El Agente de Desarrollo Local: Concepto y Generalidades (página 2)
Enviado por Ana Liliam Licona Vega
Para varios autores, el desarrollo local se puede definir como una política activa liderada y gestionada por los diversos agentes que participan, actúan e intervienen de forma concertada en un territorio determinado; para crear unas bases sólidas, dinámicas y sostenibles de progreso y riqueza, a través de una adecuada y creativa movilización de los recursos existentes, pero en esta definición faltaría incorporar los términos económico, social y territorial, que hay que relacionar necesariamente con el ámbito de actuación de esa política activa, con los agentes que intervienen y con los recursos locales existentes.
Para otros como, Albuquerque, F. (2003), el Desarrollo local no es únicamente desarrollo municipal. El sistema productivo local, que incluye entre otros elementos, el conjunto de relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales relevantes para explicar la eficiencia productiva y competitividad de la base económica de un determinado territorio, no tiene porqué coincidir con las fronteras o delimitaciones administrativas de un municipio o provincia, afirmando por tanto que:
Desarrollo local puede contemplar no es sólo desarrollo endógeno ya que. muchas iniciativas de desarrollo local se basan también en el aprovechamiento de oportunidades de dinamismo exógeno. Lo importante es saber "endogeneizar" dichas oportunidades externas dentro de una estrategia de desarrollo decidida localmente.
El desarrollo local es un enfoque territorial y de "abajo-arriba", pero debe buscar también intervenciones de los restantes niveles decisionales del Estado (provincia, región y nivel central) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, de una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de "arriba-abajo" son también importantes para el enfoque del desarrollo local.
Asimismo, hay que añadir que el desarrollo local no se limita exclusivamente al desarrollo económico local. Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales y de desarrollo humano del ámbito territorial respectivo.
Finalmente y amén de reunir estas posturas, se cita a Barreiro (2000), quien nos define que decir el desarrollo local es un proceso orientado, es decir, es el resultado de una acción de los actores o/y agentes que inciden (con sus decisiones) en el desarrollo de un territorio determinado. Estas decisiones no solamente se toman a una escala local, sino que existen decisiones que tomadas en otra escala (por ejemplo, a nivel nacional o internacional) tienen incidencia en el desarrollo de un territorio dado. La preeminencia de las decisiones de los actores locales, por sobre otras decisiones que no responden a los intereses locales, es lo que define un proceso de desarrollo local.
Para este autor, el desarrollo local no es una estrategia política-institucional, o meramente económica administrativa, por lo menos no lo es exclusivamente, sino que la hipótesis que le da sentido al concepto tiene que ver con las acciones que, tomadas desde el territorio, incrementan la creación de valor, mejoran las rentas, aumentan las oportunidades de empleo y la calidad de vida de los habitantes de la localidad. Estos objetivos no pueden ser abordados exclusivamente por la acción de las instituciones públicas, sino que son el resultado de la multiplicidad de acciones del conjunto de actores (económicos, sociales, políticos, tecnológicos) que operan y toman decisiones en el territorio o, que sin estar localizados en el territorio, inciden en él.
Por otra parte, la práctica de los actores implicados ya sea en calidad de agentes sociales, económicos, institucionales, etc., es, simultáneamente, una causa y una consecuencia del desarrollo del territorio. Podemos situarnos en la idea de una racionalidad de cada agente que, a su vez, está condicionada por el perfil del territorio, pero que no está determinada de forma absoluta por el mismo, es decir que un ADL actúa considerando que el territorio es solamente una base de operaciones, y por lo tanto pueden encontrar bases territoriales similares por lo que tienden a la alta movilidad geográfica, hasta aquellos que generan fuertes interdependencias y sinergias con los recursos y con otros actores locales y de allí que se enraícen en la comunidad.
1. 2 Concepto y perspectiva histórica del Agente de Desarrollo Local en España
El auge del desarrollo local en España surge de la coincidencia de tres elementos fundamentales:
a) La necesidad de dar solución a los problemas existentes en el territorio, en un contexto en el que el desempleo alcanzaba en España tasas muy por encima de la media europea, y la situación socioeconómica manifestaba evidentes desigualdades regionales y sectoriales.
b) El proceso de descentralización territorial que tiene lugar durante los años 80 y por el que las Comunidades Autónomas asumen paulatinamente competencias en servicios públicos hasta entonces provistos únicamente por la Administración Central. Esta descentralización revierte en una mejora de los servicios y en la potenciación de factores como la identidad y la participación aunque, al mismo tiempo, da lugar a nuevas desigualdades y tensiones territoriales.
c) La incorporación de España a la entonces C.E.E., que aporta modelos de desarrollo, iniciativas y ayudas financieras básicas para la expansión del desarrollo local. El resultado es un modelo de intervención cuyas primeras experiencias reconocidas como tales son las Iniciativas Locales de Empleo (ILE) y que tiene como objetivo fundamental la evolución social y económica del territorio en el que se desarrolla.
Al abrigo de las directrices y ayudas comunitarias, y con el impulso continuado de las administraciones locales y regionales, el desarrollo local se ha consolidado en toda la geografía española y ha evolucionado desde modelos de intervención asistencialistas a modelos participativos y de desarrollo sostenible, por lo que actualmente para incidir es necesario tener en cuenta la realidad interna de cada territorio y las tendencias que se manifiestan en su entorno, y ello para establecer una estrategia de actuación con el objetivo de definir un determinado modelo económico, social y territorial, que permita conseguir por una parte, el incremento del nivel de calidad de vida y la mejora del bienestar de la población; y, por otra parte, capacidades competitivas para la ciudad.
El desarrollo local requiere ciertas acciones básicas para impulsarlo:
Conocimiento de las características de la realidad local (debilidades y fortalezas) y de las tendencias de su entorno (amenazas y oportunidades).
Generar un proceso de concertación y cooperación entre los sectores público y privado.
Sensibilización, disposición y compromiso en iniciar el proceso de desarrollo por parte de los principales agentes implicados en la gestión del territorio.
El Gobierno local debe liderar el proceso de desarrollo.
Planificación concertada y participativa de las estrategias, políticas y acciones orientadas al desarrollo local.
El desarrollo local debe tener en cuenta las tendencias y los cambios que se manifiestan en el entorno de las ciudades, pueblos, aldeas y caserios y que hacen referencia a una serie de condicionantes en diversos ámbitos: economía, sociedad, tecnología, demografía, territorio, medio ambiente, cultura, política, educación, sanidad, etc.
Las fuerzas que promueven el cambio suelen consistir en una oportunidad que se desea aprovechar por parte de la ciudad, o en una reacción ante una amenaza o problema que se ha detectado y que se pretende solucionar.
1. 3 La Nueva Base Conceptual del Desarrollo da Lugar a Nuevos Enfoques y Espacios Laborales.
Luego de décadas de interpretar el desarrollo territorial a partir de la asignación centralizada y exógena de los factores productivos, hoy tiende a ser entendido como un conjunto de capacidades generadas endógenamente en cada territorio local (ciudades, áreas metropolitanas, regiones urbano-rurales o rurales). Tales capacidades están ligadas a la calidad de los recursos humanos, la capacidad organizativa y de articulación público-privada, la innovación de las empresas e instituciones locales, donde los impulsos exógenos se incorporan a un territorio que mayor provecho obtendrá cuanto más organizado se encuentre, con una estructura de relaciones establecidas y consolidadas.
De este modo, cobran vigencia aproximaciones teóricas y experiencias prácticas que promueven el conocimiento local y la vinculación entre empresas, entre sistema productivo y sistema tecnológico y científico y que permiten superar otras visiones reduccionistas sobre la capacidad innovadora de lo local.
Como la matriz decisional del desarrollo ya no puede ser controlada sólo por mecanismos estatales (la planificación tradicional), ni puede ser librada sólo a mecanismos de mercado (asignación de recursos económicos sin consideraciones institucionales y sociales), es necesario recurrir a políticas que fomenten la participación de la sociedad local en el proceso de desarrollo territorial y enmarquen el funcionamiento del sistema económico en un entorno cultural e institucional que favorezca su desempeño.
Esta perspectiva se inscribe en un paradigma relacional de conocimiento (Pérez Lindo, 1998), que supera la rigidez de enfoques centrados en los aspectos estructurales que condicionan el comportamiento de las personas y entiende a las sociedades locales como sistemas dinámicos complejos. Dicho paradigma se construye a partir del diálogo de disciplinas de conocimiento, del encuentro de saberes (técnicos, políticos, contextuales), de la articulación entre actores (de Estado, de mercado, de sociedad civil), de la coordinación de políticas. Es un pensamiento alternativo al fundamentalismo del capital y a perspectivas estado-céntricas, predominantes durante décadas para la comprensión y gestión de los procesos de desarrollo territorial.
Desde este punto de vista, el desarrollo de una sociedad pasa a ser resultado del esfuerzo organizativo e institucional del conjunto de la sociedad y no sólo del correcto desempeño de los mercados. El desarrollo como resultado de un continuo conjunto de interacciones, negociaciones, coaliciones y contratos entre individuos y organizaciones que compiten para lograr sus objetivos, de tomas de posición y de intereses no necesariamente armónicos, aunque sí factibles de ser integrados en un proyecto político común (Madoery, 2000). El paradigma relacional plantea una centralidad de la política.
Es una interpretación que avala la diversidad de modelos territoriales de desarrollo y remite a las pautas fundamentales sobre las que se estructura cada sociedad, al rol que juegan los actores y los procesos de interacción social.
Las interpretaciones y acciones orientadas al desarrollo territorial, han transitado por diferentes etapas que establecieron estilos de políticas predominantes, espacios de intervención preferentes, tipos de planificación del desarrollo y, consecuentemente, han requerido perfiles determinados de agentes de desarrollo. Es decir, de personas con capacidades requeridas para impulsar las políticas de desarrollo vigentes en cada momento.
Los perfiles de agentes de desarrollo requeridos, han ido cambiando de acuerdo a los tipos de políticas de desarrollo y las estrategias predominantes. La evolución de los perfiles de agentes de desarrollo, no implica que una capacidad requerida vaya reemplazando a otra, sino que se van agregando, adicionando, convirtiendo en más integral el perfil de agente de desarrollo y, por ende, más compleja su formación. Ello obliga a una constante búsqueda de innovaciones en la calificación de esos agentes, para que desplieguen no sólo las capacidades técnicas y diagnósticas, sino capacidades relacionales y de acción estratégica.
Naturalmente, este esquema no significa que todas y cada una de las personas con actuación territorial presenten estos perfiles, sino que cada territorio, para fortalecer sus capacidades de desarrollo, debe contar con este tipo de perfiles. Y allí es donde surge el desafío para los territorios locales de implementar mecanismos propios, a medida, de formación de agentes, en sintonía pero a la vez complementando, los programas oficiales de educación.
El agente de desarrollo local. Sus conocimientos y funciones
Girardo, Madoery, O, (2006), insiste en que la formación de agentes de desarrollo tiene una perspectiva endógena como consecuencia de las transformaciones globales y los procesos de cambio estructural y reforma del Estado de las últimas décadas, que dal lugar a nuevas fórmulas de acción y conocimiento contextualizadas en las áreas urbanas y rurales.
Estas transformaciones implican una serie de consecuencias que afectan el concepto de territorio, al tiempo que permiten nuevas interpretaciones en la noción de desarrollo. A su vez, plantean una demanda creciente de recursos humanos capacitados para llevar adelante, entre otras, funciones de articulación inter-institucional, planificación y gestión local, análisis regional y dinamización de los sistemas productivos y tecnológicos territoriales.
Tanto las administraciones públicas locales, regionales y también nacionales, como las empresas e instituciones económicas de base territorial (cámaras empresarias, centros de empresas, bancos regionales, mutuales), los sindicatos de trabajadores y las organizaciones de la sociedad civil, enfrentan desafíos de entrenamiento y capacitación en sus plantillas de personal que es preciso satisfacer a través de innovaciones en los sistemas de enseñanza y en las propuestas pedagógicas.
La formación para el desarrollo endógeno busca adaptarse a esta nueva realidad, presentando importantes adaptaciones y avances, tanto en la organización de la enseñanza, como en la educación no formal, a partir de mejores vinculaciones entre las organizaciones educativas, el sector público, el medio empresarial y organizaciones de la sociedad civil.
Girardo , C. (2006), explica que si bien, los actores y/o agentes se definen por la escena en donde actúan y por su ubicación en el escenario social (municipio, universidad, empresa, organizaciones, etc.) el agente de desarrollo local propiamente dicho, ADL, está ligado al sentido de la acción, en función de determinados objetivos (Arocena, 1995, Touraine, 1997, Madoery, 2001). Funcionarios de la administración pública, profesores universitarios, estudiantes, dirigentes políticos, empresarios, emprendedores, entre otros constituyen los agentes de Desarrollo Local de un territorio determinado.
Es desde esta perspectiva que se enmarca al agente de desarrollo local como algo más que un mediador, un articulador o un integrador, ya que como agente: es aquél que expresa incidencia y compromiso sobre el proceso de desarrollo territorial, más allá de su inserción territorial. Se define, como indicamos anteriormente, por el sistema de la acción, reflexión, acción. Es tanto un analista (capacidad diagnóstica), como un activista (capacidad de acción). Son personas cuyos comportamientos permiten una elevada influencia sobre la dirección, modalidad y naturaleza del desarrollo del territorio. Así los agentes desarrollan sus actividades a partir de ciertas actitudes aprendidas profesionalmente y de otras recuperadas de sus propios conocimientos adquiridos tácitamente.
Entre las muchas actividades que compiten al agente de desarrollo local podemos enunciar una serie de acciones tales como inventariar recursos locales para el desarrollo, movilizar para crear sinergias de recursos, apoyar iniciativas que provoquen desarrollo, promover alianzas entre actores, apoyar la constitución de nuevas organizaciones, apoyar la toma de decisiones, promover redes, traducir en proyectos iniciativas locales, entre otras muchas más. Los conocimientos (saber ser, saber hacer y saber conocer, saber aprender y saber convivir) que debe aprehender están relacionados con estas actividades.
Se concluye por tanto que el trabajo de este profesional es de tipo generalista, y no está atado a una disciplina en especial, ya que se alimenta de distintas aspectos multidisciplinarios los que tiene que buscar, aprehender, investigar, autoformar dentro de su realidad, pero en el marco global de hoy, o bien apoyar mediante programas de formación a los futuros agentes de desarrollo local, para contribuir a que sean personas con aptitudes y conocimientos específicos (endógenos) y generales (exógenos) a fin de que estén en capacidad de llevar a cabo funciones de dinamización y animación económica y social, estimulando el conocimiento, organizando el potencial de desarrollo local, promoviendo el asociacionismo, la auto-organización y el cambio cultural de un territorio y sus actores
2.1 El Agente de Desarrollo Local Como Sujeto del Desarrollo Endógeno. El Perfil Actitudinal
Los actores y/o agentes sociales se desenvuelven en situaciones de acción, con medios y fines diferenciados, que contribuyen a conservar o a transformar la estructura económica, a modificar las reglas de juegos, a hacer predominar sus interpretaciones. Son participantes activos que procesan información y formulan estrategias en su relación tanto con otros actores locales, como con personas e instituciones de "fuera" de lo local.
El hecho que la acción esté enraizada dentro de estructuras institucionales y procesos macro, no implica que las elecciones de comportamiento sean reemplazadas por una rutina inmodificable, sino que éstos son capaces de formular decisiones, actuar en base a ellas e innovar o experimentar.
Por lo tanto, el sujeto del desarrollo endógeno es un mediador, una figura capaz de observar, analizar, comprender y traducir tanto las lógicas y racionalidades de los otros agentes (políticos, funcionarios, empresarios, sindicalistas, actores sociales, etc.), incorporar propuestas de concertación y de ofrecer el diseño de las actuaciones necesarias.
También es un emprendedor territorial, con capacidad de intervenir (con instrumentos más específicos, visión más amplia e interpretaciones no convencionales), sobre los principales aspectos gestionales y con capacidad de gobernar el sistema de instituciones públicas y sectoriales característico de cada territorio local.
Se trata de personas cuyos comportamientos permitan una elevada influencia sobre la dirección, sobre la modalidad y sobre la naturaleza del desarrollo del territorio, sean en su rol de dirigente político, emprendedor o de manager, de profesores, de funcionario de la administración pública, de profesional con actuación regional, de trabajador, etc.
Como característica transversal, está su capacidad de generar conocimiento pertinente, contextual, relacional. En síntesis, el agente de desarrollo local es aquél que expresa incidencia y compromiso sobre el proceso de desarrollo territorial, más allá de su inserción sectorial.
Por lo tanto, el desarrollo endógeno necesita ser interpretado como un proceso de aprendizaje abierto, colectivo, de base territorial y de comunicación, de negociación y concertación entre diferentes agentes orientado al cambio cultural. Las mejores prácticas internacionales reconocidas al respecto, han resuelto aquellos dilemas a partir de lógicas sencillas, pero efectivas, señalando la existencia de algunos factores clave de éxito en el rol de ADL:
Involucración institucional en las políticas educativas y de formación: el compromiso de las instituciones públicas y privadas involucradas traducido en una participación explícita y formalizada, tanto en el diseño como en la implementación de los proyectos formativos.
Visión integrada: que significa tratar conjuntamente los temas de la gestión de cada unidad productiva o de gestión institucional (sea una empresa, una oficina pública, una entidad comunitaria) y los temas del funcionamiento del sistema institucional, económico y social territorial.
Fuerte asentamiento en la realidad local: conocimiento profundo del territorio de actuación y adecuación de los contenidos adquiridos y las actividades de investigación a los perfiles regionales.
Método de autoaprendizaje y autoconocimiento. Por otra parte orientación al resto de actores hacia los programas basados en la didáctica activa y proyectos de campo en las instituciones regionales.
Profesionalismo ante los equipos directivos y de coordinación como responsables de la relación con instituciones, docentes, alumnos y empresas y perfiles docentes con fuerte formación académica, experiencia en el mundo de la empresa y práctica de gestión pública e institucional.
Un agente capaz de interrelacionar con su hacer, los objetivos centrales de los programas de las diferentes entidades de manera que contribuya con su accionar a articular el sistema productivo, el sistema educativo y tecnológico y el sistema institucional de la región, a partir de la realización de múltiples actividades de capacitación, investigación y vinculación empresaria, promoviendo además la difusión y creación de conocimientos explícitos y tácitos, para ayudar a los beneficiarios a transformar su realidad, reconvertir y dinamizar el tejido productivo regional. Y poner a disposición de los sistemas productivos, sociales y de gobierno territoriales personas capaces de entender y anticipar los cambios necesarios para reconfigurarlo y fortalecerlo, así como anticipar las demandas futuras de calificación que las instituciones públicas y privadas van a presentar.
Conocer el entramado institucional y el contexto jurídico-normativo territorial. Esto es así toda vez que las racionalidades económicas y sociales, se encuentran arraigadas en contextos culturales, valóricos e institucionales y las opciones estratégicas que adoptan los actores y las sociedades locales dependen de la orientación de ese contexto.
Adecuar sus contenidos curriculares y los ajenos,a los perfiles de cada territorio de actuación e incidencia institucional, académica, profesional y tecnológica
Incorporar fórmulas de aprendizaje activo: como reconocimiento de la importancia del "saber aplicado" a través de prácticas organizacionales, institucionales y estratégicas de los agentes económicos.
Didácticas en campo o proyectos en empresas: actividades que permitan adiestrar a los beneficiarios "en el campo", y en la producción de nuevos conocimientos. Fórmulas donde otros actores sean estimulados a ejercitar su espíritu de iniciativa y de responsabilidad en el desarrollo de investigación del grupo sobre problemas económicos, sociales, institucionales; la solución de problemáticas empresaria e institucionales concretas con "trabajos" en la unidad de referencia; el check up de empresas; la realización de estudios de factibilidad, etc
Prácticas coloquiales: que permitan estimular el surgimiento de un clima de mayor confianza y asociatividad entre el sector público y privado, basado precisamente en un conocimiento común y una capacidad de comunicación, orientada a producir un proyecto político de desarrollo para la región de referencia.
En el ámbito de la formación, implementar una currícula por competencias: esto es, de saber aplicado a las realidades sectoriales y territoriales. Desde las competencias básicas necesarias para que los sistemas productivos locales se puedan insertar en los nuevos marcos del funcionamiento de la economía nacional, regional y mundial, pasando por las competencias de gestión, hasta las competencias sectoriales y funcionales específicas de cada territorio de actuación.
Es de definir como competencias básicas: aquellas que todo trabajador debería dominar cualquiera sea su tarea concretas. En el sistema productivo, estas prácticas permiten lograr el paso efectivo de lo abstracto, que es el de las propias ideas sobre las cosas, al ámbito concreto del espacio productivo integrado por máquinas y seres humanos. Además, permiten identificar los elementos centrales y los problemas del proceso de trabajo en el que el individuo está inmerso; y como uso colectivo permite acrecentar solidaridades e identidades grupales, que permitan al grupo percibirse como unidad de producción. Por último, como uso comunicativo, permite incrementar capacidades dialógicas, de expresión y adquisición de nuevos conocimientos.
Se debe entender como competencias de gestión: las que se refieren a la acción de las personas, de sus interacciones y de sus comunicaciones: uso de recursos: identificar, organizar, proyectar y asignar recursos diversos. Interacción y comunicación: trabajar y cooperar con otros. Información: adquisición y utilización reflexiva de datos. Entendimientos de sistemas: entender las interrelaciones complejas.
Las Competencias sectoriales, funcionales: son aquellas vinculadas a procesos y prácticas medulares en las especializaciones productivas territoriales. Diversificar el alcance de la oferta de formación: involucrando a las instituciones educativas no sólo en alternativas de formación continua (cursos, seminarios, programas de especialización), sino en programas de reentrenamiento y especialización laboral, asistencia técnica a empresas, pasantías, generación de información territorial pertinente, conexión con redes, animación de la población local, para generar innovaciones aptitudinales, organizativas y tecnológicas, convenios de colaboración y apoyo técnico, realización de estudios e investigaciones, programas de apoyo institucional, etc.
Otra competencias necesaria es la adaptación continua de estos profesionales a las circunstancias cambiantes y el carácter innovador de la actividad que realizan. De aquí que la formación que poseen los Agentes de Desarrollo Local y los profesionales afines provenga sobre todo de tres vías diferenciadas: la formación reglada, las experiencias y la formación ocupacional y continua.
2.2 Características Imprescindibles en el Perfil de los Agentes de Desarrollo Local
Además de las anteriores habilidades, competencias, destrezas y capacidades, hay algunas que son esenciales al ejercer el papel de ADL en una comunidad.
Líderes institucionales para el cambio: personas con aptitudes y conocimientos específicos para desenvolverse en ámbitos locales y regionales, tanto del sector público, privado o no gubernamental, capaces de conducir y guiar el proceso de cambio socio-cultural; conciencia de sus responsabilidades no sólo sobre su institución de pertenencia, sino sobre el sistema institucional territorial. Estos agentes llevan a cabo funciones de animación económica y social (estimulando el conocimiento, organizando el potencial de desarrollo local, promoviendo el asociacionismo, la autoorganización y el cambio cultural) y de promoción de iniciativas de desarrollo y proyectos de creación de riqueza y empleo en la economía local y regional (identificando, sistematizando, evaluando y acompañando proyectos individuales y colectivos).
Emprendedores: personas capaces de asumir decisiones en contextos de incertidumbre, riesgo o carencia de información. La actividad emprendedora, consiste en definir proyectos, combinar factores para ejecutarlos y de asumir los riesgos productivos, económicos y financieros. Por eso, el emprendedor tiene responsabilidad sobre su empresa, sus colaboradores y sobre el sistema económico y la sociedad de la que forma parte.
Operadores territoriales: como se ha mencionado antes, deben ser personas capaces de desempeñarse en las competencias básicas, de gestión, funcionales y sectoriales del sistema productivo regional. En condiciones de utilizar y desempeñarse tanto en las técnicas de producción y de organización de la empresa y en la actividad comunitaria, con capacidad creativa y versatilidad.
Proximidad El desarrollo endógeno es parte de un paradigma relacional de interpretación de los procesos sociales, que en contra del conocimiento compartimentado, propone un encuentro de saberes como fundamento del conocimiento, una articulación de actores como fundamento de la acción social y una coordinación de políticas como fundamento de la gestión orientada al desarrollo. La idea de proximidad de los agentes hace referencia, desde el punto de vista económico, a diversos fenómenos: la transmisión no mercantil de ciertos costos y beneficios, la difusión de las innovaciones, el uso compartido de las infraestructuras, las vinculaciones hacia adelante y hacia atrás en las cadenas productivas, fenómenos que favorecen los rendimientos crecientes a escala y la reducción de costos de transacción que se deben a la organización del sistema productivo local. Desde un punto de vista social y axiológico, la proximidad remite al valor de la confianza, fundamento de la interacción y el compromiso. Desde el punto de vista del conocimiento, la proximidad favorece procesos de aprendizaje de carácter colectivo en el que participan los decisores, técnicos y trabajadores, en colaboración con otros actores territoriales. Junto a un conocimiento codificado, por ende global, se valoriza un conocimiento contextual, relacional, por ende, territorial. Por último, desde un punto de vista político institucional, la proximidad refiere al establecimiento de reglas de juego y la generación de incentivos orientados al consenso y los acuerdos.
Para finalizar este apartado, los expertos afirman que para ejercer el rol de Agente de Desarrollo Local este debe la comprender, asimilar y acomodar el concepto de la necesidad de una nueva cultura del desarrollo a partir de la incorporación de conocimientos, habilidades, actitudes y destrezas en todos los niveles de participación y decisión local, para promover innovaciones generalizadas en el territorio.
Si en el escenario actual, las concepciones y las políticas de desarrollo territorial van cambiando, es necesario que los sujetos responsables de llevar a cabo esos cambios estén preparados y tambien que asuman y se sumen al cambio. Trabajar en y para el desarrollo endógeno es generar nuevas capacidades de desarrollo en las personas de cada territorio. Se trata, en definitiva, de reforzar la capacidad de reacción y de innovación sobre toda la esfera productiva, sociocultural y politico-admnistrativa y a nivel del sistema de las instituciones; y de multiplicar los ejemplos de excelencia organizativa y de gestión tanto interna como externa a cada sistema productivo, social y de gobierno territorial, a modo de consolidar procesos de desarrollo endógeno.
El Perfil Académico e Intelectual del Agente de Desarrollo Local Desde la Praxis.
En este apartado, se menciona lo expuesto por Barbero L. (1992) quien visualiza al Agente de Desarrollo Local: "como un operador público o privado al servicio de la población, que promueve, organiza y elabora a nivel territorial operaciones integradas de desarrollo local de las que son protagonistas las instituciones, las fuerzas técnicas, sociales y empresariales" .
Desde esta óptica al Agente de Desarrollo Local, desde su hacer, se le concibe como uno más de los actores implicados directa y específicamente en la acción sobre el territorio, donde asume la gestión del proceso desde una perspectiva profesional. Es el técnico que coordina a los demás agentes sociales en la formulación de la estrategia de desarrollo local a seguir, asesorando sobre las opciones y sus posibilidades para, una vez adoptada, gestionar su implementación y analizar los resultados de cara a la reformulación de soluciones.
Fuentes, M. (2008)[1], Agente de Desarrollo Local español, desde la práctica nos explica que, partiendo de la actual situación tras el traspaso de las políticas activas de empleo al gobierno autonómico y el surgir de nuevas estructuras de desarrollo, orientación y empleo, así como de profesionales que se dedican a estas materias, es oportuno reflexionar sobre el perfil académico e intelectual que debe tener el profesional que se dedica ejercer como Agente de Desarrollo Local, por lo que dejando a un lado las posibles definiciones más o menos oficiales, nos ofrece desde la praxis diaria los conocimientos conceptuales y procedimentales que debe poseer el ADL, aspectos que enriquecen y complementan con lo antes expuesto antes en torno a este tema:
Para iniciar, Fuentes, afirma que las titulaciones académicas que favorecen el ejercicio de esta labor, están relacionadas con las Ciencias Sociales y/o Jurídicas como las siguientes especialidades: Económicas, Administración de Empresas, Derecho, Psicología, Pedagogía, Sociología, Antropología, Ciencias Políticas, Geografía, Ciencias del Trabajo, Trabajo Social, Magisterio, Empresariales o Graduado Social.
Sin embargo, aunque se cuente con cualquiera de las anteriores titulaciones, es importante que este profesional domine o por lo menos conozca una serie de materias que le pueden servir para el desarrollo de sus tareas profesionales en momentos concretos, más que enmarcarse en unos aspectos relacionados con su titulación académica, por lo que de manera no formal o autodidáctica es conveniente que el ADL adquiera:
a) Conocimientos económicos: para la realización de diagnósticos del territorio, así como de planes de actuación y presupuesto, además de hacerse necesario poseer conocimientos de estadística descriptiva, conocimientos de los sectores productivos, de política económica, elaboración de análisis e interpretación de datos, habilidad para maximizar los recursos existentes, así como planificación y realización de programas.b) Conocimientos de gestión empresarial. Una de las principales personas usuarias que acuden a las agencias de desarrollo local son las personas emprendedoras y empresarias que quieren modernizar o ampliar sus negocios. Por todo ello, para ayudar a estas personas se hace necesario, que el ADL posea conocimientos sobre planes de empresa, de marketing, de modernización, de comercio exterior, de recursos humanos y de gestión financiera. Además, en las políticas de empleo también se hace necesario tener habilidades para realizar una buena intermediación laboral y por ende la prospección de empresas, así como un trato con el empresariado que sirva para detectar sus necesidades de personal.
c) Conocimientos jurídicos. Es decir que se hace necesario que el ADL tenga conocimientos de derecho administrativo, para la elaboración e interpretación de programas de ayudas, para el mejor entendimiento de las convocatorias de programas, así como para la contratación de proveedores públicos. Por otra parte, para el fomento del autoempleo y la modernización empresarial, es muy importante que tener conocimientos en derecho mercantil, civil patrimonial, financiero y fiscal. Además de lo expuesto, el ADL trabaja para el fomento del empleo por lo que hay que tener una sólida base de derecho laboral, y si se trabaja en desarrollo, es conveniente conocer aspectos relacionados con el derecho urbanístico, sobre todo en lo relacionado con suelo industrial y la interpretación de los Plan General de Ordenación Urbana. (PGOU)
d) Conocimientos psicológicos. La orientación profesional es una de las bases del desarrollo local. Para un mejor desenvolvimiento en las tareas relacionadas con la ayuda a las personas desempleadas para fijar su objetivo profesional, y a adquirir o gestionar sus habilidades sociales y laborales, así como del reforzamiento del espíritu emprendedor en el autoempleo, se hacen necesarios conocimientos psicológicos que incrementen el empoderamiento y la empleabilidad de estas personas usuarias de las agencias de desarrollo local.
e) Conocimientos de intervención social. Cada vez más y así lo marcan tanto la Estrategia Europea de Empleo, como el Plan Nacional de Empleo, las políticas de empleo deben de tener entre sus máximas, la lucha contra la exclusión social. Todas las personas desempleadas no son iguales y necesitan un tratamiento diferencial, aunque algunas pertenecen a ciertos grupos con características psicosociales comunes como jóvenes, mayores de 40 años, parados y paradas de larga duración, familias monoparentales, inmigrantes, minorías étnicas, exdrogodependientes, los pertenecientes a Zonas de Transformación Social, ex reclusos, etc. Por todo ello, es necesario un trabajo conjunto con los servicios sociales así como un conocimiento de los recursos sociales existentes y un equilibrio entre las políticas pasivas y activas de empleo.f) Conocimientos pedagógicos. La formación es otro de los pilares básicos tanto de las políticas de fomento del empleo como de promoción económica. Para el establecimiento e interpretación de los perfiles profesionales, planes formativos, formación continua, profesional, ocupacional, talleres de empleo y escuelas taller, son necesarios tener conocimientos y actitudes pedagógicas.
g) Conocimientos de género. Desgraciadamente el desempleo tiene rostro mayormente femenino. Por todo ello hay que tener claros y aplicar los conceptos de discriminación positiva tanto en la planificación, ejecución, como en la evaluación de los programas y acciones.
h) Conocimientos tecnológicos. El manejo de las tecnologías de la información y la comunicación, así como el conocimiento de ciertos procedimientos claves en actividades productivas representativas en el ámbito en el que se actúe, así como de gestión medioambiental, son otros aspectos que tampoco vienen mal al agente de desarrollo local.
i) Conocimientos de idiomas para el trabajo conjunto en los programas transnacionales y de comercio exterior, o de participación social.
j.)Pero además de esta formación académica inicial es necesaria una la formación complementaria susceptible de acreditación, valorándose en este cargo sobre todo, la experiencia adquirida en la gestión de proyectos de desarrollo.
Por último, hay que tener en cuenta que más que aptitudes, para este trabajo se hacen necesario sobre todo actitudes y mucha vocación en lo que se está haciendo, sobre todo para moverse en un entorno laboral caracterizado por la inestabilidad laboral, en ocasiones la falta de definición de tareas y unas selecciones de personal donde pueden intervenir aspectos subjetivos. Por eso, partiendo del componente vocacional, según Fuentes, el Agente de Desarrollo Local deber ser versátil y conocer primero someramente y luego profundizar según se necesite, los aspectos anteriormente mencionados principalmente a través de su propia iniciativa y autónoma, puesto que la formación reglada y no reglada que existe actualmente o está especializada en exceso en algún ámbito concreto o esta basada en aspectos fundamentalmente teóricos.
Cuadro No. 1
Perspectiva Horizontal del Concepto y Perfil del Agente de Desarrollo Local al Siglo 21 | |||||
Perfil de ADL requerido | 1960-1970 | 1980-1990 | 2000 a la fecha | ||
Política de Desarrollo | Centralizada del Desarrollo Regional | Adecuación de la Ciudad a la Globalización y la Liberalización de la Economía | Territorio Local como Sistema Dinámico Complejo | ||
Estrategia Predominante | Polos Regionales de Desarrollo | Fortalecimiento institucional de gestión local y Desarrollo Local competitivo | Desarrollo Endógeno | ||
Tipo de Planificación | Normativa Centralizada exógena | Participativa | Estratégica | ||
Perfil del Agente de Desarrollo | Capacidad Técnica | Capacidad diagnóstica y relacional | Capacidad, técnica, diagnóstico y relacional, estratégica |
Fuente (Madoery, 2008)
El desarrollo local: ámbitos de actuación , sociedad, agentes y actores
3.1 La Posición de los Agentes de Desarrollo en la Sociedad Local
Madoery (2008), insiste en que, la noción de DESARROLLO está cambiando y esto representa un nuevo desafío ya que estamos transitando de una concepción del desarrollo como algo adquirido por un territorio, a través de la dotación de capital físico, conocimiento, recursos, hacia una concepción del desarrollo como algo generado a partir de las capacidades de los actores locales.
La sociedad local es otro concepto central del nuevo concepto y Eenfoque del Desarrollo (Endógeno). Arocena (1995) sostiene que para que exista sociedad local, deben darse al menos dos condiciones: una de naturaleza socio-económica-política y otra de naturaleza cultural. La condición socio-económica da cuenta de la existencia de un sistema de actores cuyas relaciones se construyen y se reconstruyen en base a condicionantes de naturaleza local; la gestión del excedente generado localmente es controlada por ese sistema de actores y esta regulado o/y impulsado en torno a políticas establecidas. La condición cultural hace referencia a la existencia de un conjunto humano que pertenece a un territorio, que se identifica con su historia y que muestra rasgos culturales comunes expresados en una identidad colectiva.
Como la sociedad es heterogénea y desigual, los resultados de los procesos de acumulación, mirados en su individualidad, tienden a distribuirse también desigualmente consolidando las diferencias.
Es por esto que el ADL, al hablar del desarrollo endógeno debe saber que, hay otros componentes, además de la acumulación, que garantizan la distribución y reproducción de la sociedad, con lo cual este agente, ubica su hacer dentro de la sociedad local, no sólo en la contribución de eficiencia económica, sino también en la búsqueda de una equidad social y equilibrio territorial y ambiental (Cotorruelo, 2001).
Este hacer lo realiza mediante relación directa con actores/agentes locales, sean estos e individuos, grupos u organizaciones, que desempeñan un rol en la sociedad local, como por ej: el gobierno local, las empresas públicas, las agencias del gobierno central y provincial, (quienes son actores de índole político-institucional) o como la microempresa y el artesanado, la pequeña y mediana empresa, la gran empresa (que son actores de mercado) así como con las comisiones vecinales, las organizaciones de voluntarios, las iglesias, los comités políticos, las organizaciones no gubernamentales, (definidos como los actores sociales) (Arocena, 1995).
Es en su espacio profesional y en este status es que el ADL ocupa en el terreno de la acción, un lugar el campo político, económico, social y cultural, llevando un rol de portador de propuestas que tiendan a capitalizar mejor las potencialidades locales.
Es por eso que se insiste en lo que ya ha afirmado que El Agente de Desarrollo Local es un mediador, capaz de observar, analizar, comprender y traducir las lógicas y racionalidades de los otros agentes/actores, incorporar propuestas de concertación y de ofrecer el diseño de las actuaciones necesarias. Es también un emprendedor territorial: con capacidad de intervenir sobre los principales aspectos gestionales, tanto en la empresa como en las instituciones públicas y sectoriales, y con capacidad de gobernar el sistema de instituciones característico de un modelo de desarrollo que adecue la economía territorial a las exigencias del contexto.
Los agentes de desarrollo son portadores, gestionadores e impulsadores de proyectos de cambio que expresan incidencia y compromiso sobre el proceso de desarrollo territorial, más allá de su inserción sectorial e independientemente de su residencia.
Es tanto un analista (capacidad diagnóstica), como un activista (capacidad de acción). Son personas cuyos comportamientos permitan una elevada influencia sobre la dirección, sobre la modalidad y sobre la naturaleza del desarrollo del territorio, ya sean en su rol de dirigentes políticos, emprendedor o de manager, de profesores, de funcionarios de la administración pública, de profesionales con actuación regional, etc.
3.1 Ámbitos de actuación
De Acuerdo Al Estudio De Necesidades De Formación De Agentes De Desarrollo Local Y Figuras Profesionales Afines. (FOREM, 1999)[2] las acciones de desarrollo local se llevan a cabo desde distintos ámbitos geográficos e institucionales: existen sobre todo experiencias municipales, de estricto ámbito local, pero también hay proyectos y estructuras que cubren territorios supramunicipales como los llevados a cabo por las Mancomunidades de Municipios y otras estructuras de ámbito comarcal o regional, las actuaciones de desarrollo provinciales y las promovidas por las comunidades autónomas. Atendiendo al tipo de territorio en el que se desarrollan las intervenciones de desarrollo es importante distinguir entre el ámbito urbano y el rural, ya que las necesidades de desarrollo de ambos son tan diferentes como su situación socioeconómica, lo que sin duda condiciona el carácter de las actuaciones acometidas.
a. El desarrollo local en el ámbito rural
En 1988 la Comisión de las Comunidades Europeas desarrolló un informe que, bajo el título de "El futuro del mundo rural" recogía orientaciones y medidas encaminadas a promover el desarrollo de este medio que, según la Comisión, "implica algo más que una delimitación geográfica. Implica todo un tejido económico y social comprendiendo un conjunto de actividades diversas: agricultura, artesanía, pequeñas y medianas empresas, industrias, comercios y servicios; y como espacio de regeneración se ha convertido en espacio indispensable para el equilibrio ecológico, y cada día es más un lugar de acogida privilegiada para el descanso y el recreo".
Las raíces, en cambio, hay que buscarlas posiblemente en la directiva comunitaria del año 1975 sobre agricultura de montaña y zonas desfavorecidas, y en la ley y el real decreto que se dictaron en España a este respecto en los años 1982 y 1984. A partir de aquí surgen los Programas de Ordenación y Promoción de los Recursos Agrarios de Montaña (PROPROM) que en muchos casos fueron el caldo de cultivo de algunos de los actuales programas de desarrollo rural.
Tampoco hay que olvidar las experiencias y lecciones que han ofrecido al desarrollo rural de hoy en día iniciativas tales como el Centro Cultural "ALMANZOR", en el Barco de Ávila, el programa Cultura campo, en numerosas comarcas de toda la geografía española, y otras iniciativas surgidas al amparo de organizaciones como Cáritas.
La importancia del ámbito rural en términos demográficos es relativamente baja, ya que los municipios considerados rurales (con menos de 2.000 habitantes) no llegan a concentrar al 8% de la población y los semirurales (entre 2.000 y 10.000 habitantes) suponen entorno a un 17%. La población, sin embargo, no es la única variable determinante de las características que definen este ámbito, ni de sus necesidades particulares en términos de desarrollo. De hecho, la mayor parte de las investigaciones al respecto ponen de manifiesto las grandes diferencias existentes en el mundo rural en función de su localización geográfica, de la proximidad a grandes núcleos urbanos y, en general, de aquellas variables que determinan su cultura, su estructura productiva, su capacidad económica y de gestión, su dotación de servicios.
La continua reducción de empleo en el sector primario y en otros subsectores tradicionales de la actividad de ciertas regiones –como las industrias extractivas en las cuencas mineras del carbón, por ejemplo–, contribuyó durante años a una paulatina emigración de la población joven a núcleos urbanos y al consiguiente envejecimiento de la población de estas zonas.
Por eso, muchas de las intervenciones de desarrollo en este ámbito están encaminadas a apoyar actividades económicas alternativas de las tradicionales, básicamente agropecuarias (proyectos de turismo rural, de comercialización de productos artesanales, etc.). La formación y el empleo son dos aspectos permanentes en estos proyectos, con contenidos adaptados a las características socioeconómicas del medio rural.
El medio es en sí mismo uno de los objetivos de la intervención en estas áreas y se observan numerosas actuaciones dirigidas a preservar o recuperar el equilibrio ecológico.
Otra línea importante en los programas de desarrollo rural suele ser el desarrollo comunitario, cuyo objetivo es fomentar el asociacionismo y la participación y que frecuentemente se traduce en la creación de proyectos de economía social.
La creación de estructuras supramunicipales desde las que abordar los proyectos de desarrollo es frecuente entre los municipios rurales, que por su reducido tamaño se encuentran con una carencia de estructuras propias y una mayor dificultad de acceso a los recursos financieros.
La Iniciativa Comunitaria LEADER ha tenido un papel fundamental en la creación de este tipo de estructuras. En la actualidad funcionan en España alrededor de 150 GAL (Grupos de Acción Local), creados a la sombra de esta iniciativa, que gestionan todo tipo de proyectos de desarrollo local y en los que participan distintas administraciones públicas, entidades sin ánimo de lucro y algunas empresas privadas. A estos grupos habría que añadir, en las zonas objetivo 1 de los Fondos Estructurales, otro centenar de Grupos PRODER, nacidos del Programa Operativo de Desarrollo y Diversificación Económica de Zonas Rurales, que les da nombre.
b. El desarrollo local en núcleos urbanos e industrializados
Más de las tres cuartas partes de la población española habita en núcleos urbanos, ya sea en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, o en las numerosas ciudades medianas y pequeñas repartidas por toda la geografía.
Los intereses y problemas de estos núcleos urbanos son diferentes a los del mundo rural. La tecnología avanzada, la competencia internacional y los servicios adquieren aquí un protagonismo determinante en las formas de vida, de trabajo y de ocio de la población, en la evolución socioeconómica de las ciudades.
Pero lo que a primera vista podría parecer un mayor nivel de desarrollo cultural y productivo conlleva también una serie de problemas sociales y económicos característicos, cuya aparición es en muchas ocasiones proporcional al tamaño de la ciudad: desempleo, pobreza, criminalidad, contaminación.
Los problemas son tanto sociales como económicos y ecológicos. En las grandes ciudades las diferencias producen situaciones de exclusión social y marginación; la competencia afecta no sólo a las empresas, sino a las propias ciudades, que se disputan la atracción de inversiones y actividades productivas; la distribución urbana, con núcleos de trabajo y otros residenciales separados, fomenta las diferencias e incrementa problemas como el tráfico y la contaminación, etc.
Los núcleos urbanos más pequeños (entre 10.000 y 50.000 habitantes) comparten las ventajas e inconvenientes del mundo rural y el urbano, quedando a caballo entre ambos. La gestión del desarrollo local en el ámbito urbano se centra en la solución de estos problemas y la corrección de sus causas, y en la potenciación de factores endógenos de desarrollo económico y social, la riqueza artística y cultural, etc.
El objetivo prioritario de las iniciativas de desarrollo local ha sido, y aún lo es en la actualidad, combatir el desempleo, mediante la creación de puestos de trabajo y la integración en el mercado laboral de determinados grupos especialmente afectados por el paro.
Otras líneas de actuación importantes se dirigen a la mejora de la competitividad de las empresas (calidad, I+D, nuevas tecnologías) y a la adaptación a la "sociedad de la información".
Algunos núcleos urbanos se han visto arrastrados por la tendencia generalizada de elaborar Planes Estratégicos de desarrollo económico por un efecto de imitación respecto a otras ciudades más arriesgadas y pioneras. Este modo de actuar ha producido numerosas dificultades, como puede ser la ausencia del necesario consenso político y la falta de asignación de partidas presupuestarias, que han ido en detrimento de la consolidación de dichos proyectos de desarrollo local.
Entidades empleadoras y lugar en la estructura y su funcionamiento
Los promotores de las iniciativas de desarrollo local son mayoritariamente entidades públicas, con una presencia muy significativa de la Administración Pública Local (ayuntamientos y mancomunidades).
La estructura típica de intervención de estas entidades es la Agencia de Desarrollo Local, formada por un equipo técnico multidisciplinar y desde la que se abordan proyectos generadores de actividad económica y empleo.
Dentro de los proyectos de desarrollo local en el ámbito urbano es común constituir órganos rectores que aglutinen a representantes de todas las estructuras u organizaciones sociales, políticas y económicas que intervienen en la vida de la ciudad. Los Comités Ejecutivos son la figura orgánica más generalizada en muchos de ellos.
Las Agencias de Desarrollo Local adoptan diferentes modelos de organización y funcionamiento según la entidad de la que dependan, aunque se pueden identificar claramente dos tipos diferenciados: los departamentos municipales y las empresas municipales de desarrollo.
Los departamentos municipales, que frecuentemente reciben nombres distintos del de Agencia de Desarrollo Local aunque realicen exactamente esa función, dependen directamente del Ayuntamiento ya que forman parte de su estructura. Están por tanto sujetos a sus mismos procedimientos de trabajo y a su funcionamiento burocrático, lo que en ocasiones plantea problemas de falta de agilidad en las actuaciones. Los técnicos que trabajan en estos departamentos son en algunos casos funcionarios de la administración, pero lo más frecuente es que se trate de personal laboral con perfiles más acordes a la actividad de gestión y promoción de acciones innovadoras que realizan.
En determinadas circunstancias este tipo de relación laboral a medio camino entre la profesionalización de los servicios municipales y la dependencia de una administración cambiante (no hay que olvidar que las intervenciones de desarrollo local suelen basarse en unas líneas estratégicas previamente marcadas por los niveles decisorios de las entidades locales) puede, sin embargo, generar problemas de inestabilidad en los puestos de trabajo de carácter técnico. Se incluyen en este apartado estructuras como la OPI (Oficina de Promoción Industrial), el DIFE (Desarrollo Industrial, Formación y Empleo), y otras organizaciones similares.
Las empresas municipales de desarrollo son entidades creadas con participación municipal, que puede ser o no mayoritaria, y otras entidades de carácter local (empresas, sindicatos, etc.). Cumplen la doble función de externalizar determinados servicios e intervenciones municipales, y ejercer un desarrollo más participativo. Su organización es la de una empresa autónoma, evitando así los problemas derivados de la estructura de los ayuntamientos y adquiriendo una capacidad de actuación considerablemente más ágil, a pesar de que siempre existe un importante grado de dependencia de la Administración, tanto en recursos como en políticas de desarrollo.
Se trata de una fórmula cada vez más extendida tanto en municipios urbanos como en asociaciones de pequeños municipios. En la actualidad existe una importante tendencia, promovida sobre todo por las Iniciativas y Programas Comunitarios, hacia la participación de entidades privadas en las intervenciones de desarrollo local en asociación con las administraciones públicas. Las empresas, de forma individual o a través de sus asociaciones, participan cada vez más activamente en estos proyectos (entidades financieras, centros de formación, empresas consultoras…), al igual que los interlocutores sociales y
las universidades.
4. 1. Principales líneas de actuación
En el marco del perfil expuesto así como de las líneas de actuación se concluye que las actividades de desarrollo del ADL se producen en tres niveles de similar importancia:
• Nivel de decisión estratégica: dirección, coordinación de recursos…
• Nivel de gestión: tramitación de expedientes, gestión de subvenciones…
• Nivel operativo: investigación, información, comunicación…
De los cuales el nivel operativo es el que presenta, por su amplitud y complejidad, una mayor dificultad de análisis, por lo que se han diferenciado en él toda una serie de tipos de actividad (información, asesoramiento, investigación, promoción de empleo, etc.) sobre los que se investigan las competencias deseables para las correspondientes ocupaciones. Además del tipo de actividad se tiene en cuenta el área de la actividad (formación, empleo, nuevas tecnologías, medioambiente…) y el público objetivo de la intervención (empresas, público en general, mujeres, jóvenes…). La suma de los conocimientos, habilidades y actitudes resultantes de analizar estas tres variables determina la cualificación deseable para una determinada ocupación o grupo de ocupaciones.
Las líneas de actuación del desarrollo local son múltiples y diversas, si bien los ejes más desatacados se pueden resumir y clasificar del siguiente modo:
Cuadro 2.
Lineas de Actuación de los Agentes de Desarrollo Local
Líneas de actuación de los ADL"s | Contenidos más comunes | |
Promoción Empresarial y Creación de Empresas (PYME) | Viveros de empresa Centros de Servicios Empresariales (información, asesoramiento y servicios) Oficinas de Comercio Exterior Servicios de Videoconferencia Centros de teletrabajo Asesoramiento a emprendedores Formación empresarial (trabajadores, directivos y emprendedores | |
Formación y Empleo | Servicios de Información, orientación e inserción Laboral. Servicios de apoyo al autoempleo Escuelas taller y casas de oficios Otras acciones de formación ocupacional y formación continua. | |
Acceso a la Sociedad de la Información | Apoyo a la modernización tecnológica de las empresas Servicios internet para las empresas Servicios internet para los ciudadanos. | |
Diversificación Económica en Zonas Rurales | Apoyo a la pluriactividad o la generación de rentas complementarias Apoyo a actividades de turismo rural Apoyo a producciones locales de calidad Apoyo a la comercialización de productos artesanales Recuperación del patrimonio Acciones de protección del medio ambiente |
4. 2 El Agente Desarrollo Local (ADL): salidas laborales y su contexto
En el ámbito actual del desarrollo local, cabría diferenciar cuatro tipos de actores: Públicos (las distintas instituciones de la Administración); Privados (organizaciones económicas, empresas); las organizaciones del tercer sector (organizaciones sin ánimo de lucro) y los Sectores Sociales no organizados.
Las relaciones que se configuren entre ellos son las relaciones que van a determinar el desarrollo local. La participación y la transformación de la realidad existente pasa por analizar la red social de cualquier comunidad para descubrir los componentes de la misma y las relaciones que se dan entre ellos, siendo esto determinante para el proceso de desarrollo, entre otras razones, por su papel en la formación de alianzas, en la construcción de consensos, en la obtención de recursos externos a los grupos de agentes más cohesionados, en la elaboración de propuestas alternativas o innovadoras, etc. (Corrales, 2008)
En el entendido de que el Agente de Desarrollo Local (ADL) se concibe además de agente como uno de los actores implicados en la acción sobre el territorio donde asume la gestión del proceso desde una perspectiva profesional, es de insistir que el ADL (Hernando, 2007) tiene un rol técnico responsable de coordinar a los demás agentes y actores sociales en la formulación, diseño o propuesta de las estrategias a seguir en y para el desarrollo local, asesorando a estos sobre las opciones y sus posibilidades para que, una vez adoptada, se pueda gestionar su la implementación de acciones y analizar los resultados de cara a la reorientación de acciones y/o reformulación de estrategias de soluciones.
De acuerdo al estudio realizado por FOREM (1999), existen actualmente tres marcos principales en los que los agentes de desarrollo local desempeñan su actividad profesional: las iniciativas y programas de la Unión Europea, los programas o planes de empleo de las diferentes comunidades autónomas, y las iniciativas privadas (empresas y asociaciones). Las Iniciativas Comunitarias EMPLEO –con sus capítulos específicos NOW, YOUTHSTART, HORIZON e INTEGRA–, ADAPT y ADAPT-BIS han sido fuente de proyectos y financiación para numerosas agencias de empleo y de desarrollo. En el ámbito rural las iniciativas LEADER y PRODER han generado un referente institucional organizado muy importante, auténticas redes de centros de desarrollo creados como entidades intermedias que gestionan los proyectos. Los Equipos de Promoción de Empleo, que funcionan como organizaciones multiprofesionales en el ámbito comarcal, y otras organizaciones similares constituyen el marco laboral más próximo para numerosos Agentes de Desarrollo Local.
Las salidas laborales de un Agente de Desarrollo pueden ser:
1) Agentes de Desarrollo Local (ADLS): Tanto las Administraciones Públicas Locales como los Organismos Autónomos e Instituciones que de ellas dependen, pueden disponer de verdaderos Técnicos cualificados y que hoy reciben el nombre de Agentes de Desarrollo Local, que deben ser los verdaderos dinamizadores del Desarrollo Local en los Municipios.
2) Técnicos de Estructuras relacionadas con el Desarrollo Local. Las Administraciones Públicas Locales, bien directamente, o a través de sus delegaciones, Área de Economía y de Promoción Económica, o indirectamente a través de Sociedades de Desarrollo, Mancomunidades de Municipios, etc.; están creando distintas Estructuras relacionadas con el Desarrollo Local: Unidades de Promoción de Empleo (UPES), Unidades Básicas de Información Empresarial (UBIES), Agencias de Desarrollo Local (ADLS), etc.; y en estas estructuras realizan su labor a distintos niveles (técnicos, directivos, asesores, gerentes, etc.) los profesionales ligados al Desarrollo Local.
3) Técnicos de Empleo: Conocen los huecos del mercado local. Es decir, los nuevos yacimientos de empleo y los empleos de futuro que se pueden generar en sus municipios. Son las que más cerca están de sus ciudadanos, y por lo tanto conocen mejor las características socioeconómicas concretas de sus desempleados. Es la hora de la convergencia real con Europa y América Latina y eso quiere decir, entre otros muchos aspectos, que por fin es la hora de afrontar problemas como el desempleo de forma prioritaria por medio de un esfuerzo presupuestario y el diseño de Políticas Activas de Empleo. Las Administraciones Públicas, sobre todo la Local, están tomando conciencia de ello, y para diseñar y llevar a cabo este tipo de acciones es necesario la contratación de técnicos especializados en inserción laboral, formación para el empleo, orientación laboral, etc.
4) Técnicos de Asesoramiento a Empresas. Además del fomento del empleo, la promoción económica relacionada con el desarrollo de la actividad económica a través del apoyo a la creación de empresas y a las empresas ya existentes es de vital importancia. Estas medidas además de crear empleo, renta y riqueza en los municipios, previene la destrucción de empleo. La información económica sobre la actuación macroeconómica y los mercados en general, así como el tejido empresarial de la zona necesitan el asesoramiento concreto sobre Planes de Viabilidad Económico y Financiero, comercialización, financiación, exportación, ayudas y subvenciones, tramitaciones burocráticas, etc. a las empresas, es un servicio necesario para el Desarrollo Local que están asumiendo tanto las Administraciones Públicas Locales, como otros organismos e instituciones y asociaciones empresariales.
5) Técnicos de consultoras especializadas en Desarrollo Local. Las Administraciones Públicas Locales, sobre todo en los pequeños municipios necesitan contratar servicios externos relacionados con el Desarrollo Local: estudios, contactos y conexión con redes transnacionales para los intercambios de experiencias y elaboración de proyectos conjuntos, planes de formación, presentación, ejecución y/o evaluación de proyectos, promociones de suelo industrial, gestión de ayudas y subvenciones, etc. Para ello, se necesita la existencia de técnicos especializados que conozcan en profundidad tanto la Administración Pública como el Desarrollo Local y que estén dispuestos a emprender su aventura empresarial y crear su propia empresa consultora, es decir, aquí está jugando la doble vertiente. Por un lado; se está demandando cada vez más técnicos especializados en Desarrollo Local, que trabajen como asalariados, pero también el autoempleo tiene aquí una buena salida creando uno mismo su propia consultora para prestar todos los servicios mencionados anteriormente y relacionados con el Desarrollo Local.
6) En el caso del AEDL, como agente claramente definido, La Orden de 15 de julio de 1995 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales sobre fomento del desarrollo local e impulso de los proyectos y empresas calificadas como I+E define a los AEDL en base a las funciones que realizan pero en cualquier caso indica que serán " los trabajadores desempleados contratados por las entidades locales " para el desempeño de esas funciones. Este trabajo, en consecuencia, se centra en los profesionales de la promoción económica que realizan su trabajo integrados en la Administración Pública Local.
Además enfocándonos en el Turismo y el Patrimonio como factores de desarrollo, hay otras salidas profesionales relacionadas con la cultura, el turismo y el desarrollo:
Guía – Intérprete del Patrimonio.
El guía – intérprete del Patrimonio, natural o cultural, es un profesional, cuya labor es conocer el medio en el que trabaja y elaborar líneas de actuación para la puesta en valor y difusión del patrimonio, elaborar medios interpretativos, para que el público conozca, comprenda y valore el patrimonio.
Puede desarrollar su función en, Parques culturales, Centros de visitantes, Espacios protegidos, Aulas de Naturaleza, Ecomuseos así como en consultorías del sector.
Su actividad puede ser, realizar este trabajo para un proyecto interpretativo y desvincularse una vez terminado, o bien ejercer de gestor o guía una vez terminado el proyecto cultural.
Si bien no es un guía de turismo al uso, su trabajo también consiste en explicar el patrimonio e interpretar espacios naturales o culturales a los visitantes.
Guía de Turismo.
Si bien tradicionalmente su labor es la de acompañar a los viajeros en circuitos, rutas e itinerarios ya elaborados por las administraciones y agencias de viaje o bien diseñarlas personalmente, el guía de turismo puede también ejercer las labores del intérprete del patrimonio, diseñar proyectos de turismo cultural, así como realizar material informativo y de divulgación, publicaciones y actividades para la promoción del patrimonio y realizar visitas guiadas específicas.
Puede desarrollar su labor como profesional autónomo, como trabajador por cuenta ajena, para agencias de viaje, para las administraciones.
Gestor cultural.
Cualquier iniciativa de desarrollo, dinamización u organización del patrimonio debe partir de una cuidada programación. La necesaria integración de los recursos culturales y naturales en la planificación territorial debe llevarse a cabo mediante la realización de proyectos que promuevan un desarrollo equilibrado y no agresivo de la oferta cultural y turística, procurando una buena calidad de los servicios.El gestor cultural es el profesional que realiza estas labores de actuación en la gestión cultural. Puede ejercer su función en el ámbito público y privado, en consultorías, asociaciones, casas de cultura, fundaciones y otros espacios culturales.
Guía de museo.
El guía de un museo es un profesional que debe conocer el entorno en el que va a desempeñar su función, así como técnicas de comunicación y otras técnicas turísticas que le servirán durante su trabajo de acompañamiento de visitas guiadas.No debe olvidar las necesidades de los diversos colectivos y diseñar actividades específicas para estos, así como establecer líneas de trabajo para la dinamización y difusión del museo. Puede realizar su labor en los diversos museos.
Monitor de actividades culturales.
El monitor es una figura que puede ejercer diversas actividades en diferentes ámbitos, desde diseñar actividades lúdico – culturales para escolares, hasta ejercer una labor de animador cultural o de guía del patrimonio, dependiendo de su trayectoria, habilidades, intereses y formación.
Puede ejercer sus funciones como profesional en asociaciones, cooperativas de jóvenes profesionales, casas de juventud y cultura, campamentos, albergues juveniles y en las administraciones.
Agente de desarrollo turístico.
El gestor de turismo debe planificar, organizar, desarrollar y controlar todo tipo de actuaciones en materia turística. Así como diseñar actividades recreativas, y realizar labores de promoción y divulgación de las posibilidades turísticas de una zona, rural o urbana. Así como establecer las líneas y proyectos de turismo para el desarrollo de esa zona y establecer los contactos con las administraciones para la cooperación en materia de turismo. Puede desempeñar su labor en consultorías, y en las diversas administraciones, en especial en la administración local.Así como elaborar planes de intervención para conocer las necesidades de desarrollo de estas poblaciones. Puede ejercer su labor a través de la administraciones o en el ámbito privado.
Monitor de en Escuelas – Taller, Casas de Oficio, Escuelas de empleo.
El monitor, en cualquiera de sus especialidades, es una figura necesaria dentro de los llamados nuevos yacimientos de empleo, a través de sus acciones formativas: Es el profesional que forma a nuevos especialistas en estas materias.
En resumen el agente de desarrollo es un potenciador de todos los recursos que surgen de una comunidad.
Dos ejemplos de entidades empleadoras de los ADL y su proceso de selección en la administración pública en años anteriores
5.1 Ejemplo A. Concurso de plaza para ADL en 1995. Madrid. España
2091 | ORDEN 2446/2005, de 4 de junio, de la Consejería de Empleo y Mujer, por la que se convocan, para el año 2005, las ayudas para la contratación de Agentes de Empleo y Desarrollo Local. |
El Real Decreto 30/2000, de 14 de enero, traspasa a la Comunidad de Madrid, con efectos de 1 de enero de 2000, las funciones y servicios que en materia de trabajo, empleo y formación realizaba el Instituto Nacional de Empleo, adscribiéndose posteriormente, mediante Decreto 13/2000, de 27 de enero, del Consejo de Gobierno, tales funciones y servicios a la Consejería de Economía y Empleo.
Por Decreto 61/2003, de 21 de noviembre, se crea la Consejería de Empleo y Mujer, a la que se adscriben dichas competencias.
La Ley 5/2001, de 3 de julio, de Creación del Servicio Regional de Empleo, atribuye las competencias de gestión de las Políticas Activas de Empleo transferidas del Instituto Nacional de Empleo al citado Organismo Autónomo, dependiente de la Consejería de Empleo y Mujer.
Entre las funciones de gestión y control asumidas en virtud del citado Real Decreto, se encuentran las referidas a las subvenciones para la contratación de Agentes de Empleo y Desarrollo Local por las Corporaciones Locales o entidades dependientes o vinculadas a una Administración Local, reguladas en el Título II de la Orden del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de 15 de julio de 1999, que establece las bases reguladoras para la concesión de subvenciones.
La Disposición Adicional Primera de la citada Orden de 15 de julio de 1999, establece que las Comunidades Autónomas que hayan asumido el traspaso de las funciones y servicios en materia de gestión de este programa público de empleo, podrán acomodar la citada Orden a las especialidades que se deriven de su propia organización.
Es en el ámbito local donde se encuentran las mayores posibilidades de detección de la existencia de huecos productivos no explotados, susceptibles de generar puestos de trabajo, a través de la creación de nuevas empresas. Por ello, las Corporaciones Locales precisan dotarse de Técnicos de Empleo, especialistas en Desarrollo Local, que puedan colaborar en la orientación de los programas de políticas activas de empleo hacia la generación de actividad empresarial y a la prospección y promoción de proyectos empresariales en el ámbito local.
En virtud de lo expuesto, y de acuerdo con las competencias atribuidas en la legislación vigente,
DISPONGO
Artículo 1
Definición
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