- Resumen
- Introducción
- Definición de términos
- Marco teórico
- Muestra y metodología
- Análisis e interpretación de los resultados
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
PENSAMIENTO
La sabiduría eleva al anciano al rango del
filósofo de la vida, insustituible consejero y
preceptor de la juventud.
RESUMEN
El trabajo tiene como objetivo aplicar una estrategia de ejercicios y juegos para favorecer el mejoramiento de las acciones motrices del adulto mayor en las clases. Los métodos y técnicas empleados fueron análisis síntesis, histórico-lógico, hipotético-deductivo, sistémico-estructural-funcional, observación, medición, pre-experimento, análisis documental, entrevista encuesta, cálculo porcentual; la Escala de Equilibrio Avanzado de Fullerton(E.E.A.) y el Señor Fitness Test.
La aplicación de los métodos, técnicas y pruebas seleccionadas permitió diagnosticar el estado inicial de las acciones motrices en los practicantes del círculo de abuelos: Somos más que Vencedores, del sector La Ceiba. Luego el diagnóstico inicial que arrojó insuficiencias en el desarrollo de las acciones motrices, se diseñó un sistema de ejercicios y juegos motrices para la actividad física comunitaria del Adulto Mayor.
Esto propició que luego de aplicación de los ejercicicios se alcanzaron excelentes resultados porque se logró mejorar el desarrollo de las acciones motrices de los practicantes destacando el equilibrio, la fuerza, la coordinación y precisión, la rapidez de desplazamiento, la marcha, la captura y el lanzamiento.
INTRODUCCIÓN
La llamada Tercera Edad es un hecho inevitable, pues se lucha de forma continua por aumentar el nivel de vida y como consecuencia la esperanza de ésta. Todos tenemos la preocupación de cómo seremos cuando llegue la vejez o si llegaremos a ella y más que esta preocupación debiéramos preguntarnos ¿qué hacer para llegar a una vejez sana y mucho más placentera? o cómo podemos evitar una vejez llena de dolores e infelicidades.
Si pensáramos así podríamos encontrar las respuestas adecuada en las prácticas sistemática en las actividades físicas, la eliminación del hábito de fumar y la regulación de nuestra costumbre alimentarías todo ello contribuiría a que esa tercera edad representara en todos, una etapa normal de la vida sin los contratiempos actuales. En los seres humanos el tiempo va creando un sin número de problemas, encontrándonos al final con la vejez. Un factor que ha influido de forma relevante en el aumento de la expectativa debida y su calidad en la población es la actividad física sistemática y bien dirigida, educando y desarrollando así la voluntad y las capacidades físicas; donde ejercen un importante papel en la personalidad y el mejoramiento de su organismo. Es notable destacar el avance de la Cultura Física con el fin de desarrollar la salud de los ciudadanos.
Independientemente de los adelantos y descubrimientos científicos, la medicina moderna no cuenta con todos los recursos necesarios para el rejuvenecimiento o la prolongación de la vida del hombre. Es por esta razón, que junto a la correcta relación de trabajo y descanso, los hábitos de alimentación, régimen de vida y la eliminación de todo tipo de exceso y costumbres en el consumo de tabaco, alcohol y otros, en la lucha por la salud, desempeñan una importante función los ejercicios físicos correctamente dosificados.
Por eso la prolongación de vida y la capacidad de trabajo de la persona de edad media y madura es uno de los problemas sociales más importantes que corresponde fundamentalmente a los profesionales de la Cultura Física y el Deporte en la lucha por la salud y la longevidad. En Venezuela se viene realizando un intenso trabajo para ofrecer una mejor atención a la población en la eliminación de enfermedades, ayudando de esta forma a una salud más eficiente. A ella, debemos unir el aporte de la experiencia cubana en el campo de la Salud Pública y su vínculo con la Cultura Física a fin de brindar en este aspecto, la máxima dedicación por elevar a planos significativos el papel del ejercicio físico en la sociedad.
En el municipio Jiménez, estado Barquisimeto de la República Bolivariana de Venezuela se inició la Misión Barrio Adentro Deportiva en julio del 2003, con el propósito de elevar la calidad de vida de los adultos mayores mediante la práctica sistemática del ejercicio físico en el proyecto de Cultura Física Profiláctica y Terapéutica, los servicios de Actividad Física Comunitaria y las Enfermedades Crónicas no Transmisibles, en vínculo estrecho con los médicos de familia y demás personal de salud. En el sector La Ceiba, de la parroquia Juan Bautista, del municipio Jiménez son atendidos ocho círculos de abuelos por igual cantidad de profesores deportivos integrales desde el año 2004, pero nunca se dieron a la tarea de investigar sobre el tema abordado con el propósito de buscar nuevas vías para mejorar las acciones motrices de los practicantes.
El círculo de abuelos Somos más que Vencedores, se creó en enero del 2004 con doce integrantes, ocho mujeres y cuatro hombres, y ha sido atendido por tres profesores deportivos, los cuales tenían como propósito principal: elevar la calidad de vida de las abuelas y abuelos mediante el ejercicio físico y juegos motrices durante las actividades físicas y recreativas comunitarias.
Sin embargo, es a partir de junio del 2010, después de observar el desempeño motriz de los practicantes nos percatamos de sus limitaciones motrices en cuanto al equilibrio, la fuerza muscular, la coordinación de los movimientos, la rapidez de desplazamiento y la precisión para realizar con efectividad los ejercicios y juegos.
Consideramos como factores principales: primero las insuficiencias que presenta el programa de Cultura Física para el Adulto Mayor, que no garantiza la mejor preparación de los profesores; y segundo no realizar un diagnóstico certero del nivel de desarrollo de las capacidades físicas de los adultos mayores, empleando la investigación científica en la solución de las deficiencias motrices de sus practicantes.
Actualmente en la sociedad se invierten innumerables recursos financieros destinados para la conservación de un adecuado estado de salud de la población en general, sin embargo; el nivel de salud que alcance cualquier población no está determinado por el número de medios y centros asistenciales con que la misma pueda contar, sino por la cantidad de personas que necesitan regularmente de estos. De tal forma, el estado de salud poblacional constituye además un problema económico importante para el desarrollo de toda sociedad.
Con la llegada de la edad madura en el organismo humano se presentan diferentes cambios y fenómenos de carácter biológico que pueden conducir incluso a variaciones patológicas en los diferentes aparatos y sistemas que ya se manifiestan a partir del período de edades comprendidas entre 35 y 40 años; y que en un inicio hacen su aparición de forma poco significativa.
Los llamados de la Tercera Edad, que en 1995 representaban el 6,5% de la población mundial, alcanzarán una proporción del 15,1% en el año 2020. Para esa fecha habrá en el orbe más de 1000 millones de estas personas. Hoy supera los 300 millones el número de mujeres y 200 millones los hombres que clasifican en estas edades, particularmente el 61% de las féminas con más de 80 años viven en países desarrollados; pero, para el 2025 la mayoría de ellas lo harán en naciones en desarrollo.
La longevidad de los ancianos aumenta en todo el mundo paralelamente a la esperanza de vida. La expectativa para las mujeres como promedio es de 67 años y para los hombres de 63 años. La población venezolana anda también en camino de convertirse en una sociedad encanecida. Hoy más del 10% de los habitantes del país tienen 60 años o más, y para el 2020 la quinta parte de la población será de adultos mayores Promover una vejez sana, no es tan sólo, asegurar la alimentación, servicios de salud, confort habitacional, e higiene, muy importante es también una vida útil, productiva e independiente. La vida en sociedad evita la depresión y el aislamiento tan propio de estas edades cuyos achaques más frecuentes no sólo se deben al envejecimiento biológico, sino también a la inactividad y el desuso, y no en pocos casos a la falta de afecto, de la familia y de la sociedad.
En la atención a la Tercera Edad cada día un concepto se abre paso: " hay que empezar a comprender y cuidar a los ancianos en el seno de la familia como célula básica", y de esa manera conseguiremos una mayor participación de la sociedad. La Cultura Física por medio del trabajo de los Licenciados en Cultura Física en su importante contexto de medicina preventiva, deben transmitir a los Adultos Mayores el mensaje de sus conocimientos para imbuirles que sus recomendaciones y sus acciones de actividad física para la salud, constituyen una herramienta no farmacológica, que puede contribuir a mantener y mejorar su capacidad funcional, su calidad de vida y bienestar, lo mejor posible y por mayor tiempo. Con el objetivo de continuar profundizando en la promoción de Salud, así como seguir incrementando la expectativa de vida de la población, se hace necesario trabajar en aras de conseguir una dinámica que vaya en ascenso, acorde a las posibilidades adquirida por el organismo de los abuelos, de ahí que se establece un cuerpo de Indicaciones Metodológicas de cada especialista de la Cultura Física en plena concordancia con el personal médico, que podrán utilizar en función de planificar y elaborar planes de actividades físicas con mayores requerimientos El programa de cultura física para el adulto mayor de los círculos de abuelos, tal y como está diseñado en los momentos actuales, no resuelve el problema de la motricidad de este grupo etáreo, no satisface las necesidades espirituales o el bienestar físico, por tanto no cumple las expectativas de estos sujetos que se incorporan al círculo en busca de espacios de disfrute y realización personal.
No son suficientes los ejercicios y juegos motrices que se realizan en los círculos de abuelos para elevar su movilidad, equilibrio, resistencia, coordinación, tonificación muscular; así como, mejorar sus habilidades motrices básicas: caminar, lanzar, atrapar, halar, empujar, transportar y otras necesarias para resolver los problemas de la vida cotidiana.
Las insuficiencias anteriores han convertido a la clase de los círculos de abuelos en una actividad rutinaria, monótona, carente de perspectiva, que favorece la desmotivación de los adultos mayores y la deserción, considerando el autor que el programa es no funcional, pues no permite alcanzar a plenitud con su objetivo principal que es el mejoramiento y fortalecimiento de la salud de los practicantes y elevar su calidad de vida.
A pesar de contar con el personal calificado y superándose constantemente, los profesionales de la cultura física que desarrollan las clases para el adulto mayor no cuentan con la literatura especializada, que les garantice la planificación y variabilidad de los ejercicios y juegos, para lograr el mejoramiento de las acciones motrices de los practicantes; no todos son especialistas en cultura física profiláctica y terapéutica o profesores de educación física, que tienen mayor conocimientos del programa; la poca tradición de la actividad física comunitaria para las personas de la tercera edad; la baja incorporación de las abuelas y abuelos al círculo, y las dificultades observadas durante las clases para resolver las tareas prácticas.
PROBLEMA:
¿Cómo favorecer el mejoramiento de las acciones motrices del adulto mayor en la actividad física comunitaria?
OBJETO DE ESTUDIO:
La actividad física comunitaria para el Adulto Mayor.
OBJETIVO:
Diseñar un sistema de ejercicios y juegos motrices que favorezcan el mejoramiento de las acciones motrices del adulto mayor, en la actividad física comunitaria.
CAMPO DE ACCIÒN:
Sistema de ejercicios y juegos para mejorar las acciones motrices del Adulto Mayor.
HIPÒTESIS:
La aplicación del sistema de ejercicios y juegos en la actividad física comunitaria, favorecerá el mejoramiento de las acciones motrices del adulto mayor.
TAREAS CIENTÍFICAS:
1. Análisis de las concepciones teóricas y metodológicas para la actividad física con el Adulto Mayor.
2. Caracterización biopsicosocial del Adulto Mayor y la comunidad Juan Bautista.
3. Diagnóstico del desarrollo de las acciones motrices de las personas de la tercera edad.
4. Diseño de un sistema de ejercicios y juegos, para favorecer el mejoramiento de las acciones motrices en el Adulto Mayor.
5. Aplicación y validación de los resultados alcanzados con el sistema de ejercicios y juegos para el Adulto Mayor.
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
Acciones motrices: en la actividad física comunitaria para el Adulto Mayor se trabajan las habilidades motrices básicas a través de las capacidades físicas.
Aporte práctico:
El aporte principal de la investigación radica en el diseño y aplicación de sistemas de ejercicios y juegos motrices para el Adulto Mayor, a través de la actividad física comunitaria, que favorece el mejoramiento de sus acciones motrices, su autoestima y motivación a integrarse a los círculos de abuelos, y eleva su calidad de vida.
Justificación:
El diseño de los sistemas de ejercicios y juegos motrices es una necesidad ya que garantiza primero, que los profesores deportivos de Barrio Adentro posean una herramienta didáctica-metodológica para su preparación; y segundo porque su aplicación sistemática y correctamente planificada y dosificada favorece el mejoramiento de las acciones motrices del Adulto Mayor durante la actividad física comunitaria.
Novedad científica:
La investigación ha permitido diseñar sistemas de ejercicios y juegos motrices nuevos con sus indicaciones metodológicas, que no aparecen en el actual programa de Cultura Física para el Adulto Mayor, además se explican los pasos metodológicos de los test aplicados para diagnosticar y evaluar el nivel de desarrollo de las acciones motrices de los practicantes.
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO
Características biopsicosocial del Adulto Mayor.
La aplicación de la Psicología del Desarrollo teniendo como base la Escuela Histórico Cultural de L .S .Vigotski significa enfocar al adulto mayor en su situación social de desarrollo, y percibirlo como un ser activo que asume un importante rol en su familia y como ser social.
El envejecimiento de la población es un fenómeno de gran relieve en la sociedad contemporánea, el cual debe abordado desde la orientación, prevención, e intervención, pues la persona que envejece requiere de ayuda para conservar la propia suficiencia física, psíquica y social, condicionada en la mayoría de los casos, por las posibilidades de movimiento incrementado o mantenido.
Conocer al adulto mayor significa ser receptivo ante sus necesidades y posibilidades, dar confianza y seguridad para brindarle así un mejor espacio de realización personal. Por eso, resulta necesaria la planificación de actividades físicas que contrarresten el sedentarismo acorde a su estado de salud para contribuir al mantenimiento de una psiquis y un cuerpo verdaderamente activo.
Sobre el adulto mayor y los factores relacionados con este período de la vida, se escribe desde diferentes perspectivas y con más amplitud en los últimos años. Esto obedece fundamentalmente a la preocupación cada vez más creciente en las sociedades contemporáneas por las personas mayores de 60 años, que representan el grupo de edad que más rápidamente crece en el mundo.
El denominado adulto mayor es portador de regularidades propias de una etapa del desarrollo humano, así como de una serie de limitaciones en gran medida provenientes de prejuicios que le ha depositado la cultura.
Numerosos autores, entre los que sobresale Tolstij, A. (1989), establecen analogías directas entre la infancia y la ancianidad, planteando que ambas edades se caracterizan por la despreocupación espiritual, la cólera, la tendencia al llanto, a la risa, la charlatanería, el equilibrio precario, el andar inseguro, la ausencia de impulsos sexuales, la enuresis, el equilibrio precario y el andar inseguro entre otros indicadores. En este sentido lo principal es que tanto el niño como el anciano tomen conciencia de su posición en la sociedad y en el mundo en que viven, mediante su comparación con la persona madura.
En el pasado se interpretaba la ancianidad como sinónimo de enfermedad, debilidad, pérdida de la capacidad de trabajar, asociada a teorías involucionistas. Sin embargo, hoy el hombre de mayor edad se ha convertido en una figura importante en el orden social, donde muchos especialistas lo ubican en una etapa conflictiva no sólo para el que la vive, sino además, para los profesionales que se dedican a la misma: médicos, psicólogos, asistentes sociales, etc., así como para los familiares, amigos y vecinos.
La caracterización del adulto mayor por la Psicología del Desarrollo constituye un reto en la actualidad, ya que regularmente la mayoría de los investigadores de esta rama no continúan el estudio y caracterización del desarrollo psíquico después de la edad juvenil, pues ello requiere de grandes esfuerzos teóricos que permitan abordar la adultez y en particular al adulto mayor desde una posición auténticamente derivada del desarrollo humano. Este período de la vida, ha sido abordado por lo general, de forma aislada o como fase de involución y no como una verdadera etapa del desarrollo humano cuya significación social adquiere cada vez mayor relevancia dada la tendencia mundial a un proceso de envejecimiento de la población.
Junto a la hipocinesia del adulto mayor, influyen factores psicológicos y ambientales que dan relieve a la inseguridad originada, entre otros aspectos, por el cese de la vida laboral, la disgregación en algunos casos de los lazos familiares y la tendencia al aislamiento por la disminución de motivaciones, influyendo de esta manera en un comportamiento poco activo.
Características psicológicas.
El adulto mayor, la adultez tardía, la tercera edad o la vejez, comprende aproximadamente el período que media entre los 60 y 80 años, ya que a partir de los 80 años se habla hoy en día de una cuarta edad, lo que indica una prolongación y aumento del promedio de vida.
-Situación social del desarrollo.
-Condiciones externas:
Si nos detenemos en el análisis de la situación social del desarrollo en este período, el primer elemento que se tendría que considerar es el que está relacionado con las especificidades de las condiciones externas que marcan el desarrollo del adulto mayor. En relación con esto, el elemento definitivo es el hecho de que entre los 55 y 60 años se produce la jubilación laboral lo que para muchos representa someterse a unas condiciones de inutilidad social a la que no están acostumbrados.
Si tenemos en cuenta que después de jubilarse, el adulto mayor vive como promedio de 15 a 20 años más, lo que significa aproximadamente la cuarta parte de la vida, no es posible que este período de la existencia sea valorado como una etapa de desintegración y extinción, donde éstos sean innecesarios o sobrantes para la sociedad y se vean obligados muchas veces a acudir a los hogares de ancianos, o estén sobrecargados en la participación de las tareas domésticas. Orosa, T. (1997) expone que es cierto que las pérdidas asociadas a la jubilación se pueden vivencial como una agresión a la autoestima, más aún cuando la identidad de una persona está fundamentada básicamente en su actividad profesional. Aunque puede ocurrir la presencia de una baja autoestima, debido a la caracterización persono lógica del sujeto, independientemente de su edad.
En la sociedad cubana actual se realizan grandes esfuerzos orientados al bienestar social de este adulto, no sólo en el aspecto material, sino en su participación activa en la sociedad, de acuerdo a sus posibilidades objetivas. El estado además, toma medidas para que las personas en edad de jubilación que deseen seguir trabajando lo puedan hacer.
Coauspiciada por la Central de Trabajadores de Cuba y la Asociación de Pedagogos, la Universidad del Adulto Mayor realiza un proyecto educativo que comprende el estudio de planes o módulos temáticos que contribuyen a la actualización y superación científico-técnica contemporánea, con vistas a lograr la plena reinserción en la vida social de hombres y mujeres de la tercera edad.
En tal proyecto se desarrolla un plan de acción educativa que contribuye a enriquecer la vida social, espiritual y el auto cuidado del adulto mayor, el cual se traduce en favorecer una imagen positiva y sana del proceso de envejecimiento humano, preparando a la familia, especialmente a las nuevas generaciones, para garantizar una comunicación y convivencia armónica con el adulto mayor, fortaleciendo y desarrollando al mismo tiempo los Círculos de Abuelos en la comunidad.
La tendencia de nuestros adultos mayores es a desarrollar su vejez en condiciones de convivencia familiar, aunque en la última década, se han dado importantes avances en la incorporación cada vez mayor de los mismos a las actividades propias de los Círculos de Abuelos, cuyas principales influencias se asocian a las posibilidades de un mayor espacio de realización personal.
-Condiciones internas:
Al abordar las condiciones internas del adulto mayor constatamos un gran número de características que con poca frecuencia se encuentran en un solo sujeto. De manera general puede plantearse que la estructura psíquica de las personas de la 3ra edad es relativamente estable y conserva sus principales características durante el período evolutivo dado, el cual constituye una etapa muy particular de la vida, y que la reestructuración evolutiva que se produce en ella no es únicamente un retroceso, aquí se producen neoformaciones importantes que provocan la auto trascendencia.
En el área cognitiva puede aparecer una disminución de la actividad intelectual y de la memoria como es el olvido de rutinas y las reiteraciones de historias, así como un deterioro de la agudeza perceptual. En el área motivacional puede producirse un menoscabo del interés por el mundo externo acerca de lo novedoso, reduciéndose el número de intereses, donde en ocasiones no les gusta nada y se muestran gruñones y regañones quejándose constantemente. Aparece una tendencia a mostrar un elevado interés por las vivencias del pasado y por la revaloración de ese pasado.
Por otra parte, aumenta su interés por el cuerpo en lo relacionado con las distintas sensaciones desagradables y típicas de la vejez, apareciendo rasgos de hipocondría asociados a una incertidumbre sobre el futuro.
En el área afectiva puede producirse un descenso en el estado de ánimo general, predominando los componentes depresivos y diferentes temores ante la soledad, la indefensión, el empobrecimiento y la muerte. Decae el sentimiento de satisfacción consigo mismo y la capacidad de alegrarse.
En el área volitiva se debilita el control sobre las propias reacciones y puede manifestarse la inseguridad.
En la conducta motriz se hace perceptible una disminución paulatina de las posibilidades de movimiento y de las capacidades motrices. La atrofia evidente de la actividad motora es un rasgo esencial del envejecimiento. El cuadro cinético dinámico presenta determinados signos que lo diferencian perfectamente de los períodos anteriores del desarrollo motor.
El envejecimiento de los órganos y tejidos aminora la fuerza muscular, la movilidad de las articulaciones, la elasticidad de todos los tejidos, así como las potencialidades reactivas y de inhibición de los procesos nerviosos.
El afán de movimiento va reduciéndose cada vez más, mermando la rapidez, la dirección y la sucesión de los mismos, haciéndose más lentos pues decrece la capacidad de captar con rapidez una situación y de conducir una respuesta motriz inmediata, descendiendo también la habilidad de cambiar movimientos, apareciendo las pausas y las alteraciones del equilibrio, el ritmo, la fluidez, las reacciones de anticipación y predominando los movimientos aislados de las diferentes extremidades. La reducción de las facultades motrices explica con suficiencia la frecuente inseguridad de movimiento y la necesidad de ayuda al adulto mayor. El fenómeno de la senilidad motriz es en definitiva un hecho inevitable, pero puede ser atenuado si el ejercicio físico y el deporte no se abandonan en este período, para así aplazar en gran medida el deterioro de las facultades motrices.
En sentido general, es justo apuntar que los rasgos de la personalidad del adulto mayor se caracterizan por una tendencia disminuida de la autoestima, las capacidades físicas, mentales, estéticas y de rol social.
Desde el X Congreso de Psicología en Bom, Fritz Giese (Tolstij, A.1989) planteó tres tipologías del adulto mayor:
-?el negativista: que no acepta poseer cualquier rasgo de vejez.
-?el extrovertido: quien reconoce la llegada de la ancianidad, por observación de la realidad circundante, como la llegada de la jubilación, la juventud que crece y los desacuerdos que se originan con ella, novedades en la vida social y familiar, etc.
-?el introvertido: que experimenta la edad por ciertas vivencias intelectuales y emocionales relacionadas con el embotamiento, las relaciones con nuevos intereses, reminiscencias, poca movilidad y aspiración a la tranquilidad entre otros rasgos.
Estas tipologías planteadas por este autor están cerca del fenómeno real de la vejez, en el sentido que permiten ubicar a muchos ancianos en uno u otro tipo, y así evaluar en cierta medida las reestructuraciones de su personalidad que siempre serán aproximativas para un proceso de análisis de las manifestaciones del envejecimiento y le ofrecerán al científico y al práctico orientaciones necesarias para su trabajo.
No obstante existen adultos mayores, que conscientes del proceso de su envejecimiento, poseen una adecuada autovaloración de sus características y posibilidades reales y se disponen a asumir activamente su rol. (Daure, D.1989).
Fritz Giese destaca además, como nuevas formaciones psicológicas de esta edad, el papel de la sabiduría y la experiencia en estos sujetos, las cuales constituyen un privilegio de las personas maduras y de edad avanzada.
Ni la literatura ni los manuales pueden sustituir la experiencia individual, que no
es simplemente el recuerdo del pasado, sino la capacidad de orientarse rápidamente en el presente utilizando la experiencia personal, ajena y los conocimientos adquiridos.
La actividad física en la tercera edad.
Al ubicarnos específicamente en el tipo de actividad en que nos desempeñamos como profesionales, cabe señalar que la actividad física es de vital importancia para las personas de esta edad, ya que no sólo se dirige a mejorar los segmentos contráctiles del organismo, facilitando coordinación, estabilidad, agilidad, potencia muscular, reacciones defensivas ante estímulos externos o a desempeñar un momento lúdico, sino que además está orientada constructivamente a lograr la participación, la reinserción social del individuo que es fundamental, pues el interés del anciano debe dirigirse a la unidad grupal.
En realidad la ludoterapia y la recreación a través del ejercicio, constituyen una intención frente a las necesidades de autodesempeño, integración grupal y autovaloración de los adultos mayores.
Las actividades socio-culturales están dirigidas a combatir el aislamiento y la soledad. Sobre este aspecto se debe insistir en la convivencia familiar y de no existir ésta, proporcionar una orientación hacia estos adultos que permita la vida comunitaria. Con la ocupación del tiempo libre, mediante programas culturales y recreativos se contribuye a eliminar las barreras que obstaculizan la libre actuación de los mayores de edad.
El desarrollo del interés motriz se encuentra en la base de las actividades físico- recreativas y decrece con la edad, disminuyendo la motivación por estos tipos de actividad, sin embargo, la inclusión en ellas se presenta como un requisito de salud y eficiencia social y económica. Ello nos hace pensar en la necesidad de –culturizar- desde tempranas edades de la vida, el interés por el movimiento, lo que resulta lógico, si observamos que el interés cultural crece y se desarrolla en el proceso de socialización del individuo. Se trata en definitiva de crear desde la infancia una cultura física y recreativa que prolongue la práctica de este tipo de actividad.
Si presuponemos que la actividad física, la cual lleva siempre consigo ejercicios regulares constantes y metódicos, mejora el funcionamiento del organismo y favorece el contacto e interrelación social, entonces, la vejez futura de toda persona ya no se tornará triste, sombría y solitaria.
En Turín (1986), se llevaron a cabo investigaciones sobre cursos de gimnasia para ancianos, éstos se proponían contrarrestar el sedentarismo, haciendo posible una participación más activa en la vida cotidiana.
Entre los resultados de mayor relevancia desde el punto de vista psicológico y social se destacaron aquellos donde los adultos mayores que frecuentaron los cursos por un tiempo prolongado, se encontraban un mayor número de horas del día en movimiento fuera de la casa, siendo más reiterados y sistemáticos en los vínculos semanales con los amigos, conocidos y parientes, existiendo un mayor dominio de su propio cuerpo y un cierto grado de resocialización al compararlos con los que se inscribían por primera vez.
El aspecto más elocuente de la actividad física se manifiesta en la percepción física y psíquica de sí mismo con el mejoramiento de la cinestesia. Así mismo, fueron evaluadas al final del curso una pequeña muestra de mujeres ancianas acogidas en diversas instituciones y afectadas por un deterioro mental de diverso grado y naturaleza, y los resultados de los test utilizados pusieron en evidencia el aumento de la orientación, de la socialización y una disminución del estado de irritabilidad y agresividad.
En la INEFC- Lérida, el profesor P. Lavega Burgués ( 1990) aborda estudios realizados sobre el adulto mayor y el deporte, refiriéndose entre otros hallazgos
al deporte adaptado a las posibilidades reales del individuo y la factibilidad de establecer categorías, éstas son: el deporte competitivo adaptado para adultos mayores, el deporte recreativo adaptado a adultos entre 55 y 75 años y el deporte utilitario para los presentaban más limitaciones y afecciones de postura, problemas de columna vertebral, artrosis etc.
Además, hacen alusión a un trabajo donde el fin es potenciar y mejorar continuamente la salud mental y física del adulto mayor para que su calidad de vida saliera beneficiada. El estudio estuvo basado en la Teoría del Procesamiento de la Información, asumiendo que cada deporte tiene sus características propias, particulares, que lo diferencian de los demás y que el carácter de la influencia era como medio y no como fin sobre los indicadores de percepción, decisión y ejecución. La incidencia en los tres mecanismos trajo consigo las siguientes propuestas:
Mecanismo perceptivo.
Se podría potenciar con todo tipo de actividades (carreras de orientación, montar a caballo, etc.) las cuales se realizan en un medio variable como es la naturaleza, para que la persona centre su esfuerzo en percibir correctamente la información presentada por el entorno. Mecanismo decisional.
Este se verá favorecido en todas aquellas prácticas que requieren de una considerable actividad cognitiva. En este caso se refieren a las que se desarrollan a través de los juegos de mesa, bolos etc.
Mecanismo de ejecución.
Se orientaría a la práctica de aquellos deportes que se realizan en un medio estable, el cual requiere de una respuesta motora única, es el caso de la natación, el ciclismo, etc.
Se añade que el servicio de los diferentes deportes presupone una práctica adaptada y susceptible de sufrir modificaciones en función de las particularidades de este tipo de edad y se retoma el enfoque de las categorías que se expusieron al principio de este comentario, nos referimos al deporte competitivo, al recreativo y al utilitario.
Guillén F. y col. (1993) proponen un proyecto de intervención para estimular y potenciar la actividad física, deportiva y recreativa entre la población de Gran Canaria (España) de la tercera edad, teniendo en cuenta la realidad de su país.
Para la elaboración del plan de actuación directa proponen:
-?Planificación y desarrollo de distintas actividades de recreo y ocio.
-?Planificación y desarrollo de actividades de carácter físico adaptadas a las distintas situaciones motoras de las personas mayores.
-?Seminarios prácticos explicativos de cada una de las distintas actividades.
A su vez, Sánchez Acosta, M .E. y Col. (1987) realizaron una investigación sobre el nivel de participación en los ejercicios físicos y las actividades recreativo- culturales que eran de interés para las abuelas de diferentes círculos del municipio Plaza de la Revolución en Ciudad Habana, encontrando que las diferencias del nivel de participación en los ejercicios físicos y en las actividades recreativo- culturales estaban más allá de la conciencia de la importancia social que ellas le concedían y se dirigían claramente a las repercusiones personales beneficiosas que ellas vivenciaban.
El interés por el ejercicio físico existía de forma priorizada con respecto a las actividades recreativo- culturales, presentando mayor disposición para someterse a los programas de clases; la atención predominaba de manera mantenida y concentrada en la actividad; el esfuerzo volitivo se hacía más constante en la realización de las repeticiones y las vivencias positivas se proyectaban más acentuadas, lo cual repercutía en un mejoramiento de las capacidades y habilidades motrices.
El interés por las actividades recreativo- culturales existía en todos los adultos mayores. La mayoría asistían a las fiestas, meriendas colectivas, excursiones, cine, visitas a exposiciones, museos, teatros, trabajos artesanales, etc., considerando que contribuían a ampliar y profundizar sus relaciones interpersonales con las de su edad, garantizando seguridad y elevando la autoestima.
Sánchez Acosta, M. E. y Col (1995) realizaron un diagnóstico del estado de algunos procesos de la actividad cognitiva y afectiva de la personalidad de los adultos mayores que hacían ejercicios físicos en el Círculo de Abuelos de Palatino en el Municipio Cerro de Ciudad de la Habana, encontrando una predominancia del nivel medio de ansiedad como rasgo de personalidad, así mismo en lo que respecta a la ansiedad reactiva se mantiene promedio cuando el adulto mayor se recupera adecuadamente en la parte final de las actividades, de lo contrario se incrementa y se acerca a la categoría de alto nivel de ansiedad. Asimismo esta ansiedad relativa aparece elevada ante situaciones de preocupación y/o frustración. En general la autoestima y la socialización se elevan.
La percepción y el control del movimiento propio en ambas extremidades se logra, la imprecisión aparece en las situaciones donde falta el control visual con errores predominantes por sobrevaloración de la distancia.
La práctica del ejercicio físico contribuye de forma activa sobre la memoria motora, observándose los rasgos de la edad, aunque no tan acentuados como en aquellos que no asisten a estos círculos. La ejecución de los movimientos es lenta, pero logran combinarlos en una sucesión necesaria y concluyen las tareas orientadas. La Educación Física y el Deporte ofrecen grandes posibilidades de realización de actividades para las personas de mayor edad, las cuales van desde la gimnasia, los juegos populares y el deporte, las actividades rítmicas, las técnicas de relajación, el trabajo al aire libre en contacto con la naturaleza o en el medio acuático.
No existen actividades específicas para los adultos mayores, lo fundamental es que estén debidamente adaptados a las posibilidades del grupo, teniendo en cuenta la adecuación de las mismas y el lugar oportuno donde se enmarque dentro del programa o plan que se establezca así como el tratamiento didáctico que permita a todos los participantes un nivel de realización.
Desde 1999 el Departamento Nacional de Educación Física para adultos del
INDER ha materializado orientaciones metodológicas para el trabajo con el adulto mayor. Además se realizan investigaciones en el país sobre esta importante temática y se proponen programas de actividades relacionadas con la Cultura Física en la tercera edad.
Referido a ello se contempla que las actividades deberán seleccionarse en función de las posibilidades y limitaciones del grupo, de sus necesidades y motivaciones, de las características de su entorno social y se debe permitir que los participantes valoren y expresen cuáles son las tareas que prefieren y si son capaces de llevarlas a cabo con cierto éxito.
Se deben facilitar diversas formas de trabajo, materiales, etc., que permitan y ofrezcan posibilidades de elección.
Es importante además, procurar que cada sujeto al realizar las actividades, tenga una mayor conciencia de los avances de su grupo a partir de sus propias percepciones, este aspecto contribuye a elevar y/o mantener la continuidad y el progreso de cada miembro en las diferentes actividades.
Las actividades que se realizan están comprendidas en dos grupos:
-?Actividades básicas.
-?Actividades complementarias.
En las actividades básicas están comprendidas la gimnasia de mantenimiento con y sin implementos, gimnasia suave, juegos, expresión corporal, actividades aerobias (gimnasia de bajo impacto, trotes, caminatas, etc.), actividades rítmicas, ejercicios con pequeño pesos y relajación con automasaje.
En las actividades complementarias se ubican los paseos de orientación, actividades acuáticas (gimnasia y juegos en el agua, natación, baños en el mar), danzas tradicionales y bailes, juegos populares y deportes adaptados, festivales recreativos, composiciones gimnásticas, encuentros deportivos culturales
y reuniones sociales
Las clases para los adultos mayores deben realizarse en áreas donde sea factible ejecutarlas con mucha seguridad para los participantes, teniendo en cuenta las características de las personas comprendidas en el grupo.
Las frecuencias semanales estarán en dependencia de las posibilidades, se puede tener en cuenta que tres veces a la semana como mínimo es correcto, pero lo ideal sería realizar las sesiones diarias.
El tiempo de ejecución estará en dependencia de la experiencia del grupo, para los participantes entre 25 y 30 minutos, para los más aventajados y adelantados hasta los 60 minutos, siempre teniendo en cuenta las pausas de descanso, evitando que los participantes lleguen a la fatiga.
Los propósitos centrales de los contenidos de clases deben estar dirigidos ante todo, a procurar un mayor nivel de autonomía física y psicológica que potencie la sociabilidad hacia una integración en la comunidad que contrarreste el proceso de envejecimiento.
Las clases deben ser altamente motivadas, amenas de forma que los participantes se diviertan a la vez que se ejercitan, utilizando formas variadas de organización y control, orientando rutinas de ejercicios continuos para incentivar la memoria motora. Cuando se orienta un ejercicio por muy sencillo que sea, debe darse un tiempo adecuado para que cada adulto elabore su propia respuesta motriz, ya que se trabaja con grupos heterogéneos y en algunas clases con implementos de fácil manejo y adquisición.
Resumiendo
– La posición social del adulto mayor en el mundo contemporáneo es única por su significación y humana por su destino y orientación. Por eso, resulta de vital importancia el trabajo de orientación, prevención e intervención en esta edad.
– Conocer al adulto mayor significa ser receptivo ante sus necesidades y posibilidades, dar confianza y seguridad, para así brindarle una mejor convivencia social y familiar, un mejor espacio de realización personal.
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