El tema que nos compete en este trabajo es saber que es el patrimonio cultural, y porque es importante cuidarlo y valorarlo, cual es su verdadera importancia.
El patrimonio cultural se refiere a todas las acciones humanas realizadas sobre el territorio y comprende tanto testimonios tangibles como intangibles
El objetivo de este trabajo es pensar la forma de mantener y revalorizar nuestro patrimonio porque es nuestra identidad. No es un trabajo fácil, hay muchas cosas que generan cambios en las conductas, en las tradiciones, y algunas de ellas no son más que el simple paso del tiempo, aunque también puede haber ciertos cambios por la interrelación que existe entre diversas culturas, muchas veces se tiende a tomar conductas de otras culturas por considerarlas modernas, cultas o de buen gusto, olvidando nuestra propia identidad.
En los últimos años, la noción de patrimonio cultural se ha ampliado considerablemente, y la importancia mucho mayor que ahora se le concede se basa en la conciencia cada vez más extendida de su riqueza y vulnerabilidad.
Muchas organizaciones como la UNESCO tienen muy buenas propuestas para poner en practica para salvaguardar el patrimonio.
También el turismo es una actividad que puede ayudar mucho a revalorizar el patrimonio cultural, además de ser muy buena para obtener beneficios económicos, sin embargo debe estar organizada de forma conciente y responsable.
En conclusión, ya están teoricamente dadas las medidas y propuestas para salvaguardar y revalorizar el patrimonio cultural de los pueblos, es hora que estas comiencen a ponerse en práctica a través de los Estados, de las organizaciones competentes y por sobre todo a través de cada una de las personas del mundo, es importante tomar conciencia de la importancia de nuestra identidad para nosotros y para las futuras generaciones.
El tema que nos compete en este trabajo es saber que es el patrimonio cultural, y porque es importante cuidarlo y valorarlo, cual es su verdadera importancia.
Para eso comenzaré por dar algunos conceptos claves para comprender mejor el tema.
El patrimonio ambiental, es todo elemento o conjunto de elementos tangibles o intangibles cuya imagen (percepción o información de ella) hace que la comunidad le asigne o reconozca en el o ellas un valor mas allá de su valor concreto y cuantificable.
Representa algo significativo, desarrollado en su cultura, que los identifica como comunidad en un tiempo espacio histórico determinado.
El patrimonio ambiental, encierra el patrimonio cultural y el patrimonio natural. El patrimonio cultural en cuanto a lo que se refiere a todas las acciones humanas sobre el territorio, y patrimonio natural, por apropiación del territorio donde la sociedad vive y se manifiesta, y siente como propio.
Dentro del patrimonio cultural, podemos encontrar testimonios tangibles e intangibles. El patrimonio tangible se refiere a todo lo material, como monumentos, construcciones, edificaciones, piezas de arte, etc. que significan y son parte de la historia y memoria del lugar al que pertenecen. El patrimonio intangible va más allá de lo material, siendo lo material el resultado de elementos intangibles como las tradiciones, modas, creencias, ideales, símbolos que son la verdadera identidad cultural que generan las expresiones materiales.
Un concepto de Patrimonio Intangible según la investigadora Rosario Mena dice "Podría definirse el patrimonio intangible como el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclórica, es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición.
Estas tradiciones se transmiten oralmente o mediante gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva. Se incluyen en ellas las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional y la farmacopea, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hábitat.
Todo lo que ha creado el genio humano es el producto de su genio y de la creatividad humana que hacen que el saber y las habilidades se transmiten mejorándose de un individuo a otro y de generación en generación.
El patrimonio intangible impregna cada aspecto de la vida del individuo y está presente en todos los productos del patrimonio cultural – objetos, monumentos, sitios y paisajes".
Noriko Aikawa, Director del Departamento de Patrimonio Intangible de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura -UNESCO, afirma que "en el concepto de patrimonio cultural intangible se engloban los aspectos más importantes de la cultura viva y de la tradición. Sus manifestaciones son amplias y diversas, ya se refieran a la lengua, las tradiciones orales, el saber tradicional, la creación de cultura material, los sistemas de valores o las artes interpretativas.
El patrimonio intangible, junto al tangible, permite consolidar la creatividad, la diversidad y la identidad cultural. El patrimonio intangible, como fuente de creatividad, contribuye a su vez a la diversificación de la creatividad contemporánea. De hecho, su valor concreto en lo que respecta a cada localidad especifica es objeto de un reconocimiento cada vez más generalizado, como reacción frente al fenómeno de la globalización".
Luego de profundizar sobre estos conceptos de patrimonio intangible, se llega a tener una conciencia mayor acerca de la importancia que tiene en la vida de todos y cada uno de los individuos, aunque no nos demos cuenta, el patrimonio intangible representa nuestra identidad no solo como comunidad sino como individuo.
Para "ser" necesitamos una historia, creencias, ideas, formas de vivir.
Sin embargo no es fácil saber como salvaguardar el patrimonio, hay muchas cosas que generan cambios en las conductas, en las tradiciones, y algunas de ellas no son más que el simple cambio que ocurre por el paso del tiempo, la cultura es mudable, ciertos patrones culturales pueden ir perdiéndose en el tiempo cuando en algún momento son considerados inadecuados, innecesarios u obsoletos por la comunidad y eso es normal.
Pero también muchas veces puede haber ciertos cambios en los contenidos culturales por la interrelación que existe entre diversas culturas, muchas veces se tiende a tomar conductas de otras culturas por considerarlas modernas, cultas o de buen gusto, olvidando nuestra propia identidad.
Por eso el objetivo de este trabajo es pensar la forma de mantener y revalorizar en algunos casos nuestro patrimonio intangible, nuestra identidad, de allí partimos para poder valorar y cuidar también lo tangible, porque si no valoramos las tradiciones, las creencias, las ideas; los monumentos, las construcciones y todo el patrimonio tangible, deja de tener sentido también y puede convertirse en un simple objeto.
Nuestro trabajo es tomar conciencia de la verdadera importancia de pertenecer a una comunidad, de tener una identidad, y ocuparnos de seguir manteniéndola para las futuras generaciones. Si cada uno cuida y valora lo suyo, se puede llegar desde el ámbito local a realizar cambios a nivel mundial.
Es difícil hoy en día en un mundo que se ha convertido en tan pequeño gracias a las comunicaciones, no tender a confundirnos, pensar que lo extranjero es mejor que lo nuestro, desvalorizar nuestra cultura y cambiar nuestras tradiciones, formas de hablar, vestimenta, ideas para tender a parecernos a un modelo único que nos impone la globalización.
En nuestro país hemos desterrado y borrado todo tipo de tradición y cultura indígena, como si nunca hubiera existido. Siempre nos ocupamos de aparentar lo que no somos, ocultando nuestras raíces y tomando conductas o modos de vida que no nos pertenecen. Como si nuestra cultura significara ignorancia, como si nos diera vergüenza.
Tenemos que copiarnos de otros países, pero no de su cultura, sino de cómo algunos, orgullosos de ella, la mantienen, la cuidan, la respetan y la muestran al mundo.
La diversidad no solo es interesante, también es absolutamente necesaria.
Para comenzar con una etapa de acercamiento al tema que nos compete, sería bueno asumir al Patrimonio como algo específicamente cultural, que en realidad es "sentido" por el hombre y que lo reconoce como un ser social que pertenece a un grupo, a un lugar y tiempo determinado. De esta manera, se acepta al patrimonio cultural como algo que se basa en conceptos fundamentalmente inmateriales, valores de una sociedad, y esta tiene para con ellos no solo derechos sino también obligaciones.
Una de las obligaciones más importantes que le atañe a la sociedad es la de trasmitir esos valores a las futuras generaciones, pero…¿Por qué eso es tan importante?
El patrimonio cultural es la identidad del pueblo, esto lo diferencia de los demás, cuando la identidad del pueblo entra en crisis o se pierden sus valores, todos los integrantes de esa cultura se vuelven frágiles, pierden fuerzas, desaparecen.
Para que esto no ocurra es necesario redescubrir y revalorizar las costumbres, el modo de vivir y así reforzar la identidad para poder defenderla.
Pero…¿ Por qué rescatar las costumbres de nuestra cultura en la era de la globalización?.
Con respecto a esta pregunta Enrique Dussel dice: "La libertad en crear un hecho futuro, se condiciona realmente, en la conciencia actual del pasado. Un pueblo, una comunidad, una cultura sin pasado, no tiene futuro, por cuanto la posibilidad real y profunda de un –no ser todavía- se funda, en la realidad y la densidad de los cimientos de lo acaecido por ese y en ese nosotros".
Es decir, que no podemos pretender lograr algo en un futuro, si no sabemos quienes somos, si no tenemos un pasado.
En nuestro país no hemos tomado conciencia de nuestra historia, y es importante rescatar lo olvidado, no para volver al pasado, sino para aprender de la sabiduría de nuestros antepasados y así poder integrarnos a un mundo globalizado siendo quienes somos, con costumbres arraigadas, para poder defender nuestra cultura.
Muchas veces es difícil en un mundo tan diferente, donde existe la vida rural y sencilla, pero también la vida modernista con las últimas tecnologías no tender a querer parecernos a estas últimas obteniendo no solo los productos sino imitando su forma de vida, por creerlos mejores.
En este sentido los medios de comunicación han tomado el papel de mediadores y narradores de una falsa realidad. La denominada sociedad de la información y sus actores están construyendo un nuevo orden simbólico del universo cultural que se caracteriza por un marcado etnocentrismo y una excesiva simplificación que generan fragmentación, exclusión, discriminación y homogeneización.
La importancia del impacto de los medios de comunicación en la construcción del imaginario social hace necesaria la creación de una comunicación plural y participativa que hable de la diversidad desde la diversidad y que contribuya a generar un nuevo orden simbólico del mundo.
Pero esto muchas veces se vuelve imposible debido a que los medios de comunicación están dominados por los intereses de poder ideológico y económico que sirven como herramienta hegemónica de las elites y no permite el acceso a las minorías.
Lamentablemente es así, nos venden lo que quieren, y caemos en el materialismo y dejamos atrás lo nuestro.
La única manera de no caer en ello es utilizando la emocionalidad, comenzar a entender las cosas desde otro punto de vista, entendiendo a la naturaleza, al universo. La emocionalidad es fundamental en la vida de cualquier individuo, y a través de ella adquieren sentido todas las tradiciones y costumbres de nuestra cultura.
Muchas veces se cree que manteniéndo las tradiciones heredadas se vuelve al pasado, y quedamos perdidos en la historia, sin embargo esto no tiene porque ser así, es necesario tener en cuenta que la expresión cultural tradicional debe readaptarse y resultar aplicable a la vida contemporánea si se pretende garantizar su supervivencia, continuidad y su vitalidad para las generaciones futuras.
Por suerte, la preservación del patrimonio y la diversidad cultural, son temas que han ido evolucionando en las últimas décadas y que van generando propuestas para cuidarlas y preservarlas.
Los dos principales planteamientos respecto a la salvaguardia del patrimonio cultural intangible consisten en transformarlo en una forma tangible, y mantenerlo vivo en su contexto original. El primero exige la realización de tareas de documentación, registro y archivo, y su objetivo es garantizar la existencia perpetua de este tipo de patrimonio.
Con el segundo planteamiento se pretende mantener vivas las expresiones culturales inmateriales mediante el fomento de su revitalización y la transmisión entre generaciones.
Ambos planteamientos son complementarios e indispensables para preservar el patrimonio cultural intangible. La UNESCO decidió recientemente privilegiar la segunda opción, a fin de revitalizar las culturas populares tradicionales, la UNESCO anima a las distintas administraciones a ofrecer incentivos a los grupos culturales, las comunidades locales y los profesionales de la cultura inmaterial, en forma de reconocimientos oficiales, protección jurídica, disposiciones especiales en materia de asistencia sanitaria, deducciones fiscales o subvenciones.
Asimismo, insta a las administraciones a introducir la cultura inmaterial en los planes de estudios educativos y a promover festivales, concursos y programas de televisión. Con el proyecto denominado "Proclamación de obras maestras del patrimonio oral e intangible de la humanidad", la UNESCO pretende animar a gobiernos, ONG, comunidades locales, grupos y personas a preservar y promover su patrimonio individual singular.
La Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, prevé la elaboración de inventarios nacionales de los bienes a proteger, la creación de un Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial formado por expertos de los futuros Estados Partes y la instauración de dos listas: una lista representativa del patrimonio inmaterial de la humanidad y una segunda de aquellas manifestaciones cuya salvaguardia se considere urgente.
La UNESCO subraya que la salvaguardia del patrimonio inmaterial es un proceso complejo que involucra a múltiples actores, empezando por las comunidades y grupos que le dan vida. En virtud de la Convención, las actividades de salvaguardia se financiarán mediante un fondo cuyos recursos provendrán sobre todo de las contribuciones de los Estados Partes, de los recursos destinados a este fin por la Conferencia General de la UNESCO así como de aportaciones, donaciones o legados hechos por otros Estados, organizaciones o personas físicas.
Otra cuestión que se ha dado en estos años ha sido el pedido de establecimiento de normas que aseguren la protección y el ejercicio efectivo de los derechos culturales y mecanismos para hacer presión sobre quienes violen esos derechos realizado por la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. Son tanto personas como grupos y comunidades quienes reclaman la libertad cultural que garantizarían unos derechos culturales adecuadamente reconocidos, "los derechos culturales son, en igual medida que los demás derechos humanos, expresión y exigencia de la dignidad humana" y su reconocimiento y su ejercicio son vitales para "proteger y promover las identidades culturales y fomentar la expresión de culturas diferentes y el diálogo intercultural en las sociedades democrácticas".
En realidad, los derechos humanos son inherentes a todo ser humano y también se debe atribuir a cada ser humano el derecho a conservar y cultivar su identidad cultural.
Otra gran ayuda para la preservación y revalorización del patrimonio cultural y de la diversidad cultural es la actividad turística.En pocas décadas el turismo se ha convertido en uno de los sectores de más rápido crecimiento, en un poderoso vector de relación intercultural, económica y social que abarca los sueños y las esperanzas de millones de ciudadanos.
Nos encontramos ante el mayor espacio existente capaz de sustentar un gran diálogo sobre la diversidad cultural, la paz y el desarrollo sostenible. Simplemente porque el turismo sólo puede pervivir sobre estos mismos pilares.
El turismo puede ser, en definitiva, el nuevo espejo de un mundo que desea basarse en el entendimiento y en el respeto y admiración del legado común.
Desde un enfoque responsable, como herramienta de sostenibilidad, el turismo puede contribuir a valorar, conservar, rehabilitar y proteger las condiciones naturales, sociales, económicas y culturales de los pueblos en los que se desarrolla, contribuyendo a reanimar las tradiciones, costumbres, ritos, mitos, etc. y así aumentar en todos los sentidos la calidad de vida de las poblaciones anfitrionas.
Con respecto al turismo, este debe ser organizado de una forma muy responsable, porque así como puede ser de gran ayuda para revalorizar el patrimonio de las poblaciones visitadas y lograr que las mismas sean conocidas por la Humanidad, también puede llegar a distorcionar las culturas autóctonas.
El turista extranjero influye sobre los pobladores en la forma de vestir, sus hábitos, alimentación, pero también esto puede darse al revés, es decir que el visitante adopte características de la población visitada. De todas maneras estos cambios pueden darse por otras causas distintas del turismo.
En los últimos años, la noción de patrimonio cultural se ha ampliado considerablemente, y la importancia mucho mayor que ahora se le concede se basa en la conciencia cada vez más extendida de su riqueza y vulnerabilidad. Las actuales tecnologías de la información y de las comunicaciones, junto con el turismo, permiten atender mejor esta demanda social. En cuanto al patrimonio, debe ser asumido y vuelto accesible de manera más imaginativa, compartido más ampliamente entre los países y dentro de ellos, empleado de forma más creativa para reinventar una cultura viva que en breve será considerada el patrimonio del futuro.
Para esto, es muy importante que los Estados apliquen las medidas legislativas, administrativas, técnicas y financieras ya concebidas para proteger su patrimonio. El cuerpo de normas, elaborado en gran medida por la UNESCO, es muy claro y completo; lo que se necesita es aplicarllo, ya que todavía no se respetan como es debido las directrices básicas sobre la realización de inventarios del patrimonio cultural, la formación de personal calificado y la gestión global de los elementos del patrimonio.
Para difundir aún más la memoria colectiva de hoy día y conformarla de manera más creativa para que constituya la de las generaciones futuras, es esencial una mayor participación, pero ésta únicamente se podrá dar si la propia gente comprende mejor su patrimonio.
Las autoridades nacionales deben examinar más a fondo qué considera la sociedad patrimonio cultural suyo y suscitar más conciencia de su valor.
El método que se emplee deberá basarse en la experiencia y en nuevos conocimientos; no sólo para conservar, sino también para establecer conexiones significativas entre el pasado y el presente.
Esto se aplicaría por igual al patrimonio inmaterial, cuya importancia no se ha afianzado suficientemente en la formulación de políticas debido a que se subestima su vulnerabilidad; la conservación del patrimonio sigue estando asociada predominantemente a monumentos y lugares históricos destacados. El nuevo énfasis puesto en el patrimonio inmaterial en el programa de la UNESCO debería contribuir a superar esta insuficiencia. También en este caso incumbe a las autoridades concientizar a los ciudadanos, deben saber que el patrimonio inmaterial es la base de todo el patrimonio material.
El patrimonio se percibe y utiliza cada vez más como recurso económico. Sin embargo es importante enfocarlo de un modo más equitativo y sostenible ya que no es un recurso renovable.
El turismo es una actividad muy buena para obtener beneficios económicos y para revalorizar el patrimonio cultural, siempre y cuando este organizada de forma conciente y responsable. En los centros urbanos históricos la recuperación de los monumentos históricos para fines distintos de los originales han dado buenos resultados, pero también muchas veces se ha caído en "fachadismos" que tienden a justificar una perdurabilidad del patrimonio que en realidad es aniquilado.
En conclusión, están dadas las condiciones para que los Estados, pero también cada una de las personas del mundo, comiencen a tomar conciencia de la importancia de su cultura, y empiecen a hacer algo por conservarla, ya existen muchas propuestas y formas de hacerlo, solo falta ponerlas en práctica con más empuje y entusiasmo, y sobre todo con mucho respeto, esto es parte de nuestra obligación para con nuestra propia cultura y para las futuras generaciones que necesitan saber de donde vienen para poder en el futuro "ser alguien" en este gran y a su vez pequeño mundo.
"El Patrimonio es la memoria de la Comunidad, que la comunidad decide mantener como tal, sin desechar ni olvidar, guardando y protegiendo. Por ello, no lo "consume" sino lo "usa", no lo "gasta" y si lo "actualiza" lo hace con mucho cuidado". Arq. Liliana Rainis
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Declaración Universal sobre la diversidad Cultural. UNESCO.
"La Conferencia General,
Reafirmando su adhesión a la plena realización de los derechos humanos y de las libertades fundamentales proclamadas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros instrumentos universalmente reconocidos, como los dos Pactos Internacionales de 1966 relativos uno a los derechos civiles y políticos y el otro a los derechos económicos, sociales y culturales,
Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO se afirma "(…) que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua",
Recordando también su Artículo primero que asigna a la UNESCO, entre otros objetivos, el de recomendar "los acuerdos internacionales que estime convenientes para facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen",
Refiriéndose a las disposiciones relativas a la diversidad cultural y al ejercicio de los derechos culturales que figuran en los instrumentos internacionales promulgados por la UNESCO,
Reafirmando que la cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias,
Constatando que la cultura se encuentra en el centro de los debates contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una economía fundada en el saber,
Afirmando que el respeto de la diversidad de las culturas, la tolerancia, el diálogo y la cooperación, en un clima de confianza y de entendimiento mutuos, están entre los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales,
Aspirando a una mayor solidaridad fundada en el reconocimiento de la diversidad cultural, en la conciencia de la unidad del género humano y en el desarrollo de los intercambios culturales,
Considerando que el proceso de mundialización, facilitado por la rápida evolución de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pese a constituir un reto para la diversidad cultural crea las condiciones de un diálogo renovado entre las culturas y las civilizaciones,
Consciente del mandato específico que se ha dado a la UNESCO, en el seno del sistema de las Naciones Unidas, consistente en asegurar la preservación y la promoción de la fecunda diversidad de las culturas,
Proclama los principios siguientes y aprueba la presente Declaración:
IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y PLURALISMO
Artículo 1 – La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad
La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Artículo 2 – De la diversidad cultural al pluralismo cultural
En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las políticas que favorecen la inclusión y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública.
Artículo 3 – La diversidad cultural, factor de desarrollo
La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria.
DIVERSIDAD CULTURAL Y DERECHOS HUMANOS
Artículo 4 – Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural
La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana. Ella supone el compromiso de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular los derechos de las personas que pertenecen a minorías y los de los pueblos autóctonos. Nadie puede invocar la diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance.
Artículo 5 – Los derechos culturales, marco propicio de la diversidad cultural
Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales, indisociables e interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa exige la plena realización de los derechos culturales, tal como los define el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Toda persona debe, así, poder expresarse, crear y difundir sus obras en la lengua que desee y en particular en su lengua materna; toda persona tiene derecho a una educación y una formación de calidad que respete plenamente su identidad cultural; toda persona debe poder participar en la vida cultural que elija y ejercer sus propias prácticas culturales, dentro de los límites que impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Artículo 6 – Hacia una diversidad cultural accesible a todos
Al tiempo que se garantiza la libre circulación de las ideas mediante la palabra y la imagen, hay que procurar que todas las culturas puedan expresarse y darse a conocer. La libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación, el multilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones artísticas, al saber científico y tecnológico -comprendida su forma electrónica– y la posibilidad, para todas las culturas, de estar presentes en los medios de expresión y de difusión, son los garantes de la diversidad cultural.
DIVERSIDAD CULTURAL Y CREATIVIDAD
Artículo 7 – El patrimonio cultural, fuente de la creatividad
Toda creación tiene sus orígenes en las tradiciones culturales, pero se desarrolla plenamente en contacto con otras. Esta es la razón por la cual el patrimonio, en todas sus formas, debe ser preservado, valorizado y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e instaurar un verdadero diálogo entre las culturas.
Artículo 8 – Los bienes y servicios culturales, mercancías distintas de las demás
Frente a los cambios económicos y tecnológicos actuales, que abren vastas perspectivas para la creación y la innovación, se debe prestar una atención particular a la diversidad de la oferta creativa, a la justa consideración de los derechos de los autores y de los artistas, así como al carácter específico de los bienes y servicios culturales que, en la medida en que son portadores de identidad, de valores y sentido, no deben ser considerados como mercancías o bienes de consumo como los demás.
Artículo 9 – Las políticas culturales, catalizadoras de la creatividad
Las políticas culturales, en tanto que garantizan la libre circulación de las ideas y las obras, deben crear condiciones propicias para la producción y difusión de bienes y servicios culturales diversificados, gracias a industrias culturales que dispongan de medios para desarrollarse en los planos local y mundial. Cada Estado debe, respetando sus obligaciones internacionales, definir su política cultural y aplicarla, utilizando para ello los medios de acción que juzgue más adecuados, ya se trate de apoyos concretos o de marcos reglamentarios apropiados.
DIVERSIDAD CULTURAL Y SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Artículo 10 – Reforzar las capacidades de creación y de difusión a escala mundial
Ante los desequilibrios que se producen actualmente en los flujos e intercambios de bienes culturales a escala mundial, es necesario reforzar la cooperación y la solidaridad internacionales destinadas a permitir que todos los países, en particular los países en desarrollo y los países en transición, establezcan industrias culturales viables y competitivas en los planos nacional e internacional.
Artículo 11 – Establecer relaciones de asociación entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil
Las fuerzas del mercado por sí solas no pueden garantizar la preservación y promoción de la diversidad cultural, condición de un desarrollo humano sostenible. Desde este punto de vista, conviene fortalecer la función primordial de las políticas públicas, en asociación con el sector privado y la sociedad civil.
Artículo 12 – La función de la UNESCO
La UNESCO, por su mandato y sus funciones, tiene la responsabilidad de:
a) promover la consideración de los principios enunciados en la presente Declaración en las estrategias de desarrollo elaboradas en el seno de las diversas entidades intergubernamentales;
b) constituir un instrumento de referencia y de concertación entre los Estados, los organismos internacionales guber-namentales y no gubernamentales, la sociedad civil y el sector privado para la elaboración conjunta de conceptos, objetivos y políticas en favor de la diversidad cultural;
c) proseguir su acción normativa y su acción de sensibilización y de desarrollo de capacidades en los ámbitos relacionados con la presente Declaración que corresponden a sus esferas de competencia;
d) facilitar la aplicación del Plan de Acción cuyas orientaciones principales se adjuntan en anexo de la presente Declaración.
ORIENTACIONES PRINCIPALES DE UN PLAN DE ACCIÓN PARA LA APLICACIÓN DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LA UNESCO SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Los Estados Miembros se comprometen a tomar las medidas apropiadas para difundir ampliamente la Declaración de la UNESCO sobre la diversidad cultural y fomentar su aplicación efectiva, cooperando en particular con miras a la realización de los siguientes objetivos:
1. Profundizar el debate internacional sobre los problemas relativos a la diversidad cultural, en particular los que se refieren a sus vínculos con el desarrollo y a su influencia en la formulación de políticas, a escala tanto nacional como internacional; profundizar en particular la reflexión sobre la conveniencia de elaborar un instrumento jurídico internacional sobre la diversidad cultural.
2. Desarrollar la definición de los principios, normas y prácticas en los planos nacional e internacional, así como de los medios de sensibilización y las formas de cooperación más propicios a la salvaguardia y a la promoción de la diversidad cultural.
3. Favorecer el intercambio de conocimientos y de las prácticas recomendables en materia de pluralismo cultural con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la inclusión y la participación de las personas y de los grupos que proceden de horizontes culturales variados.
4. Avanzar en la comprensión y la clarificación del contenido de los derechos culturales, considerados como parte integrante de los derechos humanos.
5. Salvaguardar el patrimonio lingüístico de la humanidad y apoyar la expresión, la creación y la difusión en el mayor número posible de lenguas.
6. Fomentar la diversidad lingüística -respetando la lengua materna- en todos los niveles de la educación, dondequiera que sea posible, y estimular el aprendizaje del plurilingüismo desde la más temprana edad.
7. Alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a este efecto, tanto la formulación de los programas escolares como la formación de los docentes.
8. Incorporar al proceso educativo, tanto como sea necesario, métodos pedagógicos tradicionales, con el fin de preservar y optimizar los métodos culturalmente adecuados para la comunicación y la transmisión del saber.
9. Fomentar la "alfabetización electrónica" y acrecentar el dominio de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, que deben considerarse al mismo tiempo como disciplinas de enseñanza y como instrumentos pedagógicos capaces de reforzar la eficacia de los servicios educativos.
10. Promover la diversidad lingüística en el espacio numérico y fomentar el acceso gratuito y universal, a través de las redes mundiales, a todas las informaciones que pertenecen al dominio público.
11. Luchar contra las desigualdades en materia de electrónica -en estrecha cooperación con los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas- favoreciendo el acceso de los países en desarrollo a las nuevas tecnologías, ayudándolos a dominar las tecnologías de la información y facilitando a la vez la circulación electrónica de los productos culturales endógenos y el acceso de dichos países a los recursos numéricos de orden educativo, cultural y científico, disponibles a escala mundial.
12. Estimular la producción, la salvaguardia y la difusión de contenidos diversificados en los medios de comunicación y las redes mundiales de información y, con este fin, promover la función de los servicios públicos de radiodifusión y de televisión en la elaboración de producciones audiovisuales de calidad, favoreciendo en particular el establecimiento de mecanismos cooperativos que faciliten la difusión de las mismas.
13. Elaborar políticas y estrategias de preservación y valorización del patrimonio cultural y natural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y combatir el tráfico ilícito de bienes y servicios culturales.
14. Respetar y proteger los sistemas de conocimiento tradicionales, especialmente los de las poblaciones autóctonas; reconocer la contribución de los conocimientos tradicionales a la protección del medio ambiente y a la gestión de los recursos naturales, y favorecer las sinergias entre la ciencia moderna y los conocimientos locales.
15. Apoyar la movilidad de creadores, artistas, investigadores, científicos e intelectuales y el desarrollo de programas y de asociaciones internacionales de investigación, procurando al mismo tiempo preservar y aumentar la capacidad creativa de los países en desarrollo y en transición.
16. Garantizar la protección de los derechos de autor y de los derechos conexos, con miras a fomentar el desarrollo de la creatividad contemporánea y una remuneración justa del trabajo creativo, defendiendo al mismo tiempo el derecho público de acceso a la cultura, de conformidad con el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
17. Ayudar a la creación o a la consolidación de industrias culturales en los países en desarrollo y los países en transición y, con este propósito, cooperar en el desarrollo de las infraestructuras y las competencias necesarias, apoyar la creación de mercados locales viables y facilitar el acceso de los bienes culturales de dichos países al mercado mundial y a los circuitos de distribución internacionales.
18. Elaborar políticas culturales que promuevan los principios inscritos en la presente Declaración, entre otras cosas mediante mecanismos de apoyo a la ejecución y/o de marcos reglamentarios apropiados, respetando las obligaciones internacionales de cada Estado.
19. Asociar estrechamente los diferentes sectores de la sociedad civil a la definición de las políticas públicas de salvaguardia y promoción de la diversidad cultural.
20. Reconocer y fomentar la contribución que el sector privado puede aportar a la valorización de la diversidad cultural y facilitar, con este propósito, la creación de espacios de diálogo entre el sector público y el privado".
Autor:
Ana Laura Colussi