- Introducción
- Psicología criminal
- Escuelas psicológicas
- Teorías de aprendizaje social
- Personalidad y psicopatología del delincuente
- Psicosis
- Otras psicopatologías asociadas a la delincuencia
- El delincuente sexual
- Psicología forense
- Psicología forense penal
- Psicología en Juzgados de Familia
- Psicología en Juzgados de Menores
- Clínicas médico forenses
- La psicología jurídica: confluencia entre Psicología y Derecho
- Aplicación de la psicología forense en la ejecución penal
- Tratamiento (acción y efecto a tratar)
- Conclusiones
- Intervención del psicólogo forense en la Administración de Justicia
- Psicología forense y su delimitación con otras disciplinas
- Jurisdicciones donde interviene el psicólogo forense
- Perfil del psicólogo forense
- Ética en la práctica profesional del psicólogo forense
- Fundamentos legales de la intervención del psicólogo forense en la jurisdicción penal
- Imputabilidad e inimputabilidad
Introducción
La persona aislada y sin contención en su ambiente,
tiene motivo suficiente, para ser un delincuente.
El crimen es un delito grave social y también significa la violación de la ley moral. Es el acto cuyas consecuencias representan un serio perjuicio tanto para el criminal como para la víctima.
La Ley castiga y condena un crimen, separando de la sociedad a quien lo haya cometido, hoy en día con la intención humanística de darle la oportunidad de recuperarse. Ese es el espíritu de la ley aunque no siempre se logre.
La Criminología es la ciencia que estudia los fenómenos delictivos y al delincuente; según los conocimientos de la medicina, la psicología, la psicología social, la sociología, las estadísticas, las experiencias y la tecnología.
Todo crimen puede ser una reacción descontrolada consciente, inconsciente o simbólica frente a un estímulo y casi siempre tiene una motivación. Por alguna razón una persona ante determinadas circunstancias pierde el control y comete un delito.
El hombre es la única especie que puede controlar sus impulsos, característica que lo distingue del resto de los animales, sin embargo, ese mecanismo inhibidor en algún momento no funciona provocando una descarga impulsiva que no llega a pasar por la corteza cerebral e impide la oportunidad de reflexionar.
Desde el punto de vista psicológico un criminal es una persona con algún tipo de trastorno mental. En la gran mayoría de los casos se trata de personas que han sufrido experiencias traumáticas de abandono o abuso en la niñez que han alterado su proceso de pensamiento y su conducta o criados en un ambiente con valores opuestos a las normas que rigen en la sociedad en que viven.
Las lesiones cerebrales son comunes en las personas que tienen problemas de adaptación, aunque muchas veces no se lleguen a registrar. El cerebro es un órgano que aún no se conoce completamente.
Una mente criminal puede razonar coherentemente, como por ejemplo los psicópatas, pero con un razonamiento que parte de premisas falsas. Su modo de ver el mundo difiere del de la mayoría y no puede aceptar las reglas de convivencia, prefiriendo respetar sólo sus propios códigos.
No tienen sentimientos de culpa ni remordimientos y pueden pasar desapercibidos, comportándose relativamente en forma normal hasta que delinquen.
El diagnóstico de un psicópata es difícil, porque suelen ser muy inteligentes con una capacidad de razonamiento complejo pero se ponen de manifiesto cuando se descubre su idea delirante.
Las investigaciones realizadas con personas con reacciones antisociales revelan distintas formas de comportamiento según los trastornos de la personalidad.
Los que atentan contra la moral manifiestan anomalías del comportamiento sexual, como el incesto, la pedofilia, la gerontofilia, la bestialidad, el fetichismo, etc.; y también deformaciones del acto sexual como el sadismo, el exhibicionismo, etc.
Estas conductas anormales se presentan ya sea como impulsiones automáticas inconscientes, como excesos, o como obsesiones.
Las tendencias incendiarias o piromanías se manifiestan con bastante frecuencia en el comportamiento de los enfermos mentales, manifestación antisocial que tiene lugar casi exclusivamente en los medios rurales. Los epilépticos, los débiles mentales agresivos, los delirantes por actos de venganza, los desequilibrados psicópatas y los alcohólicos, son los candidatos potenciales para cometer este delito que puede tener consecuencias trágicas.
Ciertos homicidios son realizados en un estado de inconsciencia total o casi total. Por ejemplo en el caso de asesinatos durante estados de confusión o crepusculares epilépticos seguidos de amnesia posterior.
Existen actos homicidas perpetrados por enfermos demenciales o confusos, que no pueden controlar sus impulsiones agresivas debido a su debilitada inteligencia o a su oscurecida conciencia, como las reacciones homicidas de los dementes y de los confusos.
El homicidio puede también estar determinado por una motivación delirante, dependiendo de sentimientos o ideas de persecución, o de celos. Puede ocurrir que enfermos mentales con delirio pasional o de interpretación, o paranoicos reivindicadores, maten bajo el irresistible impulso de su delirio.
Los enfermos delirantes alucinados obedecen no ya directamente a sus impulsos sino indirectamente a las voces que oyen que les ordenan las ejecuciones.
El homicidio puede presentarse como una obsesiva impulsión a la cual el sujeto se resiste hasta el límite de lo posible, como en el caso del homicidio de los esquizofrénicos, que la mayoría de las veces parecen ser inmotivados.
El caso de los psicópatas perversos constitucionales plantea difíciles problemas médico-legales, ya que desde el punto de vista legal no se pueden considerar patológicos y que son punibles, aunque constituyan personas con desequilibrios caracterológicos o inmadurez afectiva.
Menos dificultades presentan en los peritajes médico-legales los grandes sádicos (vampiros, destripadores, asesinos de niños, etc.) monstruosidad patológica que se registra en sus crímenes en forma patética y cruenta.
Psicología criminal
"Lo que un hombre ha creado, es susceptible
de ser conocido por otra inteligencia humana"
Sherlock Holmes
Definición de Psicología Criminal y su objeto de estudio.
La Psicología Criminal o Criminológica es, según su etimo, el estudio del alma del sujeto criminal. Aunque aquí, el etimo psique se usa en sentido científico, es decir, aquellos rasgos de la personalidad total del delincuente y no su alma en sentido metafísico.
La Psicología criminal, ha rebasado el límite de la observación individual del sujeto antisocial extendiéndose hacia estudios de la conducta criminal y de los factores psicológicos que influyen en la criminalidad, ya sean individuales o colectivos.
Se reconocen cuatro ramas científicas para la observación psicológica de la personalidad:
La Psicología Criminal que estudia al delincuente en cuanto es autor del delito.
La Psicología Judicial que estudia su comportamiento en cuanto es imputado de un delito.
La Psicología Penitenciaria que lo estudia mientras está condenado, expiando una pena privativa de la libertad.
La Psicología Legal que coordina las nociones psicológicas y psicopatológicas que ocurren por la aplicación de las normas penales vigentes sobre las condiciones del menor, del enfermo mental, del sordomudo, del alcohólico así como de las circunstancias agravantes o atenuantes.
La Psicología Criminal estudia las aptitudes, los procesos mentales, la personalidad, la motivación (consciente o inconsciente) del criminal y de su crimen, partiendo, de la psicología del individuo hacia la psicología de los grupos sociales o antisociales.
Es también, la Psicología Criminal, partícipe de la síntesis criminológica, así que es interdisciplinaria, apoyándose de la Biología Criminológica, la Antropología Criminológica, la Sociología Criminológica, la Criminalística, la Victimología y la penología.
Podemos resumir, según Marchiori que: "la Psicología Criminal trata de averiguar, de conocer qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significado tiene esa conducta para él, porqué la idea de castigo no le atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales; la psicología criminal trata de averiguar su significado de manera histórico-genética".
Escuelas psicológicas
SIGMUND FREUD Y EL PSICOANÁLISIS.
"Leer en la noche de la mente,
es comprender la gramática del día"
A. Alegre
Dentro de las escuelas psicológicas que más influencia han tenido en el desarrollo de la ciencia criminológica, se encuentra el psicoanálisis, fundado por Freud a principios del siglo XX. Básicamente, el psicoanálisis sostiene que la personalidad es el resultado de fuerzas ajenas a la consciencia del sujeto, motivaciones estas, de índole sexual, principalmente, que aclararemos enseguida.
Aparato Intrapsíquico:
El Aparato Intrapsíquico es la aportación fundamental del psicoanálisis, ya que gracias a su análisis podemos conocer la dinámica de la personalidad. Freud, sostiene que la mente está compuesta por diferentes instancias psíquicas que determinan la personalidad.
Consciente, Preconsciente e Inconsciente.-
Freud supuso que la estructura mental está divida en tres regiones: una parte inconsciente, otra preconsciente y una consciente. La parte inconsciente como su nombre lo indica, son elementos que nunca pueden llegar a ser notados por el sujeto, aquí se encuentran los instintos y gran parte de "lo reprimido" que veremos más adelante. Sólo se puede ser accesible a este contenido a través de manifestaciones indirectas, como son los sueños, los lapsus (actos fallidos) y el síntoma. La parte preconsciente se define como aquella en que los contenidos psíquicos pueden llegar a ser en un momento consciente, es decir, que se pueden evocar recuerdos o asociaciones que sólo un momento antes permanecían fuera de la consciencia. La región consciente, es aquel estado de darse cuenta de las cosas, lo que en ese momento puede estar pensando la persona.
El inconsciente genera su importancia dado que es el lugar a donde van a dar todas las cosas inútiles, traumáticas o dañinas, es una especie de basurero gigante donde se manda aquello que nos avergüenza, nos molesta o nos angustia. Las vivencias no desaparecen ni se olvidan sino que viven ahí con un gran dinamismo. Incluso existe un pensamiento y un sentimiento inconscientes.
Este descubrimiento abrió un mundo de exploración de la criminología: todo delito tiene una motivación inconsciente, profunda, desconocida aún para el mismo criminal.
El yo, ello y superyó.-
El ello es el núcleo original del aparato psíquico, aquí residen los instintos, las tendencias, las pasiones, las pulsiones. Este componente es totalmente inconsciente y se rige por el principio del placer, definido este último como la tendencia hacia la descarga de las pulsiones de manera directa y total. El yo es una parte del ello que ha sido modificada durante el desarrollo de la personalidad y que está en contacto con el medio ambiente; se rige por el principio de realidad, que son las demandas ambientales que determinan la adaptación del individuo a su entorno social. El superyó es una formación que se desprende del yo, y está formado por normas morales de la sociedad, debido a esto se rige por el principio del deber ser.
Los instintos.-
Freud reconoce la existencia de dos instintos principales en la dinámica de la personalidad, el primero de ellos es el instinto de vida o Eros que es principal y básicamente sexual, es importante aclarar que el término sexual en psicoanálisis significa vida. A este instinto se le opone el Tanatos o instinto de muerte. La vida y la muerte son los dos aspectos que se combinan en la dinámica de la personalidad ya que a veces nos movemos buscando la vida o la muerte.
La idea de los instintos es fundamental para la ciencia criminológica ya que estudia si efectivamente el hombre tiene un instinto de muerte que lo lleva a destruir, a matar, a delinquir.
La vida y la muerte no se manejan de forma directa sino de manera simbólica, así alguien vive o muere de forma simbólica, de ahí que se desarrollen las diferentes neurosis o psicosis.
Mecanismos de Defensa.-
Los mecanismos de defensa son aquellos dispositivos al servicio del yo para atacar o administrar las demandas pulsionales del ello (instintos); se encuentran en la región inconsciente del yo, por lo que una persona difícilmente nota su presencia. La identificación que el criminólogo hace de dichos mecanismos que presenta un delincuente, un testigo o cualquier persona involucrada en un hecho delictivo es de fundamental importancia para una adecuada toma de decisiones en su desempeño profesional.
A continuación enumeraremos los principales mecanismos de defensa que intervienen en la personalidad:
Represión: mecanismo que excluye de toda realidad a algún evento.
Desplazamiento: mecanismo por el cual el yo deposita características de un objeto en otros, de modo que estos quedan asociados al primero.
Proyección: mecanismo por el cual el yo disocia (separa) algún elemento propio y lo deposita en un objeto externo.
Aislamiento: el yo anula toda carga emotiva de algún evento.
Inhibición: cuando alguna de las funciones se ve impedida o disminuida al ejercer algún tipo de conducta.
Racionalización: es una forma de negar o justificar algún evento con el fin de evitar el conflicto, el yo utiliza razonamientos lógicos para llevar a cabo esta tarea.
Identificación: el yo mima (imita) características de otros objetos.
Sublimación: conductas que socialmente aceptadas o útiles, canalizan o descargan tendencias provenientes del ello.
Psicoanálisis criminológico
La premisa fundamental en torno al psicoanálisis criminológico es que todo crimen no puede explicarse simplemente, y que en ocasiones la explicación es diversa a la que aparentemente se presenta. Los instintos juegan un papel importante en la dinámica del criminal, ya que un instinto de conservación se puede expresar de forma agresiva, que deviene en conducta antisocial. La explicación del delincuente como un ser privado de superyó es fundamental en su ubicación antisocial. La culpa juega un papel importante en la dinámica del criminal ya que Freud llegó a la conclusión de que un acto criminal era cometido ante todo, por su carácter de prohibido y en su ejecución se encontraba un alivio psíquico (principio del placer).
Además de Freud los psicoanalistas Alexander y Staub propusieron una clasificación de los delincuentes:
1. El criminal neurótico cuya conducta de enemistad social representa el punto de escape del conflicto psíquico entre las partes sociales y asociales de su personalidad, conflicto que nace de influencias semejantes a las que producen las psiconeurosis y que tienen lugar durante la primera infancia.
2. El criminal normal de estructura anímica semejante al hombre normal pero identificado por la educación con modelos criminales.
3. Además de estos dos grupos se encuentra otro condicionado orgánicamente: el de los criminales a causa de procesos patológicos orgánicos.
Teorías de aprendizaje social
Dentro de esta vertiente de la Psicología general, encontramos que las teorías del aprendizaje social juegan un papel muy importante dentro del conocimiento de la ciencia Criminológica. La base fundamental en que se sustentan estas teorías corresponde a la hipótesis siguiente: "La conducta que se presenta ante un individuo es un modelo de acción posterior para el que participa de observador y posteriormente de actor". Con ello queremos decir que el aprendizaje por observación abarca cualquier tipo de conducta de igualamiento, como la imitación; la simple observación de la conducta del modelo parece ser suficiente para promover el aprendizaje. Para Bandura (1969) el aprendizaje puede ocurrir tanto en una consecuencia de reforzamiento como a través del modelamiento u observación solos, a lo que él le llama Aprendizaje sin Ensayo. En una situación novedosa, las personas aprenden lo que deben y lo que no deben hacer por medio de la observación de las conductas de quienes parecen saber cómo actuar. El éxito o el fracaso en muchos aspectos de la vida en una cultura depende del aprendizaje por observación que es al fin de cuentas el aprendizaje de los roles sociales que se manifiestan en una cultura. El desviado cultural –criminal- puede ser uno que ha fallado para adaptarse al papel esperado. Ese fracaso puede surgir por un modelamiento inadecuado: tener modelos equivocados o resistir la influencia de los modelos. El aprendizaje por observación puede promoverse tanto por un modelo desviado como por un modelo prosocial, y la ausencia de modelos apropiados puede ocasionar deficiencias en la conducta; la persona puede estar simplemente mal equipada para ser un miembro cooperativo de la sociedad. El aprendizaje por observación requiere la capacidad de desplegar actividad simbólica así los símbolos sirven como mediadores entre las situaciones y nuestras reacciones y acciones. Esto significa que el aprendizaje no solo se puede transmitir de manera observacional sino también a través de mecanismos simbólicos como las imágenes, conceptos y representaciones verbales.
Modelos de vida y Modelos simbólicos.
Los Modelos de vida real son aquellos agentes de la cultura con los cuales tenemos relación directamente por ejemplo de los padres, profesores o estrellas deportivas. Los Modelos simbólicos incluyen material verbal, presentaciones pictóricas (películas, televisión e Internet) y material escrito (libros y revistas). Se ha demostrado que los modelos simbólicos influyen la conducta de los observadores, lo que los niños ven en TV o Internet afecta su conducta. Bandura señala que las producciones de televisión pueden tener mayor influencia que la guía paternal debido a que la representación directa de papeles es más vivida que las instrucciones verbales solas. Es bien documentado el hecho de que las conductas violentas observadas por niños de manera gráfica se repiten en su propia conducta de manera real (Bandura y Rosenthal, 1966). En el siguiente apartado estudiaremos algunos de los factores ambientales que promueven conductas delictivas.
Factores sociales que facilitan la conducta delictiva.
El desarrollo de la personalidad incluye factores ambientales que la determinan, del mismo modo la conducta delictiva por imitación o por influencia de los modelos tiene que ver con el momento sociocultural en el que se desenvuelve la personalidad. Así algunos de los principales factores de nuestra cultura occidental son: la televisión, los medios impresos, Internet; en que los modelos violentos son fácilmente asequibles a casi cualquier persona sobre todo los niños. Algunos de los factores más influyentes en conductas agresivas son:
La televisión.
Internet.
Prensa y medios publicitarios.
Transmisión de respuestas nuevas.-
En experimentos clásicos se demuestra la existencia de la imitación en respuestas que antes de ser exhibidas a un observador no se presentaban, y que sin embargo al ser expuestos de manera intencional a imágenes violentas, se presentaron respuestas de tipo agresivo y violento similares a las expuestas de manera gráfica (Bandura, 1963). Los niños agresivos suelen tener padres agresivos con más frecuencia que los niños dependientes en su orientación a los problemas. En diversas tareas los niños se parecen a sus padres y es evidente que el mayor número de modelos imitativos durante la primera infancia se generan en el seno familiar. Cuando se adquiere una conducta nueva por medio de la imitación las consecuencias de ejecutar la conducta pueden fortalecerla o debilitarla, dependiendo de que dicha conducta sea reforzada o castigada.
Agresión por Frustración.-
Es evidente que la frustración puede provocar una gran variedad de reacciones; por ejemplo, la agresión, la dependencia, el retraimiento, la somatización, la apatía, el autismo o la conducta constructiva respecto a una tarea. Un punto de vista ampliamente aceptado es el de que la agresión es la reacción natural a la frustración que no necesita aprenderse y que las diferencias individuales en las respuestas a la frustración son el producto de la historia en las que las reacciones agresivas se han castigado mientras que se han fortalecido progresivamente otros modos de conducta. El delincuente, podemos suponer, ha sido fortalecido a descargar su agresión ante la frustración de maneras anómicas, asociales, y que no han sido castigadas directamente sino hasta la aparición de las políticas penitenciarias propiamente dichas.
Efectos de Provocación.-
La provocación se refiere al papel de modelo como estímulo incitador de la conducta que se imita y que no suele incurrir en castigo. Si se proporcionan modelos adecuados se pueden provocar con facilidad conductas apropiadas por la sociedad. Sin embargo, esta facilitación de los modelos para promover conductas sociales aceptables no siempre llevan a este fin, sino que existen modelos sociales dentro de grupos anómalos que provocan conductas anómalas; como ocurre dentro de grupos de delincuencia, donde los novatos adquieren habilidades que les hacen adaptarse a las condiciones que demanda el grupo.
Los medios electrónicos de información de masas y violencia.
Televisión: la pregunta fundamental en cuanto a los contenidos televisivos, es de cómo son interpretados por la audiencia que los está mirando. Así, parece ser que los comerciales son los principales agentes de difusión de estereotipos sexuales y de género. Por otro lado, estos estereotipos se pueden manipular para que aparezcan como agresivos, como ejemplos clásicos son; Rambo, y una seria de héroes que se presentan de forma animada por dibujos, o de forma más apegada a la realidad. Recordemos los modelos de vida y simbólicos y de cómo los procesos sociales de agresión fundamentan el procedimiento en que los contenidos son asimilados por el observador, niño o adulto. Al fomentar modelos de conducta "ideal", la TV ejerce mecanismos que promueven el cambio de actitudes hacia las figuras con las que se relaciona el niño, de este modo, si al personaje le molestan sus padres o la escuela, ese modelo generará pautas nuevas de conducta que el niño asimila y ejecuta.
Los video juegos: mediante la exposición de realidades virtuales, algunos de los video juegos, tienen la capacidad de "entrenar" al niño en la dinámica de la violencia, de modo que al presentarle situaciones similares a las reales y hacerlo ejecutar acciones dentro de ésta, le va instruyendo en cómo se debe desenvolver en la realidad que vive. Inclusive algunas de las técnicas de entrenamiento de algunos ejércitos, usan este tipo de simulación computarizada para entrenar a soldados novatos en el manejo de las armas y tácticas militares. Como recomendación se sugiere al lector que observe con detenimiento los contenidos violentos de juegos como Medal of Honor, Doom o Quake; donde los contenidos violentos aunados a la alta calidad en imágenes es sorprendentemente dañina.
Internet: la alta facilidad con la que se puede ingresar a la World Wide Web, y la gran gama de contenidos de todo tipo, facilitan el acceso a información de contenidos violentos, pornográficos, de difícil manejo aún para los padres de niños que tienen estas facilidades. Está bien documentado que los asesinatos que han estado ocurriendo en algunas de las escuelas de EU, tienen su influencia en grupos manipuladores de jóvenes que no tienen una identidad bien establecida y que a través de esta Red, son reclutados para prácticas de ésta índole.
Personalidad y psicopatología del delincuente
Definición de Psicopatología
La psicopatología se define como el estudio de la conducta disfuncional en la personalidad, es decir de aquello procesos psíquicos anómalos. Es así que la psicopatología tiene como objeto la investigación y el esclarecimiento de las disfunciones de la personalidad. Es para la criminología parte fundamental de su conformación el conocimiento de las perturbaciones de la personalidad, ya que la gran mayoría categorizan desviados sociales o perturbados que degeneran en delitos y atentan contra la sociedad en su bienestar último.
GRANDES REAGRUPACIONES NOSOLÓGICAS RELACIONADAS A LA DELINCUENCIA
NEUROSIS
"¡Es verdad! Soy muy nervioso, terriblemente nervioso.
Siempre lo he sido y lo soy.
Pero, ¿podría decirse que estoy loco?
Poe, El Corazón Delator
Como vimos en la sección de psicoanálisis las tres instancias psíquicas, yo, ello y superyo determinan la dinámica de la personalidad. El ello, al dominar los estados instintivos y su rápida satisfacción genera un conflicto con el yo y el superyo, así el yo al adecuar la expresión de un instinto a la realidad utiliza mecanismos de defensa. Esta defensa del yo no permite la total expresión de un instinto de modo tal que una parte del instinto logrará descarga y otra parte no, esta parte residual, ante la necesidad de expresión busca otros medios de descarga. La descarga se va a expresar de manera simbólica en tres formas principalmente.
1. En síntoma.
2. En acto fallido.
3. En sueño.
El síntoma, es una expresión somatizada de la dinámica intrapsíquica, así se pueden presentar parálisis, cegueras, úlceras gástricas, colitis, y un sinnúmero de expresiones corporales de un conflicto intrapsíquico.
El acto fallido es una descarga representada por un error en el transcurso de un pensamiento o un acto cualquiera, por ejemplo llamarle a alguien Pedro cuando se llama Pablo. Otro acto fallido es el olvido, sobre todo cuando a través de un corto análisis llegamos a la conclusión de que "eso" que se olvidó trae consigo angustias reprimidas.
En el sueño, se expresan de manera compleja las problemáticas psíquicas de una persona, se expresan sus deseos de forma simbólica y oculta, y sus frustraciones de igual manera. Debido a la complejidad de estos temas se mencionan de manera breve.
Las neurosis se expresan conforme a los tres tipos que acabamos de mencionar y dependiendo del modo de expresión se clasifican en: neurosis histérica, neurosis obsesivo-compulsiva, neurosis fóbica. Es particularmente difícil realizar un diagnóstico de un solo tipo de neurosis, esto quiere decir que no se presenta ningún tipo solo, sino que los rasgos de cada una se van agrupando como una entidad que delinea la personalidad. En todas las neurosis el rasgo principal es el manejo de la angustia, es así que las neurosis son reacciones complejas de la personalidad que se refieren comúnmente a problemas de la afectividad. El neurótico es incapaz de dominar una situación de estrés y por eso se considera que la angustia es la fuente dinámica común a las neurosis.
Algunas de las características de las neurosis son:
Las asociaciones de pensamiento son normales y lógicas;
No hay trastornos en la conación, es decir, el neurótico puede dirigirse voluntariamente en función de sus intereses;
No se observan trastornos en la adaptación a problemas sociales y a su nivel intelectual;
No se producen alteraciones de la memoria;
Afectivamente el neurótico siente intensamente su angustia, que progresivamente ocupa el centro de su modo existencial;
Comúnmente el neurótico manipula su medio familiar a través de sus síntomas para lograr un control y llamar la atención;
El neurótico no sufre trastornos a nivel de la orientación espacio-temporal. No presenta alteraciones graves en su atención y psicomotrocidad.
Marchiori, 1996
Neurosis histérica
Desde una perspectiva criminológica es de las más interesantes ya que sus características principales son una personalidad seductora, inteligente y manipuladora. El aspecto más importante de la histeria es el juego que realiza a través de su imagen, especialmente a través de su imagen corporal, que constituye un elemento importante para la seducción. Desea llamar la atención, es inestable, seduce y abandona una vez que el objeto elegido es seducido. Gracias a esta seducción expresa su necesidad de dependencia y protección, que se observa en conductas infantiles e inmaduras del histérico. Debido a su estado de angustia y su omnipotencia desea la inmediata satisfacción de sus deseos, tiene baja tolerancia a la frustración y no puede controlar sus impulsos. Algunas formas de llamar la atención son mediante la simpatía y la confianza aunque también pueden utilizar el chantaje y mostrarse como personas enfermas. Son personalidades superficiales con actitudes y sentimientos polarizados, es decir, que cambian en breves momentos de decisión y estado de ánimo. Según Henri Ey tres características son fundamentales del carácter histérico.
a) Sugestibilidad, es decir, que son fácilmente influenciables y no consiguen fijarse en la autenticidad de una identidad personal firmemente establecida.
b) Mitomanía. Debido a las comedias del histérico sus mentiras y sus fabulaciones falsifican sus relaciones con los demás; se ofrece siempre como un espectáculo atrayendo así la atención.
c) Alteraciones sexuales. Las expresiones emocionales tienen algo teatral, que contrastan con fuertes inhibiciones sexuales.
Neurosis obsesivo-compulsiva
En este tipo de neurosis la angustia se controla a través de mecanismos de repetición cuando se asocia a un pensamiento y actos que provocan angustia. La persona reconoce que los pensamientos y actos repetitivos (rituales) son irracionales, sin embargo es incapaz de controlarlos ya que el no hacerlos representa para él una mayor angustia ya que cree que algo le sucederá. En el caso de los delitos se muestra claramente como no puede controlarse porque es mayor la angustia ante sus ideas obsesivas. Realiza la conducta por que le produce un alivio psíquico y el delito es evidentemente una conducta destructiva simbólica detallista, con proyección en núcleos psicóticos en el caso de los crímenes.
La neurosis obsesiva se caracteriza clínicamente:
Por la emergencia de fenómenos obsesivos que se refieren a una idea, representación o situación convertida en exclusiva (limpieza, culpabilidad, contar objetos).
Existe la necesidad de realizar un acto repetitivo y estereotipado, actos que son rituales aún cuando no encuentre razón alguna para realizarlas.
El pensamiento del sujeto reaparece persistentemente y va acompañado de la compulsión de ejecutar un acto repetitivo.
Es desde el punto de vista criminológico, la fase de mayor peligrosidad por que no existe control de parte del sujeto que se ve en la necesidad de realizar la agresión, y en algunos casos repetirla.
Las obsesiones más frecuentes son la obsesión de tacto en la cual se tiene un temor a adquirir alguna infección bacteriológica, lo que deviene en conductas de limpieza compulsivas; por otro lado se encuentran la obsesión de conductas prohibidas que representa una especie de tragicomedias de acciones criminales deseadas y temidas a la vez, es importante para la criminología tener en cuenta que puede ocurrir que el sujeto pase a realizar la acción para aliviar su consciencia, lo que conlleva un descanso en la ansiedad del delincuente debido a la ejecución de la conducta criminal. Las obsesiones aritméticas son una obsesión al manejar cifras y realizar operaciones matemáticas que liberan la angustia, esto explica algunos de los razonamientos lógicos bien estructurados de algunos criminales.
Todo el comportamiento del obsesivo se caracteriza por una rigidez, meticulosidad, detallismo y un excesivo orden. También es posible que llegado al límite de la obsesión-compulsión comience un trastorno psicótico propiamente dicho.
Neurosis fóbica
La característica de este tipo de neurosis es la reacción defensiva, mediante la cual el sujeto intenta manejar la angustia, y desplaza una idea que rechaza en un miedo específico hacia un objeto o situación, es decir, que el objeto en el que se representa el miedo (a las alturas, por ejemplo) no es más que un símbolo en el que se expresa el síntoma neurótico. El individuo está consciente de que no existe peligro real pero la angustia que le provoca la situación o el objeto fóbico, es incontrolable desde el punto de vista emocional.
El fóbico es importante para la criminología dado que en un ataque de pánico puede llagar a cometer acciones violentas y hasta homicidios sádicos para aliviar su tensión frente a la situación fóbica, ya que esta le crea una gran tensión emocional que inconscientemente manipula su impulsividad. La conducta delictiva puede desencadenarse imprevistamente por que el neurótico fóbico al entrar en una situación generadora de angustia, realiza un impulso incontrolable para salir de esa situación fóbica, pero que la lleva a cabo a través de la agresión. Es decir, que las circunstancias que provocan el delito representan para la persona un verdadero encierro, constituyendo el acto agresivo una solución. En una situación fóbica altamente estresante, la angustia puede ocasionar desestructuración de la personalidad en la cual los actos impulsivos de defensa hacen que el individuo sea peligroso desde el punto de vista criminológico.
Psicosis
"Está cubierta de saliva, es madre Elisa,
se lo merece, quiero matarla,
la odio, es una mentirosa infame.
Ésta es la mala vieja, la desgraciada,
una vaca de la hacienda, animal que desprecio.
Saludos, vieja mentirosa, horrible bruja.
Abundan sobre ella los piojos, se lo merece, está sucia.
Todo el mundo le escupe"
Renée (esquizofrénica)
(en Sechehaye, La Realización Simbólica)
La relación entre la psicosis y la criminalidad es estrecha debido a que la conducta de agredir de modo destructivo como lo es la conducta homicida, solamente la puede proyectar un individuo con graves problemas psíquicos donde predominan elementos psicopatológicos confusionales y psicóticos.
La conducta de homicidio es resultante de una psicosis aguda su periodo abarca antes del delito, hace explosión en el y se observan algunas conductas confusionales en los primeros momentos de la institución rehabilitadora.
En general los trastornos psicóticos se caracterizan por un grado variable de desorganización de la personalidad en la cual se destruye la relación con la realidad y existe una incapacidad para el trabajo, un aislamiento psíquico y social, que lo hace un marginado social.
Las personas con trastorno psicótico tienen fallas en el juicio de realidad, que es la capacidad que permite al sujeto distinguir entre los estímulos provenientes del mundo externo y los provenientes del mundo interno, así el psicótico confunde las percepciones de sí mismo y las del mundo externo.
La esquizofrenia es uno de los trastornos más graves de la personalidad en la cual la disociación con la realidad es grande. Según Laing la esquizofrenia designa a un individuo en el que la totalidad de su experiencia está dividida en dos partes principales: en primer lugar hay una brecha en su relación con el mundo y en segundo lugar una ruptura en su relación consigo mismo. El esquizofrénico se experimenta así mismo en una desesperante soledad y completo aislamiento; además no se experimenta a sí mismo como una persona completa sino más bien como si estuviese dividida de varias maneras. Las funciones mentales superiores en el esquizofrénico están alteradas, así los procesos de memoria, pensamiento y lenguaje, y perceptivos, son alterados por la pobre relación con el mundo externo y consigo mismo como hemos visto. Las alteraciones afectivas le impiden la expresión de sus emociones que son generalmente confusas o polarizadas, esto acrecienta su pobre relación interpersonal con los demás.
Las diferentes clasificaciones de la esquizofrenia son:
Simple: En este tipo, las actividades y el contacto con las demás personas se van perdiendo paulatinamente, disminuye el tono afectivo, y se va perdiendo el interés por el mundo externo.
Hebefrénica: Se caracteriza por un comienzo brusco, agudo en sus reacciones y la desorganización de la personalidad, con un deterioro sumamente rápido. Existe impulsividad extrema, alucinaciones, ideas delirantes, pensamientos incoherentes y comportamiento infantil. La conducta delictiva está muy relacionada a esta crisis impulsiva y agresiva y especialmente a sus ideas delirantes y a las alucinaciones.
Catatónica: se caracteriza por perturbaciones en el control de movimientos y por un pasaje de una etapa depresiva a una de estupor y excitación. Durante la excitación el individuo presenta marcadas características de agresividad que pueden ir desde daños a objetos a lesiones y conductas homicidas.
Esquizofrenia paranoide: Se vincula principalmente con conductas delictivas de carácter violento en donde las ideas persecutorias y delirios se van estructurando en confabulaciones violentas. La personalidad es fría, retraída y presenta hostilidad y agresión. Las conductas delictivas se caracterizan por ser de extrema violencia hasta llegar a ser totalmente sádicas, estos crímenes son llevados a cabo hacia personas conocidas y al grupo familiar. La alucinación persecutoria promueve defensas agresivas que pueden llegar fácilmente al homicidio, incluso la práctica delictiva puede estar premeditada gracias a la alucinación estructurada. Aquí como en muchos casos la conducta agresiva traduce la verdadera dimensión de la enfermedad mental.
Otro tipo de psicosis es la paranoia (Psicosis Paranoica), que se diferencia de la esquizofrenia paranoide debido a que en la primera el contenido del delirio está bien estructurado, es decir es muy semejante a la realidad y es difícil aún para el clínico experto, identificarlo, mientras que en la esquizofrenia paranoide, el delirio rebasa lo creíble aún para el lego en la materia.
Existe una falla en el juicio de realidad que genera distorsiones en el contenido del pensamiento, estas pueden ser:
Ideas de referencia: son aquellas que le hacen pensar al paranoico que cualquier acontecimiento generalmente de índole catastrófica es por su causa.
Ideas de control: aquí el paranoico cree que fuerzas ajenas a él generalmente omnipotentes controlan su vida y sus actos, ya sea Dios, los extraterrestres o un líder mundial.
Ideas persecutorias: en las que el paranoico siente que es objeto de persecuciones que pueden estar parcialmente fundadas, pero no al grado en que este las expresa. Fácilmente puede aparecer un acto delictivo como defensa ante la supuesta persecución. También están ligadas a ideas de referencia.
Ideas de grandeza: Son aquellas ideas que le hacen creer al paranoico que es omnipotente y de un poder absoluto, en donde puede tomar papeles como de Dios, de guía espiritual o salvador del mundo.
Los contenidos distorsionados del pensamiento se pueden expresar de maneras coloquiales o cotidianas como por ejemplo los celos excesivos que pueden dar origen a un crimen pasional, o ideas persecutorias de algún pariente o conocido que puedan degenerar en un crimen.
Un tercer tipo de psicosis es el llamado trastorno bipolar o maniaco-depresivo, caracterizado por la aparición de estados maniacos y depresivos de forma alterna.
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