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Análisis del libro Crisis Financieras de Alicia Girón González


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Crisis financieras: causas y efectos
  3. El mercado financiero global
  4. La primera crisis del siglo XXI
  5. La quiebra del Long-Term Capital Management: Hedge Fund
  6. "La Nueva Economía", recesión inevitable
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Introducción

Durante las últimas tres décadas, las crisis financieras han ocasionado turbulencias en los mercados financieros. El impacto ha sido devastador en muchas economías. Los problemas de deuda externa, de las bolsas de valores, de quiebras bancarias, hiperinflaciones y volatilidad de los tipos de cambio han sido comunes no sólo en los países emergentes sino también en países como Estados Unidos, Japón y Europa. Los desajustes en la esfera de la producción y circulación se manifiestan con profundidad a raíz de la ruptura del sistema monetario internacional establecido en Bretton Woods en 1944. Las crisis se enmarcan en la era posterior a Bretton Woods, que se inicia en agosto de 1971, cuando el entonces presidente de EUA Richard Nixon puso fin al vínculo que existía entre el dólar y el oro, en proporción de 35 dólares por onza de oro fino, dejando al mundo inundado de dólares sin respaldo alguno.

Jan Toporowsky define estos años como la "era financiera", donde lo financiero toma el liderazgo del desarrollo del capi tal ismo, por encima de las empresas industriales. El objetivo de este breve texto es demostrar cómo a raíz del proceso de desregulación y liberalización financiera los agentes económicos sufren cambios que permiten la integración de los mercados financieros nacionales en un mercado financiero global que funciona las 24 horas del día y cuya característica fundamental es la innovación tecnológica.

En este trabajo se hace una revisión de las crisis financieras, las cuales pueden ir precedidas de crisis monetarias, crisis de endeudamiento externo, crisis bursátiles y crisis bancarias

Crisis financieras: causas y efectos

Charles Kindleberger señala que de 1618 a 1929 hubo un sinnúmero de crisis financieras. Por mencionar sólo algunas: la de los tulipanes (1636-1640), la de las compañías de oriente a fines del siglo XVIII, la caída de los títulos ferrocarrileros (siglo XIX) y la caída en menos de dos horas del 75 por ciento de los títulos de RCA (25 de octubre de 1929); en los años 30 más de mil bancos estadounidenses se declararon en quiebra.

El colapso de grandes, medianos y pequeños bancos tiene una significación muy importante en el campo de la teoría económica, en el ciclo económico, en la competencia entre los mercados financieros nacionales y entre las diversas regiones del mundo.

El estudio de las crisis bancarias que desembocan en crisis financieras debe enmarcarse en el proceso de desregulación y liberalización de los sistemas financieros nacionales, que consiste en la eliminación, a través de las fronteras, de las limitaciones al otorgamiento o prestación de servicios financieros (créditos e inversiones fundamentalmente). "Una integración financiera que hace imposible desvincular los distintos mercados financieros y que debe acompañarse de una creciente armonización de los distintos marcos regulatorios financieros de las economías capitalistas desarrolladas, apuntando en el sentido de buscar ordenar, garantizar y consolidar la integración financiera, y propiamente la globalización económica" (Correa, 1998 , p . 167 ) .

La competencia de los bancos con otros intermediarios financieros y la pérdida de importancia del papel que la banca comercial había desempeñado tradicionalmente, el incremento de las operaciones fuera de balance (of f -balance-sheet ) amén de la participación de nuevos instrumentos financieros, es decir, nuevas modalidades de inversión, están l levando a cuestionar si la banca comercial está en declive o están cambiando sus funciones, como resultado de la innovación financiera y de la emergencia de nuevos productos, de la integración, de la globalización y del papel creciente de los mecanismos de mercado en la determinación de los precios y de la distribución.

En realidad, las crisis bancarias son resultado de la mayor competitividad de los servicios que ofrecen los intermediarios financieros en mercados altamente integrados a escala mundial, así como de la participación de los intermediarios no bancarios. Es importante mencionar que el proceso de desintermediación inducido por la competencia ha provocado una tendencia a la ". . . disminución de operaciones tradicionales que integran los balances de los bancos, los recortes de costos y la consolidación de las operaciones bancarias mayoristas, así como a la expansión de las actividades bancarias que no figuran en sus balances.

Según el Banco de Pagos Internacionales (BPI) las operaciones en instrumentos derivados ascendían a 9 887 mi les de millones de dólares a fines de 1996. El crecimiento porcentual del total de ese tipo de instrumentos fue de 1500% entre 1986 y 1996.

La expansión de la actividad bancaria a áreas no tradicionales, ocurre al tiempo de un desarrollo extraordinario de otras empresas financieras y no financieras, las cuales han venido proveyendo servicios de tipo bancario y formando "bancos que no son bancos". La

Institucionalización de los mercados financieros ha avanzado también con rapidez, incrementando el refinanciamiento y el profesional ismo de todos los participantes. Inversionistas y prestatarios actúan cada vez más en el mercado como instituciones, con todas las ventajas que él lo involucra. Esta tendencia tiene implicaciones importantes para los mercados financieros (Itzhak y Topf, 1993, p. 383).

La solidez de un sistema bancario es resultado de políticas macroeconómicas y estructurales que permiten una estrecha correlación con el sistema financiero. En América Latina los procesos de desregulación financiera no han sido muy exitosos, precisamente porque no se ha tenido la visión para establecer una política económica que posibilite la liberalización del sector financiero sin desestructurar el sistema bancario.

Por él lo, en América Latina, se admite que independientemente de si los sistemas bancarios están o no adecuadamente reglamentados y supervisados, siempre serán vulnerables a los shocks macroeconómicos. Éstos afectarán adversamente la demanda de moneda nacional o la afluencia de capi tal internacional, pudiendo socavar la capacidad de los bancos nacionales para financiar sus compromisos de préstamos, conduciendo a una crisis a través de otras vías. Un incremento inesperado de depósitos bancarios o una afluencia de capital extranjero puede desencadenar una bonanza de las actividades crediticias de los bancos, al final de la cual éstos pueden encontrarse con la falta de pago de muchos préstamos, lo que hace al sistema muy vulnerable a un shock pequeño (Gavin y Hausmann, 1997, pp. 32 -33).

La menor importancia relativa de la banca comercial en la oferta de créditos, es resultado de una mayor participación de los mercados de valores y de los servicios de corretaje en el proceso de financiamiento. Durante los últimos años de la década de los noventa se observan gran número de fusiones entre los grandes bancos comerciales principalmente en Estados Unidos. En Alemania también han ocurrido fusiones bancarias como la de Deutsche Bank y Dresdner Bank.

La nueva estructura del poder financiero se caracteriza por la desintermediación en los mercados financieros, la desregulación financiera en escala mundial y la competencia entre las instituciones financieras. Por otra parte, la disminución de la deuda contratada con la banca comercial internacional y el aumento de los créditos vía la emisión de valores promueven la modificación de los métodos tradicionales de financiamiento.

La afluencia de capi tal de corto plazo a los mercados emergentes creció de manera extraordinaria desde fines de la década de los ochenta hasta mediados de los noventa. Estos mercados se constituyeron en destinos de inversión por sus atractivos rendimientos, gran liquidez, oportunidades de arbitraje y la diversificación de los portafolios de inversionistas institucionales.

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El costo fiscal de los rescates bancarios que siguen a las crisis, ha sido altísimo. En Colombia representó de 5 a 6 por ciento del producto interno bruto (PIB), en Japón 3%, en España de 15 a 17 % y en México entre 12 y 15 por ciento del PIB. Los costos de una crisis financiera son amplios, al costo fiscal y cuasi – fiscal de la reestructuración del sector financiero se agregan el efecto de ésta en el nivel de la actividad económica y la incapacidad de los mercados financieros de funcionar eficientemente.

El problema de selección adversa ocurre cuando existe información asimétrica o incompleta, y los bancos otorgan créditos que en el futuro no pueden recuperar debido a que no seleccionaron adecuadamente a sus clientes; el riesgo moral aparece cuando el préstamo otorgado por un banco es ut i l izado por el prestatario en algo más riesgoso que lo planteado al solicitar el crédito.

El llamado "efecto dominó" se produce cuando la quiebra de un intermediario financiero genera un desequilibrio en todo el mercado de capital. El riesgo sistémico tiene tres causas: cambios abruptos en el 16 precio de los activos, interconexiones entre los intermediarios, y ataques especulativos (Naranjo, 1995, pp. 6 -7).

En la gestación de las crisis financieras de los noventa han intervenido varias circunstancias:

  • a. Después de una severa reducción de los préstamos internacionales a raíz de la crisis de la deuda externa en los años ochenta, los países emergentes recurrieron al financiamiento externo vía los mercados bursátiles a través de instrumentos financieros de mayor riesgo. El crédito internacional otorgado por la banca comercial paulatinamente pasó a intermediarios financieros vía los mercados bursátiles; dicha transformación se real izó con base a la legislación interna de los Estados Unidos, la MacFadden Act y la Glass Steagal l Act (Gi rón,1994). Las entradas netas de capital hacia América Latina provenientes de los flujos de capital fueron sorprendentemente altas a partir de 1991-1994 con un crecimiento real anual del 3.9 por ciento del PIB, en tanto que durante 1995-1996 la tasa de crecimiento de las entradas netas fue de 5.2 por ciento por arriba de la tasa de crecimiento del PIB de la región. La desregulación y liberalización financiera en los diferentes sistemas financieros nacionales fue consecuencia de la necesidad de hacer más competitivos los márgenes de intermediación bancaria de la banca comercial ocasionando diferentes cambios en la legislación bancaria de EUA; posteriormente, las leyes bancarias internas buscaron en las operaciones fuera de balance obtener mayores ganancias.

  • b. El ritmo de crecimiento de los flujos de capi tal externo por medio de los mercados de valores y la inversión extranjera de cartera superó con amplitud el del PIB nacional, sobre todo en los mercados emergentes, gestándose una asimetría entre la tasa del crecimiento económico general y la del aumento de los recursos financieros disponibles para el desarrollo.

c. La relación entre el crecimiento económico y su financiamiento no necesariamente es simétrica. Tanto en el caso de México como en el caso de Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y el propio Japón la inestabilidad en la actividad económica fue precedida de crisis bancarias, observando características muy semejantes. Entre éstas destaca el enorme f lujo de capi tales a escalas internacionales generadas por las operaciones fuera de balance de los bancos, que buscan en los mercados emergentes mayores oportunidades de rentabilidad.

  • d. La integración y globalización financieras hacia un mercado único, homogéneo, permanente e ininterrumpido de 24 horas al día, son resultado de la revolución tecnológica en las comunicaciones pero tienen sus orígenes desde la creación del sistema monetario de Bretton Woods, en el cual se homologó la política monetaria de los países. Con el paso del tiempo se han ido conformando embrionarias zonas monetarias, de las cuales únicamente la Unión Europea (UE) tiene un alto grado de avance, evidenciado por el lanzamiento (1 de enero de 1999) de su moneda única, el euro, bajo el control del Banco Central Europeo.

  • e. Las últimas experiencias de las crisis financieras, muestran al menos dos lineamientos en común:

  • 1. El sistema bancario no puede quebrar tan fácilmente como una industria en bancarrota.

  • 2. El sistema financiero de un país representa el ahorro de una sociedad y el crecimiento económico a futuro de al menos una generación.

Después de la experiencia de 1997, la política monetaria y financiera de los Estados Unidos ha consistido en dar diferentes soluciones a las crisis bancarias, donde la participación del banco central de EUA como prestamista de última instancia, ha sido fundamental. Sin embargo, el inicio de la deflación en Estados Unidos, un año después de las manifestaciones de la crisis asiática, y las caídas abruptas de las bolsas de valores a nivel mundial, así como las drásticas devaluaciones de las monedas asiáticas y latinoamericanas cuestionan tanto las medidas de solución como la propia crisis financiera.

  • f. Otro elemento que debe ser analizado es la creciente participación de China en el mercado internacional. Su producto interno bruto fue de 900 mil millones de dólares en 1997 y el ingreso per-cápita de 724 dólares; desde 1986 ha tenido un crecimiento del diez por ciento anual.

A partir de 1993, China ha recibido una gran cantidad de flujos de capital, sobre todo en la forma de inversión extranjera directa. El superávit en cuenta corriente fue de 8.3 mil millones de dólares en 1994; un año antes había registrado un déficit de 10.7 mil millones de dólares. En 1995 el superávit fue de 18 mil millones de dólares y creció a 46.2 mil millones en 1997. Si bien es cierto que las importaciones crecieron de 95.3 mil millones de dólares en 1994 a 136.5 mil millones de dólares en 1997, las exportaciones tuvieron un incremento aun mayor al pasar de 103.6 mil millones de dólares en 1994 a 182.7 mil millones de dólares en 1997.

  • g. El impacto de los flujos de capital a escala internacional en las economías emergentes y el comportamiento de la inversión extranjera directa en dichas economías, distorsionan las estructuras productivas internas en la fase donde los sistemas económicos inician su integración al proceso global. En la medida en que la tasa de crecimiento de la inversión extranjera indirecta crece de manera más acelerada que la inversión extranjera directa hay un impacto en las estructuras productivas dónde el financiamiento del desarrollo se distorsiona.

Por lo anterior, la hipótesis central para poder entender las crisis financieras es no sólo el impacto de los flujos de capital internacional en los países emergentes sino también cómo la inversión extranjera directa se comporta en esas naciones.

El mercado financiero global

El mercado financiero dejó de ser desde hace un par de décadas un mercado segmentado y nacional, como se describe en seguida: ". . . d e Bangkok a Seúl, de Hong Kong a Frankfurt, París, Londres y New York, de México a Río y Buenos Aires, los mercados financieros globales han guiado su artillería a las capitales de este asiático. En el camino, el los han incidido en tasas de interés al tas, sistemas bancarios frágiles y economías débiles, ocasionando desestabilizar monedas que en periodos previos habían sido estables. Todo ello a partir del segundo semestre de 1997. Esta devastación sugiere que han emergido mercados financieros mundiales como una forma de gobiernos supranacionales para el siglo XXI. . . virtualmente, todas las naciones conjuntan la economía global, sus finanzas están sujetas a los mercados imperantes" (Girón y Correa, 1998). Por ello, no es una casualidad que los mercados financieros nacionales se encuentren integrados a un único mercado, pues no sólo poseen características semejantes, sino que responden en su desempeño a las variaciones de tasas de interés y tipos de cambio internacionales, así como a los lineamientos de política monetaria y financiera hegemónicos. Cuando analizamos las recientes crisis bancarias y financieras en el marco de la globalización financiera resultado de la desregulación y liberalización de los sistemas financieros nacionales y el incremento de los intermediarios no bancarios, así como el elevado número de operaciones fuera de balance a través de las operaciones con instrumentos financieros derivados (opciones, futuros y swaps) y de los asientos electrónicos, ocurre preguntar ¿qué pasa con los mercados financieros nacionales?

Para poder entender las mutaciones del mercado financiero es importante profundizar en las teorías neoclásicas y llegar a las aportaciones contemporáneas de los economistas postkeynesianos. Es importante desde una visión evolucionista de la economía observar la estrecha relación entre los cambios tecnológicos y las instituciones para prevenir las futuras crisis financieras.

La primera crisis del siglo XXI

Michael Camdessus, director gerente del FMI hasta fines de los 90, expresó en 1995 que México era el primer país en el contexto de la mundialización de los mercados financieros que presentaba una crisis de tal magnitud.

La crisis bancaria mexicana que desembocó en una crisis financiera con efectos en otros países latinoamericanos fue la pauta para nuevos programa de estabilización del FMI y la alternativa para otros países que cayeron en situación similar.

4.1 El entorno de la crisis, el rescate y la extranjerización

Los cambios que se presentaron en la reforma financiera en México fueron acompañados por las modificaciones en el perfil y la organización de la producción, desde la privatización de los bancos hasta la actividad económica en general. Por otro lado, la renegociación de la deuda externa en el marco del Plan Brady y las expectativas de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), permitieron que México pudiera volver a obtener créditos en el mercado internacional de capi tales.

La banca mexicana a pesar de un entorno favorable presentaba ciertos desajustes; la cartera vencida (los préstamos impagados) de los bancos creció a una tasa mayor que el PIB en el periodo de 1990 -1994. Los problemas de capitalización se agudizaron y existía un alto nivel de endeudamiento en empresas privadas, bancos comerciales y banca de desarrollo.

El año 1994 fue muy difícil, pues a las circunstancias señaladas se sumaron los aumentos significativos en la tasa de interés de Estados Unidos, la disminución de los flujos de capital hacia México, la necesidad de lograr financiamiento a través de los tesobonos captando el dinero de los fondos mutualistas. Por otra parte, hubo una difícil transición sexenal y las reservas del Banco de México se fueron agotando, con la consiguiente depreciación del peso mexicano, que profundizó la complejidad de la crisis bancaria.

La crisis financiera, particularmente en el sector bancario se manifestó en el crecimiento de la cartera vencida, en las dificultades para constituir reservas preventivas y en los problemas de capitalización del sistema bancario. Desde entonces se ha registrado una mayor presencia de filiales de intermediarios financieros extranjeros, alianzas estratégicas y fusiones, como opción para enfrentar la competencia y las necesidades de recapitalización.

4.1.1 Primera etapa (1989-1994)

En el entorno de la transformación financiera, la problemática de la banca se ha expresado en problemas de capitalización y de carteras vencidas, así como en altos niveles de endeudamiento de las empresas, de los particulares y de los propios bancos comerciales y de desarrollo. Por su complejidad, la crisis bancaria en México es, sin duda, reflejo de la creciente integración y de las innovaciones de productos financieros en las operaciones de crédito y préstamos en los mercados financieros, de la conversión de activos bancarios en valores, llamada también "titularización", cuya regulación y supervisión deben ser más específicas.

La industrialización ha sufrido rupturas ante el proceso de apertura hacia el exterior que resultó tan negativo para la pequeña y mediana industria, provocando, antes y después de la crisis de 1994, el problema de las carteras vencidas. La crisis mexicana, caracterizada por la "crisis de los tesobonos" o "crisis de la deuda interna", acompañada de la insolvencia de las empresas, la banca comercial y la banca de desarrollo, se suma a las crisis de los ochenta: deuda externa, crisis bancaria, crisis bursátil, inestabilidad y devaluación cambiaria, las cuales son un reflejo en gran parte de la reestructuración del sistema financiero nacional en el marco de los cambios en los mercados internacionales de capital (Culpeper 1997). Sin embargo, la crisis bancaria, cuya solución ha incluido programas de rescate, ha tenido un costo social muy elevado, se profundiza y parece difícil salir de ella.

La volatilidad financiera, el entorno recesivo, la política monetaria restrictiva, el repunte inflacionario, la falta de liquidez, el incremento de los márgenes de intermediación, el sobreendeudamiento de empresas y particulares con la banca comercial y la deuda externa de ésta, son los factores que explican la grave crisis bancaria que se precipitó después de la devaluación de diciembre de 1994. Todo lo anterior aceleró el deterioro de los balances y de los activos bancarios de la cartera crediticia (créditos al consumo, corporativos e hipotecarios) y los niveles de capitalización (Girón, 1994).

El Banco de México, destaca la posición neta acreedora o deudora de los agentes económicos respecto del sistema financiero interno. Así, según esa institución la posición neta acreedora de las familias es negativa de 1993 a 1995; la posición negativa de las empresas empieza en 1992, llegando a un nivel máximo en marzo de 1995: a menos 10.7 como porcentaje del PIB. A partir de 1996 se observa un cambio positivo y se mantiene en crecimiento constante hasta 1999. En el caso de las empresas, el incremento que se observó a fines de 1994 en su saldo neto deudor se vio muy influido por el efecto de la devaluación en sus pasivos en moneda extranjera.

Por otra parte, los activos bancarios luego de un importante incremento en términos reales entre 1989 y 1994, se contrajeron 14.8% hasta el tercer trimestre de 1995, a pesar del establecimiento de nuevas instituciones bancarias.

Esta etapa de la crisis estuvo caracterizada por la ampliación de la competencia del sistema bancario mexicano asociada al auge crediticio que tuvo lugar en ese período. Asimismo, al agravamiento del problema de las carteras vencidas, se sumó la incertidumbre prevaleciente en 1994; además, los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos a partir de febrero de 1994, hicieron más atractivo invertir en activos de ese país que en activos de los mercados emergentes.

Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fue un fondo de contingencia creado en 1990 por el gobierno mexicano en conjunto con la totalidad de los partidos políticos dominantes en aquel entonces, PRI, para enfrentar posibles problemas financieros extraordinarios. En diciembre de 1998 fue sustituido por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).

Con el antecedente de sucesivas crisis económicas que, entre otros efectos, llevaba a la falta de liquidez del sistema bancario, en 1990 se crea el Fobaproa. Ante posibles crisis financieras que propiciaran la insolvencia de los Bancos por el incumplimiento de los deudores con la banca y el retiro masivo de depósitos, el Fobaproa serviría para asumir las carteras vencidas y capitalizar a las instituciones financieras. En los años siguientes el Fobaproa, su concepción, implementación y el quienes fueron los principales beneficiarios del mismo se convirtieron en uno de los temas más polémicos de la política mexicana, debido al endeudamiento estatal a largo plazo que conlleva.

Uno de los problemas que enfrentó la banca mexicana a partir de la crisis de 1994 y principios de 1995 es la modificación en el crédito a los diferentes sectores. Los créditos al sector privado descendieron entre los años 1994 – 1998. Cabe recalcar que al instrumentarse el Fobaproa y las medidas de rescate bancario que permitieron capitalizar a los bancos y sanear sus carteras vencidas al excluir los créditos insalvables o estos fondos atribuibles al rescate, la caída en el financiamiento fue de 37.4% en 1995; en diciembre de 1996 y de 1997 las variaciones negativas fueron de 35.5% y 12.9%, respectivamente. El panorama en 1998 y 1999 fue similar, dado que en términos reales hubo una variación de –4.6% y –9.7%, respectivamente, y no existen aún signos de que el sistema bancario vaya a aumentar el financiamiento al sector privado.

En las encuestas de evaluación coyuntural del mercado crediticio se obtuvieron los siguientes resultados:

  • a) La gran mayoría de las empresas (62.7% en promedio anual) no utilizaron crédito durante 1998.

  • b) La disponibilidad de crédito parece haber aumentado durante el primer semestre, para caer posteriormente, sobre todo en el tercer trimestre.

  • c) Las principales razones que adujeron las empresas para no utilizar financiamiento, por orden de importancia, fueron

  • El nivel de las tasas de interés.

  • La reticencia exhibida por la banca a extender crédito.

  • La incertidumbre sobre la situación económica.

  • d) Las empresas que obtuvieron crédito durante 1998, lo destinaron principalmente a financiar capi tal de trabajo (más del 50%), a la restructuración de pasivos, y a la inversión, ye La principal fuente de financiamiento de las empresas fueron sus proveedores, seguida por la banca comercial. (Banco de México, 1998, p. 152 y 153).

Resulta interesante destacar que el promedio del margen financiero de la banca mexicana (5.8) es muy cercano al de la estadounidense (5.96); el de Canadá es de sólo 3.9. Cabe señalar que en 1990 los activos de la banca comercial de México ascendían a 72.212 millones de dólares, cifra apenas cercana al quinto banco más grande de Estados Unidos (estarían entre las del Security Pacific Bank y el Bankers Trust Corp.) y ligeramente por encima de los del Bank of Montreal, que ocupa el Tercer lugar" (Girón, 1994). En el periodo 1994-2000 las ganancias netas frente a fondos propios Cayeron al pasar de 12.6% a 9.69%; por otra par te, las ganancias netas frente a activos totales, con excepción de 1996, se han mantenido igual y el ingreso operacional frente a los activos totales subió de 4.10% en diciembre de 1994 a 5.66% en diciembre de 1999 (Girón, 1994, pp.1068-10069).

¿Qué significado tienen estos porcentajes si, como se vio, el crédito bancario ha disminuido?

  • a) Los servicios bancarios son una fuente de recursos que los bancos han incrementado de manera notable.

  • b) El saneamiento de la cartera ha contribuido en gran medida a mejorar el balance de los bancos.

  • c) Un componente importante del activo de los bancos es el pagaré gubernamental que respalda los pasivos vendidos al Fobaproa.

  • d) Las fusiones han contribuido a mejorar su capitalización y esto se refleja en los indicadores de productividad, como son la reingeniería financiera de los mismos y el ajuste de personal.

¿La solvencia y la capitalización pueden considerarse como un saneamiento real de la banca a pesar del rescate de que fue objeto?

En el per iodo de 1994-2000 el cociente de capitalización pasó de 9.8% a 17.7%; la relación capi tal a activos totales pasó de 5.50% en 1994 a 9.56% en el 2000; la cartera vencida en relación a la cartera total pasó de 7.3% a 5.81% en un periodo de seis años. Por o ro lado, las reservas en relación con cartera vencida pasó de 42.78% a 82.87% sin embargo, los activos corrientes en relación a los pasivos corrientes permanecieron casi constante, todo esto en el periodo 1994 -2000.

El crecimiento de la cartera vencida con respecto a la cartera total, o coeficiente de cartera vencida de la banca comercial, así como las dificultades tanto para constituir reservas preventivas como para la capitalización, hicieron necesaria la intervención del gobierno, que hizo intervenir al Fobaproa y al Procapte. El primero actuó como una ventanilla de créditos para que los bancos con problemas en su posición financiera pudieran solventar sus obligaciones financieras de corto plazo. El Procapte, orientado a apoyar a las instituciones con problemas temporales de capitalización (índices inferiores a 8% de sus activos en riesgo), tiene por objeto garantizar su solvencia. Así, los bancos se obligan a entregar al Fobaproa obligaciones emitidas por el los, subordinadas y convertibles. En este proceso, y como parte de los apoyos de los programas referidos, la carga de la deuda externa privada, de la banca comercial y de los grandes consorcios industriales, es uno de los factores de la inestabilidad financiera desde 1995.

Al cierre de junio de 1995 los recursos del Fobaproa comprometidos con la banca comercial ascendían a 21.478 millones de nuevos pesos (1.517 millones de dólares).

La desregulación financiera iniciada a finales de los ochenta, la privatización de la banca, la venta de bancos rentables y la constitución de grupos financieros no permitieron mejorar la competitividad en el mercado interno, pues a finales de 1994 sus márgenes de intermediación superaron los indicadores de los bancos canadienses y estadounidenses. Si bien la industria bancaria se resquebrajó después de la crisis, desde antes registraba un crecimiento paulatino de las carteras vencidas, el cual se aceleró con la devaluación; el coeficiente de cartera vencida de la banca comercial pasó de 8.7% en diciembre de 1994 a su nivel más alto de 17.1% en noviembre de 1995. Aunque el banco central intervino para salvar la situación lo hizo sin duda a un costo económico, político y social muy alto. El proceso de alianzas estratégicas entre grupos financieros y bancos extranjeros ha sido muy lento.

En efecto, sólo en 1998 se avanzó en la adquisición accionaria mayoritaria, cerca del 70% del grupo mercantil Probursa por parte del Banco Bilbao-Vizcaya; en tanto que el Banco de Nueva Escocia adquirió 55% de la participación accionaria de Inverlat. Por su parte, el Banco Central Hispanoamericano y el Central Portugués tienen participación en Bi tal; Santander adquirió el Banco Mexicano, y posteriormente se fusionó con Banca Ser fin; Ci t i Bank compró Banca Confía; en marzo del 2000 Bancomer se fusionó con el Banco Bilbao Vizcaya; Citigroup adquirió Banamex en julio del 2001 por un monto de 12, 500 millones de dólares. La última alianza fue la adquisición de Bancrecer por parte de Banorte en septiembre de 2001, que representó 165 millones de dólares. Durante el 2002 se espera la fusión de Bi tal y Atlántico.

Fusiones, adquisiciones y extranjerización

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En respuesta a las crisis bancarias de los años 70 y para lograr "una mejor coordinación de la vigilancia Ejercida por las autoridades nacionales sobre el sistema bancario internacional…" en 1974 fue creado, en el marco del Banco de Pagos Internacionales, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (conocido simplemente como Comité de Basilea), integrado por funcionarios de alto nivel, especializados en supervisión de bancos, pertenecientes al Grupo de los diez, Luxemburgo y Suiza. Desde su creación dicho Comité ha ido creando normas comunes a nivel internacional para valorar el capital de los bancos. En 1997 se establecieron los Principios Básicos de Basilea, consistentes en 25 líneas directrices, que constituyen los "requerimientos mínimos" aplicables para la supervisión de los bancos en los mercados emergentes. La actuación más reciente del Comité (16 de enero de 2001) fue la publicación de varios documentos consultivos sobre las normas de capitalización bancaria (Chapoy, 2002).

Es indudable que a partir de los cambios que produjo la privatización de la banca en 1991 se está conformando la nueva estructura bancaria mexicana para el siglo XXI. Con la crisis bancaria se han delineado dos tipos de bancos: por una parte, los de participación extranjera y los nacionales que se han ido fusionando a lo largo de sus propias crisis de capitalización, y por otra, la banca de desarrollo, que también ha presentado elevados índices de morosidad y ha tenido que ser rescatada por el gobierno federal. Así, la banca de desarrollo se ha ido acoplando a las necesidades de inserción de la política económica del país en un modelo exportador y necesitado de divisas, pero su participación en el mercado declina. Es muy probable que continúe tanto la fusión de bancos como su rescate. Lo acontecido en México a partir de 1994 -1995 hace que surja el interrogante de sí realmente el Fondo Banca rio de Protección al Ahorro, el Acuerdo para Deudores, el Programa de Capitalización Temporal y el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario han cumplido con su objetivo. Ante el proceso general izado de racionalización del sistema, caracterizado por el ingreso y la mayor presencia de filiales de intermediarios extranjeros, las alianzas estratégicas y fusiones constituyen una opción para enfrentarse a las condiciones de la nueva competencia, así como a las necesidades de recapitalización. Ello además de la intervención gerencial de algunos bancos: Unión, Cremi, Obrero, Banpaís, Interestatal, Cent ro y Banorte, cuyos quebrantos ascienden aproximadamente a 14 600 millones de pesos (cerca de 2000 millones de dólares).

La crisis financiera del sudeste asiático es la expresión de la nueva estructura productiva y financiera al inicio del milenio, que definirán dos potencias: Estados Unidos y China, dada la creciente participación de ésta en el mercado mundial. Por otra parte, las megafusiones de los bancos estadounidenses con activos de 2.692.057 millones de dólares en un mercado financiero integrado y mundial permearán las estructuras económicas y financieras de los países con recientes crisis bancarias. China enfrenta una transformación histórica, en la medida en que las reformas de mercado y la integración a la economía mundial ayudan al crecimiento de la producción y se incrementan el comercio y la inversión, factores decisivos en la economía mundial. El mercado financiero ha dejando de ser desde hace un par de décadas un mercado segmentado y nacional. Una de las particularidades de la crisis asiática es que". . . contrariamente a l o sucedido en l a crisis del a deuda de los años ochenta, en que las dificultades fueron casi exclusivamente macroeconómicas, en general los problemas de Asia fueron precedidos por una larga gestión exitosa." (FMI, 1 de junio de 1998, p . 157 ).La crisis económica de la región impactó los diversos ámbitos del sistema financiero y particularmente el sector bancario de estos países, donde los graves problemas de liquidez han implicado que los gobiernos y el FMI inyecten recursos de salvamento.

Hasta antes de la crisis, las tasas de intercambio fijas y cuasi fijas permitieron el desarrollo de Asia a costa de un dólar débil entre 1990 y 1995, logrando así un rápido crecimiento en las exportaciones y el comercio intraregional. Tailandia, Malasia e Indonesia fueron los mayores beneficiarios. A fines de 1995 el dólar empezó a fortalecerse frente al yen japonés, coincidiendo con una expansión continua de la demanda interna y crecientes presiones inflacionarias en el sudeste de Asia. Países como Indonesia, Malasia y Tailandia, cuyos tipos de cambio eran muy cercanos al dólar, comenzaron a experimentar un agudo incremento en sus tasas efectivas reales de intercambio, trayendo consigo un descenso abrupto de las exportaciones. Países como Corea sufrieron severos golpes en su relación de intercambio, tal como una sobre-oferta que condujo a una drástica caída en el precio de los semiconductores. En Tailandia, en un marco de rápido crecimiento económico, el agudo incremento en la demanda interna incrementó las importaciones, lo que se reflejó en déficit en cuenta corriente de casi 7% del PIB en el periodo 1990-1996.

Dinero fácil y cuentas de capi tal abiertas generaron un incremento en la inversión extranjera que fue at raída por al tas tasas de interés internas, mientras las empresas domésticas y grupos financieros fueron impulsados a endeudarse en el mercado interno. El impacto fue muy pronunciado en Tailandia y Malasia. Tailandia agotó sus reservas internacionales, defendiendo un tipo de cambio fijo. Si examinamos el monto de las deudas externas y los porcentajes del servicio de deuda en la región, Tailandia no fue el país más vulnerable a pesar de tener un creciente déficit en cuenta corriente (7% del PIB en 1990 -1996). Indonesia estaba en una situación más débil. Sin embargo, fue la forma del financiamiento externo tailandés la que dejó a ese país muy expuesto a cambios en el comportamiento del mercado

Tailandia y Corea fueron los países más afectados por la crisis del sudeste asiático. En Asia, el financiamiento interno se canalizo principalmente al sistema bancario interno.

En abril de 1998, los organismos financieros internacionales realizaron un foro económico sobre Asia. Una de las conclusiones era, que a pesar de la crisis financiera había fallas estructurales porque el sector financiero carecía de normas de prudencia y supervisión adecuada.

De Rusia a Argentina pasando por Brasil y Turquía

  • Rusia

Los bancos rusos presentaron dificultades al inicio de la transición de bancos estatales a bancos privados. Ya que, el sistema bancario tenía regulaciones muy débiles y la cantidad y calidad de la información era muy variable. La desinformación retraso la legalidad a raíz de que los accionistas pequeños y medianos eran cambiantes. Según la Agencia calificadora de riesgo más reconocida a nivel internacional, International Bank and Credit Análisis

Uno de los principales problemas de los bancos rusos, es la relación con las empresas industriales. Un ejemplo de ello es el banco Menatep que forma parte del grupo Rosprom, sus principales préstamos han sido ofrecidos a una de las compañías más grandes que concentra todo lo relacionado con el petróleo, Yukos, a través de préstamos colaterales.

El problema de la crisis financiera en un Rusia fue causada por la falta de la regulación en sus instituciones, a pesar de la transición de una economía centralizada a una economía de mercado.

La devaluación del rublo, el 17 de agosto de 1998, marco el fin de la estabilidad rusa y de un nuevo programa de estabilización. Así como la necesidad de incrementar la recaudación fiscal por parte del estado. La incertidumbre acelero con el descenso del precio del petróleo y esto ayudo a debilitar la moneda, la fuga de capital era de 4.000 millones de dólares. Posteriormente la economía rusa tuvo crecimientos superiores a las del periodo que precedió a la crisis.

  • Brasil

La liberación de la cuenta capital y el cambio de políticas ortodoxas a políticas de corte heterodoxo cuya finalidad es la restricción monetaria y una política fiscal que recurra a financiamientos externos.

Partes: 1, 2
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