- Introducción
- Contexto histórico- filosófico
- La obra de Platón
- La República
- Teoría de las ideas (ontología o teoría de la realidad)
- Teoría del conocimiento (Epistemología o gnoseología)
- Antropología platónica (el ser humano)
- Ética
- La sociedad humana :el estado ideal
- El mito de la caverna
- Conclusión
- Influencia y valoración de la filosofía de Platón
PLATÓN
Platón y Aristóteles son unánimemente considerados como los pensadores en quienes la filosofía griega alcanza su madurez y plenitud. Con Platón nos encontramos por primera vez con lo que podría considerarse un "sistema" completo de pensamiento en el que se plantean todas las cuestiones que han interesado a lo largo de la historia de la filosofía (la naturaleza, el hombre considerado individualmente y socialmente, el conocimiento, la realidad).
Sin embargo la preocupación central en su pensamiento: la política. De hecho una de sus obras más importantes, y a la que corresponden los fragmentos que vamos a leer, lleva por título la "República". Platón compuso la "República" en diferentes momentos de su vida. Escribió los fragmentos que leeremos entre los cuarenta y ocho y los cincuenta y siete años. Pero, ¿Por qué un pensador dedica su obra más extensa a reflexionar sobre cómo debe organizarse un Estado, cómo debe ser la educación, cómo deben elegirse y comportarse sus ejércitos y gobernantes, y cómo deben vivir sus ciudadanos? En definitiva, ¿por qué Platón analiza cómo conseguir un Estado justo? El contexto histórico en el que vivió ayuda a entender que esos sean los intereses no sólo de la "República", sino del conjunto de su pensamiento.
Contexto histórico- filosófico
A. SITUACIÓN HISTÓRICA Y CULTURAL
El siglo V a.C. fue la época de mayor esplendor para Atenas (ciudad en la que nació Platón) en la que florecieron la democracia, la filosofía y las artes. Además, bajo la dirección de Pericles, Atenas se convierte en la potencia hegemónica del mediterráneo oriental después de su victoria sobre los persas.
Sin embargo, en el año 431 a.C., cuatros años antes del nacimiento de Platón, se inicia la guerra contra Esparta, conocida como la guerra del Peloponeso. En el 404, después de más de 25 años de guerra y con una Atenas ya muy debilitada, Esparta derrota a Atenas y le impone condiciones muy duras, entre ellas el gobierno de los Treinta Tiranos encabezado por familiares de Platón. Es un gobierno aristócrata que acaba con los derechos democráticos conseguidos por los atenienses. Platón nace en plena guerra del Peloponeso y es un hombre que vive y sufre la decadencia de su ciudad.
La democracia se reinstaura en el 403, donde florece el caos, la demagogia y la corrupción. Es precisamente durante este gobierno democrático cuando un jurado compuesto por 500 conciudadanos condena a muerte a Sócrates (399 a.C.), acontecimiento decisivo en la vida y la obra de Platón.
La condena a muerte de Sócrates influyo de forma decisiva en la vida y obra de Platón. El juicio que se celebró cumplió todos los requisitos legales, y, sin embargo fue una condena claramente injusta. Ello le hizo reflexionar en profundidad sobre el conocimiento de la justicia y sobre las cuestiones políticas en general con el fin de hallar una forma ideal de gobierno.
Platón vive, pues, unas circunstancias históricas extraordinariamente convulsas. Y de alguna manera su filosofía es una respuesta a la decadencia y el desorden que le tocó vivir. Atenas se desmoronaba. ¿Cómo es posible haber llegado a esta situación después del esplendor anterior? Platón cree encontrar la causa en la ignorancia de ciudadanos y gobernantes acerca de qué es la Justicia. La única posibilidad de mejora pasa, pues, por la educación filosófica de los gobernantes.
Por lo tanto, estas circunstancias históricas explican que Platón renunciase a intervenir en la política activa a pesar de que, por su origen , Platón era noble y se había preparado para participar en el poder; sin embargo, no renunció nunca a su vocación política. De hecho los acontecimientos históricos que vivió explican dos factores fundamentales de la filosofía de Platón:
La convicción de que es necesario proponer una nueva forma de gobierno que no cometa los errores de la democracia y la oligarquía. Con este objetivo:
fundó la Academia, (la primera escuela de Occidente) para formar buenos gobernantes;
y realiza tres viajes a Siracusa (Sicilia) para intentar aplicar allí su "gobierno de los filósofos", sin embargo, los tres intentos se saldaron con un fracaso.
La simpatía hacia Esparta –muy presente en la República– que aunque tenía un régimen oligárquico (conjunto de nobles que regentan el poder) tenían muy claro que tanto el pueblo como los gobernantes servían al bien común del Estado.
En este sentido la obra de Platón puede ser considerada como una profunda reflexión sobre cuestiones políticas; de tal modo que podemos afirmar que el contexto histórico de Platón marcó su proyecto filosófico: su finalidad era claramente política: hallar una forma ideal de gobierno, formar a gobernantes capaces de dirigir la ciudad hacia el Bien. Así, todas sus consideraciones ontológicas y epistemológicas parecen orientadas a fundamentar esa forma ideal de gobierno.
La crisis que caracteriza al contexto histórico de Platón se extiende al ámbito cultural:
Los proyectos arquitectónicos y urbanísticos acometidos en el siglo V desparecen por la crisis económica derivada de la guerra.
En el ámbito literario, destacan las comedias de Aristófanes y la obra historiográfica de Jenofonte. Además, la retórica y la oratoria, instrumentos claves para el ascenso político, conocen con Isócrates y Demóstenes su máximo esplendor.
Pero la crisis no es completa: Praxíteles y Lisipo introducen un nuevo modo de entender la escultura, el "estilo bello", que rompe con los modelos clásicos basados en el equilibrio y la sobriedad y buscan formas más estilizadas, apasionadas y pintorescas.
Además en la época de Platón, con la decadencia de la propia polis ateniense, comenzamos a notar que el racionalismo (el tratamiento racional y filosófico del mundo), el optimismo frente al ser humano y sus posibilidades que caracteriza a la cultura griega comienza a decaer. El cansancio experimentado, abre un hueco a elementos orientales que buscan la salvación individual a través del cultivo de la espiritualidad, lo religioso y el misticismo. Estos elementos orientales habían llegado a Grecia a través de los llamados cultos órficos y transmitidos por los pitagóricos. Pues bien, Platón es ya resultado de una fusión de estas dos culturas, de una mezcla de elementos griegos y orientales.
B. CONTEXTO FILOSÓFICO
Platón estudió con Crátilo (discípulo de Heráclito) y con algunos sofistas, aunque el hecho más importante de su vida fue el encuentro con Sócrates. Tras la muerte de Sócrates hace un fructífero viaje dónde entra en contacto con eléatas y pitagóricos. Todos los pensadores y todas las escuelas con las que entró en contacto dejaron marcada su huella debido a que Platón fue un genio dotado de una inmensa facultad asimiladora.
Pero Platón cuenta con un grupo de filósofos a los que se opone frontalmente. Nos referimos a los Sofistas. Platón se opondrá al relativismo moral y al escepticismo de los sofistas, a su manera de entender la educación, y a sus actitudes y opiniones políticas a las que considera incapaces de ofrecer un sustrato firme a la organización de la sociedad y una base sólida al conocimiento. Ahora bien, los argumentos platónicos contra los sofistas se nutren de ideas que circulaban en su contexto, especialmente de Sócrates y algunos presocráticos.
Su pensamiento va a recibir influencias de:
Sócrates: El hombre que más influyó en Platón fue su maestro Sócrates, a quien convirtió en protagonista principal de sus escritos. Éste propuso la búsqueda de una definición universal (concepto) y el razonamiento inductivo como medio para superar el relativismo y el subjetivismo de los sofistas. Platón irá más allá y dotará de realidad objetiva al concepto introduciendo las Ideas.
Podríamos decir que Platón dio una base teórica sólida a las ideas de Sócrates y comparte con él su preocupación por el ser humano (antropología), la ética, la educación, el conocimiento (gnoseología), y el ser (ontología) convirtiendo así la intuición socrática en el primer gran sistema de la historia del pensamiento.
¿Qué ideas socráticas influyeron especialmente en Platón?:
1. Su preocupación por el ser humano y su interés ético: la afirmación socrática de que existe un bien permanente.
2. El intelectualismo moral. El bien es cognoscible y que por lo tanto la virtud es enseñable. De aquí la importancia de la educación, pues lleva a los seres humanos a la virtud y a la felicidad.
3. Que el fin central de la política es educar a los hombres para hacerlos justos consigo mismos y con los otros miembros de la polis.
4. La oposición al relativismo y escepticismo de los sofistas.
La segunda fuente que alimenta la propuesta platónica es la presocrática:
De los pitagóricos, a los que conoció en sus primeros viajes, extrajo dos convicciones fundamentales de su filosofía: su concepción dualista del hombre y la teoría de la preexistencia, reencarnación e inmortalidad del alma y la importancia central de las matemáticas para llegar al conocimiento pleno. De hecho considera Platón el pensamiento matemático como intermedio entre el mero conocimiento sensible y la superior intuición intelectual. De esta influencia pitagórica procede el lema que según la tradición podía leerse en el dintel de la Academia: "No entre aquí quien no sepa geometría".
De Parménides recibió la creencia de que todo cambio es ilusorio, además de dos elementos muy importantes de su filosofía. En primer lugar, la convicción de que el instrumento para filosofar, para descubrir lo que es, no puede ser otro que la intuición intelectual, la razón y no los sentidos.. En segundo lugar, la división de mundos: la distinción hecha por Parménides entre la vía de la opinión y la vía de la verdad está claramente presente en la distinción platónica entre mundo sensible y el mundo inteligible.
Antes de su encuentro con Sócrates, Platón había asistido a las clases de Crátilo, discípulo a su vez de Heráclito. De este acepta su visión del mundo sensible como un mundo en perpetuo fluir, y que, por tanto, no puede ser susceptible de conocimiento verdadero. Así, los sentidos son incapaces de alcanzar una verdad estable.
Finalmente, el ateniense criticará el mecanicismo atomista y defenderá una explicación teleológica cercana a Anaxágoras, aunque la llevará hasta sus últimas consecuencias, eliminando cualquier vestigio mecanicista de su cosmogonía. El nous de Anaxágoras como ordenador de la Naturaleza está recogido en la figura del Demiurgo, ordenador de la materia siguiendo el modelo eterno de las Ideas.
A partir de todas estas tendencias de sus predecesores y teniendo en cuenta que su proyecto filosófico estaba impulsado por su contexto histórico, hace Platón una síntesis, la primera síntesis de la historia de la filosofía, tratando de superar las contradicciones surgidas entre lo cambiante y lo permanente, lo uno y lo múltiple, lo relativo y lo absoluto, lo que es y lo que parece ser. Para superarlas se ve obligado a afirmar que hay dos realidades:
Hay un mundo perfecto, fijo, estable, que es el mundo de la realidad auténtica, es el Mundo de las Ideas.
Hay un Mundo Sensible, mundo material, visible y sujeto a cambio y a la mutación, que no es más que copia o imitación de ese Mundo de las Ideas.
Esta teoría platónica, llamada Teoría de las Ideas, es la doctrina central de su filosofía. Intenta dar una interpretación ontológica de la realidad (respuesta a la pregunta qué es el ser, qué son realmente la cosas) y será el fundamento de su teoría del conocimiento, de su antropología, de su ética y su política.
Al contrario de lo que sucede hasta este momento con los filósofos presocráticos, de los que tenemos muy pocas fuentes originales nos encontramos en Platón con una sobreabundancia de obras, posiblemente todas las que éste escribió, no menos de cincuenta y siete, y alguna más que se le atribuyó y que la historiografía se ha encargado de demostrar su falta de autenticidad.
Pocos o ninguno de los autores de la antigüedad nos ha legado una obra tan rica y extensa, un pensamiento tan genial, expresado de manera tan admirable. Las lecciones de Platón en la Academia nunca se publicaron. Han llegado hasta nosotros sus escritos, redactados casi todos en forma de diálogos, en un lenguaje sencillo y muy didáctico, en el que se intercalan con frecuencia ejemplos y mitos para explicar sus teorías principales. No obstante, también se encuentra pasajes oscuros y de difícil interpretación, sobre todo en las obras de su último período.
Todas las obras de Platón a excepción de la primera, La Apología que relata el discurso de defensa de Sócrates ante el tribunal que le condenaría a muerte, están escritas en diálogo, la forma de filosofar de su maestro Sócrates, un filosofar abierto, en compañía de otros, un sistema de pensamiento siempre abierto a !a investigación. El personaje central de todos ellos es Sócrates, un Sócrates auténtico, histórico el del primer diálogo cercano a la muerte del maestro y un Sócrates meramente simbólico, desdibujado, con poco parecido ni en actitudes ni en propuestas al original, en los últimos.
Los Diálogos no presentan un pensamiento sistemático, completo, bien ordenado y acabado: el pensamiento de Platón se va desarrollando a medida que iban surgiendo en su espíritu problemas nuevos, dificultades, exigencias doctrinales. En la mayoría de ellos se plantea un problema y se intenta una definición, siguiendo la metodología socrática pero dicho problema casi nunca se cierra con una respuesta definitiva. Incluso, a medida que avanzan sus escritos, él mismo revisa y critica en ocasiones sus propias teorías.
Proponemos, a continuación, la cronología y síntesis de los Diálogos platónicos tomada de Emilio Lledó en la Obra "DIÁLOGOS". Ed. Gredas, Madrid,1981.
ÉPOCA DE JUVENTUD (393-389).Período Socrático
Son los diálogos escritos inmediatamente después de la muerte de Sócrates y en los que, por lo tanto, aparece de manera más pura e íntegra la personalidad de Sócrates en su obsesión por la argumentación, la ironía, el interés por lo típicamente humano ("no me quieren enseñar nada los tierras y los árboles, sino los hombres de la ciudad'*) Problemas de la areté (virtud).discusiones conceptuales en busca de la precisión y definición de ciertos términos. Hay una clara preocupación ética Hay claro socratismo no sólo en los temas sino en la obsesión por defender al maestro justificando su muerte, dialogando sobre la justicia en función de su muerte.
Pertenecen a esta época: La apología de Sócrates, Critón, Laques y Lisis.
ÉPOCA DE TRANSICIÓN (388-385)
Primer viaje a Sicilia. Platón tiene 40 años. A su regreso funda la Academia Ha viajado, ha conocido diversas filosofías y, sobre todo, ha tenido una experiencia "política". Otras influencias, fundamentalmente las pitagóricas, van desdibujando al Sócrates histórico aunque sigue siendo el personaje central de los diálogos.
Los diálogos de esta época revelan que Platón comienza a elaborar ya sus propias doctrinas. Sócrates sigue siendo el personaje principal, pero su figura se va desdibujando cada vez más. Predominan los problemas políticos. Se observa una notable influencia del pitagorismo (tema de la preexistencia del alma e inmortalidad). Primeros esbozos de la teoría de las Ideas.
Pertenecen a esta época: Górgias, Menón Eutidemo, Hipias menor, Crátilo, Hipias mayor, Menexeno.
ÉPOCA DE MADUREZ (385-370)
Es el momento de la plena madurez física, espiritual y literaria de Platón. El momento en que van a aparecer las grandes ideas platónicas: la Teoría de las ideas, base de la epistemología platónica, de la ética y de la política. La Organización del Estado, la Teoría del amor y los grandes mitos platónicos.
Son los diálogos fundamentales de Platón, los más doctrinales y por tanto los menos abiertos. El Sócrates de estos diálogos se muestra seguro de sí mismo y poseedor de la verdad. El tema central es la Teoría de las Ideas.
Aparece una fuerte tendencia a la metafísica y la psicología; aumente el rigor lógico; las matemáticas desempeñan un " papel predominante en el ideario de Platón y en su uso con vistas a la formación de los gobernantes. Hay un cierto tono pesimista, algo desilusionado con respecto a los hombres, pero la mente filosófica de Platón alcanza cimas cada vez más excelsas.
Pertenecen a esta etapa: Banquete, Fedón, República y Fedro.
ÉPOCA DE VEJEZ (369-347)
Son los diálogos escritos entre el 2º Viaje a Sicilia (367) y el 3°(361). Son diálogos de estilo mucho más seco y conciso. Pierde interés la significación ontológica de las Ideas, frente al aspecto lógico. Se abandonan igualmente las cuestiones metafísicas. Creciente interés por lo real: la cosmología y la historia. Como ejemplo de ello, en el Timeo se presuponen estudios de ciencias naturales y médicas.
Son diálogos fundamentalmente críticos, de revisión. Hay menos literatura y más lógica, un estilo más seco y difícil. Sócrates pierde el papel dominante; a veces asiste casi en silencio a modo "presidente honorario".
Pertenecen a esta época: Teeteto, Parménídes, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias y Leyes.
El término República no traduce al original griego "politeia" que significa constitución o régimen político, vida pública y relación del ciudadano con el Estado. Se debe al latino Res Publica utilizado por Cicerón para titular una obra suya sobre el mismo tema.
Tradicionalmente se ha entendido la República como una obra de "Filosofía Política" pues habla de la justicia, la ley, la educación, la sociedad perfecta, las formas de gobierno… Es una "Utopía", como se le ha llamado más de una vez, pero una utopía con esperanzas fundadas de lograrse. Es, por otro lado, un tratado de "medicina política" con aplicación a los regímenes existentes en su tiempo. Platón, después de detectar que los estados actuales están enfermos, busca el cambio de cosas necesario para que esos estados recobren la salud.
Pero la República es algo más que una obra de "Filosofía Política". Es la obra más importante de Platón, culminación de su etapa de madurez y en la que podemos encontrar los múltiples temas del pensamiento de Platón como la teoría de las ideas, su antropología, su ética su Ontología, su Epistemología,….expuestas a lo largo de 10 libros.
El tema principal es la Justicia, el problema del Estado. Describe el Estado ideal. Platón tiene que combatir como de costumbre, las ideas sofísticas sobre la justicia según las cuales:
la justicia, de acuerdo con la naturaleza, consiste en el dominio del más fuerte, y
el injusto es más feliz que el hombre justo (entendiendo por justo lo que convencionalmente se entiende).
El Diálogo muestra a Sócrates narrando la conversación que tuvo en el Píreo (puerto de Atenas), durante la fiesta en honor a la diosa Bendis, con Glaucón y Adimanto, hermanos de Platón, y otros personajes como Céfalo, Polemarco, seguidor de Sócrates, Trasímaco, un sofista, Clifonte, seguidor de Trasímaco…
BREVE RESUMEN DE LA OBRA.
Libro I: La Justicia.
Es una especie de prólogo seguramente escrito por Platón años antes del resto.
Parte el diálogo sobre la Justicia de la definición de Simónides:"justicia es dar a cada uno lo suyo".A partir de esta definición se entabla una discusión buscando lo que es la justicia, la justicia en sí, más allá de las opiniones de unos y otros: "hacer bien al amigo y mal al enemigo" (Polemarco), o, como señala Trasímaco, "el interés de! más fuerte", o la idea de que el injusto es más feliz que el hombre justo…
Sócrates defenderá que la justicia es la virtud del alma y como tal es provechosa, siendo la injusticia nociva. El diálogo termina sin saber, en verdad, qué es la justicia.
A lo largo de los Libros II, III y IV se intentará la definición de justicia.
Se establece el paralelismo entre las clases o grupos sociales que constituyen el Estado (productores, guardianes y gobernantes) y las partes del alma (concupiscible, irascible y racional) cada una con su virtud correspondiente (moderación, valor y sabiduría), considerando a la justicia como la virtud total, la perfecta armonía entre las partes, la cual sólo es posible cuando cada una cumpla con su función propia y para ello es necesaria una educación adecuada, instrumento básico para la armonización del Estado.
Sólo así es posible la justicia en el Estado y en el hombre y sólo entonces se puede conseguir la felicidad. Este paralelismo entre individuo y Polis lleva a un círculo vicioso que funda la perfección, la justicia de la ciudad en la del individuo y viceversa.
En él se expone la igualdad del hombre y la mujer: tienen esencialmente las mismas aptitudes, salvo menores diferencias cuantitativas Las diferencias son de orden social y Platón pretende eliminarlas suprimiendo la familia y estableciendo un comunismo de mujeres e hijos así como una comunidad de bienes, con lo que quien gobierne lo hará pensando en el bien común y no en el interés propio o de los parientes.
Aparece la figura del filósofo como el gobernante ideal. El filósofo es el amante de la sabiduría, nunca saciado con la opinión; el que busca lo que es, el ser, lo en sí, como guía segura para el gobierno de la ciudad.
Libro VI. El verdadero filósofo.
Se profundiza en las características del verdadero filósofo:
el que siente el deseo continuo de conocer lo que es;
el que odia lo falso y ama lo verdadero;
el que ama el placer del alma y se aleja de los del cuerpo
el mesurado, libre de la avidez de las riquezas y de toda mezquindad
el que tiene valor , moderación y sabiduría, virtudes que componen la justicia
el que tiene como objeto el estudio del Bien en sí.
En este libro hay dos pasajes importantes: el símil del sol y el símil de la línea.
El símil del sol: El sol con su luz permite al ojo la visión de las cosas. Pues bien, el sol es para el ámbito visible y la vista, lo mismo que el Bien para el ámbito inteligible y la inteligencia.
En el símil de la línea establece la separación entre lo visible (lo sensible) y lo inteligible, la opinión y la ciencia o el conocimiento verdadero, y los distintos grados de saber o estados en los que puede estar la mente, hasta llegar a la Dialéctica, ciencia suprema que tiene por objeto a las Ideas, realidades auténticas.
Libro VII. La educación del filósofo.
La educación ha de comenzar en la niñez y continuará, en un progreso constante, hasta la vejez.
Comienza el libro VII con la alegoría de la caverna, imagen de "nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación". Continua afirmando que los futuros gobernantes han de realizar un largo recorrido en su formación hasta lograr el objeto supremo de estudio y de conocimiento: el bien.
Este largo recorrido está perfectamente representado en la alegoría de la caverna, en la que Platón expone el ascenso del filósofo hasta el conocimiento del bien con implicaciones de orden ético, educativo y político.
Libros VIII y IX. Las formas injustas de gobierno.
Señala los diversos tipos de constituciones, de estados y su vinculación con los diversos tipos de hombres. Es decir, toda forma de gobierno no es más que la manifestación de la clase de ciudadanos que domina en esa ciudad.
Timocracia, oligarquía, democracia y tiranía son formas injustas, degeneradas de gobierno, en contraste con la forma ideal: la aristocracia del filósofo-gobernante.
Libro X.
Hay un final un tanto escatológico. Una presentación del mito de Er, a partir del cual se habla de la inmortalidad y la felicidad ultramundana, gran recompensa de la virtud que transciende la brevedad de la vida para aplicarse a la totalidad del tiempo
Teoría de las ideas (ontología o teoría de la realidad)
Tras las apariencias cambiantes de las cosas, Platón se esfuerza por encontrar realidades fijas y universales, cuyo conocimiento le parece necesario para dar una base sólida a la moral y a la política y, por otra parte, para fundamentar la posibilidad de un conocimiento verdadero y escapar del relativismo y escepticismo de los sofistas.
¿Cuál es entonces esta realidad fija e inmutable? De esta pregunta arranca "la teoría de las ideas". Brevemente formulada esta teoría consiste en afirmar que existen entidades, realidades inmateriales, absolutas, inmutables y universales, que son descubiertas por el pensamiento (por ejemplo, la Justicia, La belleza ) y que están situadas en un mundo superior al mundo físico que captamos por los sentidos. Estas realidades son las Ideas (eidos). Las cosas sensibles que nos rodean son copias o imitaciones de la verdadera realidad: las Ideas.
Según esta teoría, Platón distingue dos mundos distintos y contrapuestos: por una parte el eterno e inmutable mundo de las Ideas, que es lo verdaderamente real, y por otro el universo físico, el mundo sensible, que está compuesto por las cosas que nos muestran los sentidos, que son copias de las ideas. Entre los dos mundos hay una relación de mímesis (imitación y participación); el mundo sensible sería una especie de sombra del mundo de las ideas. Cada cosa en el mundo sensible tiene su idea en el "mundo inteligible", a la cual aplica Platón los caracteres que Parménides aplica al Ser, es decir, una idea es una unidad indestructible, inmóvil, inmutable, intemporal y eterna. De esta forma todas las cosas que llamamos, por ejemplo, justas o bellas imitan la Idea de Justicia o la Idea de Belleza.
Debido a esta división de mundos decimos que la concepción platónica de la realidad (ontología) es dualista. El verdadero ser, por tanto, está constituido por la realidad inteligible. Esta realidad de lo suprasensible, mundo de las ideas, es el eje central del desarrollo del pensamiento platónico.
Pero es necesario decir que el mundo de las Ideas no puede confundirse con ningún lugar físico. No significa una especie de ámbito espacial donde se "encontraran" las Ideas, como los seres materiales se encuentran en este mundo, puesto que las Ideas no tienen propiedades físicas, sino sólo inteligibles. Lo que Platón quería señalar al utilizar la expresión "Mundo de las Ideas" es que éstas tienen una realidad independiente de las cosas sensibles, y que, por tanto, no cambian, ni perecen con ellas.
Por lo tanto, la finalidad de esta teoría de las Ideas era:
combatir el relativismo y escepticismo de los sofistas;
garantizar la posibilidad de la ciencia y de la verdad, cuyo fundamento serán las Ideas.
ofrecer una solución conciliadora a la concepción de Parménides (la autentica realidad es eterna e inmutable) y Heráclito (defiende el perpetuo fluir de las cosas), es decir, conciliar la oposición permanencia –cambio.
Dar consistencia teórica a las ideas de Sócrates sobre el conocimiento humano.
1.MUNDO INTELIGIBLE O MUNDO DE LAS IDEAS
1.1. NOCIÓN DE IDEA EN PLATÓN
El término griego "eidos" procede del verbo "ver", y equivale, pues, a visión. Al castellano suele traducirse como "idea" o "forma", para dar a entender que dichos entes son objeto sólo del pensamiento, son conocidos sólo por la inteligencia, son "lo pensado", o "lo visto" por la inteligencia cuando conocemos lo que las cosas verdaderamente son.
El sentido actual de la palabra "idea" puede hacernos malinterpretar la teoría de Platón. Para él, dicho término no tiene en absoluto el sentido de una mera "representación mental", de un concepto, es decir, de algo que sólo existe en nuestra mente. Al contrario, el término "idea" designa a las únicas realidades en sentido pleno, designan a realidades que tienen realidad extramental. Hay, por ejemplo, multitud de cosas sensibles bellas; pues bien, la Idea de Belleza no es, para Platón una mera construcción mental, no es lo que nosotros llamamos la idea o concepto de lo bello; La Idea de Belleza existe por sí misma, más allá de la mente y con independencia de los objetos sensibles bellos. Lo mismo sucede respecto a las Ideas de Justicia, Bondad, etc.
1.2. CARACTERES FUNDAMENTALES DE LAS IDEAS
El mundo de las ideas o mundo de lo inteligible está constituido por una pluralidad de ideas que son eternas, inmutables, simples, perfectas e inmateriales. Constituyen el verdadero ser, el verdadero mundo. Se diferencia del ser de Parménides en que éste sólo era uno mientras que las ideas no son una unidad, aunque están conectadas, como veremos.
Los caracteres principales del mundo inteligible son:
En primer lugar, las Ideas son la esencia. Así, lo que hace que el libro sea libro y la mesa sea mesa, etc. es la Idea de Libro y la Idea de Mesa
son la causa de las cosas, los modelos (arquetipos inteligibles de las cosas). Platón dice que las ideas son paradigmas, modelos ejemplares a los cuales se ajustan las cosas imperfectamente. Al igual que no hay ninguna cosa que en su figura se adecue a la figura que piensa el geómetra, tampoco hay ningún hombre que sea adecuado de forma absoluta a la idea de hombre, ni ninguna estatua real que sea absolutamente adecuada a la idea de belleza. En fin, no hay ningún ser en la naturaleza que sea absolutamente adecuado a su idea en el mundo suprasensible.
Son objetivas, no son pensamientos.
Son inmutables y eternas: sin cambio, no engendradas e imperecederas.
Son indivisibles e inmateriales.
El mundo inteligible y las ideas que en él se encuentran tan sólo son captados por la parte más elevada del alma, es decir, por la inteligencia, y sólo el conocimiento de las mismas nos proporciona la verdad, el conocimiento verdadero.
Las Ideas están jerarquizadas. El mundo de la Ideas está constituido por una multiplicidad, en la medida en que allí hay Ideas de todas las cosas: Ideas de valores estéticos, Ideas de valores morales, Ideas de diversas realidades corpóreas, etc. Pero este mundo ideal no es caótico sino organizado y ordenado jerárquicamente en el que las ideas inferiores implican las superiores, que van elevándose hasta llegar a la Idea que se halla en el vértice de la jerarquía: la idea de Bien. El rango inferior lo ocupan las ideas de los seres materiales, en un escalón intermedio se colocan las ideas matemáticas y en el rango superior los ideales morales, políticos y estéticos cuya cúspide es la idea de Bien, la idea de las ideas.
Dada la importancia que da Platón a la idea de Bien es preciso detenernos a analizarla. En los diálogos platónicos Sócrates afirma sentirse incapaz de definir qué es el Bien; sin embargo, intentará describir el "retoño del Bien" pasando a exponer el famoso paralelismo entre el sol -rey del mundo sensible- y la Idea de Bien -rey del mundo inteligible-. Es el llamado Símil del sol. Sócrates dice que el sol es el producto del Bien y que se le parece mucho, pues la relación que se da entre el sol y otros objetos sensibles es análoga a la relación que hay entre el Bien y las otras Ideas; así, igual que el sol hace que sean visibles los objetos del mundo físico dándoles luz y es la razón de su existencia y crecimiento, también el Bien ilumina las ideas haciendo posible su conocimiento y su existencia.
Por lo tanto, la idea más elevada de la que participan las demás es el Bien que, de esta forma, se coloca en un plano de absoluta supremacía ontológica: las realidades sensibles participan de las Ideas y todas las Ideas participan del Bien.
Así, el Bien es para Platón principio supremo, causa, fin y razón última del ser, de la verdad y fuente del conocimiento de todas las cosas: es el más excelente de todos los seres, la cumbre del ser y de la inteligibilidad, el término último de todo proceso de conocimiento.
Según Platón, es al matemático y, sobre todo al filósofo a quien corresponde ascender dialécticamente en el conocimiento de las Ideas hasta alcanzar la Idea de Bien.
2. MUNDO SENSIBLE
El mundo de lo sensible: mundo de la materia, lo constituye la naturaleza, el Universo en que vivimos constituido por los seres naturales. Las cosas del mundo de lo sensible tienen unas propiedades radicalmente opuestas al de las ideas, son cosas generales, corruptibles, mutables, compuestas, divisibles, en suma, imperfectas.
Los caracteres principales del mundo sensible son:
Es una copia o sombra del mundo Inteligible.
Es el mundo del devenir. Es aparente, múltiple, cambiante.
Se conoce por los sentidos. El conocimiento de este mundo nos proporciona opinión, pero no certeza, conocimiento verdadero.
Es engendrado, no es eterno. Un ser divino, el Demiurgo, fabrica el mundo tomando como modelo las Ideas. El Demiurgo no crea a partir de la nada (concepto judeo-cristiano), sino que actúa sobre una materia eterna, caótica a la que Platón llama de muchas maneras, a veces, espacio. El Demiurgo es pues, un principio o una inteligencia ordenadora cuya función es fabricar el mundo plasmando las Ideas en la materia. Según Platón, si el universo no es perfecto es porque la materia incluye siempre desorden e indeterminación. Cuanto en el mundo hay de orden, razón y belleza se debe a las Ideas.
Existe por PARTICIPACIÓN, a diferencia de las Ideas que existen por sí. El concepto de participación es central en la filosofía platónica. La relación que hay entre las Ideas y las cosas sensibles se efectúa mediante participación: una cosa es en la medida en que participa de su Idea. Así, las cosas bellas son tales porque imitan o participan de la Idea de Belleza o Belleza en sí. Esto significa que, como hemos dicho, las cosas sensibles son imitaciones o copias de las Ideas, y que estas a su vez, son los modelos, paradigmas o arquetipos de los seres sensibles. Las cosas sensibles son así, "inferiores" a las Ideas, en el sentido en el que representan una disminución del "ser verdadero". Podemos compararlas a las sombras cuando se dicen que son menos reales que los cuerpos que las producen. No obstante, Platón reconoció la dificultad de explicar de manera adecuada la separación de las ideas y su relación con los seres sensibles.
También está jerarquizado. Jerarquía: alma cósmica en la cumbre (vendría a ser como el logos de Heráclito) principio superior a la materia, el que le da la vida; en segundo nivel los astros, empiezan a ser casi divinos, puede ser influencia de los pitagóricos, se mantiene esta concepción hasta finales del XVI, son perfectos; en tercer nivel los hombres, almas humanas; en el cuarto los animales, primero los mamíferos hasta los más elementales; en el quinto los vegetales; en el sexto los cuatro elementos; en el séptimo el espacio vacío.
Teoría del conocimiento (Epistemología o gnoseología)
La tarea de resumir la teoría del conocimiento o epistemología no es fácil, pues está estrechamente ligada a la Teoría de las Ideas u ontología.
Platón fue un pensador que estaba convencido de que el hombre puede llegar a alcanzar conocimientos verdaderos y trató de averiguar cuál es el objeto de tales conocimientos. Se negó a admitir la teoría de los sofistas de que el conocimiento sea la mera percepción sensible y la idea de que la verdad sea relativa. Platón pensaba que la percepción sensible no merece el nombre de conocimiento, puesto que según él, sólo hay conocimiento de lo que es, de lo estable y constante, y de esos objetos sensibles no se puede decir en realidad que son, sino que devienen, que cambian. El conocimiento científico aspira a dar con la definición, con una definición que sea clara y precisa; por lo tanto, el objeto del verdadero conocimiento ha de ser estable y permanente, fijo y susceptible de definición inequívoca, características que poseen las Ideas; éstas serán pues, el objeto del verdadero conocimiento.
Hemos visto que la concepción platónica de la realidad es dualista, de un parte las ideas, que son inmutables y eternas, y de otra parte los seres físicos, que son cambiantes y corruptibles. Pues bien, también su concepción del conocimiento (epistemología) es dualista, pues a estos dos niveles de realidad corresponde dos niveles de conocimiento, uno proporcionado por los sentidos, por la percepción sensible que da lugar a la opinión y otro proporcionado por la razón, que da lugar a la ciencia. Los sentidos se localizan en el cuerpo; la razón, como veremos, es propia del alma. Solamente la razón, sólo el alma es capaz de llegar a conocer las Ideas, a contemplar el Mundo de las Ideas.
1. GRADOS O NIVELES DEL CONOCER
Los grados del conocimiento están expuestos en el libro VI de la República, en el que se nos ofrece el símil de la línea.
El desarrollo de la mente humana desde la ignorancia hasta el conocimiento atraviesa dos campos principales: el de la OPINIÓN (doxa) y el de la CIENCIA (episteme). La diferencia entre ambos es una diferencia de los objetos a los cuales se refieren: la opinión o doxa versa sobre IMÁGENES (el mundo sensible) y el conocimiento versa sobre ORIGINALES (el mundo inteligible).
Quienes se mantienen al nivel de la opinión ignoran lo bello en sí, lo bueno en sí y todas las otras Ideas, y sólo saben de cosas bellas, de cosas buenas, etc.; conocen únicamente las imágenes pero sin saber que son imágenes y por lo tanto viven como en un sueño, porque soñar es justamente considerar que las imágenes son verdaderas. Las opiniones son ciegas pues no conocen las razones de aquello en lo que creen. Es un conocimiento inestable e inseguro. Por la tanto sólo la episteme es el verdadero conocimiento científico, universal y necesario.
Pero la línea no está dividida sólo en dos secciones, sino que opinión y conocimiento se subdividen a su vez en dos grados. El segmento correspondiente a LA OPINIÓN se divide en:
CREENCIA (pistis) que tiene por objeto a las cosas sensibles reales, animadas e inanimadas (muebles, animales).
IMAGINACIÓN o CONJETURA (eikasía) que tiene por objeto las sombras o imágenes de aquellas cosas sensibles de cualquier manera que se formen: en los sueños, en la fantasía, en el arte…
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