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Influencia de la práctica de ejercicios físicos en la condición física de mujeres adultas sedentarias (página 2)


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(2007), la revolución en la realización de ejercicios físicos con un objetivo encaminado a mejorar los niveles de condición física y prevenir efectos negativos de salud, se remontan a la década de los años 60 del siglo XX con la publicación del libro Aerobics, escrito por el Dr. Kenneth Cooper, el cual facilitó una sólida base médica a la importancia del ejercicio, especialmente del ejercicio aeróbico, para la salud y mejoramiento de la condición física. En ese período en que el mundo se contagia con esa revolución, este país no queda exento de ello y salen a relucir las obras de investigadores cubanos sobre el tema, resaltando por su gran valor, las del Dr. Raúl Mazorra Zamora, las cuales demostraron que la realización sistemática de actividades físicas garantiza excelentes niveles de salud y constituye, según el propio autor, la única alternativa que puede producir este efecto beneficioso sobre la función cardiorrespiratoria y en el resto del organismo.

Está comprobado que un aumento de la actividad física está fuertemente asociado a una mejora de la condición física con un posible efecto en el gasto metabólico en reposo. Para reducir la incidencia de factores de riesgo que laceren la salud es necesario llevar a cabo un plan de actividad física regular, que debe ir acompañado de cambios en los hábitos alimentarios.

En la actualidad en este país se lleva a cabo una ardua lucha contra el sedentarismo a partir de la promulgación, por varios medios, del beneficio de la realización de ejercicios físicos sistemáticos como forma de prevención, unida a una dieta balanceada y modificación de conductas alimentarias que juegan un papel determinante, no solo como método indispensable para obtener un mejor estado de salud, sino también para lograr el desarrollo armónico de las actividades productivas, intelectuales y sociales. Muchas investigaciones corroboran que el entrenamiento sistemático puede conducir a 10 ó 15 años de rejuvenecimiento biológico funcional, disminuyendo las reservas de grasa y aumentando la masa corporal activa, por tanto, teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente y para conocer los beneficios que nos puede proporcionar la práctica de actividades físicas en el organismo nos proponemos investigar el efecto de los mismos en mujeres que realizan ejercicios físicos sistemáticamente en un gimnasio particular y determinar la influencia de los mismos en la condición física de las practicantes.

1.2 Problema Científico.

¿Cómo influye la práctica sistemática de ejercicios físicos en la condición física de mujeres adultas sedentarias?

1.3 Fundamentación del problema.

En la actualidad existe una proliferación de la realización de actividades físicas con el objetivo de mejorar la condición física y la apariencia personal, fundamentalmente en las áreas deportivas de la comunidad creadas con este objetivo; sin embargo, no se evalúa la influencia del ejercicio físico sistemático en los practicantes que asisten. Aunque los promotores alegan no ser conocedores de la materia, las consultas empíricas, realizadas previamente, corroboran que no cumplen con los requisitos básicos, entiéndase aplicación de pruebas funcionales, para conocer la evolución de las practicantes. Con este trabajo pretendemos brindar una herramienta que sea útil para estos promotores y que les permita conocer cuanto evolucionan sus practicantes al realizar ejercicios las áreas deportivas de su comunidad.

1.4 Objetivo General.

Evaluar la influencia de la práctica sistemática de ejercicios físicos en la condición física de mujeres adultas sedentarias.

1.5 Objetivos Específicos.

1. Valorar el comportamiento del Índice de Masa Corporal antes y después de la realización de ejercicios.

2. Evaluar la capacidad aerobia antes y después de la realización de ejercicios.

3. Evaluar la adaptación cardiovascular al esfuerzo antes y después de la realización de ejercicios.

1.6 Hipótesis: el ejercicio físico, realizado sistemáticamente, influye positivamente en la condición física de las mujeres adultas sedentarias de nuestro estudio.

Marco teórico conceptual

2.1 El sedentarismo y sus consecuencias para la salud.

Hipócrates, el maestro de la medicina, dijo: "lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia". A diferencia de las máquinas, que se desgastan, los organismos vivos aumentan su capacidad de adaptación cuanto más usan sus órganos. Por el contrario, cuando no se utilizan todas las estructuras orgánicas, los tejidos se reducen y debilitan. La falta de ejercicio o sedentarismo disminuye la capacidad de adaptación a la actividad física posterior cayendo así en un círculo vicioso. A su vez, la proporción de grasa es cada vez mayor en relación con los demás tejidos, aunque no necesariamente haya aumentado de peso, debido a la disminución de la masa muscular. El sedentarismo acarrea también disfunciones orgánicas como: estreñimientos, várices, propensión a la inflamación de los órganos abdominales, provocada por distensión de los músculos debilitados de la pared abdominal y sensación de fatiga. Muchos dolores de espalda que no tienen origen en traumatismos o enfermedades se deben a la debilidad de los músculos de esa zona, que se contractura de forma casi permanente. A menudo, el simple esfuerzo de mantener erguida la espalda representa para el sedentario una exigencia mayor de la que sus músculos son capaces de soportar. Cuando se lleva una vida sedentaria, el esqueleto se vuelve frágil y débil y pierde paulatinamente su aptitud para cumplir funciones más allá de los movimientos rutinarios. El hueso, contrariamente a lo que se cree, es un tejido muy activo y a lo largo de toda su vida modifica su estructura interna según los requerimientos de resistencia y tensiones a las que se ve sometido.

2.2 Cuerpo en movimiento y salud.

Podemos identificar tres clasificaciones diferentes en relación con la inactividad y el ejercicio, las cuales, en orden ascendente de condicionamiento físico, son:

1. El nivel sedentario, con escasa o nula actividad física. Se trata de personas que, probablemente, soportarán más enfermedades, vivirán menos, y sufrirán una calidad de vida relativamente baja.

2. El nivel de aptitud de ejercicios de baja intensidad en relación con la salud y la longevidad. Los que se ubican aquí obtendrán beneficios significativamente más elevados que los pertenecientes al primer nivel en términos de índices de enfermedad más bajos y de vida más prolongada. (8)

3. El nivel atlético de ejercitación, que se acerca -y a veces llega- al nivel de aptitud requerido para competir, pero que no implica sobre entrenamiento. Quienes se ubiquen aquí se caracterizarán por una vida más prolongada, un riesgo algo menor de padecer enfermedades graves y una calidad de vida más elevada. Sin embargo, sobrepasarse en la búsqueda de una aptitud aeróbica – es el caso de atletas súper competitivos sólo puede conducir a perder los mismos beneficios que se intentan lograr.

2.3 Influencia del ejercicio físico para el organismo.

El ejercicio físico practicado sistemáticamente reporta beneficios para el organismo del ser humano, hay suficiente evidencia científica para asegurar este planteamiento. A continuación haremos referencia de algunos como parte de nuestro trabajo. A nivel cardiovascular disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, mejora la eficiencia del funcionamiento del corazón y disminuye el riesgo de arritmias cardiacas (ritmo irregular del corazón). A nivel pulmonar aumenta su capacidad, el funcionamiento de alvéolos y el intercambio de gases, y mejora el funcionamiento de los músculos respiratorios. A nivel metabólico disminuye la producción de ácido láctico, la concentración de triglicéridos, colesterol y LDL (colesterol malo), ayuda a disminuir y mantener un peso corporal saludable, normaliza la tolerancia a la glucosa (azúcar), aumenta la capacidad de utilización de grasas como fuente de energía, el consumo de calorías, la concentración de HDL (colesterol bueno) y mejora el funcionamiento de la insulina.

A nivel de la sangre reduce la coagulabilidad de la sangre. A nivel neuroendocrino disminuye la producción de adrenalina (catecolamina), aumenta la producción de sudor, la tolerancia a los ambientes cálidos y la producción de endorfinas (hormona ligada a la sensación de bienestar). A nivel del sistema nervioso mejora el tono muscular, los reflejos y la coordinación. A nivel gastrointestinal mejora el funcionamiento intestinal y ayuda a prevenir el cáncer de colon. A nivel osteomuscular incrementa la fuerza, el número de terminaciones sanguíneas en el músculo esquelético, mejora la estructura, función y estabilidad de ligamentos, tendones y articulaciones, previene la osteoporosis y mejora la postura. A nivel psíquico incrementa la capacidad de fuerza de voluntad y de autocontrol, disminuye la ansiedad, el estrés, la agresividad y la depresión, estimula la creatividad, la capacidad afectiva y mejora la memoria y autoestima de la persona.

También la práctica regular del ejercicio conlleva a hábitos sanos de alimentación, disminuye la percepción del esfuerzo físico, mejora la resistencia. Además, estudios científicos han demostrado su efecto positivo en la prevención del cáncer de seno y como ayuda en el tratamiento del tabaquismo. Es decir que el deporte regular causa cambios en el estilo de vida de la persona.

2.4 Consideraciones asociadas al término condición física. Su orientación hacia la salud.

El término condición física, según García Manso (1996), citado por Barrios González (2007), es la traducción española del concepto inglés physical fitness, que hace referencia a la capacidad o potencial físico de una persona, y en la literatura especializada lo podemos encontrar como la expresión más utilizada para la definición de la capacidad de movimiento del ser humano. No obstante y atendiendo al significado e interpretación del lenguaje, continúa el autor, varios términos conceptualizados en la actualidad como: aptitud física, forma física, condición física, etc. se pueden emplear indiferentemente; sin embargo, tributan a una misma realidad. Dada la diversidad de criterios se pueden citar infinidad de definiciones, consideramos que las que se exponen a continuación son las más sensibles y a fines con el marco de estudio de este trabajo, por lo que se asume el término de condición física en el desarrollo del mismo.

Según Heyward, H (1996), El Colegio Americano de Medicina del Deporte (1991), indica que la condición física depende del nivel de potencialidad de las capacidades físicas, permitiéndole al individuo realizar actividades físicas a diferentes niveles (ligeros, moderados o intensos) sin que aparezca la fatiga. Sobre el tema, autores como Mazorra (1988), Ozolin (1988), Hettinger (1993), Legido, Segovia y Ballesteros (1996), Navarro M (1996), García Manso (1996), Hernández González (2005), coinciden en que la condición física es la capacidad del organismo para afrontar tareas físicas con la máxima eficacia, rendimiento y garantiza los éxitos en el estudio y el trabajo. Concuerdan además, que el éxito depende del estado de cualidades físicas como: resistencia aeróbica, fuerza, amplitud articular, etc, que garantizan buenos niveles de salud y la resistencia contra enfermedades, reducen el cansancio producido por el trabajo y permiten disfrutar mejor del tiempo libre. Anshel M & Col. (1991), plantean que todo individuo posee fuerza, resistencia, flexibilidad, coordinación y velocidad. Son cualidades físicas básicas innatas en el ser humano y se desarrollan de forma diversa durante toda la vida en cada persona y agregan que generalmente ha sido más tratado y definido el término en el ámbito deportivo por su relación con el entrenamiento y el desarrollo de capacidades y habilidades con el objetivo de obtener importantes resultados en este campo, sin embargo a partir de los años 60, nace una nueva concepción de ésta, la condición física orientada hacia la salud, centrando su objetivo en el bienestar del propio sujeto y se relacionan componentes que se encuentran estrechamente asociados al estilo de vida y a los sistemas biológicos influenciados por el ejercicio habitual, sin olvidar las características genéticas, la nutrición y adicciones como el tabaquismo, alcoholismo, etc. Para Saavedra (2004), la condición física orientada hacia la salud es la expresión de un conjunto de cualidades físicas basadas en aptitudes o variables fisiológicas; agrega además, que permite básicamente realizar esfuerzos sin alterar significativamente a los grandes sistemas del organismo, sinónimo de poseer una buena capacidad aeróbica, una adecuada composición corporal, flexibilidad y una óptima capacidad de contracción muscular. Wilmore, J y Costill, David. (2000), plantean que promover una buena condición

física reduce drásticamente el índice de mortalidad, en su defecto se presenta como un factor de riesgo importante de enfermedades cardiovasculares que pueden afectar sensiblemente la salud del ser humano. A la luz de la orientación de la condición física relacionada con la salud, podemos distinguir, según Pate (1983), los componentes de la misma que pueden incluirse en un programa de ejercicios y que están relacionados a un buen estado de salud, con la calidad de vida y que previenen trastornos como obesidad, lumbago, trastornos articulares, dislipidemia, enfermedades cardiovasculares, etc. e incluye: la resistencia aerobia, la composición corporal, la fuerza muscular y la flexibilidad. Coincidiendo con Pate (1983) y Saavedra (2004), se asume que a la hora estudiar y relacionar definiciones sobre el tema, es posible establecer un modelo ordenado para sostener que la condición física depende del estado de las capacidades físicas y que con su desarrollo permitan al individuo obtener una buena capacidad física de trabajo al mejorar la capacidad de consumo de oxígeno, permitiendo una eficiente respuesta cardiorrespiratoria y tolerancia al esfuerzo, por una buena capacidad de

contracción muscular, adecuada composición corporal y flexibilidad.

2.5 Valoración de la condición física.

Según R. Mazorra (1986), citado por Barrios González (2007), la valoración de la condición física en este sentido es compleja ya que no existen todavía indicadores ideales de la misma que determinen el nivel de salud óptimo necesario que se debe alcanzar, aunque podemos hoy en día hacer recomendaciones para realizar ejercicios físicos apoyadas en sólidas bases científicas, sobre todo respecto al efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, disminuyendo sus factores de riesgo; un mejoramiento adicional de la condición física no tiene efectos negativos sobre la salud. Su valoración requiere la atención de especialistas.

2.6 Capacidad de trabajo físico y consumo de oxígeno máximo.

También plantea Mazorra (1986), que la capacidad de trabajo físico supone las posibilidades reales del organismo para enfrentar determinadas actividades

y efectos del medio circundante. Conocerla es indispensable para la evaluación objetiva del nivel de entrenamiento del individuo que practica algún tipo de ejercicio físico o se dispone a hacerlo. Su determinación se relaciona con la implementación de pruebas funcionales que requieren de la aplicación de cargas físicas y su valoración se basa en los resultados de diferentes indicadores que se registran después de aplicada determinada carga física, generalmente en el período de recuperación posterior al esfuerzo, por ejemplo, mediante el análisis de la recuperación de la frecuencia cardiaca (pulso), o de la presión arterial. En la actualidad autores como, R. Mazorra (1986), Shephard, RJ y Astrand, O (2000), Wilmore, J. y Costill, D. (2000), R. Hernández (2005), entre otros, coinciden y están de acuerdo en que la capacidad de trabajo físico equivale al consumo de oxígeno máximo (VO2 máx), siendo el parámetro más utilizado y práctico en la evaluación de la resistencia cardiorrespiratoria. Así mismo están de acuerdo en que este parámetro fisiológico aumenta sustancialmente en respuesta al entrenamiento de resistencia ya que puede suministrarse y consumirse más oxígeno que en un estado no entrenado.

Estudios prospectivos han demostrado recientemente y de manera inequívoca que el VO2 máx es el predictor más potente de riesgo de muerte, especialmente por enfermedad cardiovascular, tanto en personas con historial cardiopatológico como en personas sanas y ello tanto en hombres como en mujeres de diferentes edades. Su valoración requiere de pruebas de laboratorio (directas) o de terreno (indirectas). Las pruebas de laboratorio permiten medir la ventilación pulmonar, la absorción de oxígeno y la concentración de lactato, pero desde el punto de vista práctico muy pocos entrenadores e investigadores tienen acceso a tales laboratorios, especialmente en los países en vías de desarrollo, por lo que se pueden usar pruebas de terreno que también aportan datos importantes para hacer una valoración de la capacidad aeróbica de una persona. Alcanzar la estabilización en el consumo de oxígeno, según Pollock, ML y Wilmore, J (1990), dicta la intensidad del esfuerzo o ritmo que podamos sostener durante las sesiones de ejercicios físicos y permite ejecutar ejercicios de resistencia con un nivel de esfuerzo mayor o a un ritmo más rápido,

mejorando el potencial de rendimiento y capacidad de trabajo, agregan estos autores, que sujetos que no han tenido un entrenamiento sistemático han experimentado incrementos medios del VO2 máx entre el 15-20% o más después de un programa de entrenamiento de seis meses. Para Wilmore, J y Costill, D. (2000), cualquier incremento del VO2 máx que experimente el sujeto que se somete a un programa de ejercicios físicos es directamente proporcional con el aumento de la capacidad de trabajo físico y se logra, incluso cuando la finalidad es profiláctica y terapéutica, fundamentalmente a partir del entrenamiento de la resistencia aeróbica siempre combinada con otras capacidades fundamentales.

Para estos autores la resistencia aeróbica se puede definir como la capacidad que tiene el organismo de realizar actividades prolongadas o de larga duración en el tiempo, sintiendo en el menor grado posible, síntomas de fatiga. Se utilizan fundamentalmente los sistemas cardiorrespiratorio y locomotor, movilizando grandes grupos musculares, es un tipo de resistencia en absorción de oxígeno, en la que existe un equilibrio entre el consumo y el aporte de este. Se trabaja con ejercicios de gran volumen y de baja o moderada intensidad y se incluyen acciones como: caminar, correr, pedalear, nadar, clases de gimnasia aerobia, etc. Por otra parte, para el desarrollo de esta capacidad física constituye lo más importante el mejoramiento de la función vegetativa del organismo ya que la capacidad de trabajo de la musculatura está en dependencia de la transportación de oxígeno y los nutrientes. Representa uno de los componentes esenciales para el desarrollo de las capacidades de rendimiento físico del individuo. Por lo tanto, el entrenamiento de la resistencia produce beneficios al organismo en un plazo relativamente corto, entre ellos tenemos: disminución de la masa grasa, aumento del metabolismo, disminución de la frecuencia cardiaca en reposo, incremento del consumo de ácidos grasos libres, incremento en sangre de los niveles de HDL colesterol, mejora la eficiencia cardiaca y disminuye la presión arterial, aumento del consumo máximo de oxígeno, aumenta el riego sanguíneo, mejora la respuesta hormonal durante el ejercicio y en reposo, etc. Otros autores como Guyton y Hall. (1987), Wilmore, J. y Costill, D. Shephard,

RJ y Astrand, O (2000), coinciden en que ante la respuesta la mayor demanda de esfuerzo, el peso y el volumen de corazón aumentan, así como el grosor de la pared del ventrículo izquierdo, que realiza el trabajo más fuerte. Esta hipertrofia, reconocida como una adaptación normal al entrenamiento de resistencia, permite mayor entrada de sangre gracias a la capacidad de estiramiento que sus paredes adquieren e incrementa el potencial de fuerza de contracciones del músculo cardiaco expulsando mayor cantidad de sangre en cada contracción. Wilmore, J y Costill, David. (2000) y otros autores, coinciden en que la frecuencia cardiaca es un buen indicador, tanto en reposo como durante el ejercicio, de la intensidad con la que está trabajando el corazón. En reposo la misma se reduce notablemente como consecuencia del entrenamiento. Según estudios realizados sobre el comportamiento de la frecuencia cardiaca en personas sedentarias, se ha demostrado que personas con una frecuencia cardiaca inicial en reposo de 80 latidos/minutos experimentaron disminuciones de la misma, aproximadamente una pulsación por minuto cada semana al comenzar un programa de entrenamiento.

Autores como Mazorra R (1986), Guyton y Hall. (1987), Wilmore, J y Costill D

Shephard, RJ y Astrand, (2000), coinciden en que la combinación de un mayor volumen sistólico y de una menor frecuencia cardiaca es un modo muy eficaz para que el corazón satisfaga las demandas del cuerpo, basándose fundamentalmente en la teoría de que el corazón gasta menos energía al contraerse con menos frecuencia pero con más vigor que incrementando las frecuencias de las contracciones (35; 55; 86; 94). Por lo tanto, la recuperación de la frecuencia cardiaca después del entrenamiento es más rápida en personas que entrenan con sistematicidad y puede usarse como un indicador de buena respuesta cardiorrespiratoria. Constituye una herramienta excelente para observar el progreso de una persona durante un programa de entrenamiento.

2.7 Composición corporal.

La composición corporal hace referencia a la composición de los componentes del cuerpo humano. En la ciencia del ejercicio existen dos componentes del cuerpo que tienen principal interés: la masa magra (músculos, huesos, órganos, agua, etc.) y la masa grasa. Según George J, Fisher A y Vehrs P

(1999), citados por barrios González (2007), una persona que tiene una gran cantidad de masa corporal magra en comparación con su masa grasa, es considerada delgada; a la inversa, es considerada obesa. Atendiendo a estos criterios sobre la composición corporal, una evaluación de la misma puede facilitar valiosa información sobre estos dos importantes componentes del cuerpo humano.

George J, Fisher A y Vehrs P (1999), plantean que el estado de la composición corporal de un individuo favorece o afecta directamente su capacidad para moverse y agregan que a pesar de la importancia que por un lado tiene para el organismo el peso graso, es un tejido no contráctil y por tanto dificulta los movimientos del cuerpo en muchos aspectos de la vida tales como la actividad diaria, los juegos recreativos y la competición deportiva; los músculos esqueléticos, sin embargo, son beneficiosos ya que al constituir un tejido contráctil facilitan el movimiento del cuerpo. Estos autores son del criterio de que en términos de ejercicios en los que hay que sostener el peso del propio cuerpo, una persona puede maximizar el rendimiento si puede lograr un equilibrio adecuado entre el peso magro y el peso graso, el hombre de mayor masa magra tendrá relativamente más masa muscular para mover su cuerpo que el que tenga mayor masa grasa. Agregan que es erróneo pensar que un cuerpo libre de grasa es ideal, incluso para un deportista ya que el cuerpo humano requiere algo de grasa para funcionar adecuadamente y la grasa esencial representa típicamente entre el 3 y el 5% del peso corporal para los hombres y entre el 10 y el 14% para las mujeres. Además coinciden con Wilmore J. y Costill D. (2000), entre otros, en que existen varias razones prácticas para medir la composición corporal; sus resultados permiten establecer objetivos concretos, realistas y alcanzables en la planificación de actividades con el fin de mejorarla o mantenerla. Según el colectivo de autores de Control Médico (2003), citados por Barrios

González (2007), existen diferentes métodos para determinar la composición corporal, estos pueden ser: directos, indirectos y doblemente indirectos, siendo estos últimos los más utilizados tomando en cuenta las necesidades y

dificultades concurrentes de otras técnicas para la evaluación clínica o para estudios de campo con grandes grupos poblacionales, la alternativa más común es el uso de algunas técnicas basadas en la utilización de medidas antropométricas o diferentes índices, por su bajo costo operacional y de la relativa simplicidad de su utilización. La estimación de la composición corporal, por medio de medidas antropométricas, se sirve de: estatura, peso, circunferencias corporales, diámetros óseos y medidas de pliegues cutáneos.

Metodología

3.1 Diseño de la investigación: pre-experimental de control mínimo con pretest postest para un mismo grupo.

3.2 Tipo de estudio: longitudinal prospectivo de naturaleza cualitativa y cuantitativa.

3.3 Población: 34 practicantes de ambos sexos que asisten sistemáticamente a la cancha Palotal del Municipio Valencia.

3.4 Muestra: seleccionada intencionalmente y estuvo constituida por 10 mujeres sedentarias que comenzaron a asistir por primera vez a la cancha Palotal del Municipio Valencia y representan el 29% de la población total.

3.5 Características de la muestra: la muestra se caracterizó atendiendo a diferentes aspectos. Con relación a los siguientes factores demográficos:

No Edad. Talla.

(m.)

Peso.

(Kg.)

Sexo. Vinculación

Laboral.

1 25 1.50 58 F No

2 32 1.56 70 F No

3 24 1.53 78 F No

4 23 1.67 71 F No

5 26 1.69 73 F No

6 28 1.65 82 F No

7 33 1.90 83 F No

8 30 1.63 72 F No

9 21 1.70 70 F No

10 20 1.78 84 F No

Promedio 26 1.66 74 F

La tabla anterior refleja las características de la muestra con relación a diferentes factores demográficos. Se observa que la misma tiene un promedio de edad de 26 años, 1.66 metros de estatura y 74 kilogramos de peso. Todas del sexo femenino y ninguna vinculada laboralmente.

3.6 Valoración del estilo de vida.

Con relación a la valoración del estilo de vida, datos obtenidos a partir de la interacción del investigador con el grupo de estudio, el 100% refiere no tener control dietético. Solo una practicante ingiere bebidas alcohólicas ocasionalmente. Tres que representan el 30% consumen cigarrillos diariamente, el resto nunca ha tenido ese hábito. De manera general no presentan síntomas aparentes de otros factores de riesgo que les impidan realizar ejercicios físicos, aunque todos los casos alegaron ser sedentarias y se incorporan por primera vez al gimnasio. A todas se les realizó una evaluación inicial del estado de su condición física.

3.7 Principales métodos utilizados en la investigación.

Los métodos empleados para desarrollar la investigación, estuvieron determinados por los objetivos. Del nivel teórico se emplearon:

Histórico Lógico: se utilizó para establecer nuestro estudio y antecedentes sobre el tema de nuestra investigación, características, causas y relaciones de desarrollo del mismo.

Análisis y Síntesis: permitió analizar el proceso que estudiamos a partir de la descomposición de los principales elementos que lo integran para descubrir relaciones y características generales del mismo.

Hipotético-deductivo: permitió formular hipótesis como posible respuesta al problema investigado con su correspondiente comprobación en la práctica.

Así mismo, del nivel empírico, se utilizaron los siguientes métodos y técnicas de investigación: Experimento: El mismo se utilizó a través de un pre-experimento, queriendo demostrar la influencia que ejercen los ejercicios físicos sistemáticos en el mejoramiento de la condición física de las mujeres del estudio.

Medición: Se realizó la medición del IMC, consumo máximo de oxígeno y respuesta cardiovascular al esfuerzo.

Observación: durante la realización de las diferentes pruebas se observó la respuesta al esfuerzo, es decir si se presentaban signos de cansancio como la sudoración, palidez, etc y para verificar la correcta realización de los protocolos de las pruebas.

Método estadístico-matemático: Se utilizó el cálculo porcentual, promedio y los datos se procesaron utilizando un ordenador Pentium IV, mediante el Microsoft Office Excel 2003 para Windows XP.

3.8 Procedimientos. Lugar y particularidades del trabajo realizado en esta etapa de la investigación. Se seleccionaron intencionalmente 10 mujeres que asisten por primera vez a la cancha Palotal del Municipio Valencia, que durante las 12 semanas del estudio realizaron ejercicios aerobios con música dirigidos por un monitor, en el horario comprendido desde las 9.00 a.m. hasta las 10.00 a.m.

Las pruebas funcionales seleccionadas se realizaron al inicio y al transcurrir 12 semanas de entrenamiento sistemático (cinco frecuencias semanales), entre los meses de Enero a Abril del año 2009, se aplicaron nuevamente las pruebas para evaluar y comparar los resultados. Las mismas se realizaron siempre en el gimnasio. Para la evaluación se seleccionaron pruebas funcionales que permiten valorar los resultados del ejercicio físico sistemático en el organismo. A continuación se exponen brevemente en que consisten estas pruebas.

Índice de Masa corporal (IMC): indicador del peso de una persona con relación a su talla, es el método más práctico para evaluar el grado de riesgo asociado con la obesidad. Se determina a partir de la siguiente fórmula:

IMC = Peso kg/ (Talla m.)²

Los resultados se comparan en la tabla de clasificación del IMC de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), año 2006.

Tabla 2 Normas para la evaluación del Índice de Masa Corporal.

Valores del IMC Criterios de Evaluación.

= 16 Criterio de ingreso.

16 a 17 Infrapeso.

17 a 18 Bajo peso.

18 a 25 Peso normal (saludable)

25 a 30 Sobrepeso (obesidad grado I)

30 a 35 Sobrepeso crónico (obesidad grado II)

35 a 40 Obesidad premórbida (obesidad grado III)

40 a 45 Obesidad mórbida (obesidad grado IV)

> 45 Obesidad hipermórbida (obesidad grado V)

Valoración del Índice de Masa Corporal. OMS y ONU. 2006.

Para evaluar la resistencia aerobia se utilizó el Test de marcha de 6 minutos. Es una prueba simple, objetiva y útil ya que permite estimar la capacidad funcional del individuo en diversas condiciones. No requiere de conocimientos especiales ni de una tecnología sofisticada para ser realizada y constituye un buen indicador de la tolerancia al ejercicio, esto implica que efectivamente este test provoca un stress fisiológico básicamente en los sistemas cardiorrespiratorios y muscular en condiciones de demanda aeróbica. Sus características hacen posible que sea realizado por individuos con un amplio espectro de diagnósticos.

Metodología para la realización de la prueba:

?? Debe realizarse el horario de la mañana o bien tarde cuando el sol y el viento no afecten su aplicación.

?? Para realizar la prueba el practicante debe utilizar ropa y calzado cómodo.

?? Explicarle detalladamente la prueba al practicante antes de comenzar la misma.

?? Mantener en reposo durante 10 min. al practicante antes de comenzar la prueba.

?? Realizar mediciones de la frecuencia cardiaca en reposo, al culminar la prueba y pasado el primer minuto de recuperación.

?? Caminar al máximo de las posibilidades de cada practicante durante 6 minutos.

?? Estimular verbalmente al practicante durante la ejecución de la prueba.

?? Medir la distancia recorrida en metros.

La prueba aporta indicadores fisiológicos de suma importancia para evaluar la respuesta del organismo al entrenamiento sistemático como: consumo máximo de oxígeno (VO2 máximo), frecuencia cardiaca antes, durante y después del esfuerzo, distancia recorrida, entre otros. Solamente determinamos el VO2 máximo y las distancias.

Aunque la prueba se realizó utilizando la metodología expuesta anteriormente; en este estudio, para obtener las distancias recorridas por las practicantes y al no contar con una pista de 400 metros cercana, fue necesario medir previamente un terreno en la comunidad donde está enclavado el gimnasio.

Para ello se colocaron señalizaciones, en ambos lados de la calle utilizando banderitas en color rojo elaboradas por las propias practicantes y se colocaron cada 5 m. La siguiente figura muestra como se ubicaron las banderas y la medición de la zona seleccionada:

El máximo consumo de oxígeno se obtiene por la fórmula propuesta por el "Colegio Americano de Medicina del Deporte" (CAMD.)

Vo2máx= 0,15ml/Kg./min. Distancia/Tiempo +3.5ml/Kg./min.

Criterios para suspender la realización de la prueba.

?? El test debe ser suspendido o no comenzado si el practicante siente algún tipo de malestar.

?? Con frecuencia cardiaca muy alta o muy baja no se debe realizar el test.

?? No se puede realizar una marcha deportiva, ni correr durante la ejecución del test.

Para la valoración del consumo máximo de oxígeno durante la prueba los resultados se llevan a la tabla normativa de capacidad aeróbica con valores de

VO2 máximo expresados en ml/Kg./min.

Tabla 3. Normas para la evaluación del Consumo máximo de oxígeno (ml/Kg./min)

MUJERES.

Consumo máximo de oxígeno (ml/kg/min)

Edad Bajo Regular Medio Bueno Alto

20-29 = 24 24-30 31-37 38-48 = 49

30-39 = 20 20-27 28-33 34-44 = 45

40-49 = 17 17-23 24-30 31-41 = 42

50-59 = 15 15-20 21-27 28-37 = 38

60-69 = 13 13-17 18-23 24-34 = 35

Colegio Americano de Medicina del Deporte (1991)

Para realizar un análisis más detallado de nuestro estudio se determinó también el porciento de incremento del consumo máximo de oxígeno (VO2 máx.), a partir de la diferencia entre el VO2 máx. final y el inicial y la determinación del porciento con respecto a los valores iniciales, indicando la mejoría de este parámetro para cada practicante a partir de sus condiciones iniciales (2). La fórmula utilizada fue la siguiente:

Incremento VO2 máx. (%) = (VO2 máx. f – VO2 máx. i) x 100% / VO2 máx. i

VO2 máx. f = Consumo de oxígeno final.

VO2 máx. i = Consumo de oxígeno inicial.

Prueba de Ruffier: para evaluar la respuesta miocárdica ante esfuerzos intensos de corta duración se selecciona esta prueba. Es una prueba de investigación del sistema nervioso vegetativo, cuyos resultados evalúan la reacción vagal, adquirida por el entrenamiento físico. A medida que el sujeto lleve tiempo en la práctica sistemática de ejercicios físicos, su reacción neurovegetativa será hacia el estado vagotónico, por lo que sus pulsaciones en reposo serán más lentas, lo que recibe el nombre de bradicardia funcional. Se asume, para su realización, la metodología propuesta por Mazorra (1986).

Metodología para la realización de la prueba.

1. Antes de comenzar la prueba se mide el pulso o frecuencia cardiaca en reposo.

2. La carga de trabajo consiste en realizar 20 cuclillas profundas en 30 segundos.

3. Para cumplir el ritmo requerido el practicante deberá tener cumplidas 10 cuclillas al marcar el cronómetro 15 segundos, si tiene menos se le indicará que se apresure, si tiene más que vaya más despacio.

4. Una vez terminada la carga se sienta de inmediato y se mide el pulso o frecuencia cardiaca en los primeros 10 segundos del primer minuto de recuperación y en los primeros 10 segundos del segundo minuto de recuperación.

5. Los resultados se llevan al minuto multiplicando por 6.

Se aplica la siguiente fórmula:

Ruffier= (Pr + P1 + P2) – 200/10

Donde:

Pr = Pulso de reposo.

P1 = Pulso después del esfuerzo en el primer minuto de recuperación.

P2 = Pulso del segundo minuto de recuperación.

Para la valoración de la prueba los resultados se llevan a la tabla normativa correspondiente.

Tabla 4. Evaluación respuesta cardiovascular la esfuerzo. Mazorra 1986.

Excelente. Muy bueno. Bueno. Regular. Malo.

0 1 a 5 6 a 10 11 a 15 15 y más

Materiales utilizados:

• Cinta métrica.

• Báscula con tallímetro.

• Banderitas.

• Cronómetro.

• Reloj de pulsera.

*Los resultados después de ser procesados se reflejaran en tablas para su comparación, análisis e interpretación.

Bibliografía

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Autor:

Antonio Yosvel Díaz Capote

Municipio Valencia, Estado Carabobo 2010

I República Bolivariana de Venezuela

Misión Deportiva Cubana Barrio Adentro

Maestría Actividad Física en la Comunidad.

Partes: 1, 2
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