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La creatividad: un valor cultural

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    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Referencias
    4. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    El desarrollo de la humanidad depende cada vez más de lo que acontezca en el campo de las ideas, de la innovación y del descubrimiento. En el mundo contemporáneo es una amenaza en lo económico, en lo político y lo social, la globalización neoliberal, a través de la cual se trata de socavar la soberanía, la independencia y la identidad cultural de los diferentes paises.

    Para los paises subdesarrollados es de vital importancia asumir la creatividad, como arma de escape a las grandes crisis que se avecinan, para poder crear sus propios modelos culturales y tecnologías de avanzadas. Son precisamente los sistemas educativos los llamados a darle respuesta a esta problemática en América Latina. Su misión es potenciar el crecimiento profesional y humano de cada uno de sus ciudadanos para que con creatividad puedan enfrentar las nuevas exigencias del mundo actual. En Cuba, cuando se habla de creatividad, se trata de lograr un modo de actuación superior en los hombres dirigido a la búsqueda de caminos y soluciones a los problemas que plantean la necesidad de un afianzamiento de las conquistas del socialismo y su perfeccionamiento.

    De ahí que uno de los propósitos de este trabajo sea reflexionar en los fundamentos filosóficos, sociológicos, y psicológicos de la pedagogía cubana, lo que nos permitirá hacer un análisis más completo de la creatividad como problema educacional y como un valor cultural.

    DESARROLLO

    La creatividad es un problema social indisolublemente ligado al desarrollo humano, por lo que no se puede analizar al margen del desarrollo del propio hombre, ni de las condiciones de vida y educación en que este se desarrolla.

    Cualquier análisis de la creatividad que tenga que ver con los factores que inciden en ella, las fuerzas que la mueven, así como las condiciones en que se realiza, debe tener en cuenta la teoría marxista del desarrollo del hombre, la cual parte de que el hombre es, ante todo, un ser social y su relación con otras personas son las premisas más importantes en su desarrollo como personalidad. Concibe al hombre como poseedor de una estructura intrínseca para ser educado, para educarse y para educar a los demás, por lo que ser hombre significa educarse durante toda la vida.

    La filosofía marxista no niega la importancia de las peculiaridades biológicas, pero las mismas no constituyen determinantes de lo que un sujeto pueda llegar a ser o no. Todo ello ha sido ya científicamente demostrado por múltiples investigaciones. Si el niño se desarrolla en el proceso de apropiación de la cultura material y espiritual que han legado las generaciones precedentes, resultan fundamentales las condiciones de vida y educación en la que este proceso transcurre y que están histórico, social y culturalmente condicionadas. El medio social no es simplemente una condición externa para el desarrollo humano, sino una verdadera fuente para el desarrollo del niño, ya que en él están contenidas todos los valores y capacidades materiales y espirituales del género humano que el niño ha de hacer suyas en el proceso de su desarrollo.

    La creatividad no nace con el niño, sin embargo el niño al nacer trae un potencial creativo el cual viene determinado en gran medida por la riqueza estimuladora del medio sociocultural en que este se desarrolla. En la creatividad se expresa la esencia sociotransformadora del hombre. La creatividad no es atributo de determinados individuos con altos rendimientos, es un atributo del trabajo gracias al cual se realizan cambios socialmente significativos, se desarrolla la cultura y se perfecciona la personalidad.

    El problema del papel que desempeña el medio en el desarrollo de la creatividad se resuelve de diferentes formas en dependencia de la concepción que se tenga de la naturaleza general del proceso genético que se estudia.

    Existen tendencias como la del conductismo, que reconocen el importante papel que desempeña el medio social, pero lo analizan desde el punto de vista metafísico, al considerar que este influye sobre el niño, al igual que el medio biológico sobre los animales.

    Las propias investigaciones realizadas aún dentro de las mismas concepciones pusieron de manifiesto muchas de sus inconsistencias y en medio de estas contradicciones surge una teoría más completa y abarcadora: La teoría del desarrollo histórico-cultural en la que se muestra la especificidad del género humano y en la que se integran de forma peculiar lo biológico, y de lo ambiental, lo específicamente sociocultural del desarrollo de la personalidad en general. Esta teoría muestra continuidad en las principales ideas educativas que constituyen nuestras raíces más sólidas, por tanto constituye la teoría psicológica que sustenta la escuela cubana de hoy.

    Esta teoría parte de que cada sujeto nace con determinadas estructuras biológicas que pueden considerarse como condiciones necesarias para su desarrollo, pero que no son suficientes. Esta teoría considera al hombre como realidad viva, como un ser bio-psico-social e histórico, cuya naturaleza humana es necesario considerarla históricamente condicionada a la época. El hombre varía en el curso de la historia, se desarrolla, se transforma y es el resultado de esta.

    Desde esta posición el proceso educativo adquiere una dimensión humanística, dialéctica, desarrolladora y educativa y se corresponde con una concepción del desarrollo como producto de la apropiación de la experiencia histórica-cultural en un momento determinado. Se concibe así el proceso educativo como fuerza que impulsa, que mueve el desarrollo en la medida en que contribuye a vencer con éxito las contradicciones que surgen en la vida del individuo y al surgimiento de nuevas contradicciones.

    La categoría central de esta teoría psicológica es la "apropiación" por el hombre de la herencia social, elaborada por las generaciones precedentes. La apropiación es entendida como las más diversas formas y recursos a través de los cuales el sujeto de forma activa y en íntima relación con los demás, los adultos y los coetáneos que lo rodean hace suyos los conocimientos, las técnicas, las actitudes, los valores, los ideales de la sociedad en que vive, así como los mecanismos a través de los cuales logra su autodesarrollo, es decir, convierte en cualidades personales la cultura que caracteriza la sociedad en que vive.

    El sujeto no sólo se apropia de la cultura, sino que también la construye, la critica, la enriquece, en la medida que se apropia del conocimiento y los utiliza , demostrando posturas éticas respecto a la cosmovisión de los procesos en los cuales actúa de forma directa o indirecta .

    Esta comprensión de la apropiación tiene un gran significado para el desarrollo de la creatividad en el hombre y para el proceso de formación de su cultura de forma general.

    Las posiciones teóricas asumidas son puntos de partida para amplias reflexiones epistemológicas en el ámbito educacional cubano, no sólo para precisar los problemas teóricos y metodológicos que contribuyen al perfeccionamiento del mismo, sino a su propia fundamentación científica.

    Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado y llevando estas reflexiones al plano de la creatividad como un proceso inherente al desarrollo humano, se asume que la creatividad no puede desarrollarse de forma espontánea, esta debe ser guiada, orientada, en interacción dialéctica con los requerimientos sociales, lo que quiere decir, que la creatividad se desarrolla bajo las condiciones de un proceso formativo, el cual es comunicativo por su esencia, considerando que todas las influencias educativas, que en el mismo se generan, a partir de las relaciones humanas que se establecen en el proceso de actividad conjunta, se producen en situaciones de comunicación.

    Este proceso formativo constituye en sí mismo un sistema de influencias educativas que tienen un carácter histórico y concreto, por estar condicionado por los sucesos, acontecimientos y enfoques históricos que determinan la naturaleza del hombre a formar como fin básico de la educación, es por ello que es importante enfocarlo con carácter de sistema, al estar este estrechamente relacionado con la política, la economía, el derecho, el medio ambiente, la comunicación social y la cultura en interrelación dialéctica a la vez que es condicionante de su proyección futura, por eso podemos plantear que la educación es un fenómeno social determinante y determinado a la vez.

    Este proceso educativo tiene su génesis en el contexto macrosocial, el que incluye las influencias de las políticas internacionales y nacionales, las cuales son contempladas por la política educativa a seguir por la sociedad.

    Estas políticas educativas se adecuan al sistema político social y al contexto escolar en interacción dialéctica con el contexto microsocial, lo cual crea un entorno educativo sistémico, único, organizado y dirigido hacia la formación de un ideal humano, bajo la acción coordinada de cada uno de los elementos que inciden en él como línea directriz del análisis y conformación de los basamentos teóricos y prácticos de la concepción que se asume. De esta forma los individuos se convierten en personalidades que entablan por medio de sus actividades y de la comunicación relaciones históricas concretas entre sí y con los objetos y sujetos de la cultura, así es como tiene lugar el proceso de socialización de individuo.

    De ahí que el proceso de desarrollo de la creatividad y de cualquier otro proceso inherente al desarrollo humano no se da divorciado de la época, ni de la sociedad en que se vive, ni de la realidad concreta en que se enmarca la vida del sujeto.

    Tampoco se trata de formar un individuo fragmentado, pues educar como decía José Martí es "Depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote, es preparar al hombre para la vida".(1)

    En la escuela cubana tiene gran vigencia el pensamiento martiano, lo que se refleja en toda su proyección dirigida a la formación del hombre y la cultura en interrelación dialéctica. Un hombre que responda a su época, que defienda su identidad como cubano de las fuerzas disolventes internas y externas que pretendan su desnaturalización cultural y humana, por lo que tiene que asumir una posición antimperialista, latinoamericanista y de solidaridad con todos aquellos procesos universales que contribuyen al desarrollo humano, asumiendo una lucha tenaz contra los antivalores como: el egoísmo, el divisionismo, la ineficacia, la desnacionalización entre otros. Una educación dirigida de forma general a desarrollar un hombre que piense, sienta, valore, cree, transforme, haga y que sobre todo ame.

    Por todo lo anteriormente planteado la educación no puede aspirar a satisfacer las necesidades y exigencias de la formación de las nuevas generaciones al margen del desarrollo de la creatividad del hombre y no puede aspirarse al desarrollo de la misma al margen de lo que en este sentido hacen las instituciones educativas conjuntamente con la familia y la comunidad.

    De ahí que la educación en Cuba tenga un carácter liberador, genuinamente dialéctico al preparar al hombre para la vida, lo que permite que el sujeto se desarrolle en toda su plenitud humana, y que asuma la creatividad como modo de actuación necesario para defender la cultura de su entorno en el momento histórico en que vive.

    El problema de la formación de la personalidad lleva implícito la adecuación de la creatividad a las necesidades de una época, pues la personalidad humana se forma en el conjunto de las relaciones sociales, es un producto social, responde a las condiciones del momento y del lugar en que se desenvuelve el individuo.

    La psicóloga cubana A. Mitjáns al referirse a la creatividad la define como:

    "Un proceso de descubrimiento o producción de algo nuevo, valioso y original, que cumple con las exigencias de una determinada situación social; y en la cual se expresa el vínculo entre lo cognitivo y lo afectivo de la personalidad".(2 )

    A través de esta definición se refleja la incidencia de la problemática social en la creatividad. De esta forma se puede valorar el nivel de compromiso que tiene una persona creativa para con la sociedad, en tanto la misma es punto de partida y de llegada para la creación de valores espirituales y materiales.

    Por valor, generalmente se entiende la posibilidad que brindan determinados objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer necesidades humanas, es decir, la determinación social de estos objetos y fenómenos consiste en su función de servir a la actividad práctica y creadora del hombre.

    En este sentido el filósofo cubano José Ramón Fabelo, señala:

    " Valor es la significación socialmente significativa que poseen los objetos y fenómenos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad".(3 )

    Esta precisión de gran importancia teórica y metodológica en la interpretación de la problemática de los valores demuestra, que la significación positiva de los mismos está dada por la medida en que estos estén relacionados directa o indirectamente con el progreso social.

    Los valores son base de la cultura. "La cultura es un concepto que abarca todo en la vida social. Todo lo que ha sido creado por el hombre, abarca la creación de valores espirituales y materiales que garantizan la satisfacción de necesidades de la época".(4)

    La cultura es el reflejo material y espiritual de la realidad, es un proceso colectivo de creación y recreación de la herencia acumulada por las generaciones anteriores, por lo que la misma tiene un carácter histórico y social. Cada pueblo tiene su cultura, en dependencia de la cual se crean valores y se recrean en función de las necesidades socioculturales de la época. En este sentido está claro que hay que analizar la historia y la cultura en unidad dialéctica y entender el carácter histórico y creador de la cultura y el carácter cultural y creador de la historia.

    En la clausura del primer congreso nacional de educación y cultura en abril de 1971, el comandante en jefe Fidel Castro expresó: "… La cultura forma parte de la educación, las mejores obras culturales, las mejores creaciones artísticas del hombre y de la humanidad deben estar al alcance del pueblo, valoramos las creaciones culturales, y artísticas en función de la utilidad para el pueblo, en función de lo que aportan al hombre, a la liberación del hombre…"(5)

    A través de estas palabras se reafirma la relación de la cultura con la creatividad y los valores, siendo precisamente la educación la encargada de transmitir, consolidar, crear y recrear la cultura con una direccionalidad socialmente significativa en correspondencia con el momento histórico en que se desarrolla la misma. De ahí la enorme responsabilidad que tiene la escuela en la educación de la creatividad y de los valores, para que la cultura no se destruya, sino que se conserve, se enriquezca, se consolide.

    Las reflexiones anteriores y las nuevas exigencias de la sociedad cubana a la formación del hombre que ella necesita para defender las conquistas del socialismo y preservar la riqueza de su cultura, trazan pautas para el reconocimiento de la creatividad como valor cultural.

    El hombre debe ser capaz de orientarse en acciones de autoconocimiento de su cultura en correspondencia con su concepción del mundo y es la educación la encargada de formar el sistema de acciones para el hombre que la sociedad necesita. Se puede entonces plantear que la educación al ser transmisora de la herencia cultural, posibilita la identidad y continuidad histórica de la sociedad.

    Para lograr el desarrollo de la creatividad como valor cultural en el proceso docente educativo, el maestro debe conocer a sus alumnos, amarlos perfeccionar constantemente su trabajo, estar actualizado, tener una amplia cultura y las condiciones psicológicas morales necesarias para poder dirigir su labor formativa. El maestro que quiere desarrollar la creatividad debe desarrollar a su vez, capacidades comunicativas, organizativas, que se encaminen a regular la dirección de la actividad creadora del alumno y sobre todo ser ejemplo.

    El proceso de masificación de la cultura, al que convocó el Comandante en Jefe en el Congreso de la UNEAC, exige de la escuela cubana contemporánea darle tratamiento a la educación de la creatividad, de los valores, de la cultura, de ahí que la misma ha incluido en su proyecto el programa audiovisual, el cual es una vía para la preservación de la identidad nacional y hacer valer el derecho a acceder a la auténtica diversidad de la cultura desde la escuela, como centro promotor cultural más importante de la comunidad.

    Lo anterior presupone el papel que debe jugar el maestro para lograr esto en sus alumnos, siendo él conjuntamente con la sociedad, la familia y demás el principal conductor de normas, reglas y modos de comportamientos sociales. De ahí que el conocimiento del maestro sobre el contexto cultural, es determinante para lograr el fin propuesto.

    Estas exigencias constituyen un reto para la calidad educacional. En el articulo 1 de la declaración mundial sobre educación para todos, dado en Tailandia, en marzo de 1990 se apunta:

    "La calidad debe entenderse como la capacidad de proporcionar a los alumnos el dominio de los códigos culturales básicos, las capacidades para la participación democrática y ciudadana, el desarrollo de la capacidad para resolver problemas y seguir aprendiendo, y el desarrollo de valores y actitudes acordes con la sociedad que desea una vida de calidad para todos sus habitantes". (6)

    Este análisis nos lleva a la consideración de que la dirección creativa es una necesidad para elevar la calidad educacional y para generar nuevos valores de la cultura.

    La necesidad de la dirección creativa se explica a partir de la dialéctica del proceso del conocimiento científico, respondiendo a imperativos del desarrollo socioeconómico y científico técnico del mundo actual. Las instituciones educativas también se ven inmersas en este proceso, al tener que responder a problemas cada vez más complejos del individuo, de la institución y de la sociedad, para lo cual necesitan perfeccionar sus modelos curriculares, métodos pedagógicos, su teoría de dirección educacional, siendo esto posible si en la institución existe un estilo potenciador de la creatividad.

    En una institución educativa no se puede hablar de cambios, transformaciones e innovaciones al margen de la creatividad.

    La dirección creativa para su desarrollo requiere de determinadas condiciones, entre ellas están:

    – Estilo potenciador de la creatividad.

    – Conocimiento y aplicación de los métodos de trabajo creativo.

    – Participación activa, reflexiva y valorativa de todos los sujetos implicados.

    La dirección creativa se corresponde con las exigencias de la política educacional cubana, al tener como objetivo el desarrollo institucional en la búsqueda de la calidad, y al ser su esencia el desarrollo de las personas y de su cultura general integral; esto exige el desarrollo de la creatividad, a nivel estructural y procesal. La dirección creativa vista como cultura tiene como objetivo el desarrollo institucional en la búsqueda de calidad, siendo la creatividad y su desarrollo a todos los niveles lo que implica que la institución educativa se convierta en un verdadero laboratorio de aprendizaje cultural, para lo cual se requiere del perfeccionamiento continuo del diseño, de un ambicioso plan de investigación y de un sistema integral de capacitación, así como un estilo institucional potenciador de la creatividad como valor cultural.

    La conceptualización de la dirección creativa se vincula al proceso de búsqueda y solución de problemas, lo que a nuestro modo de ver es lo que genera el desarrollo de la institución, y de la calidad educacional.

    Las instituciones educativas de todos los niveles deben ofrecer alternativas para que los proyectos educativos se conviertan en proyectos culturales, que involucren a todos los factores educativos: Escuela, familia, comunidad, logrando mediante la participación y comunicación entre estos factores el rescate de la identidad cultural, tradiciones, costumbres enriquecidas por la creatividad como valor cultural de la sociedad.

    En estudios realizados en diferentes instituciones educativas de la enseñanza primaria, así como en talleres de reflexión con los maestros de las escuelas primarias del territorio camagüeyano se ha comprobado que estos todavía presentan insuficiencias con relación a la utilización de vías para estimular la creatividad de sus alumnos. También se comprobó que en las estrategias educativas de las escuelas y en la de cada maestro en particular no se contemplan acciones dirigidas a estimular la creatividad en la familia y la comunidad.

    El tratamiento que los maestros le dan al estímulo de la creatividad es secundario, al no reconocer el rol que asume la creatividad en estos momentos que se trata de desarrollar una cultura general integral en la población cubana a partir del enriquecimiento de las tradiciones, costumbres y valores nacionales. Desde una visión más globalizada se necesita el estímulo de la creatividad en las primeras edades, por la influencia de la cultura del consumo, el desarrollo acelerado de la informática y los medios de comunicación a nivel mundial.

    Estos datos nos demuestran que no se le está prestando la debida atención al tratamiento de esta categoría tan importante en estos momentos en que todos estamos inmerso en el proceso de masificación de la cultura, donde la creatividad es uno de los fundamentos para este propósito, por lo que se reafirma como un valor cultural que permite enriquecer nuestras costumbres y tradiciones y participar en las transformaciones que se realizan en la revolución educacional y en otras esferas de la vida.

    ¿Cuál es el papel que le corresponde a la escuela como generadora de la creatividad vista como valor cultural?

    A la escuela le corresponde implicar a los alumnos, a la familia y a la comunidad en el proceso de masificaciòn de la cultura.

    El logro de esta implicación, que redundará en el creciente desarrollo de intereses y potencialmente en nuevos niveles de creatividad, debe trabajarse desde el primer momento y durante todo el curso, mediante todas las vías posibles.

    El diagnóstico de la creatividad debe ser el punto de partida del maestro, para ello deben tenerse en cuenta determinados elementos:

    • El contexto cultural donde se desarrolla el niño y las influencias culturales que del mismo emanan.
    • El modo de actuación cultural del niño que expresa su sentido de identidad y pertenencia a su entorno
    • La estimulación a la búsqueda de nuevos conocimientos relacionados con su entorno cultural.

    Todo ello requiere de una correcta orientación y planificación de acciones que permitan el crecimiento personal y creativo de estos factores, promoviendo entre ellos una real sensibilización con las acciones o proyectos a ejecutar, para que no se conviertan en elementos de freno o resistencia a su desarrollo.

    En este sentido, se pudieran citar entre otros a:

    • Los talleres para familias encaminados a ejercitar la apreciación artística de diversas obras como la literatura, las artes plásticas, la música, la danza, el teatro, cine y vídeos.
    • Los talleres para familias encaminados a la producción artística de diversas manifestaciones como la literatura, las artes plásticas, la música, la danza y el teatro.
    • Debates y charlas acerca de la calidad de las tele- clases con aquellas familias que no tienen vínculo laboral.
    • El diseño de folletos divulgativos por parte de los escolares sobre actividades artísticas, culturales e históricas tanto de la comunidad, el país como de orden universal.
    • Visitas a exposiciones, museos, galerías, teatros, bibliotecas y plazas.
    • Organización de círculos de interés en correspondencia con las tradiciones artísticas y económicas de la comunidad.
    • Los simposios socioculturales en la comunidad para discutir fortalezas y debilidades de la comunidad.

    Estas, entre otras acciones dirigidas por la escuela como centro promotor de cultura, más importante de la comunidad, pueden servir de vía para reconocer a la creatividad como un valor cultural.

    CONCLUSIONES.

    La escuela cubana al asumir el método materialista dialéctico y el enfoque histórico cultural en la interpretación de los fenómenos relativos al hombre, como fuente epistemológica fundamental, asume que la creatividad es un problema educacional, que está estrechamente relacionado con la formación de los valores y de la cultura, que su desarrollo depende de la riqueza estimuladora del medio sociocultural, el cual debe potenciar modos de actuación en el hombre dirigidos a crear, enriquecer y preservar la cultura.

    La escuela como centro promotor cultural más importante de la comunidad, debe potenciar la educación en las tradiciones de su entorno, para que estas a su vez enriquezcan la creación de nuevos valores de la cultura.

    El niño desde las edades más tempranas debe estar en contacto directo con su entorno cultural, para que sienta la necesidad de conocerlo, de buscar nuevos conocimientos relacionados con este entorno y utilizarlos, consolidando su sentido de pertenencia al mismo y su identidad cultural, es por ello que la escuela está llamada a jugar un papel fundamental en la educación y desarrollo de la creatividad, de los valores y de la cultura de forma general.

    Se elevará la calidad educativa, si en la institución se genera un estilo de dirección potenciador de la creatividad, que convierta a la misma en un verdadero laboratorio de aprendizaje cultural.

    Las nuevas exigencias de la sociedad cubana a la formación del hombre que ella necesita para defender las conquistas del socialismo, enfrentar la batalla de ideas en que estamos inmersos y preservar la riqueza de su cultura, trazan pautas para el reconocimiento de la creatividad como valor cultural.

    REFERENCIAS.

    1-Articulo 1 de la declaración mundial sobre educación para todos, dado en Tailandia, en marzo de 1990. P 2.

    2-Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. Ciudad de La Habana, abril de 1971.p 3.

    3- Fabelo, José Ramón. Práctica, conocimiento y valor. La Habana, Ed. Ciencias sociales, 1989. P18.

    4-Martí José: La Edad de Oro. Editorial Cultural S.A, La Habana, 1959, p183.

    5-Mitjáns Albertina :Creatividad, Educación y Desarrollo. Ciudad de La Habana

    6-Moisei Kagan y T.V. Jolostova: Textos escogidos:Estética.Tomo I, en artículo "La cultura, la filosofía y el arte. P 138. Editorial Pueblo y educación. Ciudad de la Habana 1991. 185p.

    7–Valdéz Véloz, Hector: Seminario Nacional para el personal docente. Artículo

    "Evaluación de la calidad de la educación. Ciudad de La Habana, 2000. P 14.

    BIBLIOGRAFIA

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    • – Betancourt Morejón, Julian. Teorías y prácticas sobre creatividad y calidad. Editorial Academia. La Habana, 1992.
    • —————————————–´(Et al). La creatividad y sus implicaciones. Editorial Academia. La habana, 1993.
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    • Colectivo de autores del Grupo Pedagogía del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. Principales categorías de la pedagogía como ciencia. Folleto, 1997.
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    • Torres Pérez, Gisela y Cuevas Casas, Carlos. Folleto de los cursos de dirección, creatividad y solución de problemas; Folleto de los cursos " Formación básica del directivo" y "Alta dirección educacional".

    Autoras:

    Dra: Marìa Nela Barba Téllez

    Msc: Martha Garcìa Bargados

    Estudiante:

    Dayamì Serrano Quezada

    2004