Desde muy temprano, en la historia del cristianismo, se presentaron diversos postulados, con relación a la salvación del ser humano. Por un lado se encuentra lo defendido por Tertuliano (norte de África), que planteaba que para alcanzar la salvación, el ser humano debía obedecer al pie de la letra, las leyes establecida por Dios en las Escrituras. La introducción de Cristo en la historia humana, no era más que para enseñar al ser humano lo que era la obediencia (Filipenses 2:5-11)[11]. En Alejandría, se encontraba Orígenes, quien entendía que para alcanzar la salvación, el ser humano debía someterse a un proceso progresivo de purificación. Lo que llevaría al ser humano a vivir etapas-niveles que lo capacitaría para finalmente ser un candidato para la salvación. Cristo se introdujo al mundo para mostrar a los seres humanos las distintas etapas-niveles, necesarias para lograr la salvación. Mientras que desde Antioquia de Siria, Ireneo planteaba, que la salvación de los seres humanos había sido contemplada en Dios desde antes de la fundación del mundo. El ser humano en su creación, fue concebido para vida eterna, pues estaba en el huerto el árbol de la vida. Sin embargo, el hombre cual niño travieso, trató de correr antes de gatear, lo que le ha costado una caída que le produjo varias fracturas con la que ha tenido que vivir, toda la vida. Cristo, es el pastor amado que restablece el camino, para la cura de dichas fracturas. Por lo que, la vía más rápida para alcanzar la salvación, es el camino abierto por Cristo a través de su vida, muerte, resurrección y ascensión; de lo contrario tiene que seguir el camino con múltiples fracturas que producen enorme dolor al caminar.
Partiendo de esos tres planteamientos, el de Tertuliano, el de Orígenes y el de Ireneo. Se fueron desarrollando, en la historia del cristianismo, las distintas modalidades y teorías de la salvación. Sin embargo, no es hasta el siglo XI, cuando comienza a discutirse con más fervor la cuestión acerca de la salvación. Los créditos, como iniciador de dicha discusión, se le atribuyen al sacerdote Anselmo de Canterbury (c. 1033-1109). Anselmo, lo primero que hace es descartar la teoría del rescate a Satanás; que fue condenada asimismo por Abelardo, y ya no tiene influencia prácticamente en la historia de esta doctrina. Para la teoría del rescate, el ser humano, con la caída en el pecado, perdió el control que poseía sobre la creación que Dios había puesto en sus monos (Gn. 1:28). Su acreedor era Satanás, quien se convierte en el próximo capataz de la creación que el ser humano acababa de perder, incluyendo la vida eterna. Por lo que, desde ese planteamiento, la salvación del ser humano depende totalmente de la capacidad de este para pagar la hipoteca, a su acreedor, que como se puede apreciar más arriba es Satanás. En tal sentido, la obra del sacrificio de Cristo en la cruz, es el punto más elevado capaz de producir el saldo total de la hipoteca. Por lo que, la muerte de Cristo no fue más que el pago a Satanás, a fin de este devuelva lo que había arrebatado de las manos del ser humano, ya que Cristo en calidad de ser humano inocente y sin pecado, muera para rescatar lo que se había perdido. En otras palabras, la salvación del ser humano está anclada en cruz de Cristo (muerte de Cristo).
Anselmo, en la que se considera su obra más importante (Cur Deus Homo), intentó demostrar por vía de la justicia estricta que hay razones suficientes para explicar porque fue necesario que el Hijo de Dios se hiciera hombre y ofreciese a Dios un sacrificio de expiación que satisficiera al Padre. El argumento desarrollado para probarlo es el siguiente: "La injuria hecha al honor infinito de Dios por el pecado del ser humano requería por parte del mismo ser humano una satisfacción equivalente, es decir, igualmente infinita. Sin embargo, solo Dios tiene la necesaria dignidad infinita para satisfacer por una injuria infinita. Por lo que, el Hijo de Dios, igual al Padre en su naturaleza divina, tuvo que hacerse hombre para padecer en lugar del hombre y satisfacer cumplidamente por la injuria hecha al honor infinito de Dios".[12] Dicho en una forma más llana, Anselmo establece que el ser humano tenía una gran deuda con Dios, por haber pecado y debía pagar dicha deuda; Cristo se hace humano para pagar como ser humano la deuda humana (el Hijo le paga al Padre).
A partir de la Reforma, aparecen otros planteamientos con relación a la salvación humana. Lutero, por ejemplo, presenta la salvación como un acto de pura gracia (sola gratia). La salvación y todo lo relacionado con ella vienen por la gracia de Dios solamente. Las buenas obras, la vida cristiana y todos los principios de la ética personal y social, para los cuales la norma es la ley de Dios compendiada en la Escritura, se derivan de la expiación consumada que es a la vez el poder y el motivo para ellos. Dios se agrada de la fe del cristiano no porque la fe sea una virtud, sino por el amor de Cristo, porque Cristo es el objeto de la fe; se agrada con la vida del cristiano, no por la nobleza o el valor de las obras, sino nuevamente por el amor de Cristo, porque pecador, el creyente permanece y vive delante de Dios en la justicia imputada por Cristo. Aun la adoración del creyente agrada a Dios, no por su intensidad o forma exterior, sino por el amor de Cristo. La salvación, según los reformadores, se adquiere mediante la fe en Cristo (sola fide). Lo que se conoce como la "Justificación por la fe". Solamente por medio de la fe, como por instrumento, el pecador recibe y se apropia a si mismo todos los beneficios que Cristo ha adquirido para el mundo: la justicia de Cristo, el perdón de Dios, la paz y reconciliación con Dios y vida eterna. De manera, que el artículo de la justificación, o más bien, la realidad de la justificación del pecador por medio de la fe, ofrece consuelo abundante y verdadera seguridad a los cristianos angustiados. La fe por medio de la cual el pecador se justifica es efectuada por el Espíritu Santo por medio de la palabra del evangelio y los sacramentos. Solo el Espíritu y la Palabra son responsables de la fe en Cristo. El ser humano pecador, depravado y muerto en pecado, no contribuye en nada a la justificación, conversión y salvación por medio de su propia voluntad o intereses o mejores esfuerzos u obra. Según ese planteamiento, la salvación del ser humano fue ganada por Cristo, quien muere como pecador sin haber pecado; todos los seres humanos pueden ser salvos, solo con creer en Cristo. Lutero es rico en los aspectos en que se deleita en ensalzar la Cruz de Cristo, viéndola, en conexión con la vida que la precedió y la resurrección que la siguió. Se deleita en la idea de cómo Cristo, con su pasión y muerte, venció al pecado, la ley, el demonio, la muerte y el infierno. Lutero y sus compañeros reformadores se abstienen cuidadosamente de la idea de que la actitud original de Dios hacia los hombres era de ira, y que la Cruz cambió esta actitud en amor.
Otro de los reformadores que se expresa en los términos de fe y de gracia, es Juan Calvino (1509-64 d. C.). Cuando comenzó su obra teológica, la Reforma entraba a una segunda fase importante de su desarrollo. La palabra de Dios, bajo la acción de Lutero y de otros, había roto poderosamente los antiguos moldes que por siglos habían restringido al Espíritu y oscurecido la verdad. El movimiento había inspirado innumerables sermones, escritos, conferencias y controversias, y había producido cambios importantes en la vida social y política. Al igual que Lutero, Calvino arranca su teología resaltando la Escritura como la única fuente fidedigna para alcanzar el conocimiento de Dios. El deseo que reinaba en Calvino era el de ayudar a los individuos a vivir la vida cristiana con plena seguridad, por lo que le dio el lugar más prominente a la doctrina de la predestinación, que hereda de Agustín de Hipóna. Creía que ningún cristiano podía ser finalmente victorioso y confiado sin tener cierto sentido de su elección a la salvación. Para él, esta doctrina era enseñada por la Escritura, también indicaba que los que se negaban a creer tienen que estar predestinados a la condenación. A diferencia de Lutero, Calvino habla de una gracia irresistible la que el hombre no puede repeler; se manifiesta en la vida de los elegidos por el saborear la doctrina y las obras de la fe. La fe no es propia del ser humano, sino que es de Dios, y este la pone en aquellos que ha elegido, de ante mano, para la salvación; mientras que se abstiene de darla a los que ha elegido para condenación.
Después de la Reforma, se destaca Jacobo Arminio (1560-1609), quien nace en Oudewater (Países Bajos) y se educó en varias universidades de su propio país y de Suiza, específicamente en Ginebra y Basilea. En su país fue pastor en la iglesia de Amsterdam (1588-1603) y profesor en la Universidad de Leiden a partir del 1603, hasta su muerte. Arminio tiene contacto con el pastor Caspar Coolhaes, quien tenía una posición teológica distinta a la de Juan Calvino. Coolhaes, era más tolerante e independiente que Calvino. Se cree que Arminio recibió una fuerte influencia de Coolhaes. En 1608 Arminio suplico a los Estados de Holanda convocar un conclave (concilio) para resolver o por lo menos calmar los conflictos existentes sobre la doctrina de la predestinación. Desafortunadamente, murió antes que llegara el día de dicho evento. Sin embargo, en dicho conclave sus seguidores presentaron cuáles eran sus planteamientos. Esto en lugar de solucionar el problema, lo agravo mas hasta el punto del exilio, para los discípulos de Arminio. No obstante, estos postulados de Arminio hallaron eco en la iglesia de Inglaterra, al punto que formaron parte de su teología, tanto en el anglicanismo como en el metodismo. Según Arminio, "Dios concede el perdón y la vida eterna a todos los que se arrepienten de sus pecados y creen en Jesucristo. Dios quiere la salvación para todos los seres humanos, y sólo porque ha previsto desde la eternidad la creencia y la increencia de los individuos, ha determinado desde la eternidad el destino de cada uno."[13] Aunque para Arminio, la gracia de Dios tiene una participación activa en la salvación del ser humano, no obstante, el ser humano es quien decide si la acepta o si la resiste. Pues el ser humano cuenta con un albedrío, que le permite decidir si acepta o no la gracia que Dios ofrece. Esto era una contra posición a Calvino, que hablaba de la gracia irresistible.[14]
Análisis de los planteamientos.
Lo que pensaba Tertuliano.
Se hace imperante, en esta parte, identificar cual era la influencia socio-cultural a la que estaba sometido Tertuliano, esto proporcionará una perspectiva más clara del porque creía lo que creía. "Quinto Septimio Florencio Tertuliano nació en Cartago hacia el 155 de padre centurión. Fue abogado en Roma, y se convirtió al cristianismo cerca del 193, estableciéndose en Cartago. Jerónimo afirma que fue ordenado sacerdote, pero lo cierto es que tal dato no se desprende de sus obras. En torno al 207 adoptó una postura favorable al montanismo, llegando a ser jefe de un grupo extremo dentro de este movimiento al que se denominó como tertulianistas y que llegó hasta la época de Agustín de Hipona. Murió poco después del año 220."[15] Como se puede observar, Tertuliano se formó en un contexto militarizado y de cortes, pues su padre era un centurión romano y él un eminente abogado. Por lo que, es justificable su manera de plantear la cuestión de la salvación de la humanidad. Para Tertuliano, todo se resumía a un juicio, donde el Padre seria el juez, el ser humano el acusado (que realmente es culpable), Satanás el abogado acusador y Cristo el abogado defensor. Como en todo juicio, se espera una sentencia pronunciada por el juez, que libere o condene al acusado, que en tal caso será culpable, y condenado a la obediencia absoluta de las Escrituras. Sin embargo, cabria preguntarse, ¿Es la salvación el fruto de la obediencia de un ser humano imperfecto? O ¿Es el fruto de las obras buenas que los individuos puedan hacer? Si la salvación depende de la obediencia a las Escrituras, quedarían fuera la fe y la gracia. Sería un pago al buen comportamiento de los individuos, no tiene razón de ser la introducción de Dios en la historia humana.
Lo que pensaba Orígenes
Orígenes nació en el año 185 en una familia cristiana de Alejandría, su padre murió como mártir durante la persecución de Septimio Severo (202). Al haber confiscado su patrimonio la administración imperial, tuvo que dedicarse a la enseñanza para subsistir y sostener a su familia. Se le confió la escuela de catecúmenos de Alejandría, que dirigió llevando una vida ejemplar. Durante este período de tiempo es cuando se sitúa su famosa auto-castración. Durante el período que va del 203 al 231, en que dirigió la Escuela Teológica de Alejandría, viajó a Roma, Arabia y Palestina por razones del saqueo de Alejandría realizado por Caracalla.[16] Orígenes fue discípulo de Clemente, a quien sucedió como director de la Escuela. Los alejandrinos, son los cristianos liberales de ese tiempo, pues habían adoptado el método alegórico, para interpretar las Escrituras, desarrollado por Filón. La teología desarrollada en Alejandría, tiene como base el dualismo, propio del pensamiento griego. Es en tal sentido, y bajo tales influencias, que se expresa Orígenes con respeto a la salvación de la humanidad. Para los griegos, el cuerpo humano era especie de una prisión para el verdadero ser. Esto entonces, ameritaba un proceso de purificación de dicho cuerpo (soma) humano, algunos de los griegos se auto-maltrataban, pensando que mientras menos bien trataban al cuerpo más se purificaban; otros por el contrario, no veían las razones para tomar tal actitud frente a un cuerpo que no pasaría de la tierra, cualquier cosa que se hiciera con el cuerpo, no tenía trascendencia alguna, en lo espiritual. Por lo qué, estos últimos, se daban a un estilo de vida de desenfreno. Orígenes, al parecer se identificaba con el primer grupo mencionado, por lo que, en busca de un nivel más alto de santidad, que le permitiera merecer la salvación, se auto-castra, para detener su insistente deseo de sexo, que según él lo llevaría a la condenación eterna. Esta manera de pensar de los alejandrinos, crea una gran preocupación en las mentes reflexivas, ¿Qué es lo que se salvará, realmente del ser humano? ¿Solo el alma? ¿O la salvación implica al ser integral del humano?
Lo que pensaba Ireneo
Ireneo Nació entre el 140 y el 160 en Asia Menor, quizá en Esmirna. Discípulo de Policarpo, a través de él conectaba con la Era apostólica. El 177-178 fue enviado, siendo presbítero de la iglesia de Lyón, al obispo de Roma, que para la ocasión era Eleuterio, para mediar en una controversia relacionada con el montanismo. Luego fue consagrado como obispo de la ciudad de Lyón, desde esa posición participó como mediador en la polémica pascual entre los obispos orientales y el obispo de Roma, que para la ocasión era Víctor. Tuvo éxito en su intervención, sin embargo no se sabe nada de su vida ulterior.[17] Según se presenta el postulado de Ireneo, más arriba, la salvación de los seres humanos había sido concebida en Dios desde la creación del mismo. Ireneo deja ver una cosmovisión distinta a la de su tiempo, las cosas eran vistas bajo las lentes del dualismo que presentaba la filosofía griega. Por lo que, la iglesia veía y aceptaba un bipartido en toda la creación, el mundo espiritual y mundo material, viendo lo espiritual como bueno y lo material como malo. Frente a este modo de pensar, Ireneo insiste en que todo cuanto existe ha sido creado por Dios, y por tanto es bueno. Según lo expresa el mismo Ireneo, Dios creó todo lo que existe con "sus propias manos", que son el Hijo y el Espíritu Santo (Ropero, Alfonso 2001). En este sentido quiere indicar que Dios creó directamente, y no a través de intermediarios, que era el concepto de los gnósticos, un Dios supremo lejano y separado de su creación (un Dios trascendente), por que se contaminaría. El ser humano fue creado "a imagen de Dios". Puesto que el apóstol Pablo declara que Jesucristo es la imagen de Dios (Col. 1:15), lo que es entendido por Ireneo como Dios hecho carne en Jesucristo, el ejemplo de la creación del ser humano. Ahora bien, cuando el ser humano peca, según Ireneo, se hace esclavo de Satanás, quien le impide desarrollarse como Dios lo había propuesto. El desarrollo del ser humano continúa. Pero es un desarrollo deforme, pues en él lo bueno que Dios había propuesto se une a lo torcido que el mal produce. En tal situación, la ley es dada por Dios para refrenar el pecado y sus consecuencias. La ley y su cumplimiento no son el propósito último de la vida humana. Ese propósito es la comunión eterna con Dios. Lo que la ley hace es ayudar al ser humano en la dirección del crecimiento hacia Dios, y sobre todo da un atisbo de lo que Dios le promete a los seres humanos. Ireneo habla de obra redentora de Cristo en términos de lo que él llama "recapitulación" (González, Justo 2004). Cabe aclarar que para Ireneo, recapitulación no es un resumen o repetición abreviada, como lo es en el tiempo actual. La recapitulación es más bien, un "reencabezamiento" de la humanidad, como lo indica su etimología (en latín caput es "cabeza").
A consecuencia del pecado, la vieja cabeza humana, "Adán", quedó sujeta a la muerte y a Satanás. Pero ahora, en Cristo, se inicia una nueva humanidad, un nuevo cuerpo de salvación cuya cabeza es Jesucristo. Esa es la "recapitulación" o "reencabezamiento" a que Ireneo se refiere, basándose en varios pasajes paulinos, con especialidad en Efesios 1:10, donde lo que el griego dice literalmente es que el plan eterno de Dios es reunir todas las cosas en Cristo como bajo una sola cabeza. Esa recapitulación implica también una victoria sobre Satanás, quien tenía esclavizada a la humanidad. Al introducirse al mundo material y mediante la muerte introducirse en los antros mismo del Diablo, para luego en su resurrección resultar vencedor, Jesucristo ha vencido al maligno, de modo que "llevó cautiva la cautividad" (Ef. 4:8). En tal sentido, toda la vida de Cristo, desde su misma encarnación, es parte de su obra salvadora y de su lucha y victoria sobre el demonio. Dicho en otras palabras, Jesucristo es presentado por Ireneo, como el gran campeón que derrotó a Satanás en su propio territorio y términos.
Lo que pensaba Anselmo de Canterbury
Anselmo (1033-1109), nació en Aosta, en Italia. Filósofo y teólogo consumado, considerado padre de la teología escolástica que dominó en las escuelas y universidades durante la Alta Edad Media. Su padre era un terrateniente, lo que indica que pertenecía a una familia que tenia cierto nivel de riquezas y de poder. Estudio teología a los pies de "Lanfranco", de quien adopto el método dialectico y a quien sustituyó como abad del monasterio de Bec en Normandía en 1063.[18]
Como es posible apreciar, Anselmo era filósofo y teólogo, muy bueno en ambos casos. El trabajo de Anselmo, en el orden de la doctrina de la salvación, se inicia desmantelando el postulado del rescate, popularizado por el también teólogo Beza, que planteaba que la muerte de Cristo era un pago a Satanás, con el fin de rescatar lo que Adán había perdido. Según Anselmo, Dios es dueño y Señor de todo, y no tiene que pagar nada a Satanás, que también es una de las criaturas que creo. Su planteamiento comienza indicando que a causa del pecado de Adán, la humanidad entera está bajo el pecado y endeudada con Dios. Anselmo compara esa deuda con las deudas de honor que ocurrían frecuentemente en esa época. Las ofensas al honor únicamente podían ser satisfechas en un duelo hasta la muerte. La sangre tenía que ser derramada para satisfacer la deuda. Por eso algunos llaman a este planteamiento la "Teoría de la satisfacción". Para Anselmo, la ofensa de la humanidad contra Dios era tan grande, que ningún ser humano podría pagar. Solamente un ser fuera que fuera divino y humano a la misma vez sería capaz satisfacerla. Eso hacía necesario que un hombre-Dios derramara su sangre para pagar la deuda, y fue por eso que Dios se hizo humano.
Con relación a esta conceptualización anselmita, existen varias objeciones reflexivas. El profesor y teólogo dominicano, Felipe Rincón Vásquez, citando a Francois Varone, dice: "La sangre y el sacrificio de Jesús deben ser sacados del contexto de «satisfacción» y devuelto a su verdadero contexto, la «Revelación»".[19] Por lo que, para F. Rincón y Varone, la teoría de Anselmo y otros, distorsiona el verdadero sentido de la obra sacrificial de Jesucristo, que está ligada más bien a la revelación que a la satisfacción. Esa teoría de la satisfacción, vuelve a decir F. Rincón, presenta a un Dios incapaz de perdonar y amante al derramamiento de sangre. A un Dios verdugo que requiere y busca victimas.
Por otro lado se encuentra Francisco Lacueva, quien refutando a Tomas de Aquino (que favorecía el postulado anselmita), dice: "hacer la culpabilidad del pecado tan infinita como la satisfacción de Cristo en la Cruz es, en primer lugar, psicológicamente falso, porque la voluntad humana es limitada en la producción de cualquiera de sus actos; y segundo lugar, porque la palabra de Dios dice que cuando el pecado abundo, sobreabundo la gracia (Rom. 5:20-21)".[20] Todo eso indica que el planteamiento anselmita y justicialista que presenta Tertuliano, dejan la gracia y perdón de Dios fuera. Sin embargo, se debe considerar la necesidad de una explicación que satisfaga de forma correcta las tantas referencias que aparecen en la Biblia, que van en dirección de un pago por el pecado humano. ¿Si la salvación es por un acto de pura gracia de Dios, porque tiene que morir Cristo?
Lo que pensaban los Reformadores
En el caso de los reformadores, se puede apreciar la existencia de varios puntos en común. Tales como: la sola gracia, la sola fe, la sola Escritura y solo Cristo. Sin embargo, también se destaca cierta diferencia al momento en que cada reformador explica su concepción en algunos de estos elementos comunes. Para Lutero, todo debe comenzar con fe; mientras que para Calvino, la gracia debe ser primero. Para Calvino, la gracia de Dios no puede ser repelida por el ser humano; mientras que para Arminio, el ser humano tiene la libertad de aceptar o no, esa gracia. Para Calvino, la salvación descansa en la sola voluntad de Dios, quien decide quien se salva y por ende quien se condena; mientras que Arminio entiende que Dios conoce los que se van salvar y los que se van condenar por su calidad de omnisciente, pero no por determinación, es el mismo ser humano que escoge la salvación o la condenación.
El Orden de la Salvación
Es interesante señalar en esta parte, que partiendo de las distintas tradiciones reformistas, en la actualidad se encuentran diferentes órdenes en el proceso de la salvación.
Ejemplos de algunos ordenes de la salvación:
– para los Reformados,
a. Decreto de Dios en la pre-elección.
b. El Espíritu Santo trae la fe justificante.
c. El arrepentimiento transformante.
d. La perseverancia del creyente.
e. La glorificación.
En esta concepción el ser humano es incapaz de aportar por si mismo ninguna contribución, se limita a extender la mano de la fe y recibir el don de Cristo que es salvación y vida eterna.
Otra modalidad de los reformados:
a- El llamado del Evangelio:
El Padre determinó que el camino normativo de la salvación debería ser a través de Su Palabra. La Biblia coloca un énfasis muy grande sobre la lectura y predicación de Su Palabra, así como la transmisión de ese evangelio a todas las personas. Este llamado general del Evangelio, contiene la supremacía de Dios, su ira contra el pecado, y la promesa de salvación a través de su Hijo, exhorta al ser humano caído a arrepentirse en sus pecados y creer en la redención de Cristo Jesús. (Referencias bíblicas. Is. 55:7; Mt. 28:19-20; Rom. 10:14, 17; 2 Tim. 1:9-10; 3:15)
b- Regeneración:
El llamado general del Evangelio es hecho eficaz cuando el Espíritu Santo hace que la Palabra de Dios sea entendida, apreciada y creída en el corazón del individuo. Por causa de la naturaleza caída y pecaminosa del hombre, él está en enemistad contra Dios y rehúsa reconocer la veracidad del Evangelio. Dios envía a su Espíritu a sus elegidos para cambiar esa rebelión espiritual, regenerando, renovando y transformando la condición interna de una depravada hacia una de amor por el Señor. En realidad, estos corazones y naturalezas fueron nacidos de nuevo, y sus ojos y oídos fueron abiertos para ver las gloriosas verdades de la salvación de Dios. (Referencias bíblicas. Ez. 36:26-27, Mt. 16:17, 1 Cor. 2:12-14; 2 Cor. 3:3, 6; 2 Tes. 2:13-14; Tit. 3:5)
c- Conversión:
El corazón regenerado que oye el evangelio es confrontado con la culpa de su condición pecaminosa y la certeza de un juicio justo contra él. Desesperándose por causa de su estado, él ve su única esperanza de escape a través de Cristo y confía en la promesa de salvación y también se arrepiente de sus pecados. Por la fe él se reconoce como un pecador necesitado de gracia, e implora a Dios por su poder y amor para salvarlo a través de la sangre y la justicia de Cristo. A través del arrepentimiento el ser humano rechaza su pecaminosidad y se vuelve a Dios como la única fuente de justicia y bondad, esforzándose para vivir en obediencia a Él. Aquellos que se arrepienten y creen son convertidos de seguidores de Satanás a seguidores de Dios. (Referencias bíblicas. Isaías 55:11, Oseas 14:2, 4, Hechos 17:30-31; 20:21, Romanos 1:17, Efesios. 1:17-18, 2:8)
d- Justificación:
La promesa del Evangelio es que aquellos que confían en el Señor serán salvos. El perdón de los pecados del pueblo de Dios, y la justificación permite al pecador estar en la presencia de un Dios Santo, viene de la perfecta obediencia y del sacrificio expiatorio de Cristo. Como un sustituto para el elegido, dos cosas acontecen:
1. Cristo obtiene su salvación y su estar delante de Dios, por cumplir la ley de Dios y el pacto en lugar de él, y
2. El carga el castigo por sus pecados. Como Cristo cumplió esta tarea, Dios promete que aquellos que confían en Él tendrán la justicia de Cristo imputada (o dada) a ellos, así como sus pecados serán imputados a Cristo.
Así, como un santo juez, Dios legalmente declara que su pueblo es "justo" o "sin culpa". El pecador es justificado delante del Señor cuando, en fe, Él descansa no sobre su propia bondad y/o buenas obras, más sobre la magnífica obra del Hijo de Dios. (Referencias bíblicas. Jer. 23:6, Rom. 3:24-26; 4:5-8; 5:17-19; Gál. 2:16)
e- Adopción:
La gracia de Dios convierte a los pecadores, de ser siervos de Satanás en siervos de Cristo, más aún, Dios promete más que eso. El manifiesta su amor paternal para con los pecadores perdidos adoptándolos como sus propios hijos. A través de la adopción, Él les da todos los derechos, privilegios y protección, como perteneciendo a su familia y teniendo su nombre. Ellos se vuelven hijos e hijas adoptivos del Padre, y hermanos, hermanas, y coherederos con Cristo. (Referencias bíblicas. Sal. 103:13; Jn. 1:12; Rom. 8:15-17; Gál. 4:5-7; Ef. 1:5)
f- Santificación:
El próximo paso en este proceso de salvación es la obra purificadora del Espíritu Santo, en el andar diario del creyente. Los elegidos, no solamente, son presentados como inocentes a través de la imputación de la justicia de Cristo, si no que ellos también se desarrollan espiritualmente en la justicia por la palabra y por el Espíritu. Como el Espíritu habita en el creyente, Él opera en ellos el crecer en la gracia y en el conocimiento, y produce en ellos frutos y buenas obras espirituales. Los creyentes son especialmente santificados cuando son envueltos en una iglesia donde la Biblia es enseñada y los sacramentos son ministrados. Sin embargo nadie se puede tornar perfecto en esta vida, y aunque esta santificación puede ser una obra muy larga y demorosa, los elegidos son fortalecidos eficazmente para que ellos perseveren en la santidad. (Referencias bíblicas: 2 Cor. 7:1; Ef. 2:10; 5:26; 2 Tes. 2:13; He. 13:20-21)
g- Glorificación:
Cuando un creyente muere, su alma va a la presencia de Dios mientras él espera por la resurrección y redención de su cuerpo físico, allí es confortado y contempla la gloria de Dios. La realización final de la salvación acontecerá cuando Cristo vuelva, reúna a su pueblo, y lo glorifique junto a Él. Cuando la nueva Jerusalén sea establecida, que es comúnmente una referencia al cielo, la Biblia promete que la maldición del pecado no existirá más, y que los elegidos habitarán en el cielo con el Señor en perfecta paz, amor y alegría. (Referencias bíblicas: Ecl. 12:7; Jn. 5:28-29; Hech. 24:15; Rom. 8:30; 1 Cor. 15; 2 Cor. 5:1, 6, 8; Fil. 1:23)
–para los Arminio Wesleyanos
a- Gracia preveniente,
Esta es recibida desde el nacimiento (el regalo de Dios para todo ser humano). La G. P. es la presencia y obra del Espíritu Santo en el ser humano. Es la G. P. que atrae o "llama" al ser humano a Dios, despertando el alma humana a la necesidad de Dios. Esa gracia, como cualquier otra gracia, puede ser resistida. Pero si se le permite hacer su obra, la G. P. y la presencia del Espíritu Santo traerán a los individuos a un momento de "despertar".
b- Arrepentimiento,
El despertar esta cercanamente conectado al arrepentimiento, al punto que se hace difícil distinguir cuando termina uno y comienza el otro. El arrepentimiento se deja ver cuando el ser humano llora por el hecho de haber cometido pecado, aun sin tener una relación correcta con Dios, pero si el deseo profundo de tenerla. El arrepentimiento implica un modificar el camino de cada individuo y un verdadero abandono del pecado.
c- Fe
El ser humano es justificado solo por la fe. La justificación es un regalo de Dios, así como la fe. Para los wesleyanos esa tiene dos funciones básicas, a saber una función "Terapéutica y otra Santificadora" en la salvación. En este sentido se alejan del énfasis occidental y del énfasis Reformado.
d- Testimonio del Espíritu,
También llamado la "Doctrina de la Seguridad". La presencia del Espíritu Santo en la vida del ser humano le da seguridad de que es salvo, por ende experimenta gozo, paz y certeza de salvación. Aun que también es posible perder la seguridad sin perder la salvación.
e- La Salvación en sus diferentes "momentos",
Concomitantes de la salvación, tienen lugar los diferentes "momentos".
La Justificación, la Regeneración, la Adopción, la Redención, la Reconciliación y la Santificación Inicial.
Perspectiva bíblica de la Salvación.
Es interesante observar la manera en que la Biblia presenta el tema de la salvación.
2.9, 1 En el Antiguo Testamento.
En el AT se desarrolla todo un sistema, muy complejo por cierto, que apuntaba a algo mucho más simple en el futuro. El primer vestigio que señalaba a una restauración al estado original del ser humano, se encuentra en el libro de Gn. 3:15, que dice: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar." (RV60). Esta referencia hace alusión a una lucha entre la serpiente y la descendencia de la mujer, la serpiente golpearía el talón (calcañar) del descendiente de la mujer; mientras que el descendiente de la mujer golpearía a la serpiente en la cabeza.
La simiente de la mujer, es una clara inferencia al Mesías (Cristo), que abría de venir. Dicho Mesías, entraría al mundo a través de una mujer, ya que por una mujer entró el pecado. Dios usaría el mismo canal (la mujer) para restaurar lo que se había perdido. Según este pasaje bíblico, la salvación presuponía una lucha entre la serpiente (Satanás) (Ap. 12:9) y la simiente de la mujer (Cristo), siendo la simiente de la mujer quien resultara vencedora en dicha lucha. Partiendo desde esta perspectiva, sería razonable el enfoque de "Cristo como campeón", planteado por Ireneo en el segundo siglo.
Pero mientras esto ocurriera, ¿Qué pasaría con el ser humano? ¿Cómo sería salvo el ser humano? El AT presenta un sistema sacrificial, que hace su aparición con la ofrenda de Abel (Gn. 4:4) y el sacrificio hecho por Noé, después del diluvio (Gn. 8:20-21). Es a partir de la salida de Egipto, cuando se establece de forma definitiva, este sistema de sacrificios que prefiguraba, en todos sus componentes, al Mesías que vendría. El libro de Levítico, es el manual instructivo de ese sistema de sacrificios. Un estudio detenido de los distintos tipos de sacrificios, arribaría a la conclusión de un pago o contribución, de parte de cada individuo o de parte del pueblo, que había cometido pecado y necesitaba ser perdonado. Existía un sacrificio prácticamente para todas faltas que se pudieran cometer; aunque habían sacrificios especiales, que se hacían en celebraciones especiales, tales como en la fiesta de la Pascua (Lv. 23:5-8), en la fiesta de los Tabernáculos (Lv. 23:34-36), en la fiesta de la Dedicación (Jn. 10:22), y en la fiesta de la Expiación (Lv. 23:27-30), entre otras (llamadas santas convocaciones), cada día se hacían sacrificios (Jeremías 33:18), uno en horas de la mañana (2 Rey. 3:20) y otro en horas de la tarde (Dn. 9:21), y el último día de la semana (el Sabah) era declarado día de reposo (Lv. 23:3).
Como se puede observar en lo todo lo dicho en el párrafo anterior, la salvación del ser humano en el AT, resultaba un tanto complicada. Pues cada pecado cometido por cada individuo en particular, demandaba un sacrificio. De la misma forma, cada año el Sumo Sacerdote, debía ofrecer sacrificios, por él y luego por el pueblo, en el día de la expiación. Esto era así, por que dichos sacrificios no eran perfectos, ni quienes los ofrecían tan poco eran perfectos. Todo esto no era más que sombra, de lo que abría de venir.
2.9, 2 En el Nuevo Testamento.
El NT, presenta una melodía un tanto diferente a la del AT. El evangelista Juan dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Jn. 3:16); si se observa este pasaje con detenimiento, se podrá apreciar que implica un sacrificio superior, a los del AT. Solo basta con creer en el Hijo (o seas, en Jesús de Nazaret) para tener vida eterna. Según este texto de Juan, en la salvación del ser humano intervienen tres elementos que interaccionan, a saber: (1) El Padre (representado por término Dios), su acción es amar y dar; (2) El Hijo, su acción es la de ser sacrificado; y (3) El ser humano, cuya acción creer.
Es interesante ver, que el contexto que sigue a este texto de Juan 3:16, implica que el Hijo, también, es motivo de condenación si el ser humano decide no creer en él (Jn. 3:18). En conclusión, Juan postula que la salvación ha sido dada, en un acto de puro amor, para todo ser humano, pero éste (el ser humano) es quien finalmente decide si desea salvarse o condenarse, creyendo o dejando de creer a la acción sacrificial del Hijo, Jesús de Nazaret.
Otro que se expresa en término de creer, como acción que debe salir desde el ser humano, para la salvación, es el apóstol Pablo. Hablando a los Romanos dice: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado." (Rom. 10:9-11). Como se puede ver, en este texto de Romanos, también se enfatiza, que el ser humano debe creer en la obra realizada por Jesús de Nazaret, si quiere ser salvo; claro que aquí se resalta la resurrección. El apóstol Pablo acompaña, la acción de creer con la acción de confesar, como requisitos para la salvación. Para el apóstol Pablo, la obra de Cristo en el calvario es suficiente y única vía de salvación (Rom. 5:6-10; 1 Tim. 2:5).
El escritor de la epístola de Hebreos, resalta la obra de Cristo como Sacerdote y como víctima sacrificial. En el capítulo 5:1-10, dice: "Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo. Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: "Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy". Como también dice en otro lugar: "Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec". Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec."
Este pasaje de Hebreos, se introduce con una breve descripción de las características y funciones de lo que era un sumo sacerdote. El sumo sacerdote, no se auto nombraba como tal, sino que era llamado por Dios para tal posición. La función principal del sumo sacerdote, era ofrecer ofrendas y sacrificios delante de Dios, por los pecados; esto debía ser hecho en una actitud de paciencia, a favor de los "ignorantes y extraviados", puesto que él mismo era tan pecador como los demás seres humanos. Por ende, debía comenzar presentando sacrificios por sus propios pecados y luego los pecados del pueblo. El autor de esta epístola, hace una transición de las características y funciones del sumo sacerdote, a las características y obras efectuadas por Cristo, señalando, afirmando y demostrando que Cristo era sumo sacerdote, según el orden de Melquisedec. Dice que Cristo aprendió, por los padecimientos, la obediencia; lo que lo faculta como autor de la eterna salvación, y la ofrece a los que le obedecen. Este escritor, vuelve a ratificar lo planteado, en el capítulo 7. En este capítulo 7, se presenta la superioridad del sacerdocio de Cristo con respeto a los sacerdotes de la línea aarónica. La diferencia radica, en el hecho de que los sacerdotes de la línea aarónica, no eran eternos por lo que se rompía su función sacerdotal; en cambio, Cristo sí es eterno lo que garantiza la continuidad de su sacerdocio. Otra diferencia es que los sacerdotes aarónicos, tenían que ofrecer sacrificios por ellos mismo, por cuanto eran pecadores, y tenían que valerse de sangre de animales inocentes; en cambio, Cristo no había cometido pecado, y a su vez se presenta a sí mismo como sacrificio perfecto. Estas diferencias, hacían del sacerdocio de Cristo un sacerdocio superior, al sacerdocio de la línea aarónica.
En conclusión, según la perspectiva que presenta la Biblia, sobre la salvación del ser humano, tanto en el AT como en el NT, implica tres elementos básicos.
(1) La disposición e intención de perdonar, que debe existir en la Deidad;
(2) El medio que haga posible el acceso, ha dicho perdón. y
(3) La disposición e intención de ser perdonado, que debe existir en el ser humano.
En el AT, por orden de Dios, se establece un sistema de sacrificios continuos para que a través de él, todo el que necesitara perdón lo obtuviera, sometiéndose a las estipulaciones requeridas. En esto se puede ver expresada la disposición e intención que existía, en Dios de perdonar y salvar, al ser humano. Los sacrificios, eran el medio de acceso al perdón dispuesto por Dios para todos los que desearan ser salvo. El NT habla de un nuevo pacto (Heb. 7:22), este nuevo pacto tiene como base, el amor; pero el amor de Dios hacia el ser humano, amor que se desprende de lo más valioso de Dios, se da a sí mismo como medio de acceso para la salvación del ser humano. El acto de amar y dar, de Dios (Jn. 3:16), representa el primer elemento. Cristo, como sumo sacerdote y víctima, a la vez, representa al segundo elemento (Heb. 5:5-10). Solo le resta al ser humano, desear y disponerse a ser salvo; lo que le implicaría el tener que cumplir con los los requisitos establecidos, a saber: creer en el Hijo de Dios (Jn. 3:16; Rom. 10:9); confesar el señorío Jesús (Rom. 10:9-10); y obedecer a Cristo (Heb. 5:9).
Partiendo de lo antes dicho, se puede decir que la salvación es una disposición de Dios para todo ser humano. Pero que el obtenerla está solo en la discreción y deseo de los seres humanos, de si quieren o no ser salvos. Dios está dispuesto y quiere la salvación de todos los seres humanos, por lo que, ha creado los medios para que los seres humanos puedan obtenerla, si lo desean. Esos medios son: el sistema de sacrificios, en el AT; y a Cristo en el NT.
Breve descripción de diferentes enfoques planteados
2.10, 1 La teoría del Rescate.
Durante los inicios de la edad media, surgieron muchas interrogantes acerca de la obra realizada por Jesucristo en la cruz. Se debe recordar que el tema que dominó el último siglo de hegemonía del Imperio romano, lo fue el de la cristología. Se había llegado a dos conclusiones con respecto a la persona de Jesucristo, a saber: (1) Jesucristo es Dios, como contra parte del arrianismo que que postulaba lo opuesto (Concilio Niceno 325 d. C); y (2) Jesucristo era poseedor de dos naturalezas fusionadas en una sola persona (Concilio de Calcedonia 451 d. C.). Por un lado, se genera la pregunta ¿Dios puede morir? Si Jesucristo es Dios, al igual que el Padre, es entonces imposible que muriera, ya que Dios no puede morir. De este tipo de reflexión, surgieron varios planteamientos en aras de dar una explicación razonable al hecho de la muerte de Jesucristo. Uno de esos planteamientos se desprendió del gnosticismo, con base en dualismo griego; para estos Jesús era un individuo y Cristo era otro. Eran dos personas distintas, Jesús era totalmente humano y Cristo era totalmente divino, pero que habitaba en el hombre Jesús; en tal sentido el que murió entonces fue Jesús y no Cristo, ya al momento de la muerte sale del hombre Jesús. Por el otro lado, resultaría muy complicado explicar lo de las dos personas, además de que se perdía la esencia del cristianismo. Cristo y Jesús eran la misma persona, solo que con dos naturalezas, divina y humana. Resuelto este problema con relación a la persona de Jesucristo, se hacía necesario ahora dar una explicación fehaciente al porque de su muerte. Es en este contexto que nace la teoría del rescate. Según lo plantea Felipe Rincón, la base de esta teoría se encuentra en los pasajes bíblicos de Marcos. 10:45; y 2 Corintios 5:14-15, en donde se presenta que la muerte de Jesucristo fue un verdadero sacrificio, un precio pagado para rescatar a la humanidad (Rincón, F. 2008).
Ahora bien, si es un pago rescatante ¿A quién se le pagó? ¿Por qué fue necesario tal pago? El primero en tratar de dar respuesta a esta pregunta fue Gregorio de Nisa (335-395). Para quien el pago fue realizado a Satanás; según Gregorio, Satanás, cual pez glotón se trago la carnada sin percatarse que la divinidad (cual anzuelo) estaba escondida en la carne.
2.10, 2 La teoría de la Satisfacción.
Esta no es más que otra modalidad de la anterior (del rescate). Dado lo incoherente que resultaba, para la iglesia, el planteamiento de Gregorio Niceno; que presenta a Dios como un engañador (algo inconcebible dado la naturaleza misma de Dios), puesto que escondió la divinidad en la humanidad. Siendo así, el pago fue un verdadero engaño, Satanás recibe un pago falso, que pierde tan pronto como Jesucristo resucita. Por otro lado, Dios era hecho deudor de Satanás. ¿Qué puede deberle Dios a Satanás?
Es así como se plantea que el pago es realizado a Dios y no a Satanás, como se había planteado. Como se deja ver en otra parte de este mismo capítulo, es Anselmo de Canterbury (1033-1109) el postulante de este concepto. Para Anselmo, la deuda era del ser humano hacia Dios; el ser humano, al desobedecer el mandato de Dios se convierte en deudor del honor de Dios, y las deudas de honor solo con la muerte se pagaban. ¿Pero si el ser humano es un ser mortal y finito, podrá pagar satisfactoriamente con su muerte a Dios que un ser infinito e inmortal? Partiendo de esta premisa, es que Anselmo justifica la encarnación o humanación de Dios en la persona de Jesucristo. Para Anselmo, solo un ser humano que a su vez fuera Dios, sería capaz pagar de forma satisfactoria esa deuda de honor que tenía el ser humano con Dios. Cristo con su dos naturaleza, divina y humana, cumplía con tales exigencias. Por su naturaleza humana se hacía el representante adecuado del ser humano, mientras que con su naturaleza divina era igual a Dios, por lo que su pago tenía valor infinito en los términos de Dios.
2.10, 3 La teoría de la Influencia Moral.
Esta es postulada por Pedro Abelardo (1070-1142), quien al igual que Anselmo, descalificó lo del pago a Satanás. En su libro Sic et Non (Si o No), Abelardo afirma "la muerte de Cristo no fue ofrecida a Satanás como un rescate por la humanidad. El rescate se pagó a Dios, no a Satanás". Sin embargo, Abelardo también se aleja de Anselmo al momento de explicar los detalles de dicho pago. ¿Cómo puede Dios exigir la muerte de un inocente, mucho menos la de su propio Hijo? ¿Cómo podía Dios reconciliarse con mundo a través de tal muerte? Abelardo veía la cruz de Cristo, más bien como un ejemplo supremo del amor de Dios hacia el ser humano, el cual despierta en cada individuo, una respuesta de amor. En tal sentido "la teoría de la influencia moral" encuentra su valor salvífico, en el efecto que provoca la muerte de Jesucristo en cada ser humano, que es llevado a responder con amor, y se arrepiente.
2.10, 4 La teoría del Ejemplo Perfecto.
Esta teoría presenta a Cristo y su muerte como el paradigma perfecto. Quien plantea esta postura, es el italiano Lelio Sozzini (1525-62), conocido también como Socino. De acuerdo a Sozzini, Jesús no murió por la satisfacción del pecado; su papel fue el de inspirar a los discípulos a seguir su ejemplo, pero solamente los que perseveraban en obediencia eran levantados de entre los muertos. Cabe destacar que este punto de vista tuvo una gran aceptación en Polonia y Hungría, así como en muchos que estaban afligidos por la amarga guerra teológica, y que buscaban un cristianismo más tolerante y menos complejo en el orden bíblico. Su influencia se mantuvo en progresión hasta la aparición de nuevos enfoques, con perspectivas más históricas y más critica al momento de estudiar las Escrituras, en el siglo XVIII.
2.10, 5 La teoría Rectoral o Gubernamental.
Esta teoría se alimenta del sistema judicial, oriental. En sistema forense, oriental, cualquier condenado podía ser sustituido al momento de ser aplicado el castigo, por la falta cometida. El sustituto inocente satisfacía adecuadamente dicho sistema punitivo. Es en este sentido como era vista la muerte de Cristo. El ser humano, en sentido general, era culpable por haber pecado, el sistema punitivo demandaba la muerte como castigo. Cristo, siendo inocente, se ofrece a morir en lugar del ser humano, en calidad de sustituto.
El primero en expresarse en estos términos, fue el jurista holandés, Hugo Grocio (1583-1645), que además era publicista, estadista y teólogo. Grocio, en ataque directo a lo planteado por Socino, desarrolla "la teoría gubernamental o rectoral". Para Grocio, la muerte de Cristo ilustra el castigo que el pecado puede atraer y por lo tanto sirve para el buen gobierno, actuando como factor disuasivo. También hace un contraste con la misericordia mostrada mediante el perdón de Dios para los pecadores, trayendo consigo las profundidades de esa misericordia para la humanidad.
Cabe señalar, que este punto de vista encuentro un profundo eco en el sistema sacrificial desarrollado en el AT; especialmente en las víctimas inocentes que se ofrecían constantemente.
2.10, 6 La teoría de la Expiación Vital.
Según este punto de vista, la muerte de Jesucristo fue un acto que libera al ser humano de la dominación de la ley, del pecado, y de la muerte; a la vez que causa arrepentimiento y pesar piadoso; lo que coloca al ser humano en un estado perdonable ante Dios.
Esta forma de pensar se le debe al teólogo protestante Clarence H. Hewitt (1946 ¿?). Para quien la obra de Jesucristo en la cruz, no pagaba ninguna multa legal (Rincón, F. 2008).
2.10, 7 La teoría de la Redención por la Comunidad Cristiana.
Desde este punto de vista, se pretende hacer entender a cada ser humano, que está ligado a los demás seres humanos, por lo que se debe abandonar todo egoísmo, y mostrar una actitud de solidaridad y afecto con la raza humana, que está siendo asolada por el pecado. En este particular, es la iglesia la comunidad preparada y llamada para vivir en servicio especial por el bien de otros.
Este enfoque de la salvación, fue desarrollado, por el teólogo católico, Boniface A. Willems (1970 ¿?). (Rincón, F. 2008)
2.10, 8 La teoría del Chivo Expiatorio.
En esta forma de pensamiento se rechaza la idea, de que Dios exija el ojo por ojo y diente por diente. La muerte de Jesucristo es considerada, como una manera de purificación (catarsis) que le permite al ser humano desahogarse y liberarse de todas sus tendencias violentas, propias del ser humano.
Este planteamiento fue expuesto por el teólogo católico, Raymund Schwager (1978 ¿?). (Rincón, F. 2008)
2.10, 9 La teoría de la Redención Sociopolítica.
La salvación, no se limita solo al perdón de los pecados humanos, sino que ésta también debe afectar al poder político, opresor de los pobres. En tal sentido la muerte de Jesucristo, revela a un Dios que está interesado en la sanación de todos los aspectos de la vida del ser humano.
En estos se expreso el teólogo bautista, Thorwald Lorenzen (1985 ¿?). (Rincón, F. 2008).
Capítulo 3:
Dinámica de las expectativas
Metas y objetivos de la Investigación
3.1, 1 Meta General
Determinar el papel que jugaron los distintos enfoques de la doctrina de la salvación en el éxito o fracaso del protestantismo en la República dominicana en las tres últimas décadas.
3.1, 2 Objetivos específicos
1- Describir la doctrina de la salvación y su importancia en la praxis de los grupos y organizaciones protestantes.
2- Analizar cómo influye la doctrina de la salvación en el fortalecimiento o debilitación del protestantismo en la República Dominicana.
3- Explicar cuál es el orden de la salvación, según los distintos enfoques que surgen del protestantismo.
4- Evaluar y comparar los distintos enfoques de la doctrina de la salvación en la República Dominicana.
5- Identificar los elementos comunes y discrepantes en los distintos enfoques de la doctrina de la salvación en la República Dominicana.
6- Sugerir elementos que contribuyan a la unificación de criterios de los distintos enfoques de la doctrina de la salvación en la República Dominicana.
Metodología
3.2, 1 Métodos:
En este estudio fueron utilizados los métodos siguientes:
a) Método Inductivo: Después de observar los fenómenos particulares en cuanto al desarrollo de la doctrina de la salvación en RD., se llegan a conclusiones generales que pueden ser aplicadas en toda la iglesia dominicana y latinoamericana.
b) Método deductivo: De la observación general del desarrollo de la doctrina de la salvación en RD., se señalan verdades particulares.
c) Método de Análisis: Se analizaron las informaciones recogidas en el campo de observación y los cuestionarios. Y además se analizaron los conceptos y planteamientos teóricos de la doctrina de salvación.
d) Método Histórico: se emplearon textos claves en el desarrollo histórico de la doctrina de la salvación y se compararon con otros más recientes.
3.2, 2 Técnicas de investigación
Se utilizó la comparación, porque se compararon los datos suministrados por las diferentes organizaciones observadas, que presentan la realidad de esas organizaciones durante las últimas tres décadas, con el propósito de establecer la incidencia que han tenido los distintos enfoques de la doctrina de la salvación en la vida practica de cada una de las organizaciones objeto de estudio.
La técnica del cuestionario se les aplicó a los principales líderes de las organizaciones objetos de estudio.
Se empleo la técnica de encuesta, con la elaboración de una ficha conteniendo las principales interrogantes con relación a la doctrina de la salvación, que fueron dirigidas a pastores y líderes comunes de las organizaciones objeto de estudio.
Se utilizó la técnica bibliográfica, porque fueron consultados para los fines de esta investigación, textos, artículos, revistas, folletos y otros documentos, sobre la doctrina de la salvación.
Se usó la técnica de observación, pues se levantaron informaciones mediante la observación del desarrollo de la doctrina de la salvación en las organizaciones seleccionadas en esta investigación, en la RD.
3.2, 3 Procedimientos
En la realización de este trabajo, lo primero que se hizo fue determinar cuáles elementos eran necesarios para la ejecución de esta investigación. De esto sale la necesidad de consultar una buena bibliografía, las visitas directas a las instituciones eclesiásticas y el conocer la opinión de algunos líderes eclesiales.
Una vez escogida la zona de trabajo, se confecciono una ficha de recolección de datos que contiene todos los elementos a observar y un cuestionario que fue repartido a algunos líderes de las instituciones eclesiásticas observadas para conocer la opinión, al respeto.
3.2, 4 Instrumentos
Para la observación del objeto de esta investigación se confeccionó una ficha de observación, que contiene todos los elementos a observar. Y un cuestionario que fue llenado por algunos líderes de las organizaciones observadas para determinar la relación entre las observaciones y las respuestas de los líderes.
3.2, 5 Tipos de investigación
a) Exploratoria: Se utiliza en este trabajo. Pues se obtuvieron informaciones de la realidad, es decir, mediante la revisión de textos y de otros trabajos ya realizados, también mediante la observación en el objeto de la Investigación y de la información suministrada por los líderes mediante el cuestionario presentado.
b) Descriptiva: Se utiliza en este trabajo. Pues en él se miden diferentes aspectos del fenómeno de de la Doctrina de la Salvación y se presentan en tablas y gráficos estadísticos.
c) Explicativa: Se utiliza en este trabajo. Pues se presentan las posibles causas que hicieron posible el desarrollo de la doctrina de la salvación y su incidencia en las Organizaciones observadas.
d) Correlacionar: Se utiliza en este trabajo. Pues se presenta el saber de los diferentes enfoques de la doctrina de la salvación en relación con la praxis cristiana de las organizaciones observadas.
Capítulo 4:
Resumen de los resultados
Descripción de los Cuadros Estadísticos
Como trabajo de campo en esta Investigación, fueron visitadas y observadas tres (3) organizaciones diferentes que están establecidas en el país (República Dominicana). Esas Organizaciones fueron entrevistadas en sus oficinas nacionales. Dichas entrevistas se realizaron en el período de tiempo comprendido entre los meses julio-noviembre del año 2011. Los líderes de las tres organizaciones, llenaron un cuestionario con relación a la Doctrina de la Salvación y su influencia en la praxis cristiana. Y como resultado se encuentran las tablas y gráficos que se presentan más adelante.
Esas tres organizaciones son:
1) Convención Bautista Dominicana
Avenida 27 de febrero ?424, casi esquina Núñez Cáceres, Santo Domingo DN. Teléfono 809 566-8760.
Fundada legalmente, según sus Estatutos Orgánico, el día 19 del mes de enero del año 2005. Con una membresía, para el año 2009, de 7500 miembros activos, aproximadamente.[21]
2) Alianza Bíblica Cristiana.
Ubicada en la c/Sánchez # 134, San Pedro de Macorís, Provincia San Pedro Macorís. Teléfono 809 246-9418. Esta organización cuenta con una población aproximada de 3000 miembros. Su presencia en el país se remonta al 1951 con la renta de su primer local en la ciudad de San Pedro Macorís.[22]
3) Iglesia de Dios Misionera Pentecostal.
Esta organización nace en la República Dominicana, el día 24 de marzo de 1981, Por el decreto del Poder Ejecutivo No. 2329, articulo 6 del título 2 de la constitución.[23] Con una población aproximada de 15,000 miembros en todo el territorio nacional. Sus oficinas nacionales están ubicada en la C/Victoriano Pepen #91 en ciudad de Higuey, Provincia la Altagracia, teléfono 809 554- 5476.
Gráficos de Resultados
Resultados de las entrevistas directas a los principales líderes de las tres Organizaciones.
FICHA Y CUESTIONARIO DE ENTREVISTAS
Tabla #1: ¿Qué entiende por Salvación?
Indicadores | Frecuencia | Por ciento (%) |
Acto Libre de Dios. | 23 | 65.71 |
Acto Libre del ser humano. | 7 | 20 |
Acto de negociación entre Dios y ser humano. | 1 | 2.85 |
Otros | 4 | 11.43 |
Fuente: | 35 | 100 |
De las 35 personas que fueron entrevistadas, de las tres organizaciones observadas, 23 creen que la salvación es un acto libre de Dios, para un 65.71%; siete personas consideran que es un acto libre del ser humano, para 20%; una persona entiende que es un acto donde Dios y ser humano entran en negociaciones, para un 2.86%; y finalmente, 4 personas les atribuyen a otros aspectos a la salvación, para un 11.43%.
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