1. Resumen3. Objetivos 4. Planteo del Problema5. Hipótesis6. Marco Teórico7. Fobias y adicción a drogas:8. Consecuencias De La Fobia Social9. Motivo De Consulta Y Evaluación10. Evaluación realizada por medio de cuestionarios11. Inventario de Asertividad12. Recursos disponibles y déficit13. Diagnóstico14. Tratamiento15. Resultados16. Seguimiento17. Recolección y elaboración de datos18. Conclusión19. Bibliografía20. Anexos
1. Resumen
Hubo desde los comienzos como un acuerdo en la elección del tema. Nos había llamado particularmente la atención cuando un integrante del grupo lo vio en un informe televisivo. Aparte elegimos este tema ya que para nosotros era uno de los menos difundidos.
Dedicamos gran parte del tiempo que nos demandó el trabajo, a la búsqueda de la mayor cantidad posible de material bibliográfico. Para esto recurrimos a bibliotecas, profesores, psicólogas, psiquiatras.
Lo ordenamos para poder estructurar el desarrollo, empezando por la definición del trastorno, sus causas, características y tratamientos, tanto de la víctima como de su entorno.
Luego realizamos encuestas y entrevistas que nos ayudaron a cotejar y corroborar los conocimientos ya obtenidos.
Qué puede haber mejor que charlar con otra persona, tomarse unas cañas con amigos, o salir al campo en compañía. Incluso preparar un examen puede resultar mejor si se hace con compañeros. Cualquier actividad realizada en grupo resulta gratificante y enriquecedora, no hay que perderse nunca la compañía de otras personas, cualquier motivo es bueno para organizar una fiesta o una celebración.
Quizá tú estés pensando que no, que precisamente esas situaciones en las que hay mucha gente a la que saludar son insoportables, porque no sabes cómo comportarte. Que aún estando en compañía de amigos, te sientes tremendamente sólo. Cualquier cosa que puedas decir resultará ridícula y embarazosa. Piensas que los demás se desenvuelven con soltura y naturalidad en fiestas y reuniones sociales. Situaciones que tú acabas evitando con mil disculpas. Cuando no queda más remedio que acudir a uno de esos lugares, en los que hay más gente, conocida y desconocida, los síntomas psicofisiológicos más frecuentemente experimentados son: sudoración, temblores, taquicardia y rubor.
Tiendes a centrar la atención excesivamente en tí mismo, con la creencia de que los demás están pendientes exclusivamente de lo que haces, de cómo te relacionas. Pensando, desde luego, que no lo haces bien, que los demás lo van a notar y lo criticarán.
Estas personas, son excesivamente sensibles a las críticas ajenas, críticas que en ocasiones no llegan a existir pero uno las anticipa o las supone, pensando incluso que son reales y, por supuesto, consecuencia de fallos propios.
Se empieza a evitar, por tanto, esas situaciones que tanta ansiedad provocan. Y cuando no es posible evitarlas, desde luego no se participa activamente, por ejemplo, empezando una conversación o sentándose al lado de un desconocido. Uno se evade mentalmente de la situación, apareciendo ante los demás como ausente.
La fobia social es el segundo trastorno fóbico más frecuentemente visto en la clínica, sólo superado por la agorafobia. La forma de comienzo de este problema puede ser progresiva, con antecedentes de timidez en la infancia y de aislamiento en la adolescencia, o bien repentina, tras una experiencia traumática.
Baja autoestima y sentimientos de inferioridad son rasgos característicos de las personas que presentan este problema. No siendo raro, que se recurra al consumo de alcohol como estrategia de afrontamiento ante las situaciones temidas.
En el transcurso del trabajo nos propusimos múltiples objetivos, pero el más importante fue el de ampliar nuestros conocimientos, así sea investigando, recolectando y elaborando información, y asimismo dar a conocer:
las causas de la fobia social
el comportamiento de las personas que padecen esta enfermedad
sus tratamientos
Actualmente vivimos en una época caracterizada por una aceleración constante, donde no existe el lugar ni el tiempo para elaborar los duelos que acarrean las distintas pérdidas. Los mecanismos de la cultura exigen a los individuos una respuesta rápida, una sobre adaptación. Dichas características dan lugar a distintas patologías, entre tantas tomaremos a las fobias, particularmente la "fobia social".
Al comenzar nuestro trabajo nos propusimos enunciar las siguientes hipótesis:
1. Los fóbicos cuentan con personas e instituciones que se especializan en hacer que estos se enfrenten a su miedo, que es el de sentirse segregado frente a una situación social.
2. La fobia social puede llevar a las personas a estados de pánico, los cuales pueden ser muy graves.
3. Las personas que padecen este miedo consumen drogas y alcohol para enfrentar estas situación sociales.
4. El fóbico vive condicionado por la fobia social, la cual lo limita, incapacita, impidiéndole realizar una vida normal.
Entendemos por fobia social, un miedo intenso que caracteriza a las distintas personas que la padecen, incapacitándolos para enfrentar situaciones sociales. Estas últimas generan un alto grado de ansiedad que se traduce en un sentimiento de angustia y/o pánico. Así, estas personas comienzan a evitar compromisos sociales, sirviéndose de excusas que consigan este propósito: "…no puedo ir porque estoy enfermo…".
Quien padece de fobia social tiene la idea de que las otras personas son muy competentes en público y que él o ella no lo son. Pequeños errores que cometa podrán parecerle mucho más exagerados de lo que en realidad son. Se sienten muy avergonzados por ruborizarse y piensan que todas las personas lo están mirando, también puede tener miedo de estar con personas que no sean las más allegadas. Su miedo puede ser más específico, como el sentir ansiedad si se tiene que dar un discurso, hablar con un jefe o alguna otra persona con autoridad, o bien aceptar una invitación. La fobia social más común es el miedo a hablar en público.
Las situaciones sociales que tienden a ser evitadas son:
* Hablar con personas desconocidas
* Beber o comer en lugares públicos (temor a atragantarse)
* Hablar por teléfono mientras se es observado
* Orinar en un baño público
* Ingresar a un ambiente (restaurante, salón de clases, etc.) cuando ya hay personas sentadas
* Rendir exámenes orales
* Resistir a vendedores insistentes
* Hacer una conquista sexual
* Mirar a los ojos a personas muy conocidas
Se diagnostica fobia social cuando la conducta evitativa o la resistencia a enfrentar estas situaciones interfiere con la actividad laboral o educativa del afectado.
Las personas que padecen fobia social les preocupa mucho el hacer el ridículo delante de los demás, y se sienten muy ansiosas antes de enfrentarse a la situación que temen. Se encontrarán con anterioridad revisando, con gran detalle, todas aquellas cosas que le pueden poner en un apuro. Cuando se encuentren con gente se sentirán aún más ansiosas, y pueden llegar a ser incapaces de decir o hacer lo que deseen. Una vez que todo acaba, se preocuparán sobre lo que ha pasado, de nuevo en gran detalle, y desearán haber hecho las cosas de forma diferente. De alguna forma es una profecía autocumplida. Se preocupan tanto de parecer preocupado, que realmente parecen preocupado. Su preocupación es su peor enemigo.
Existen dos tipos de fobia social:
Generalizada:
Hace referencia a la preocupación que un fóbico social presenta ante la situación de convertirse en el centro de la atención de los demás en cualquier lugar en que se encuentre con otras personas. Se encontrará a sí mismo preocupado de que todo el mundo lo mire y se da cuenta de lo que hace. Puede tener miedo de que le presenten a otras personas y se preocupará incluso por el comer o beber en público. Probablemente se le hará difícil entrar en las tiendas o restaurantes. Puede sentirse tan avergonzado por tener que desvestirse en público, que no querrá ir a la playa. También es posible que le sea difícil enfrentarse a su jefe o a sus colegas o compañeros de trabajo, incluso cuando realmente debería hacerlo.
Las fiestas suelen presentar problemas particulares. Muchos vacilaríamos ligeramente antes de entrar en una habitación abarrotada de gente, pero las personas que tienen fobia social puede resultarles casi imposible el entrar en la misma.
Específica:
Consiste en la fobia a situaciones sociales muy concretas, pero no a todas las situaciones. Es decir, puede sentirse incapacitado para comer en público, pero no para hablar delante de los demás, caminar por la calle, etc.
Causas de la fobia social
La Organización Mundial de la Salud (OMS), identifica algunos factores que podrían ser la causa del desorden.
Algunas investigaciones apuntan a una pequeña estructura cerebral llamada la amígdala, que puede estar relacionada con los síntomas de la fobia social. Se cree que la amígdala es uno de los centros cerebrales que controla la respuesta al miedo.
Estudios en animales sugieren que la fobia social podría ser heredada. De hecho, los investigadores identificaron recientemente un gen en los ratones que afecta el aprendizaje del miedo.
Una línea de investigación está explorando la base bioquímica que pudiera tener el desorden.
Otros especialistas exploran la idea de que una alta sensibilidad a la desaprobación puede estar basada en causas hormonales o tener raíces psicológicas
También se hacen pruebas sobre la influencia del ambiente en el desarrollo de la fobia social. La gente que la padece puede adquirir el miedo al observar el comportamiento y las consecuencias de las acciones de otros, un proceso llamado aprendizaje por observación o modelado social.
Síntomas:
Las personas que padecen estos tipos de fobia social, suelen compartir una serie de síntomas físicos, como son: tener la boca muy seca, sudar en gran cantidad, sufrir palpitaciones (sensación de que el corazón le late muy rápido, o irregularmente), y tener ganas de orinar o defecar. Otras personas experimentan síntomas más evidentes para los demás como: ruborizarse o enrojecer, tartamudear, o experimentar sacudidas y temblores. En ocasiones respira demasiado rápido, lo cual da la sensación de endormecimiento y hormigueo de los dedos de las manos y de los pies. Estas molestias, en sí mismas, pueden llegar a ser bastante alarmantes haciendo que la ansiedad incluso empeore.
Ataques de pánico:
Muchas personas con fobia social pueden desarrollar otros desórdenes de ansiedad, en particular ataques de pánico (de forma intensa o con estallidos de terror acompañados de síntomas físicos), en situaciones sociales comprometedoras.
Las crisis de pánico son la respuesta de alarma de nuestro organismo ante el peligro. Si reaccionásemos con miedo, temblor, taquicardia, etc. , porque alguien nos ataca con una navaja, consideraríamos nuestra respuesta de terror y las sensaciones internas que lo acompañan, como algo normal. Si alguien nos gastase una broma pesada amenazándonos con una pistola y nosotros creemos equivocadamente que va a disparar y matarnos, reaccionaríamos con la misma respuesta de miedo; se pondría en marcha nuestro sistema de alarma y, en este caso, se trataría de una falsa alarma.
Nuestro cuerpo y nuestra mente responden con miedo, con las sensaciones internas típicas del pánico y con el impulso de huir; cuando estamos ante un peligro, sea este real o imaginario. Es algo parecido a lo que ocurre con la alarma de un coche cuya misión es ponerse en marcha cuando hay peligro de que lo roben; pero que, en ocasiones, se activa sin que exista ningún peligro de robo. Del mismo modo, a veces, en algunas personas se pone en marcha el sistema de "alarma ante el peligro" y reaccione como si, en ese momento, estuviesen a punto de morir, volverse locos o perder el control.
Esto puede ocurrirles sin que se hallen ante ningún peligro real. Y ¿por qué ocurre?. Pues, por una serie de circunstancias, han llegado a creer que ciertas sensaciones internas, que todos notamos cuando estamos nerviosos significan que están en peligro. Por lo tanto, al notar esas sensaciones creen que es la señal de que algo terrible está a punto de ocurrirles. Esto hace que se ponga en marcha el sistema de alarma que, supone un aumento del miedo y de las sensaciones internas. Ese aumento de miedo y de sensaciones, se interpreta como prueba de que algo malo está ocurriendo, dando lugar al círculo vicioso del pánico.
Es decir, el problema consiste en que se hace una interpretación catastrófica de unas sensaciones "normales" y al hacer esa interpretación catastrófica y creer que se está en peligro, el cuerpo reacciona como si estuviese en peligro real.
¿Cómo empezó todo esto?
El día en que se experimenta el primer ataque de pánico, pudo ocurrir algo que influya en que se noten sensaciones internas más fuertes de lo habitual (por estar nervioso, por haber tomado algún tóxico, etc.). También pudieron darse circunstancias que influyan en que hagas una primera interpretación catastrófica de las primeras sensaciones internas que se noten, y en que dicha interpretación se mantuviese en el tiempo.
Lo más común es que alguien conocido hubiese experimentado alguna enfermedad grave, cuyos síntomas sean similares a las sensaciones que se notan al inicio del primer ataque.
El caso es que, por esas u otras razones, ese día al notar ciertas sensaciones internas dan por creer que eran señal de peligro inminente, de que iba a ocurrir alguna "catástrofe" física o mental. Esa creencia, es la que puso en marcha el sistema de alarma del organismo; es decir, se activó una parte del sistema nervioso, principalmente el llamado sistema nervioso simpático y esto hizo que se produzcan cambios en la respiración, en las hormonas, etc.
Así, en forma instantánea, las sensaciones internas iniciales se hacen mucho más fuertes y se añaden otras nuevas. Esto se interpreta como confirmación, de que algo terrible está pasando y, por lo tanto, el miedo y la ansiedad subieron más y más. Es lo que llamamos el circuito vicioso del pánico.
Después del primer ataque, que suele suponer una experiencia aterradora, la persona que lo sufre puede quedar convencida de que tiene una enfermedad, física o mental, muy grave, cuyos síntomas pueden reaparecer en cualquier momento.
Por eso, quienes padecen este problema, empiezan a autoobservarse continuamente en busca de cualquier señal interna. Esta auto observación hace más fácil que se note alguna sensación, y cuando la persona con pánico la nota, se activa su creencia de que esta en peligro, y así se pone en marcha el círculo vicioso que puede llevar a un nuevo ataque de pánico.
Al activarse el círculo vicioso de pánico, la persona suele hacer ciertas cosas que cree que la ayudan a "conjurar el peligro", como distraerse, tomar medicación, rezar o huir del lugar donde esta. Al mismo tiempo, puede empezar a evitar las actividades o las situaciones, en que cree que es más fácil que aparezcan las sensaciones tímidas.
7. Fobias y adicción a drogas:
La Asociación Americana de la Salud Mental dice que la fobia social puede causar baja autoestima, depresión y en situaciones extremas hasta intentos de suicidio. Para tratar de aliviar la ansiedad que produce y la depresión, la gente con fobia social podría comenzar a tomar alcohol o usar otras drogas como la marihuana, la cocaína o ansiolíticos potentes, pero lo curioso es que muchas veces ni siquiera necesitan consumirlas. Solo necesitan la seguridad de tenerlas a su disposición. Algunos sin saberlo, cuando las consumen caen en los efectos adictivos de su ingestión. Cuando en su afán de independencia las suspenden bruscamente, producen reacciones aún más angustiantes, estas se deben a un "rebote" del consumo, llamado "síndrome de abstinencia".
8. Consecuencias De La Fobia Social
¿Tiene tratamiento la fobia social?
Si, como cualquier otra patología, esta también tiene tratamientos específicos, estos son:
Psicológicos Y Farmacólogicos
Tratamiento psicológico:
Debemos ponernos en contacto con un psicólogo que nos ayude a seguir un tratamiento personalizado, en cualquier caso la mejor terapia de este tipo a seguir es la llamada cognitiva-conductual. Esta terapia consiste en la exposición controlada a aquellas situaciones que causan ansiedad y demás síntomas descritos. Con esto se consigue que la ansiedad causada por las distintas situaciones, vaya disminuyendo paulatinamente hasta llegar a un nivel controlable por el paciente. El psicólogo enseña al paciente unas técnicas basadas en habilidades sociales para que este pueda controlar la ansiedad sin que lleguen a aparecer los síntomas fisiológicos, una vez conseguido esto a través de un proceso de meses de tratamiento, el paciente podrá enfrentarse a aquellas situaciones que antes creía no poder afrontar. Otras terapias muy comunes y eficaces son la terapia de exposición y cognitiva.
Terapia de exposición.
Esta técnica consiste en ayudar a una persona a relajarse cuando se encuentra en la situación que considera como amenazadora. Una de las terapias de exposición existentes es la conocida como "inundación". Al paciente se le enseña primero como relajarse en una situación amenazadora y a continuación se le sitúa en una situación que normalmente le preocuparía, como una habitación abarrotada de gente. Entonces se le ayuda a relajarse y a que espere a que su ansiedad desaparezca, lo cual ocurre al cabo de un rato.
Terapia cognitiva.
Las cosas que pensamos condicionan nuestro estado de ánimo. Con frecuencia nos ponemos nerviosos como consecuencia del modo en que pensamos. Este tipo de tratamiento ayuda a las personas a cambiar la forma en que piensan de sí mismos y de los demás. Así, por ejemplo, cuando surge un silencio en una conversación, un paciente con una fobia social tenderá a pensar que es por su culpa, y empezará a sentirse ansioso. En la terapia cognitiva, el terapeuta le recordará que lo más probable es que la otra persona se haya quedado sin cosas que decir, una forma mucho más realista y menos preocupante de pensar sobre la situación.
En cualquier caso, el tratamiento psicológico no siempre da buenos resultados por si sólo, ya que a veces este trastorno lleva demasiado tiempo arraigado en la vida del paciente, hasta el punto de hacerle creer que forma parte de su personalidad y no de un simple comportamiento aprendido basado en patrones inconscientes erróneos, como en realidad es.
Tratamiento farmacológico:
Betabloqueantes.
Aunque estos fármacos suelen usarse para tratar la hipertensión arterial, en dosis bajas controlan las repercusiones físicas de la ansiedad y pueden ser tomados inmediatamente antes de encontrarse con la gente o de hablar en público.
Antidepresivos.
Existe un tipo particular de antidepresivos, los llamados "Inhibidores de la Mono Amino Oxidasa" (IMAO) que han demostrado que reducen o incluso hacen desaparecer la ansiedad y el pánico, aunque suele ser necesario que transcurran varias semanas antes de que el tratamiento funcione. Sin embargo, este tipo de fármacos presenta inconvenientes que pueden llegar a ser importantes. Los IMAOs tienden a bajar la presión arterial lo cual puede hacer que el que los toma se sienta débil. Además, algunos alimentos como algunos quesos, algunas cervezas y vinos tintos, productos de la levadura, chocolate, habas y escabeches pueden dar lugar a peligrosas reacciones hipertensivas, de forma que los pacientes que tomen este tipo de fármacos deben llevar a cabo estrictas dietas en las que no figuren estos alimentos.
Existen en la actualidad algunas mejoras en los inhibidores, llamados RIMAs (Inhibidores Reversibles de la Mono Amino Oxidasa tipo A) que parecen no causar estas reacciones adversas. Los antidepresivos clásicos no parecen funcionar bien en la fobia social.
Sin embargo, los antidepresivos más recientes (conocidos como ISRS – Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina) han demostrado ser útiles en el tratamiento de la fobia social, aunque pueden dar lugar a dolores de cabeza y vértigo en las primeras semanas de tratamiento. Con este tipo de antidepresivos usted podrá comer lo que desee.
Tranquilizantes.
Los fármacos como el valium fueron usados en el pasado para el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad. Hoy en día sabemos que son adictivos y que no ayudan a largo plazo y que por tanto no deberían ser empleados en el tratamiento de la fobia social
Existen actualmente muchos fármacos de la familia de los ansiolíticos que se han demostrado eficaces para el tratamiento de la fobia social, aunque muchos de ellos cuentan con un gran inconveniente que son los efectos secundarios que tienen. Nombraremos aquí, tres de los más utilizados y cuyos efectos secundarios no revisten demasiada importancia:
Prozac: es el fármaco más popular de la historia moderna, popularizado en estados unidos como la "píldora de la felicidad", está indicado para el tratamiento de las depresiones graves, así como para el de la fobia social.
Hace cuatro años, el prozac, causó un fuerte impacto en estados unidos. Diseñado originalmente para tratar la depresión, los médicos vieron que alteraba algunos rasgos de la personalidad, como las actitudes depresivas, la agresividad, la irritabilidad, y desde luego, la timidez. La clave de tal "revolución" estribaba en la acción específica de este medicamento sobre dos neurotransmisores del cerebro, la serotonina y la norepirefrina.
Estas sustancias las producen las neuronas para transmitir los impulsos nerviosos, y forman parte de una gran familia química dentro del cerebro en la que se han catalogado decenas de neurotransmisores que circulan dentro de nuestra cabeza.
Hipérico: se trata de una especie de "prozac" pero en versión natural y que por lo tanto cuenta con menos efectos secundarios. Está de moda en alemania y ya se ha convertido en un símbolo para la cultura naturista germana. Se trata de un extracto de una planta milenaria, la hierva de san juan. Al igual que el prozac está indicado para problemas depresivos y fobias.
Seroxat: este medicamento ha sido muy comentado en todos los medios informativos durante la segunda mitad de 1998, siendo catalogado en muchas ocasiones casi como una "Píldora milagrosa contra la fobia". Su fórmula química original se denomina "PAROXETINA" y es un inhibidor de recaptación de serotonina (ISRS). Está indicado para combatir las depresiones y timidez patológica o fobias sociales.
Lo cierto es que se trata de un medicamento comercializado en todo el mundo para tratar la depresión, pero los psiquiatras del Reino unido han descubierto que es efectivo para combatir la ansiedad y las fobias sociales.
Los estudios realizados en 861 pacientes en todo el mundo durante 40 semanas indicaban que aquellos que ingerían 20 miligramos de paroxetina mejoraban ostensiblemente de sus fobias sociales. El hecho de que la paroxetina o seroxat se presentara como una solución para la esta enfermedad mental, radica simplemente en que las personas afectadas por fobia social, son tímidas por naturaleza, por eso a veces se hace difícil distinguir dónde se encuentra la línea que separa la timidez de la fobia social.
Otros fármacos eficaces en el tratamiento de fobias sociales son: TRANKIMAZIN – RIVOTRIL – LEXATIN – TENORMIN… etc.
Los tratamientos farmacológicos que acabamos de exponer, deben ser administrados bajo supervisión médica y nunca por propia iniciativa y en consecuencia sin control.
9. Motivo De Consulta Y Evaluación
Información obtenida de entrevista
Para dar cuenta de teoría anteriormente detallada, tomamos el caso de una chica de 17 años llamada María.
El motivo de la consulta es porque "estoy muy nerviosa, no sé cómo actuar, cómo hablar con los demás y decir mi opinión", "mi nerviosismo ante los demás, el miedo a ciertas personas, miedo a ser yo misma y a la falta de organización que tengo, me agobio por todo". Cuenta que tiene miedo a hablar en público y a decir lo que piensa con cualquier tipo de persona, y que siempre aparenta que no le ocurre nada, aunque "por dentro esté muy nerviosa". Comenta que "desde que era pequeña nunca me he sentido importante, la gente se reía de mí, y ahora me da miedo ser yo, podría pasar lo mismo que en el pasado". María señala que el "miedo a hablar en público" le afecta más intensamente en los exámenes orales y en las exposiciones en clase. Lo que más le preocupa es la evaluación del profesor. La última vez que tuvo que exponer en clase reaccionó con mucha sudoración, mareos e incluso llegó a llorar, no podía articular palabra y tuvo que desistir. El profesor, en aquella ocasión, permitió que no realizara la exposición dado su estado. Posteriormente, continuó permitiendo que María no realizara exposiciones orales evaluándola únicamente por su rendimiento en trabajos por escrito.
Este miedo no le afecta en el mismo grado en otras situaciones. María por iniciativa propia se apuntó al grupo de teatro del instituto para intentar vencer su miedo, "me pongo muy nerviosa, pero al meterme en un personaje que no soy yo me cuesta menos expresarme".
También comenta que padece fuertes tics en el labio inferior y en un párpado, y que por más que intenta eliminarlos, o por lo menos disimularlos no puede detenerlos, sobre todo el del labio "al hablar se me nota más", y esto le pone aún más nerviosa por lo que se produce una acentuación de los tics.
Al preguntarle cómo afectan en su vida estos problemas dice sentirse indefensa, pequeña, "tengo miedo, no sé por dónde pillar las cosas", "me da miedo decir mi opinión, no sé cómo se lo van a tomar los demás, me pongo triste y a veces me enfurezco hasta que se me pasa".
En casa se siente desplazada. Tiene un hermano mayor independizado y otro hermano tres años menor que ella. Su padre es propietario de un bar y su madre es ama de casa. María refiere que su padre le infunde mucho respeto e incluso miedo y lo define como autoritario y machista. Según María con su madre tiene más comunicación y se siente mejor.
Así mismo, María manifiesta que en su infancia padeció terrores nocturnos, se orinaba en la cama, se comía las uñas, tenía temores y, en suma, define su infancia como infeliz. María relata que, además, durante su periodo escolar fue objeto de numerosos insultos por parte de otros que le hacían mucho daño.
En la actualidad dice padecer los siguientes síntomas: dolores de cabeza, mareos, palpitaciones, dolores de estómago, insomnio, tensión, pánico, temblores, sentimientos de soledad, sentimientos de inferioridad, depresión, dificultad para relajarse, dificultad para concentrarse, incapacidad para pasar un rato agradable, timidez ante otras personas y malas condiciones hogareñas. Además, tiene dificultades para entablar y mantener amistades. En la actualidad tiene novio, pero dice sentirse insegura con él.
María teme hablar en público porque cree que los demás se van a dar cuenta de que su voz o sus manos están temblando, también piensa que su ansiedad va a ser tal que no va a poder articular bien las palabras; incluso cuando ha estudiado bien la lección y se ha preparado su examen o exposición con días de antelación, al subir a la tarima se ve totalmente "fuera de sí" y no puede enfrentarse a la situación. También, en los ensayos de teatro experimenta gran ansiedad tanto cuando se encuentra únicamente con sus compañeros actores como cuando hay público desconocido, siendo en este caso mucho mayores los niveles de ansiedad. Teme también los exámenes escritos, a obtener malos resultados y a participar oralmente en clase, por este motivo ha sido incluida en el Programa para la Reducción de la Ansiedad ante Exámenes mencionado anteriormente.
Además adolece de habilidades sociales, especialmente de asertividad en su relación con los otros. Esto incrementa notablemente su ansiedad interpersonal, ansiedad que "resuelve" con conductas de evitación, por ejemplo, no sabe como pedir una prenda que ha prestado a una amiga, se dispara su ansiedad ante esta situación y finalmente la evita y da por perdida la prenda.
Así mismo padece ansiedad anticipatoria mucho antes de afrontar la situación social temida o la actuación en público, que se manifiesta principalmente con autoverbalizaciones negativas acerca de sí misma y de su rendimiento. Llega a constituirse un círculo vicioso formado por la ansiedad anticipatoria que, le provoca ideas de carácter negativo y los síntomas de ansiedad antes y frente a la situación temida, que le lleva a un rendimiento insatisfactorio real (obteniendo malas notas) y subjetivo ("me ha salido mal", "voy a suspender), generándose mayores niveles de tensión y malestar que incrementan su ansiedad anticipatoria ante situaciones posteriores.
Sus temores se relacionan con la mayor parte de las situaciones sociales como, por ejemplo, tener citas, hablar con figuras de autoridad, decir un por qué cuando quiere una explicación, pedir favores y resolver conflictos. María es susceptible a la crítica, a la valoración negativa de los demás y al rechazo, posee una baja autoestima y tiene sentimientos de inferioridad. Piensa que los demás no le quieren cuando le conocen con más profundidad, que los demás le ven como una persona "rara, que llora fácilmente, mentirosa, mimada y en sus días malos intratable". De ella misma piensa que es "sensible y se preocupa por la gente, pero también que es cabezota, indecisa, a veces torpe".
10. Evaluación realizada por medio de cuestionarios
Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad -ISRA
Este inventario posibilita mediante la valoración de respuestas específicas ante situaciones concretas una evaluación de la reactividad de los tres sistemas de respuesta (cognitivo, fisiológico y motor) así como una medida de cuatro áreas situacionales ligadas a diferencias individuales (ansiedad ante la evaluación, ansiedad interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante situaciones de la vida cotidiana). En suma, este cuestionario está basado en el modelo interactivo de Lang (1968) y en el modelo interactivo de Endler (Endler y Okada, 1975).
Consta de 22 situaciones y 24 respuestas de ansiedad. El sujeto debe evaluar la frecuencia con que se manifiestan una serie de respuestas de ansiedad, ante cada una de las 22 situaciones que se presentan. En total el sujeto debe responder a 224 ítems (interacción situación x respuesta). Así, por medio del ISRA obtendremos en total puntuaciones en ocho escalas. Las tres primeras corresponden a los tres componentes de la respuesta de ansiedad ante distintas situaciones: reactividad cognitiva, fisiológica y motora. En cuarto lugar nos proporciona la medida del Rasgo o nivel general de ansiedad. Y finalmente las cuatro últimas corresponden a áreas situacionales que reflejan los niveles de ansiedad ante diferentes categorías de situaciones: ansiedad ante la evaluación, ansiedad interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana.
A continuación se presentan los datos obtenidos por María en estas ocho escalas del ISRA (ver tablas 1 y 2).
Tabla 1. Sistemas de Respuesta y Ansiedad de rasgo – ISRA. | |||
SISTEMAS DE RESPUESTA | Puntuación Directa | Puntuación Centil Muestra Normal | Puntuación Centil Muestra Clínica |
Cognitivo | 153 | 99 + | 82 |
Fisiológico | 132.5 | 99 + | 90 |
Motor | 155 | 99 + | 97 |
Rasgo | 440.5 | 99 + | 94 |
Tabla 2. Factores específicos -ISRA. | |||
FACTORES ESPECÍFICOS | Puntuación Directa | Puntuación Centil Muestra Normal | Puntuación Centil Muestra Clínica |
F-I Ansiedad de Evaluación | 184 | 99 + | 93 |
F-II Ansiedad Interpersonal | 75 | 97 | 80 |
F-III Ansiedad Fóbica | 46 | 87 | 65 |
F-III Ansiedad de la vida cotidiana | 70 | 99 + | 93 |
Como se puede apreciar en la Tabla 1, María muestra alta reactividad tanto a nivel cognitivo, como fisiológico y motor, y un elevado rasgo de ansiedad, sobrepasando la puntuación centil 99 en todos los casos. Como muestran los datos, respecto a los rasgos específicos (ver Tabla 2) María presenta altas puntuaciones en las cuatro áreas situacionales, destacando su elevada ansiedad ante situaciones de evaluación y ansiedad ante situaciones de la vida cotidiana.
11. Inventario de Asertividad (Gambrill y Richey, 1975; Adaptación al castellano de Carrobles, Costa y del Ser, 1975)
Este inventario consta de 40 situaciones sociales e interpersonales que de alguna manera exigen una respuesta de asertividad por parte del individuo. Tiene dos escalas: una se refiere al grado de malestar o ansiedad ante cada una de esas situaciones y otra a la probabilidad por parte del sujeto de responder asertivamente ante ellas. De esta forma se podrán conocer cuáles son las situaciones en las que el individuo siente un mayor malestar y cómo responde ante ellas. Al finalizar el inventario se le pide a María que indique las situaciones en las que le gustaría comportarse más asertivamente. Los ítems que se muestran en la tabla 3 son aquellos sobre los que refiere sentir un alto grado de malestar y una baja probabilidad de respuesta, además de ser los que más le preocupan.
Tabla 3. Ítems más significativos para María del Inventario de Asertividad |
Ítem 8. "Llamar la atención a una persona que nos dice o hace algo que te molesta íntimamente" Ítem 10. "Admitir ignorancia sobre algún tema" Ítem 13. "Hacer callar a un amigo demasiado charlatán" Ítem 24. "Discutir abiertamente con la persona que critica tu forma de comportarte" Ítem 28. "Decirle a una persona lo que sientes cuando ha hecho algo que te ha disgustado" Ítem 32. "Oponerse a las exigencias injustas de una persona significativa" Ítem 36. "Solicitar la devolución de objetos prestados" Ítem 40. "Decirle a una persona que se calle cuando está diciendo en público algo que molesta" |
12. Recursos disponibles y déficit
María tiene una alta motivación para solucionar su problema. Su alto grado de motivación se refleja en que por sí misma ha buscado situaciones de exposición para poder superar el problema, como por ejemplo apuntarse a teatro en el instituto. Es una persona con capacidad de afrontamiento, es decir posee un cierto grado de autocontrol porque conoce y planifica actividades que pueden cambiar la intensidad de su conducta problema, pero manifiesta un gran déficit en habilidades sociales. Le gusta mucho cantar, es lo único que le hace sentirse muy bien consigo misma y con los demás.
Por otro lado, conviene destacar que para María su padre es una importante fuente generadora de ansiedad debido a su carácter autoritario, provocando muchas respuestas de temor en la paciente, que se siente muy indefensa ante él. Su madre es algo más cercana a ella. Su hermano mayor le comprende en lo que respecta a su padre, pero no le ayuda o abre el camino porque opina que María no lo va a tener más fácil que él. Tiene pocas amistades y las que tiene se reducen a tres o cuatro amigas del instituto, a las que consultó sobre cómo solucionar su problema. Tiene novio y se refiere a él como una persona tranquila pero también muy obstinada en sus decisiones. No sabe decir en qué cosas son compatibles pero enumera varias en que son totalmente incompatibles, entre ellas "la forma de ser y de decir las cosas". Cuando discuten ella termina callándose, no expresa su opinión y cuando lo hace es gritando.
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