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Perfil ideal del político cristiano (página 2)

Enviado por JUAN TEVES CAMARGO


Partes: 1, 2, 3

Uno de los primeros obstáculos insalvables con que tropieza el investigador, al hacer su proyecto de investigación, es la necesidad del marco teórico, definiendo el mismo, como aquella teoría básica doctrina o filosofía que orienta nuestro trabajo científico, ya sea a nivel de la elaboración del proyecto de investigación.

La presente investigación nos muestra una alternativa, la creación de centro de capacitación e investigación para la participación de los políticos cristianos en el país, para poder mejorar la calidad de vida de las personas en una nación por eso es que la investigación se orienta a través del estudio de la concepción de pastores y de la Iglesia evangélicas cristianas , para de esta manera poder elaborar el perfil ideal que deben tener los políticos cristianos haciendo las correcciones necesarias incentivando la participación de los políticos cristianos en todo tipo de elecciones gubernamentales, mejorando la calidad de vida económica del país y la moral de sus habitantes.

1.2.3. Marco Conceptual

Política.- Es la participación de un ciudadano en el gobierno para lograr cumplir con los objetivos nacionales

País.- Es una nación donde se habla el mismo idioma y se tienen un propósito común

Gobierno.- Son las personas encargadas de lograr los objetivos nacionales y supervisarlos para que se cumplan

Cristianos.- Son todos aquellos que han aceptado a Jesucristo como único salvador

Iglesia.- Son el conjunto de cristianos que se unen con el propósito de tener una relación plena y comunión con Dios

Pastores.- Son aquellas personas que guía a la grey de la iglesia hacia el camino de la santidad

Concordato.- Acuerdo entre la santo sede y la república del perú.

Caos.- Cuando la gente se desvía de los principios divinos

Prójimo.- Persona que nos rodea

1.3. FINANALIDAD IMPORTANCIA Y OBJETIVO DE LA

INVESTIGACION

1.3.1. Finalidad e importancia de la Investigación.

1.3.1.2. Importancia

Esta investigación al lograr los objetivos propuestos tendrá su importancia y relevancia en la prosperidad económica mejorando la calidad de vida y la aplicación de los principios morales no solo de los gobernantes sino de toda la nación.

Por cuanto incrementaremos el saber de la ciencia en materia política económica, moral al señalar cuales fueron los errores cometidos en los gobiernos pasados, los pastores y la Iglesia cristiana evangélica hasta el año 2000 y como influyeron en la economía del país, el diseño del perfil ideal de los políticos cristianos y la creación de centro de investigación y capacitación de los futuros políticos cristianos, con la finalidad de tener gobernantes con sólido carácter cristiano y principios morales por lo que tiende a mejorar la visión sobre la participación política de los cristianos evangélicos en la economía del país.

1.3.2. Objetivo General

DISEÑAR, EL PERFIL IDEAL QUE DEBE DE TENER LOS POLITICOS CRISTIANOS PARA LOGRAR LA FELICIDAD Y EL BIENESTAR ECONOMICO DE UNA NACION.

  • Objetivo Específico

  • Diseñar , El perfil de la capacitación teológica que debe tener los políticos cristianos para lograr la felicidad y el bienestar económico de una nación.

  • Diseñar. El perfil de la capacitación profesional que deben tener los políticos cristianos para lograr la felicidad y el bienestar económica de una nación.

  • Diseñar. El perfil del carácter que deben tener los políticos cristianos para lograr la felicidad y el bienestar económico de una nación.

1.4. FORMULACION DE HIPOTESIS

1.4.1. Hipótesis General.

LA APLICACIÓN DEL PERFIL IDEAL EN LOS POLITICOS GOBERNANTES LOGRA LA FELICIDAD Y EL BIENESTAR ECONOMICVO DE UNA NACION

1.4.2. Hipótesis Secundario:

1.4.2.1 La aplicación del perfil de la capacitación Teológica en

los políticos gobernantes logra la felicidad y el bienestar económico de una nación.

1.4.2.2. La aplicación del perfil de la capacitación profesional en los políticos gobernantes logra la felicidad y el bienestar económico.

1.4.2.3. La aplicación del perfil del carácter en los políticos gobernantes logra la felicidad y el bienestar económico de la nación.

1.5. VARIABLES

1.5.1. Identificación de variables en Hipótesis General

Variable independiente (P)

El perfil Ideal del político cristiano

Variable Dependiente (Q)

Felicidad y bienestar económica de una nación.

1.5.2. Identificación y Variables en Hipótesis Secundarias

1.5.2.1. Primera Hipótesis

Variable Independiente ( P)

P1 El perfil de la capacitación teológica

Variable Dependiente ( Q )

Q1 Logra la felicidad y bienestar económica de una nación.

1.5.2.2. Segunda Hipótesis

Variable Independiente (p)

P1 El perfil de la capacitación profesional

Variable Dependiente (Q)

Q1 Logra felicidad y bienestar económica de una nación.

1.5.2.3.Tercera Hipótesis

Variable Independiente (p)

P1 El perfil del carácter

Variable Dependiente (Q)

Q1 Logra la felicidad y bienestar económico de una nación

1.5.3. Operacionalización de Variables e Indicadores

1.5.3.1. Indicadores de las variables Independientes

P0 El perfil Ideal del político cristiano

  • Prosperidad económica

  • Inestabilidad económica

P1 El perfil de la capacitación teológica

  • Bastante

  • Poca

P2 El perfil de la capacitación profesional

– Eficaz

– Eficiente

P3 El perfil del carácter

  • Moralidad

  • Inmoralidad

1.5.3.2. Indicadores de las Variables Dependientes

Q Logra la felicidad y bienestar económica de una nación

  • Total

  • Parcial

Q1 Logra la felicidad y bienestar económica de una nación

  • Total

  • Parcial

Q2Logra la felicidad y bienestar económica de una nación

  • Total

  • Parcial

Q3 Logra la felicidad y bienestar económica de una nación

  • Total

  • Parcial

1.6. DESCRIPCION DEL METODO Y DISEÑO

1.6.1. Método

La investigación empleara básicamente el método

INDUCTIVO – DEDUCTIVA por cuanto se hace partiendo de aspectos particulares con la finalidad de llegar hasta la generalización de la conclusión, la forma operativa del método es el ANALITICO – SINTETICO, con la finalidad de aplicar las relaciones existentes entre las variables identificadas en esta investigación

1.6.2. Diseño de la Investigación

El diseño de la investigación, viene a estar conformado por el plan, estructura y estrategia de la labor estrictamente científica, es decir, por los aspectos mas importantes del estudio, como son: La metodología a servirse, las hipótesis a comprobarse los métodos y técnicas a emplearse, el cronograma a cumplirse, los recursos humanos y financieros necesarios.

El diseño específico, a emplearse en este proyecto es el DESCRIPTIVO – CORRELACIONAL, por que su objetivo es verificar si existe una relación determinada entre dos o más aspectos a través de una muestra, y que otras circunstancias se observan simultáneamente.

1.6.3. Tipo y Nivel de Investigación

Por función principal a cumplir en el desarrollo de la investigación, esta será de carácter EXPLORTIVA Y DESCRIPTIVA – EXPLICATIVA, por cuanto se esta examinando " La evaluación de la participacion politica de los cristinaos hasta el año 2000

1.7.UNIVERSO Y TECNICAS DE INVESTIGACION

1.7.1. Universo

1.7.1.1. Universo Físico

Esta investigación se ejecutará geográficamente en la ciudad de Lima.

1.7.1.2. Universo Social

La población materia del estudio se circunscribe a las siguientes unidades de observación, teniendo en cuenta sus conocimientos sobre el tema:

  • 03 Partidos Políticos

  • 05 Teólogos

  • 05 Políticos

  • 02 Economista

1.7.2. TECNICAS DE INVESTIGACIÓN

1.7.2.1.Técnica de recolección de Datos

Para esta investigación utilizaremos las técnicas más típicas que son aplicables en la investigación Teológica – Política – Económica

a)Entrevista

Se va ha realizar en forma verbal que tienen las mismas características de la población en estudio, como por ejemplo políticos, teólogos sociólogos, previamente se seleccionara las preguntas adecuadas.

b)Encuesta

Este instrumento se va ha elaborar en función al problema planteado, la hipótesis y las variables identificadas: para lo cual previamente se va ha formular el cuestionario de preguntas teniendo en cuenta en cuanto al tipo de población a afectos de recoger adecuadamente

esta información.

c) Análisis documentário

Se analizara todo tipo de información que se tenga los cuales nos van ha servir para formular y desarrollar nuestra investigación

Historia de la participación política del cristiano

2.1.1 En el antiguo testamento

2.1.1.1 Abraham

Capítulo 12

1

EMPERO Jehová había dicho á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, á la tierra que te mostraré;

2

Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición:

3

Y bendeciré á los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

4

Y fuése Abram, como Jehová le dijo; y fué con él Lot: y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.

5

Y tomó Abram á Sarai su mujer, y á Lot hijo de su hermano, y toda su hacienda que habían ganado, y las almas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir á tierra de Canaán; y á tierra de Canaán llegaron.

6

Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el Cananeo estaba entonces en la tierra.

7

Y apareció Jehová á Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar á Jehová, que le había aparecido.

8

Y pasóse de allí á un monte al oriente de Bethel, y tendió su tienda, teniendo á Bethel al occidente y Hai al oriente: y edificó allí altar á Jehová é invocó el nombre de Jehová.

9

Y movió Abram de allí, caminando y yendo hacia el Mediodía.

10

Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram á Egipto para peregrinar allá; porque era grande el hambre en la tierra.

11

Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo á Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer hermosa de vista;

12

Y será que cuando te habrán visto los Egipcios, dirán: Su mujer es: y me matarán á mí, y á ti te reservarán la vida.

13

Ahora pues, di que eres mi hermana, para que yo haya bien por causa tuya, y viva mi alma por amor de ti.

14

Y aconteció que, como entró Abram en Egipto, los Egipcios vieron la mujer que era hermosa en gran manera.

15

Viéronla también los príncipes de Faraón, y se la alabaron; y fué llevada la mujer á casa de Faraón:

16

E hizo bien á Abram por causa de ella; y tuvo ovejas, y vacas, y asnos, y siervos, y criadas, y asnas y camellos.

17

Mas Jehová hirió á Faraón y á su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

18

Entonces Faraón llamó á Abram y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?

19

¿Por qué dijiste: Es mi hermana? poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora pues, he aquí tu mujer, tómala y vete.

20

Entonces Faraón dió orden á sus gentes acerca de Abram; y le acompañaron, y á su mujer con todo lo que tenía.

Capítulo 13

1

SUBIO, pues, Abram de Egipto hacia el Mediodía, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.

2

Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y oro.

3

Y volvió por sus jornadas de la parte del Mediodía hacia Bethel, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bethel y Hai;

4

Al lugar del altar que había hecho allí antes: é invocó allí Abram el nombre de Jehová.

5

Y asimismo Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, y vacas, y tiendas.

6

Y la tierra no podía darles para que habitasen juntos: porque su hacienda era mucha, y no podían morar en un mismo lugar.

7

Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot: y el Cananeo y el Pherezeo habitaban entonces en la tierra.

8

Entonces Abram dijo á Lot: No haya ahora altercado entre mí y ti, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.

9

¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres á la mano izquierda, yo iré á la derecha: y si tú á la derecha, yo iré á la izquierda.

10

Y alzó Lot sus ojos, y vió toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, antes que destruyese Jehová á Sodoma y á Gomorra, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto entrando en Zoar.

11

Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán: y partióse Lot de Oriente, y apartáronse el uno del otro.

12

Abram asentó en la tierra de Canaán, y Lot asentó en las ciudades de la llanura, y fué poniendo sus tiendas hasta Sodoma.

13

Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores para con Jehová en gran manera.

14

Y Jehová dijo á Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el Aquilón, y al Mediodía, y al Oriente y al Occidente;

15

Porque toda la tierra que ves, la daré á ti y á tu simiente para siempre.

16

Y haré tu simiente como el polvo de la tierra: que si alguno podrá contar el polvo de la tierra, también tu simiente será contada.

17

Levántate, ve por la tierra á lo largo de ella y á su ancho; porque á ti la tengo de dar.

18

Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón, y edificó allí altar á Jehová.

Capítulo 14

1

Y ACONTECIO en los días de Amraphel, rey de Shinar, Arioch, rey de Elazar, Chêdorlaomer, rey de Elá, y Tidal, rey de naciones,

2

Que éstos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, y contra Birsha, rey de Gomorra, y contra Shinab, rey de Adma, y contra Shemeber, rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.

3

Todos estos se juntaron en el valle de Siddim, que es el mar salado.

4

Doce años habían servido á Chêdorlaomer, y al décimotercio año se rebelaron.

5

Y en el año décimocuarto vino Chêdorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron á los Raphaitas en Ashteroth-carnaim, á los Zuzitas en Ham, y á los Emitas en Shave-Kiriataim.

6

Y á los Horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.

7

Y volvieron y vinieron á Emmisphat, que es Cades, y devastaron todas las haciendas de los Amalacitas, y también al Amorrheo, que habitaba en Hazezón-tamar.

8

Y salió el rey de Sodoma, y el rey de Gomorra, y el rey de Adma, y el rey de Zeboim, y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Siddim;

9

Es á saber, contra Chêdorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de naciones, y Amraphel, rey de Shinar, y Arioch, rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco.

10

Y el valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún: y huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, y cayeron allí; y los demás huyeron al monte.

11

Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus vituallas, y se fueron.

12

Tomaron también á Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y su hacienda, y se fueron.

13

Y vino uno de los que escaparon, y denunciólo á Abram el Hebreo, que habitaba en el valle de Mamre Amorrheo, hermano de Eschôl y hermano de Aner, los cuales estaban confederados con Abram.

14

Y oyó Abram que su hermano estaba prisionero, y armó sus criados, los criados de su casa, trescientos dieciocho, y siguiólos hasta Dan.

15

Y derramóse sobre ellos de noche él y sus siervos, é hiriólos, y fuélos siguiendo hasta Hobah, que está á la izquierda de Damasco.

16

Y recobró todos los bienes, y también á Lot su hermano y su hacienda, y también las mujeres y gente.

17

Y salió el rey de Sodoma á recibirlo, cuando volvía de la derrota de Chêdorlaomer y de los reyes que con él estaban, al valle de Shave, que es el valle del Rey.

18

Entonces Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios alto;

19

Y bendíjole, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra;

20

Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de todo.

21

Entonces el rey de Sodoma dijo á Abram: Dame las personas, y toma para ti la hacienda.

22

Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano á Jehová Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra,

23

Que desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí á Abram:

24

Sacando solamente lo que comieron los mancebos, y la porción de los varones que fueron conmigo, Aner, Eschôl, y Mamre; los cuales tomarán su parte.

Capítulo 15

1

DESPUÉS de estas cosas fué la palabra de Jehová á Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande.

2

Y respondió Abram: Señor Jehová ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese Damasceno Eliezer?

3

Dijo más Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que es mi heredero uno nacido en mi casa.

4

Y luego la palabra de Jehová fué á él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas será el que te herede.

5

Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora á los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente.

6

Y creyó á Jehová, y contóselo por justicia.

7

Y díjole: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los Caldeos, para darte á heredar esta tierra.

8

Y él respondió: Señor Jehová ¿en qué conoceré que la tengo de heredar?

9

Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.

10

Y tomó él todas estas cosas, y partiólas por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.

11

Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y ojeábalas Abram.

12

Mas á la caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó sobre él.

13

Entonces dijo á Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá á los de allí, y serán por ellos afligidos cuatrocientos años.

14

Mas también á la gente á quien servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con grande riqueza.

15

Y tú vendrás á tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.

16

Y en la cuarta generación volverán acá: porque aun no está cumplida la maldad del Amorrheo hasta aquí.

17

Y sucedió que puesto el sol, y ya obscurecido, dejóse ver un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasó por entre los animales divididos.

18

En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;

19

Los Cineos, y los Ceneceos, y los Cedmoneos,

20

Y los Hetheos, y los Pherezeos, y los Raphaitas,

21

Y los Amorrheos, y los Cananeos, y los Gergeseos, y los Jebuseos.

2.1.1.2 José Gobernador de Egipto

Capítulo 41

1

Y ACONTECIO que pasados dos años tuvo Faraón un sueño: Parecíale que estaba junto al río;

2

Y que del río subían siete vacas, hermosas á la vista, y muy gordas, y pacían en el prado:

3

Y que otras siete vacas subían tras ellas del río, de fea vista, y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas á la orilla del río:

4

Y que las vacas de fea vista y enjutas de carne devoraban á las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.

5

Durmióse de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas subían de una sola caña:

6

Y que otras siete espigas menudas y abatidas del Solano, salían después de ellas:

7

Y las siete espigas menudas devoraban á las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.

8

Y acaeció que á la mañana estaba agitado su espíritu; y envió é hizo llamar á todos los magos de Egipto, y á todos sus sabios: y contóles Faraón sus sueños, mas no había quien á Faraón los declarase.

9

Entonces el principal de los coperos habló á Faraón, diciendo: Acuérdome hoy de mis faltas:

10

Faraón se enojó contra sus siervos, y á mí me echó á la prisión de la casa del capitán de los de la guardia, á mí y al principal de los panaderos:

11

Y yo y él vimos un sueño una misma noche: cada uno soñó conforme á la declaración de su sueño.

12

Y estaba allí con nosotros un mozo Hebreo, sirviente del capitán de los de la guardia; y se lo contamos, y él nos declaró nuestros sueños, y declaró á cada uno conforme á su sueño.

13

Y aconteció que como él nos declaró, así fué: á mí me hizo volver á mi puesto, é hizo colgar al otro.

14

Entonces Faraón envió y llamó á José; é hiciéronle salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino á Faraón.

15

Y dijo Faraón á José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para declararlos.

16

Y respondió José á Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz á Faraón.

17

Entonces Faraón dijo á José: En mi sueño parecíame que estaba á la orilla del río:

18

Y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado:

19

Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy fea traza; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad:

20

Y las vacas flacas y feas devoraban á las siete primeras vacas gruesas:

21

Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

22

Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas;

23

Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del Solano, subían después de ellas:

24

Y las espigas menudas devoraban á las siete espigas hermosas: y helo dicho á los magos, mas no hay quien me lo declare.

25

Entonces respondió José á Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado á Faraón lo que va á hacer.

26

Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.

27

También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del Solano, siete años serán de hambre.

28

Esto es lo que respondo á Faraón. Lo que Dios va á hacer, halo mostrado á Faraón.

29

He aquí vienen siete años de grande hartura en toda la tierra de Egipto:

30

Y levantarse han tras ellos siete años de hambre; y toda la hartura será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;

31

Y aquella abundancia no se echará de ver á causa del hambre siguiente, la cual será gravísima.

32

Y el suceder el sueño á Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura á hacerla.

33

Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

34

Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la hartura;

35

Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.

36

Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.

37

Y el negocio pareció bien á Faraón, y á sus siervos.

38

Y dijo Faraón á sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya espíritu de Dios?

39

Y dijo Faraón á José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú:

40

Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú.

41

Dijo más Faraón á José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

42

Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, é hízole vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

43

E hízolo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Doblad la rodilla: y púsole sobre toda la tierra de Egipto.

44

Y dijo Faraón á José: Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

45

Y llamó Faraón el nombre de José, Zaphnath-paaneah; y dióle por mujer á Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

46

Y era José de edad de treinta años cuando fué presentado delante de Faraón, rey de Egipto: y salió José de delante de Faraón, y transitó por toda la tierra de Egipto.

47

E hizo la tierra en aquellos siete años de hartura á montones.

48

Y él juntó todo el mantenimiento de los siete años que fueron en la tierra de Egipto, y guardó mantenimiento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el mantenimiento del campo de sus alrededores.

49

Y acopió José trigo como arena de la mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

50

Y nacieron á José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le parió Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On.

51

Y llamó José el nombre del primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

52

Y el nombre del segundo llamólo Ephraim; porque Dios (dijo) me hizo fértil en la tierra de mi aflicción.

53

Y cumpliéronse los siete años de la hartura, que hubo en la tierra de Egipto.

54

Y comenzaron á venir los siete años del hambre, como José había dicho: y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

55

Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan. Y dijo Faraón á todos los Egipcios: Id á José, y haced lo que él os dijere.

56

Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía á los Egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.

57

Y toda la tierra venía á Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.

2.1.1.3 Rey Saúl

1

Y HABIA un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Seor, hijo de Bechôra, hijo de Aphia, hijo de un hombre de Benjamín.

2

Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; del hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del pueblo.

3

Y habíanse perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis á Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve á buscar las asnas.

4

Y él pasó al monte de Ephraim, y de allí á la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.

5

Y cuando vinieron á la tierra de Suph, Saúl dijo á su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, dejado el cuidado de las asnas, estará congojado por nosotros.

6

Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.

7

Y Saúl respondió á su criado: Vamos ahora: ¿mas qué llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué presentar al varón de Dios: ¿qué tenemos?

8

Entonces tornó el criado á responder á Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata: esto daré al varón de Dios, porque nos declare nuestro camino.

9

(Antiguamente en Israel cualquiera que iba á consultar á Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente: porque el que ahora se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).

10

Dijo entonces Saúl á su criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad donde estaba el varón de Dios.

11

Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas mozas que salían por agua, á las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?

12

Y ellas respondiéndoles, dijeron: Sí; helo aquí delante de ti: date pues priesa, porque hoy ha venido á la ciudad en atención á que el pueblo tiene hoy sacrificio en el alto.

13

Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al alto á comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, por cuanto él haya de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados. Subid pues ahora, porque ahora le hallaréis.

14

Ellos entonces subieron á la ciudad; y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel que delante de ellos salía para subir al alto.

15

Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:

16

Mañana á esta misma hora yo enviaré á ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará mi pueblo de mano de los Filisteos: pues yo he mirado á mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.

17

Y luego que Samuel vió á Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste señoreará á mi pueblo.

18

Y llegando Saúl á Samuel en medio de la puerta, díjole: Ruégote que me enseñes dónde está la casa del vidente.

19

Y Samuel respondió á Saúl, y dijo: Yo soy el vidente: sube delante de mí al alto, y comed hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón.

20

Y de las asnas que se te perdieron hoy ha tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿por quién es todo el deseo de Israel, sino por ti y por toda la casa de tu padre?

21

Y Saúl respondió, y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de las más pequeñas tribus de Israel? y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿por qué pues me has dicho cosa semejante?

22

Y trabando Samuel de Saúl y de su criado, metiólos en la sala, y dióles lugar á la cabecera de los convidados, que eran como unos treinta hombres.

23

Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te dí, la cual te dije que guardases aparte.

24

Entonces alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y púsola delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado: ponlo delante de ti, y come; porque de industria se guardó para ti, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.

25

Y cuando hubieron descendido de lo alto á la ciudad, él habló con Saúl en el terrado.

26

Y al otro día madrugaron: y como al apuntar del alba, Samuel llamó á Saúl, que estaba en el terrado; y dijo: Levántate, para que te despache. Levantóse luego Saúl, y salieron fuera ambos, él y Samuel.

27

Y descendiendo ellos al cabo de la ciudad, dijo Samuel á Saúl: Di al mozo que vaya delante, (y adelantóse el mozo); mas espera tú un poco para que te declare palabra de Dios.

2.1.1.4 Rey David

1

Y DIJO Jehová á Samuel: ¿Hasta cuándo has tú de llorar á Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Hinche tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré á Isaí de Beth-lehem: porque de sus hijos me he provisto de rey.

2

Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo entendiere, me matará. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A sacrificar á Jehová he venido.

3

Y llama á Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y ungirme has al que yo te dijere.

4

Hizo pues Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó á Beth-lehem, los ancianos de la ciudad le salieron á recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?

5

Y él respondió: Sí, vengo á sacrificar á Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él á Isaí y á sus hijos, llamólos al sacrificio.

6

Y aconteció que como ellos vinieron, él vió á Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.

7

Y Jehová respondió á Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón.

8

Entonces llamó Isaí á Abinadab, é hízole pasar delante de Samuel, el cual dijo: Ni á éste ha elegido Jehová.

9

Hizo luego pasar Isaí á Samma. Y él dijo: Tampoco á éste ha elegido Jehová.

10

E hizo pasar Isaí sus siete hijos delante de Samuel; mas Samuel dijo á Isaí: Jehová no ha elegido á éstos.

11

Entonces dijo Samuel á Isaí: ¿Hanse acabado los mozos? Y él respondió: Aun queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel á Isaí: Envía por él, porque no nos asentaremos á la mesa hasta que él venga aquí.

12

Envió pues por él, é introdújolo; el cual era rubio, de hermoso parecer y de bello aspecto. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, que éste es.

13

Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y ungiólo de entre sus hermanos: y desde aquel día en adelante el espíritu de Jehová tomó á David. Levantóse luego Samuel, y volvióse á Rama.

14

Y el espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y atormentábale el espíritu malo de parte de Jehová.

15

Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, que el espíritu malo de parte de Dios te atormenta.

16

Diga pues nuestro señor á tus siervos que están delante de ti, que busquen alguno que sepa tocar el arpa; para que cuando fuere sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él taña con su mano, y tengas alivio.

17

Y Saúl respondió á sus criados: Buscadme pues ahora alguno que taña bien, y traédmelo.

18

Entonces uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto á un hijo de Isaí de Beth-lehem, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová es con él.

19

Y Saúl envió mensajeros á Isaí, diciendo: Envíame á David tu hijo, el que está con las ovejas.

20

Y tomó Isaí un asno cargado de pan, y un vasija de vino y un cabrito, y enviólo á Saúl por mano de David su hijo.

21

Y viniendo David á Saúl, estuvo delante de él: y amólo él mucho, y fué hecho su escudero.

22

Y Saúl envió á decir á Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo; porque ha hallado gracia en mis ojos.

23

Y cuando el espíritu malo de parte de Dios era sobre Saúl, David tomaba el arpa, y tañía con su mano; y Saúl tenía refrigerio, y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.

Capítulo 17

1

Y LOS Filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y congregáronse en Sochô, que es de Judá, y asentaron el campo entre Sochô y Azeca, en Ephes-dammim.

2

Y también Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y asentaron el campo en el valle del Alcornoque, y ordenaron la batalla contra los Filisteos.

3

Y los Filisteos estaban sobre el un monte de la una parte, é Israel estaba sobre el otro monte de la otra parte, y el valle entre ellos:

4

Salió entonces un varón del campo de los Filisteos que se puso entre los dos campos, el cual se llamaba Goliath, de Gath, y tenía de altura seis codos y un palmo.

5

Y traía un almete de acero en su cabeza, é iba vestido con corazas de planchas: y era el peso de la coraza cinco mil siclos de metal:

6

Y sobre sus piernas traía grebas de hierro, y escudo de acero á sus hombros.

7

El asta de su lanza era como un enjullo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro: é iba su escudero delante de él.

8

Y paróse, y dió voces á los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís á dar batalla? ¿no soy yo el Filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí:

9

Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos: y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.

10

Y añadió el Filisteo: Hoy yo he desafiado el campo de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

11

Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del Filisteo, conturbáronse, y tuvieron gran miedo.

12

Y David era hijo de aquel hombre Ephrateo de Beth-lehem de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de grande edad entre los hombres.

13

Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido á seguir á Saúl en la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido á la guerra, eran, Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Samma.

14

Y David era el menor. Siguieron pues los tres mayores á Saúl.

15

Empero David había ido y vuelto de con Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Beth-lehem.

16

Venía pues aquel Filisteo por la mañana y á la tarde, y presentóse por cuarenta días.

17

Y dijo Isaí á David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un epha de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo presto al campamento á tus hermanos.

18

Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

19

Y Saúl y ellos y todos lo de Israel, estaban en el valle del Alcornoque, peleando con los Filisteos.

20

Levantóse pues David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, fuése con su carga, como Isaí le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y tocaba alarma para la pelea.

21

Porque así los Israelitas como los Filisteos estaban en ordenanza, escuadrón contra escuadrón.

22

Y David dejó de sobre sí la carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al escuadrón; y llegado que hubo, preguntaba por sus hermanos, si estaban buenos.

23

Y estando él hablando con ellos, he aquí aquel varón que se ponía en medio de los dos campos, que se llamaba Goliath, el Filisteo de Gath, salió de los escuadrones de los Filisteos, y habló las mismas palabras; las cuales oyó David.

24

Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre, huían de su presencia, y tenían gran temor.

25

Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? él se adelanta para provocar á Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y hará franca la casa de su padre en Israel.

26

Entonces habló David á los que junto á él estaban, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere á este Filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque á los escuadrones del Dios viviente?

27

Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que lo venciere.

28

Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y á quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

29

Y David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? Estas, ¿no son palabras?

30

Y apartándose de él hacia otros, habló lo mismo; y respondiéronle los del pueblo como primero.

31

Y fueron oídas las palabras que David había dicho, las cuales como refiriesen delante de Saúl, él lo hizo venir.

32

Y dijo David á Saúl: No desmaye ninguno á causa de él; tu siervo irá y peleará con este Filisteo.

33

Y dijo Saúl á David: No podrás tú ir contra aquel Filisteo, para pelear con él; porque tú eres mozo, y él un hombre de guerra desde su juventud.

34

Y David respondió á Saúl: Tu siervo era pastor en las ovejas de su padre, y venía un león, ó un oso, y tomaba algún cordero de la manada,

35

Y salía yo tras él, y heríalo, y librábale de su boca: y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y mataba.

36

Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; pues este Filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

37

Y añadió David: Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este Filisteo. Y dijo Saúl á David: Ve, y Jehová sea contigo.

38

Y Saúl vistió á David de sus ropas, y puso sobre su cabeza un almete de acero, y armóle de coraza.

39

Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó á andar, porque nunca había probado. Y dijo David á Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y echando de sí David aquellas cosas,

40

Tomó su cayado en su mano, y escogióse cinco piedras lisas del arroyo, y púsolas en el saco pastoril y en el zurrón que traía, y con su honda en su mano vase hacia el Filisteo.

41

Y el Filisteo venía andando y acercándose á David, y su escudero delante de él.

42

Y como el Filisteo miró y vió á David túvole en poco; porque era mancebo, y rubio, y de hermoso parecer.

43

Y dijo el Filisteo á David: ¿Soy yo perro para que vengas á mí con palos? Y maldijo á David por sus dioses.

44

Dijo luego el Filisteo á David: Ven á mí, y daré tu carne á las aves del cielo, y á las bestias del campo.

45

Entonces dijo David al Filisteo: Tú vienes á mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo á ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.

46

Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti: y daré hoy los cuerpos de los Filisteos á las aves del cielo y á las bestias de la tierra: y sabrá la tierra toda que hay Dios en Israel.

47

Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os entregará en nuestras manos.

48

Y aconteció que, como el Filisteo se levantó para ir y llegarse contra David, David se dió priesa, y corrió al combate contra el Filisteo.

49

Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.

50

Así venció David al Filisteo con honda y piedra; é hirió al Filisteo y matólo, sin tener David espada en su mano.

51

Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.

52

Y levantándose los de Israel y de Judá, dieron grita, y siguieron á los Filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron heridos de los Filisteos por el camino de Saraim, hasta Gath y Ecrón.

53

Tornando luego los hijos de Israel de seguir los Filisteos, despojaron su campamento.

54

Y David tomó la cabeza del Filisteo, y trájola á Jerusalem, mas puso sus armas en su tienda.

55

Y cuando Saúl vió á David que salía á encontrarse con el Filisteo, dijo á Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es hijo aquel mancebo? Y Abner respondió:

56

Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta pues de quién es hijo aquel mancebo.

57

Y cuando David volvía de matar al Filisteo, Abner lo tomó, y llevólo delante de Saúl, teniendo la cabeza del Filisteo en su mano.

58

Y díjole Saúl: Mancebo, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Beth-lehem.

2.1.1.5 Rey Salomón

Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y fué su reino firme en gran manera.

13

Entonces Adonía hijo de Haggith vino á Bath-sheba madre de Salomón; y ella dijo: ¿Es tu venida de paz? Y él respondió: Sí, de paz.

14

En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di.

15

Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro, para que yo reinara: mas el reino fué traspasado, y vino á mi hermano; porque por Jehová era suyo.

16

Y ahora yo te hago una petición: no me hagas volver mi rostro. Y ella le dijo: Habla.

17

El entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón, (porque él no te hará volver tu rostro,) para que me dé á Abisag Sunamita por mujer.

18

Y Bath-sheba dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey.

19

Y vino Bath-sheba al rey Salomón para hablarle por Adonía. Y el rey se levantó á recibirla, é inclinóse á ella, y volvió á sentarse en su trono, é hizo poner una silla á la madre del rey, la cual se sentó á su diestra.

20

Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré volver el rostro.

21

Y ella dijo: Dése Abisag Sunamita por mujer á tu hermano Adonía.

22

Y el rey Salomón respondió, y dijo á su madre: ¿Por qué pides á Abisag Sunamita para Adonía? Demanda también para él el reino, porque él es mi hermano mayor; y tiene también á Abiathar sacerdote, y á Joab hijo de Sarvia.

23

Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, que contra su vida ha hablado Adonía esta palabra.

24

Ahora pues, vive Jehová, que me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y que me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonía morirá hoy.

25

Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual dió sobre él, y murió.

26

Y á Abiathar sacerdote dijo el rey: Vete á Anathoth á tus heredades, que tú eres digno de muerte; mas no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca del Señor Jehová delante de David mi padre, y además has sido trabajado en todas las cosas en que fué trabajado mi padre.

27

Así echó Salomón á Abiathar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Eli en Silo.

28

Y vino la noticia hasta Joab: porque también Joab se había adherido á Adonía, si bien no se había adherido á Absalom. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y asióse á los cornijales del altar.

29

Y fué hecho saber á Salomón que Joab había huído al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón á Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y da sobre él.

30

Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y díjole: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así habló Joab, y así me respondió.

31

Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérralo, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente.

32

Y Jehová hará tornar su sangre sobre su cabeza: que él ha muerto dos varones más justos y mejores que él, á los cuales mató á cuchillo sin que mi padre David supiese nada: á Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y á Amasa hijo de Jether, general de ejército de Judá.

33

La sangre pues de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su simiente para siempre: mas sobre David y sobre su simiente, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová.

34

Entonces Benaía hijo de Joiada subió, y dió sobre él, y matólo; y fué sepultado en su casa en el desierto.

35

Y el rey puso en su lugar á Benaía hijo de Joiada sobre el ejército: y á Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiathar.

36

Después envió el rey, é hizo venir á Semei, y díjole: Edifícate una casa en Jerusalem, y mora ahí, y no salgas de allá á una parte ni á otra;

37

Porque sabe de cierto que el día que salieres, y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza.

38

Y Semei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Semei en Jerusalem muchos días.

39

Pero pasados tres años, aconteció que se le huyeron á Semei dos siervos á Achîs, hijo de Maachâ, rey de Gath. Y dieron aviso á Semei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gath.

40

Levantóse entonces Semei, y enalbardó su asno, y fué á Gath, á Achîs, á procurar sus siervos. Fué pues Semei, y volvió sus siervos de Gath.

41

Díjose luego á Salomón como Semei había ido de Jerusalem hasta Gath, y que había vuelto.

42

Entonces el rey envió, é hizo venir á Semei, y díjole: ¿No te conjuré yo por Jehová, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá ó acullá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.

43

¿Por qué pues no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?

44

Dijo además el rey á Semei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová pues, ha tornado el mal sobre tu cabeza.

45

Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.

46

Entonces el rey mandó á Benaía hijo de Joiada, el cual salió é hirióle; y murió. Y el reino fué confirmado en la mano de Salomón.

2.1.1.6 Daniel Primer Ministro de Egipto (Daniel 2:47-3:30)

47

El rey habló á Daniel, y dijo: Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios, pues pudiste revelar este arcano.

48

Entonces el rey engrandeció á Daniel, y le dió muchos y grandes dones, y púsolo por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por príncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de Babilonia.

49

Y Daniel solicitó del rey, y él puso sobre los negocios de la provincia de Babilonia á Sadrach, Mesach, y Abed-nego: y Daniel estaba á la puerta del rey.

Capítulo 3

1

EL rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, la altura de la cual era de sesenta codos, su anchura de seis codos: levantóla en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.

2

Y envió el rey Nabucodonosor á juntar los grandes, los asistentes y capitanes, oidores, receptores, los del consejo, presidentes, y á todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen á la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.

3

Fueron pues reunidos los grandes, los asistentes y capitanes, los oidores, receptores, los del consejo, los presidentes, y todos los gobernadores de las provincias, á la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado: y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.

4

Y el pregonero pregonaba en alta voz: Mándase á vosotros, oh pueblos, naciones, y lenguas,

5

En oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postraréis y adoraréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado:

6

Y cualquiera que no se postrare y adorare, en la misma hora será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

7

Por lo cual, en oyendo todos los pueblos el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, todos los pueblos, naciones, y lenguas, se postraron, y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

8

Por esto en el mismo tiempo algunos varones Caldeos se llegaron, y denunciaron de los Judíos.

9

Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.

10

Tú, oh rey, pusiste ley que todo hombre en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de oro:

11

Y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

12

Hay unos varones Judíos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego: estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste.

13

Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Al punto fueron traídos estos varones delante del rey.

14

Habló Nabucodonosor, y díjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis á mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?

15

Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo: ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?

2.1.2. En el tiempo actual

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su articulo 18, dice "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, este derecho incluye la libertad de cambiar

2.1.3 El Concordato

Sin lugar a duda el Concordato suscrito por la Santa Sede Romana y el Estado Peruano, significa el cuestionamiento de la libertad religiosa en el país, y, por consiguiente, el fortalecimiento de la discriminación confesional en beneficios exclusivos de la Iglesia católica . Este acuerdo fue firmado en las postrimerías del gobierno militar que comandaba el general Francisco Morales Bermúdez , concretamente el 19 de julio de 1980. No olvidar que nueve días después el gobierno dictatorial tuvo que entregar el poder al arquitecto Fernando Belaunde .

Dicho " Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú ", para entrar en vigencia debía ser aprobado por el congreso, pero como se vivía un régimen de facto – sin parlamento- el mismo gobierno expidió el decreto ley número 23211 que oficializó el referido acuerdo. Y lo hizo con prisa y sin pausa, pues la norma legal fue expedida el 24 de julio y publicada en el diario el oficial el 25 del mismo mes. Resumiendo, el concordato fue suscrito, aprobado, y publicada su ley, en tan solo siete días.

Ahora bien, el texto mismo del concordato nunca fue publicado en el diario oficial, y era prácticamente desconocido por la comunidad evangélica nacional. Parecia un documento clandestino, hasta el periodo evangélico La Verdad lo publicó bajo el titular " aquí esta la madre del cordero ". El citado medio de comunicación, como nadie lo había hecho antes, desde ediciones anteriores estaba denunciando graves hechos en materia de discriminación religiosa y lo sigue haciendo hasta hoy.

Quienes estamparon su firma en el acuerdo discriminador fueron el monseñor Mario Tagliaferri, nuncio apostólico en el Perú y el embajador Arturo García, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno militar, el primero de ellos fue nombrado por el papa Juan Pablo II , y el segundo por el presidente Morales Bermúdez, ambos firmantes tenía la calidad de plenipoteciarios

El decreto ley número 23211, por su parte, fue firmado por el presidente de la república, general Francisco Morales Bermúdez, y por todos los militares que desempeñaban el cargo de ministros en el régimen de facto .

Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perù:

La Santa Sede y la República del Perú, deseosa de siguir garantizando de manera estable y más conforme a las nuevas condiciones históricas la tradicional y fecunda colaboración entre la Iglesia Católica, Apostólica ,Romana y el Estado Peruano para el bien mayor de la vida religiosa y civil de la Nación , han determinado celebrar un Acuerdo sobre materia de común interés.

A este fin su Santidad el Sumo Pontífice Juan Pablo II y su Excelencia el General D. Francisco Morales Bermúdez Cerrutti , presidente de la república del Perú, han nombrado su Plenipotenciarios, respectivamente a su Excelencia Reverendísima Monseñor Mario Tagliaferri, Nuncio Apostólico en el Perú, y el Excelentísimo señor Embajador Dr. Arturo García , M INISTRO DE Relaciones Exteriores , quienes, después de haber canjeado sus respectivos plenos poderes, hallando en buena y debida forma han conbenido en los siguientes.

ARTICULO I.

La Iglesia Católica en el Perú goza de plena independencia y autonomía. Además, en reconocimiento a la importante función ejercida en la formación histórica , cultural y moral de País la misma Iglesia recibe del Estado la colaboración conveniente para mejor realización de su servicio a la comunidad nacional.

ARTICULO II

La Iglesia en el Perú continua gozando de la personería jurídica de carácter público, con plena capacidad y libertad para la adquisición y disposición de bienes, así como para recibir ayudas de Exterior.

ARTICULO III.

Gozan también de tal personería y capacidad jurídica, la Conferencia Episcopal Peruana, los Arzobispados, Obispados, Prelaturas y Vicariatos Apostólicos existentes,y los que posteriormente pueden crear la Santa Sede.

ARTICULO IV.

La personería y capacidad jurídica de tales jurisdicciones Eclesiásticas comprenden también a los Cavildos Eclesiásticos, a los seminarios Diocesanos, a las parroquias y misiones dependientes de aquellas.

ARTICULO V.

Ninguna parte del territorio peruano dependerá de diócesis cuya sede esté en el extranjero, y las diócesis establecidas en territorio peruano no se extenderán más allá de las fronteras nacionales.

ARTICULO VI.

La Santa sede comunicará al presidente de la república la creación de cualquier diócesis o jurisdicción eclesiástica, sin cuya notificación no gozarán de la situación jurídica que le reconoce el numeral III de este acuerdo. Trámite similar se realizará para la supresión de jurisdicciones eclesiásticas.

ARTICULO VII

Nombrado un eclesiástico por la Santa Sede para ocupar algún cargo de Arzobispo u obispo o Coadjutor con derecho a sucesión Prelado o Vicario Apostólico, o para regir alguna diócesis temporalmente, la Nunciaturas Apostólicas comunicará el nombre del mismo al presidente de la república antes de su publicación , producida ésta el gobierno le dará el correspondiente reconocimiento para los efectos civiles.

Los Arzobispos y Obispos residenciales serán ciudadano peruanos .

ARTICULO VIII.

E l sistema de subvenciones para las personas , obras y servicios de la Iglesia Católica seguirá como hasta ahora . Las asignaciones personales no tienen de carácter de sueldo y de honorarios , por tanto no constituyen renta sujeta a tributación.

ARTICULO IX

Las Ordenes y Congregaciones Religiosa y los Institutos Seculares podrán organizarse como asociaciones , conforme al código civil peruano, respetándose su régimen canónico interno.

ARTICULO X.

La Iglesia Católica y las jurisdicciones y comunidades religiosas que la integran continuarán gozando de las exoneraciones y beneficios y franquicias que le otorgan las leyes y normas legales vigentes.

ARTICULO XI

Consideradas las creencias religiosas de la mayoría nacional, el Estado continúa garantizando que se preste por parte del Vicarioto Castrense las asistencia religiosa a los miembros de la Fuerza Armada, Fuerza Policial y a los servidores civiles de aquellos que sean católicos .

ARTICULO XII

El presente Vicario Castrense, así como todos los Capellanes actualmente en servicio , o en situaciones de retiro conservan sus grados y prerrogativas.

ARTICULO XIII

En el futuro, ni el Vicario Castrense , ni los Capellanes dependiente de él tendrán asimilación o grado militar ni a la jerarquía policial. Al Vicario Castrense le serán reconocidas las prerrogativas propias de un General de Brigada, y a los Capellanes las de un Capitán o su equivalente, según el Instituto Armado o Policial en que él sirviere.

ARTICULO XIV

Los Capellanes Castrenses tendrán derecho a promociones similares al que tiene los empleados civiles de los Institutos Armados o Policiales.

ARTICULO XV

El vicario Castrense , por los peculiares circunstancias en que deberá ejercer su servicio, será peruano de nacimiento y teniendo en cuenta su condición episcopal, será nombrado por la Santa Sede, de acuerdo con el Presidente de la República.

ARTICULO XVI

Los capellanes castrenses, de preferencia peruanos, por su condición de sacerdotes, serán nombrados por el vicario Castrense, y reconocido por los Comandos Generales de los Institutos Armados y Direcciones Superiores de los Institutos Policiales.

ARTICULO XVII

Los Capellanes Castrenses, en lo posible ,serán tomados del Clero de la Diócesis en cuyo territorio se encuentra la unidad Militar en la que prestarán servicios, y los cambios de colocación se harán previo acuerdo del Vicario Castrense con el Obispo del lugar , para sus posterior presentación a los Comandos Generales o Direcciones Superiores.

ARTICULO XVIII

El Estado garantiza que se preste asistencia religiosa a los católicos internados en los centros sanitarios y de tutela a su cargo, así como en los establecimientos penitenciarios.

Para el ejercicio de la Capellanías de tales obras y centros se requiere con nombramiento eclesiástico, sin que sea exigible el requisito de nacionalidad , efectuando éste, será presentado a la autoridad competente para los efectos subsiguientes. Los Capellanes forman parte del Servicio Civil de Estado, con todos los derechos y obligaciones, incluida la Seguridad Social.

ARTICULO XIX

La Iglesia tiene plena libertad para establecer centros educacionales de todo nivel, de conformidad con la legislación nacional, en el ámbito de la educación particular . Los eclesiásticos que prestan servicio en la educación pública tienen , sin que sea exigible el requisito de nacionalidad, al amparo del artículo 65 del decreto Ley Nro. 22875, los mismos derechos que los demás maestros. Para el nombramiento civil de los profesores de religión Católica de los centros educacionales públicos , en los que continuará impartiéndose, como materia ordinaria , la enseñanza religiosa , se requiere presentación del Obispo respectivo. El profesor de religión podrá ser mantenido en su cargo mientras goce de la aprobación del Obispo.

ARTICULO XX

Partes: 1, 2, 3
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