Por otro lado, para que el programa de estabilización tenga éxito en estabilizar la economía, se requería además, remover los numerosos controles que existían y emprender una serie de reformas estructurales orientadas a la liberalización de los mercados[30]Es decir, no se podía estabilizar la economía sin eliminar al mismo tiempo las numerosas distorsiones existentes, las cuales en gran medida habían causado la inflación.
En ese sentido, mediante las reformas estructurales descritas en el capítulo 2, acápite 2.2, se liberalizaron los principales mercados como el mercado de bienes y servicios, el mercado de dinero y el mercado laboral, etc. La liberalización estuvo acompañada, además, de un proceso de desregulación de toda la economía, con el propósito de dejar que el mercado "asignara libremente" los bienes y factores, lo que debería contribuir a una mejor eficiencia.
Los logros alcanzados en este campo también son significativos; por ejemplo se han liberalizado los precios de los bienes y servicios, la tasa de interés, el tipo de cambio y los salarios, etc. Es decir, ahora se determinan por el mercado. Además, se han liberalizado el comercio exterior al haberse reducido los aranceles, eliminado los para arancelarios y liberarse en gran medida el mercado cambiario.
Por otro lado, los mercados que eran regulados por el Estado fueron desregulados desde el inicio, y los monopolios artificiales producto de las regulaciones han sido eliminados casi en su totalidad. Es decir, se ha desmontado esquemas intervencionistas y estatistas ineficientes; sin embargo, y a pesar de los logros obtenidos, hasta ahora todavía no se ha remplazado por algo mejor.
Finalmente, estabilizar la economía es una tarea muy difícil; es muy doloroso y cuesta mucho sacrificio, sobre todo para los pobres y excluidos, pero el ajuste estructural es absolutamente necesario para tener éxito en la estabilización de la economía. No hay duda de ello.
1.2 BALANZA DE PAGOS FRÁGIL
Los primeros siete años de aplicación del programa de estabilización y ajuste estructural han significado para el sector externo una balanza de pagos positiva pero muy frágil. En efecto, entre 1990 y 1997, la balanza de pagos del Perú ha experimentado un creciente superávit, a diferencia de 1998 que registró un déficit de 949 millones de dólares, tal como se puede observar en el Cuadro 5 del Anexo Estadístico.
Sin embargo, estos resultados positivos de la balanza de pagos de los primeros siete años, se han logrado a costa de un creciente déficit en la balanza en cuenta corriente (ver cuadro 5 del anexo estadístico) que ha sido financiado con la entrada de capitales de corto y largo plazo, alejando de esta manera el fantasma de una crisis en la balanza de pagos.
Ahora bien, el financiamiento de la balanza en cuenta corriente –balanza comercial más balanza de servicios financieros y no financieros- que ha permitido el superávit de la balanza de pagos y la acumulación de reservas internacionales netas (ver cuadro 5 del anexo estadístico) ha sido posible gracias a la liberalización del mercado de capitales, la cual generó el incremento de las tasas de interés por encima del estándar internacional y con ello el aumento del flujo de capitales de corto plazo y a la privatización de las empresas estatales, que incrementaron el ingreso de capitales de largo plazo, que junto con los de corto plazo comenzaron a financiar las importaciones.
Por otro lado, el flujo de capitales de corto plazo, si bien ha permitido contrarrestar la balanza de cuenta corriente deficitaria y generar un superávit de la balanza de pagos, también ha tenido efectos importantes sobre el tipo de cambio real, el cual ha generado problemas a los exportadores y a la industria nacional de bienes transables. Ambos ven disminuidas sus ganancias; en el caso de los exportadores, por la pérdida del valor real del dólar, y en el caso de los industriales debido a la competencia que generan las importaciones que se ven motivadas por el tipo de cambio bajo.
Si no se hubiera dado el aumento en el flujo de capitales de largo plazo, producto de las privatizaciones, habríamos tenido una balanza de pagos negativa, lo cual nos advierte sobre la fragilidad de sostener la balanza en cuenta corriente negativa con la esperanza de que el flujo de capitales externos continúe. Sin embargo, una vez terminadas las privatizaciones, y cuando no ingresen capitales de largo plazo dirigidas a nuevas inversiones, se agravará el déficit en cuenta corriente y por ende de la balanza de pagos.
Ahora bien, como se mencionó anteriormente, la estabilidad económica se mide tanto por la inflación como por las cuentas externas que sean sostenibles a mediano y largo plazo, En ese sentido es válido afirmar que la economía peruana, a casi diez años de aplicación del programa ortodoxo de estabilización y ajuste estructural, no está plenamente estabilizada.
En efecto, la inflación ha sido controlada (sin embargo, todavía está por encima de los niveles internacionales que oscila entre 3 y 4 % anual), la balanza de pagos ha sido positiva en los primeros siete años de estabilización y ajuste, pero a costa de un creciente déficit en la balanza de cuenta corriente (-25 billones de dólares durante el período 1991 – 1998) que, de no ser financiada provisoriamente con capitales de largo plazo provenientes de la privatizaciones, hubiéramos tenido una balanza de pagos crecientemente negativa. Por tanto, el programa de estabilización y ajuste estructural ha permitido una relativa estabilidad económica al controlar la inflación, sin solucionar el problema de la balanza en cuenta corriente que refleja la fragilidad de la balanza de pagos y por ende del sector externo peruano.
2. ¿ES SOLIDA LA ESTABILIDAD ECONÓMICA ALCANZADA?
No cabe duda que se han logrado avances significativos en materia de estabilización económica. Sin embargo, la relativa estabilidad económica que viene gozando el Perú en los últimos años es muy frágil y vulnerable por dos razones fundamentales. La primera, porque es demasiado presa de la política monetaria y fiscal ya que la clave de la estrategia antiinflacionaria del gobierno ha sido una severa disciplina monetaria y fiscal, ignorando que la inflación no es solamente un fenómeno monetario – fiscal como lo sostienen los ortodoxos (ver capítulo I, acápite 2.1), sino también la manifestación de graves desajustes estructurales entre diversos sectores económicos y resultado de pugnas por la distribución del ingreso.
Por ejemplo, no toma en cuenta, como causa importante de la Inflación, el proceso de formación de precios por los más importantes y poderosos agentes económicos como empresas monopólicas, monopolios importadores, rentistas financieros, etc. Es decir, que el control de la inflación no sólo depende de las políticas implementadas por el gobierno sino que también depende de la forma como los agentes económicos (empresarios, trabajadores, consumidores, grupos económicos, etc.) reaccionan ante las señales del mercado y de las políticas y, sobre todo, los poderosos grupos de interés. Eso ignoran los ortodoxos dogmáticos.
La segunda razón, por la cual la estabilidad económica es muy frágil y vulnerable, es el creciente déficit en la balanza en cuenta corriente, porque una balanza de pagos que tiene por más de ocho años consecutivos un déficit en la balanza en cuenta corriente, no es sostenible a mediano y largo plazo, independientemente de cómo sea financiado. Una balanza en cuenta corriente deficitaria refleja que el país gasta más que su ingreso. Por tanto, es un déficit hoy día y un problema mañana, ya que tiene que ver con el problema de sostenibilidad. En consecuencia, un déficit en cuenta corriente refleja la fragilidad de la balanza de pagos y por ende del sector externo peruano y de la economía en su conjunto,
Sin embargo, y a pesar de ello, lo curioso es que los tecnócratas ortodoxos del gobierno, han logrado vender la idea que la estabilidad económica peruana es sólida. Pero todos los peruanos sabemos y estamos convencidos que la estabilidad económica exhibe una solidez aparente, pero evidencia debilidad real que lo hace frágil y vulnerable, sobre todo, a los "shocks externos".
1. ¿QUE PROBLEMAS ENFRENTA LA ESTABILIDAD ECONÓMICA?
La relativa estabilidad económica conseguida con el esfuerzo y sacrificio de todos los peruanos, además de frágil y vulnerable, enfrenta una serie de problemas originados en el diseño y ejecución de los programas de estabilización y ajuste estructural, que obstaculizan la consolidación plena de la estabilidad económica, e inclusive ponen en riesgo los avances alcanzados.
Estos problemas se manifiestan fundamentalmente en: la per-de los desequilibrios macroeconómicos, como por ejemplo, con so del nivel de actividad económica y el creciente déficit en la balanza comercial, etc.; así como en la distorsión de los precios relativos, como por ejemplo, subvaluación del tipo de cambio, altas tasas de Interés, tarifas básicas muy altas y remuneraciones reales muy Oprimidas, etc.
3.1 DESEQUILIBRIOS MACROECONÓMICOS
3.1.1 Descenso del nivel de actividad económica
En los años de estabilización y ajuste estructural la actividad económica en el Perú ha seguido un ritmo oscilante, tal como se puede observar en el Cuadro 6 del Anexo Estadístico. En efecto, durante los primeros años del gobierno del presidente Fujimori la evolución del PBI, que representa el valor de los bienes y servicios finales que se producen en la economía durante un año, fue marcadamente negativa: -4,9% en 1990 y -1,4% en 1992 respectivamente.
Luego de una prolongada recesión profundizada por los programas de estabilización y ajuste estructural, a partir de 1993 se inicia la reactivación productiva alentada fundamentalmente por el incremento de las exportaciones no tradicionales debido al aumento de la demanda internacional, por el flujo de capitales de corto plazo y por el incremento del gasto público, originando un crecimiento del PBI de 13,1% en 1994. Es decir, la reactivación económica no fue el resultado del programa de estabilización y de las reformas estructurales, sino fundamentalmente de factores externos.
En 1995, la economía se encontraba "sobrecalentada" como resultado de las políticas expansivas imprudentes que se llevaron a cabo en 1994 con el objeto de mejorar la imagen del gobierno y así influir en los resultados electorales de ese año. Esto originó cuantiosos déficits en la balanza comercial y en la balanza en cuenta corriente (ver cuadro 5 del anexo estadístico). Es decir, también se creció con ahorro externo gastando más de lo que se produce.
Pasadas las elecciones generales de 1995 el gobierno aplicó una drástica política de enfriamiento que se vio reflejado en una sostenida caída del producto bruto interno respecto a 1994; a 7,3% en 1995, a 2,5% en 1996, incrementándose nuevamente a 7,2% en 1997. A partir de 1998 la economía entró en una profunda recesión prácticamente en todos los sectores de la actividad productiva del país, originando una caída del producto bruto interno a 0,7%.
Entre los factores negativos que han afectado la actividad económica del país están: La contracción del mercado interno por la reducción de la demanda debido a la reducción del poder adquisitivo de la población y al aumento significativo del desempleo y subempleo; los elevados costos internos debido a las altas tasa de interés, excesivos impuestos en función del pago de la deuda externa y tarifas básicas muy altas, la situación de atraso cambiado, el excesivo ingreso de productos importados a precios dumping, la alta presión tributaria que ha recaído sobre los trabajadores independientes; la retracción de los flujos de capital externo por la crisis internacional y; por último, la falta de liderazgo en la conducción económica del país.
3.1.2 Déficit en la balanza comercial
Otro aspecto crítico que enfrenta la consolidación de la estabilidad económica es el referido al comercio exterior. En efecto, la balanza comercial que registra la diferencia, entre el valor de las exportaciones e importaciones de bienes del país, se ha tornado crecientemente negativa a partir del tercer trimestre de 1991, porque las importaciones han crecido a ritmo mucho mayor que las exportaciones, estancadas en términos reales. La evolución negativa de la balanza comercial, en los más de ocho años de estabilización y ajuste, se muestra en el Cuadro 5 del Anexo Estadístico.
Entre los principales elementos que explican el creciente déficit de la balanza comercial están la apertura a ultranza de nuestros mercados y el retraso cambiario que ha alentado las importaciones en prejuicio de las exportaciones. La marcada aceleración de las importaciones de bienes, la contracción de las exportaciones; las que según Javier Silva Ruete[31]tomando valores constantes, en 1980, por cada peruano se exportaba 226 dólares, y en 1997 solamente 146, y el acrecentamiento del déficit comercial configuran un contexto sumamente preocupante sobre todo si se toma en cuenta que los factores que condicionan tal evolución siguen vigentes y sin perspectivas de solución a corto plazo.
3.2 DISTORSIÓN DE PRECIOS RELATIVOS
3.2.1 Altas tasas de interés
Sin duda alguna, las altas tasas de interés son un obstáculo para la consolidación de la estabilidad económica. En efecto, las tasas de interés activas que cobran los bancos por los préstamos que hacen son extremadamente altas en términos reales, superando largamente el nivel de tasas internacionales. Por ejemplo, en 1998 las tasas de interés en promedio activas en moneda nacional (TAMN) fue de 32,6% y, las tasas activas en moneda extranjera (TAMEX) fue de 16%. En contraste, las tasas de interés internacionales fueron 5,8% y 8,5% en la Libor[32]y en la Prime Rate[33]respectivamente.
De esta manera, se está "extorsionando" a los inversionistas con tasas abusivas y confiscatorias, y castigando drásticamente los ahorristas con tasas de interés pasivas muy bajas afectando seriamente el ahorro interno.
Entre las razones que explican la permanencia de elevadas tasas de interés activas, tanto en moneda nacional como extranjera, pese a que han ido disminuyendo lentamente (ver cuadro 7 del anexo estadístico), están los altos costos operativos por parte del sector financiero, la escasa intermediación financiera[34]que realizan los bancos como consecuencia del bajo nivel de liquidez de la economía, el bajo nivel de actividad económica y la ausencia de un mercado competitivo en este sector.
La persistencia de altas tasas de interés, además de ser un obstáculo para la consolidación de la estabilidad económica, no permite profundizar la intermediación financiera y mucho menos la recuperación de la actividad económica y de la competividad.
Finalmente, las altas tasas de interés pagadas en moneda extranjera, han provocado un ingreso importante de capitales privados del exterior el cual, sumado a la oferta de dólares producto del narcotráfico, creó una sobre oferta de dólares no canalizados a la inversión productiva, contribuyendo de esta manera a la subvaluación del tipo de cambio.
3.2.2 Subvaluación del tipo de cambio
Otro de los factores que obstaculiza la consolidación de la estabilidad económica es la subvaluación del tipo de cambio, que tiene su origen fundamentalmente en la poca demanda de divisas por parte del aparato productivo debido a la recesión, el ingreso de capitales golondrina y por la sobre-oferta de dólares producto del narcotráfico, etc.
Ahora bien, el persistente retraso cambiarlo (que en los años de estabilización y ajuste llegaría a 35%, es decir, 10% originado por el shock de agosto de 1990 y 25% de los últimos ocho años) tiene efectos negativos en la actividad productiva porque no sólo deprime y resta competitividad a los exportadores, sino también a la producción local de bienes que compiten de forma desigual con las importaciones.
En otras palabras, el nivel actual de tipo de cambio real no favorece una expansión de los sectores transables de la economía. Por lo tanto, en el corto plazo no se vislumbra un mejoramiento significativo de la balanza comercial ni de la balanza en cuenta corriente que han sido crecientemente negativas desde la aplicación del programa de estabilización y ajuste estructural (ver cuadro 5 del anexo estadístico).
3.3.3 Tarifas básicas muy altas
Otro de los aspectos que atentan contra la estabilización y contra las perspectivas de desarrollo productivo del país es el aumento desmedido de las tarifas básicas. En efecto, luego de la privatización de las empresas públicas las tarifas de teléfonos, electricidad, gas, correo, y además, agua potable, etc. se hallan en niveles muy altos, por lo menos en relación a los precios internacionales, constituyéndose en uno de los principales elementos que encarecen los costos de producción y, por ende, empeoran el nivel de la actividad productiva del país.
El incremento constante y excesivo de las tarifas básicas por parte de los inversionistas extranjeros se debe fundamentalmente a su condición de empresas monopólicas, avaladas por el gobierno y a su exagerada voracidad financiera. La mayoría de las empresas que han sido privatizadas en los últimos años han aumentado las tarifas básicas cuatro veces más que el índice general de precios, y en algunos casos el aumento ha sido en una proporción mayor, originándoles excesivas ganancias.
En conclusión, queda demostrado de una manera sencilla que la estabilidad económica alcanzada es relativa, frágil y vulnerable, y enfrenta una serie de problemas que de no ser corregidos, la relativa estabilidad económica lograda se derrotaría a sí misma, inclusive ponen en riesgo los avances alcanzados y con ello el esfuerzo y sacrificio que todos los peruanos, sobre todo los más pobres, hemos realizado desde agosto de 1990.
4. ¿QUE HACER PARA PASAR DE LA ESTABILIZACIÓN AL CRECIMIENTO SOSTENIDO?
Para pasar de la estabilización al crecimiento sostenido se requiere, en primer lugar, consolidar la estabilidad económica, y en segundo, corregir el modelo económico,
4.1 CONSOLIDAR LA ESTABILIDAD ECONÓMICA
Como se mencionó anteriormente, una de las condiciones necesarias, pero no suficiente, para iniciar el camino a un crecimiento sostenido de mediano y largo plazo es la estabilidad económica. En ese sentido, la primera tarea que tiene que hacerse es consolidar definitivamente la estabilidad económica, de cuyo éxito depende en gran medida el crecimiento sostenido.
Para ello, lo primero que tiene que hacerse es consolidar la estabilidad política. No creo realmente que se pueda consolidar la estabilidad económica si no es en una auténtica democracia, pues la democracia es el único régimen político que garantiza la libertad humana, y es la única forma en que los agentes económicos pueden tener garantía de su propiedad. Es decir, la democracia es un complemento de la estabilidad económica. Si no se consolida la estabilidad política se va la estabilidad económica, pues ocurre que están interrelacionadas.
Pero una vez que se tiene la solución política, hay que ir a la solución económica. Es decir, corregir los desequilibrios macroeconómicos existentes como la recesión económica, déficit en la balanza de cuenta corriente, etc. y la distorsión de los precios relativos como del tipo de cambio, tasas de interés, tarifas básicas, remuneraciones, etc. Y luego la solución social atacando el desempleo, la extrema pobreza, etc. En otras palabras la eliminación de los obstáculos económicos, políticos y sociales. SI no se consolida definitivamente la estabilidad económica será muy difícil iniciar el camino al crecimiento sostenido de mediano y largo plazo. Proceso que tiene que darse en un marco de estabilidad política y en un ambiente donde impere la Ley y el orden.
4.2. CORREGIR EL MODELO ECONÓMICO
En segundo lugar, para pasar de la estabilización al crecimiento sostenido se requiere, además, corregir el modelo ortodoxo que se viene aplicando en el país desde agosto de 1990 bajo el patrocinio del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, porque ha demostrado su incapacidad para solucionar los problemas del país.
En efecto, el modelo ortodoxo o neoliberal, entendido come la aplicación de una economía de mercado a ultranza y con un Estado que rehúye a participar en la actividad económica, supone que la estabilidad económica y el crecimiento son suficientes requisitos para el bienestar de la población y que las fuerzas de: mercado, por sí solas, lograrán una distribución justa de los beneficios y riquezas.
Sin embargo, a casi diez años de su aplicación, ha sucedido todo lo contrario. No se ha conseguido la estabilidad plena de la economía (ver acápites 1 y 2 de este capítulo) ni se ha logrado un crecimiento sostenido ya que el crecimiento de 1994 hasta 1997 fue gracias a factores externos y no a la bondad del programa ortodoxo de estabilización y ajuste estructural implementado por este régimen, y está haciendo más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Es decir, ha demostrado sus enormes limitaciones no sólo para distribuir equitativamente los ingresos que se generan sino aun para producirlos.
Por tanto, se requiere corregir el modelo económico, no si propone cambiarlo, sino ajustar la economía de mercado en función a nuestra propia realidad, lejos de dogmas y ortodoxias; profundizando las medidas positivas y eliminando las negativas del programa y sus instrumentos de política, que conduzcan hacia una economía de mercado de verdad libre y competitiva, que responda a las necesidades de desarrollo del país; una economía donde las cifras macroeconómicas sean positivas pero, además, que todos los ciudadanos tengan trabajo productivo y mejoren sus condiciones de vida. Lo importante es asegurar que el mercado sea verdaderamente libre y competitivo, en el que las viejas prácticas mercantilistas no reaparezcan disfrazadas de neoliberalismo.
Para ello se requiere combinar cuidadosamente las fuerzas del mercado con la acción del Estado, tratando de lograr mezclas óptimas mediante una conducción política ingeniosa y ágil. El Estado debe corregir las fallas del mercado debe promover la competencia, los esfuerzos, las iniciativas privadas y corregir los abusos del mercado, etc. En una economía moderna, el rol del Estado es lograr que el mercado sea verdaderamente libre y competitivo. En el capítulo cinco, acápite tres, se presentan algunas sugerencias para la reforma del Estado.
Pero la consolidación de la estabilidad económica y la corrección del modelo económico, no son suficientes para que la economía retome la senda del crecimiento sostenido. Es necesario además, plantear una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo dentro de la cual la estabilización económica es sólo la primera fase. Es decir, se requiere de un plan estratégico de desarrollo económico y social por parte del Estado que resuelva los graves problemas de todos los peruanos, que el programa ortodoxo no ha podido solucionarlo. La población quiere estabilidad, saber que tiene un norte definido, que se dirige al desarrollo. Es por ello que se requiere de un plan estratégico de desarrollo.
De esta manera, estaremos pasando de la estabilización al crecimiento sostenido, que es una condición necesaria para iniciar la senda del desarrollo estable y sostenible.
CAPÍTULO IV
EL COSTO SOCIAL DE LA ESTABILIZACIÓN ECONÓMICA
Es indudable que el mayor esfuerzo y mérito de los conductores de la política económica del país, ha sido lograr la relativa estabilidad de la economía y avanzar en algunos cambios estructurales, mediante la aplicación del programa de estabilización y ajuste estructural ortodoxo, patrocinado por organismos financieros internacionales como el FMI, BM y BID.
Sin embargo, lograr la estabilidad económica aún no consolidada ha sido tan duro como extraer una muela sin anestesia: doloroso, sangriento y traumático, o como operar a un paciente sin anestesia con cuchillo de cocina, y además sin cuidados intensivos y sin la habilidad necesaria del cirujano. Es decir, el programa de estabilización y ajuste estructural ortodoxo aplicado a partir de agosto de 1990, ha sido el más severo y de mayor costo social dado en la historia del país.
El resultado inmediato para la población del programa de estabilización y ajuste estructural fue una severa pérdida de su capacidad de compra. Los trabajadores estatales perdieron el 62% de su poder adquisitivo y los privados 55%[35]. Esta caída de las remuneraciones repercutió sensiblemente en la demanda.
Por otro lado, la inflación en el mes de agosto se elevó a 412%, es decir los precios aumentaron en promedio algo más de 5 veces. Por ejemplo, en el Cuadro 9 del Anexo Estadístico se puede observar que el pan subió de 2 mil a 25 mil intis, es decir, se incrementó en 1150%, etc. Estas son sólo algunas evidencias inmediatas del grave deterioro del nivel de bienestar de la población, principalmente de aquella que vivía en condiciones de extrema pobreza.
Ahora bien, el proceso de estabilización económica, como se analizará en este capítulo, ha significado un alto costo social, sobre todo para los más pobres, quienes ya sufrían una grave marginación económica y social en los últimos años del gobierno aprista, que se manifiesta, principalmente, en el incremento del desempleo y subempleo, en la reducción de los niveles de ingreso, en el deterioro de los niveles de consumo, en el incremento del costo de subsistencia, en el desarrollo de estrategias de supervivencia, en la reducción del gasto social, en el deterioro de la cantidad y calidad de los servicios públicos como educación, salud, seguridad, etc., en la injusta distribución del ingreso, en el incremento de la pobreza, y en general en la agudización de las tensiones sociales.
1. AUMENTO DEL DESEMPLEO
Definitivamente, el principal costo incurrido por el proceso de la estabilización económica es el aumento masivo y creciente del desempleo y subempleo de la fuerza laboral, provocando el descenso de la población adecuadamente empleada. Las cifras correspondientes a los niveles de empleo de Lima Metropolitana y del país en general, pueden ser caracterizadas como sumamente críticas,
El desempleo abierto, que es el único que puede ser detectado por las encuestas, que concierne esencialmente a la población que no tiene trabajo y se encuentra buscando empleo, se ha incrementado significativamente a partir de agosto de 1990. Los niveles de empleo correspondientes a Lima Metropolitana que se muestra en el Cuadro IO del Anexo Estadístico son, en ese sentido, alarmantes.
En efecto, el desempleo abierto después de aplicación de los programas de estabilización y ajuste estructural se incrementó a 8,3% en 1990 (en 1989 fue de 7,9%). Luego, a 9,4% y 9,9% en 1992 y 1993, respectivamente. Sin embargo, la expresión más marcada del deterioro en el mercado de trabajo limeño es el extraordinario aumento del subempleo que del 73,1% registrado en 1990 pasó a 78,5% en 1991, descendiendo levemente a 75,9% en 1992, para incrementarse nuevamente a 77,4% en 1993.
Asimismo, la población adecuadamente empleada de un nivel de 18,6% de la población económicamente activa (PEA) en 1990 ha descendido a 15,6% en 1991, a 14,7% y a 12,7% en 1992 y 1993 respectivamente. Sin duda, estos resultados son una preocupación permanente para los trabajadores, sobre todo para los jóvenes y empresarios.
Por otro lado, en el Cuadro 10 del Anexo Estadístico se observa que a partir de 1994 los niveles de empleo han mejorado relativamente, el desempleo y subempleo han disminuido y la población adecuadamente empleada se ha incrementado. Pero esto no es el producto de una real mejora sino más bien un juego de cifras.
En efecto, las cifras de los niveles de empleo, se vieron disminuidas de un día para otro como por arte de magia, cuando el Ministerio de Trabajo y Promoción Social en convenio con el Instituto de Estadística e Informática (INEI) cambió la metodología de la medición de las tasas de empleo que hoy en día distan mucho de la realidad. En otras palabras, el gobierno fabrica estadísticas para maquillar el fracaso del programa de estabilización y ajuste estructural en materia de empleo. Lo cierto es que más del 50% de la PEA no cuenta con un puesto de trabajo adecuado.
Pero al margen de las cifras, los costos del desempleo incrementado significativamente por el programa de estabilización y ajuste estructural ortodoxo o neoliberal se expresa para la mayoría de la población peruana, sobre todo para la juventud, en la pérdida de la producción e ingreso, en la pérdida de capital humano, en el aumento de la violencia y en la pérdida de la dignidad humana.
1.1 PÉRDIDA DE LA PRODUCCIÓN E INGRESO
Sin duda alguna, los costos más obvios del desempleo incrementado por el programa de estabilización y ajuste estructural son la pérdida de la producción e ingresos que los desempleados y subempleados producirían si tuvieran empleo productivo y digno. Por ejemplo, en 1997 la PEA era de 10 millones 600[36]de los cuales el 7,7% estaban desocupadas, es decir las personas mayores de 14 años que pueden trabajar y estaban improductivas, eran aproximadamente 820 mil.
Claro está que estas cifras se encuentran muy por debajo de la realidad porque como se mencionó anteriormente, el gobierno ha maquillado los índices de empleo para mostrar estadísticas favorables. Lo cierto es que el programa de estabilización y ajuste estructural ha originado más de un millón doscientos mil desempleados adicionales a los ya existentes en 1990, sólo en la industria se han perdido 300 mil empleos. Por tanto, la producción perdida por el desempleo es enorme, difícil de cuantificar por ahora. No hay estadísticas sobre este tema.
1.2 PÉRDIDA DE CAPITAL HUMANO
Un segundo costo del desempleo es el daño permanente que causa al trabajador desempleado al obstaculizar el desarrollo de su carrera y la adquisición de capital humano. El capital humano es el valor de la educación y habilidades adquiridas en una persona. Ahora bien, en el Perú la fuerza de trabajo se incrementa en cerca de 300 mil peruanos cada año[37]entre ellos, profesionales que egresan de universidades o institutos superiores y técnicos. Sin embargo, la oferta de trabajo dista mucho de cubrir sus expectativas.
Entonces encontramos a ingenieros, abogados, médicos, economistas, contadores, profesores, etc., haciendo taxi, de vigilantes, cambistas o ambulantes. Después de uno o dos años en estos trabajos, descubren que es imposible competir con la nueva generación de profesionales y se quedan conduciendo su taxi, de ambulantes, etc., para sobrevivir. Su capital humano adquirido como profesional lo destruyó el alto desempleo.
1.3 AUMENTO DE LA VIOLENCIA
Sin lugar a dudas la violencia en el Perú tiene profundas raíces históricas, es el reflejo de la pobreza y de las grandes diferencias económicas, culturales, etc., que caracterizan a la sociedad peruana. Sin embargo, también es cierto que la consecuencia inevitable de una tasa de desempleo y subempleo creciente es la generalización de la violencia, sobre todo, en la juventud, expresada en robos, asaltos, secuestros y violaciones, etc.
Las razones que conducen a esto son: primero, las personas que no pueden obtener un ingreso en el trabajo legal se dedican algunas veces al trabajo ilegal como por ejemplo, el contrabando y el robo. En efecto, en el Perú el contrabando y la ola de delincuencia crece día a día. En los últimos años, el número de asaltos, la cantidad de robos, los secuestros, las violaciones, etc., se ha incrementado significativamente. El vandalismo se ha extendido llenando de terror a la población.
Segundo, los ingresos bajos de maestros, enfermeras, policías, etc. y una creciente frustración y desesperación de jóvenes que no encuentran trabajo, ex empleados públicos, niños que no venden sus golosinas, mujeres que no les alcanza el dinero, etc., afecta la vida familiar y se presenta el incremento de delitos como, por ejemplo, el maltrato a los niños, la agresión a las esposas, etc. Esto está sucediendo cotidianamente en el Perú como consecuencia del desempleo.
1.4 PÉRDIDA DE LA DIGNIDAD HUMANA
Un último costo del desempleo y subempleo que es difícil de cuantificar, pero que es amplio e importante considerar, es la pérdida del amor propio que aflige a millones de peruanos, sobre todo a la juventud, que se encuentran desempleados y subempleados. El trabajo es considerado como el mecanismo privilegiado para integrarse a la sociedad, como el único y válido instrumento por la que el hombre se desarrolla junto a los demás miembros de su comunidad. En otras palabras, el trabajo dignifica al hombre. Por ello, al estar desocupado se tiende a sentir que se pierde la dignidad humana.
Por otro lado, el subempleo que es una forma de encubrir el desempleo, una máscara para esconder la verdadera situación, también afecta a millones de peruanos. Por ejemplo, en 1997 los subempleados eran el 41% de la PEA, aproximadamente 4,5 millones de personas que no percibían ingresos dignos de acuerdo a su condición humana. Es decir, millones de peruanos, sobre todo los pobres y excluidos, tienen que resignarse a aceptar cualquier trabajo para no morir de hambre. Sin duda, este es el costo más elevado del desempleo y subempleo porque es incompatible con la dignidad de la persona humana.
2. DISMINUCIÓN DE LOS NIVELES DE INGRESO
En relación íntima con el incremento del desempleo y subempleo, las remuneraciones reales de los trabajadores también han sufrido una profunda caída después de agosto de 1990. Así, sólo en agosto de 1990, mes que se dio inicio al programa de estabilización y ajuste estructural la remuneración mínima vital cayó 29% en términos reales, a diciembre del mismo año había perdido 32% de su capacidad adquisitiva de julio de 1990[38]Las remuneraciones del sector público en agosto cayeron a la mitad y en diciembre había perdido el 62% de su capacidad adquisitiva de julio. Las remuneraciones del sector privado en promedio, cayeron 42% en términos reales en agosto de 1990. Las remuneraciones promedio a nivel nacional cayeron 43% en términos reales en agosto de 1990. Entre setiembre y octubre las remuneraciones del sector privado y a nivel nacional se recuperaron ligeramente para luego caer en diciembre. Como se puede apreciar, la caída de las remuneraciones en los primeros meses del Fujishock fue dramática.
Ahora bien, durante el proceso de la estabilización de la economía, sobre todo en los primeros años, las remuneraciones, sueldos y salarios, la remuneración mínima vital y todos los otros componentes de las remuneraciones han caído en términos reales permanentemente; por ejemplo, en el Cuadro 11 del Anexo Estadístico se puede apreciar que los salarios reales en el sector privado en 1995 han representado al 60% de los de 1985. Los salarios reales mínimos sufrieron un descenso aún mayor, en 1995 representaban el 27% de los de 1985. Como se puede observar, los más afectados han sido aquellos que perciben una remuneración mínima.
Sin embargo, pese a que la economía parece haberse estabilizado, el deterioro de las remuneraciones de los trabajadores continúa, los ingresos en soles cada vez tienen menos poder adquisitivo. Según el índice de remuneraciones con base a agosto de 1990 igual a 100 que publica semanalmente del Banco Central de Reserva[39]el promedio de los salarios de 1997 respecto a 1995 tuvieron una pérdida real de -5,44%, mientras que los salarios en el período de setiembre de 1988 con relación a setiembre de 1997 cayeron en 1,82%. La remuneración mínima vital cayó en 1998 respecto a 1997 en -5,70%.
Por último, el poder adquisitivo de las remuneraciones reales de los trabajadores se han reducido en los ocho años de estabilización y ajuste a niveles de 1989. Esta pérdida de las remuneraciones reales no es ajena a los programas ortodoxos del Fondo Monetario Internacional aplicados dogmáticamente por el gobierno de Fujimori, porque lo utiliza como instrumento para bajar la inflación (ver capítulo 1, acápite 4.1).
3. DETERIORO DE LOS NIVELES DE CONSUMO
Los costos de la estabilización económica en el deterioro de niveles de consumo se puede apreciar al hacer un estudio comparativo entre la remuneración mínima vital y precios de productos con incidencia significativa en la canasta de consumo de las familias de estratos populares. Los productos y servicios seleccionados para este estudio comparativo cubren con segundad un alto porcentaje del gasto de las familias más pobres del país.
Ahora bien, según cifras de la Revista Proceso Económico[40]en julio de 1987 la remuneración mínima vital ascendía en moneda de la época a 1 710 intis y se podía comprar mayor cantidad de bienes que con la de 1997 que ascendía a 300 nuevos soles. Por ejemplo, en 1987 una persona que percibiese ese ingreso podría haber adquirido, 151 kilos de pan francés o alternativamente también hubiera podido invertir en 263 kilos de arroz corriente, o en 127 de fideos a granel, o en 285 kilos de azúcar rubia, etc. En 1997 una persona con este ingreso mínimo podría obtener 83 kilos de pan francés (68 kilos menos), o 166 kilos de arroz corriente (97 kilos menos), o 103 kilos de fideos a granel (24 kilos menos), o 214 kilos de azúcar rubia (71 kilos menos), etc. Como se puede apreciar el proceso de estabilización económica ha agudizado el deterioro de los niveles de consumo de las familias pobres.
Por otro lado, con la remuneración mínima vital de 1987 se podía pagar mayor cantidad de servicios públicos más esenciales como electricidad, agua, teléfonos, gas, kerosene o pasajes urbanos. En 1997, según cifras de Proceso Económico[41]la tarifa eléctrica compromete el ingreso mínimo vital en 17%, la de agua lo hace en 8% y la del teléfono en 22%, es decir 7, 2 y 14 puntos más que en 1987. Asimismo, con la remuneración mínima vital de 1997 se puede pagar 204 pasajes urbanos menos y 6 galones menos de gasolina que en 1987.
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Finalmente, el deterioro de los niveles de consumo de bienes y servicios como consecuencia del proceso de la estabilización económica, ha afectado de manera ostensible los niveles nutricionales de la población que percibe la remuneración mínima vital, que no alcanza ni para atender sus necesidades básicas. Por eso, hay miles de niños, ancianos, mujeres con sus hijos a cuestas, posesionados en las calles principales de Lima, para vender sus golosinas, lustrar zapatos, lavar carros, etc., para ganarse unas monedas y poder sobrevivir. Otros, simplemente se dedican a escarbar la basura buscando algo de alimento para llenar sus vientres y aplacar su hambre. Este es, quizá, el rostro más descarnado de la pobreza que afecta a millones de peruanos.
4. INCREMENTO DEL COSTO DE SOBREVIVENCIA
Según Cuánto[42]la sobrevivencia implica la satisfacción mínima de las necesidades más, esenciales, especialmente la alimentación, por tanto, el costo de una canasta que cubra los requerimientos nutricionales de una familia tipo constituye un indicador significativo del costo de la estabilización económica sobre las condiciones de Vida de algunos sectores sociales.
El costo de sobrevivencia para Cuánto, se deriva de una canasta básica de alimentos para una familia de tamaño y composición promedio de las zonas marginales de Lima integrada por una pareja de esposos y cuatro hijos. Esta canasta básica se encuentra conformada por un conjunto de productos cuyo valor energético agregado es de 13,013 calorías diarias y su valor proteico de 379 gramos.
Ahora bien, si confrontamos el costo de la canasta básica con la evolución de la remuneración mínima vital nos indica que, no obstante la reducción del costo de la canasta valorada a precios constantes, el número de remuneraciones mínimas vitales necesarias para Cubrirlo observa una tendencia creciente, sobre todo, en los primeros cuatro años de estabilización económica.
En efecto, según Cuánto[43]en junio de 1990 se requería 2,85 remuneraciones mínimas para comprar la mencionada canasta. Luego, en agosto de 1990 mes del shock, se necesitaban 4,5 remuneraciones mínimas. Es decir, 1,6 remuneraciones mínimas más. En enero de 1994 el costo diario de una canasta básica de consumo era de 13,47 soles[44]lo que equivalía a 417 soles al mes. Es decir se necesitaba 5,8 remuneraciones mínimas para adquirirla. En diciembre de ese mismo año según Cuánto la canasta básica de consumo equivalía a 424,36 soles. Es decir 6 remuneraciones mínimas. En otras palabras, la remuneración mínima vital a diciembre de 1994 tan solo cubría el 17% de la mencionada canasta. Esto nos indica el grave deterioro de los niveles nutricionales de la población.
Sin embargo, a partir de 1995 el número de remuneraciones mínimas para adquirir la canasta básica de consumo empezó a disminuir lentamente, sin recuperar los niveles del primer semestre de 1990. Por ejemplo, en diciembre de 1995 se requería 3,7 remuneraciones mínimas y, en diciembre de 1997 se necesitaba 3,5. Sin embargo, teniendo en cuenta el deterioro acumulado de la capacidad adquisitiva de la remuneración mínima vital desde agosto de 1990, la canasta básica de consumo se aleja cada vez más de la población peruana.
Canasta mínima que no considera el costo de electricidad, el gas, la movilidad, el kerosene, etc., necesarios para la sobrevivencia de los pobres, y que en los últimos años se han incrementado brutalmente. En efecto, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática[45]entre 1991 y 1997, la electricidad (tarifa social hasta 30Kw/h) se incrementó en 2695%, el agua potable (30 metros cúbicos) en 1,007%, el gas doméstico (balón de 24 Ibs) en 700%, el kerosene (doméstico/litro) en 433%, el pasaje urbano (por unidad) en 1,147%, etc.
5. DESARROLLO DE ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA
Frente al incremento del desempleo y a la caída de los ingresos reales en los años de estabilización y ajuste estructural, las familias, especialmente las más pobres, se han visto obligadas a crear estrategias de sobrevivencia[46]destinadas a la obtención de mayores recursos que les permitan satisfacer sus necesidades básicas.
La primera estrategia de sobrevivencia fue la incorporación de mayor número de miembros de la familia al mercado de trabajo, sobre todo los niños. En efecto, los niños se ven forzados a salir a las calles para ganar algún dinero lavando carros, lustrando zapatos, vendiendo golosinas, etc., mientras que sus madres deben trabajar largas horas en el sector informal, para ganar un ingreso mínimo que asegure la sobrevivencia.
Según estudios del Instituto Apoyo y Unicef[47]el número de niños y adolescentes que trabajan ascendía a un millón y medio en los primeros años de estabilización y ajuste. A esto tenemos que agregar ahora el número cada vez mayor de niñas y madres jóvenes forzadas también a recurrir a la calle en su lucha por sobrevivir. Pero al margen de las cifras, el costo social de la estabilización económica que han pagado y siguen pagando, sobre todo, los niños y adolescentes que comparten el estudio con el trabajo, es enorme y difícil de cuantificar. Porque el trabajo que realizan afecta su dignidad y autoestima y compromete su educación. La estadística señala que en el Perú el 70% de niños que trabajan se atrasan en sus estudios por sus frecuentes repeticiones de año y los retiros temporales.
La segunda estrategia de supervivencia fue la diversificación de sus fuentes de ingreso. De esta manera se incrementa la significación del trabajo secundario y los ingresos extraordinarios[48]Es importante aclarar que el rubro de ingresos extraordinarios está conformado por los ingresos provenientes de instituciones sin fines de lucro como comedores populares de solidaridad, comités de vaso de leche, entre otros.
Por último, la difícil situación económica en la que se encuentran millones de peruanos después de la estabilización económica, hace que la "vía crucis" de los niños y mujeres que se incorporaron al mercado de trabajo, o a la calle para sobrevivir, después del shock de agosto de 1990 no termine, por el contrario, cada día se incrementan importantes contingentes al mercado de trabajo.
6. REDUCCIÓN DEL GASTO SOCIAL
El proceso de la estabilización económica, sobre todo en los primeros años, también ha llevado a una reducción del gasto del gobierno destinado a sectores sociales y a los programas específicos dirigidos al alivio de la pobreza. Reducción que se había iniciado en la década del 80, tal como se observa en el Cuadro 12 del Anexo Estadístico.
La evolución del gasto social[49]consignado en el presupuesto de la República de cada año, refleja el poco esfuerzo del gobierno en la atención de las necesidades básicas de millones de peruanos y en el ataque a la pobreza, sobre todo, a la extrema pobreza que padecen aproximadamente 5 millones de peruanos.
En el Cuadro 12 del Anexo Estadístico se puede apreciar que el gasto social real per cápita ha descendido de 307 nuevos soles en 1988 a 102 en 1991. Es decir, 204 nuevos soles menos. A partir de 1992, la atención del gobierno a los programas sociales ha ido creciendo gradualmente, pero sin recuperar los niveles de 1988. Por ejemplo, en 1998 el gasto social per cápita es menor en 68 nuevos soles al de 1988, uno de los peores años del gobierno aprista.
La restricción del gasto social ha dado lugar a que los servicios que ofrece el gobierno para beneficio de los más pobres sean deficientes. Este es el caso de la educación y los servicios de salud (ver acápites 7 y 8 de este capítulo) y de la seguridad social, etc.
7. DETERIORO DE LA EDUCACIÓN
El colapso de la educación se había profundizado a partir de setiembre de 1988 como consecuencia del desorden económico de la gestión aprista. El proceso de la estabilización económica la empeoró considerablemente. El costo social del proceso de estabilización económica son presentados en base a los índices de crecimiento de la matrícula de primaria y secundaría de menores, de la deserción escolar, de la disminución de postulantes a las universidades, así como en la grave situación en la que se encuentra el magisterio nacional. Y esto, sin entrar a la calidad del proceso educativo, que se encuentra en un nivel realmente deplorable.
Los índices de crecimiento de la matrícula primaria y secundaria han caído abruptamente en los últimos años con relación a las décadas de 1950 y 1960, cuando se produjo un impulso muy significativo en la extensión de la educación. En efecto, según Fernando Rospigliosi[50]el crecimiento promedio anual en matrícula primaria ha sido: En la década de 1950, 41,900 nuevos alumnos incorporados Cada año, con un crecimiento promedio anual de 3,6%, durante la década de 1960:108,000 nuevos alumnos incorporados cada año, con Un crecimiento promedio anual de 5,9%. Durante los primeros 5 años de estabilización económica (1990 – 95): 52,320 nuevos alumnos incorporados cada año, con un crecimiento promedio anual de 1,3%. Es decir, -4,6% y -2,3% respecto a las décadas de 1950 y 1960.
Con respecto a la educación secundaria, la situación es peor. En la década de 1950 – 60: 12,000 nuevos alumnos incorporados cada año, con un crecimiento promedio anual de 10,6%. En la década de 1960-70: 47,600 nuevos alumnos incorporados cada año, con un crecimiento promedio anual de 13%. En los primeros 5 años de estabilización económica (1990-95): 24,120 nuevos alumnos incorporados cada año, con un crecimiento promedio anual de 1,2%. Es decir, -11,8% y -9,4% respecto a las décadas de 1960- 70 y 1950- 60, respectivamente[51]Como se puede apreciar en los primeros 5 años de estabilización económica, con una población mucho mayor, se incorporaron menos alumnos a las escuelas que en la década de 1960. Y en términos porcentuales, el crecimiento de matrícula es mucho menor que en la década de 1950.
Por otro lado, la disminución de los gastos de escolaridad efectuada por las familias pobres, como consecuencia de la drástica caída de los ingresos, se ha traducido en el abandono de la escuela de un importante contingente de niños, tanto en educación primaria y secundaria. Asimismo, un porcentaje importante de desertores lo constituye el grupo de niños que han tenido que desplazarse hacia tareas remunerativas para completar el ingreso familiar. Según cifras del Ministerio de Educación[52]la deserción escolar en educación primaria de menores, durante los tres primeros años de estabilización y ajuste oscilaba entre un rango de 10% y 7% y la de educación secundaria de menores entre 14% y 9%.
Sin embargo, en 1993 la misma dirección de estadística del Ministerio de Educación, lo califica de inconsistentes[53]y cambia de modelo de medición y presentan otras tasas de deserción, obviamente mucho menores que las anteriores pero que distan mucho de la realidad. Pero todos los peruanos sabemos, al margen de las cifras oficiales, que las tasas de deserción escolar tanto en primaria como en secundaria son muy altas.
Otro indicador del costo social de la estabilización económica en la educación es la reducción de los postulantes y de matrícula a las universidades públicas y privadas. En efecto, según Cuanto[54]de 86,449 postulantes a las universidades privadas descendió a 74 126 en 1991 y a 34 882 en 1995. Sin embargo, la reducción fue mayor en las universidades públicas, en las que una cifra de 176 688 postulantes en 1990 se redujo a 159 384 en 1991 y a 80 669 en 1995. Por otro lado, la matrícula cayó entre 30 y 40% en 1991. En San Marcos, de 45 mil estudiantes matriculados pasó a 27 mil. En la UNÍ, de 12 mil pasó a 8 mil. En San Antonio de Abad del Cuzco de 25 mil pasó a 17 mil.
Por último, el costo social de la estabilización económica en la educación se expresa en la deplorable situación en la que se encuentra el magisterio nacional. Los maestros ganan sueldos miserables, aproximadamente 165 dólares mensuales, reciben una formación deficiente y complementan sus magros ingresos trabajando como ambulantes o desempeñándose en cualquier oficio menor. Otros simplemente abandonan la actividad magisterial, en su mayoría los de mayor capacidad y experiencia, para irse a otros países o para dedicarse a otras actividades.
8. DETERIORO DE LOS SERVICIOS DE SALUD
Los servicios de salud se han deteriorado significativamente en los últimos ocho años de estabilización y ajuste estructural. En efecto, los hospitales públicos -132 en todo el país, de ellos 32 están en Lima- están en muy mala situación. No tienen infraestructura adecuada, en la mayoría de los hospitales los consultorios y los servicios de hospitalización tienen la misma infraestructura de hace más de 20 años, hay déficit de recursos humanos, por ejemplo hay un médico por cada 10 mil habitantes, los equipos están obsoletos y sin una adecuada política de mantenimiento y las farmacias están desabastecidas, las remuneraciones de los médicos se han reducido significativamente así por ejemplo un médico gana en promedio 1500 soles[55]
A ello hay que agregar la alta concentración de los servicios de 롬uden la costa, fundamentalmente en Lima, en detrimento de otros departamentos tales como Apurímac, Ayacucho, Amazonas, Cuzco y Huancavelica, etc., es decir, aquellos que muestran altas proporciones de población rural. Por ejemplo, mientras que en Lima se concentran más del 50% de camas hospitalarias y el 70% de los médicos, en los departamentos de Apurímac y Huancavelica sólo existen aproximadamente 10 médicos por departamento.
Por otro lado, la reducción del gasto social real en salud por parte del gobierno ha obligado a los hospitales públicos a cubrir sus costos mediante aumentos sustanciales de sus tarifas o recursos propios afectando a millones de peruanos, sobre todo a los de extrema pobreza que acuden diariamente a los hospitales públicos, sin importarle tener que levantarse temprano, hacer largas colas para lograr un ticket de atención o esperar varias horas para acceder a la consulta, los servicios médicos en los hospitales públicos son un servicio de lujo para los más pobres.
Asimismo, no hay que olvidar que el colapso de los programas de salud ambiental, la falta de agua y de infraestructura sanitaria permitieron que apareciera el país, en los primeros años de aplicación del programa de estabilización y ajuste estructural, la epidemia del cólera que luego se extendió a varios países del continente. Esta "enfermedad de los pobres" se da y se extiende sobre todo por la falta de higiene personal y de salubridad pública debido a la falta de educación sanitaria y sobre todo a la carencia de infraestructura básica.
Por último, cabe resaltar que la estabilización de la economía ha propiciado un éxodo de enfermeras y médicos. Se ha "exportado" miles de peruanos, un capital humano que, desafortunadamente, será muy difícil restituir. Muchos emigraron a otros países y otros, simplemente abandonaron su ocupación para engrosar la fila de los informales. Se calcula que en el país hay 31 mil médicos colegiados[56]de ellos 25 mil son activos y la mayoría de ellos se desempeñan en dos o más trabajos para sobrevivir.
9. INJUSTA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
Sin duda, la injusta distribución del ingreso es un problema estructural. Sin embargo, el proceso de la estabilización económica ha contribuido a deteriorar más los niveles de distribución del ingreso nacional, profundizando la desigualdad entre ricos y pobres. Es decir, ha enriquecido a unos pocos y ha empobrecido a la mayoría de peruanos. La distribución del ingreso en el Perú es un indicador económico que mejor expresa la fragmentación social existente, mostrando los distintos segmentos productivos en los cuales se generan los ingresos y la débil integración entre los mismos.
Ahora bien, de acuerdo a las estimaciones realizadas a partir de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) de 1994, el total de ingresos de los hogares peruanos ascendían a 58 mil millones de soles. Siendo el número de hogares en todo el país 4 millones 450 mil y de 1 millón 300 mil en Lima Metropolitana[57]
Según Cuánto[58]los resultados muestran que el 10% de los hogares más pobres capta solamente el 2,1% del ingreso total, en cambio el 10% de hogares más ricos concentra el 31% del ingreso total generado por los hogares. Este resultado evidencia una desigual e injusta distribución del ingreso entre los hogares peruanos.
Si la distribución fuera perfecta, dice Cuánto[59]el 10% de los hogares más pobres debería tener el 10% de los ingresos, pero sólo tiene el 2,1% del ingreso total. De otro lado, el 10% de los hogares más ricos tendría el 10% de los ingresos, pero resulta que tiene el 31% del ingreso total. Por su parte, el 5% más rico del total de hogares capta el 20% del ingreso total, mientras que el 1% más rico obtiene cerca del 7%.
En Lima Metropolitana, al igual que en el resto de áreas investigadas, la distribución del ingreso es similar al promedio nacional: 10% de hogares más pobres reciben sólo el 2,3% del ingreso total, mientras que el 10% más rico capta el 32,4% del ingreso total.
Por otro lado, el número promedio de perceptores de ingreso por hogar es de 1,6% en el ámbito nacional. En Lima Metropolitana el promedio es de 1,7%, en la costa y sierra urbana llega a 1 ,6%, en la selva urbana a 1,7%, en la costa rural a 1,6%, y en la sierra y selva rurales a 1,4%, respectivamente[60]Estas cifras nos muestran que la riqueza y el lujo crece para unos pocos, mientras las grandes mayorías se hunden más y más en la pobreza y la miseria gracias al programa ortodoxo de estabilización y ajuste estructural.
10. AUMENTO DE LA POBREZA
Por último, el costo más dramático de la estabilización económica, sin embargo, es el incremento de la pobreza de la población peruana. En efecto, la pobreza se ha extendido a niveles sin precedentes a partir de agosto de 1990 como consecuencia del proceso de la estabilización de la economía. A los "pobres tradicionales" agravados por la crisis generada por el gobierno aprista se sumó una legión de "nuevos pobres" constituida fundamentalmente por maestros, enfermeras, obreros o empleados públicos que perdieron su puesto de trabajo, ambulantes y subempleados. También las mujeres, los jóvenes y niños que pasaron a engrosar las filas del sector informal con muy bajos ingresos.
Ahora bien, las evidencias del proceso de empobrecimiento en los primeros años de la estabilización y ajuste estructural experimentado por el país, las brinda la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) de 1991. De acuerdo a sus estimados, la pobreza crítica -que corresponde a aquellas personas cuyo gasto total no alcanza a cubrir el costo de una canasta básica de consumo formada por alimentos y otros bienes y servicios- se incrementó de 42% (ENNIV 85) a 54%, esto es aproximadamente de 8 millones a 12 millones de habitantes.
La pobreza extrema -que comprende a aquellas personas cuyo gasto total no alcanza a cubrir el costo de una canasta básica de consumo conformada sólo por alimentos- se incrementó de 18% (ENNIV 85) a 22%, es decir, de aproximadamente 3,6 millones a más de 5 millones de habitantes. Estos resultados, obviamente, son producto de la crisis y del programa de estabilización y ajuste estructural aplicado para hacerle frente a partir de 1990. En el Cuadro 13 del Anexo Estadístico se muestra la evolución de la pobreza en el Perú.
Tomando en cuenta la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) de 1994, las cifras muestran que la pobreza crítica se ha reducido de 54% a 50% y la pobreza extrema de 22% a 20%. Sin embargo, comparándolo con la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) de 1985, observamos que la pobreza se ha incrementado en 8%, es decir, de 8 millones a 11 millones 500 mil y la pobreza extrema ha aumentado en 2%, es decir, de 3,6 millones a 4 millones 700 mil personas aproximadamente. Es decir, se ha reducido la pobreza en relación a 1991, pero no en relación a 1986.
Por otro lado, la pobreza en términos globales también se puede medir por medio del producto bruto interno per cápita. En el Cuadro 11 del Anexo Estadístico se puede apreciar que en 1996 el producto bruto interno per cápita real se encuentra 15% por debajo de 1987 y 6% por debajo del nivel de 1988. Es decir, ni siquiera se ha recuperado los niveles de 1987 y 1988, los peores años del gobierno aprista.
Por último, el proceso de empobrecimiento de la población peruana se puede apreciar a partir del denominado índice de la Pobreza Crítica, el cual registra la evolución del ingreso promedio de los trabajadores del campo, del sector informal urbano y de los que ganan el ingreso mínimo. Este índice que mide el grado de pobreza que agobia a millones de peruanos, se ha incrementado de 124,6% en 1989 a 184,7% en 1993, es decir, 60,1% más que en 1989 (ver cuadro 14 del anexo estadístico). Estas cifras muestran con elocuencia que la estabilidad económica, aún no consolidada, se ha logrado a un costo extremadamente elevado en términos de pobreza.
En conclusión, la evidencia disponible nos permite constatar que la relativa estabilidad económica existente sólo ha significado hasta el momento para la mayoría de peruanos, sobre todo para los sectores más vulnerables; más miseria, hambre y pobreza. Es decir, la relativa estabilidad económica se ha conseguido a un costo social muy alto, por lo que podemos afirmar que el programa ortodoxo de estabilización y ajuste estructural tienen un rostro que no es humano.
CAPÍTULO V
DE LA ESTABILIZACIÓN Y AJUSTE AL CRECIMIENTO SOSTENIDO
Han transcurrido casi diez años desde la implementación del programa de estabilización y ajuste estructural y se ha conseguido una relativa estabilidad económica. Sin embargo, esto se ha logrado a costa de una profunda recesión económica, más desempleo y subempleo, reducción de las remuneraciones reales, aumento de la precariedad del empleo, incremento de los niveles de pobreza, debilitamiento de los servicios esenciales, más desigualdad social y deterioro de la calidad de vida… En suma, de más hambre, miseria y pobreza.
La pobreza y extrema pobreza profundizada por la crisis de finales de los ochenta y el proceso de estabilización de la economía, tiene como característica principal su origen esencialmente económico, con dimensiones sociales, políticas y culturales que es imperativo enfrentar.
En efecto, el primer imperativo es de carácter ético y radica en la ausencia de toda justificación para seguir manteniendo a millones de peruanos en situación de exclusiva y aguda pobreza.
El segundo es económico e implica la incorporación de los sectores marginados al proceso productivo moderno para crecer, modernizarse, alcanzar y mantener niveles de competitividad y, el tercer imperativo es político, porque con una magnitud de pobreza, como la que existe en nuestro país, es imposible consolidar la democracia y obtener las condiciones de estabilidad política, indispensables para sustentar un proceso de inversiones privadas nacionales o extranjeras de mediano y largo plazo.
Ahora bien, con la magnitud de pobreza como la tiene nuestro país/ningún programa de desarrollo que no tome en cuenta esta realidad podrá tener perspectivas viables. Por tanto, es imperativo concentrar todos los esfuerzos para hacerle frente y erradicarla. Es decir, si nuestro principal problema es la pobreza, nuestro principal objetivo debería ser erradicarla en sus raíces más profundas con un espíritu de solidaridad y justicia.
En este contexto, es imprescindible aplicar un programa económico orientado al crecimiento con equidad y desarrollo humano, a fin de alcanzar un crecimiento alto y sostenido que permita combatir la pobreza de millones de peruanos e integrarlo a un proceso dinámico de desarrollo. Ningún programa económico puede ser aceptado dogmáticamente si para la solución de los problemas económicos se sacrifica las condiciones de vida de millones de peruanos. Desafortunadamente eso ha sucedido en el país, el programa de estabilización y ajuste estructural, es ortodoxo, casi por libreto.
En este capítulo se propone, de manera general, algunas medidas de política económica y social que en conjunto constituyen lo que denominaremos "Programa económico orientado al crecimiento con equidad y desarrollo humano".
PROGRAMA ECONÓMICO ORIENTADO AL CRECIMIENTO CON EQUIDAD Y DESARROLLO HUMANO
Un programa económico orientado al crecimiento con equidad y desarrollo humano, en mi concepto, es aquel que combina en una forma coherente y equilibrada las políticas económicas con las políticas sociales en una estrategia global de desarrollo de mediano y largo plazo; que asegure un crecimiento alto y sostenido, la promoción de igualdad de oportunidades, la integración social, y mejoramiento del acceso a los servicios sociales básicos que requiere toda persona para vivir con dignidad.
Es decir, un programa económico que asegure un nivel de vida digna y un nivel mínimo compatible con la dignidad humana para todos los peruanos, sobre todo, de los más pobres y excluidos; que contribuya a reducir las enormes desigualdades económicas y sociales que existe en el país; e integre a todos los peruanos a un proceso dinámico de desarrollo; en el contexto de una economía de mercado, de verdad libre y competitiva, lejos de dogmas y ortodoxias. Un programa económico alejado del proteccionismo estatal y populismo a ultranza de ayer y del neoliberalismo deshumanizado y salvaje de hoy.
El programa económico propuesto es integral no hay una cara económica y una cara social, hay una sola cara que es el desarrollo de la sociedad y el hombre en su dignidad y en su capacidad para el progreso. Cada una depende de la otra. Las políticas sociales dependen en última instancia de la política económica, porque sin aumento del ahorro y de la inversión y sin la estabilidad económica estamos condenados a tener políticas sociales sólo en el papel que, en nombre de las mayorías, terminen beneficiando a minorías privilegiadas, como siempre ha sucedido en el país.
LINEAMIENTOS DEL PROGRAMA ECONÓMICO PROPUESTO
1. OBJETIVO PRINCIPAL
El objetivo principal del programa económico propuesto es lograr un crecimiento alto y sostenido en el mediano y largo plazo que permita combatir la pobreza tan inhumana que padecen millones de peruanos y al mismo tiempo proteger e incluso mejorar las condiciones de vida de la población más vulnerable del país, así como generar las oportunidades para que los sectores más desprotegidos puedan integrarse como sujetos activos a un proceso dinámico de desarrollo.
2. COMPONENTES DEL PROGRAMA ECONÓMICO PROPUESTO
El programa económico propuesto contiene acciones de corto plazo y objetivos que apuntan al mediano y largo plazo donde las políticas económicas y sociales se interactúan para alcanzar un crecimiento alto y sostenido que permita eliminar la pobreza que sufren millones de peruanos, y de esta manera promover un cambio profundo en las estructuras económicas y sociales del país. Forman parte del programa económico propuesto:
2.1 POLÍTICAS DE CORTO PLAZO
Con la finalidad de evitar que los efectos deteriorantes de la crisis de finales de los 80 y del proceso de la estabilización económica se prolonguen en el tiempo, es necesario que se implemente un programa de emergencia social bien gerenciado y focalizado, dirigido a satisfacer las necesidades básicas de los grupos de mayores carencias.
En ese sentido, se propone algunas medidas que en conjunto lo denominaremos Programa de Prioridades Sociales (PPS) el cual debe ser implementado de manera rápida y masiva. Algunas medidas ya se llevan a cabo muy lentamente y de manera restringida o han sido sugeridas. De lo que se trataría entonces, es de hacerlas más eficientes en algunos casos o de ejecutarlas en otros.
A. PROGRAMA DE PRIORIDADES SOCIALES (PPS)
Objetivo
Satisfacer las necesidades básicas de la población que se encuentra en condiciones de extrema pobreza o indigencia, incrementada por el proceso de estabilización económica, así como sentar las bases para la inversión en capital humano, condición necesaria para alcanzar el crecimiento sostenido.
Líneas de Acción
El objetivo se logrará mediante la transferencia acelerada de bienes y servicios directamente asociados con su supervivencia. Las medidas que deben adoptarse son las siguientes:
Asistencia alimentaria, orientada fundamentalmente a la atención de la población más vulnerable (niños, madres lactantes, ancianos y jubilados).
Mejoramiento de los programas de salud básica, priorizando la asistencia preventiva y curativa en los servicios primarios de salud.
Mejoramiento de la calidad de la educación, priorizando la atención a las escuelas y colegios más pobres del país.
Mejoramiento de los ingresos percibidos por los más pobres.
Generación de empleo a través de inversiones de infraestructura agrícola y vial en el área rural y en acciones de apoyo a la infraestructura comunal en el área urbana.
Programas de vivienda social a nivel comunal.
Programas de proyección social: alfabetización, salud, planificación familiar, etc.
Programas de apoyo a la mujer, dirigidos a promover integral a las mujeres de escasos recursos, principalmente a aquellas que están a cargo del sostenimiento del hogar, este grupo es uno de los componentes más importante de la población de extrema pobreza.
Programas de apoyo a la juventud, orientados a ofrecer actividades que favorezcan el desarrollo integral de los jóvenes de bajos ingresos, etc.
Población Objetivo
Población que se encuentra en situación de pobreza extrema o indigencia, que son aproximadamente 5 millones de peruanos.
Área Geográfica
A nivel nacional, principalmente, las zonas más deprimidas del país.
Organización Institucional
Se debe constituir una Comisión Nacional de lucha contra la pobreza, integrada por representantes de las principales organizaciones del país. Para la ejecución del programa de prioridades sociales, esta comisión deberá coordinar con las organizaciones ya existentes, sobre todo, con las Municipalidades que en el marco de combate a la pobreza es imprescindible su participación. Para ello, se debe realizar cambios en el marco legal, los cuales le asignen nuevas responsabilidades, especialmente con respecto a los servicios sociales y a determinadas y mejores fuentes de financiamiento para llevar a cabo esas responsabilidades.
Recursos
El programa de prioridades sociales debe ser financiado, fundamentalmente, con gasto público. Para ello es imperativo reestructurar la asignación del gasto social e incrementarlo con tanta o mayor fuerza. Claro está, sin comprometer los precarios equilibrios macroeconómicos. La reestructuración del gasto social debe priorizar las prestaciones a aquellos grupos sociales que realmente lo necesitan y aumentar la eficiencia en la distribución, asegurando que una parte cada vez mayor del gasto llegue a los más pobres y no sea absorbida por el presupuesto de las instituciones encargados de administrarlo, como generalmente sucede en el país; asimismo el programa debe contar con financiamiento proveniente de los organismos multilaterales como el FMI, BM y BID. Adicionalmente, se debe crear un impuesto a las ganancias excesivas de las empresas privatizadas, que contribuya a financiar este programa.
2.2 POLÍTICAS DE MEDIANO Y LARGO PLAZO
En una perspectiva de mediano y largo plazo, es imprescindible iniciar la senda del crecimiento sostenido que permita combatir la pobreza e integrar a todos los peruanos a un proceso dinámico de desarrollo, basado en una economía abierta y competitiva pero sin neoliberalismo. En ese sentido, la estrategia para combatir la pobreza debe estar conformada por dos elementos: El primero, buen desempeño económico expresado en estabilidad económica, crecimiento económico alto y sostenido y generación de empleo productivo y, segundo, políticas sociales destinadas a proteger y promover capital humano. En otras palabras, crecimiento económico con equidad y desarrollo humano.
A. CRECIMIENTO ECONÓMICO
El crecimiento económico sostenido de mediano y largo plazo radica, fundamentalmente, en un aumento de la producción y la productividad, para ello se requiere, en primer lugar; consolidar y mantener las estabilidad económica y, corregir el modelo económico (ver capítulo III, acápite 4), y en segundo lugar; fomentar la inversión tanto nacional como extranjera, adoptar tecnología moderna, fomentar las exportaciones, mejorar la calidad de mano de obra, y en tercer lugar, se requiere de un sector empresarial moderno y competitivo, cuyos beneficios dependan básicamente de la eficiencia y eficacia de sus operaciones.
En otras palabras, un crecimiento económico que tenga sostenibilidad y fomente la creación de empleo productivo, y se traduzca efectivamente en menor pobreza y mayor equidad e integración social, depende de la estabilidad macroeconómica y de la eficiencia y competitividad microeconómica.
En ese sentido, se propone dar un fuerte impulso a la inversión, ya que en el mediano y largo plazo lo único que permite una senda de crecimiento sostenido es la inversión, básicamente en la mediana y pequeña empresa, en los pequeños y medianos agricultores y en el sector informal, etc.
A.1 Fomento a la Pequeña y Mediana Empresa
El fomento y modernización de la micro, pequeña y mediana empresa constituye un factor importante de crecimiento económico. Adicionalmente, resulta ser una palanca fundamental para la creación de empleo, a diferencia de la gran empresa que sólo sirve para la generación de mayor producción y de impuestos. En ese sentido, es fundamental la creación de un clima propicio y de mecanismos adecuados para el fortalecimiento de la microempresa y del fomento y modernización de pequeñas y medianas, cuya capacidad de contribuir a la generación de empleo productivo y a la adaptación eficaz de tecnología ofrece mejores posibilidades. Para ello se propone las siguientes acciones:
Crear un Banco de Fomento, especialmente para la pequeña y mediana empresa (la banca privada ha demostrado que es incapaz de apoyar a la pequeña y mediana empresa), que otorgue líneas de crédito a tasas razonables, sin subsidios. Para ello se utilizaría la infraestructura del Banco de la Nación. Los recursos deben provenir del gobierno y de los organismos multilaterales como el FMI, BM y BID.
Crear una Comisión Nacional de Desarrollo Tecnológico (CONADET), que se encargue de promover la investigación, renovación, adaptación y difusión de nuevas tecnologías para generar un incremento de la productividad.
Implementar Consultorías de Apoyo a las pequeñas y medianas empresas; que se encarguen de la gestión y preparación de solicitudes de crédito, de la elaboración de proyectos, así como de la capacitación y desarrollo.
Crear una Comisión Nacional Promotora de la pequeña y mediana empresa que se encargue, entre otras cosas, de buscar mercados, créditos, tecnología, promoción de exportaciones y de la generación de pequeñas y medianas empresas que fomentan el auto empleo.
Reducir o eliminar los denominados "sobrecostos", que afectan la competitividad, y conspira contra todo plan de relanzamiento de la economía.
Simplificar los trámites de registro y formalización de las empresas de manera que sea más factible el acceso al servicio del Banco de Fomento propuesto anteriormente.
Diseñar políticas tributarias que permitan a las empresasen general, generar empleo productivo.
A.2 Apoyo a los Pequeños y Medianos Agricultores
El sector agrario es prioritario para el crecimiento económico del país, debido a que este sector representa el 30% de la población económicamente activa, aproximadamente 3'200,000. Pero la economía agraria en cadena, acopio, transporte y comercialización, ocupa a más de la mitad de la población nacional. Sin embargo, el gobierno no ha hecho casi nada por este sector.
Entre las principales acciones que se propone tenemos a las siguientes:
Crear la Gerencia del Campesino en el Banco de Fomento propuesto anteriormente, que preste al pequeño y mediano agricultor capital de trabajo con tasas razonables y sin subsidios. Así como crédito pagadero en productos.
Mejorarla infraestructura básica, construcción, rehabilitación y mejoramiento de caminos vecinales, puentes, canales de riego, reservorios, bocatomas y minicentrales eléctricas, etc. Es decir, infraestructura agrícola y de comercialización.
Crear una Comisión Nacional de apoyo al pequeño y mediano agricultor, que se encargue, entre otras cosas, de asesorar y capacitar a los agricultores en el desarrollo de cultivos intensivos orientados a la exportación, así como en la incorporación de técnicas agrícolas en la producción de diferentes cultivos, etc.
Crear un sistema de seguro campesino, con el aporte del Estado y de los propios campesinos, para hacer frente a las eventualidades climáticas como sequías, heladas, fenómeno del niño, etc.
Saneamiento de títulos, mediante un programa de titulación y registro que beneficie a los pequeños agricultores rurales, y promover la inversión privada como eje fundamental en los proyectos.
Propiciar la integración de parceleros y pequeños productores a la agricultura moderna de alta rentabilidad.
Diseñar mecanismos de incentivos tributarios, fundamentalmente para la agroindustria.
A.3 Impulso al Empresariado Popular
Un empresariado popular o informal moderno y eficiente puede ser no sólo el motor del crecimiento económico sino también una fuente de empleo. En ese sentido, se debe dar un fuerte impulso al empresariado popular que está conformado por un vastísimo sector de la población peruana. Para ello, se deben crear los mecanismos necesarios para que este sector salga de esta modalidad clandestina de producir y se incorpore a la gran empresa del desarrollo, cuyo motor será el desarrollo de un pujante capitalismo popular. Las principales acciones que se proponen son las siguientes:
Eliminar todas las barreras que desalientan a los empresarios informales a trabajar dentro de la ley.
Facilitar su acceso al crédito a través del Banco de Fomento propuesto anteriormente.
Brindarles asistencia técnica, capacitación y acceso a los mercados, y en fin, todos los incentivos que le permitan incrementar sus niveles de productividad y competitividad.
Crear sectores financieros más fluidos y menos exclusivos, capaces de poner en marcha nuevos mecanismos que permitan canalizar recursos en forma responsable y eficiente al empresariado popular.
Propiciar el desarrollo de proyectos productivos que generen empleos permanentes, tanto en el sector urbano como rural, etc.
A.4 Promoción de las Exportaciones
Sin duda, el proceso de crecimiento económico rápido y sostenido tiene que estar liderado por el sector exportador. Sin embargo, el modelo primario exportador basado en la inversión y el capital extranjero no conduce al crecimiento sostenido de mediano y largo plazo porque genera una economía altamente vulnerable a los shocks externos como la fluctuación de los precios internacionales. Además, porque tiene serias deficiencias en la generación de empleo productivo.
En el contexto de una economía globalizada y competitiva, el crecimiento rápido y sostenido tiene que basarse fundamentalmente en las exportaciones de bienes y servicios de mayor valor agregado de productos manufacturados, agroindustriales, mineros y pesqueros industrializados, los que implican generación de empleo productivo.
Las principales sugerencias para promover y fomentar las exportaciones son las siguientes:
Propiciar la creación de una industria netamente exportadora con precios competitivos adquiridos en U mejora de la productividad.
Mejorar la competitividad de las exportaciones, especialmente a través de la eliminación de sobrecostos tributarios y mejorando la calidad de los bienes y servicios.
Propiciar la expansión y fortalecimiento de las actividades de agroexportación no tradicional, a fin de que sean capaces de competir en los mercados internacionales.
Ampliar los mecanismos de incentivos tributarios y crediticios que beneficien a la actividad de exportación tradicional y no tradicional.
Promover adecuados recursos financieros a la exportación no tradicional de la pequeña y mediana industria intensivos en mano de obra.
Simplificar los trámites de exportación y realizar campañas de difusión y promoción sobre exportaciones. Distinguiendo públicamente a los mejores exportadores.
Fomentar la actividad exportadora en general, creando una mentalidad exportadora.
Profundizar la aplicación de las medidas anti-dumping, draw back[61]y mejoras en el financiamiento de las exportaciones, sobre todo de las no tradicionales.
Impulsar el sector exportador en los campos donde el Perú tiene ventaja comparativa, como son la agroindustria, la minería, pesquería, etc., así como también el turismo.
Firmar acuerdos de Libre Comercio con otros países para que nuestros productos tengan acceso a otros mercados sin ningún tipo de restricción.
B. políticas sociales, inversión en capital humano
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