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San José de Carayaca vista por doña Angelina Sanchez Aranguren (página 6)

Enviado por León Morales


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Alexander Benitz sabía que en la familia Kienzler Kabis y Kienzler Belsinger tenía grandes enemigos, debido a los sucesos que se vivieron en la Colonia Tovar en abril de 1.843. El comerciante Georg Kienzler Kabis sobresalió en el ámbito comercial aragüeño, guaireño y caraqueño; en donde fue una persona muy conocida, al igual que la familia de su esposa francesa Marcelina Belsinger Milk de Kienzler.

Alexander Benitz siguió disfrutando de sus apegos mercantiles con los sectores que controlaban el comercio en Caracas y amparando sus acciones esclavistas en la Colonia Tovar, a través del apoyo que contaba con los altos personeros del gobierno de la época, gracias a la influencia que durante algunos años tuvo el Coronel Agustín Codazzi, y que le fue de gran ayuda.

El máximo aporte que Alexander Benitz le dio al gobierno conservador de esos tiempos, unidos a los liberales que asaltaron el Congreso Nacional en 1.848, fue el de abrir los caminos desde la Colonia Tovar hacia Petáquire, al Jarillo, Macarao, Las Adjuntas y Antímano. Y de esa manera fue como contuvieron a las fuerzas del General Pedro Vicente Aguado en la Laguneta de Petáquire en 1.860.

¿Y qué más pasó en Petáquire en esos días, sobrino León?

Los godos y oligarcas fusilaron a varios oficiales, jefes y soldados del Ejército Federal del centro en las montañas de Petáquire en Carayaca, salvando la vida en esa ocasión, el Teniente José María García Gómez, hijo del pueblo de Pampatar en la isla de Margarita, quién con el correr del tiempo llegó a ostentar el grado de general en el ejército de la República.

El Teniente José María García Gómez era hijo del Contralmirante José María García, quien nació en la isla de Margarita, el 13 de noviembre de 1.789, y falleció en el pueblo de Maiquetía, el 7 de noviembre de 1.860.

En estas lides revolucionarias en Petáquire, murió extrañamente asesinado el primer alcalde que tuvo la Colonia Tovar o antiguo Palmar de El Tuy en 1.843. En los archivos de don Manuel Felipe Tovar, se encontró esta carta en donde hacen referencia a las fuerzas del General Pedro Vicente Aguado que marchaban hacia el pueblo de Carayaca en septiembre de 1.859, que corroboran lo que hemos venido hablando en este conversatorio y le da veracidad a los hechos mismos que hemos narrados, y que a continuación doy a conocer:

Carta de Francisco Beaumel a Maneul Felipe Tovar. Valencia

Septiembre 1859

Valencia Septiembre 1859

Señor Excelencia Vicepresidente de la República de Venezuela

Señor Don Manuel Felipe de Tovar

Muy querido amigo mío

Ayer recibido una noticia sobre la domado de la Guiara pero la siguiente

causa son estas, si el gobierno no mandó gente para las filas de cariyaco

y para las filas alto de petequire entonces se pude pasar estas lado onas

ara vuestra Colonia Tovar y por su puesta se encuentran ellos recursos

entonces van favor de Beniz para seguir a La Victoria a juntarse con

ellas aya ques muy querido mío procurarse mucho, para deturirlo estas

encominicaciones enteramente para que no sigue estas facciosas mas

entre esta puesto y La Victoria, quiero decirlo, las tropas del gobierno,

deben cuparen estas pautas en la griaca anes que han domado La

Guiara, para que esta Aguado quedo entonces en trampa y morirse de

fuerza de balas de fusilas, pues el Dios quiere que se protejan nuestra

tropas valiente del gobierno la libertad y orden constitución para

que se conozcan endoses luego lo que es gobierno y ley respetable lo

siento mucho para puente a escribirle el gobierno, mis infelices no me

permita y estoy dotaría con calentura pero tengo ningunas esperezas

a salir estas días para la calle, entonces, tengo mucho gusto a barlo su

salud y mucho desea para conversar con Us. Otra días recibido dos

fuere de su honrada mana, pues si es posible, me puente auxiliar algo

mas será muy agradecido, estoy sin ninguna centavo, para mi familia,

la Nafieseria del señor Graham y Arbelo me deben 162 pesos, pero no

me quieren a pagar, y boy demandarlo ello al tribunal cuando puedo

irse a salir pues mi querido señor

Excelencia si es posible mandarme algo con la prodetora mi hija mayor

luego lo pagaré con mucho

Soy de Vs. Servidor

Seguro amigo

Y conoce siempre como patre

Esta carta da fe de que en la Colonia Tovar hubo gente que se prestó para frenar el avance del General Pedro Vicente Aguado, de eso no hay duda alguna. Y en esta otra carta podemos ver que fue escrita en el mismo día en que el citado prócer de la Federación venezolana, dictó su decreto de guerra a muerte en Carayaca en contra de la godarría que hacia armas en contra del Ejército Federal en el centro del país, y que a continuación damos a conocer:

Francisco Javier Beaumel

Señor (al margen)

Valencia septiembre 3 1859

Excelentísimo Señor Vicepresidente

de la República Venezuela

Muy querido amigo mío

Señor Manuel Felipe de Tovar

Supo atrás días de un amigo mío que Us. Don Manuel Felipe de Tovar

ha llegado par aquí a Valenzia, lo siento mucho, no puede alblar con

Vs. Personalmente, por que tengo hoy 27 días enfermo de calentura y

estoy todavía mala pero espero mientras pocos días a salir afuera, pues

tengo mucho deseo para conversar con Us., como siempre me parte

de nuestra pueblo de Colonia Otovar, y muy agraciado y favorecido

Caballero de nuestra propiedades de Colonia Tovar. Otras días escribió

una carta para el Señor Alejandro Beniz, ero no me contestó, otras me

dijeron que el Señor Beniz es daba compromedito con la revolución

de Federación con la Victoria, pues el demonio lo lleva Beniz cuanto

ya lo encuentra el, un hombre dan malvado y malcriado contra el

gobierno ya sabe paso dejo que el señor Miguel Herrera mi querido

amigo dacuado Maiquetía, el es el cabeza de artillería para dacuarse

La Guaira, yo siento mucho que yo no puede ayudar el señor Herrerz

para adecuar esta puerto y para amadar esta malvado general Aguada,

que se muere de estos estas faxuines federalistas, y viva el gobierno

viva la libertas y orden y se muere detos estas benditas febreranistas,

yo siento mucho de no donaré armas para el gobierno por que estoy

muy enfermo y sin auxilio sin ganar un centavo para mi pobre hijos,

el protector es mi hijo mayor si Vs. Excelencia don Manuel Felipe de

Tovar si es posible auxiliarme en algunas cosas si quiere por favor de

Dios ruega pronto hablaremos personalmente

Y soy de Vs. Su servidor y seguro amigo

Francisco Javier Beaumel

De Colonia Tovar

Si Vs. Puede me donde sentarse con mi hijo

En esta carta hacen referencia de manera irredenta en contra del General en Jefe Pedro Vicente Aguado y sobre los aportes que el alemán Francisco Javier Beaumel era capaz de darle al gobierno de la época, en aras de frenar a las fuerzas federales que avanzaban para la toma del control total en todo el centro del país, ya que la región coriana y los llanos de Portuguesa, Apure y Barinas estaban bajo el total control del General en Jefe Ezequiel Zamora, quien desde San Carlos Avanzaría hacia Caracas a la toma del poder político en 1.860.

¿Y cuál otro hecho de relevancia histórica acaeció en Carayaca, tía Angelina?

"Sobrino, León. Te voy hablar sobre una batalla que se dio en las cercanías en donde vivíamos en la bajada de El Pardillo en Carayaca, ya que la gente de Tarmas desde tiempos muy remotos venían a Carayaca y pasaban por su lindero natural que era La Cruz de Tarmas, debido a que fue un lugar que los carayaqueros y tarmeños recordaban con mucho énfasis, por lo que allí sucedió el 1 de enero de 1.879".

¿Y qué pasó en la batalla de La Cruz de Tarmas en 1.879, tía Angelina?

¿Y te parece poco lo que allí pasó, sobrino León?

"En esos tiempos se alzó el General en Jefe Gregorio Cedeño en Valencia enarbolando las banderas de La Revolución Liberal Reivindicadora, con el fin de llevar nuevamente al poder al General Antonio Guzmán Blanco".

"El General José María García era conocido bajo el apodo de "El Peludito" y fue el jefe de las fuerzas de la reivindicación que hicieron armas en Carayaca en contra de las fuerzas del gobierno central. El lugar en donde combatieron con gran capacidad de fuego fue en el sitio de La Cruz de Tarmas, muriendo en este combate el Comandante José de la Conmemoración Guillermo".

"El General José María García fue mortalmente herido en esa batalla y siendo llevado en hamaca por sus ayudantes y edecanes al pueblo de Carayaca en donde falleció cristianamente. Imagínate como fueron esas contiendas militares en esos tiempos, que la Parroquia Carayaca tenía 1.200 habitantes y más luego de redujo su población a solamente 223 pobladores".

¿Qué más sabe usted del General José María García, tía Angelina?

El General José María García nació en los valles de Aragua en 1.830 y con el correr de los años tuvo una brillante participación dentro de las filas del Ejército Federal en las acciones de "El Jobo" y en la gloriosa batalla de "Santa Inés" en las sabanas de Barinas el 10 de diciembre de 1.859, bajo el mando supremo del General en Jefe Ezequiel Zamora. Y participó en la batalla de Coplé el 17 de febrero de 1.860, bajo las inmediatas órdenes del Mariscal de Campo Juan Crisóstomo Falcón, en donde salieron derrotadas las fuerzas federales.

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Casa de la familia Padilla Rodríguez en Carayaca, año 1.937

¿Quisiera usted saber lo que me contó el señor Nicanor Sierra sobre su ilustre antepasado el Comandante Pablo Sierra y su participación en la batalla de "La Cruz de Tarmas" el 12 de enero de 1.879, tía Angelina?

"Claro, que lo quiero saber, sobrino León. Acuérdate que yo llegué a conocer personas en Carayaca, que si sabían sobre esas cosas que sucedieron en esos tiempos".

Esta es la historia, tía Angelina:

Carayaca, 1° de junio del 2.011.

Señor Nicanor Sierra:

¿Qué puede usted contarnos sobre la vida de su abuelo el Teniente Coronel Pablo Sierra?

Bueno, amigo León Manuel Morales; le diré que mi ilustre abuelo el Comandante PABLO SIERRA combatió al lado de quienes dirigieron la Revolución de los Azules en tiempos del General en Jefe José Ruperto Monagas, quién era su máximo jefe militar en esos tiempos de revueltas en las filas del liberalismo, como de los conservadores que se dieron por el control del poder político y militar en el año 1.868.

¿Usted podría decirnos en donde combatió su abuelo Pablo Sierra en tierras de Carayaca?

Mi abuelo Pablo Sierra combatió en la batalla de "EL ARENAL", también conocida como la batalla de La Cruz de Tarmas el 12 de enero de 1.879. Ya que él e por línea directa era descendiente del Almirante Luis Brión.

Allí las fuerzas del gobierno en Caracas entablaron trifulcas armadas o combates con una gente que enarbolaba las banderas de la Revolución Liberal Reivindicadora, estando estas últimas dirigidas por el General José María García, quién de hecho murió de un balazo en esa batalla.

Mi abuelo decía que esa guerra se debió a causa de la muerte del General Francisco Linares Alcántara quién era del pueblo de Turmero en los valles de Aragua. Las malas lenguas de la época decían que él se le rebeló al General Antonio Guzmán Blanco, quien se encontraba viviendo en Francia.

Y que por ese motivo lo habían envenenado en La Guaira, pero en Valencia se alzó el General Gregorio Cedeño con algunas fuerzas del liberalismo y que amarillo, diciéndole al pueblo que el General Guzmán Blanco regresaría nuevamente al poder. Él fue el que le dio el nombre de Reivindicadora a esa revolución.

¿Qué pasó realmente en la batalla de La Cruz de Tarmas, señor Nicanor?

El Comandante Pablo Sierra fue herido en la batalla de La Cruz de Tarmas por los lados de El Arenal en Carayaca, recibiendo un bayonetazo en una de sus piernas. El falleció en el pueblo de Carayaca en el año 1.935. Siendo sepultado en el cementerio de Antímano, en donde aún se conserva su sepultura, todos sus hijos murieron en Antímano.

¿Sírvase usted contarnos, como era la familia del Comandante Pablo Sierra, Ilustre Prócer de la Federación venezolana, señor Nicanor?

El Teniente Coronel Pablo Sierra tuvo varios hijos e hijas. Entre ellos se destacaron los siguientes: Paulito, y a Anastasio lo mataron en la subida de Las Eneas en la entrada de Carayaca en el año 1.955. Específicamente, en el sitio conocido como: "… El Alto de Ño León".

Mi padre Eustaquio Sierra también era hijo de mi abuelo el Comandante Pablo Sierra.

¿Qué más nos puede usted contar sobre el Comandante Pablo Sierra?

Anteriormente, él se había establecido en el pueblo de La Victoria, en tierras de Aragua. La hacienda "La Peña" era de su propiedad, en donde tenía una molienda de caña de azúcar con masa y tirada por bueyes.

Debo decir, que hace como sesenta años atrás, por aquí en Carayaca y en uno de esos campos se alzó el jornalero Pastor Castro, quien venía acompañado de varios campesinos, pero en su intento de rebeldía fracasaron.

Fíjate sobrino, León. Como son las cosas de la vida, quien iba a pensar que un familiar de ese señor había participado en ese combate que se dio en Carayaca en 1.879. Esa es la importancia del trabajo de investigación que estás haciendo, porque de esa manera sacas del olvido a personas que hasta el presente han sido desconocidas por nosotros, como ha sido el caso del Comandante Pablo Sierra, Ilustre Prócer de la Federación.

¿Y qué sabe usted sobre la participación de mi bisabuelo el General Lino Aranguren Castro en la Revolución Legalista en 1.892, tía Angelina?

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Dr. Raymundo Andueza Palacios

Excelente pregunta, sobrino León. Es cierto lo que estás pensando sobre la participación de mi abuelo el General Lino Aranguren Castro en la Revolución Legalista que acaudilló el General Joaquín Crespo en 1.892. Él combatió al lado de los generales Ramón Guerra, Leoncio Quintana, Pedro Vallenilla y Antonio Fernández, quienes con el General Crespo entraron triunfantes a Caracas, el 6 de octubre de ese mismo año.

Fíjate una cosa, sobrino León, como tú eres un francmasón muy reconocido a nivel nacional en estos tiempos y además eres amante de la historia patria, te quiero decir que mi abuelo había pernotado la noche anterior con sus tropas, entre los pueblos de Las Adjuntas y Antímano, ya que venían de darle muy duro a las fuerzas militares y a los comandantes que estaban bajo las órdenes de los doctores Raymundo Andueza Palacios y Guillermo Tell Villegas.

La verdad es que hubo saqueos por las esquinas de Jesuitas a Maturín en Caracas, en donde está el Gran Templo Masónico de Jesuitas a Maturín que fue construido por el General Antonio Guzmán Blanco y adonde fue en muchas ocasiones mi abuelo el General Lino Aranguren Castro, debido a su condición de francmasón, y lo más curioso fue que en ese día cayó tremendo palo de aguacero.

El Dr. Raymundo Andueza Palacios fue un prominente francmasón venezolano, pero era un hombre que en su gobierno la corrupción llegó a tales extremos, que él mismo no pudo controlar a sus ministros, pero arrastraba al pueblo hacia su control, debido a que era un buen orador y sabía convencer a las masas.

El Dr. Andueza Palacios era como el ex–presidente ecuatoriano y francmasón Velasco Ibarra, quien gobernó en 5 ocasiones a la República del Ecuador y un solo mandato pudo terminar, ya que fue derrocado en 4 oportunidades. El Dr. Velasco Ibarra cuando quería conquistar la presidencia de la República, en su oratoria a las masas ecuatorianas, les decía estas palabras: ¡Denme un balcón y seré presidente!

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Gran Templo Masónico de la Gran Logia de la República de Venezuela

En el Legalismo le confiscaron los bienes a los partidarios de Andueza Palacios y Tell Villegas, y allí sobre salió con gran fuerza el General Juan Pietri, abuelo del Dr. Arturo Uslar Pietri. El más golpeado de los generales de esos tiempos, fue el General Manuel Antonio Matos, quién era un guzmancista denodado y estaba casado con una hija del General Antonio Guzmán Blanco.

Los problemas comenzaron cuando los estudiantes universitarios caraqueños tumbaron las estatuas de Guzmán Blanco y la de su padre Antonio Leocadio, allí tuvo gran participación el joven Robert Syers Piar, quién era hijo del inglés Robert Syers y doña Carlota Piar de Syers. Siendo nieto del General Manuel Carlos Piar, el Libertador de Guayana.

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Dr. Arturo Uslar Pietri

¿Es cierto que el Dr. Arturo Uslar Pietri es hijo del General Juan Vicente Gómez Chacón, tía Angelina?

Lo que si te puedo decir, es que mi madre decía que Arturo Uslar Pietri si era hijo del General Gómez, en verdad no sé de donde ella sacó esas cosas. Pero ella nos narraba que Arturo se crió con los hijos que el General Gómez tuvo con doña Dolores Amelia Núñez, y especialmente con su hijo Gonzalo Gómez.

Lo más curioso es que Arturo Uslar Pietri gozaba de la alta estima que le tenía el General Juan Vicente Gómez, quien lo envió a estudiar en Francia en 1.919. Él le llevaba 19 años a su hermano el Dr. Juan Uslar Pietri. Y estuvo presente cuando falleció el General Gómez en Maracay, el 17 de diciembre de 1.935. Y lo más extraño del caso, es que el General Eleazar López Contreras se casó en segunda nupcias con una hermana de Dolores Amelia Núñez.

Mi hermano el Dr. José Basilio Sánchez Aranguren, cuando era rector en la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA) hace varios años atrás, le dio el título de Dr. Honoris Causa al Dr. Arturo Uslar Pietri, y en un momento en que iban en el vehículo de mi hermano Basilio, él le hizo al Dr. Uslar Pietri, la siguiente pregunta: ¿Es verdad que el General Gómez, no murió el 17 de diciembre de 1.935, Dr. Uslar?

Y el Dr. Uslar Pietri, le respondió con estas palabras: "… El General Juan Vicente Gómez murió en Maracay, el 17 de diciembre de 1.935. Porque yo estuve presente, en el momento en que él falleció. Eso es falso de que murió el 14 de diciembre de ese año…".

Sobrino, León. Lo que si nos contaba mi mamá y tenía mucho cuidado con nosotros en Carayaca, especialmente con mi hermano Francisco Santiago, quien era muy callejero, es que habían chácharos del gobierno que se llevaban a los niños que encontraban en la calle y que luego mataban para tratar de curarle la lepra que sufría el General Juan Vicente Gómez, en los momentos finales de su vida en 1.935.

Las familias carayaqueras cuando veían al jefe civil de Carayaca que andaba acompañado de alguna gente de Caracas, se preocupaban mucho. Porque se corría el riesgo de que se llevaran algunos de nuestros jóvenes y a los niños para esos fines, y más en Carayaca que gobernaba un coronel andino llamado Juan de Jesús Méndez.

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General Juan Vicente Gómez Chacón

¿Usted quisiera saber otras de las anécdotas que sucedieron con mi abuelo Pancho "El Narizón" en el pueblo de Carayaca en el año 1.933 y que me la contó el señor Agustín Péinate en su casa de La Cruz Verde el 6-5-2.006, tía Angelina?

El señor Agustín Péinate si conoció a mi papá en Carayaca, háblame lo que él dijo de mi papá y de mi cuando era niña, sobrino León.

Este es el relato, tía Angelina:

El Almendrón que está en Carayaca lo sembró el General Juan Rodríguez. El jefe civil era el Coronel Juan de Jesús Méndez quién le mandó a hacer una redoma en el año 1.933. Ya que para ese tiempo, una vez muerto el General Juan Rodríguez, las autoridades eran foráneas.

Cabe decir, que el andino tachirense Juan de Jesús Méndez fue el primer jefe civil de Carayaca, después de la muerte del General Juan Vicente Gómez. El Coronel Juan de Jesús Méndez puso muchas condiciones en el pueblo de Carayaca a sus pobladores; obligando a todos los vecinos a tener que limpiar el frente de sus casas y cuando él pasaba revista, les decía a sus comisarios: "… No está limpio; usted apúnteme allí a fulano de tal…".

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Trapiche abandonado de la hacienda "Tarma Abajo", año 1.980

Yo recuerdo que al comerciante Francisco Sánchez Jiménez, conocido en la subida de El Pardillo como Pancho "El Narizón", le dijo estas palabras: "… O barres o pagas la multa de dos bolívares…".

Juan Bautista Lamboglia, Lucio Navarro, Gregorio Grillo Robles (nació en 1.894 y falleció en 1.970), José Bianculli, Juan Padilla, Emilio Salomón, Nicolás Sandoval, César Gottberg y Indalecio Padilla en la jefatura civil; la cual se encontraba en donde está La Flor de Carayaca, y si ellos no barrían tenían que pagar una multa de 4 bolívares.

Yo recuerdo que Lucio Navarro era un hombre catire, quién se había venido desde las tierras de Aragua a Carayaca. Él tenía un negocito de preparar las varillas para preparar y prensar tabaco, por los lados en donde está el Pool en Carayaca Arriba o El Silencio. Además, él le trabajó en esos mismos afanes, al hacendado don Valentín González en la hacienda de "Tarma Abajo".

Sus alijos de tabaco se los vendía al comerciante Francisco Sánchez Jiménez, en su bodega que tenía por los lados de El Pardillo y quién era conocido como Pancho "El Narizón". Pancho en algunas ocasiones llevaba a su niña Angelina, para visitarlo en su negocio; ya que ambos eran muy buenos amigos. Angelina, si aún vive debe acordarse de los caramelos que ese señor les daba a los niños en esa época, y que ella era una de esas beneficiarias.

Y para cerrar con algo más de historia sobre mi tío José Antonio Garrido Manzano, te voy hacer la siguiente pregunta, como las hacía Tío Simón con sus niños: ¿Qué relato beisbolistico de gran trascendencia nacional te contó mi tío José Antonio, tía Angelina?

Mi esposo José Antonio Garrido Manzano me contó que uno de los momentos más brillantes del beisbol fue el juego que se dio entre "Gavilanes" de Maracaibo y el "Royal Criollos" de Caracas, el 9 de diciembre de 1.935. Él tenía en esos tiempos 26 años de edad, contándome que el juego más importante entre esas dos novenas, fue el quinto partido.

El "Royal Criollos" contaba en su plantel con peloteros de las tallas del dominicano Tételo Vargas en el center field y a quién conocimos muy anciano por los lados de El Jabillo en Maiquetía, el legendario César Nieves jugó en el left field y el estadio de Catia de La Mar desde hace muchos años lleva su nombre, Balbino Inojosa en el right field, Nieves Rendón en la primera base, Rufino Mijares se lució en la segunda base, en el short stop el dominicano Pedro "Grillo" y en la tercera base jugó Luís Jiménez, Manuel Antonio "Pollo" Malpica como cátcher y el lanzador fue el espectacular Plácido Delgado "El Jibarito" y conocido también como "El conquistador Puerto Rico".

José Antonio me contó que el "Royal Criollos" fue apaleado en ese juego por el "Gavilanes", ja, ja, ja. Sin embargo prevaleció allí la vergüenza de peloteros como Vidal López y el mismo Plácido Delgado. Y allí resurgieron las figuras del viejo Luis Aparicio y de su hermano Ernesto Aparicio, viejas glorias de nuestro beisbol venezolano. Mi esposo José Antonio elogió y le dio grandes méritos en ese juego al pitcher Hernández y a su cátcher Navas, como a los puertorriqueños Peruchin Cepeda y a Tingo David.

Placido Delgado fue una figura relevante en el béisbol de antaño en Venezuela, a él lo conocimos ya anciano viviendo en la Vereda 13 de la Urb. Páez en Catia de La Mar a finales de los cincuenta y en la década de los sesenta. Él trabajó por muchos años en la parte ferroviaria portuaria y sus hijos estudiaron con mis hijos e hijas, y creo que un hijo de él estudió contigo sobrino, en la Escuela "Emilio Gimón Sterling" de Catia de La Mar.

Además, Plácido Delgado trabajó con mi hermano Francisco Santiago Sánchez Aranguren en el puerto de La Guaira, en donde laboró también uno de los mejores guitarristas que haya parido la tierra guaireña, Juan Ramón Díaz, quién creo era de Tarmas y vivió hasta su muerte en la Urb. Soublette de Catia de La Mar. Si más no recuerdo, yo creo que Placido Delgado fue manager del equipo amasteur OSP-La Guaira, que tantas glorias le dio al béisbol guaireño y nacional, produciendo peloteros de las tallas de Juan Pablo Guzmán y Francisco Zalaya.

En cuanto a la gastronomía o elaboración de comidas y alimentos por parte de mi abuela María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez durante el tiempo en que vivió con nosotros en su vida terrenal, tanto en Las Aguadas, como en Maiquetía, Carayaca y Caracas.

¿Qué nos puede usted contar al respecto, tía Angelina?

En realidad te puedo decir, que mi mamá en la elaboración de comidas era una mujer muy aseada y era muy temerosa de que cayera un pelo en los suculentos platos que preparaba para nosotros o para cualquier otra persona que soliera visitarnos. Yo creo que tú fuiste testigos de eso, ya que te criaste casi hasta los 22 años con mi mamá, que fue cuando te desprendiste de la casa a partir de finales del año 1.972.

Mi madre nació en los tiempos en que no se explotaba el petróleo, sino que más bien se vivía del comercio, la agricultura y la ganadería. Entre sus macundales, escaparates y baules siempre andaban sus reliquias personales y platería y cubiertos de largas datas en el tiempo. Ella conservaba antiguas hamacas que pertenecieron a su honorable familia Aranguren Bravo, las losas eran bellísimas y los cubiertos estaban completos y eran de plata.

Los platos hondos y llanos eran de buena porcelana y muy decoradas, al igual que las soperas eran de fabricación china y tenían más de cien años de haberse adquiridos. Las sabanas y cobijas ni hablar, eran de buen tejido y de telas de mucha calidad textil, y entre sus prendas había tarjetas de bautizos suyas con pequeñas morocotas inglesas en oro, sus cadenas de oro fueron fabricadas por buenos orfebres en la Caracas antañona, que indican de que ella pertenecía a una familia de gran abolengo en el valle de Caracas y en las serranías del Ávila, desde tiempos inmemoriales.

En cuanto a la gastronomía que conocía mi madre en su vida como persona de grandes dimensiones humanas y con un sentir muy religioso hasta los días finales de su propia existencia, tengo que manifestarte que ella era una mujer muy devota a La Virgen de La Merced y a San Marcos de León, al igual que al padre José María Claret, cuyas imágenes nunca les faltan en la casa. Ella en los momentos de preparar las comidas nos obligaba a ponernos algunos trapos en la cabeza, para evitar que les cayeran pelos a las mismas, ya que mi hermano Basilio era muy exigente y hasta ponía problemas cuando encontraba un pelo en algunos de los alimentos, especialmente en las sopas.

Te pudiera dar a conocer argumentos alimentos que ella hacía en casa. En el desayuno nunca falta el pan francés, isleño o sobado, que eran traídos en cestas y se colocaban en las puertas de las casas. Las arepas en un principio, las hacíamos moliendo el maíz sancochado en máquinas de fabricación inglesa y manualmente, que en un principio sacábamos en nuestros conucos en Carayaca y que después recibíamos provenientes de las diferentes haciendas que había en la zona, el cual era pilado en pilones.

Cuando molíamos el maíz sancochado salía un agua blanquecina y esa se las dábamos a los cochinos y el maíz en concha a las gallinas, de donde obteníamos los huevos y a su vez no las comíamos en suculentos hervidos o sancochos. Las arepas las hacíamos en budares, pero cuando nos fuimos de Carayaca a Pariata, las comprábamos en la casa del señor Pedro González quién era margariteño, ya que su esposa Carmen González era quien las elaboraba en el Callejón "Arcaya".

Ya cuando yo me casé con José Antonio Garrido Manzano en 1.946, mi madre quedó con mi hermanita Juana Norma en su casa y con mi hermano Basilio. En esos desayunos se usaba mucho el comer gofio y fororo canario al gusto, con café con leche, en donde le colocábamos una pizca de azúcar y lo acompañábamos con queso blanco en el plato. Luego nos hacía un pan para cada uno a la plancha con jamón y queso a la plancha.

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Juana Norma Sánchez Aranguren

En otros casos nos daba un plato de avena Quaker, ya que la leche nos llegaba a la casa en cantaros, que luego teníamos que hervir para evitar enfermedades contraídas por el bacilo de Koch, como la tuberculosis. Claro está, en un buen desayuno nunca deben faltar los huevos fritos o tibios como los consumía mi hermano José Basilio Sánchez Aranguren.

Esa era una costumbre que la adquirimos de nuestro padre Francisco Sánchez Jiménez, ya que él era de origen canario muy marcado, de padre y madre. Igualmente en la confección de papas arrugadas, las cuales se hacían metiéndolas en una lata de manteca con agua y bastante sal a leña y fuego vivo, hasta que el agua desaparece evaporándose y al fondo queda la sal con las papas, las cuales se arrugan y en donde se siente la sal solamente en las conchas.

Mi papá fue un comerciante que recibía mucha verduras, frutas y hortalizas que les traían de todas las haciendas que había en Carayaca y ese era el motivo por la cual nuestras comidas en casa eran muy sanas, y lo que ha permitido que podamos alcanzar altos niveles de longevidad.

Otro de los detalles que mi papá tenía, era que a primeras horas de la mañana consumía un batido que contenía huevo, Ovomaltina, vino Sansón y ojo de toro, y eso lo continuamos haciendo nosotros a través del tiempo. Ya que él a su edad leía muy bien los periódicos y los analizaba, y mi hermano Edgar Paulino Sánchez Aranguren en una ocasión compró una litografía en donde aparecía un anciano muy parecido a mi papá, con su gorro canario colocado en la cabeza y con sus anteojos leyendo el periódico.

El potaje era otro alimento canario que llevaba cochino, carne de res, pollo, tocineta, garbanzos, caraotas blancas, panza de res, vainitas y todo tipo de verduras (papa, apio, ñame, ocumo, auyama, plátano verde; y condimentos como ajo, cebolla, pimentón, ajo porro, ajo, yerba buena, perejil, cilantro, cebollín, ají dulce, alcaparra, aceituna, entre otros.

El potaje es una comida que se sirve en el almuerzo y es muy pesado, se sirve con agua y a la usanza canaria. Y en muchas ocasiones mi mamá lo acompañaba con lebranche salado, al cual se le quitaba la sal sancochándolo con agua y bastante sal, que era la forma de desprenderle la salinidad; y al lado se le ponía bastante ensalada en base a ruedas de tomates margariteños, lechuga y cebolla en ruedas con aceite de oliva, vinagre y poca sal. A un lado se colocaba una bandeja con bastante verdura sancochada, para comer al gusto.

Y tengo que decirte que a mi mamá en Pariata nunca le faltaron las gallinas en su corral y menos los morrocoyes, ya que ella hacía un buen pastel de morrocoy; era un ritual algo maquiavélico cuando le quitaban el caparazón al morrocoy, ya que se veía cuando retiraban su carne y el corazón aún le latía. Mi mamá lo preparaba en forma de guiso o en pastel, y le ponía vino "La Sagrada Familia", aceitunas, alcaparras y pasas, y lo cubría con harina de trigo y huevo.

De lunes a viernes se cocinan granos como caraotas negras, rojas y blancas, arvejas y lentejas, y quinchonchos con ñame era una exquisitez, todo se acompañaba con arroz y espaguetis. Los días sábados y domingos comíamos cualquier tipo de sopas, bien fueran de pescado, gallinas o carne de res. A las caraotas negras, mi mamá le ponía un pedacito de papelón, aparte de los condimentos que les ponía, y para ablandarlas les echaba un poquito de bicarbonato; y seguro estoy, no podía faltarles adentro el cambur o el plátano verde, que le daba un gusto agradable a las caraotas, debido al desprendimiento del fosfato.

¡Y dígame para navidad y año nuevo!

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Semblanza de la gastronomía venezolana

Para hacer las hayacas era algo ritualistico y muy propias de mi señora madre. Ella se llevaba a uno de los nietos al mercado de Maiquetía y allí compraba todo lo necesario para comenzar a hacerlas el 23 de diciembre de cada año.

En ese día hacían el guiso y la colaboración en la cocina eran de muy pocas personas, los muchachos tenían que estar fuera de la casa en esos momentos y solo comían de la sopa que se hacía con los huesos que se le sacaban a las carnes para la confección de las hayacas.

El aseo era el lema principal en esos momentos, el día 24 de diciembre en horas de la madrugada todo el mundo despierto, unos buscando leñas, otras preparando lo concerniente a la elaboración de las hayacas, y de esa manera iban construyendo tan delicioso plato, al igual que la gran variedad de dulces que mi mamá serviría en la mesas en ese día tan especial, al igual que el 31 de diciembre.

En aquellos tiempos no existía la harina PAN y el trabajo era mayor. Yo creo que el ingeniero Luis Caballero Mejías fue el que salvó la arepa en Venezuela y por ende a la hayaca, como plato tradicional navideño. En relación a los dulces navideños, mi mamá hacía dulces de lechosa, cabello de ángel, toronja, higo, ciruela pasa, orejón, tortas, entre otras cosas.

Su mesa quedaba muy bien decorada, de eso no había dudas, y lo más curioso de las cosas, era que las hayacas más sabrosas eran para ciertas personas de su gran aprecio, y esas estaban marcadas desde su confección en la olla, con una tirita negra.

¡Qué tiempos aquellos!

Claro está, a las 7 de la noche del 24 y el 31 de diciembre, todos teníamos que estar bien vestidos para recibir esos días con amor y devoción. En la casa de Pariata en Maiquetía, mi hermana Juana Norma tenía que fajarse muy duro en la limpieza de la casa, ya que en esos tiempos no se usaban ceras como las que hay hoy en día, sino que de las velas que se desgastaban en los velorios o con ceras de los panales de abejas y diluidas con querosene caliente era como pulíamos los pisos de nuestras casas, y como no había pulidora eléctrica, era a trapo limpio.

Esas cosas cambiaron a mediados de los años cincuenta y con las décadas que vinieron durante el siglo XX, ya que el país se fue modernizando aceleradamente y de esa manera todo se fue transformando en nuestra familia. Era muy común ver a mi hermano Edgar Paulino Sánchez Aranguren aparecerse a las 10 de la noche el 31 de diciembre de cada año, , arreando un carrete de juguetes para todos sus ahijados, entre ellos estaban mi hijo Jesús Antonio Garrido Sánchez y mi sobrino Juan Francisco Morales, al pasar 15 minutos del viejo año, él se iba a la casa de la familia de su primera esposa Eva Hernández en el Barrio "Obrero" a compartir con ellos.

Tía Angelina, esta fascinante conversación que he sostenido con usted en estos días en su casa en la Urb. "Villas de Aragua" en Maracay, la voy a cerrar con un relato en donde hago referencia a un personaje que fue fusilado por mi bisabuelo el General Lino Aranguren Castro en tiempos de la Guerra Federal, cuyo nombre fue Concepción González.

¿Ha oído usted algún relato sobre ese personaje oscuro de nuestra historia nacional, tía Angelina?

No, sobrino León. Yo tengo entendido que en Monografías por internet has hablado de Concepción González, pero no sé lo que en verdad has escrito sobre ese señor, aunque mi hijo Jesús Antonio Garrido Manzano me ha dicho que tienes un trabajo de investigación histórica dedicada al General Ezequiel Zamora en donde haces referencia hacia ese extraño personaje de nuestra independencia y en la guerra federal.

¡Desembucha, pues, sobrino!

He aquí la historia, tía Angelina:

El General Ezequiel Zamora conduciendo a sus tropas por los lados de Santa Teresa del Tuy en 1.859, detectaron a un antiguo esclavizado que iba a mercadear con su arreo de mulas probablemente hacia el pueblo de Cúa, que en lengua de los antiguos Taramaquas o Tarmas, significa: "Agujero".

"El General Natividad Solórzano comandando un grueso de soldados federales, pasaba en esos momentos por el Camino Real, cerca de Uverito, viendo de pronto la silueta de un anciano curtido por los años y quien tenía un prontuario desde los tiempos de la guerra de la independencia".

Ese siniestro personaje era el negro CONCEPCIÓN GONZÁLEZ, antiguo esclavizado de la mantuana doña Juana González de Olla y Arzola".

Seguidamente, el General Natividad Solórzano le dio al Sargento José Tomás Rangel la siguiente orden:

"Sargento Rangel, traiga la soga y me amarra a ese viejo negro que va allí con ese arreo de mulas. Ese gran carajo es Concepción González, si no me equivoco y para salir de esta vaina una vez, nojoda".

"El Sargento Rangel rápidamente cumplió la orden de su jefe, haciendo preso a Concepción González, quién estando amarrado con sus manos a la espalda, fue llevado de inmediato ante la presencia del jefe federal Natividad Solórzano".

Concepción González trataba de eludir con sus repuestas al General Solórzano, quién le hacía todo santiamén de preguntas. El jefe federal notando que su prisionero era muy evasivo, le dijo estas palabras:

"Concepción, que vaina vale. Me di cuenta que eras tú, porque tus nietos han estado hablando guebonadas por allí; de que su abuelo peleó con el General José Félix Ribas y Herrera en la independencia, ja, ja, ja".

¡Carajo, Concepción!

¿Y cómo fue esa vaina que el General José Félix Ribas murió de paludismo cuando montado en el caballo de José Tadeo Monagas Burgos huía del campo enemigo en esos momentos?

¿Por qué lo enterraste en los montes de Tucupido, Concepción?

¡Concepción, no creas que yo sea guebón!

¡No vale!

¡Carajo, Concepción. Estás a tu edad metió en tremendo lío en este momento!

"Sargento José Tomás Rangel, vaya inmediatamente ante el General Ezequiel Zamora y le da esta buena nueva, para ver qué hacemos con este anciano; vaya pues. De pronto el Sargento José Tomás Rangel, de origen tarmeño y al pasitrote en su caballo bayo con su reo de compañía llega ante la presencia del General Ezequiel Zamora".

Comentándole lo siguiente:

"Mi General Zamora, este negro anciano que usted ve aquí es nada más y nada menos que Concepción González. El mismito que le echó la gran vaina al General José Félix Ribas en el año 15 en Jácome, cerca de Valle de la Pascua".

El General Zamora le respondió al Sargento Rangel, de esta manera: ¿No me eche usted esa vaina, Sargento Rangel?

¿Cómo va a ser, Sargento Rangel?

Y el Sargento Rangel continuó con sus relatos sobre ese siniestro personaje llamado Concepción González, bajo los siguientes términos:

"Si, General Zamora; él fue quien lo entregó a los españoles para que el sanguinario Lorenzo Barrajóla le cortara la cabeza al General Ribas, y más luego se la frieron en aceite, aquel 31 de enero de 1.815. Ese es el mismísimo tipo, General Zamora".

El General Ezequiel Zamora le expresó al Sargento José Tomás Rangel, lo siguiente: ¿No me vuelva a echar usted esa vaina, Sargento Rangel?

Y el Sargento Rangel continuó relatándoles sobre la entrega del General en Jefe José Félix Ribas a los españoles en esos tiempos de la guerra de la independencia, bajo estas palabras:

"General Zamora, ese bandido de Concepción González por unas miserables monedas entregó al General en Jefe José Félix Ribas al Coronel Lorenzo Barrajóla quién era el jefe del ejército español en esos lares del llano guariqueño. Específicamente, por los lados de Lazarinos, y ese bastardo godo lo mandó a asesinar sin respetar en nada su vida. Eso fue lo que hizo ese miserable de Concepción González, General Zamora".

De inmediato, el General Zamora mandó a detener a sus tropas, pegando de pronto este abismal grito: ¡Concepción González!

Y el viejo anciano volteó al llamado del máximo adalid en las guerras campesinas y federal. En eso el General Zamora le dijo al joven Subteniente Lino Aranguren Castro, estas palabras:

"Carajo Lino, agarre cinco hombres y de inmediato me detiene a ese gran carajo; no podemos perdonarle por nada del mundo la vida a Concepción González; por lo que él le hizo al General Ribas, en el año 15, en Tucupido".

El Subteniente Lino Aranguren Castro cumplió la orden a cabalidad, diciéndole al viejo traidor estas palabras:

"Mira negro bastardo, no porque seas negro; sino por lo que le hiciste al General Ribas en el año 1.815. Así que quedas preso en este momento por órdenes del General Zamora y del pueblo que es el soberano".

Concepción González entró en pánico y comenzó a implorar con lágrimas en los ojos bajo esta letanía de palabras:

"No, por favor, no me maten; yo no lo quise hacer, no lo quise hacer. Ellos, los españoles me obligaron a hacerlo. Piedad, por el amor de Di_s, perdónenme; se lo pido por mi madre y todos los santos habidos y por haber".

El negro Concepción González fue amarrado y arrastrado hasta la presencia del General Ezequiel Zamora quién muy molesto le dijo estas palabras: ¡Carajo, Concepción!

¿Cómo se te ocurrió echarle esa vaina al General Ribas?

¿Es que tú creías que la vaina se iba a olvidar, Concepción?

"Tú nunca quisiste entender que a ese hombre que tú entregaste a los españoles era tú propio libertador. En verdad, eres un miserable Concepción; porque te has negado tú mismo el derecho a ser un hombre libre".

Concepción González se arrodilló ante el General Zamora, suplicándole una vez más por su vida, bajo estas palabras:

"Perdóneme, General Zamora; que yo no haré más esa cosa. Yo soy un padre de familia, mi mujer y mis hijos me esperan en mi casa; deme la oportunidad de vivir entre los míos, General Zamora".

El General Zamora le replicó de esta manera:

"Caramba Concepción, caramba, vale; hasta hoy llegaste asquerosa alimaña; en verdad, tú ignorancia te ha llevado a tú propia tumba; se puede ser ignorante de algunas cosas, pero no bandido y traidor, y de esa forma no mereces tener la familia que tienes. Tú eres una deshonra para ellos".

Como ráfaga del viento mismo, el General Zamora llamó a su asistente y le encomendó la severísima orden que a continuación contamos: "… Subteniente Lino Aranguren Castro, prepare el pelotón de fusilamiento y me encapilla a este gran carajo, ya…".

El Subteniente Aranguren cumpliendo las órdenes de su jefe preparó una columna de 5 hombres con sus wínchesteres listos para la ejecución; trasladando al negro Concepción González a la pata de un frondoso cedro que estaba cerca de allí y quitándole el sombrero de cogollo que llevaba colocado sobre su cabeza le puso una venda negra en sus ojos, sus manos amarradas por la parte de atrás de su cuerpo y formando al pelotón de ejecución dio la siguiente orden: ¡Pelotón de fusilamiento, firmes!

"Por instrucciones del General en Jefe Ezequiel Zamora Correa, máximo jefe del Ejército Federal, se procede en el día de hoy en pasar por las armas sin formula de juicio al traidor Concepción González; por el único y solo delito de haber traicionado y entregado miserablemente al General en Jefe José Félix Ribas y Herrera a las fuerzas españolas que hacían armas en el pueblo de Tucupido en el año 1.815. Siendo ahorcado y decapitado, su cabeza frita en aceite y su cuerpo desmembrado para escarnio de quienes combatían por la independencia de nuestro pueblo en esos duros días de guerra y muerte".

"Sorpresivamente, Concepción González comenzó a llorar como un niño; su llanto era incontenible, que casi atrapaba a los muchachos que estaban en el pelotón de fusilamiento; en verdad, era una tragedia ver a ese ser o a ese miserable en esa situación; en la víspera de su partida a las excelsas moradas".

El Subteniente Lino Aranguren Castro estando muy disgustado le expresó a Concepción González estas palabras: ¿Vas a seguir con la guachafita y el merequetengue, Concepción?

¿Quién coño e madre te mandó a meterte en ese peo, Concepción?

¡Quédate tranquilito y prepárate para ser recibido en el cielo por papa Di_s o en el infierno por el propio Mandinga, vale!

¡Lo cierto es que no vas para el Purgatorio, Concepción González!

Seguidamente, un miembro del pelotón de ejecución se salió de la formación por órdenes de su jefe el Subteniente Lino Aranguren Castro, sacando una venda negra y colocándosela en los ojos del infortunado reo, a voz baja le dijo en uno de sus oídos estas palabras:

"Concepción, encomienda tú alma al criador y rézate un Padre Nuestro conmigo; hazlo por el bien de tú alma; pá que vayas bien pá el Purgatorio, Concepción; y no te vayas de una vez pá el infierno".

"Vamos Concepción, cuéntame vale cómo fue que jodistes de esa manera al General José Félix Ribas y Herrera, a los pocos días de la batalla de Úrica en diciembre del año 1.814".

Y Concepción González comenzó su relato de esta manera:

"Teniente Aranguren, yo no sé si usted pertenece a la casta de esos mantuanos miserables de esa época, pero le voy a decir que lo hice más por arrechera que por otra cosa. A pesar de que yo amaba a ese jefe que murió en Úrica en ese diciembre de ese año, Teniente Aranguren".

¿Y quién era ese jefe, Concepción?

"Era nada más y nada menos que el taita Boves, Teniente Aranguren. Allí en Úrica murió él de manera extraña, allí se alzó con el mando el Coronel Morales, ese si era un asesino de verdad".

¿O es que usted no recuerda el saco de cabezas de su propia gente que envió pá Caracas?

"Lo cierto de toda esa vaina, fue que el General Ribas quería atravesar los llanos sin tener baquianos ni guías que conocieran el camino, porque el que no conoce esas tierras bien conocidas se pierde, porque queda caminando como si lo estuviera haciendo a la redonda".

¿Y para donde carajo quería irse con su gente el General Ribas, Concepción?

"Bueno, las malas lenguas decían que él y que quería irse pá Barquisimeto, no sé si esa vaina era verdad, pero lo que sí sé fue que la pela que le dio el taita Boves en Úrica fue tan grande, que se fueron fuyendo y dejaron el muerto que jode en esos campos y sabanas".

"Yo creo que él quería encontrarse con ese General llamado Rafael Urdaneta y con el General Simón Bolívar, para irse de estas tierras. Eso era lo que contaban la gente del Coronel Morales en esos días Teniente Aranguren".

¿Y qué pasó después con el General Ribas, Concepción?

"Yo creo que en los primeros días del año 15, él fue a parar a Valle de la Pascua, en un sitio llamado Las Dos Palmas".

¿Y por qué te prestaste para la traición hacia ese gran hombre, Concepción?

"Ese no era ningún gran hombre, Subteniente Aranguren. Ese gran carajo era tío de Simón Bolívar; ya que él le cogía una tía".

"Coño Concepción, hasta en víspera de tu propia muerte te atreves a faltarle los respetos a nuestros libertadores, tú si eres arrecho de verdad, vale".

"Teniente Aranguren, lo que pasó fue que a esa gente le dio hambre y mandaron a uno de sus esclavos a buscar comida y allí fue en donde peló bolas el General Ribas. Créalo que fue así, eso fue su perdición, teniente Aranguren".

"Al principio ese esclavo se dirigió a mí y me echó todo el cuento, y yo dije que había llegado la hora de joderlos, y así lo hice. Al General Ribas cuando lleve la gente pá agarrarlo, el muy muérgano estaba orondo y dormidote. Lo agarraron y lo amarraron bien amarrado pá que no se fugara, llevándolo al pueblo de Tucupido, que creo fue un 15 de enero del año 15".

"Coño, Teniente Aranguren. En eso el zambo Barrajóla se dirigió a mí, el carajo estaba contento porque iba a realizar una vez más su trabajo de verdugo".

"Carajo Concepción, que bueno vale. Agarramos a un jefe de los grandes; ay papá a este le corto la cabeza dentro de un rato, no lo salva naide ni nadie, ni su propia putísima madre, ni el diosito todopoderoso, ja, ja, ja".

"El Coronel Lorenzo Barrajóla, de un solo tajo le arrancó la cabeza al General Ribas y después los jefes la mandaron pá Caracas".

¿Tú crees que eso que ustedes hicieron fue una gracia, Concepción?

No, Teniente Aranguren. Estábamos en guerra contra nuestros amos y hacendados.

"Concepción, Concepción. Lo siento por ti, la historia que has contado es muy interesante, pero debo cumplir las órdenes del General Zamora y a ti de esta no te salva nadie, ni aun resucitando el General Ribas. Te recomiendo que comiences a rezar Concepción, te ha llegado el momento de tú propio suplicio".

Concepción González rezó el Padre Nuestro y elevando su voz al cielo, dijo lo siguiente: ¡Di_os mío perdóname, porque no sé qué fue lo que le hice al General Ribas en Tucupido; perdóname y vela por mi familia!

El Subteniente Lino Aranguren Castro con el carácter recio y firme de su entereza militar, y con el don de mando que lo caracterizaba dio la siguiente orden:

¡Pelotón!

¡Firmes!

"Armas al hombro!

¡Preparen!

¡Apunten!

¡Fuego!

"La metralla de los wínchesteres fueron a dar a la humanidad de tan desdichado afro-descendiente; quién herido de muerte cayó inerte en el suelo. Seguidamente, el comandante del pelotón se dirigió a donde estaba el difunto, sacando el revólver de su cartuchera, le asestó un balazo a la altura del corazón; era el tiro de gracia".

"Luego tomaron el cadáver de Concepción González y lo enterraron debajo de una mata de cují, para que sus cenizas fueran olvidadas en el fuego eterno que produce la leña de tan apreciado árbol en las comidas de campaña y campamento".

Inmediatamente, el General Zamora mandó a formar a su ejército diciéndole con altisonante voz estas palabras:

"Soldados de la Federación; hoy hemos fusilado a un enemigo de la patria, tan peligroso como cualquier oligarca o godo; porque Concepción González nunca pudo comprender que a los hombres no se venden como Judas vendió a Cristo y lo llevó a la muerte en el Gólgota. Esta es tierra de libertadores, carajo; no de traidores".

Luego les expuso a sus soldados federales, que en el Volumen de la Ley Sagrada en una de sus partes, están insertas estas palabras: "…No hay nada oculto que no haya de ser manifestado…".

"Aquí nada pudo ocultar ese malvado que ustedes ven allí plantado bajo ese cují. La historia lo recordará tan igual como a Páez, a Ángel Quintero, Soublette y a sus cuerdas de manganzones".

"Ese es el triste fin de los traidores, así mueren todos. Concepción González nunca pensó que 44 años después vengaríamos al General Ribas, conocido como el Vencedor de los Tiranos en La Victoria".

"Muchachos, viejos combatientes de la libertad; nuestra gente tiene que estar imbuida en el más profundo amor por el pueblo, que es de dónde venimos todos; nuestro odio tiene que ser en contra de los godos, aunque fueran liberales".

¿Qué le pareció ese relato sobre Concepción González, tía Angelina?

Si se quiere fue muy triste su muerte. Así mueren los traidores y en cuanto a eso, mi bisabuelo fue muy duro con esa gente, ya que él detuvo a muchos enemigos del gobierno en toda su vida militar, y por eso fue un destacado hombre de armas durante toda su vida, que Di_s tenga en su inmensa gloria a Concepción González y le haya perdonado todos sus pecados, al fin y al cabo, él no era culpable de lo que sufría su propia conciencia en esos momentos difíciles que vivieron nuestros antepasados en la guerra de la independencia y que después se tradujo en la guerra de la federación.

Y lo más curioso de todas esas grandes verdades que nos da a conocer la mismita historia, es que Concepción González le servía era a tu antepasado el Comandante Francisco Tomás Morales, sobrino León.

edu.red

León M. Morales, francmasón P:. M:. G° 33°

Realmente tía Angelina, ese hombre se encontró en su vida con dos de mis antepasados, de eso no hay dudas al respecto. Pero la historia no perdona a los traidores y ese fue el resultado de una vida que a pesar del tiempo, se fue desempolvando y de esa forma se fueron aclarando las cosas y eso nos ha permitido saber a ciencia cierta qué tan infeliz y desdichado personaje de nuestra historia, como lo fue Concepción González, lamentablemente fue pasado por las armas por mi ilustre bisabuelo el General Lino Aranguren Castro, en esos cruciales momentos de la Guerra Federal en 1.859.

Con la lectura de estas historias y relatos contados por personas que de una u otra forma fueron parte de muchos aconteceres históricos que se dieron en ese bastión del litoral central guaireño, como lo es la Parroquia Carayaca al oeste del Edo. Vargas.

A la vez invitamos a todas las familias varguistas y venezolanas en general, a que hagan uso de la memoria histórica y la oralidad, como herramienta para dar a conocer tópicos históricos que hasta el presente son inéditos y que pueden ayudar a reconstruir nuestra historia bajo la mayor veracidad posible, invitación que ye hacen doña Angelina Sánchez Aranguren de Garrido Manzano y su sobrino León Manuel Morales.

Pensamiento: "… El Maestro Mason es el viajero que va más allá de donde sucumben los débiles, desertan los inconstantes y se devuelven los timoratos…".

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Pedro Alciro Barboza de la Torre. Gr. 33º

TSU Yulaiva Coromoto Molina Muñoz, León M. Morales P:. M:. G° 33° y Rafael Arturo Carvajal Sánchez P:. M:. G° 33°

Muy Resp:. Gran Logia Sur Oriental de Antiguos, Libres y Aceptados Masones de la República Bolivariana de Venezuela

San Cristóbal, 26 de mayo del 2.013

Por: León Manuel Morales.

Oficial de Marina Mercante – Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

0426-9006413

[email protected]

[email protected]

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Casa natal del poeta Pio Rengifo en Tarmas

 

 

Autor:

León Manuel Morales.

Oficial de Marina Mercante – Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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