La razón es muy sencilla y doble: la persona es indefinible. Definirla, sería reducir la riqueza del ser a unos simples vocablos. El ser humano es tan polifacético que podríamos llamarlo un microcosmos; esto implica limitarlo en una definición, así sea muy perfecta. La otra razón es que al final de la exposición de la educación personalizada, en este ensayo se intenta hacer una "descripción" de hombre y de persona, en la seguridad de que los contenidos que se han enunciado hasta este momento contribuirán a aclarar conceptos y facilitarán la concepción personal de cada uno.
Descubrimiento de si mismos
Este descubrimiento es indispensable, ya que si desconocemos lo que somos, mal podremos construir lo que seremos. Esto implica una afirmación individual y una afirmación comunitaria. Al mismo tiempo, se requiere de una firme voluntad para el conocimiento personal que tenga en cuenta al otro. Esta intencionalidad permitirá descubrir las innumerables dimensiones de nuestro ser personal y, por lo tanto, proyectarnos hacia nuestra autorrealización.
Encontrar los medios para realizar el proyecto
La búsqueda de medios es indispensable, pues sin las herramientas adecuadas no se logra un objetivo determinado, así este sea sencillo.
Dentro de dichos medios podemos enumerar las grandes aspiraciones o caminos de relación humana: personalización. Liberalización y socialización.
En efecto, ¿Quién no quiere ser persona, ser libre y socializarse?
¿Y quién, siendo persona, socializándose y liberándose no alcanza el ideal humano?
La personalización implica la vivencia de la responsabilidad, pues ser persona significa ser responsable.
La liberalización implica la vivencia del bien, pues es libre no quien hace lo que quiere o puede, sino aquel que siempre hace lo que debe.
La socialización implica la vivencia del amor, pues nadie ensancha más su capacidad de apertura y comunicación, que aquel que comprende al vivirla, la profundidad del servicio, de la entrega y de la disponibilidad sin reservas.
La coherencia
La coherencia es necesaria, pues sin autenticidad, sin verdad frente a nosotros mismos y a los demás, no podemos realizar nuestro proyecto.
Esta coherencia "es la concordancia entre lo que se piensa y lo que se dice y entre lo que se dice y lo que se hace".
La coherencia implica la ayuda de la comunidad familiar y de la comunidad educativa. Si quiero realizarme debo elaborar y vivir mi proyecto personal de vida teniendo en cuenta mi relación con los demás.
Ser persona
Si quiero puedo construirme como persona
Hoy, al dedicarme a tomar mi vida entre mis manos, es indispensable que me disponga para asumir estas horas como un tiempo que se me regala y que ya no volveré a vivir, ni del mismo modo, ni de las mismas circunstancias…
Es necesario que ahora mismo reconozca una cosa: para construirme como persona, como ser humano, necesito partir de los que soy, de mi propia verdad. Esto es lo que primero, lo más importante: abrirme a mi verdad, decirme a mi mismo la verdad de lo que me está pasando. Sólo a partir de ahí podré pensar y ver con claridad que es mi vida.
¿Quién soy yo? Difícil decirlo. Cuesta responder esta pregunta porque es compleja en sí misma y porque en el ambiente en el que vivimos ya nos hemos a acostumbrado a estar lejos de nosotros mismos.
Es más fácil mirar a los otros, hablar de los otros, pasar tardes enteras donde la verdad se oculta, porque es imposible quedar mal, es mejor darle paso a la apariencia. Yo, a pesar de vivir rodeado de muchos, llevo muy adentro mis dudas, mis anhelos, mis dificultades y alegrías.
Si quiero transformar mi vida tengo que empezar por aceptar aquello que ahora soy, aceptar mi historia, mi pasado, mi presente. Decirme la verdad para empezar a nacer de nuevo; si me oculto o me disculpo, nada podré descubrir; sólo con la verdad se puede alcanzar la vida y la libertad.
¿Quién soy yo?
Formamos parte de un ambiente al que le interesa ganar dinero y acumular. Muchas veces nuestra vida está marcada por tener, porque para el ambiente la felicidad está marcada por el tener. Según esto, el que no tiene es infeliz y vive angustiado soñando con tener.
Al ambiente le interesa que uno sea alguien que deslumbre, que brille, a cambio de la ilusión de ser reconocido, de ser visto, de llamar la atención y competir a fin de ser el número uno en todo.
Dentro de nosotros hay complejos de inseguridad que queremos esconder. Nos atemoriza todo lo que nos hace sentir inferiores y esto nos lleva a ponernos la máscara de un personaje capaz de conquistar fama y prestigio. Tenemos una cara doble: la de mostrar a los demás (superficial) y la verdadera, la profunda. La primera ni siquiera es una cara; es más bien una máscara, un maquillaje, un atuendo de payaso, una cara de lo que más resulta "conveniente" tener.
Esta máscara es toda la apariencia que hay en mí, todas mis faltas y mis engaños; mi alegría excesiva para ocultar mis problemas: los relatos imaginarios de mis hazañas para esconder mi timidez, esa sonrisa con que quiero demostrar que no me pasa nada; o esa aparente serenidad con la que formo barreras ante los demás.
Cuando digo que nadie me conoce estoy diciendo la verdad. Nadie me conoce porque no me he mostrado tal como soy. Llevo puesta una máscara y la llevo tan adherida a mi piel, que ya me he acostumbrado a reaccionar, a actuar con ella en tantas partes, que a veces olvido como soy en realidad. También tengo otra cara, ésta si verdadera, que esconde una belleza única; aunque esté golpeada por el tiempo, por el sufrimiento, por el desprecio de algunos, incluso el mío, Así soy yo.
En el fondo, muy en el fondo, oculto por toda la hojarasca y podredumbre de la vida, manejado por el ambiente, reconozco que soy lo mejor de mi mismo, con todos aquellos valores, estas realidades auténticamente positivas que poseo. Es lo que me sostiene, es lo que hace que, en medio de la "basura ambiente", todavía habiten en mí, realidades como el anhelo de amar con profundidad, el impulso hacia el servicio, la acogida sincera, la franqueza total.
Lo mejor de mí es lo que me ha sostenido en medio de las dificultades, de las presiones del ambiente, es aquello que hace que en mí nazca algo nuevo y diferente, a pesar de lo falto de autenticidad y superficial que soy. Lo mejor de mi rostro sin máscara.
La leyenda de la máscara
Se cuenta que en una antigua casa de la ciudad de Zacatecas, por el barrio de Mexicapan existió un hombre que para cada tipo de relación usaba una mascara. He aquí su leyenda.
Nadie supo ni nadie sabe cuando comenzó su práctica de utilizar máscaras; lo cierto es que las empleaba con gran habilidad, de acuerdo con el ambiente y circunstancias en que se hallara. Tenía una máscara familiar que era alegre, sonriente y acogedora; en cambio para su trabajo lucía otra que se distinguía por su frialdad y arrogancia. Cuando se reunía con sus amigos, su máscara expresaba malicia, picardía y vivacidad. Si iba al Templo mostraba otra de piedad y acogimiento.
Para cada ocasión escogía una máscara diferente…
Pasaba así los días, cambiando así sus máscaras, sin prescindir de ellas ni siquiera en las noches, pues al quedarse dormido se veía en sus sueños representando simultáneamente los diferentes papeles, riendo consigo mismo por las discordancias que se presentaban ante él.
Al despertar estaba angustiado y confuso, pero con el nuevo día salía a repetir su comedia… Había convertido su día en un drama permanente, al asumir papeles contradictorios y artificiales.
Sucedió que una noche mientras dormía, alguien entró a su habitación y se llevó todas las máscaras, incluso la que tenía puesta; sintió la luz que iría sus ojos y una sensación muy extraña en su cara. Se miró al espejo y quedó asombrado al mirar su propio rostro, en forma apresurada se inclinó a buscar sus propias máscaras, sin hallarlas; examino incrédulo cada rincón, pero no las encontró.
Alguien golpeó a su puerta, se llenó de temor y desesperación, abrió la ventana que daba a la calle y salió por allí. Caminó apresuradamente ante la gente, sin mirar a nadie; quienes pasaban por su lado sólo se admiraban de ver su afán, más no lo reconocían.
Por fin llegó a las afuera de la ciudad; se sentó sobre la hierba húmeda de la mañana y respiró profundamente el aire fresco, acarició su rostro, maravillado de palpar su piel viva y cálida, diferente a la tela dura y fría de sus máscaras. Miró todo con calma a su alrededor y lo vio más hermoso, más nítido; observó la ciudad y experimentó un irresistible deseo de ir hasta allá; se incorporó y se fue andando, sin embargo, por una sensación se sosiego.
Al llegar a las calles y encontrarse con la gente, entendía que algo muy novedoso acontecía en él, dentro de sí mismo; la novedad de su ser se habría, era él mismo, desaparecía la angustia y el temor… dejando fluir su alegría comenzó a gritar repetidas veces: (Soy feliz, me he encontrado a mí mismo).
Cuando regresó a su habitación encontró otra vez sus máscaras. Las miró con horror y dejando caer sus lágrimas en ellas, esas máscaras que antes habían sido suyas se fueron diluyendo hasta esfumarse.
Observó la ventana por la que había escapado antes; continuaría abierta, no para escapar, sino para estar en contacto con los demás.
Finalmente se dijo: (en adelante cada momento de mi vida va a llevar el sentido de mi ser, construiré desde la libertad mi propia historia).
Dimensiones de la persona
El proyecto de vida de la personalización requiere de un compromiso permanente, es decir, de trabajar día a día y de manera coherente para perfeccionarse. Por ello se hace fundamental conocer las dimensiones de mi vida personal, ya que de esta forma tengo más claridad sobre los aspectos que debo afrontar sobre mi superación.
El ser humano (Homo), se integra en varias dimensiones: biológica (Bios), emocional (Pathos), mental (Eidos), relacional (Logos) y moral (Ethos). Estas dimensiones a su vez, les posibilitan tres acciones personalizantes: pensar (sabiduría), decidir (liberalización) y amar (trascender). De esta manera, la tarea personalizante se convierte en una tarea social y, por tanto, constructora de la Cultura (Oikos).
El ser humano debe lograr en dichas dimensiones niveles de desarrollo satisfactorios para el completo desenvolvimiento de sus capacidades, y ello solamente se logrará mediante la identificación de las necesidades, intereses y expectativas en cada aspecto y según la posibilidad de oportunidades que el medio y los aspectos socializantes le brinden a la persona
La educación en general debe promover la capacidad del individuo para lograr su realización y desarrollo integral. Debe brindarle oportunidades tanto de información como de formación de actitudes que permitan el uso de una "Libertad real. Autónoma y responsable". Es importante que en la familia se forme al hijo para que se proyecte socialmente teniendo en cuenta valores fundamentales, que son la base de la construcción de una persona: la creatividad, la libertad con responsabilidad, la autonomía, el espíritu crítico, la idoneidad, la honestidad, la justicia, el liderazgo, el respeto y el deber ser, entre otras (Rodríguez, 2005).
La personalización. Proyecto liberalizado
En apartados anteriores hemos hablado acerca de lo importante que es construir un proyecto de vida que tenga como fundamento a la persona, a mí. Ahora queremos proponer un proyecto que sea el punto de partida para la conquista de la libertad, la autonomía para tomar decisiones y asumir la responsabilidad de las consecuencias que de ella se deriven. La personalización se convierte así en un proyecto liberador.
Para lograr este fin, integraremos en dos apartados, el presente y la "personalización como tarea", los planteamientos del personalismo, propuesto por el filósofo francés, Emmanuel Mounier, y los de la nueva corriente filosófica latinoamericana concerniente a la personalización como fundamento de nuestra liberalización, del filósofo Luis José González A.
Decimos que somos personas y exigimos que se nos trate como tales, pero:
¿Cómo nos superamos para convertirnos en verdaderas personas?
¿Qué quiere decir conquistar la libertad, y para qué?
¿Qué condicionamientos se imponen a nuestro proyecto de personalización liberalizadora?
¿De qué debemos liberarnos y cómo debemos hacerlo?
¿Por qué nuestras decisiones aunque autónomas, deben estar impregnadas de responsabilidad consigo y con los demás?
Para responder a estas interrogantes debemos penetrar en el interior de la persona, teniendo en cuenta, además de su sentir, sus relaciones sociales, actos y obras, lo que nos llevará a buscar respuestas a otras preguntas:
¿Qué soy como ser humano?
¿Cuáles son mis derechos y deberes?
¿Por qué me siento obligado a responder a las otras personas?
¿Hasta dónde llegan los límites de mi libertad?
¿Qué debo tomar en cuenta para tomar decisiones que no afecten de forma negativa a mis semejantes?
Una vez siento la necesidad de realizarme, es decir, de perfeccionarme como individuo, inicio un viaje de mi propio ser para observarlo, conocerlo y potencializarlo; así me daré cuenta de lo que soy. Tengo y puedo hacer. Esta realidad interior es un universo de pensamientos, sentimientos, experiencias, sueños, fantasías, recuerdos, pasiones, emociones, construcciones, creaciones, relaciones, valores, alegrías, tristezas, etc. Aquí encontramos que el ser personal del hombre se proyecta en dos opciones integradas: por un lado, es una realidad dada y definida; por el otro, es una posibilidad en constante perfeccionamiento. La primera opción es el tema de este apartado, la segunda se abordará en el siguiente.
Ser persona
Hoy, en pleno siglo XXI, "civilizado y evolucionado", con convicción afirmamos que todos somos personas, ninguno lo pone en duda; pero si vamos a la realidad, a la práctica, vemos que no es así, que muchos nos comportamos y tratamos a otros como si no lo fueran. Entonces, aunque sabemos que todos somos personas, no hemos entendido, o no queremos entender con claridad lo que significa serlo; por ejemplo, aunque no se acepta la esclavitud, aún encontramos pueblos y personas que someten a otros; y lo peor, pueblos y personas que se dejan someter de otros, estableciendo relaciones de opresor (dominante) –oprimido (dominado), quien pasa a convertirse en un instrumento, en mercancía viviente.
Pero, ¿Cuándo comienza el hombre a ser persona?, podríamos decir que en el momento en que se da la fecundación, cuando se convierte en feto, nace, tiene un año, tiene uso de razón o cumple la mayoría de edad o cuando es maduro. De otra parte, ¿Cuándo deja el hombre de ser persona? En esta época posmoderna dejamos de ser personas cuando nos transformamos en objetos, mercancías que se compran, productos que tiene un precio; hay que producir a todo nivel, a toda hora, no hay tiempo para el descanso y, lo peor, ni siquiera podemos reflexionar sobre esto, al menos para quejarnos. Lo mismo pasa en las relaciones sociales y familiares; nos relacionamos en la medida en que producimos; si alguno quiere hacer algo diferente, hay instituciones, métodos y medios que se encargan de corregirlo y "orientarlo" hacia la ideología de la producción esclavizante.
Ahora bien, una vez que afirmamos que todo ser humano es persona podríamos intentar definirlo sin limitaciones; para ello, empezamos a explicarlo desde su origen animal; sólo que, a diferencia de aquél, el hombre es un animal racional dotado de inteligencia para conocer y modificar la realidad; esto le permite ser persona desde que empieza a desarrollar su pensamiento, su intelecto, su racionalidad. Por ejemplo: los niños, desde muy pequeños, están preguntando todo el tiempo ¿Qué, cómo, para qué son las cosas y qué uso se les puede dar? Entonces, el ser humano es inteligente, racional y supera su animalidad conociendo y construyendo muchas formas de realidad a través de distintas formas de comunicación: como el lenguaje verbal, corporal, escrito y simbólico. Nos damos cuenta de que el hombre es constante dinamismo, movimiento, evolución; en otras palabras, difícil de definir; y mejor así, ya que si fuera total, estos límites lo volverían estático. El hombre, el ser humano, la persona, se transforma y perfecciona día a día, nunca agota su creatividad.
Por lo tanto, al hombre hay que verlo como un ser que trasciende su realidad, que va más allá de ella, que puede superar sus instintos aplazando el deseo; hay que acercarse a él en forma integral ya que, entre más facetas conozcamos y aceptemos de él, más cerca estaremos de "ver" y describir su verdad (Rodríguez, 2005).
Pero la persona, al ser fuente de vida y permanente creatividad, se resiste a una definición que lo limite. Lo que podemos hacer es, como dice el filósofo Luis José González A: "describirla a partir de sus notas más características: el concepto de persona consta de tres notas básicas, íntimamente ligadas: racionalidad, autoposesión y autodeterminación".
Autodeterminarse
La racionalidad es toda la actividad conciente de la inteligencia o la razón; no sólo se manifiesta en las actividades cognitivas, sino en la afectividad, el amor y en todas las dimensiones del vivir humano (Rodríguez, 2005).
Por cuento conoce la realidad de las cosas, el hombre se apropia de ellas, las posee. Del mismo modo, al conocerse a sí mismo, se autoposee. El hombre puede establecer la relación sujeto-objeto sobre los demás seres y sobre sí mismo. En esta relación el sujeto domina intencionalmente al objeto; es capaz de conocerlo y de proyectar sobre él sus intereses. Cuando el objeto coincide con el sujeto se da una autoposesión, el sujeto es dueño de si mismo. Esto es lo que genera al Yo. El Yo afirmado es la expresión de la subjetividad o autoposesión conciente. El Yo es "mi ser" en cuanto realidad que se conoce y es presa de sí misma. Esta posesión es la que permite la autodeterminación. Como dueño de mi ser, le imprimo sentido y dirección. El animal vive determinado por las fuerzas instintivas. De ahí que no pueda variar, en el transcurso de las generaciones, su modo de vida. Sus reacciones están definidas por su organismo, de forma que no pueden variar sin que varíe aquél. El hombre, en cambio, posee libertad para responder de diversas formas al mismo estímulo. Porque en cada momento conoce las múltiples posibilidades consecuentes a su respuesta y se sabe independiente de estas mismas posibilidades. Se siente gestor de su propio futuro al poder elegir sus acciones y esto fundamenta su responsabilidad.
Personeidad
Entonces podríamos decir que la "personeidad" del hombre como ese núcleo de conciencia interior en cada uno de nosotros que nos potencia para trascender el entorno en que nos movemos y nuestra misma corporeidad en lo que tiene de limitante; para proyectarnos con libertad a una realización singular que nos hace ser más, para afirmarnos como totalidad independiente frente a realidades masificantes o amenazantes; compromete nuestro ser en determinadas acciones, para comunicarnos con los demás seres e integrar comunidades que multiplican creativamente las posibilidades humanas.
Ahora bien, no debemos confundir el personalismo con postulados individualistas, teniendo en cuenta que la sociedad capitalista en la que vivimos promueve la competencia y el egoísmo en procura de los intereses individuales. Por ejemplo: en el campo político y jurídico la persona es utilizada para reivindicar los derechos y el respeto individual sin ningún diálogo con la gran sociedad; desde el punto de vista psicológico, encontramos una justificación para que cada individuo desarrolle su personalidad como quiera; a veces esto provoca daños a sí mismo y a los demás. Si unimos estas dos visiones nos damos cuenta de que cada cual tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad, o lo que podría describirse como el libre derecho a la autodestrucción (Rodríguez, 2005).
Entonces hay que recordar que yo no vivo sólo, que a mi lado existen otros, un tú y un él, y cada uno de ellos es un yo, o sea, otra persona igual a mí. Este pensamiento y sentimiento nos posibilita a actuar de manera más sensible. Ejemplo: nos afecta no tener empleo ni ingresos económicos que ayuden a solventar nuestras necesidades; entonces conseguimos trabajo y termina la angustia y el sufrimiento. Sin embargo, cuando otros viven esta misma situación no nos afecta, aguantan hambre, frío, no tienen dónde dormir, ni cómo estudiar, es problema de ellos. Esta actitud demuestra que no hemos comprendido el verdadero valor y la verdadera dimensión de la personeidad, nos hemos quedado en el aspecto de la individualidad sin trascender hacia el interés, la atención, el cuidado, el respeto, la estima y el amor a otro; este otro que es igual a mí, un yo mismo, otro yo mismo.
Alteridad
Al lograr trascender la individualidad y el egoísmo, le doy un sentido, una dirección al oro, sin dejar de ser yo, lo que me permite asomarme a la alteridad, tema básico para comprender la nueva filosofía latinoamericana de la liberalización. La alteridad, es decir, mi realización personal a través de la relación cariñosa y amorosa con la persona del otro, me posibilita entender muchas de las injusticias sociales que existen en el modelo económico libre y, por lo tanto, tener actitudes de solidaridad, hermandad y compromiso.
Es fundamental escucharme a mí y, al mismo tiempo, escuchar al otro para entenderlo y acompañarlo, para superar las relaciones manipuladoras, comerciales, esclavizantes, y engañosas. A decir de Luis José González A: "hay que vivir atentos a la otra palabra, la que no es la mía, la que me resulta extraña, sin razón, irreverente, revolucionaria con la mía habitual. En ella se manifiesta el ser singular del otro" (Rodríguez, 2005).
Siguiendo con el tema de la alteridad, debemos de tener en cuenta que la racionalidad nos ha hecho olvidar la parte afectiva y tierna del ser humano para dar mayor importancia a las ideas, al pensamiento, a la lógica, a la racionalidad, a la celebridad; está ha sido la historia del pensamiento occidental, que ha tenido tantos problemas con el trascendental mensaje cristiano: Únicamente el conocimiento impregnado del amor, nos ayudará a superar todas las dificultades del egoísmo e individualismo mercantil para proyectarnos a una realización personal del otro, de los otros. (Rodríguez, 2005).
La personalización como tarea
En el apartado 4 reflexionamos acerca de la personalización como proyecto liberalizador. Ahora lo haremos como tarea, lo que implica abordar el proceso de perfeccionamiento de la persona humana. Ya sabemos que todos somos hombres, que somos personas, independientemente de cualquier circunstancia. También vimos que millones de hombres, en al ámbito mundial, y los latinoamericanos de manera especial, viven en condiciones lamentables de pobreza, de injusticia y de desigualdad social. Al mismo tiempo, pudimos establecer que muchos, a pesar de tener un empleo y mejores condiciones de vida, están muy distantes de asumir un proyecto de personalización liberalizadora, es decir, de llegar a ser verdaderas personas en el sentido que lo hemos planteado. De igual manera, sabemos que podemos ser personas y perfeccionarnos, pero para lograrlo necesitamos asumirlo como una tarea, como un compromiso diario como individuos sociales.
Ser o hacerse persona requiere actualizar todas las potencialidades que tenemos como seres humanos: esto es, desarrollar al máximo todas las capacidades y talentos.
También habíamos propuesto que la personeidad es el núcleo de conciencia profunda que se autoposesiona y autodetermina con responsabilidad en todos sus actos. Dicho núcleo de conciencia se manifiesta en diversas facetas y actuaciones, lo que constituye las dimensiones de la vida personal.
Estas dimensiones nos permitirán acercarnos al universo individual y, por lo tanto, asumir las tareas de convertirnos en mejores seres humanos cada día.
Interioridad
Es el núcleo de conciencia que tenemos acerca de nuestro ser. La perfección de la vida personal se va dando en la mediada en que cada uno se recoge sobre sí mismo, es decir, reflexiona como conocerse, autoposecionarce y autodeterminarse. Esta reflexión permanente permite a la persona ser cada vez mejor y encontrar la riqueza en su interior, donde reside su verdadero valor, sin caer en el error social y cultural de pensar que para ser hay que tener dinero, poder, cosas materiales, etc.
Un aspecto importante de la interioridad y de la autorreflexión, es que nos permite autodescubrirnos para encontrar nuestra vocación. La vocación es el llamado que nos hace la vida para cumplir con una visión en el mundo. Al asumir el llamado nos encontramos con la fuente de nuestro liderazgo, lo que posibilitará que salgamos del anonimato, de la masificación, del oleaje de circunstancias sociales que nos llevan y traen a la playa de la realidad esclavizante. Por lo tanto, cultivar la vida interior para dar un sentido más humanizante a nuestra existencia y labor en la tierra. De esta manera pasamos de ser objetos a ser sujetos, protagonistas y diseñadores de nuestra propia historia (Rodríguez, 2005).
Encarnación
Es lo mismo que la corporeidad (todo lo relacionado con nuestro mundo corporal). Pasamos gran parte de nuestra existencia satisfaciendo las necesidades biológicas o primarias del cuerpo: dormir, comer, descansar, asearse, reproducirse, tener placer. Esta dimensión contrasta con la interioridad, lo que nos lleva a superar el aspecto físico y biológico de nuestra personeidad. Sin embargo, no debemos caer en el error que nuestra corporeidad es algo malo, sucio y limitante; tampoco debemos asumir la espiritualidad de la interioridad como individualidad, desconociendo las experimentaciones de nuestro ser corporal; al contrario, hay que integrarlas en una unidad armónica, que posibilite posesionarnos como seres humanos, como personas. Es fundamental cuidar nuestro cuerpo, darle descanso, nutrición, hidratación, limpieza. De esta forma estamos impulsando integralmente nuestro ser, al crear mejores condiciones para estar con nosotros y consolidar todas nuestras aspiraciones.
Tanto el mundo moderno como el posmoderno han lanzado todas sus flechas hacia el cuerpo. La publicidad como medio de promoción de los intereses mercantiles y consumistas no está bombardeando cada día con estímulos que nos ponen en conflicto nuestra interioridad y nuestro cuerpo. Cirugías estéticas, liposucción, cambio de color de piel, ojos y cabello, aumento de estatura entre otros. Muchos ya hemos caído en la trampa; por eso hay que luchar contra toda esta ideología para liberarnos y asumir nuestra corporeidad con conciencia integradora y libertad y libertad personal (Rodríguez, 2005).
Comunicación
Es imposible no comunicar: ésta es la primera verdad de los teóricos de la comunicación humana y lleva, necesariamente, a que todo ser humano, aunque no lo quiera, siempre está comunicando y establece una relación con los demás, Al mismo tiempo, cada persona se comunica consigo misma en su interioridad. Nos comunicamos de manera integral con la expresión verbal y escrita, con la simbología; también lo hacemos con nuestro cuerpo, con gestos, movimientos corporales amplios y sencillos, etc.
Sin embargo, nos hemos olvidado de comunicar lo más importante para la vida de la persona: el amor. Nos volvimos verbales para someter al olvido el afecto, la ternura, la sensibilidad y el cuidado consigo mismo y con los otros.
Aunque en la actualidad todos hablemos de comunicación, de medios masivos, y permanecemos gran parte de nuestro tiempo frente a un televisor o escuchando una radio, nos hemos olvidado de que podemos comunicar nuestro afecto y no depender de lo que nos digan a través de electrodomésticos para poder ser personas. La liberalización personal, la autonomía responsable, la autodeterminación, son nuestras herramientas para luchar contra la ideología del consumo de la palabra y perfeccionarnos a través del afecto, de la ternura, del amor.
Afrontamiento
Hoy en día todos salimos a combatir en las selvas del cemento de la ciudad. La vida se nos ha vuelto una lucha, un enfrentamiento; hacemos frente a las cosas y, peor aún, a las personas. Sin embargo, no podemos desconocer que la vida presenta obstáculos a nuestra realización personal y necesitamos hacerles frente, no sólo para salir del paso, sino para aprender a experimentar y poner en práctica nuestros recursos, capacidades y fortalezas. El individuo que carezca de fuerza interior para sumir el mundo con todas sus dificultades, terminará perdiendo espacios dentro y fuera de sí, se aislará y terminará sucumbiendo en al intentar convertirse en persona. Por lo tanto, es necesario reafirmar la voluntad para decidirse a confrontar todas las circunstancias que se nos presenten. Esta actitud permitirá que aprendamos a tener autodominio y afirmarnos para aprender a decir si o no, según lo exija la situación.
Sin embargo, se debe aclarar que es mejor asumir la vida sin un frente, sin una lucha, ya que si no lo hacemos así la existencia se convierte en una batalla interminable que termina por agotar todas nuestras fuerzas interiores. La vida diaria siempre nos pondrá a prueba y es importante reconocer en todo momento y lugar que debemos tomarla como viene, sin reparos, sin quejas, es decir, afrontándola. Claro que está, se debe aprender a reconocer en que momentos se nos quiere esclavizar y poner al servicio de la esclavitud productiva.
Libertad
La libertad es el tema candente desde hace más de dos siglos, luchamos por libertad a través de los derechos individuales y sociales, hasta el punto de convertirla en un objeto externo, social. Se nos olvidó que la verdadera fuente de la libertad está en el interior del ser humano. Queremos ser libres y actuamos como si no lo fuéramos; nos dejamos alinear de manera fácil y pasamos de una dependencia a otra; no queremos pertenecer a un grupo (familia, colegio, banda musical, equipo deportivo, etc.) pero finalmente terminamos identificándonos con otro y aceptando sus condiciones.
La libertad es una conquista; no nacemos libres, sino que nos hacemos libres al tomar decisiones autónomas y responsables. Esta responsabilidad es la que establece los límites de nuestra libertad. Comenzando por la corporeidad, nos damos cuenta de que ella nos impone ciertas limitaciones, como comer y dormir. Desde el punto de vista racional, podemos decir que nuestra libertad termina donde comienza la de los demás. Viviendo en familia o en comunidad no podemos hacer lo que queramos, ya que siempre van a estar presentes las libertades de los otros, quienes nos exigirán tenerlas en cuenta para no afectarlos al tomar decisiones que puedan irrespetarlos. Por lo tanto, la libertad es ante todo una capacidad y una actitud; es la afirmación de un ser autónomo y responsable frente a sus posibilidades concretas. El verdadero hombre libre es aquel que responde y actúa con compromiso, fomentando la unidad, la responsabilidad y la consagración de las personas, lo que permite superar la mediocridad e irresponsabilidad del facilismo, la anarquía, el aislamiento y el libertinaje.
Trascendencia
Todos sentimos, en algún momento de nuestra existencia, la necesidad de actualizar nuestras vidas, de salir del estancamiento y la pasividad ante el compromiso; es decir, buscamos la superación, el perfeccionamiento.
Los seres humanos, no somos seres plenamente terminados; por el contrario, estamos en constante búsqueda de nuestra perfección. Valores como el amor, la solidaridad, la amistad, el compromiso, la verdad etc., hacen que el individuo trascienda hacia la plenitud. Cada valor es una perfección determinada del ser, pero la riqueza de una vida está en la ampliación del cuadro de valores. Por ello es tan importante recuperar el cuadro de valores cristiano de entrega y valor como fuente de valores para lograr la trascendencia.
Acción
Sólo en la praxis, es decir, en la acción, logramos nuestra verdadera realización y perfeccionamiento. Pero no cualquier acción; para que esta sea personalizadora esta debe promover la realización del hombre, de quien la realiza y de los demás, en todas sus dimensiones. La acción social debe orientarse hacia la búsqueda de igualdad, de progreso y calidad de vida de todos.
También hay que tener en cuenta que la acción debe de ir dirigida a perfeccionar a quien actúa, es decir, a desarrollar sus capacidades, virtudes y cualidades esto se logra con la formación de la persona y para ello es muy importante la acción pedagógica o educativa; se trata de la búsqueda de la autenticidad y de la vocación personal.
Vale la pena anotar que existen otros tipos de acción, además de la económica y la educativa, tenemos la acción para buscar los valores e ideas, para dar sentido a la existencia; encontramos entonces la filosofía y la teología. También existe el amor social que proyecta el amor y la justicia; y la acción política pura y limpia, que procura el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.
Es importante decir que para lograr la perfección, la persona debe integrar todos los diferentes tipos de acción, pues cualquiera que falle truncará los resultados humanizantes para llegar a ella. El hombre, que es conciente de esto, se proyectará para la tarea personal y colectiva con un alto nivel de compromiso.
Realización personal
El hombre es un ser cuya existencia tiene sentido en la medida en que despliega su individualidad y se siente persona dentro de la sociedad. Para alcanzar este proceso necesita desarrollar una autovaloración y autoestima positivas, que le permitan concebir y llevar a buen término su proyecto de vida.
La realización personal es el esfuerzo permanente por fundamentar los valores del ser individual y por abrirse una auténtica proyección comunitaria.
Es necesario que el individuo afirme su Yo, su individualidad, aquello que lo hace ser una persona diferente de los demás.
Pero esta afirmación no se consigue en un momento cronológico determinado, sino que se da de forma progresiva, durante todas las etapas del desarrollo de cada ser.
Ahora vamos a enunciar de forma breve, los pasos que constituyen este proceso:
Conocerse,
Aceptarse,
Enriquecerse
Hacerse cargo del propio destino,
Valorarse,
Responsabilizarse.
Conocerse
Los antiguos tenían como principio de sabiduría el conocimiento personal. La síntesis del saber era para ellos el "conócete a ti mismo". No puede afirmar el ser humano sino aquello que descubre como valor y no puede destruir sino lo que conoce como limitación y defecto. Por eso el esfuerzo del conocimiento personal se debe concentrar en la dimensión de los valores, para perfeccionarlos, y en la de las limitaciones para destruirlas.
Aceptarse
La afirmación de la individualidad se da a partir de la aceptación de lo que se es. Aceptar objetivamente nuestra realidad, tanto en lo positivo como en lo negativo, es principio de madurez.
No se trata de pasividad o de conformismo. No se trata de resignación. Se trata de aceptar lo que somos, como paso inicial para lograr un proceso de superación permanente.
Enriquecerse
La aceptación de la realidad, debe iniciarse a través de la reflexión. El proceso de enriquecimiento personal comienza en una doble dinámica:
Una dinámica contractiva, que nos impulsa a purificar los valores que vamos descubriendo y nos invita a involucrar nuevos valores en nuestra dimensión existencial.
Una dinámica destructiva, que nos lleva a tratar de purificar nuestra persona de nuestros defectos, fallas y errores que vamos identificando.
De esta manera, seremos más personas en la medida en que superemos defectos y limitaciones.
Hacerse cargo del destino
Aceptar la realidad exige ser conciente y asumir los valores y defectos propios, además de afrontar las circunstancias que se viven día a día. Esta idea es la que queremos expresar cuando decimos que el ser humano debe hacerse cargo de su propio destino.
No se tapa el sol con las manos. Tampoco se transforma la realidad negándola o resistiéndonos a aceptarla. La visión objetiva de cuanto nos rodea es la mejor forma, si no de destruir toda la oscuridad, al menos de iluminar el rincón donde vivimos.
Valorarse
La justa apreciación de lo que somos, de lo que "vamos" siendo, no solamente es camino de autenticidad, sino que sirve de estímulo a nuestro proceso de humanización, personalización y trascendencia.
Esto no significa que debamos creernos autosuficientes y sobrevalorarnos en forma excesiva, especialmente cuando menospreciamos a los otros. Pero, más negativo en el proceso de la afirmación individual es menospreciar la propia persona, dejarnos aniquilar por complejos de insuficiencia, culpabilidad y por sentimientos de inferioridad.
Responsabilizarse
Como corona del proceso está la responsabilidad. Pues ya lo hemos dicho: se es persona en la medida en que se es responsable.
Saber responder siempre de sí mismo y de los propios actos es saber demostrar la firmeza del ser personal y de la afirmación de la individualidad.
Este proceso no es cronológico. Se da, o debe darse, durante todas las etapas de la vida, aunque no con la misma lucidez e intensidad. El niño, mientras avanza en el conocimiento de sí mismo, debe aceptarse y valorarse, debe enriquecer su persona, hacerse cargo de su propio destino; estos pasos los deben dar el joven, el adulto y el anciano, aunque con progresiva intensidad y exigencia.
Estos pasos no son secuenciales, sino que se dan simultáneamente. Por eso no podemos esperar a conocernos para luego responsabilizarnos: ha medida que nos conocemos nos responsabilizamos de sí mismos.
Al reiterar su individualidad el hombre corre el riesgo de caer en el egocentrismo. Esto lo destruirá, pues su naturaleza misma es un íntimo llamado a la comunicación, a la apertura.
Por esto el ser humano, para realizar su proyecto de vida debe realizar otra afirmación no menos importante: la afirmación comunitaria.
El equilibrio se logra al afirmarse comunitariamente. Ignace Lep afirma que "sea cual fuere nuestro amor a la sociedad, guardamos casi siempre la nostalgia de la comunión con otros seres".
Esta afirmación comunitaria parte de la vivencia en el hogar, donde el testimonio de amor de los padres es para los hijos el primer signo de auténtica entrega. De ahí que, mientras que los valores de comunión, servicio, solidaridad, aceptación, comprensión, entrega, etc., se vivan en la relación familiar, el individuo se está preparando para su integración plena en la vida social y para encarnar en sí mismo el amor.
Además de la necesidad existencial de abrirse al otro, la afirmación comunitaria es indispensable, pues sin ella es imposible la afirmación individual.
Dos argumentos confirman esta aseveración:
Conocer el Yo
El Yo se conoce:
Cuando me doy a los otros y tomo conciencia de lo que soy. Sin iterrelacionareme, difícilmente puedo descubrir mis valores y limitaciones.
Cuando los demás, con sus apreciaciones, especialmente están en su actitud constructiva, me ayudan a tener una visión más objetiva de lo que soy, evitando el subjetivismo de mis propios juicios.
Afirmar el Yo
Afirmo el Yo cuando:
Pongo al servicio de los demás los valores que voy descubriendo en mi propio ser, y por lo tanto los voy afirmando.
Mientras más doy, más me enriquezco. Por eso la generosidad enriquece más a quien da que a quien recibe.
La persona se construye a través de los valores que va descubriendo y asimilando. El hombre necesita los valores para dinamizar las dimensiones de su existencia.
La escala de valores
El proyecto de vida que tiene como objetivo ayudar a la persona a realizarse, necesita una escala de valores que le sirvan al individuo como punto de referencia en su tarea de "hacerse".
Poco nos preocupamos por aclarar nuestra escala personal de valores y, por eso, asumimos como nuestros los elementos que nos impone la sociedad; muchos de ellos no son dignos de título de valor.
La familia debe colaborar para construir la escala personal de valores.
Nosotros no "inventamos" los valores, sino que los recibimos o los descubrimos a través de la experiencia, del medio que nos rodea. Aquí encontramos la importancia trascendental de la familia en relación con la clase de valores que asume el niño y el adolescente. Tan importante es su influjo que la iglesia no duda en afirmar:
"La primera fuente alimentadora es ante todo la familia: en ella los hijos, en un clima de amor, descubren más fácilmente el verdadero sentido de las cosas, al mismo tiempo que se imprimen de modo casi inconciente en el alma de los adolescentes formas probadas de cultura a medida que van creciendo" (Rodríguez, 2005).
Valor
Hablemos de escala de valores; pero ¿Qué es un valor?
"Valor es todo cuanto constituye un bien que le conviene aun ser"
"Valor moral es todo bien que se realiza, perfecciona y hace bueno al hombre como hombre".
"Valor es una cualidad objetiva del ser, inherente a cosas, personas o ideas y por lo cual son ellas apetecibles".
"Valor es aquello que le da sentido a la vida, aquello por lo cual vale la pena vivir y actuar".
"Valor es la tendencia de la necesidad al bien".
Si el valor es lo que hace bueno al hombre como hombre, si el valor le da sentido a la vida, sobra decir que cada persona debe tener muy en claro cuáles son los valores que lo orientan.
A manera de ejemplo, veamos la escala de valores que presenta Maslow. En donde se relacionan de manera directa los valores con las necesidades de la siguiente manera:
Necesidades básicas: o biológicas (hambre, sed, sueño). Son las que posibilitan la supervivencia de la persona.
Necesidades primarias: o búsqueda de la persona, como autorrealización, éxito, gratificación, afecto, pertenencia, seguridad, afirmación de sí mismo, ser más, posibilidad de error, diversidad, posición, libertad, privacidad.
Necesidades secundarias: la persona requiere entender el mundo que la rodea; aprecia y crea eventos de carácter estético, social, cultural, ético.
Necesidades trascendentes: el individuo busca superarse a sí mismo y concentrarse con la vida de otros; por ello crea valores de unión, amor, verdad, vida más allá.
La realización personal implica ayuda de la familia.
-Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole y por tanto hay que reconocerlos como sus primeros y principales educadores-.
-La familia es por tanto la primera escuela de las virtudes sociales que todas las sociedades necesitan-.
-La primera comunidad de la que participa el hombre es la familia, la cual le proporciona las primeras orientaciones y estímulos para que se integre a las demás asociaciones y grupos donde ha de seguir educándose en la convivencia, para el trabajo, la cultura y la solidaridad-.
-La familia, como célula básica de la sociedad y principio de vida, es la primera educadora de los hijos por su misión de formadora de personas-.
-La familia es la primera responsable de la educación-.
Si en algo debe de colaborar el hogar es a realizar el proyecto personal de vida de cada uno de sus miembros.
No se trata solamente del deber de los padres frente a los hijos, sino de los deberes de los hijos frente a los padres, respecto a la tarea de ayudarse mutuamente a construirse como personas.
Todos estamos en proceso de formación, y aunque esa es una responsabilidad personal, jamás podemos olvidar que el apoyo de cuantos nos rodean es necesario, porque el hombre no es un ser aislado, no se "salva" sólo sino que necesita hacerlo en comunidad.
Ya se notaba que la mejor expresión del amor hacia aquellos que son objeto de nuestro afecto es contribuir al logro de su realización integral.
Para que la familia contribuya eficazmente en esta tarea, debe reinar en ella un ambiente de diálogo. El diálogo no es palabrería vana, sino una actitud permanente de respeto, aceptación y estímulo. Por esto es importante buscar motivos para dialogar en el hogar. Si la familia contribuye a la estructuración de sus miembros cumple su misión.
Funciones básicas de la familia
1. La reproducción biológica.
2. Ser base del afecto recíproco.
3. Orientar el horizonte trascendente de sus miembros.
4. Satisfacer las necedades básicas del grupo familiar.
5. Socializar, según los valores de su grupo social y los propios.
6. Proyectar en cada generación un modelo de vida y de ser humano.
Padre del Cielo
La familia, cada día pierde más y más su sentido y sus valores:
Ya se perdió el respeto, y la fidelidad llora de ausencia…
La solidaridad se mustia y el servicio se esconde
Mientras el egoísmo salmodia funerales de nostalgia…
Aunque fuente de vida, muchas veces le sirve de mortaja…
Debe hablarnos de Dios, y ya este nombre santo
Si acaso se pronuncia, se proclama con timidez
De tristezas u olvidos.
Padre del Cielo, ayuda a los padres en su pesada brega,
Y enséñalos a amarse para que los hijos aprendan con ejemplos
Que el amor es posible: hazlos fieles y firmes en su entrega,
Y haz que el amor renazca cada día; que se comprendan siempre
Para que a toda hora proclamen sin palabras
Que supieron encontrarse y unirse eternamente
Sus dos almas gemelas; haz que la autoridad
Como servicio, sea dulce como un trino…
Padre del Cielo, ayuda a los hijos en su esfuerzo valiente
Para hacerse personas; que hagan de la obediencia
A tu Ley y a sus padres el salmo de la gratitud,
Que el respeto sea vínculo de relación fraterna
Y que la solidaridad sin restricciones
Sea el pan que los hermane siempre.
Realización comunitaria y educativa
"La escuela es, por excelencia, el lugar y ambiente más propicio para una educación integral" (Directorio de Pastoral Educativa).
"La familia y la escuela colaboran en el proceso educativo: la familia es la primera escuela de las virtudes. La escuela, medio especial de educación y que recibe de los padres de familia un poder delegado, debe desarrollar su misión en íntima coherencia con éstos, si quiere ser veraz y convertirse en el lugar y ambiente propicios para una verdadera educación". (Ibidem).
Sin la ayuda de la familia, difícilmente el hombre logra su personalización; y sin colaboración de escuela, la familia no puede cumplir cabalmente su misión. Por eso hay una íntima relación entre hogar y escuela.
Si los padres buscan en la escuela el apoyo para lograr su tarea formadora, la institución debe cumplir responsablemente el encargo que los padres le confían.
La acción de la escuela no puede estar al margen de los anhelos y aspiraciones de los padres. Sus objetivos deben apuntar al objetivo fundamental de las familias que conforman la comunidad educativa.
La escuela, así concebida, supone no sólo la elección de valores culturales sino también de valores de vida que deben de estar presentes de manera operante.
Mi corporeidad: Sexualidad responsable
Estamos viviendo, desde hace varias décadas, una persecución hacia nuestra corporeidad. Es decir, a nuestro cuerpo. La ideología de la sociedad capitalista y mercantilista nos está llevando rápidamente a una desintegración de nuestra personeidad (ser personal), a través de la imposición de nuevos modelos de belleza que aparecen en todos los medios de comunicación (cine, televisión, revistas, periódicos e Internet, entre otros). Esta influencia llega a nuestros hogares y centros educativos, provocando conflictos personales y relacionales que crean tensión y despersonalizan.
Manipulación
La sociedad del mercado libre, de la libertad económica, también ha puesto el dólar por encima del ser humano hasta convertirlo en producto, es decir, en una cosa que se puede comprar y vender, usar y reciclar o, en el peor de los casos, desechar. Al convertirse en mercancía, el hombre es manipulado desde su mente y sus sentimientos para ponerlo en conflicto con su cuerpo: esto lo lleva a consumir productos que pueden poner en peligro su integridad física y psicológica.
Todo comenzó hace varios siglos, cuando se crearon las ideologías para dominar a los pueblos y servir a intereses particulares y de clase. Entonces se crearon instituciones que transmitieron las ideas para que todos pensaran, sintieran y actuaran igual, es decir, para controlar al individuo: políticas religiosas, militares, científicas, carcelarias, familiares, grupales, educativas, etc. Con la aparición de la sociedad industrial la población femenina se convirtió en el principal objetivo: en una sociedad patriarcal y machista la mujer fue dominada y manipulada para consumir productos estéticos que la hicieran ver más bonita y lograr ser así aceptada por la sociedad de los hombres: sombras, lápices labiales, rubores, pestañas, medias veladas, minifaldas, pantalones ajustados al cuerpo, hombreras, vestidos sensuales, colores para teñir el cabello, esmaltes para uñas de manos y pies, cremas humectantes, perfumes, etc., llegaron para "ayudarla".
Comenzando el siglo XXI encontramos que ya no es sólo la mujer el objetivo, sino también los hombres y los niños. Hoy en día se ha vuelto normal ver como muchos seres humanos vamos a los gimnasios para quemar kilos de más, pues los gordos están "fuera", lo "dentro" es ser delgado, con fibra y tonicidad muscular; estamos viviendo en la sociedad "ligera", liviana, superficial (Light). La televisión internacional por cable, o las señales recibidas por medio de antenas parabólicas, son el medio ideal para implementar la globalización ideológica y así llevar a la cultura humana a una unificación peligrosa, es decir, a una masificación que rechaza la autenticidad y la diversidad de persona, promoviendo la uniformidad de pensamientos, de sentimientos y de acciones. Un ejemplo son las ventas por televisión; si usted se detiene a analizar un poco, la mayoría de los productos que ofrecen estos espacios televisivos son para manipular nuestro cuerpo, con la promesa de volvernos más bellos, esbeltos, atractivos, sensuales, y por tanto mejor aceptados, pues la idea es parecernos a los modelos que nos están imponiendo. Si no tenemos conciencia de lo que somos y de lo que queremos, si no experimentamos una adecuada autoestima, es muy probable que al finalizar un programa de estos, levantemos nuestro teléfono y marquemos para solicitar máquinas, aparatos, ropa, jabones, cremas, alimentos, utensilios de cocina, etc. Que nos ayudarán a conquistar el sueño de la sociedad de consumo.
Identidad
El proceso histórico de Latinoamérica, nos hace ver que, desde los períodos de conquista y colonia, nos enseñaron (marcaron) a pensar que lo mejor estaba fuera de nosotros; que lo nuestro era feo y malo y, por lo tanto, había que soñar con vivir en otros lugares, compartir e introyectar las ideas de otras culturas, identificarnos con las actitudes de nuestros agresores, hasta el punto de denigrar de lo nuestro y salir de nuestra tierra para vivir en el paraíso terrenal extranjero. Vemos, cada vez con mayor frecuencia, personas trigueñas, morenas y negras que se tiñen el cabello de color rubio, usan lente de contacto de color azul o verde, utilizan zapatos más altos y usan ropa más grande, comen en restaurantes de cadenas multinacionales, hablan en otros idiomas, especialmente inglés, viajan con regularidad a los Estados Unidos y Europa o se van a vivir allá. La medicina también cayó en esta trampa ideológica; los centros de cirugía estética están por todas partes; la silicona reemplazó los senos, los glúteos y los músculos; la lipoescultura es la cirugía para "los nuevos males del alma y el cuerpo". La salud es el nuevo velo que envuelve la nueva concepción mercantilista de la corporeidad.
Manipulación
Ya se controlaron las mentes y cuerpos; ahora es más fácil hacerlo con la sexualidad. Antes uno mismo decidía con quien podía compartir los afectos y la intimidad sexual; hoy te dicen con quien y de que manera debes hacerlo. Por todas partes aparecen los estímulos sexuales y una profesión que ha permitido esto ha sido la publicidad, que conoce muy bien la dinámica mental del ser humano y la utiliza para manipularlo, cuando su deber también es ético y de gran responsabilidad. En el cine, la televisión y la Internet, se pueden observar con mayor frecuencia escenas eróticas en cualquier momento del día, no sólo en los programas, también en las propagandas.
La liberalización femenina, muy importante para la historia humana, también llevó a incrementar la libertad sexual sin que la mujer se diera cuenta de que detrás de este fenómeno estaba la sociedad machista que buscaba continuar dominando y consumiéndola.
Pero, incluso los mismo hombres, se dieron cuenta de que se podía sacar un beneficio comercial de la estética masculina; entonces está empezó a desempeñar su papel: los hombres pasamos al salón de belleza, a las salas de estética corporal y a la venta de nuestra sexualidad: Streep tease, prostitución, etc.
Hay mucho más; tanto el homosexualismo como el bisexualismo son las nuevas formas de ideología para manipular al ser humano, dominarlo y controlarlo; es decir, hay espacio y placer para todo, y para todos. Sin embargo, la intención no paró ahí; el nuevo objetivo son los niños, pues son más inocentes y frágiles, por lo tanto, más fáciles de manipular: Barbies y Kents por todas partes, en todos los hogares y juegos.
Si miramos las estadísticas nos damos cuenta de que la sexualidad perdió su magia para convertirse en consumo, en uso y abuso. Los adolescentes, y también muchos niños, tienen acceso a la experimentación sexual. Los abusos de los adultos hacia los niños son más frecuentes, hasta el punto en que se ha creado un nuevo mercado: la prostitución infantil.
Todo este panorama ha generado un ambiente adecuado para la sexualidad irresponsable; sexo y genitalidad por todas partes, con quien sea, en donde sea y en cualquier momento. Resultado: embarazos no deseados, madres solteras, uniones libres sin compromiso, infidelidades, divorcios al por mayor, enfermedades de trasmisión sexual y sida en aumento; desviaciones y aberraciones sexuales, entre otros.
Es importante que dialoguemos con franqueza con nuestros hijos; que ellos puedan expresar sus pensamientos, formas de sentir y experiencias; creemos espacios para el encuentro humano, la comunicación, el conocimiento y apoyo mutuo, compartamos más con la familia; es la única forma de prevenir las dificultades que se pueden presentar con nuestra corporeidad y sexualidad. Los padres debemos acercarnos a las escuelas y colegios donde estudian nuestro hijos para abrir espacios al diálogo y al debate del ser humano integral; abordar esto desde la corporeidad y la sexualidad humana posibilitará que nuestros hijos eleven su nivel de conciencia sobre sí mismos y su proyecto de vida, y que se den cuenta de que lo importante es construirse como seres humanos auténticos, sensibles con gran capacidad de autocrítica y reflexión permanente.
Nuestro cuerpo. Algo profundo y hermoso
Es un hecho que tenemos un cuerpo. Podemos comprobarlo fácilmente: nos basta con mirar o con tocar cada una de sus partes, las manos, la boca, el pecho, los genitales, las piernas, los pies, etc. Todo eso forma parte de él. Pero ¿Tengo conciencia de lo que significa tenerlo y de que ahí reposan mis más grandes posibilidades? Por mi cuerpo existo, sin él nada sería (Rodríguez, 2005).
Por tener un cuerpo podemos expresar lo que sentimos. Nuestros gestos, forma de vestirnos de caminar, nuestra sonrisa, nuestra mirada, muchas veces expresan más que nuestras palabras.
Por mi cuerpo expreso lo que soy; mi egoísmo se refleja en mi mirada morbosa y altanera, mi rostro sonrojado manifiesta mi ingenuidad, timidez, inseguridad y ese miedo de halar en público: mi mirada baja y avergonzada refleja mi realidad de persona humillada, ofendida o rencorosa.
A través de mi cuerpo recibo lo que me dan los otros: sus ofensas, sus burlas y atropellos; también sus alegrías, sus deseos de apoyarme; siento la mano de un amigo o de mi amiga y su sonrisa me acoge.
En él reposan grandes posibilidades: de frustración o de felicidad, y esto depende de la manera en como yo lo valore o lo asuma.
No son sólo los feos, los gordos, los pequeños quienes sufren con su cuerpo: también las mujeres bonitas, los hombres bien parecidos, los altos y los flacos han tenido que soportar problemas, cada uno por razones diferentes.
Unos se han sentido rechazados porque les cuesta aceptarse a sí mismos. Otros están cansados de que sólo los valoren por su cuerpo bello, o porque adquieren un absurdo compromiso de estar a todas horas bien presentados, con la ropa de moda, para posar ante los demás; o porque la mujer bonita se encuentra expuesta al coqueteo morboso de los hombres.
Mi cuerpo es una gran posibilidad de construirme como persona, de expresar lo que siento, lo que soy, de revelar a otros mis propias cualidades y valores; con razón se ha dicho que: "el cuerpo es expresión del alma"
Nuestro cuerpo
A pesar de ser nuestro cuerpo tan hermoso y útil, es necesario reconocer que lo hemos perdido.
En primer lugar, ni siquiera lo conocemos porque no nos han enseñado a contemplarlo, nos han prohibido tocarlo, como si fuera una porcelana "para ver y no tocar", en las clases de biología, casi siempre, recibimos un conocimiento escaso, frío, lejano, externo.
Lo perdemos porque no lo aceptamos tal cual es: quizá sea feo o deforme, pero es nuestro y con él, nos hacemos mujeres o nos hacemos hombres, es mejor que lo aceptemos antes de que se convierta en nuestro peor individuo, en nuestra mayor desgracia; es necesario aceptarlo y enseñarlo a los demás a que lo acepten tal cual es.
Perdemos nuestro cuerpo porque ignoramos de todo lo que es capaz; descubrir cuanto podemos hacer y sentir con nuestro cuerpo es una tarea primordial, ya que nos brinda la posibilidad de hacer arte, deporte y muchas otras cosas.
Lo perdemos porque se encuentra, continuamente "tensionado", no se mueve con libertad, y sus manifestaciones son muchas veces las de un cuerpo reprimido, con expresiones de nerviosismo e inseguridad que manifiestan la imposibilidad de conocerlo y manejarlo.
Perdemos nuestro cuerpo porque la sociedad lo destruye en trabajos pesados que modifican; con una publicidad que lo hace vano, simple y objeto de consumo, pues obliga a mujeres, niños y hombres a venderlo en el mercado de consumo y de la prostitución (Rodríguez, 2005).
Podemos destruir nuestro cuerpo
No sólo lo externo puede destruir lo externo; también desde nuestro interior podemos hacerlo: alcoholismo, drogadicción, violencia en todas sus formas, palabras, acciones, espectacularidad sin límites que conduce a "juegos" en los cuales se arriesga la propia vida y la de los otros.
Ahora, enfoquemos nuestra atención en otras situaciones que pueden ser también causa de la perturbación de nuestro cuerpo.
De la constitución sexual de una persona brota un cúmulo de energías y capacidades, junto con la dinámica emocional y cognoscitiva de su comportamiento.
La sexualidad es manifestación de madurez personal y social. Quien vive en armonía consigo mismo y con los demás goza de una sexualidad integral, humana y cristiana.
Cuando esto no ocurre se presentan algunas dificultades tales como:
Masturbación
Consiste en la autoestimulación de los órganos genitales para procurarse placer.
La masturbación es en el adolescente un periodo de interioridad mediante el cual se está descubriendo. Así busca descubrir su cuerpo y su sexualidad.
Puede presentarse a partir de un compañero o compañera más crecida, o por observación de material pornográfico.
En los adultos la masturbación se presenta en quienes no se han integrado bien a su genitalidad dentro de la dinámica de la sexualidad; supone disfrutar del placer de manera solitaria.
La masturbación puede ser la manifestación de un problema no enfrentado.
Conducta homosexual
Consiste en la atracción sexual hacia personas del mismo sexo (excitación sexual y o contacto genital entre personas del mismo sexo anatómico.
La homosexualidad puede ser latente o manifiesta.
Latente. Se manifiesta sin que la persona lo sepa. No se ha presentado la ocasión para que se despierte y no tiene la energía suficiente para manifestarse por cuenta propia.
Manifiesta. Se da en personas que tiene conciencia de su inclinación sexual hacia personas del mismo sexo.
Desde el punto de vista fisiológico, tanto en la mujer como en el hombre, las glándulas endocrinas segregan normalmente, en pequeñas cantidades, hormonas sexuales del sexo opuesto. Ningún ser humano es en el aspecto estructural, fisiológico y psicológico, varón o hembra en un ciento por ciento.
Rara vez la conducta homosexual se manifiesta en lo fisiológico, con desequilibrio hormonal, o desde el punto de vista psicológico, con actitudes propias del otro sexo. La mujer más femenina y el hombre más viril pueden ser homosexuales.
El comportamiento homosexual tiende a configurarse, en el aspecto de la vida sexual, en una amplísima esfera de acciones, algunas de las cuales son típicas del mismo sexo y otras del sexo opuesto.
Aunque no se ha llegado a un acuerdo y a una comprobación científica, se considera que la conducta homosexual no depende de una sola causa, sino de múltiples factores, entre los que encontramos (Rodríguez, 2005):
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