Descargar

Fundamentos para una formación en bioética a nivel universitario (página 2)


Partes: 1, 2

 

Aunque el Código de Núremberg (1948) había tratado por primera vez el tema de la experimentación en humanos, en los años 60 se tomó conciencia de que incluso en una sociedad democrática, la misma investigación biomédica sobre sujetos humanos planteaba una gran cantidad de problemas que había que encarar adecuadamente. En 1972 se divulga el llamado "caso Tuskegee", un estudio hasta entonces secreto, en el que 400 individuos de raza negra habían dejado de ser tratados contra la sífilis (a pesar de que ya existían tratamientos eficaces) con objeto de estudiar la evolución "natural" de la enfermedad. El congreso de los EE.UU. establece la "Comisión Nacional para la Protección de los sujetos humanos en el campo de las Ciencias Biomédicas y del Comportamiento". En 1978 esta Comisión publica el llamado "Informe Belmont", con directrices para la protección de los individuos que participen como sujetos de experimentación en Biomedicina, basados en los principios de autonomía, beneficencia y justicia.

 

A partir de 1967, con los primeros trasplantes de corazón, se plantea el problema de cómo definir la muerte clínica. En 1968 la facultad de medicina de la Universidad de Harvard publica un artículo donde plantea el nuevo criterio basado en la  muerte cerebral.

 

A su vez esto conectaba con algunos dramáticos casos de coma irreversible, lo que animó el debate sobre la eutanasia y el "derecho a la propia muerte". En 1975 Karen Ann Quinlan entra en coma irreversible y queda en estado vegetativo persistente. Los padres piden que la desconecten del respirador artificial para que pueda morir en paz. Tras una denegación judicial, hay un recurso, en el que el Tribunal Supremo de Nueva Jersey autoriza la desconexión sobre la base del "derecho a una muerte digna y en paz". Se reconocía, por primera vez, que la propia tecnología de soporte vital planteaba la cuestión sobre la eticidad o no de mantener en estado vegetativo a individuos que nunca volverían a tener una vida consciente.

 

Una de las recomendaciones del Tribunal Supremo que intervino en el caso Quinlan fue la de que los hospitales creasen "Comités de Ética" capaces de enfrentarse a este tipo de conflictos. Surgieron directrices sobre la reanimación, sobre el empleo o no de tratamientos costosos para mantener con vida recién nacidos con graves anomalías, entre otros conflictos.

 

Uno de los factores principales en la transición hacia la bioética fue la crisis del concepto paternalista de beneficencia médica heredado de la tradición hipocrática. El médico ya no puede imponerse al paciente, sino que éste ha de ser informado, para que pueda ejercer sus irrenunciables derechos de autonomía y pueda conceder el consentimiento a los tratamientos. En 1972 se promulga en EE.UU. la Carta de los Derechos de los Enfermos. Las necesidades y preferencias de los pacientes tenían que ser defendidas con fuerza, sobre todo ante una poderosa tecnología mirada a veces con suspicacia, y ante las instituciones.

1.1. Los servicios sanitarios y los avances genéticos:

La universalización de los servicios sanitarios en gran parte de los países occidentales ha obligado a plantearse cómo  financiar y distribuir equitativamente unos recursos limitados y, cómo regular el acceso a distintas tecnologías por parte de los ciudadanos. ¿Cómo se atienden las necesidades básicas sanitarias de todos los ciudadanos? Pero ¿qué son necesidades básicas? ¿Cómo se diferencia entre lo necesario y lo accesorio?

En los años recientes, los avances en Genética y el desarrollo del Proyecto Genoma Humano, en conjunción con las tecnologías reproductivas, amplían aún más el campo de la Bioética, que obligan a buscar respuestas a retos nuevos:

 

– cuestiones sobre reproducción humana asistida. Estatuto ético del embrión y del feto. ¿Existe un derecho individual a procrear?

 

– sondeos genéticos y sus posibles aplicaciones discriminatorias: derechos a la intimidad genética y a no saber predisposiciones a enfermedades incurables

 

– modificación genética de la línea germinal: ¿Es moral "mejorar" la naturaleza humana?

 

clonación y el concepto de singularidad individual; derechos a no ser producto del diseño de otros.

 

– cuestiones derivadas de la mercantilización de la vida (p. ej., patentes biotecnológicas)

El desarrollo de la bioética fue en sus primeros años un fenómeno casi exclusivamente americano. Daniel Callahan, fundador del Hastings Center ha resumido (1993) los factores que contribuyeron a la aceptación de los estudios bioéticos en los EE.UU:

 

– Aunque algunos de los más importantes bioeticistas eran teólogos o creyentes, enseguida los análisis dejaron de lado a la religión, para centrarse en una bioética laica que pudiera ser operativa en un mundo pluralista. El discurso bioético se sustentaba principalmente en los derechos cívicos, en el pluralismo ideológico se buscaba un consenso y unas estrategias ante esa diversidad cultural.

 

– Ello supuso que la bioética americana hablara un lenguaje de "regulaciones" y "directrices" capaz de enfrentarse a temas complejos. No se trataba tanto de buscar una fundamentación común, sino que partiendo de distintas tradiciones, se llegara a consensos sobre temas concretos, conforme estos se iban planteando. Esto se ha reflejado en Comités de revisión institucionales, en Comisiones asesoras al Presidente o al Congreso.

 

– La bioética americana conectó muy bien con la ola de liberalismo político dominante en las elites educadas, que reconocían como propio el lenguaje de derechos y libertades individuales en una economía de mercado.

Marco Teórico

De Raíz griega ???? (bíos): vida y ???? (ethos): ética, disciplina académica que a manera de puente entre las ciencias de la vida y los valores éticos, quiere salvar del naufragio al hombre y el medio ambiente seriamente amenazados. Podemos decir de manera gráfica y para conocer su respectiva participación, que el padre de la bioética fue Potter, quién nos legó esa palabra, propone el diálogo interdisciplinario entre la cultura científica y la cultura humanista. Y la madre fue la Universidad de Georgetown de Washington en USA, quien nos legó, al continuar de manera grafica, el óvulo es el Kennedy Institute of Ethics, el útero es la universidad y el partero es el médico gineco-obstetra holandés André Hellegers, quien vinculó la Bioética a la universidad, fundó el primer centro que relacionó ciencia con ética, vinculó la ética a la vida, al Medio Ambiente y a la medicina.

Merece una atención especial las enseñanzas del mismo Potter quien en su escrito Bioethics, the science of survival, biology and medicine, vol. 14 No. 1 (Autum 1970), págs. 122-124 nos dice: "lo que ahora debemos enfrentar es que la ética humana no puede ser separada de un entendimiento realista de la ecología en el sentido más amplio de la palabra. Los valores éticos no pueden separarse de los hechos biológicos. Tenemos una gran necesidad de una ética de la tierra, de una ética de la vida salvaje, de una ética de la población, de una ética del consumo, de una ética urbana, de una ética internacional, y demás. La humanidad tiene la necesidad urgente de una nueva sabiduría que provea el –conocimiento de cómo usar el conocimiento- para la supervivencia del hombre y para el mejoramiento de la calidad de vida. Este concepto de la sabiduría como una guía para la acción, podría ser llamado –la ciencia de la supervivencia-". Potter se propone desarrollar la ciencia de la supervivencia, y ella debe empezar con un nuevo tipo de ética: Bioética. La nueva ética podría ser llamada ética interdisciplinaria. Para incluir tanto a las ciencias como a las humanidades. En su mente y escritos Potter no reduce la bioética al horizonte de la medicina, ni de ninguna otra ciencia, sino que nace como una obsesión por la supervivencia de la Vida y del Medio Ambiente.

Los cuatro principios de la bioética

Pretenden dar contenido al esbozo moral que supone la declaración del valor y dignidad de la persona (Beauchamp & Childress 1999).

  • a. Principio de no maleficencia:

Este principio ya se formuló en la medicina hipocrática: Primum non nocere, es decir, ante todo, no hacer daño al paciente. Se trata de respetar la integridad física y psicológica de la vida humana. Es relevante ante el avance de la ciencia y la tecnología, porque muchas técnicas pueden acarrear daños o riesgos. En la evaluación del equilibrio entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia de creer que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a análisis cuantitativo. Un ejemplo actual sería evaluar el posible daño que pudieran ocasionar organismos genéticamente manipulados, o el intento de una terapia génica que acarreara consecuencias negativas para el individuo.

  • b. Principio de beneficencia:

Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de los principios clásicos hipocráticos. El problema es que hasta hace poco, el médico podía imponer su propia manera de hacer el bien sin contar con el consentimiento del paciente (modelo paternalista de relación médico-paciente). Por lo tanto, actualmente este principio viene matizado por el respeto a la autonomía del paciente, a sus valores, cosmovisiones y deseos. No es lícito imponer a otro nuestra propia idea del bien.

Este principio positivo de beneficencia no es tan fuerte como el negativo de evitar hacer daño. No se puede buscar hacer un bien a costa de originar daños: por ejemplo, el "bien" de la experimentación en humanos (para hacer avanzar la medicina) no se puede hacer sin contar con el consentimiento de los sujetos, y menos sometiéndolos a riesgos desmedidos o infligiéndoles daños. Como dice Hans Jonas (1997 edición española), aunque la humanidad tiene un interés en el avance de la ciencia, nadie puede imponer a otros que se sacrifiquen para tal fin. De esta manera, el principio de beneficencia apoya el concepto de innovar y experimentar para lograr beneficios futuros para la humanidad, y el de ayudar a otros (especialmente a los más desprotegidos) a alcanzar mayores cotas de bienestar, salud, cultura, etc., según sus propios intereses y valores.

También se puede usar este principio (junto con el de justicia) para reforzar la obligación moral de transferir tecnologías a países desfavorecidos con objeto de salvar vidas humanas y satisfacer sus necesidades básicas.

  • c. Principio de autonomía o de libertad de decisión:

Se puede definir como la obligación de respetar los valores y opciones personales de cada individuo en aquellas decisiones básicas que le atañen vitalmente. Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo su propia elección. De aquí se deriva el consentimiento libre e informado de la ética médica actual.

  • d. Principio de justicia:

Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito del bienestar vital, para evitar la discriminación en el acceso a los recursos sanitarios. Este principio impone límites al de autonomía, ya que pretende que la autonomía de cada individuo no atente a la vida, libertad y demás derechos básicos de las otras personas.

Se pueden plantear conflictos no sólo entre miembros coetáneos de un mismo país, sino entre miembros de países diferentes (p. ej., acceso desigual a recursos naturales básicos), e incluso se habla de justicia para con las generaciones futuras.

Nuestra cultura ha sido más sensible al principio de autonomía, a costa del principio de justicia, pero es posible que la misma crisis ecológica nos obligue a cambiar este énfasis. La justicia e igualdad de los derechos de los seres humanos actuales y la preservación de condiciones viables y sostenibles para las generaciones futuras pueden hacer aconsejable, e incluso obligatoria, una cierta limitación del principio de autonomía, sobre todo en una sociedad de mercado que espolea el deseo desmedido de nuevos servicios y bienes, y en la que el individuo atomizado reclama ilimitadamente "derechos" de modo narcisista (H. Jonas: El principio de responsabilidad).

Los países industrializados, con menos población que los países pobres, contaminan más y derrochan más recursos. Las sociedades opulentas deberían bajar del pedestal la autonomía desmedida que va en detrimento del desarrollo justo y viable para todos.

Fundamentación de la propuesta

Como algo vital para la humanidad, en el año 2005, se dio a conocer la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos (4). Es así que en el artículo 23, parágrafo 1 habla sobre Educación, formación e información en materia de Bioética y se dice que "para ver los principios enunciados en la presente Declaración y entender mejor los problemas planteados en el plano de la ética por los adelantos de la ciencia y la tecnología, en particular para los jóvenes, los Estados deberían esforzarse no sólo por fomentar la educación y formación relativas a la Bioética en todos los planos, sino también por estimular los programas de información y difusión de conocimientos sobre la Bioética".

De ahí que todas las universidades estén convocadas al conocimiento, difusión y aplicación de los significados de la Declaración, y la Universidad San Buenaventura Cartagena no es indiferente al compromiso social de la difusión de la Bioética. Cabe destacar que la Bioética es secular en el sentido que no es confesional, no se inspira en una religión o filosofía determinada, ante todo se fundamenta en los Derechos Humanos, la Bioética no entra en contradicción con ningún credo religioso, pero es un problema el hecho de que no se practiquen o no se tenga un grado de responsabilidad sobre el cuidado y respeto por la vida en todas sus manifestaciones.

Justificación de la propuesta

La bioética es el resultado de la convergencia de una serie de factores, que han sacado a flote conflictos al interior de las costumbres morales, así como dentro de la legislación. Entre tales factores se pueden mencionar tanto los avances tecnocientíficos, como la mercantilización dentro de los sistemas de salud y el impacto de la masificación de productos contaminantes de la sociedad de consumo. Todos ellos han generado retos importantes tanto para quienes se desempeñan en la investigación, el personal sanitario, incluido el cuerpo médico y el administrativo, como para quienes deben generar políticas en todos estos campos, así como para los mismos beneficiarios de estos servicios. Más aún, de parte de la sociedad civil ya comienzan a ser significativos los problemas vinculados con los conflictos de juicios respecto de los ámbitos señalados. El carácter propio de la sociedad democrática implica la participación de los ciudadanos en sistemas de salud que han nacido en su seno. De allí que la prensa tome en cuenta entre los temas noticiosos algunos de los relacionados con problemas generados por el mundo tecnocientífico, los sistemas de salud o la cuestión ambiental.

La Universidad de San Buenaventura Cartagena no está ausente de un diálogo necesario sobre lo anterior debido a que la globalización ha traído consigo una discusión que debe sobrepasar una opinión de parte únicamente del personal técnico, y se eleve a un conocimiento basado en la reflexión colectiva que ilumine las directrices políticas y administrativas, así como las decisiones sociales en los momentos en que los conflictos de valores afloren.

Así entonces la bioética se justifica desde la reflexión sistemática acerca de todas las intervenciones del hombre sobre los seres vivos; una reflexión que tiene un objetivo específico: el de identificar valores y normas que guíen el actuar humano, la intervención de la ciencia y de la tecnología en la vida misma y en la biosfera. En consecuencia, en el desarrollo de sus funciones de investigación, de enseñanza, de proyección social y bienestar institucional la Universidad de San Buenaventura Cartagena "busca que sus directivos, profesores, estudiantes y todo el personal de la institución, vivencien valores estéticos, sociales, éticos y religiosos. Así mismo considera indispensable el estudio y la búsqueda de propuestas de solución a la problemática de la sociedad, con miras a la promoción integral del hombre colombiano y reafirma la primacía de la persona en la organización de la sociedad y el Estado" (Proyecto Educativo Bonaventuriano).

Problemas actuales para debatir al interior de la Universidad

En el interior de la Universidad es fundamental la socialización y debate de los problemas éticos generados por la ciencia y la técnica. Consideramos algunos hechos relevantes de carácter negativo ya que atentan contra la vida y el medio ambiente:

  • Se han tecnificado los momentos cruciales de la vida: concepción y muerte

  • Los servicios de salud se tornan cada vez más científicos, técnicos y costosos, lo cual hace que se vuelvan deshumanizantes, que sufra la relación médico-paciente y que los mismos pacientes se vean en parte manipulados y no se tenga suficientemente en cuenta su consentimiento.

  • En el pasado siglo se duplicó y triplicó la vida pero también hubo muchas muertes como en ningún otro siglo de la historia.

  • Tecnificación de los cuidados de la vida: procreación artificial, inseminación artificial, transplantes. Tecnificación de la muerte: cuidados intensivos, eutanasia, suicidio asistido, distanasia.

  • El hábitat se ha deteriorado en la ciudad y aún en el campo: erosión, polución del aire, aguas contaminadas, ruido excesivo.

  • La vida ha sido torturada y asesinada: caso de los campos de concentración como el de Auschwitz, donde se dieron además torturas, investigación y experimentación en humanos. El caso también de la cárcel de Guantánamo en donde los prisioneros eran torturados y sometidos a prácticas denigrantes rechazadas por gran parte de la humanidad.

  • Manipulación genética de los alimentos para producir biocombustibles lo cual encarece el precio de alimentos básicos de la canasta familiar y empobrece aún más a la población de escasos recursos.

  • El hecho especial que hizo necesaria la bioética y es la poca preparación de profesionales, legisladores, gobernantes y eticistas para plantear y resolver los nuevos y múltiples problemas planteados a la sociedad, a las instituciones y a los estados por parte de la biotecnología.

Conclusiones

Es fundamental el estudio y difusión de la Bioética en la mayor medida posible y no suscribirla exclusivamente a los médicos o agentes de la salud ya que lo que se busca es que la sociedad en general conozca los peligros a los que está expuesta si no se manejan responsablemente los avances científico-técnicos de manipulación de la vida.

Es tal la preocupación por el manejo irresponsable del ser humano en preservar el medio ambiente y el equilibrio social que la Bioética es propuesta en muchas universidades e institutos donde ven con preocupación el futuro de la vida humana y ambiental.

Según el estudioso del tema, Alfonso Llano Escobar, todos los comentaristas de la Bioética están de acuerdo en subrayar que ni el bioquímico Potter ni el Kennedy Institute of Ethics de la universidad de Georgetown son suficientes para explicar el desarrollo extraordinario de la Bioética por todo el mundo en más de treinta años. Potter y el Kennedy Institute colocaron en acción el dinamismo de personas e instituciones que respondieran en forma masiva e inmediata en diversas partes del mundo. Se debe mencionar que el país que ostenta un indiscutible liderazgo en la bioética es el de los Estados Unidos, por sus investigaciones de punta y avances de la ciencia y de la medicina, por los recursos humanos y económicos que han contribuido al nacimiento y desarrollo de la bioética en dicho país.

El desarrollo de la bioética ha sido tan vertiginoso e imparable a nivel mundial, prueba de ello es que ya funcionan más de 500 centros o institutos de bioética, alrededor de 250 revistas especializadas, ya ha parecido dos ediciones de la Enciclopedia Bioética, la primera en 1978 y la segunda en 1995 ambas editadas por Warren Reich del Kennedy Institute of Ethics. Existe también una Asociación Mundial de Bioética, fundada en la Universidad de Monash, Victoria (Australia), la cual organiza congresos mundiales, el primero fue celebrado en Ámsterdam, el segundo en Buenos Aires, el tercero en San Francisco, California, el cuarto en Tokio y el último en Londres.

No debemos perder de vista que para entender el espíritu de la Bioética, tanto el profesor Potter, como el Kennedy Institute of Ethics, se mueven dentro del ámbito universitario. El primero en la Universidad de Winsconsin y el segundo en la Universidad de Georgetown. Merece también una especial mención en el nacimiento y desarrollo de la Bioética la personalidad del profesor Daniel Callahan fundador y alma del Hasting Center of Hudson, de Nueva York, este profesor con su artículo "Bioethics as a discipline" influyó en el conocimiento y desarrollo de este estudio. Otro centro el primero en Europa, el llamado Instituto Borja de Bioética, fue fundado por el médico jesuita Francesc Abel, quien hizo sus estudios de doctorado en medicina, desde el 71 al 75, bajo la dirección del médico holandés André Hellegers, primer director del Kennedy Institute of Ethics. Le sigue en fecha de nacimiento el centro de bioética del Instituto de investigaciones clínicas de Montreal en Canadá, fundado por David Roy, siguieron a esos otros muchos en USA, Canadá, Europa y el resto del mundo.

EL VALOR DE LA VIDA HUMANA

El respeto a la vida humana es uno de los ejes primario en torno a los cuales se ha desarrollado la conciencia ética de la humanidad. Dentro de la tradición Occidental marcada por el cristianismo y los Derechos Humanos, el imperativo "No matarás" expresa sintéticamente y el valor de la vida del hombre. Aunque en formulación negativa el quinto precepto del decálogo constituye una expresión básica del ethos humano. Sin embargo, a pesar de esta conciencia ética de la humanidad, es preciso constatar dos hechos:

a) el oscurecimiento del valor de la vida. El ser humano no ha logrado desterrar de su horizonte la muerte como realidad impuesta y manipulada por el hombre mismo. Son de todos conocidas las agresiones a la vida humana como suicidio, aborto, eutanasia, guerras, entre otras agresiones que se hacen contra la vida.

b) la conciencia moral frente al valor de la vida humana denota una notable ambigüedad. Por una parte se afirma el valor de la vida, por otra, de hecho la vida humana no es inviolable. No se puede negar que la moral tradicional ha subrayado con notable énfasis el valor de la vida humana, pero al mismo tiempo llama la atención el constatar cómo admite numerosas excepciones al principio general de la inviolabilidad de la vida.

EL VALOR Y PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE:

Es un hecho notable cómo a través de las guerras, el uso de gases contaminantes y demás está afectando el buen funcionamiento del ecosistema, además de esto se le suma también la tala indiscriminada de árboles y el arrojo de basuras a lugares indebidos muestran cómo la naturaleza está en destrucción, pero a todo esto hay una disciplina que se le da el nombre de Bioética que quiere darle el fundamento al cuidado y preservación del medio ambiente y del mundo en que vivimos por eso es fundamental para la Universidad de San Buenaventura Cartagena trabajar en todos los programas la asignatura de Bioética para que sus estudiantes sean formados en un espíritu humanista donde la ciencia y la técnica esté al servicio de la vida y de los valores fundamentales del ser humano.

Bibliografía completa

BEAUCHAMP, Tom, CHILDRESS, James, (1999), Principios de ética biomédica, Masson, Barcelona.

ESCOBAR, Jaime. "Comprensión sistémica de la salud y calidad de vida", en Varios Autores, Bioética y calidad de vida, Bíos y Ethos No. 15 Ediciones Universidad El Bosque, Bogotá, 2000.

________. "La enseñanza de la bioética general en la construcción de una ética civil", en Bíos y Ethos No 12 Ediciones Universidad El Bosque, Bogotá, 2000.

GÓMEZ CÓRDOBA Ana Y MALDONADO CASTAÑEDA Carlos, Bioética y Educación. Investigación, problemas y propuestas. Centro Editorial Universidad El Rosario. Santafé de Bogotá, 2005. p. 32.

HOTTOIS, Gilbert, «Bioéthique et Droits del Homme», en Colección Bíos y Ethos Ediciones Universidad El Bosque, Bogotá, 1998.

LOLAS, F. (2002), Temas de Bioética. Editorial Universitaria, Santiago de Chile.

NEGRI, Antonio, COCCO, Guiseppe, Global. Biopoder y luchas en una América Latina globalizada, Buenos Aires, 2006, Paidós.

OLIVERA DÍAZ, Álvaro, Bioética en la educación médica. Editorial Universitaria, Cartagena de Indias, 2008. pp. 21 – 38.

POTTER, Van Rensselaer, Bioethics, artículo "The science of survival" de la revista "Perspectives in biology and medicine" vol. 14 (1970) pp.127- 153.

________, Bioética Puente, bioética global, bioética profunda. En Bioética OPS/OMS, Editorial Kimpres, Bogotá, 1999, pp. 24 – 32.

REICH, Warren T. "The world bioethics: it"s births and the legacies of those who shaped it" Vol. 4 N.4 (1994) 319-335 y vol. 5 No 1 (1995). pp. 19-34.

TOULMIN, Stephen, "How medicine saved the life of ethics", Perspectives in Biology and Medicine, Vol. 25 No 4, 1982.

UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, 19 de Octubre de 2005, artículo 23, parágrafo 1.

Notas marginales:

(1) Teólogo Universidad Javeriana, Especialista en Familia Universidad Simón Bolívar, (C)Magister en Educación, Universidad de Cartagena, Docente investigador Universidad de San Buenaventura Cartagena, Integrante grupo de investigación Rueca Universidad de Cartagena. Email: rodgar1108[arroba]yahoo.com

(2) Filósofo Universidad de Cartagena, Licenciado en Ciencias Religiosas Universidad Javeriana, (C)Magister en Educación Universidad de Cartagena, Docente Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco Cartagena, Integrante grupo de investigación Rueca Universidad de Cartagena. Email:

(3) La hemodiálisis es un método para eliminar de la sangre residuos como potasio y urea, así como agua en exceso cuando los riñones son incapaces de esto (es decir cuando hay una falla renal). Es una forma de diálisis renal y es por lo tanto una terapia de reemplazo renal. La hemodiálisis se hace normalmente en una instalación dedicada, un cuarto especial en un hospital o en una clínica con enfermeras y técnicos especializados en hemodiálisis. Aunque menos típico, la diálisis también se puede hacer en la casa de un paciente como hemodiálisis domiciliaria.

(4) La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, -UNESCO- aprobó por aclamación en la 33ª sesión del 19 de Octubre de 2005, la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, que debe ser para el conocimiento, estudio y aplicación en los programas de formación médica, pero lo interesante y fundamental de la propuesta es que se trabaje de manera transversal en todos los programas como un legado de la Bioética social iniciada por V.R. Potter.

 

 

 

Autor:

Rodrigo Hernán García Alarcón (1)

José Luis Narváez Lozano (2)

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente