Todo viene a su tiempo Observé a Aglon respetuosamente, vi que él penetraba de nuevo en el campo de la Educación y volviera a explicar para mí, único alumno allí. Y eso me parecía inmensa consideración que, en la realidad, yo no creía justo. Solo el interés de un gran amigo o de un padre podría llevarlo a eso. El Espíritu sonríe. Evidentemente, me leyera el pensamiento. — Te dedico gran amistad, dice Él, porque veo en Ud., al lado del pescador, como todos nosotros, el discípulo atento y dedicado que quiere aprender y el amor que tiene en el corazón por Jesús. Agradecí, y de cierta forma comprendí a Aglon. — Sé que no es fácil alcanzar las sutilezas del alma mas divagando y con la observación permanente se va entendiendo y comprendiendo. No se puede comprender todo en un solo día. Ni nosotros estamos autorizados a enseñar todo. Solo podemos enseñar cuando el discípulo alcance el grado de entendimiento que le permite entender más. –¿Será como tirar perlas a los cerdos? ¡Aventuré! –No, no diría eso. Ni el señor quiso decir eso. La imagen fue tan buena y necesaria para la época. Hoy, usaríamos el concepto de Pablo: A los niños se les da leche,. No, alimentación sólida. Todo viene a su tiempo. — Cuestión de evolución, mi hijo. –Las enseñanzas son necesarias que se vivan, para ser asimiladas y entendidas. La letra mata, el Espíritu es el que vivifica.– ¿No fue así que enseñó el Apóstol? Quedé absorto. Millones de estrellas, que eran la fosforescencia de las aguas, nos envolvieran en el mar. Espíritus Diáfanos Las palabras simples de Aglon me penetraban suavemente en el alma. Sentía que en él no había ninguna pretensión de sabiduría forzada. Todo era en él, natural y espontáneo. Le sentí como al sabio y al amigo que enseña con cariño y amor.
Luego, llegamos a una región marítima donde seres, o espíritus diáfanos, transparentes a nuestros ojos deslizaban mansamente parecían tener alas delicadas de una blancura sin igual. –¿Son ángeles? ¡Pregunté! –No, no son ángeles.– Son espíritus muy purificados que vienen a abastecerse de nuevas energías aquí. En la realidad, son de la superficie. –¿Superficie? Exclamé sorprendido. — Sí, de la Superficie. ¿De la tierra? –¡Sí! De la tierra. El mar emite energías de gran poder, que son absorbidas por esas criaturas, así como nosotros absorbemos también, ellos asimilan y se fortifican. –¿Y esa energía es material? –Si, el periespíritu es semimaterial y asimila energías originadas de fuerzas materiales. Vienen del mar, de los árboles, de la tierra, del aire, de toda parte. Esos seres en cuanto parezcan infinitamente espirituales todavía son materiales. La Evolución de las nuevas formas de belleza al espíritu, es crecer para Dios, es crecer para lo bello y lo perfecto. ¿No conoce usted la libélula que sale del capullo y adquiere alas, ahora haya sido apenas una larva? Enseñanza en el fondo del mar Proseguí con un ligero gesto de cabeza y Aglon continuó: –Como ve, en el mar, como en todos los reinos de la Creación Divina, la belleza y la variedad presiden. La cantidad de especies no tiene fin. Forma, colores, medios diferentes de locomoción y propulsión. Alas transparentes trazadas como redes en su estructura, aletas curtidas y largas, buche que hinchan y aseguran más velocidad y fluctuación, no tiene fin es la naturaleza que se manifiesta en toda su fuerza y potencia expresando a Dios. Admirado veía aquellos extraños seres pasar aún sorprendido de que poseyesen inteligencia. Tienen si— explicó el Espíritu — y muchos manifiestan sentimientos. ¿Sentimientos? Sí, sentimientos y afecto.– ¿afecto? Yo estaba cada vez más impresionado, Y Anglon continuó enseñando.
— No esperamos que los hombres acepten ya esas informaciones. Sería pedir de más a la raza humana. Pero un día, no muy lejos, aceptarán. El mar es inmenso repositorio, desconocido para muchos. — Esta es apenas la primera excursión espiritual de enseñanza en el fondo del mar, otras vendrán y el hombre, entonces se deslumbrará. En la verdad apenas cambió las formas, pero la inteligencia prosigue. Por ley de afinidad y construcción espiritual el Espíritu aglutina substancias y fuerzas en la proporción que evoluciona, en el periespíritu, que sobre el imperio de la mente se reorganiza espontáneamente, en formas tan bellas y arquitectónicas en cuanto le permite el poder de la mente. — ¿El imán no procede así con la limadura de hierro? Y de ahí nace el espectro magnético. El principio es el mismo. En fase de mi espanto, Aglon me golpeó en el hombro amigablemente y dice: –Vamos mi amigo, aprendiendo siempre. Dios es supremo Arquitecto del Universo, ¿no es así que dicen los maestros de la superficie? Inteligencia, Amor, Bondad y comprensión Deslizábamos a través del inmenso mar y los seres extraños, que encontrábamos por millares, proseguían pasando frente a nosotros. De las más diversas formas y expresiones. Muchos eran espíritus, según Aglon, y otros eran criaturas físicas del mar. Dios es el Supremo Arquitecto del Universo, pensé yo. Y de hecho las formas arquitectónicas, las alas, los colores y los medios de locomoción demostraban eso, en todos los reinos. ¡Mas el principio es el mismo! Dice Aglon leyendo mi pensamiento. Aglon esclareció con bondad. — La evolución que en el comienzo es inconsciente y natural, después se torna acelerada y más rápida por influencia del propio ser. A medida que la criatura alcanza mayor conciencia, conquista mayor posibilidad intelectiva. Inteligencia, amor, bondad, comprensión representa poder que se conquista, está en marcha y crece .
¿Y Dios? Pensé yo.– Dios mi hijo, nosotros todavía no tenemos posibilidades de saber. Es siempre el mismo, inmutable e in transformable, por eso es Por lo menos en el estado evolutivo que estamos, entendemos así, y vi que de nuevo Aglon se iluminara desmesuradamente y quedé extático, asombrado, con las anotaciones del Espíritu. Espíritus más adelantados De súbito enfrentamos a distancia, basto castillo ceniciento de estilo medioeval de muchas torres puntiagudas, donde, de espacio a espacio, salía en alta velocidad un aparato en forma de embudo de líneas aerodinámicas, que parecía dirigirse para la superficie de las aguas. ¿Qué es aquello? indagué temeroso. Aglon me calmó. — Son espíritus del mar de una clase más adelantada, que ya dispone de aparatos de transporte excepcional, capaz de alcanzar el espacio terrestre y alcanzar la superficie, después de pasar por la maza acuática. ¿Y ellos se mezclan allá en cima con los otros? — Si, se mezclan. Así como los hombres investigan el espacio, con el fin de intentar conocer el Universo y los otros mundos adelantados, investigan la superficie de la tierra ¿Son más adelantados que los Neptunos? — Técnicamente tal vez sean, de la misma forma que los hombres de la Ciencia terrestre y de otros hombres en el área científica.. En cuanto a la evolución, tal vez no, ya que la evolución es un problema de cada uno. Para nosotros Espíritus, la evolución se expresa por el amor ya conquistado y que ya poseemos. —- Se recuerda de Dante: el amor que mueve el cielo y la alta estrella. En ese momento vi una leve y simpática sonrisa en los labios de Aglon. Amor en Movimiento Aglon, a pesar de todo prosiguió observando el castillo de donde salían los aparatos. En cuanto contemplaba a la distancia, decía: — Compañero nuestro, del Plano espiritual, repitió un pensamiento de la Ciencia del Espíritu que dice que el Universo es luz coagulada . Él dice, sin ninguna discordancia de ese pensamiento científico, que el Universo es, el amor en movimiento. Se dice que el Universo es
amor coagulado ustedes no entenderían. — La inercia en nuestras esferas no tiene el mismo sentido que en los postulados de la Ciencia de la tierra. Es antes, una especie de Nirvana de lo que una movilidad física. —En el Universo casi todo es movimiento y cuando no es movimiento es pensamiento. El Espíritu vive más dentro de esas vibraciones, que no cesan lo mismo que en aquello que, en la tierra, algunos religiosos resolvieran denominar contemplación de Dios. La vida contemplativa pura no existe. Lo que existe es la vida en movimiento vibratorio en las esferas bajas, y a proporción que se sube, se encuentra siempre el pensamiento vibrando y se encamina para la conquista del Universo de la imaginación, donde predominan los símbolos que son, en realidad, el lenguaje de los Espíritus altamente espiritualizados, de los Espíritus puros, o como decían algunas civilizaciones antiguas, ¡el lenguaje de los dioses! Y más recientemente, él lenguaje divino. Pensamiento en vuelo Escuche a Aglon encantado. Percibí que él poco a poco, continuaba abriendo para mí, las puertas de la Sabiduría Espiritual y del conocimiento. Me permitía vislumbrar las Esferas Superiores. De hecho, los símbolos también en la tierra han sido el lenguaje de los profetas. Me recuerdo de Jesús enseñando por parábolas. –Es eso agregó el Espíritu, sintiéndome el pensamiento.la propia humanidad comenzó a aceptar inconscientemente los símbolos, o el lenguaje simbólico, a través de lo que se denominó telepatía Vi. que Él tenía razón. Yo todavía no altercara en ese hecho. — Pues es el principio de un nuevo lenguaje sin palabras articuladas para el hombre. Mi hijo, estamos en la tierra a las puertas de una Nueva Humanidad.. Profundo sentimiento de amor me hinchó el alma. Fue cuando vi millares de especies de garzas dejando el Castillo y partiendo en revuelo. Impresionado, pregunté: –¿aquello es una cardume de peces o son espíritus? ¿Quién sabe? habló risueño Aglon.tanto puede ser una cosa como puede ser otra. En breve iremos a saber. Y sonriendo me interpeló:
¿Usted ya pensó, si podrían ser por acaso pensamientos? ¿Un bando de pensamientos en vuelo? Y sonrió franco y alegremente. Sentí entonces que en realidad yo todavía no sabía nada. París Yo estaba en París. Paseaba por el Bulevar al lado de Alejandro Dumas. Alejandro, tal vez considerado uno de los mayores escritores del mundo. Al lado de Víctor Hugo, que dividía con ellos las glorias literarias de Francia ante de la humanidad. Alejandro todavía exhibía aquel físico de gigante color de bronce y brazos desnudos, que el como siempre, andaba por las calles de París llamando la atención de todos, pues era su vanidad. Ahora Espíritu, mantenía la fisonomía seria dando algunas carcajadas de vez en cuando, por eso conversamos alegremente, en aquella mañana de sol pálido. De repente, como prometiera, llegó Aglon, otro gigante, sin embargo sencillo, en contraste con el bello Dumas, que fueron en la tierra, en aquel mismo París, con Víctor Hugo, mis iniciadores y orientadores en la vida literaria. Aglon me abrazó diciendo: —Estoy aquí mi amigo a sus órdenes. Habíamos combinado un nuevo viaje por el mar. Alejandro comprendió y partimos en dirección a Marsella. Allí encontramos a Kaliclates, que nos acompañaría y se encargaría de describir el viaje. Lo que comenzó a hacer. Yo ya conocía a Julio Verne, que fuera en la tierra famoso escritor francés en la última encarnación y, a ejemplo de otros escritores, asumiera ahora el compromiso de divulgar la Doctrina en forma de manifestaciones artísticas, tales como el libro. Otros la manifestaban a través de la música o de la pintura. Yo por primera vez me comprometiera a relatarle de cierta forma los episodios. —Él comienza hacer algunos viajes espirituales en regiones que correspondían a sus deseos y a su competencia, evolución en límites de su entendimiento y hasta donde fuera permitido por las esferas Superiores viajar, siguiendo programación determinada a saber también autorizado por el Departamento encargado de las comunicaciones, así hasta el punto de que yo pudiere contar lo que no podía ver. Ciertos lugares no podía visitar, ciertos hechos no debería
saber y ciertos conocimientos no podría adquirir. Ahí entonces, yo le informara de manera adecuada a sus posibilidades y a su capacidad de escritor que iría a retransmitir para la tierra en lenguaje razonable y al entendimiento de sus futuros lectores. Para las transmisiones de las dos esferas, la Física y la Espiritual, el lenguaje y la transmisión obedecían a los sistemas y las formas adecuadas a las posibilidades humanas. Julio era considerado en la tierra un genio literario del campo ficción científico y al que el público le daba mayor aceptación e interés entre los hombres, género literario que en realidad naciera con él. Así, en proseguimiento a sus palabras iniciales, paso a describir el viaje con sus diálogos y los demás acontecimientos. Luego alcanzamos cierta altura, volitamos por el espacio y luego después buscamos el mar y sumergimos en él. Así en proseguimiento a sus palabras iniciales, paso a describir el viaje con sus diálogos y los demás acontecimientos; luego, alcanzamos cierta altura, volitamos por el espacio para después buscar el mar y sumergirnos de nuevo. . Aglon nos conducía. Vimos, en pocos instantes una pequeña aldea marina, sobre pequeña elevación, la figura majestuosa de Neptuno, con su tridente fulgurante en la diestra y a su alrededor decenas de pequeños neptunos con pequeños tridentes, que lo rodeaban como si fuesen guerreros. En la realidad era su guardia. Nos recibió serio. Todos ellos tenían la fisonomía humana, rostros Barbados y de la cintura para abajo la forma de pez, a ejemplo de los centauros y nadaban en espantosa velocidad. A un simple gesto la señal de Neptuno, adoptaba la posición agresiva de los guerreros, siguiendo la actitud seria del jefe. Julio admirado halló interesante aquel espectáculo y me aconsejó registrarlo de la mejor manera posible. Neptuno saludó atento al Gran Espíritu. Comencé a sentir que en las zonas inferiores, especialmente las más bajas, reinaba siempre la justicia rigurosa y que los seres que ahí habitaban, los espíritus no comprenden, ni se interesaban por el amor. –Aquí dice Aglon - se respeta, como en los ABISMOS, la justicia y el dolor está sobre cualquier manifestación. Los poderes que vienen de
encima serán respetados de cualquier manera porque al final también significan dolor, que sufriera aquel que viniere a faltar al respeto. También no aceptan el Cordero porque este es el símbolo de Dios que todo lo puede y tiene la posibilidad antes que amedrentarlos con el látigo de pavor y la justicia que en nombre de Dios distribuye dolor a cada uno. Percibí que Julio estaba admirado de escucharnos aquellas palabras. –¿Entonces Dios mismo con la justicia no impide el error y establece la armonía? Preguntó Julio. –No, Dios estableció el LIBRE ALBEDRIO y deja a cada uno un legislador dentro de sí mismo de manera a evolucionar conscientemente, nada más. Sí, los buenos consiguen alcanzar total armonía con ayuda y trabajos propios y de sí mismo. Más el armonioso y espontáneo cumplimiento de las leyes y la armonía con Dios, que en la realidad es un conjunto de leyes justas, armoniosas y buenas, al final el Universo es Dios. Como dice un sabio filósofo terrestre el Universo es el cuerpo estructural de Dios Como demostramos cierta admiración por la formación casi militar de los pequeños neptunos, aquellas criaturas mitad pez y mitad hombre o mujer, exhibiendo cola de pez y enorme velocidad, gentilmente nos convidó a visitar su cuartel. Aglon aceptó y comenzó a explicar: — Como ya saben, en las zonas inferiores, ahora de recuperación, vale la justicia y el Poder. Dios, para esas criaturas, es poder, así como el Diablo. Piensan que el diablo tiene el derecho de oponerse a Dios, empero acreditan que Dios es un poquito mayor y que si los Neptunos no vigilan bien su reino, el Demonio lo vencerá. Aún no tomaran conciencia del AMOR. Creen que su deber es vencer con justicia y eso lo hacen rigurosamente así como respetan los Mensajeros del Reino y aceptan sus órdenes, que vienen en nombre de las Esferas Superiores. Aglon hizo silencio y partimos. Julio siempre junto a mí, observamos todo. Luego vi que descendíamos en volitación rápida para las zonas más bajas del océano y que Íbamos encontrando los más extraños seres de la Creación. Descendíamos propiamente escoltados por los neptunianos y en breve alcanzamos aguas oscuras que Aglon denominó como RECONCAVO.
Luego escuchamos el toque de una corneta, si así se puede decir, extravagante, de un cuerno de buey terrestre. Y unos neptunianos guardaban las puertas del cuartel de Neptuno. Verdaderos centinelas, armados de tridentes. El ser que empuñaba la trompeta o corneta anunció, como en las áreas militares, la llegada del jefe o comandante. No demoró, y a la señal de un Neptuno que pareció ser el sub- comandante, se colocaran en formación militar, en hileras, unas al frente de las otras, acompañado por dos lugar tenientes (al frente en pié de igualdad con Aglon). Nosotros los seguimos atrás. El edificio del cuartel construido en material semejante al plástico y en vidrio de color verde claro. Estaba sumergido en semi- oscuridad. Ahí también había ojivas por donde entraban los neptunos. Todo obedecía a formas ovaladas, que repetía el verde del mar o el océano. El naufragio Descendimos luego, volitando para abajo y alcanzamos una región donde los Neptunos continuaban deslizando en formación militar, como cardumes de peces. Faces de criaturas humanas, con fisonomías de peces y rabo de pez. Era un espectáculo extraño, diferente y bello. Fue cuando se escuchó un silbido que repercutió en el agua. Aquella enorme cantidad de hombres peces, viajando en plano horizontal, de repente y silenciosos quedan en expectativa. Al frente como comandante de una flota aérea, un imponente Neptuno dio una señal con un tridente y un pequeño grupo partió, destacándose del bloque, para la superficie. Aglon me dio una orden discreta, casi imperceptible; junto con Julio partimos atrás. Neptuno no se opuso. Verifiqué en la superficie un navío que ( fondeaba) centenas de personas se ahogaban. Percibí entonces que el grupo que acompañábamos era un grupo de salvamento, que luego se puso a trabajar, procurando retirar los espíritus de los cuerpos ahogados. Eran retirados inertes. Uno y otros se apartaban del propio cuerpo inconsciente. No demoró y llegó otro grupo, una especie de salvavidas que en nave especial preparaban para llevar los recién desencarnados ahora. Noté que procedían de manera serena y calma. Velozmente, nos llevaran para el local de donde vinimos. El gran trasatlántico se debatía como una ballena herida de muerte, abriendo la herida enorme en las aguas del océano como inmenso terremoto que dilacerase la tierra. El océano también parecía por un
momento rasgado y herido de muerte, en la realidad de una batalla entre el mar y el navío. En el Plano Espiritual, los Neptunos de cierta forma también se debatían. Nosotros apenas asistíamos entre las fajas turbulentas de los dos mundos. Neptuno también llegó luego después con Aglon, como general en caudillo después de la batalla. Otros grupos de Neptunos siguieran para el local del siniestro y comenzaron a traer para el hospital de la Comunidad Neptuniana los espíritus recién desencarnados. Muchos fueron recibiendo medicamentos adecuados a su caso, y colocados en sueño reparador. Otros, semi–inconscientes, recibieran medicamentos cuya finalidad era conducirlos rápidamente al despertar. Uno de ellos, que despertara, clamó luego: –¡Yo soy culpable! ¡Yo, soy culpable! Aglon se aproximó y pregunto: –¿Por qué se siente culpable? ¿Amigo, –porqué. ¿Y de qué? –yo soy el Comandante ¿no debería ser culpable? — ¡Conducía el navío para aguas peligrosas y sabía que estaba errado! ¡Soy culpable y como tal seré juzgado! El comandante se aquietó al saber esa información. Aquello parecía tenerlo calmado, él estuviera, antes allí asediado por el desespero. —¿A donde seré juzgado? ¡No veo tribunales! luego lo verás aquí mismo . Neptuno, percibiendo que le cabría hacer aquel papel y que Aglon le tomara la delantera aproximándose, respetuosamente, en base de Aglon, dirigiéndose al espíritu aún afligido. –Aquí nosotros tenemos todo, tribunal y justicia! ¡No se preocupe! –Yo quiero ser juzgado por el mal que hice a tantos!. — Usted será juzgado repitió Neptuno. — ¡Mas, no abrimos mano de la justicia! Usted será juzgado severamente. — Lo que hizo contra la ley de la justicia será apreciado y recibirá de conformidad con las proporciones reales de sus errores! Quedé sorprendido con el buen censo de Neptuno. Aglon explicó.
— Mi hijo, aquí sigue rigurosamente la justicia que viene de encima, como ya le dije: Todavía no conquistan el amor, empero alcanzaran la justicia. No conocen a Dios y por eso no lo aman. Saben que existe y cumplen fielmente sus leyes de justicia y respetan su poder. En casi todas las zonas inferiores del Universo los espíritus que ahí habitan temen o respetan el poder de Dios. Están en marcha para el Amor que un día alcanzarán. Quedé pensativo, meditando en la sabiduría de Aglon. Muerte en el mar El trabajo de salvación continuaba. Los grupos se renovaban, iban y volvían., Llevando sin cesar aquellos que la muerte dejaba en sus manos. El Sub – comandante también dejaba el cuerpo en gritos de lamento pues se consideraba por vez culpable del desastre y no se conformaba con la pérdida del navío. Nosotros asistimos todo con tristeza y pena. — Usted, sabe mi hijo explicó Aglon — la diferencia aquí es apenas el medio ambiente. El resto es igual que en la tierra, agua, y aire son cosas semejantes. — El espíritu es siempre el Espíritu en cualquier lugar, el vehículo físico es quien se diferencia de acuerdo con las necesidades y el medio. — Órganos diferentes para medios diferentes, para que el Espíritu prosiga en la jornada de la Evolución Espiritual Los Neptunos se desdoblaban bravamente, era el propósito de salvar. La cantidad de desencarnados era muy grande y cada uno traía consigo una serie de problemas. Algunas entidades malignas los acompañaban. La muerte en las aguas era diferente a la muerte en la tierra. Era más suave, es verdad, empero no por eso dejaba de ser angustiosa. En general el cuerpo descendería hasta cierta profundidad y horas mas tarde, a veces días, subía, fluctuaba en el medio del océano. En la superficie. Ahí aparecían los Neptunos y retiraban los espíritus de los cuerpos, conduciéndolos para el hospital Neptuniano. .El Neptuno, cuyo cargo correspondía al de un gobernador o un gran secretario de policía, presidía todo con eficiencia, y rapidez.
Debíamos permanecer por allí unos tres días. Neptuno nos convidó para una visita más demorada a los desencarnados, en el hospital. Aglon aceptó y nos convidó a ir, por sí mismo. Penetrando en el hospital, percibimos unos en desespero y culpa.. Los Neptunos, en realidad se sentían casi todos culpables y se culpaban. Notoria la diferencia entre los hombres y los Espíritus de la tierra y del Mar. En cuanto a los desastres de la tierra los Espíritus y los hombres nunca se juzgaban culpables, mientras los del mar se acusaban inmediatamente de ser ellos los culpables. Aglon se apresuró a informarnos: La consciencia de los marinos pesa menos, según parece. Empero eso es resultado del agua que absorbe las vibraciones más violentas. Él lloraba convulsivamente. Se sentía culpable, así el comandante del navío no fuese Él. Los Neptunos, ahora con serenidad y rigor, se desdoblaban en trabajo intenso y hablaban siempre de justicia, Aglon, como nosotros, se mantenía silencioso y no hablaba al no ser lo estrictamente necesario. El movimiento era incesante. El hospital estaba repleto. Los desencarnados fueron entregados a las enfermeras que, por su vez, con profunda paciencia se entregaban al servicio. Un salón enorme de muebles extraños para la comprensión terrestre hacía el papel de camas. El material parecía plástico. Nos aproximamos con Neptuno y Aglon al frente de cada espíritu que sufría la intervención de las enfermeras y escuchábamos y veíamos cada caso. Así, llegamos al lecho de un espíritu de género masculino que exhibía una expresión angustiosa. Hablaba y lloraba al mismo tiempo. –¿Y mi dinero? — ¡Perdí todo! Mi Dios, — ¿cómo haré ahora? — ¿Cómo haré? Aglon explicó: –Piensa que no murió físicamente y que apenas cayó en el mar, más ahora confuso, siente que ya perdió o va a perder sus bienes. ¡Era hombre rico! En la cama al lado, una mujer clamaba por sus joyas.
—Como ven esclareció el espíritu era navío de pasajeros transatlántico en crucero por el mundo estaba más o menos en la Costa de Noruega. Mar helado lo que facilitó la muerte casi instantánea. De cama en cama encontraremos angustia y miedo. Neptuno se apresuró a hablar a su favor, dirigiéndose a Aglon. –Como pueden percibir, aquí prestamos grandes servicios a la humanidad terrestre recibiendo aquellos que vienen de allá por el naufragio o por accidentes en el mar. — Sí comprendo, — respondió el mensajero -, incluiré su dedicación, y a sus subordinados a la Esfera Superior para registro. Neptuno sonrió satisfecho. Agradecido señor, dice reverente. La visita, todavía continuó. Regiones purgatoriales en el mar. Después de la visita al salón de recuperación del hospital marino para los náufragos accidentados, Neptuno, tal vez entusiasmado con la noticia que Aglon le diera de comunicar a las Esferas Superiores su trabajo, conversó aisladamente, a la distancia con éste, y consultó la posibilidad de ver de cerca las regiones purgatoriales del mar. Aglon Aceptó. –Venerable señor dice Él, ¡partiremos ya! –Así, partimos en grupo, a través de las camadas espirituales del océano, venciendo rápidamente la atmósfera aérea del mar donde estaba, que también allí, era apenas una parte del océano. Las aguas comenzaban a oscurecer. Millares de peces de diversas formas y tamaños iban quedando atrás, en cuanto recorrimos el espacio marítimo y comenzábamos a sentir que todo era normal, cuando fueron apareciendo seres de formas extrañas. Pequeños seres que poseían piernas espantosamente feas, cuyos pies recordaban los pies de los patos y en la cabeza donde brillaban dos ojos fosforescentes y rojizos como fuego, y una boca dentada semejante a la boca de los tiburones. El pecho era cabelludo y entre la cabeza y el tronco presentaban una especie de pescuezo taurino. Lo que impresionaba más, eran las manos con garras feroces, y curvas, de uñas grandes y duras como hierro.
Había un grupo militar de los seres Neptunianos, todos de tridentes en posición de guardia. Enfrentaban luego un inmenso grupo de los seres rojizos y peludos, `porque en verdad eran rojizos y de pechos cabelludos como animales terrestres. Estos seres atacaban las enfermeras de los grupos de salvación ferozmente y disputaban los espíritus en proceso de desencarnación, intentaban arrebatarlos. Los Neptunianos invistieran y los rojizos, por su vez, los enfrentaran. Los rojizos procuraban dilacerarlos con las uñas que parecían garras de hierro. Rasgaban sin piedad el pecho. Por su lado los Neptunos actuaban con los tridentes y la batalla se tomó en breve terrible, con ferocidad de parte y parte algunos caían inconscientes descendiendo lentamente para el fundo del mar, hecho que yo no comprendía porque acreditaba que como espíritus no estuviesen sujetos a eso. Esperaba, por eso que después Aglon me explicase con calma. Observé que los otros compañeros, especialmente Julio, también estaban asombrados con el espectáculo. Agresores y agredidos Aquellos seres extravagantes, en el mar, que presentaban formas extrañas, más semejantes a animales terrestres como peces en lucha con los Neptunos para desligarles los espíritus recién desencarnados, nos causaran profunda impresión, especialmente a Julio. Nos asombraba el hecho de una lucha que dilaceraban el cuerpo espiritual de los otros seres, ¿cómo sería aquello? ¿No eran criaturas espirituales? Aglon como prometiera nos esclareció mejor. — Estos seres recorren los mares en busca de aquellos que vienen del plano físico y que, todavía envueltos por los fluidos densos, semi – materiales, conservan un cuerpo de consistencia próxima a la substancia física y que muchas veces se sienten también semi hipnotizados a dejar el cuerpo físico y abandonar la esfera terrestre. A la vez, los otros actúan y luchan como los humanos en las batallas en la tierra. Los Neptunos usan los tridentes como grandes garfios para asustarlos o inmovilizarlos. A la vista, aquello todo es una pelea física, como un conflicto que sucede durante un sueño e intentan impedir que los otros se apoderen de los desencarnados, lo que siempre consiguen por su apariencia de Dioses antiguos. De hecho, aquellas garras manejadas con violencia maldita abren surcos en las
formas de los adversarios. Observando mejor, Uds. escucharán que de ambos lados, Neptunos y rojizos irradian y proyectan vibraciones y rayos. Los rojizos, una especie de materia semi eléctrica o un tipo de electricidad diferente, que alcanza a los adversarios, principalmente a los náufragos que vinieran del navío; los envuelven como las bombas de gas y los toman inconscientes por mucho tiempo, dejándolos como si estuviesen muertos. — Los Neptunos también envían rayos. Esos enfrentamientos ocurren en todos los océanos donde los rojizos encuentran seres que, en el fondo del mar están desencarnando. Más allá de eso, los rojizos son verdaderos vampiros del mar, pues absorben los residuos de los náufragos de y de esto se alimentan. Los Neptunos, a la vez son vigilantes del mar. Los rojizos como los escorpiones de la tierra, tienen esos rayos e irradiaciones como veneno; lanzan espinas como los escorpiones y las cobras venenosas. Comprendemos luego lo que Aglon quería decir, todavía, nos aproximamos a aquel local y seguimos a Neptuno que decía a Aglon. –Como ve señor, nuestro trabajo es inmenso y el ejercicio de la justicia por esas plagas es sacrificial. Ya estábamos en marcha cuando se aproximaran cuatro neptunos cargando un rojizo. Vimos que el ser era cabelludo, de pelos rojizos en el pecho, cara chata, boca larga, nariz chata, y la cabeza llena de cuernos como un chivo, por donde aspiraba elementos del aire como si respirase. Pasando nuestro interés, Aglon explicó. –Esos seres que parecen una mezcla de animal terr4estre y pez son enemigos naturales de los otros seres y no disponen de inteligencia avanzada, empero tienen un sistema avanzado de alimentación que se hace por vías instaladas en la frente. Son seres de transición. Vi, también que el ser capturado disponía de dos piernas y patas semejantes a las ranas. Permanecimos un tiempo examinándolo y nos enteramos de las lecciones del espíritu, cuando fuimos sorprendidos por un grupo de rojizos que venían a arrebatar de nuevo la presa. Un grupo de Neptunos, todavía preparados para tal ataque, los enfrentó corajudamente. Los rojizos atacaban y volviéramos a lamentar. Un
ser de forma más aventajada se aproximó y gruñó en un lenguaje extraño que Aglon tradujo: –Maestro Neptuno, jefe de la justicia de los Mares. ¡Devuélvanos a nuestros compañeros! Luchamos lealmente, para nosotros es lícito, el rescate de nuestros guerreros. Neptuno, visiblemente irritado, respondió: –¡No sois guerreros! ¡Sois piratas del mar, que tienden a ser reprimidos y expulsados de nuestras aguas! — ¡En realidad sois criminales! — Si conociesen la ley, la justicia y las respetasen ¡no harían lo que hacen! — No devolveré vuestro guerrero.— Id y asistid, requiriendo en el tribunal más próximo delante de nuestros jueces y apartaos de nuestro frente, si no los prenderé a todos. En base de esa decisión dura, salimos y el rojizo dio media vuelta y fue al frente de su horda de guerreros. Por el mar afuera Después del reclamo inútil de los seres rojizos, recorrimos el mar, volitando en grupo. Neptuno, imponente como un general, seguía al frente con Aglon. Nosotros y el pelotón militar seguíamos atrás. Aquí y allí, encontrábamos las mismas luchas, los neptunos reprimían la acción criminal de los rojizos que, al llevar los náufragos cuyos espíritus arrancaban de sus cuerpos, huían con ellos, o ellos mismos huían de los Neptunos. De hecho, casi siempre, con la aproximación de los Neptunos, eran luchas y escaramuzas en las que rara vez aprisionaban un rojizo. Desesperados estos huían, en realidad, percibíamos que Aglon, a través de Neptuno, quería que conociésemos apenas la estructura, los peligros y la organización del mar. Julio veía y anotaba todo; nosotros también. Nunca suponíamos que el mar fuese así en el plano espiritual, Llegamos a un área llena de piedras y plantas marinas, que parecían palmeras extrañas y diferentes, de color verde fuerte y el área como un predio de forma ovalada alargada, de material idéntico a plástico verde transparente, de líneas simples más suntuoso. Era el tribunal del mar, en 26 segundos constaba en grande placa luminosa que señalaba la puerta. Neptuno murmuró: –Aquel rojizo va a ser juzgado
–Ya me preguntó Julio ¿tan cerca? Neptuno respondió serio: —¡Aquí reina la justicia dura de los Dragones! ¡Y todo es rápido, riguroso y justo! Después sonrió triunfante: –No somos lerdos e indiferentes! La justicia de los hombres si es así, prejuiciosa e injusta debido a mucha demora y el espacio de espera pasa a ser una pena que es ilegal, que somete al acusado a muchos sufrimientos que el legislador no incluye como parte de la pena, eso es un absurdo. Se debe pagar estrictamente para hacer justicia! Aglon apoyó con un gesto de cabeza y dice para nosotros: –Él tiene razón. ¡En cuestiones de justicia, Neptuno es maestro, perfecto conocedor y aplicador de la ley! Tenemos que respetarlo, reconocerlo y valorizarlo en eso. Al final sin la justicia, el amor no sería perfecto. La tranquilidad del amor en todos los planos del Espíritu reposa en la Eternidad y la perfecta justicia de Dios!. El tribunal Penetramos en el tribunal. Aglon, Neptuno, Julio y yo, los Neptunos no entraran. Quedaron al lado de afuera. Aglon esclareció suavemente –En todo lugar del mundo es así: el guarda, a no ser sin servicio específico, no entra. El acusado debe siempre estar tranquilo, cuanto sea posible! No debe sufrir presión ni temerla._ En toda la Obra de Dios la justicia debe ser absoluta y sin presiones. — Comprendimos y nos sentimos de acuerdo. Un tribunal semejante a los de la tierra, apenas los muebles eran de aquel material plástico claro. El juez acompañado de más de seis jueces componía la mesa. Magistrado judicial a rigor. Un pequeño grupo de Neptunos y otro grupo también pequeño de los rojizos era la asistencia en el salón. Aglon y Neptuno se acomodaran dignamente. Nosotros los seguimos. Neptuno murmuró para Aglon: –Como ves, señor, los rojizos son seres inferiores y desequilibrados! Aglon hace un ligero gesto de concordancia, mas no dejó de ponderar:
–Con todo el respeto, Neptuno, en sus palabras falta la caridad. Neptuno retrocedió sorprendido y aborrecido. –Discúlpame señor! En el Reino de los Dragones, no aceptamos la bondad ni el amor.¡Aquí, solo existe y comprendemos la justicia! ¡Para animales como esos, solo la justicia, que será más o menos rigurosa, solo eso! ¡Dentro de eso, se mide la extensión del pecado! — Dios, si Dios existe, Dios es la Suprema justicia. Diciendo eso, Neptuno nos escuchó con la cabeza erguida y el mirar triunfante; lo que le era peculiar. Mansamente, Aglon le recordó: — Dios es también la Suprema Misericordia! Neptuno bajó la cabeza y concordó sin entusiasmo. Vimos en un relance que, allí los gladiadores se peleaban la Misericordia y la justicia. El salón, ahora, estaba dividido en lotes. Y los Neptunianos y los rojizos se acomodaban silenciosamente. El juez hizo una señal y la sesión comenzó. Con voz serena habló: –La justicia de los Mares contra la Agresión de un rojizo. Luego enseguida habló un ser igual al juez, que relató la ofensa del acusado. Después habló un ser diferente de los rojizos y Neptunos. Escuchamos respetuosamente los contras y la defensa, el juez, sin más ni menos relató después de historias, los hechos y dice: –Neptunos y rojizos, dentro de la Ley respetando la propia conciencia, son libres para vivir el Bien y El mal, por eso responderán delante la Suprema ley. Nosotros somos sus fieles seguidores y la cumpliremos. Enseguida, sorprendentemente, para nosotros habló el propio acusado en gruñidos, que Aglon fue traduciendo para nosotros: –Excelencia, ya que me es permitido, conforme las costumbres de estas zonas, acreditar algunas palabras a mi defensa, tan brillantemente hechas por mi joven abogado, quiero recordar a V: Excelencia. Que la Justicia de los Mares asegura a todos los rojizos igualdad de vida, a todos los habitantes de los océanos y alimentación para todos.
–Mas no maltratar y hasta devorar sustancias de aquellos que caen en los mares!. –Señor, son sustancias de seres que no precisan más de ellas ya que están dejando las formas primitivas para vivir en otra dimensión. — Eso es un vampirismo espiritual que las leyes de los mares también prohíben! El rojizo se antepuso y el juez proclamó: — Condenémoslo a doscientos años terrestres a la segregación de los mares y degradación para meditación en silencio lejos del convivió de los suyos como ejemplo. La sesión fue cerrada y nosotros nos retiramos silenciosos, meditando en aquel extraño juzgamiento y en el extraño tribunal. Estudiando en los tribunales y en los navíos – prisión –Aglonpreguntó —Julio- ¿esas prisiones del mar son ficción o realidad? –Mi amigo–dice Galón–como todas las prisiones de todos los lugares, son prisiones de la consciencia: La criatura sufre dentro de aquello que creó para sí misma. Y solo se libera cuando siente que rescató delante de su propia conciencia el mal que hizo. Ninguno espera en parte alguna un cielo que no construyó para su felicidad. Y sonrió sereno, para nosotros. Evidentemente, no podríamos dejar de concordar! — Todo tribunal verdadero está siempre dentro de nosotros mismos y se sitúa en la propia conciencia. Como el barco de los Faraones, encontrado en las pirámides, nuestro vehículo físico o el cuerpo físico espiritual, es nuestro Barco prisión. Pensemos en eso. Aquellos apuntes en realidad eran oportunos y sabios, ¡convenía meditar en ellos! Todavía, el sabio Aglon se apartó acompañado de Neptuno, que silencioso escuchaba empero no manifestaba naturalmente, delante de las profundidades de las palabras de Aglon para las cuales no tenía cualquier respuesta, cuyo contenido fuese la discordancia. Tal vez no entendiese y así mismo era mejor callar.
Aglon hablaba siempre con conocimiento y sabiduría. Neptuno, a su vez, a pesar de su aire triunfalista e imponente, y de apariencia orgullosa, permaneció atento a la conversación de Aglon, respetuoso. El Gran Espíritu parecía decir mucha cosa en dirección a él como el maestro a un alumno. Por eso aprovechaba, aunque no todos entendiesen. Aún, así nosotros íbamos tomando poco a poco, conocimiento del mar en el plano espiritual. Comprendemos cada vez más que en toda la Creación Divina, en el Universo, existe el Bien y el Mal y que se trata siempre de lucha entre unos y otros, lo que aún no comprendíamos muy bien. Era siempre la Ley de Dios inexplicablemente combatida por ellos fuera de la ley. Había como una subordinación natural. Meditábamos así cuando Julio, también meditativo nos sorprendió: —También siento eso! ¿Y por que? ¿No somos todos hermanos? — Somosinformó Aglon ¿no escuchó el drama de Caín y Abel? En el comienzo.. Ese punto demanda estudios más profundos y se podrán comprender más tarde cuando de lo Alto trasmitiese autorización teniendo en vista mayor estado evolutivo y mayor entendimiento de ustedes. Entonces comprendí las razones por las cuales estábamos desinformados. Con delicadeza y caridad el Espíritu nos llamaba a la realidad de nuestra ignorancia. Pensábamos en eso, cuando Aglon agregó: –Mis hijos, ignorantes todos somos y tenemos que aceptar esa condición que es siempre nuestro estado natural. Tenemos eso sí, que alcanzar la humildad, que es problema difícil de solucionar y es muy duro de conquistar. Esa es una lucha interior. Depende de cada uno vencer en sí mismo con esa lucha interior. Todos tenemos las posibilidades necesarias. ¡Dios da a cada uno las armas para luchar y para vencer! Luchemos pues, y saldremos edificados por el simple hecho de haber luchado. ¡El espíritu eterno que somos nosotros dispone del poder de querer y luchar sólo no lo hace quien no quiere! Aún Aglon todavía no acabara de hablar y vimos la aproximación de un bando de rojizos que se aproximaban, con apariencia extravagante y mala. Nos pusimos en guardia. Aglon mantenía una apariencia de
simplicidad tal que no lo distinguía de nosotros y los rojizos atacaran, Lanzando bolas veloces y sombrías. Fue cuando Aglon extendiendo la diestra expidió rayos luminosos de defensa. Los rojizos, recibiendo los primeros rayos, retrocedieran temerosos. Aglon amenazó de nuevo y Neptuno levantó el tridente y también les envió una especie de rayos de color de plata y de capacidad atormentadora.. Ellos retrocedían y huían espantados. Algunos tambaleando como si estuvieran tontos. Deslizamos, por primera vez, mar a fuera o mar adentro, escogiendo la expresión que en el lenguaje de la superficie de la tierra se pudiere entender mejor, y subimos un poco más. Fue cuando encontramos un grupo de seres diferentes de color amarillo y de estructura bien diferente de los rojizos y de los Neptunos. Ya que los Neptunos exhibían la fisonomía humana de mirar estirado y oblicuo para abajo, fase alargada y cola de pez, mas la inteligencia próxima de las áreas humanas y los rojizos, aparentemente semejantes al pez raya, especialmente las piernas y las patas, aquello nos asustó un `poco, a mí y a Julio que no poseíamos la evolución de Aglon ni la adaptabilidad de los Neptunos. Los amarillos, que los llamábamos así, no eran agresivos ni feroces. De lejos nos observaban curiosos. Aglon sonrió y nos dice: — Nada teman, son inofensivos. Neptuno aprobó con un simple gesto de concordancia. De vez en cuando, corrientes vibratorias pasaban por nosotros como un río también colorido o multicolor y follaje también colorido. Los amarillos se fueran perdiendo en la distancia y no los vimos más. De súbito escuchamos un ruido que venía de encima, de muy lejos. Al mismo tiempo que Julio y yo preguntamos de qué se trataba y Aglon respondió. — No es nada, estamos en una distancia muy lejos en términos terrestres, en la región marítima que queda a bajo de lo que se llama tierra de Japón y es un trasatlántico, que está pasando, igual o mayor que el del naufragio, empero ese no está sujeto a naufragio, su viaje será pacífico. Tranquilícense. Luego enseguida escuchamos rumores menores, aunque parecidos y el espíritu esclareció: — Son embarcaciones menores, voces que se perciben por centenas. Pasamos a observar, atentos. De hecho, momentos después, escuchamos un sin número de rumores provenientes del barco.
con todo, proseguimos, volitamos a toda velocidad. Otros bandos de criaturas pasaban por nosotros; criaturas del mar, físicas, y criaturas espirituales, cuyas formas son desconocidas en la tierra y en las regiones espirituales en que vivimos. Nos sorprendía todo aquello. Seres extraños y extravagantes. Enfrentamos, de vez en cuando, grutas enormes donde había multitudes de seres espirituales de las más diversas formas. Algunos, simplemente seres acuáticos. Otros, espirituales, inteligentes y del plano espiritual. De repente, reparamos una figura de fisonomía extravagante y grandes alas, semejantes a las alas de murciélago, completamente lisas, y llenas de nervios, de color ceniza, hablaba una lengua extraña que no entendíamos, empero que Aglon comprendía. El espíritu nos dice luego: –No se impresionen: es una criatura diferente, más sensata. Es de otro planeta. Vamos a ver lo que hace aquí, y luego, abordó al extraño. –¿Amigo que hace aquí? y según nos informó Aglon traduciendo: –Soy de otro planeta y estudio el fondo del mar.; pues pretendemos instalar una base aérea de nuestro mundo en los océanos terrestres. Comenzamos a descender para el mundo tierra donde criaturas físicas venidas de nuestro mundo ya se instalaran en el mar, nosotros también;. Espíritus que habitamos en los mares de las nuevas esferas queremos conocer las regiones espirituales del planeta tierra, en las regiones de sus mares. Es necesario conocer los mares de otros mundos. –Es viajando que se conoce el Universo! Aglon concordó y nosotros también. La conversación prosiguió. Aglon continuó y mantuvo la conversación cordial y delicadamente dice: Comprendemos el interés de sus superiores, pero creemos que somos más adelantados que los espíritus de la tierra! –No respondió el otro. Somos de Venus con poca diferencia. En alguna cosa, ya conocemos más, en otras no. Por ejemplo, conocemos poco el agua y mucho menos el agua del mar y el fondo del océano. Y
nuestra agua es una cantidad reducida y diferente en cuanto a su contextura con relación a la de aquí. No tenemos propiamente masas de agua, como los océanos de la tierra. Y no tenemos, por eso, fondo del mar, en realidad, precisamos conocer, así como los seres extravagantes que allí habitan. ¡Lo que para los hombres parece belleza para nosotros es monstruosidad! Delante de esa afirmativa, escuchaba la opinión de Julio que aún no era terrestre, que dice: –Para nosotros el también parece un monstruo! –Sí, Esclarecí; –¡Cada mundo tiene su tipo de belleza! Positivamente, para los venusianos, él será tal vez, un tipo de belleza de su raza. Julio concordó: Acepto su raciocinio. Creo también que la belleza y la fealdad son apenas conceptos temporales de una raza o pueblo, que cambian con la evolución y también con el progreso. Quedé por un momento meditando, pensando en Julio, que me parecía muy sensato y sabio. Él percibió mi pensamiento, porque luego hizo alguna pregunta y esclareció: –No, mi caro, no soy sabio, por el contrario, aún no soy nada! Según Aglon afirma: Solo se adquiere conocimiento verdaderamente, después que se vive ese conocimiento. ¡Sabe, porque aprendí con usted, no basta conocer la letra, más asimilar el espíritu que vive en la palabra! Concordé, y agregué: Tiene razón; el conocimiento es como el dueño de una casa. La casa que sería la palabra tierra que tiene las puertas que serán abiertas por el dueño de la casa o sino la gente no entra, se conoce la casa por fuera, pero `por dentro solo después que se conoce el dueño y este abre las puertas para nosotros. Todo conocimiento real es en principio hermético. Yo simplemente anotaba y registraba para que Julio usase posteriormente. Este demostraba estar gustando del viaje y de los encuentros esclarecedores.
A una señal de Neptuno, Aglon nos previno que en breve estaríamos en otras regiones del mar, Y a otra señal ahora de Aglon, adoptamos la posición horizontal. Neptuno y los compañeros, por tener cola de pez también partirán de manera horizontal, como de manera general era su costumbre. Aunque, luego alcanzásemos región más calma y serena. Fuimos arribando enseguida a una nueva construcción, y vimos un nuevo navío en naufragio.. Este era ahora embarcación antigua, destrozada, en que había proyectados en el agua, unos ochenta marineros que cayeran en el mar y venían para el fondo. Navío pirata, todavía la sombra de otra embarcación inglesa o pirata, que se mantenía en la superficie, quedara encima y se apartaba despacio. Neptuno informó hubo un encuentro y los hombres entraran en lucha. El primero se hundió y el de encima sobrevivió. Luego los marineros sumergieran para entonces apoderarse de los tesoros que hubiese. Son piratas ingleses y holandeses, unos del reino de Inglaterra y los otros del reino holandés. Los Neptunos ya están alcanzando a aquellos que tienen urgencia de ser recogidos. El trabajo de salvación continuó. Muchos eran salvados por los Neptunos. Salvados en el sentido humano, en la realidad, recogidos al hospital en estado de inconsciencia. Poco a poco, se iban recuperando. Algunos se ahogaban abrazados en la lucha. Otros, vivos en la carne sumergidos a la búsqueda de tesoros, perlas, diamantes, collares o intentaran abrir maletas que guardaban oro y piedras preciosas que se mantenían allí desde la antigüedad. En verdad la avaricia y la ambición subsistían en el fondo de las aguas a veces confrontar por los espíritus en viaje, barcos hundidos llenos de tesoros desde los tiempos más antiguos. Delante de los argonautas Aglon paró. Neptuno quiso saber de qué se trataba, y el guía mayor respondió: –para nosotros, lo importante es la e4nseñanza de os maestros, mas a p4sar de eso, queremos conocer y mostrar a nuestros amigos los tesoros de nuestros antepasados que se encuentran en el fondo del mar y que hasta hoy los hombres de la tierra buscan con ansiedad. Neptuno halló aquello muy extraño haciendo una expresión de seriad al mismo tiempo que expresaba poca importancia. — A nosotros solo nos interesa la justicia y su aplicación.
Aglon, también demostró extrañeza y poco caso y entró en el Barco, acompañado de los demás. El Barco era bello y carcomido por el tiempo. Maletas guardadas en la cabina del capitán dejaban claro la existencia de cosas antiguas, cerradas con correas. Atravesaran los siglos. Aglon adelante, recorría la embarcación. Con los compañeros lo seguíamos atentos, gran parte del barco estaba carcomido a excepción de las piedras preciosas y el oro que se conservaban intactos. Ligados a las antiguas piezas, espíritus retardados, allí se encontraban como ligados o esclavizados a esos valores. Sujetados en condición de esclavos, permanecían los esqueletos de aquellos que vivieron en condición de hombres de las Galias y en algunos casos, los espíritus que los esclavizaron por fuerza de atracción también permanecían junto a ellos y al barco en ruinas. Aglon dio algunas explicaciones: — Mis hijos, el pasado con sus tentáculos poderosos intenta siempre adherir al presente y el futuro, y casi siempre sucede. En verdad nadie huye de sí mismo. Nuestra casa mental es la cárcel de cada uno, y la consciencia es el carcelero de nosotros mismos. Inútil es intentar escapar. Por que esa fuerza es más grande que nuestro empeño por emanciparnos de las ligas condenables como una corriente de fuego que vibra devoradora debatiéndonos hasta consumir el pecado. El mal que hemos acumulado es nuestro peor corrosivo, solo practicando el bien nos salvaremos. Tanto el mal como el bien son productos del espíritu, son dos fuerzas poderosas que están dentro de las leyes del Universo. Marchamos por la ruta de los mundos al encuentro de una evolución aún cada vez mayor. Julio Verne estaba deslumbrado con el mar, jamás se imaginó que el mar estuviese tan poblado de espíritus inclusive poseedor de tesoros tan antiguos; pensaba que de igual manera era el firmamento, como haciendo una semejanza del cielo y el mar.. Julio se sentía extasiado con el espectáculo. La vida en todas partes, la vida animal, humana y espiritual. La creación divina desafiaba la inteligencia y la percepción humana; todo habla de Dios y del firmamento, es un libro abierto, inmenso que revela los secretos de la vida y abrirá sus páginas para quien sepa ver y observar. Quien ve con el espíritu observa con el corazón del alma. Porque el ser observa con las facultades ocultas que vibran en lo
intimo de sí mismo Eso es como dijo el Señor, tened ojos y oídos, para ver y entender. Y agregamos: sentido para comprender, porque para nosotros entender no es siempre comprender, fue cuando notamos que el espíritu que al parecer era el Capitán del navío estaba como envuelto en una especie de telaraña, inclusive todo el navío con centenas de personas espirituales del pasado que en cierto modo sufrían como una vampiración sobre los recuerdos. Cosa extraña para nosotros. Ya escucháramos noticias sobre seres espirituales que actúan como vampiros que succionan sustancias o residuos de seres espirituales; pero de subcionadores de pensamientos no! Ladrones de ideas de otros, de esto hemos visto muchos, Aquellos que se apropian de obras de arte, bien sea cuadros, música, libros, o cualquier tipo de obra literaria. Empero apropiarse un espíritu de otro espíritu en la otra dimensión succionando la mente y la memoria del otro, eso nunca vimos. Nos recordamos del infierno de Dante, naturalmente, también hay muchos casos en el infierno que él describió, robarle las ideas a otro, es como devorarle el cerebro; tal vez sea uno de los más execrables crímenes de la tierra y del Universo, crimen de lesa consciencia, como se podría llamar! En cierto modo es un asalto a los genios y en el caso citado es un robo al espíritu. El navío irradiaba toda aquella tela que del pasado prendía a todos esos seres antiguos que vibraban con la embarcación porque los seres y las cosas se identifican en unísono de unos a otros, recordar el pasado es revivir. Es también la ley de la vida. La memoria integral tiene la obligación de restablecer en el espíritu el pasado como si ayer fuese hoy. En él son guardados indeleblemente el bien y el mal que practicamos y por ese archivo íntimo y personal iremos rescatando el pasado, y trazando nuevas directrices para el futuro distante. Luego el barco fue recorrido. Salimos de él quedando estacionado como inmensa araña con su telar aprisionando esos seres en pleno mar. Fue cuando Aglon nos recordó el regreso a la corteza. –Ahora tenemos que regresar a la superficie y allí permanecer por algún tiempo; ya lleváremos varios días en la superficie y mientras tanto iré conversado con Uds. además por orden superior tenemos otra excursión. Es más fácil volitar aéreamente que sumergir en regiones submarinas Encontraremos paisajes diferentes y seres diferentes. Enriqueceremos nuestro aprendizaje. Neptuno concordó y se despidió..
–Después nos encontraremos— dice— seré avisado de su llegada. Aglon se separó con el grupo, y Neptuno con su tridente en mano junto con su guardia en posición horizontal y a alta velocidad se separó. Parecía una flota de aviones o de submarinos prestos a la guerra. Anoté y registré los hechos. Julio gravaba todo en su prodigiosa tela mental. En su memoria inconcebible como la de una computadora. Partimos con destino a la superficie no demoramos para aparecer en la costa de Francia y tomamos rumbo a París y pasando por el arco del triunfo y utilizando el lenguaje propio de la región. Los carros corrían en el asfalto y notamos la diferencia del otro ambiente de donde veníamos. Aquí la polución física y mental era enorme. Los carros expeliendo sus vapores y la gente las irradiaciones de las cosas más extrañas con tonalidades principalmente entre él ceniza y el rojo La ceniza, el resultado de las irritaciones, de los aborrecimientos, y dolencias físicas, espirituales y el rojo de la sensualidad la violencia que corroe el alma; se notaba en la mayoría de los humanos nerviosismo, y odio. En el mar, los seres que lo habitaban resolvían con prontitud los juzgamientos, condenando o absolviendo con justicia. Mientras en la tierra se cometen los peores delitos y muchos siguen libres de acuerdo al estatus social, peso político o capital del que pueda ser poseedor. Con algunos criminales la policía acostumbra agredir violentamente a los culpables, y esos criminales en el plano espiritual, se llevan meses y años para poderse recuperar de la confusión del espíritu agredido como del agresor, debido al torbellino de vibraciones más lentas comparadas con las del mar donde las aguas elevan más el padrón vibratorio de los mundos físicos. Aquí todo era peor, en los restaurantes el uso de bebidas alcohólicas y la sensualidad día a día se prolifera y se ejerce en la peor degradación. En París, el sexo es vivido casi totalmente libre. Los hombres y mujeres permanecen en las calles en pleno libertinaje. EL amor está mal interpretado y descontrolado repercutiendo intensamente en el cuerpo espiritual creando estigmatizaciones indelebles que les traen demorada reparación En los prostíbulos de París la multitud era tanta con sus vibraciones de bajo tenor que sucedían los actos menos esperados, procuraban sexo con desespero los más escandalosos actos sexuales cometidos en
plena vía pública, las mujeres se presentaban casi desnudas, pero la gente que transitaba no daba importancia pensando que era algo natural, la figura humana allí ya perdió la responsabilidad y la dignidad. Con eso eran atraídos centenas de espíritus vampiros de comportamiento extraño Aglon, tal vez como aprendizaje preguntó a Neptuno, que se aproximó: –Apreciado Neptuno, ¿cómo ve la conducta de esta humanidad? Neptuno sorprendido respondió: –Como inmoralidad que no se debe soportar, infelizmente sólo la ley divina podrá darles el equilibrio de la creación . Aglon que naturalmente conocía todo, en el sentido de instruirnos agregó –¡Con el tiempo sentirán el peso de la ley! Como dice el Señor: En el Universo no cae una hoja de un árbol sin la voluntad del Señor Ley es ley y el desvarío de hoy puede ser la armonía y gloria del mañana A cada uno le corresponde encontrarse así mismo para integrarse en la paz y la armonía. Dios busca aquellos que lo buscan. — El conócete a ti mismo es ley que no abdica del trabajo de sí mismo. Cada uno se controla, se construye, rectifica, progresa, evoluciona con su propio trabajo espiritual; si el hombre quiere, Dios ayuda, ampara al hombre para que él sea el propio escultor que se perfecciona. — Nadie recibe el cielo de gracia; ¡buscad y encontrarás golpea y te abrirán, pide y te darán!. Neptuno contemplaba admirado y feliz a Aglon cuando éste hacia exaltación sobre la ley Momartre y Monparnase entre los Artistas. Pasamos por Momartre, cuando vimos aproximarse un espíritu luminoso que brillaba intensamente y, con mucho respeto, apretó la mano de Aglon y dice: — Mi apreciado maestro, es una alegría verle de nuevo; y Aglon lo abrazó efusivamente.
–Querido amigo, no lo veía hace tiempos y para mí, es bueno verlo de nuevo! Julio Verne me murmuró: — Es Rembrandt que volvió. El gran Espíritu le dice: –Amigo, fui informado por noticias de arriba que en breve volverá a reencarnar, es cierto? –Si, es cierto, volveré a la esfera de la carne para conquistar más luz, entendimiento y estoy dispuesto a intentarlo, mi caro Aglon! — ¿Y usted viene del mar? Sonrió para Aglon, como quien siente la sorpresa y agregó: –Escuché hablar en París. Compañeros explayan esas noticias y admiran el coraje y dedicación!.–ciertamente, fui convocado con estos compañeros para investigaciones científicas y servicios de las Esferas de la Ciencia. Y hace días investigamos el mar, teniendo al frente a Neptuno que es uno de los vigilantes del mar. El viejo Rembrandt contempló admirado la figura olímpica de Neptuno con su tridente y exclamó: –Es la primera vez que lo veo personalmente, haya escuchado hablar de él en la mitología. En París, Maestro Aglon, se habla mucho de sus viajes con él Son noticias secretas que no alcanzan a los hombres, solamente a los Espíritus. Los informantes o reporteros de nuestro Plano comentan en las facetas del espíritu. –Fue cuando Julio Verne entró en la conversación. — ¿Mi caro, Rembrandt, y usted continúa pintando? Sí respondió el otro–, nunca paré. Es una necesidad de mi alma! — ¡Pinto siempre! — ¿Actualmente trabaja en alguna obra especial? — Bien! De cierta manera, fui llamado al Ministerio de la Comunicación y convidado a trabajar en la Transmisión mediúmnica, en cuanto me estoy comunicando justamente con viejos amigos franceses y otros extranjeros que vivieran en otras razas. Todos románticos o que tienen espiritualmente origen romántico. En el futuro nos informarán que seremos responsables por agruparlos. –Porqué! continuó Julio ¿usted no sabe todo?
— No, aquí solo se toma conocimiento de las cosas gradualmente, con paciencia. — ¿Ahí también? pregunta Julio. — Pienso que en el plano Espiritual y en todas partes Creo que sí! Agregó Julio. Yo solo escuchaba y Aglon, serio, acompañaba la conversación, dejando que los amigos intercambiasen impresiones sin ser interrumpidos. Neptuno no prestaba mucha atención. Escuchaba distante como si en la distancia inmensa, escuchara el mar. De repente, Rembrandt dice a Aglon: La gaceta de estos días notició que su caravana científica irá a visitar el MASCAREU en compañía de Neptuno. Es cierto? –Es la determinación Superior,– habló el Espíritu — Mas no es un monstruo que está preso hace milenios en el fondo del mar? –Eso dicen que es! ¿Y no tiene recelo? — Mi hijo, orden es orden lo que viene de lo Alto, de la autoridad reconocida y respetada no se puede ni se debe rechazar! Empero, yo y Julio, que no conocíamos aquella orden, quedamos preocupados. Fue todo lo que Dios quiso y lo que Aglon nos determinase, por eso solo aquel nombre MAS-CAREU nos causaba erizamiento! No demoró, Rembrandt delicadamente se despidió y se fue felizmente. Nosotros, fuimos deslizando por las avenidas en las inmediaciones del Arco del Triunfo. Luego encontramos al viejo Hugo que hacía su paseo habitual recordando los días en la tierra y sus luchas por la raza humana. Figura venerable, era siempre contemplado con amor y cariño y como cosa rara, era visto como una criatura llevada de la mano. Amigo de los escritores, poetas, músicos, de los artistas en fin y amante de los pobres. Amaba a París y aún se sentía por eso sin coraje de dejar la tierra. Abraza a Aglon con calor y profundo amor, y se apreciaban que eran compañeros antiguos. Aglon también lo amaba.
— Mi caro Aglon. Oscar me dice que París parece el Limbo! Ambos se rieron. ¿Por que? Preguntó Aglon. Por que la mayoría quiere ir para el cielo! Ambos reían. –¿Por que?preguntó Galón: — porque la mayoria quiere ir para el cielo! El MASCAREU –Bueno–retomó Aglon el cielo es una bella concepción. La paz es el cielo! Y la paz cada uno la construye dentro de sí mismo, con renuncia, con dedicación y amor! –Eso es verdad mi amigo, no hay otro camino! Hugo agregó: –Serenidad, paz, comprensión, sabiduría, amor son construcciones laboriosas del propio Espíritu y el cielo es el resultado feliz de ese trabajo. Esas conquistas juntas son las llaves que abren las puertas de la Ley que tenemos dentro de nosotros mismos, en el corazón y en la mente. Como dice un gran compañero nuestro. Ninguno espera un cielo que no construya para sí mismo! Cada cual construye su cielo y su infierno interior! –Después de esas divinas palabras, Hugo se despidió de todos cariñosamente.—Dios los acompañe a través del mar y de las dificultades del viaje. Agradecemos los votos y la despedida y proseguimos caminando en el barrio de los artistas. Luego apareció Baudelaire, que nos saludó alegremente. Algunos jóvenes lo rodearan. Respetuosamente, apretó la mano de Aglon, como un discípulo al Maestro bien amado. –Cómo va! Pequeño Baudeleire. Indagó Aglon. —Como siempre, mi Maestro, procurando rescatar mis antiguos errores. Quién mucho erró pagará dolorosamente sus propias faltas, no es así? No es así que me enseñaste señor? –Miremos a mis pupilos! y mostró a los jóvenes. —Son algunos de los muchos que conduje por los caminos del suicidio, a los caminos de la muerte! Aglon confirmó serio.
Yo ya conocía a Baudelaire del tiempo en que por la mano del Espíritu Antilo que trasmitiera mediúmnicamente para la tierra el libro Flores del Bien, una joya literaria del mundo Espiritual, aún prácticamente desconocida de la tierra, que contiene muchas claves del Espíritu que abre muchas puertas y que será muy amado cuando fuere bien conocido y estudiado, según dicen nuestros orientadores espirituales Cuando llegare la madurez mayor, la humanidad lo comprenderá. Ah! Los hombres lo amarán. Por eso, contempla Beau con profundo cariño. — Tengamos allí a alguien que amara mucho y sufrirá mucho! Percibí que de manera sutil él sonreía para mí. –¿Trabajando bastante? — preguntó Aglon. –Un poco– respondió el poeta. Estoy modestamente preparado en este plano. Unas anotaciones para en breve trasmitir a la tierra, y me dedico aún, en el campo práctico, y con éstos jóvenes a amparar aquellos que están a la vera del suicidio no siempre conseguimos impedirlo; vi. que Aglon observó con cariño, porque dice: — Confíe Beau, en breve usted alcanzará lo que espera.—Jesús también espera mucho de usted! Enseguida nos apartamos de allí. De repente, notamos el silencio de Aglon que parecía recibir informaciones, por audición de la Esfera Superior; por esto, luego esclareció. Tenemos que partir. Gustaría de conversar con otros compañeros que permanecen aquí en paseos de estudios. Sería bueno para mí, y para ellos. El cambio de ideas en el sentido de aprender y ayudar a todos, no es lo mismo? DE UEVO, EL MAR Nos apartamos en dirección del mar. Continuábamos en grupo. Neptuno ( de tridente en posesión), ahora al frente. Enseguida Aglon, nosotros seguimos felices por estar con ellos Penetramos en alta velocidad mar adentro, a través de las vibraciones espirituales marítimas. Las aguas se coloreaban a proporción que
avanzábamos y atrás iban quedando millares de seres de forma y naturaleza diferentes de todo lo que se podría imaginar!. Tanto en el Plano Espiritual como en el plano material viajábamos entre dos mundos, viajábamos en sentido horizontal, mas ligeramente inclinados buscando el fondo del mar en altísima velocidad! –En breveexplicó el gran Espíritu –, alcanzaremos el fondo del océano donde se encuentra MASCAREU! –¿Qué tipo es ese MASCAREU? — No es todavía espíritu humano ni es animal, es un ser casi sin forma, empero de inteligencia rudimentaria, un ser en evolución, ni malo ni bueno, forma primitiva que viene de abajo para arriba! Está en transformación, sobre el dominio tiránico de la propia naturaleza, desenvolviendo los instintos primitivos y alcanzando la inteligencia poco más que la inicial y primitiva. De acuerdo con informaciones de nuestros ancestros, venimos del mar y volveremos para el mar. Con excepción de Aglon, todos sentimos un verdadero impacto! una especie de horror y miedo nos invadió repentinamente al mismo tiempo en que penetrábamos en un inmenso túnel o corredor, y se sentía un extraño ruido dentro del mar. Nuestra velocidad era prodigiosa y nos llevaba a regiones desconocidas llenas de plantas marinas de apariencia del plástico y contextura plástica, de hojas largas de un dedo y medio de longitud que semejaban fluctuar al tropezar de las ondas. Fuimos recorriendo velozmente aquel camino de sombras y luego desembarcamos en un local semejante a una larga claridad. En el fondo, agarrado a un pedriscal, estaba un ser enorme, pareciendo a un ser viviente de gelatina vibrátil, verde claro. Material que se movilizaba preso a la piedra y que tenía un movimiento rápido, sobre el impulso de vibraciones producidas por una energía sub- atómica poderosa, en el concepto de los iniciados; empero el cuerpo espiritual es siempre físico o semi- físico. El Espíritu vibra en material quintesenciado, de contextura inmaterial atómica o eléctro- magnético conforme la forma en que se presenta, la última fase que era la más semejante identidad con Dios, que es la esencia con la materia que forma el cuerpo de los espíritus, cuerpo espiritual o cuerpo etéreo. El Mascaréu por su contextura
electromagnética tiene la posibilidad de enviar descargas vibratorias capaces de irritar a otros seres y atacar a las criaturas diferentes de el y de sus semejantes. Tiene la facilidad de actuar sobre monstruos marinos no espirituales que rondan la Corteza terrestre. Algunos de vez en cuando aparecen en la Costa de Inglaterra o de Escocia. Monstruos que acostumbran aterrorizar las poblaciones de pequeñas villas situadas a la vera del mar precipitando pequeños navíos al fondo del mar. Es lo que llaman como Mascaréu. Los pueblos de la antigüedad conocían y hablaban de esos monstruos fabulosos que constan de las leyendas de la mitología y que hoy son consideradas fábulas o simples fantasías, pero que las investigaciones científicas modernas en futuro próximo irán restableciendo y explicando de manera razonable estos fenómenos Contemplamos al extraño ser en silencio, escuchamos al Guía espiritual con respeto y agradecimiento por proporcionarnos tales esclarecimientos; prácticos y precisos. .. Aglon entendió y sonrió. Al rededor de Mascaréu, millares de peces se movían y otros seres de formas diferentes. Aglon aún explicó: —Allí están millares de seres en transformación, pasando de una forma para otra sobre el impulso de las leyes evolutivas de nuestro mundo. Quedé meditando sobre las maravillosas leyes de la vida y de la creación divina! Aún con Mascaréu. Aglon nos convidó a aproximarnos más a aquel ser de nombre Mascaréu. De cerca vimos la transparencia cristalina del ser. Notamos, en su interior una especie de red eléctrica ( probablemente) magnética que mantenía aquella forma gelatinosa aglutinada. Una radiación fría emanaba de él, tan fría que apartaba los otros seres. Parece que no hablaba. Siempre silencioso, sin embargo partían de él ondas vibrantes que recorrían las aguas y de ahí abajo subían alcanzando los seres y las cosas que estaban encima. De repente, vimos un extraño tiburón, ¿ sería tiburón? Neptuno gritó luego: —He ahí, ¡el Asmadeu! Siervo de las fuerzas del mal que viene de las tinieblas y persiguen a los indiferentes.
A continuación soltó un vibrante silbido que atrajo a millares de pequeños Neptunos armados de tridentes, así como millares de otros pequeños seres del mar! Las aguas se colmaran de aquellos seres que se pusieran en posición de defender a Mascaréu y atacar a Asmadeu! Asmadeu, también se colocó en feroz posición defensiva, y fue inmediatamente atacado. Con su audacia que de hecho recordaban el tiburón tradicional resistió, fue luego alcanzado por los pequeños seres del fondo del mar. Aglon se mantuvo sereno sin participar de la lucha, ni daba cualquier orden en este sentido, ahora pensábamos nosotros, todos obedecerían a cualquier decisión suya. Chispas aparentemente encendidas saltaban de los pequeños seres de formas chatas tentáculos que corrían en dirección contra las otras. La semi-oscuridad en que estábamos se iluminaba por la fosforescencia de los pequeños seres submarinos que formaban un fabuloso firmamento acuático inundado de estrellas. Aquella pequeña batalla se extendió por algún tiempo . La vegetación semejante al plástico verde claro, ahora iluminada, balanceaba como láminas de espadas, que colocaban vivo plateado en las aguas del mar y de cierta forma asustaba los seres menores que, entonces se escondían en las sombras. Asmadeu creyéndose solo, se apartó lentamente. Mascaréu, creyéndose vencedor, comenzó a hinchar y crecer de tamaño, de un tamaño descomunal su tela interior creció en la misma proporción y verificamos que había mucha energía en él. Aglon se aproximó a él, nos mostró y esclareció: –Mascaréu se sitúa entre aquellos seres que de cierta forma iniciaran la evolución principiando por las primeras manifestaciones del NASCITURO. Venido de la Ameba, y habiendo ya transcurrido milenios. La forma gelatinosa indica ese hecho: en realidad estábamos enfrentando una fase de la evolución material y espiritual de la forma. Aquello nos dejó profundamente interesados, pues de cierta manera, nos recordábamos que un día, pasáramos por aquella fase. A pesar de que todos y tal vez Julio Verne estabamos interesados por aquel fenómeno. Se había detenido demoradamente a estudiar a Mascaréu,
que le parecía una especie fuera de serie que lo llevaba a meditar en los milenios más antiguos. Percibí luego que él sabía mucho más que yo. . Modesto y simple, aun no demostraba obsesivamente saber más, y su interés prolongado dejaba claro que era asunto de alguna de sus áreas de estudio. De vez en cuando hacía una u otra observación que nos causaba gran impresión. Además de eso, Aglon demostraba siempre por él, mucho cariño y atención. Para mí, era un compañero precioso. Yo me dejaba seducir por su amistad y disposición de ayudar a discutir los asuntos así como por su gusto por las aventuras. El lado científico de las cuestiones siempre le interesaba.. Estudiar, discutir, comentar, investigar, saber, eran el camino. Simpatía, cariño, amor eran su conducta y procedimiento normal. Por eso, en la tierra decían que más allá de un gran escritor, era un gran hombre! Examinamos todos nosotros a Mascaréu sobre el observar fijo y vibrante de Aglon dominado por su supermagnetismo. El ser no se movió y pudimos verlo detenidamente. Sobre la materia gelatinosa, corren corrientes vibratorias intensas. Aglon explicó: Se procesaban las transformaciones inimaginables! Ahí la naturaleza expresaba sus nuevas formas alcanzando nuevas posibilidades de vivir. —¿Demora mucho? Pregunté!. –Algunos milenios; respondió Aglon de conformidad como el impulso inicial que él recibió. –¿Qué impulso es ese? –¡El impulso de la vida! –Y todos los impulsos no generan los seres iguales? — No!– Dice el Espíritu. — Solo puedo decir eso ahora. –¿Por qué? –En cuanto ustedes puedan saber más, . En el futuro lo sabrán. — Esto parece un misterio! Habló Aglon y se calla, Y quedé pensativo y los compañeros también. Por primera vez, recibía un no definitivo. Cayó un silencio sobre nosotros, como la sombra de la noche envuelve el día.
Continuamos a pesar de todo, observando a. Mascaréu, Quedáramos felices por ver la evolución en marcha. Otros seres en transformación pasaban célebres y percibíamos cada uno en una fase diferente; naturalmente, que no todos en las dimensiones del Mascaréu. Bien menores, criaturas en transformación. En esta fase, eran pequeños y parecidos como los peces, empero en aquel local, todos eran de substancia gelatinosa e impulsados bio- eléctricamente o electro magnéticamente. La gruta se henchía de aquellos seres menores que se movilizaban en altísima velocidad. Se diferenciaban en la forma, unos de los otros. De repente, sentimos que el agua de la gruta cambiaba de color y estremecía vibratoriamente. Asombrados veíamos entrar lentamente, como un pequeño barco, a la vista del tamaño del Mascaréu que era enorme, .Asmadeu! Percibimos que este comenzaba a vibrar de modo diferente en el interior y era sacudido `por corrientes internas y también, lentamente inició laboriosa marcha, vigorosa y lenta. Asmadeu en movimiento rápido, recorrió toda la inmensa gruta. Los millares de seres que ocupaban el espacio fueran de manera rápida dejando la gruta. Como un gallo de pelea que despacio se aproxima al adversario, Asmadeu se aproxima a Mascaréu. Comencé a prever una pelea, al mismo tiempo que noté que Aglon se abstenía de participar de cualquier acción en la contienda, pareciendo antes, que le gustaría asistir a la riña, y que me dejó sorprendido. Concluimos luego que sería imposible cualquier actitud de participación de actos o de pensamientos en ese asunto. Asmadeu avanzaba, Mascaréu se mantenía calmo. Julio Verne interesadísimo quería observar y saber todo; su atención se redoblaba.. El interés se multiplicara. Estaba próximo. No aguanté y pregunté a Aglon: –¿Aquí también se lucha? –lucha sirespondió la lucha como defensa, hace parte de la naturaleza de todos los seres desde las primeras manifestaciones de vida en el Universo. —Aquello, es el ser que comienza a nacer y vivir! Quedamos julio y yo, observando admirados para Aglon!
Las aguas ahora estaban rojizas, sobre la incandescencia de Mascaréu se tornaran como la caída de un sol poniente de un país tropical! Sobre esa luz fosforescente, Asmadeu avanzara y Macaréu sereno, aguardaba. El silencio era absoluto.Sentía, ahora, la marcha de ambos. Lenta, despacito. Paso a paso, usando el lenguaje del mundo. Se tenía la impresión de que en la materia gelatinosa del cuero de Mascaréu, brillaban mil ojos. En la serena majestad DE LA CREACION! Sería toda la fuerza rudimentaria del instante y del inicio que de aquel ser se sentía vivir el PRI CIPIO se concentraba en él el poder, hoy desconocido desde el comienzo? Ambos parecían retener en si mismos, aquella fuerza que en la realidad fuese la luz del comienzo, aquella fuerza y poder del origen que hoy los hombres no conocen mas! Mascaréu se movió despacio en las aguas desgarrándose de las piedras. –¿Aquel ser es Espíritu? O es pez, al final qué es! Pregunté! Aglon respondió: — En la realidad, es espíritu, en una fase de evolución espiritual; todavía no tiene forma definida. Es casi solo dominado por los instintos que despuntan. Es materia más tenue que la materia inicial física del mundo. Atravesara los milenios al encuentro de una forma, porque en el Universo, el Espíritu busca o se adapta a una forma. El moderno y el antiguo es apenas una lucha de forma. ¡Y nada más! Todo se reduce a una cuestión de forma. En esas condiciones, usted concluye que ahí el Principio es Fin. Podríamos decir, imitando el poeta tener o no tener forma, e ahí la cuestión en el principio se nace aparentemente sin forma y en el fin, o en los puntos más altos de la evolución, se va quedando sin forma, empero la belleza de la creación para los ojos de los hombres y la visión de los Espíritus todavía es la forma o la idea. Ese asunto demanda mucha meditación y entendimiento. Y eso, aún deberá esperar los milenios y el doblar de los milenios sin fin! Usted no se recuerda de las palabras sabías de Emanuel: el tiempo es el tesoro del hombre. — Por eso mi hijo, es preciso esperar, esperar con paciencia y aceptar el tiempo también como Mensajero de Dios y amigo del hombre. En ese oficio de trabajo y meditación permanente, un día encontraremos a Dios. Dicen los sabios espirituales, lo encontraremos en nosotros
mismos. Es preciso trabajar y vivir en nosotros mismos. Nosotros somos el principio y el fin! La naturaleza es el artífice Universal que impulsa nuestras fuerzas interiores. Hay gestación, trabajo y progreso así como hay evolución en cuanto olvido de todo; adormecemos en nosotros mismos. Usted no halla que la Bella durmiente puede ser una pequeña historia para nuestras mentes eternas alertándonos para el recordar de un largo sueño que ejecuta en nosotros un laborioso trabajo de la eternidad? — Cuando el hombre comprenda que tiene en si las fuerzas naturales y el poder de la naturaleza para despertar las facultades eternas que le darán el conocimiento total del Universo y que en su propio interior duerme un ser fabuloso que es semejante a Dios y que en Dios vive y reposa, cuando eso acontece, mi hijo ahí está Él. Verá que Jesús tenía razón cuando decía, vosotros sois Dioses Aglon se iluminaba y daba un color azulado rosa a las aguas de la gruta, lo que espantó todos los millares de peces terrestres y seres espirituales que habían quedado allá. Neptuno, parecía una estatua petrificada cubierta de luz azul, nosotros nos curvamos humildes y aterrorizados viendo aquel momento que, en verdad Aglon, debía ya ser casi un Dios! Las aguas iniciaran una corrida más ligera y a la vez sufrieran extraños cambios de colorido sobre el agua invisible de seres de otras Esferas. Relampagueó dos o tres veces dentro de la gruta y estremecimos cuando Aglon se alejó en medio de las aguas fosforescentes y juntando las manos, clamó:: –Señor! ¡Ten piedad de mí! ¡Ayúdame señor! Perdona mis errores y mis faltas! Ayuda a mis hermanos! Nueva claridad iluminó las aguas, y vimos que en nuestro entorno, en toda la gruta en el plano espiritual, más allá de nosotros, centenas de seres vestidos con túnicas, iluminados y contritos, de manos puestas en actitud de humildad pedían ayuda. Y una voz poderosa venida de arriba le decía:
— Este es mi hijo amado! En él coloco mis esperanzas, todo mi amor y mi poder! El amor que dieres por él en mi nombre, por mí será dado y recibido y por él será hecho lo que pidieres en esta o en las generaciones futuras! ¡Porque en mi nombre, Él es el Santo de los Santos por toda la Eternidad! ¡Y los que creyeren en mí, por causa de mi nombre vivirán por todos los siglos! Él está en mí y yo estoy en Él.. Otras centellas iluminaron las aguas de la gruta, y comprendiendo que aquella luz acelerara la transformación de aquellos seres y colaboraba intensamente. Para nosotros del mundo, sería comparable a una inmensa corriente eléctrica. Solo que los Espíritus en formación reciben al contrario de calor, intensa fuerza vital que viene de las Esferas Superiores a través de un Ser Superior, como Aglon en este caso, y a través de Jesús, como en el caso de transformar y dar nueva dirección al mundo y al pensamiento universal, que se renueva de tiempo en tiempo, otros iniciados, trabajan el mismo fin, que es ir gradualmente liberando la conciencia humana, de modo que el hombre va poco a poco comprendiendo y viviendo, nuevas expresiones, fases de conocimiento Universal. Adquirir conocimiento exige vivirlo primero. Nada se conoce, en este mundo, si no vivió la enseñanza que lo anuncia. No los eludimos, acreditando que conquistaremos la enseñanza sin vivirla. Todos los seres inteligentes del universo, reciben la enseñanza por la palabra de un Maestro, empero tienen que vivirla. Para entenderlo, hay que asimilarlo. Por eso dice Jesús: Tomad y comed, este es mi cuerpo. Tomad y bebed, esto es mi sangre –¡Las enseñanzas de Jesús, son sangre, cuerpo y vida! Es preciso absorberlo. Asimilarlo, para que seamos uno solo con Él. No hay otro modo u otro camino. Quien no entendiere así, nunca lo comprenderá y lo amará. Así son todos los verdaderos iniciados, Él quería y debía ser amado con intensidad, con voracidad, con coraje y con amor. Quien no hace eso aún tendrá que hacerlo por que Él, nos espera aún eternamente. En Él está el Padre y el verdadero Señor. Solo en Él encontraremos la puerta que existe para nosotros que somos hijos de su amor. Él nos escogió para seguirlo y conocerlo. Él tiene compromiso, ahora otros iniciados tenían compromiso
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