Introducción
La evolución se gesta como resultado de la interacción, sea a nivel molecular, orgánico o social, para esta reciprocidad, se sobreentiende entonces que es absolutamente indispensable la comunicación; concebida como la base fundamental del desarrollo, puesta de manifiesto en todos los sistemas, verbigracia neuronal, embrionario, etcétera, concluyendo que es la herramienta facilitadora por excelencia del éxito organizacional.
Ahora bien, hay estilos diversos de comunicación concebidos de manera tácita o expresa y en el teatro es una de las posibilidades más expeditas de mostrarlo, máxime trayendo a colación el trabajo de la doctora Anne Ubersfeld en el habla solitaria, la cual concibo como la forma de percibir la comunicación intencionada, en la que confluyen desencuentros provocados que generan el análisis, mismos que son constructores de un proceso expresivo eficaz, en los cuales al partir de una supuesta incoherencia comunicativa, se excita la abstracción y se incentiva la comprensión reflexiva.
El cuerpo es la materia prima del contacto social, de él se emiten voces y gestos que lo prolongan y se vuelven alma compenetradora de entendimientos ajenos, en él se concentra la expresión del actor que presta su cuerpo para que el personaje aflore y entre palabras y mímicas contagie al público de su saber y su sentir
En este ensayo, se parte de comprender la comunicación humana en su forma más sencilla de comprensión, donde se encontrarán aspectos destacados a saber: Generalidades, componentes de la comunicación, características de una buena comunicación, el proceso de la comunicación, actores, factores críticos, habilidades de la comunicación interpersonal, asertividad, retroalimentación, empatía, medios de comunicación y sociedad, control emocional; elementos, que en su comprensión y puesta en práctica permitirán el mejoramiento de la comunicación.
La comunicación como tal, es entendida como la manera en que los seres humanos transmitimos y es punto de apoyo vital en la interrelación con las demás personas, etimológicamente la raíz latina de la palabra comunicación, comunicare, indica el compartir algo, es de entender que implica la relación de los seres vivos; básicamente, lo que se comparten son ideas, información, y con ésta se desarrollan procesos, actividades, sentimientos, conocimiento, que permite la socialización entre los seres.
Ahora, desde un punto de vista más profundo, la comunicación implica un conjunto de signos, símbolos, señales, sonidos, que bien pueden manejarse en su conjunto, separadamente o combinándolos a grosso modo, se hace referencia a los elementos que intervienen en la comunicación: el código (comprendido como el sistema de signos y reglas combinables, que se utilizan para dar a conocer un mensaje), el canal (se trata del medio físico empleado en la transmisión de la información), el emisor (quien envía la comunicación) y el receptor (quien recibe el mensaje). Otros analistas adicionan al código, como otro componente la decodificación (como el proceso de comprensión del código, debido a la multiplicidad de los mismos).
Lo expuesto por la doctora Ubersfeld en su afirmación en el habla solitaria, refiere a ésta como el sitio del actor: cuerpo y voz, mímica y dicción, ella expone la dicotomía teatral que corresponde resolver al actor: el habla siempre está dirigida al actor/el habla nunca está dirigida al actor.
Entra en juego para el actor el dar vida a la palabra, cuando lo que se quiere decir es el silencio, el actor debe hacer sentir al espectador la intensión del silencio; se ha dicho con anterioridad que uno de los elementos de la comunicación es el código, pues bien, codificar el silencio, de la misma forma como se codifican otros signos, símbolos y señales es tarea aquí del actor, en que tiene que valerse de los diferentes recursos propios como del escenario; más allá de su cuerpo, de su voz de sus gestos, sus posturas el escenario forma parte de la semiótica; los colores las formas, el ambiente, los elementos o la usencia de los mismos en su espacio.
Es de absoluta trascendencia la importancia de tener en cuenta el auditorio hacia el cual se dirige el mensaje, ya que la significación de las palabras y de los gestos no es la misma en todas las latitudes, en el caso de la India, donde la negación con la cabeza es comprendida como una afirmación, y por su parte, una afirmación con la cabeza, ellos la comprenden como una negación; se sabe que en latinoamérica ocurre lo mismo con el significado de algunas palabras. En los credos religiosos la semiótica corporal tiene grandes significados en la veneración de sus guías espirituales, se adentra tanto la religiosidad en las culturas que ésta forma parte de su cotidianidad y termina convirtiéndose en parte de su diario vivir.
En el campo del psicoanálisis se hace referencia al lenguaje no verbal y su significación con las posturas corporales y en la ejecución de determinadas actividades, el cómo la forma de conducir un automóvil, la forma de comer, la forma de caminar, de hablar determinan el estado anímico y el verdadero sentido que se da (o se quiere dar) al manifestar algo al interlocutor. El cuerpo humano todo es un lenguaje, una expresión; sin que la persona manifieste verbalmente nada, puede verse su disposición o estado de ánimo, se hace la relación con la intuición, llegándose incluso a comentar que la intuición es más fuerte en las mujeres que en los hombres, más que cuestión de género, comentan los especialistas, se trata del contacto y cuidado de los niños el que desencadena esta percepción fuera de lo común, que más estudiada y bien encaminada podría traer grandes beneficios en el aprendizaje y desarrollo del ser humano.
Ahora bien, otro aspecto a tener en cuenta en la comunicación es el auditorio o el receptor. A veces es una persona, otras veces es un conglomerado. Si el mensaje es claro, el receptor lo comprenderá fácilmente sin obstáculos o interferencias, de modo que la comunicación fluye perfectamente obteniendo el emisor el fin pretendido; si por el contrario, se presentan obstáculos en la emisión, o en la decodificación, el mensaje no será comprendido como se esperaba y normalmente será una comunicación incorrecta, donde el emisor no obtendrá una respuesta o reacción por parte de su receptor, de la manera como lo esperaba.
De modo sencillo parece una actividad nada compleja, sin embargo, al entrar a analizar los ámbitos de desarrollo de la comunicación, se puede observar cuán variados son los escenarios donde se desarrolla la comunicación, sus condiciones, y por ende los resultados obtenidos. El teatro, no se aparta de todo ello, muy al contrario debe haber un manejo integral y estudiado del tipo de lenguaje que se quiere ejecutar en escena, para obtener del auditorio una percepción determinada.
Ubersfeld citaba a Beckett en la semiótica del escenario, cuando se refería al lenguaje no verbal; la postura de los analistas respecto al trabajo de este autor varían diametralmente debido a que cada quien ha hecho lo suyo en esta comunicación, es decir interpretan o decodifican los trabajos de Beckett, de acuerdo a las condiciones dadas: el lenguaje utilizado por los actores, el escenario, los signos, los símbolos
Un aspecto relevante, es el estado anímico del interlocutor, del receptor, su cultura, sus conocimientos. En el famoso trabajo de Beckett "Esperando a Godot", si se es presentado a un auditorio mixturado, lo más probable es que las percepciones o recepciones del mensaje sean muy variables: así, para algunos puede ser una obra muy profunda de carácter espiritual que llega a cada espectador tan profundamente con lo cual explique el poco verbo, el círculo vicioso en las conversaciones sostenidas por los personajes, es decir, se dice tanto, que sobran las palabras, todo lo dice la trama, el espectador se vuelve un creador de las ausencias, se trata de explicar qué o quién es Godot y el mensajero.
Algunos la asimilan como su género; un absurdo, habrá quienes la vean satírica o quienes hayan podido reír largamente porque se cayeron los pantalones del actor y logró enlazar los componentes de la puesta en escena de manera que le pareció más bien una obra jocosa.
Por su parte, los conocimientos de otras personas les llevan a explorar otros campos respecto a la guerra, a la nadidad, otros al futuro que nos depara con ausencias de lo verde, de la naturaleza, la desesperanza, un futuro con gente que espera sin respuestas y que tiene como consuelo lo que ve aquí y ahora, el eterno ¡quién sabe!…, no falta quien diga lo aburrido de esa obra teatral porque nunca la entendió, qué fácil es ser actor, repiten un parlamento y no hacen nada, pueden improvisar lo que quieran porque la obra no tiene piso, no entienden que hacen dos personas esperando a una que nunca llegó, esperan de la obra teatral el desarrollo de una novela con la trama romántica rosa de Delia Fiallo.
Los que prefieren la trama armamentista evocando su realidad local o nacional para darle un toque de emoción a su cotidianidad personal; normalmente esperan en las obras de teatro el divertirse, respuestas, raro es ver que alguien vaya al teatro a llenarse de más dudas, nadie espera que lo dejen "sin piso", el espectador aguarda ansioso el momento en que salga Godot a escena ya que su presencia será la clave del desarrollo de la puesta en escena, lo que él diga o haga justificará el pago del tiquete de entrada.
En fin, son múltiples las posibilidades que tiene el receptor frente al mensaje recibido. La cuestión es que además de eso, cada persona tiene un modo distinto de ver las cosas, es decir, cuando se va de visita a la galería a una exposición de arte, las pinturas allí presentadas (y no solo las pinturas abstractas), dan una impresión distinta a quien las observa, de allí su valor y su representatividad dentro de este arte, depende de factores como el ángulo, la altura, la intensidad de la luz, el ambiente o el mismo recinto, la figura, el espectador tiene su punto de vista, muy personal.
El teatro es pues arte, y como tal, el espectador tiene también un punto de vista respecto a la obra que acaba de ver; cómo no tenerlo si es como una pintura viva, donde cada escena es un cuadro que transmite al receptor un mensaje ya sea a través del lenguaje hablado, la expresión facial o corporal, el uso de formas, de colores, el planteamiento del escenario, para autores como Joyce, el planteamiento de Beckett es la manifestación en oposición al realismo; sin embargo, la mayoría coincide en que el teatro nace como una necesidad de manifestación de la realidad, pero, ¿quién dice que manifestar la realidad es hacer unan copia de ella?, lo interesante aquí es el uso que se da al lenguaje no verbal, como manifiestan otros, la teatralidad es cualquier representación estético-artística lúdica que se realiza con el cuerpo (voz, gesto, movimiento), resumen su complejidad en el extranjerismo "work in progress", ya que como dan a entender, con la modernización cada vez más acaparadora, los medios electrónicos, la tecnología en general, han agregado al teatro, por tanto a la comunicación nuevos elementos o herramientas para hacer de ella un quehacer más dinámico y comprensible, accequible para muchos, para otros es deshumanizante y desensibilizador.
Con los planteamientos de la posmodernidad en el ámbito teatral, se han adicionado nuevos elementos de composición en la comunicación en escena, retomando la historicidad desde perspectivas sociales actuales haciendo la simbiosis de los elementos, es decir, traduciendo el lenguaje de otrora en el lenguaje actual, dependiendo el público hacia el cual va dirigido, es así como, Pavlovsky y Kurapel hacen una desterritorialización de la obra original, transportando el escenario a Quebec haciendo diverso tipo de construcciones y deconstrucciones historiográficas; no es el único ejemplo, las modernas puestas en escena del séptimo arte muestran una transformación temporal, territorial y en muchas ocasiones burlesca de los clásicos apreciados por su construcción literaria, en lugar de hacer énfasis en el verbo, se centran en el lenguaje alternativo.
Se enunció antes que el espectador o receptor juega un papel vital en la comunicación debido a que el estado de ánimo del receptor, así como el ambiente en que se encuentra, son determinantes en la recepción o decodificación del mensaje; de este modo, una persona triste, apática tiene la tendencia a recibir o interpretar los mensajes que le son enviados, con el mismo sentido; por el contrario una persona alegre, optimista, tiene este mismo enfoque para las comunicaciones que llegan a su alrededor, es éste el pilar de las técnicas de ventas: el positivismo, la mentalidad positiva y la posibilidad de ver en cada frase y en cada acción la eventualidad de realizar una venta o por lo menos tener un prospecto de ella.
Otro factor determinante es el entorno; los analistas sugieren que en los espacios públicos como parques, cafés, paradas de bus, terminales de buses, aeropuertos, las personas tienen mayor tendencia a ser espontáneas y sinceras, razón por la cual, un mensaje tiene mayor posibilidad de ser enviado y recibido con mayor comprensión, según el objetivo del emisor.
Usamos lenguajes todo el tiempo, permanentemente, lo que pasa es que no somos conscientes de ello, esta situación resulta en ocasiones favorable y en ocasiones desfavorable. Lo cierto es que para dar mayor fuerza al lenguaje verbal, es importante hacer un uso correcto del lenguaje no verbal, encontrando una mayor posibilidad de ser comprendido con la ayuda del lenguaje corporal y simbólico.
De acuerdo a el anterior punto de vista, la comunicación debe validarse con la mayor cantidad de lenguajes posibles, aunque la comunicación incompleta intencional, puede conducir a un mayor interés, debido a la incomprensión inicial, generando en el receptor preguntas, propiciadoras a su vez de respuestas; es así que Minyana, provoca un habla sin deseo de interlocución, donde se percibe un deseo de liberar la carga sin esperar la reacción del auditorio; esa es la ventaja del teatro, el poder criticar las falencias que se generan con los medios masivos que están anulando la capacidad de emoción de sus espectadores.
Entonces, si el punto de vista es científico debe utilizar no solamente un lenguaje técnico propio de la ciencia en desarrollo, sino a la vez valerse de los mecanismos y herramientas diseñados para tal fin en el área correspondiente.
Un auditorio hacia el cual se dirige un trabajo teatral, compuesto por personas de la tercera edad, debe tener en cuenta la pérdida de facultades físicas que como es natural, se presentan con los años, es decir, que la comunicación debe adaptarse a sus espectadores, particulares o grupales, según el caso, aquí puede mencionarse entonces a Durringer, quien se caracteriza por trabajos dirigidos a públicos más contemporáneos y de cuasimonólogos como posibilidad de expresión del yo, visto de otro modo, ya que el escrito es otro lenguaje que se vale a la vez de otros recursos como las figuras literarias, en el presente, cualquier presente siempre habrá personas que interpreten de forma tardía un mismo lenguaje que se dispara a un auditorio y su comprensión variará, sin importar la figura que se utilice para su comprensión, para la expresión del yo, formando nuevos presentes en diferentes lugares, en diferentes circunstancias, modificando o dando mayor vida a la comunicación. Cada autor maneja a su manera el cuasi- monólogo como posibilidad de expresión teatral, dando otro matiz a la comunicación, ya que a pesar de ser un monólogo y de cada quien percibir un mensaje del planteamiento teatral, de pronto, el autor presenta una reacción escénica que nos hace pensar, ¡Caramba, me equivoqué, yo pensé que sucedería tal cosa!, la trama toma un cauce no esperado, tratamos de hilar aquella parte donde el mensaje percibido no coincidía con lo ocurrido en las tablas.
Lo más maravilloso de esta comunicación es que es fresca: si el actor se ha equivocado en el parlamento o en su actuar, debe improvisar tratando de enmendar el "bache", entonces llegan a la mente del actor un sinnúmero de posibilidades para remediar el impase; faltó tal cosa importante por comunicar a mi auditorio, lo doy a entender con la mirada, con mis desplazamientos, agregando una frase, en fin. Viene a colación el trabajo de Yazmina Reza, que a la luz de las apreciaciones de Anne Ubersfeld, sus cuasimonólogos son tan vigorosos que no parece haber diálogo dirigido a su padre muerto, mas bien da vida y genera tanta emoción que puede sentirse la presencia de este personaje en la escena; normalmente el monólogo permite la afloración de las emociones y sentimientos más profundos del personaje y demostrar con ello la existencia de la verdad, la profunda sinceridad; sin embargo, y siendo honestos, es una herramienta más en la escena, el autor dispone de ésta para dar otros sentidos al mensaje que plantea, sin embargo, y como se ha venido sosteniendo, el actor puede moldear esta cuasimonología para exteriorizar su personaje dando mayor o menor fuerza a la escena, cubriendo posibles falencias o simplemente dando el pertinente desarrollo a lo que dan por llamar la hibridación.
Sin importar quién sea el crítico, Bloom, Frederic Karl u otro, hacen sus apreciaciones respectivas en referencia al trabajo de Beckett, el punto que tienen en común según Anne Ubersfeld es que se trató del exponente vanguardista que hace el más fuerte ataque a la tradición realista, y lo que trae a colación a este autor en reiterados momentos en este escrito es precisamente, que ese ataque tuvo sus mejores cimientos en el lenguaje no verbal, particularidad denotada en sus escritos teatrales; utilizó el verbo, si claro, por su puesto, pero muchos de los parlamentos, los escenarios, las tramas, daban a entender muchísimo más de lo que se venía exponiendo, sus obras por lo tanto tienen críticas de lo más yuxtapuestas, lo que consigue no solamente confirmar el uso de diversos lenguajes y confirmar una vez más que como arte, es apreciado desde diversos puntos de vista, debido a que cada escena representada, posee un significado diferente para quien aprecia sus trabajos.
Tratar de revolver la teatralidad con el psicoanálisis es cosa difícil, pero deben tenerse en cuenta ciertos parámetros socialmente entendidos para ser utilizados en las tablas respecto a la comunicación. Si bien es cierto no se puede llegar a cada uno de los espectadores con la misma intensión con la que parte, debe por lo menos hacerse el mejor intento por desarrollar una comunicación limpia, nítida, eficaz y asertiva.
Diferentes estudios muestran la importancia del lenguaje en la comunicación, Mehrabian por ejemplo, afirma que en el proceso de la comunicación son importantes diferentes factores, no solo el verbal, a éste se le atribuye un 7%, al lenguaje corporal se le atribuye un 55% y al tono de voz un 38%; este autor agrega concretamente tres barreras en la comunicación como son: ambientales, verbales e interpersonales (la cual debe enfatizar en la confianza, la buena relación y la fuerza de la palabra). Por eso se habla de cualidades o características de la comunicación, así como de barreras o de características de una mala comunicación, donde sobresalen: inhabilidad para expresar libremente los sentimientos, facilidad para expresar coraje, inhabilidad para sentirse bien consigo mismo, sentimientos de inseguridad, falta de autocontrol, falta de conocimientos y destrezas sobre una buena comunicación, no saber escuchar, encerrarse en las mismas ideas y no abrirse al diálogo.
El trabajo de la sintaxis está relacionado con la estructuración y modalidades de transmisión de la información, el de la semántica es el significado de los mensajes verbales y no verbales de los interlocutores, la pragmática son las condiciones de intercambio: comportamientos, intensiones de quienes se comunican. Se ha enfatizado además que los emisores o los actores presentan diferencias que dependen de sus características como personas, es decir, su edad, sexo, personalidad, pertenencia sociocultural, entre otras; las características de su contexto particular dadas por los cambios situacionales, problemas materiales, entorno físico, cansancio de su auditorio o interlocutor, de la relación jerárquica en desventaja, incluso de objetivos diferentes; por eso se plantea en la introducción a los actores como factores críticos, pues de estos elementos o factores depende una limpia transmisión del mensaje.
Para garantizar efectividad en la comunicación es necesario un entendimiento entre el emisor o el actor y su interlocutor o auditorio en forma mutual, evitar tener soluciones o respuestas prefabricadas, se requiere una reacción positiva ante posibles contradicciones, tener en cuenta las condiciones del auditorio, sus conocimientos, preconceptos, cultura, costumbres, necesidades; un equilibrio entre el lenguaje verbal y no verbal o corporal, suele ser difícil de alcanzar, sin embargo, cuando se consigue, genera una sensación de seguridad, que toca al auditorio o interlocutor.
Dentro de la comunicación interpersonal se requieren destrezas básicas, como el caso de la empatía, ya que permite un entendimiento sólido, requisito indispensable dentro del diálogo, que va generando sentimientos de simpatía, comprensión y ternura; es por eso que muchos actores llegan a ser tan queridos por el auditorio, así tengan un papel de villanos, han logrado posicionarse en la mente y en los sentimientos de su público, han sabido comunicar. Se trata de un elemento clave en la inteligencia emocional que pertenece al dominio interpersonal, es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas. Algunos la definen como la habilidad de estar conscientes, reconocer, apreciar, comprender los sentimientos de los demás o "leer" emocionalmente a los demás.
Esta destreza empleada acertadamente permite el desenvolvimiento y progreso de las relaciones con los demás, la empatía se asimila a una consciencia social a través de la cual se aprecian los sentimientos y necesidades de otras personas, generando calidez emocional, compromiso, afecto, sensibilizando. Por eso, resulta importante tener una autoconsciencia de las emociones, por un lado para el dominio de éstas, y por otro lado porque conociendo las propias será más fácil conocer las de los demás, en este sentido, el reconocimiento personal se proyecta en la capacidad para interpretar también los mensajes que otros nos envían, en interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, sobre todo aquellas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.
De esta manera es comprensible el cómo la empatía funciona como una especie de radar social que permite la orientación adecuada en el mar de sentimientos ajenos (y propios), de no tener en cuenta este radar sería una navegación sin horizonte donde el arribo se efectuaría en cualquier puerto, no en el que proyectamos llegar. Es de anotar que las relaciones se basan no solamente en contenidos manifiestos por el lenguaje verbal al que todo mundo estamos acostumbrados, son quizás más importantes los otros significados que siempre están ahí, que nunca decimos, pero que siguen ahí, intactos En la comunicación deben tenerse en cuenta y tomar ventaja de ellos, sobretodo un actor, que debe dar un mensaje a múltiples espectadores con sus distintas interpretaciones y percepciones.
Gracias a la empatía, el comunicador indaga a su auditorio, se alimenta de él y lo conoce, hace una retroalimentación, y luego proporciona una información adecuada, se ajusta a la situación llegando a su público con el lenguaje correcto, sabe escuchar porque esto le permite conocer al interlocutor, capta las pistas no verbales, por lo tanto sabe el momento preciso en que debe hablar y cómo debe hacerlo, sin invadir los espacios de cada quien, sin herir susceptibilidades, hasta el punto que puede llegar a controlar de forma constructiva las emociones de los demás en beneficio de la comunicación o a la postre de las relaciones sociales.
No se trata de un ejercicio de confirmación o reiteración de la opinión de los demás, es una actividad normal de respeto mutuo, sin dejar las propias convicciones e ideas, se trata de un ajuste de ideas para ser comunicadas correctamente sin herir, sin imponerse, permitiendo al otro el análisis y la manifestación abierta y espontánea de su perspectiva, es decir respetando su espacio. La empatía no puede estar funcionando en todo momento ni con todas las personas, ahora funcionó, más tarde ya no.
En la comunicación es muy importante la asertividad, ya que es entendida como la habilidad de expresar los deseos personales de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que se quiere sin agredir a los demás, se conoce como el punto intermedio entre la pasividad y la agresividad. Ser asertivos, permite saber pedir, saber negarse, saber negociar, ser flexible para conseguir lo deseado en respeto del otro, expresando y escuchando los sentimientos de una manera clara. Se requiere para ello el atreverse a hacerlo, evitando el miedo y la ansiedad, principales enemigos de una comunicación clara. La asertividad va de la mano con el momento oportuno, no esperar a después, a que sea demasiado tarde; un actor debe expresarse en el momento exacto, no puede esperar a un cambio de escenario, estaría faltando a su guión, mas que eso dañaría el sentido de la comunicación, de su puesta en escena.
Otro aspecto importante dentro de la comunicación es la retroalimentación, algo ya se había anotado aquí con la empatía, pues bien, es hora de definirla como un mecanismo que aumenta el valor de algunas reglas de actuación, disminuyendo el valor de otras; la retroalimentación llega al cerebro proveniente del entorno por medio de los efectos sobre el cuerpo, y desde la comunicación intencional con los demás (en la escuela, en el juego, en el trabajo, etc.) y así, disminuye o cambia el valor de las reglas de actuación, según sea el caso.
Se escucha hablar de una retroalimentación positiva y de una retroalimentación negativa, esta última disminuye la probabilidad de usar la regla de actuación no óptima, pero tampoco muestra cuál regla debe ser utilizada en su reemplazo; por su parte, la positiva permite el aumento de valores de la regla en uso, la cual pasará a tener un campo de actuación más general y un valor aún mayor, y que muy seguramente será usado a futuro. Para el emisor y para el receptor, entonces habrá una retroalimentación con base en la comunicación establecida, la cual permitirá que se generen valores sobre las reglas, según el caso positivas o negativas, de ahí la importancia de una correcta comunicación.
Para quien comunica, para el actor es elemental tener un correcto control de sus emociones ya que de lo contrario puede entorpecer la codificación del mensaje; las emociones son entendidas como reacciones naturales que permiten a las personas el estar alerta ante determinadas situaciones que implican peligro, amenaza, frustración, etc.; los componentes centrales de las emociones son las reacciones fisiológicas y los pensamientos, se requiere adquirir ciertas habilidades para quien desee manejar sus emociones; las personas igual que los animales, poseen emociones, lo que ocurre es que son más complejas en los humanos, de hecho, la doctora Anne Ubersfeld, plantea un lenguaje no verbal a partir de los animales como principales usuarios de este tipo de lenguaje, lo que pasa es que el animal suele ser más instintivo, el ser humano procesa la información emitiendo juicios que modifican o afirman las emociones iniciales, desde la infancia, la persona está en formación aprendiendo normas de convivencia y de comportamiento que controlan las emociones.
Se habla entonces de cuatro aspectos que inciden en las emociones: una situación concreta, las reacciones fisiológicas o sensaciones específicas, los pensamientos determinados, el tipo de respuesta concreta apropiada para la situación planteada; esto confirma una vez más la necesidad que tiene el comunicador de controlar sus emociones, el actor como factor crítico en la transmisión del mensaje, en el uso apropiado del lenguaje no verbal, para dar como resultado un mensaje sin interferencias que pueda ser entendido claramente, si se deja influir por sus emociones, el auditorio va a interpretar de diversas maneras el mensaje que se direcciona al público.
Finalmente, debe anotarse que el influjo que ejercen los medios de comunicación de masas sobre la sociedad actual es innegable, de ahí que en algunos casos pueda definirse como como un influjo positivo o beneficioso y en otros casos nocivo o perjudicial
La sociedad actual está rodeada, como pudo anotarse con anterioridad, de diversos medios de comunicación bajo el uso de tecnologías cada vez más avanzadas, hasta el punto que van desensibilizando al auditorio, las máquinas piensan y hacen por el individuo, ya ni los juegos permiten la movilidad o el desplazamiento de las personas, ahora el problema de la comunicación va siendo reemplazado por el problema del sobrepeso, vivimos en un sistema de reemplazo de necesidades, una solución conlleva un problema, o mejor, no valoramos las cosas más elementales, que son las que satisfacen plenamente la vida del hombre, las cambiamos por ilusiones efímeras que se desvanecen con un click.
Hablando de comunicación en los tiempos modernos, no se puede desligar de la política y la necesidad del manejo de masas, ya no se habla de información, sino de manejo, de desinformación y de manipulación. Las personas reciben ahora tal cantidad de información que les es casi imposible discernir entre la errónea y la manipulación, se trata de hiperinformar para causar en el receptor confusión y poderlo "maniobrar" al antojo, se genera en el receptor una incapacidad de uso y manejo de información tal, que tiene éste que seguir su cotidianidad, no con lo que asimile y esté de acuerdo sino con lo que le llame más la atención, de ahí no solo el manejo político sino el aprovechamiento de los mercados en la difusión de sus productos y la creación de la necesidad de usar algo que no se necesita. Los medios de comunicación saturan tanto al espectador, que éste opta por la ilusión prometida de lo que jamás se va a cristalizar. La sociedad de hoy está "pasando entero", no digiere, está con pereza mental y emotiva, se limita a obedecer, es inmediatista y para el espectador es lo que vale, tiene los que necesita (o lo que cree necesitar), ya no se entrega ni quiere ser parte de la escena prefiere las novelas rosa, los cuentos donde todo le llega elaborado, pensado, sentido, no quiere saber del significado del silencio, porque a la vez que escucha música y tiene el tv encendido, está hablando por celular.
Es más, la sociedad de hoy, no crea, todo le es dado con la internet, puede tener lo que desee con un clicar dos veces, por eso a nadie casi le interesa el vanguardismo expuesto en los trabajos de Beckett, porqué "matarse el coco" tratando de entender una escena que para algunos no tiene sentido: a este autor le falta un tornillo, no terminó la obra, cuál es el argumento, no entendí, claro cómo entender cuando se tienen todos los sentidos ocupados entre el nintendo, el celular, un ipod, la tv, el reproductor de DVD, otras máquinas obsoletas y unas crispetas del microondas.
A eso estamos llegando. Sería mucho más dinámico si en lugar de ser espectadores pasivos, el trabajo consistiera en crear esas páginas interactivas de la web, ¿seremos capaces?, mas aún, ¿seremos capaces de llegar a imaginar nuevas maneras de comunicación, entenderlas y expresarlas?. La función social de los medios masivos, de formar, informar, entretener, está pasando a idiotizar al espectador.
En sus comienzos el computador, incluso la internet eran símbolo de status, hoy son una herramienta más de trabajo que manejan incluso mejor los pequeños que los adultos, pero que se está masificando nocivamente, alienando el pensamiento de los usuarios, cohibiéndoles de crear, de pensar, procesan las ideas, los pensamientos, incluso las emociones, crean ilusiones de satisfacción de necesidades, generando compras compulsivas y votos vacíos sin convicción.
Sin importar la evolución de los medios masivos, la sociedad actual puede controlar el fenómeno que se está presentando, no es que nadie vea los perjuicios, es que no queremos deshacernos de ellos, se está creando una costumbre al facilismo impresionante. Es de resaltar que la coexistencia de diversos medios de comunicación genera una contienda de supervivencia de éstos, por eso el lenguaje en los escenarios cambia, a veces en protesta como lo señalaba el poscolonialismo, a veces por seguir la corriente, se generan constantes hibridaciones y éstas se dan de diversas maneras, en la lucha por sobrevivir.
Eso no quiere decir que la televisión y la internet tengan la supremacía actualmente, todavía hay gente pensante. Esa soñada hegemonía aún la tiene el teatro, el acto vivido, la espontaneidad, la actoralidad, el presente, la improvisación, incluso la internet puede formar parte de una puesta en escena, la tecnología puede ofrecer elementos y herramientas más técnicas en un trabajo comunicacional de las tablas, pero jamás tendrá el crédito que tiene el teatro. La comunicación que absorbe (a mi modo de ver), todos los tipos de lenguaje existentes.
Pero lo que sí es definitivo, es que, cualquiera que sea el medio de comunicación, cualquiera que sea su influencia en el auditorio o receptor, no puede negarse el hecho de que produce una transformación de los individuos, de la sociedad y del mundo.
Los procesos comunicacionales son espacios vitales de entendimiento interpersonal, en los cuales el actor transmite mediante acciones o palabras una serie de emociones, pensamientos y sentimientos, que a su vez el público asume e interioriza. Para que este proceso sea completo y efectivo, es necesario la inversalidad de la comunicación en el actor, es decir; este debe recibir la idea, captarla e interiorizarla, retroalimentarla con sentimientos internos y externos que el actor interioriza, para que aflore una comunicación real, trabajada y dispuesta para una buena interpretación del receptor o público.
Dentro de las variables de agentes comunicacionales están la palabra, las entonaciones, el gesto, el movimiento, el silencio, los colores, intensidades de luz, el sonido y otros, ya entra en juego la capacidad del actor para que esos lenguajes lleguen al espectador con la suficiente nitidez, capaz de arrobarlo a tal punto que los elementos externos e internos que transforma en sentimientos, conmuevan y contagien al punto de masificar la idea.
El estado anímico del observador es de vital importancia en la recepción de un mensaje, ya que estos no son necesariamente todos expeditos, incluso a veces la trama se ejecuta de intrincada manera, para que el público reflexione y discierna, factor que hace dificultosa la comprensión, si no se tienen ligadas en el momento mente y conciencia.
En la medida que el espectador se sienta más libre, menos ligado a la rutina y condicionamientos, comprende y emite mejor los mensajes, pues los en los espacios públicos como parques, cafés, paradas de bus, terminales de buses, aeropuertos, las personas tienen mayor tendencia a ser espontáneas y sinceras, por tanto la comunicación debe validarse con la mayor cantidad de lenguajes posibles, aunque la comunicación incompleta intencional, puede conducir a un mayor interés, debido a la incomprensión inicial, generando en el receptor preguntas, propiciadoras a su vez de respuestas y búsquedas de un por qué a cada situación "absurda"; por tanto, para garantizar efectividad en la comunicación es necesario un entendimiento entre el actor y su auditorio en forma mutual.
El trabajo de la sintaxis está relacionado con la estructuración y modalidades de transmisión de la información, el de la semántica es el significado de los mensajes verbales y no verbales, la pragmática son las condiciones de intercambio: comportamientos, intensiones de quienes se comunican, pero todas las anteriores, a pesar de tener sus funciones específicas, se ligan para un óptimo proceso comunicativo.
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Autor:
Ramiro Murcia Peña
Ensayo elaborado por Ramiro Murcia Peña para la Atlantic International University, nombre original: (THE COMMUNICATIVE PROCESS IN SOLITARY SPEECH).