Por otra parte había también unos 238.200 investigadores* profesionales en las ramas de ciencias y tecnología (*graduados universitarios con dedicación plena en las tareas de investigación sobre materias específicas con dos o más años de experiencia). Esto supone una proporción de 22 investigadores en ciencias naturales por cada 10.000 personas, cifra que se compara con los 26 de EE.UU., 14 de la República Federal de Alemania, 11 de Francia y 31 de la URSS.
La formación científica y técnica es parte importante del programa de estudios en todos los niveles del sistema educativo. Aproximadamente el 30 por ciento de los estudiantes universitarios se especializa en alguna rama de las ciencias naturales.
Las tres figuras más sobresalientes del Japón en el campo de la física son el Dr. Hideki Yukawa, el Sr. Shi-ichiro Tomonaga y el Dr. Leona Esaki. Los tres recibieron el Premio Nobel en 1949, 1965 y 1973 respectivamente.
Japón ha mantenido una activa cooperación internacional en el campo de la investigación científica mediante acuerdos bilaterales y organizaciones multilaterales, entre ellas la Asociación para la Cooperación Científica en Asia.
Energía Nuclear
En 1956, se constituyó la Comisión de Energía Atómica de Japón con el fin de elaborar una política eficaz en la investigación, utilización y desarrollo de la energía nuclear. Con la trágica experiencia de Hiroshima y Nagasaki grabada indeleblemente en el alma del pueblo, el programa de energía nuclear de Japón está dedicado estrictamente a la aplicación pacífica de esta nueva fuente de energía. Ahora, después de casi dos décadas de investigación, Japón ha iniciado la era de la plena utilización de le energía nuclear; es decir, el uso pacífico de la energía nuclear está pasando de la etapa de investigación y desarrollo a la de su establecimiento como industria.
El centro de desarrollo de la energía nuclear está situado en Tokai Mura, 113 kilómetros (70 millas) al nordeste de Tokio, en la costa del Pacífico.
Allí se encuentran dos importantes instalaciones: el Instituto de Investigaciones sobre Energía Atómica de Japón (JAERI), bajo cuya responsabilidad está no sólo la investigación de los usos prácticos de la energía atómica, incluyendo el estudio de la fusión termonuclear, sino también la capacitación de ingenieros para la industria y la Corporación de Desarrollo de Reactores de Energía y Combustible Nuclear, que se encarga del desarrollo de materiales nucleares y de la investigación de reactores térmicos avanzados y reactores generadores rápidos con el fin de producir reactores de energía más eficientes y económicos.
El Instituto de Investigaciones sobre la Energía Atómica tiene cinco reactores de investigación, incluyendo un reactor de ensayo de material y otro de demostración de energía. Cinco universidades y dos compañías están también equipadas con reactores atómicos para fines de investigación y adiestramiento.
Los científicos atómicos japoneses investigan la aplicación práctica de la energía atómica en diferentes campos. En noviembre de 1967, la Agencia para el Desarrollo de Barcos Nucleares de Japón inició la construcción del primer buque nuclear japonés. El "Mutsu", de 8.000 toneladas de registro bruto, fue botado en junio de 1969, y en agosto de 1972 se completó la instalación de todos sus equipos. El barco se utilizará para transportar cargas especiales y para entrenar a la tripulación.
En marzo de 1975, el número de instalaciones diversas que utilizaban radioisótopos sobrepasaban los 3.200. El Instituto de Cultivo por Radiación, dependiente del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, está experimentando la aplicación de las radiaciones para mejorar las cosechas y el cultivo de vegetales; el Establecimiento de Investigaciones sobre Química de las Radiaciones de Takasaki, dependiente del Instituto de Investigaciones sobre la Energía Atómica, está estudiando la aplicación de la química de la radiación en la industria; y el Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas se ocupa de la utilización de la radiación. En cuanto a los programas internacionales de investigación atómica, Japón coopera en los planes de capacitación, enviando ingenieros al extranjero e intercambiando informaciones y datos. Japón es miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica y estado asociado de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE. A través de estas organizaciones, Japón ha desempeñado un positivo papel en el intercambio de especialistas y de informaciones científicas y técnicas. En el terreno de las relaciones bilaterales, Japón ha firmado Acuerdos de Cooperación para la Energía Atómica con EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y Francia, para colaborar en la investigación y desarrollo de la energía atómica.
Investigación Espacial
La investigación espacial, que Japón inició en 1955, puede clasificarse en dos categorías: la exploración científica del espacio exterior y la aplicación práctica de los satélites artificiales a campos tales como las comunicaciones, las mediciones meteorológicas, la navegación y los estudios geodésicos. Estos dos tipos de actividades espaciales son desarrollados tanto por las agencias del Gobierno como por las universidades establecidas por la Comisión de Actividades Espaciales.
Japón lanzó 13 cohetes Kappa-6 como parte de sus actividades durante el Año Geofísico Internacional (1957-58). En las observaciones espaciales del Año Internacional del Sol Estático (1964-65) participaron 34 cohetes sonda, incluyendo cohetes Lambda de tres fases.
Como contribución al Año Internacional del Sol Activo (1968-1971), Japón llevó a cabo investigaciones espaciales con cohetes Kappa y Lambda. En 1969, la Comisión de Actividades Espaciales redactó el primer Programa de Desarrollo Espacial, que desde entonces ha venido revisándose anualmente para introducir modificaciones.
La Agencia Nacional para el Desarrollo Espacial (NASDA) fue instituida en 1969, para reemplazar al antiguo Centro Nacional de Desarrollo Espacial, dependiente de la Agencia de Ciencia y Tecnología. Es el organismo central para el desarrollo de Vehículos de lanzamiento y de satélites de aplicaciones.
El Instituto del Espacio y Ciencia Aeronáutica de la Universidad de Tokio (ISAS), bajo la dirección del Ministerio de Educación, asume la tarea de dirigir la exploración científica del espacio exterior. Esta exploración se ha realizado por medio de cohetes-sonda, globos y observaciones desde tierra. Gradualmente, sin embargo, el progreso en la técnica de los cohetes-sonda ha favorecido el desarrollo de los vehículos de lanzamiento capaces de poner satélites en órbita.
En febrero de 1975, el Instituto lanzó con éxito tres satélites de prueba y tres satélites científicos.
El 11 de Febrero de 1970 fue puesto en órbita terrestre el primer satélite artificial japonés. Con esto, Japón se convirtió en la cuarta potencia espacial del mundo que ha puesto en órbita un satélite propio. Las tres primeras son: la Unión Soviética (1957), los Estados Unidos (1958) y Francia (1965). El Instituto del Espacio y Ciencias Aeronáuticas lanzó el cohete Lambda 4S-5 de cuatro fases desde su Centro Espacial de Kagoshima.
En febrero de 1975 fue puesto en órbita un satélite científico para estudiar la radiación solar y la termosférica, con unas dimensiones de 80 cventímetros de longitud, 78 cms de diámetro y 86 kilogramos de peso. El vehículo propulsor era un cohete de tres fases, con sistema de dirección interna, del tipo Mu3C2, de 20,24 metros de largo y un peso de 41,5 toneladas.
La Agencia Nacional de Desarrollo Espacial lanzó su primer satélite en septiembre de 1975; se trata del Satélite para Ensayo de Dirección I.
El desarrollo del instrumental para las observaciones del espacio ha registrado también un notable progreso. En 1973 fue inaugurado en la Prefectura de Ibaragi, al norte de Tokio, el Centro Espacial de Tsukuba, dependiente de la Agencia Nacional de Desarrollo Espacial, encargado de la experimentación de satélites y vehículos, así como también de las trayectorias del satélite, control y recogida de datos.
La base de lanzamiento de los cohetes del Instituto del Espacio y Ciencias Aeronáuticas, es el Centro Espacial de Kagoshima que ocupa un área de 510.000 metros cuadrados en el extremo sur de la isla de Kyushu. Ambos disponen de una gran diversidad de instalaciones tales como plataformas de lanzamiento, un centro de control, estaciones de óptica tele-radar y telemetría y talleres de montaje de cohetes y satélites.
Japón se dedica intensamente a la cooperación internacional en las actividades del espacio. Como ejemplo, se pueden citar los acuerdos bilaterales que mantiene con los Estados Unidos, en una amplia diversidad de materias relacionadas con la ciencia y la tecnología espaciales. Japón también colabora con la Organización Europea de Investigación Espacial en el campo de la investigación Espacial con fines pacíficos. Además ha tenido una importante participación en el Comité de las Naciones Unidas para la Utilización Pacífica del Espacio Exterior y en otras organizaciones, tales como Unión Internacional de Telecomunicaciones, Organización Consultiva Marítima Intergubernamental y la Organización Mundial de Meteorología.
Otras organizaciones estatales y públicas relacionadas con la investigación espacial, aparte de la Agencia Nacional de Desarrollo Espacial y el Instituto del Espacio y Ciencias Aeronáuticas, son las siguientes: Laboratorio Nacional Aeroespacial (de la Agencia de Ciencia y Tecnología), Observatorio Astronómico de Tokio (del Ministerio de Educación), Agencia de Tecnología y Ciencia Industrial (del Ministerio de Comercio Internacional e Industria), Agencia de Meteorología del Japón (del Ministerio de Transporte), Laboratorios de Investigación Radiofónica (Ministerio de Correos y Telecomunicaciones) y Kokusai Denshin Denwa Co., Ltd. (KDD, para el servicio telegráfico y telefónico internacional).
Observación Antártica
Japón ha venido participando en las observaciones en el Antártico desde 1956, fecha en que un equipo de observadores llegó a la Isla Ongul y estableció allí la Base Showa. Desde entonces se han enviado once equipos, el último de los cuales partió de Tokio en noviembre de 1969 a bordo del barco de observación "Fuji", especialmente diseñado para ese propósito.
El Fuji, de 7.760 toneladas, es a la vez rompehielos, transporte y laboratorio de investigación flotante. Además de transportar 400 toneladas de alimentos, combustible e instrumentos para abastecer la Base Showa, el barco está equipado para realizar varios tipos de observaciones científicas en campos tales como los de la meteorología, rayos cósmicos y geomagnetismo.
El programa de observación Antártica de Japón se concentra en dos importantes materias: biología y física de la alta atmósfera. Las observaciones meteorológicas son registradas automática y constantemente por medio e una computadora electrónica. Se usan ondas especiales para explorar la circulación de las corrientes de aire sobre las inmensidades antárticas. Se han lanzado con éxito cohetes experimentales para efectuar observaciones en las capas altas de la atmósfera. Se ha perfeccionado un vehículo de gran tamaño para realizar viajes de observación por el interior durante los meses de primavera. Entre 1968 y 1969, la novena Expedición Japonesa de Investigación Antártica realizó un histórico viaje de investigación de ida y vuelta entre la Base Showa y el Polo Sur, utilizando sus vehículos para la nieve.
Con el fin de garantizar una cooperación clara en los planes de expediciones entre todas las organizaciones japonesas de investigación relacionadas con esta materia, la Sede de Expedición Japonesa de Investigación Antártica se estableció en el Ministerio de Educación. Asimismo, en septiembre de 1973 se creó el Instituto Nacional de Investigación Polar para proyectar y llevar a cabo las actuales actividades de observación y estudio.
Se ha dicho que Japón es una nación de lectores. Los periódicos y las revistas tienen grandes tiradas y constituyen un medio vital para difundir información a través de todo el país. Igualmente vital es el papel desempeñado por la radio y la televisión, tan avanzadas en Japón como en cualquier otro país del mundo.
En el mes de Octubre de 1973, había 126 periódicos diarios en Japón. Los principales periódicos publican ediciones matutinas y vespertinas. Si se cuentan separadamente estas ediciones, la circulación diaria es de aproximadamente 58 millones de ejemplares. Esto quiere decir que en cada hogar se leen, por término medio, 1,23 periódicos al día. Según estadísticas de las Naciones Unidas para 1973, la tirada total de periódicos diarios en la URSS fue de 85 millones en 1972; 63 millones en Estados Unidos; 30 millones de Gran Bretaña; 20 millones en la República Federal de Alemania y 12 millones en Francia.
Una característica singular del mundo periodístico de Japón es la existencia de los llamados "periódicos nacionales", cuya circulación se extienda a todo el país. A estos periódicos corresponde aproximadamente la mitad de la circulación diaria total. Además, estos diarios nacionales combinan las características tanto de los "periódicos de calidad", que atraen a un círculo limitado de lectores, como las del tipo "tabloide", con su enfoque hacia la circulación masiva. En 1974, la tirada media diaria de los cinco periódicos nacionales de Japón era la siguiente:
1. Asahi 10.883.000 ejemplares.
2. Yomiuri 10.557.000 ejemplares.
3. Mainichi 7.063.000 ejemplares.
4. Sankei 2.876.000 ejemplares.
5. Nikkei 2.626.000 ejemplares.
Además de sus ediciones matutinas y vespertinas, la mayoría de estos periódicos publica revistas semanales, mensuales, gráficas y de otros tipos.
Aparte de estos periódicos nacionales, existen muchos periódicos regionales así como también periódicos deportivos que tienen circulaciones locales muy amplias.
En la mayoría de las ciudades importantes de Japón se editan también regularmente periódicos en inglés, entre los que figuran:
The Japan Times.
Asahi Evening News.
Mainichi Daily News.
The Daily Yomiuri.
En diciembre de 1974, un total de 112 periódicos, 8 agencias de noticias y 51 compañía de radio y televisión formaban parte de la Asociación de Editores y Directores de Periódicos de Japón (Nihon Shimbun Kyokai).
Los periódicos japoneses disfrutan de una completa libertad de prensa. Ninguno de los periódicos nacionales está vinculado a ningún partido o grupo político. Virtualmente, todos los periódicos japoneses siguen una línea independiente.
Existen dos grandes agencias de noticias generales, la Kyodo News Service y Jiji Press. Ambas cuentan con extensas organizaciones informativas en el extranjero; Kyodo tiene corresponsales y conexiones en 33 centros mundiales de noticias, además de contratos con 40 agencias extranjeras de noticias, mientras que la Jiji mantiene oficinas en 25 de las principales ciudades del extranjero y ha firmado contratos con 12 agencias.
Cerca de 190 organizaciones informativas extranjeras, incluyendo cadenas de radio y televisión, tienen corresponsales permanentes en Tokio.
Además de las empresas periodísticas, existen en Japón casi 2.988 editoriales. En 1974, publicaron 28.037 libros y 2.690 revistas sobre diferentes temas.
Radio y Televisión
La función de la radio y televisión como medios de comunicación es en la actualidad tan importante como la de los periódicos. Al finalizar 1974, Japón tenía registrados 5.642.000 televisores en blanco y negro y 19.922.000 en color.
La radiodifusión se inició en Japón en 1925, con la fundación de la Nippon Hoso Kyokai (NHK, o Corporación de Radio y televisión del Japón). La NHK es una coporación pública, gobernada por una Junta de Directores y financiada por derechos de subscripción establecidos de acuerdo con la ley y que son abonados por los propietarios de televisores. Los derechos similares que existían anteriormente para la radio han sido suprimidos.
En 1974, NHK mantenía en servicio 314 emisoras de radio de onda media en dos cadenas y 444 en frecuencia modulada, que también ofrecían transmisiones estereofónicas en muchas zonas. Esta Corporación inició las transmisiones de televisión por vez primera en Japón en 1953 y en la actualidad cuenta con 4.067 emisoras de televisión. En cuanto a sus actividades en ultramar, mantiene "Radio Japón" que transmite a todo el mundo en 21 idiomas con un total de 37 horas diarias de transmisión. "Radio Japón" celebró su 40 Aniversario en 1975.
La radiodifusión comercial se inició en 1951. En mayo de 1975 había 17 compañías comerciales de radio, 54 de televisión y 36 de radio y televisión combinadas. Funcionan 1.820 emisoras de televisión y 180 de radio, que cubren casi todo el país. En el año fiscal de 1974, los ingresos brutos de las compañías de radiodifusión comercial por concepto de publicidad alcanzaron la suma de 506.400 millones de yenes (1.739 millones de dólares). Los ingresos provenientes de la publicidad por radio y televisión representaron el 38,2 por ciento del gasto total de publicidad de Japón durante el año fiscal de 1974.
Desde el punto de vista tecnológico, la televisión ha progresado muy rápidamente y se están logrando nuevos adelantos en cooperación con la industria electrónica.
Un invento relacionado con la radio-televisión, en el que actualmente llevan a cabo experimentos varias compañías periodísticas y fabricantes de aparatos eléctricos, es el llamado "periódico de radio-onda", mediante el cual las noticias puede transmitirse directamente a los hogares de los suscriptores, donde un aparato receptor-facsímil imprime automáticamente las noticias o cualquier otra información que se envíe. Se están estudiando dos sistemas: uno que utiliza una onda de radio asignada en exclusividad y otro que utiliza ondas de radio, que en la actualidad mantienen transmisiones de televisión y de radio en frecuencia modulada.
La literatura japonesa contemporánea, al igual que otras muchas facetas de la cultura japonesa, debe su vigor a la rica variedad de fuentes, a las influencias clásicas de la China antigua, a la diversidad del pensamiento occidental y a las perennes virtudes de sus propias tradiciones.
Las dos obras literarias más antiguas que se conservan en Japón ejercen una profunda influencia aún en nuestros días. Una de ellas es el "Kojiki" (Crónica Antigua=, obra en prosa escrita, según se cree, en el año 712 D.C.; la otra es "Mannyoshu" , una antología de poemas en 20 volúmenes, recopilada en el año 770 D.C. Contiene unos 4.500 poemas escritos por numerosos hombres y mujeres en cada pasaje de su vida, tanto jóvenes como ancianos, desde Emperadores y Emperatrices a soldados rasos y humildes campesinos, muchos de ellos anónimos. Una buena parte de estos poemas, que abarcan gran variedad de temas, son famosos por su conmovedor estilo, de una clara y atrevida simplicidad.
La obra que se considera la primera novela de Japón es "Taketori Monogatari", escrita alrededor del año 811 D.C. Le siguieron otras obras, como "Genji Monogatari" (La Historia de Genji), relato en 54 volúmenes que describe los amores y las penas de los nobles y sus damas. Proporciona al lector una visión deliciosa de la vida de la aristocracia japonesa durante los siglos X y XI e igualmente de la refinada cultura del Período de Heian, especialmente su esteticismo teñido de dulce melancolía. Esta gran novela, primera en la historia del Japón, fue escrita por una de las damas de la corte de Heian, la mayoría de las cuales eran escritoras y poetisas de cierto renombre.
La vida de la nobleza a finales del siglo XI se describe también de forma vívida en "Makura no Soshi" (El Libro de Almohada). Se trata de una brillante colección de ensayos en forma de poemas en prosa, escritos por otra ingeniosa dama de la corte; pero sus observaciones descriptivas son más realistas y reflejan mayor contenido humorístico. "Makura no Soshi" es notable por una agudeza de ingenio difícilmente superada en la literatura japonesa posterior.
Durante este período, el "waka" o "tanka" -poemas de 31 sílabas en orden 5-7-5-7-7- se hizo popular entre las damas de la corte, la nobleza y los monjes. El "Kokinshu" (Colección de Poesías Antiguas y Modernas) fue recopilado en el año 905 D.C. Constituye la primera antología de poemas recogidos por mandato imperial.
El "tanka" se convirtió en el modelo clásico de verso japonés, que en la actualidad goza del favor de muchos poetas. La brevedad del "tanka" obliga a los poetas a recurrir a la sugestión como medio de ampliar el contenido de sus líneas. Es este un patrón literario que desde entonces ha sido característico de la poesía japonesa.
Con el establecimiento de la aristocracia militar como clase gobernante, se abrió un período de unos 150 años a partir de finales del siglo XII, durante el cual alcanzaron popularidad los relatos épicos.
De esta etapa de siglo y medio datan numerosos romances históricos importantes, en los cuales el valiente guerrero "samurai" reemplaza al afeminado cortesano como figura central de la obra. Dos de las obras más sobresalientes son: "Heike Monogatari" (La Historia de Heike), escrita alrededor de 1233 y "Taiheiki" (Una Crónica del Japón Medieval), que apareció a mediados del siglo XIV.
La decadencia del poder imperial y la destrucción que dejó tras de sí la penosa época de guerra proporcionó un tono trágico a todos los escritos, en los que se subrayaban las vicisitudes del destino humano.
La principal colección de versos del Japón medieval es la "Shin Kokinshu" (Nueva Colección de Poesías Antiguas y Modernas). Es una antología imperial famosa por su expresión simbólica de delicadas emociones y estados de ánimo.
La colección de ensayos en dos volúmenes "Tzsurezure Gusa" (Ensayos en la Ociosidad, 1335), escrita por un monje budista que vivía solitario, es una obra de carácter contemplativo y de tono melancólico. Pero los ensayos líricos enseñan al lector, de modo sutil, a disfrutar de su paso por el mundo, al igual que la idea budista del carácter perecedero de todas las cosas. Desde su publicación, "Tsurezure Gusa" ha ejercido gran influencia sobre la literatura japonesa posterior y sobre los ideales estéticos y de conducta del pueblo japonés.
Se observa una nota nostálgica en los dramas de "Noh", correspondiente a los siglos XIV y XV. En ellos se evoca a menudo el mundo de los héroes muertos unos siglos antes. Estos dramas son notables no sólo por su carga dramática de refinado simbolismo sino también por su magnífica poesía narrativa.
El siglo XVI fue un período de guerra entre los señores feudales en el que casi no se produjo literatura; pero en la segunda mitad del siglo XVII se inició un gran renacimiento literario: un movimiento de cultura popular surgía con los primeros años de paz del Período de Tokugawa. Las novelas de Saikaku Ihara (1642-93), famosas por su intenso realismo y agudo estilo y los dramas de Monzaemon Chikamatsu (1653-1724), de contextura dramática, iban dirigidos a un vasto auditorio, en el que se incluía la sociedad mercantil recién asentada y eran obras de gran mérito literario.
En sus obras los mercaderes, dependientes del comercio y las gentes del pueblo reemplazan a los generales como protagonistas y su trágico fin obedece, a veces, a suicidio por una cortesara, antes que a un combate honorable. La mayor parte de los dramas de Chikamatsu fueron escritos para el teatro de marionetas, pero más tarde fueron adaptados al escenario del "Kabuki". Algunas de sus obras se siguen representando en la actualidad.
Por esta época surgió una nueva forma de versificación, el "haiku", un poema en tres líneas de 5, 7 y 5 sílabas. Su máximo exponente fue Basho (1644-94). En su obra desarrolla simplicidad de estilo y profunda sutileza de contenido, que continúan siendo el modelo ideal seguido por los actuales poetas de "haiku".
Estos importantes progresos en la novela, el drama y la poesía se prolongaron hasta el siglo XVIII y principios del XIX, período en el que el país se encontraba virtualmente aislado del resto del mundo.
La literatura occidental irrumpió en Japón a lo largo del siglo XIX como una ola, vigorizante algunas veces, desconcertante otras. Vino a continuación un febril período de experimentación y desarrollo literario.
La literatura japonesa se enriqueció con las diferentes corrientes del pensamiento occidental, el liberalismo, el idealismo y el romanticismo. Los escritores japoneses se dedicaron a escribir novelas al estilo occidental y florecieron así las diferentes tendencias y corrientes de pensamiento derivadas de Occidente.
A fines del mismo siglo aparecieron las obras de novelistas tan notables como Ogai Mori y Soseki Natsume. Estas obras se siguen leyendo mucho en la actualidad.
Una gran cantidad de obras literarias occidentales ha sido traducida al japonés y los grandes nombres de Occidente desde Shakespeare, Goethe y Tolstoi hasta los maestros de la literatura contemporánea, son quizás tan conocidos en Japón como en sus propios países.
A pesar del impacto de la literatura occidental, continúan floreciendo las formas japonesas tradicionales. "Tanka" y "haiku", por ejemplo, los escriben ahora un enorme número de poetas, tanto profesionales como aficionados y ponen en ello toda la habilidad y el mismo entusiasmo que los aristócratas de la corte en el pasado. Los periódicos insertan, regularmente, columnas de "tanka" y "haiku" en atención a estos poetas aficionados.
Después de la guerra se ha dado a conocer en el extranjero creciente número de obra de la literatura japonesa. Entre las traducciones de obras contemporáneas, las más leídas son: "Regreso al Hogar" de Jiro Osaragi, "El Templo del Pabellón de Oro" y otras novelas de Yukio Mishima y "Algunos Prefieren las Ortigas" de Junichiro Tanizaki. En los países de habla inglesa se leen también las obras japonesas clásicas, como "La Historia de Genji", traducidas al inglés por Arthur Waley.
En 1968, Yasunari Kawabata ganó el Premio Nobel de Literatura. Es la primera vez que este codiciado premio literario se otorga a un japonés.
Kawabata es ampliamente conocido en el extranjero por sus obras traducidas a varios idiomas; por ejemplo:
"Yukiguni" (El País de la Nieve).
"Senbazuru" (Mil Grullas)
"Koto" (Kyoto).
Su estilo se caracteriza por la búsqueda de la belleza del lirismo japonés con una fina sensibilidad.
La literatura japonesa actual es una consecuencia de la vida moderna, como ocurre en otros países del mundo, con variaciones regionales. Ya no encarna una tradición completamente independiente, como sucedía antes de la introducción de las influencias literarias occidentales; ahora se interesa en mayor o menor grado por los problemas universales.
Como parte componente de la amplia corriente literaria mundial, contribuye a modelar los gustos literarios de los lectores en todo el mundo.
El arte japonés es hoy en día tan variado como largas son sus tradiciones, con un pasado pletórico de realizaciones y un presente pleno de entusiastas empeños creativos.
Las más antiguas muestras del arte japonés que se conservan son figuras de barro que datan de la Edad de Piedra y toscas figuras de piedra de un período ligeramente posterior. De un período más reciente son las figurillas mortuorias de arcilla llamadas "haniwa", descubiertas en las excavaciones de mausoleos antiguos. Estas figuras muestran cierto adelanto técnico y son muy apreciadas como ejemplos del arte primitivo.
La introducción del budismo en el año 538 D.C. originó un período de intenso florecimiento artístico que alcanzó su cúspide durante el Período de Asuka (538-646), en el que las artes contaron con el patrocinio imperial. Se construyeron muchos templos budistas, entre ellos el famoso Templo Horyuji, cerca de Nara, que según se cree es la construcción de madera más antigua que se conserva en el mundo.
La influencia budista es especialmente evidente en la escultura, que floreció en este período. Se resaltaba lo solemne y lo sublime y se idealizaban los rasgos.
El Período de Hakuho (646-710), que siguió al Período de Asuka, fue una época en que predominaron las influencias de la India y de China. Las formas aplastadas y la rigidez de expresión que caracterizaron la escultura del Períoso de Asuka son reemplazadas por la gracia y la energía.
El Período de Tempyo (710-784) fue la edad de oro del budismo y de la escultura budista en el Japón. Algunas de las grandes obras de este período pueden verse hoy en Nara y sus alrededores. Reflejan gran realismo, combinando con una incomparable serenidad.
En el período siguiente, Período de Jogan (784-899), se vuelve a un estilo idealizado de expresión, debido a la influencia que ejercieron sobre la escultura de la época las enseñanzas místicas de la secta budista esotérica Mikkyo. Las estatuas de este período son pesadas en su forma y místicas en su expresión.
El Período de Jogan dejó su huella en los primeros 100 años del Período de Heian, que continuó hasta 1192. La familia Fujiwara ostentaba el poder y las características de la escultura en este período son la elegancia y la belleza, logradas a veces a expensas de la solidez.
Se había interrumpido el contacto con China y las influencias introducidas anteriormente desde el extranjero fueron asimiladas a la evolución de un nuevo tipo de arte japonés. La delicadez y exquisitez de las formas caracterizaron el nuevo gusto artístico desarrollado en ese período. Estas características se observan también en la extraordinaria arquitectura de la época. El ejemplo más hermoso de la armonía que singularizó a la arquitectura de Heian es el Ho-o-do (Casa del Fénix) del monasterio de Byodoin, cerca de Kyoto.
Durante este período, la pintura alcanza por primera vez una posición de importancia. Fue en esta época cuando se desarrolló el tipo de pintura conocido como "yam"toe" y el arte de "emakimono" (rollos ilustrados).
La austeridad del gobierno militar y del budismo Zen se refleja en el período siguiente, Kamakura (1192-1333); y la escultura adopta un estilo extremadamente realista y una expresión plena de vigor. La influencia del Zen se manifiesta también en la pureza y simplicidad de la arquitectura de ese período. En la arquitectura japonesa de hoy pueden encontrarse aún vestigios de la tradición establecida en el Período de Kamakura. Los rollos ilustrados y la pintura de retratos estaban en boga durante este período.
"Sumie", el delicado estilo de pintura a pincel con tinta negra, se desarrolló en el Período de Muromachi (1333-1573). Tuvo su origen entre los budistas de la secta Zen, que tenían conocimientos del arte chino de la dinastía Ming.
El Período de Azuchi Momoyama (1573-1603), que vino a continuación, fue una época de transición. Fue también un período de gran complejidad artística. Los artistas se expresaban por medio de complicados diseños y de brillantes colores. Se adoptaron suntuosos biombos. Los castillos y templos se adornaban con elaborados tallados en madera. En los dramas del teatro Noh empezaron a usarse máscaras de gran refinamiento artístico.
La forma artística más famosa del Período de Tokugawa (1603-1867) es quizás el grabado "ukiyoe", de estilo constumbrista, que adquirió una inmesnsa popularidad entre el público en general. Es bien conocida la influencia del "ukiyoe" en el arte europeo durante la última mitad del siglo XIX. La escultura estuvo en decadencia durante el Período de Tokugawa, pero se lograron considerables progresos en la artesanía.
No se puede hablar de las bellas artes del Japón sin mencionar muy especialmente la Villa Imperial de Katsura, en Kyoto. Fue construida a principios del Período de Tokugawa y es famosa por su soberbia armonía y su inigualable simplicidad. Su jardín está considerado como uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura de jardines del Japón.
La segunda mitad del siglo XIX fue un período en el que las influencias occidentales dejaron su huella en el arte japonés. En nuestros días, las formas occidentales y los estilos Japoneses tradicionales marchan hombro a hombro y en ocasiones se mezclan en un nuevo proceso de asimilación y fortalecimiento mutuo.
Los japoneses manifiestan un profundo interés por las exposiciones artísticas, lo mismo como espectadores que como ejecutantes. La pintura y el dibujo son pasatiempos excepcionalmente populares. En las principales ciudades se lleva a cabo gran cantidad de exhibiciones de arte, en todas las épocas del año, que cuentan siempre con numeroso público.
La exposición anual más antigua e importante de Japón es la Exposición de Arte Nitten es uno de los más altos honores artísticos del país.
Después de la guerra se ha producido un activo intercambio artístico internacional. Muchas pinturas y otras obras de arte japonesas han sido exhibidas en el extranjero y en Japón se celebran a su vez muchas exposiciones de obras extranjeras.
Además de la Exposición Internacional de Arte de Japón, conocida también como la "Bienal de Tokio", la Exposición Bienal Internacional de Grabados, que se celebra en Tokio y Kyoto, es famosa en todo el mundo.
El amor que sienten los japoneses por el arte y la naturaleza se refleja en muchos aspectos de su vida diaria, en su arquitectura y en la popularidad de los arreglos florales y de la ceremonia del té.
Las obras del repertorio orquestal de Occidente forman parte de la vida musical de Japón tanto como la música tradicional ejecutada en "Shamisen", "Shakuhachi" o "Koto". Actualmente, el jazz moderno es tan popular como las baladas tradicionales del antiguo Japón.
Una de las más antiguas formas de la música japonesa, que aún se conserva en la Corte Imperial y en algunos santuarios sintoístas, es el "Gagaku" (Música y danza de la Corte). Deriva de un estilo musical introducido en el Japón desde China en el siglo VIII, durante la dinastía Tang, que ya había abosrbido la música antigua de Persia, India y Corea. Es sumamente estilizada y evoca los elaborados ritos de una época pasada. De vez en cuando hay ejecuciones públicas de "Gagaku" y los músicos en el extranjero en dos ocasiones: en 1959 en los Estados Unidos y en 1970 en Europa.
La música instrumental está representada por tres instrumentos típicos: el "shamisen", un instrumento de tres cuerdas parecido a la balalaika; el "Shakuhachi" especie de clarinete hecho de varios nudos de una caña de bambú; y el "Koto", instrumento bajo y largo con 13 cuerdas de seda. El "shamisen" se toca como acompañamiento musical en las representaciones de Kabuki y Bunraku y también en el "Buyo" (danza clásica). El "shakuhachi", limitado antiguamente a los sacerdotes de una secta de budismo Zen antes de la Restauración Meiji, ha encontrado numerosos partidarios entre los músicos extranjeros, a los que fascina la magnificencia de su sonido y la profundidad de su tiembre. El "koto", que es quizás el instrumento japonés más popular, se toca principalmente en ejecuciones de solo, como acompañamiento para el "Buyo" o en recitales públicos.
Junto a la música japonesa, en la segunda mitad del siglo XIX empezó a desarrollarse en Japón la música occidental. Desde 1870 se enseña en los centros docentes, desde la escuela primaria.
En Japón se ejecuta, se compone y se disfruta actualmente de todas y cada una de las formas musicales de Occidente. Tokio tiene seis orquestas sinfónicas permanentes y además hay otras varias orquestas incluyendo las del distrito de Kansai. Existen catorce (14) conservatorios de música en Tokio, que constituyen una constante cantera de nuevos ejecutantes y vocalistas, además de numerosas academias de danza en las que se enseña ballet. Los conciertos, recitales, funciones de ópera y de ballet atraen a gran cantidad de público y en sus programas se incluyen obras de compositores que van desde Bach hasta los experimentalistas más modernos. El talento musical es fomentado por medio de concursos nacionales de música que se celebran varias veces al año.
Cada año Japón recibe a un numeroso contingente de famosos músicos y conjuntos musicales extranjeros. La lista de las orquestas, solistas, directores, compañías de ópera y de ballet que se ha presentado en Japón en los últimos años constituye un directorio de los más altos exponentes del arte del todo el mundo.
Cada primavera llegan a Japón muchos de los músicos y conjuntos más famosos del mundo para participar en el festival Internacional de Osaka. Este Festival, que fue inaugurado en 1958, tiene por objeto fomentar el intercambio cultural internacional, estimular la enseñanza y desarrollar el talento artístico individual.
El Festival de Osaka de 1970, celebrado durante el desarrollo de la Exposición Mundial del Japón (EXPO ´70), consistió en un total de 83 funciones con 30 diferentes programas que abarcaban óperas, ejecuciones orquestales, conjuntos de música de cámara, programas de ballet, recitales y obras de teatro.
Los músicos japoneses, por su parte, se presentan ahora en el extranjero con mucha frecuencia y su prestigio internacional aumenta día tras día. Tres orquestas, la Orquesta Sinfónica de NHK (Corporación de Radio y Televisión del Japón), La Filarmónica Yomiuri Nippon y la Filarmónica de Japón, han realizado muchas giras con éxito por Europa, Estados Unidos, América Latina, Oceanía y Sudeste Asiático. Los directores también están destacándose en el extranjero. El más prominente de ellos es Seiji Ozawa, exdirector musical de la Sinfónica de Toronto, Canadá, recientemente designado Director de la Sinfónica de San Francisco y Director Musical de la Sinfónica de Boston, en Estados Unidos.
No se ha descuidado ni la preservación ni el desarrollo de la música japonesa en sus formas clásicas. Uno de los grupos dedicados a cultivar la nueva música japonesa dentro de su tradición clásica, es el "Conjunto Nipponia", formado por distinguidos solistas y compositores en 1964. Debido a que es una orquesta de cámara complementada con instrumentos japoneses de ciento, cuerda y percusión, tiene un amplio repertorio en el que utiliza todos o algunos de los instrumentos, o en ocasiones un solo instrumento ejecutado por un solista, en formas musicales parecidas al estilo de composición occidental.
Las artes dramáticas florecen en Japón con un vigor tal que su fama se ha extendido por todo el mundo. Son tal vez únicas en su género por su diversidad, que va desde la ceremoniosa majestuosidad del drama Noh a la franca lozanía del vaudeville popular ; desde el teatro de marionetas, cuyas tradiciones han pasado de generación en generación a través de los siglos, a las elaboradas producciones panorámicas de una de las más prolíficas industrias cinematográficas del mundo.
Las tres formas principales del teatro clásico japonés son el Noh, el Bunraku (marionetas) y el Kabuki. La más antigua de todas es el Noh, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, cuando se integraron y desarrollaron diversos ritos y danzas religiosas de épocas anteriores. El Noh adquirió su forma actual a principios del Siglo XI.
En una forma dramática sumamente estilizada que originalmente se representaba ante las clases altas exclusivamente. Los actores, muchos de los cuales descienden por línea hereditaria de artistas de Noh, son los que mantienen vivas las tradiciones clásicas en nuestros días. El Noh tiene ahora un público relativamente limitado; pero su profunda dignidad, su elocuente simbolismo y su clásico donaire atraen siempre la entusiasta admiración de los aficionados.
Un número cada vez mayor de extranjeros están engrosando las filas de los admiradores de la danza y el drama Noh. En el Festival Dramático Internacional de Venecia en 1954 se ofrecieron representaciones del Teatro Noh, y también se han presentado en Europa, Estados Unidos, México e India.
El teatro Bunraku de marionetas data del siglo XVI y alcanzó su forma actual en el siglo XVIII. Se representa con regularidad en el teatro Asahi-za de Osaka, y también en el Teatro Nacional en Tokio. Las marionetas son complicados muñecos, de la mitad del tamaño natural, cuyos movimientos son gobernados por tres operadores. Representan sus dramas con acompañamiento de música de "shamisen" y narración con lo que logran crear una profunda ilusión de sentimientos y emociones humanas en los muñecos. Es una forma artística muy avanzada, con rasgos enteramente propios. El Bunraku ha despertado gran interés en el extranjero. En la primavera de 1966 una compañía de Bunraku representó por vez primera sus obras fuera de Japón durante una gira por Estados Unidos. Desde entonces se presentaron dos veces en Europa y una vez más en Estados Unidos.
El Kabuki, el género teatral más famoso de Japón, proviene tanto de Noh como del Bunraku y ha asimilado además otras formas dramáticas de épocas anteriores. En el siglo XVII tomó las características que conserva hasta el presente. En sus primeros tiempos, el teatro Kabuki era interpretado por mujeres, y posteriormente por muchachos jóvenes; pero desde que evolucionó a su forma actual es representado exclusivamente por hombres.
El Kabuki conserva fielmente las ricas tradiciones de su notable pasado. Muchas de sus más famosas piezas han deleitado a los públicos de dos siglos, con muy pocos cambios. Sin embargo, en el repertorio del teatro Kabuki figuran también numerosas obras nuevas escritas por autores contemporáneos. En los últimos años se han hecho algunos intentos por modernizar el Kabuki, y se han presentado varias producciones con algunas modificaciones en el estilo de la representación.
Este arte dramático goza también de gran prestigio internacional, y a partir de 1960 se han realizado cinco giras por el extranjero: dos a Estados Unidos y tres a Europa.
Además de la riqueza dramática de su herencia clásica, Japón ofrece también teatro moderno de estilo occidental. Como puente entre ambos estilos está un grupo llamado "Shimpa" que fue fundado hacia fines del siglo XIX. "Shimpa" está basado en la tradición Kabuki (por ejemplo, originalmente era representado sólo por actores masculinos), pero ahora presenta una forma definitivamente propia con un estilo natural de actuación. La acción se desarrolla generalmente entre la gente del pueblo, el reparto incluye tanto actores como actrices.
Existen varias compañías que presentan obras de teatro al estilo occidental. Aparecieron por primera vez hace aproximadamente 60 años, y hoy en día cuentan con un público considerable, especialmente entre los jóvenes. Sus repertorios son extraordinariamente amplios, desde las obras clásicas de maestros como Shakespeare, Moliére, Ibsen y Chejov, hasta las obras modernas de dramaturgos contemporáneos, tanto japoneses como extranjeros.
En la actualidad, sin embargo, la expresión dramática más vigorosa es el cine. La primera película japonesa fue filmada hace aproximadamente medio Siglo. No obstante, en contraste con la creciente popularidad de los programas de televisión, la industria cinematográfica se encuentra en decadencia. El número de salas disminuyó de 7.457 en 1960 a 2.470 en 1974. La asistencia también declinó de 1.014 millones en 1960 a 185 millones en 1974.
En los estudios cinematográficos de Japón, que figuran entre los más productivos del mundo, se filmaron (163) películas de largometraje en 1974, la mayor parte de las cuales fueron en color y para pantalla panorámica. La producción de documentales presenta también un elevado nivel, que con un total de 1.492 films en 1974, y más del 96 por ciento en color.
Las películas japonesas han recibido numerosos premios en diversos festivales cinematográficos internacionales por su excelencia técnica y artística. La primera producción japonesa premiada fue:
1. "Rashomon" que obtuvo el Gran Premio del Festival Cinematográfico de Venecia en 1951.
2. Otras Películas que han obtenido el Gran Premio son:
"La Puerta del Infierno" (1954).
"El Hombre del Carrito" (1958).
"La Isla" (1961).
"Fuego en la Llanura" (1961).
"Los Desertores de la Escuela" (Moscú 1963).
"Bushido – Leyenda de un Samurai" (Berlín 1963).
3. También han recibido otros premios internacionales:
"La Mujer de Arena" (1964).
"Kwaidan" (1965).
""La Gran Torre Blanca" (1967).
En 1974, Japón exportó 1.070 películas de las cuales 990 fueron de largometraje, 35 documentales y 5 noticiarios. Las 40 restantes correspondieron a otros géneros.
En ese mismo año se exhibieron en Japón: 241 Películas extranjeras, incluyendo (104) norteamericanas, (32) Italianas, (33) Francesas y (14) Británicas.
La libertad religiosa está garantizada por la Constitución de Japón 1946, que establece:
"Ninguna organización religiosa recibirá privilegio alguno del Estado, ni ejercerá ninguna autoridad política. No se obligará a ninguna persona a participar en ningún acto, celebración, ritos o práctica religiosa. El Estado y sus órganos se abstendrán de impartir educación religiosa, o de cualquier otra actividad religiosa".
El budismo es la principal religión en Japón; cuenta con 86.206.000 fieles. El cristianismo también se practica y se calcula que existían en Japón alrededor de 870.000 cristianos a finales de 1974.
El sintoísmo, que no puede considerarse como una religión en el estricto sentido de la palabra, es el culto primitivo de Japón y concierne a la veneración de los antepasados de la Familia Imperial y de los antepasados de cada Familia. Durante la Segunda Guerra Mundial se la consideró religión del Estado y las autoridades estimulaban su culto. De acuerdo con la Constitución vigente ya no recibe ningún apoyo oficial ni privilegios.
En la mentalidad popular, el sintoísmo coexiste y a veces se mezcla con el budismo. Muchos japoneses celebran su matrimonio según sus ritos sintoístas, y cuando mueren se realizan las ceremonias fúnebres budistas.
El budismo llegó a Japón desde la India a través de China y Corea hacia mediados del siglo VI. No sólo floreció como religión sino que enriqueció notablemente el conocimiento y las artes del país.
El misionero jesuita San Francisco Javier introdujo el cristianismo en Japón en 1549. Se propagó rápidamente durante la segunda mitad del siglo. Al coincidir con una época de luchas y conmociones internas, la nueva religión fue bien recibida por quienes necesitaban un nuevo símbolo espiritual, y también por los que esperaban obtener beneficios comerciales o suministros de tecnología occidental, especialmente armas de fuego avanzadas.
Sin embargo, después de la unificación del país a finales del siglo XVI, aquellos que se habían asegurado la hegemonía a lo largo y ancho del país, decidieron eliminar cualquier posibilidad de cambio posterior, por lo que el cristianismo fue prohibido, al considerar que subvertía el orden establecido. Esta prohibición se mantuvo cerca de 250 años hasta mediados del siglo XIX, cuando Japón volvió a abrir sus puertas al mundo.
Entre los cristianos de Japón, los protestantes superan ligeramente en número a los católicos. En 1959 los protestantes celebraron el centenario de su introducción en Japón.
El Confucionismo, más que una religión, es un código de preceptos morales. Llegó a Japón a principios del siglo VI y ha ejercido gran influencia en el pensamiento y la conducta del pueblo japonés. Esta influencia ha declinado un tanto después de la guerra.
Todos los deportes, tanto tradicionales como modernos, cuentan con enorme masa de aficionados en Japón. Los periódicos y las revistas deportivas se leen con avidez. Grandes multitudes abarrotan los estadios en todos los principales acontecimientos deportivos, mientras que millones de personas más siguen el desarrollo de sus deportes preferidos por la televisión. En el capítulo de los deportes tradicionales, gozan de especial popularidad el Sumo (lucha japonesa), el Judo, el Kendo (esgrima japonesa)y el Kyudo (ballestería japonesa).
La radio y la televisión han contribuido a revivir en todo el país la popularidad del Sumo, el estilo tradicional de la lucha japonesa. Los orígenes del Sumo se pierden en la bruma de los tiempos, pero en la leyenda se remontan a más de 2.000 años. En un deporte sumamente formal pero de gran dramatismo, que apasiona prácticamente a todos los japoneses en la actualidad. Cada año se efecto{uan en Tokio y otras grandes ciudades seis torneos regulares de Sumo, cada uno de 15 días de duración. Durante el resto del año, los luchadores profesionales de Sumo hacen giras por las provincias.
El Judo, que proviene del antiguo arte conocido con el nombre de "Jujutsu", es hoy un deporte popular no sólo en Japón sino también en muchos otros países. Fue seleccionado para los XVIII Juegos Olímpicos, que se celebraron en Tokio y para la Olimpíada de Munich (1972). Los primeros campeonatos internacionales de Judo se realizaron en Tokio en 1956. Ahora se realizaron campeonatos internacionales con regularidad, no sólo en Tokio sino también en el extranjero. El Torneo Nacional de Judo del Japón, que es una competencia anual, despierta enorme inter{es a través de todo el país.
La popularidad de Kendo declinó después de la guerra, pero ahora se encuentra en una etapa de resurgimiento.
Además de sus deportes tradicionales, los japoneses practican casi todos los deportes occidentales, desde los de pista y campo hasta los de tenis, bádminton, bolos, béisbol, fútbol, rugby, natación, remo y equitación.
El baseball es uno de los deportes más populares de Japón en la actualidad. Se ha dicho que es el deporte nacional y se juega tanto en forma amateur como profesional; pero ya se trate de escolares jugando en un terreno baldío o de equipos profesionales de liga, cualquier juego atrae indefectiblemente una enorme multitud de espectadores.
El golf se está convirtiendo también en un deporte popular en Japón. Existen aproximadamente 700 campos y alrededor de ocho millones de golfistas.
El esquí y el patinaje son los dos deportes de invierno más populares en Japón, a lo que contribuyen un clima invernal ideal y la abundancia de regiones montañosas adecuadas. Se calcula que hay en Japón más de 8 millones de esquiadores y otros tantos patinadores; estas cifras aumentan año tras año.
La combinación de un clima ideal y numerosas cadenas de montañas ha fomentado también el entusiasmo por el montañismo. Además de los cientos de grupos que escalan los Alpes de Japón, los equipos de montañistas japonesas efectúan ascensiones en el extranjero. En mayo de 1970, una expedición japonesa conquistó la cima del Monte Everest. Era la sexta vez que un equipo de alpinistas lograba coronar la cumbre. En mayo de 1975 un miembro de un equipo femenino japonés se convirtió en la primera mujer de la historia que alcanzaba la cumbre más alta del mundo.
Los deportistas japoneses se han destacado también en competiciones internacionales de voleibol, ping-pong, lucha amateur y gimnasia.
Desde 1946 se viene celebrando anualmente un Festival Nacional de los Deportes, al que concurren representantes de todas las modalidades deportivas que se practican en Japón. El Festival se divide en tres partes, que se celebran una en invierno, otra en verano y la tercera en Otoño. La organización corre a cargo de la Asociación Japonesa del Deporte Aficionado.
La idea inicial partió de los deportistas de Tokio, con el fin de promover la cultura física en todo el país, y al mismo tiempo para elevar la moral del pueblo a la terminación de la guerra. El festival se lleva a cabo en diversas prefecturas, según un orden determinado.
Cada prefectura interviene en las competiciones con un conjunto. A la que obtenga los mejores resultados totales entre sus atletas masculinos y femeninos, se le concede la Copa del Emperador, mientras que la Copa de la Emperatriz se otorga a la primera prefectura clasificada por la actuación de sus representantes femeninos. En el Festival Nacional de los Deportes participan anualmente más de 16.000 Atletas de todas las regiones del Japón.
Muchos atletas japonés han participado en competiciones deportivas internacionales, incluyendo los Juegos Olímpicos y también numerosos equipos y atletas extranjeros han sido invitados a Japón antes y después de la guerra.
En 1912, Japón tomó parte por vez primera en los actuales Juegos Olímpicos al presentarse en la V Olimpíada, celebrada ese año en Estocolmo. Continuó asistiendo con regularidad hasta el año 1936, cuando Berlín fue el escenario de los XII Juegos Olímpicos. La participación se vio interrumpida a causa de la guerra, hasta que, en 1952, Japón reapareció en los XV Juegos Olímpicos de Helsinki.
En 1964, Japón fue la sede de la XVIII Olimpíada. No sólo se trataba del primer acontecimiento de esta clase celebrado en Asia, sino también de una delas mayores concentraciones de atletas que se registraron desde los Juegos de Helsinki. En Tokio se dieron cita 5.558 Atletas procedentes de 98 países.
En los XX Juegos Olímpicos, celebrados en Münich en 1972, intervinieron 182 Atletas japoneses, que consiguieron en total 29 medallas (13 de oro, 8 de plata y 8 de bronce). Co ello, Japón se situó en el cuarto lugar por el número de medallas de oro obtenidas, después de la Unión Soviética, los Estados Unidos y la República Democrática Alemana.
Los XI Juegos Olímpicos de Invierno tuvieron por marco la ciudad de Sapporo, capital de la isla de Hokkaido, al norte del archipiélago japonés. En las competiciones participó un total de 1.655 atletas representantes de 35 naciones.
Asimismo, Japón participa asiduamente en otros campeonatos internacionales, tales como los Juegos Asiáticos -cuya tercera reunión se celebró en Tokio, en el año 1958- y la Universiada, celebrada también en Tokio en 1967. En cuanto a las competiciones individuales, la presencia japonesa en los campeonatos internacionales de maratón ha sido constante. En Japón se celebran anualmente dos Campeonatos Abiertos de Marathon: uno en Fukuoka y otro en Beppu, localidades de la isla de Kyushu, al sur del archipiélago. A estas competiciones asisten numerosos atletas de primera fila.
Se agradece expresamente la aportación de fotografías a los siguientes organismos:
1. Líneas Aéreas Japonesas (danza de "Gagaku").
2. Agencia de la Familia Imperial.
3. Palacio de Conferencias Internacionales de Kyoto.
4. Gabinete Fotográfico de la Residencia Oficial del Primer Ministro (Conferencia de Rambouillet).
5. Max Machol, Nueva York.
6. Naciones Unidas / T. Chen.
7. Jiji Gaho Sha, Inc. (Jóvenes visitantes del Sudeste Asiático).
8. Centro de Rehabilitación.
9. Agencia de Defensa.
10. Biblioteca Shoseki, Tokio (Escuela "terakoya").
11. Corporación de Reactores Nucleares y Desarrollo de los Combustibles Nucleares.
12. Agencia Nacional de Desarrollo Espacial.
13. Fundación Tokugawa Reimei-Kai (Pergamino "La Historia de Genji").
Diversas fuentes de Internet.
Autor:
Edgar Alexander Tovar Canelo
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |