- ¿Qué es Martín Fierro?
- ¿Cuál fue el propósito de Hernández al escribir Martín Fierro?
- ¿Cuáles son las características del poema?
- El Teocalli de Cholula
- José María Heredia (Cuba, 1803-39)
- La Diáspora Dominicana
- Gertrudis Gómez de Avellaneda
¿Qué es Martín Fierro?
Es una poesía narrativa con características épicas.
Martín Fierro, según algunos, tiene las características del héroe nacional y todo lo que se diga de El Cid, en ese sentido, tiene validez para este personaje.
Martín Fierro es una epopeya en sentido inverso porque el viaje narrativo de Martín fierro es contrario al de la epopeya.
Esquema del viaje y configuración del héroe epopéyico
Con Martín Fierro sucede lo contrario, comienza el desarrollo narrativo dentro de una situación estelar. Luego va perdiendo sus pertenencias y queda devaluado.
Es una poesía que se desenvuelve en un tono de amargura.
Se da un contraste entre un presente triste y un pasado feliz. La memoria es el sostén del poema. Aparecen costumbres y el ambiente coloreado del dejo triste que impone la fatalidad.
Recordemos que la sustentación a toda elegía la da el Marqués de Santillana:
La mejor cuita de aver
pueda ningún amador
es membrarse del placer
en el tiempo del dolor.
El héroe recorre dos sendas paralelas: una exterior de aventuras y una interior de amarguras.
Es una poesía popular, en la que el poeta, con toda deliberación, pone su canto al servicio de la tradición oral.
El impulso es individual pero la fuente es popular.
Hernández no refunde poemas ajenos, lo inventa todo pero en la postura individual del payador, por eso Martín Fierro parece surgido del pueblo anónimo.
Hernández escribe con la mirada puesta en el campo. Pero se acuerda de que es culto al estructurar el poema; los demás elementos de que se sirve (léxico, imágenes, ideas, sentimientos) pertenecen a la raza gauchesca.
Hernández demuestra que lo gaucho puede ser por sí solo base de una creación artística de sentido trascendental.
Martín Fierro es el poema representativo de la expresión dialectal en la obra de arte que alcanzo dictado de nacional.
Es una poesía individual hecha por un poeta culto que se suma a la poesía popular.
Hernández reelabora el material popular y lo enaltece poéticamente.
Hace oír en la voz propia la voz profunda de toda una comunidad
Hernández compone su poema con mucha conciencia de que hay quienes no creen en la literatura criolla.
Sabe que trae algo nuevo y completo y para ello remeda, con más talento que todos, la voz auténtica del gaucho.
El poeta culto está presente en:
Hábil construcción del poema
Intención de reforma social que da argumento a la aventura y valor de símbolo al protagonista
Saturado del espíritu gaucho, Hernández simula estar improvisando, cuando en verdad su obra revela un arduo trabajo de composición.
No escribe en un dialecto gauchesco, sino en una lengua española común que él configura con perspectiva de gaucho.
Consecuencias de todo esto:
Martín Fierro tiene un doble público: lectores cultos y gauchos
Martín Fierro se convierte en un ejemplo notable de todas las literaturas.
Martín Fierro es uno de los poemas más originales que ha producido el romanticismo hispánico. Ofrece marcados rasgos de la escuela romántica:
Obra literaria como expresión de la sociedad
Color local
Nacionalismo
Simpatía por lo popular
Tema exótico de las costumbres indias (recordar La cautiva)
El héroe como víctima de la sociedad, exaltado y doliente
Episodios novelescos de violentos contrastes
En conclusión, Martín Fierro es un signo múltiple como lo es El Matadero de Echeverría y Facundo de Sarmiento. Son obras que no descansan en un modelo genérico especial porque para el autor romántico no existe límite genérico. (Mezcla los géneros)
¿Cuál fue el propósito de Hernández al escribir Martín Fierro?
Ofrecer un oponente semántico al Facundo de Sarmiento:
Como una respuesta a la política civilizadora de Sarmiento que reduce al gaucho a la condición de un perseguido, surge el Martín Fierro de José Hernández que, sin promoción ni patrocinio de nadie, se va a convertir en un especie de epopeya literaria nacional y su difusión va a alcanzar proporciones sorprendentes, si se toma en cuenta el nivel de analfabetismo de la Argentina de entonces.
En el fondo del poema hay una polémica sorda contra un grupo europeísta de los hombres más importantes de la política de la época.
Fortalecer la tradición hispánica de la lengua y de la poesía:
Me he esforzado -escribe Hernández-, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es peculiar, dotándolo con todos los juegos de la imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado… Quizás la empresa habría sido para mí más fácil y de mayor éxito si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia, como se halla autorizado por el uso de este género de composiciones [obviamente, hace referencia a las obras de Estanislao del Campo]; pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que constituye el cuadro de su fisonomía moral y los accidentes de su existencia llena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes (…) He querido presentar ese tipo original de las pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan erróneamente juzgado muchas veces [se refiere a Sarmiento y su proceso europeizante] y que, al paso que avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo [por lo tanto se convierte en una obra de denuncia] (…) Martín Fierro no va a la ciudad a referir a sus compañeros lo que ha visto y admirado un 25 de mayo u otra función semejante [vuelve a hacer referencia a Estanislao del Campo]
Mejorar la condición del gaucho. Sobre todo en la II Parte, Hernández procura dar lecciones morales que mejoren la condición del gaucho.
En conclusión, se puede afirmar que la obra tiene objetivos definidos:
Protestar enérgicamente contra el destino del gaucho; reclamar justicia para el gaucho en una protesta social.
Dar lecciones morales que mejoren la vida del gaucho. Ofrecer una enseñanza.
Enaltecer poéticamente la tradición popular
¿Cuáles son las características del poema?
En cuanto a la forma:
Es un poema con nivel fónico coherente. Predomina la sextina.
Tiene una connotación de canto y de recitativo.
O frece diferencias arquitectónicas entre la primera y la segunda parte.
La segunda parte se diferencia, especialmente, de la primera en:
relación más minuciosa de lo anecdótico
entrada a otros personajes que cuentan su historia [Relación con la picaresca española]
En cuanto al lenguaje:
Con breves palabras ofrece fáciles y claras imágenes
Con certera y rápida sucesión de imágenes describe la vida del campo
El poeta sigue la fonética regional y para ello se vale de toda clase de libertades.
Ofrece, lo más fidedigno posible, las particularidades del lenguaje del gaucho:
diptongación: cair, maistro, oido
cambio de acentos: gólpea
arcaismos: anide, mesmo, cuasi
intercambio vocálico: siguro, licción, sepoltura
seseo
sustituciones de letras: junciones, dijunto
Omisión de consonantes: osequiar, oservar, direción
confusión de sílabas: resertor, reclarar
En cuanto al contenido:
Martín Fierro, dentro de su anécdota sencilla y verdadera, presenta los grandes problemas humanos: amistad, soledad, hijos, gloria, fracaso, miseria.
Los diálogos están cargados de reflexiones que le dan intensidad al poema.
Ofrece cuadros grotescos. [Comparar con La Cautiva de Echeverría]
Ofrece cuadros magistralmente logrados como la provocación y lucha con el moreno de la milonga en un boliche.
La primera parte puede denominarse "la persecución" y la segunda "la asimilación"
los personajes que se incorporan a la segunda parte, son una réplica en tono menor, de la aventura central. Tienen propiedades individualizantes pero prolongan la acción como la vida que continúa en la descendencia.
El canto final abre las puertas del mito. Martín Fierro da consejos a los jóvenes y se despide.
CUESTIONARIO
1.- ¿Quién es Netzahualcoyotl?
2.- ¿Dónde se ubica geográficamente la literatura Quechua?
3.- ¿Dónde se ubica geográficamente la literatura Náhuatl?
4.- Explique dos diferencias entre la literatura Quechua y la literatura Náhuatl.
5.- Nombre 3 dioses del Popol Vuh
6.- ¿Los hombres del Popol Vuh fueron creados con cuáles materiales?
7.- ¿Qué simbolizan los materiales con los que fueron creados los hombres del
Popol Vuh?
8.- ¿Quiénes son Hunbatz y Hunchouen?
9.- ¿Cómo es la relación de la doncella Ixquic con la naturaleza?
10.- ¿Cómo vencen los señores de Xibalbá a los gemelos?
11.- ¿Cuáles son los dioses gemelos del Popol Vuh?
12.- ¿Cómo son vencidos los señores de Xibalbá?
13.- ¿Cuáles son las tribus que llegan a tener poder en el Popol Vuh?
14.- ¿Cuáles son los elementos míticos que aparecen en el Popol Vuh y que son
comunes a otras culturas?
15.- ¿Cómo se llama la princesa de Ollanta?
16.- ¿Qué elementos que parecen cristianos se observan en el Ollantay?
17.- ¿Cuál estima que sea la importancia de la obra Ollantay?
18.- ¿Cómo se reúnen y se casan Ollanta y su novia?
19.- ¿Cuál es la fecha de escritura o datación de la 1ª Carta de Colón?
20.- Mencione dos características relevantes de las Cartas de Colón.
21.- ¿Cuál es la importancia de los Comentarios Reales?
22.- Fecha de nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega.
23.- Fecha de nacimiento y muerte de Fray Bernardino de Sahagún.
24.- Importancia de los textos del México Antiguo (Historia general de las cosas
de Nueva España)
25.- ¿Cuáles son los nombres de los primero hombres de maíz?
26.- Fecha de nacimiento y muerte de Sor Juana Inés de la Cruz.
27.- Fecha de escritura del poema Primero Sueño.
28.- Dos caracteres relevantes de Primero Sueño.
29.- Dos temas de Primero Sueño.
30.- Postura ideológica y filosófica de Primero Sueño.
31.- Dos elementos míticos en Primero Sueño.
32.- Dos caracteres barrocos en Primero Sueño.
33.- Fecha de nacimiento y muerte de José María Heredia.
34.- Fecha de escritura y publicación del poema En el Teocalli de Cholula de
José María Heredia.
35.- ¿Cuál es el tema principal de En el Teocalli de Cholula?
36.- Caracteres Neoclásicos de En el Teocalli de Cholula.
37.- Fecha de escritura y publicación de La Cautiva.
38.- Fecha de escritura y publicación de El Matadero.
39.- Dos características románticas de La Cautiva.
40.- Dos características románticas de El Matadero.
41.- Dos características románticas de Martín Fierro.
42.- Dos caracteres del discurso de Martín Fierro.
43.- Fecha de publicación de Martín Fierro.
44.- Corrientes literarias a las que pertenecen los siguientes escritores:
Sor Juana Inés de la Cruz, José María Heredia, Esteban Echeverría.
45.- Encuentre una relación entre Sor Juana Inés (Primero Sueño) y Heredia
(En el Teocalli de Cholula).
46.- Encuentre una relación entre Martín Fierro y La Cautiva.
47.- Mencione dos diferencias entre el Barroco y el Neoclasicismo.
48.- ¿Por qué Martín Fierro es un héroe invertido?
49.- ¿Por qué Martín Fierro es un poema narrativo?
50.- ¿Qué significa el hecho de que si los jóvenes estudiantes logran leer y conocer estas obras alcanzarán parte de su independencia?
Un teocalli (palabra náhuatl que significa "Casa de Dios" en español) o cu (palabra maya que significa "templo-pirámide") es una pirámide mesoamericana coronada por un templo. Dicha pirámide es de terrazas y muchos rituales religiosos mexicanos del México pre-colombino tuvieron lugar en dichos templos.
El poeta cubano José María Heredia compuso un poema titulado En el teocalli de Cholula.
En la cultura chicana moderna se refiere a la Iglesia Nativa Americana como "teocalli".
El más famoso teocalli azteca, ahora inexistente, se localizaba en el zócalo de la Ciudad de México, D.F.
Cu es el vocablo maya para designar a estos templos-pirámide y así es empleado por Bernardino de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva España.
El Teocalli de Cholula
Cholula, México.- Nadie sabe por qué llegó hasta allí, ni cómo. José María Heredia solo nos dice que se sentó en lo alto de la pirámide en el atardecer y que desde ese lugar contempló la ciudad abierta sobre el valle del Anáhuac, erizada de torres y campanarios coloniales que fueron levantados con las piedras de los templos toltecas. La voz melancólica del poeta adolescente -no había cumplido los 17 años- exploró entonces el misterio del tiempo efímero y de la vanidad humana. Pueblos, reyes, dictadores, sacerdotes horribles han pasado y aunque el volcán Popocatepetl resistió el embate de los siglos y de la muerte, no será para siempre: Todo perece/ por ley universal. Aun este mundo/ tan bello y tan brillante que habitamos,/ es el cadáver pálido y deforme/ de otro mundo que fue…
En el Teocalli de Cholula, escrito por Heredia en 1820, dos meses después de la muerte de su padre y maestro, es considerado el precursor de los grandes cantos románticos de Hispanoamérica. En el ensayo que siguió a La novela de mi vida, donde reconstruye a través de la ficción la obra y la época del poeta cubano, Leonardo Padura sintetiza los valores de estos versos: «Su reflexión histórica, su alegato contra la superstición y la tiranía, su desprecio por los horrores que puede cometer el poder, además de la notable capacidad de integrar la naturaleza a los estados anímicos y a la necesidad expresiva del poeta, ya advierten claramente la estatura lírica, de abierta filiación romántica, de José María Heredia».
Lo extraordinario es que, casi dos siglos después, este poema nos devuelve a un Heredia contemporáneo. Si nos quedaba alguna duda, porque muchos de sus versos se sienten ahora más verbosos y exclamativos que en su tiempo, se disipó leyéndolos desde la altura de la pirámide de Cholula, que tiene dimensiones mayores a la pirámide del Sol, de Teotihuacán, con aproximadamente 65 metros de altura y 452 por cada lado, con un volumen de 4,5 millones de metros cúbicos.
Desde la distancia parece una montaña común y corriente, coronada por una iglesia católica para la Virgen de los Remedios, graciosamente delineada en tonos blancos y naranjas. En realidad es un Teocalli -palabra náhuatl que significa «casa de Dios»- consagrado al Dios de la lluvia, Tláloc, que oculta siete pirámides superpuestas durante siglos y luego sepultada voluntariamente por los indígenas, mucho antes de la llegada de Hernán Cortés, que en estos mismos predios asesinó, en dos horas de terrible matanza, a más de 6 000 personas con el auxilio de la Malinche.
Desde la privilegiada vista panorámica que ofrece el Teocalli, Heredia no miraba solo a esta ciudad, sino al mundo. Cholula, como el planeta que habitamos, tenía y tiene una suerte de historia oculta y de ocultaciones, de muertes y de resurrecciones que cayeron de golpe sobre la sensibilidad del poeta: Un largo sueño/ de glorias engolfadas y perdidas/ en la profunda noche de los tiempos,/ descendió sobre mí, dice.
El tiempo hizo justicia a las ensoñaciones de Heredia. El pasado ha regresado a la actualidad. Con las excavaciones de los túneles internos, salió a la superficie el Tlamachihualtépetl, que fue el primer nombre de Cholula y significa «cerro hecho a mano». Reapareció la extraordinaria acústica -si aplaudimos el eco nos devuelve el grito del quetzal- y la exacta orientación de la pirámide, que se desvía 26 grados Este a Sur, en dirección a la salida del Sol durante el solsticio de invierno, y 26 grados Oeste a Norte, hacia la puesta del Sol en el solsticio de verano. Surgieron las decoraciones policromadas, como el mural de Los bebedores de pulque, y dibujos recurrentes de «insectos» que dan la impresión de ser cráneos humanos y que se despliegan de manera horizontal, como en las decoraciones del Templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán.
El saqueo y la destrucción convirtieron en cenizas y ruinas casi todo el legado indígena de Cholula. La ciudad colonial misma se construyó con las piedras de la arquitectura anterior, «ejemplo ignominioso de la demencia y el furor humano» que refieren los versos heredianos y que prefiguran lo que vendría después, porque la urbe moderna se levantó, con igual furia destructiva, sobre el legado hispano. Lo paradójico es que en Cholula, una ciudad habitada de manera continua durante 2 500 años, se haya mantenido hasta nuestros días aquello que los conquistadores se propusieron arrasar a su llegada en 1519: que nadie conociera ni valorara el pasado.
Sin embargo, duele muchísimo que ya no está el Popocatepetl, el «gigante del Anáhuac», la criatura a la que el vuelo/ de las edades rápidas no imprime/ alguna huella en tu nevada frente. Sus glaciales se han reducido un 22 por ciento en las últimas tres décadas. La contaminación ha puesto entre el Teocalli de Cholula y el volcán una densa pantalla de cielo sucio que no lo deja ver. Puede que la historia, testaruda, regrese, pero vale preguntarle lo que Heredia al viejo Popo: ¿Y tú eterno serás?
ROSA MIRIAM ELIZALDE … DIARIO DE LA JUVENTUD REBELDE
José María Heredia (Cuba, 1803-39)
Con Heredia pasamos del período colonial al período de la Independencia de los países hispanoamericanos, (aunque el caso de Cuba es especial, ya que no logra independizarse de España hasta 1898). En las primeras décadas del siglo diecinueve, coincide los movimientos independentistas de Hispanoamérica con una nueva sensibilidad artistica y filosófica, el Romanticismo, que sigue modelos europeos pero que florece en las Américas en formas nuevas y únicas. El poeta Heredia es uno de los pioneros del movimiento, no solamente en su propio país sino también en México, donde pasó la mayor parte de sus años adultos (véase biografía).
Los dos poemas más conocidos de Heredia, "En el teocalli de Cholula," y "Niágara" reflejan la vision del joven poeta romántico, forzado a vivir en el destierro (México y los Estados Unidos). En "En el teocalli," el poeta medita frente a las ruinas de una civilización desaparecida-un tema típicamente romántico, comparable, por ejemplo, al poema Ozymandias de Shelley. También evoca los volcanes de Popocatéptl e Iztaccihuátl.
En "Niágara," el poeta se dirige a las cataratas celebradas, encontrando en ellas una fuente de inspiración para su genio lírico-otro tema típicamente romántico.
Ambos poemas son difíciles en términos sintácticos. Por lo tanto, es importante que el estudiante intente poner las palabras en un orden más natural y comprensible. Por ejemplo, los versos 10-16, p. 244 de "En el teocalli" pueden leerse así:
Era la tarde; su brisa ligera ya plegaba las alas en silencio, y dormía entre la hierba y árboles, mientras el son ancho hundía su disco detrás de Iztaccíhual. La nieve eterna, como disuelta en [un] mar de oro, semejaba [parecía] temblar en torno de él [el sol].
Preguntas:
En el teocalli de Cholula
11. ¿Qué elementos típicamente románticos se observan en este poema?
22. ¿Dónde se sitúa el "yo" en el poeta, y cuál es la relación entre su estado de ánimo, sus pensamientos, y sus alrededores?
33. ¿Cuál es el papel de la naturaleza en el poema?
44. ¿Qué importancia tienen las alusiones al tiempo en el poema?
55. ¿Qué importancia tiene el tema de lo universal en el poema?
66. ¿Qué imagen ofrece el poeta del pasado indígena de México?
77. ¿Qué conexión establece el poeta entre el pasado indígena y el momento actual [presente] de México?
88. ¿En qué consiste la "lección saludable" que el poeta propone al final?
En el Teocalli de Cholula
¡Cuánto es bella la tierra que habitaban, los aztecas valientes! En su seno en una estrecha zona concentrados, con asombro se ven todos los climas que hay desde el Polo al Ecuador. Sus llanos cubren a par de las doradas mieses las cañas deliciosas. El naranjo y la piña y el plátano sonante, hijos del suelo equinoccial, se mezclan a la frondosa vid, al pino agreste, y de Minerva el árbol majestoso.
Nieve eternal corona las cabezas de Iztaccihual purísimo, Orizaba y Popocatepetl, sin que el invierno, toque jamás con destructora mano los campos fertilísimos, do ledo los mira el indio en púrpura ligera y oro teñirse, reflejando el brillo del sol en occidente, que sereno en yelo eterno y perennal verdura a torrentes vertió su luz dorada, y vio a Naturaleza conmovida con su dulce calor hervir en vida.
Era la tarde; su ligera brisa las alas en silencio ya plegaba, y entre la hierba y árboles dormía, mientras el ancho sol su disco hundía detrás de Iztaccihual. La nieve eterna, cual disuelta en mar de oro, semejaba temblar en torno de él; un arco inmenso que del empíreo en el cenit finaba, como espléndido pórtico del cielo, de luz vestido y centellante gloria, de sus últimos rayos recibía los colores riquísimos. Su brillo desfalleciendo fue; la blanca luna y de Venus la estrella solitaria en el cielo desierto se veían. ¡Crepúsculo feliz! Hora más bella que la alma noche o el brillante día, ¡Cuánto es dulce tu paz al alma mía!
Hallábame sentado en la famosa cholulteca pirámide. Tendido el llano inmenso que ante mí yacía, los ojos a espaciarse convidaba. ¡Qué silencio! ¡Qué paz! ¡Oh! ¿Quién diría que en estos bellos campos reina alzada la bárbara opresión, y que esta tierra brota mieses tan ricas, abonada con sangre de hombres, en que fue inundada por la superstición y por la guerra…?
Bajó la noche en tanto. De la esfera el leve azul, oscuro y más oscuro se fue tornando; la movible sombra de las nubes serenas, que volaban por el espacio en alas de la brisa, era visible en el tendido llano.
Iztaccihual purísimo volvía del argentado rayo de la luna el plácido fulgor, y en el oriente, bien como puntos de oro centellaban mil estrellas y mil… ¡Oh! ¡Yo os saludo, fuentes de luz, que de la noche umbría ilumináis el velo, y sois del firmamento poesía!
Al paso que la luna declinaba, y al ocaso fulgente descendía, con lentitud la sombra se extendía del Popocatepetl, y semejaba fantasma colosal. El arco oscuro a mí llegó, cubrióme, y su grandeza fue mayor y mayor, hasta que al cabo en sombra universal veló la tierra.
Volví los ojos al volcán sublime, que velado en vapores transparentes, sus inmensos contornos dibujaba de occidente en el cielo. ¡Gigante del Anáhuac! ¿Cómo el vuelo de las edades rápidas no imprime alguna huella en tu nevada frente?
Corre el tiempo veloz, arrebatando años y siglos, como el norte fiero precipita ante sí la muchedumbre de las olas del mar. Pueblos y reyes viste hervir a tus pies, que combatían cual hora combatimos, y llamaban eternas sus ciudades, y creían fatigar a la tierra con su gloria.
Fueron: de ellos no resta ni memoria. ¿Y tú eterno serás? Tal vez un día de tus profundas bases desquiciado caerás; abrumará tu gran ruina al yermo Anáhuac; alzaránse en ella nuevas generaciones, y orgullosas, que fuiste negarán…
Todo perece por ley universal. Aun este mundo tan bello y tan brillante que habitamos, es el cadáver pálido y deforme de otro mundo que fue…
En tal contemplación embebecido sorprendióme el sopor. Un largo sueño de glorias engolfadas y perdidas en la profunda noche de los tiempos, descendió sobre mí. La agreste pompa de los reyes aztecas desplegóse a mis ojos atónitos. Veía entre la muchedumbre silenciosa de emplumados caudillos levantarse el déspota salvaje en rico trono, de oro, perlas y plumas recamado; y al son de caracoles belicosos ir lentamente caminando al templo la vasta procesión, do la aguardaban sacerdotes horribles, salpicados con sangre humana rostros y vestidos.
Con profundo estupor el pueblo esclavo las bajas frentes en el polvo hundía, y ni mirar a su señor osaba, de cuyos ojos férvidos brotaba la saña del poder.
Tales ya fueron tus monarcas, Anáhuac, y su orgullo, su vil superstición y tiranía en el abismo del no ser se hundieron.
Sí, que la muerte, universal señora, hiriendo a par al déspota y esclavo, escribe la igualdad sobre la tumba. Con su manto benéfico el olvido tu insensatez oculta y tus furores a la raza presente y la futura.
Esta inmensa estructura vio a la superstición más inhumana en ella entronizarse. Oyó los gritos de agonizantes víctimas, en tanto que el sacerdote, sin piedad ni espanto, les arrancaba el corazón sangriento; miró el vapor espeso de la sangre subir caliente al ofendido cielo, y tender en el sol fúnebre velo, y escuchó los horrendos alaridos con que los sacerdotes sofocaban el grito del dolor.
Muda y desierta ahora te ves, pirámide. ¡Más vale que semanas de siglos yazcas yerma, y la superstición a quien serviste en el abismo del infierno duerma! A nuestros nietos últimos, empero, sé lección saludable; y hoy al hombre que ciego en su saber fútil y vano al cielo, cual Titán, truena orgulloso, sé ejemplo ignominioso de la demencia y del furor humano.
La Diáspora Dominicana
José María Heredia y Heredia (1803-1839)
El Cantor del Niágara
Poeta cubano de renombre universal, sin duda el que más fama ha adquirido en Cuba; su "Niágara" lo eleva al rango de los primeros clásicos, sus versos se han reproducido en todos los países civilizados.
José María Heredia
Nació en Santiago de Cuba, el 31 de diciembre de 1803, hijo de José Francisco Heredia Mieses y Mercedes Heredia Campuzano, naturales de Santo Domingo. Teniendo dos años de edad, salió con su familia hacia Pensacola, por haber sido nombrado su padre Asesor de la Intendencia de la Florida Occidental, que era aún posesión de España. En Pensacola fue iniciado en las primeras letras por su padre y aprendió con tal interés que a los tres años sabía leer y escribir. A los siete ya era "apto para estudiar facultades mayores". El padre, doctor en ambos derechos, hombre ilustrado, latinista profundo, le había enseñado con sus lecciones y con su ejemplo a ser honrado y a vivir con austeridad. El hogar fue su única escuela, de costumbres y de saber.
Nombrado el padre Oidor (magistrado) de la Audiencia de Caracas estuvo el niño seis meses en La Habana y dos años en Santo Domingo hasta que la familia pudo reunirse toda en Venezuela. Fue en los años de 1812 a 1817, de los más terribles de la guerra de independencia americana. Pasaron, en derrotas y triunfos, Francisco de Miranda y Simón Bolívar, y entre los realistas, Boves, Miyares, Morillo, Monteverde.
Las luchas de Caracas lanzaron al Oidor Heredia hasta México en cuya Audiencia ocupó el cargo de Alcalde del Crimen (juez de instrucción). Por intrigas y delaciones de sus enemigos, que eran los sanguinarios militares de la reconquista, sufrió ese descenso en su carrera judicial, que al fin lo llevó a la muerte joven y en plena producción literaria. Dejó inéditas la "Historia del descubrimiento y conquista de la América" en cuatro tomos, "Del gobierno de la España ultramarina" en dos tomos, y la "Historia filosófica de la revolución de Venezuela". Esta última, publicada mucho después, a fines del siglo, prueba sin quererlo la justicia de los rebeldes americanos.
En 1820, al morir asesinado en México don José Francisco, no contaba Heredia diecisiete años. Sus estudios de derecho, que empezó en la Habana y continuó en México, estaban aún sin terminar. Se encontró de súbito con la seria responsabilidad de atender a la manutención de su madre enferma y de cuatro hermanas menores. Regresó a Cuba en 1821 y allí obtuvo a raíz de su llegada el grado de bachiller en leyes. Empezó a ejercer poco después la abogacía y se estableció en al ciudad de Matanzas.
El proceso que habían de seguir las ideas políticas en Cuba quedó reflejado en las orientaciones sucesivas de la poesía política de Heredia. A los dieciocho años Heredia confiaba en el advenimiento de un régimen de libertad en España y en todos sus dominios. ¿Cómo no había de confiar en ello el hijo, imberbe aún, del magistrado sin tacha que, a pesar de los sinsabores que recogió como pago de sus servicios al trono vacilante de Fernando VII, nunca maldijo de España y sólo anheló verla libre? ¡España, libre! gritó también Heredia en una larga oda, al iniciarse el movimiento liberal de 1820. No era su voz la de un separatista, pero sí la de un defensor de la libertad.
Empero, esta actitud espiritual de vinculación a España no tenía ya en Heredia más punto de apoyo que el respeto al modo de pensar de su padre "encanecido en la fuerza de la edad". La muerte de su progenitor lo desligó del último escrúpulo que podía quedar en su ánimo para lanzarse al campo de las ideas separatistas. Ya en 1822 anhelaba tener, para dirigirse "A los habitantes de Anáhuac", la "abrasadora voz del vengador Tirteo". Infructuoso le parecía el sacrificio de Hidalgo, de Morelos y de Allende si México acataba la monarquía de Iturbide.
"No fuí yo sólo: fueron todos los cubanos de mi generación los que aprendieron a sentir a Cuba, a ver sus notas penetrantes, típicas, en la obra de Heredia"
José Martí
Un año después Heredia apareció complicado en la Conspiración de los Soles y Rayos de Bolívar, como miembro de los Caballeros Racionales, primera de cuantas se inspiraron en el propósito de obtener la independencia de Cuba. No quería Heredia que el verso fuera su única ofrenda a la libertad. ¡Anhelaba teñir con su sangre la túnica de esa deidad majestuosa y terrible! La mayoría de los conspiradores eran, como él, jóvenes. Soñaban con arrastrar a las turbas con el ímpetu de su verbo, comunicándoles la romántica embriaguez del sacrificio, y veían alzarse en el horizonte de la historia la "Estrella de Cuba", que fue cantada por Heredia y quedó como símbolo en la bandera nacional.
Este es el inicio de su gloria, de su inmortalidad. Huyó de los servidores del capitán general Vives y llegó a los Estados Unidos a disfrutar por primera vez de la democracia y a contraer la tuberculosis que destruyó su vida diez y seis años después.
En los Estados Unidos vivió Heredia horas de amargura y sufrimiento. Sus relaciones, que no eran muchas, las constituían principalmente algunos cubanos distinguidos, como el Padre Varela y Tomás Gener. La estación invernal hizo estragos en sus débiles pulmones. El país no le era grato. Le era imposible adaptarse a aquel ambiente, para él exótico. Le entusiasmaba la figura de Washington, a quien consagró una semblanza en prosa y una oda; admiraba las instituciones políticas de la nación norteamericana, porque era partidario de la forma republicana de gobierno; pero la vida y las costumbres de los Estados Unidos le arrancaron más de una vez acres comentarios. El idioma inglés, que logró aprender con dificultad, antojábasele "excecrable jerigonza". "Tan solo escucho de extranjero idioma los bárbaros sonidos", decía en su epístola "A Emilia", escrita "desde el suelo fatal" de su destierro. En ninguna composición sintetizó mejor sus nostalgias de desterrado.
En el exilio escribió la oda al Niágara, junto a la enorme y rugiente catarata, y allí supo algún tiempo más tarde que había sido condenado a destierro, lo que impedía su regreso a Cuba. Año y medio vivió Heredia en los Estados Unidos, publicando, en 1825, la primera edición de sus poesías. En el mismo año, aceptó la oferta del Presidente Guadalupe Victoria y volvió a México, para ser allí, como dijo él, juez, magistrado, periodista, político, tribuno, guerrero, tipógrafo, maestro, historiador, jurisperito, y morir en aquella tierra, después de una corta permanencia en Cuba al lado de su madre. "Vuelta al Sur" puso por título a la composición, rebosante de fervor patriótico, que escribió al abandonar las playas norteamericanas. El buque que lo conducía cruzó frente a las costas de Cuba, donde estaba vedado a Heredia poner la planta.
México fue para Heredia campo de lucha y de esfuerzos. Allí siguió conspirando en favor de la independencia de su patria: en 1829 la Justicia colonial española lo condenó, en contumacia, a la pena de muerte, por hallarse complicado en la conspiración del Águila Negra que desde México se tramaba. En México formó Heredia su hogar uniendo su destino, en septiembre de 1827, al de Jacoba Yáñez, hija de un magistrado de la audiencia, Isidro Yáñez, que fue excelente amigo de don José Francisco. Publicó en Toluca (1832) la segunda edición de sus poesías, que ofrendó a su esposa con la misma devoción con que el navegante que se ve libre del naufragio.
Heredia fue empleado de la administración pública de México apenas llegó, pero a poco, como si estuviera llamado a perpetuar allí la tradición paterna, fue nombrado juez; más tarde, fiscal; y por último Ministro de la Audiencia. Su rectitud en el desempeño de esos cargos y su laboriosidad constante le dieron alto prestigio. Consagró también su talento a la enseñanza pública: fue catedrático de literatura y de historia, y rector del Instituto Mexicano.
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