La sociedad ha sufrido profundos cambios, que involucran a su vez el concepto y la práctica de la participación. De una sociedad de tipo verticalista, donde los centros de enseñanza sólo traspasaban información sin análisis ni discusión, fábricas y centros de empleos en donde los obreros sólo percibían en forma pasiva su salario, que significaba el cumplimiento de una jornada de trabajo, no existía una verdadera implicación en los destinos o condiciones de las fuentes laborales y las legislaciones no se hacían cumplir, porque los trabajadores no exigían su cumplimiento. A nivel político, lo ciudadanos veían desde el palco como se producía en el escenario político los cambios de sociedad, la intervención pública estaba negada al ciudadano común. Con todo esto la situación no podía sostenerse por mucho tiempo, por lo que en un período, se venció parcialmente este verticalismo, hubo intentos de nacionalismos y de revoluciones obreras que intentaban descender la línea de la participación hacia la horizontalidad. Chile no estuvo ajeno a este proceso, intentos de nacionalizaciones y reivindaciones obreras habían logrado su fruto, pero lamentablemente la línea de la participación volvió a subir a su punto máximo de verticalidad con la dictadura del General Pinochet ( 1973- 1989), período en que fueron suprimidos los derechos fundamentales de los ciudadanos. Hoy día hemos avanzado nuevamente, lo nuestro ha sido un ir y venir que al final debe conducirnos a un cambio, la idea es que ese cambio sea desde una sociedad con una cultura de la inactividad a una, donde la cultura de participación sea el eje de nuestras actividades cotidianas.
II.2.- La crisis del Cambio. Sería ingenuo pensar que el cambio o evolución desde una sociedad vertical a una de participación pueda realizarse en calma y sin costo alguno. Los cambios que se producen en la sociedad, sean del tipo que sean, producen crisis en quienes los viven, sobre todo en el tema de la participación, donde no existe ( ni existirá ) una receta que nos indique como ser participativos o ( para lo técnicos ) como hacer participar, no se trata de un paso de un estado de ánimo a otro; es un aprender haciendo e intentando poco a poco. Hay que recordar que el cambio se debe producir en dos ámbitos, uno a nivel personal, que es imprescindible. No podemos pretender que a nivel de sociedad tengamos un cultura de participación cuando en nuestro ámbito más inmediato ( la familia) no somos capaces de aceptar e integrar a todos sus miembros. El otro nivel es el social, no menos importante que el anterior, se trata de un cambio cualitativo, desde una sociedad pasiva a una que sea gestora de su propio proyecto de vida, no se trata de una destrucción de las estructuras de poder para generar una sociedad sin gobierno, sino la construcción mutua entre los diferentes actores y en cuanto a los roles que le ocupan en la sociedad.
Ahora bien, como el cambio es a nivel de sociedad no debe involucrar sólo el ámbito de participación ciudadana a nivel de gestión municipal o de movimientos sociales, se trata de un cambio a todo los niveles, por ejemplo:
– A nivel Político. A este nivel se presenta el anhelo de participación con el deseo y la idea de estar construyendo una sociedad para todos, se ve que a través de la participación se decide nuestro destino. Es un fenómeno que no deja indiferente a nadie, ya sea por el hecho de creer que se está haciendo algo, o por el contrario, creer que la participación ciudadana en la política no contribuye para nada en un cambio en la sociedad. Uno de los principales hechos que marcan la historia reciente de Chile en este ámbito, es el plebiscito de 1988, donde se ponía termino a la Dictadura militar del General Pinochet para dar paso a una nueva era en la vida política nacional. El fenómeno de la votación en una elección fue para una inmensa mayoría de los chilenos ( sobre todos los jóvenes) un acto desconocido y fascinante, era la oportunidad de decidir el futuro de un país. Hoy en día, diez años después de este hecho, el anhelo de participación de la ciudadanía, ya no es satisfecho con el mínimum de la expresión periódica a través del voto secreto. Hay conciencia, cada vez más generalizada, de que la gestión de la vida pública debe ser controlada y dirigida más directamente por el ciudadano común. Esta idea es la que produce crisis en la vida política nacional, donde aún se cree que la política es un acto de verticalismo donde la población sólo debe estar informada de las decisiones que se toman a un nivel central.
– A nivel Económico. Frente a los colosos económicos que son las transnacionales, hay que hacer renacer la idea de lo "local", la participación en la distribución de los ingresos y sobre todo, una actitud de solidaridad en el ámbito del trabajo. Esta forma de ver el mundo económico es la que presenta mayores dificultades al momento de llevarlas a la práctica. Hoy en día, la idea del cooperativismo o la economía social se ve arrasada por una economía capitalista que destruye la idea de autoempleo y economía a escala local. A nivel empresarial, la gestión de los sindicatos y las asociaciones de trabajadores están marcando una nueva pauta de relación con los empleadores, incluso a nivel estatal. Aún queda mucho por hacer, hay que luchar por espacios de poder y no sólo de reclamación frente a hechos consumados, las nuevas reivindicaciones debe sufrir una evolución en este sentido.
En general, esto es un ejemplo de cómo en todos los ámbitos de la actividad humana, el anhelo de participación debe calar profundo en la conciencia de todos. Además esto demuestra que las crisis que producen estos anhelos deben ser espacios de reflexión y de oportunidad para crear una sociedad nueva. Debemos recordar que el paso de una sociedad vertical a una de participación, no es sólo un cambio de las estructuras de poder sino un cambio que comienza a nivel individual y de conciencia.
II.3.- De la Participación Parcial a la Total o integral. Otro elemento que se debe considerar al momento de hablar de participación es la globalidad que debe involucrar. En el apartado anterior, podíamos ver como en distintos ámbitos la participación debe generar un cambio cualitativo en la relación de las personas con ese medio. Ahora bien, no debemos caer en la parcialidad de la participación. El Hombre no es sólo estudiante o trabajador o integrante de un Junta de Vecinos. El Hombre es al mismo tiempo todas esas realidades (más en un sentido que en otro) . Su anhelo participativo, como Hombre, no puede verse satisfecho por la simple conquista de algunos de los aspectos que valorizan su existencia. " La participación integral del hombre en la sociedad, sólo será posible cuando establezca una armonía creciente entre las realidades circundantes al hombre y su aprehensión y gozo progresivo "[1]. Cuando hablamos de participación integral nos referimos a un intercambio total, permanente y progresivo del hombre del hombre con su medio:
a) Total: No se trata sólo de declaraciones de buenas intenciones y que los demás estén de acuerdo con ellas, sino que unos y otros entreguen los elementos necesarios para su desarrollo.
b) Permanente: No existirá participación integral si esta dialéctica se da en forma temporal o intermitente, sólo la permanencia en el tiempo de este fenómeno nos significará una verdadera participación. Es el típico caso de los integrantes de una Junta de Vecinos. Su participación se torna muy activa al momento de votar por los dirigentes de un período determinado o al entregar su cuota mensual para los gastos de la organización ( esto es un poco discutible), pero cuando la vida cotidiana de la organización se ve afectada por cualquier situación, el total del grupo descansa en la gestión única de los dirigentes o en la ayuda estatal, pero no actúa en forma permanente. En resumen la participación activa pero temporal no significa una participación integral
c) Progresiva. Muy relacionado con lo anterior, la participación debe ir siempre en aumento dentro de los movimientos sociales, no debe dejarse llevar por el planteamiento de objetivos cortoplazistas, que lo único que logran es hacer creer que la consecución de objetivos determinados confieren un grado de éxito a la gestión de estos grupo. En alguna forma esto es cierto, pero a la larga sólo logrará que las iniciativas de participación más activas y profundas se vean dejadas de lado por activismos propios de objetivos inmediatos.
II.4.- La participación es Poder. Como último elemento necesario para la configuración de un concepto de participación hay que señalar la directa relación que debe existir entre la participación y el acceso a espacios de poder, es decir, " … cada uno debe estar en condiciones de poder no solamente manifestar sus intereses, sino de poder influir en la conformación y manejo del bien común "[2]. Por lo tanto, participar, podríamos decir que es tomar parte en algo y ser parte de ese algo. Para ello se requiere tener capacidad para actuar y ser tomado en cuenta en forma, tanto cualitativa como cuantitativamente.
a) Tomar Parte. Es simplemente el estar presente en la configuración del proyecto de vida que se quiere para todos, cuando uno está dentro de una conversación y no interviene en ella, no da a entender su opinión y no se hace escuchar, el concepto que se genera de esa conversación no cuenta con la representación de la persona que se excluyó. A nivel de los movimientos sociales es lo mismo, el no tomar parte, significa simplemente quedar fiera de la configuración del concepto de "bien común", y por lo tanto los hechos generados serán sólo representaciones de quienes dieron su opinión pero no necesariamente significan el sentir de toda la población.
b) Ser parte. Es la otra cara de la misma moneda, primero debemos tomar parte en los hechos y segundo debemos constituirnos en protagonistas de ellos. La idea es participar para ser considerados dentro de un todo. Por ejemplo, dentro de una política municipal en relación a las organizaciones comunitarias, es necesario la presencia de los movimientos sociales en la configuración de los objetivos. No basta simplemente con participar ( asistir debería ser el concepto adecuado) en las actividades masivas que el municipio organiza, es necesario la construcción participativa y el protagonismo de los involucrados para que la idea de bien común que el municipio tiene en dicho tema sea atingente a una realidad que sólo sus verdaderos protagonistas conocen.
Finalmente, para ser protagonista, ser parte y tomar parte de algo, es preciso disponer del poder adecuado para ello, esto implica que junto con la capacidad de participar debe existir la capacidad de decidir. La participación es una relación que se produce entre los hombres y entre éstos y las instituciones. Hoy en día las instituciones estatales o municipales manejan el poder de decisión sobre las políticas de orden local. Si no se abren espacios de poder a los movimientos sociales, difícilmente obtendremos una participación real o integral, tendremos que conformarnos con creer que la asistencia y el consenso que tenemos en nuestras comunas son realmente participación. Nada más ajeno a la realidad.
III.- GESTION MUNICIPAL Y PARTICIPACION
Como decíamos en la introducción de este trabajo, los conceptos de municipio y participación se han visto distanciados a la opinión pública, es por eso que la mayoría de los municipios chilenos han decidido entrar en un era de "modernización de la gestión municipal". Esta idea ha sido entendida desde comparar más ordenadores para las oficinas hasta, efectivamente, mejorar la gestión tanto en sus servicios como en la imagen de administración local.
III.1.- La modernización de la gestión municipal . Uno de los elementos de mayor importancia dentro de la modernización de la gestión municipal es el cambio de mentalidad en lo que se refiere a la participación local, y digo uno, porque la modernización no es un acto singular, tampoco podemos pensar que por Ley o Decreto alcaldicio vamos a modernizar una municipalidad. Según Francisco Longo, Asesor del Alcalde de Barcelona, las principales acciones que favorecen los procesos de modernización son: la desconcentración de funciones, la dirección por objetivos y el control de la gestión.
"a) La Desconcentración de Funciones. Tradicionalmente, tanto las administraciones públicas como muchas empresas del sector privado, en relación directamente proporcional a su tamaño, han desarrollado niveles muy altos de centralización que han generado toda clase de controles, ejercidos desde las instancias centrales de la misma. La centralización burocrática ha traído consigo diversas consecuencias negativas: la desresponsabilización de los gestores que han encontrado en las estructuras centrales la perfecta coartada para desentenderse de los resultados; falta de receptividad ante las necesidades de los ciudadanos, debida al alejamiento de los ciudadanos de los centros de decisión; y una lentitud de la organización burocráticamente centralizada para dar respuestas ágiles a ese entorno cambiante…"[3].
b) La Dirección por Objetivos. La descentralización no puede ser concebida como el traspaso mecánico y por decreto de funciones y responsabilidades desde el centro a órganos descentralizados. " … se ha concebido unida a la implantación de la dirección por objetivos, ligada íntimamente a metodologías que faciliten la fijación de objetivos departamentales o individualizados, que permitan el seguimiento de la gestión a cada unidad descentralizada y también al centro de la organización"[4]. Esta planificación por objetivos no es una política rígida de trabajo, sino más bien es una metodología abierta y flexible, no pretende dar mayor importancia a los objetivos por sobres los planes para su consecución. En definitiva es hacer más dinámico el trabajo con un mayor grado de eficacia y eficiencia.
c) Control de la Gestión. Entendido éste , no como la supervisión clásica de la presencia (física muchas veces) en el puesto de trabajo, donde se establezca un dialogo improductivo con una montaña de papeles. El control de la gestión debe realizarse tanto al interior de la unidades de base como las de la cabeza de una municipalidad con respeto a la autonomía de cada unidad. El control de Gestión no debe transformase en una oficina de "Asuntos Internos", como en las películas de Policías, sino por el contrario, en una herramienta de apoyo para que las unidades puedan mejorar el camino a la consecución de sus objetivos planteados en sus planificaciones iniciales.
Resumiendo, en la modernización de la gestión municipal, aparte de estos tres elementos señalados anteriormente, hay un elemento indispensable a la hora de plantearse el cambio de una gestión municipal vertical a una horizontal. La modernización de la gestión debe incluir tanto el aspecto interno ( como que ya hemos señalado ) como aspectos de su relación con la sociedad civil. La creación o la apertura de espacios para la participación más de los estrictamente formales o consultivos. No debemos olvidar que la participación es poder, por lo tanto un elemento indispensable es acceso a la toma de decisiones sobre cuestiones que atañen a los individuos en forma directa. La modernización de la gestión , en definitiva, es el camino hacia mayores grados de democratización de las municipalidades chilenas, donde los viejos marcos de participación se abran a los ciudadanos, donde la planificación y la ejecución de un proyecto de ciudad no sea responsabilidad única de la administración local, sino que la comunidad toda debe ser participe de esta construcción. Es el cambio de usuario a co – responsable de una gestión municipal.
III.2.- Participación y Municipio. La principal interrogante en este contexto es ¿le interesa al ciudadano participar? o mejor dicho ¿ le interesa participar en relación con la administración local?. Estas preguntas van a tener distintas respuestas como contextos donde queramos aplicarlas. Ningún ámbito local es igual a otro, por lo tanto de acuerdo a las respuestas que obtengamos y a los matices que presenten, tenemos que plantearnos los mecanismos para que se cumplan los objetivos de la participación , es decir que sea total, permanente y progresiva. La dialéctica de participación ciudadana y Administración local debemos entenderla en un contexto de democracia. En este contexto de democracia entran en juego tres componentes que deben ser capaces de negociar y trabajar sus intereses en la construcción de un concepto de bien común:
Esto es lo que Clemente Navarro ha llamado el "Triángulo Problemático"[5]. La verdad es que la definición, que aparentemente no goza de mucha creatividad, acierta cien por cien en la relación cotidiana que se da entre ellos.
Muchas veces se cree que se puede estar cometiendo un error al separar a los técnicos del municipio de la Administración, pero tenemos que aclarar que cuando hablamos de la administración, nos referimos al ámbito político que en ese momento detentan el poder gracias al sufragio de los ciudadanos. Esta explicación es la que sustenta todo este trabajo, ya que los técnicos de las municipalidades chilenas, pueden por tanto, abstraerse (o no ) de la dirección política de la administración, para poder involucrar progresivamente en el trabajo cotidiano, que finalmente es donde se hace real una gestión municipal, el componente de participación ciudadana integral.
a) La Administración. Es impensable dentro de una construcción participativa de una ciudad el no contar con la administración. Esto no quiere decir que los ejemplos de acciones ciudadanas independientes o alternativas de las acciones municipales no sean consideradas como elementos de participación. Pero no es menos cierto que la construcción de un proyecto de ciudad, de un concepto de bien común, debe incluir a la administración local. A veces simplemente se pretende concebir a las municipalidades como entes financieros, que sin cobrar intereses económicos, ceden dinero para grupos y movimientos sociales. Esta concepción está lo más alejada de lo que llamamos la "modernización de la gestión municipal". La implicación de la administración es indispensable, pero cuidado, no tenemos que pensar que vamos a vivir en mundo de fantasía donde todos nos queremos y pensamos iguales. No se trata de eso, se trata de que en nuestras diferencias, en nuestras discusiones, podamos participar de una vida en común. Seguramente va a haber grupos que no querrán participar de las acciones de los demás. Es totalmente válido. Pero sería aún más valido si en sus acciones buscarán llamar la atención a la administración sobre hechos que están fuera de su concepto de participación y bien común. Hay que recordar en un alto porcentaje de las reivindicaciones de los movimientos sociales está el que la administración local se involucre efectivamente en las acciones que llevan a cabo. La voluntad política de quienes las administraciones locales son indispensables para el desarrollo de una gestión participativa y esa voluntad se logra con claridad en los objetivos comunes que se deben tener , tanto los movimiento sociales como la propia administración.
b) Técnicos y Profesionales Públicos. La separación, como la explicábamos anteriormente, se debe a que estos técnicos están generalmente trabajando en los municipios más tiempo que el de los períodos que duran los grupos políticos en el poder. Su conocimiento de la realidad social, de las redes que tradicionalmente funcionan en los movimientos sociales les hace el nexo perfecto entre el sistema burocrático del municipio y el sistema de redes sociales de los movimientos ciudadanos. Otro elemento que los incluye en forma indispensable en los procesos de gestión participativa, es el apoyo metodológico y técnico que pueden prestar a los movimiento sociales en su quehacer cotidiano. Este técnico municipal debe poseer ciertas aptitudes que se pueden ir concretando a través de una capacitación especializada en el tema de la participación ciudadana y en redes sociales.
c) La Comunidad: Cada vez que una decisión política se lleva a cabo no tiene una mala intención a priori. Todos trabajamos por el bien común, el problema está en que no todos entendemos el bien común de igual forma. Esta es la razón por la cual el efecto de las decisiones estratégicas tomadas desde las cúpulas, incluso las locales, afectan directamente a los ciudadanos y su cotidianeidad. Luego las diferencias que se pueden observar entre el impacto esperado y el efectivamente logrado, no es otra cosa que el resultado de una gestión vertical no participativa. La implicación de la comunidad en la toma de decisiones y en algunos espacios de poder es un de los primeros requisitos para que una gestión local sea participativa. Las redes sociales que se generan en los barrios de una ciudad determinan la importancia de acciones diferentes para problemas que , aparentemente son iguales, La forma de vivir y de concebir las problemáticas sociales son distintas por que se sienten distintas, no podemos medir con la misma vara a todos por igual. ¿ Cual es la forma en que los grupos sociales deciden participar ?. Algunos teóricos de la participación plantean que la relación de los grupos sociales y las administraciones locales se da de la siguiente manera:
A: La municipalidad fomenta los grupos
B: La municipalidad no los fomenta
C: Los grupos apoya la política del gobierno local
D: prefieren no apoyarla.
Para la Municipalidad tendremos la siguiente escala de priorización
BC= 4 : Que los grupos le apoyen y que obtengan sus recursos por vías ajenas
AC= 3 : Opta por fomentarlos si le apoyan.
BD= 2 : Limita o anula las ayudas a los que sean muy críticos con su gestión .
AD= 1 : Proporcionar recursos a grupos abiertamente hostiles ( la menos probable) .
Para los grupos la escala será la siguiente:
AD= 4 : Que se les apoye, sin comprometerse con la gestión municipal.
AC= 3 : Suscribir la política municipal para obtener recursos.
BD= 2 : Si no los apoyan no cooperamos.
BC= 1 : Apoyar incondicionalmente al gobierno local ( ningún grupo quiere).
El cruce de ambos órdenes de preferencias nos da el siguiente resultado:
De acuerdo a esta teoría los grupos sociales y las municipalidades deberían poner en marcha estrategias condicionalmente cooperativas, de manera que el resultado pasara a ser AC=3, esto es, el segundo mejor para cada uno. De esta forma el ayuntamiento fomentará la participación ciudadana y se hace a través de grupos organizados que le presten su apoyo o por lo menos no se presenten hostiles.
Si consideramos esta teoría, la implicación ciudadana en la estrategias que desee fomentar el municipio es indispensable, ya que la presencia y puesta en común de objetivos y estrategias acercará la gestión al vértice AC.
La relación dialéctica entre estos tres elementos: Administración, Técnicos y Ciudadanos, se debe presentar siempre en forma clara y sin ánimos de ocultar objetivos y estrategias para alcanzar el bien común. Se trata de unificar criterios para la construcción participada de este concepto. No confundamos estos con la creación de consensos ficticios, sino de poner en común estrategias cooperativas para la consecución de objetivos. Hay que evolucionar cambiando los conceptos de usuarios para los ciudadanos y de intocable y omnipotente para la municipalidad. Las responsabilidades siempre son compartidas.
IV.- PLANIFICACION MUNICIPAL Y PARTICIPACION CIUDADANA.
Hemos hablado, que una de las formas de hacer una gestión de ciudad participativa es poner en común objetivos y anhelos de todos los implicados en la vida social de una comuna ( Administración, técnicos y ciudadanos). Una forma de hacer efectiva esta forma de trabajo es la planificación participativa de la gestión municipal.
De manera general, planificar es definir estrategias y medios de acción para alcanzar objetivos futuros, de modo que los cambios deseados sean determinados mediante decisiones deliberadas. Estas estrategias y acciones se insertan en torno a un proyecto de sociedad. En este trabajo, vamos a ver cuatro tipos de planificación con participación ciudadana, la definición de cada una de ellas y su elección para aplicarlas en un contexto determinado va a depender de cada uno de los que deseen trabajar con ellas. Para dar una visión más gráfica de estos tipos de instrumentos utilizaremos una matriz presentada por Tomas R. Villasante en el Documento "Participación e integración Social ", sólo modificaremos una de las columnas para incluir los planes estratégicos como otro elemento de esta matriz. Finalmente, estableceremos en forma más específica las principales características de cada una de ellas.
IV.1.- Matriz de Planificación Municipal con Participación Ciudadana.
IV.2.- Los Planes Estratégicos. Están basados en la metodología de la Planificación Estratégica, " que en sí misma consiste en una metodología de planificación para diferentes Organizaciones. Naciendo en un principio ligado al análisis interno de las organizaciones, tanto la administración pública como las grandes empresas privadas. Se originó en los años 80" y en la actualidad su difusión está muy generalizada, extendiéndose a más campos de aquellos iniciales, a pesar de que los Planes Estratégicos son su principal terreno de aplicación" [6]. Generalmente parten de un diagnóstico consensuado, a través del método DAFO, que analiza dos niveles de los problemas: un nivel interno (Debilidades- Fortalezas) y otro externo ( Amenazas y Oportunidades). Para cada una de estos cuatro elementos detectados se realiza un matriz que contenga los acuerdos de los grupos
Matriz DAFO.
Luego de ésto, se determinan las estrategias que puedan llevar a contrarrestar las debilidades, aumentar las fortalezas, disminuir las amenazas y aprovechar las oportunidades. Todo esto tiene que estar en directa relación con el concepto de Misión que introduce la Planificación estratégica, que sería la declaración suprema de intenciones para la organización o para quien realice esta metodología. En definitiva es una metodología muy aplicable a cualquier contexto, pero tiene una desventaja que a veces en el análisis de los problemas crea consensos, que pueden resultar ficticios; cierra la discusión y el análisis de los problemas y desvincula la opinión de las minorias.
IV.3.- Los N.I.P. ( Núcleos de Intervención Participativa) Es una experiencia de participación ciudadana que se ha llevado a cabo con más efectividad en el País Vasco, España. Se trata simplemente de crear una especie de "jurado poblacional" , que durante un período de tiempo (una semana y en el caso de País Vasco son remunerados) han de debatir sobre un tema en concreto, tratando de analizar las ventajas y desventajas que trae consigo el desarrollo o no de este hecho. Por ejemplo, la decisión de pasar una carretera por un lugar donde viven por mucho tiempo personas y sus familias. Esta situación que se puede resolver con expropiaciones e indemnizaciones, o se puede convertir en una posibilidad de debate para los vecinos y planteamiento de alternativas, o por otro lado puede venir a legitimar decisiones de importancia para toda la comunidad. Se trata de conseguir consensos en unas democracias representativas que cada día lo tienen más difícil.
IV.4.- Los Planes Comunitarios. Primero vamos a presentar una definición construida a partir de una exposición hecha en el Máster de Investigación, Gestión y Desarrollo Local por el profesor Miguel Martínez López (Universidade de Vigo, Dpto. Socioloxia). Teóricamente, la idea nace de una agrupación de diversos colectivos de una "comunidad" ( de interés, territorial, homogénea/heterogénea, tradicional/moderna, marginada-pobre, etc.) dispuestos a intervenir en numerosas áreas temáticas, especialmente disfuncionales o carenciales en esa comunidad, desde la máxima autoorganización y autonomía posible con respecto a las administraciones y otras elites de poder, asociaciones y comunidades organizadas, sin desechar nunca la relación con todas ellas, contando con técnicos (as) de apoyo, dirección, animadoras y catalizadoras del Plan, como principales artífices de documentos de autoplanificación de actividades, prioridades, estrategias, proyectos y programas de intervención en base al conocimiento de que disponen sobre las necesidades sociales de su comunidad.
Esta definición establece una autonomía de los movimientos sociales en su relación con la administración, pero permite su relación con ella a través de apoyo técnico. Es una definición que establece el concepto de "comunitario" como único de la sociedad civil dejanmdo en un segundo plano a la Administración local. No es que crea que esté mal enfocado, pero sigo insistiendo en la necesidad de coordinación más efectiva, sobre todo en los planteamiento iniciales de la programación.
Otra idea de Plan Comunitario, es la que plantea Marco Marchioni como procesos progresivos, que tiene una fase de diagnóstico y otra de programación. En el diagnóstico distinguen entre lo "estático" (datos y encuestas ) y lo "dinámico" con entrevistas a personas relevantes y prácticas de investigación Participativa. Como podemos ver para un mismo concepto, o para una misma idea ( Plan Comunitario) podemos encontrar variaciones al momento de entenderlas. Es necesario que rescatemos la profundidad del concepto y nos las variaciones prácticas que pueden presentar en un contexto u otro. Hay que cuidar de no caer en un activismo sin una visión integral de los problemas y las relaciones que se producen entre ellos. En los Planes Comunitarios " no siempre el diagnóstico es una crítica más allá de lo evidente, que permita relanzar un proceso instituyente capaz de promover nuevos ánimos y nuevas personas implicadas "[7] .
IV.5.- La I.A.P/P.A.I. La Programación de Acciones Integrales o Programación Autosugestiva e Sinérgica. En cierta forma responde a una última etapa un proceso de Investigación- Acción – Participativa (P.A.I). Surge como respuesta a una reflexión crítica, tanto de los Planes Estratégicos como de los comunitarios. No es que sus diferencias la ubiquen en el extremo opuesto, sino más bien se nutre de ellos, pero trata de revitalizar la idea de lo Local. Es una actitud de defensa frente a los modelos impuestos por la globalidad. " Así pues nos instalamos en la praxis de talleres populares que retomen las experiencias de la investigación – acción – participante, de los socioanálisis instituyentes, de las Planificaciones locales participativas, de las pedadogías dialógicas, y de las prácticas militantes de los movimientos sociales "[8]. Por una lado esta metodología plantea la importancia de la participación integral de los movimiento sociales en las etapas del trabajo (Diagnóstico, programación etc.), pero también dice que no se puede partir de que "el pueblo siempre tiene la razón" . La idea es que se introduzcan metodologías complejas que vayan más allá de las audiciones sin análisis (diagnósticos del plan comunitario) y de los consesos creados ( Planes estratégicos). La idea es hurgar en los más profundo de las relaciones sociales, en las ideologías de las minorías. No hay que conformarse con técnicas descriptivas y de programación de actividades. Entonces, si nadie tiene la verdad, la construcción de la realidad "entre todos" (técnicos, administración, movimientos sociales) se debe basar en una praxis reflexiva.
La I.A.P. es una forma de hacer investigación social, donde se renueva el compromiso con los movimientos sociales, aquí se pierde la visión de objeto-sujeto de investigación creando una dialéctica compleja al momento de asumir las problemáticas sociales. Es una metodología que establece un papel protagónico tanto a los ciudadanos como la administración. La negociación es su principal arma al platearse los objetivos iniciales de trabajo. Su diagnóstico incluye, además de una caracterización de las problemáticas, la creación de un mapa de redes sociales que configura los "conjuntos de acción" que se desarrollan a nivel local. No siempre se puede cambiar a una persona, su forma de pensar, de concebir el mundo, etc., pero si se puede influir a nivel de sus relaciones y de sus actuaciones en la vida social. Esta es la idea, recuperar la importancia de las redes sociales en la resolución de problemas a nivel local e implicar a todos los actores que intervienen.
La P.A.I. por tanto supone una planificación de acciones integrales, que no contemplen sólo las particularidades aisladas de un problema, sino que el trabajo con ellos respondan a reivindicaciones más profundas y globalizantes. Se trata de renovar el compromiso con la acción popular a través de tareas conjuntas y co-responsabilidades. Se plantean cuatro tareas importantes en una P.A.I. que deben acompañar a toda la programación:
"a) Difusión hacia los sectores informales para dar a conocer los procesos en marcha
b) Recogida de Información (Retroalimentación), desde la población en general hacia la programación en marcha, de tal manera que siempre esté abierto un canal de retroalimentación general de lo programado.
c)Formación, de tal manera que se vayan produciendo mecanismos de autoformación entre los antiguos y nuevos lideres que todo proceso tiende a formar.
d) Toma de decisiones. Evaluando y mejorando lo programado según los aportes que se vayan recibiendo."[9]
En definitiva, cada una de estas metodología no excluye, necesariamente a la otra, la combinación efectiva de formas de actuar de una o de otra, puede conseguir el efecto esperado, que es descender la línea de la verticalidad hacia una sociedad más justa e igualitaria. donde las Administraciones locales no tengan que constituirse en un de los "problemas" o barreras de los movimientos sociales, sino que por el contrario, en parte activa de la construcción de una ciudad para todos.
A través del desarrollo del documento, he planteado algunas cosas que, según mi punto de vista , son importantes de considerar al momento de trabajar en un municipio, y teniendo como objetivo la participación integral de los ciudadanos. No pretenden ser receta o consejo de sabio, sino una invitación a reflexionar y a crear en conjunto un concepto de participación integral que nos permita efectuar nuestro trabajo en forma más eficiente y eficaz. Ahora quiero hacer hincapié en dos elementos de importancia que merecen un tratamiento especial a la hora de reflexionar sobre ellos. Son ideas transversales en el trabajo de un técnico de la Administración local.
– Muchos de los Planes de Desarrollo Comunitario que se plantean hoy en día, establecen la importancia del análisis de las problemáticas sociales "sectoriales": salud, educación, etc. Lo cual es innegable, pero no es menos cierto que las características de los grupos sociales que viven en una comuna hacen que cada una de estas problemáticas sean vividas en forma distinta. Lo que deseo plantear, es la importancia de las consideraciones locales, territoriales ( incluso dentro de una comuna pequeña) que hacen vivir en forma distinta cada una de estas problemáticas. El tema de la salud no es igual para todos; el de la educación tampoco. El desarrollo local, como paradigma de nuestra gestión, es precisamente el respeto a estas diferencias, por lo tanto, cualquier sistema de planificación participativa debe incluir las diferentes redes sociales que se producen en una comuna. No debemos recrear la idea de la globalidad en nuestras propias comunas.
– Las desmitificación de las técnicas de planificación. Debemos recordar que lo importante en un proceso de gestión municipal participativa, no es, necesariamente la gran cantidad de técnicas o metodologías participativas que conozcamos y utilicemos, sino la forma en que, a través de nuestro trabajo cotidiano aportamos espacios de participación a la comunidad. Miles de técnicas nos van a permitir tener documentos de planificación estratégica o integral, pero ni uno u otro, nos hará cambiar internamente. Debemos ser capaces de alejar de nuestro marco de acción institucional, la idea del funcionario municipal que atiende público a través de una ventanilla de cristal muy grueso. Sobre todo si somos agentes sociales del municipio. No se trata de "hacer terreno" todo el día o de irse a vivir a la población tal o cual, sino de un cambio de mentalidad que nos permita ver la importancia de las responsabilidades compartidas en la construcción de una comuna "para todos".
VI.- BIBLIOGRAFIA.
– Marchioni, Marco. La Utopía Posible. La intervención Comunitaria en las nuevas condiciones Sociales. Edit. Benchomo.
– Ginés, Jesús; Sánchez, Agustín y otros. Participación Integral. Edit. Pacífico. Santiago, Chile.
– Aguiar Fernando. El dilema de la Participación Ciudadana. Acción Colectiva y Gobierno Municipal. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Córdoba, 1994.
– R. Villasante, Tomás. Las Democracias Participativas. De la Participación ciudadana a las Alternativas de la sociedad. Ediciones Hoac, 1995.
– R. Villasante, Tomás. Comunidades Locales. Análisis, movimientos sociales y alternativas. Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid-1984.
– R. Villasante, Tomás. Las Ciudades Hablan y Hacen Programas Integrales. Iberoamérica ente Habitat II. Actas de las Jornadas celebradas en la Casa de América. Madrid, 1996.
– Martínez López, Miguel. Dos Experiencias de Investigación- Acción- Participativa en la Autogestión de Asociaciones Cooperativas. Documento de trabajo para el Máster en Investigación, Gestión y Desarrollo Local. Universidad Complutense, 1999.
– Alberich, Tomás; Gil, Miguel Ángel; Montañés, Manuel y otros. Métodos y Técnicas de Investigación y Participación. Cuadernos de la Red (red cims) Nº 5, 1998.
– Morales M, Eduardo. Planificación y Participación Local. Programa de Apoyo a la Gestión y Capacitación Municipal. AGCI, 1994. Chile.
Autor:
Claudio Andrés Briceño Olivera
[1] Gin?s, O, Jes?s. Participaci?n Integral, Trabajo realizado por el DESAL, Edit. del Pacifico, Chile.
[2] Alfredo Matte Lira. Participaci?n en Chile. Edit. Pacifico.
[3] Francisco Longo, Nueva Gesti?n Local. Modernizaci?n municipal en Alcobendas. Edit. Popular
[4] op. cit.
[5] Navarro, Clemente en Aguiar Fernando, El Dilema de la Participaci?n Ciudadana.
[6] Gil Zafra, Miguel Angel. Planificaci?n Estrat?tica: ?Metodo DAFO?. Cuadernos de la Red N?5.
[7] ?R. Villasante, Tom?s. Participaci?n e Integraci?n Social.
[8] R. Villasante, Tom?s. Las Ciudades Hablan y Hacen Programas Integrales
[9] R. Villasante, Tom?s. Comunicaci?n y Sociopraxis. Cuadrenos de la Red N? 5.
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