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San José de Carayaca vista por doña Angelina Sanchez Aranguren (página 2)

Enviado por León Morales


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En Tarmas había viejos ancianos que mantenían en sus narraciones orales que el General Esteban Lujan fue herido en Guenque y sometido al más vil maltrato físico; ya que le despalmaron los pies untándoles salmuera y a pesar de las torturas recibidas por algunos soldados castristas no podía morir. Al fin tuvieron que sacarle un Santo Cristo que tenía en uno de sus brazos incrustado, y de esa manera fue que pudo fallecer; siendo sepultado en la orilla de la playa.

El señor Agustín Péinate conoció al negro y venerable anciano Valentín Mayora, el único sobreviviente que hubo en la batalla de Guenque en 1.903. Él le contó que en esos cruciales momentos el General Esteban Luján estaba bebiendo aguardiente en una molienda de caña de azúcar que había por allí cerca de Mamo. Parece ser que el General Lujan cuando recibió la posta que le envió el General Juan Rodríguez y que dijo estas palabras: "… No que va, dígale al General Rodríguez que al General Luján no lo agarra nadie de sorpresa…".

Y resulta que a ese representante de La Revolución Libertadora en estas tierras lo sorprendieron las fuerzas castristas y acabaron con casi toda la gente que tenía allí acampada. El General Juan Rodríguez combatió en muchas escaramuzas que se dieron en los tiempos de la Federación y de las guerras civiles que se suscitaron a finales del siglo XIX.

La situación se agravó debido a que en el sitio de La Victoria en los valles de Aragua, el General Francisco Linares Alcántara (hijo) quién era hermano por parte de padre de Tiburcio Mayora en el pueblo de Chichiriviche de la costa, tuvo informaciones precisas sobre lo sucedido en Guenque con las tropas del General Esteban Luján.

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Doña Belén Estévez Yánez de Linares Alcántara

El General en Jefe Francisco Linares Alcántara (hijo) era un profesional en el arte de la guerra; ya que él era egresado de la Escuela Militar de West Point en los Estados Unidos de América (USA) y que gracias a los lazos familiares en ese zona del litoral centro norte costero caribeño de La Guaira y Aragua, pudo obtener informes de inteligencia que le dieron a conocer la situación real que vivieron las fuerzas de La Libertadora en esos cruciales momentos de 1.902.

La cual sirvió de antesala para la derrota que sufrieron los rebeldes en la batalla de La Victoria en esos días difíciles para Venezuela; en donde nos debatíamos entre el bloqueo naval a que nos sometieron los países europeos y la guerra civil que se estaba gestando en esa época.

La batalla de La Victoria se dio entre los días 13 de octubre y 2 de noviembre de 1.902. La misma fue muy sangrienta porque se combatió a machete limpio, debido a que las fuerzas del gobierno tenían dificultades con el parque a causa de las pocas municiones que presentaban en esas aciagas horas. En el entendido, de que sus fuerzas en cuanto a soldados se refieren estaban por debajo de los 16.000 hombres que tenían los jefes de la Revolución Libertadora.

Ambas fuerza militares estaban bajo el comando de los siguientes generales:

Comandante General del Ejército Restaurador

Generales

General en Jefe Cipriano Castro Ruiz.

General en Jefe Juan Vicente Gómez Chacón.

(9.000 soldados)

General en Jefe Diego Bautista Ferrer.

General en Jefe Francisco Linares Alcántara (h).

General Pedro María Cárdenas.

General Leopoldo Batista.

General Modesto Castro.

General Regulo Olivares.

General Román Moreno.

General Ovidio Pérez Bustamante.

General Emilio Antonio Ríos.

General Rafael González.

General Modesto Castro.

General J. B. Bravo Cañizales.

General Francisco Esteban Rangel.

 

Comandante General de la Revolución Libertadora

Generales

General en Jefe Manuel Antonio Matos Troconis.

General en Jefe Domingo Monagas.

(16.000 soldados)

General en Jefe Luciano Mendoza.

General en Jefe Gregorio Cedeño.

General en Jefe Nicolás Rolando M.

General en Jefe Zoilo Vidal.

General en Jefe Gregorio Segundo Riera.

General en Jefe Amábile Solagnie.

General Lorenzo Guevara.

General Pedro Pérez Crespo.

General Juan Palacios.

General Luís Crespo Torres.

El General Juan Rodríguez falleció en el pueblo de Carayaca el 8 de abril de 1.931. Después de haber avasallado a nuestro heroico pueblo desde 1.908. Lo más insólito de este viejo combatiente en las guerras civiles quién vivió entre traiciones y tramposerías siempre congratulándose con las clases dominantes del país, de quienes fue su gendarme en estas tierras.

En estas investigaciones históricas tenemos que sacar a relucir sus artimañas, las cuales produjeron actos de terratenientazgos y latifundismos en esta gran dimensión territorial ubicada entre montañas y costas, y que siempre fue tierra de los antiguos Taramaquas o Tarmas, la cual hemos conocido como la Parroquia Carayaca.

Sobrino, León. Realmente este conversatorio contigo ha sido de gran interés porque estamos construyendo algunas etapas históricas del Edo. Vargas que nadie hoy en día conoce y que parecieran que estuvieran aisladas del contexto nacional, y como podrás notar no es así. Yo estoy conmovida sobre lo que hemos hablado y eso hace interesante lo que estamos haciendo en este momento, el cual espero de as a conocer con prontitud para las nuevas generaciones de varguistas y venezolanos.

¿Y quisieras conocer los relatos que sobre la batalla de Guenque, me contó el finado afro-descendiente Nicanor León Mayora, tía Angelina?

Al negrito Nicanor mi hermano Francisco Santiago Sánchez Aranguren le tenía mucho aprecio allá en Tarmas, mucho antes de que tú nacieras, sobrino. Vamos pues, desembucha lo que conoces sobre esa histórica batalla.

Es esta su historia, tía Angelina.

Más sin embargo, es necesario que se conozca esta historia narrada por el septuagenario afro- descendiente tarmeño don Nicanor León Mayora, que al respecto nos refirió lo siguiente:

"Mi abuelo Manuel María Mayora también conocido con Santamaría, me contó que él era uno de esos revoltosos. En esos días él venía por la playa en dirección hacia El Picacho que está en Picure, que era por donde estaba el Camino Real".

"Claro está, los combatientes cuando no se combatía dejaban a un lado las acciones revolucionarias y regresaban a sus conucos a trabajar la tierra, y después cuando oían los llamados de sus compadres alzados regresaban a sus faenas revolucionarias. Mi abuelo Manuel María pertenecía a las fuerzas que comandaba el afro-descendiente General Juan Rodríguez".

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Caracas en 1.900

En eso mi abuelo dirigiéndose al General Rodríguez le solicitó lo siguiente:

"General Rodríguez, yo le solicito que usted me permita ir a mi rancho a ver a mi familia y pá ir a sembrar algunas semillas de carautas y maíz; por allá por los lados de La Ceiba en La Pericosa, en tierras de la hacienda "La Florida" entre El Güire, Chichiriviche y Uricao".

El General Juan Rodríguez, le señaló estas palabras a mi abuelo Santamaría:

¡Mira moreno, te voy a decir una cosa, hoy no hay permiso para nadie en la tropa que está bajo mi mando, ya que estamos esperando una pelea y para ello necesitamos tener a nuestra gente agrupada!

"Mi abuelo Santamaría, ante tal situación, no le respondió nada al General Rodríguez; yéndose a dormir aparte del grueso de la tropa y aprovechando la oscuridad de la noche decidió fugarse, eso sería como a las 11 de la noche y dirigiéndose hacia donde están su mujer y sus hijos en La Ceiba, decidiendo irse al conuco antes que de quedarse en el rancho, ya que temía que sus compañeros de armas le persiguiesen por desertor".

¿Pero cuál sería su sorpresa?

"Resulta que el General Juan Rodríguez forzó la marcha con sus hombres desde Picure a la hacienda La Florida, pero haciendo escala primeramente en el pueblo de Uricao. Yo creo que esas cosas sucedieron en el año 1.902, mi abuelo Manuel María estaba en esa zona, y viendo que tenía mucha sed para saciarla moneó un inmenso árbol de cocos y estando en la cima del mismo se le ocurrió mirar hacia la casa de la hacienda Uricao y observa a grueso de hombres mal vestidos, y quienes estaban armados de chopos, máuseres, espadas, dagas, lanzas y machetes, pero lo extraño es que cada uno de ellos llevaban una cinta roja alrededor de su brazos izquierdo, esa vaina era una identificación extraña".

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Soldados en las guerras civiles a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX

Mi abuelo algo temeroso descendió de la mata bruscamente; rasguñándose todo el pecho y los brazos. Él intuía que el peligro estaba latente allí; algo pasaba abajo y fue como dejó a un lado la manea y desde arriba primeramente dejó caer el machete de punta, cuando oyó las palabras de un soldado solitario que hacía la siguiente pregunta: ¿En dónde está el meneador de cocos?

¡Qué no lo hemos visto por aquí!

"Mi abuelo con su manea y su machete se escondió detrás de un árbol de guayacán, evitando que lo vieran los soldados allí acantonados, eso sucedió como a la una del día, después los soldados levantaron su campamento como a eso de las cinco de la tarde, esa gente eran soldados del General Juan Rodríguez, y este empedernido jefe seguía preguntando por el tumbador de cocos y nadie le respondía en el pueblo".

"Mi abuelo Manuel María marchó hacia su guarida en La Ceiba, adonde arribó a eso de las 8 de la noche, tomándose en sus manos un cebo criollo caliente, se lo untó en donde tenía las heridas del pecho y los brazos, encontrándose en ese momento en un estado febril. Más sin embargo, el General Juan Rodríguez en su marcha arribó al rancho de mi abuelo, saliéndole al paso mi abuela Paula León".

Ante esto, el General Rodríguez cuando la vio le preguntó: ¿Es usted la mujer de Manuel María, Paula?

Y mi abuela le respondió con estas palabras: "… Sí, General Rodríguez, yo soy la señora de Manuel María…".

¿Qué se le ofrece?

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Oficiales y soldados del ejército venezolano a finales del siglo XIX

El General Rodríguez le manifestó lo siguiente: "… Señora Paula, dígale a Manuel María que salga ahorita pá fuera, que lo busca el General Juan Rodríguez…".

Mi abuela Paula le contestó al General Rodríguez con estas palabras: ¡… General Rodríguez, mi marido Santamaría no se encuentra aquí en la casa agorita…!

En virtud a la situación vivida, el General Rodríguez en una actitud amenazadora, le dijo a mi abuela Paula estas palabras: "… Bueno, señora Paula. Si Santamaría no sale le voy a quemar la casa…".

En eso mi abuela como mujer con hombre de pelo en pecho, le salió al frente al General Rodríguez, y en actitud muy valiente si se quiere, le dijo a mis tías Eustacia, Clemencia y a María Calixta que se metieran en el interior del rancho y retando al General Rodríguez, le dijo: "… Péguele candela al rancho con mis hijas adentro, si le da gana General Rodríguez…".

"En eso mi abuela le dijo a mi tía Dolores que fuese al lugar llamado La Colonia, y le dijese a mi abuelo Santamaría que el General Rodríguez les iba a quemar la casa".

Al recibir mí abuelo Manuel María Mayora la infausta noticia, malhumorado y maldiciendo se vino desaforadamente hacía donde estaban su mujer y sus hijas, para ver qué era lo que quería hacer el General Rodríguez. Una vez que llegó a su rancho se metió hacia adentro del mismo, encontrándose de frente con el general Rodríguez, quién sarcásticamente le dijo a mi abuelo estas palabras: "…Mire Manuel María, yo lo vengo a buscar porque ahorita necesitamos reagrupar a la gente…".

Mi abuelo Manuel María tomó su maruja, pescado salado y algunas hallaquitas, y por supuesto, su máuser; uniéndose a las tropas del General Rodríguez tomaron el camino de Cuparal para llegar a El Güire pasando por Los Cedros. Como él comienza a notar en el General Rodríguez algunas cosas extrañas, comenzó a quedarse rezagado en la marcha; siempre se quedaba entre los últimos, ya que presagiaba que algo importante iba a pasar, en eso se le acercó el General Rodríguez y le preguntó: ¡Manuel María, Manuel María!

¿Por qué carajo usted se me queda de último en esta vaina?

¿Qué carajo le está pasando a usted, nojoda?

¿O es que usted no me conoce a mí, ah?

Mi abuelo como buen representante de la negritud tarmeña, y viendo que la vaina se ponía jodía, ya que parecía que se acercaba una revolución, le respondió al General Rodríguez bajo estos términos:

"General Rodríguez, le quiero decir a usted ahora que el negro Manuel María Mayora, de aquí no pasa; porque yo en estos momentos me voy para mi casa a atender a mi familia, haga lo que usted le dé en ganas, General".

El General Rodríguez le dijo a mi abuelo Manuel María ante sus hombres, estas palabras: "… Bueno, Manuel María; entonces usted me quiere decir, que me va a dejar solo en esta vaina…".

Mi abuelo Santamaría le volvió a recalcar al General Rodríguez, lo siguiente:

"General Rodríguez, como ya le dije, me voy a mi casa a atender a mi gente que los he dejado solo y a merced de las benditas revoluciones que se están dando en estas tierras. General Rodríguez tome su chopo y la daga, que me voy pá el carajo, ya".

"El General Rodríguez recibió las armas que le había entregado mi abuelo Manuel María y sin decir nada al respecto lo dejó ir tranquilo; que más bien eso parecía algo extraño en ese militar que era arrojado y valiente en el combate".

Yo creo que hoy es cuando estoy saliendo de esa tremenda duda que tenía entonces; ya que nunca pensé que esta historia que me había contado mi abuelo iba a trascender en la historia de Tarmas y Venezuela.

Ciertamente, mi abuelo Ángel María intuía que algo feo venía y eso fue lo que sucedió. Resulta, que a los tres días se dio la batalla de Guenque en donde mataron al General Esteban Lujan. Cabe destacar, que en esa acción el único sobreviviente fue mi tío Valentín Mayora quién era hermano de mi tío Francisco Antonio "Panchón" Mayora; este último tío mío nació en un lugar ubicado entre Uricao y La Florida el 4 de abril de 1.890.

Mi tío Valentín Mayora tuvo otros hermanos, tales como: Fermín, José de los Santos, Juan de Mata, Eugenio y Petra Mayora. Todos ellos nacieron allá en Chichiriviche, ya que también eran familia directa de Santos Mayora, mi hermano por parte de padre.

Mi hermano Santos Mayora es hijo de mi difunto padre Juan de Jesús León con la negra Florencia Antonia Mayora y ella era prima hermana de la negra Petra Ercilia Mayora; todos estaban vinculados al negro Olegario Mayora quien vivía con Lucía Mayora, hermana de Justa, Ernesta y Domingo. Ellos eran familia de la señora Epifanía Mayora, ya que mi papá era su padrino de bautizo.

Mi tía Petra Mayora era la madre de Manuel, José Inés, Aureliana, Damacia, María Soledad, Juana y Simona Mayora. Mi tío Valentín Mayora fue con el correr de los años medianero en la hacienda Curiana. Él murió en el año 1.947 y sobre la batalla de Guenque me dijo lo siguiente:

Sobrino Nicanor, esa batalla en Guenque comenzó como a las ocho de la mañana. Yo me dirigí hacía la piedra de Guenque en compañía de un compañero de infortunios; nos montamos encima de la misma, por debajo de ella batía el mar y en su interior había una cueva, y de pronto sonó un tiro y mi compañero se hizo el muerto en tierra, y en eso llega un soldado que por su acento era andino, y dijo: "… Ores…, ala paisa…, este toche parece que está bien muerto, bueno vamos a meterle la bayoneta pá ver como está, pues…".

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Los responsables de la agresión a Venezuela en 1.902

En eso se oyó tan horrible grito de muerte, cuando de pronto el andino miró hacia donde estaba yo, y me dijo: "… Mira negrito, ven acá, ven, ven…".

"Bueno, pegué un tremendo salto y rápidamente traté de retirarme de ese sitio, cuando sonó un disparo de máuser, no me quedó más remedio que lanzarme al agua. Así lo hice una vez que me sumergí me quité el pantalón y el interior que era largo, teniendo que botar mi máuser para quitarme todo peso de encima, para poder nadar en el agua".

Entonces fue cuando tomé mi taparita que estaba llena de agua para beber y en el momento en que me sumergía y volvía aparecer sobre el agua sonó otro disparo de fusil; pero le dieron a la taparita que tenía colgada encima, viendo lo que pasaba me hice como el muerto y me dejé llevar por la corriente haciéndome el muerto, cuando oí un grito del francotirador que le decía a sus jefes: "… Carajo, le di, le di; maté a ese gran carajo, está muerto, maté al negrito…".

"Ellos creyeron que la vaina era verdad y no volvieron a dispararme, después que hube recorrido una buena distancia estando a merced del agua y habiéndolos perdido de vista, como a eso de la siete de la noche salí a la orilla de la playa por los lados de Picure; tumbando unos cocos para saciar la sed, a las cuales les quité la concha con una piedra, sintiendo luego que la mandíbula se mes desprendía, debido al tiempo que estuve sumergido en el agua".

"Entonces agarre mi pañuelo que nunca me falta y me lo coloque en la cabeza aguantando el maxilar, ya que parecía que se me iba a caer, sintiendo un gran frío".

"Allí en Picure encontré un cayuco y me monte en él, y a punta de remo me fui hasta las playas de Uricao, que era donde estaba mi gente; adonde llegué a eso de la cinco de la mañana. Esa triste noticia le llegó a mi abuelo Santamaría en La Pericosa, y él le dijo a su familia que presentía que esa vaina iba a pasar".

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Regino Mayora, construcción de la Escuela Federal Rural Nacional "Tarma", año 1.946

"Mi abuelo me contó esas cosas y también me dijo que la esposa del General Esteban Lujan vivía en Puerto Viejo en Catia de La Mar. Pero él también vivía amancebado con mi tía Floripa León".

"Pá que ustedes vean lo que es la vaina; Feliciana la madre de mi compáe Regino Mayora, cuando joven trabajó en la casa del General Esteban Lujan. Mi tío Valentín Mayora tuvo los siguientes hijos: Otilio, Carmelo, Justo, Longa y Agapita".

"Él fue un buen cuatrista y se salvó milagrosamente en Guenque, porque él era un gran devoto de la Virgen de El Carmen cuando murió en 1.947, habiendo sido sepultado en el cementerio de Tarmas".

"Allí en Uricao hubo como 300 muertos, siendo herida en el brazo la señora Anacleta Gutiérrez, mujer del maestro Juan Pablo Tortoza. Yo también conocí en lo que hoy llaman Manzanillo a la señora Escolástica quién también fue herida en ese combate en Uricao".

"Mi abuelo Ángel María, me contó que el General Esteban Luján sabía que las tropas del General Nicolás Rolando Monteverdi venían por mar y desde Cabo Codera aparecerían con dirección a las playas de Uricao. Ellos pensaban unirse a esas fuerzas, que eran las de la Revolución Libertadora".

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Campamento de tropas en La Guaira, año 1.893

"Ya que él venía reclutando hombres desde el pueblo de Naiguatá, donde uno de sus compadres quién era un brujo muy conocido en la zona en años anteriores lo había preparado para que nada le pasara en combate".

Resulta que las tropas del General Luján pasaron por su conuco y le mataron los animales, y le comieron sus cultivos y el brujo le dijo estas palabras:

"… Compáe Luján, carajo; sus muchachos me comieron los anímales y me dañaron mis siembras, si me hubieran pedido que les diera de comer, yo lo hubiese hecho, pero de esa forma no, compáe…".

El General Luján algo airado le contestó a su compadre de esta forma: "… Bueno, sí lo hicieron mis soldados…".

¿Y qué, vale?

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Virgen de El Carmen en la iglesia de Ntra. Sra. De La Candelaria de Tarmas, año 2.005.

Ante tales palabras, el curioso y brujo de Naiguatá, le dijo estas palabras: "… Está bien compáe, no ha pasado nada, váyase con sus hombres, no ha pasado nada…".

"Decían los viejos que el brujo le retiró la protección y de esa manera fue como al General Esteban Luján le comenzaron a salir mal las cosas, una vez muerto en la emboscada que le tendieron en el sitio de Guenque, fue enterrado al lado de un mango que había en el paso que estaba en el Río Mamo hacía Catia de La Mar".

"Allí se mantuvo sepultado por algunos años, hasta que sus hijos lo desenterraron, decían algunas personas que el cadáver aún se conservaba intacto. Bueno vale, ahora es cuando comienzo a comprender porque el poeta Pío Rengifo se fue de Tarmas en 1.902 y nunca más regresó a su pueblo natal; también entiendo que fue lo que pasó en el pueblo de Uricao cuando lo bombardeó desde el mar el "Indio" General Nicolás Rolando Monteverdi, abuelo del difunto Iván Alvins Rolando quién fue dueño de las haciendas de Guaricuay, Tarma Abajo, Guare y Guasca, y quién estaba casado con una hija de José Minos Santi quien fue el dueño de las haciendas "Curiana" y "Jesús" en Tarmas".

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Soldados afro-descendientes del Ejercito Restaurador del General en Jefe Cipriano Castro Ruiz a comienzos del siglo XX

"Hoy su hijo Iván Alvins Santi continúa trabajando las tierras que heredó de su difunto padre, como las de su abuelo maternal. También comienzo a entender porque se apareció por estas tierras José Minos Santi, convirtiéndose en un próspero hacendado y llegando a ser concejal por el pueblo de Carayaca en las elecciones del año 1.937".

¿Y de dónde cree usted que vienen esos quebrantos políticos en nuestra tierra, tía Angelina?

Todas esas cosas nos vienen desde los tiempos del Comandante José Tomás Boves y que tuvo su mayor sindéresis con el asesinato del General Ezequiel Zamora en 1.860. Si revisas con detenimiento a todos esos personajes te vas a encontrar que todos venían de las filas del Partido Liberal creado por el Dr. Antonio Leocadio Guzmán en 1.835.

Yo creo que con el tratado de Coche en 1.863, fue cuando se comenzaron a realizar extraños pactos que desembocan en la muerte de miles de venezolanos y venezolanas en unas extrañas escaramuzas con carácter de guerras disimuladas para engañarnos con las denominaciones de revoluciones que nada tienen que ver con los planteamientos que ayer esgrimieron nuestros antepasados y que hoy nos planteamos nosotros.

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Soldados venezolanos de la época del General Cipriano Castro Ruíz

Tía Angelina, yo creo que las cosas se agudizaron aún más con la llegada al poder del General Joaquin Crespo Torres al poder quien siguió imponiendo en el continuismo al General Ignacio Andrade quién era amigo de nuestra familia Aranguren Bravo; desapercibida y extrañamente el diputado tachirense Cipriano Castro Ruiz renuncia a su curul en el Congreso Nacional, haciendo ver que se retiraba de la política nacional para dedicarse a otras cosas en su tierra natal, Capacho.

Caramba sobrino, León. Esa era una lucha muy fuerte que hubo en el Partido Liberal, el cual estaba muy dividido. Y que hoy se traduce en lo que está pasando dentro de las elites chavistas por el control total del poder, el vagabundo de Ciprino Castro se retira al pueblo de San José de Cúcuta y allá comienza a formar un ejército para venir a Caracas, y de esa manera asaltar el poder político en la casa de Misia Jacinta o Miraflores.

Cipriano Castro comienza con su bochinche armado en 1.897. Lo que si era cierto es que en la frontera colombiana con la venezolana por el Táchira, don Manuel Chávez González publicó un documento en contra de "El Cabito Castro", que tenía que ver con el apoyo en los Andes a la candidatura del General Ignacio Andrade, para los comicios electorales de 1.898.

En esos desórdenes castristas estuvieron comprometidos los generales Carlos Rangel Garbiras (abuelo del Dr. José Vicente Rangel Vale), Juan Bautista Araujo, Francisco Croce, Rafael Rojas Fernández y el Dr. Leopoldo Baptista.

El General Rafael Rojas Fernández fue quien le abrió el compás al General Cipriano Castro para la invasión hacia tierra tachirense desde la frontera colombiana en 1.899. Claro está, te quiero decir una cosa que ha estado resguardado en el seno de mi familia y es que el General Rojas Fernández fue mandado a detener por el propio General Castro.

¿Qué fue lo que realmente pasó allí, tía Angelina?

Acuérdate que mi abuelo Lino Aranguren Castro fue declarado Ilustre Prócer de la Federación por parte del General Ignacio Andrade Troconis en 1.898. Y cuando el General Rafael Rojas Fernández libra aquellas acciones de Valle de Páez, Boca de Grita y La Florida en tierra paramera tachirense, permite que el General Cipriano Castro entre en el país y comience sus avances militares como "El Restaurador de Venezuela".

Pero como ese hombre era muy perverso mandó a los coroneles Guillermo y Alberto Aranguren a que detuvieran al General Rafael Rojas Fernández. Ambos oficiales castristas eran parientes de mi abuelo el General Lino Aranguren Castro.

El General Cipriano Castro Ruiz era una persona extrovertida dentro de la política, fue un ser difícil de entender, porque el en su juventud andina tachirense perteneció a la filas del Liberalismo Amarillo, ya que era muy dado en fusilar a sus propios compañeros cuando les notaba un ápice de superarlos en el terreno político, porque en el marco militar era un asiduo vencedor en el terreno militar, de eso no hay dudas.

Mi esposo José Antonio Garrido Manzano me contó que esa gente salió con 60 soldados desde Cúcuta y se les fueron sumando más personas en el camino, hasta que llegaron al campo de Tocuyito en donde salió a combatirlos el General Rosendo Medina (padre del General Isaías Medina Angarita), quien murió en ese combate a mediados de 1.899.

¿Y por qué esos andinos no fueron contenidos allí en Tocuyito, tía Angelina?

El General Ignacio Andrade Troconis envió a su primo el General Manuel Antonio Matos Troconis para que conversara con el General Cipriano Castro Ruiz en la casa de su ministro Francisco González Guinán en Valencia, con la salvedad de que el General Cipriano Castro estaba alojado en la casa del Dr. Ramón Tello Mendoza. Hay un detalle que cambia la historia de Venezuela y es que entre la tropa castrista que está enferma y acantonada en la Plaza Bolívar, entre sus heridos había un personaje desconocido en la historia de nuestro país y a quién apodaron "El Bagre".

¿Y quién es ese personaje, tía Angelina?

Uno de esos hombres enfermos en la campaña militar restauradora era el General Juan Vicente Gómez Chacón. Este oscuro personaje tenía una fiebre muy alta y para que se lo llevaran a una casa espaciosa, el General Cipriano Castro le dijo al Dr. Francisco González Guinán estas palabras: "… Cuanto se lo agradezco, llévelo inmediatamente; porque el General Gómez no es militar y me ha acompañado en esta campaña como amigo particular…".

¿Qué extraño tratamiento hacia el General Juan Vicente Gómez?

La situación política se fue agravando en la medida en que fueron pasando los meses en que La Revolución Liberal Restauradora iba dando sus matices dentro del nuevo gobierno que se había instaurado en el país a partir de 1.899. Cuyo lema fue: "… Nuevos Hombres, Nuevos Ideales y Nuevos Procedimientos…".

El General en Jefe Manuel Antonio Matos estaba casado con una hija del General en Jefe Antonio Guzmán Blanco, decidiendo refugiarse en la isla de Trinidad en 1.902. Ya que se produjo un deslinde con el gobierno castrista en vista a un documento que le envió el General Cipriano Castro al banquero Manuel Antonio Matos, con estas palabras:

"… Entre Ud. y yo no hay inteligencia posible, media un abismo; porque pertenece Ud. a la escuela de los comerciantes políticos que vienen traficando con los intereses de la Patria y hasta con la honra y la dignidad nacional, hace largos años…".

¿Y a qué se debió eso, tía Angelina?

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Fortín de El Hoyo de La Cumbre

Son las cosas de la vida política en nuestra patria, fíjate que el General José Manuel Hernández "El Mocho", alegó que el General Ignacio Andrade le había robado las elecciones en 1.898 y eso produjo la llegada a Miraflores del General Cipriano Castro en 1.899.

Y esas palabras tienen que ver con la solicitud que el General Manuel Antonio Matos le hizo al General Cipriano Castro en relación con la inmediata libertad del "Mocho" Hernández quien estaba detenido en La Rotunda en Caracas en 1.902, debido a un alzamiento militar, una vez que había sido nombrado ministro de fomento del gobierno restaurador.

¿Qué opina usted sobre el "Mocho "Hernández, tía Angelina?

Yo creo que ese hombre jugó un rol político y militar en las últimas décadas del siglo XIX y en los primeros 20 años del siglo XX. En realidad mis familiares en El Hoyo de La Cumbre y en Puerta de Caracas en La Pastora no fueron mochista para nada del mundo. Ya que mi abuelo el General Lino Aranguren Castro no quería para nada a ese hombre.

¿Y por qué usted dice eso, tía Angelina?

Pero como no lo voy a decir, vale. Mi madre conoció al General José Manuel Hernández y te puedo decir que la familia Aranguren no lo pasaba para nada, ya que ese hombre se la pasó peleando en contra de los generales que crearon el Liberalismo Amarillo en Venezuela, bien fueran Antonio Guzmán Blanco, Francisco Linares Alcántara, Joaquin Crespo Torres, Ramón Guerra e Ignacio Andrade Troconis, entre otros.

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El General en Jefe José Manuel Hernández

Ese hombre era hijo de campesinos canarios que se establecieron en la Parroquia San Juan en Caracas y seguro estoy que esa familia vino desde las islas Canarias en la misma época en que mi abuelita Carmen Jiménez de Sánchez arribó a estas tierras en 1.842.

¿Y por qué le decían el "Mocho" al General José Manuel Hernández, tía Angelina?

Lo que si te voy a decir del Mocho Hernández es que fue un hombre honrado y honesto, siendo un oposicionista empedernido a todos los gobiernos que conoció durante su vida militar y política, no fue afecto a ninguno de ellos. El General Hernández tenía ideas zamoranas y comenzó a meterse en problemas a una edad muy temprana, y siendo apenas un adolescente tomó las armas y se fue a luchar en contra del Ilustre Americano en la primera administración del General en Jefe Antonio Guzmán Blanco, entre los años 1.870 y 1.877.

A ese hombre comenzaron a llamarlo el "Mocho" Hernández fue a causa de haber salido herido en el combate de "Los Lirios" en tiempos del Septenio guzmancista, y al caer en el piso como que se hizo el muerto. Uno de sus enemigos al verlo en el piso ensangrentado le entró a machetazo limpio, hiriéndole en el cuello y creo que en el brazo derecho, quedándole destrozada la mano derecha.

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General en Jefe Ramón Guerra

A partir de ese momento fue conocido para la historia como el "Mocho" Hernández. Acuérdate que mi mamá siempre te habló de ese hombre despectivamente, ya que ella consideraba que ese hombre era mejor como político, que como militar. Ya que cuando iba a combatir tuvo ocasiones en que estaba ganando la batalla, pero los generales contrarios al saber que era el Mocho Hernández, atacaban con más énfasis y lo ponían en retirada.

¿Y por qué usted dice eso del Mocho Hernández, tía Angelina?

Mi abuelita Dolores Bravo en los momentos en que yo le sacaba sus canitas en su casa en La Pastora en Caracas, te estoy hablando de la década de los años treinta del siglo XX y en las tertulias que se formaban en su casa, ya que sus tíos lucharon en la guerra federal y en las contiendas militares que se dieron en todas esas décadas del siglo XIX y en parte del siglo XX.

Mi tío abuelo Gregorio Bravo con su sonrisa de viejo zorro de origen coriano y con un pocillo de peltre lleno de buen café tostado en El Hoyo de La Cumbre, conversando amenamente con mi abuela Dolores Bravo de Aranguren, sobre las debilidades militares del General José Manuel Hernández, le dijo estas palabras: ¿Te acuerdas lo que tu esposo Lino Aranguren, nos contaba sobre el Mocho Hernández, Dolores?

¡Claro, Gregorio!

¡Cómo no me voy a acordar de sus palabras, ah!

¿Y qué me quieres decir del Mocho Hernández, Gregorio?

"Caramba, Dolores. Tú sabes muy bien que el General Hernández no era santo de la devoción de la familia Aranguren en estas tierras y más en las serranías del Ávila. Yo recuerdo como si fuera ayer mismo, que tu marido Lino Aranguren, nos contaba que El Mocho era muy cobarde en el combate, que era algo parecido a lo que él vio en el General Antonio Guzmán Blanco en La Galipanada en 1.958".

¿Y qué fue lo que Lino notó en esos dos hombres?

"Lino nos decía que las bravatas en el combate del Mocho Hernández eran puro cuento, ya que ese hombre era bueno en las acciones políticas, ya que convencía con las palabras. Y que nadie podía saber que dirigía las acciones militares, porque luego aún ganando salía derrotado".

¿Qué cosa, Gregorio?

¡Fíjate, lo que pasó en La Mata de La Carmelera!

¿Y qué pasó en La Mata de La Carmelera, Gregorio?

"Bueno, lo que tenía que pasar, hermana mía. El General Joaquin Crespo impuso en el gobierno a su hombre de confianza, al General Ignacio Andrade. Y el Héroe del Deber Cumplido, una vez que se hicieron las elecciones en el país y notando que su pupilo había sido derrotado por el General Hernández, optó por salir a combatirlo".

"El Mocho al ver que se acercaba una tropa bien armada y dirigida por un jefe que él no reconoció en esos instantes; mandando a uno de sus mejores tiradores que se montara en árbol y cuando tuviera buena visión le diera en la madre a ese tipo".

"En verdad el General Crespo hubiera jodido al Mocho en ese combate, pero el tirados que estaba bien apostado con su máuser, hizo un certero disparo que dio en el cuerpo del jefe de La Legalista, quien cayó muerto en el sitio de La Carmelera".

Lino me contó que el tirador pegó un grito sobresaltado, diciendo estas palabras: ¡Le pegué a un jefe importante, parece que me lo llevé en los cachos!

Y el General Hernández, algo preocupado le dijo a su tirador lo siguiente: ¿Por qué dices que le distes a un jefe importante?

"Porque era un tipo bastante alta y de contextura gruesa, llevaba barba y tenía una capa roja encima de su cuerpo, y además iba montado en un hermoso caballo blanco. Allí nadie más tenía el aspecto de ese jefe que me acabo de tirar con mi máuser".

"El Mocho Hernández sintió miedo en el terreno de batalla y prefirió retirarse a tiempo, ya que sintió la arremetida de las fuerzas crespista en La Carmelera en esos momentos".

¿Y por qué el Mocho Hernández se retiró del campo de batalla sin haber reconocido a su enemigo, Gregorio?

Lo que pasó allí, fue que un general del ejército que comandaba el General Crespo al verlo muerto en el sitio, le preguntó a uno de sus soldados y postas, lo siguiente: ¿Quién es el jefe que está mandando en esas fuerzas enemigas?

Y un oscuro soldado crespista le respondió a su jefe con estas palabras: "… Es el General José Manuel Hernández, mi general…".

"Inmediatamente ordenó una descarga de fusilería y una carga de caballería contra la fuerza mochista que hacían armas en tierra cojedeña, en donde el General Hernández había dado el Grito de Coplé, ya que él tenía fuerza en los estudiantes en esos días. La verdad, verdadera es que el Mocho salió disparado del lugar, sin saber que su gente había matado al General Joaquin Crespo".

"En realidad el Mocho venía echando mucha vaina desde el año 1.877 en adelante, Dolores. Ese hombre era muy extraño y en verdad como que no le gustaba el poder, ya que le daban un puestico de ministro y al día siguiente se alzaba en contra del gobierno. Así lo hizo contra los generales Guzmán Blanco, Linares Alcántara, Crespo, Castro y hasta en contra del mismo General Juan Vicente Gómez".

¡La verdad es que el General Hernández vivió más de la mitad de su vida preso en La Rotunda, Gregorio, y de esa forma fue como pudo salvar su vida de militar bohemio y hasta estúpido, ja, ja, ja, Gregorio!

¿Cómo es que el General José Manuel Hernández siempre tuvo su afán de ser Presidente Constitucional de la República de Venezuela, tía Angelina?

Él siempre fue mal visto por todos los seguidores del Partido Liberal en Venezuela, y eso lo indujo a crear una corriente nacionalista que lo llevara al poder a través del proceso electoral y no por medio de la fuerza militar. Quién mejor que tú, debes saber que para poder participar en una contienda electoral, es necesario tener recursos y plata suficiente para poder hacer una campaña que llegue a todos los rincones del país y en especial a los pueblos más golpeados de nuestra sociedad.

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El "Mocho" Hernández

El Mocho Hernández no tenía vida como militar, ya que siempre fue víctima de las derrotas en los diferentes campos de batalla en donde levantó armas en contra de los gobiernos de turno de su época. A pesar de todo era muy buen orador y llegaba a ciertas personas, y de manera especial a los estudiantes a quienes electrizaba con unos discursos muy comprometedores, y que puso en marcha en contra del gobierno crespista con la Revolución de Queipa o Revolución Liberal Nacionalista, la cual se suscitó entre los días 2 de marzo y 12 de junio de 1.898.

Teniendo su mayor incidencia con la muerte del General Joaquin Crespo en el combate de "La Mata de La Carmelera" en donde murió el "Héroe del Deber Cumplido".

¿Y de dónde sacaba la plata el General Hernández para cubrir sus campañas electorales y militares, tía Angelina?

A mediados de la década de los años treinta del siglo pasado y estando en la casa de mi abuelita Dolores Bravo de Aranguren, la mismita que bautizó a la Madre María de San José en el pueblo de Choroní en la costa aragüeña, me contó en una de esas amenas tardes caraqueñas, en las cercanías del viejo camino de la costa o camino de los españoles, por allá en La Puerta de Caracas, que el General José Manuel Hernández en tiempos del Septenio Guzmancista, se fue a trabajar en tierras del Territorio Federal Yuruari, en la Guayana venezolana.

¿Y por qué se fue tan lejos el Mocho Hernández, tía Angelina?

El General Hernández era un toero y trabajaba haciendo cualquier cosa, bien fuera de carpintero o vendiendo pan. Él decide irse a las tierras del Yuruari en sus afanes de hacer plata a través de las minas auríferas; para hablarte en criollo, sacar oro y de esa forma reunir un capital para continuar con su guerra por la toma del poder en el país.

Pero allá se encontró con su pariente el isleño canario don Joaquin Hernández, quién se había ido desde Caracas hacia esas auríferas tierras en el sur de Venezuela. Don Joaquin Hernández se había establecido por esos lares con su familia y gozaba de un gran prestigio entre los dueños de fincas y hatos de la zona.

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General en Jefe Joaquin Crespo Torres

Un día su pariente decide acompañar al correo del Yuruari, uniéndose a la caravana cargada de mulas que era dirigida por el norteamericano Mr. Bush, quien llevaba el oro a Ciudad Bolívar y de allí lo llevaban por barco a los Estados Unidos de América (USA). El fin fue conocer todos los pasos y andanzas y mecanismos de seguridad que llevaba Mr. Bush.

El General Celestino Peraza estuvo con el Mocho Hernández en esas corridas guayanesas y lo plasmó en su libro titulado "Los Piratas de la Sabana". Don Joaquin Hernández se reunió en el cementerio de Tumeremo con unos siguices que tenía y allí planificaron como se robarían el oro del correo del Yuruari en 1.877.

Los complotados se unieron a la caravana que llevaba Mr. Bush, y más allá del paso de Caruachi le dieron muerte, y le quitaron las bestias cargadas de oro. Quienes tuvieron involucrados fueron perseguidos por el gobierno guayanés, algunos murieron en las cercanías de Puerto de Tablas en San Félix y don Joaquin Hernández fue hecho prisionero un año después; suicidándose una de sus hijas por la pérdida de su honorabilidad familiar.

¿Y qué sucedió con el oro, tía Angelina?

Los asesinos de Mr. Bush habían hecho un pacto en el cementerio de que nadie podía delatar a nadie y el que lo hiciera sería asesinado por uno de ellos mismos. Lo cierto del caso es que esas mulas de oro fueron a parar a manos del General José Manuel Hernández, con la que siguió con su proyecto político y de esa manera pudo realizar una campaña electoral de altos quilates y al estilo norteamericano.

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General en Jefe José Manuel Hernández "El Mocho"

¿Y cuando sale el General Hernández de Guayana, tía Angelina?

El Mocho Hernández sale de Guayana a raíz de los enfrentamientos que se dieron en la batalla de Buenaventura de Orocopiche en las cercanías de Ciudad Bolívar en 1.892. Y te quiero decir que mi abuelo el General Lino Aranguren Castro le tenía una profunda arrechera al General Hernández porque una vez que él lucha por la reivindicación del territorio del Yuruari en contra de Pedro Vicente Mijares y después de hacer una buena gestión en esa región, el propio General Joaquin Crespo incidiendo ante los diputados y senadores del Congreso Nacional lo nombran General en Jefe del Ejército Nacional.

¿Y por qué esa bravata de mi bisabuelo el General Lino Aranguren Castro en contra del General en Jefe José Manuel Hernández, tía Angelina?

¿Caramba, te parece poco lo que hizo en esos días el General Hernández, ah!

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General José Antonio Velutini Ron

El General Hernández contrariando las órdenes de su jefe el General Joaquin Crespo, le hizo entrega al General José Antonio Velutini Ron de las tropas acantonadas del ejército en Guayana, como de los fondos del Estado y las recaudaciones que se habían hecho en la aduana de Ciudad Bolívar, y que más luego el pérfido General José Antonio Velutini Ron usó en la campaña militar que se realizó en contra del General Crespo en Cumaná.

Tú debes acordarte que mi mamá te contó que el General Velutini fue hecho prisionero por mi abuelo el General Lino Aranguren Castro a bordo de un vapor de guerra de la marina nacional llamado "Ana Jacinta", cuando se acercaban a las costas de La Guaira en 1.888. El General Velutini le lloró y le imploró a mi abuelo que no le hiciera nada, que lo tratara con consideraciones y como prisionero de guerra.

Yo creo que mi abuelo debió haber fusilado al General Velutini Ron, ya que ese hombre después pasó a formar parte de todos los gobiernos que vinieron hasta los días finales de su muerte. El General en Jefe José Manuel Hernández fundó el Partido Liberal Nacionalista en 1.896 y cuando nació mi madre María Catalina de Sena Aranguren Bravo en Las Dos Aguadas de Maiquetía en 1.898, el General Hernández fue hecho preso a raíz de la muerte del General Joaquín Crespo y fue guardado en las mazmorras de la cárcel de La Rotunda en Caracas.

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General en Jefe Ignacio Andrade Troconis

¿Y qué sabe usted sobre la vida militar del General Ramón Guerra en esos tiempos, tía Angelina?

Ese hombre fue un tremendo guerrero en los tiempos de las guerras civiles que se dieron en Venezuela a finales del siglo XIX. Él fue amigo de mi abuelo el General Lino Aranguren Castro en muchas de las contiendas políticas y militares que se dieron en esos tiempos.

Mi hermano el Lic. Edgar Paulino Sánchez Aranguren está escribiendo sobre la vida del General Ramón Guerra y creo que él te ha hablado algo de sus investigaciones al respecto. Él fue uno de los culpables en el derrocamiento del General Ignacio Andrade, ya que se le alzó en armas el 19 de febrero de 1.899.

Su alzamiento le sirvió de argumento al General Cipriano Castro para que se levantara en armas en territorio colombiano y yo creo que el General Zoilo Bello Rodríguez fue un militar andradista muy polémico, a pesar de que era el Ministro de Relaciones Interiores; ya que él creyó que teniendo al Mocho Hernández enchironado en La Rotunda y al General Ramón Guerra huyendo por territorio colombiano todo estaba controlado en el país, y resulta que El Cabito Cipriano Castro estaba levantando un ejército en Cúcuta.

¡Qué te parece la cosa, ah!

¿Y qué le contó a usted mi abuela María Catalina de Sena Aranguren Bravo sobre la salida del gobierno del General Ignacio Andrade Troconis, tía Angelina?

Mi madre me contó que su padre le dijo años después, que la situación que vivió el General Andrade fue de película. Él abandonó el gobierno y el país en la madrugada del 20 de octubre de 1.899, ya nada se podía hacer para mantenerse en el poder, y es cuando se da cuenta que entre los traidores estaba el General Juan Bautista Ferrer, quien era su Ministro de Guerra y Marina.

El General Andrade preparó una fuerte comitiva que lo acompañara, ordenando la libertad de todos los presos políticos y militares que tenía el gobierno en La Rotunda y en otras prisiones caraqueñas. Una vez hecho los preparativos tomaron el camino hacia las serranías del Ávila pasando por La Puerta de Caracas en dirección al Hoyo de La Cumbre, en donde fueron saludados por mi abuelo el General Lino Aranguren Castro y su hermano Francisco Aranguren Castro quienes solidariamente le dieron alimentos y bebidas espirituosas para el viaje.

Mi abuelo Lino Aranguren Bravo y mi abuela Dolores Bravo de Aranguren le presentaron a su recién nacida hija María Catalina de Sena Aranguren Bravo, a quién el General Ignacio Andrade Troconis levantó en sus brazos y dándole un besito se la entregó a sus amorosos padres, dándole las gracias a mi abuelo y entre abrazos de despedida, le recomendó a mi abuelito que se cuidara mucho, ya que con el andino Cipriano Castro vendrían años difíciles para la patria venezolana.

Y con las despedidas de su escolta de guardia, el General en Jefe Ignacio Andrade nuevamente se bajó de su brioso caballo y vio a una niñita como de dos años de edad más o menos, que le cayó muy graciosa y dirigiéndose a ella le dio un beso, era nada más y nada menos que mi tía Ignacia Aranguren Bravo.

Y al muchacho que estaba al lado de mi abuelo Lino Aranguren Bravo, le expresó estas palabras: "… Víctor, prepárate que pronto será un hombre con pelo en pecho, y te vamos a necesitar para que seas un buen soldado como tu padre Lino Aranguren Castro…".

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General en Jefe Cipriano Castro Ruiz

Las postas anunciaban que el General Cipriano Castro con sus restauradores provenientes de Valencia se acercaban a Caracas, y luego tomaron el penoso y escarbado camino de Las Dos Aguadas con destino al puerto de La Guaira. La travesía duró 7 horas de viaje y en el sitio de Las Aguadas nació mi madre María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez Jiménez en 1.898.

Finalmente llegaron a La Guaira y de allí embarcaron en un barco a las Antillas, quedando el General Víctor Rodríguez encargado de la presidencia de la República. Dos días después entraba triunfante el General Cipriano Castro con su ejército restaurador a Caracas, la ciudad de "Los Techos Rojos".

Fíjate que para entender las cosas de la política en Venezuela es muy difícil, ya que cada gobernante le pone su pimienta a sus formas de dominación en la gente. Ahora hablamos de godos y oligarcas como lo hicieron en el pasado nuestros antecesores. Pero cada caudillo venezolano que tiene incidencias muy marcadas en los sectores populares, es debido al carácter que el líder principal pone en sus acciones tanto administrativas como en el ejercicio y ejecución de las leyes mismas.

Y lo podemos notar cuando se usa a las FANB y de manera especial al Ejército en funciones de poder. Ya que quienes vienen de las estructuras militares crean sus propias autocracias y a la vez pasan a formar parte de las castas dominantes de turno, y más hoy en día cuando hablamos de la Revolución Bolivariana como expresión socialista a la cubana en los albores del siglo XXI.

Iguales situaciones históricas se vivieron con los generales en jefe José Antonio Páez Herrera, Carlos Soublette Aristigüieta, José Tadeo Monagas Burgos, Antonio Guzmán Blanco, Joaquin Crespo Torres, Cipriano Castro Ruiz, Juan Vicente Gómez Chacón, Eleazar López Contreras, General de División (Ej.) Marcos Evangelista Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez Rodríguez, Rafael Caldera Rodríguez y el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Esas personas no creyeron nunca en la institucionalidad emanada del voto popular, aun cuando participaban en los comicios electorales que les brindaron los poderes públicos en sus debidos momentos. Cada uno de esos personajes históricos fueron autócratas, de eso no hay dudas, para ellos el elemento militar estaba siempre en el tapete político, ya que Venezuela siempre ha sido gobernada como un cuartel.

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General Isaías Medina Angarita

Fíjate que el General Isaías Medina Angarita era bonachón y bebía la caña pareja, y decían que era demócrata porque jugaba bolas criollas en cualquier parte y salía de Miraflores sin escolta alguna, pero quien gobernaba realmente era el General Eleazar López Contreras.

El Dr. Ramón J. Velásquez fue Presidente Constitucional de nuestra patria a raíz de la salida de Carlos Andrés Pérez del poder en Miraflores y fue amigo de mi esposo José Antonio Garrido Manzano. Tan venerable honorable historiador tachirense aún vive a una edad muy anciana en Caracas, quién sobre las oligarquías y el ejército en sus recopilaciones de "Memorias de Venezuela" hace referencia a lo siguiente:

"… La subordinación del Ejército al personalismo venezolano no podía dejar mejores resultados. Las armas nacionales entregadas a la autocracia debían destruir la libertad y el derecho, y amordazar la palabra y suprimir el pensamiento. Épocas ha habido en Venezuela en que los hombres han hablado como patos, y en que han declarado "no haber incurrido nunca en la funesta manía de pensar". Obra tan nefasta se consumó naturalmente, suprimiendo los intereses nacionales y la conciencia pública a sablazos…".

¿No sería casualidad que esas cosas estuviesen pasando en nuestra patria en los actuales tiempos, sobrino?

¿Y por qué mi abuela María Catalina Aranguren Bravo de Sánchez le tenía tanta rabia al General Cipriano Castro, tía Angelina?

Si hay una persona que debe saber mucho sobre ese siniestro personaje andino, eres tu sobrino. Y te lo digo porque mi mamá te contó muchas historias que tienen que ver con ese despreciado ser, a quién en esos días llamaron "El Hombre de La Levita Gris". Como es de tu conocimiento, el General Cipriano Castro atacó con vehemencia a sus enemigos políticos y militares, y sin compasión alguna.

Entre sus víctimas estuvo mi abuelo el General Lino Aranguren Castro, debido a su afección al gobierno del General Ignacio Andrade. Yo tengo la certeza de que esa gente se metió con las propiedades y bienes de mi abuelo, ya que esas nuevas montoneras andinas compuestas por generales robas gallinas y cochinos se dedicaron a saquear las propiedades de los políticos y militares caraqueños en esos duros años del gobierno castrista, y en especial a quienes combatieron en su contra en las filas de la Revolución Libertadora acaudillada por el General Manuel Antonio Matos.

La salud de General Cipriano Castro se fue deteriorado a partir del 5 de julio de 1.906. Ese señor vivía bajos los conciabulos de sus aduladores y jala mecates, entre bailes y romerías derrochaban fuertes sumas de dinero que fueron sustraídas del erario nacional. La Casa Amarilla era la sede del poder central y el Palacio Municipal fueron centros de grandes bacanales llenos de extraños apetitos sexuales, sin obviarse sus ímpetus de sadismo que hacía en sus constantes viajes a la casa presidencial de La Guzmania en Macuto o en Antímano.

Mi madre nos contaba que ese hombre entró en grandes crisis sexuales y mandaba a su gente a casar jóvenes en todas esas haciendas que habían en el Ávila, Galipán o en otras tierras cercanas a la capital caraqueña. En pocas palabras, el General Cipriano Castro era un enfermo sexual.

Las muchachas jóvenes desesperadamente y a veces sin rumbo fijo tenían que internarse en esas montañas huyéndoles a sus esbirros, y de esa manera evitaba ser violadas por tan aberrado sexual, y las que eran agarradas sufrían los avatares de ese degenerado que ejercía la primera magistratura del país, y que para muchas personas sufría de sifilis.

Sus víctimas eran ultrajadas y violadas con los dedos por el propio General Cipriano Castro, mientras que su segundo el General Juan Vicente Gómez era leproso y no era visible su enfermedad porque siempre usaba en sus manos unos guantes de cuero. Sin embargo, mi mamá decía que los chácharos salían de noche a pie y se llevaban a los niños que encontraban a su paso, quienes después eran sacrificados sacándoles toda su sangre, que luego se untaba en todo su cuerpo el General Gómez.

¿Y qué creen ustedes pasó recientemente con el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías?

Hugo Chávez se tuvo que valer de la santería y la palería para tratar de sobrevivir a los entuertos en donde lo metieron sus propios aduladores. Inclusive, llegó a ir al pueblo de La Grita a postrarse ante El Santo Cristo de La Grita, pidiéndole salud y vida, cuando pocos meses atrás había maldecido atrozmente al pueblo de Israel.

El General Cipriano Castro estaba montado en la olla en esos días finales de su gobierno entre 1.906 y 1.908. Ya que él sufría de sífilis o quizás tenía una tuberculosis ganglionar y tenía una manía por el baile pero no sabía bailar, ya que lo que hacía era pisarle los pies a las damas que bailaban con él y era muy común oír de boca de sus aduladores frasees como estas: ¡Ni en tiempos del Libertador Simón Bolívar, nadie había bailado tan bien como usted, General Castro!

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Santo Cristo de La Grita

¿O esa qué acaso el General Cipriano Castro no tenía sumergida a Venezuela en una tremenda crisis económica en 1.903, como ahora la tienen de bruces sus descendientes políticos del Socialismo del Siglo XXI?

¿Qué rara coincidencia?

¿Cómo fue que se dio a conocer la Revolución Libertadora en tiempos del General Cipriano Castro, tía Angelina?

El gobierno del General Cipriano Castro estuvo rodeado de muchos aduladores que no lo dejaban pensar para nada, tan igual como lo hicieron las elites políticas con el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Lo que si era cierto, es que los andinos no eran muy bien vistos por la gente del oriente y el sur venezolano.

La cosa estaba como ahora, pues. Puedes notar que en la oposición venezolana hay un berenjenal de cualquier cosa, desde demócratas cristianos hasta social demócratas, comunistas y socialistas, fascistas y paremos de contar; y eso fue lo que se debatió en aquellos tiempos, que si eran godos y oligarcas, dándose pasó a la crisis final de los partidos Conservador y Liberal, cuya máxima expresión fue con la crisis política y económica que se acrecentó aún más en 1.901.

¿Y en donde están los partidos tradicionales en estos momentos Venezuela?

Lo que si tenemos que reconocerle al General Cipriano Castro fue reintegró el territorio tachirense a la total soberanía venezolana, ya que de derecho lo era, más no de hecho. Debido a que sus pobladores hacían más vida en Colombia que en nuestra patria, debido a la lejanía de esas tierras con relación al poder central, y que se recogen en estas palabras suyas: "… Los jefes y oficiales del Ejército restaurador son verdaderos patriotas y no tienen otra ambición que la de ver integrado Los Andes a la vida nacional de manera definitiva…".

En ese año se unieron liberales amarillos, conservadores y nacionalistas mochista; y de esa manera fue como se creó la jefatura de La Revolución Libertadora y del Gobierno Provisional de Venezuela bajo el mando supremo del General en Jefe Manuel Antonio Matos. Las hostilidades se dieron con gran fuerza entre los años 1.901 y 1.903.

El General Matos desde la isla de Curazao el 27 de enero de 1.903, les ordenó a sus generales concentrar sus fuerzas y luego a realizar grandes operaciones militares, tanto en el occidente como en el oriente, sur y centro del país; teniendo bajo su mando a generales de las tallas de Ramón Guerra, Gregorio Segundo Riera, Amabile Solagnie, Lino Aranguren Castro, Domingo Monagas, Juan Pablo Peñaloza, Montilla, Sánchez, Angarita, Anselmo Zapata, Nicolás Rolando, Horacio Ducharne, Celestino Peraza, Zoilo Vidal, Esteban Lujan, entre otros.

No podemos olvidar el bloqueo que nos impusieron las potencias europeas en 1.902. Y te puedo decir que los cañones del viejo castillo de El Vigía en La Guaira sonaron como en los viejos tiempos coloniales, con un cañón conocido como "El Burro Negro", que era usado para anunciar las 12 de la noche en cada 31 de diciembre.

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General en Jefe Manuel Antonio Matos

Ahora bien, debemos remontarnos a las acciones de La Revolución Libertadora en nuestro litoral guaireño que tienen que ver con las acciones de armas que libró el General Esteban Luján en estas tierras en donde murieron una gran cantidad de personas en la batalla de Guenque en 1.903.

Allí hubo una gran matanza de gente, ya que el General Esteban Lujan comandaba un grueso de hombres que fueron parte de la Revolución Libertadora que dirigían los generales en jefe Manuel Antonio Matos y Nicolás Rolando quienes fueron sorprendidos por las fuerzas restauradoras y nacionalistas comandadas por el andino General Emilio Antonio Ríos; muriendo en dicha acción el General Esteban Lujan quién era el padre de Rosso y Víctor Lujan, quienes vivieron por los lados del antiguo pueblo de pescadores de Catia La Mar, en donde hoy está el balneario y que en los años venideros fueron dirigentes de Acción Democrática (AD).

Lo que si sabían aquellas gente carayaquera de esos días, es que era muy extraño que el General Juan Rodríguez siendo soldado del General Esteban Lujan no fuera aprehendido por las tropas castristas y también es extraño que en el gobierno del General Juan Vicente Gómez es llamado a ejercer la jefatura civil de Carayaca a partir de 1.908.

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El General Esteban Lujan era un hombre muy conocido en el pueblo de Carayaca, ya que siendo Coronel fue su jefe civil en 1.888. Teniendo como secretario al tarmeño Pío Rengifo, quien compuso aquel canto que hicieron famoso "Las Voces Risueñas de Carayaca" y que ha sido conocido para la posteridad bajo este canto: ¡Qué viva el pueblo de Carayaca, por ser el pueblo en donde nací!

Y el otro sobreviviente de la batalla de Guenque fue el negro Valentín Mayora quién era hermano del arpista José de los Santos Mayora. Obdulio Trujillo era hermano de Antonio Trujillo y a su vez era hijo del señor Antonio Trujillo; con el aval de que ellos vivieron por muchos años entre los pueblos de Tarmas y Carayaca y más luego se fueron nuevamente a Pariata a luchar en la resistencia adeca en contra del General Marcos Pérez Jiménez.

Obdulio Trujillo fue electo diputado principal al Congreso Nacional por el MEP entre 1.968 y 1.973, y vivió con Carmen Erazo. Él era familia directa del General Esteban Lujan, al igual que el ciego Trujillo quién vendía billetes de lotería en Maiquetía y vivía con María Oropeza en Pariata, entre las casas de Luis Pinto y la bodega del viejo Figueroa.

Obdulio Trujillo en la dictadura perejimenista se fue al exilio en Barranquilla en Colombia y contrajo matrimonio con una señora de allá; ya que él pertenecía al buró sindical del partido Acción Democrática (AD).

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Antonio Trujillo, al lado izquierdo (hermano de Obdulio Trujillo), y señor Domingo Meza al lado derecho; cuando se construía la estación de gasolina en La Cruz Verde de Carayaca.

Esa familia fue muy perseguida en el litoral guaireño con el antecedente de que su pariente Víctor Luján habiendo sido jefe civil de Carayaca en 1.947, en época de Pérez Jiménez fue asesinado por la Seguridad Nacional (SN) en la vía que va de Carayaca a Tarmas, cerca del sitio de Tirima, en donde está una capillita que indica el lugar en donde cayó en esos tiempos de la resistencia adeca contra esa dictadura antes mencionada.

¿Usted quiere saber lo que publicó el padre Maximino Castillo en tensiones Iglesia-Estado durante el trienio adeco, "Los ojos del cura de Carayaca", tía Angelina?

Si claro que quiero saberlo y debes dármelo a conocer en estas conversaciones que estamos sosteniendo en el día de hoy. Yo recuerdo cuando el padre Maximino Castillo llegó como párroco a la iglesia de San José de Carayaca en 1.940, ya que en esa ocasión fuimos todos los alumnos que estudiábamos en la Escuela "Rafael Rangel" a recibirlo con la comitiva que venía acompañándole desde Caracas.

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Visita pastoral a Carayaca

Ese día se formó un despelote en su recibimiento, esa fue la pura verdad; ya que mi mamá era muy devota a nuestra religión católica, apostólica y romana, y que en tu infancia y juventud llegaste a conocer muy bien de ella.

El padre Maximino Castillo venía a realizar algunas confirmaciones por autorización en esos tiempos del señor Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo Castillo. Lo cierto del caso, fue que se quedó en la Parroquia Carayaca por varios años más.

Te manifiesto que hice mi primera comunión en la iglesia parroquial San José de Carayaca fue con el padre Maximino Castillo.

Aquí están los escritos que dejó para la historia el padre Maximino Castillo, tía Angelina.

"… Durante el "Trienio Adeco" (1945-1948) se produjeron los principales cambios políticos en Venezuela y llegó la modernidad. La Iglesia Católica que tenía mucha influencia en el interior de la República se sentirá atacada por este partido laico y que muchas veces irá en contra de principios religiosos y de la educación católica. En la parroquia de Carayaca el cura editan un boletín (junio 1946-octubre 1948) que intentará concienciar a los campesinos para que no votasen por Acción Democrática, sino por COPEI, partido identificado con los postulados católicos. Este boletín circuló durante dos años. Sin embargo todo su esfuerzo resultará en vano, porque Acción Democrática ganará las elecciones.

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Pueblo de Carayaca, año 1.937

4.- "El Cura de Carayaca y su Hoja Parroquial".

El P. Maximino Castillo llegó a principios de 1940. Tenía 25 años y era su primer cargo como párroco. Estuvo hasta enero de 1951 en que regresó a Caracas donde prácticamente pasó toda su vida ejerciendo la labor de canónigo en la catedral hasta que se jubiló hace unos años.

Carayaca era un pueblo eminentemente rural, dedicado fundamentalmente al cultivo del café. La única vía de acceso era por la carretera de la costa que entonces todavía no estaba asfaltada. Era, y es, una parroquia muy dispersa y con una población de escasa formación intelectual y religiosa. Aunque es una parroquia de la época colonial, estuvo muchos años desatendida espiritualmente. Sólo con la permanencia fija del P. Maldonado, a finales de la década de los 30 y del P. Castillo en 1940 es cuando la parroquia adquiere mayor significación…".

Lo que dice el padre Maximino Castillo sobre la carretera de Carayaca es verdad y fue así como él lo refirió en esos días. Esa vía fue construida en 1.938 y por eso a su llegada aún era de tierra y no estaba pavimentada; porque en años anteriores y en los meses previos a su construcción se iba desde el pueblo de Carayaca a Catia de La Mar en burros y a pie, y lo hacíamos hasta la Planta Hidroeléctrica de Marapa, y desde allí se tomaba el cerro hasta llegar a La Guaira.

Yo recuerdo que al chofer lo llamaban "Monote". Él no era tan negro, era más bien oscuro y gordito, y era bien conocido por todos mis familiares, incluyendo a los González. Al construirse esa carretera, Carayaca se convirtió en un lugar deseado para muchos pasar vacaciones y cuando la carretera fue pavimentada, ya nosotros no vivíamos en Carayaca.

¿Y usted sabe porque el padre Maximino Castillo pidió traslado desde Carayaca a Caracas en 1.949, tía Angelina?

Eso no me lo imagino, ya que para esos tiempos nosotros vivíamos en el Callejón "Arcaya" de Pariata en Maiquetía.

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Primera comunión de Angelina Sánchez Aranguren en Carayaca

¿Y quiere saberlo según sus propias palabras, tía Angelina?

¡Dímelo, pues!

El padre Maximino Castillo pidió cambio y lo destinaron a Caracas en 1950. Siendo estas fueron sus palabras:

"… Pedí traslado porque venían unas elecciones, no quería más pleitos con los adecos. Después se moderaron, como que aprendieron bastante con la dictadura" (54). Nos decía que incluso los activistas de Acción Democrática en un pueblo de la parroquia llamado Chichiriviche y ante un público ignorante y aislado afirmaban que el partido A.D. era católico, apostólico y romano y que "la tarjeta blanca era símbolo de la Eucaristía". También decían que el rojo de los comunistas era el color del "Corazón de Jesús". (55)…".

Yo quiero decirle tía Angelina, que tan iguales palabras usaba mi abuela Catalina Aranguren Bravo de Sánchez, ya que siendo un niño en los últimos años de la dictadura perejimenista pude ver entre sus pertenencias varios tomos del libro de José Agustín Catalá en donde hacían referencia a las víctimas de ese gobierno y de sus formas de torturas, y en un previo de la misma le hice esta pregunta: ¿por qué usted es adeca, abuela Catalina?

Y ella me respondió de esta forma: ¡Usted no sabe qué Acción Democrática (AD) es el partido de Jesucristo, ah!

Y en cuanto a la educación en Carayaca, tía Angelina; el padre Maximino Castillo refirió lo siguiente:

"… Hasta ahora teníamos la impresión de que solamente nos leían los pocos carayecenses que, a pesar de la Revolución, saben hacerlo, y de que era muy reducido el círculo de nuestros favorecedores (57)…".

"… Incluso en parroquias en las que el papel del sacerdote era determinante, como en Carayaca, la victoria del candidato adeco, Rómulo Gallegos, fue aplastante…".

Y en esa época tía Angelina, algún carayaquero escribió esta poesía titulada: "Cantares".

"CANTARES"

Si vengo de Pericoco

Vengo en mi potro castaño.

Y traigo un par de pistolas,

Mi CRISTO y mi ESCAPULARIO

Al que dice que desprecia

La Carta de los Obispos,

Aunque jure que es cristiano

Yo lo tengo por judío.

Y no pretenda ninguno

Comprarme con sus halagos,

Que yo no creo en promesas

Porque estoy harto de engaños.

Cuando vaya a votar,

Voto por el que me da la gana,

Así se llame Francisco,

Don Quijote o Sancho Panza

Si de el Arbolito vengo,

Vengo en mi mula geniosa,

Vengo regando el camino

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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