Latina, sin embargo los productos de las grandes corporaciones se comercializan a precios elevados y a grandes márgenes de utilidad.

Estas diferencias de valor de los productos de países desarrollados y subdesarrollados dentro del libre mercado Según Quíntela (2010); Fonte (2010); Rodríguez (2010), está dada por un extraordinario desarrollo tecnológico y una concentración del capital y la producción por parte de las grandes corporaciones, provocando una superioridad dentro del mercado, obteniendo superganancias del intercambio, por tanto los costos de producción y los precios de mercado no es por lo que se comercializa, sino por el precio monopolista, lo cual hace que desaparezca la libre competencia y esta sea sustituida por un dominio absoluto de los precios determinados por estas grandes corporaciones. Esto implica una redistribución de las ganancias a favor de estas grandes empresas, lo que consolida la desigualdad del intercambio, ya que se apoderan de una parte de las ganancias producidas (plusvalía) por estas naciones subdesarrolladas.

Analizando esta situación sería lógico ver los conceptos de diferentes autores y los conceptos marxistas para mayor esclarecimiento. Diferentes autores coinciden en que el valor es la equivalencia de un bien o servicio en términos de otros bienes y servicios. Para Marx (1995), en su teoría del valor, la única fuente de valor económico es el trabajo, el trabajo es el principal determinante del valor de un producto, o sea, el valor de un bien o servicio depende de forma directa de la cantidad de trabajo que lleva incorporado. En su teoría del valor distingue entre valor de uso y valor de cambio.

El valor de uso es la utilidad que tiene el producto, determinado por sus cualidades materiales. El valor de uso sólo toma cuerpo en el uso o consumo de los productos. Los valores de uso forman el contenido material de la riqueza.

El valor de cambio es la proporción en que se cambian valores de uso de un producto por valores de uso de otro.

El valor de la fuerza de trabajo y el valor que crea esta fuerza de trabajo en el proceso de producción son dos cosa distintas, el capitalista paga el primer valor y procura aumentar constantemente el segundo valor, produciendo así una plusvalía que no la reparte, debido a que se la queda para el sólo.

De esta premisa Marx desarrolla diferentes leyes que según él llevarían a la destrucción del sistema capitalista o al menos impiden el desarrollo del resto de las naciones.

La ley de acumulación del capital, según Marx, el capitalista con el objetivo de aumentar el valor de uso de trabajo, lo va aumentando por la introducción de nuevas máquinas, o sea, capital constante o medios de producción, manteniendo fijo, o disminuyendo el capital variable o fuerzas productivas.

La ley de concentración capitalista. Esta ley actúa de dos formas. Por una parte, la acumulación del capital hace que aumente el número de capitalistas, y por otra, la competencia entre estos capitalistas hace que los más grandes inviertan más en la obtención de avanzados medios de producción, cosa que los pequeños propietarios capitalistas no pueden hacer y la lucha termina con el colapso de los capitales pequeños, cuyos capitales son engullidos por el vencedor. Marx aclara que si el capital aumenta en proporciones gigantescas en una sola mano, es porque muchas manos se ven privadas del suyo.

Por tanto, si se retoman estos conceptos se puede afirmar que los países atrasados económicamente están obligados a intercambiar en este mercado una mayor proporción de trabajo nacional por trabajo extranjero para poder adquirir los productos que necesitan, porque a través del cambio obtienen los productos más baratos de lo que ellos pueden producirlos.

Otro elemento que aporta Marx es que las ventajas comparativas son adquiridas en el propio proceso de desarrollo de las fuerzas productivas, derivándose de ellas ventajas absolutas para los países más desarrollados. Esto demuestra que en las condiciones en la que se realiza la formación de precios en el libre mercado implica un intercambio desigual entre países con diferente niveles de desarrollo tecnológico y de su capital humano, generando diferentes niveles de productividad del trabajo y por consiguiente una profundización del desarrollo desigual entre las naciones.

En cuanto a mecanismos contractuales jurídicos, Estados Unidos y la Unión Europea aplican políticas comerciales con respecto a otras naciones y en especial a países subdesarrollados, recurriendo a una gama de medios de presión económica, tales como: el otorgamiento de créditos con ciertos compromisos, la fijación de licencias, el embargo comercial y financiero, en este último mecanismo Cuba tiene numerosos ejemplos, ya que permanece desde hace más de 50 años en un bloqueo irracional e ilegal que ha generado penurias en millones de hogares y como resultado una emigración de cientos de miles de cubanos a lo largo del mundo.

El reto de los países de América Latina es luchar por continuar desarrollando sus economías y sacar a miles de millones de personas que viven en un estado de absoluta pobreza, incapaces de conseguir alimentos. De aquí, la necesidad de reclamo por un nuevo orden económico internacional, que evite la expansión desmedida del comercio de países desarrollados y favorezca los procesos de integración regionales, facilitando el desarrollo de un nuevo comercio.

La economía latinoamericana debe realizar un proceso gradual de adaptación de sus economías a las transformaciones que se producen en el contexto del libre mercado internacional. Por ejemplo, Cuba se propuso un conjunto de condiciones, tales como:

  • Perfeccionar y actualizar la infraestructura jurídica comercial externa.

  • Realizar una reevaluación de las ventajas comparativas de la economía cubana con la finalidad de lograr un proceso de reorientación geográfica y mercantil del comercio en función de potencialidades y costos. A esto se adiciona para cambiar el perfil exportador, mediante el mayor desarrollo del turismo y la producción de productos químicos farmacéuticos.

  • La creación y fomento de nuevas capacidades gerenciales.

  • Diversificación de las estructuras empresariales que participan en el comercio exterior.

  • Derogación constitucional del monopolio estatal del comercio exterior.

  • Participación del capital cubano en la creación de empresas en otros países.

  • Apoyo en recursos a empresas presupuestadas que estén en condiciones de exportar.

  • Reordenamiento del sistema bancario nacional. Diversificación de las instituciones de carácter comercial.

  • Estudio de diferentes variantes para actualizar la tasa de cambio del peso.

  • Perfeccionamiento de la política laboral, fiscal y arancelaria.

  • Evaluación de la factibilidad del desarrollo en determinadas regiones del país de zonas especiales o francas para la exportación.

  • Revisión y perfeccionamiento del sistema de precios.

  • Mayor peso a la competencia empresarial y al marketing en la economía cubana.

Conclusiones

El mercado de libre comercio como el TLC, es un mecanismo económico de comercio internacional, que establece la supresión gradual de aranceles, y de otras barreras al libre cambio, según sus creadores constituye una oportunidad para todas las naciones, permitiendo su participación, ya que les posibilita alcanzar productos a un costo menor al que podrían producir. Sin embargo encierra un mecanismo de comercio no equivalente, resultado de un intercambio desigual, en su base está la actuación objetiva de la ley del valor y por consiguiente en la desigualdad inmanente del intercambio, tiene su raíz lógica e histórica en la producción mercantil.

Todo esto genera un resultado para todas las naciones. Por una parte, las naciones desarrolladas obtienen un crecimiento vertiginoso de su producto interno bruto y un aumento de los niveles de vida de sus poblaciones. En cambio, las naciones subdesarrolladas sus economías tienden hacia un deterioro y el nivel de vida de sus ciudadanos está basado en la miseria.

Bibliografías

Aguiloche L.A. (2012). Problemas actuales del imperialismo. Las empresas transnacionales; un obstáculo en América Latina. Editora EMPES. Ministerio de Educación Superior (MES).

Bogdanov A. (2011). Problemas actuales del imperialismo. La rivalidad antimperialista y los países en desarrollo. Editora EMPES. Ministerio de Educación Superior (MES).

Inozémtsev N. (2012). La revolución científico técnica y el ahondamiento de las contradicciones económicas y sociopolíticas del capitalismo en la etapa actual. Editora EMPES. Ministerio de Educación Superior (MES).

Quintela . C.F, Fonte V.D, Rodríguez A.F. (2010). El intercambio desigual y el pensamiento económico del Che. Editora EMPES. Ministerio de Educación Superior (MES).

Marx C. (1995). El Capital. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. Editora Ciencias Sociales.

Románova Z. (1996). Expansión económica de Estados Unidos sobre América Latina. Editora Ciencias Sociales.

 

 

Autor:

Dr. Armando Aruca Bacallao

[email protected]

Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas