Influencia de la práctica de ejercicios físicos en la condición física de mujeres adultas sedentarias

Resumen

La inactividad física es un factor de riesgo de primer orden, hay suficiente evidencia científica para considerarla así, ya que facilita la aparición de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y ciertos desórdenes musculo esqueléticos. Un estilo de vida físicamente activo, mejora las sensaciones de bienestar general y la salud, por tanto, el sedentarismo es uno de los factores de riesgo modificables de mayor prevalencia en la población mundial. La contrapartida de este flagelo que azota a la humanidad es la actividad física, mantener un estilo de vida físicamente activo reduce la tasa de mortalidad por enfermedades. Actualmente la asistencia de personas de todas las edades y sexo, aunque la presencia femenina es mayoritaria, a los gimnasios de las Escuelas Deportivas Comunitarias y particulares ha experimentado un crecimiento y se realizan diferentes tipos de ejercicios para mejorar la apariencia física y contribuir con el mejoramiento de la condición física de los asistentes, no obstante y en muchos casos por desconocimiento, no se conoce como se comporta la respuesta del organismo ante la influencia del entrenamiento sistemático en los practicantes

que acuden a estas áreas. El siguiente estudio se realizó durante 12 semanas y se utilizó una muestra compuesta por 10 mujeres adultas sedentarias que empezaron a asistir sistemáticamente a una cancha deportiva de la ASIC el Palotal ubicado en el Municipio Valencia. Se determinaron diferentes variables como el peso y la talla para determinar el Índice de Masa Corporal; Consumo máximo de oxígeno a partir de la realización del Test de los 6 minutos de marcha y la respuesta cardiovascular ante esfuerzos intensos hallando el Índice de Ruffier. Los resultados obtenidos reflejaron mejorías con respecto a estos indicadores corroborando la influencia efectiva del entrenamiento sistemático en el grupo objeto de estudio.

Introducción

1.1 Introducción.

Las actividades físicas y el deporte son manifestaciones culturales presentes en todos los grupos y sociedades, suponiendo una parte importante del bagaje socio-cultural del individuo. Sin embargo, el modo de vida actual ha llevado al ser humano a una existencia cada vez más sedentaria. Las labores cotidianas de la vida diaria, que antes necesitaban de grandes esfuerzos físicos, han sido sustituidas por medios tecnológicamente avanzados y máquinas inteligentes que hacen que nuestra condición física se vea relegada a un segundo plano.

La inactividad física es un factor de riesgo de primer orden, hay suficiente evidencia científica para considerarla así, ya que facilita la aparición de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y ciertos desórdenes musculo esqueléticos. Un estilo de vida físicamente activo, mejora las sensaciones de bienestar general y la salud, por tanto el sedentarismo es uno de los factores de riesgo modificables de mayor prevalencia en la población mundial. Su contrapartida es la actividad física, mantener un estilo de vida físicamente activo reduce la tasa de mortalidad por enfermedades. (2) En el mundo actual hay una elevada morbilidad de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas derivadas, entre otros aspectos de interés, de la inactividad física; por ejemplo: se estima que en el mundo hay más de 300 millones de obesos, con una amplia distribución mundial y una prevalencia mayor en países desarrollados o en vías de desarrollo. Este incremento, de proporciones epidémicas, está relacionado con factores dietéticos y el estilo de vida sedentario, el aumento del consumo de grasas saturadas y de carbohidratos, la disminución de la ingestión de frutas, vegetales y pescados, así como de la actividad física, que se expresa desde la ausencia de esta actividad programada hasta el aumento del tiempo dedicado a actividades con notable base sedentaria, como ver la televisión o trabajar en la computadora, son las causas más importantes en el desarrollo de este problema de salud mundial. (8) Por otra parte, las consecuencias de la inactividad física alcanzan proporciones catastróficas; por ejemplo, el riesgo de muerte súbita en personas obesas es tres veces mayor que en los no obesos, y es el doble en el desarrollo de factores de riesgo que desencadenan enfermedades cardiovasculares, en primer orden, seguidas por la diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, entre otras, que pueden lacerar sensiblemente la salud del ser humano y causar la muerte en la mayoría de los casos. (8)

Sobre el particular, las políticas de salud de muchos países abogan por la práctica de ejercicios físicos y una dieta saludable; sin embargo, aún falta mucho por hacer. Según Ruvalcaba (2005), citado por Barrios González