Estética
Según la forma jurídica
Atendiendo a la titularidad de la empresa y la responsabilidad legal de sus propietarios. Podemos distinguir:
Empresas individuales: si solo pertenece a una persona. Esta puede responder frente a terceros con todos sus bienes, es decir, con responsabilidad ilimitada, o sólo hasta el monto del aporte para su constitución, en el caso de las empresas individuales de responsabilidad limitada o EIRL. Es la forma más sencilla de establecer un negocio y suelen ser empresas pequeñas o de carácter familiar.
Empresas societarias o sociedades: constituidas por varias personas. Dentro de esta clasificación están: la sociedad anónima, la sociedad colectiva, la sociedad comanditaria y la sociedad de responsabilidad limitada
Las cooperativas u otras organizaciones de economía social.
Según su dimensión
No hay unanimidad entre los economistas a la hora de establecer qué es una empresa grande o pequeña, puesto que no existe un criterio único para medir el tamaño de la empresa. Los principales indicadores son: el volumen de ventas, el capital propio, número de trabajadores, beneficios, etc. El más utilizado suele ser según el número de trabajadores. Este criterio delimita la magnitud de las empresas de la forma mostrada a continuación:
Micro empresa: si posee 10 o menos trabajadores.
Pequeña empresa: si tiene un número entre 11 y 50 trabajadores.
Mediana empresa: si tiene un número entre 51 y 250 trabajadores.
Gran empresa: si posee más de 250 trabajadores.
Según su ámbito de actuación
En función del ámbito geográfico en el que las empresas realizan su actividad, se pueden distinguir
Empresas locales
Regionales
Nacionales
Multinacionales
Transnacionales
Mundial
Según la titularidad del capital
Empresa privada: si el capital está en manos de accionistas particulares (empresa familiar si es la familia, empresa autogestionada si son los trabajadores, etc.)
Empresa pública: si el capital y el control está en manos del Estado
Empresa mixta: si la propiedad es compartida
Según la cuota de mercado que poseen las empresas
Empresa aspirante: aquélla cuya estrategia va dirigida a ampliar su cuota frente al líder y demás empresas competidoras, y dependiendo de los objetivos que se plantee, actuará de una forma u otra en su planificación estratégica.
Empresa especialista: aquélla que responde a necesidades muy concretas, dentro de un segmento de mercado, fácilmente defendible frente a los competidores y en el que pueda actuar casi en condiciones de monopolio. Este segmento debe tener un tamaño lo suficientemente grande como para que sea rentable, pero no tanto como para atraer a las empresas líderes.
Empresa líder: aquélla que marca la pauta en cuanto a precio, innovaciones, publicidad, etc., siendo normalmente imitada por el resto de los actuantes en el mercado.
Empresa seguidora: aquélla que no dispone de una cuota suficientemente grande como para inquietar a la empresa líder.
Características de una empresa
Elementos que la componen
Factores activos: empleados, propietarios, sindicatos, bancos, etc.
Factores pasivos: materias primas, transporte, tecnología, conocimiento, contratos financieros, etc.
Organización: coordinación y orden entre todos los factores y las áreas.
Factores activos
Personas físicas y/o jurídicas (entre otras entidades mercantiles, cooperativa, fundaciones, etc.) que constituyen una empresa realizando, entre otras, aportación de capital (sea puramente monetario, sea de tipo intelectual, patentes, etc.). Estas "personas" se convierten en accionistas de la empresa.
Participan, en sentido amplio, en el desarrollo de la empresa:
Administradores.
Clientes.
Colaboradores y compañeros.
Fuente financiera.
Accionistas.
Suministradores y proveedores.
Trabajadores.
Factores pasivos
Todos los que son usados por los elementos activos y ayudan a conseguir los objetivos de la empresa. Como la tecnología, las materias primas utilizadas, los contratos financieros de los que dispone, etc.
Áreas funcionales
Organización jerárquica y departamental de una empresa
Dentro de una empresa hay varios departamentos o áreas funcionales. Una posible división es:
Producción y logística
Dirección y recursos humanos
Comercial (marketing)
Finanzas y administración
Sistemas de información
Ventas
Pueden estar juntas o separadas en función del tamaño y modelo de empresa.
Empresa moderna
En el ejercicio de su actividad económica, la empresa moderna ha producido indudables beneficios sociales. En general, ha proporcionado al público un abastecimiento oportuno y adecuado y una distribución más efectiva de bienes y servicios.
A través de la difusión del crédito, ha incrementado la capacidad de compra de grandes sectores de la población y, por medio de la publicidad, les ha llevado el conocimiento de nuevos y útiles productos capaces de satisfacer sus necesidades generales. Además, el aumento en la productividad y la producción en masa le han permitido la reducción de precios.
Cualquier servicio que verdaderamente preste el gobierno podría ser suministrado en forma mucho más eficiente y moral por la empresa privada y cooperativa
Sin embargo, es evidente que hoy no basta que la empresa cumpla simplemente con sus finalidades económicas. La gente, en general, espera de ella que tome parte también en otras áreas de la vida social y aporte soluciones.
Por otra parte, la empresa, para sobrevivir y desarrollarse plenamente, necesita hacerlo dentro de una economía de mercado. Esta economía de mercado, decía el economista Wilhelm Röepke, "es un sistema de relaciones contractuales, de millones de economías aisladas en complicada interrelación, pero que gracias al mecanismo del mercado se conjugan en un todo ordenado, en una combinación de libertad y orden que probablemente constituye la máxima medida de lo que a la vez puede conseguirse de ambos".
Y sostiene que una economía de mercado bien ordenada precisa de un marco claro que plantea al Estado tareas importantes: un sistema monetario sano y una política crediticia prudente; un orden jurídico que excluya lo más posible los abusos de la libertad de mercado y que vele porque el éxito sólo se consiga por la prestación genuina de un servicio, y por último, una multitud de medidas e instituciones que aminoren al máximo las numerosas imperfecciones de la economía de mercado, con énfasis en una cierta rectificación de la distribución de la renta y en la seguridad y protección de los débiles.
Una de las cuestiones de carácter social muy importante y polémica a la vez, es el pago de impuestos que debe hacer la empresa al Estado. Los impuestos existen no solamente para el sostenimiento de la administración gubernamental, los servicios públicos, la seguridad social y la realización de obras de infraestructura, sino que son uno de los pocos medios disponibles para la redistribución del ingreso.
Por eso, cada una de las decisiones que la empresa toma hoy –instalar una planta, lanzar un nuevo producto, despedir personal, competir agresivamente, modernizar sus operaciones, importar o exportar– afecta a una multitud de personas que no tienen voz en el mercado clásico, pero que crecientemente crean nuevas condiciones de mercado, a través de presión social, admoniciones morales o disposiciones legislativas.
Finalidades económicas y sociales de la empresa
De ahí que la empresa es la institución clave de la vida económica, manifestación de la creatividad y libertad de las personas. Esencialmente, es un grupo humano al que unos hombres le aportan capital, otros, trabajo y, otros más, dirección, con las finalidades económicas consiguientes:
Finalidad económica externa, que es la producción de bienes o servicios para satisfacer necesidades de la sociedad.
Finalidad económica interna, que es la obtención de un valor agregado para remunerar a los integrantes de la empresa. A unos en forma de utilidades o dividendos y a otros en forma de sueldos, salarios y prestaciones. Esta finalidad incluye la de abrir oportunidades de inversión para inversionistas y de empleo para trabajadores. Se ha discutido mucho si una de estas dos finalidades está por encima de la otra. Ambas son fundamentales, están estrechamente vinculadas y se debe tratar de alcanzarlas simultáneamente. La empresa está para servir a los hombres de afuera (la sociedad) y a los hombres de adentro (sus integrantes).
Las finalidades sociales de la empresa son las siguientes:
Finalidad social externa, que es contribuir al pleno desarrollo de la sociedad, tratando que en su desempeño económico no solamente no se vulneren los valores sociales y personales fundamentales, sino que en lo posible se promuevan.
Finalidad social interna, que es contribuir, en el seno de la empresa, al pleno desarrollo de sus integrantes, tratando de no vulnerar valores humanos fundamentales, sino también promoviéndolos.
La empresa, además de ser una célula económica, es una célula social. Está formada por personas y para personas. Está insertada en la sociedad a la que sirve y no puede permanecer ajena a ella. La sociedad le proporciona la paz y el orden garantizados por la ley y el poder público; la fuerza de trabajo y el mercado de consumidores; la educación de sus obreros, técnicos y directivos; los medios de comunicación y la llamada infraestructura económica. La empresa recibe mucho de la sociedad y existe entre ambas una interdependencia inevitable. Por eso no puede decirse que las finalidades económicas de la empresa estén por encima de sus finalidades sociales. Ambas están también indisolublemente ligadas entre sí y se debe tratar de alcanzar unas, sin detrimento o aplazamiento de las otras.
Esto es lo que conocemos como responsabilidad social empresarial, el rol que la empresa tiene para con la sociedad que va más allá de la mera producción y comercialización de bienes y servicios, sino que también implica el asumir compromisos con los grupos de interés para solucionar problemas de la sociedad. En el Portal de RSC de Chile podemos encontrar una enumeración de los beneficios concretos y tangibles que significa para la empresa:
Un incremento de la productividad, ya que el trabajador está a gusto en la empresa y se le capacita para que lo haga cada vez mejor;
Mejoramiento de las relaciones con los trabajadores, el gobierno y con las comunidades a nivel regional y nacional;
Un mejor manejo en situaciones de riesgo o de crisis, ya que se cuenta con el apoyo social necesario;
Sustentabilidad en el tiempo para la empresa y para la sociedad, dado que RS fortalece el compromiso de los trabajadores, mejora su imagen corporativa y la reputación de la empresa, entre otros.
Imagen corporativa y reputación: frecuentemente los consumidores son llevados hacia marcas y compañías consideradas por tener una buena reputación en áreas relacionadas con la responsabilidad social empresarial. También importa en su reputación entre la comunidad empresarial, incrementando así la habilidad de la empresa para atraer capital y asociados, y también con los empleados dentro de la empresa.
Rentabilidad de sus negocios o perfomance financiera: se refiere a la relación entre prácticas de negocio socialmente responsables y la actuación financiera positiva. Se ha demostrado que las empresas fieles a sus códigos de ética resultan de una perfomance de dos a tres veces superior respecto a aquellas que no los consideran, de esta forma las compañías con prácticas socialmente responsables obtienen tasas de retorno a sus inversiones muy superiores a las expectativas.
Reducción de Costos Operativos: Son múltiples las iniciativas que logran reducir costos a las empresas, principalmente del área ambiental, como los es el reciclaje, que genera ingresos extras.
Acceso al Capital: Las compañías que demuestran responsabilidades éticas, sociales, y medioambientales tienen acceso disponible a capital, que de otro modo no hubiese sido sencillo obtener.
Administración
¿Qué es un administrador?
En español ADMINISTRADOR ES EL QUE GOBIERNA O DIRIGE. Administrador es el que administra. Son sinónimos de administrador: gobernador, rector, regente, gerente, director, ministro, intendente gestor, apoderado, jefe, guía, dirigente, mayordomo, síndico, cuidador, tutor, curador.
Administrar significa: gobernar, regir, aplicar. Son sinónimos de administrar: dirigir, cuidar, regentar, tutelar, mandar, apoderar.
La Academia de la Lengua anota: "administrador. Que administra. Persona que administra bienes ajenos".
El significado y los sinónimos de la palabra administrador son totalmente vigentes. En la práctica los significados que reconoce la Academia de la Lengua se encuentran en el uso generalizado y cotidiano del lenguaje. Lo anterior se prueba en el hecho de que cuando hablamos de la "administración" de una entidad, cualquiera que sea, estamos refiriéndonos, en primera instancia, a su gobierno o dirección: el máximo titular de la administración de la Universidad Autónoma Metropolitana es el Rector; el titular de la Administración Federal es el Presidente de la República; el titular de la administración del Distrito Federal es el Regente; el titular de la administración de Michoacán es el Gobernador del Estado; el titular de la administración del Municipio de Atoyac es el Presidente Municipal, también llamado Alcalde o Edil; el titular de la administración de Pemex es el Director General de esa empresa; el titular de la administración de un departamento o área cualesquiera de un organismo es el jefe o gerente de la misma.
Es un hecho que existe una gama muy amplia de jerarquías para gobernar o dirigir las instituciones: presidentes, vicepresidentes, gobernadores, regentes, ministros, directores, gerentes, jefes, supervisores, etc., donde cada cargo específico tiene su propia connotación pero donde todos ellos administran, es decir, gobiernan, aún cuando en general reportan a instancias superiores, también son, de una u otra manera, subordinados. Pero el rasgo que les es común es el mando, la autoridad; la diferencia expresa fundamentalmente jerarquía y facultades.
Como es sabido, los órganos máximos de gobierno de una empresa, en el caso de una sociedad por acciones, son los siguientes:
El Consejo de Administración se ocupa de la planeación y control estratégico de la empresa. El "Administrador Único" (lo cual es una denominación legal) es el responsable ante las instancias superiores y ante las autoridades por los actos de la empresa, por tal motivo debe notificarse oficialmente su nombramiento; con frecuencia los socios mayoritarios, los dueños de las empresas, los empresarios mismos, ocupan esa posición. Los Directores de Área colaboran en la administración de la empresa responsabilizándose por un departamento o función específico.
Todo lo anterior corrobora el concepto de administrador como dirigente en los diversos niveles, incluyendo mandos medios y menores; así mismo confirma el significado de la palabra administración como expresión de función directiva y de gobierno.
En las empresas suele existir una gerencia o dirección "administrativa" o de "administración", encargada de la contabilidad, tesorería, impuestos, auditoría, personal, intendencia, etc., es decir de las funciones no sustantivas, complementarias al ramo o giro del organismo. Sucede que la dirección de una institución, sea pública o privada, ha de responsabilizarse de actividades que no siendo principales son, sin embargo, delicadas y de gran responsabilidad; e incluso aquellas que sin serlo se ubican mejor bajo el control de un responsable al margen de las operaciones principales. Eso ha propiciado que la administración sea identificada con lo no sustantivo, con lo secundario y complementario; pero en todo caso esto no es toda la administración ni su esencia; la pregunta es: el estudio de la dirección de los organismos ¿a qué profesionales compete si no es a los administradores?
Nexos entre el administrador y el empresario.
Aún cuando algunas veces el empresario funge como administrador es el propietario de las empresas y, salvo ese caso, el administrador es un empleado, con más o menos facultades decisorias, pero siempre con funciones directivas, gerenciales, de jefatura o supervisión, sobre el resto del personal, sobre inmuebles, valores o sobre actividades determinadas.
El administrador de empresas es colaborador cercano al empresario y para el buen desempeño de su trabajo requiere de un conocimiento muy claro de la visión y necesidades empresariales; la diferencia es la posesión de capital, pero en cuanto a capacitación el administrador profesional requiere poseer los mismos y más conocimientos que el empresario, para colaborar o sustituirle en la administración de las empresas: requiere una acentuada formación empresarial. Sin embargo, por otro lado el administrador tiene relación estrecha con los trabajadores, de lo cual depende el buen funcionamiento de la empresa o dependencia gubernamental bajo su cargo. Es mediador, parcial innegablemente, entre las exigencias de una y otra parte, incluso en casos de conflicto laboral. Como empleado que es, se encuentra sujeto a las exigencias patronales las cuales le toca representar. Por ello requiere desarrollar sensibilidad, capacidad negociadora y de persuasión para lograr equilibrio en las relaciones laborales, equilibrio que para ser productivo y estable habría de fincarse en el beneficio equitativo de las partes. Para el administrador resulta necesario el conocimiento del conflicto económico, histórico e ideológico entre patrones y trabajadores, y del sindicalismo oficial, que suele fungir como mediatizador.
Precisiones respecto del administrador y otros funcionarios.
Los títulos: presidente, gobernador, rector, son reservados para los más altos niveles de gobierno de entidades públicas y privadas. Ministro, director, gerente, regidor, síndico, administrador, suelen emplearse para mandos superiores pero subordinados a otras instancias. Jefe, mayordomo, supervisor, intendente, gestor, apoderado, se asignan a puestos con autoridad y facultades limitadas sobre otras personas o respecto de ciertos asuntos.
A mayor jerarquía mayor connotación jurídico política; el "gobernante" accede al poder más frecuentemente por vía de elección y el "directivo" por vía de designación. El gobernante tiende a ser un líder que mediante la persuasión obtiene consenso y de ese consenso depende su permanencia en el poder. Incluso los gobiernos autocráticos requieren buscar el consenso y minimizar el uso de la fuerza la cual denota debilidad política.
Se argumenta y desde luego pudiera ser deseable que el directivo fuera también un líder, pero en la práctica su papel es de autoridad que se hace obedecer y su permanencia depende de sus superiores, esto es lo que con frecuencia le hace ir en contra de los intereses de sus colaboradores y dificulta sea verdadero líder, por más persuasión o "carisma" que pueda emplear.
Diferencia y nexos entre administrador público y administrador de empresas.
En el sentido vulgar se considera que la Administración de Empresas es sinónimo de administración privada; sin embargo académicamente esto es un grave error: propicia que al estudiar las empresas se dejen fuera las que son propiedad pública y las que pertenecen al sector social, mismas que tienen gran importancia incluso para la sobrevivencia de las empresas privadas. Así mismo propicia que al estudiar la Administración Pública se omita el estudio de las empresas, de innegable importancia en la actividad gubernamental.
Administración de Empresas no es sinónimo de administración privada por la sencilla razón que no todas las empresas son privadas; además la administración de empresas también es asunto de gobierno, tanto por las empresas que son propiedad del Estado, como por la estrecha relación que existe entre la actividad gubernamental y la actividad empresarial.
Para el administrador debe ser claro que existe una intersección entre la administración pública y la administración de empresas, y esa intersección es precisamente la administración de empresas públicas. Pero lo más importante es que si la Administración Pública es responsable de la economía nacional, a nivel general, y las empresas realizan directamente la actividad económica, de ninguna manera puede justificarse que sean ajenas ambas administraciones.
A la administración de empresas también interesa enormemente la actividad gubernamental, en la medida que le afecta o beneficia intensamente. Las administraciones no son ajenas entre sí. Sin embargo debe distinguirse entre administración pública y administración de empresas, ya que en cuanto a su naturaleza son muy diferentes: la administración pública se ocupa de funciones de gobierno y la administración de empresas se ocupa de actividades industriales, comerciales, financieras y de servicios.
El administrador público es más cercano al gobernante; desempeña funciones directivas en dependencias del Estado, donde una orientación político social de conservación del poder son la clave. El administrador de empresas se desempeña en industrias, comercios e instituciones financieras algunas de las cuales son del Estado, pero en todo caso su problemática es más de carácter técnico económico.
En ambos sectores se prestan necesariamente servicios públicos, casi todas las empresas lo hacen, si bien las empresas privadas requieren obtener beneficios económicos (lucrar) para subsistir, y las dependencias gubernamentales se financian con los impuestos. En todo caso el administrador está obligado a operar con eficiencia económica cualquier organismo bajo su responsabilidad.
Impacto social de la actividad de los administradores.
Como se ha visto, los administradores profesionales habrían de formarse para administrar, para contribuir a la evolución de las organizaciones y para que desarrollen el conocimiento administrativo. Sin embargo visto así, limitadamente, hasta ahí llegan las necesidades de los gobiernos y de las empresas. Pero debemos preguntarnos: ¿Los gobiernos y las empresas existen para servirse a sí mismos?. Definitivamente no. Antes de definir el perfil del administrador profesional conviene resaltar lo siguiente:
La sociedad necesita indispensablemente de los gobiernos y de las empresas. Si alguna vez se ha planteado la posibilidad de desaparición del Estado, lo cual parece cada vez menos factible, la desaparición de las empresas no es ni remotamente posible. Las empresas son las células económicas de la sociedad y basta el mal funcionamiento de las mismas para traer graves trastornos. No existen otras entidades que sustituyan a las empresas como los instrumentos básicos para el aprovechamiento de los recursos naturales, organización y aprovechamiento de la fuerza de trabajo, provisión de satisfactores para la población, etc.
En las sociedades actuales, tanto el vacío de poder y la ingobernabilidad, así como la reducción o desaparición de las empresas, son señales inequívocas de grave crisis, política, económica y social, que puede desembocar en desastre, guerra civil, y desmembramiento nacional, como sucede en las repúblicas de la ex Unión Soviética o como se avizora puede llegar a suceder en México. Estas reflexiones que pueden parecer exageradas son necesarias sin embargo, pues como se ha visto ningún país está excento de padecer situaciones de la índole mencionada.
En otras palabras, en el perfil del administrador profesional y el consecuente plan y programa de estudios ha de considerarse que una vez cursado el nivel superior los egresados deberán estar capacitados para desempeñarse, es decir trabajar, profesionalmente en su especialidad al más alto nivel, y por ello los requerimientos de las instancias empleadoras deben ser atendidos. Conforme lo anterior recomendamos adoptar el siguiente perfil:
1. Administrador profesional competente es aquel que tiene capacidad de dirigir eficazmente organismos industriales, comerciales, financieros y de servicios, ya sean públicos, privados o del sector social, al más alto nivel, en el ámbito nacional, o internacional.
El título de administrador se justifica, sí y sólo sí, incluye la capacidad de dirigir y lo hace de manera general respecto de los organismos industriales, comerciales, financieros y de servicios, en los ámbitos público, privado y del sector social. Si acaso cubre solamente una parte de los campos señalados deberá aclararse, como requisito de seriedad académica elemental (no ofrecer lo que no es real); crear expectativas infundadas sólo deteriora el prestigio de la profesión.
Incluir el ámbito nacional e internacional responde a que ningún profesional se forma, en principio, para desempeñarse solamente en su país; pero además dado el fenómeno de la globalización de las empresas la dirección de las mismas tiene necesariamente que remitirse al campo internacional; con mayor razón procede incluirlo si se trata de administradores públicos. El administrador profesional competente debe de estar profundamente capacitado para realizar exportaciones y promover el comercio exterior.
Referirse "al más alto nivel" debiera parecernos natural, ya que si se trata de formar "mandos medios", esto debería también especificarse, y naturalmente ese nivel también requiere atenderse.
2. El administrador profesional competente posee conocimiento experto de las actividades y situación industrial, comercial, financiera, y de servicios, respecto de los países con mayor crecimiento en los últimos años, y respecto del país en que haya de desempeñarse. Así mismo posee conocimiento experto de los recursos naturales, de los mercados, infraestructura y fuerza de trabajo, específicos del país o localidad.
Un gobernante o un dirigente empresarial no puede ser ajeno o lego en cuanto a la situación de las empresas en el mundo, especialmente de las que se están desenvolviendo con mayor dinamismo, frente a las cuales habrá de competir y de las que mucho tendrá que aprender. Desde luego también requiere conocer las estrategias industriales, comerciales y financieras que los gobiernos respectivos están poniendo en juego y que de manera tan determinante impulsan el desarrollo empresarial. En consecuencia, naturalmente también requiere ser experto en lo concerniente a las empresas y gobierno de su país.
Por otra parte, todo bien y producto que disfrutamos o conocemos se obtiene en primera instancia de la naturaleza. De ahí que tanto los administradores públicos como los de empresas requieren conocer con amplitud los recursos naturales con que cuenta su localidad y el contexto mundial, así como las mejores maneras de aprovecharlos y preservarlos. No es posible aprovechar esos recursos si se desconocen cuantía, ubicación, propiedades, utilidad industrial y estratégica. En caso de desconocimiento, como actualmente sucede a los administradores públicos y de empresas en México, se cometen graves errores, su participación se ve reducida a papeles muy secundarios y son desplazados por los mejor capacitados.
El aprovechamiento de la naturaleza se realiza mediante la infraestructura pública y empresarial, así como con el concurso de la fuerza de trabajo calificada, capaz de manejar eficientemente dicha infraestructura. Estos son los recursos principalísimos de los administradores para la producción de satisfactores para la población y para el comercio internacional. Conocer a fondo tales recursos y cómo desarrollarlos, es indispensable al administrador profesional competente.
3. El administrador profesional competente está capacitado para generar nuevos conocimientos así como para actualizar, validar y desarrollar los existentes, en su disciplina. Está capacitado para impulsar y conducir el desarrollo científico técnico necesario a las corporaciones, para lograr el liderazgo de las mismas.
El administrador profesional debe contribuir al desarrollo de su propia disciplina, so pena de que otros profesionales con mayor capacitación lo hagan y, como es natural, lo desplacen. El desarrollo de una ciencia cualquiera que ella sea, está íntimamente relacionado con la capacidad de sus profesionales para producir innovaciones y desarrollar nuevos conocimientos; y esto depende a su vez de la formación científica y epistemológica que se les provea. De ahí que la formación y capacitación en investigación y desarrollo deba ser prioritaria en la currícula de las licenciaturas en Administración.
Además de desarrollar su propia profesión, el administrador competente debe ser capaz de impulsar el desarrollo científico técnico del organismo bajo su cargo. La ciencia y tecnología son punta de lanza en el crecimiento, liderazgo e incluso sobrevivencia de todo organismo; son el más poderoso instrumento competitivo de empresas y gobiernos, de ahí que los más visionarios realicen cuantiosas inversiones en investigación y desarrollo, y guarden celosamente sus resultados. Ninguna empresa o gobierno podrá, entonces, acceder a la ciencia y tecnología más avanzada si no la produce por sí mismo; creer que otros se la proporcionarán es error, ingenuo en extremo, que se traduce en dependencia, atraso, explotación y empobrecimiento para la empresa o país que se gobierna.
Quien quiera gobernar o dirigir deberá estar ampliamente capacitado para impulsar el desarrollo científico técnico del organismo a su cargo.
4. El administrador profesional competente posee conocimiento experto en lo referente al orden económico, jurídico, político, social y laboral de su país y contexto.
¿Se podría gobernar o conducir empresas sin el conocimiento arriba referido?; ¿podría ser, dicho conocimiento, leve o superficial?. Desde luego que no. La administración es un fenómeno eminentemente económico-jurídico-político, así como laboral y técnico; el administrador profesional competente debe tener una clara comprensión de la Economía, el Derecho, y la situación sociopolítica laboral, naturalmente en cuanto a la teoría y la realidad actual, de su país y del contexto mundial. Con ese contexto viven estrechamente vinculados e interactúan gobiernos y empresas. El administrador puede tener asesores expertos pero requiere entenderlos y comprender por sí mismo las situaciones, o será desplazado por los mejor preparados que él.
5. El administrador profesional competente domina las técnicas de negociación y expresión en público.
He aquí la médula del trabajo del administrador: comunicarse con los demás, negociar y lograr acuerdos. Existe toda una tecnología al respecto. El administrador no sólo debe conocerla, sino dominarla y practicarla con maestría.
6. El administrador profesional competente domina dos o más idiomas.
El administrador profesional competente en la actualidad debiera ser políglota. Si bien en el pasado reciente la actividad gubernamental y empresarial se restringió al interior del país, esto ya no sucede más. Especialmente los países en desarrollo requieren de personas capaces de abrir espacios de acción y obtener beneficios en el extranjero. Es un hecho que en el futuro cercano, tal vez ahora mismo, quienes no dominen más de dos idiomas tampoco podrán obtener un puesto como administradores. El dominio de dos o más idiomas debiera ser requisito de admisión para los estudios de la administración.
7. El administrador profesional competente conoce y puede servirse ampliamente de los sistemas informáticos.
Los sistemas informáticos son sin duda la herramienta de trabajo y de negocios más poderosa que existe; ninguna organización o persona pueden prescindir de ellos sin grave detrimento en su capacidad competitiva. Ciertamente sólo en caso de pretender dirigir el área especializada se requerirá dominio de tales sistemas; sin embargo, incluso para quienes aspiren a dirigir otras áreas de las organizaciones, el conocimiento y la comprensión de los sistemas informáticos es requisito indispensable, que además ampliará considerablemente el campo y las perspectivas de trabajo del administrador profesional.
8. El administrador profesional competente posee, y se conduce con, elevada conciencia ética, de servicio, y de responsabilidad social y ecológica.
Esta es una de las características a la que menos atención se ha prestado y las consecuencias están a la vista: administradores que primero se sirven a sí mismos; que se sirven de las empresas y de los gobiernos para sus fines personales; administradores a los que la sociedad, la ecología y desde luego la ética les tiene absolutamente sin cuidado. Naturalmente los administradores son parte y producto de la propia sociedad; su moralidad refleja la moralidad imperante, pero en todo caso las instituciones educativas tienen al respecto una gran responsabilidad, en la medida que, por las razones que se quiera, no se ocupan de estudiar objetivamente esta problemática.
Es claro que los administradores tienen acceso a amplios poderes, que manejan dinero y decisiones, que frecuentemente son presionados o "tentados" a actuar ilegal o deshonestamente, expuestos a abusar del poder y la autoridad. Por tales circunstancias es que los administradores tienen mayor necesidad de estar preparados para no incurrir en faltas; estar muy conscientes de la grave responsabilidad que les concierne, de las penas a que se exponen, pero sobre todo, los administradores profesionales deben estar conscientes del ejemplo que proyectan hacia sus colaboradores cercanos y remotos.
La corrupción y el abuso del poder han derribado imperios, han causado guerras, han terminado también con muchos administradores consignados; la corrupción es una de las causas de la deplorable situación que vivimos en muchos países: todos los profesionales, no sólo los administradores, debieran formarse con amplios conocimientos objetivos acerca de los daños causados por la corrupción. Es claro que la calidad de las organizaciones es simple y llanamente el reflejo de la calidad de sus integrantes; pero más que de su calidad técnica, lo es de la calidad humana de los mismos; no podemos esperar acciones o productos de calidad, de ninguna clase, de organismos administrados por personajes de dudosa calidad humana; siempre pondrán su beneficio personal por encima del interés común.
Por último, una de las más graves consecuencias del manejo irresponsable de empresas y gobiernos es el deterioro ambiental, por cierto estrechamente ligado a lo mencionado líneas arriba. Las empresas, sus productos y desechos son los principales responsables directos de las alteraciones ecológicas, si bien los administradores públicos son los responsables por la legislación, instrumentación y puesta en práctica de las medidas para preservar el ambiente.
El administrador profesional requiere conocer y comprender ampliamente el problema ecológico, así como los recursos técnico científicos para enfrentarlo, y mejor aún, debe ser capaz de convocar a la participación ciudadana como parte importante también a este respecto.
9. El administrador profesional competente posee amplia cultura y practica excelentes relaciones humanas.
La capacidad de relacionarse adecuadamente es importante para el administrador en la medida que requiere obtener la colaboración de los demás, cosa que puede lograr con el uso de autoridad, pero que es más productiva si se obtiene por reciprocidad. Además, la capacidad de relacionarse con base al respeto y empatía previene al administrador del abuso del poder en sus relaciones con los gobernados y subordinados, algo frecuente en las organizaciones. Ese abuso del poder, en el caso de los gobernantes puede llegar, y así sucede, a situaciones más extremas.
Sin embargo, al aludir al dominio de una amplia cultura y excelentes relaciones humanas estamos pensando en ello no sólo como elementos para abrirnos paso en el mundo de los negocios o el poder, a los que diversos autores han hecho alusión. Creemos que tales características pueden contribuir a que el administrador profesional desarrolle la sensibilidad humanística que le permita comprender mejor el mundo y el tiempo que le ha tocado vivir, y a partir de dicha comprensión pueda contribuir a conducirlo a estadios superiores.
10. El administrador profesional competente es capaz de obtener capital, ingresos y utilidades, de y para desarrollar y ampliar la capacidad operativa del organismo a su cargo.
En la empresa privada esto es evidente, pero no así en los organismos públicos, debido a la tradición de financiarlos con los impuestos, con deuda pública o emisión de dinero. Esto tarde o temprano habrá de desaparecer en los países que deseen progresar: Toda actividad gubernamental o privada habrá de ser financiada por sí misma; cada usuario o beneficiario deberá pagar por lo que recibe, a crédito si es necesario, y no a costa de los demás, salvo verdaderos casos de asistencia pública, los que habrán de ser realmente excepcionales. Esto es indispensable para evitar el beneficio privado a costa de la población; así mismo es instrumento para medir la eficiencia y para evitar la corrupción del administrador, cosas frecuentes en el capitalismo.
Obtener capital, ingresos y utilidades, así como aprovecharlos óptimamente, es la mayor de las responsabilidades económicas de todo administrador, en todos los niveles y funciones de los organismos, incluso en aquellos que aparentemente se encuentran desvinculados de tal función, donde lo procedente es ser coadyuvante. De que esto se entienda depende el desarrollo y crecimiento presente y futuro de los organismos y ello significa ampliación de los servicios que prestan, empleo, abasto, progreso, etc. También de ello depende la permanencia y progreso del administrador.
Director ejecutivo
Director ejecutivo, también conocido como ejecutivo delegado, jefe ejecutivo, presidente ejecutivo, principal oficial ejecutivo o con las siglas CEO (del inglés Chief Executive Officer), es el encargado de máxima autoridad de la gestión y dirección administrativa en una organización o institución.
Aunque en las empresas pequeñas es habitual que el puesto de presidente y del director ejecutivo recaigan en la misma persona, no siempre es de esta manera, siendo el presidente quien encabeza el gobierno corporativo (estrategias generales), y el Director Ejecutivo la administración de la empresa (la fase operativa de las estrategias).
En las empresas grandes, el Director Ejecutivo puede contar con una serie de directores para cada una de las responsabilidades de la compañía, como es el caso Director General de Operaciones, Director General de Finanzas y el Director General de Información.
Dilemas en la traducción
En inglés se utiliza la expresión Chief Executive Officer (traducción literal: oficial ejecutivo en jefe u oficial superior) o su acrónimo CEO para designar a la persona con más alta responsabilidad de una organización o corporación anglosajona. Debido a la creciente globalización el término CEO se comienza a emplear en países no anglosajones, en las empresas de corte tecnológico. No debe traducirse como "gerente", ya que este término es generalmente utilizado para directores y supervisores de bajo nivel jerárquico (como al supervisor del turno de mañana de un local de comida rápida de una cadena internacional), mientras que cuando se usa el término "CEO" se refiere indiscutiblemente a la persona de mayor autoridad dentro de la dirección diaria de una empresa.
El Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española aún no ha recomendado un término en español para referirse al puesto de CEO. Sin embargo, habitualmente se utiliza en castellano el término Director General que, al igual que en el caso del término inglés Chief Executive Officer, hace referencia a un cargo que no debe confundirse con el de presidente.
Es un proceso muy particular consistente en las actividades de planeación, organización, ejecución y control, desempeñadas para determinar y alcanzar los objetivos señalados con el uso de seres humanos y otros recursos.
El Dr. George R. Terry la define como: "La administración consiste en lograr que se hagan las cosas mediante otras personas".
Koontz y O"Donnell nos da la siguiente definición: "La dirección de un organismo social y su efectividad en alcanzar objetivos, fundada en la habilidad de conducir a sus integrantes".
V. Clushkov: "Es un dispositivo que organiza y realiza la trasformación ordenada de la información, recibe la información del objeto de dirección, la procesa y la transmite bajo la forma necesaria para la gestión, realizando este proceso continuamente".
E. F. L. Brech: "Es un proceso social que lleva consigo la responsabilidad de planear y regular en forma eficiente las operaciones de una empresa, para lograr un propósito dado".
J. D. Mooney: "Es el arte o técnica de dirigir e inspirar a los demás, con base en un profundo y claro conocimiento de la naturaleza humana". Y contrapone esta definición con la que da sobre la organización como: "la técnica de relacionar los deberes o funciones específicas en un todo coordinado".
Peterson and Plowman: "Una técnica por medio de la cual se determinan, clarifican y realizan los propósitos y objetivos de un grupo humano particular".
F. Tannenbaum: "El empleo de la autoridad para organizar, dirigir, y controlara a subordinados responsables (y consiguientemente, a los grupos que ellos comandan), con el fin de que todos los servicios que se prestan sean debidamente coordinados en el logro del fin de la empresa".
Henry Fayol (considerado como el verdadero padre de la moderna Administración), dice que "administrar es prever, organizar, mandar, coordinar y controlar".
F. Morstein Marx la concibe como: "Toda acción encaminada a convertir un propósito en realidad positiva"."es un ordenamiento sistemético de medios y el uso calculado de recursos aplicados a la realización de un propósito".
Brook Adams. La capacidad de coordinar hábilmente muchas energías sociales con frecuencia conflictivas, en un solo organismo, para que ellas puedan operar como una sola unidad.
Es el proceso de planificación, organización, dirección y control del trabajo de los miembros de la organización y de usar los recursos disponibles de la organización para alcanzar las metas establecidas.
Mi concepto personal de la Administración es "Es el proceso de lograr que las cosas se realicen por medio de la planeación, organización, delegación de funciones, integración de personal, dirección y control de otras personas, creando y manteniendo un ambiente en el cual la persona se pueda desempeñar entusiastamente en conjunto con otras, sacando a relucir su potencial, eficacia y eficiencia y lograr así fines determinados".
Objetivos de la administración
Para que exista un sentido de satisfacción debe existir un objetivo, lo que da un propósito al esfuerzo; además el objetivo debe tener un significado y valor; así que la definición de objetivo es: "Un objetivo administrativo es una meta que se fija, que requiere de un campo de acción definido y que sugiera la orientación para los esfuerzos de un dirigente", en esta definición hay cuatro elementos que son:
Meta
Campo de acción
Definición de la Acción
Orientación
Séneca afirmó. " Si el hombre no sabe a cuál puerto se dirige, ningún viento le es favorable."
Los Objetivos son importantes para llegar a los resultados deseados; la falta de objetivos hace que la administración sea innecesariamente difícil, si es que se puede hablar en rigor de administración; así que, los objetivos básicos son un prerrequisito para determinar cualquier curso de acción y deben ser definidos con claridad para que los comprendan todos los miembros de la empresa.
Albert Einstein dijo. "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo."
A la administración por objetivos también se le llama Administración de Resultados, y administración de metas, estimula la toma de decisiones, aumenta la productividad y mejora la eficiencia administrativa, los resultados determinan el éxito del administrador en el análisis final de la empresa.
Importancia de la administración
No sería suficiente con decir que sin una buena administración ninguna organización tendrá éxito; por lo cual mencionaremos algunos hechos para mencionar su importancia:
La administración no solamente nació con la humanidad sino que se extiende a la vez a todos los ámbitos geográficos y por su carácter Universal, lo encontramos presente en todas partes. Y es que en el ámbito del esfuerzo humano existe siempre un lado administrativo de todo esfuerzo planeado.
Donde exista un organismo social allí estará presente la administración.
No sirve de mucho que en una empresa existan buenas instalaciones, el mejor equipo, la mejor ubicación, si lo todo lo anterior no va acompañado del elemento humano necesario para dirigir las actividades, o sea que la administración es importante para alcanzar objetivos de la organización.
En las grandes empresas la administración científica o técnica es esencial ya que no podrían existir sin una buena administración.
La administración es un proceso universal ya que no solo se da en los países capitalistas, sino que también en los países socialistas o de cualquier tipo que sean, la administración es importante tanto en las pequeñas como el las grandes empresas.
Otro hecho importante es que por medio de la administración se puede elevar la productividad y los niveles de vida en los países en vías de desarrollo.
La administración imparte efectividad a los esfuerzos humanos. Ayuda a obtener mejor personal, equipo, materiales, dinero y relaciones humanas.
Se mantiene al frente de las condiciones cambiantes y proporciona previsión y creatividad.
Edison dijo. "Dos personas unidas en una tarea común han de hacer mucho más que duplicar las energías."
Concluiremos diciendo que la administración es importante por que se aplica en cualquier tipo de organización con deseos de aumentar su productividad y el éxito, dependiendo para esto del elemento humano y material.
Antecedentes históricos
A pesar de que en la historia de la humanidad siempre existió el trabajo, la historia de las organizaciones y de su administración es un capítulo que comenzó en época reciente, se puede afirmar que la administración es tan antigua como el hombre.
Las personas llevan muchos siglos formando y reformando organizaciones. Al repasar la historia de la humanidad, aparece la huella de pueblos que trabajaron unidos en organizaciones formales, por ejemplo los ejércitos griegos y romanos, la Iglesia Católica Romana, la Compañía de las Indias Orientales. Las personas también han escrito sobre cómo lograr que las organizaciones sean eficientes y eficaces, desde mucho antes de que términos como "administración" fueran de uso común.
En toda su larga historia la administración se desarrolló con una lentitud impresionante. Sólo a partir del siglo XX cuando las personas le dieron la mayor importancia a la administración, este siglo atravesó etapas de desarrollo de notable innovación.
Autor:
Guiliana Coronado Aybar
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