- Introducción
- ¿Qué es ciencia?
- ¿Qué es Dirección?
- Fundamentos de la dirección como ciencia post-moderna contemporánea
- La dirección educacional. Sus particularidades en la ciencia educativa
- Principios generales y específicos de la administración y la dirección socialista
- Enfoque del sistema
- Principios del enfoque sistemático
- Enfoque por objetivos
- Sistema de dirección de la sociedad socialista cubana
- Bibliografía
El hombre, desde su aparición, vive y trabaja en el seno de la sociedad. El hecho de existir y formar parte de un colectivo, crea la necesidad vital de relacionarse. Estas relaciones que establece el ser humano con sus congéneres, como parte de su propia existencia, son inconcebibles sin alguien que las dirija; por tanto, desde el inicio mismo de la sociedad, rige la dirección como base fundamental para el cumplimento verás de los objetivos y metas propuestas dentro de la complejidad dinámica bio-social en la ciencia administrativa y en otras ciencias.
Es por ello que las sociedades de constante desarrollo, la dirección no solo supera su carácter explotador en otros contextos, sino que da paso al franco predominio de los elementos conscientes sobre los espontáneos, es decir, que el sujeto de dirección ejerce sus efectos sobre la sociedad y sus diferentes eslabones en que son representados, basado en las leyes objetivas de su desarrollo, crecimiento y transformación sociocultural y pluricultural conocidas científicamente y en situaciones concretas del proceso administrativo postmoderno contemporáneo.
Es de ahí que, durante el desarrollo de la comunidad primitiva, al producirse la división social del trabajo, la dirección se convirtió en función especializada de grupos de hombres que conducían la sociedad para alcanzar sus objetivos, en función de los intereses de la clase dominante. Desde esa etapa hasta la actualidad, la conducción de la sociedad ha cambiado en correspondencia con el modo de producción predominante, o sea, a cada uno le corresponden determinadas formas y métodos de gobierno.
Cabe destacar que, la dirección de la sociedad, en cualquier grado de desarrollo que esta se encuentre, comprende los procesos de producción de bienes materiales y espirituales, su distribución y consumo, así como la conducta social de los hombres, que incluye su actividad mental.
¿Qué es ciencia?
La misma se define como la rama del saber humano constituida por el conjunto de conocimientos objetivos y verificables sobre una materia determinada que son obtenidos mediante la observación y la experimentación, la explicación de sus principios y causas y la formulación y verificación de hipótesis y se caracteriza, además, por la utilización de una metodología adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los conocimientos.
También conocida como todo aquel conocimiento adquirido a través del estudio o de la práctica, constituido por una serie de principios y leyes, deducidos mediante la observación y el razonamiento, y estructurados sistemáticamente para su comprensión. El origen de la palabra ciencia se rastrea en el vocablo latín scientia, que significa "conocimiento", "saber".
En tal sentido, la ciencia se rige por métodos conformados por un conjunto de normas y pasos que le otorgarán validez y rigor científico al proceso de investigación. En este sentido, sus hallazgos y observaciones deberán ser siempre objetivos y comprobables.
Es de ahí que la ciencia, en general, comprende varios campos de conocimiento, dentro de los cuales cada uno desarrolla sus propias teorías con base en sus métodos científicos particulares.
La ciencia, además, está íntimamente relacionada con el área de la tecnología, ya que los grandes avances de la ciencia, hoy en día, se logran a través del desarrollo de las tecnologías ya existentes y de la creación de nuevas tecnologías, y viceversa.
Dirigir implica mandar, influir y motivar a los empleados para que realicen tareas esenciales. La relación y el tiempo son fundamentales para las actividades de la dirección. De hecho, la dirección llega al fondo de las relaciones de los gerentes con cada una de las personas que trabajan con ellos. Los gerentes dirigen tratando de convencer a los demás de que se les unan para lograr el futuro surge de los pasos de la planificación y la organización. Los gerentes al establecer el ambiente adecuado ayudan a sus empleados a hacer sus mejores esfuerzos.
También conocida como la aplicación de los conocimientos en la toma de decisiones, incluye la tarea de fincar los objetivos, alcanzarlos, determinación de la mejor manera de llevar a cabo el liderazgo y ocuparse de la manera de planeamiento e integración de todos los sistemas, en un todo unificado.
La dirección debe de saber cómo es el comportamiento de la gente como individuos y cuando están en grupos y entender la forma en cómo operan los diferentes tipos de estructura.
Cabe decir que, la dirección es una fuerza que mediante la toma de decisiones basada en los conocimientos y entendimientos, relaciona entre sí, e integra a través de los procesos de unión apropiados a todos los elementos del sistema organizado de una forma calculada para alcanzar los objetivos de una organización.
Aproximación historia de la ciencia de la dirección y sus hechos holísticos
Para poder estudiar y comprender el desarrollo de las ciencias se hace indispensable vincularlo a la propia historia del desarrollo de la sociedad; según J. D. Bernal (1954) "la ciencia debe ser entendida como: institución, método, tradición acumulativa de conocimientos, factor principal en el mantenimiento y desarrollo de la producción y una de las influencias más poderosas en la conformación de las opiniones respecto al universo y al hombre".
Respecto a esta definición Núñez Jover comentaría años más tarde: "se trata de un enfoque amplio que permite una aproximación rica y diversa al fenómeno ciencia. Abierta, sobre todo, a lo que él consideraba principal, estudiar su historia y contexto social".
La ciencia no puede existir independientemente, separada de un mundo real en constante transformación y desarrollo; como se ha dicho está marcada por la sociedad en que se inserta; pero por otra parte es un fenómeno sociocultural complejo que posee sus propias fuerzas motrices, no existe un condicionamiento casual lineal y mecánico entre la sociedad y la ciencia, sino una relación dialéctica.
En su artículo "Acerca de las relaciones entre la historia y la teoría del desarrollo de las ciencias", G. Prover reconoce los estrechos vínculos de las organizaciones científicas con la economía, la política, los fenómenos culturales, las necesidades y posibilidades de la sociedad en que se desarrolla, al definir la ciencia "no sólo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, entre otros., sino también, simultáneamente, como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Aún más, la ciencia es presentada como una institución social, como un sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, con las necesidades y las posibilidades de la sociedad dada".
Asumiendo el enfoque que se utiliza en esta definición se inicia el estudio de la Dirección como ciencia. Desde los primeros pasos de la existencia del hombre este se agrupó en colectividades para trabajar, sin estar determinado el lugar y las funciones de cada uno dentro de la misma. El desarrollo del colectivo hizo necesario un proceso de coordinación de los esfuerzos en la lucha por satisfacer sus necesidades; pero en la medida en que fueron logrando un mayor desarrollo de sus fuerzas productivas se hizo más necesaria y compleja la dirección como actividad laboral que organizara el trabajo y coordinara los esfuerzos.
La historia de la dirección está vinculada estrechamente al nivel de desarrollo natural e intelectual alcanzado por el hombre en cada uno de los sistemas sociales por los que la humanidad ha transitado. O sea, se vincula tanto al desarrollo de las fuerzas productivas como al de las relaciones de producción y es al mismo tiempo un factor movilizador de ambos elementos.
Desde que el hombre se unió con otros para acometer tareas superiores a sus fuerzas individuales, y que tenían como finalidad fundamental resolver sus problemas de alimentación y vestido, comienzan a surgir las cuestiones más elementales en el marco de planificar y organizar el trabajo del grupo social. La dirección, por tanto es inherente a la sociedad, en cualquiera de sus niveles de desarrollo y su evolución es una consecuencia de la evolución de la misma sociedad.
Los antecedentes de la dirección aparecen formando parte de la propia historia del hombre, como elemento integrador y como modo de conducir al grupo social a determinado fin.
El surgimiento de la sociedad esclavista y con esta la creación del Estado impulsaron el desarrollo de leyes jurídicas lo que contribuyó a organizar y regular el funcionamiento de enormes imperios con grandes complejos tributarios, se desarrolla una estructura estatal y dentro de ella múltiples órganos. Ya en este estadio desaparece el carácter intuitivo de la dirección y se manifiestan algunas de sus principales regularidades.
Dentro de la sociedad feudal se desarrollan formas de explotación más avanzadas. En esta etapa la dirección alcanzó su máxima expresión en la iglesia católica, que era la verdadera armazón ideológica de la sociedad. La iglesia para mantener su hegemonía necesitaba un aparato fuerte, disciplinado y homogéneo en su acción, lo que la obligó a desarrollar determinados principios y métodos para su funcionamiento, por lo que se convirtió así en el sistema de dirección más completo de la época.
La necesidad de la sistematización del conocimiento de la dirección, de su elaboración teórica y práctica en toda su integridad, se manifestó con fuerza de necesidad cuando triunfó la revolución industrial y el capitalismo manufacturado se transformó en capitalismo mecanizado. El desarrollo impetuoso de las fuerzas productivas y el avance de las relaciones de producción burguesas en pleno auge, determinaron el surgimiento de enormes empresas con miles de obreros y más tarde de los insaciables monopolios. Ya la gestión económica no podía depender solamente del conocimiento empírico.
La revolución industrial es un resultado del surgimiento de las relaciones capitalistas de producción. Sin la existencia de un mercado interno ampliado y estable, y sin la presencia de las condiciones propicias para que la ganancia pudiera ser realizada, no hubiera sido posible este fenómeno. Hubo un desarrollo de las fuerzas productivas que transformaron lo fundamental de las relaciones feudales en capitalistas, las cuales, a su vez sirvieron de marco para un ulterior desarrollo de las fuerzas productivas que caracterizan este proceso, se delimitan claramente los rasgos básicos de la sociedad capitalista, la contradicción fundamental entre los productores de riquezas y la apropiación de sus resultados por los propietarios de los medios de producción, y se acentúan las diferencias entre los obreros y los propietarios de los medios de producción.
Todo este cambio cualitativo y cuantitativo en el objeto sobre el cuál actúan las ciencias de la dirección, puso en crisis todas las experiencias anteriores y se hizo necesario que, a partir de una nueva base económica, y por ende a partir de un nuevo modo de producción, surgiera una transformación y una renovación total de esta disciplina.
Esta transformación y renovación no fue inmediata. Como se conoce, los cambios en la superestructura tienen una dinámica mucho menor que los cambios en la base. De aquí que la dirección, como ciencia, no comenzara a adquirir tal connotación hasta principios del siglo XX.
Era imprescindible la elaboración de una disciplina que recogiera la experiencia acumulada por la humanidad durante milenios en la dirección de la producción, y que proyectara sus perspectivas hacia el futuro inmediato: elevar su eficiencia y aumentar sustancialmente la cuota de ganancia que recibían los capitalistas. Los intereses de la burguesía así lo exigían. "A este llamado clasista respondían con prontitud y eficacia un grupo de destacados capitalistas encabezados por Taylor, Farol, Ford, Gatt y otros. Al respecto Engels expresó: "una necesidad técnica hace avanzar más a la ciencia que diez universidades; aquí se cumplió a plenitud la necesidad de perfeccionar el funcionamiento de las empresas y elevar el nivel de rentabilidad. Esto fue un factor decisivo en la creación de la dirección capitalista, a finales del siglo XIX y principios del XX como una disciplina con carácter independiente".
Al igual que otras disciplinas, la dirección aparece, inicialmente, como un proceso eminentemente empírico. Las primeras conclusiones acerca de los mecanismos de la dirección surgen como resultado del método de prueba y error.
En las condiciones del socialismo corresponde al genio de Vladimir Ilich Lenin la creación a partir de las bases trazadas por Marx y Engels, del sistema teórico y práctico de principios, leyes y métodos de dirección socialista.
Posteriormente, numerosos dirigentes, técnicos e investigadores han hecho su aporte valioso al desarrollo de esta nueva disciplina. A esto se ha unido la necesidad de lograr la dirección efectiva de las grandes organizaciones modernas, que aceleró el proceso de descubrimiento de nuevos principios, métodos, técnicas y estilos de dirección.
Otro factor importante que contribuyó al desarrollo de una ciencia de la dirección fue el aporte que otras ciencias sociales, económicas y técnicas hicieron, y lo cual dio carácter interdisciplinario a la dirección contemporánea.
Es por tanto en el siglo XX, que se establece la dirección como disciplina independiente y consecuentemente se definen su objeto, métodos, leyes, principios y procesos.
Fundamentos de la dirección como ciencia post-moderna contemporánea
Puede afirmarse, entonces, que en las condiciones actuales la dirección reúne todos los factores básicos para ser considerada una ciencia, pudiendo señalarse entre los principales los siguientes:
Existe la necesidad objetiva de la dirección como mecanismo regulador de los movimientos y cambios del objeto de dirección, de manera tal que el mismo se mantenga dentro de un estado determinado o pase de un estado a otro.
La dirección posee leyes y principios, y reglas propias que tienen una relación causa-efecto, no solo dentro de la propia disciplina de la dirección, sino además en la interrelación de la misma con el objeto dirigido.
Posee objetivos y unidad de elementos. Puede ser enseñada y aprendida.
A todo lo anterior debe añadirse que la calidad de la dirección resulta imprescindible para la asimilación del desarrollo científico técnico y que no hay esfera, sector o rama, ni siquiera la propia vida personal que escape a su alcance y posibilidades.
El estudio y la investigación en el campo de las ciencias de la dirección se basan consecuentemente, en la aplicación de métodos científicamente fundamentados. Estos métodos deben garantizar el enfoque objetivo de los fenómenos económicos sociales en su acción y desarrollo, descubriendo sus relaciones internas y externas, su interrelación y concatenación. En las condiciones del socialismo la dirección tiene su base metodológica fundamental en la filosofía marxista leninista asumiendo como método principal el dialéctico materialista así como otros métodos del conocimiento científico.
La dirección como ciencia tiene un grado determinado de complejidad en su estructura y modo de funcionamiento. Su propia naturaleza genera incluso numerosas ramas y especialidades de aplicación e influyen sobre ella diversas disciplinas.
Pueden mencionarse, entre las más importantes, la cibernética, la computación electrónica, las matemáticas aplicadas, la estadística, la teoría de la información, la psicología, la sociología, el derecho y otras. Todas estas ciencias han hecho y seguirán haciendo, aportes importantes a la dirección moderna. Tanto el sistema como sus interrelaciones tienen un carácter político ideológico determinado. Ese carácter viene dado por el espíritu clasista que tienen las propias ciencias administrativas y, por tanto, por el objetivo que se persiga con la utilización de sus instrumentos. Un análisis particularmente político del empleo de los aportes de las ciencias técnicamente muy desarrolladas al campo de la administración, lo constituye el discurso de Osvaldo Dorticós, pronunciado el 10 de septiembre de 1973, y donde señala los riesgos ideológicos implícitos en una utilización insuficientemente valorada en el orden político e ideológico. Señala Dorticós: "Pero nunca correr el riesgo y el peligro ideológico y la desviación teórica de creernos que las computadoras sustituyen al hombre, sustituyen al Partido, sustituyen al marxismo leninismo, sustituyen a nuestras concepciones socialistas y comunistas".
La dirección educacional. Sus particularidades en la ciencia educativa
Como ya se ha expuesto, la dirección no está limitada a la esfera de la producción. Sus leyes, principios y reglas, son igualmente extensibles a la esfera social y dentro de ella a la Educación.
Varias son las definiciones que pueden encontrarse acerca de la dirección escolar, e incluso dentro de una misma obra a partir de diferentes enfoques:
"La dirección escolar se analiza como un sistema de conocimientos sobre las regularidades de la realización del proceso docente y de educación de las nuevas generaciones, su realización requiere del estudio integral de la actividad de la escuela". Esta definición, como se puede apreciar, está enfocada hacia un plano teórico.
"La dirección escolar es la creatividad del director y su colectivo de dirección en la aplicación consciente y creativa de las leyes y principios de la dirección social, de los logros de la pedagogía y la experiencia pedagógica de avanzada para asegurar la plena correspondencia entre los objetivos planteados por la sociedad y los resultados reales alcanzados por la escuela como institución docente educativa". En esta otra, el enfoque va hacia un plano eminentemente práctico.
"La dirección escolar es la disciplina pedagógica que estudia el proceso de la dirección de la escuela y que vista desde un plano teórico-práctico abarca dos puntos de vista: como actividad laboral y social (interacción consciente y sistemática que establece el director y sus dirigentes subordinados con su colectivo laboral, de educando, con la comunidad orientada al logro de los objetivos propuestos) y como ciencia de la dirección (sistema de conocimientos científico-teóricos y modos de actuación que guían al dirigente escolar hacia el logro de los objetivos de la entidad escolar)". El enfoque teórico-práctico de esta definición coloca a los directivos como figuras indispensables que deben coordinar sus acciones, y las directrices que de ellos emanen han de ser discutidas en las estructuras correspondientes, ya que las instituciones educacionales constituyen comunidades de trabajo por la labor que en ellas realizan todos los que la integran.
Para el Dr. Sergio Alonso: "en la educación dirigir científicamente es tomar decisiones acertadas –a partir de situaciones concretas y condiciones objetivas– que permitan: atender al hombre colocándolo como sujeto y objeto del proceso de dirección y atender al desarrollo corriente y perspectivo de la organización que se dirige".
Por consiguiente, los objetivos de la escuela actual, los cambios y transformaciones, exigen al directivo perfeccionar constantemente su capacidad de dirección, tener conocimientos sólidos de la dirección científica y lograr la integración de todos los factores implicados (dirigentes, docentes, estudiantes, padres y comunidad) para unificar criterios e identificar los roles de cada miembro en el proceso de dirección.
Siguiendo el enfoque del Dr. Sergio Alonso, para dirigir las instituciones escolares, el estudio de la Dirección Educacional induce a la síntesis de tres conclusiones principales:
1- Lo que se dirige no son instituciones, territorios, ni procesos, sino las personas que participan en ellos.
2- Ninguna organización es capaz de alcanzar en su gestión resultados superiores a las habilidades y capacidades del personal que la integra.
3- El desarrollo corriente y perspectivo de una organización depende del nivel de desarrollo alcanzado por su personal, del grado de motivación, participación y compromiso de cada uno de sus integrantes en la gestión que se realiza, la disposición de los mismos para llevar a la institución a niveles superiores.
La dirección de la escuela, implica, precisar con claridad la política educacional, partiendo de los fines y objetivos pedagógicos diseñados, las necesidades y potencialidades de los estudiantes, del colectivo pedagógico y de la comunidad donde está enclavada la escuela.
Las transformaciones educacionales que requiere la sociedad actual exigen de sus dirigentes, una organización y una cultura que permita continuar perfeccionando el proceso docente educativo en la escuela y en la comunidad sobre bases verdaderamente científicas.
Conocer la evolución de la Dirección como ciencia social y su devenir histórico en otras ciencias más específicas del conocimiento humano, es requisito indispensable para hablar de Dirección Educacional.
La Dirección Educacional se enriquece con el desarrollo de la sociedad y establece una relación dialéctica con ella que se concreta a partir de las transformaciones permanentes de la política educacional cubana actual.
Contar con un material de consulta sobre la evolución de la Dirección como ciencia social hasta la Dirección Educacional, contribuirá al perfeccionamiento del personal adjunto, para impartir el Diplomado sobre Sistema de Dirección Educacional, que facilitará el éxito en la dirección de las transformaciones de la escuela cubana actual.
Principios generales y específicos de la administración y la dirección socialista
1. Centralismo democrático
2. Objetividad
3. Carácter concreto
4. Proporciones óptimas y eficacia
5. Eslabón fundamental
6. Estímulo
7. Unidad de objetivos entre el Partido, Administración y Sindicato
8. Control desde arriba y desde abajo
9. Subordinación del interés individual al colectivo
Centralismo democrático
La dirección socialista tiene que hacer consecuente el hecho de la propiedad social de los medios de producción, con la necesidad de que un grupo reducido de miembros de esa sociedad gobiernen la acción, en representación y para el beneficio de todos.
Este principio plantea, por una parte, la discusión colectiva, es decir, la participación de las masas en el proceso de análisis y evaluación de las decisiones básicas y, por la otra, el concepto de decisión y responsabilidad única; igualmente garantiza a la sociedad, además de una dirección central, el conocimiento sobre quién es sujeto de la autoridad que ella otorga y a quién podrá exigirle responsabilidades por el resultado de la gestión.
Objetividad
La aplicación de una administración científica requiere el conocimiento profundo de las leyes objetivas que gobiernan el desarrollo de la sociedad, incluso, la dirección consciente de los procesos, en función de las exigencias de esas propias leyes.
Carácter concreto
Respecto a este principio se ha planteado la necesidad de que las leyes objetivas se analicen en función de las condiciones concretas de los procesos sociales, para que de ahí derive la forma de instrumentarlas de una manera práctica, según cada caso.
Esto implica el conocimiento justo de la situación del sistema social, sus componentes, la forma en que se manifiestan, la relación de este sistema con otros y el nivel de desarrollo del sistema en sí, a fin de identificar cómo actúan las leyes en ese caso, cuáles nuevas pueden surgir y cómo deben instrumentarse prácticamente.
Proporciones óptimas y eficacia
Tal principio parte de la necesidad de alcanzar los mejores resultados con el empleo mínimo de recursos y tiempo. Este, expresado en términos de la sociedad, garantiza la generalización de los métodos en función del alcance más racional de los objetivos del sistema.
Eslabón fundamental
La sociedad es un sistema altamente complejo. Todo sistema, para demostrar su eficacia, debe ser capaz de mantenerse en un constante proceso de perfeccionamiento. Esto no es fácil en el sistema social, pues el conjunto de elementos, subconjuntos, tareas, interrelaciones y especialidades, entre otras, es tal, que no se pueden concentrar los esfuerzos en todos los aspectos al mismo tiempo.
Esta complejidad de problemas ha sido analizada como una nomenclatura donde todos los eslabones no tienen la misma importancia o significación, a los efectos del sistema social. En este sentido se plantea la necesidad de descubrir el eslabón fundamental, es decir, aquel capaz de ejercer la influencia mayor en todo el sistema y ser, por tanto, decisivo en cuanto al perfeccionamiento del conjunto.
Estímulo
El hombre, como ser inteligente, actúa bajo motivaciones que lo inducen a tener determinada conducta social. El estímulo moral y material debe ser considerado como un elemento importante y fundamental para la dirección del grupo social. En el sistema socialista, este estímulo va orientado a que el hombre tenga esa actuación, lo cual representa una satisfacción para él. Sobre los estímulos morales y materiales, Fidel Castro señaló: "Junto al estímulo moral hay que usar siempre el estímulo material, sin abusar de uno ni de otro, porque lo primero nos lleva al idealismo y lo segundo al desarrollo del egoísmo individual".
Unidad de objetivos entre el Partido, la Administración y el Sindicato
La acción integrada y conjunta del Partido, la Administración y el Sindicato en los organismos, las empresas y otras unidades, permite asegurar una dirección exitosa de la economía y un perfeccionamiento creciente de los procesos de producción y servicios.
Control desde arriba y desde abajo
El control desde arriba lo hacen los organismos superiores y la administración, mediante los mecanismos administrativos y político correspondientes. El control desde abajo se efectúa, entre otras formas, en el proceso de rendición de cuentas de los delegados al Poder Popular, por medio de las asambleas de producción y servicios y mediante el derecho del núcleo del Partido y del movimiento sindical a conocer y participar en las actividades del centro de trabajo.
Subordinación del interés individual al colectivo
En el caso de existir oposición entre los intereses del individuo con respecto a los intereses del grupo social, estos últimos tienen preponderancia sobre los primeros.
Concibe la organización sanitaria como un sistema unificado y dirigido por partes relacionadas entre sí, por lo que cualquiera de ellas afecta a todas las demás, o sea, en vez de ocuparse por separado de estas, dicho enfoque permite que se le mire como un todo y como parte de un ambiente externo más amplio.
Características y propiedades de un sistema
Puede resumirse de la forma siguiente:
Funciona como un todo único, o sea, puede ser delimitado del medio, por ejemplo: un consultorio, un policlínico, un municipio, una facultad, una farmacia, entre otros.
Está compuesto por un conjunto de elementos que lo integran, por lo cual puede descomponerse en sus partes, por ejemplo: en un policlínico se puede estudiar, por separado, los diferentes departamentos, laboratorios y otros.
Dispone de una estructura interna que interrelaciona sus elementos y loa determina, es decir, las relaciones existentes entre el laboratorio y los consultorios, la conexión entre los grupos básicos de trabajo y demás.
Posee relaciones externas, o sea, con el medio que lo rodea, las cuales se establecen con los órganos políticos, sociales y de masas.
Tiene propiedad integradora, que lo distingue cualitativamente, por ejemplo: mejorar el estado de salud de la población.
Funciona para lograr un objetivo, una finalidad, en el caso de los sistemas autodirigidos.
El modelo universal del sistema cuenta de varias partes:
Entradas. Es lo que el sistema recibe del exterior, en el caso del sector de la salud, está constituido por los pacientes, la energía, el presupuesto, la información, los recursos materiales, humanos y financieros y otros.
Salidas. La transformación de las entradas dentro del subsistema regido, pueden decirse: los pacientes curados, mejorados o fallecidos, los órganos de los pacientes operados, los gastos del presupuesto, las estadísticas de todos los eventos realizados en el sistema de información, y demás.
Procesador. Formado por el subsistema regido, en otras palabras, donde se procesa todo lo relacionado con las entradas para que surjan las salidas. Se producen las acciones para dar cumplimiento a los objetivos. En el caso del subsistema rector, está constituido por elementos censores representados, tanto que recoge estadísticas; el comprador, caracterizado por el consejo de dirección y el grupo que se dedica a realizar el análisis de los resultados obtenidos en el proceso y, por último, el activador, que representa el agente de la información que entra al sistema, y sale el otro elemento del sistema a la alimentación.
Realimentación. Permite, entre otras cosas, realizar el control dentro del sistema.
Para lograr la finalidad, en el caso del Sistema Nacional de Salud es mejorar, de manera constante, el estado de salud de la población.
El enfoque del sistema es un método del conocimiento de la teoría general de sistema que posibilita, en un momento dado, estudiar un objeto, fenómeno o proceso considerado como tal mediante su análisis.
Principios del enfoque sistemático
Concibe el objeto de estudio como un todo, del cual surgen nuevas cualidades que no poseen sus elementos por separados, es decir, delimitados.
Descompone el objeto de estudio en sus partes para facilitar el análisis.
Identifica la organización interna del objeto de estudio, conoce su estructura y lo determina.
Descubre las múltiples relaciones externas e internas.
Analiza las funciones y conoce la dinámica para lograr la finalidad.
Los objetivos son declaraciones cualitativas o cuantitativas de las aspiraciones de un individuo o grupo de individuos dentro de una organización. Es un estado futuro deseado de una organización o de uno de sus elementos.
Considerando que debe lograrse uno, se determina un lapso de tiempo específico para su realización. En resumen, son las metas que se persiguen, en un ámbito definido, y sugieren la dirección de los esfuerzos de una organización.
Por concepto, el enfoque en la administración es aquel por el cual el sujeto y el objeto de dirección, en conjunto, definen y estructuran los objetivos del sistema y establecen las áreas de responsabilidad de cada cual como base para la evaluación de los resultados que se proponen alcanzar.
Para conducir el proceso de administración, se deben definir en los objetivos, su contenido y nivel de ejecución, el tiempo en que deben cumplirse y la precisión de lo que se quiere obtener.
Los objetivos 5 que se tracen deben ser:
Flexibles: Que puedan ser modificados de acuerdo con las circunstancias para que se adapten a las condiciones de estas.
Motivadores: Estén al alcance de las personas y en correspondencia con las aspiraciones individuales de ellas.
Comprensibles: Deben ser sencillos y claros en su redacción.
Comprometedores: Se confeccionan a partir de todos los involucrados, pero una vez aprobados son de obligatorio cumplimiento.
Convenientes: Deben apoyar la misión de la institución o el grupo que lo asuma.
Medibles: Que puedan cuantificarse, para poder evaluar sus avances.
Factibles: Posibiliten ganarse en las condiciones de la organización.
Aceptables: Aprobados por los directivos y trabajadores.
Sistema de dirección de la sociedad socialista cubana
A todo sistema organizativo (sociedad, territorio, organismo político, ministerio, empresa y demás) corresponde un proceso administrativo específico, caracterizado por ciertos objetivos, elementos, relaciones, propiedades, flujos de información, métodos, funciones, decisiones y resultados. A esta forma particular que asume el proceso administrativo, bajo determinados condiciones de tiempo y espacio, se le denomina "sistema de dirección".
Estructura del sistema de dirección del estado cubano
Los fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado cubano actual, vienen definidos en el capítulo 1 de la Constitución de la República de 1976 y en su modificación de 1992. En esta se establece que la República de Cuba es un Estado socialista, de obreros y campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales. Todo el poder pertenece al pueblo trabajador, el cual lo ejerce por medio de las asambleas del Poder Popular, y demás órganos del estado que de ellas se derivan, o directamente.
Este poder se sustenta en la firme alianza de la clase obrera con los campesinos y las demás capaces trabajadoras de la ciudad y el campo, bajo la dirección de la clase obrera.
La Constitución establece, igualmente, en su capítulo VII los principios de organización y funcionamiento de los órganos estatales, plasmados, que estos funcionan y desarrollan su actividad sobre la base de los principios de la democracia socialista, la unidad de poder y el centralismo democrático.
Estos 3 principios se manifiestan correctamente en las formas siguientes:
Carácter electivo y periódicamente renovable de todos los órganos de poder del estado, órganos ejecutivos y tribunales.
Control de la actividad de los órganos estatales, los diputados, delegados y funcionarios, por parte de las masas populares.
Obligación de los elegidos de rendir cuentas ante sus electores, y derecho de estos, a revocar el mandato de los primeros.
Posibilidad de cada órgano estatal de aprovechar, en el marco de su competencia, los recursos y posibilidades locales, y la participación de las organizaciones sociales y de masas.
Los órganos estatales inferiores están obligados a cumplir las obligaciones de los órganos estatales superiores y de rendirles cuenta sobre su gestión.
La doble subordinación de los órganos ejecutivos y administrativos.
La libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y autocrítica y la subordinación de la minoría a la mayoría en todos los órganos estatales colegiados.
El sistema de dirección del Estado socialista cubano se integra de la forma siguiente:
Constituciones representativas del poder estatal
Órganos de dirección y administración del Estado
Instituciones judiciales y fiscales
Instituciones armadas
Las instituciones representativas del poder estatal constituyen los máximos órganos de autoridad estatal dentro de sus diferentes instancias. Sus miembros son nominados y elegidos por el pueblo y su poder emana directamente de este. Dichas instituciones son:
La Asamblea Nacional: órgano supremo del poder del estado y el único con potestad constituyente y legislativa de la República.
Las asambleas locales: están investidas de la más alta autoridad para el ejercicio de sus funciones estatales en los niveles de provincia y municipio.
Una vez constituida la Asamblea Nacional, esta elige, entre sus diputados, al Consejo de Estado, integrado por 1 presidente, 1 primer vicepresidente, 5 vicepresidentes, 1 secretario y 23 miembros más.
El Consejo de Estado es un órgano de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y la representa entre uno y otro período de sesiones, ejecuta los acuerdos de estos y cumple las demás funciones que la constitución le atribuye, ostenta la suprema representación del Estado cubano.
El Presidente del Consejo de Estado es Jefe de Estado y Gobierno. Las atribuciones del Consejo de Estado vienen descritas en el artículo 93 de la Constitución de la República.
El resto de las instituciones administrativas, judiciales y armadas de la República, se subordinan a las instituciones, representativas del Estado socialista cubano.
Las instituciones judiciales y fiscales están formadas por el Tribunal Supremo Popular, la Fiscalía General de la República y los Tribunales Populares, en los espacios provincial y municipal.
Los órganos de dirección y administración del Estado están constituidos por los organismos centrales (comités estatales, ministerios e institutos) y por las direcciones administrativas, locales, tanto de la provincia, como el municipio. El conjunto de estos órganos forman el Gobierno de la República, cuyo máximo organismo ejecutivo y administrativo lo constituye el Consejo de Ministros.
El aparato del Estado cubano está formado por órganos representativos, administrativos, judiciales, fiscales y de control de defensa. Cada grupo de órganos cumple una función específica en el aparato de poder y entre ellos.
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Autor:
Profesor e Investigador
MSc. Anibal Olivero
Especialista en Ciencias de la Dirección