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Tho. Hobbes: Otra cara de su obra


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El miedo como condición Humana de protección y destrucción en la Vida de Hobbes
  3. El miedo en la vida de Hobbes y su Influencia al Estado Moderno
  4. Consideraciones Epistemológicas de su planteamiento
  5. Consideraciones Teóricas de la obra de Hobbes
  6. Una mirada Hobbesiana al problema de la inseguridad en Latinoamérica
  7. Contrastes entre Hobbes y otros filósofos políticos del siglo XVII y XVII
  8. Valoraciones y criticas de teóricos políticos del siglo XX respecto a la figura de Hobbes
  9. Conclusiones
  10. Referencias Bibliográficas

Reflexiones interdisciplinarias de su contexto social vivido, sus aportes teóricos y epistemológicos y la vigencia de su obra en relación al quiebre político-institucional en América Latina.

Introducción

El propósito fundamental de este ensayo es relevar la vigencia que merece el estudio en la actualidad de la obra del reconocido padre de la filosofía política Thomas Hobbes.

Sobre las erróneas y descalificadoras ideas de sus detractores, se ha asociado el planteamiento de Hobbes como una propuesta para la instauración absoluta de un monarca sobre la decisión soberana de los súbditos. El absolutismo, única palabra rescatada de sus lecturas y puesta a convenir en los discursos políticos a lo largo de la historia nos ha valido el deber y la necesidad de indagar como investigadores en formación, plantear la aproximación o la distancia de los preceptos culturalmente asociados a Hobbes con lo que posiblemente han sido desviadas interpretaciones de una arista de elementos a considerar para la emisión de juicios acertados.

En este sentido, rescatar la vigencia de sus aportes ha implicado un tratamiento con la conjunción de diversas áreas del saber como la psicología, la ciencia política, la sociología, y la epistemología con las cuales nos hemos propuesto a entender y a enriquecer los criterios para examinar los planteamientos de nuestro autor seleccionado.

Para abordar nuestro interés central hemos dividido este ensayo en 5 aristas que abordan en primer lugar la dimensión socio-psicológica de Hobbes, agrupado en los puntos uno y dos de este ensayo, en función de comprender el contexto en el cual estuvo sumergido y de qué manera el mismo es fundamental para comprender su obra póstuma: El leviatán.

Así mismo, con el punto 3, abordaremos una dimensión epistemológica que surgen de los planteamientos del mismo autor, con la cual relevamos la importancia que hoy sirve para entender las formas de construir y articular todo conocimiento en el área de las ciencias.

Por supuesto, no dejaremos a un lado algunas precisiones conceptuales necesarias para hacer valer su aporte en el área de la filosofía política y las ciencias politológicas. Podremos en este punto comprender aun más la grandeza de sus constructos ya que su base epistémica ha podido justificarla ampliamente. De esta manera, conceptos como Estado Natural, Soberano, Estado y Poder serán abordados en el punto numero 4 de este ensayo.

Entender la vigencia de los aportes de Hobbes y trasladarlo a nuestro contexto de crisis latinoamericano, es un planteamiento osado pero no imposible al cual hemos querido dedicar nuestras reflexiones. Con mas de 400 años de distanciamiento epocal y por supuesto contextual, aun podemos intentar trasladar las expectativas de la obra que el propio Hobbes podría haber manifestado en un contexto como el nuestro cruzado tal vez no de guerras civiles como aquel entonces pero mediado sí de numerosos enfrentamientos cubiertos con la mano de la delincuencia y de los carteles de droga. ¿Qué conexión podríamos establecer entre el planteamiento de Hobbes y nuestro contexto de crisis latinoamericano? Es la pregunta que presentamos desarrollada para los lectores en la quinta sección de este trabajo la cual vamos a desplegar con el tema de la seguridad.

Finalmente cerraremos este breve ensayo con algunas posturas teóricas en el propio contexto hobbesiano como Rousseau y Locke que han contravenido y/o compartido aspectos de la propuesta de nuestro autor seleccionado. Así como también dentro de este último punto que engloba los puntos 6 y 7, abarcaremos las críticas y reflexiones que autores como Bobbio y Sabine han realizado en relación a los aportes de este autor.

Mucho nos quedará seguramente por abonar a estas reflexiones y con gran interés abrazaremos las críticas de nuestros lectores para afinar los criterios de evaluación con la cual nos hemos sumergido en la vida de Thomas Hobbes.

El miedo como condición Humana de protección y destrucción en la Vida de Hobbes

Desde la existencia de la vida, el hombre siempre ha estado asociado al miedo, ya sea por sus miedos fóbicos o comunes en su relación con los demás hombres, o con los demás seres vivos en el entorno común; de allí que desde la etapa primitiva, los hombres han buscado protegerse de sus miedos, con el fin de evitar la constante amenaza hacia su propia vida.

Es así como existieron caciques como máximas autoridades del orden social en las tribus, reyes en las monarquías y presidentes en las Repúblicas de pleno siglo XXI, como consecuencia de esa constante búsqueda de la debida administración del poder para protección no solamente de la vida humana, sino de toda la especie viva en relación a esta, incluso, existiendo además organizaciones civiles creadas en base a las leyes, que buscan no solo vigilar las acciones del poder del Estado, sino colocar límites a ese trayecto del poder, dividiéndolo en su ejercicio, por cuanto se cita como ejemplo la distribución y la división del Poder Público en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999:

"El Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional. El Poder Público Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.

Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado". (Asamblea Nacional, 2000: Gaceta Oficial Nº 5.453, art. 136)

Consideramos que el miedo de generación en generación en sus diferentes manifestaciones de la realidad humana, ha sido transmitido por diferentes vías, unas veces usándolo para propugnar evolución, felicidad y libertad, y otras para producir el terror y alcanzar el poder hasta mantenerlo, lo que conlleva a los hombres sometidos: o bien a ser sumisos y darse por vencidos ante los abusos del poder o tiranías, sin hacer uso de sus derechos por miedo, o por el contrario a resistirse contra esos abusos, defenderse y luchar con todas las armas y fuerzas posibles, para que les sean devuelta su libertad y su paz.

Ha sido necesario abordar las reflexiones anteriores en relación al miedo, para ilustrar el desarrollo del presente ensayo, siendo esta condición humana, argumento principal en la obra de Thomas Hobbes, autor que profundizaremos, en sus valiosos aportes no sólo para preservar la existencia humana como seres naturales y racionales a la vez, sino en su justa convivencia social, por cuanto "A todos nos interesa que las relaciones sociales en sus distintas dinámicas se desarrollen en un clima de justicia…" (Rodríguez, 2012: 4, en el Diario La Verdad).

El miedo en la vida de Hobbes y su Influencia al Estado Moderno

Hobbes, filósofo inglés, "…considerado el primero y también el máximo teórico del Estado Moderno…", aportó significativos avances de plena vigencia en la Ciencia Política y Jurídica Contemporánea. (Bobbio, 1989:114).

En entrevista psicológica realizada sobre el miedo en los aportes de Hobbes, se deduce que: "Toda conducta tiene una historia, y se fundamenta casi siempre en la infancia o la historia de vida del sujeto", de allí que en el desarrollo de su existencia esto va a tener una influencia no solo en su vida sino también en la historia, ya que de su filosofía sobre esta premisa, desarrolló numerosas y trascendentales obras de evolución para la Ciencia Política y Jurídica, entre otras. (Corzo, 2012).

El mismo Hobbes, en su autobiografía escribe que: "El día en que nací mi madre dio a luz a dos gemelos: a mí y al miedo", a partir de su propia admisión del miedo ya puede observarse que esta turbación estaría presente en su vida desde su nacimiento en Malmesbury, Wiltshire, Inglaterra,1588, cuando en la mañana de un Viernes Santo, su madre lo dio a luz, presa del miedo ante las noticias de la proximidad de la Invencible Armada de Felipe II de España en las costas inglesas. (Hernández, 2010:10).

Es posible además que ese miedo en Hobbes ya proviniera desde su concepción misma, puesto que su padre, vicario de Charlton y Westport, cerca de Malmesbury, Inglaterra, de vida turbulenta, lógicamente afectaría a la tranquilidad de la madre de Hobbes, quien era una mujer acostumbrada a la apacible vida del campo por proceder de una familia de labradores.

Su nacimiento prematuro también pudo haber influido probablemente en que a la muy temprana edad de 4 años, era asombrosamente precoz, sabía leer, escribir algunos rudimentos de la aritmética y a los 6 años inicia estudios de latín y griego, lo que quizás y de manera involuntaria sería una forma de anestesiar un miedo preexistente y aún manifiesto de forma subconsciente, reflejado en su comportamiento, comparado con otros niños de su edad con concepciones tranquilas y nacimientos normales. (Hobbes, 2002 en Álvarez: 152).

Tal vez ese temor estaría presente en su subconsciente, fundamentado en que: "El miedo es una vacilación del ánimo que se presenta ante la perspectiva de un mal", ahora bien, ese mal podría o bien estar sustentado en el pasado o también en el futuro. (Rodríguez, 2012: 4, Diario La Verdad).

El miedo seguiría siempre acechando la vida de Hobbes, a sus 7 años su padre, un inculto vicario rural, tuvo una disputa por persecuciones judiciales con otro vicario a la puerta de la iglesia y huye hacia Londres, abandonándolo, por lo que pasa a la tutela de su tío Francis, hermano mayor de su padre, quien era rico por dedicarse al comercio y no tener hijos. (Gran Diccionario de Biografías, 2002:342).

Ya pasada su infancia con sus estudios en la Escuela de Malmesbury, luego en Westport, en la escuela privada de Robert Latimer, en donde mostró sus dotes intelectuales en los estudios clásicos; en 1603, a los 14 años, financiados sus estudios por su tío Francis, ingresa en Magdalen Hall, Oxford, donde predominaba entonces la filosofía escolástica de inspiración aristotélica, por la que no mostrará ningún entusiasmo, y sin embargo, a esta edad tradujo la Medea de Eurípides en versos latinos, obra que critica el sistema democrático y sus peligros.

La racionalidad comienza a manifestarse de una manera progresiva en Hobbes durante sus estudios en Oxford donde se graduaría como Bachiller en Artes, en 1608.

"Sus ideas filosóficas, le llevaron a fundir su preocupación por los problemas políticos y sociales" criticando de forma rebelde esa filosofía escolástica, sobre todo en su parte de la subordinación de la razón a la fe, lo que más adelante lo conduciría a tener serios enfrentamientos con la iglesia, por quien era considerado como ateo, y más tarde incluso por la propia Monarquía a quien acusaba de que el soberano no podía ser conducido por mandato divino sino por la razón en sí, en base a que Hobbes decía que ello podría conllevar a una "guerra de todos contra todos", en la que "el lobo es un lobo para el hombre". (Gran Diccionario de Biografías, 2002:343).

Es importante resaltar que más que sufrir de fobias, Hobbes pensaba en el miedo común, por cuanto hizo aportes filosóficos importantes en relación a la protección del hombre del mismo hombre, el cual por naturaleza es egoísta y siempre va a querer tener el poder y dominar a los otros hombres, ya sea de forma individual o colectiva, por tanto "Es bueno tener miedo porque activa mecanismos de protección… El miedo es una emoción, pero todo lo que se deriva de él se transforma en comportamiento", (Miedo e Inteligencia, 2011).

De lo anterior expuesto puede observarse, no sólo el pensamiento de protección de Hobbes, sino que a su vez los mismos miedos del hombre pueden llevarlo a actuar de forma irracional como respuesta a esos miedos, por tanto se relaciona con que: "El hombre es lobo del hombre" está representado por un ser vivo irracional como el lobo, que ataca ante el mínimo acecho lo que dentro de su pensamiento irrazonable va a estar traducido en un peligro ya sea real o no pero a la vez como mecanismo de defensa y protección.

A la vez algunos miedos pueden resultar peligrosos en colectivo, ya que en "una reacción utilitaria en legítima defensa…, el individuo no siempre usa oportunamente. Al volverse colectivos, los temores pueden transformarse en pánicos", los cuales son más difíciles de controlar, debiendo actuar la fuerza del Estado como garante del orden público. (Delumeau, 2002:10). Por cuanto, se considera que "El uso legítimo de la fuerza física es indispensable para garantizar la justicia y disuadir a quienes alteran el orden social" (Giraldo, 2000:65).

Cuando Hobbes, se gradúa de Bachiller en Artes, es contratado por Sir William Cavendish a recomendación del director de la Universidad de Oxford, para ser tutor de William Cavendish, quien más tarde sería el II Conde de Devonshire, para lo cual fue acogido por la familia de este en la Casa ducal de Devonshire, donde vivió hasta su muerte natural, y que no solamente le abriría las puertas de su importante biblioteca, sino que también le dio acceso a una vida social y política de poder e influjo. (Gran Diccionario de Biografías, 2002:343).

Durante este periodo primero con el joven Cavendish y luego a la muerte de éste a los 37, cuando Hobbes es contratado como tutor del hermano de William, realiza una serie de viajes trascendentales a Europa (Francia, Italia, Alemania) que lo van a llevar a crear propuestas importantes a partir de su participación en los círculos intelectuales de la época (Abbe Mersenne) donde se discutía y difundía a Descartes y Gassendi. Así mismo durante su tercer viaje conoce a Galileo en Italia (1636), que le influirá en su construcción de una filosofía social fundamentada en las ciencias naturales y la geometría, que le ayudó a llegar a la conclusión de que el movimiento es fundamental para explicar el mundo físico, y también al hombre y la sociedad, con lo que concibe sus líneas maestras de su filosofía política a su retorno a Londres en 1637, y cinco años más tarde (1642), aparecen sus "Elements of Laws" (Los Elementos de Derecho Natural y Política), donde expone por vez primera su teoría sobre el contrato social que crea el soberano indivisible (sea éste una asamblea popular, una minoría aristocrática o un monarca). (Gran Diccionario de Biografías, 2002:343).

Durante los años siguientes en la existencia de Hobbes, su vida estaría enmarcada entre guerras civiles en Inglaterra, donde tuvo posiciones adversas y a favor, que lo llevaron algunas veces al autoexilio, por una parte estaba de acuerdo con la Monarquía Absoluta como garante del orden social, por lo que los parlamentarios no estaban muy de acuerdo con esto, exigiendo mayor participación, y por otro lado adversaba a la Monarquía en relación a que la misma fundamentaba su actuación en la razón divina, por lo que Hobbes propugnaba separar la iglesia de las funciones del Estado y por este hecho muchas veces fue tildado de ateo por la iglesia, aunado a que decía que la misma usaba a la religión para manipular a los ciudadanos, por lo que "El pensamiento de Hobbes coloca la seguridad y la paz como valores supremos" a fin de evitar las guerras y destrucción del hombre por los propios hombres. (Romero y Romero, 2005:108).

Tal vez las guerras civiles de Inglaterra por las controversias de la Monarquía con el Parlamento, aunado a la Iglesia, fueron también en base a un miedo percibido por Hobbes, puesto que "Las estrategias del miedo son propias de aquellos que más que ciudadanos quieren tener esclavos". (Rodríguez, 2012: 4, en el Diario La Verdad).

Dentro de sus aportes más importantes en relación al miedo está su gran obra "El Leviatán", entre otras, que viene a ser ese gran monstruo que es el Estado, el cual va a ser el garante del "Contrato Social" en donde los hombres pactan para ceder sus derechos naturales para no ser devorados entre ellos, cediendo al soberano o Estado, esos derechos para que por medio de este se regule la sana convivencia en justicia y paz, debiendo utilizar la fuerza o coerción sustentada precisamente en el miedo, para la recta conducta ciudadana, siendo que si ese Estado no cumple con la protección y garantía del pacto o "Contrato Social" entonces no puede haber ni llamarse Estado.

Al respecto, afirma Hobbes que: "Los pactos que no descansan en la espada no son más que palabras sin fuerza para proteger al hombre…Los lazos de las palabras son demasiado débiles para frenar la ambición humana, la avaricia, la cólera y otras pasiones de los hombres, si éstos no sienten el temor de un poder coercitivo". (Sabine en Martín, 1963:346).

Thomas Hobbes, falleció el 4 de diciembre de 1679 por muerte natural, a los 91 años en el seno de la familia Cavendish, convencido de la bondad del sistema político que había creado para las generaciones venideras, y al mismo tiempo, indignado por la ingratitud e incomprensión de sus contemporáneos.

Consideraciones Epistemológicas de su planteamiento

Resulta interesante destacar que la consistencia del planteamiento del autor abordado en este ensayo, no solo está dada por sus aportes teóricos en relación a la concepción de Estado, Poder o Soberanía que nos veremos en la oportunidad de esbozar en el siguiente apartado sino que también este autor logra darle un soporte filosófico-epistemológico a su planteamiento.

Hoy en día, aun la lucha por construir un conocimiento catalogado como científico pasa por la discusión de sus soportes epistemológicos, que no son más que la exposición explicita del autor de los supuestos que guían el conocimiento que se propone describir y demostrar. Suena fácil, pero su construcción es de amplia dificultad. Lo que se conoce y se expone por los expertos en ciencias sociales y epistemología como lo expresa Méndez (2003) es que sin este soporte, el conocimiento científico perdería toda validez frente a un grupo de científicos que, con la orientación bíblica de otros paradigmas de investigación, se darían a la tarea de destronar aquella novedosa pero inocente iniciativa de conocimiento.

Lo que intentamos exponer con este anterior párrafo es que, nos parece pertinente y grandioso reconocer que, pese a la data de los escritos de Hobbes: décadas del 30, 40, 50, 60 y 70, vale decir, prácticamente a lo largo de todo su periodo de vida en los años 1600, éste fue un autor que expuso con suma cautela además de una gama de conceptos para la teoría política (que aun son útiles para el análisis politológico e incluso sociológico) también tuvo el delicado detalle de exponer una obra filosófica epistemológica con la cual se pudiera comprender el soporte de sus ideas. Con esto nos referimos, a que el autor fue capaz de plantear y ser detallista en responder a las siguientes preguntas: ¿Quién es el hombre?, ¿Cuál es la naturaleza del hombre?, ¿Qué es la realidad?, ¿Cómo se construye el conocimiento?, ¿Cuál es la validez del conocimiento?, ¿Cuál es el deber ser de la sociedad?, ¿hacia dónde debe estar conducida la sociedad?, ¿Por qué debemos salir de un estado natural salvaje a un estado contractual?, cuestiones que responden a las dimensiones ontológicas, gnoseológicas y axiológicas de la epistemología y que aun hoy, son aspectos obligados en todas construcción de conocimiento científico serio y ético.

Por supuesto, debemos hacer la siguiente aclaratoria. Hasta ahora, la revisión que pudimos realizar de los textos originales del autor, no dan cuenta de una exposición explicita de sus posturas ontológicas, gnoseológicas y axiológicas como sí deben plantearlo los investigadores en la actualidad. Sin embargo, indudablemente este es un autor que por alguna razón (cuyos aportes ayudarían a abonar a la consolidación de la ciencia moderna) propone una discusión de manera no estrictamente organizada sobre todos estos aspectos a lo largo de sus numerosos capítulos en la obra del Leviatán.

Destacar los aspectos que hemos mencionado, dan lugar a que hoy por hoy consideremos que la obra de Hobbes tiene también una relevancia epistemológica destacable en el estudio de las ciencias sociales y la filosofía de la actualidad los cuáles no debemos dejar pasar por "debajo de la mesa" por antiguo o de muy vieja data que sea.

Ahora bien, corresponde a continuación esbozar algunos[2]de estos elementos que hemos descrito como dimensiones epistemológicas de la obra de Hobbes desde sus propios escritos, a manera de demostración frente a los lectores, así como también plantear algunos otros análisis de soportes para complementar este breve apartado.

a) Sobre la materia y la realidad: Aspectos de la Dimensión ontológica.

Hobbes (1980) necesitaba construir una reflexión lo suficientemente consistente como para sostener y debatir que la manera de organización comunal o colaborativa de la sociedad tal como lo planteaba Aristóteles, no podía estar basada ni en el apoyo mutuo de los seres ni en las creencias en fenómenos metafísicos y sobre naturales. Este último aspecto, es a nuestro modo de ver, un interesante planteamiento que luego nos ayudaría a entender la relevancia que da Hobbes a un solo cuerpo, a un Leviatán que tuviera la capacidad de tener sobre su soberanía el mando, el control y la organización sobre los seres humanos bajo sus propias premisas contractuales.

Y ¿por qué no es posible considerar la vigencia o validez de los fenómenos que están bajo la supremacía de una creencia y de bases metafísicas? Es la pregunta que Hobbes (1980) responde cuando plantea que: "Cualquier parte del universo es cuerpo, y la que no es cuerpo, no es parte del universo, y puesto que el universo lo es todo, lo que no es parte suya es nada y por consiguiente se encuentra en ningún lugar" (Hobbes en Hampsher, 1996: 25)

Disgregar el componente de la materia, según el planteamiento de Hobbes, podría abrir el campo a un consecuente estadio de legitimación frente a cuerpos de poder distintos, cuestión que afectaría verdaderamente el equilibrio y buen desarrollo de la sociedad de los hombres. Hobbes no teme a encarar reiteradamente la baja consistencia que para él presentaban los aportes de Aristóteles en materia, al punto de burlar con sutiles calificativos su obra.

Lo anterior expuesto podemos destacarlo desde la siguiente cita recogida de su obra El Leviatán:

"Pero ¿a qué viene (puede algún hombre decir) semejante sutileza en un trabajo de esta naturaleza, donde pretendo exclusivamente lo necesario para la doctrina del gobierno y la obediencia? Se hace con el propósito de que los hombres ya no padezcan más el abuso de esta doctrina de esencias separadas, construidas sobre la vana filosofía de Aristóteles, y para que no los aparte de obedecer leyes de su país con nombres vacíos, como asustan los hombres a los pájaros y los alejan del maíz con una casaca vacía, un sombrero y una horca. Pues sobre esta base dicen ellos, cuando un hombre muere y es enterrado, que su alma (que es su vida) puede andar separada de su cuerpo y es vista por la noche entre las tumbas. Sobre la misma base dicen que la figura, el color y el sabor de un trozo de pan tienen un ser allí donde ellos dicen que no existe pan…" (Hobbes, 1980: 708).

Retomando la discusión y partiendo de las reflexiones y citas anteriores, Hobbes no solo se convierte en un filósofo que justifica de manera acérrima su planteamiento ontológico sino que además se convierte en un profundo critico de la sociedad de creyentes de la época, que si analizamos a detalle desde la cita anterior, podría considerarse que esta sociedad podría tener un rumbo orientado a su propia burla, a su propio calvario y al manejo indiscriminado de grupos que aprovecharían la ignorancia de la verdadera naturaleza de la esencia y la materia para manipular su fe y acoplarla a sus mas egoístas necesidades de poder y supremacía sobre sus creyentes súbditos. Esto debería ser evitado y podría lograrse desde su planteamiento teórico fundamental que será precisado en las consideraciones teóricas del informe.

b) Sobre el método científico inductivo-deductivo y la naturaleza de las ciencias: Aspectos de la Dimensión Gnoseológica.

b.1) Método científico

A nuestro modo de ver, otro de los valiosos aspectos de la obra de Hobbes, es indudablemente su constante referimiento al valor de la razón del hombre como un mecanismo para la búsqueda de los ¿por qué?, de las cusas de los fenómenos naturales y políticos y por lo tanto de la verdad[3]En este punto, Hobbes genera una discusión, que si bien es cierto tiene una gran influencia del pensamiento racional de la geométrica y la matemática, logra con gran soltura trasladar y defender un razonamiento al área de lo que pronto se conocerá como ciencias sociales.

Es decir, la estrategia para llegar a un conocimiento válido y por lo tanto verdadero consistiría en la medida en que el hombre combinara la experiencia empírica con el razonamiento deductivo. Lo inductivo y deductivo son procesos que debían estar casados ya que la realidad observada tal y como esta presentada, no aportaría las conexiones necesarias para llegar a las causas de los fenómenos.

Llegar a conocer el mundo de las causas, era un trabajo arduo que no podía estar bajo calificativos simples y netamente empíricos como sí estaba enmarcado dentro de los aportes su mayor fuente de críticas, el pensamiento aristotélico

Plantea Hobbes: "Por ello se muestra que la razón no es un sentido ni una memoria nacida con nosotros, ni obtenida sólo mediante experiencia (como prudencia) sino lograda por medio del esfuerzo. Primero a través de un correcto uso de los nombres, y segundo, obteniendo un método bueno y ordenado para proceder desde los elementos, que son nombres, hasta afirmaciones hechas por conexión de uno con otro; y desde allí hasta los silogismos, que son conexiones de una afirmación con otra, hasta llegar a un conocimiento de todas las consecuencias de los nombres pertenecientes al tema tratado. A esto llaman Ciencia los hombres…. la ciencia es el conocimiento de las consecuencias y de la dependencia de un hecho respecto a otro, gracias al cual además de aquello que podemos hacer actualmente, sabemos cómo hacer algo más cuando queramos, o algo semejante en otro momento…" (Hobbes, 1980: 154)

Así como el proceso de construcción de conocimiento científico se nutre de lo empírico y lo deductivo-racional, para Hobbes también un segundo elemento en este apartado dedicado al método científico, es que el conocimiento tampoco podía estar categorizado como la total verdad. Si la dinámica de la realidad era de constante movimiento[4], consecuentemente el proceso de construcción a estas deducciones debía ser continuo dados los cambios constantes en las manifestaciones empíricas de los fenómenos.

"Así en el razonamiento análogo de Hobbes la prueba es condicional en cuanto a los objetos del mundo que se ajustan a las definiciones de nuestro argumento» «…»Empirismo (utilizado) en la comprobación de la plausibilidad de las conclusiones que se derivan de hipótesis por medio de cadenas de razonamiento estrictamente deductivas" (Hampsher, 1996: 36)

De la anterior cita expuesta, podemos aproximar el hecho de valorar el criterio de la contingencia de Hobbes. A nuestro modo de ver, esta precisión estaba adelantada en relación a una época en la que la verdad una vez descubierta se convertía en una ley universal. Esto es un debate que incluso en la actualidad trae muchas discusiones y sobre todo ya se enmarca dentro de los paradigmas más actuales como el de la complejidad.

b.2) Sobre la naturaleza de las ciencias.

El aspecto racional e inductivo deductivo podía ser trasladado tanto al estudio de los fenómenos naturales como al estudio de los fenómenos políticos. Desde luego, Hobbes (1980) plantea que era posible clasificar las ciencias atribuidas también con el nombre de filosofía, de la siguiente manera:

Por un lado se encontraba a) La Filosofía Natural, descrita como las consecuencias de los cuerpos naturales, a la cual se le derivaba una gama de focos especializados que incluía las consecuencias de los accidentes a todo cuerpo natural que son cantidades y movimiento en la cual ingresaba el estudio matemático, cosmográfico y mecánico y el área de la física o lo que describía como las consecuencias de las cualidades. Este último incluía la gama de especialidades como la meteorología, el estudio sobre los cuerpos terrestres, las cualidades de los animales incluso las del hombre en relación a sus habilidades del lenguaje. (Hobbes, 1980:187-188).

Y, por otro lado la otra gran área de clasificación de las ciencias, aunque no tan especifica como la correspondiente al área de las ciencias naturales, correspondía a Las Ciencias de: La Política y la Filosofía Civil, definidas como las consecuencias de los accidentes de los cuerpos políticos que comprendía específicamente el estudio de las Repúblicas en cuanto a los deberes y derechos y en cuando a los deberes y derechos de los súbditos. (Hobbes, 1980: 187-188)

Interesante destacar el aporte taxonómico que utilizo para la clasificación de las ciencias, aspecto que relevo dada una conciencia sistematizada y organizada de lo que para él constituía el conocimiento científico y no ajena a la clasificación tradicional que se tiene sobre el conocimiento científico, respetando los debates y derivaciones conceptuales que de seguro se han elaborado al respecto.

Sin embargo, dada la descripción inmersa en esta clasificación de las ciencias, podemos destacar también que el objetivo no era solo taxonomizar la ciencia. A Hobbes le interesaba ser claro en el hecho de hacer ciencia para buscar las consecuencias y los vínculos de dependencia entre un fenómeno y otro, para llegar al origen y no a la apariencia del fenómeno haciendo hincapié en lo siguiente: "Porque cuando vemos cómo se produce cualquier cosa, sobre qué causas, y de qué manera, al entrar en nuestro poder causa análogas sobemos cómo hacerlas producir efectos análogos" (Hobbes, 1980:154)

Para finalizar este tercer apartado del ensayo, podemos concluir que a pasar de la data de los escritos del autor y para lo que aun hoy se discute en el tapete de la construcción de conocimiento en las ciencias sociales, este autor constituye un interesante antecedente en relación a sus premisas como la incorporación de la razón con el proceso inductivo y deductivo para establecer la comprensión y la explicación de los fenómenos políticos y sociales.

Su planteamiento epistemológico aunque no se presenta de manera explícita, puede decirse que hay un interesante labrado de argumentos que pueden ser fácilmente clasificados dentro de la dimensión ontológica y gnoseológica, cuestión que revela un trabajo arduo del autor por hacer coherente su valiosa postura teórica de la cual hablaremos brevemente a continuación.

Consideraciones Teóricas de la obra de Hobbes

Se ha examinado ya elementos importantes en torno a los rasgos biográficos y al contexto que condicionó a este teórico, así mismo se expuso como Hobbes antes de desarrollar sus argumentos y posturas políticas, define con brillante claridad el fundamento científico de su obra, con fuertes rasgos racionalistas y a través del método deductivo, ocupándose de elementos como: la noción de la realidad, la ontología o el proceder para generar conocimiento, como bien se ha expuesto en el apartado anterior. Ambos aspectos resultan determinantes para comprender la filosofía política de Hobbes ya que sobre esa base desarrolla sus constructos.

El punto de partida en la filosofía política de Thomas Hobbes pasa por la definición del estado de naturaleza del hombre. Hobbes (1984) lo entiende como un estado de guerra y de anarquía, enfatiza también que los hombres son iguales por naturaleza; sin embargo dicha igualdad tiene que ver con la igualdad en la vulnerabilidad, debilidad y riesgo; para él de la igualdad proviene la desconfianza, y de la desconfianza procede la guerra de todos contra todos.

Touchard (1988: 260), ha trabajado la obra de Hobbes, e indica que para él:

"La vida es solitaria, pobre, embrutecida y corta. No existe noción de los justo y de lo injusto, y tampoco la de propiedad. No hay industria, ni ciencia, ni sociedad. Hobbes se opone, con esta visión pesimista, a los teóricos del derecho natural y a todos aquellos que disciernen en el hombre una inclinación natural a la sociabilidad"

Los aportes de Touchard (1988) resultan relevantes y dan cuenta de forma precisa de muchos de los constructos de Hobbes, profundiza en la noción de estado de naturaleza presentándolo como la libertad de cada cual para usar su propio poder, en la forma que quiera, para la preservación de su propia naturaleza, es decir su propia vida.

De tal manera que si el estado de naturaleza está vinculado directamente con la libertad, resulta conveniente repasar qué entendía Hobbes (1984: 110): por libertad: "(…) la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que, a menudo, pueden quitarle a un hombre parte de su poder para hacer lo que quisiera, pero que no le impiden usar su poder que le quede, según los dictados de su juicio y su razón".

Siendo el estado natural un estado anárquico, inseguro y de guerra, es imperioso salir del mismo en búsqueda de la paz y la seguridad. De los diversos mecanismos, Hobbes (1984: 113) asume que el único viable es el establecimiento de un contrato, entendido como: "la transferencia mutua de un derecho" y transferir al Estado los derechos que, de ser conservados, obstaculizarían la paz de la humanidad. Una vez que se instituye el contrato nace el Estado, el gobierno y la sociedad, es momento de preguntarse: ¿Qué entendía Hobbes por Estado? A continuación lo examinaremos.

2.2.- Definición de Estado

Thomas Hobbes (1984), concede una importancia preponderante al poder soberano, considera que la esencia de la existencia del Estado radica en la posibilidad certera de que éste sea capaz de imponer su autoridad, así una vez que con el contrato social cada ciudadano autoriza y transfiere el derecho a gobernarse a sí mismo a favor de un leviatán capaz de garantizar la seguridad, éste pasa a ser de alguna manera el Estado en sí mismo, de forma precisa lo expone Hobbes (1984: 146) así:

"(…) una persona de cuyos actos, por mutuo acuerdo entre la multitud, cada componente de ésta se hace responsable, a fin de que dicha persona pueda utilizar los medios y la fuerza particular de cada uno como mejor le parezca, para lograr la paz y la seguridad de todos" y se dice que un Estado ha sido creado o instituido cuando "una multitud de hombre establece un convenio entre todos y cada uno de sus miembros, según el cual se le da a un hombre o a una asamblea de hombres, por mayoría, el derecho de personificar a todos, es decir, de representarlos"

Por lo tanto vemos que existe un vínculo directo entre Estado, soberanía y soberano en la obra de Thomas Hobbes, habiendo desarrollado su postura respecto al Estado, es momento pues de exponer qué entiende Hobbes por soberano.

2.3.- Definición de soberano en Hobbes

Hemos estudiado ya que este autor entiende por poder soberano aquella autoridad que es capaz de imponerse, por lo tanto existe una relación directa entre soberano y súbdito, debe entonces existir un solo soberano y todos los demás serán súbditos. Lo expone Hobbes (1984: 145), de la siguiente manera:

"Este poder soberano se puede alcanzar de dos maneras: una, por fuerza natural, como cuando un hombre hace que sus hijos se sometan a su gobierno, pudiendo destruirlos si rehúsan hacerlo, o sometiendo a sus enemigos por la fuerza de las armas, y obligándolos a que acaten su voluntad, concediéndoles la vida con esa condición. La otra es cuando los hombres acuerdan entre ellos mismos someterse voluntariamente a algún hombre o a una asamblea de hombres, confiando en que serán protegidos por ellos frente a todos los demás. A esta segunda modalidad puede dársele el nombre de Estado político, o Estado por institución; y a la primera, el Estado por adquisición."

De estas definiciones, se entiende por qué Hobbes es considerado un autor influyente, ya que prioriza en la necesidad de la capacidad de imponer la autoridad, pero dicha imposición es autorizada en el contrato social, lo cual da una especie de fundamento legal y legitimidad al ejercicio de la fuerza y así, aunque con potestades amplísimas, el leviatán al tener propósitos claro, disminuye su margen de discrecionalidad, que si bien es enorme, empieza a configurar los limites en el ejercicio del poder. Necesita el Leviatán competencias amplísimas, sí, porque garantizar la seguridad no es tarea fácil luego de salir del estado de guerra, para ser exitoso en esto, el poder soberano debe cumplir con una serie de prerrogativas que incrementarán la posibilidad de éxitos y que estudiaremos a continuación.

3.4.- Características del poder soberano

La existencia de un poder soberano es el pilar fundamental para garantizar la seguridad, éste debe ser fuerte y no puede dar lugar a ambigüedades, sobre eso Hobbes (1984), no admite ningún tipo de relativismo o debate, para él el poder soberano debe tener tres características esenciales: -Ser absoluto, -Ser indivisible, y –Ser irrevocable. De manera más exacta Hobbes (1984:147), planteaba lo siguiente:

El poder soberano no puede enajenarse, en segundo lugar, como el derecho de representar a la persona de todos es dado a quien los hombres hacen su soberano, mediante un pacto establecido entre ellos mismos, y no entre el soberano y alguno de ellos, no puede haber quebrantamiento de convenio por parte del soberano; y, en consecuencia, ninguno de los súbditos puede librarse de estar sujeto a él, alegando algún infracción de contrato por su parte. 

Destaca Hobbes (1984) y enfatiza en que en el establecimiento del contrato los hombres además de transferir y autorizar el derecho y poder a gobernarse a sí mismo como garantía de obtener seguridad, los individuos renuncian también al derecho a resistencia, deben aceptar que no pueden resistirse al poder, por lo tanto considera que ningún hombre puede, sin incurrir en injusticia, protestar contra la institución del soberano declarada por la mayoría.

Hobbes (1984) entiende que una vez erigido el poder soberano, éste no es susceptible a discusión y considera que cualquier disgusto no es más que el desenfado por no poseer poder, por tanto no valora ninguna postura idealista, de manera que las acciones del soberano no pueden ser, en justicia, acusadas por el súbdito, pues quien hace una cosa con autorización de otro, no causa injusticia a quien le dio autoridad para actuar, el súbdito no puede castigar al soberano, ya que éste es juez y entiende qué es lo necesario para la paz

No significa lo antes dicho que la noción de justicia de Hobbes (1984) sea del todo precaria, ya que también señala que es necesario establecer reglas mediante las cuales los súbditos puedan hacer saber a cada hombre lo que es suyo, de tal modo que ningún otro súbdito pueda quitárselo sin cometer injusticia, y el leviatán debe garantizar dicha justicia, tiene el soberano el derecho de decidir lo conveniente, a escoger a todos los consejeros y ministros, tanto para funciones de paz como de guerra, de premiar y castigar y establecer honores y jerarquías según le parezca, cabe destacar que aún hoy muchas de esas atribuciones le corresponden a quien detenta el poder ejecutivo.

3.5 Reflexiones en torno a los conceptos políticos de Hobbes.

Como se ha podido observar, Thomas Hobbes siente que hay una suerte de barbarie política y se propone salvar a los hombres de un estado de guerra en el que todos luchan contra todos, condición propia del estado de naturaleza. Este teórico cree en un estado "creado", resultado de la invención racional, que tiene la suficiente fuerza para poner orden.

El absolutismo propugnado por Hobbes no es de ninguna manera una tiranía ni una dictadura, como suele encasillarse a este autor. Todos los súbditos están sometidos a leyes y a una autoridad que se da porque cada uno de ellos cede, transfiere y renuncia a parte sus derechos mediante un acto voluntario y jurídico (renuncian a la administración personal de justicia y al derecho de pelear con los otros).

Hobbes considera que los hombres están naturalmente inclinados al desencuentro: en el hombre prevalece la vanidad y el egoísmo, por ende debe ser urgentemente reglamentado. Es entonces cuando el Leviatán aparece como un poder mayor y coercitivo que no es divino, sino más bien, es un acto artificial, racional y público.

Partes: 1, 2
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