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Liderazgo ético del profesor universitario

Enviado por Beatriz lao


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusión
  5. Bibliografía

Resumen

El objetivo de este artículo, es compartir algunas reflexiones en torno al papel que deben asumir los docentes universitarios en su rol de líderes educativos, bajo una perspectiva ética de la docencia basada en la formación de valores, como pilares fundamentales para alcanzar el desarrollo integral del futuro profesional. A partir de una revisión bibliográfica, se obtuvo como resultado que el profesional en educación, como líder ético, debe fomentar en la educación superior el aprendizaje social de valores como el respeto por los derechos humanos, la democracia, la tolerancia y la solidaridad, de manera que el aprendizaje conlleve no sólo a la formación académica del estudiante sino que tribute en sensibilizar al futuro o futura docente que tendrá un encargo social y donde la ética profesional es importante, para que el desempeño y el modo de actuación esté enmarcado según las normas o reglas que rige la sociedad y por ende ante estas cualidades el docente será un ejemplo a seguir por sus educandos y para la sociedad. En este sentido, el diálogo y la reflexión deben protagonizar el proceso educativo y trascender el entorno de los centros docentes, contando con la implicación de toda la sociedad: alumnado, profesorado y comunidad. Por consiguiente, el liderazgo ético, presenta diferentes alternativas estratégicas, centradas en participación y cooperación, en la construcción de pertinencia social institucional.

Introducción

La gestión moderna de la educación se caracteriza por un liderazgo centrado en lo pedagógico, así como en las nuevas competencias profesionales de su ejercicio. También la cultura organizacional con visión de futuro, el trabajo en equipo, la constante apertura al aprendizaje y la innovación son pilares que marcan su orientación hacia la consecución de los objetivos y fines de la educación.

El liderazgo en una gestión moderna de la educación siempre reconoce las exigencias que el entorno le demanda, articula el proyecto educativo con las necesidades y oportunidades nacionales, transformando así la educación en un instrumento pertinente de cohesión social y movilidad. Esta gestión le presta particular atención a las variables que interactúan en la consecución del proceso de enseñanza-aprendizaje en forma integrada, con una visión principalmente macro del resultado educativo.

El presente artículo tiene el objetivo de sensibilizar a los profesionales de la docencia universitaria en cuanto a la importancia de la ética y el liderazgo en el éxito de su actividad profesional ante los retos complejos que la Educación Superior enfrenta en el Siglo XXI.

Desarrollo

El nuevo contexto tecnológico obliga a la administración de la educación a reinterpretarse como profesión, de manera que le corresponde asumir en forma estratégica e indispensable los retos en los que la educación se ve insertada. Dentro de la contingencia cultural y la era digital debe considerar la gestión moderna de la educación en la conducción de las organizaciones educativas, los impactos político, económico, cultural y social que intervienen para que el proceso educativo aspire a ser de calidad y equidad, en el cual la educación inclusiva y la interculturalidad se manifiesten dentro de sus prioridades.

Haciendo alusión a lo anteriormente expuesto, es pertinente señalar que el docente debe actuar en todo momento apegado a las normas éticas de su profesión, ya que este es modelo a seguir por sus alumnos. En tal sentido, (Alexei C, 2005) expresa que "La ética profesional del maestro tiene una gran tarea en la sociedad, ya que es la responsable de la formación de las nuevas generaciones". Del mismo modo, considera que la ética pedagógica estudia el carácter de la actividad moral del pedagogo y las relaciones morales en el medio pedagógico. Por otra parte ésta ética refleja la necesidad de una sólida preparación del docente para impartir clase con calidad. De aquí que el desempeño profesional independientemente del área que se ejerza requiere ser guiado por los principios y valores éticos fundamentales en las profesiones.

Por otro lado, (Angulo y Acuña, 2005)  "La ética es el ideal de la conducta humana, orientando sobre lo que es bueno y correcto, ésta se consolida cuando se internalizan las normas sin que exista presión exógena para su cumplimiento. La ética de un profesional, se gesta desde su formación, por ello el docente debe actuar en esta etapa de forma correcta, y para realizar esta labor tiene que conocer de ética y de cómo debe ser su comportamiento como docente" (p.1).

El profesional y más si es de la educación, debe desarrollar su trabajo basado en valores y principios éticos, ya que como guía moldea el comportamiento a través de su actuar, siendo modelo a seguir y en este sentido requiere de una sólida formación, de un perfil adecuado y de unos principios básicos que les permitan vencer cualquier problema que se le presente. Guzmán, W (2004) plantea que "el educador debe cumplir con cuatro principios éticos que son: a) preparación intelectual y moral de alta calidad,  b) respeto máximo por los derechos de los estudiantes, y una conducta personal intachable. Esto indica que para ejercer como educador, se requiere de unas condiciones específicas y que no basta con tener conocimientos o poseer un título académico, sino que va más allá de eso; se requiere de  una conducta y formación  puramente ética.

Es posible que esto lleve a reflexionar, sobre la realidad de los profesores universitarios. Lamentablemente, existen algunos docente a nivel mundial que no tienen en cuenta las normas éticas para ejercer su rol docente, ya que en muchos casos algunos estudiantes han vivenciado y a su vez testigos de los abusos de poder por parte de estos profesionales donde han sobornado y se dejan sobornar por los y las discentes con la finalidad de obtener la aprobación de una asignatura en particular, éste acto repudiable no sólo los afecta académicamente sino que tributa en la formación de un ser sin principios ni valores.

Por consiguiente, el docente universitario debe ser un profesional con un alto nivel de ética, para desempeñar una función efectiva y que sea cuestionada por las normas sociales e institucionales. En tal sentido, (Fernández y Hortal 1994) expresan que "Es preciso conjugar la libertad de cátedra con el carácter propio del centro universitario, ya que no todas las formas de ejercer la profesión, son compatibles con una visión moral confesional. Es de desear un diálogo interdisciplinar entre los profesores para que en la medida de lo posible y deseable, los alumnos no reciban en las asignaturas propias de sus carreras, criterios opuestos a los que se les transmiten en las asignaturas de formación". Esto indica la gran responsabilidad que descansa sobre los docentes del nivel superior, y si la universidad no da seguimiento y monitorea el trabajo de los docentes, puede darse el caso de que los profesores universitarios ejerzan una práctica totalmente fuera de lo establecido ética y profesionalmente.

Para que un docente actúe de manera ética debe estar formado en valores, para que de este modo  actúe apegado fielmente a lo establecido por los códigos de ética institucionales.

Según, lo que establece (González, M, 2005) "El profesor universitario ha de ser para sus estudiantes un modelo de actuación personal y profesional, un ejemplo que estimule a sus alumnos en el proceso de su construcción como persona, en el ejercicio de la profesión. Esto implica necesariamente el desarrollo del profesor como persona moral. Para ser modelo hay que ser coherente, tiene que mostrar correspondencia entre lo que dice y hace". Si se toma en consideración esta opinión, es de entender que la función del docente conlleva un alto grado de cumplimiento de la ética.

Entendiéndose, que la ética en la práctica pedagógica del docente universitario debe estar fundamentada en la aplicación de teorías y métodos de enseñanza con el uso de recursos y medios que tengan la direccionalidad para llegar a sus estudiantes, deben llevar la seguridad para inducir un mejoramiento de su competencia profesional, que no se resuelve mediante el aprendizaje de meros saberes teóricos o puramente técnicos sino a la orientación esencial del quehacer educativo con el compromiso ético del docente.

Por lo tanto, un líder ético en el campo educativo tiene que conocer sus capacidades, perspectivas y sus limitaciones. Idealmente debe aprender a combinar las diferentes perspectivas en un estilo más integral y estratégico; aceptar sus propias limitaciones e incorporar a sus organizaciones aportes de fortalezas complementarias. Estos líderes conocen sus puntos fuertes, se esfuerzan por ampliarlos y estructuran equipos de trabajo que en conjunto ejercen el liderazgo, por lo menos, en las cuatro perspectivas: estructural, política, de recursos humanos y ética (Adair, 2002).

En tal sentido, un líder ético en el componente educativo, debe ser capaz de ponerse al servicio de los demás; manteniendo a la vez la responsabilidad social, la objetividad, el conocimiento de las propias limitaciones. Incorporando idoneidad técnica, que se consigue con la formación académica y buscando generar junto a una visión completa de los problemas, una especialización en algunos de los campos en que se divide el servicio público y que lo proyectan hacia la construcción y fortalecimiento organizativo (García, S 2004 y Schvarstein, 2004).

Partiendo de estas premisas es importante destacar, algunas cualidades que poseen los docentes con liderazgo ético:

  • Compromisos del docente líder con su profesionalismo enmarcado en principios éticos y morales.

  • Estimular la formación investigativa y el manejo tecnológico.

  • Mostrar liderazgo en su área de formación.

  • Explorar creativamente otros diseños pedagógicos, metodológicos y didácticos.

  • Proponer otras formas de pensamiento.

  • Crear un ambiente escolar adecuado y propicio para el liderazgo y la estimulación de otros talentos escondidos.

  • Construir nuevos conocimientos a partir de los que se han alcanzado en la clase

  • Fortalecer la estructura de la clase haciendo cultura de ella.

Por otra parte, (Martínez, Buxarris y Esteban, 2002) citado por (González, A 2004) afirma que el docente se debe contemplar cómo. "Persona que acompaña al estudiante en el proceso de construcción de conocimiento, actitudes y valores en el que asume nuevas funciones que se expresan en su condición de gestar de información y guía del proceso de aprendizaje de sus estudiantes y que se resumen en su condición de modelo educativo".

La cita anterior, centra la educación superior como eje fundamental en la formación del futuro profesional, los cuales deben tener un perfil acondicionado a las exigencias y necesidades de la sociedad y para estar comprometido con el desarrollo social que hacen mención en el párrafo anterior. Para esto, es fundamental tener un formación integral (académica, tecnológica, científica, humanista entre otras competencias). De igual manera, tener bien fundamentado la ética profesional y ejecutarla en el accionar diario de la práctica pedagógica; con la intención de contribuir en la transformación del futuro profesional que está en formación.

Después, de indagar sobre esta temática a nivel internacional y en algunos países latino americano, la autora de este artículo contextualizó la investigación en la República Bolivariana de Venezuela, donde no escapa a esta realidad. A lo largo de la historia la educación en venezolana ha venido sufriendo cambios en el sistema educativo producto, de los cambios políticos, económicos, sociales y de la globalización. En la actualidad a pesar de los esfuerzos dados por el Estado Nacional de transformar la concepción de algunos docentes con visión capitalista, que sólo piensa en su propio bienestar y no les importa en incurrir en falta o delitos, porque adolece de principios éticos y volares.

No obstante es importante destacar, que en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 104 establece "La Educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica…" Haciendo alusión a lo que establece este artículo, se infiere que los y las docentes deben tener una conducta intachable cuyos principios y valores estén bien fundamentos y puesto en práctica en la vida cotidiana, es decir, no sólo en el lugar de trabajo, también fuera de ella ya que representan ante la sociedad un ejemplo a seguir. Por lo tanto, la formación académica del profesor o profesora se consolida cuando en la práctica pedagógica se complementa con la parte axiológica.

Asimismo, en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, en capítulo II que habla de las faltas y sanciones que pueden incurrir el o la profesional de la docencia por algunas irregularidades relacionada por falta de responsabilidad, de principios y de ética y otros.

Artículo 150. Establecen las falta graves allí se hace mención de (diez) 10 de ellas específicamente en el número nueve (9). Señala lo siguiente: "Por observar conducta contraria a la ética profesional, a la moral, a las buenas costumbres y a los principios que informan nuestra Constitución y las demás leyes de la República.

En consecuencia, esta causal puede originar la suspensión del cargo temporal o definitivo según sea el caso. Es por eso, que se debe actuar apegado a las leyes y a los principios éticos y morales para evitar incurrir en faltas que repercutirá de negativa para la imagen del profesor y profesora y su desempeño. De igual manera, refutará en la formación académica y ética en los y estudiantes, es por eso que el docente debe fomentar el liderazgo ético en sus educandos para que en el futuro sean profesionales ejemplos para la sociedad.

Después, de haber analizado los artículos anteriores relacionado con la Constitución de la República Bolivariana y el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente. Es pertinente dar a conocer algunos Principios Éticos del Profesor Universitario en Venezuela que están implícitos en los cuerpos de leyes existentes en la República.

  • Contribuir con la interpretación teórica y la solución de los problemas de la sociedad y de la nación.

  • Garantizar en todos los órdenes sociales el papel de agente de cambio y de transformación que bajo los principios y valores democráticos tiene la universidad venezolana para toda la colectividad nacional.

  • Promover una conciencia de adscripción, identificación y servicio con la institución, la sociedad y la patria.

  • Actuar como líder a objeto de defender, orientar y educar a los miembros de la sociedad venezolana, especialmente a los más desposeídos, en el proceso de instauración de la justicia social.

  • Velar por el respeto de los principios contenidos en la declaración universal de los derechos humanos y de los de justicia y equidad contenidos en la constitución y demás leyes de la república.

  • Fomentar los valores culturales, la identidad nacional, la libertad, la democracia, la responsabilidad y la solidaridad social.

Como se puede evidenciar, el Estado ha dado respuestas ante esta temática, estableciendo normas, reglas y principios con carácter constitucional con la finalidad de sensibilizar al claustro administrativo, docente y toda la comunidad educativa para garantizar el buen funcionamiento, que tributa en la formación del estudiante y futuro egresado es por ello, que también existe el perfil del educando y del futuro profesional todo esto con carácter intencional puesto que, tendrán la responsabilidad de transformar su realidad y contribuir con el avance y desarrollo de la sociedad. En tal sentido, necesita tener una formación de calidad para asumir con responsabilidad, pertinencia y eficiencia el encargo social. Por otro lado, es importante señalar que el gobierno actual liderizado por el presidente Hugo Rafael Chávez Fría ha invertido en la formación y actualización de su gremio docente, administrativo y otros, haciendo convenio con otros países para brindarles de manera gratuita estudios a nivel de post grado, maestría, doctorado y becas internacionales con el objetivo de mejorar la formación académica, científica, tecnológica y humanista de sus profesionales.

En cuanto, a la experiencia obtenida en la praxis pedagógica he tenido la oportunidad de no sólo ejecutar los roles docente sino, de establecer con mis educandos una comunicación efectiva donde me han permitido conocer sus problemas y necesidades que de una u otra forma influye negativamente en su rendimiento producto de su estado de ánimo. Ante estas situaciones y otras, la docente orienta y motiva a los y las estudiantes en continuar adelante para alcanzar la meta y mejorar sus condiciones de vida.

En otras circunstancias algunos pasantes han sufrido una decepción en la ejecución de La Práctica Educativa ya que la realidad es muy diferentes a lo que han aprendido en la universidad y en vista ante las necesidades existen en la misma, de las cuáles podemos mencionar: dificultad en el aprendizaje, conducta y otros. Ha ocasionado desmotivación por los y las practicantes a la hora de ejecutar sus clases previamente planificadas ya que en algunos casos los resultados no son el esperado producto de esta problemática. Sin embargo, la docente interviene de manera inmediata reafirmándoles el compromiso moral y social que recae en esta profesión y que deben asumir con responsabilidad y valentía. Todo esto con la intención de ayudarlos a construir el perfil de ese futuro egresado que la nación necesita para que en el campo laboral contribuya en la formación del niño o niña que tendrán bajo su responsabilidad y de los problemas o necesidades existentes en el entorno social en el cual se encuentra inmerso.

Por tal razón, constantemente hago énfasis en la importancia de tener vocación, compromiso social y moral sin dejar aislado los valores para ser excelentes profesionales ya que el reto y compromiso que tendrán como responsabilidad es grande y a su vez muy valioso. Aunque, algunas personas nacen con estas cualidades de ser líderes otros a lo largo de la vida van aprendiendo. Partiendo de esta explicación, se puede inferir que el profesor o profesora debe ser un ejemplo a seguir por lo tanto, tiene que incentivar y motivar a los estudiantes en tener ética profesional y sentido de pertinencia para alcanzar el desarrollo integral y las competencias pertinentes.

Conclusión

El docente debe ser ejemplo de moral y de persona, ya que en sus manos reposa la responsabilidad de guiar y orientar a una serie de sujetos que han depositado su confianza en él, a los cuales no debe defraudar. Si la persona actúa de manera ética, su desempeño es moral, ya que esta última es la parte práctica de la ética y el que actúa de este modo, lo hace en base a las normas establecidas por el entorno en que converge y las reglas y principios éticos universales. Es función del docente trabajar fundamentado en los valores y la moral. Además, la educación ética y moral tiene que verse reflejada en todo el accionar de la persona, no solo en el ámbito laboral, sino también familiar, económico ,comunitario, social, religioso, político, ente otros en los que se desenvuelve. En consecuencia, después de consultar diferentes fuentes bibliográfica en busca de algunas teorías o antecedentes alusivos a la temática y del mismo modo contextualizarlo en Venezuela se llegó a ese análisis. Y a su vez reconocer el esfuerzo dada por el Estado en establecer leyes donde están presentes la importancia del profesional y su ética, y de las consecuencias que puede ocasionar los incumplimientos de las reglas y normas por parte de los educadores. Es preciso, hacer referencia de la importancia del conocimiento del contenido de los cuerpos de leyes para actuar apegado a ellas ya que esto obedece a la transformación y desarrollo de la nación y del ser como sujeto que tiene derechos pero a su vez deberes que cumplir. Esta estrategia política busca solventar problemas e irregularidades donde algunos docentes se han vistos involucrados por su mal desempeño y carencias de valores que se evidencia en su modo de actuación. Y, ante estas y otras variables se pretende minimizar la problemática y busca incentivar a los profesores y profesoras en mejorar su práctica pedagógica para obtener excelentes resultados en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Bibliografía

Alexei, C (2005) La ética profesional. Una exigencia en la formación del profesorado general integral dentro del contexto de la escuela cubana actual, Cuba: Granma.

Angulo y Acuña (2005) Ética del docente. Revista Educación en Valores. Año/  Vol. 1/ N 3. Valencia, España: Universidad de Carabobo.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)

Fernández & Hortal (1994) Ética de las profesiones. Madrid, España: UPCO.

García Díaz, Sebastián (2004). Formación de líderes: la verdadera solución. En:http://www.revistaprobidad.info/014/art04.html.

González, M (2005) El Profesorado Universitario: Su concepción y Formación como Modelo de Actuación Ética y Profesional. La Habana, Cuba: Universidad de la Habana.

Guzmán, W (2004) 4 Principios éticos del educador para que nuestra educación sea humana y cristiana de calidad. Bogota, Colombia: Distrito Lasallista. Publicado en http: // www.lasalle.org.co Recuperado en fecha 15 de julio 2008. 

Madé (2002) Educación Superior, Medio Ambiente y Reingeniería Académica. Santo Domingo, R.D.

Reglamento del ejercicio de la profesión docente en Venezuela (2009).         

Schvarstein, L. (2004). La inteligencia social de las organizaciones. Primera edición. Argentina: Editorial Paidos.

 

 

Autor:

Beatriz Lao