La imposición de manos como terapia alternativa en pacientes con enfermedades psicosomáticas (página 2)
Enviado por Ricardo Villalobos
CAPITULO I
EL PROBLEMA
1. Planteamiento del problema
El padecimiento psíquico es algo que ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes, y hasta podría incluso aseverarse, que es propio del ser humano poseer una sensibilidad afectiva y emocional respecto a los avatares de la vida.
En los días que corren, este problema se ha trasladado a todos los ámbitos en los que el hombre desarrolla su actividad, preocupaciones menores son parte de la vida diaria. Todos en mayor o menor medida están sujetos a ellos.
También puede decirse, que es común para una persona exasperarse por un pequeño disgusto o molestarse sin motivo aparente; reacciones de este tipo van, vienen y desaparecen por un tiempo.
Sin embargo, hay disgustos que no se van, se quedan por horas, días y a veces semanas; se vuelven profundos, intensos afectando la conducta, los sentimientos y los pensamientos. Cuando una condición alcaza este estado, ya no se trata de una preocupación o disgusto, sino de una enfermedad emocional.
En este orden de ideas, lo psicosomático puede ser definido como un intento de relacionar lo psíquico con lo corporal en la determinación de las enfermedades orgánicas (Marty, 1995; Marty y De Múzan, 1967). La psicosomática surge como disciplina a partir del siglo XX, cuando se estudia la relación de los factores emocionales y los procesos corporales. En los años 30 y 40, los estudiosos de la psicosomática se enfocaron en enfermedades crónicas de etiología incierta, como una ulcera pectina, el asma bronquial, la hipertensión esencial, la tirotoxicosis, la colitis ulcerosa
y la neurodermatitis (Taylor, 1989).
Asimismo, trabajos posteriores han tenido una visión integral del proceso de enfermar, incluyendo tanto el evento estresante, las alteraciones en las relaciones de objeto, las conductas de riesgo y demás.
Este punto de vista considera la enfermedad como multicasual, en cuya explicación deben incluirse los aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Actualmente, en el campo de la psicosomática se analiza la enfermedad considerando cuando menos tres elementos: los aspectos biológicos, los eventos potenciadores de la enfermedad y las características psicológicas de los enfermos.
Con respecto a los componentes biológicos es necesario tener un conocimiento amplio del historial clínico del paciente, la parte genética, los antecedentes familiares, su estilo de vida, la alimentación para así poder atacar el origen cierto del mal.
Respecto a los eventos potenciadores tenemos todas aquellas situaciones que día a día vive el paciente que causan en él, desequilibrio emocional tales como: el estrés laboral, familiar, y otros.
En cuanto a los elementos psicológicos, uno de los conceptos principales es el de psicogenesis, que se refiere a que la mente influye sobre el cuerpo, siendo el agente la emoción, de la cual se distinguen tres elementos; el estado subjetivo de afecto, el aspecto fisiológico y la exteriorización o manifestación del afecto. Esos elementos del afecto están implicados en el mecanismo de somatización; por tanto, en la enfermedad psicosomática se encuentra una disfunción orgánica de-mostrable, de origen psicológico, asociada a la estructura de personalidad, a los estilos de vida y a la historia personal.
Trabajos recientes enfatizan la necesidad de prestar atención a lo que sucede con el enfermo, ya que la enfermedad se conoce solo como una entidad abstracta, mientras que con el contacto, es el enfermo, quien a su vez es el portador de la misma (Rilova, 2001) Por ejemplo, dentro del campo de las intervenciones quirúrgicas, además de entenderse al paciente como unidad psicosomática para poder trabajarlo en el periodo prequirúrgico, en el acto quirúrgico y en la fase posquirúrgica se presta atención a los modos de funcionamiento mental previos; así como el manejo de la angustia, depresión, miedos y dolor, entre otros aspectos (Rinaldi, 2001), y especialmente en relación con la visión y el efecto de la pérdida de la función o del órgano y sus componentes psicológicos (Mintz, 2002).
En este sentido, desde el psicoanálisis, se explica el origen de las enfermedades nerviosas en relación con los aspectos afectivos, además, este método se centra en los tipos de afectos experimentados y su destino.
El psicoanálisis postula inicialmente que ciertos afectos negativos como las depresiones, serian causa de enfermedades en el sistema nervioso o en otros órganos (Freud, 1890,1997). Las lecciones funcionales se explican argumentando que la representación mental de la parte del cuerpo afectada esta excluida del resto de las asociaciones dado su valor afectivo, de ahí la alteración.
Freud (1890-1997 ) consideraba que la sensibilidad de la piel y los tejidos profundos, así como la función de los órganos, podía verse afectado y producía perturbaciones troficas y alteraciones metabólicas, así como también las peculiaridades de las contractura y parálisis histéricas. Explica que la histeria podía producir perturbaciones de esa naturaleza, y hace ver que un mecanismo clave en los fenómenos histéricos es el de la conversión, en el que traspone a la representación corporal la suma de excitación. En el mecanismo que ahora recibe el nombre de somatización, la excitación se deposita en el cuerpo alterando su función.
Los fenómenos antes planteados se refieren tanto a aspectos cuantitativos como cualitativos, es decir, al monto del efecto como a su tipo. Así, el efecto que se descarga propicia la condición de salud, mientras que el efecto no descargado favorece la formación del síntoma neurótico. La descarga puede tomar diversas formas: desde la más sencilla, como el llanto, hasta la más elaborada, como la venganza.
Por otra parte, los otros conceptos psicoanalíticos claves en la explicación de lo psicosomático son el conflicto y la represión. El conflicto se refiere a la dinámica edípica y a la formación del superyó; es decir, para la persona existe una dificultad entre sus deseos, la realidad externa y su norma moral. La solución para el conflicto entre representaciones que se oponen es la utilización del mecanismo de la represión, en el cual se separa la representación de su efecto correspondiente; de ahí que éste se dirija a la representación del cuerpo (conversión) o se exprese a través del cuerpo (como enfermedad). La representación se vuelve inconsciente y lo que aparece es el síntoma neurótico o la queja somática (Freud, 1890/1997).
Al respecto, el conflicto se expresa o resuelve en el cuerpo porque todo está asentado o apuntalado en el cuerpo y porque todos los órganos tienen doble función: sirven tanto para la supervivencia física como para la consecuencia de placer. Puede ser que las personas atiendan ambas funciones sin conflicto, o también que en algún momento se perturben esas vías de Influencia recíproca, dando como resultado una incapacidad para el goce o una inhibición de la función.
La represión es un proceso psicológico que trata de la renuncia del placer, de forma consciente. También existe una represión inconsciente, que es un mecanismo de defensa del yo en el cual el individuo se niega a reconocer una realidad determinada. La represión es fundamental para conocer las patologías, la manera en que se desconecta el individuo de la funcionalidad.
Sigmund Freud fue quien validó la idea de represión en el psicoanálisis; según su teoría, la represión seguirá influyendo en la conducta del individuo y se manifestará de una forma u otra a través de los sueños, lapsus o determinados síntomas. Uno de los objetivos del psicoanálisis es reducir este proceso y llevar a la consciencia las tendencias reprimidas. Para explicar cómo funciona la represión en los niños, Freud desarrolló la idea del complejo de Edipo.
Esta teoría está basada en el héroe mitológico Edipo, quien mató a su padre y se casó con su madre. Según Freud, cuando el niño nace, se enamora de su madre y ve a su padre como un oponente a superar. El padre, convertido en rival, obliga al niño a reprimir sus deseos. De este modo el niño aprende a vivir en sociedad y a asimilar los valores culturales en pactos totémicos. Según Freud, la represión es la base de la cultura.
Por otra parte, la realidad señala, que el hombre ha dejado de ser considerado únicamente como un cuerpo físico, ya que la maquinaria humana es un milagro de organización y la salud humana un milagro de equilibrio.
El hombre es un torbellino de electrones, extrañamente vulnerable a la luz, a los campos magnéticos y a la electricidad estática. Su cerebro reacciona ante un océano de radiaciones y mediante esas reacciones ordena todas sus funciones. Al romperse el equilibrio comienza la falta de salud y se origina la enfermedad.
¿Cómo se produce la enfermedad?
En primer lugar, la persona comienza a desequilibrarse desde el cuerpo más sutil, el cual sería a grandes rasgos el alma. Este cuerpo sutil equivale a las partículas subatómicas, las más sensibles a los cambios y las primeras que los perciben.
En la medida en que persiste ese desequilibrio durante un tiempo prolongado, comienza a desequilibrarse el campo emocional, al que responderán los neutrones y los átomos.
Es probable que en este estado síntomas emocionales tales como odio, rencor, y le desidia, que normalmente no eran características de la personalidad del individuo, pero que se harán mas vividas en estas condiciones.
Los síntomas antes expuestos pueden durar alrededor de dos (2) años; sin embargo los mensajes desde las emociones se irán haciendo más palpables ya que los átomos comienzan a manifestarse desde el punto de vista mental o a través de las personas con las cuales se convive.
Así, cuando esta situación continúa por largo tiempo, el cuerpo emocional va debilitándose hasta llegar al desequilibrio del cuerpo mental; allí se produce un cambio en los pensamientos. En este estado, las moléculas son las que empiezan a desequilibrarse siendo aún más fácil de determinar la inestabilidad. Los pensamientos se van tornando más lúgubres y pueden llegar a tener conmutaciones inesperadas. Pueden incluso ser obsesivos y repetitivos, generando un estado de permanente atención enfocada en un solo pensamiento, con lo cual se debilita excesivamente el campo mental.
Es por ello que, en el momento en que el campo mental está debilitado, la enfermedad se encuentra en condiciones de penetrar en el campo físico. En ésta etapa, las células y los órganos a través de los meridianos, comienzan a sintonizarse con este desequilibrio general; así comienzan a sentirse dolores recurrentes, dolores en general, malestares y también a sufrir accidentes (que se creen casuales).
Ante tal situación, si no se atienden estos mensajes, paulatinamente la enfermedad ingresará por los puntos más sensibles y por los meridianos de energía, afectando en última instancia al órgano que es el más indefenso o, al mismo sistema inmunológico. Cuando esto ocurre, la enfermedad es decretada y es el momento en que muchas veces se decide consultar a un profesional médico o realizar un diagnóstico.
Estos estados por lo que pasa la energía, permanentemente nos dan la pauta del estado de desequilibrio. Esta lectura de los estados por donde pasa la energía depende de cuan sintonizado esté el individuo con sus campos sutiles, así como el grado de percepción que tenga para la sanación y prevención de las enfermedades.
Desde el inicio hasta su concreción material, la enfermedad tarda aproximadamente diez (10) años en manifestarse. La medicina moderna actúa precisamente en el último estado de la enfermedad, cuando en muchos casos ya es irreversible.
En este momento se pretende revertir aquella cuando el cuerpo tardo (10) años en generarla. La división entre cuerpo, mente y espíritu permite que la enfermedad siga su curso y lleva también al tratamiento por especialidades.
Por el contrario, la medicina tradicional o alternativa (vibracional) trabaja de modo integral unificando todos los cuerpos y tratando de llegar al desequilibrio mucho tiempo antes de que el mismo se manifieste físicamente, todo es vibración.
De todos los órganos del cuerpo, la piel es uno de los más importantes, en ella se encuentra alrededor de unos 5 millones de diminutas terminaciones nerviosas sumamente sensibles, o receptoras del tacto extraordinariamente sensible. La simple punta de un dedo puede tener mil sensores perfectamente ajustados, y una mano más de 10 mil. De una forma u otra, los receptores de la piel están relacionados con el tacto y las sensaciones. También registran el contenido emocional.
Pero, algunos piensan que el sensor de la piel posee cualidades aun más extraordinarias. Se cree que dichos órganos receptores transmiten desde el exterior del cuerpo un autentico poder terapéutico que ayuda a aliviar las dolencias internas. Este poder es facilitado por otra persona: el toque curativo es algo más que una simple frase o un comportamiento agradable.
Es por esto que, la imposición de manos para efectuar curaciones ha sido aceptada por muchos como un arma curativa desde los más remotos tiempos de la humanidad. Esta terapia consiste en proyectar la energía o bioenergia del sanador sobre las partes afectadas del paciente y estimular el proceso de sanación.
La bioenergia es uno de los muchos términos empleados para describir el campo de energía que envuelve a todo ser viviente. Sin embargo, a lo largo del tiempo muchas culturas de distintas partes del mundo han identificado y reconocido una energía no física.
Los yoghis de la india la llaman prana, los acupuntores chinos la conocen como Chi y hoy en día en física se refiere a ella como aura. Otras expresiones que se emplean con frecuencia para describir este tipo de energías son: energía inmanente, energía sutil, energía vital, energía magnética y energía universal.
Según Dávila Franco (1992 Pág. 241) El sanador físicamente proyecta su sistema energético, y a través de su magnetismo electrocelular, que al activarlo decepciona electrones libres del espacio, los mismos que al penetrar dentro del sistema de átomos que opera su cuerpo, perturba a los electrones promoviéndolos a niveles próximos en otras determinadas orbitas y perdiendo parte de su masa, que se transforma en energía. Es esta energía la que se irradia a los cuerpos enfermos para que facilite el proceso de reactivación energética a nivel atómico. En esta forma se equilibran las energías fisiológicas que trabajan en forma deficiente dentro de los cuerpos enfermos.
Es cierto que los seres humanos han tomado durante mucho tiempo a la medicina alopática como único remedio para las enfermedades, sin embargo en vista de que los resultados de los diferentes tratamientos no son lo esperado y se han vuelto muy costosos, se han visto en la necesidad de buscar terapias alternativas para aliviar sus males.
En la actualidad, se utiliza la imposición de manos para curar enfermedades de forma exitosa, basados en las palabras de Jesús refiriéndose a la forma como el curaba a los enfermos. (Levi, 2002, Pág. 269) "Lo que yo he hecho todos los hombres pueden hacerlo "
Planteamiento del Problema.
Así pues, es grande el número de personas buscando alternativas de sanación debido tal vez a los diagnósticos errados de enfermedades, a largo y costosos tratamientos que lejos de mejorar la dolencia tratada dañan otros órganos del cuerpo como el estomago.
Por otro lado, la mala praxis médica es tanta que a muchas personas les produce hasta miedo someterse a ella y otra probable causa es que a las personas les gusta ver resultados inmediatos.
Es por ello que las terapias alternativas, como la imposición de manos están tomando auge en estos tiempos.
De los razonamientos anteriores se desprende la necesidad de investigar esta realidad. En consecuencia se plantean los siguientes problemas:
¿Como la imposición de manos puede ayudar a los pacientes con enfermedad psicosomáticas?
¿Quiénes están preparados para sanar con las manos?
Objetivos de la investigación.
Objetivo General.
Analizar la imposición de manos como terapia alternativa en la curación de enfermedades psicosomáticas en pacientes de Amanecer de Luz Maracaibo.
Objetivos Específicos.
1.-Identificar las características de las enfermedades psicosomáticas en los pacientes de Amanecer de Luz Maracaibo…
2.- Describir las características del terapeuta para curar por medio de la imposición de manos, enfermedades psicosomáticas en pacientes de Amanecer de Luz Maracaibo.
3.- Determinar la eficiencia de la imposición de manos como terapia alternativa en la curación de enfermedades psicosomáticas en pacientes de Amanecer de luz Maracaibo
Justificación.
En el presente estudio se aborda un interesante tema como lo es, la imposición de manos en la curación de enfermedades psicosomáticas, el cual, ofrece aportes teórico-práctico encaminados a favorecer estas antiguas técnicas de curación eficaz de enfermedades psicosomáticas que tanto afectan al hombre actual.
Al mismo tiempo, el presente estudio ofrece a otros investigadores el análisis de antecedentes y usos de la imposición de manos basados en las sagradas escrituras y en la literatura actual como marco referencial, constituyéndose esta como una posibilidad única de enfrentar los desequilibrios tantos físicos como psíquicos en las personas.
Delimitación de la Investigación.
Este estudio se enmarcó en el área de las enfermedades psicosomáticas y las terapias con imposición de manos, para ello se tomó a los pacientes que asisten a la institución Amanecer de Luz Maracaibo y los terapeutas que realizan su entrega en esta institución, desarrollando el proceso de investigación durante el lapso comprendido entre Enero y Febrero 2007. La linea de investigación a la cual esta adscrita en la imposición de manos como terapia alternativa en pacientes con enfermedades psicosomáticas.
Para la recolección de la información se utilizo como técnica la observación por encuesta y como instrumento dos cuestionarios diseñados por el autor, uno dirigido a los pacientes y el otro dirigido a los terapeutas, los cuales fueron sometidos a un proceso de validez de contenido a través del juicio de experto en el área de la psicología y para la confiabilidad se utilizo el coeficiente alfa cronbach, el cual dio como resultado un índice de 0.86… La tabulación e interpretación de los datos se hizo mediante procedimientos estadísticos descriptivos.
Teóricamente se manejaron antecedentes y teorías relacionadas con la variable en estudio. La metodología utilizada se ejecuto a través de una investigación de campo transeccional y descriptiva con una muestra de 15 pacientes y 14 terapeutas, los cuales fueron sometidos a procedimientos de recolección de datos mediante cuestionarios estructurados con 14 preguntas para los pacientes y 12 preguntas para los terapeutas
CAPITULO II
2. EL MARCO TEORICO
El presente capitulo hace referencia a los antecedentes de la investigación, bases teóricas que sirven de fundamento.
Antecedentes de la investigación
Los antecedentes presentan una serie de investigaciones que tienen relación directa con las variables de estudio.
En la medida que avanza el siglo XXI, la diversidad de terapias y técnicas alternativas nuevas y viejas que han sido puestas a disposición del ser humano aturdido de nuestros días, respetables la mayoría de ellas, es sin duda la imposición de manos la que más se ajusta a los procedimientos desprendidos del evangelio de Jesús.
Imposición de manos
Identificar los orígenes de las terapias con imposición de manos es realizar un largo viaje a los tiempos inmemoriales, a los horizontes primitivos de la prehistoria, ya que esa técnica de cura esta presente en toda la historia del hombre. "Desde esa época remota, el hombre y los animales convivían con el accidente y con la dolencia". Investigaciones hechas destacan que los dinosaurios estaban afectados por tumores en su estructura ósea, en el hombre del periodo paleolítico hay evidencias de tuberculosis de la espina y de crisis epilépticas.
En este sentido, Hércules Pires dice que la imposición de manos nació en las civilizaciones antiguas, como un ritual de las creencias primitivas. La agilidad de las manos sugiere la existencia de poderes misteriosos, prácticamente comprobados por las acciones cotidianas de la fricción que calma el dolor. Las bendiciones fueron las primeras manifestaciones típicas de la imposición.
El salvaje no teoriza, pero experimentaba, instintivamente, y aprendía a hacer y deshacer las acciones con el poder de las manos, la curativa aparece en las historias orales referentes a numerosas tribus primitivas: los aborígenes australianos y los kung del desierto de kalahari narran historias sobre sus grandes sanadores.
Existen diversas noticias que nos indican que en el antigua Egipto ya se practicaban los ritos de imposición de manos. A través de ellos se conseguía trasmitir al hombre la energía del cosmos.
En este orden de ideas, en una de las capillas de Tutankamón se representa una escena (figura 1) en la que el faraón avanza hacia Osiris, en tanto que Isis, situada detrás, esta imponiendo su mano derecha sobre la nuca del monarca, uno de los centros vitales del hombre.
Figura 1
Los iniciados egipcios tuvieron unos conocimientos sobre la energía y su influencia en el hombre que en nuestros tiempos apenas llegamos a intuir. En esas mismas capillas de Tutankamón existe otra representación que atrae también nuestra atención.
En ella, (figura 2) la diosa Neftis esta imponiendo sus manos sobre el signo chen, el gran símbolo del poder y de la protección mágica. El amuleto, magnetizado por la diosa, evitara que las amenazantes fuerzas negativas logren destruir a la persona que lo porte.
De algún modo se nos está indicando que gracias al poder de la diosa, transmitido a través de la imposión de manos sobre el símbolo mágico, se consigue poner en fuga a las fuerzas del mal, en suma esos espíritus malignos que Jesús y sus discípulos, a través igualmente de la imposición de manos, expulsaban de los cuerpos atormentados de los endemoniados.
Figura 2
También a modo de ejemplo podemos citar otra representación de las capillas de tutankamón que nos produce una intensa fascinación, por todo lo que nos sugiere. En ella (figura 3) contemplamos como una diosa-estrella está recibiendo del sol un flujo de energías que esta entrando por la boca. La diosa, catalizadora de esas energías, la esta restituyendo a través de sus manos a una serpiente, símbolo de las fuerzas telúricas de la tierra, situada a sus pies. Gracias a ella la tierra absorbe la tan necesaria energía del cosmos.
Lamina 3
Figura 3
La mitología griega cuenta cómo Esculapio no solo recuperó al enfermo moribundo usando "su buena mano" sino que también hizo revivir al muerto.
Y en los tiempos de Hipócrates, alrededor del año 400 a.C., los cheirourgos griegos (los actuales cirujanos) inicialmente no operaban con bisturí sino con los dedos y las palmas de sus manos sanadoras.
En este sentido, un miembro de la escuela hipocrática de Cos escribió que a menudo podía aliviar los síntomas de sus pacientes "con la imposición de manos o moviendo estas por encima de la parte afectada, como si mis manos proyectasen algún poder curativo"
En otro sentido podemos observar, como en el antiguo testamento se le da varios significados a la imposición de manos. A veces significa bendición. Así Jacob bendice a sus nietos Efraín y Manasés, los de José, "extendió su diestra y poniéndola sobre la cabeza de Efraín, y su izquierda sobre la de Manasés, mientras pronunciaba las palabras de bendición" Dios…. Bendiga a estos muchachos, y multiplíquese y crezca en medio de la tierra" (Gen 48,14-16) También Aarón, en su calidad de sacerdote, "Alzando las manos hacia el pueblo, les bendijo" (Lev 9-22).
Otras veces quiere indicar consagración para una tarea, la designación de una persona para una misión, Moisés, por ejemplo, y por encargo de Yahvé, eligió a Josué como sucesor suyo, y delante de todo el pueblo "le impuso su mano y le transmitió las órdenes divinas, para que condujera a su pueblo con autoridad (num. 27, 18-23) Por eso se podrá decir después: "Josué estaba lleno del espíritu de sabiduría, por que Moisés le había impuesto las manos "(Deum 34,9).
En II de reyes, encontramos la expectativa de Naamá: "pensaba yo que él vendría hacia mi, se pondría en pie, invocaría en nombre del Señor su Dios, movería la mano sobre el lugar de la lepra, y restauraría al leproso".
Siguiendo en el orden de ideas observamos como en el Nuevo testamento se refiere a la imposición de manos; Así Cristo Jesús imponía sus manos sobre los niños, orando por ellos (Mt 19, 13-15). En los textos paralelos se dice que la gente le presentaba los niños "para que los tocara" y el "abrazaba a los niños y los bendecía imponiendo las manos sobre ellos" (Mc10, 13-16) La imposición era, pues, también contacto físico. La despedida de Jesús, en su ascensión, se expresa también con el mismo gesto: "Alzando sus manos, los bendijo "(lc 24,50).
Es una expresión que muy frecuentemente va unida a la idea y a la realidad de una curación. Jairo pide a Jesús: "mi hija esta a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella para que se cure y viva "(Mc 5,23). Le presentan al sordo mudo de la Decápolis "y le ruegan que imponga sus manos sobre el "(Mc 7,32), y así mismo el ciego de betsaida: "le Impuso las manos y le pregunto…. después le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente (Mc 8, 23-25).
En el gesto mas repetido en las curaciones: "Todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban, y poniendo el las manos sobre cada uno de ellos, los curaba (Lc 4,40). No es de extrañar que la expresividad del signo se prolongue en el encargo que Jesús hace a sus discípulos "los que crean impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien "(Mc 16,18). Pablo fue curado precisamente por la imposición de manos por parte de Ananías (act. 9,17), curara a su vez al padre de Publio:" entro a verlo, hizo oración, le impuso las manos y curo" (Act 28, 8-9).
En el Evangelio de Mateo (8, 1-3) se narra, a modo de ejemplo, que: "Un leproso vino a arrodillarse delante de él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes sanarme." Jesús alargó la mano, lo tocó y le dijo: "Quiero, queda sano." E inmediatamente desapareció la lepra."
Otro episodio similar se encuentra en el Evangelio de Marcos (8, 22-25): "Cuando llegaron a Betsaida le trajeron un ciego y le pidieron que lo tocara. Jesús tomó al ciego y lo saco fuera del pueblo. Después de mojarle los ojos con saliva, puso las manos sobre él y le preguntó: "¿Ves algo?" El ciego, que empezaba a ver dijo: "Veo a los hombres, pero como si fueran árboles que caminan." Le puso nuevamente las manos en los ojos y el hombre empezó a ver perfectamente: quedó sano y veía claramente todas las cosas."
Lucas, por su parte, nos indica (4, 40-41) que: "Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversos males se los traían; él imponía las manos sobre cada uno y los sanaba. También hizo salir de varias personas demonios que gritaban…"
Estas y otras noticias similares nos hablan del poder curativo de Jesucristo. Todo parece indicar que las manos de Jesús eran un medio a través del cual se canalizaba una fuerza o energía que permitía la sanación de los hombres que tenían fe en él. Pero es que, además, los Evangelios nos han dejado constancia expresa de que esa energía que las manos de Jesús canalizaban se podía también depositar en objetos diversos, sobre todo en la ropa. De algún modo se nos está diciendo que su fuerza era tan intensa que llegaba a impregnar los paños con que se cubría y bastaba que los necesitados de ella los tocaran con fe para que les fuera transmitida. Dice, en ese sentido, el Evangelio de Lucas (8, 42-48):
"Mientras Jesús iba a la casa de Jairo, la gente lo apretujaba hasta casi ahogarlo. Una mujer, que padecía hemorragias desde hacía doce años y había gastado con los médicos todo lo que tenía sin que nadie pudiera curarla, tocó el borde del manto de Jesús y en el mismo instante se le detuvo el derrame de sangre. Jesús preguntó: "¿Quién me ha tocado?" Como todos decían que ellos no habían sido, Pedro y sus compañeros replicaron: "Maestro, es la multitud la que te aprieta y te oprime." Jesús dijo: "Alguien me ha tocado, pues yo he sentido que una fuerza ha salido de mí." Al verse descubierta, la mujer se presentó muy temerosa y, echándose a sus pies, contó delante de todo el mundo por qué le había tocado y cómo había quedado instantáneamente curada. El la dijo: "Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz."
El poder de sanación de los enfermos a través de la imposición de manos no es algo que distinga específicamente a Jesús. En el que nos confirman algunos de sus discípulos también lo tenían. En el su episodio de la conversión de Pablo, cuando este ha quedado ciego y llevado a Damasco donde permanecerá tres días sin comer ni beber nada, los Hechos de los Apóstoles (9, 10-18) nos dicen lo siguiente: "Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías a quien el Señor llamó En una visión: "¡Ananías!" El respondió: "Aquí estoy, Señor." Y el Señor Le dijo: "Vete a la calle llamada Recta y pregunta en la casa de Judas por un Hombre llamado Saulo de Tarso, que está orando y ha visto en visión a Un Hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para Que Viese.
En el mismo orden "Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: "Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, Me ha enviado a ti para devolverte la vista y para que quedes lleno del Espíritu Santo." Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas y Recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron."
San Pablo impone las manos a un discípulo
En estos mismos textos, Hechos de los Apóstoles (14, 8-10) se nos habla de cómo Pablo, igualmente, habría de poseer ese mismo poder de Sanación. Se nos dice, en efecto, que: "En Listra había un hombre tullido, Cojo de nacimiento, que nunca había caminado. Escuchaba el discurso De Pablo. Este fijó en él su mirada y descubrió que tenía fe para ser Curado; le dijo, entonces, en voz alta: "Ponte de pie," El otro dio un salto Y Se puso a caminar.
Finalmente, también en Hechos de los Apóstoles (19, 11-12) se nos dice literalmente que: "Dios hacía prodigios extraordinarios por medio de Pablo. Ponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y curaban de sus enfermedades; también se alejaban de ellos los espíritus malos."
Todas estas noticias que estamos citando nos confirman que hombres como Pablo y otros discípulos tenían, igual que Jesús, el poder de sanar a los enfermos y que si estos tenían fe bastaba para que curaran que tocasen alguno de los vestidos o ropas que aquellos utilizaban, que estaban fuertemente impregnados de su energía.
Desprendemos a partir de esos breves registros, que el arte de curar a través de las manos era practica normal desde los tiempos antiguos. En el siglo XVIII, Mesmer, después de estudiar la cura mineral magnética del astrónomo Jesuita Maximiliano Hell, profesor de la Universidad de Viena, así como los trabajos de cura magnética de J.JGassner, divulgó una serie de técnicas relativas a la utilización del magnetismo humano, instrumentalizado por la imposición de manos. Tales estudios lo llevaron a elaborar su tesis de Doctorado de Planetarium Inflexu, en 1.766 de cuyos principios jamás se apartó.
Mesmer admitía la existencia de una fuerza magnética que se manifestaba a través de la actuación de un fluido universal distribuido, que se insinuaba en la sustancia de los nervios y daba, al cuerpo humano, propiedades análogas al del imán. Ese fluido, bajo control, podría ser usado como finalidad terapéutica ".
En el siglo XX durante la década de los setenta, las primeras investigaciones conocidas fueron realizadas por el Dr. Bernard Grad quien llegó a la conclusión de que los sanadores psíquicos o espirituales eran realmente efectivos al emplear la energía de sus manos para curar. Realizó un variado número de experimentos utilizando plantas y animales para evitar que interfiriera la creencia o la fe de quienes fuesen sometidos como objetos de sus pruebas.
Con el húngaro Oscar Estebany como principal colaborador, Grad Provocó bocios en los ratones que utilizaría para una de sus experimentos y luego los separó en dos grupos: el primero sería de control y el segundo estaría sometido a la influencia del sanador luego de cuarenta días fueron comparados los ratones de ambos grupos, comprobándose que los ratones tratados por Estebany habían desarrollado un bocio mucho menor que los del grupo de control. En posteriores experimentos, Grad utilizó algodón que fue tocado por las manos del sanador, para colocarlo en ratones enfermos y obtuvo los mismos resultados, aun cuando no hubo contacto directo entre Estebany y los animales.
Mas adelante llegaría a experimentar con plantas y semillas, obteniendo similares resultados, que demostraban que las manos del sanador o su mente, poseían algún efecto curativo sobre los seres vivientes.
En la actualidad son muchos y variados los experimentos que se realizan para comprobar de una forma definitiva la existencia de esa energía que radicara en todos los seres humanos y que sería capaz de sanar a otros, a través del contacto físico o con la sola intención y el deseo de curar.
En este orden de ideas surge la pregunta ¿Que características debe poseer un sanador?
Es cierto que cualquier persona tiene la capacidad de trabajar con la imposición de manos, sin embargo son varias las características que debe desarrollar: equilibrio, a nivel físico y mental.
La persona debe de mantener su propia energía física libre de densidades es por ello que su alimentación debe estar libre de cadaverinas (carnes) se recomienda una alimentación vegetariana. Mental por que sus pensamientos generan energía que de ser negativas se plasmarán en su propio campo energético y será lo que proyectará. Humanitario, el comprender y ayudar a otros es primordial en el trabajo espiritual. Disciplinado para lograr todo lo que se desee el la vida debe haber disciplina y orden y sobre todo fuerza de voluntad sin ella no se podría hacer el trabajo encomendado.
Enfermedades psicosomáticas
Actualmente se utiliza la denominación de psicosomático para poder expresar la relación existente entre el cuerpo y la psique. Muchas veces las enfermedades físicas son el resultado de un desequilibro emocional, o sea de origen psicológico.
En las civilizaciones primitivas se pensaba que los espíritus negativos generaban las enfermedades que debían de ser combatidas con métodos espirituales (siendo espíritu, lo que hoy llamamos factores psicológicos), Siendo estos métodos, muchas veces efectivos.
En la civilización griega Sócrates decía "del mismo modo que no es apropiado curar los ojos sin la cabeza, ni la cabeza sin el cuerpo tampoco es apropiado curar el cuerpo sin el alma".
Así como también Hipócrates comentó "Con el fin de curar el cuerpo es necesario conocer el alma en su totalidad".
Según el Dr. David J.Sussman citado por José Maria Mingarro (2006). "Hay enfermedades Psicosomáticas y otras que no lo son Psicosomáticas, son aquellas donde el factor emocional juega un papel preponderante en su génesis. Día a día se incorporan más enfermedades al grupo, del que no es ajeno el mismo cáncer, a medida que se comprueba la importancia Estresante del factor emocional.
Cuando la relación mente cuerpo ve alterada su armonía debido a emociones displacenteras, sentimientos negativos, modificaciones del ciclo vital o situaciones de alto impacto emocional generadoras de estrés, inevitablemente se produce un impacto, que puede representarse en forma de síntomas o enfermedades psicosomáticas.
En la enfermedad psicosomática: en la medida que las emociones o sentimientos negativos son más intensos, más fuertes o más impactantes, también lo son esas respuestas emocionales o conductuales. Según William Osler (1980 Pág. 45) "La cuestión no es que enfermedad tiene una persona, si no quien es, la persona que ha sucumbido a la enfermedad" Existen distintas teorías que explican desde distintos enfoques las causas de las enfermedades psicosomáticas. Los psicoanalistas, como Joyce Mc Dougall, citado por CAPLAN, G. (1985) postulan que las personas que desarrollan dichas enfermedades tienen una tendencia a ignorar las señales de su cuerpo, o en el caso de ser registradas, las consideran desprovistas de importancia. Son individuos sobre adaptados, que ante momentos difíciles o traumatizan tes parecen inquebrantables. Muchos de ellos presentan alexitimia, es decir, dificultad para registrar y expresar sus emociones; y a veces parecen algo desafectivos en sus relaciones con los demás.
Michael Fain citado por Belloch, a., Sandín, B. y Ramos, f. (1995) explica que los pacientes psicosomáticos tuvieron madres sobre protectoras que hicieron lo posible para evitarles el dolor y, de esta manera interrumpieron el desarrollo normal de la unidad psicosomática. Estos niños tardarán más tiempo o presentarán problemas para registrar las sensaciones de su cuerpo.
Otra teoría es la de la "Especificidad de Respuesta" que se basa en la concepción de la debilidad genética de un órgano. Es decir, la persona tendría una parte de su cuerpo predispuesta para enfermar, independientemente del factor estresante.
El tipo de enfermedad que puede surgir está determinado por el "eslabón más débil" dentro de su sistema funcional orgánico. Ante las mismas condiciones estresantes, un individuo más vulnerable (por constitución personal) es más probable que desarrolle un trastorno que otro individuo con menor predisposición.
En la actualidad las teorías tienden a ser explicaciones multifactoriales en vez de estar centradas en único aspecto. Algunas sugieren la existencia de un estilo emocional negativo, definido por el predominio de un complejo de variables emocionales como la ansiedad, la depresión, la ira-hostilidad, que podría estar implicado en el desarrollo de múltiples trastornos físicos. Este tipo de evidencia sugiere la posibilidad de que exista un tipo general de persona predispuesta a la enfermedad caracterizada por la preponderancia de un estado emocional.
Existe una dificultad para delimitar el campo psicosomático, ya que existen contradicciones en este término según se aplique a toda la medicina o que se restrinja a ciertos trastornos.
Es delicado situar la frontera entre las enfermedades psicosomáticas y las biológicas, además de que, a su vez varía en muchos casos su grado de intensidad.
Podemos recorrer toda la gama de enfermedades, desde aquellas en las que los factores biológicos, tóxicos, infecciosos, traumáticos o genéticos son determinantes, hasta afecciones en las que lo son los factores psicosociales, en forma de emociones, de conflictos actuales o antiguos. Pero ya se trate de unas o de otras, es preciso no perder de vista la unidad psicosomática del hombre enfermo.
Porque, por ejemplo ¿qué hay más mecánico que un traumatismo? Sin embargo, muchos accidentes son actos fallidos que entran en el cuadro de la sicopatología de la vida cotidiana. Muchas veces, en los sujetos que son victimas de traumatismos, su propensión a los accidentes revela un factor emocional que perturba su equilibrio afectivo.
Otro ejemplo que refleja estas interacciones es la tendencia a sufrir resfriados. Los desequilibrios emocionales provocan estrés y afectan al tono vascular, concretamente a nivel de las vías respiratorias superiores, que albergan bacterias o virus saprofitos.
El estrés a su vez influye en la bajada de defensas. El estado mental interviene de forma indirecta, pero real, en la resistencia a las enfermedades infecciosas, influyendo sobre el terreno en el que los gérmenes patógenos ejercen su acción.
Según cita Weiss y English: citado por CAPLAN, G. (1985) "La medicina psicosomática no reconoce menos importancia que la medicina general a los factores orgánicos, sino que valora más los factores psíquicos, con lo que devuelve a un antiguo principio su valor, según el cual el espíritu y el cuerpo no son elementos opuestos, sino interdependientes".
Estudios clínicos efectuados en enfermos en los que se ha podido establecer todos los antecedentes biográficos han demostrado la existencia de una relación cronológica entre la evolución de su enfermedad y las vicisitudes de su vida afectiva. La situación que precipita al sujeto a la enfermedad revise para cada paciente una significación afectiva particular, porque está unida al pasado o a una problemática conductual no resuelta. Por esta razón tiene para él un efecto estresante.
Por tanto, los afectos pueden, por una tensión emocional crónica inducir la producción de trastornos funcionales crónicos y después la lesión orgánica. Por otro lado, si la expresión motora o verbal de la agresividad o de la ansiedad está bloqueada, las descargas del sistema nervioso central son devueltas hacia el sistema vegetativo, produciendo desórdenes patológicos en el funcionamiento de los órganos.
Se ve así que la causalidad de la enfermedad no es lineal ni unívoca, sino multifactorial.
Características de las enfermedades psicosomáticas
Digestivas: colon irritable o síndrome de intestino irritable úlcera, colitis ulcerosa, aerofagia y dispepsias psicógenas, hipo, neurosis gástricas, gastritis, reflujo, de la motilidad, espasmo de píloro, evacuatorias, constipación, diarreas psicógenas, meteorismo, estado nauseoso, dolor abdominal crónico funcional, globus o globo histérico, sensación de tener un nudo en la garganta que causa disfagia y otras formas de disfagia orofaríngea.
Respiratorias: asma bronquial, bronquitis, rinitis alérgica, tos psicógena, hiperventilación. Los estados depresivos producen suspiros, ante el factor sorpresa se corta la respiración, la emoción sofoca y los estados de angustia ahoga.
Corazón y Sistema Cardiovascular: hipertensión arterial, infarto de miocardio y hemorragias cerebrales.,neurosis cardiaca. astenia neurocirculatoria, hipertensión.
Genitourinarias: vaginismo, trastornos menstruales, Dismenorrea psicógena enuresis, disfunciones sexuales, paruresis, disuria psicógena, vejiga nerviosa, polaquiuria.
Endocrinas: bocio, diabetes, hipertiroidismo y obesidad.
Dermatológicas o Cutáneas: eczemas, alopecia, psoriasis, dermatitis, alopecia areata -caída del cabello, barba o bello en zonas determinadas-, acne, picazón intensa, prurito psicógeno o urticaria, hiperhidrosis, vitíligo, sensación de hinchazón, hormigueo, entumecimiento o de sensaciones extrañas.
Osteomusculares: cefaleas tensiónales, fibromialgia, tortícolis psicógena y otros trastornos y movimientos espasmódicos psicógenos.
Trastornos sexuales y de la identidad sexual. disfunciones sexuales, parafilias, alteración de los patrones sexuales.
Trastornos somatomorfos, se manifiestan como la presentación reiterada de síntomas orgánicos generalmente acompañados de demandas persistentes de consultas, exploraciones, estudios y análisis clínicos.
Trastornos de somatización, son síntomas físicos múltiples, recurrentes y variables, presentes desde hace cierto tiempo y sin una adecuada explicación somática. Generalmente existe resistencia a aceptar la respuesta médica, acerca que en dicha sintomatología no hay una evidencia de afección orgánica, trayendo esto aparejado, además de la inconformidad del paciente, un creciente grado de afectación en el comportamiento en y de su entorno familiar y social.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |