El desarrollo de una cultura ambiental en el contexto comunitario de Cuba (página 2)
Enviado por Lino Dilver Suárez Irizarri
Son millones los seguidores de la teoría marxista, fundamentalmente los que han tenido la certeza de la cientificidad de su teoría, los que han confiado en la racionalidad del ser humano y en las posibilidades del hombre para transformar la realidad sin comprometer el futuro de las nuevas generaciones de seres vivos.
A los que busquen el sustento teórico del desarrollo humano encontrarán en sus proféticas palabras de los albores de su creación científica encontrarán: "Este comunismo en tanto que naturalismo acabado se iguala al humanismo, y como humanismo acabado se iguala al naturalismo; es la resolución genuina del conflicto entre el hombre y la naturaleza, y entre el hombre y el hombre: la verdadera resolución de la lucha entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la autoconfirmación, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la especie. El comunismo es el enigma resuelto de la historia y sabe que él es esta solución."[4]
La sociedad cubana, la cual se encuentra en un proceso de construcción socialista como fase de tránsito al comunismo, donde las relaciones hombre-sociedad-naturaleza condicionan y son condicionadas por la cultura ambiental y determinan la orientación de la dimensión ambiental de la actividad humana, expresada en las políticas del Estado, de las instituciones productivas, de servicio, de investigación, sociales, educativas, artísticas, culturales, y en el comportamiento social, trabaja por un desarrollo local sustentable.
En el contexto latinoamericano Cuba se destaca por la aplicación de políticas ambientales en los planes de desarrollo. Aunque se ha avanzado en esta dirección, en las comunidades existen individuos y grupos que en sus modos de actuación descuidan el cumplimiento de las medidas de protección del medio ambiente. Al determinar las causas se puede plantear que una de ella se relaciona directamente con las dificultades en la formación de una cultura ambiental en la población.
En el desarrollo sustentable la cultura es una forma adaptativa y/o asimilación de entornos, que les permitan –a las sociedades– mantener un cierto equilibrio con el medio externo, a través de la técnica, la organización social (reproducción–producción social y poder social), en que el medio ambiente es la premisa necesaria en las formaciones sociales, como substrato de la existencia y actuación humana.
La cultura ambiental se puede considerar como el sistema de conocimientos, experiencias, motivaciones, valores, actitudes relativas al medio ambiente. En ella están implícitas creencias, idiosincrasia que se convierte en forma regular del pensamiento y de la acción práctica en la actividad social. Este tipo de cultura está intrínsicamente ligada a las formas de la conciencia social como la política, ética, religiosa, estética, jurídica, filosófica y científica. Se infiere que para desarrollar una cultura ambiental se debe partir por formar una profunda conciencia en los individuos y grupos de la comunidad. Esta puede identificarse como conciencia ambiental.
La conciencia ambiental es premisa ideológica para construir una nueva racionalidad social. Para su desarrollo se debe partir por plantear que conciencia es la forma superior, propia tan solo del hombre, del reflejo de la realidad objetiva. Es el reflejo ideal del mundo material en el cerebro del hombre. Que dentro este concepto se puede particularizar en la conciencia social que es el conjunto de ideas, estados de ánimos, conceptos y teorías que reflejan el ser social en la mente de los hombres, en una determinada fase del desarrollo social.
En la intensión de llevar la cultura ambiental a la conciencia social la educación y la política son procesos claves de actividad íntimamente relacionados con el pensamiento sociofilosófico que intervienen en la regulación de las relaciones humanas con la naturaleza mediante la cultura, desde el entorno de racionalidad ambiental en el cual los componentes de la organización social se vinculan de modo interdependiente e indeterminado en el proceso de desarrollo, en una dinámica que puede encauzarse aprovechando las diferentes facetas de la política y la educación como las vías más idóneas hacia la sustentabilidad.
Para desarrollar propuestas educativas, han de tenerse en cuenta los fundamentos epistemológicos y sociopolíticos del modo de pensar, la relación sociedad-naturaleza por el hombre hoy. La educación responde a objetivos concretos, y ello se delimita por los entornos sociales específicos, donde los elementos cognitivos y sociopolíticos globales toman cuerpo con las tradiciones locales (comunitarias y nacionales) y se plasman en actos educativos posibles.
La Educación Ambiental debe defender y favorecer la diversidad cultural como una forma de garantizar que los individuos y los pueblos puedan llevar a cabo sus proyectos singulares de construcción de la sostenibilidad. Desde una aproximación filosófica se subraya su condición de creación humana en tanto conjunto de realizaciones materiales y espirituales en las que se objetiva la multifacética actividad humana, por lo que comprende los saberes, destrezas, procedimientos, modos de actuación y resultados que se obtienen en el proceso de transformación de la realidad por el hombre.
La gestión y participación (educación) ciudadana en la asimilación y reformulación de entornos, son conducentes a la educación para sostenibilidad en una cultura –del valor ambiental de los "espacios" que comparten, en el que confluyen los actores sociales – como sujetos y a la vez objetos del proceso de apropiación y/o de conocimiento del entorno, y los objetos naturales, proveedores de fuentes de recursos, donde el hombre vale por lo que es y lo que hace, por su aporte solidario a la humanidad, capaz de desempeñar en cada acción toda su fuerza creadora por el bien de todos.
Esta moralidad hacia un "deber ser" está dirigida hacia la correlación entre lo individual, lo colectivo y lo social hacia un compromiso personal con el proyecto social y con la sociedad, y exige una posición solidaria entre sí y con su entorno, por otra parte se ha de desarrollar en este sujeto cualidades como la integralidad, la honradez profesional y personal en una actitud crítica y autocrítica, el ejercicio del criterio, del diálogo, de la conciencia del error, del debate, como medios indispensables para formar valores, siendo imprescindible ser portador de una conciencia medioambiental que le permita contribuir al cuidado y preservación del medio ambiente a través de su propia actividad y dispuesto a la educación medioambiental permanente.
La creación de nuevas estrategias educativas, el incremento de su calidad con énfasis en la participación de los diversos actores sociales implicados y su dirección hacia la formación ciudadana, son algunas de las más importantes líneas de acción sugeridas. Estas estrategias deben estar configuradas sobre la base de la formación de la capacidad efectiva de participación de los pobladores de la comunidad en el proceso de la toma de decisiones y de una cultura de la modernidad que valore el cambio, la explicación argumentada de la realidad, la expresión de la solidaridad ciudadana integrada al respeto a la diversidad biológica y social.
La cultura y las condiciones naturales constituyen un sistema de influencias recíprocas, en que la cultura condiciona el impacto humano sobre aquella. El desarrollo de la cultura ambiental es muy necesaria para contribuir a los cambios en la concepción del hombre sobre sí y de su lugar en el mundo y respecto a la Naturaleza, y esto es posible lograrlo a través de una esmerada educación.
La posición cubana, recogida en los documentos del IV Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental (La Habana, 2003), se basa en la concepción de la cooperación mutua y la concertación interinstitucional, la cooperación y la solidaridad, la potenciación y complementación entre saberes (populares y científicos) como patrimonio del saber ambiental propio. Construcción de una cultura ambiental a tono con nuestra realidad nacional e internacional, elevando la conciencia (institucional y ciudadana) sobre la importancia y la necesidad de introducir la dimensión ambiental en los procesos educativos, socioeconómicos y culturales, en defensa de nuestra identidad cultural y como punto de partida para el fomento de nuestro desarrollo por los caminos de la sustentabilidad.
Ese cambio de actitud solamente se puede lograr con una esmerada educación ambientalista, entendiendo a esta educación como el "proceso continuo y permanente, que constituye una dimensión de la educación integral de todos los ciudadanos, orientada a que en la adquisición de conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades y actitudes y en la formación de valores, se armonicen las relaciones entre los seres humanos y de ellos con el resto de la sociedad y la naturaleza, para propiciar la orientación de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible"[5].
En toda esa configuración de la dinámica educativa para desarrollar la cultura ambiental en la población se ha de retomar las reflexiones filosóficas de Federico Engels realizadas en 1876 cuando establecía la cadena de causa efecto de los problemas ambientales. Planteaba "A los plantadores españoles de Cuba, que pegaron fuego a los bosques de las laderas de sus comarcas y a quienes las cenizas sirvieron de magnífico abono para una generación de cafetos altamente rentables, les tenía sin cuidado el que, andando el tiempo, los aguaceros tropicales arrastrasen el mantillo de la tierra, ahora falto de toda protección, dejando la roca pelada"[6]
También el pensamiento martiano resulta muy útil en el empeño educativo. En ese sentido se puede utilizar pensamientos que constituyen paradigma, por ejemplo cuando planteaba al final de su artículo titulado "La última página" de su revista "La Edad de Oro": "Pero el hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre…. La vida de tocador no es para hombres. Hay que ir de vez en cuando a vivir en lo natural, y a conocer la selva".[7]
Otras de las ideas del pensamiento martiano a utilizar es cuando afirmaba: "Y el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza. La naturaleza no tiene celos, como los hombres. No tiene odios, ni miedo como los hombres. No cierra el paso a nadie, porque no teme de nadie. Los hombres siempre necesitarán de los productos de la naturaleza. Y como en cada región sólo se dan determinados productos, siempre se mantendrá su cambio activo, que asegura a todos los pueblos la comodidad y la riqueza"[8].
También decía Martí "Comarca sin árboles, es pobre. Ciudad sin árboles, es malsana. Terreno sin árboles, llama poca lluvia y da frutos violentos"[9]. Este pensamiento y otros recogidos en la amplia obra del Maestro son baluartes indiscutibles para la educación ambiental en función de crear toda una cultura de la población hacia el uso racional de los recursos naturales y la protección de todo el patrimonio, tanto natural como construido, de la comunidad.
Toda esa intención debe concretarse en una Estrategia Formativa Ambientalista sustentada en las diferentes concepciones teóricas y el diagnóstico del estado actual de la comunidad. En el municipio Jiguaní existen diferentes lugares históricos relacionados con José Martí entre los que se encuentra el monumento nacional de Dos Ríos. Estos y otros lugares relacionados con importantes hechos de nuestras luchas independentistas y del movimiento insurreccional de la primera mitad del siglo XX, permiten configurar una estrategia que posibilite el vínculo entre el conocimiento histórico y la educación ambiental.
En el diagnóstico, se debe incluir el nivel de preparación de los individuos de la comunidad para establecer el necesario vínculo entre el acontecimiento histórico ocurrido en un determinado contexto con la protección del medio ambiente. Se determina el estado actual de la Educación Ambientalista en la comunidad las potencialidades, recursos y principales dificultades o problemas.
Una vez realizado este diagnóstico se pasará a la elaboración de objetivos formativos. La formulación de estos objetivos formativos posibilitará la Educación Ambientalista que pretende desarrollarse en el estudiante de forma integral. El diagnóstico previo conlleva a la formulación de un objetivo formativo general para la Educación Ambientalista y objetivos formativos particulares para las actividades que vinculan el conocimiento de la historia con la protección del medio ambiente.
Esta se realizará siguiendo los preceptos martianos cuando afirmaba: "Educación popular no quiere decir exclusivamente educación de la clase pobre; sino que todas las clases de la nación, que es lo mismo que el pueblo, sean bien educadas"[10]. En otro texto decía "Es necesario mantener a los hombres en el conocimiento de la tierra y en el de la perdurabilidad y trascendencia de la vida… Los hombres crecen, crecen físicamente, de una manera visible crecen, cuando aprenden algo, cuando entran a poseer algo, y cuando han hecho algún bien".[11]
En la redacción de los objetivos formativos se van a integrar tres elementos fundamentales:
Conocimientos sobre el medio ambiente que pretenden desarrollarse.
Habilidades que pretenden desarrollarse en los participantes.
La intencionalidad del profesor o el contenido formativo histórico asociado.
Se ha tenido en cuenta además, el contexto social donde se encuentran los sitios históricos en los que se desarrollarán las actividades formativas. El cumplimiento de los objetivos formativos elaborados requiere el establecimiento de relaciones entre conceptos de la asignatura de Historia de Cuba y los que aportan las ciencias Naturales como la Química, la Biología, la Física y la Geografía.
Después de establecer los puntos de contactos y determinar los conceptos a tratar junto con sus interrelaciones se elabora el sistema de actividades. Este sistema que se elabora debe contribuir a integrar y generalizar los conocimientos relacionados con lo ambiental y lo histórico. El sistema vincula los hechos y lugares históricos nacionales y locales con el medio ambiente, en un análisis donde se contextualiza la problemática para que sea significativa, motivadora e interesante para los que participen como sujetos y objetos del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Las actividades permiten la participación activa de los cursistas en la construcción del nuevo conocimiento y de valores. Ellos son el centro de estas actividades y son sujetos de su propio aprendizaje. El sistema de actividades además está dirigido a fortalecer la autonomía, la responsabilidad individual y social de los participantes.
Los participantes aprenden de la experiencia y en ella se modifican. Se propicia en ellos la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales de su localidad teniendo en cuenta la realidad natural y sociocultural. Los participantes asumen un papel de investigadores por tanto comprometen con sus hallazgos y sus proposiciones a solucionar los problemas de su comunidad, como una vía para la democratización de la ciencia y la tecnología.
Entre las actividades se incorporan los tres niveles de la Educación Ambientalista: del individuo, la familia y comunidad. En las actividades, que deben ser desarrolladas por los trabajadores sociales como verdaderos educadores populares, es imprescindible involucrar especialistas de la comunidad como los historiadores, personal de salud, ecologistas, economistas y jefes de empresas.
Estas actividades se planifican con tiempo y se realiza una preparación previa de los participante donde se le entrega una guía de observación y un cuestionario para ser respondido una vez concluida cada visita a los lugares histórico.
Ejemplo de una visita a un lugar histórico que aunque no pertenece al municipio Jiguaní permite ilustrar cómo se puede desarrollar una cultura ambientalista en el contexto comunitario donde existan potencialidades para lograrlo.
Título: Visita a la casa natal de Fidel y Raúl.
Objetivo: argumentar desde una perspectiva histórica la tradición de la familia Castro Ruz en la protección del medio ambiente.
Acciones:
Preparación previa de la visita. Para ello se orientaran las siguientes actividades.
En la visita al lugar histórico de Birán debes responder:
1. ¿Cómo se fundó la familia Castro Ruz?
2. ¿Por qué este lugar es un sitio histórico de interés nacional?
3. ¿Qué acciones educaron a Fidel, Raúl y demás hermanos en el cuidado del medio ambiente?
4. Describe la naturaleza donde está ubicado el sitio histórico.
5. Que medidas se pueden adoptar para la conservación de la diversidad biológica y del patrimonio construido.
6. Redacte un informe donde recoja sus principales impresiones y recomendaciones.
Durante el desarrollo de la visita orientar a los participantes de la disciplina a mantener, realizar la mayor cantidad de anotaciones, tomar imágenes, mantener el grupo organizado, ofrecer sugerencias.
Posterior a la visita:
Se realizará una mesa redonda con los participantes en la visita e invitados.
Taller metodológico con los profesores para la correcta utilización de las experiencias, imágenes y productos tecnológicos en los sistemas de clases y demás actividades del trabajo educativo.
Control a las actividades derivadas por la estructura de dirección.
En las actividades de preparación se orienta a los participantes que se va realizar, como se realizará, cuando, para qué se realizará. Se les entrega un cuestionario de tal manera que se les conduce a acciones en búsqueda de respuestas durante una semana o dos en grupos o individualmente para que lleven una información previa y puedan formular preguntas e indagar cuestiones de interés.
Durante el desarrollo de las actividades se procurará la creatividad de los que participen. Después de realizada la visita al lugar histórico se preparan para un seminario, debate o mesa redonda en que se argumenten, toman posiciones y fundamentan sus hallazgos. Durante las mesas redondas o debates el que dirija la actividad debe ser facilitador de la reflexión en un ambiente que permite la confrontación de diferentes puntos de vistas en cuanto a los conocimientos históricos y medioambientales.
La evaluación de la Educación Ambientalista se realizará por el nivel de conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades y actitudes y en la formación de valores que demuestren estudiante y profesores en sus relaciones entre ellos, con el resto de la sociedad y la naturaleza. De su compromiso de ser protagonistas de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible a partir del conocimiento histórico. Se propone emplear dimensiones y indicadores. La coevaluación y la autovaluación son imprescindibles en estas actividades.
No se trata de educar a las personas para que no utilicen los recursos naturales en la satisfacción de sus necesidades cada vez más creciente, se trata de educarlos para hacer un uso racional de estos recursos en función del desarrollo humano.
Se ha podido comprobar la necesidad de la educación en función del desarrollo de una cultura ambientalista, la cual se puede realizar por los diferentes agentes socializadores de las comunidades con la aplicación de una estrategia que contenga la proyección de actividades a partir de visitas a lugares históricos de relevancia nacional y local. Esta se convierte en una alternativa para el desarrollo sustentable de la comunidad.
Bibliografía
1. Bayón Martínez, Pablo y Anisley Morejón Ramos. Cultura ambiental y la construcción de entornos de reproducción social en Cuba: un reto para el siglo 21. Grupo GEMAS, Instituto de Filosofía, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Calzada No.251, Vedado, CP-10400, La Habana, Cuba. e-mail: [email protected] [email protected] [email protected]
2. Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado el 27 de enero del 2001 en San José de las Lajas. Periódico Granma del lunes 29 de enero del 2001.
3. Engels, Federico. "El papel del trabajo en el proceso de transformación del mono en hombre", disponible en Dialéctica de la naturaleza, Editorial Grijalbo, S. A México 1961, p 154.
4. Ley no. 81 del Medio Ambiente. Titulo Primero. Denominación, principios, conceptos básicos y objetivos. capítulo II: Conceptos Básicos. Articulo 8.
5. Luna Moliner, Ana M y Ethel Bernaza Morales. La cuestión ambiental y la transformación del mundo. Instituto de Filosofía del CITMA.
6. Martí Pérez, José. Educación popular. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia.
7. ________. Maestros ambulantes. Nueva York, mayo de 1884. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia
8. __________. La última página. Cuaderno Martiano l. Primaria. Editorial Pueblo y Educación. 1995. p 112.
9. ___________. Karl Marx. Buenos Aires, 13 y 16 de mayo 1883. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia
10. ___________ Congreso Forestal. La América. Nueva York. Septiembre 1883. Obras Completas. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1975.
11. Marx, Carlos Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Instituto cubano del libro, Ed Pueblo y Educación, La Habana, 1973, pag 107.
12. Pino Freyre, Romelia. El concepto de desarrollo humano y los centros de poder del imperialismo. Instituto de Filosofia. Abril 2006.
Autor:
MsC. Lino Dilver Suárez Irizarri
Universidad de Granma. Cuba.
Datos del autor.
Nombre y apellidos: MsC. LINO DILVER SUÁREZ IRIZARRI.
Fecha de nacimiento: 11 / 08 / 60
Nacionalidad: Cubana. Ciudad: Jiguaní, Granma, Cuba.
Centro de trabajo: Sede Municipal Universitaria, Jiguaní.
Graduado del nivel superior en 1989 como Licenciado en la Educación Primaria, con 34 postgrados recibidos y 8 impartidos, titulado como Máster en Investigación Educativa en el 2007, posee la categoría de Profesor Auxiliar. Ha desarrollado una amplia carrera investigativa con la participación en 19 eventos municipales, provinciales, nacionales e internacionales. Actualmente es profesor de la Universidad de Granma y Coordinador Docente de la Escuela Formadora de Trabajadores Sociales.
[1] UNESCO 1993, p. 1.
[2] Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado el 27 de enero del 2001 en San José de las Lajas. Periódico Granma del lunes 29 de enero del 2001.
[3] José Martí. Karl Marx. Buenos Aires, 13 y 16 de mayo 1883. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia
[4] Carlos Marx, Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Instituto cubano del libro, Ed Pueblo y Educación, La Habana, 1973, pag 107.
[5] Ley no. 81 del Medio Ambiente. Titulo Primero. Denominación, principios, conceptos básicos y objetivos. capítulo II: Conceptos Básicos. Articulo 8.
[6] Federico Engels. “El papel del trabajo en el proceso de transformación del mono en hombre”, disponible en Dialéctica de la naturaleza, Editorial Grijalbo, S. A México 1961, p 154.
[7] José Martí Pérez. La última página. Cuaderno Martiano l. Primaria. Editorial Pueblo y Educación. 1995. p 112
[8] José Martí. Maestros ambulantes. Nueva York, mayo de 1884. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia y en el disco del PAAA. Diplomado Básico. Fundamentos de la Nueva Universidad Cubana. Curso: La Educación en Valores y la Tutoría en la nueva Universidad. Editorial Félix Varela. ISBN 978-959-16-0620-6
[9] José Martí Congreso Forestal, La América. Nueva Cork. Septiembre 1883. Obras completas. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1975.
[10] José Martí. Educación popular. Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia y en disco del PAAA. Diplomado Básico. Fundamentos de la Nueva Universidad Cubana. Curso: La Educación en Valores y la Tutoría en la nueva Universidad. Editorial Félix Varela. ISBN 978-959-16-0620-6
[11] José Martí. Maestros ambulantes. Nueva York, mayo de 1884 Disponible en http://cvi.mes.edu.cu/academia
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |