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La religión de Dios (página 3)

Enviado por jesus gonzalez garcia


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La unidad de la religión

La unidad de la religión unidad de los profetas:

Las Santas Manifestaciones que han sido fuentes fundadoras de los diversos sistemas religiosos están unidas y de acuerdo en sus propósitos y enseñanzas. Krishna, Abraham, Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús, Muhammad, el Báb y Bahá'u'lláh son uno en espíritu y realidad. Además cada Profeta cumplió la promesa de Aquel que vino antes que Él y, a su vez, cada Uno anunció a Aquel que habría de seguirle.

Considerad cómo Abraham predijo la venida de Moisés, y Moisés encarnó la declaración abrahámica. Moisés profetizó el ciclo mesiánico, y Cristo cumplió la ley de Moisés. Es evidente, por tanto, que las santas Manifestaciones que fundaron los sistemas religiosos están unidas y de acuerdo; no hay diferenciación posible en sus misiones y enseñanzas; todos son espejos que reflejan la realidad, y todos promulgan la religión de Dios. La religión divina es la realidad y la realidad no es múltiple; es una. Por tanto, los fundamentos de los sistemas religiosos son uno debido a que todos provienen de la realidad indivisible; pero los seguidores de estos sistemas han disentido; discordia, lucha y guerra han surgido entre ellos, pues abandonaron el fundamento y se adhirieron a lo que sólo es imitación y apariencia. Puesto que las imitaciones difieren, el resultado es enemistad y disensión. Por ejemplo, Jesucristo, ¡que mi espíritu sea sacrificado por Él ¡ echó los cimientos de la realidad eterna, pero después de su partida muchas sectas y divisiones aparecieron en la cristiandad. ¿Cuál fue la causa de ello? No cabe duda de que se originó en imitaciones dogmáticas, pues los principios de Cristo eran la realidad misma, en la cual no existe divergencia. Cuando aparecieron las imitaciones, se formaron las sectas y grupos disidentes.

Si los cristianos de todos los grupos de disidentes investigaran la realidad, los principios de Cristo los unirían. No quedaría enemistad u odio porque todos estarían bajo la guía única de la realidad misma. Del mismo modo, y en un plano más amplio, si todos los sistemas religiosos existentes se apartasen de las imitaciones ancestrales e investigaran la realidad buscando el significado verdadero de los Libros Sagrados, se unirían y concordarían sobre el mismo fundamento, la realidad misma.

Mientras sigan doctrinas falsas o imitaciones en vez de la realidad, existirán la discordia y la animosidad, y éstas aumentarán. Dejadme ilustrar esto. Moisés y los profetas de Israel anunciaron el advenimiento del Mesías pero lo expresaron en lenguaje simbólico. Cuando Cristo apareció, los judíos lo rechazaron aunque estaban esperando su manifestación y en sus templos y sinagogas exclamaban y se lamentaban diciendo "¡Oh Dios, apura la venida del Mesías!". ¿Por qué lo negaron cuando se anunció? Porque habían seguido formas e interpretaciones ancestrales y estaban ciegos a la realidad de Cristo. No habían percibido los íntimos significados de la santa Biblia. Proclamaron sus objeciones diciendo: "Estamos esperando a Cristo, pero su venida está condicionada al cumplimiento de ciertos anuncios proféticos. Entre las señales del advenimiento hay una que dice que vendrá de un lugar desconocido, en tanto que ahora este presunto Mesías ha venido de Nazaret. Conocemos su casa y conocemos a su madre".

"Segundo, una de las señales o condiciones mesiánicas es que su cetro sería una vara de hierro y este Cristo ni siquiera tiene tallado de madera. Tercero, Él debía sentarse en el trono de David, mientras que este rey mesiánico se halla en el más extremo estado de pobreza y ni siquiera tiene una esterilla. Cuarto, Él debía conquistar el Este y el Oeste. Esta persona no ha conquistado siquiera una villa. ¿Cómo puede ser el Mesías?

Quinto, Él promulgaría las leyes de la Biblia. Éste no sólo no las ha promulgado, sino que ha infringido la ley sabática. Sexto, el Mesías reuniría a todos los judíos dispersos en Palestina y les restauraría el honor y el prestigio, pero éste en vez de elevarlos los ha degradado.

Séptimo, durante su soberanía incluso los animales disfrutarían de bendiciones y comodidades, pues de acuerdo a los textos proféticos, Él establecería la paz con tal alcance universal que el águila y la codorniz vivirían juntas, el león y el ciervo se alimentarían en la misma pradera, el lobo y el cordero pacerían juntos. En el reino humano la guerra cesaría completamente; las lanzas se convertirán en hoces y las espadas en arados.

Ahora vemos en el día de este pretendido Mesías que prevalece tal injusticia que incluso él mismo es sacrificado. ¿Cómo podría ser el Cristo prometido?" Y así expresaron palabras infamantes referidas a Él.

Ahora bien, al estar los judíos sumergidos en el mar de las imitaciones ancestrales no podían comprender el significado de estas profecías. Todas las palabras de los profetas se cumplieron, pero debido a que los judíos se aferraron tenazmente a interpretaciones hereditarias, no entendieron los significados ocultos de la sagrada Biblia; por consiguiente, negaron a Jesucristo, el Mesías. El propósito de las palabras proféticas no era el significado externo o literal, sino el significado simbólico oculto. Por ejemplo, fue anunciado que el Mesías debía venir de un lugar desconocido.

Esto no se refería al lugar del nacimiento del cuerpo físico de Jesús. Se refería a la realidad de Cristo, es decir, la realidad de Cristo debía aparecer de un reino invisible, pues la realidad de Cristo es sagrada y santificada por encima del lugar.

Su espada sería de hierro. Esto significa que el instrumento era su lengua, la cual debía separar la verdad de lo falso, y mediante esa gran espada de ataque él conquistaría los reinos de los corazones. Él no conquistó por el poder físico de una vara de hierro; conquistó el Este y el Oeste mediante la espada de su prolación.

Estaba sentado en el trono de David, pero su soberanía no era napoleónica ni el dominio efímero del faraón. El reino de Cristo era sempiterno, eterno en el cielo de la Voluntad divina.

Al promulgar las leyes de la Biblia, la realidad de la Ley de Moisés era su propósito. La ley del Sinaí es el fundamento de la realidad de la cristiandad. Cristo la promulgó y le dio una expresión espiritual más elevada. Conquistó y subyugó al Este y al Oeste. Su conquista se efectuó a través de los hálitos del Espíritu Santo, el cual eliminó todas las fronteras y brilló en todos los horizontes. En su día, de acuerdo a la profecía, el lobo y el cordero beberían de la misma fuente. Ello se realizó en Cristo, la fuente a que se hace referencia es el Evangelio, del cual mana el agua de vida. El lobo y el cordero son las razas divergentes y opuestas simbolizadas por estos animales. Su reunión y asociación eran imposibles, pero al convertirse en creyentes de Jesucristo aquellos que anteriormente eran como lobos y corderos se unieron mediante las palabras del Evangelio.

La idea es que todos los significados de las profecías se cumplieron, pero debido a que los judíos eran cautivos de las imitaciones ancestrales y no percibían la realidad de los significados de estas palabras, negaron a Cristo. Más aún, fueron tan lejos que lo crucificaron. Considerad cuan dañina es la imitación. Estas eran interpretaciones transmitidas por padres y ancestros, y debido a que los judíos se aferraron a ellas fueron privados del Espíritu Divino.

Es evidente, entonces, que debemos abandonar tales imitaciones y creencias para que no cometamos este error. Debemos investigar la realidad, dejar de lado nociones egoístas y desterrar el rumor de nuestras mentes. Los judíos consideran a Cristo enemigo de Moisés, mientras que Cristo (al contrario) promovió la Palabra de Moisés. Esparció el nombre de Moisés a través de Oriente y Occidente.

Promulgó las enseñanzas de Moisés. Si no hubiera sido por Cristo, no habríais oído el nombre de Moisés; y si la manifestación mesiánica no hubiese aparecido en Cristo, no hubiésemos recibido el Antiguo Testamento.

La verdad es que Cristo cumplió la ley mosaica y apoyó a Moisés en todas formas; pero los judíos, cegados por las imitaciones y los prejuicios, lo consideran enemigo de Moisés. Entre los grandes sistemas religiosos del mundo está el Islam. Cerca de trescientos millones de personas lo aceptan. Por más de mil años ha habido enemistad y lucha entre musulmanes y cristianos, debido a la desavenencia y la ceguera espiritual. Si los prejuicios y la imitación se abandonasen, no habría enemistad alguna entre ellos y estos cientos de millones de religiosos antagónicos adornarían el mundo de la humanidad con su unidad.

Ahora deseo pediros vuestra atención sobre un punto muy importante. Todo el Islam considera el Qur'án la Palabra de Dios. En este Libro Sagrado hay textos explícitos que no son tradicionales, declarando que Cristo era la Palabra de Dios, que Él era el Espíritu de Dios, que Jesucristo vino a este mundo mediante los hálitos vivificadores del Espíritu Santo y que María, su madre, era santa y santificada. En el Qur'án hay todo un capítulo dedicado a la historia de Jesús. Allí se registra que en el tiempo de su juventud Él adoraba a Dios en el templo de Jerusalén, que el maná descendía del cielo para su sustento y que hablaba apenas nacido. En suma, en el Qur'án hay elogios y alabanzas a Cristo que no pueden encontrarse en el Evangelio. El Evangelio no registra que el niño Jesús hablaba al momento de nacer o que Dios hizo descender su sustento desde el cielo, pero en el Qur'án se declara repetidamente que Dios enviaba el maná día tras día como alimento para Él. Además, es significativo y convincente el hecho de que cuando Muhammad proclamó su obra y misión, la primera objeción a sus propios seguidores fue: "¿Por qué no habéis creído en Jesucristo? ¿Por qué no habéis aceptado el Evangelio? ¿Por qué no habéis creído en Moisés? ¿Por qué no habéis seguido los preceptos del Antiguo Testamento? ¿Por qué no habéis entendido a los Profetas de Israel? ¿Por qué no habéis creído en los discípulos de Cristo? El primer deber obligatorio para vosotros, OH árabes, es el de aceptarlos y creer en ellos.

Debéis considerar a Moisés como un Profeta. Debéis aceptar a Jesucristo como la Palabra de Dios. Debéis saber que el aceptar a Jesucristo como la Palabra de Dios. Debéis saber que le Antiguo y el Nuevo Testamento son la Palabra de Dios. Debéis creer en Jesucristo como el producto del Espíritu Santo". Su pueblo respondió: "¡OH Muhammad! Seremos creyentes aunque nuestros padres y ancestros no lo eran, y estamos orgullosos de ello. Pero, dinos, ¿qué será de nuestros padres?". Muhammad respondió: "Os declaro que ocupan el más bajo estrato del infierno debido a que no creyeron en Moisés y en Cristo y no aceptaron la Biblia; y aunque ellos son mis propios ancestros, aun así se hallan desesperados en el infierno".

Este es un texto explícito del Qur'án; esto no es una narración o tradición sino el Qur'án mismo, el cual es conocido por la gente. Por tanto, es evidente que la ignorancia y los malentendidos son los que han causado tanta guerra y lucha entre los musulmanes y cristianos. Si ambos hubieran investigado la verdad básica en sus creencias religiosas, el producto sería la unidad y el acuerdo; la lucha y la amargura hubieran desaparecido para siempre y el mundo de la humanidad hubiera encontrado la paz y la serenidad. Considerad que hay doscientos cincuenta millones de cristianos y trescientos millones de musulmanes. ¡Cuanta sangre se ha derramado en sus guerras! ¡Cuantas naciones han sido destruidas! ¡Cuantos niños han quedado huérfanos! ¡Cuántos padres y madres han logrado la pérdida de sus hijos y seres queridos!

Todo esto se ha debido a los prejuicios, desavenencias e imitaciones de creencias ancestrales, sin una investigación de la realidad. Si los Libros Sagrados hubiesen sido correctamente comprendidos, ninguna de estas discordias o aflicciones hubiesen existido, sino que el amor y el compañerismo habrían prevalecido en su lugar. Esto también se aplica a todas las demás religiones. Las condiciones que he nombrado se aplican a todas por igual. El propósito esencial de la religión de Dios es establecer la unidad entre los hombre.

Las divinas Manifestaciones fueron los fundadores de los instrumentos del compañerismo y el amor. No vinieron para crear discordia, lucha y odio en el mundo. La religión de Dios es la causa de amor, pero si se convierte en fuente de enemistad y derramamiento de sangre, de seguro su ausencia es preferible a su existencia, pues entonces se vuelve satánica, dañina, un obstáculo para el mundo humano. Los diversos pueblos y naciones de Oriente estaban en un estado de antagonismo y lucha, manifestando la más extrema enemistad y odio los unos hacia otros. La oscuridad circundaba la mundo de la humanidad. En un momento como éste apareció Bahá'u'lláh. Eliminó todas las imitaciones y prejuicios que habían causado la separación y las desavenencias y echó las bases de la única religión de Dios. Cuando esto se realizó, musulmanes, cristianos, judíos, zoroastrianos y budistas, todos se unieron con verdadero amor y camaradería. Las almas de todas las naciones que siguieron a Bahá'u'lláh se volvieron como una sola familia viviendo en acuerdo y armonía, deseando sacrificar la vida los unos por los otros. El musulmán da la vida por el cristiano, el cristiano por el judío y todos ellos por el zoroastriano. Viven juntos en amor, camaradería y unidad. Han alcanzado la condición de renacimiento en el Espíritu de Dios. Han sido resucitados y regenerados mediante los hálitos del Espíritu Santo. ¡Alabado sea Dios! Esta luz ha venido del Este y con el tiempo no habrá discordia ni enemistad en el Oriente. Mediante el poder de Bahá'u'lláh todos estará unidos. Él izó este estandarte de la unidad de la humanidad en la prisión. Cuando se hallaba sometido al destierro por dos reyes, mientras era un refugiado de los enemigos de todas las naciones, durante los días de su largo encarcelamiento, escribió a los reyes y gobernantes del mundo con palabras de maravillosa elocuencia, acusándolos seriamente y convocándolos al divino estandarte de la unidad y justicia. Los exhortó a la paz y al acuerdo internacional, haciéndolos responsables del establecimiento de un cuerpo internacional de arbitraje, de un congreso de naciones con delegados seleccionados de todos lo s países y gobiernos, que construiría una corte universal de justicia para solucionar disputas internacionales. Escribió a la Reina Victoria de Gran Bretaña, al Zar de Rusia, al Emperador de Alemania, a Napoleón III de Francia y a otros, invitándolos a la unidad y paz mundiales. Mediante un poder celestial Él fue capaz de promulgar estos ideales en Oriente, los reyes no podían resistirse. Se esforzaron por extinguir su luz, pero esto sólo sirvió para aumentar su intensidad e iluminación. Mientras estaba en prisión, enfrentó al Sháh de Persia y al Sultán de Turquía y promulgó sus enseñanzas hasta que estableció firmemente la bandera de la verdad y la unidad de la humanidad. Yo estuve prisionero con Él durante cuarenta años hasta que los jóvenes turcos del Comité de Unión y Progreso derrocaron el despotismo de 'Abdu'l-Hamid; lo destronaron y proclamaron la libertad. Este comité me liberó de la tiranía y la opresión; de otro modo hubiese estado en prisión hasta los últimos días de mi vida. Mi intención es ésta: que Bahá'u'lláh en prisión fue capaz de proclamar y establecer los fundamentos de la paz aunque dos reyes despóticos eran sus enemigos y opresores. El rey de Persia, Násri'd-Din Sháh, había matado veinte mil bahá'ís, mártires que con absoluto desprendimiento y completa disposición ofrendaron alegremente sus vidas por su fe. Estos dos reyes poderosos y tiránicos no pudieron contrarrestar a un prisionero…

… Este Prisionero mantuvo en alto el estandarte de la humanidad y condujo al pueblo de Oriente al acuerdo y la unidad. Hoy, en Oriente, sólo aquellos que no siguieron a Bahá'u'lláh están en oposición y enemistad. Los pueblos de las naciones que lo han aceptado como estandarte de guía divina disfrutan una condición de verdadera camaradería y amor. Si asistierais a una reunión en el Este, no podríais distinguir entre cristiano y musulmán, no podríais saber quién fue zoroastriano, judío o budista; han fraternizado tan completamente que sus diferencias religiosas se han nivelado. Se asocian con el más extremo amor y fragancia espiritual, como si perteneciesen a una familia, como si fueran un solo pueblo.

En los divinos Libros Sagrados existen inconfundibles profecías que dan las buenas nuevas de cierto Día en el que el Prometido de todos los Libros aparecerá…

…una brillante Dispensación será establecida, la bandera de la Más Grande Paz y de la conciliación será izada y se proclamará la unidad del mundo de la humanidad. Entre las diversas naciones y pueblos del mundo no quedará enemista y odio, todos los corazones serán vinculados entre sí.

Estas cosas están registradas en el Torá o Antiguo Testamento, en el Evangelio, el Qur'án, el Zend-Avesta, los Libros de Buda y el Libro de Confucio. En resumen, todos los Libros Sagrados contienen estas buenas nuevas. Anuncian que después de que el mundo haya sido rodeado por la oscuridad, la luz surgirá. Porque igual que las horas de la noche en que se vuelve excesivamente oscura preceden a la aurora de un nuevo día, también cuando la oscuridad de la apatía religiosa se apodera del mundo, cuando las ideas materialistas ensombrecen la espiritualidad, cuando las naciones se sumergen en el mundo de la materia y se olvidan de Dios, en un momento como éste brillará el Sol divino y aparecerá la esplendente Aurora.

Considerad hasta qué límite extraordinario ha sido sojuzgada por el materialismo la espiritualidad de la gente, los sentimientos espirituales parecen haber desaparecido, la civilización divina se vuelve decadente y la guía y el conocimiento de Dios ya no perduran. Todos están sumergidos en un mar de materialismo. Aunque algunos asisten a iglesias y templos de devoción y adoración, ello se realiza de acuerdo a las tradiciones e imitaciones de sus padres y no para la investigación de la realidad y no están ocupados en su adoración. Se aferran a ciertas imitaciones que han llegado a ellos desde sus padres y antepasados. Se han acostumbrado a pasar cierto período de tiempo de adoración en el templo de acuerdo a imitaciones y ceremonias. Prueba de ello es que el hijo de todo padre judío se vuelve judío y no cristiano; el hijo de todo musulmán se vuelve seguidor del Islam; el hijo de todo cristiano demuestra ser cristiano; el hijo de todo zoroastriano es zoroastriano, etc. Por tanto, la fe y creencia religiosa es un remanente de ciegas imitaciones que han descendido a través de los padres y antepasados. Debido a que el padre de éste joven era judío, él se considera judío. No es que él haya investigado la realidad y probado a sí mismo satisfactoriamente que el judaísmo es correcto. No, más bien, él está consciente de que sus antecesores siguieron ese curso; por tanto él también se adhiere a ello.

El propósito de esto es explicar que la oscuridad de las imitaciones circunda el mundo. Todas las naciones se aferran a sus forma religiosas tradicionales. La luz de la realidad está oscurecida. Si estas diversas naciones investigaran la realidad, no cabe duda que lo lograrían. Coma la realidad es una, todas las naciones se volverían entonces una sola. En tanto ellas se adhieran a diversas imitaciones y estén privadas de la realidad, continuarán la contienda y la guerra y prevalecerán el rencor y la sedición. Si investigaran la realidad, no quedaría ni rencor ni enemistad y lograrían entre ellas la mayor concordia. Durante los años en que la oscuridad de la negligencia era más intensa en el Oriente y el pueblo estaba tan sumergido en las imitaciones que las naciones estaban sedientas de la sangre de las otras, considerándose mutuamente contaminadas y rehusando asociarse; en un momento como éste, Bahá'u'lláh apareció. Se levantó en el Oriente desarraigando las bases mismas de las imitaciones y produjo la aurora de la luz de la realidad. A través de Él varias naciones se unieron porque todas deseaban la realidad.

Por cuanto investigaron la realidad en la religión, descubrieron que todos los hombres son siervos de Dios, posteridad de Adán, hijos de una sola familia, y que los fundamentos de todos los profetas son uno. Dado que las enseñanzas de los profetas son realidad, sus principios son uno. La enemistad y contienda de las naciones, por tanto, se deben a las imitaciones religiosas y no a la realidad que subyace en las enseñanzas de los profetas. A través de Bahá'u'lláh las naciones y corazones se unieron y las vidas se amalgamaron. Después de siglos de odio y rencor los cristianos, judíos, zoroastrianos, musulmanes y budistas se reunieron en camaradería, todos ellos con el más extremo amor y unidad. Se unieron y dialogaron mancomunados porque habían percibido la realidad.

Los Profetas divinos están unidos en el perfecto estado del amor. Cada uno ha dado las buenas nuevas de la venida de su sucesor y cada sucesor ha confirmado a Aquel que lo precedió. Ellos estaban en la más grande unidad, pero sus seguidores están en lucha…

…Por ejemplo, Moisés dio el mensaje de las buenas nuevas de Cristo y Cristo confirmó el estado profético de Moisés. Por tanto, entre Moisés y Jesús no hay variación o conflicto. Están en perfecta unidad, pero existe el conflicto ente judíos y cristianos. Ahora, por tanto, si los pueblos judío y cristiano investigaran la realidad que subyace en las enseñanzas de sus Profetas, se volverían amables en la actitud de los unos hacia los otros y se asociarían en el mayor amor, pues la realidad es una y no dual o múltiple….

…Si esta investigación de la realidad fuese universal, las naciones divergentes ratificarían a todos los Profetas divinos y confirmarían todos los Libros Sagrados. No quedaría ni contienda ni rencor, y el mundo se uniría. Entonces nos asociaríamos en la realidad del amor. Seríamos como padres e hijos, como hermanos y hermanas viviendo juntos en completa unidad, amor y felicidad. Porque este siglo es el siglo de la luz. No es como los siglos anteriores. Los siglos pasados fueron épocas de opresión.

Ahora los intelectos humanos se han desarrollado y la inteligencia humana ha aumentado. Cada alma está investigando la realidad. Estamos viviendo un momento en el que deberíamos disfrutar de verdadera amistad. Los fundamentos de los sistemas religiosos son uno debido a que todos provienen de la realidad indivisible; pero los seguidores de estos sistemas han disentido; discordia, lucha y guerra han surgido entre ellos, pues abandonaron el fundamento y se adhirieron a lo que sólo es imitación y apariencia. Puesto que las imitaciones difieren, el resultado es enemistad y disensión.(Abdul-Bahá)

La religión como luz y oscuridad

La religión como luz y oscuridad •La Manifestación de DIOS •Una civilización en continuo progreso •El Día de DIOS •Citas de los escritos baháis sobre la religión

La religión como luz y oscuridad:

La condena más severa de Bahá'u'lláh está reservada a las barreras que la religión organizada ha erigido a lo largo de la historia entre la humanidad y las Revelaciones de Dios.

Dogmas inspirados en las supersticiones populares y perfeccionadas por un empleo inadecuado de la facultad racional, se han impuesto repetidamente sobre un proceso divino cuyo propósito en todo tiempo ha sido espiritual y moral. Las leyes de interacción social, reveladas con el propósito de consolidar la vida comunitaria, han sido convertidas en las bases para erigir estructuras de doctrinas arcanas y prácticas que han agobiado a las masas a cuyo beneficio se suponía que debían servir. Incluso el ejercicio del intelecto, el principal instrumento de la raza humana, ha sido deliberadamente dificultado, llegando a producirse finalmente una ruptura del diálogo entre la fe y la ciencia, un diálogo del que depende la vida civilizada.

La consecuencia de este triste historial es el desprestigio que ha sufrido la religión en todo el mundo. Peor aún, la religión organizada se ha convertido en una de las más virulentas causas de odio y guerra entre los pueblos del mundo. "El fanatismo y el odio religiosos", advirtió Bahá'u'lláh hace más de un siglo, "son un fuego que devora al mundo y cuya violencia nadie puede extinguir. Sólo la Mano del Poder Divino puede librar a la humanidad de esta aflicción desoladora."

A quienes Dios hará responsables de esta tragedia, dice Bahá'u'lláh, es a los líderes religiosos de la humanidad que han pretendido hablar en Su nombre a lo largo de la historia. Sus intentos de convertir la Palabra de Dios en un coto privado y su exposición en un medio de engrandecimiento personal han sido el mayor obstáculo contra el que ha tenido que luchar el progreso de la civilización. En la búsqueda de sus propios fines muchos de ellos no han dudado en levantar su mano contra los mismos Mensajeros de Dios en el momento de Su venida: Bahá'u'lláh, Epístola al Hijo del Lobo, ed. cit., pág. 12. Los jefes religiosos, en toda época, han impedido a su pueblo alcanzar las orillas de la salvación eterna, por cuanto sostienen las riendas de la autoridad en su poderoso puño. Algunos por ambición de poder, otros por falta de comprensión y conocimiento, han sido la causa de esa privación del pueblo. Por su sanción y autoridad todos los Profetas de Dios han bebido del cáliz del sacrificio .Bahá'u'lláh, El Libro de la Certeza, ed. cit., pág. 16.

Dirigiéndose al clero de todas las religiones, Bahá'u'lláh les advierte de la responsabilidad que han asumido tan descuidadamente en la historia:

Sois como un manantial. Si se cambia, así cambiarán los torrentes que fluyen de él. Temed a Dios y contaos entre los piadosos. De igual manera, si el corazón del hombre se corrompe, sus extremidades también se corromperán. E igualmente, si la raíz de un árbol se pudre, sus ramas, sus renuevos, sus hojas y sus frutos se pudrirán. Citado en Shoghi Effendi, El Día Prometido ha llegado, ed. cit., pág.126. Estas mismas declaraciones, reveladas en un momento en el que la ortodoxia religiosa era uno de los principales poderes en todo el mundo, declaraban que este poder había terminado de hecho y que la casta eclesiástica ya no volvería a jugar ningún papel social en la historia del mundo: "¡OH concurso de sacerdotes! Desde ahora ya no os veréis en posesión de ningún poder. Ibidem, págs. 122-123 A un miembro hostil de entre el clero musulmán especialmente vengativo, Bahá'u'lláh le dijo: "Tú eres como el último rastro de la luz del sol sobre la cima de la montaña. Pronto se desvanecerá, como ha sido decretado por Dios, el Todo Poseedor, el Altísimo. Tu gloria y la gloria de aquellos que son como tú os ha sido quitada .Bahá'u'lláh, Epístola al Hijo del Lobo, ed. cit., pág. 87.

Estas declaraciones no se dirigen al hecho en sí de organizar la actividad religiosa, sino al mal uso de esa clase de recursos. Los escritos de Bahá'u'lláh son generosos al apreciar no sólo la gran contribución que la religión organizada ha aportado a la civilización, sino también los beneficios que el mundo ha obtenido a través del sacrificio y el amor hacia la humanidad que han caracterizado a los sacerdotes y a las órdenes religiosas de todas las religiones:

Aquellos sacerdotes. Que están verdaderamente adornados con el ornamento del conocimiento y de un buen carácter son, en verdad, como una cabeza para el cuerpo del mundo y como ojos para las naciones. Shoghi Effendi, El Día Prometido ha llegado, ed. cit., pág. 168.

En definitiva, el desafío para todo el mundo, creyentes y no creyentes, clérigos y laicos por igual, es reconocer las consecuencias que está sufriendo el mundo como resultado de la corrupción universal del impulso religioso. Con el alejamiento de Dios imperante en la humanidad durante el último siglo se ha roto una relación de la que depende el fundamento mismo de la vida moral. Las facultades naturales del alma racional, vitales para el desarrollo y mantenimiento de los valores humanos, han llegado a ser desestimadas universalmente:

La vitalidad de la fe de los hombres en Dios se está extinguiendo en todos los países; nada que no sea Su saludable medicina podrá jamás restaurarla. La corrosión de la impiedad está carcomiendo las entrañas de la sociedad humana; ¿qué otra cosa sino el Elixir de Su potente Revelación puede limpiarla y revivirla. Sólo la Palabra de Dios puede vindicar la distinción de estar dotada de la capacidad requerida para un cambio tan grande y trascendental. Bahá'u'lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh, ed. cit., págs. 163-164.

En este Día, es de la esencia de la Fe de Dios y de Su Religión el que las diferentes comuniones de la tierra y los múltiples sistemas de creencia religiosa nunca debieran permitir que se alimenten los sentimientos de animosidad entre los hombres. Estos principios y leyes, estos sistemas poderosos y firmemente establecidos han procedido de una sola Fuente y son los rayos de una misma Luz. El que difieran unos de otros debe ser atribuido a los variables requerimientos de los tiempos en que fueron promulgados.

¡OH pueblo de Bahá! Aprestaos en vuestro empeño, para que quizá el tumulto de la discordia y la lucha religiosa que agita a los pueblos de la tierra sea aquietado y todas sus huellas sean completamente borradas. Por el amor de Dios y por aquellos que Le sirven, levantaos para ayudar a esta la más sublime y trascendental Revelación. El fanatismo y el odio religiosos son un fuego que devora al mundo y cuya violencia nadie puede extinguir. Tan sólo la Mano del Poder Divino puede librar a la humanidad de esta aflicción desoladora. Considerad la guerra que ha envuelto a las dos naciones; cómo ambos bandos han renunciado a sus posesiones y a sus vidas. ¡Cuántas las aldeas que han sido completamente destruidas!

La expresión de Dios es una lámpara cuya luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una misma rama. Trataos unos a otros con el mayor amor y armonía, con amistad y compañerismo. ¡Aquel que es el Sol de la Verdad es Mi testigo! Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar a la tierra entera. El único Dios verdadero, Quien conoce todas las cosas, atestigua Él Mismo la verdad de estas palabras.

Esforzaos para que podáis alcanzar esta trascendente y muy sublime posición, la posición que puede asegurar la protección y seguridad de toda la humanidad. Esta meta supera a todas las demás metas y esta aspiración es la reina de todas las aspiraciones. Sin embargo, mientras las espesas nubes de la opresión que oscurecen el sol de la justicia no sean disipadas, será difícil que la gloria de esta posición sea develada a los ojos de los hombres. Estas nubes espesas son los exponentes de las ociosas fantasías y las vanas imaginaciones que no son otras que los teólogos de Persia. En un tiempo hablamos en el lenguaje del legislador; en otro, en el del buscador de la verdad y el místico, y aun así Nuestro propósito supremo y Nuestro más elevado anhelo ha sido siempre el de revelar la gloria y sublimidad de esta posición. ¡Dios, verdaderamente, es testigo suficiente!

Asociaos con todos los hombres, OH pueblo de Bahá, en espíritu de amistad y compañerismo. Si estáis enterados de cierta verdad, si poseéis una joya de la que otros están privados, compartidla con ellos en un lenguaje de sumo afecto y buena voluntad. Si es aceptada, si cumple su propósito, habréis logrado vuestro objetivo. Si alguien la rehusara, dejadlo consigo mismo e implorad a Dios que le guíe. Guardaos de tratarle descortésmente. Una lengua amable es el imán de los corazones de los hombres. Es el pan del espíritu, reviste las palabras de significado, es la fuente de la luz de la sabiduría y el entendimiento. (Baha'u'llah, Epístola al hijo del Lobo)

La esencia del Orden Mundial de Bahá'u'lláh es la unidad de la raza humana. "OH vosotros, hijos de los hombres", escribe Él, "el propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a Su Religión es salvaguardar los intereses de la raza humana y promover su unidad…" Y advierte: "El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad, son inalcanzables a menos que su unidad sea firmemente establecida."(Baha'u'llah, La Proclamación de Baha'u'llah)

CX. El Gran Ser dice: ¡OH vosotros, hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y su Religión es proteger los intereses de la raza humana, promover su unidad, y estimular el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres. No dejéis que se convierta en fuente de disensión y discordia, de odio y enemistad. Éste es el Sendero recto, el cimiento fijo e inamovible. Todo lo que sea erigido sobre este cimiento, los cambios y azares del mundo no podrán nunca menoscabar su resistencia, ni el transcurso de incontables siglos podrá socavar su estructura. Nuestra esperanza es que los jefes religiosos del mundo y sus gobernantes se levanten unidos para reformar esta edad y rehabilitar su destino. Que tomen consejo juntos después de haber meditado sobre sus necesidades, y suministren mediante deliberación ferviente y plena a un mundo enfermo y penosamente afligido el remedio que requiere…. Incumbe a quienes tienen autoridad observar moderación en todo. Todo lo que traspase los límites de la moderación cesará de ejercer influencia beneficiosa. Considerad, por ejemplo, cosas como la libertad, la civilización y otras. Por muy favorablemente que hombres de entendimiento las consideren, éstas, si son llevadas a exceso, ejercerán influencia perniciosa sobre los hombres…. Conceda Dios que los pueblos del mundo, como resultado de los elevados esfuerzos hechos por sus gobernantes y los sabios y eruditos entre los hombres, sean conducidos a reconocer lo que más les conviene. ¿Hasta cuándo persistirá la humanidad en su descarrío? ¿Hasta cuándo continuará la injusticia? ¿Hasta cuándo reinarán el caos y la confusión entre los hombres? ¿Hasta cuándo agitará la discordia la faz de la sociedad? Los vientos de la desesperación, lamentablemente, soplan desde todas direcciones, y la contienda que divide y aflige a la raza humana crece día a día. Los signos de convulsiones y caos inminentes pueden discernirse ahora, por cuanto el orden prevaleciente resulta ser deplorablemente defectuoso. Imploro a Dios, exaltada sea su gloria, que benévolamente despierte a los pueblos de la tierra, que conceda que el resultado de su conducta les sea provechoso, y les ayude a realizar lo que es digno de su posición. (Baha'u'llah, Pasajes de los Escritos de Baha'u'llah)

CXXXII. El propósito del Dios único y verdadero, exaltada sea su gloria, al revelarse a los hombres, es poner en descubierto las gemas que yacen ocultas en la mina de su ser íntimo y verdadero. Es parte de la esencia de la Fe de Dios y su Religión en este Día, que no deberá permitirse nunca que las diversas comuniones de la tierra, y los múltiples sistemas de creencias religiosas, fomenten la animosidad entre los hombres. Estos principios y leyes, estos sistemas poderosos y firmemente establecidos, han procedido de una sola Fuente, y son los rayos de una sola Luz. Que difieren unos de otros debe atribuirse a los requisitos variables de las edades en que fueron promulgadas.

¡OH pueblo de Bahá! Aprestaos en vuestros esfuerzos, que quizás el tumulto de lucha y disensión religiosas, que agita a los pueblos de la tierra, sea aquietado, para que toda huella de ellas sea completamente borrada. Por el amor a Dios y a aquellos que le sirven, levantaos para ayudar a esta, la más sublime y trascendental Revelación. El fanatismo y odio religiosos son un fuego que devora el mundo, cuya violencia nadie puede extinguir. Sólo la Mano del Poder Divino puede librar a la humanidad de esta aflicción desoladora….

La prolación de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras:

Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo.

¡Aquel, quien es el Sol de la Verdad, es mi testigo! Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar toda la tierra. El Dios único y verdadero, quien conoce todas las cosas, atestigua Él mismo la verdad de estas palabras.

Esforzaos para que alcancéis esta trascendente y muy sublime posición, posición que puede asegurar la protección y seguridad de toda la humanidad. Esta meta supera todas las demás metas, y esta aspiración es el monarca de todas las aspiraciones. Sin embargo, mientras no se disipen las espesas nubes de la opresión que oscurecen el sol de la justicia, será difícil que la gloria de esta posición sea revelada a los ojos de los hombres….

Asociaos con todos los hombres, OH pueblo de Bahá, con espíritu de amistad y compañerismo. Si sois conscientes de cierta verdad, si poseéis una joya, de la que otros están privados compartidla con ellos en un lenguaje de sumo afecto y buena voluntad. Si es aceptada, si cumple su propósito, habréis logrado vuestro objetivo. Si alguien la rehusara, abandonadle a sí mismo, e implorad a Dios que le guíe. Guardaos de tratarle sin bondad. Una lengua amable es el imán del corazón de los hombres. Es el pan del espíritu, reviste de significado las palabras, es fuente de la luz de la sabiduría y el entendimiento…. (Baha'u'llah, Pasajes de los Escritos de Baha'u'llah)

Aférrate a la justicia y adhiérete a la equidad para que quizás así no utilices, por motivos egoístas, la religión como trampa, ni pases por alto la verdad por amor al oro. (Baha'u'llah).

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la SEGUNDA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: La Pluma del Altísimo exhorta, en este momento, a las manifestaciones de la autoridad y las fuentes del poder, es decir, a los reyes, los soberanos, los presidentes, los gobernantes, los sacerdotes y los sabios, y les ordena defender la causa de la religión y adherirse a ella. La religión es, en verdad, el principal instrumento para el establecimiento del orden en el mundo y de la tranquilidad entre sus pueblos. El debilitamiento de los pilares de la religión ha fortalecido a los necios, les ha envalentonado y les ha hecho más arrogantes. Verdaderamente digo: Cuanto mayor es la decadencia de la religión, tanto más lamentable es la rebeldía de los impíos. Al final, esto no puede sino conducir al caos y a la confusión. ¡Oídme, OH hombres perspicaces, y estad advertidos, vosotros que estáis dotados de discernimiento!

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la TERCERA HOJA del Más Exaltado Paraíso es ésta: ¡OH hijo del hombre! Si tus ojos están vueltos hacia la misericordia, deja las cosas que te benefician y aférrate a lo que beneficiará a la humanidad. Y si tus ojos están vueltos hacia la justicia, escoge para tu prójimo aquello que escogerías para ti mismo. La humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y del poder, en tanto que el orgullo le rebaja a las profundidades de la vileza y la degradación.

¡OH pueblo de Dios! ¡Grande es el Día y poderoso el Llamamiento! En una de nuestras Tablas hemos revelado estas exaltadas palabras: "Si el mundo del espíritu se convirtiese totalmente en el sentido del oído, entonces podría pretender ser digno de escuchar la Voz que llama desde el Horizonte Supremo; porque, de otro modo, estos oídos que están manchados de mentiras nunca han sido adecuados para oírla, ni lo son ahora." Bienaventurados quienes escuchan, y ¡ay! de los rebeldes.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la CUARTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: ¡OH pueblo de Dios! Implorad al Verdadero -glorificado sea su Nombre- para que misericordiosamente ampare a las manifestaciones del dominio y del poder de las insinuaciones del yo y del deseo y derrame sobre ellos el esplendor de la justicia y de la guía.

Su Majestad Mu¥ammad Sháh, a pesar de la excelencia de su rango, cometió dos hechos atroces. Uno fue la orden de desterrar al Señor de los Reinos de la Gracia y la Munificencia, el Punto Primordial; y el otro, el asesinato del Príncipe de la Ciudad del Arte de Gobernar y del Logro Literario.

Los defectos de los reyes, como sus favores, pueden ser grandes. Un rey a quien la vanagloria del poder y autoridad no le disuada de observar justicia, ni a quien los lujos, la riqueza, la gloria ni la dirección de huestes y legiones le priven de los esplendores del sol de la equidad, ocupará un alto rango y una sublime posición en el Concurso de lo alto. Incumbe a todos prestar ayuda y mostrar amabilidad a tan noble alma. Bienaventurado el rey que domine firmemente las riendas de su pasión, refrene su ira y prefiera la justicia y la imparcialidad a la injusticia y a la tiranía.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la QUINTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es ésta: Por sobre todo lo demás, el más grande don y la más maravillosa bendición que jamás haya existido y continuará existiendo es la Sabiduría. Es la infalible Protectora del hombre. Le ayuda y le fortalece.

La sabiduría es el emisario de Dios y la reveladora de Su Nombre, el Omnisciente. Por medio de ella se hace manifiesta y evidente la sublimidad de la posición del hombre. Es omnisciente, y es el principal maestro en la escuela de la existencia. Es la guía, y está investida de una elevada distinción. Gracias a su influencia educadora, los seres terrenales han llegado a impregnarse con un espíritu semejante a una gema, que sobrepasa a los cielos en brillo. En la ciudad de la justicia es el Orador sin rival que, en el año nueve, iluminó al mundo con las gozosas nuevas de esta Revelación. Y fue esta sin par Fuente de sabiduría la que, al comienzo de la fundación del mundo, ascendió por la escalera del significado interno y, cuando fue entronizada en el púlpito de la prolación por obra de la Voluntad divina, proclamó dos palabras. La primera anunciaba la promesa de la recompensa, en tanto que la segunda expresaba la siniestra advertencia del castigo. La promesa dio origen a la esperanza, y la advertencia produjo temor. De este modo, la base del orden en el mundo se estableció firmemente sobre estos principios gemelos. Exaltado sea el Señor de la Sabiduría, el Poseedor de Gran Munificencia.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la SEXTA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: La luz de los hombres es la Justicia. No la extingáis con los vientos contrarios de la opresión y la tiranía. El propósito de la justicia es hacer surgir la unidad entre los hombres. El océano de la sabiduría divina se agita en esta exaltada palabra, en tanto que los libros del mundo no pueden contener su significado interno. Si la humanidad estuviese adornada con esta vestidura, vería brillar resplandeciente sobre el horizonte del mundo al sol de las palabras: "En ese día Dios satisfará a todos con su abundancia". Apreciad el valor de estas palabras; son un fruto noble que ha producido el Árbol de la Pluma de Gloria. Dichoso el hombre que le presta oído y cumple sus preceptos. Verdaderamente digo, que todo lo que se envía desde el cielo de la Voluntad de Dios es el medio para el establecimiento del orden en el mundo y el instrumento para la promoción de la unidad y la camaradería entre sus pueblos. Así habla la lengua de este Agraviado desde su Más Grande Prisión.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la SÉPTIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es ésta: ¡OH vosotros hombres de sabiduría entre las naciones! Cerrad vuestros ojos a la separación, y después fijad vuestra mirada en la unidad. Asíos firmemente a lo que conducirá al bienestar y la tranquilidad de toda la humanidad. Este palmo de tierra no es sino una sola patria y una única morada. Os incumbe abandonar la vanagloria que provoca alienación y dirigir vuestros corazones hacia todo lo que asegure la armonía. A juicio del pueblo de Bahá, la gloria del hombre se halla en su conocimiento, en su conducta recta, en su carácter encomiable, en su sabiduría, y no en su nacionalidad ni en su rango. ¡OH gentes de la tierra! Apreciad el valor de esta palabra celestial. De hecho, puede asemejarse a un navío para el océano del conocimiento y a una brillante luminaria para el reino de la percepción.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la OCTAVA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: Las escuelas deben, en primer lugar, educar a los niños en los principios de la religión, para que la Promesa y la Amenaza registradas en los Libros de Dios les aparten de las cosas prohibidas y les atavíen con el manto de los mandamientos; pero ello en medida tal que no perjudique a los niños dando lugar al fanatismo ignorante y a la intolerancia.

Corresponde a los Fideicomisarios de la Casa de Justicia reunirse en consejo para tratar de aquellas cosas que no han sido reveladas explícitamente en el Libro y para hacer cumplir lo que a ellos les resulte aceptable. Dios, ciertamente, les inspirará con todo lo que Él desee, y Él, en verdad, es el Proveedor, el Omnisciente.

Anteriormente hemos ordenado que la gente se exprese en dos idiomas; no obstante, deben hacerse esfuerzos para reducirlos a uno solo, al igual que los alfabetos del mundo, para que las vidas de los hombres no se disipen y malgasten aprendiendo diversos idiomas. De este modo, la tierra entera será considerada como una sola ciudad y un solo país.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la NOVENA HOJA del Más Exaltado Paraíso es ésta: Es deseable la moderación en todos los asuntos. Si una cosa es llevada al exceso, demostrará ser causa de maldad.

Pensad en la civilización de occidente, cómo ha agitado y alarmado a los pueblos del mundo. Se ha ideado una máquina infernal y ha resultado ser un arma de destrucción tal que nadie ha presenciado ni oído nunca nada semejante a ella. La purificación de corrupciones tan profundamente arraigadas y abrumadoras no puede llevarse a cabo a menos que los pueblos del mundo se unan en pos de una meta común y abracen una fe universal. Inclinad vuestro oído al Llamamiento de este Agraviado y adheríos firmemente a la Paz Menor.

Cosas extrañas y asombrosas existen en la tierra, pero están ocultas a las mentes y a la comprensión de los hombres. Estas cosas son capaces de cambiar toda la atmósfera de la tierra, y la contaminación con ellas resultaría letal.

¡Gran Dios! Hemos observado una cosa asombrosa. El relámpago, o una fuerza similar a él, es controlado por un operador y se mueve por orden de éste. Inconmensurablemente exaltado es el Señor de Poder, que ha dejado al descubierto lo que Se ha propuesto mediante la potencia de su poderoso e invencible mandato.

¡OH pueblo de Bahá! Cada una de las ordenanzas que hemos revelado es una poderosa fortaleza para la preservación del mundo del ser. Verdaderamente, este Agraviado no ha deseado otra cosa que vuestra seguridad y vuestra elevación.

Exhortamos a los hombres de la Casa de Justicia y les ordenamos que aseguren la protección y salvaguardia de los hombres, mujeres y niños. Les incumbe tener la máxima consideración hacia los intereses del pueblo en todo momento y circunstancia. Bendito sea el gobernante que socorre al cautivo, el rico que cuida del pobre y el justo que resguarda del perverso los derechos del oprimido, y feliz el fideicomisario que cumple lo que el Ordenador, el Antiguo de los Días le ha prescrito.

¡OH Haydar 'Alí! Sobre ti sean mi gloria y mi alabanza. Mis consejos y advertencias han circundado al mundo. Sin embargo, en lugar de traer alegría y gozo, han causado dolor, porque algunos de los que pretenden amarme se han vuelto arrogantes y Me han infligido tribulaciones como jamás Me habían infligido ni los seguidores de anteriores religiones ni los sacerdotes de Persia.

Hemos dicho: "Mi cautiverio no Me hace daño, ni las cosas que Me han sucedido a manos de mis enemigos. Lo que Me hace daño es la conducta de mis amados que, aunque llevan mi Nombre, sin embargo cometen aquello que hace que mi corazón y mi Pluma se lamenten." Una y otra vez se han revelado palabras como éstas; sin embargo, los negligentes no han sacado provecho de ellas, ya que se hallan cautivos de sus propias pasiones malvadas y sus deseos corruptos. Implora al Dios Verdadero que permita que todos se arrepientan y vuelvan a Él. Mientras la naturaleza de cada uno ceda ante las pasiones malvadas, prevalecerán el delito y la trasgresión. Abrigamos la esperanza de que la mano del poder divino y las efusiones de las bendiciones celestiales sustenten a todos los hombres, los atavíen con la vestidura de la misericordia y la munificencia y los guarden de aquello que perjudicaría a su Causa entre sus siervos. Él es, en verdad, el Potente, el Todopoderoso, y Él es el que Siempre Perdona, el Misericordioso.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la DÉCIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: ¡OH gentes de la tierra! Vivir retirado o practicar el ascetismo no es aceptable en la presencia de Dios.

Incumbe a los dotados de perspicacia y entendimiento cumplir aquello que producirá alegría y esplendor. Prácticas tales como las que han surgido del seno de las ociosas fantasías y las que han nacido de la matriz de la superstición son poco dignas de hombres de conocimiento. En tiempos de antaño, y más recientemente, algunas personas han levantado su morada en las cuevas de las montañas, mientras otras tienen por costumbre acudir de noche a los cementerios.

Di: Prestad atención a los consejos de este Agraviado. Abandonad las cosas corrientes entre vosotros y escoged aquello que el Consejero fiel os ordena. No os privéis de los dones que han sido creados para vuestro bien.

La caridad es grata y digna de alabanza a la vista de Dios y se le considera como un príncipe entre las buenas acciones. Meditad y recordad lo que el Todo misericordioso reveló en el Corán: "Ellos les prefieren antes que a sí mismos, aunque la pobreza es su propio destino. Y bienaventurados aquellos que están protegidos de su propia codicia." Visto de este modo, las benditas palabras anteriores son, en verdad, el Sol de las palabras. Bendito quien prefiere a su hermano antes que a sí mismo. Ciertamente, tal hombre se cuenta, en virtud de la Voluntad de Dios, el Omnisapiente, el Todo sabio, entre el pueblo de Bahá que mora en el Arca Carmesí.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la UNDÉCIMA HOJA del Más Exaltado Paraíso es ésta: Ordenamos a quienes son los emblemas de Sus Nombres y atributos que de aquí en adelante se adhieran firmemente a lo que se ha dispuesto en esta Grandísima Revelación, no permitan que ellos mismos se conviertan en motivo de contiendas y mantengan, hasta el fin que no conoce fin, sus ojos dirigidos hacia la aurora de estas resplandecientes palabras que han sido registradas en esta Tabla. La contienda conduce al derramamiento de sangre y provoca conmoción entre la gente. Escuchad la Voz de este Agraviado y no os apartéis de ella.

Si cualquier persona meditase en su corazón aquello que ha fluido de la Pluma de Gloria en esta Revelación, estaría seguro de que, sea lo que fuese lo que este Agraviado haya afirmado, no ha tenido intención de crearse una posición o distinción para Sí Mismo. Más bien, el propósito ha sido atraer a las almas, Tablas de BAHÁ'U'LLÁH, reveladas después del KITÁB-I-AQDAS.

¡OH tú, querido amigo! Has de saber que el Ser distinguido de cada época está dotado de acuerdo con las perfecciones de su época. Aquel se que en épocas pasadas fue puesto por encima de sus semejantes estaba agraciado de acuerdo con las virtudes de su tiempo. Pero en esta época de esplendores, en esta era de Dios, el Personaje preeminente, el Orbe luminoso, el Individuo escogido, irradiará tales perfecciones y tal poder que, finalmente, deslumbrará las mentes de toda comunidad y de toda agrupación. Y puesto que tal Personaje es superior a todos los demás en perfecciones espirituales y en logros celestiales, y que es realmente el centro focal de las bendiciones divinas y el eje del círculo de luz, Él abarcará a todos los demás, y no existe duda alguna de que irradiará tal poder que reunirá a todas las almas al amparo de su sombra.

Cuando consideréis este asunto con atención, se hará evidente que esto está de acuerdo con una ley universal, la cual uno puede encontrar actuando en todas las cosas: el todo atrae a la parte, y en el círculo, el centro es el punto de giro del compás. Reflexiona acerca del Espíritu: debido a que Él era el centro focal del poder espiritual, el manantial de las mercedes divinas, aunque al comienzo reunió consigo tan solo a muy pocas almas, posteriormente, debido a que estaba dotado de ese poder todo subyugador, fue capaz de unir dentro del Tabernáculo protector de la Cristiandad a todas las sectas contendientes. Compara el presente con el pasado, y observa cuán grande es la diferencia; así podrás llegar a la verdad y la certeza.

Las diferencias entre las religiones del mundo se deben a los variados tipos de mente. Mientras los poderes de la mente sean variados, con seguridad los juicios y opiniones de los hombres diferirán unos de otros. Si, no obstante, se introdujera un único poder perceptivo universal, un poder que abarque a todo lo demás, las diferentes opiniones se fusionarían, y se haría evidente una armonía y una unidad espirituales. Por ejemplo, cuando el Cristo Se hizo manifiesto, las mentes de los diversos pueblos contemporáneos, sus puntos de vista, sus actitudes emocionales, tanto fueran romanos, como griegos, sirios, israelitas u otros, estaban en desacuerdo. Mas una vez que se hubo aplicado su poder universal, gradualmente logró, luego de un lapso de trescientos años, reunir a todas esas mentes divergentes bajo la protección y la autoridad de un Punto central, compartiendo todos, en sus corazones, las mismas emociones espirituales.

Empleando una metáfora, cuando un ejército se coloca a las órdenes de varios comandantes, cada cual con su propia estrategia, obviamente diferirán con respecto a los frentes de batalla y a los movimientos de las tropas; pero una vez que asume el Comandante supremo, quien es completamente versado en las artes de la guerra, los demás planes desaparecen, pues el superdotado general tomará al ejército entero bajo su control. Esto es solo una metáfora, no una comparación exacta. Ahora bien, si decís que cada uno de esos otros generales es muy experto en el arte militar, es absolutamente versado y experimentado, y que por tanto no se someterá a la autoridad de ningún individuo, aunque fuere indescriptiblemente grande, vuestra afirmación es insostenible, ya que se puede demostrar que la situación antes descrita es lo que ocurre, y de ello no existe ninguna duda.

Tal es el caso de las Santas Manifestaciones de Dios. Tal es, en particular, el caso de la divina realidad del Más Grande Nombre, la Belleza del Abhá. Una vez que Él se revela a los pueblos congregados del mundo y aparece con tal gracia, con tales encantos -fascinante como un José en el Egipto del espíritu- cautiva a todos los amantes de la tierra.

En cuanto a aquellas almas que nacen a esta vida como etéreas y radiantes entidades y, sin embargo, debido a sus impedimentos y pruebas son privadas de los grandes y reales beneficios, y dejan el mundo sin haber vivido en plenitud, ciertamente, ellos es causa de gran pesar. Esta es la razón por la cual las Manifestaciones universales de Dios descubren su semblante a los hombres, y por la que soportan toda calamidad y dolorosa aflicción, y sacrifican su vida en rescate; es para hacer que estas mismas gentes, los preparados, los que tienen capacidad, se conviertan en puntos de amanecer de la luz, y para conferirles la vida que no se marchita. Este es el verdadero sacrificio: la ofrenda de sí mismo, tal como hizo Cristo, en rescate por la vida del mundo.

En cuanto a la influencia de los Seres santos y la continuación de su gracia para la humanidad luego de desechar su forma humana, ello es para los bahá'ís un hecho irrefutable. En efecto, la inundante gracia, los fluyentes esplendores de las santas Manifestaciones, aparecen después de su ascensión de este mundo. La exaltación de la Palabra, la revelación del poder de Dios, la conversión de las almas temerosas de Dios, el otorgamiento de la vida eterna; todas estas cosas crecieron y se intensificaron después del martirio del Mesías. De igual modo, desde la ascensión de la Bendita Belleza, las dádivas han sido siempre más abundantes, la luz que se difunde es más brillante, las señales del poder del Señor son más intensas, la influencia de la Palabra es más poderosa, y no pasará mucho tiempo antes de que el movimiento, el calor, el esplendor, las bendiciones del Sol de su realidad lleguen a abarcar toda la tierra.

La esencia de la Enseñanza de Bahá'u'lláh es el amor que todo lo abarca, ya que el amor incluye todas las excelencias de la humanidad. Él hace progresar a todas las almas. Confiere a todos, por herencia, la vida inmortal. Dentro de poco atestiguarás que sus celestiales Enseñanzas, a la gloria misma de la realidad, iluminarán los cielos del mundo. (Abdu'l-Baha, Selección de los Escritos).

Es muy apropiado y conveniente que en esta edad iluminada -la edad del progreso del mundo de la humanidad- seamos abnegados y nos pongamos al servicio de la raza humana. Toda causa universal es divina, y toda causa particular es temporal. Los principios de las Divinas Manifestaciones de Dios han sido, por tanto, enteramente universales y absolutamente inclusivos.

Toda alma imperfecta es egocéntrica y solo piensa en su propio bien. Más a medida que sus pensamientos se expanden un poco, comienza a pensar en el bienestar y el confort de su familia. Si sus ideas se amplían algo más, su preocupación será la felicidad de sus conciudadanos; y si continúan ensanchándose, pensará en la gloria de su país y de su raza. Pero cuando las ideas y opiniones alcanzan el grado más elevado de expansión y llegan a la etapa de perfección, la persona se interesa en la exaltación de la humanidad. Será entonces un bienqueriente de todos los hombres y procurará el bien y la prosperidad de todos los países. Esto es un indicativo de perfección.

Y así, las divinas Manifestaciones de Dios tienen una concepción universal y todo inclusivo. Se han esforzado en aras de la vida de los demás y se han puesto al servicio de la educación universal. El ámbito de sus propósitos no es limitado, no, más bien, es amplio y lo incluye todo.

Por tanto, vosotros también debéis pensar en todos, de modo que la humanidad sea educada, que se modele el carácter y este mundo se convierta en un Jardín del Edén.

Amad a todas las religiones y a todas las razas con un amor que sea verdadero y sincero, y demostrad ese amor a través de los hechos y no a través de la lengua; pues esto no tiene importancia, ya que la mayoría de los hombres son bienquerientes de palabra, en tanto que la acción es lo mejor. (Abdu'l-Baha, Selección de los Escritos).

La Manifestación de Dios:

Algo común a todos los fieles de cualquiera de los sistemas religiosos del mundo es el convencimiento de que a través de la Revelación Divina el alma entra en contacto con el mundo de Dios y que es esta relación la que da un sentido verdadero a la vida. Algunos de los pasajes más importantes de los escritos de Bahá'u'lláh son los que exponen extensamente la naturaleza y el papel de aquellos que son los canales de esta Revelación, los Mensajeros o "Manifestaciones de Dios". Una analogía que se encuentra repetidamente en estos pasajes es la del sol físico. Mientras éste comparte ciertas características con otros cuerpos del sistema solar, difiere sin embargo de ellos en que es, en sí mismo, la fuente de luz del sistema. Los planetas y satélites reflejan la luz, mientras que el sol la emite como un atributo inseparable de su propia naturaleza. El sistema gira alrededor de este punto focal y cada uno de sus miembros no sólo es influido por su composición particular, sino también por la fuente de luz del sistema. Del mismo modo, afirma Bahá'u'lláh, la personalidad humana que la Manifestación de Dios comparte con el resto de la humanidad se diferencia de las otras de tal modo que la hace adecuada para servir como canal o vehículo para la Revelación de Dios. Las referencias aparentemente contradictorias respecto a esta doble posición atribuida, por ejemplo, a Cristo han sido una de las muchas fuentes de confusión y disensión religiosas a través de la historia. Bahá'u'lláh dice sobre el tema:

Todo lo que hay en los cielos y todo lo que hay en la tierra es una prueba directa de la revelación de los atributos y nombres de Dios. En un grado sumo, esto es verdadero acerca del hombre, quien, entre todo lo creado, ha sido señalado para la gloria de tal distinción. Pues en él están revelados potencialmente todos los atributos y nombres de Dios en un grado que no ha sido superado ni excedido por ningún otro ser creado. Y de todos los hombres, los más perfectos, los más distinguidos y los más excelsos son las Manifestaciones del Sol de la Verdad. Más aún, todos, excepto estas Manifestaciones, viven por la acción de Su Voluntad y se mueven y existen por las efusiones de Su gracia.

A través de la historia, la convicción de los creyentes de que el Fundador de su propia religión ocupaba una posición única ha tenido el efecto de suscitar una intensa especulación sobre la naturaleza de la Manifestación de Dios. Tal especulación ha sido, sin embargo, seriamente obstaculizada por las dificultades de interpretar y resolver las alusiones alegóricas de las escrituras del pasado. El intento de cristalizar la opinión en forma de dogma religioso ha sido una fuente de división más que de unión en la historia. De hecho, a pesar de la enorme energía dedicada a las actividades teológicas -o tal vez a causa de ello- existen hoy día profundas diferencias entre los musulmanes respecto a la posición precisa de Muhammad, entre los cristianos respecto a la de Jesús y entre los budistas respecto al Fundador de su propia religión. Como es demasiado evidente, las controversias creadas por estas y otras diferencias dentro de una determinada tradición han demostrado ser al menos tan profundas, como las que separan dicha tradición de sus religiones hermanas.

De particular importancia para la comprensión de las enseñanzas de Bahá'u'lláh sobre la unidad de las religiones son Sus declaraciones acerca de la posición de los sucesivos Mensajeros de Dios y sobre la función que han realizado en la historia espiritual de la humanidad:

Las Manifestaciones de Dios tienen, cada una de ellas, una doble posición. Una es la posición de abstracción pura y unidad esencial. En este sentido, si tú las llamas a todas Ellas por un solo nombre y Les asignas los mismos atributos, no te desvías de la verdad.

La otra posición es la de distinción y pertenece al mundo de la creación y sus limitaciones. Respecto a esto, cada Manifestación de Dios tiene una individualidad distinta, una misión definidamente señalada, una revelación predestinada y limitaciones especialmente designadas. Cada una de Ellas es conocida por un nombre diferente y se caracteriza por un atributo especial, cumple una misión definida. Vistas a la luz de la segunda posición manifiestan servidumbre absoluta, máxima pobreza y completo olvido de Sí mismas. Tal como Él dice: "Soy el siervo de Dios. No soy más que un hombre como vosotros…"

Si alguna de las Manifestaciones universales de Dios declarase: "Yo soy Dios", diría ciertamente la verdad y no cabría duda alguna de ello. Ya que a través de Su Revelación, Sus atributos y nombres manifiestan en el mundo la Revelación de Dios, Sus nombres y Sus atributos. Y si alguno de Ellos pronunciase la expresión: "Yo soy el Mensajero de Dios," también diría indudablemente la verdad. Contemplados bajo esta luz, se ve que todos Ellos no son más que Mensajeros de ese Rey ideal, de esa Esencia inmutable. Y si dijesen: "Somos los siervos de Dios", esto también es un hecho manifiesto e indiscutible. Pues se han manifestado en condición de total servidumbre, una servidumbre tal que ningún hombre puede alcanzar.

De este modo, cualquiera que sea su expresión, ya pertenezca al Reino de la Divinidad, o a la posición de Señor, Profeta, Mensajero, Guardián, Apóstol o Siervo, todo es cierto, sin la menor sombra de duda. Por lo tanto, estos dichos […] tienen que ser atentamente considerados, para que las expresiones divergentes de las Manifestaciones del Invisible y Auroras de Santidad dejen de agitar al alma y confundir la mente. (Baha’u’llah)

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